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Elegía en el desierto

InmemorÍam

Micaela Solís

UNIVERSIDAD AUTÓNOMADE CIUDAD JUÁREZ


Ciudad Juárez, Chihuahua, México,2004
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZ

Felipe Fornelli Lafón


Redor

Héetor Reyes Leal


Secretario general

Consejo Editorial Institucional


Presidenta: Adriana Saucedo García; Secretario: José Luis ChávezViguera.
Consejeros: Federico Ferro Gay,Víctor OrozcoOrozco,
Emilio ÁlvarezParrilla, Jesús MezaVega,Francisco Llera Pacheco.
Consejerosenlace: Jenaro Paz Gutiérrez (IIT), Leticia Peña Barrera (JADA),
Antonio Muñoz Berna! (ICB),Gilberto VargasGonzález (ICSA)

Poesía de crisis
Solís, Micaela.
Elegíaen el desierto : In memoriam / MicaelaSolís..- ta. ed.- Ciudad
Juárez, Chih.:UniversidadAutónomade CiudadJuárez., 2004.

80 pp. ; 22 cm.
ISBN: 968-7845-68-6

1. Poesíamexicana-2. Literatura Latinoamericana.-3. Literatura


fronteriza - México.

PQ7298.290472 E54 2004


861 E54 2004

Formato: Armando Gutiérrez Rodríguez


Diseño de cubierta: Marco López

D.R. ©Universidad Autónoma


de Ciudad Juárez,
Calle Henri Dunant 4016,
zona Pronaf, C.P.32310
Ciudad Juárez, Chih., México

Impreso en México/Prinred inMexico


A mis hijos,
y a las hijas e hijos de mis hijos ...
Prólogo

E legw en el desierto es una obra capital en la trayectoria


literaria de Micaela Solís. La naturaleza elegiaca ha con-·
vocado diversos nombres en la historia de las letras. Uno de
los más remotos y perdurables ha sido el de Lamentaciones.
La destrucción de Jerusalén por las tropas de Nabucodonosor,
la desaparición de un templo central y emblemático, la cruel-
dad volcada sobre hombres, mujeres, niños, quedaron descri-
tas y contenidas en el poema que ahora conocemos como las
Lamentaciones de Jeremias. Francisco de Quevedo las llamó
Lágrimas de Hieremias castellanas y en otro momento Trenos.
Rosario Castellanos eligió para su poema clásico y desgarra-
dor, en la línea de clásicos grecorromanos, Lamento de Dido.
Ciertamente, Elegw en el desierto forma parte de esa tradi-
ción. El tema de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez,
desgarrador y complejo como es, aparece aquí, sin disminuir
su importancia social con una fuerza de tragedia griega, con
un aliento poético que sorprende y envuelve.

Carlos Montemayor
r:

Introducción

U na mañana del mes de febrero, al abrir el periódico apa-


reció una fotografía con la mano de Cecilia en la arena de
un campo de futbol de Ciudad Juárez. Era el año de 1997.
Me horrorizó la imagen, pero me horrorizó aún más la apa-
tía ciudadana ante los crímenes de mujeres que se venían su-
cediendo desde hacía cinco, seis .años atrás. Entonces escribí
un poema extenso al que concebí como poesía de crisis. Que-
. ría, de frente al público, hacer una especie de autocrítica como
poeta y ciudadana por haber callado todo ese tiempo.
En medio de vendavales, lo estrené el 8 de marzo de ese año
en la Plaza de Armas de la ciudad de Chihuahua, apoyada en
ensamble con el grupo Danzarena de Cinthya Aguirre.
El ensamble ha sido presentado en pocas oportunidades y,
en menos aún, he dicho en público el poema por no caer en el
oportunismo, por no usar esta tragedia viva en tantas familias,
con un afán puramente estetizante.
Este trabajo es, pues, fruto de la paradoja que conjuga una
necesidad de denuncia, con el respeto al dolor de muchas fa-
milias chihuahuenses. Hasta hoy no he resuelto este dilema
ético. No obstante, al fin sale a la luz este poemario cuya pu-
blicación más que darme alegría, me deja el acre sabor de la
impotencia y la vergüenza. Deseo profundamente que pierda
vigencia de inmediato.
Sin embargo, el feminicidio continúa imparable en Ciudad
Juárez y en Chihuahua, pues hace apenas unos días aparecie-
ron los cadáveres de tres nuevas víctimas, dos de ellas son de
una madre y su hija de dos años asesinadas al parecer por el
esposo y padre de ambas, lo que revela el grado de descompo-
sición social al que nos ha llevado la impunidad en este terri-
torio.
MICAELA SOLÍS
Agradezco a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez por
permitir que este poema testimonial quede impreso, como uno
más, sobre esta oscura parte de nuestra historia. De la misma
manera, quiero agradecer a Carlos Montemayor por sus pala-
bras, y a mi amiga y feminista Estela Fernández por esas in-
terminables horas de análisis compartido.

