Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de los tres últimos párrafos de su motivo Octavo, que se eliminan y, en su lugar, se tiene además presente: Primero: Que, como antecedentes fácticos que deben tenerse presente a la hora de resolver la cuestión sometida al conocimiento de esta Corte, se tiene que en estos antecedentes, el Ministerio Público acusó verbalmente en procedimiento abreviado a Mauricio Andrés Carrasco Torres, como autor de tres delitos consumados de consumados de cohecho y un delito de fraude al fisco, respectivamente previstos y sancionados en los artículos 248 bis, 249 y 239 todos del Código Penal , reconociendo las atenuantes de los numerales 6 y 9 del artículo 11 del mismo cuerpo punitivo. Por ello, solicitó la pena de 4 años de presidio menor en su grado máximo, 3 años de inhabilidad absoluta temporal para ejercer cargos y oficios públicos y multa de 100 Unidades Tributarias Mensuales. A su turno, la querellante, el Consejo de Defensa del Estado y la Universidad de Santiago, adhirieron plenamente a la acusación fiscal, sin manifestar discrepancias fácticas, ni jurídicas y, solicitaron la misma sanción punitiva. El imputado, consultado al tenor de lo previsto en los artículos 406 y siguientes del Código Procesal Penal, aceptó los hechos motivos de la acusación, los que conocía en forma previa a la audiencia de juicio abreviado. Finalmente, el tribunal dicta sentencia condenatoria en la que sanciona a Carrasco Torres como autor de dos delitos consumados de cohecho previstos y sancionados en el artículo 248 bis del Código Penal y un delito consumado de cohecho previsto en el artículo 249 del referido código, aplicando una pena única de 2 años de reclusión menor en su grado medio y 3 años de inhabilidad absoluta temporal para ejercer cargos y oficios públicos y multa de 100 Unidades Tributarias Mensuales. Por la misma sentencia, condena también a Carrasco Torres como autor del delito de fraude al fisco previsto y sancionado en el artículo 239 del Código Penal, a sufrir la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio y 3 años de inhabilidad absoluta temporal para ejercer cargos y oficios públicos. La sentencia no concede beneficio alguno al condenado, por lo que dispone que las penas deban ser cumplidas en forma efectiva y, finalmente, condena en costas a Carrasco Torres. Segundo: Que, el Consejo de Defensa del Estado, se alza en contra de la sentencia referida, en aquella parte que condena a Carrasco Torres como autor de tres delitos de cohecho y un delito de fraude al fisco, solicitando que en aquella parte se enmiende lo resuelto y se declare que el encargado queda condenado como autor de “cinco delitos reiterados de cohecho del artículo 248 bis, más la pena contemplada en el artículo 249 y como autor de autor de fraude al fisco del artículo 239 del Código Penal” (Subrayado incorporado). Tercero: Que, la pretensión del Consejo de Defensa desde ya no puede ser atendida, desde que tal como se da cuenta en el motivo primero de esta sentencia y en el Segundo de la que viene en alzada, el imputado fue acusado verbalmente por el ministerio público, como autor de tres delitos de cohecho y a aquella pretensión punitiva el Consejo de Defensa adhirió en todos sus términos. De esa manera, en virtud de lo previsto en el artículo 341 del Código Procesal Penal, debe existir una congruencia entre la formalización, la acusación y la sentencia y el Consejo de Defensa del Estado, al adherir a la acusación del ministerio público, no hace sino que conformar su pretensión penal a la condena por tres delitos de cohecho y no a cinco, como expresa claramente en la página 21 de su escrito de apelación. En consecuencia, a la cantidad de delitos que el recurrente adhirió es a la que debe estarse y no a otra, máxime si la sentencia condena por igual cantidad de delitos que los que da cuenta la ya citada acusación verbal y la adhesión del Consejo de Defensa del Estado. Cuarto: Que, la defensa del sentenciado, solicita la revocación de la sentencia en aquella parte que no concede el beneficio de libertad vigilada a su parte, también respecto de la doble condena de inhabilidad de tres años y, finalmente, en aquella parte que condena en costas. Respecto de lo primero, señala que a su parte le reconocieron las atenuantes de los numerales 6 y 9 del artículo 11 del Código Penal, que existía un acuerdo con la fiscalía y las querellantes de no oponerse al otorgamiento del beneficio de cumplimiento alternativo de la pena, lo que no