Вы находитесь на странице: 1из 5

Las batallas en el desierto, José Emilio Pacheco

Después de haber leído la novela, me detengo en el título Las batallas en el desierto.


Evidentemente, el autor describe en el segundo capítulo las guerras adolescentes en ese patio
descrito como una inhóspita caja de zapatos y que tienen como fondo los históricos y
dolorosos conflictos de Oriente Medio. Sin embargo, dado que toda obra literaria es ficción
y apela a la imaginación y, por ello, a la apertura de lo considerado como real, pienso que el
título también remite a las luchas (batallas) que cada uno ha de realizar en soledad (en el
desierto), en el sentido de que son cuestiones que nos conflictúan personalmente, en especial
a los adolescentes y jóvenes (pero también a quienes ya no lo somos). Estas luchas que cada
uno ha de emprender solo (en el desierto), son cuestiones que nadie puede evadir y que llegan
pronto en la vida, justo en la adolescencia y en la juventud. Son conflictos reales y dolorosos
por mucho que la cultura y la sociedad nos proporcionen calmantes de todo tipo.
Creo que de esto puede uno darse cuenta al final si se cuestiona sobre el título más allá de la
descripción que hace el autor de los juegos adolescentes en el patio de la escuela. Enumero
esas cuestiones por capítulos, sin la pretensión de que sean exactamente esos, sin la
pretensión de que sólo sean esos y sin la pretensión de que los capítulos se ciñan
temáticamente a esas cuestiones.
I. El mundo antiguo. La cuestión de la historia, pero en esa misma historia, la
cuestión del mundo y de las aspiraciones/sueños: la cuestión de la utopía.
II. Los desastres de la guerra. La cuestión de la alteridad, del otro; la cuestión infame
e histórica de la guerra que nos hacemos los seres humanos.
III. Alí Babá y los cuarenta ladrones. La cuestión de las formas de gobierno;
queramos o no somos parte de una comunidad -familiar, vecinal, social- y cuando
nos damos cuenta de cómo somos gobernados nos revienta.
IV. Lugar de en medio. En medio, el entre, lo que está entre uno y otro; se trata de la
tensión nosotros―otros, la diferencia, la identidad, la aspiración y el rechazo de
la propia clase; en nuestro caso ilustrado por dos términos despectivos: indio,
pobre.
V. Por hondo que sea el mal profundo. La cuestión del deseo, de los afectos, del
sentimiento.
VI. Obsesión. La cuestión de la doble moral (la incoherencia, la hipocresía) o, dicho
de otra manera, la imposición de lo supuestamente razonable sobre lo sensible, de
la razón sobre el sentir (Pascal nos ha dicho que el corazón tiene razones que la
razón no entiende).
VII. Hoy como nunca. El secreto-confesión; los secretos no son aquello que se guarda
herméticamente, eso en realidad no sucede. Los secretos son aquello que se cuenta
en voz baja, “al oído”, es decir, que se cuenta solo a quien consideramos que tiene
nuestra confianza: que lo guardará celosamente, que lo comprenderá, que no nos
juzgará. (sería bien interesante que alguien sintiera las ganas de ir a contarle a
alguien su secreto)
VIII. El príncipe de este mundo. Lo prohibido
IX. Inglés obligatorio. El malestar de ser etiquetado, estereotipado; es decir,
despersonalizado; el malestar de sentir que se nos arrebata a través de esos
dispositivos nuestra identidad
X. La lluvia de fuego. Los vicios y la estructura formativa familiar
XI. Espectros. La enfermedad del amor, enamoramiento
XII. Colonia Roma. La cuestión de la muerte de los amados y la muerte sin más que
se vuelve omnipresente.
Detrás de toda la temática José Emilio lleva a su lector a que se cuestione a sí mismo, en
realidad, ¿quién soy?, ¿para qué estoy aquí?, ¿por qué yo?
Nos hemos propuesto elaborar herramientas para que el texto nos permita acercar a los
participantes al modo de discurso y formas propios y constitutivos del filosofar y de
expresarlo, modos propios de conceptualizar, de plantear problemas y de (re) presentar la
realidad.
Propongo un esquema para el primer capítulo. Pienso que podría servir para los siguientes,
pero no estoy seguro porque también podríamos ir haciendo variaciones (en otros he
esbozado algunos puntos que pienso pueden enriquecerse).
I. El mundo antiguo (el mundo de la niñez del autor, la historia, los
sueños/utopía)
1) Lectura bajo contraste
a. en silencio
b. en voz alta con debida entonación
c. alternada uno del grupo y un buen lector
Hacer sentir el placer de una lectura bien realizada (vivida realmente con su ritmo).
Se puede hacer una buena lectura si hay una buena escritura.
2) Asimilación.
¿cómo es el mundo del autor?, vuelve a leer y ve tomando notas (en los marginalia)
que te permitan dar cuenta por escrito con tus propias palabras de ese mundo.
Ahora, dínoslo con tus propias palabras, sin el papel.
Reflexiona. Ese mundo ¿se parece en algo al tuyo?, (anota en tus hojas) en cuanto a
sus dificultades, malestares; en cuanto a sus sueños y esperanzas; en cuanto a las cosas
que hay y cambian, en cuanto a lo que se dice del propio mundo; en cuanto al modo
como se vive ese mundo; en cuanto a las dinámicas que están presentes. Trata de traer
de tu propia historia recuerdos (evocaciones); enuncia lo que te suscita a ti ese mundo
(provocaciones) y, finalmente, a qué te mueve personalmente (convocaciones).
3) Cuestionamiento
Palabras clave: historia, mundo, utopía (no están explícitas en el texto)
Mundo
Ese mundo ¿es solo el mundo del autor?, ¿es el mundo de los suyos?, ¿hay un solo
mundo o también está el mundo de los otros?, el mundo de los otros ¿es otro
mundo? O más aún, ¿son otros mundos que el del autor o el tuyo?
Historia
Mira tu propia historia, ¿estás contento con lo que has vivido?, ¿con lo que ha
sucedido a tu alrededor?, ¿qué te molesta de esa historia?, ¿qué te fascina o gusta?
Utopía
En cuanto a ti, ¿encuentras en tu mundo cosas, formas de ser, de pensar y de hacer
con las que no estás de acuerdo?, ¿tienes sueños respecto a ti mismo o respecto a tu
mundo?
¿qué es la utopía?, ¿de qué nos habla? (inconformidad/cuestionamiento e
imaginación/apertura creativa).
¿para qué sirve? ¿qué lugar tiene en la vida individual y colectiva?

