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UNIVERSIDAD NACIONAL DE MISIONES

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS

MAESTRÍA EN ANÁLISIS ESTRATÉGICO DE


NEGOCIOS

TESIS DE APROBACIÓN DE MAESTRÍA

“Gestión de la calidad del proceso de trabajo de


poda en una PYME de servicios forestales”
(Trabajo financiado por el INTA EEA Montecarlo y Marta Decoulon S.A.)

AUTOR: HUGO ENRIQUE FASSOLA

DIRECTOR DE TESIS : ENRIQUE MARTÍNEZ

2001
INDICE
1. Introducción
2. Antecedentes y marco conceptual
2.1 La gestión de la empresa y la calidad
2.2 La gestión de la calidad en la empresa forestal e importancia de los procesos de
poda
2.3 El proceso de poda y la gestión de la calidad
2.3.1 Aspectos biológicos de la poda que influyen en la calidad
2.3.2 La calidad en los procesos de poda y su relación con las condiciones y el
medio ambiente de trabajo (CYMAT)
2.3.2.1 Riesgos o contaminantes vinculados al ambiente de trabajo en los
procesos de poda
2.3.2.1.1 Riesgos o contaminantes físicos del medio ambiente de
trabajo
2.3.2.1.1.1 Ruido y vibraciones
2.3.2.1.1.2 Clima
2.3.2.1.2 Riesgos o contaminantes biológicos del medio ambiente de
trabajo
2.3.2.1.3 Riesgos por factores tecnológicos y de seguridad
2.3.2.1.3.1 Las forestaciones
2.3.2.1.3.2 Las maquinarias y herramientas
2.3.2.1.3.3 Trabajo en altura
2.3.2.1.4 Riesgos provenientes de catástrofes naturales y
desequilibrios ecológicos
2.3.2.2 Las condiciones de trabajo
2.3.2.2.1 La organización y contenido del trabajo
2.3.2.2.2 La ergonomía
2.3.2.2.3 Los campamentos
2.3.2.2.4 Alimentación
2.3.2.2.5 El modo de gestión
2.3.2.2.6 Los servicios sociales y asistenciales (de la empresa y/o de
las organizaciones sindicales) para bienestar de los trabajadores y de
sus familias.
2.3.2.3 La carga global de trabajo y sus dimensiones
2.3.2.3.1 Carga física
2.3.2.3.2 Carga mental
2.3.2.3.3 Carga Síquica
2.3.2.4 Siniestralidad
2.4 Estudios de herramientas de corte y rendimientos en procesos de poda,
Benchmarking de PYMES de servicios de poda y evaluación de niveles de
satisfacción. Fundamentos y justificación.
2.5 Hipótesis
2.6 Objetivos
3. Materiales y métodos.
3.1 Calidad de corte y tipo de equipamiento.
3.1.1. Poda baja de altura variable (Hasta aproximadamente 2,4 m)
3.1.2. Poda media (Hasta aproximadamente 4,4 m)
3.1.3. Poda alta (Hasta aproximadamente 6 m)
3.1.4 Efecto de la distancia entre la rama y el operador, sobre el porcentaje de cortes
defectuosos y la proyección del muñón, en la poda con sierra Cola de Zorro.
3.2 Estudio comparativo del proceso de poda en dos Pymes de Servicios forestales.
3.2.1 Estudio comparativo de tiempos en poda baja con dos clases de herramientas
3.2.2 Introducción de mejoras en el proceso de poda. Estudio comparativo de tiempos en
poda media
3.3 Humanización del trabajo, medioambiente de trabajo, calidad de vida, niveles de
satisfacción y motivación de trabajo
3.3.1 Estudio comparativo de tiempos entre podadores menores de 40 años de edad y
mayores de 40 años de edad.
3.3.2 Caracterización del medio ambiente de trabajo, calidad de vida y
determinación de niveles de satisfacción y motivación para el trabajo
4. Resultados y discusión
4.1 Calidad de corte y tipo de equipamiento.
4.1.1. Poda baja de altura variable (Hasta aproximadamente 2,4 m)
4.1.2. Poda media (Hasta aproximadamente 4,4 m)
4.1.3. Poda alta (Hasta aproximadamente 6 m)
4.1.4 Efecto de la distancia entre la rama y el operador, sobre el porcentaje de cortes
defectuosos y la proyección del muñón, en la poda con sierra Cola de Zorro.
4.2 Estudio comparativo del proceso de poda en dos Pymes de Servicios forestales.
4.2.1 Resultados del estudio comparativo de tiempos en poda baja con dos clases de
herramientas
4.2.2 Introducción de mejoras en el proceso de poda. Estudio comparativo de tiempos en
poda media
4.3 La gestión de la calidad y la humanización del trabajo, medioambiente de trabajo, calidad de
vida, niveles de satisfacción y motivación de trabajo
4.3.1 Estudio comparativo de tiempos entre podadores menores de 40 años de edad y
mayores de 40 años de edad.
4.3.2 Análisis económico de las ventsajas del empleo de tijeras electrónicas
4.3.3 Consideraciones macroeconómicas
4.3.4 Caracterización del medio ambiente de trabajo, calidad de vida, niveles de
satisfacción y motivación para el trabajo y gestión de la calidad
4.3.4.1 Alimentación
4.3.4.2 El campamento
4.3.4.3 Higiene y Seguridad
4.3.4.4 La organización y contenido del trabajo
4.3.4.5 Gestión de la calidad
5. Conclusiones y recomendaciones
6. Bibliografía

ANEXO I. Siniestralidad

ANEXO II. CUESTIONARIO

ANEXO III. CALIDAD DE VIDA


1. Edad, estudios y composición del grupo familiar de los trabajadores encuestados
2. Experiencia laboral anterior
3. Beneficios sociales
4. Calidad de vida

ANEXO IV. MEDIO AMBIENTE DE TRABAJO


1. Alimentación
1.1 Servicio de almuerzo y menú de la empresa contratista de poda con empleo del
método neocelandés. Características.
1.1.1 Servicio de almuerzo y menú de la empresa bajo estudio. Características.
Dedicatoria

A mi esposa y mis hijas, María Eugenia, María Victoria y Luciana, quienes postergaron
muchas horas de encuentro familiar y nunca dejaron de apoyarme.

AGRADECIMIENTOS

A la Lic. María Eugenia Adi por su tiempo y aportes, al Ing. Agr. Pablo Rohatsch por la
traducción de bibliografía del alemán al castellano, a la Lic. en Nutrición Silvia Garciarena
por sus observaciones y recomendaciones, a la Lic. En Estadística Mabel Correa por sus
recomendaciones, al Ing. Ftal. Carlos Morawicky y al Ing. Agr. Eduardo Decoulon por su
tiempo y aportes, como a sus respectivas plantas de trabajadores sin cuya cooperación ningún
resultado hubiera sido posible, a las Ings. Ftales. Mónica Gelid y Paula Ferrere por su
colaboración en la toma de datos y procesamiento de información.
Este obra es de propiedad intelectual de la Facultad de Ciencias Económicas de la
Universidad Nacional de Misiones y del autor. Quedando prohibida su reproducción sin
autorización.
1. Introducción

La actividad forestal en el país, si bien no es reciente, estuvo sustentada en la actividad


extractiva de los bosques naturales hasta fines de la década del ’50 y a partir de esa década, a
instancia de diversos mecanismos de promoción comenzaron a cobrar importancia las
plantaciones hechas por el hombre con especies de rápido crecimiento.

Debido a los procesos inmigratorios, principalmente la corriente italiana, los álamos y sauces
fueron las especies más difundidas. Pero a causa de las políticas de sustitución de
importaciones iniciadas después de la 2ª Guerra Mundial, grupos empresarios iniciaron el
cultivo en el Litoral de coníferas del SE de EEUU, con el objetivo de obtener fibra larga para
la fabricación de papel, incorporando luego a los Eucaliptus para la producción de pastas de
fibra corta.