Micaela Solís

Femenina desconocidade aproximadamente catorceaños, de


compleeio« regular, de tez morena, de roza mestiza y con
una estatura de uno cincuenta y ochopresenta: Contractura
muscular post mortem en fase de remisión, livideces
cadaoéricasen la región anterior del cuerpo y temperatura
corporal 'efjuilibradaal medio ambiente, por lo que el crono-
tanato dÚlf}wstico se dictamina en 24-28 has [sic] aproxi-
madamente.

12 13
ELEGÍA EN EL DESIERTO MICAELA SOLÍS

~ ~

Enredada en sus calles, la ciudad, (...) Presentaba también restos de ropa los cuales se descri-
impávida ancla la muerte ben a continuación: Camiseta blanca en muy mal estado de
en la profundidad de su silencio. ronservacion que presenta un logotipo en la parte posterior
Enredadas sus horas y sus días rin forma de un círculo rojo con unas barras lineales blancas
en las pérfidas mentiras de la luz, // esta parte presenta una zona con ruptura y falta de tejido;
amanece exhausta del último naufragio. además presenta muchas perforaciones y la tela esta muy
podrida; en la parte posterior se le aprecian unas letras in-
completa» y que al parecer dicen 'SOLIDARIDAD' (...)

14 15
ELEGÍA EN EL DESIERTO
MICAELA SOLÍS

No el cigarro,
su brasa incandescente entre los muslos.
No los dientes
arrancando el pezón izquierdo.
No la daga
cercenando el seno derecho.
~ No el filero
separando las uñas de los dedos,
asestando cincuenta puñaladas.
Un instante habrá, No la piedra
tal vez un grito, fracturando el cráneo.
un mínimo hilo que desate la voz. No las ratas de fuego
Mientras tanto, horadando la matriz.
el canto rueda cuesta abajo de la vida. No el cable
estrangulando,
ni las llantas del auto atravesando la espalda,
como el peso del poder que en vértigo desciende
partiendo en dos:
una
y otra
y otra
y otra
y otra vez
el ascenso inevitable del vuelo femenino

16 17
ELEGÍA EN EL DESIERTO MICAELA SOLÍS

Delicado era
ni filo de la daga
y el calor de la brasa
y la dureza de la piedra
y el ardor de la cuerda en el cuello;
f'rente al filo,
~ la fuerza
y el ardor
de su mirada y sus palabras,
A su cumbre infernal de las cuales regreso
alzábanse mis gritos como llamas por las que quedan colgando de una bolsa de plástico,
y todos los oídos fueron sordos; eonfundídos sus esqueletos, sin nombre y sepultura.
les era necesaria la escala de mi sueño
a él Por las quinientas desaparecidas,
y al otro -las imaginadas en todas las formas de la muerte-.
y al otro
y al otro Esos fantasmas irredentos
y a todos ..., que musitan con las ráfagas del viento:
para cumplir exacto mi designio, "Aquí estoy...",
tanto más hondo como frágil la escala de mi cuerpo.
cuando el dolor
Al peso de la culpa no volverán a ver la luz, cuando el dolor
su patria es el abismo. cuando el dolor

ns una estaca de hielo con hondura de infarto


1~11el pecho del padre-cazador que escucha, olfatea,
otea
desde los cuatro puntos cardinales un

"aquí estoy"

diseminado en el delirio de la arena.


18 19
ELEGÍA EN EL DESIERTO MICAELA SOLÍS

~
Y pasa la Torva buscando
(mi concreto, recóndito latido);
Espero ...
pero he plegado de nuevo las rodillas en el pecho,
Perlas de azogue entre los dedos,
ocultando el arcano pulso del principio.
las horas.
Soy un acto de fe, un embrión
8Ín hambre, sin dolor, sin miedo.
Burbuja el tiempo,
Soy la habitante del capullo salvo.
comba nave protectora en medio de la noche
La bondad coloca su palma de ternura sobre mi espalda,
viaja a contra sombra:
su tibieza se esparce en ondinas de dulce mansedumbre.
la esperanza.

Mientras tanto, aquí estoy:

Pensando que no pienso, no pienso, no pienso, no


[pienso, no pienso ...
Sintiendo que no siento, no siento, no siento, no siento,
[no siento, no siento ...

La muerte pasa de largo entre los arenales,

(buscándome),

como pasa la muerte por las calles de Bagdad con su tufo /a


petróleo.

Para no morir del todo, canto esta noche sobre la torva,


la insaciable impunidad, la del fósil tufo a corrupción,
sus trescientas agonías soterradas en las calles de Juárez.

