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Sin embargo, es evidente pensar que en esta concepción y relación entre hombre y
sociedad, en educación, se establece un aporte mutuo que implica que se recibe de la
sociedad todo lo que es necesario para la realización y logro de los fines del hombre y
que a su vez éste responderá a ella por lo que ha recibido. Meyer (2007)1 señala que la
educación adquiere un rol protagónico al momento de querer estudiar la vinculación
existente entre el hombre y la sociedad. Si se entiende el concepto de la educabilidad
como la capacidad de cada persona de ir adquiriendo nuevos conocimientos integrados
en el orden social, se puede comprender que esto le permitirá un mejor desenvolvimiento
con su entorno. Esto trae como condición necesaria que, al haber un mejor
desenvolvimiento, habrá también una mejora tanto en ámbitos individuales como
colectivos, ya que al desenvolverse mejor en el ambiente, se beneficia también a la
sociedad.
1
Meyer González Gloria, “La Educación desde una perspectiva antropológica”, 2007.
www.monografías.com
Al profundizar en esta perspectiva, se puede observar que la educación permite dotar al
educando de las herramientas, habilidades, competencias y valores que son
indispensables para su desempeño social. En este sentido, es importante considerar que
el proceso de aprendizaje es constante y permanente, porque las habilidades que se
necesitan en cada una de las etapas del desarrollo vital individual, son diferentes y por lo
tanto, es necesario adquirir nuevos conocimientos de manera tan imperiosa como se
requiere posteriormente su actualización. Sin la adecuada actualización, se encontrará el
ser humano carente de las habilidades y herramientas necesarias para su óptimo
desempeño social, el cual va aparejado de logros y satisfacciones individuales.
Asimismo, puede ser que la generación de este impulso por obrar en el contexto social no
sea por motivaciones intrínsecas, sino que se deban a aspectos que vienen desde fuera
del individuo. Esto implica que en la motivación por actuar existe también una capacidad
de decisión de orientarse para el logro de un objetivo. Es decir, hay una meta por alcanzar
que mueve al ser humano: lo motiva.
Así, la motivación se convierte en un medio para obtener un fin, por eso es de vital
importancia que los procesos de aprendizaje sean motivadores para que los educandos le
den sentido al contenido desarrollado y así, logre dotarlo de significado y valor para ellos
mismos.
El aprendizaje es un fin mediado por la motivación del ser humano para poder
desenvolverse en el ámbito social.
Como el hombre requiere de una formación permanente es preciso que logre comprender
el rol que cumple en la sociedad. De este modo, asume que no sólo es sujeto de
derechos, sino que también asume que tiene deberes y responsabilidades con su entorno
social.
Es en este ámbito donde la educación asume un papel protagónico, ya que es ella, junto a
la familia, quienes recogen la tarea de socializar o de inculcar valores que son social y
políticamente dominantes. La educación debe dar una formación integral, no sólo
contenidos que sean evaluados numéricamente, sino que debe formar seres capaces de
desenvolverse en la sociedad y que puedan retribuir lo que han recibido de ella.
El dominio que imponen estos valores socializados son los que permiten la convivencia
social y está directamente relacionados con las esferas de la personalidad de un
individuo, es decir, que debe haber un equilibrio en el desarrollo de áreas que le permitan
ejecutar actividades tanto como deben desarrollarse aspectos inductores que dicen
relación con los ámbitos internos de cada individuo.
Es así como la educabilidad no se escapa de una visión del hombre. Es preciso que se
comprenda que la capacidad de un individuo de adquirir nuevas conductas a lo largo de
su existencia, como se puede comprender a la educabilidad, pasa por comprender el rol
que cumple el ser humano en la sociedad.
La antropología pedagógica nos acerca al estudio del ser humano en cuanto es educable.
La antropología de la educación que parte de la antropología filosófica investiga sobre el
ser humano como educable y educando, mientras que la antropología de la educación
que parte de la antropología cultural, se pregunta sobre cómo se educan los seres
humanos en una cultura concreta, es decir, cómo la civilización se transfiere de unas
generaciones a otras.
El hombre es un ser que habita en el conocimiento de sí mismo y del mundo en que vive.
