A diferencia del caso argentino, en el que la tesis en contra de la existencia
del amparo contra resolución judicial estaba sustentada en una ley, en
Ecuador la prohibición llegó a ser establecida en su propio texto constitucional. El artículo 95 de la Constitución de 1998 establecía en su momento que no serán susceptibles de acción de amparo las decisiones judiciales adoptadas en el seno de un proceso judicial; ello derivó en la interpretación de que la acción de protección (amparo) procede contra cualquier acción u omisión de cualquier autoridad pública, mas no de una autoridad judicial. Posteriormente, la Constitución ecuatoriana de 2008 en su artículo 94 recoge la acción especial o extraordinaria de protección, la cual procede contra sentencias o autos definitivos en los que se haya violado por acción u omisión un derecho constitucional, y se promoverá ante la Corte Constitucional, luego de haberse agotado los recursos ordinarios y extraordinarios dentro del término legal, a menos que la falta de interposición de estos recursos no fuera atribuible a la negligencia de la persona titular del derecho constitucional vulnerado. Por lo tanto, queda claro, que en Ecuador existe pacíficamente la figura del “amparo contra resolución judicial”, muy a pesar de que en otro lado del texto constitucional específicamente en el artículo 88 se establezca que la acción de protección podrá interponerse cuando exista una vulneración de derechos constitucionales por actos u omisiones de cualquier autoridad pública no judicial. III. El caso colombiano La Constitución colombiana de 1991 recoge en su artículo 86 la acción de tutela, equivalente y semejante al proceso de amparo, como un mecanismo de protección de los derechos constitucionales. A pesar de que la Corte Constitucional colombiana declaró inconstitucional la procedencia del amparo contra resoluciones judiciales, ha sido la jurisprudencia constitucional la que determinó la procedencia de esta figura procesal, a través de las denominadas vías de hecho que alude a una situación en la cual las autoridades judiciales en su actuar judicial se han desviado de 21 BERLY JAVIER LÓPEZ FLORES las competencias asignadas, obedeciendo a su sola voluntad o desconociendo el contenido de los derechos constitucionales. En efecto, a pesar de no estar reconocido ni excluido expresamente del texto constitucional, el “amparo contra resolución judicial” sentó su procedencia por vía jurisprudencial, pues la Corte Constitucional tuvo ocasión de pronunciarse al respecto con motivo del análisis del artículo 40 de la Ley 2591 que regula el procedimiento de la acción de tutela (…) la Corte declaró inconstitucional dicho dispositivo4 y admitió su procedencia de manera excepcional cuando se trata de una vía de hecho5; definiéndose esta como un acto manifiestamente arbitrario, carente de razonabilidad y proporcionalidad. IV. El caso español El artículo 44 de la Ley Orgánica 6/2007 establece que las vulneraciones a los derechos y libertades susceptibles de un amparo constitucional, que tuvieren un origen inmediato y directo en un acto u omisión de un órgano judicial, pueden dar lugar a este recurso siempre y cuando se cumplan determinados requisitos. La experiencia española del amparo contra resoluciones judiciales nos demuestra que de conformidad con el artículo 44.1 a) de la LOTC, las violaciones de los derechos y libertades susceptibles del amparo constitucional, que tuviesen su origen inmediato en un acto u omisión de un órgano judicial, podrán dar lugar a este recurso siempre que se hayan agotado todos los recursos utilizables dentro de la vía judicial6. Empero, este requisito de agotamiento de todos los recursos para acceder al proceso de amparo no obliga a utilizar en cada caso todos los medios de impugnación existentes en el ordenamiento, sino solo aquellos que razonablemente convengan para la protección del derecho fundamental o libertad pública vulnerada7. Siendo así, y en aras de una protección rápida y eficaz de los derechos fundamentales, en el caso español, en la hipótesis que contra un acto u omisión 4 Ídem. 5 Ibídem, p. 291. 6 FERRER MAC-GREGOR, Eduardo. La acción constitucional de amparo en México y España. Porrúa, México, 2000, p. 307. 7 Ibídem, p. 310. 22 AMPARO CONTRA RESOLUCIONES JUDICIALES de los órganos judiciales no proceda ningún recurso, se entiende que quedará abierta la vía del proceso de amparo8. Asimismo, tenemos que otro requisito de procedencia para el amparo español viene dado por el hecho de que la violación del derecho o libertad sea imputable de modo inmediato y directo a una acción u omisión del órgano judicial, con independencia de los hechos que dieron lugar al proceso en que aquellas se produjeron9; esto quiere decir que deviene en improcedente un amparo contra resolución judicial si el justiciable, por culpa o negligencia,
dejó consentir la violación a su derecho fundamental.