20 21
MICAELA SOL^ s
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O

%L

Soy, tarnbibn, la bandera desgarrads entre


el escepticisrno,
la ambici6n,
el cinismo y
la barbarie;
..i
:: la de 10s torpes giros, propicia a 10s vientos del Norte.
:i Soy el pasaporte direct0
I a1 congreso inicuo,
j a1 viaje de placer,
Soy el deseo, la desaparecida que teje su retorno a la vida. 4 a1 festival cultural,
a la ascensi6n politica, a1 nombramiento oficial, a1
[prernio literario;;
el bill6 que se gasta en 10s labios del discurso del ego,
un nombre masticado con saliva ret6rica.

Mientras en el desierto,

las auras se arrebatan -a picotazos- un coraz6n


que guarda aiin su dltima humedad.
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O MLCAELA S O L ~ S

9
Sublimada en deseo Ii En tanto, en las avenidas asfaltadas y pulcras, enfebrecidos,
regreso 10s chihuahuenses se welcan solidarios tocando cltixones,
por aquellos que recorren las faldas de 10s cerros: ';
i luciendo parabrisas cud bardas frenhticas en movimiento,
haciendo llamadas telefbnieas hasta la Victoria del hbroe,
13 como un compacto ejhrcito que marcha inexorable al hxito,
Los solidarios : lanzando la consigna a una sola voz de miles de habitantes:
que se llagan las plantas de 10s pies
"Chihuahua con Omar".
entre 10s matorrales y En el reality show donde, como leones de circo romano,
10s llanos inconmensurables. ;
devoramos, piel adentro, nuestros intimos rasgos de
Los anegados [humanidad,
i creando, a nuestra imagen, a1 nuevo Dios Medidtico.
en 10s espejismos de la esperanza. ;
i
Digno seria para ti un destino de exilio,
Los que buscan I pueblo de mirada vacia,
a1 lado de 10s padres,
la identidad amada de la hija
12 puesto que ignoras cuhn despojado de tu patria vagas.
en la basura
que el viento ensarta en 10sgatufios.
Regreso Regreso por el duelo
a la hora de 10s pobres que libran solos una guerra privada: .

en que el sol de denuncia en denuncia,


sobre el desierto incendia 10s instantes, de ONG en ONG,
cuando mi madre es un vacio inflamado, de juzgado en juzgado,
una matriz en llamas su coraz6n. de fiscal en fiscal,
Cirio que a1 alumbrar se desvanece buscando, de sexenio en sexenio,
clamando de gobierno en gobierno,
de .burla en burla, I
apoyo a una sociedad que da la espalda a su derrumbe.
con el nombre de la hija sepultado en la mandibula.
Madre-ltibaro,
.desgarrado emblema de Chiuahua: Digo que
He aqui mi voz, mori con 10s sueiios asfuriados
I !,, emitida para quienes no tienen respuesta o solucion de h t a cobardia,
I 1111 ,
' 1111

I, I [y, no obstante, de la alta y puntiaguda cobardia


18 1 1111)
,, 1(

: :!! persisten en la bhrbara costumbre de ignorarlos, donde cae sacrificado el amor


! 1111 :,
1111
tratando de ocultar con un 'cero tolerancia' con las muchachas de maquila,
d oscuro sol de corrupci6n que 10s alumbra y mis trigicas hermanas abismadas
[enceguece. en el cenote del principio de Estado,
A pesar de mi el entreguismo,
y de las otras, la patria de las alas clausuradas.
a pesar de sus guerras cotidianas De la Raz6n de Estado
y de las otras, donde valemos poco 1- mujeres.
a pesar del hambre moral
y de la otra.. .
MICAELA SOL^ s

Y 10s ladridos nocturnes de 10s perros


y las manos asombradas de 10s a o s .

Transfigurada en canto I.& el canto de 10spAjaros ...I,


vengo desde.la zona donde nada significa, ~ q u i k npudiera oomo ellos, respirar
donde la voluntad termina, entre el follaje noble de 10s brboles?,
emerjo

desde el hdlito contrario de la inercia,

del poema,

para decirles a todos que mori de una muerte colectiva,


que me pesd la noche que cuelga de sus hombros,
10s mediocres caddveres que cargan en la espalda
y en las comisuras de sus bocas.

