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Cambios percibidos en las relaciones con los hijos en la mediana edad y vejez

RESUMEN

ABSTRACT

Introducción

Nuestro país muestra claros signos de envejecimiento poblacional desde hace


varias décadas. En el año 2010, fecha del último censo, se contabilizaba una
población mayor de 60 años de 5.725.838 personas, lo que representa el 14, 3 %
de la población total. Para el año 2050 se estima que dicha cifra ascenderá al 25 %.

Este fenómeno y la necesidad de respuestas a las problemáticas que podrían


presentar la mediana edad y la vejez, impactan generando nuevas realidades
psicosociales y demanda a los ámbitos académicos el diseño de investigaciones
pertinentes que aborden e intervengan a las necesidades emergentes. Esta realidad
impacta generando nuevos escenarios psicosociales, con modificaciones en el seno
de las familias y en las relaciones inter e intrageneracionales que se suman a las
derivadas del tránsito por diversas etapas del curso vital. Con respecto a los
cambios en las familias, se ha generado un aumento de las formas verticalizadas,
ya que por el incremento de la esperanza de vida, viven miembros de varias
generaciones en un mismo momento, pero no conviven en un mismo hogar. Por
otra parte, con la disminución de la natalidad, hay menos parientes laterales
(hermanos, tíos y primos), lo que promueve que aumenten las relaciones
intergeneracionales y disminuyan las intrageneraciones. (Roque & Fassio, 2012).
En este contexto, la mediana edad constituye la denominada “generación
sandwich” debido a que es la encargada de brindar cuidados a sus hijos, y a sus
padres, tareas que recaen fundamentalmente en las mujeres, que luego de su
ingreso al mercado laboral disponen de menos tiempo para dichas actividades. En
referencia a las personas mayores, este escenario se caracteriza por una menor
disponibilidad de vínculos que brinden cuidado en situaciones de dependencia lo
cual a su vez puede generar no solo falta de apoyo suficiente en las personas
mayores, sino también sobrecarga en la generación de mediana edad. Esta etapa,
según Iacub (2012) se construye por el aumento de la expectativa de vida de la
sociedad moderna. Una de las referencias sociales clave de la mediana edad, que
permite distinguirla como una etapa de vida separada y distinta, se produce con el
declive en la edad de tener hijos y la aparición de la abuelidad en etapas tempranas
(Neugarten, 1999; Wahl y Kruse, 2005).

Frente a esta variedad de fenómenos cambiantes de orden psicológico, social,


familiar e incluso demográfico, es importante conocer qué cambios se producen
actualmente en las relaciones intrageneracionales e intergeneracionales en estas
dos etapas vitales; la mediana edad y la vejez. Por lo que nos propusimos investigar
estos cambios en la mediana edad y vejez.

Marco teórico

Para abordar estas necesidades de la población adulta, consideramos adecuada


la conceptualización del modelo del curso vital, que plantea una nueva forma de
comprender el envejecimiento: como un proceso integrado dentro del conjunto de
la trayectoria vital humana (Villar, 2005). También la Psicología Positiva, propone
un marco de referencia del envejecimiento que cuestiona las concepciones
exclusivamente negativas que lo asociaban a un proceso de pérdida irreversible.
Sin negar los procesos de pérdida que puedan estar presentes y ser incluso
dominantes en algunos momentos, los incluye junto con otros procesos que también
pueden estar presentes, como los que impulsan el mantenimiento o incluso el
crecimiento y la ganancia. De esta manera, reconoce que en todas las etapas de la
vida hay pérdidas y ganancias.

El desarrollo psicosocial, los cambios decisivos, y la elección son procesos en los


que el aprendizaje constituye una dimensión sustantiva que todos los seres
humanos requieren. Esto implicaría comprender situaciones, adaptarse
creativamente a ellas, transformarlas, reorganizar los datos de la realidad para
lograr una interpretación cada vez más integral y completa. Erikson (1983) entiende
que las personas atravesamos a lo largo de nuestro curso vital por diferentes
etapas. A la edad madura le corresponde la generatividad como una renovada
situación de dependencia al servicio de la evolución del ser humano. Al respecto
explica que el hombre maduro necesita sentirse necesitado, y la madurez necesita
la guía y el aliento de aquello que ha producido y que debe cuidar. La generatividad,
entonces, es en esencia la preocupación por establecer y guiar a la nueva
generación. Cuando tal enriquecimiento falta por completo, tiene lugar una
regresión a una necesidad obsesiva de pseudointimidad, a menudo con un
sentimiento general de estancamiento y empobrecimiento personal.

