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InmemorÍam
Micaela Solís
Poesía de crisis
Solís, Micaela.
Elegíaen el desierto : In memoriam / MicaelaSolís..- ta. ed.- Ciudad
Juárez, Chih.:UniversidadAutónomade CiudadJuárez., 2004.
80 pp. ; 22 cm.
ISBN: 968-7845-68-6
Carlos Montemayor
r:
Introducción
Micaela Solís
12 13
ELEGÍA EN EL DESIERTO MICAELA SOLÍS
~ ~
Enredada en sus calles, la ciudad, (...) Presentaba también restos de ropa los cuales se descri-
impávida ancla la muerte ben a continuación: Camiseta blanca en muy mal estado de
en la profundidad de su silencio. ronservacion que presenta un logotipo en la parte posterior
Enredadas sus horas y sus días rin forma de un círculo rojo con unas barras lineales blancas
en las pérfidas mentiras de la luz, // esta parte presenta una zona con ruptura y falta de tejido;
amanece exhausta del último naufragio. además presenta muchas perforaciones y la tela esta muy
podrida; en la parte posterior se le aprecian unas letras in-
completa» y que al parecer dicen 'SOLIDARIDAD' (...)
14 15
ELEGÍA EN EL DESIERTO
MICAELA SOLÍS
No el cigarro,
su brasa incandescente entre los muslos.
No los dientes
arrancando el pezón izquierdo.
No la daga
cercenando el seno derecho.
~ No el filero
separando las uñas de los dedos,
asestando cincuenta puñaladas.
Un instante habrá, No la piedra
tal vez un grito, fracturando el cráneo.
un mínimo hilo que desate la voz. No las ratas de fuego
Mientras tanto, horadando la matriz.
el canto rueda cuesta abajo de la vida. No el cable
estrangulando,
ni las llantas del auto atravesando la espalda,
como el peso del poder que en vértigo desciende
partiendo en dos:
una
y otra
y otra
y otra
y otra vez
el ascenso inevitable del vuelo femenino
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ELEGÍA EN EL DESIERTO MICAELA SOLÍS
Delicado era
ni filo de la daga
y el calor de la brasa
y la dureza de la piedra
y el ardor de la cuerda en el cuello;
f'rente al filo,
~ la fuerza
y el ardor
de su mirada y sus palabras,
A su cumbre infernal de las cuales regreso
alzábanse mis gritos como llamas por las que quedan colgando de una bolsa de plástico,
y todos los oídos fueron sordos; eonfundídos sus esqueletos, sin nombre y sepultura.
les era necesaria la escala de mi sueño
a él Por las quinientas desaparecidas,
y al otro -las imaginadas en todas las formas de la muerte-.
y al otro
y al otro Esos fantasmas irredentos
y a todos ..., que musitan con las ráfagas del viento:
para cumplir exacto mi designio, "Aquí estoy...",
tanto más hondo como frágil la escala de mi cuerpo.
cuando el dolor
Al peso de la culpa no volverán a ver la luz, cuando el dolor
su patria es el abismo. cuando el dolor
"aquí estoy"
~
Y pasa la Torva buscando
(mi concreto, recóndito latido);
Espero ...
pero he plegado de nuevo las rodillas en el pecho,
Perlas de azogue entre los dedos,
ocultando el arcano pulso del principio.
las horas.
Soy un acto de fe, un embrión
8Ín hambre, sin dolor, sin miedo.
Burbuja el tiempo,
Soy la habitante del capullo salvo.
comba nave protectora en medio de la noche
La bondad coloca su palma de ternura sobre mi espalda,
viaja a contra sombra:
su tibieza se esparce en ondinas de dulce mansedumbre.
la esperanza.
(buscándome),
20 21
MICAELA SOL^ s
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O
%L
Mientras en el desierto,
9
Sublimada en deseo Ii En tanto, en las avenidas asfaltadas y pulcras, enfebrecidos,
regreso 10s chihuahuenses se welcan solidarios tocando cltixones,
por aquellos que recorren las faldas de 10s cerros: ';
i luciendo parabrisas cud bardas frenhticas en movimiento,
haciendo llamadas telefbnieas hasta la Victoria del hbroe,
13 como un compacto ejhrcito que marcha inexorable al hxito,
Los solidarios : lanzando la consigna a una sola voz de miles de habitantes:
que se llagan las plantas de 10s pies
"Chihuahua con Omar".
entre 10s matorrales y En el reality show donde, como leones de circo romano,
10s llanos inconmensurables. ;
devoramos, piel adentro, nuestros intimos rasgos de
Los anegados [humanidad,
i creando, a nuestra imagen, a1 nuevo Dios Medidtico.
en 10s espejismos de la esperanza. ;
i
Digno seria para ti un destino de exilio,
Los que buscan I pueblo de mirada vacia,
a1 lado de 10s padres,
la identidad amada de la hija
12 puesto que ignoras cuhn despojado de tu patria vagas.
en la basura
que el viento ensarta en 10sgatufios.
