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la clasificación

genealógica del
español
CLASIFICACIÓN GENEALÓGICA DE LAS LENGUAS
El estudio de los orígenes del español sirve para
conocerlo mejor;
Pero antes de emprenderlo es necesario poseer una
visión global de las principales lenguas del mundo.
Acerca de las lenguas pasadas o muertas y las que
actualmente se hablan, pueden hacerse
reconstrucciones parciales absolutamente seguras;
pero una reconstrucción total solamente podría
intentarse como una mera hipótesis.
Estas lenguas, en uso o en desuso, pueden
clasificarse bajo diversos criterios:
1. Clasificación morfológica. División de las
lenguas de acuerdo con la estructura de sus
palabras, no solo en cuanto al significado de
las raíces etimológicas, sino principalmente
en cuanto a sus reflexiones morfológicas.
2. Clasificación genealógica. Reunión o
agrupación de las lenguas en ramas o familias
en cuanto históricamente se han derivado de
otras, teniendo en consideración el lugar y
época en que se hablaron o se hablan en la
actualidad.
ORIGEN DEL ESPAÑOL
Se afirma que la península Ibérica estaba poblada por
pueblos autóctonos cuyas lenguas al llegar los romanos ya
habían sido influida por las de otros pueblos invasores
como los fenicios, cartagineses y griegos Iberos Celtas
Estos dos grupos primitivos terminaron fusionándose y
formaron el pueblo celtíbero.
La Península Ibérica fue invadida por los romanos en el siglo
III a. de C.
Como ya habían sido influidos por otros pueblos aceptaron
pacíficamente esos contactos
Muchas palabras de origen griego han entrado
posteriormente a través de los romanos.
Estas palabras con connotaciones científicas o técnicas se
formaron respondiendo a la ley del progreso
Métodos para clasificar lenguas:
Establecimiento de similitudes entre dos lengua a
partir de su léxico elemental (el método histórico-
comparativa)
Reconstrucción de proto-formas y proto-lenguas
Refinamiento de los nodos del árbol genético,
estableciendo las relaciones más estrechas.
Lo que tenemos hoy en conocimiento:.
En los últimos 200 años se han clasificado
genéticamente casi todas las lenguas conocidas.
Se ha podido reconstruir los sonidos y las proto-
formas de muchas proto-lenguas
Se ha avanzado mucho en el conocimiento de la
evolución del lenguaje y las lenguas.
Latín culto y
latín vulgar
El “latín vulgar” era diferente del “latín culto”:
el segundo se utilizaba principalmente para
escribir. De hecho, es la lengua con la que se
hicieron aquellos textos que hoy en día
conocemos como “clásicos”. Además, era
hablado sólo por los miembros de los estratos
sociales más altos; en cuanto a su forma y
estructura, era rígida y cerrada al cambio. Por
su parte, el “ latín vulgar” o “discurso plebeyo”
tuvo, por decirlo de algún modo, un proceso
de desarrollo más libre. Era la lengua del
pueblo, de los comerciantes y de los soldados.
latín culto
A partir del siglo III a.C. comienza la literatura
en latín: y con ella, el latín literario, culto,
escrito. Tras un primer periodo de formación
que tiene lugar en el siglo I a.C., el latín
literario, fijado ya por las primeras gramáticas,
se convierte en una de las grandes lenguas
literarias de la antigüedad (lenguas “clásicas”),
y como tal, a diferencia del latín vulgar,
permanece prácticamente inalterado y
unificado a través de los siglos; autores como
Cicerón, Virgilio y Tácito, entre otros, dan fe de
ello en distintas épocas de la antigüedad. En
épocas posteriores, Tomas de Aquino, Dante,
Petrarca
El nombre "vulgar" deriva de la palabra latina
vulgaris, que significaba "común", o "del
pueblo". Para quienes estudian latín, "latín
vulgar" tiene varios significados:
Primero: designa el latín hablado del Imperio
romano. El latín clásico siempre fue una lengua
literaria algo artificial; el latín llevado por los
soldados romanos a la Galia o a Dacia no fue
necesariamente el latín de Cicerón. Por lo
tanto, bajo esta definición, el latín vulgar fue
una lengua hablada, que se empezó a escribir
en latín "tardío", cuyo estilo difería de los
estándares clásicos de los textos escritos el
primer siglo de nuestra era.
Segundo: también hace referencia al hipotético ancestro de
las lenguas romances, que no puede estudiarse
directamente más que por unas pocas inscripciones. Esta
lengua introducía una gran serie de cambios en el latín, y
pudo ser reconstruida gracias a las evidencias suministradas
por las lenguas que derivaron de ella, las lenguas vernáculas
romances.
Tercero: y con un sentido aún más restringido, en
ocasiones se llama latín vulgar al hipotético protoromance
de las lenguas romances occidentales: las vernáculas que se
hallaban al norte y al oeste del eje geográfico La Spezia-
Rímini, Francia, y en la Península Ibérica; así como al habla
romance (muy poco atestiguada) en el noroeste africano y
en las Islas Baleares. Este criterio propone que el italiano
sudoriental, el rumano y el dalmático se desarrollaron por
separado.
Que lenguas
integran el
español
El español (o castellano) es una lengua
romance. Esto significa que proviene del latín,
de hecho, antes de llamarse «español» era
una de varias formas «vulgares» de la lengua
latina. Podríamos pensar, entonces, que
nuestro vocabulario desciende de esta
lengua.
Aunque esto es cierto para un gran número
de palabras, no puede decirse de todo
nuestro léxico. Aproximadamente el 60 % del
vocabulario español proviene del latín. Eso
deja un 40 % para repartirse entre otras
lenguas, una porción nada despreciable.
Claro está, las lenguas que
conforman este 40 % son mucho
más de 7 y provienen de todo el
planeta, pero aquí decidimos
mostrarte las que más
contribuyeron o simplemente
algunas que podrían llamar la
atención. ¿Se te ocurre alguna?
7. Inglés
Esta es una opción bastante obvia en una
época en que tanto se insiste sobre el uso de
anglicismos (palabras de origen inglés)
innecesarios en el español, pero los
préstamos del inglés no son un fenómeno
exclusivo de nuestro siglo.
Sí, palabras como «mouse», «chat»,
«software» o incluso «Internet» se
incorporaron recientemente (al menos, en
términos lingüísticos), pero otras como «club»
o «golf» nos acompañan hace mucho más
6. Francés
Hoy en día se considera que el inglés es la lengua
global, pero no mucho tiempo atrás, ese título lo
tenía el francés. Como lingua franca, este idioma
tuvo una fuerte influencia en muchas lenguas y la
nuestra, con la que además ya tenía una relación
estrecha por cuestiones históricas y geográficas,
no fue la excepción.
El francés nos dio galicismos más obvios, como
«argot», «chef» o «premier» y también algunos
más inesperados, como «jamón», «peluche» o
«joya».
5. Italiano