Dicho proceso de generación de recursos forestales a partir de plantaciones en la década del


setenta hizo que Misiones se convirtiera en la principal provincia plantadora y durante la
década del ochenta, debido a la destrucción de los bosques nativos y a que las forestaciones
comenzaron ofrecer materia prima apta también para aserrado, se iniciara un proceso de
consolidación de las industrias de transformación mecánica basadas en la materia prima
procedente de los bosques implantados. En la actualidad Misiones aporta algo más del 45 %
del abastecimiento de la industria papelera y de aserrado del país.

El crecimiento de la industria del aserrado enfrentó a los industriales con demandas del
mercado que tenía precios diferenciales, especialmente los de la madera libre de nudos, cuya
fuente principal de abastecimiento en el mundo eran los bosques nativos y que por el proceso
de retroceso de estos su oferta disminuyó considerablemente.

Esta realidad introdujo nuevos procesos de trabajo, tanto en la actividad silvícola como la
industrial, diferentes a los empleados cuando la actividad sólo se basaba en la extracción de
los bosques naturales.
Entre los nuevos procesos incorporados a la actividad silvícola se destacan los de poda ya que
permiten obtener rollizos que proveerán madera libre de nudos a la industria del aserrado,
debobinado y del faqueado. Si bien hay quienes bregaban por su ejecución masiva desde los
inicios de la actividad forestal, sólo a partir de la década de los ’90 se alcanza tal objetivo.

En los primeros años se adaptaron técnicas y equipamiento procedentes de otros países,


mayormente europeos y en los últimos años debido al grado de especialización y liderazgo de
Nueva Zelanda en la producción de madera libre de nudos, un empresario local adoptó y
difundió sus técnicas. Otro, más recientemente, incorporó a la cosecha de yerba mate
equipamiento francés utilizado en la vendimia, decidiendo posteriormente incorporarlo a la
actividad forestal, aunque para ello se requería una serie de ajustes no sólo de la herramienta
sino de todo el proceso de poda.

En el presente estudio se va evaluar un nuevo proceso de poda desarrollado localmente y con


innovación tecnológica. Determinar si el mismo es mejor, igual o peor que otros sistemas de
poda en lo atinente a calidad, rentabilidad e impacto sobre la fuerza laboral serán los
objetivos.

En el capítulo siguiente (2) se desarrollarán tanto los antecedentes como el marco conceptual
utilizado para el estudio, habiéndose recurrido a fuentes bibliográficas para su elaboración. En
los puntos 2.5 y 2.6 se sintetizan las hipótesis y objetivos del trabajo.

En los capítulos 3 y 4 se desarrollan los métodos de estudio y los resultados. Las conclusiones
alcanzadas se exponen en el capítulo 5, al igual que las recomendaciones.

2. Antecedentes y marco conceptual

2.1 La gestión de la empresa y la calidad

La evolución del significado dado a la palabra calidad va paralela al cambio de enfoque en la


gestión empresarial (Pérez-Fdez. de Velasco; 1996:20). En las normas ISO 8402 se define a la
calidad como el conjunto de características de una unidad respecto de su aptitud para cumplir
con las exigencias fijadas de antemano (REFA; 1998:141).
Hasta hace aproximadamente una década el énfasis empresarial se centraba en producir todo
aquello que el mercado demandaba, en un entorno competitivo nacional para la mayor parte
de las empresas. Con posibilidades escasas de elegir los clientes, el enfoque de orientación al
producto y a la producción reflejaba bien a los directivos de las empresas.

Como consecuencia de la regionalización y globalización de los mercados, aumentaron


sensiblemente la competencia y las oportunidades para el cliente. Convirtiéndose este en el
gran protagonista. Siendo por lo tanto la satisfacción del mismo el principal objetivo que
oriente la toma de decisiones.

De una economía de “producción” se está pasando a una economía de la “calidad, donde los
clientes se redistribuyen” (Pérez-Fdez de Velasco; 1996:20).

Surgen entonces la Gestión de la Calidad Total, la Gestión por Procesos, etc. En ellos la
calidad toma un enfoque global al abarcar todas las actividades empresariales, operativas y de
gestión; ello debido a que se entiende por producto el resultado del trabajo de cualquier
persona y cliente al destinatario de ese trabajo (Pérez-Fdez de Velasco; 1996:25).

En el entorno actual más orientado al cliente es ampliamente aceptado que calidad equivale a
“satisfacer las necesidades y expectativas razonables de los clientes a un precio igual o
inferior al que ellos asignan al producto o servicio en función del “valor”que han recibido o
percibido” (Pérez-Fdez. de Velasco; 1996:28).

El sistema de Manejo de la Calidad se caracteriza por:

• Orientación al cliente
• Efectiva construcción y desarrollo de la organización
• Mejoramiento constante en todos los ámbitos
• Documentación clara (REFA; 1998:141-144)

Según Pérez-Fdez. de Velasco (1996:26) existen diversas metodologías para hacer operativo
el nuevo concepto de que la calidad se gestiona:
- La Calidad Total con herramientas específicas de aplicación a los negocios de
servicios.

- El Quality Function Deployment (Despliegue de la Calidad), de amplia


utilización para el diseño de bienes y servicios.

- La Gestión por Procesos, que a su vez incluye :

• Reingeniería o mejora, según lo ambicioso de los objetivos que se deseen conseguir.


• El Benchmarking o evaluación comparada de los procesos internos con aquellos
catalogados como excelentes y que se buscan en el exterior de la empresa.

En el caso de las actividades productivas las técnicas de la Gestión por Procesos adquieren
especial relevancia.

Pérez-Fdez. de Velasco (1996:181-183) define como proceso al “conjunto de activ idades


cuyo producto crea un valor intrínseco para su usuario o cliente” y por actividad “el co njunto
de tareas necesarias para obtener un resultado”. Pudiendo definirse como sistema a un
conjunto de procesos que tienen por finalidad la consecución de un objetivo.

K. Marx, citado por Neffa (1989:31), al referirse al proceso de producción expresa que este
debe ser considerado en su doble carácter, como proceso de trabajo que genera valores de uso
y como proceso de valorización del capital para generar valor excedente o plus valor.

La gestión por procesos se puede contemplar como un sistema cuyos elementos principales
son (Pérez-Fdez. de Velasco; 1996:205).

- Los procesos claves.


- El control de su funcionamiento
- La gestión de su mejora.

Este autor (Pérez-Fdez. de Velasco; 1996:182) divide los procesos de la empresa, en cuanto a
su repercusión en la calidad del producto, en dos grandes grupos:
- Procesos operativos de manufactura o para la prestación de servicios que
tradicionalmente han sido objeto de medición y control. Suelen tener una repercusión
directa en la calidad del producto o servicio.
- Procesos empresariales o de gestión que si bien no influyen en la calidad del producto
o servicio tienen un enorme potencial de mejora de productividad, ya que en el pasado
han sido objetos de menor atención directiva.

El rol de la gerencia es pues articular el trabajo humano, los medios de producción y los
objetos de trabajo a los fines de que estos procesos generen un producto con valor.

Según Neffa (1988:57) los procesos de trabajo juegan un papel determinante en cuanto a las
condiciones y medio ambiente de trabajo (CYMAT), siendo estas consecuentemente,
determinantes de la calidad.

El mejoramiento de las condiciones y medio ambiente de trabajo (CYMAT) va siendo


reconocido como la condición necesaria para mejorar la calidad, incrementar la productividad,
reducir el ausentismo y la rotación (Neffa; 1988:57-58).