Regreso Regreso por el duelo
a la hora de 10s pobres que libran solos una guerra privada: .
del poema,
la dulce lluvia.. .,
iQui6n pudiera a las cinco de la tarde Qui6n pudiera abn, entre cadAveres,
expandir el cuerpo agotado sobre la cama? [ser cazadora de utopias...
Oir el noticiero y encender el mecanismo del duelo.
Anegar con la sal de la pena las grietas de la apatia
y salir
a secarse las l e i m a s con el viento de la calle
que abra en flor el grito de la roja rebeldia.
E L E G ~ AE N EL D E S I E R T O M I C A E L A SOL^ s
Soy la que regresa Entre 10s eseombros de la eonciencia vagarh las genemiones.
para darles la corrosiva flor de mi memoria, ~Desdequ4 limbo clamando perd6n por 10s arrepentidos?
la que arraiga sus pktalos como ufias ~Desdequ4 infierno purgando la sentencia de 10s a s w o s ?
y provoca un llanto con la densidad seca de 10s m6danos;
la que a sus muertes cotidianas ofrenda su
[perenne muerte.
La que pide como tinica justicia posible:
Ni perdbn, ni olvido.
Ni perdbn, ni olvido.
Ni perdbn, ni olvido.
Ni perdbn, ni olvido.
Ni perdbn, ni olvido.
E L E C ~ AE N E L D E S I E R T O MICAELA SOL^ s
,
Luego dieen que la culpa es de nosotras por coqyetas. . El camino de ilusiones del rancho a la frontera,
Pero, jqui6n carga con la liltima culpa en este la triste sumisidn de tu mama.
[hormiguero de culpas? Luego, el pinche cache de trabajar en la maquila,
LAqu6 coqueterla obedece la impunidad de 10s despuds de la mirada desconfiada sobre el hombro
[delincuentes ilegales?, de la senora de la casa ricachona,
0, ja qu6 coqueteria obedece la impunidad de 10s donde se adelgaz6 la pie1 de tus manos 1
[delincuentes legales? diluida entre 10sblanqueadores hip6critas de la clase.
en su humilde poema posmoderno, Es la tregua del Ser: La infancia que entre juegos
azul sint6tico. opone resistencia a este aire carg-ado de melancolia;
En un azul suefio narc6tico su cuerpecito cuelga. y silba el viento y deja en su fma pie1
el polvo de otras pieles, otros juegos y otras caidas...
En una patria azul narc6tiea su infancia es emigrante
hacia la mesa clandestina de un quirbfano, Mientras tanto,
a la fosa comfin de las indias hermosas, sus p&pados son la pantalla vacia del futuro,
hacia la levedad del absoluto olvido pantalla que pinta en piupura la espera.
de quienes atravesamos el crucero del milenio.
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O MICAELA S O L ~ S
Una mano
aparece entre la arena
en 'crispaci6n de estrella que se apaga.
Cinco tentticulos
de luz oscurecida. Y en la profundidad que ahoga a la certezaj
Dedos de caracola, el crimen en su cuerpo de pirtimide
percute 10s intimos tambores del silencio:
ufias calkreas El espiritu reptil de 10stestigos que enmudecen,
que hienden desde su nada a1 infinito. su sinuoso desliz
por la raiz putrefacta del sistema.
En cuneiforme delirio Ronda y semilla el grito af6nico en la calle vacia.
reptan gusanos por la palma P6ndulo del miedo sin contrapeso y sin espacio,
destiempo para 10s dltimos compases del peligro,
hacia las espumosas lineas del destino. aterrada la garganta, cerrado el pecho.
,
Cuenco de la barbarie para la sed de morbo.
Flor de impotencia
I En el baldio,
h a c o de la civilizaci6n
que en mdtiplos de lustros cuenta las eras de la desilusi6n.
Ahora,
oscura golondrina,
aleteo
Y el amor verdadero.. .
Al@n dia, algtin mes, al@n ado,
o el resto de la vida, quiz&...
techo de limina,
piso de arena, y las caguamas del esposo que observan
. remolinos desde su caparaz6n de cebada y gavedad
el paso de la luna por la noche.
para pies de la aventura
que cruzan globalizacidn y surrealismo El esposo...,
en el espejismo del progreso. sentado en 10s vestigios de un asiento de Cadillac,
con la camisa abierta en la barriga prieta, esperando
que llegue la 'noche obscura del alma...'
Todo es pie1 , .
en esta forma femenina que habitatnos.
'
I
calma chicha,
malla cicl6nica
porque el fondo
.Yno termina nunca de tocar fondo ese dolor, es inalcanzable
para el poder,
para 10s violadores,
para 10s hijos de la sombra,
para 10s engendros del vacio.
E L E G ~ AE N E L D E S I E R T O MICAELA SOL^ s
A la pantalla,.donde incuba a1 cigoto del horror Y no termina aunca de tocar fondo ese vacio.. .
que, engendrado de vacio,
se multiplica ciberneticamente,
adherido a la matriz globalizante
del macho que pare frustraci6n:
Esa abyecta forma de morir matando,
de morir mirando,
atado a1 hastio de si mismo, hundido.
~~ - -
MICAELA SOL^ S-
m:
Acaso padre,
acaso amante,
acaso hijo,
acaso hermano,
acaso hombre...
