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EL MÉTODO SOCRÁTICO.

Para comprender lo que Sócrates pensó sobre el hombre y la sociedad hay que
conocer el peculiar método de filosofar que utilizó, y al que concedió gran importancia.
Este método se conoce con el nombre de diálogo socrático y consta de dos partes: la
ironía y la mayéutica.
La genialidad del pueblo griego distinguió entre dos caracteres contrapuestos y
muy corrientes, el eíron y el aládson; el eíron es el individuo que, sabiendo mucho,
aparenta ser ignorante y pregunta a los demás; el aládson es el fanfarrón, el que sabe
muy poco pero alardea de saber mucho.
Sócrates, tal como parece haber actuado en su trato con los sofistas, actuaba
como un eíron, y de ahí que esta actuación se conozca como ironía socrática. El
procedimiento de Sócrates era el siguiente:
a) Se aproximaba a su futuro interlocutor y, después de alabar su sabiduría –la
del interlocutor- le preguntaba qué era tal cosa (por ejemplo, la virtud). Su
interlocutor daba una respuesta, Sócrates alababa lo genial de la misma,
pero...entonces proponía un ejemplo concreto que, según la respuesta dada
era algo virtuoso y que, sin embargo, manifiestamente se comprendía que no
lo era. El interlocutor daba otra nueva definición de virtud...y lo mismo que
antes. Hasta que se llegaba al momento en que su interlocutor, hecho un lío
reconocía que no sabía nada de la virtud. Con ello Sócrates había logrado
una importante victoria táctica (en realidad el diálogo socrático es un
combate): conseguir que su interlocutor tomara conciencia de que no
sabía nada, ya que la conciencia de su propia ignorancia es el primer y
fundamental paso para poder aprender; el que cree que sabe y no sabe
(fenómeno muy corriente) nunca podrá aprender. Para Sócrates, el principio
de la sabiduría está en saber que no se sabe nada.
b) Una vez conseguido esto, Sócrates pasaba a aplicar el segundo momento de
su método, la mayéutica (maieuo significa ayudar a dar a luz), ya que
Sócrates pensaba que todo hombre podía llegar a conocer lo que fuese por sí
mismo, con tal que se le guiase (así Sócrates prueba que un ignorante esclavo
puede llegar a demostrar el teorema de Pitágoras). Y, guiando a su
interlocutor, previamente convencido de su ignorancia, le conduce a la
definición de la virtud que Sócrates quería enseñarle y que Sócrates, claro es,
conocía desde el principio del diálogo entablado.

“Historia de la Filosofía”.José Barrio.

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