Los vínculos que brindan apoyo son necesarios a lo largo de toda la vida ya que
cumplen un papel fundamental ayudando a “proveer sentido a la vida”, aportan
“retroalimentación cotidiana acerca de las desviaciones de la salud”, propician el
desarrollo de “actividades personales que se asocian positivamente con sobrevida”
(Sluzki, 1996, p. 81) y que se orientan al cuidado y a la promoción de la salud. Entre
los vínculos centrales y más frecuentemente incluidos, se han identificado aquellos
en los que intervienen pareja, hijos, padres, amigos y nietos.

Este trabajo es un avance de la investigación que indaga los cambios percibidos


en distintos tipos de relaciones, en este caso tomaremos sólo la relación con sus
hijos, tanto en la mediana edad como en la vejez, y comparar los resultados.

Aspectos metodológicos

Los datos fueron analizados de manera cualitativa por método de comparación y


generación de categorías explicativas.

En la conformación de la muestra se incluyeron personas de mediana edad de


ambos sexos cuyas edades se encuentran entre los 40 y los 55 años de edad y por
adultos mayores entre los 65 y 80 años, funcionales, en apariencia,
independientes para escribir y expresarse, y que viven en la comunidad, en las
ciudades de Mar del Plata y Mar de Ajó.
Se seleccionó una muestra intencional conformada por un total de 100 personas (50
de mediana edad y 50 de adultos mayores).

A los sujetos seleccionados se los invitó a participar voluntariamente y se les brindó


información acerca de los objetivos de la investigación y de su participación en la
misma a través de un consentimiento informado. En el trabajo de campo se
administró una entrevista semiestructurada que exploró tanto aspectos
sociodemográficos como los cambios percibidos en la relación con pareja, amigos,
hijos, nietos y padres y a la disminución o ampliación de sus vínculos.

Resultados

En la mediana edad al explorar los cambios en la relación con los hijos aparecen
diversas categorías. Algunas de ellas hacen referencia al crecimiento, al logro de
mayor independencia en la toma de decisiones cuando aún conviven en el mismo
hogar o incluso a la ida del mismo y el inicio de una vida adulta. En las narrativas
se observan diferencias debidas a la edad de los hijos que en algunos casos están
en la adolescencia, mientras que en otros ya son adultos que se han independizado
incluso económicamente y que en algunos casos han formado parejas con las que
conviven y han sido padres. Esta diversidad de situaciones marca de algún modo
un proceso de desarrollo de los hijos en la mediana edad que conlleva el logro de
una mayor independencia. Asimismo, algunos padres también dan cuenta del logro
de una mayor madurez en ellos mismos que también impacta en la relación con sus
hijos de manera positiva.

A continuación se presentan las categorías halladas y algunos fragmentos de


narrativas que permiten ilustrarlas.

Hijos adolescentes

En esta categoría se hace referencia a ciertas dificultades que aparecen en la


relación con los hijos a partir de que están transitando la adolescencia. Se les va
brindando cierta libertad en sus decisiones, pero aún marcando algunos límites.
Esto muestra algunas situaciones de tensión en la relación entre padres e hijos.

“Intento mantener la misma relación con todos, lo que pasa es que es complicado, porque los tres
están afrontando… uno está saliendo de la adolescencia, porque hoy es tardía, uno está
saliendo y los otros dos están entrando. Entonces entran en una etapa de… como te diría, que
ellos se intentan encontrar que quieren ser adultos por un lado y son chicos por otro, entonces
siempre está la confrontación contra los límites, entonces yo siempre digo… terminas de
arreglar una cosa con uno y se te despelota el otro, y nunca podes tener el equipo más o
menos…” (Hombre, mediana edad)

Adultez de los hijos

En esta categoría aparecen cambios en la relación con los hijos porque estos
ya han llegado a la adultez, tienen independencia en la toma de decisiones
sobre su vida y a su vez los padres tienen mayor libertad, disponen de más
tiempo ya que los hijos los necesitan y demandan menos que en épocas
anteriores. Asimismo, algunas narrativas muestran el cuidado y preocupación
de parte de los hijos, ahora mayores, hacia sus padres.