Tiene, junto con otras, la misión de construirse a sí y al mundo que circunda. La
educación es uno de los contextos principales de esta construcción, la antropología
filosófica y la experiencia educativa, efectúa un rol fundamental en la realización del
proyecto humano.
Castro (2006)2, señala que a partir de la nueva visión social de globalización y nuevas
tecnologías de la información y comunicación, el sistema social se ha complejizado aún
más. Chile tuvo que implementar nuevas estrategias de desarrollo para que pudiera
participar de este nuevo panorama económico, político y social que se originó en los
inicios de la década de los 90.
2
Castro Sáez Bernardo, “El sentido de la Educación”, Ponencia Seminario Educación Universidad de La
Serena, 2006.
Lo anterior, inició en los años noventa del siglo recién pasado, una revisión y actualización
de las características del currículo educacional nacional coherente con las demandas de
la sociedad vigente y futura. Un primer paso, fue realizar un diagnóstico que permitiera
recoger información sobre la situación de la educación en el mundo (Asía, Oceanía,
Europa y América). Este diagnóstico permitió elaborar un primer documento: el “Informe
de la Comisión Nacional para la Modernización de la Educación”, publicado bajo el
gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruíz-Tagle en el año 1994, y bajo la
responsabilidad de un comité técnico asesor, encabezado por José Joaquín Brunner Ried
(este informe también se conoció como el “Informe Brunner”).
El fin de la educación planteada por dicho informe fue “Toda sociedad humana se
encuentra naturalmente obligada a la educación. La educación es el proceso mediante el
cual la comunidad transmite su cultura y las personas se forman y desarrollan sus
capacidades para participar plenamente de la vida en común. A lo largo de la historia, el
contenido de la educación ha sido siempre, al mismo tiempo, moral y práctico. Reviste en
parte la forma de valores y mandamientos; en parte es el cultivo de capacidades,
conocimientos y habilidades. Sujeto de la educación es una persona, del todo particular,
provista de derechos y deberes; un individuo de naturaleza completa, única e irrepetible,
con vocación y proyecto propio. El primer y prioritario educador es la familia y ninguna
decisión educacional podrá soslayar la voluntad de los padres” 3 (Informe de la Comisión
Nacional para la Modernización de la Educación, 1994).
A partir de esto, Castro señala que el interés superior, se orienta en el deseo de insertar al
país en el complejo mundo de la post modernidad (o mundo globalizado), y donde se
manifiestan dos visiones que, sin embargo, más que contraponerse se retroalimentan
mutuamente: por un lado, la necesidad de potenciar la cultura y tradiciones propias del
país, y por otro lados, ser capaz de abrir las fronteras hacia otras sociedades, culturas,
tradiciones; donde el sujeto como unidad central es el constructor, transformador y
motivador de los cambios, sostenido por el núcleo principal: la familia.
Es decir, sociedad, sujeto y familia, serían la base, por lo menos idealmente, que
posibilitarían la elaboración y puesta en marcha de la Reforma Educacional que se inició
en el país el año 1996 encaminada a desarrollare en las nuevas generaciones las
3
Mineduc, “Informe de la Comisión Nacional para la modernización de la Educación. Los desafíos de la
educación chilena frente al siglo XXI”, Editorial Universitaria, 1995, Santiago de Chile.
capacidades necesarias para enfrentar al mundo globalizado y contribuir, por tanto, al
desarrollo del país.
“Los progresos obtenidos por el país en materia de acceso y aumento de los años de
escolaridad a lo largo de las últimas generaciones son sin duda substancial. Han
significado un primer paso en el camino hacia una mayor equidad en cuanto el ingreso al
sistema escolar y han permitido superar un estadio en que la educación no estaba al
alcance de todos. A pesar de los adelantos logrados no tenemos motivos para estar
satisfechos. Nuestro sistema escolar adolece de graves fallas y su desempeño es en baja
calidad, inequitativo e ineficiente. Sus resultados son mediocres, especialmente para los
niños y jóvenes que provienen de los sectores de menores ingresos. Más aún, los
avances obtenidos, cualquiera sea el juicio sobre su magnitud, se empequeñecen frente a
los enormes desafíos que el país tiene frente a sí al aproximarse a un nuevo siglo”. 4
Citando al académico Eduardo Olivera (UCM) 5 podemos realizar una síntesis del proceso
de la Reforma educacional chilena y su estado actual:
4
Ídem anterior
5
Olivera Rivera Eduardo, “Reflexiones en torno a la reforma educacional chilena”, Revista “Díalogos
Educativos”, Santiago de Chile, 2003.-
planes de estudio coherentes con la orientación señalada; el Estado no expandirá los
servicios educacionales que otorga; se busca que la Educación Media esté más ligada al
mercado laboral; se creará una comisión especial que tendrá como tarea la elaboración
de una Ley General de Universidades.