4) El ejercicio de lecto-escritura (gozo de la buena lectura y buena escritura) busca que


se vea lo fecundo de:
Atender y entender lo que comunica el autor
Vincular con mi mundo o con mi vida
Cuestionar lo que el autor relata y lo que me encuentro
Identificar temas filosóficos y preguntarse sobre ellos, generar mi posición y
comunicarla.

Pienso que si logramos el gusto por la lectura, sea al nivel que sea, hemos logrado mucho.
Lo deseable que logremos el deseo de una lectura a nivel crítico, una lectura reflexiva
(filosófica) que supone un diálogo personal con el autor y una toma de posición personal con
respecto a las cuestiones que propone.
Se trataría de hacer de la lectura una experiencia personal (recordar lo que dice Gadamer
sobre la experiencia: es apertura, flexibilidad. La persona experimentada lo es no porque sabe
más cosas o ha vivido más, sino porque busca y puede saber más), se trata de una lectura que
posibilita construir conocimiento, saber cosas nuevas y saberse nuevo a sí mismo. Esta
lectura implica necesariamente la re-lectura, el ir y venir del estudiante de lector a autor.
Ojalá lográramos que ellos se hicieran de sus propias herramientas como elaborar cuadros,
síntesis, ensayos, informes en primera persona a partir de dos o más fuentes, en nuestro caso:
la novela y su experiencia que viene por las evocaciones, provocaciones y convocaciones
que sentimos.
Lectura informativa
Lectura comprensiva
Lectura crítica. Lectura como re-lectura con lápiz en mano (se lee con un propósito
personal)

II. Los desastres de la guerra


El otro, ¿quién es?
¿quiénes somos ese nosotros?, ¿quiénes son ese otros?, ¿cómo y quién determina que el
otro es otro que nosotros y no un nosotros?
Qué incomodidades vivimos en casa o en la escuela, ¿y qué motivos tienen los nuestros o
nosotros para que ellos no encajen?
La guerra, parece que en la historia y en nuestras vidas nunca desaparece, ¿tenemos alguna?
¿cuáles son nuestros chivos expiatorios?
Hacer caer en la cuenta de vivimos tensiones o vacíos que tratamos de aliviar con nuestros
juegos humillantes. Las burlas no nos son ajenas, somos jóvenes y buscamos formas de
sacar nuestra agresividad.
¿Cuáles son nuestras guerras ahora?
La guerra en la que siempre los que ganan son los buenos
Creo que podríamos llevar el planteamiento por otra vía, ahora por la simpatía/aversión
respecto a alguno de los personajes de la novela.
Nos identificamos con alguno de esos personajes, con sus luchas, con sus inquietudes,
búsquedas y rabias, ¿por cuál? y por qué sentimos simpatía o aversión, ¿qué nos evoca?,
¿qué nos provoca? Y ¿a qué nos convoca?
Describe a tu personaje: cómo es, qué gestos tiene, sus movimientos, su fisonomía, su
vestimenta, sus expresiones verbales, sus penas, miedos, dudas. Píntalo para nosotros,
preséntanoslo de cuerpo entero, ¿cómo sientes su alma?, ¿qué te comunica?
La agresión ¿nos pertenece por el hecho de ser humanos?, ¿por vivir con otros?, ¿por
decisión nuestra?
Elige para la alteridad, la guerra o la agresión, un fragmento que nos hable de ella y escribe
cómo resuena en tu alma.

III Alí Babá y los cuarenta ladrones


Nuestras formas de organizarnos, de gobernarnos
¿Quién o qué hace a los pobres ahora?
Nuestras dobles vida o lo que en otro lenguaje se dice como nuestra doble moral o nuestra
hipocresía.
Nuestra tendencia judicial, a proceder como jueces.
Nuestros afectos que se extienden a las imágenes o a las especies, antes que a nuestra
especie concreta.

IV. Lugar de enmedio


Nuestras aspiraciones que siempre tienden hacia arriba, hacia el norte
csr

Вам также может понравиться