“Tengo dos hijas grandes ya, 30 y 32 años, la relación siempre fue buena, ahora también, creo que
no hubo grandes cambios en cuanto a la relación con ellas, los cambios propios de que han
crecido, tienen sus parejas, sus proyectos” (Mujer, mediana edad).

Nido vacío/ ida del hogar y mudanzas a otra ciudad

En esta categoría se refleja un gran cambio en la relación con los hijos como
consecuencia de su ida del hogar nuclear. En algunos casos se trata de uno de los
hijos, mientras los otros permanecen en el hogar y en otros ya se hace referencia al
nido vacío ya que todos se han ido de la casa familiar ya sea para vivir en otro
domicilio en la misma ciudad o se han mudado a otras ciudades.

“Con mi hijo nos vemos seguido voy al trabajo a visitarlo, hace un año se fue a vivir con la
novia y pareciera que eso lo hizo madurar más… ahora podemos dialogar, antes era
más complicado hablar. Las chicas se fueron antes, se casaron y por el trabajo de
sus maridos se fueron de acá, pero a pesar de la distancia estamos unidos”.(hombre,
mediana edad)

El cambio en la relación por adultez de los hijos/madurez de los padres se ven con
menos frecuencia, pero chequean que estén bien, se los sigue cuidando, pero
desde otro lugar, mayor unión a partir de la maternidad/paternidad de los hijos,
cambios en los temas que hablan, en las cosas que comparten.

Nido lleno

“Lo que yo actualmente siento es culpa, el haber hecho que ellos sean tan panchos
y tan cómodos, y que no tomen responsabilidad de adultos, porque todos son
adultos, quizás porque yo lo viví, viví la soledad y prácticamente el abandono,
entonces es como que los sobreprotegí mucho, pero bueno ya quiero que
vuelen también, que maduren y crezcan, que no soy eterna”.

CATEGORÍAS CAMBIOS PERCIBIDOS EN RELACIÓN A LOS HIJOS EN LA


VEJEZ.

Al explorar, mediante las entrevistas, los cambios en la relación con los hijos en la
vejez, siguen una serie de categorías. Las mismas hacen referencia a
características individuales diferenciales, dados por el paso del tiempo, ya sea de
su carácter o forma de vincularse, a partir de la formación de pareja de los hijos y
cómo influyen estos nuevos integrantes en la relación con sus hijos; así como el
nacimiento de los nietos que reordena la rutina, aleja o acerca dependiendo el
nivel de consolidación de la relación.

Además se dan cambios en dirección a la optimización del vínculo, apareciendo su


contrario la no consolidación o distanciamiento, ya que a lo largo del tiempo las
relaciones mantienen las mismas características tanto de cercanía o se acrecientan
los conflictos existentes.

Los cambios en el rol se perciben positiva y negativamente, dado que se generan


adaptaciones o conductas desadaptativas (negativismo, agresión, alejamiento o
sobreprotección) a partir de ciertos sucesos evolutivos: nacimientos, nuevas
parejas, etc. Los cambios se perciben en edades avanzadas como cambio o no
cambio, dado que se consolidan o se mantienen las relaciones de igual modo. En
este grupo de edades los hijos son adultos e independientes, la madurez de ambos
es un aspecto positivo de la relación dado que este crecimiento fortalece los lazos
o pueden identificar aspectos negativos y fomentar conducta adaptativas.

Ejemplos de las narrativas con las categorías:

|Cambios individuales diferenciales

Esta categoría alberga aquellas narrativas que destacan cambios en padres o hijos,
ya sea en relación con su carácter o en la manera de vincularse con el otro.

