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En ocasiones los propietarios de gatos quieren premiar a su mascota ofreciéndole alimentos que
consideran sabrosos o suculentos para el animal, o que incluso creen que son más sanos que la
alimentación comercial. No obstante, hay que tener en cuenta que las necesidades nutricionales
de los gatos son muy diferentes de las de las personas, y que muchos de los alimentos que
normalmente ingerimos pueden ser muy perjudiciales para ellos.
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Los gatos domésticos provienen de los pequeños felinos salvajes, Felis silvestris, que llevan unos
10.000 años entre nosotros.
Sin embargo, esta antigua historia de amistad no ha eliminado sus instintos de depredador, ni su
adaptación fisiológica a una dieta principalmente carnívora. Por esta razón, los alimentos
humanos, la comida casera o los restos no son adecuados para ellos, pues no ofrecen los
nutrientes que necesitan y pueden tener efectos negativos para ellos tanto a corto como a largo
plazo.
Por esta razón, ofrecer una dieta especialmente formulada para el gato, balanceada y que respete
su naturaleza es la clave para mantener su salud.
Carne o pescado crudos: Aunque los gatos están adaptados a digerir y extraer los
nutrientes de los alimentos animales crudos, debemos evitar que los gatos domésticos los
tomen porque pueden adquirir peligrosos parásitos. La carne cruda puede estar infestada
por Toxoplasma (la ingestión de carne cruda es la única vía de contagio para el gato) y el
pescado puede ser portador de Anisakis.
Huesos y espinas: Los huesos pequeños, sobre todo las de ave, se astillan con facilidad y
pueden producir heridas, desgarros y úlceras en el esófago y el intestino del gato del
mismo modo que las espinas del pescado.
Alcohol: Del mismo modo que en el caso anterior, la mayoría de animales, incluyendo al
gato, son incapaces de metabolizar el alcohol. Las bebidas con alcohol y otros alimentos
fermentados son muy tóxicos para ellos y pueden fácilmente ocasionarles la muerte.
Embutidos, conservas de carnes y pescados para personas y otros alimentos con sal: Los
gatos tienen un aparato renal muy delicado, y no gestionan bien los excesos de sal. Pueden
padecer hipertensión, daños renales y otros problemas sistémicos.
Cecina, bacon, mantequillas y otros alimentos grasos: La dieta del gato debe ser muy rica
en proteínas, pero muy baja en lípidos. Las grasas son alimentos prohibidos para gatos,
especialmente las saturadas, pues pueden provocarles pancreatitis. Puedes aprender más
sobre la pancreatitis en este caso clínico.
En esta guía nutricional se ofrece una amplia información acerca de las necesidades nutricionales
de nuestras mascotas.
Evitar estos alimentos prohibidos para gatos es fundamental en el cuidado de su salud. Una
alimentación especialmente formulada para gatos asegurará que el animal obtiene todos los
nutrientes que necesita de una forma sabrosa y satisfactoria. Cuidar su dieta es la mejor forma de
prevenir enfermedades.