.Por Decreto Ley 3063/79; Decreto Fuerza Ley 13063, publicados en el Diario Oficial el 2
de junio de 1980 y Decretos Leyes 3473 - 3476 y 3477 de 1980; se implementa todo un
sistema de traspaso a las Municipalidades de los Establecimientos de Enseñanza Básica
y Media del Estado, que se cumplirá rápidamente en los años siguientes.
En mayo de 1981, la Conferencia Episcopal de Chile, presenta una carta titulada: "La
Reforma Educacional", del comité permanente del episcopado sobre educación, a
propósito de los cambios de los planes y programas de la Educación Media a través del
Decreto 300/81 y el 4002/80 para la Educación Básica. En la introducción de esta carta el
Episcopado relata que la autoridad pública, del momento, ha manifestado la necesidad de
formar a los chilenos en una nueva mentalidad, para ello ha explicitado algunos criterios
con mucho vigor:
En los años 80, entonces, se implementan dichos cambios en todo el sistema educacional
chileno y luego, se ratifican con la llamada LOCE, promulgada el 10 de Marzo de 1990.
Todo lo anterior, son consideraciones que se deben conocer para comprender la historia
del estado del sistema educacional chileno de las últimas décadas.
Los antecedentes mostraban que el país había logrado un alto grado de cobertura en el
Sistema Escolar, con excepción de la Educación Pre-Básica; en los tramos de 0 a 3 años.
Con relación a los sostenedores, el 92% de la matrícula se ubicaba en los
establecimientos municipales y en los particulares subvencionados; constituyendo la
Educación de administración Municipal el 60%. El 92% del sistema escolar chileno era de
financiamiento público.
Máxima Prioridad: Proporcionar una formación general de calidad para todos y garantizar
el acceso equitativo a la educación.
“La educación de su gente será el principal capital del país para competir con éxito en los
mercados internacionales, sostener una alta tasa de crecimiento y fortalecer el ejercicio
de los derechos y deberes democráticos. Existirá, a lo largo y ancho del territorio, una
educación general de similar calidad, que ofrecerá por lo menos 10 años de escolaridad
para todos. Aunque general y común en su base, tendrá amplia diversidad y apertura de
conexiones en sus tramos finales.
También indican la importancia de tener un ideal educativo como nación, que exprese las
aspiraciones de esta sociedad, qué aprender y qué se debe enseñar, cómo educar, a
través de qué métodos pedagógicos; quién debe encargarse de la educación y cómo
debe organizarse su servicio, y quiénes deben ser considerados como educables. Este
ideario educativo debe estar inserto en la tradición de occidente, resguardar el derecho a
la educación de todos. De igual forma destacan la necesidad de escuchar las voces del
pasado, entender que los sistemas educativos son herederos significativos de su propia
historia y de la cultura. La educación es sustancia para la democracia.
-Reducida eficiencia, sólo 7 de cada 10 niños de una cohorte que ingresa a la Educación
Básica completa sus estudios antes de transcurridos 11 años, demorando un promedio de
10 años para terminar el octavo básico. Sólo el 42%, en el ámbito nacional alcanza la
meta oportunamente. Siendo de un 35% en niños matriculados en escuelas municipales,
de un 43% en el caso de las escuelas privadas subvencionadas y un 68% en particulares
pagados.
-Bajos resultados en el SIMCE; escaso tiempo para los aprendizajes, no se llega a 800
horas anuales, distribuidas en 160 días efectivos de clases; asuntos curriculares mal
resueltos. No se especifican los niveles de competencias esperados al final de cada
grado, el modelo pedagógico no favorece el aprender a aprender, es rígido.