“La separación de mi hija me mató. Es algo que me cuesta afrontar…me produce malestar porque
me preocupo constantemente por ella, porque si la viera bien, bueno, listo, a otra cosa, pero ella no
está bien…Y eso me mata a mí porque quiero ayudarla y no puedo. A veces me traigo a mis nietos
para que ella pueda llorar tranquila en la casa y que, si quiere llorar que llore, que pueda hacer lo
que quiera sin tener que estar escondiéndose de los nenes. Pero es lo único que puedo hacer, y la
verdad que me duele.” (Mujer, adulta mayor)

“En general es buena la relación. Lo que me da esta edad, que está bueno y me gusta, es que yo
ahora les digo todo lo que pienso, no me callo nada. Por ejemplo, hoy le dije a una de mis hijas que
ya me tenían cansada, que me tenían repodrida, entonces le dije, y otras veces me hubiera callado
la boca, que era una desordenada, que vienen y me revolean todo y después me rompen las pelotas.
En otro momento me hubiese callado la boca...Eso es lo que veo ahora, que antes no decía nada.”
(Mujer, adulta mayor)

Parejas de los hijos

Se perciben cambios a partir de la consolidación de pareja por parte de los hijos.


Las figuras que se agregan a las familias, nueras y yernos parecen impactar en los
vínculos entre padres e hijos.

“El del medio es mas sentimental ,el me llama todos los días , quiere que me valla a vivir con él así
no estoy sola, y a mi me encanta estar sola y ni loca voy a la casa de él, su mujer es muy nerviosa,
pero esto no se lo digo para no herir sus sentimientos.” (Mujer, adulta mayor)

“Cambió solamente con mi hijo varón, o tengo dos hijas y un hijo. Cuando él decidió casarse por ahí
cambió nuestra relación un poco porque, bueno, yo no aceptaba a la que él había elegido como
esposa y madre de sus hijos y teníamos nuestras diferencias que hicieron que nos alejaramos un
poco. Pero bueno, después yo entendí que había que soltarlo y aceptar que no siempre lo iba a
poder tener conmigo, que ya había crecido." (Mujer, adulta mayor )

Nacimiento y cuidado de los nietos

Se presentan en los relatos características ligadas a la transmisión; continuidad en


modos de crianza por parte de los hijos; y por sobre todo una relación de disfrute
con menor responsabilidad sobre la puesta de límites que la que demandaban los
hijos. A partir del nacimiento de un nieto, se perciben cambios en relación al vínculo
con los hijos, desde cambios de rol a tipo de relación entre ambas partes.
“Mi hija tiene a mi nieto y eso hace que la relación sea distinta, porque estoy como más pendiente
de ese lado, tal vez charlo más porque también entra el nene como motivo de charla.” (Mujer, adulta
mayor)

“Hoy en día los chicos manejan la casa, la familia, las vacaciones, lo que se come, todo. Lo veo con
mis nietos, a mis hijos no les gusta que cuando los dejan a mi cuidado los rete o les diga algo… No
me permiten decirle nada a los chicos, si se mandaron una macana, pero están a mi cuidado y yo
no los voy a retar porque sí, si lo hago es por su bien o para cuidarlos. Por eso me duele cuando
ellos me dicen que como no soy la madre no puedo decir nada… esas cosas duelen.” (Mujer, adulta
mayor)

Consolidación de la relación

En esta categoría se encuentran agrupados aquellos testimonios que dan cuenta


del fortalecimiento de la relación con los hijos a partir de una mayor complicidad;
mejor comprensión; unión y sostén.

“Mi hija más chica la tengo en España, se fue hace diez años, ella viaja, yo viajo , hablamos todos
los días por la computadora…con ella es todo más relajado…siempre me soluciona los entuertos
que hago con la tecnología, me tiene paciencia y yo digo que porque está más lejos me tiene más
paciencia.” (Mujer , adulta mayor)