El enfoque tradicional de CYMAT centraba su atención primaria y exclusivamente en los


problemas de higiene y seguridad en el trabajo y secundariamente en la medicina del trabajo,
pudiendo considerarse que el mismo aun no ha perdido vigencia en nuestro país. Sin embargo
el nuevo concepto de CYMAT incluye todos los factores de riesgo presentes en el medio
ambiente de trabajo y las condiciones de trabajo que derivan de los elementos de tipo socio-
técnicos y organizacionales del proceso de producción vigente en el establecimiento (Neffa;
1988:48).

La humanización del trabajo, de acuerdo con los conceptos desarrollados por Neffa
(1988:159), implica:
• La prevención de los riesgos procurando su eliminación o control en su fuente de
origen
• La integridad, promoción y desarrollo de la vida y la salud de los trabajadores en su
medio de trabajo, en todas sus dimensiones: bio-física, psíquica y mental
• Que la duración y configuración de la jornada de trabajo deje tiempo libre para el
reposo y la recreación.
• La adecuación del trabajo al trabajador utilizando los conocimientos ergonómicos
• Que el contenido y organización del trabajo contribuyan eficazmente al desarrollo
pleno de su personalidad y a su participación al nivel de la empresa y de la sociedad.

2.2 La gestión de la calidad en la empresa forestal e importancia de los procesos de poda

En la actividad forestal, la situación cada vez más difícil también ha llevado a la búsqueda de
nuevos caminos y conceptos, entre los que se encuentran nuevos modelos de conducción,
reformas organizativas y administrativas y el manejo de la calidad (REFA; 1998:140).

En la Argentina la actividad forestal durante la década de los 90’ ha sido muy dinámica, un
factor interno desencadenante ha sido la estabilidad macroeconómica y las políticas activas
del Estado Nacional subsidiando actividades de plantación y manejo y en lo externo ha
influenciado la apertura de la economía, que trajo aparejado la radicación de importantes
grupos empresarios extranjeros. Durante el período 1993- 1997 se invirtieron en el sector U$S
1.207 millones (SAGPYA; 1998:78).

Esta corriente inversora introdujo profundos cambios en el gerenciamiento de las empresas,


debido a que algunas de ellas ya estaban insertas en el mercado mundial o pretenden acceder a
él, el manejo de la calidad es uno de sus axiomas, junto con los sistemas de seguridad y la
protección del medio ambiente, dado la estrecha relación existente entre ellos (REFA;
1998:140-141). De hecho casi todas las grandes empresas han certificado bajo las normas ISO
9000 y unas pocas están en proceso de certificación de la norma ISO 14000 o bajo los
preceptos del Forest Stepwarship Council (FSC, 2000:1-30).

Un fenómeno propio de esta corriente inversora fue la terciarización de servicios, que si bien
fue desde siempre una característica de la empresa forestal, alcanzó niveles nunca antes vistos
en el sector forestal del país.

Al compás de este proceso las empresas de servicios forestales ya existentes y las nuevas que
surgieron, debieron adaptarse a las nuevas orientaciones de las empresas en las que debían
insertarse en su cadena de valor.
El nivel de exigencia, con pautas técnicas mejor definidas e imposiciones, en lo que respecta a
normas de seguridad e impacto ambiental, son propias de estos últimos años y que también
tuvieron su impacto en las condiciones y medio ambiente de trabajo.

Uno de los rubros de servicios que mayor crecimiento ha experimentado en los últimos años
ha sido el de servicios de poda. Ello en virtud de la escasez a nivel mundial de madera libre de
nudos por agotamiento de los bosques naturales que eran la fuente de abastecimiento (Sutton;
1985:1-132).

Por esta razón los diferenciales de precios en la CEE, entre madera podada y no podada de
coníferas, oscila entre un 33 % y un 65 % y en el caso de latifoliadas varían entre un 50 % a
un 600 % (Descombes; 1998:44-50) y los precios de rollizos de alta calidad en EEUU han
crecido por encima de la tasa de inflación en ese mercado durante el período 1975-1991
(Fassola et al; 1994:1-6). También el mercado interno exhibe diferenciales de precios entre
rollizos podados y no podados.

Si bien los adelantos tecnológicos, tanto en el campo de la biología, progenies de internudos


largos (Carson; 1995:21), como en el de desarrollo de productos y máquinas herramientas,
fomentan el desarrollo de productos alternativos, como el MDF, finger-joint etc, hay
indicadores que permiten presuponer que por este grado de calidad se seguirán pagando
sobreprecios frente a los grados de calidad con nudos.

• Las maderas para debobinado y chapas encuentran mercado y no es


posible obtenerlas de rollizos de dimensiones cortas.

• Son esperables nuevas restricciones en los permisos de cortas de los


bosques federales de EEUU debido a la presión de los consumidores. Esto traerá
aparejado una disminución en el abastecimiento de ese mercado ya que estos bosques
son la principal fuente de aprovisionamiento de madera aserrada de coníferas en ese
país (Sherrill; 2000:4). Indicativo de esta situación es el hecho de que una de las
últimas disposiciones del Pesidente de EEUU, Clinton, antes del cambio de gobierno,
haya sido desafectar 30.000.000 has de bosques federales
Por otra parte la producción de madera libre nudos requiere de sitios de buena calidad a los
fines de maximizar su producción. En la región mesopotámica esa situación se presenta en la
zona de suelos lateríticos que se encuentran en la Provincia de Misiones y Noreste de
Corrientes (Fassola,1995:3-6) y dado que en esta región son predominantes las plantaciones
de coníferas en adelante se hará referencia a ellas y en particular a Pinus taeda L. Origen
Marion, material genético empleado en mayor proporción.

Estas características propicias de suelos compensan en cierto grado la lejanía con puertos de
embarque, ya que se hace necesario dar el mayor valor agregado a la producción tanto
primaria como industrial.

2.3 El proceso de poda y la gestión de la calidad

La poda consiste en la eliminación de ramas del fuste del árbol, hasta una altura
predeterminada, mediante el empleo de herramientas apropiadas, con el objetivo de obtener
madera libre de nudos. Siendo este el proceso principal de una empresa de servicios abocada a
la poda.

En la calidad de la misma influyen aspectos biológicos y aspectos vinculados a la gestión


empresaria.

2.3.1 Aspectos biológicos de la poda que influyen en la calidad

Los rendimientos en madera libre de nudos de rollizos podados, están dados por las
dimensiones de los mismos, por el diámetro en punta delgada, por el tamaño del “c ilindro
que contiene los defectos” y por el grado de eficiencia durante la conve rsión (Park, 1980:419-
38; 1982:1-15; Turner y Price, 1996; 29-32; Fassola et al, 1999:1-9). Park (1980:425;
1982:1) definió al cilindro que contiene los defectos (CD) (Foto º1) como “el cilindro que
contiene la médula, los muñones de la poda (Foto nº 2), la oclusión de la herida de poda y las
sinuosidades del fuste”.
Foto nº 1: Tabla mostrando médula, Foto nº 2 : muñón de poda y
verticilos podados, sinuosidades del fuste oclusión de la herida.
y madera libre de nudos en Pinus taeda
L.
Fassola y Gelid (1997:1-6) y Fassola et al (1999a:1-8 y 1999b:1-10) determinaron la relación
existente entre el diámetro a la altura de pecho (DAP) y el diámetro máximo sobre muñones
(DMSM) para Pinus taeda L. Siendo el diámetro máximo sobre muñones el verticilo podado
de mayor diámetro y una variable de fácil medición en cada levante de poda (Fig. nº 1).

Para la misma especie también fue


determinada la relación entre el diámetro del
cilindro que contiene los defectos y el
diámetro máximo sobre muñones (DMSM)
(Fassola et al, 1999c:1-10).

Los mismos autores establecieron además


relaciones que permiten predecir el
rendimiento en madera libre de nudos en el
aserrado a partir del DAP, porcentaje de
conversión en el aserrado y CD.