En este diagnóstico hay una coincidencia entre la opinión pública, la opinión de los
expertos y la evaluación externa. Luego proceden a plantear los principales desafíos para
la educación en este nuevo tiempo:
“Los principales desafíos: hacerle frente a la pobreza y superarla, asegurando a todos una
efectiva igualdad de oportunidades; la economía debe crecer sostenidamente, mejorando
las condiciones de su competitividad; crear las bases de un orden social donde la
modernidad pueda ser incorporada sin perder los valores, tradiciones, sentido de
identidad y vigor de sus instituciones democráticas.
Para hacer frente a estos desafíos la educación es el único medio eficaz, ya que es
condición de equidad. Por tanto es necesario invertir en educación, debe haber un
compromiso nacional. Se debe otorgar una educación de calidad que prepare para la
vida. Para cumplir estos desafíos, se hace necesario impulsar metas curriculares claras,
señalar los objetivos fundamentales de la educación básica y media, cuidando que por
nivel las competencias esperadas en diversos grados y para el ciclo de formación general.
La propuesta que se elabore debe tener un núcleo mínimo de contenidos y ofrecer
flexibilidad para que cada escuela, o grupos de escuelas, puedan desarrollar sus propios
programas de acuerdo con su proyecto educacional y según las necesidades del alumno.
Continuando con los desafíos, en el ámbito curricular, las competencias esenciales deben
versar sobre disposiciones personales y de interacción social, capacidades fundamentales
en lenguaje, comunicación, lectura, redacción, cálculo, expresión y capacidad de
escuchar, que son las vías para acceder a la cultura y al uso de sus códigos o alfabetos
básicos para conocer, experimentar y relacionarse con los demás. Aptitudes cognitivas,
pensar de modo reactivo, tomar decisiones, solucionar problemas, usar la imaginación,
saber aprender y razonar; utilizar los conocimientos adquiridos para resolver problemas;
emplear procedimientos adecuados para obtener información pertinente, organizarla y
tomar decisiones. Deben existir conocimientos básicos del medio, de las artes y de sí
mismo a través los cuales la persona se constituye como un sujeto en su cultura.
Dado todo esto, se confirma que para mejorar la educación hay una tarea impostergable:
Reformar la Educación Chilena donde se logre diversidad educacional posterior al ciclo de
formación general, estructurar una formación generalista, terminar con el dualismo entre
lo académico y lo técnico, formación para estudiar y para el trabajo, necesidad de insistir
en competencias básicas, extender a todos la educación para el trabajo, flexibilidad para
que los establecimientos definan su proyecto e identidad, formación de docentes,
capacitación docente, relación con las empresas, destrezas para una economía de
servicios, centros de servicio para liceos industriales de punta, los establecimientos y sus
equipos deciden, diversidad sin segmentación, estructura que facilite la movilidad, una
política que garantice la equidad; mayor autonomía de gestión para los establecimientos,
equipamiento básico, aprovechar los elementos generadores de la cultura juvenil, abrir el
liceo a su medio, transferencia de experiencias y conocimientos, otros.
Otra condición necesaria es fortalecer la profesión docente, crear condiciones favorables
para el desarrollo de la profesión docente, ocuparse de la formación de los futuros
profesores, combinar la formación teórica con la práctica, debe generar saberes
permanentemente, diversas modalidades de perfeccionamiento, efectiva autonomía
profesional, jornada de trabajo, compromiso con el proyecto educativo, calidad de la oferta
y la demanda, remuneraciones competitivas, esquema de incentivos por méritos o
resultados, entre otros.”
Refiriéndose al mismo tema, Juan Eduardo García - Huidobro y Cristian Cox, en el texto
"La Reforma Educacional Chilena 1990 - 1998"6 , plantean:
6
García-Huidobro, Juan Eduardo & Cox, Cristian (1999), “La reforma educacional chilena 1990-1998.
Visión de Conjunto”, en La Reforma educacional chilena. J.E.Garcia-Huidobro (ed).Editorial Popular,
Santiago.
El desafío de la educación actual es poner a disposición de todos, las competencias
culturales que antes se reservaban a la elite. Continúan los autores describiendo el
contexto político, social, económico, ético y cultural de 25 años de centralidad y agudeza
del conflicto social e ideológico.