Que mori para siempre de sus muertes efimeras


cuando callan,
cuando no se defienden,
cuando no cuidan la vida
que les mana de las mfiltiples pieles de la vida:

El perfumado reino de las flores...,

la dulce lluvia.. .,

las hojas doradas del otofio...,


i
la voz de las ballenas
que se extingue de tristeza por 10s tuneles del agua.
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O MICAELA S O L ~ S

iQui6n pudiera a las cinco de la tarde Qui6n pudiera abn, entre cadAveres,
expandir el cuerpo agotado sobre la cama? [ser cazadora de utopias...
Oir el noticiero y encender el mecanismo del duelo.
Anegar con la sal de la pena las grietas de la apatia
y salir
a secarse las l e i m a s con el viento de la calle
que abra en flor el grito de la roja rebeldia.
E L E G ~ AE N EL D E S I E R T O M I C A E L A SOL^ s

Soy la que regresa Entre 10s eseombros de la eonciencia vagarh las genemiones.
para darles la corrosiva flor de mi memoria, ~Desdequ4 limbo clamando perd6n por 10s arrepentidos?
la que arraiga sus pktalos como ufias ~Desdequ4 infierno purgando la sentencia de 10s a s w o s ?
y provoca un llanto con la densidad seca de 10s m6danos;
la que a sus muertes cotidianas ofrenda su
[perenne muerte.
La que pide como tinica justicia posible:
Ni perdbn, ni olvido.
Ni perdbn, ni olvido.
Ni perdbn, ni olvido.
Ni perdbn, ni olvido.
Ni perdbn, ni olvido.
E L E C ~ AE N E L D E S I E R T O MICAELA SOL^ s
,

Mira nomh, td, de tan buen ver.,.,


hecha trizas por el morbo,
flotando.en un poema
"39.
--este mar de ilusiones disecadas-,
ahogada en la traicibn:.

Luego dieen que la culpa es de nosotras por coqyetas. . El camino de ilusiones del rancho a la frontera,
Pero, jqui6n carga con la liltima culpa en este la triste sumisidn de tu mama.
[hormiguero de culpas? Luego, el pinche cache de trabajar en la maquila,
LAqu6 coqueterla obedece la impunidad de 10s despuds de la mirada desconfiada sobre el hombro
[delincuentes ilegales?, de la senora de la casa ricachona,
0, ja qu6 coqueteria obedece la impunidad de 10s donde se adelgaz6 la pie1 de tus manos 1
[delincuentes legales? diluida entre 10sblanqueadores hip6critas de la clase.

Y tu coraz6n, maquilando ilusiones con el novio,


traicionada en la seguridad.de sus palabras:
mi amor, mi amor, mi amor.
Y su descuido eterno, eterno, eterno.
MICAELA S O L ~ S

Alguien torci6 el camino de las palabras, La calle hunde el entrecejo, alicaida;


como el chofer de la ruta declar6 y no es el sol-cacique del desierto,
que "torci6 el camino de tu casa", su mediodla de mta de fuego para los pies descalzos,
mientras las picanas quemaban sus genitales. ni el alevoso peso de cincuenta centavos
Pero digamos que nadie es malo de por si, para las manos morenas, Btnicas, indigenas, exhticas,
simplemente sucede que no nos entendernos. lo que afloja las piernas con laaitud de desilusi6n
Habra que inventarnos de nuevo en otro idioma a la nEia que cuelga de la espalda de la melancolia.
para que nos recuerden, Es la niiia que cuelga de la espalda de la melanco,Iia
y comenzar 10s diccionarios con la palabra la imagen-hacha que hunde el ceilo a la avenida.
FESPETO.
MICAELA SOL^ s

Ya la m a se balancea en un columpio del


Niiia-pegada [Pargue Chamizal;
a la pared sudorosa de la madre, con sus piecitos descalzos mide la b6veda celeste
nave tercermundista pidiendo limosna en la frontera. y toca la estrella roja de1;atardecer.
Niiia-asada Entre el follaje oscuro de las moras
bajo la obcecaci6n de un sol omnisciente el viento del desierto le transmite sus primeros mensajes,
y desconocido. le narra suave en el oido un cuento de hadas
Niiia-que-cuelga ---el bolero sentimental de la abuela--.
de las monedas que guardo en el cenicero de mi carro.
En el pdndulo del tiempo, sus cabellos negros
Oscilaci6n negativa la de la niiia negando a1 espejismo. 4 e t e o s de cuervos-
van y vienen en la datole y sistole
Niiia-pr6jim0, del monstruo
refutaci6n de todas las doctrinas. que cuenta 10s minutos de la caida inminente.

Nifia-bofetada En el intitno fulgor de su inocencia, la niiia cierrajos ojos.


en el rebozo azul de la melancolia, I

en su humilde poema posmoderno, Es la tregua del Ser: La infancia que entre juegos
azul sint6tico. opone resistencia a este aire carg-ado de melancolia;

En un azul suefio narc6tico su cuerpecito cuelga. y silba el viento y deja en su fma pie1
el polvo de otras pieles, otros juegos y otras caidas...
En una patria azul narc6tiea su infancia es emigrante
hacia la mesa clandestina de un quirbfano, Mientras tanto,
a la fosa comfin de las indias hermosas, sus p&pados son la pantalla vacia del futuro,
hacia la levedad del absoluto olvido pantalla que pinta en piupura la espera.
de quienes atravesamos el crucero del milenio.
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O MICAELA S O L ~ S

Una mano
aparece entre la arena
en 'crispaci6n de estrella que se apaga.