solo ocurrió, sino que se discutió en audiencia y fue el ministerio público y el Consejo de Defensa del Estado, quienes dan cuenta que se cumplían los requisitos para su procedencia y el otorgamiento de la libertad vigilada como forma de cumplimiento de la sentencia, lo que además es refrendado por informes sociales, por el arrepentimiento expreso del imputado en audiencia y por la propia sentenciadora en los primeros párrafos del basamento Octavo de la sentencia impugnada en que da cuenta de cumplirse los requisitos, de la red de apoyo que cuenta el condenado, del entorno social y familiar del mismo y de su arrepentimiento. De ahí que no se explica que la sentenciadora, pese a todo ello, haya resuelto –sin mayor fundamentación que logre destruir lo ya señalado- que la pena debe cumplirse en forma efectiva. En cuanto a la doble condena de inhabilidad de tres años, señala que la acusación fiscal y las acusaciones de los querellantes, que adhieren a la del ministerio público, solicitan solo una condena de 3 años de inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos y no dos como viene resuelto, con lo que se vulnera el artículo 412 del Código Procesal Penal, por cuanto se ha impuesto una pena superior y más desfavorable a la que viene requerida por el ministerio público y el querellante. Finalmente, en cuanto a la condena en costas, da cuenta que su parte colaboro a tal manera con la investigación e incluso con el juicio, que se llegó a una sentencia condenatoria con su aceptación de los hechos y además se pudo esclarecer totalmente los ilícitos investigados, permitiendo llegar “a buen puerto respecto del resto de los imputados personas naturales y jurídicas”. Quinto: Que, en cuanto a las alegaciones relativas a la doble condena de inhabilitación de ejercicio de cargos y oficios públicos por 3 años cada una y a la condena en costas, estos sentenciadores harán lugar a lo que se solicita, revocando lo que viene resuelto respecto de ambas decisiones, Respecto de la doble condena para ejercer oficios y cargos públicos, ya señalada, debe tenerse presente el artículo 412 del Código Procesal Penal, que si bien la sanción impuesta es accesoria al delito de que se trata, aquello no fue solicitado por el ministerio público, ni las querellantes, por lo que el tribunal al aplicar dos condenas de 3años de inhabilidad para ejercer cargos y oficios públicos, ha excedido el límite de la acusación fiscal, vulnerando la norma citada, lo que hace la sentencia más gravosa para el condenado e incluso ha ido contra el principio de congruencia del artículo 341 del Estatuto Procesal Penal, por cuanto no se condice con los términos de la acusación. En lo concerniente a la condena en costas, debe tenerse presente que el procedimiento abreviado, consiste en que los intervinientes, en particular el ministerio público y la defensa, previamente han alcanzado ciertos acuerdos durante la investigación y por ello, el sentenciador establece en el basamento segundo que el acusado conocía los antecedentes en forma previa y que en base a aquel conocimiento y la asesoría letrada, aceptaba los hechos, por lo que el tribunal dictó sentencia condenatoria, sin que exista una etapa adversarial en que el ministerio publico deba acreditar las proposiciones fácticas de su acusación en pos de una condena. En consecuencia, la condena en costas a quien colaboró sustancialmente en la investigación, reconoce los hechos y evita un juicio oral, público y contradictorio, de incierto resultado, aparece desproporcionada y como una sanción que no resulta procedente. Sexto: Que, finalmente, en aquella parte que el punto esencial respecto de lo cual esta Corte ha de pronunciarse, relativa a la forma de cumplimiento de la condena, deben tenerse presente algunos elementos que infunden el proceso penal actual y en particular el procedimiento abreviado que motiva la sentencia en alzada. Séptimo: Que, para llegar a un procedimiento abreviado, se deben cumplir ciertos requisitos procesales, tal como que la pena solicitada por el ministerio público no exceda de 5 años de presidio menor en su grado máximo, pero más aún , de las disposiciones de os artículos 406 y siguientes, queda de manifiesto que este procedimiento tiene lugar cuanto entre los intervinientes, existe un acuerdo en cuanto a los hechos, la participación y la pena a aplicar y que, por ello, el juez debe consultar al imputado no solo su conformidad, sino que su aceptación con los términos del acuerdo, la comprensión del mismo y del