Los autores, también citan que las metas de la Reforma Educacional son sustantivamente
el mejoramiento de la equidad y calidad del proceso educativo. Lo que implica obviamente
cambiar el sustento de las relaciones pedagógicas del sistema de enseñanza y
aprendizaje, es decir, el foco de la reforma también está en los procedimientos
pedagógicos. Señalan que esta es una tarea de todos y no sólo del MINEDUC o del
gobierno. Indican que la orientación operativa más importante de la reforma es lo que se
ha llamado la descentralización pedagógica o curricular y puede ser entendida como la
transferencia de un conjunto de decisiones pedagógicas y curriculares desde los
organismos centrales a los organismos de base: escuelas y profesores. Esto implica
entregar autonomía a las escuelas y a los liceos para determinar, por ejemplo su Proyecto
Educativo Institucional; determinar su propios Planes y Programas; implicando,
sobretodo, que los profesores se distingan como profesionales con capacidad y
responsabilidad para resolver de forma autónoma y colegiada los problemas pedagógicos
de su organización educativa..
El sustento teórico que subyace a este proceso implica confrontar marcos curriculares
muy diferentes. La "pedagogía por objetivos", que había sido el eje curricular de la
Reforma de 1965, se mantenía como la visión teórica dominante del currículo, reforzada
por el 'conductismo' que durante el gobierno militar tuvo gran auge apoyándose en la
"Tecnología Educativa" (no confundir con el concepto actual de lo “tecnológico).
Este proceso se dio en paralelo con un incremento significativo de los recursos financieros
del sector. Primero el gasto público en educación sobre el PIB pasó del 2,7% en 1995 al
4,0 en el año 2000, y el gasto privado pasó de 2,1, a 3,1% y consecuentemente el gasto
público en educación como porcentaje del gasto público total pasó del 15,3 al 18,1%.
Ilustrativamente, el gasto del Ministerio de Educación, que en el año 1995 significó un
índice de 124 sobre el mismo ítem del año 1982, se incrementó al valor 204 en el 2000
respecto de 1982 y, en términos absolutos, se tradujo aproximadamente en un 60% de
nuevos recursos en moneda constante respecto del año 1995. Este proceso también
implicó incrementar el gasto público por alumno en esos años, creciendo respecto de
1995 más de un 40% en la Enseñanza Básica y casi un 50% en la Media. En síntesis, es
claro que la inversión tanto privada como pública del país en educación se incrementó
sostenida y significativamente, factor reforzado por el crecimiento de la economía nacional
que en la década de los 90 duplicó su valor total.
7
Ïdem anterior
mercado impuesta en los 80 y, paralelamente, denota la importancia que el país le asigna
a la educación. Adicionalmente la elevada participación de los privados en el gasto reduce
la posibilidad de esta fuente de realizar nuevos aportes significativos a la educación, pues
ya se encuentra próxima a su nivel de saturación. Si bien una fracción muy significativa
del gasto privado total en educación corresponde a la educación superior, la participación
privada ha crecido en términos importantes.
A partir del año 1996 el Ministerio implementó la reforma del currículum, asociada a las
medidas ya expuestas como ampliación de la jornada escolar, reforzamiento de los liceos
de anticipación (Proyecto Montegrande), ampliación de la Red Enlaces, etc. Si bien es
innegable que había consenso respecto de la necesidad de reformar el currículum, y que
su diseño fue un proceso prolongado y serio, identificarle también como de gestación
"participativa", no es sustentable. Sí existió incorporación de actores académicos y del
mundo laboral y empresarial, pero del campo directo de la educación fueron muchos
menos, de hecho la propuesta de enseñanza media, ya elaborada en un documento de
más de 100 páginas, fue debatida en los establecimientos educacionales en una jornada
que no excedió de un día y que muchos consideraron sólo como un trámite diplomático
para el gremio.
8
Cox, Cristian, “El currículum escolar del futuro”. Perspectivas. Vol. 4, N° 2, 2001..