Fig. nº 1 : Fuste podado, dmsm en el realce


2.3.2 La calidad en los procesos de poda y su
de poda, altura de ocurrencia del dmsm,
relación con las condiciones y el medio
altura del árbol y diámetro a la altura del
ambiente de trabajo (CYMAT)
pecho (dap)

Si bien los aspectos biológicos de la poda


han recibido atención no puede sostenerse lo mismo de los aspectos vinculados al medio
ambiente de trabajo y la gestión empresaria relacionada con ella (CYMAT), que como se ha
mencionado anteriormente son también determinantes en la gestión de la calidad.
2.3.2.1 Riesgos o contaminantes vinculados al ambiente de trabajo en los procesos de
poda

Neffa (1988:57-75) al analizar los procesos de trabajo, considera que en los mismos se
generan o se encuentran presentes riesgos o contaminantes y que por el hecho de ser la poda
un proceso operativo, pueden tener una repercusión directa en la calidad del producto o
servicio, ya que contribuyen a configurar la carga global de trabajo.

Estos riesgos, en los procesos de poda, pueden ser físicos, biológicos, como también debidos
a factores tecnológicos o derivados de catástrofes naturales y desequilibrios ecológicos.
Aunque estos riesgos o contaminantes no han sido analizados en su totalidad para los
procesos de poda, a continuación se destacan los antecedentes más importantes para cada uno
de ellos o antecedentes de otros procesos de trabajo de actividades forestales que bien pueden
asimilarse a la poda.

2.3.2.1.1 Riesgos o contaminantes físicos del medio ambiente de trabajo

2.3.2.1.1.1 Ruido y vibraciones

En los procesos de poda estas manifestaciones son sólo producidas por motosierras y
podadoras mecánicas como Power Pruner y Huqsvarna PS50, utilizadas por Gonda y Cortéz
(1995 a:324-346; b:318-323).

Aunque los efectos del ruido que provocan los motores a explosión se pueden mitigar
mediante protectores auditivos, son conocidos los efectos perniciosos de una exposición
permanente a una fuente de ellos como un motor de motosierra, que sobrepasa el límite
recomendado (Neffa, 1988:58; Smith y Thomas Jr., 1993:35-36; Löffler, 1992:141-162)

2.3.2.1.1.2 Clima

El bienestar y la capacidad de producción del hombre son influenciados considerablemente


por el clima del medio. Löffler (1992:180-194) señala que el estrés por calor reduce la
producción en actividades síquicas y sicofísicas, afectando la velocidad de reacción, la
percepción y la coordinación sensomotriz.
2.3.2.1.2 Riesgos o contaminantes biológicos del medio ambiente de trabajo

La actividad forestal primaria por naturaleza debe realizarse en ambientes naturales, pudiendo
surgir por ese motivo riesgos biológicos debido al ataque de insectos (arañas, mosquitos,
avispas, abejas, moscas etc) o animales (serpientes, murciélagos, etc) que pueden inocular
ponzoña o bien transmitir enfermedades.

También la vegetación puede ser fuentes de riesgos al encontrar en ella plantas urticantes o
con espinas que generen desgarramientos de los tejidos.

Krautstofl (1994:36) encuestando trabajadores forestales de obrajes en Misiones informa de


las quejas de los mismos con relación a los inconvenientes que les generaba la resina de pino,
que puede llegar a generar problemas en los oídos y ojos.

2.3.2.1.3 Riesgos por factores tecnológicos y de seguridad

2.3.2.1.3.1 Las forestaciones

A diferencia de las plantas industriales, donde hay un lay-out, en las masas forestales el único
ordenamiento es el dado por la distancia de plantación, el obrero debe desplazarse hacia el
objeto de trabajo, el árbol, pudiendo este desplazamiento verse dificultado en mayor o en
menor grado por la presencia de sotobosque (Hartsough y Parker, 1996:449-459).

2.3.2.1.3.2 Las maquinarias y herramientas

Estas están pensadas para sustituir el esfuerzo excesivo de los trabajadores, así como ciertas
tareas repetitivas (Neffa, 1988:72-73); en las actividades de poda la generalidad de los
equipamientos tiene muchos años de desarrollo y en términos generales puede afirmarse que
esos objetivos aun no han sido logrados.

Brown y Pawsey (1959:63-70) en Australia encontraron que el tipo de herramienta empleado


en la poda de Pinus radiata y el operario influían en el tamaño de la proyección del muñón de
poda. Ellos compararon sierras, tijeras y hacha, determinando que la proyección del muñón de
poda era menor cuando se empleaba hachas en ramas por debajo de 0,96 cm, por debajo de
este diámetro el comportamiento de la sierra fue superior. También la profundidad de la
oclusión de la herida fue inferior en aquellas ramas podadas con hacha. Por otra parte, según
estos autores, las heridas provocadas en el árbol por la poda no afectaron el proceso de
cicatrización.

Contrariamente Meneses V. (1992:72-85), trabajando con la misma especie en Chile,


determinó que la profundidad de la oclusión de la herida de poda, que también contribuye en
el diámetro del cilindro con defectos, está influenciada por el tipo de herramienta utilizada y
la calidad técnica de la poda. Este autor determinó también que el tipo de herramienta incidía
en la calidad de poda, sierras tipo “jack” generaron menor proporción de cortes defectuosos
que la comúnmente denominada cola de zorro. Olivares et al y Poblete et al (cit. op. por
MenesesV., 1992:72-73) arribaron a conclusiones similares y encontraron que la calidad del
corte, dada por la presencia o ausencia de defectos o daños asociados a la zona de
cicatrización, tenía una relación directa con la profundidad de oclusión.

Por esos años las tijeras comenzaron a ser las herramientas de poda preferidas en Nueva
Zelanda y rápidamente comenzaron estudios para mejorar su comportamiento, determinando
Hall y Mason (1988:19-21) que la Hit Pruner con hojas modificadas exhibía el mejor
desempeño. Con posterioridad su empleo se difundió en Chile y desde hace unos tres años
está siendo empleado un modelo similar por parte de un contratista de Pecom Forestal en la
provincia de Misiones.

En nuestro país el único estudio referido a tipo de herramientas y calidad de corte corresponde
a Gerding (1993:42-43). El mismo compara la calidad del trabajo realizado con machete y
serrucho en poda alta de Pinus elliottii en el nordeste de Corrientes, estableciendo que el
machete provocó que un 85 % de los árboles podados sufrieran heridas, mientras que la sierra
afectó solamente el 20 %.

En los últimos años han aparecido en el mercado nuevos implementos como tijeras
electrónicas, como la Electrocoup de origen francés (Foto nº 3) o impulsadas por aire
comprimido que están siendo utilizadas en la región. También las sierras han experimentado
cambios profundos en su diseño, prueba de ello es la aparición en el mercado de sierras con
dientes multifacetados de origen Japonés (Foto nº 4).
Sin embargo no se dispone de un estudio actualizado donde se comparen diferentes elementos
de corte, independientemente de su forma de accionamiento, especialmente de las
mencionadas en último término. En el Cuadro nº 1 se presenta sinópticamente la variedad de
herramientas de poda disponibles en función de la forma y acción en que producen el corte.

Foto nº 4: dientes multifacetados en sierra


Foto nº 3: tijera electrónica Electrocoup
ARS Superturbocut UV32 (diseño japonés)

Complemento de algunos tipos de sierras son los mangos prolongadores, tanto de serruchos
(Apud y Valdés, 1993:34) como de podadoras mecánicas (Gonda y Cortéz, 1995b:318-323), y
las escaleras. Estos permiten la poda en altura al igual que el empleo de escaleras.
Cuadro nº 1 : Herramientas de poda en función de la forma y acción de corte.