Así como contamos con galicismos, geográfica y culturalmente era de esperar que contáramos con italianismos. En español contamos con palabras
como «gaceta», «novela», «escopeta» y «caricatura» (sin mencionar un sinnúmero de palabras culinarias), todas provenientes del italiano.

Pero, si hay una región donde el italiano dejó una marca en el español, es en el Río de la Plata. Producto de la gran migración italiana a esta zona, esta
variedad de español cuenta con incontables italianismos como «laburo» (trabajo), «gamba» (pierna) o «mina» (mujer).

4. Árabe

Muchos no lo saben, pero la influencia del árabe en la lengua española ha sido enorme. De hecho, es una de las lenguas con mayor influencia en
nuestro léxico, en gran pate producto a la conquista árabe de la península ibérica que dejó una fuerte marca cultural.

A las palabras incorporadas desde esta lengua se las llama «arabismos» e incluyen ejemplos como «alcalde», «guitarra» y «limón», entre muchos
otros.

¿Quieres más? Aquí tienes: «13 palabras en español que no sabías que provienen del árabe»

3. Euskera

El español comparte el territorio de España con muchas otras lenguas y es de esperarse que estas hayan tenido una influencia en su vocabulario.
Elegimos el vasco porque es la única de estas lenguas que no es de origen indoeuropeo (de hecho, es una de solo tres lenguas europeas que no
tienen este origen).

Algunas de las palabras de origen vasco que usamos día a día son «boina», «chatarra» e «izquierda».

Ver también: «Protoindoeuropeo: el ancestro común entre el español, el persa y cientos de idiomas más»
2. Quechua

No debería sorprendernos que cuando los españoles estuvieron en tierras americanas (y luego, cuando algunos decidieron que por qué no se
quedaban) hayan incorporado a su vocabulario varios términos de lenguas amerindias.

Uno de esos casos es el del quechua (una familia de lenguas habladas en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú) que nos dio palabras
como «carpa» (en el sentido de toldo que cubre un área, no el pez o el gajo de uvas), «cancha», «morocho» y «puma».

extravagantni/iStock/Thinkstock
1. Griego

La cultura griega tuvo una influencia tan vasta que su lenguaje dejó una marca permanente en muchísimas de las lenguas más importantes a nivel
mundial.

No podíamos esperar ser menos. Aunque muchos de estos términos pasaron por el latín como intermediario, entre las miles de palabras griegas con
que cuenta el español se encuentran varias ciencias como la filosofía, un gran número de términos científicos, como muchos elementos de la tabla
periódica, y otras palabras más cotidianas «idea» o «hisopo».

¿Sabías que el español incluía palabras de orígenes tan variados? Y estos son solo un puñado, ¿qué otros idiomas conoces que han prestado palabras
al castellano?

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