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EL RÉGIMEN DE LA ALEGRE MEMORIA (OBIANG NGUEMA MBASOGO) Y

LA PERVERSIÓN.

CAPÍTULO ¿XXI?: EL RÉGIMEN Y LA PAZ Y LA ESTABILIDAD POLÍTICA PARA


EL PROVECHO PROPIO.

Interesa conocer los mecanismos más directos y eficaces de los cuales se


sirve el presidente fundador para mantener a raya la población
guineoecuatoriana, mientras, a su vez, continúa expoliando en provecho
propio, las riquezas que la naturaleza ha dotado al pueblo. Estos
mecanismos son la policía y los demás elementos de seguridad del Estado,
es decir, los medios de represión física.

Vemos con frecuencia su preocupación por los factores “paz” y “la


estabilidad política”. Según suele manifestarse, su deseo es “controlar a los
enemigos internos y externos para no perturbar la paz de la que goza el
país”; y tener una “estabilidad política” que le sirva para poder realizar las
infraestructuras que evidencian “el desarrollo”.

La paz, valor muy necesario para la convivencia viable de los Estados, se


combina muy bien con el derecho a la justicia, la libertad de expresión, de
manifestación, y con otros derechos y libertades fundamentales. El
segundo factor, la estabilidad política, es muy anhelado por los Estados;
pero su contrario- la inestabilidad- también es compatible con los derechos
y libertades mencionados antes con respecto a paz.

En efecto, sobre la paz, se nos dice:

“… La paz no es solamente un valor que deba regir las relaciones internacionales. La paz
es también un derecho humano del que todas las personas, los grupos y los pueblos
somos titulares: todas y todos tenemos derecho a vivir en paz; todas y todos tenemos
derecho a una paz justa, sostenible y duradera. La paz no es sólo ausencia de conflictos
armados, internos o internacionales. La paz es un concepto mucho más amplio y positivo
que engloba el derecho a ser educado en y para la paz; el derecho a la seguridad humana
y a vivir en un entorno seguro y sano; el derecho al desarrollo y a un medio ambiente
sostenible; el derecho a la desobediencia civil y a la objeción de conciencia frente a
actividades que supongan amenazas contra la paz; el derecho a la resistencia contra la
opresión de los regímenes que violan los derechos humanos; el derecho a exigir a
todos los Estados un desarme general y completo; las libertades de pensamiento,
opinión, expresión, conciencia y religión; el derecho al refugio; el derecho a emigrar y
participar en los asuntos públicos del Estado en que se resida; y el derecho a la justicia,
a la verdad y a la reparación efectiva que asiste a las víctimas de violaciones de los
derechos humanos” (El Derecho Humano a la Paz. https
://www.lamgol.in/index.php/CULTURA/ARTCLE/…/760/581).

Respecto de la inestabilidad, sigamos una observación sucinta que se hace


respecto del Estado de Italia:
“Desde 1949, una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, Italia ha tenido en total 64
gobiernos, de los cuales solo seis han superado los dos años de duración. Es decir, cada
Ejecutivo dura, de media, algo menos de un año. Lo vemos claramente reflejado en el
panorama político en los últimos 5 años, ya que Italia ha visto desfilar ante sus ojos a tres
primeros ministros: Enrico Letta, Matteo Renzi y Paolo Gentilonii (El País, 06/03/2018).

La paz, como se acaba de ver, está íntimamente relacionado con “el


derecho a la desobediencia civil”, “el derecho a la resistencia contra la
opresión de los regímenes que violan los derechos humanos; “las
libertades de pensamiento, opinión, expresión, conciencia y religión”.

No se puede vivir en paz si se sufre injusticias provocadas, sobre todo, por


los que tienen el poder, como en el caso de Guinea Ecuatorial. No es justo
que unos vivan en opulencia, con sobradas ventajas de bienes materiales,
en detrimento de otros. Que unos se aprovechen de los medios de
represión física -que, en principio, deberían servir para la seguridad del
Estado- para reprimir a otros. Así, nos encontramos con que, unos, para
mantener provecho propio, arremeten contra cualquier atisbo de protesta
o de manifestación justa “por la paz”.

Vivimos a diario con leyes y situaciones de facto, bajo los auspicios del
presidente fundador, que, en lugar de propiciar la justicia, la viola, la
pisotea. Hay ciudadanos guineoecuatorianos que tienen sentencias a favor
no ejecutables, dificultades de reclamar o reivindicar algún derecho solo
porque, de por medio, está el fundador del gran movimiento de masas o
un familiar o un muy allegado.

Por otro lado, existen normas o situaciones de hecho que, en lugar de


proteger los derechos y libertades fundamentales, los dificultan: los
medios de comunicación nacionales no admiten opiniones contrarias al
régimen de la alegre memoria, un gobernador puede prohibir una
manifestación; para trasladarse al interior del país, se establece un
montón de barreras.
Además, se viven escenas -más en períodos electorales- de represión y
hasta cruentas, como el caso del actualmente ilegalizado partido CI en
Akonibe, so pretexto de velar por la paz: militantes, miembros y
simpatizantes se vieron envueltos en actos violentos provocados por los
elementos de la seguridad del Estado, controlados por el presidente. Más
tarde, se celebró un macrojuicio contra ellos, en el que, con toda serie de
irregularidades típicas del sistema, muchos fueron condenados sin contar
con las muertes, los maltratos y vejaciones de las que fueron víctimas.
Por lo general, los movimientos de los partidos que no comulgan con el
Gobierno, tienen muchas dificultades para desenvolverse.

Respecto a la estabilidad política, nos limitaremos a señalar que esta no


implica necesariamente una convivencia justa, de respeto de los derechos
y libertades mencionadas. Lo que se nos reproduce sobre Italia –
inestabilidad en los últimos años -nunca ha supuesto la falta del derecho
de la justicia, libertad de expresión u otros derechos y libertades. Sin
embargo, el Generalísimo Franco gobernó España durante cuarenta años
bajo una dictadura férrea más vergonzosa para el resto de los países del
entorno; pero, eso sí, con estabilidad política.

Definitivamente, la paz y la estabilidad política que suele esgrimir el


presidente fundador ante los atropellos de sus elementos de represión,
no son más que excusas para ocultar su práctica de depredator de las
riquezas pertenecientes a toda la población de Guinea Ecuatorial.

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