Forma de corte Acción de Elemento Herramienta Accionamiento


corte cortante
- Corte por - por golpe hoja (1) Machete, Hacha Manual
presión sobre
los tejidos
- en cizalla hojas (2) Tijera con dos hojas Manual
curvas
Tijera con una hoja curva Manual, eléctrico,
hidráulico, aire
comprimido
Tijera con dos hojas rectas Manual
- Corte por - Dientes Serruchos Manual
desgarro de los deslizamiento
tejidos
Sierras Manual
Eslabones Podadoras mecánicas Motor a explosión

2.3.2.1.3.3 Trabajo en altura

El empleo de sierra con mango prolongador fue el uno de los métodos más extendido para
podas por encima de los 2-2,4 m de altura, tanto en Chile hacia principios de la década pasada
y en nuestro país hasta fines de la misma.

Aunque debido a que su uso generaba problemas de carga estática sobre hombros y brazos y
mala posición de la nuca, Apud y Valdés (1993:34) recomendaron el empleo de escaleras,
con ellas obtuvieron mayor rendimiento aunque aumentó el riesgo de accidente si las mismas
no eran adecuadamente diseñadas con buenos sistemas de fijación al árbol. Leonetti y Magnin
(2000:3.31) también recomendaron el empleo de estas en podas altas.

Los diseños actuales son de aluminio con escalones que minimizan el riesgo de deslizamiento,
y cuentan con elementos que se entierran en el suelo y que permiten una adecuada fijación al
árbol.
Uno de las consecuencias del empleo de escaleras es que el obrero por ganar tiempo al
descender se deslice por los laterales, práctica desaconsejada por Leonetti y Magnin
(2000:3.31) por los riesgos de lesiones que entraña

2.3.2.1.4 Riesgos provenientes de catástrofes naturales y desequilibrios ecológicos

Más allá de lo esperable para una zona subtropical húmeda en cuanto altas temperaturas y
humedad, como también precipitaciones frecuentes, que pueden afectar el rendimiento o
directamente paralizar las actividades, con el consecuente efecto negativo sobre los ingresos
de la empresa y del trabajador, existen otros fenómenos naturales de baja frecuencia pero alta
intensidad que pueden poner en riesgo grave al trabajador.

Estos pueden ser vientos huracanados que pueden atrapar a los trabajadores en el monte o en
los campamentos, si bien no son de larga duración y afectan en general superficies reducidas,
su efecto es devastador. Otro elemento natural que pueden originar daños graves son las
tormentas eléctricas.

2.3.2.2 Las condiciones de trabajo

Según Neffa (1988:76) los factores socio-técnicos y organizacionales del proceso de


producción que están presentes en el establecimiento van a jugar un papel decisivo, aunque no
exclusivo, para especificar las condiciones de trabajo vigentes, contribuyendo también a la
carga global del trabajo.

2.3.2.2.1 La organización y contenido del trabajo

El único antecedente local sobre organización del trabajo en actividades forestales en


plantaciones corresponde a Krautstofl (1994:39-43). Visitando obrajes de extracción de
madera observó que las jornadas laborales se extendían desde el día lunes al sábado desde
horas tempranas hasta la entrada del sol, extendiéndose el horario de trabajo entre 8 y 10 hs.
El cumplimento de este horario estaba dado por la relación directa que existía entre la forma
de pago a destajo y el tiempo de trabajo.
En cuanto a la modalidad de contratos observada por la autora adquirían la modalidad de
“transitorios o eventuales”, siendo los mismos de palabra” donde se d ejaban en claro las
obligaciones del trabajador y la paga. Esto daba a la relación un carácter “transitorio”,
considerada por los trabajadores de mayor edad como que les brindaba mayor “libertad”,
aunque entre los más jóvenes observó que aspiraban a lograr un trabajo fijo.

En cuanto a las exigencias del contenido del trabajo en la explotación maderera determinó que
los contratistas preferían individuos jóvenes pero con experiencia, fuertes, sanos y “sobre todo
aquellos que no anden haciendo líos por cualquier pavada”.... Es decir que debían cumplir con
una gran cuota de resignación y pasividad. También determinó que las posibilidades de
desarrollo eran prácticamente nulas.

Muy diferentes son las condiciones en un país desarrollado como Suecia, donde, según
Pettersson (1987:322-333), las empresas forestales cuentan con trabajadores con 9 años de
educación básica y 2 de entrenamiento vocacional, por lo que para lograr el pleno potencial de
los mismos se les debe delegar suficiente responsabilidad y posibilidad en la discusión y
formulación de los objetivos. A los fines de disminuir el estrés del trabajador y
consecuentemente los accidentes, disminuir las fluctuaciones en los salarios y promover el
trabajo en equipo, en Suecia se dejó de utilizar el pago a destajo.

2.3.2.2.2 La ergonomía

El objetivo final de esta disciplina es el análisis de las situaciones reales de trabajo para
identificar las relaciones existentes entre los objetos de trabajo, los medios de trabajo, la
actividad de los trabajadores, las condiciones de trabajo y los efectos que dichas
interrelaciones pueden significar sobre la salud de los trabajadores y la eficiencia de la
producción (Neffa, 1988:84-86).

Si bien la literatura europea, norteamericana o japonesa exhiben antecedentes de estudios


ergonómicos en poda, muchos de ellos no son de interés para nuestra situación, ya que la
silvicultura de especies de rápido crecimiento se ha orientado hacia intervenciones tempranas,
a diferencia de la practicada en el hemisferio norte donde en general se efectúan en forma
tardía (Hartsough y Parker, 1996:449-450).
Apud y Valdés (1993:34) señalan que el rendimiento y la calidad de poda se vio influenciada
por la distancia que mediaba entre el trabajador y la rama a podar. Podas altas, de 3 a 6
metros, realizadas en Chile sobre Pinus radiata y efectuadas con escalera fueron más
productivas, 125 árboles por jornada y de mejor calidad que las realizadas desde el nivel del
suelo con sierra y mangos prolongadores con un rendimiento de 96 árboles por jornada. En
ambos casos la frecuencia cardiaca fue muy similar, alcanzando promedios de 100 latidos por
minutos, siendo el límite en ese país para ser considerado trabajo pesado 115 latidos por
minutos.

Por estas razones desaconsejan el empleo de mangos prolongadores al efectuar podas, aparte
como ya se mencionó anteriormente, provoca una carga estática en las espaldas y los brazos y
una mala posición de la nuca (Apud y Valdéz, 1993:34; OIT, 1998:85).

Hartsough y Parker (1996:452-459) analizaron el rendimiento de trabajadores forestales en


Nueva Zelanda que ejecutaban primer y segundo levante de poda en Pseudotsuga mentziesii
mediante el empleo de tijerones y escalera. Para una primer poda se obtuvo un tiempo
promedio por árbol o ciclo de 308,6 (CM)♣ y para la segunda poda 187,5 CM.

En cuanto a la carga fisiológica de este método, los autores determinaron que en ambas podas
la frecuencia cardiaca estuvo en el rango de 110-130 pulsos/min, pudiéndose clasificar al
mismo como trabajo pesado. En cuanto a la segunda poda determinaron que exigía una carga
fisiológica mayor que la primera. El ritmo cardíaco se aceleraba al tener que elevar los brazos
más que en la primer poda y al tener la necesidad de efectuar trabajo muscular adicional con
las piernas, pasándola alrededor del árbol, para sujetarse.

En nuestro país Gerding (1993:42-44) analizó dos métodos de poda alta de 3 a 5 metros de
altura en Pinus elliottii en el norte de Corrientes, empleando machete y escalera y serrucho
con mango largo, determinando que con el primero el tiempo total fue de 1.129, 6 CM/árbol,
mientras que para el segundo fue de 1.059,72 CM/árbol. El autor recomendó la utilización de
serruchos con mango prolongador ya que consideraba este trabajo de mayor calidad que el


CM = centiminuto
realizado con machete y clasificó a este método de trabajo entre liviano y medio pesado,
aunque no menciona el empleo de algún método para establecer esa conclusión.