9
Cox, Cristian, “Las políticas educacionales de Chile en las últimas dos décadas del siglo XX”. En: C. Cox
(editor). Políticas Educacionales en el Cambio de Siglo. La reforma del sistema escolar en Chile. Santiago:
Editorial Universitaria, 2003
La implementación de la reforma se estimó en seis años, a partir del primer año de
Enseñanza Básica en grupos de dos niveles por años; significó también un proceso de
perfeccionamiento de los docentes en cursos-talleres según los niveles en que
trabajarían, incluyéndose la formación a docentes directivos. Estos cursos hechos en los
períodos de receso veraniego, con una semana presencial y otro tanto de seguimiento y
apoyo, buscaban cambiar y renovar las prácticas docentes. (Recordemos los Programas
de Perfeccionamientos Fundamentales y de Apropiación Curricular).
Los resultados registrados entre los años 1995 y 2000 en los indicadores clásicos del
sistema educativo se desplazaron positivamente. La cobertura de la educación básica
subió del 92 al 97%, y en la enseñanza media del 78 al 84% (Mineduc 2003) 10; la tasa de
deserción en básica se redujo del 4 al 1,7% y del 12,6 al 6,6% en enseñanza media; de
igual forma, la tasa de alumnos aprobados en enseñanza básica subió del 92,3 al 95,7% y
en la media del 81,5 al 89,4%.
La reforma chilena, que empezó como un proceso incremental, pasó a una fase de
reforma propiamente tal, centrada sobre ejes de muy distinta fuerza. La fusión de políticas
públicas de tipo social con otras de carácter educativo, como es la jornada escolar
completa no implican en forma directa un incremento de los resultados de aprendizaje,
aunque si tiene un claro impacto social. De igual forma, el proyecto P-900 que había
venido mostrando resultados significativos se enfrentaba al problema que algunas
escuelas no "egresaban del programa" permaneciendo estancadas en sus logros. De esta
manera la reforma había llegado al patio de la escuela, a los equipamientos, a la
alimentación y a la salud, pero no ingresa decididamente al aula, pues son se
evidenciaban mejoramientos en las mediciones de calidad.
Por su parte, señalan los autores, si bien el magisterio no le dio la espalda a la Reforma,
ciertamente la escasa participación que tuvo respecto de su diseño e implementación
redujo la presión que los mismos docentes podrían haber hecho para un mejor control de
las dimensiones en las que el Ministerio no tiene atribuciones sobre los establecimientos
escolares.
De esta manera son "los bajos logros de aprendizaje" como temática lo que produce un
vuelco hacia la fase siguiente de la reforma y política educacional chilenas. Aunque se
reconoce por parte del Ministerio de Educación que los problemas educacionales son del
país, su discusión, en la época, no es pública y su resolución se hizo cada vez más
propiedad del Ministerio de Educación. (Sólo a partir de las movilizaciones estudiantiles del año 2006, se
instala abiertamente una discusión pública, social y transversal respecto del tema.)
Una tercera fase de aplicación de la Reforma, se inicia a mediados del año 2000: el
Ministerio se propone llevar la reforma a la sala de clases. "La respuesta de la política a
este nuevo desafío está basada en dos pilares fundamentales: Primero, una campaña
para mejorar las habilidades de lectura, escritura y matemática de kinder a cuarto básico,
lo que incluye, en 2002, el rediseño del currículum de 1996 para los primeros cuatro
cursos; lo mismo ocurrió con algunas revisiones al currículo de enseñanza media (2005).
Segundo, el Ministerio de Educación se compromete con el aseguramiento de calidad de
los resultados aplicando (entre otras medidas) la evaluación docente y los requisitos de
desempeño específicos" (OCDE 2004)11
11
OCDE, “Chile. Revisión de las políticas Nacionales de Educación”, París, 2004.
De acuerdo con la tendencia descrita, continuaron incrementándose los recursos
financieros del sector. El gasto público en educación sobre el PIB pasó del 4,0 en el año
2000 al 4,3 en 2002, mientras que el gasto privado subió del 3,1 al 3,3% De igual forma el
gasto público en educación como porcentaje del gasto público total subió para igual
período del 18,1 al 18,5%. En este mismo plano el gasto del Ministerio de Educación el
año 2002 significó un índice de 321 sobre el mismo ítem del año 1982 . Este proceso
también implicó incrementar el gasto público por alumno en esos años, creciendo
respecto del 2000 más de un 13% en la enseñanza básica y un 7,5% en la media. Se
consolida la inversión privada y pública del país en educación con un incremento
sostenido en su participación sobre el 7% del PIB.