Cinco tentticulos
de luz oscurecida. Y en la profundidad que ahoga a la certezaj
Dedos de caracola, el crimen en su cuerpo de pirtimide
percute 10s intimos tambores del silencio:
ufias calkreas El espiritu reptil de 10stestigos que enmudecen,
que hienden desde su nada a1 infinito. su sinuoso desliz
por la raiz putrefacta del sistema.
En cuneiforme delirio Ronda y semilla el grito af6nico en la calle vacia.
reptan gusanos por la palma P6ndulo del miedo sin contrapeso y sin espacio,
destiempo para 10s dltimos compases del peligro,
hacia las espumosas lineas del destino. aterrada la garganta, cerrado el pecho.
,
Cuenco de la barbarie para la sed de morbo.

Flor de impotencia
I En el baldio,

crispada en una siiplica, la mano de Cecilia.


desparrama sus p6talos amargos en 10s diarios.

h a c o de la civilizaci6n
que en mdtiplos de lustros cuenta las eras de la desilusi6n.

Oscuro girasol orienta su corola a la conciencia.


MICAELA S O L f S

Ahora,

oscura golondrina,

narra tu welo de parvada,

tu noci6n mercurial del mediodia,


No obstante,
la brevedad de tu welo era futuro en si la promisoria urgencia del instinto,
aquel canto de jaula en cl cami6n urbano
frente a1 acecho 'paciente de 10s cerros a las tres y media de la tarde,
el olor a shampoo
en la alta tensi6n de la frontera. y el azul celeste de la mezclilla deslavada.

Narra la desmesura de. tu ritmo Esa juventud en masa ganiindose la vida,


esa an6nima humildad de tu alegria,
hecho a la ley de producci6n. el sabor a durazno de tu chicle,
10s brillos de tu barniz de diamantina
Vuelo de colibries tus manos, y el copete de nube
Ilovi6ndote sudor sobre la frente.
virtuosismo suspenso,

aleteo

diseminado entre cables y circuitos

abriendo en flor el dolor lumbar de la manana.


E L E C ~ AE N EL D E S I E R T O MICAELA S O L ~ S

Y el amor verdadero.. .
Al@n dia, algtin mes, al@n ado,
o el resto de la vida, quiz&...

Ese flotar entre algodones y no sentir


la velocidad del rotary ni el aumento dei vertigo;
y hasta ver alas de kngel
Y la expectativa del bono de puntualidad de la semana. cuando.el supervisor de lfnea da la espalda.
El camino que lleva de regreso a la colonia
d o n su tierra levantisca para 10s avestruces Ese ~hombroderecho de vardn
- Ijudiciales-
donde 10s suefios se recargan ...
De ese sol marrullero que calcina 10sjuegos de 10s nifios
y del invierno desertico tan propicio al incendio... El progreso de una televisidn en navidad
. y 10s domingos,
Multipara matriz de cinco hijos integros jugar con 10s hijos en la explanada de la empresa.
hasta las ufias de 10s nietos.
Turno vespertino para la anciana prematura El olor a perfume cuando plancha la ropa
hash que las cataratas le derrurnben la mirada. 10s saados por la tarde.
Casa de cuatro por cuatro,
paredes de cart6n, Rosas de seda roja el diez de mayo 1

techo de limina,
piso de arena, y las caguamas del esposo que observan
. remolinos desde su caparaz6n de cebada y gavedad
el paso de la luna por la noche.
para pies de la aventura
que cruzan globalizacidn y surrealismo El esposo...,
en el espejismo del progreso. sentado en 10s vestigios de un asiento de Cadillac,
con la camisa abierta en la barriga prieta, esperando
que llegue la 'noche obscura del alma...'

Ahora, treinta afios antes,


la memoria improbable del deseo para su cuerpecito
que el medico forense disecciona.
-
4'1
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O MICAELA S O L ~ S
/ .

Territorio con forma de sirena para el cocodrilo


[democrAtico.

Todo es pie1 , .
en esta forma femenina que habitatnos.
'
I

Epidermis sumisa para el viento del Norte Todo es pie1 en el cuerpo


s e sabe-
que no sopla, cuando el dolor es descenso,
succiona lava candente desoliando
la fuerza de la sobrevivencia. hasta el sutil andamiaje del aliento.

En este linde de mundos, en este epicentro neoliberal,

calma chicha,
malla cicl6nica

a donde vienen a entramparse en cachitos las ilusiones.