Gonda y Cortéz (1995a:336) en primer poda de Pinus ponderosa en la patagonia argentina,


mediante el empleo de serrucho y motosierra, determinaron que con la primer herramienta el
tiempo total fue de 337 CM/árbol, mientras que con la segunda el tiempo empleado fue de
190 CM/árbol.

Los mismos autores (Gonda y Cortéz,1995b:321-322) compararon tres herramientas


diferentes en una segunda poda hasta los 3,5-4 m de altura en la misma especie. Obteniendo
para poda con serrucho y mango prolongador un tiempo total de 448 CM/árbol. Con una
podadora mecánica, Power Pruner, el tiempo total fue de 154 CM/árbol, mientras que con la
otra, Huqsvarna PS50, emplearon dos versiones de mangos (4 y 5 metros de longitud) y
obtuvieron como resultado un tiempo total de 126 CM/árbol para la prolongación más corta y
153 CM/árbol para el más largo.

En estos sólo estudios se hace referencia a la necesidad de contar con elementos que
resguarden al operador de la motosierra debido a los riesgos que entraña, aunque no hacen
mención al efecto del trabajo con mangos prolongadores.

2.3.2.2.3 Los campamentos

En la actividad forestal, al igual que en la agricultura y la minería, nunca es posible hacer una
separación tajante entre las condiciones generales de vida y las condiciones y medio ambiente
de trabajo, ya que gran parte de la vida del trabajador transcurre en campamentos en el sitio
de labor.

Goffman (cit. op. por Krautstofl, 1994:46-47), emplea el concepto de las instituciones totales,
espacio que sirve como lugar de residencia y trabajo, en el que un número de individuos
comparten en su encierro una rutina diaria, con los elementos que configuran el campamento-
cuadrilla en la actividad forestal. Este tipo de instituciones se genera un mundo propio cuyo
ordenamiento social difiere de otros.
Apud y Valdés (1993:32-33) señalan que en el caso de los trabajadores chilenos por ellos
estudiados, a pesar de su buena aptitud física tenían un rendimiento bajo. Amén del bajo
salario, un análisis del entorno laboral indicó que las condiciones en que tradicionalmente
vivían los trabajadores en los campamentos eran sumamente inadecuadas. En 1980 un estudio
de la Superintendencia del Trabajo realizó evaluaciones en 42 campamentos y encontró que
41 no cumplían los requisitos mínimos de higiene y comodidad.

En nuestro país, donde también en términos generales las tareas forestales se desarrollan lejos
de áreas urbanas, si bien existe legislación al respecto, la situación no es muy diferente a la
mencionada anteriormente.

2.3.2.2.4 Alimentación

La calidad y cantidad de los alimentos es un factor limitante para el trabajo pesado. En países
tropicales de América fue posible determinar que el intercambio energético en trabajadores
fue inferior al de los europeos, 13400 KJ♣/día contra 18000 KJ/día, pudiendo atribuirse esto a
la alimentación deficiente (Löffler, 1992:28).

Apud y Valdés (1993:33) determinaron que para la mayoría de las actividades que realizaban
los trabajadores forestales chilenos, estos requerían una dieta que aportara al menos 4000
kcal/día (16744 KJ) en tres comidas. Dietas inferiores en calorías repercutían negativamente
en el rendimiento y por lo tanto en los beneficios de la empresa y el salario del operario.

Krautstofl (1994:45-46) al analizar la alimentación en los campamentos forestales determinó


que en estos para los obreros comer bien implicaba un desayuno de mate y reviro, una comida
al mediodía que podía ser un guiso, si estaban trabajando cerca del campamento, o torta frita
y mandioca, si se encontraban lejos de este y por la noche que era cuando disponían de mayor
tiempo, preparaban un guiso fuerte en calorías con arroz, fideos, porotos, mandioca y algo de
carne si había.

2.3.2.2.5 El modo de gestión


KJ = kilojoule
Las entrevistas llevadas a cabo por Krautstofl (1991:87;1994:37) determinaron que la autora
considere que la organización empresaria involucrada en tareas forestales, imponía límites a
las potencialidades de desarrollo e iniciativa de los individuos: se hallan sometidos a un
régimen colectivo al cual deben adaptarse a riesgo de la pérdida de su sustento.

Ante tal imposición y ante la imposibilidad de evolución o alternativas más favorables se


generaba un nivel de insatisfacción, referido tanto al bienestar físico, como a los deseos o
motivaciones. Considerando que estas condiciones motivaban la transitoriedad / inestabilidad
/ inseguridad / ilegalidad que caracterizaban la actividad.

2.3.2.2.6 Los servicios sociales y asistenciales (de la empresa y/o de las organizaciones
sindicales) para bienestar de los trabajadores y de sus familias.

En la experiencia Argentina, considerando la totalidad de las actividades, estos servicios han


sido de gran utilidad (Neffa,1988:88-91).

Aunque Krautstofl (1991:72-73; 1994:48) señala que los operarios de empresas forestales de
Misiones, que brindaban servicios, carecían de beneficios sociales y ninguno de los sindicatos
existentes en ese entonces defendía los intereses de los trabajadores.

Villalba (1999:6-9) informa que de acuerdo con la unión Argentina de Trabajadores Rurales y
Estibadores (UATRE) había en la provincia de Misiones 23.000 trabajadores que tenían
asistencia y obra social (OSPRERA). Aunque el sindicato presuponía que más del 50 % de los
trabajadores rurales y de monte se encontraba en negro. Los representantes sindicales argüían
también que callaban muchas irregularidades para que no cerraran más fuentes de trabajo.

2.3.2.3 La carga global de trabajo y sus dimensiones

Neffa (1988:93) establece que el conjunto de las repercusiones de las exigencias del puesto de
trabajo, generadas por los riesgos o contaminantes y condiciones de trabajo, constituyen la
carga de global de trabajo. Si bien para su estudio distingue en la carga de trabajo, al igual que
Löffler (1992:8-9), esencialmente tres dimensiones, física, síquica y mental, sobre las que
actúan, en el conjunto o individualmente, todos los elementos de las CYMAT. Considerando
que la introducción de mejoras en la misma contribuye a asegurar un funcionamiento eficiente
de la empresa (Neffa; 1988:43).

2.3.2.3.1 Carga física

Para realizar un trabajo es necesario un intercambio de energía. Esta energía se obtiene de los
alimentos por asimilación a partir de los hidratos de carbono y grasas, que son los más
importantes para el hombre, y las proteínas.

Con posterioridad la energía química obtenida de los alimentos es transformada en mecánica


(movimientos de músculos, corazón etc.) y eléctrica (neuronas).

El intercambio energético total en el que incurre un ser humano durante el día es igual a la
suma del intercambio básico, que son las necesidades energéticas de reposo/unidad de
tiempo, a una tº ambiente de 20º C y ayuno de 12 hs, más el intercambio de trabajo,
necesidades energéticas por sobre la básica para el trabajo, más el intercambio de tiempo
libre, que son las necesidades energéticas para todas las actividades sobre el básico, excepto
la del sueño y la de trabajo (Löffler, 1992:15).

El intercambio básico varía con el tamaño corporal, superficie, peso, edad, sexo, raza y
temperatura ambiente. Como promedio en Europa para un hombre se toma un valor
aproximado de 7350 KJ/día (=1750 kcal/día) (Löffler, 1992:16).

