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Kant se pregunta si la historia es un progreso hacia mejor, ¿cuál es la causa del progreso
mismo?, y puesto que toda causa desencadena una serie de efectos, es a partir de estos, que
habrá que buscar los signos en los acontecimientos históricos mismos, en tanto que
participan del progreso hacia mejor, estos hacen referencia a la causa del progreso, que es
cierta experiencia que se manifiesta en todos los acontecimientos históricos, esta
experiencia es la revolución, sin embargo, el progreso se realiza, no en el hecho mismo de
la revolución, sino, en torno a ella, es decir, en las opiniones de los que no son sus actores,
producirá ciertos efectos sobre las personas que participan como espectadores de la misma,
y son estos espectadores los que a partir de la crítica se progresa hacia mejor. Hay que
buscar un acontecimiento en la historia, puesto que el contiene los signos: 1) rememorativo,
que indica que siempre ha sido así; 2) demostrativo, que muestra que así sucede ahora en el
presente mismo; y el 3) pronóstico, que predice que así sucederá durante toda la historia.
Estos signos son la representación de la historia, según Kant, en tanto que son la prueba de
que la historia tiene una finalidad y que se dirige hacia esa finalidad, que es el estado
cosmopolita, donde las personas, los ciudadanos de aquel estado serán libres, pues a través
de la crítica es una acto de libertad, y entonces, es así como Kant demuestra que hay
historia a priori, historia profética.
Para Hegel es el individuo, que movido por sus pasiones particulares y sus intereses
egoístas, realiza la idea de libertad a lo largo de la historia a través de sus acciones, y, al
mismo tiempo toma conciencia de sí mismo, de su papel de encarnar la idea de libertad, y
de todas las consecuencias, algunas inconscientes, inintencionadas, no cuando la idea es
abstracción y aún no ha sido realizada, puesto que de este modo no se revelan aún sus
verdaderas consecuencias, sino cuando la idea se lleva a cabo, y entonces la idea trae
consigo “algo más”, que diferencia una etapa anterior de una posterior, la historia es la
realización de una idea superior que derroca a otra idea anterior y por lo tanto inferior.
Entonces la razón se manifiesta en la pasión de los hombres que Hegel llama “héroes”,
quienes son utilizados por la idea, para realizarse apoyados por las demás voluntades, de los
demás hombres (pues ven en los intereses del héroe los suyos), realizan la idea,
literalmente la hacen real. La finalidad de los hombres a lo largo de la historia es la
realización del estado universal que por lo pronto existe solo en abstracto, sin embargo, la
realización del estado universal es posible por el conflicto constante entre los intereses
particulares de los individuos y los interés generales, a pesar de que, paradójicamente, son
los individuos particulares los que realizan la idea universal.
El problema que relaciona la fisiología, la historia y las ciencias del lenguaje gira en torno
al problema sobre el origen de los valores bueno y malo en sentido moral, pues se
encuentran en oposición los valores de los más y los valores de los menos, en conjunto,
estas ciencias deberán preguntarse por el origen de estos mismos valores interrogándose,
criticándose no solo entre ellas sino también a sí mismas, pues al parecer la democracia,
interpretada aquí como los valores de los más, ejerce una influencia inhibidora, que oculta
el cambio de los valores mismos a lo largo de la historia. La propuesta es que las ciencias
objetivas deben también tomar en cuenta las modificaciones, los cambios, desplazamientos,
que tienen los valores de bueno y malo, pues se relacionan y por lo tanto influyen sobre las
perspectivas científicas.
Para Kant todos los acontecimientos históricos, a pesar de manifestarse como dispares,
apuntan a una finalidad, la realización del estado de naciones o estado cosmopolita, y que
es comprobable a lo largo de la historia pues esta se muestra como un progreso hacia mejor,
y que es impulsado por la crítica, es decir, a partir del uso público de la razón, para
manifestar las inconformidades, originado por el rechazo de los intereses individuales, en
constante oposición a los intereses generales del estado, sin embargo, el estado
cosmopolita, al representar la voluntad general, y por tanto no la individual, cambiará
acoplándose a las exigencias de los individuos, generalizando cada una de sus voluntades
en una sola.
En cambio Benjamín, a través de un cuadro de Klee llamado Angelus Novus, explica que el
progreso se manifiesta en las ruinas que va dejando tras de sí la humanidad a lo largo de la
historia, pues en el cuadro hay un ángel que pareciera estar empujado por un viento muy
fuerte y de espaldas al ángel hay ruinas, el viento que empuja al ángel es el progreso, pues
este va dejando una cadena, cada vez más profunda, de ruinas que el ángel intenta unir y
darles sentido, que trata de asimilar, de reorganizar la historia, pero al mismo tiempo sigue
siendo empujado por el progreso mismo. En fin, para Kant la historia está en constante
progreso hacia mejor, en cambio, para Benjamín, el progreso va dejando tras de sí ruinas.