-
..
.,
E L E C ~ AE N E L D E S I E R T O . - MICAELA S O L ~ S

porque el fondo
.Yno termina nunca de tocar fondo ese dolor, es inalcanzable
para el poder,
para 10s violadores,
para 10s hijos de la sombra,
para 10s engendros del vacio.
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O MICAELA SOL^ s

Traspasa la estructura de la victima


Un abismo que no termina nunca de tocar fondo m h all6 del a t a ~ d- d e madera o de papel-:
se yergue en la entrepierna aut6crata. Penetra la madera y el kbol
y el serm6n del sacerdote
y la palabra de Dios,
y la "Verdadn medihtica.
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O MICAELA S O L ~ S

Hiende el alma Traspasa a1 skdico video


de 10s pueblos que flotan con ese ardor y a1 mercado negro
que trafica con un crujir de huesos.
I

E L E C ~ AE N E L D E S I E R T O . ' MICAELA SOL^ s

A la pantalla,.donde incuba a1 cigoto del horror Y no termina aunca de tocar fondo ese vacio.. .
que, engendrado de vacio,
se multiplica ciberneticamente,
adherido a la matriz globalizante
del macho que pare frustraci6n:
Esa abyecta forma de morir matando,
de morir mirando,
atado a1 hastio de si mismo, hundido.
~~ - -
MICAELA SOL^ S-

m:
Acaso padre,
acaso amante,
acaso hijo,
acaso hermano,
acaso hombre...
Horada m,
el timpano de la piedra en quien la belleza, la sensibilidad, la profundidad y 10s
el golpe seco en la cabeza de la victima, [grit~sfemeninos
y no termina nunca de tocar fondo la excitaci6n del monstruo, vibran en eco sostenido cud plomo ardiente en 10s sentidos;
el exiliado del amor que a1 despertar y la coca, el alcohol, las anfetaminas, el dinero,
- --si es que d u e r m e son 10s hilos que penden del oculto poder
desenrolla en el oriente medio de la mesa un fajo de billetes sobre tu mente, que, confinada en el ejercicio
y en la quijada carga la resaca del sabor oxidado de la sangre del mandato,
y la mentira. la maldici6n,
El que, de quien sabe qu6 ancestral pufio, la furia,
soporta atravesado el coraz6n en una intima discordia; la violacidn,
el que, con el crimen, cobra la entrega de su virilidad la dentellada,
a1 muerto que en vida carga el cuerpo. el crimen,
el cinismo,
finalmente te dirk
"Es envidia,
sf.
MICAELA S O L ~ S '

Todo se busca en el instante: Sobre 10s pbpados, el cenit.


Las aves que revolotean
en busca de la perpetuidad del cielo, Filo solar.
el aire tibio
en busca de la perpetuidad de la flor, Rajadura.
el sol
en busca de la perpetuidad del dia, Murmullo ardiente que musita apenas arenoso:
la savia "Despierta, que a6n estiis vivo y cuerdo,
en busca de la perpetuidad del verde, haz memoria criminal".
el mar acedo
en busca de la perpetuidad dulce de la gota de lluvia, En luminoso fragment0 matutino
el desencanto desde el televisor
en busca de la perpetuidad del poema. George Bush extiende su sonrisa victoriosa.
Tu suefio inconciliable de asesino, -
en busca de la perpetuaci6n del olvido de ti mismo, De la pegajosa entrepierna, -
y no lo lograrh, -
no lo logrartis, en escozor, -
no lo lograrh, la culpa -
no lo lograrh, -
no lo lograrh. sube
MICAELA S O L ~ S

Caminaba sigiloso en las cornisas, Entre los miemhos


jugaba con la luz de la luna,
era blanco y silencioso como noche nevada. esparcidos en las dunas
Amaneci6 destrozado,
deshecha la mandibula, yacen
desgarrado el ronronear de su aparato. 10s mitos
iQu6 m& da? para qu6. enterrarlo?
Lo enroll6 en un peri6dico ern mrne m d a eixpuestos
manchando con su sangre el titular que dice:
"OTM MUJER ASESINADA EN J U ~ Z " . adheridos

Mientras envuelvo el pequeiio cadkver, como el ealcio a 10s huesos


un cuerpo yaw en la mesa del forense
abierto de la raiz del cue110 a la vagina. Busco
Buscan en su matriz de nifia,
en su pecho inerte, en el tejido de sus viscera,
una verdad atroz y gigantesca como la decadencia;
una verdad con pie1 de poros erizados y mis6gina entrafia.
Horror: en esta oscuridad de mandi-bula
Descarga el golpe para esta coraza del espiritu,
en esta ciudad de earniceros que cierra su doble fila de colmillos
aprender6 a llorar la muerte de un felino.
en las escamas & mi umto.
M I C A E L A SOL^ s

Se mutar&la ternura femenina


en una esfinge de piedra,
mitad virgen,
mitad bestia.