En materia de los indicadores clásicos de eficiencia interna del sistema educacional las
cifras mantienen su tendencia positiva. La cobertura de la enseñanza básica se estabiliza
en un 97%, y la de enseñanza media sube del 84% en el año 2000 al 87% en el 2003.
Para la enseñanza básica, la tasa de reprobación del año 2000 sube del 2,9 al 3% en el
2002. La situación en la enseñanza media es levemente más positiva en esos años, la
reprobación baja del 6,5 al 6,4% y el abandono del 4,1 al 4%. (2002).
Sin embargo, al aplicarse el SIMCE con transformación a puntajes desde el año 1998 (no
en porcentajes como lo era inicialmente), los resultados a nivel país de las pruebas
nacionales del año 2000, por ejemplo, (SIMCE de 8° básico) demostraron que no había
cambios significativos. Situación que se repite en las pruebas del año 2001 para 2º medio,
con la salvedad que sólo en el nivel socioeconómico más alto hay un aumento
significativo en Matemática (Mineduc, 2003)12, fenómeno que se mantiene en la medición
de 4° básico del año 2002 sin cambios mayores y en las mediciones posteriores. En todas
ellas sigue siendo el factor socioeconómico la gran variable diferenciadora de resultados a
la que la dependencia le agrega puntos marginales. En los resultados SIMCE posteriores
(hasta el año 2010) ha habido una leve mejora o aumento de puntajes, pero nunca
sobrepasando los 255 puntos en Lenguaje y Matemáticas, y siempre manifestándose una
brecha significativa entre los establecimientos privados y los municipalizados.
Según García Huidobro y Cox, los antecedentes confirmaban que en esta nueva etapa
emprendida desde mediados del año 2000 se habían perpetuado los valores de
12
Ídem, Nº 10
"estancamiento" en algunos de los indicadores reseñados. Ello no hacía sino confirmar
que la situación que enfrentaba el país era más compleja de lo que se quería y el
desarrollo de la reforma ameritaba 'una política de Estado dirigida a reflexionar sobre este
punto'.
Se debe señalar que en la segunda mitad de la década del 2000 se incorporaron los
siguientes aspectos complementarios a la Reforma Educacional: Marco para la Buena
Enseñanza, Marco para la Buena Dirección, Sistema de Evaluación Docente (sólo al
sistema municipalizado); Evaluación Directiva (voluntaria); se inició el año 2007, el
proceso de Ajuste Curricular en enseñanza básica y media que se aplicaría
progresivamente desde 2010, pero que ha tenido variadas intervenciones, modificaciones
y suspensiones, sobretodo porque debió ajustarse a lo declarado por la LGE (2009) y las
Bases Curriculares. También, se implementaron los sistemas de Mapas de Progreso y
Niveles de logro de los aprendizajes (a través de los resultados SIMCE) que pretendían
dirigir las metas de competencias y habilidades por lograr por todos los alumnos. Los
MPA fueron luego suspendidos en E. Básica y Media a partir también de la LGE y las
Bases Curriculares, las que desde el año 2012 se han estado implementando en el país
progresivamente en los niveles educativos. Aspecto curricular que estudiaremos más
delante.
Luego, desde 2010, el Gobierno de Sebastian Piñera ha llamado “Nueva Reforma” a una
serie de iniciativas tales como las Becas Vocación de Profesor, Becas para estudios de
Magíster en Liderazgo para Directores, etc. que en realidad son iniciativas que pretenden
aportar al mejoramiento educativo. Por otro lado, dentro de esta denominación, también
ha incorporado aspectos propios de la implementación de distintos componentes de la
LGE, como lo son las Bases Curriculares, ya mencionadas anteriormente, el Sistema de
Aseguramiento de la Calidad, con sus componentes: Agencia de Calidad y
Superintendencia, la implementación de mayor cantidad de evaluaciones nacionales en
distintos niveles y asignaturas, etc.
-Meyer González Gloria, “La Educación desde una perspectiva antropológica”, 2007.