La cuestión sería cual es el intercambio total y cual es el intercambio de trabajo perdurable


(en meses y años) que sea posible y esperable. De interés práctico es la Línea de Rendimiento
Durable (DLG), definida como la zona donde en una jornada de 8 hs de trabajo (turno) la
oferta energética iguala la necesidad energética o bien como la intensidad del esfuerzo durante
el trabajo que es factible realizar durante las 8 hs sin mayor cansancio físico, con varios
descansos breves (Löffler, 1992:25).

En Europa para hombres de 30-40 años, 1,75 m de altura y 70 kg, se fija que la DLG con un
intercambio total de 18.000 KJ/24 hs, de los cuales 8.400 KJ /24 hs, se disponen para un
intercambio perdurable de trabajo. Para trabajos forestales se considera que debe partirse de
un intercambio de trabajo de 10.400 KJ/ 24 hs dentro de las 40 hs semanales (Löffler,
1992:25).

El intercambio de trabajo y la línea DLG son indicadores válidos para determinar lo pesado de
un trabajo entre otras causas cuando se realiza una actividad muscular dinámica o cuando la
1/6 ó 1/7 parte de la masa muscular es utilizada en el trabajo y no juegan ningún rol las
condiciones climáticas en la labor, especialmente altas temperaturas (Cuadro nº 2) (Löffler,
1992:28).

Cuadro nº 2: Calificación del trabajo físico en función de los requerimientos de intercambio


energético de trabajo (Löffler, 1992:26).

KJ/día Kcal/día
Trabajo liviano < 4200 < 8.4
Trabajo medio 4200-6300 8.4-10.4
Trabajo pesado 6300-8400 10.4-17.5
Trabajo muy pesado (sobre DLG) > 8400 > = 17.5

Estas limitantes implican que en término medio y en períodos prolongados el intercambio


energético debiera ser totalmente compensado por la ingestión de alimentos.

Krautstofl (1994:42) señala que las críticas condiciones de trabajo de los peones forestales en
Misiones hacen que después de los 40 años presenten síntomas de envejecimiento precoz, no
siendo posible encontrar en los obrajes personas de más de 45 años, salvo en el caso de que
cumplieran tareas de mayor responsabilidad en cuanto al control y supervisión.

2.3.2.3.2 Carga mental

La mayoría de los puestos de trabajo forestal presentan según Löffler (1992:81-82) una
demanda mental baja, considerando esta como la dependencia, de quienes ocupan los puestos
de trabajo, de los requerimientos cognitivos derivados de la organización de las tareas (Neffa,
1988:99)
Puede considerarse que una subdemanda mental es tan perniciosa como la sobredemanda. La
subdemanda está relacionada con la monotonía y la vivacidad, estas afectan provocando
sensación de cansancio, disminución de espontaneidad y lucidez, disminución de las señales
captadas y reacciones más lentas ante los estímulos (Löffler, 1992:79).

Si bien se ha intentado determinar la demanda mental por medio de métodos objetivos,


determinación del nivel de katecolaminas (estudio de la relación noradrenalina / adrenalina;
menor de 2: demanda mental, mayor de 4 : demanda corporal), o subjetivamente mediante
encuestas, hasta el momento ha sido difícil de cuantificar o interpretar (Löffler, 1992:82-83).

2.3.2.3.3 Carga Síquica

Estas demandas se relacionan muy estrechamente con el contenido del trabajo, se trata
esencialmente de los aspectos afectivos y relacionales propios de los requerimientos de los
puestos de trabajo en cuestión (Neffa, 1984:112).

Esta disposición al rendimiento psicológico es generada por procesos de motivación, estos se


generan en el hecho de que una persona debería reconocer en la labor que debe realizar que
con ello puede lograr acercarse a sus propios objetivos (Löffler, 1992:100-101).

Löffler (1992:102-103) afirma que aun no hay una explicación científica definitiva de los
procesos de motivación. Freud (Bleger, 1972:149-150) quien ha estudiado estos procesos,
demostró el carácter causal de los fenómenos psicológicos, porqué y para que de las
conductas, pudiendo afirmarse que la psicología moderna estudia las motivaciones.

Uno de los indicadores aceptados de la motivación sicológica de rendimiento es la


satisfacción de trabajo, dando el grado de satisfacción indicadores sobre como mejorar la
disposición al rendimiento buscando mejoras en la organización, en la estructura del trabajo y
en el estilo de conducción o bien pautas para la humanización del trabajo, siendo esta última
un componente de la calidad de vida (Löffler, 1992:112-114).

Los factores que son considerados como determinantes y condicionantes de la carga síquica
de trabajo han sido más estudiados en actividades de servicios (Neffa, 1988:112). En la
actividad forestal son escasas las investigaciones referidas a la motivación de trabajo. Löffler
(1992:115-122) hace referencia a estudios ejecutados en Alemania, mayormente abocados a
examinar las razones de elección del oficio o encontrar pautas para hacerlo más atractivo,
disminuir la tasa de abandono, humanizarlo y aumentar la disposición al rendimiento.

Krautstofl (1994:48-49) al analizar aspectos sicosociales de peones forestales en Misiones,


determinó que las posibilidades de iniciativa de los mismos, de la cual depende el grado de
autonomía que poseerá el trabajador (Neffa, 1988:112), se vinculaba con la posibilidad de
elegir su método y ritmo de trabajo y poder controlar su tarea, fundamentalmente debido a
que el trabajo se cobraba a destajo.

2.3.2.4 Siniestralidad

Si bien en los puntos anteriores se han dado antecedentes mundiales y locales sobre los
diversos factores constituyentes de las CYMAT y que contribuyen a la carga global de
trabajo, debe considerarse que en casi todos los países, el trabajo forestal junto con el de la
construcción y la minería, es uno de los sectores de actividad más peligrosos.

Las tasas de accidentes y de siniestros mortales son entre dos y tres veces superiores a las de
otros sectores industriales. Por ejemplo, en los Estados Unidos, la probabilidad de que un
talador muera por causa de un accidente de trabajo durante una vida laboral de 25 años es de 1
a 20 (OIT,1997). Es por eso que la siniestralidad puede considerarse un indicador de primer
orden al considerar la carga global de trabajo.

En nuestro país una provincia como Misiones, donde la actividad forestal es la principal rama
económica productiva, el porcentaje de accidentes laborales mortales en 1998 duplicó al
nacional (SRT, 1999a:14; 1999b:tabla3).

De la información brindada por la Superintendencia de Riegos de Trabajo sobre siniestros


laborales en la provincia de Misiones surge que la actividad silvícola y de transformación
mecánica de la madera fueron las actividades con mayor frecuencia de siniestros (silvicultura,
19,24 % y extracción de madera 0,23 %, industria de la madera y productos de madera y
corcho 13,99 % ) (Ver Anexo I).
Estas cifras son lo suficientemente elocuentes por sí mismas como para evidenciar un divorcio
entre los conceptos modernos de gestión empresaria y el gerenciamiento actual de las
actividades forestales.

2.4 Estudios de herramientas de corte y rendimientos en procesos de poda,


Benchmarking en dos PYMES de servicios de poda y evaluación de niveles de
satisfacción. Fundamentos y justificación.

Considerando los antecedentes previos, avances tecnológicos en el campo de herramientas de


poda que podían introducir mejoras en la carga física de trabajo, como también la aparición de
nuevos conceptos en el gerenciamiento de las empresas, gestión de la calidad, donde la
satisfacción del cliente, no sólo externo sino también el interno, es un axioma y con posibles
repercusiones en las condiciones de trabajo, en la calidad de vida de los trabajadores y en su
motivación de rendimiento en el trabajo, se ejecutaron una serie de ensayos para comprobar
su impacto en una PYME de servicios forestales de poda.