Asi, Diosa blindada para la especie.


seriadas victimas rotan por decenas en el tiempo,
fieles a la impronta de la maquila, Se trocaran entonces las vulvas satinadas en
en fragmentos sus miembros y su historia se diluyen [fauces de piraiias.
en este verter a gotas la libaci6n futura,
este escanciar la copa del sudor y la sangre para la sed Del doloroso orgasmo,
[insaciable. lenguas de fuego para el amante.

Y este espiritu de cifra, Garras felinas d acecho del romance.


esta costumbre de levantar
uno
a uno .
10s miembros extraviados. fosilizado bajo el gklido escudo de 10s pechos.

Saetas verbdes
las pdabras

y espejos de ignominia,
las miradas.
MICAELA SOL^ s

Ahora,
yo me pregunto:

iQu6 oculta vejiga segrega el numen del poder?


Mientras tanto,
iQu6 sofisticado mecanismo une al deseo y a la 10s cadiiveres, 10s huesos
destruccibn? y las visceras
son signos,
Hablar de esto es hablar en lenguaje de vkrtigo y abismo, 10s crudos jeroglificos de la modernidad.
esa verdad humana metaforizada en infierno. Jeroglificos de sangre
Es el ritmo cardiac0 del violador .en el momento de la sobre la arena de las dunas,
eyaculacibn, semhtica voliitil de 10s tiempos que corren,
la ira del ser volcada contra el umbral de la vida. que nos dice entre lineas
El instinto de no ser: que agoniza el Ser de indiferencia.
Saciedad.
Saciedad.
Saciedad.
Saciedad. ..
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O MICAELA S O L ~ S

Frente a mis ojos las han sacrificado.

He sentido
Sobre la palma de mi mano se pierde la palabra; el calor de la sangre
es un grano de arena dmpliee en cada uno de mis poros.
que no habia inventado la voz a su hermetismo de sal;
per0 horada su silencio, si; He escuchado
su impasible pequefiez carcome las lineas del hturo. su clamor
en 10s canales enloquecidos por sus gritos.
Quiero palmas abiertas sin ceguera.
Gargantas pasionarias nuestras diestras He percibido
para escribir a coro el grito soterrado el horror de sus ojos en mis suefios m h reales.
de las &as ultrajadas con sexo, y silencio...
En este triste territorio, en este sew, antiguo mar atormentado. Sin embargo
De sus profundidades rescatemos el canto f6sil de las sirenas, he callado.. .
desatemos las amarras del miedo en este Ponto de barbaric.
Gritemos desde las palmas como desde las plazas
Mi silencio
el auxilio que nunca escucharemos.

es una montafia de cadheres sin sepultura.


sobre la espalda
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O MICAELA SOL^ s

w9

Pero, jalguien sabe la velocidad en nudos


de este viento mis6gino quo sopla?
EstA por todas partes, sientalo bien, percibdo:
En la envidia de la mujer por la rnujer,
en la exclusi6n vertical del viejo ferninismo,
en la declaraci6n del obispo y del politico que dicen:
Ahora Antigona renueva el rito fraternal, "Ellas son las que provocan".
porque no hay sepultura sin poema,
(esta contrita vergiienza que pesa en el teclado) .
esta elegia que embalsama las vaginas laceradas,
este recolectar uno a uno 10s cabellos enredados en 10s
[mezquites. Esth en 10s cines,
en la escuela,
Pido las manos de quien quiera ofrecerse- en la maquila,
para contar de diez en diez en la colonia,
hasta el nlimero de ochoeientas muchachas, en la plaza,
" m h o menos", en la iglesia, .
como cuenta la matemiitica oficial: en el Cong~eso,
m8s o menos justa, en el hogar. ..
m h o menos tolerante, En el coraz6n de 10s hijos y
m h o menos lento, pendulo del poder, en el coraz6n de las madres.
m h o menos impotente. Y est6, -]oh ignominial-
en algunos
buenos poemas
de algunos
de nuestros
buenos
poetas.
Estii tambi6n
debajo de la lengua,
al acecho Estas muchachas de maquila,
del tiempo propicio, tan oscuras en su cabello desgreiiado,
cuando soltamos tan j6venes en su muerte,
el chingazo tan esenciales en el horror.
del liitigo verbal.
Estas ochocientas y "tantas" oficiales muchachas
Eslogan ancestral
en la cifra criminal,
emerge de 10s tiempos
tan desparramadas en 10s cerros,
de la mis6gina
tan usadas y vueltas a usar despu6s de muertas.
conquista americana,
para nosotros 'Pan repetitivas y copuladas,
mexicanos, estas operadoras de maquila.
descendientes De rnuerte mAs que primitiva: sis-te-ma-ti-za-da.
de las indias violadas. Pobres muchachas sin fantasma,
de callados higados teipeando la palabra.
Y estos cerros de Juiirez oliendo
a adrenalina ye semen.
Y estos baldios oliendo
a sudor,
adrenalina
y semen.
Y estos canales oliendo
a sangre,
sudor,
adrenalina
y semen.
Y estas calles oliendo
a olvido,
sangre,
sudor,
adrenalina,
y semen.
E L E C ~ AE N E L D E S L E R T O