Distanciamiento/ Alejamiento/ Sin consolidar relación

Aquí se incluyen aquellos testimonios que dan cuenta de un alejamiento en la


relación de los hijos a partir de su crecimiento. Entre las razones indicadas se
encuentran distancia física; la no aceptación de parejas -tanto por parte de los
padres como de los hijos- y problemas. económicos.
“ Y con mis hijos, por ejemplo los que están en Buenos Aires ya ni los veo, antes iba todos los años
y este año ya hace dos años que no voy a la casa de Mirtita…hace dos años…y Fabi que no viene,
Mirtita que no viene, por el asunto del perrito el hermano no vino tampoco… Y bueno, con mi hija de
acá, mi nieta…ha cambiado también, yo…no, no reprocho. Yo ya no soy persona de decirte…Ella
ya empieza a gritar, mi hija de acá y a mi me duele mucho, y fue la que mas bolilla le día, la mas
criada, porque fue criada como una reina, mis otros hijos no. Por eso lo siento también…por eso lo
siento.” (Mujer, adulta mayor)

CUIDADO/APOYO

Esta categoría agrupa aquellos relatos que dan cuenta de cambios en la relación a
partir de la percepción de protección ; compañía; atención; cercanía y cuidado que
los hijos dispensan en mayor grado a sus padres adultos mayores a partir de una
mayor necesidad de ayuda -tanto en el plano físico-enfermedades, dolencias- así
como en el emocional -hijos como sostén a partir de la viudez – y económico en
algún caso.

"ya no podés hacer lo mismo que hacías cuando eras joven, pero también ganas cercanía de tu
familia y que te cuiden más, estar más acompañada" (Mujer,adulta mayor)

“Si pueden me ayudan económicamente, me dan una mano. Aunque no es que yo no tengo, tengo
el negocio y la jubilación de ama de casa, pero no me alcanza. Me doy los gustos, me compro mis
cosas.” (Mujer, adulta mayor)

VIUDEZ

Testimonios que manifiestan cambios a partir de la muerte del conyugue

“ Ellos están atentos a mí desde que el padre murió” (Mujer, adulta mayor)

“Mi rol no ha cambiado , lo que si, es que me aferré más a ellos cuando perdí a
mi marido.”

Cambios percibidos en los roles

En este caso son testimonios en los que se percibe la transición de padre o madre
que cuida de sus hijos a ser cuidado o donde la madurez de los hijos les da la pauta
de un cambio de su rol parental.
“Mi relación con mi hijo es excelente, es el hijo mejor que pude tener… cambiar sí, cambió, porque
antes era yo la que iba a sus casas a cuidar a sus hijas y los esperaba todos los días con la comida
hecha, ahora es él el que tiene que venir a mi casa y bueno, es como que se cambiaron los roles y
ahora es mi hijo quien tiene que cuidar de mí” (Mujer, adulta mayor)

"los hijos continúan con su vida y uno tiene que superar y tratar de encontrar otros sentidos..." (Varón,
adulto mayor)

Sin cambios percibidos en la relación+

Testimonios en los que los entrevistados perciben que no hubo cambios en cuanto
a la relación con sus hijos.

“ Hace muchos años que vivimos todos en la misma casa, pero sigue siendo igual, porque yo sigo
mandando , o gritando, o rezongando”- Mujer,

“Para mí no cambió nada mi relación con ellos porque para mí es como que no pasó el tiempo.”
Mujer, 68 años.

Conclusiones

El presente avance de la investigación constituye una aproximación a las


percepciones en referencia a los cambios en las relaciones con los hijos en la
mediana edad y la vejez.

En cuanto a las diferencias entre ambas etapas evolutivas, en los adultos medianos
se podría decir que las percepciones indicarían modificaciones dadas por las
diferentes etapas que atraviesan sus hijos: pasaje de niñez a adolescencia y de
adolescencia a adultez, incluyéndose en algunos casos la independencia, nuevas
parejas y nietos. Con respecto a la vejez identificamos que en general durante esta
etapa, se aprecia la consolidación y conservación de las relaciones o bien el
mantenimiento de formas vinculares basadas en conductas desadaptivas.

Consideramos que el aporte de este trabajo es brindar información validada


empíricamente a los fines de pensar y construir instrumentos y estrategias que
permitan abordar los vínculos intrafamiliares a lo largo del ciclo vital, propiciando
aspectos positivos que contribuyan a la prevención y promoción de la salud, en pos
de la mejora de la calidad de vida de los individuos.

Bibliografía

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