Horada m,
el timpano de la piedra en quien la belleza, la sensibilidad, la profundidad y 10s
el golpe seco en la cabeza de la victima, [grit~sfemeninos
y no termina nunca de tocar fondo la excitaci6n del monstruo, vibran en eco sostenido cud plomo ardiente en 10s sentidos;
el exiliado del amor que a1 despertar y la coca, el alcohol, las anfetaminas, el dinero,
- --si es que d u e r m e son 10s hilos que penden del oculto poder
desenrolla en el oriente medio de la mesa un fajo de billetes sobre tu mente, que, confinada en el ejercicio
y en la quijada carga la resaca del sabor oxidado de la sangre del mandato,
y la mentira. la maldici6n,
El que, de quien sabe qu6 ancestral pufio, la furia,
soporta atravesado el coraz6n en una intima discordia; la violacidn,
el que, con el crimen, cobra la entrega de su virilidad la dentellada,
a1 muerto que en vida carga el cuerpo. el crimen,
el cinismo,
finalmente te dirk
"Es envidia,
sf.
MICAELA S O L ~ S '
Saetas verbdes
las pdabras
y espejos de ignominia,
las miradas.
MICAELA SOL^ s
Ahora,
yo me pregunto:
He sentido
Sobre la palma de mi mano se pierde la palabra; el calor de la sangre
es un grano de arena dmpliee en cada uno de mis poros.
que no habia inventado la voz a su hermetismo de sal;
per0 horada su silencio, si; He escuchado
su impasible pequefiez carcome las lineas del hturo. su clamor
en 10s canales enloquecidos por sus gritos.
Quiero palmas abiertas sin ceguera.
Gargantas pasionarias nuestras diestras He percibido
para escribir a coro el grito soterrado el horror de sus ojos en mis suefios m h reales.
de las &as ultrajadas con sexo, y silencio...
En este triste territorio, en este sew, antiguo mar atormentado. Sin embargo
De sus profundidades rescatemos el canto f6sil de las sirenas, he callado.. .
desatemos las amarras del miedo en este Ponto de barbaric.
Gritemos desde las palmas como desde las plazas
Mi silencio
el auxilio que nunca escucharemos.
w9
Es ta ciudad oliendo
a miedo,
olvido,
sangre, I Si hubieras conocido a tiempo el mar, muchacha,
sudor, I1 su inmensa ligrima salobre
adrenalina antes de la salmuera del secuestro,
y semen;
donde 10s asesinos contonean el sex0 como si nada,
frente a usted, frente a mi que vamos a Wal-Mart
I
1
no se hubiera disecado tu rostro a la intemperie
como esa mascara dorada de tu fotografia en la revista,
con la patina del sol en tu catistrofe;
10s domingos en la maiiana, como si nada. I y la oquedad de tus cuencas por donde el panic0
Como si nada ... en fuego desbord6 las dtimas imAgenes
hasta el g i t o que a6n repta entre 10s dientes apre&os.
Si esa maiiana, suave se hubiera deslizado
una sgbana de Holanda entre lus muslos,
no estuvieras ahi, diosa de la impudicia,
con el muii6n perdido entre la arena.
Rumbo a la certidumbre
'10s pasos de los padres
suenan ashpticos en las baldosas,
Mas la noche tienen un eco mistico de pasos en el templo.
sedimenta su peso en 10s dias deweeientes,
y mis noche se vuelve cada dia. Ante la morgue,
Ah, viejo, desmemoriado ocbano: un tufo profundo a humanidad
QuB pronto has encorvado el esternbn, abre la puerta de la desesperanza.
qu6 nifio a6n sostienes tus lacbnicas arrugas.
Tu antigua afeccibn de parquedad Con estatus de santos en 10s altares,
es dolencia que arrastras sobre las planchas, 10s cuerpos violentados
en las cuatro coyunturas secas de tus vientos. exponen su verdad sustantiva
Y cbmo pesa, en el severo abandon0 de si mismos.
desde esta lucidez nocturna del espectro que me habita, Obcecados, ahi..., como 10s santos.
vagar por esas calles de canteras demolidas
con el cr6nico olvido de tus guerras Bajo la d a n a blanca,
pudribndome el insomnio. en la mujer,
Ocultarh tus miedos destemplados tus poetas, oculta el caos su compacta ilusi6n.
aferrados a la locura inverosimil de tus flores,
a la falm consecuencia de tus niiios, 8610 la ciencia del amor
y a la alondra que en la maiiana intenta podrii al@n dia revelarla,
persuadir a la luz de su extravio, cuando brille la Verdad sobre la especie
mientras con paletadas de belleza cavan tu sepultura. y tenga la descendencia
la suficiente fuerza para mirarla.
Esta obra se tennin6 de imprimir en octubre de 2004
en 10s talleres de la Imprenta Universitaria ubicada
en Hermanos Escobar y Plutarco Elias Calles,
Ciudad Juhrez. Chihuahua, MBxico.
Rafael Vaquera
Coordinador a% la Imprenta Universitaria
Juvenal Rodriguez
Jefedk Taller