Es ta ciudad oliendo
a miedo,
olvido,
sangre, I Si hubieras conocido a tiempo el mar, muchacha,
sudor, I1 su inmensa ligrima salobre
adrenalina antes de la salmuera del secuestro,
y semen;
donde 10s asesinos contonean el sex0 como si nada,
frente a usted, frente a mi que vamos a Wal-Mart
I
1
no se hubiera disecado tu rostro a la intemperie
como esa mascara dorada de tu fotografia en la revista,
con la patina del sol en tu catistrofe;
10s domingos en la maiiana, como si nada. I y la oquedad de tus cuencas por donde el panic0
Como si nada ... en fuego desbord6 las dtimas imAgenes
hasta el g i t o que a6n repta entre 10s dientes apre&os.
Si esa maiiana, suave se hubiera deslizado
una sgbana de Holanda entre lus muslos,
no estuvieras ahi, diosa de la impudicia,
con el muii6n perdido entre la arena.

Si hubieras nacido en el palacio salom6nic0,


yacerian tus p6rpados tranquilos
bajo el color azul del lapisl6zuli;
No estarian tus ojos en el monstruoso espacio
tan fuera de su silio, tan caidos en su abismo.

Si te hubieras dormido por cien aiios,


hasta ser despertada en el siglo XXII
por el beso de un principe,
no se hubiera coagulado el crep6sculo
en tu rostro que, como obra clisica,
ha dejado de ser tuyo, porque t6 ya no existes.
La pesadilla espantosa de cien aiios,
tu mhcara de idolo modern0 es de nosotros,
10s sobrevivientes.
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O MICAELA SOL^ s

Tii quedaste, muchacha, en la antevispera:


En el ultimo viento bondadoso,
en el beso del novio, en la mano de la amiga,
en la violeta cotidiana donde qued6 revoloteando
tu juventud eterna y fr@l.

D6janos a nosotros continuar el grito no escuchado,


el dolor de esta solidaridad extemporhea,
la violencia de seguir existiendo.
Y, acaso,
danos en una ola, el dulce rumor de tu deseanso.
Y acaso, danos en una ola, el dulce rumor de tu descanso.

I Y acaso, danos en una ola, el duke rumor de tu descanso...


I
MICAELA S O L ~ S

Rumbo a la certidumbre
'10s pasos de los padres
suenan ashpticos en las baldosas,
Mas la noche tienen un eco mistico de pasos en el templo.
sedimenta su peso en 10s dias deweeientes,
y mis noche se vuelve cada dia. Ante la morgue,
Ah, viejo, desmemoriado ocbano: un tufo profundo a humanidad
QuB pronto has encorvado el esternbn, abre la puerta de la desesperanza.
qu6 nifio a6n sostienes tus lacbnicas arrugas.
Tu antigua afeccibn de parquedad Con estatus de santos en 10s altares,
es dolencia que arrastras sobre las planchas, 10s cuerpos violentados
en las cuatro coyunturas secas de tus vientos. exponen su verdad sustantiva
Y cbmo pesa, en el severo abandon0 de si mismos.
desde esta lucidez nocturna del espectro que me habita, Obcecados, ahi..., como 10s santos.
vagar por esas calles de canteras demolidas
con el cr6nico olvido de tus guerras Bajo la d a n a blanca,
pudribndome el insomnio. en la mujer,
Ocultarh tus miedos destemplados tus poetas, oculta el caos su compacta ilusi6n.
aferrados a la locura inverosimil de tus flores,
a la falm consecuencia de tus niiios, 8610 la ciencia del amor
y a la alondra que en la maiiana intenta podrii al@n dia revelarla,
persuadir a la luz de su extravio, cuando brille la Verdad sobre la especie
mientras con paletadas de belleza cavan tu sepultura. y tenga la descendencia
la suficiente fuerza para mirarla.
Esta obra se tennin6 de imprimir en octubre de 2004
en 10s talleres de la Imprenta Universitaria ubicada
en Hermanos Escobar y Plutarco Elias Calles,
Ciudad Juhrez. Chihuahua, MBxico.

Tiraje: 500 ejemplares

iDichoso sera el tiempo de la Mujer de Luz!

Rafael Vaquera
Coordinador a% la Imprenta Universitaria

Juvenal Rodriguez
Jefedk Taller

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