derecho que le asiste a un juicio oral y público al que, en virtud de su voluntad, queda renunciado. Este procedimiento, no es sino una manifestación de una institución del derecho sajón, conocida como el “plea bargain”, por el cual el ente persecutor y la defensa, van llegando a ciertos acuerdos, que suponen el reconocimiento de los hechos, de participación con el fin de evitar un juicio y una eventual sentencia condenatoria ruda. A cambio de ello, se hacen concesiones en términos de petición de pena e incluso con la posibilidad de cumplimiento de ésta en el medio libre. Con este mecanismo de justicia negociada, se satisface el interés penal público, se sanciona el delito y se conceden también beneficios al ofensor. Octavo: Que, de los antecedentes allegados a esta causa, aparece de manifiesto que nos encontramos ante un caso en que el ente persecutor y la defensa, mediante su colaboración sustancial, fueron logrando acuerdos destinados a esclarecer totalmente los hechos, determinar los delitos por los cuales se acusaría, reconocer la participación como autor y a cambio de ello, se solicitó la pena que da cuenta la acusación fiscal. Si bien, no es resorte de la discusión negociada que antecede al procedimiento, el hecho que el acusado reconozca los hechos y la participación, da cuenta de su ánimo de mantener los compromisos acordados con el ente persecutor e, incluso que las querellantes, adhieran a aquella, manifiesta que el acuerdo previo era entre ministerio público, querellante particular (dos) y defensor. Así, el sentenciador, al reconocer que se dan todos los requisitos para el beneficio de la libertad vigilada y, pese a ello, imponer como sanción penal el cumplimiento efectivo, ha intervenido en aquel acuerdo procesal desvirtuándolo de tal manera que incluso, el sentenciado, podría dudar de si su voluntad de colaborar y reconocer participación, tuvo sentido alguno o no, desde que en virtud del principio de inocencia y del derecho a guardar silencio, podría haber optado a un juicio oral, adversarial, en que la decisión de condena era incierta, pudiendo no haberse acreditado cargo alguno en su contra y ser absuelto. Así, el sentido que debe tener este procedimiento abreviado, es que los acuerdos entre persecutor y defensa, prosperen y no sea una especie de “caza bobos” en que por decisión final del juez, la condena sea algo que escapó al espíritu de los acuerdos. Noveno: Que, precisado aquello, demás esta reitera que en el basamento Octavo de la sentencia en alzada, en aquellos párrafos que se han reproducido en esta sentencia, se da por acreditada la concurrencia de los requisitos que hacen procedente el otorgamiento de una medida alternativa de cumplimiento de la sentencia, razón por la cual, se dispondrá la libertad vigilada en los términos que se dirá, Por esas consideraciones y de conformidad a lo dispuesto en los artículos 414 y 364 y siguientes del Código Procesal Penal, se revoca la sentencia apelada de veintitrés de septiembre de dos mil dieciséis, dictada en los autos RIT O-1301-2015 del Sexto Juzgado de Garantía de Santiago, solo en cuanto por ella no se concedieron beneficios alternativos al cumplimiento de la sentencia, se establece una doble condena de suspensión de tres años de suspensión temporal para ejercer cargos y oficios públicos y se condena en costas al sentenciado, y, en su lugar, se declara: (i) Que, se establece como pena accesoria al condenado - únicamente respecto de los delitos de cohecho-, la suspensión temporal por el plazo de 3 años para ejercer cargos y oficios públicos. (ii) Que, se concede el beneficio de la libertad vigilada al sentenciado por un plazo de observación de 3 años, debiendo el tribunal de garantía que dictó la sentencia condenatoria fijar las condiciones de la misma. (iii) Que no se condena en costas al sentenciado. En lo demás, se confirma la sentencia apelada. Regístrese y devuélvase. Redacción señor Lopez Reitze Rol Corte reforma Procesal Penal N°3310-2016 RUC 15000234430-6
Pronunciada por la Séptima Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de
Santiago, presidida por el ministro señor Javier Aníbal Moya Cuadra, e integrada además por el ministro (s) señor Enrique Durán Branchi y por el abogado integrante, señor Jose Luis López Reitze. No firma el Ministro (S) señor Durán, por haber terminado su suplencia. Autoriza el (la) Ministro de fe de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago.
Santiago, veinte de octubre de dos mil dieciséis, se notificó por el estado