Estos estudios se orientaron a la determinación de la calidad de corte de distintas herramientas


de poda, como aspectos ergonómicos del empleo de las mismas, determinación de
rendimientos en procesos de poda con distintas herramientas, análisis de la factibilidad de
introducción de mejoras en el proceso de trabajo elegido y análisis de las condiciones de
trabajo, su impacto en los niveles de satisfacción y en el grado de motivación al rendimiento
de los operarios, aspectos clave en la gestión de la calidad y el posicionamiento de una
empresa que presta servicios de poda.

Estos estudios encuentran su fundamento en que se carece de antecedentes, no sólo locales,


sobre el desempeño de nuevas herramientas de poda aparecidas en el mercado en los últimos
años. También se carece de antecedentes acerca del nivel de satisfacción, debido a las
condiciones de trabajo, alcanzado por trabajadores en empresas forestales del país y su
incidencia en la gestión de la empresa.

La empresa bajo estudio se caracterizaba por haber introducido en dicha actividad el empleo
de tijeras electrónicas de origen Francés, marca Electrocoup, de 3,5 cm de diámetro máximo
de corte (Foto nº 3), a las que también comercializaba; como por haber implementado un
modelo de gestión tendiente a lograr un alto grado de motivación y adhesión, considerando
que el modelo de empresa de servicios forestales tradicional, generador de transitoriedad /
inestabilidad / ilegalidad (Krautstofl, 1991:85; 1994:60-61) conspiraba contra el éxito
empresario.

2.5 Hipótesis

El marco conceptual que sustentó este trabajo estuvo dado por la gestión de la calidad,
concepto que se hace operativo, según Pérez-Fdez de Velazco (1996:26), mediante la gestión
por procesos, a los cuales Neffa (1988:57) señala como determinantes en cuanto a las
condiciones y medio ambiente de trabajo (CYMAT), siendo estas consecuentemente también
determinantes de la calidad.

Con la incorporación de la gestión de la calidad la meta de satisfacer al cliente externo y al


interno obliga a la gerencia a ser proactiva en la búsqueda de alternativas que mejoren la
competitividad de su empresa, reduciendo costos, mejorando calidad y plazos de entrega, para
lo cual debe contar con la motivación y adhesión del personal a los fines de lograr el
posicionamiento deseado y que este sea percibido por quienes reciben el servicio.

Sobre la base de ese marco conceptual se plantearon las siguientes hipótesis

- El equipamiento utilizado en actividades de poda, afecta la calidad y el rendimiento


- El equipamiento de mayor tecnificación humaniza el trabajo de poda y permite
alcanzar mayores niveles de competitividad.
- La gestión de la calidad, al mejorar las condiciones y el medio ambiente de trabajo,
aumenta la motivación para el rendimiento y permite alcanzar altos grados de
satisfacción en el trabajo.

2.6 Objetivos

- Determinar la incidencia del equipamiento de poda en la calidad del corte y en la


productividad.
- Determinar el impacto de la posición de trabajo en operaciones de poda.
- Determinar el impacto del empleo de tijeras electrónicas sobre el rendimiento de
trabajo en operarios mayores de 40 años, con el objetivo de verificar si aumenta la
vida útil del trabajador.
- Identificar procesos a emular o a mejorar, a través de estudios comparativos
(Benchmarking) con empresas competidoras, a los fines de mejorar la competitividad
y posicionamiento de la empresa bajo estudio.
- Analizar el nivel de satisfacción de trabajo y la predisposición psicológica al
rendimiento de los operarios de una Pyme de servicios forestales y su impacto en la
gestión empresaria

3. Materiales y métodos.

3.1 Calidad de corte y tipo de equipamiento.

Mediante estos ensayos se comparó la calidad de corte distintas herramientas de poda, tijeras
y serruchos disponibles al momento de su realización.

3.1.1. Poda baja de altura variable (Hasta aproximadamente 2,4 m)

En una población de Pinus taeda L. origen Marion de tres años de edad, ubicada en el Dpto.
Iguazú, Misiones, se procedió a aplicar una poda baja con 5 diferentes equipamientos. En el
Cuadro nº 3 se presentan los estadísticos de los principales parámetros que caracterizan a la
población empleada en el ensayo.
Cuadro nº 3: Estadísticos de los principales parámetros de la muestra de Pinus taeda L. origen
Marion empleada en el ensayo de poda baja

dap H. dmsm verticilo Hp internudos ramas ramvert ramax gram


cm m cm nº m m nº Nº cm cm2
Promedio 7,95 5,08 11,56 9 2,17 0,30 33 4 3,23 56,55
desv.est. 1,55 0,77 2,03 1,83 0,22 0,06 7,13 0,46 1,38 22,32
máximo 11,5 6,5 15,6 13 2,9 0,4 52 5 7 101,18
mínimo 5,5 3,4 7,6 6 1,8 0,2 24 3 1,8 18,25
varianza 2,40 0,59 4,12 3,36 0,05 0,00 50,87 0,22 1,90 498,39
C.V % 19,5 15,1 17,6 20,9 10,1 21,4 21,7 12,3 42,7 39,5
desv. est.: desvío estándar ; C.V. : coeficiente de variabilidad; dap : diámetro a la altura del pecho; H: altura total; dmsm: diámetro
máximo sobre muñones; Hp: altura de poda; ramvert: ramas por verticilo; ramax: diámetro máximo de rama; gram: área basal de
ramas

En sectores de la plantación, donde se ejecutaron podas empleando las herramientas descriptas


en el Cuadro nº 4 (Fotografías nº 5, 6, 7, 8 y 9), se procedió a la selección de cuatro árboles al
azar por tratamiento, quedando configurado un diseño totalmente aleatorizado (Steel y Torrie,
1993:132-162), en los que se evaluó en el muñón dejado por cada rama, como también los
defectos y proyecciones horizontales originados en la operación de corte de cada una de ellas.

Cuadro nº 4: Herramientas empleadas en la poda baja

Trat. herramienta
nº tipo
1 machete
2 Sierra “Cola de Z orro” (Sandvik 385 -6t)
3 Tijera Sandvik P-14
4 Tijera forester
5 Serrucho Sandvik JT 396 (plegable) Foto nº 5: Machete
Foto nº 8: Sierra Sandvik JT 396 plegable
Foto nº 9: Tijera Forester
(dientes multifacetados orig. Japonés)

Para caracterizar los defectos se utilizó la clasificación empleada por Meneses (1992:75), quien
determinó las siguientes categorías como consecuencia de una mala técnica de poda :

1. Restos de corteza
2. Rama quebrada
3. Daños en el área circundante
4. Corte irregular

Dado que en una rama podían llegar a coexistir de uno a tres categorías de defectos, a los fines
de arribar a un valor promedio por árbol, al analizar los cortes defectuosos, se consideró el
número de ramas afectadas, estableciéndose un porcentaje sobre el total de las mismas.

También se evaluó la proyección horizontal de las ramas dejada por los distintos equipos sobre
el eje del árbol, mediante un calibre específicamente construido, similar al desarrollado por
Brown y Pawsey (1959:65).

Con posterioridad se procedió a analizar si existían diferencias entre tratamientos, tanto al


comparar los porcentajes de defectos, previamente transformados a arcoseno (Steel y Torrie,
1993:228), como al comparar la proyección horizontal de los muñones resultantes de la poda.
3.1.2. Poda media (Hasta aproximadamente 4,4 m)

En una población de Pinus taeda L. origen Marion de cuatro años de edad, ubicada en el Dpto.
Iguazú, Misiones, se procedió a aplicar poda media con 2 diferentes equipamientos.

Las herramientas utilizadas fueron la podadora mecánica marca Huqsvarna y el serrucho


marca Sandvik, comúnmente denominado “Cola de Zorro”, provisto de mango prolongador
telescópico de aluminio de la misma marca. En el Cuadro nº 5 se presentan los estadísticos de los
principales parámetros que caracterizaban a la población empleada en el ensayo.

En cada tratamiento se seleccionaron al azar 10 árboles en los que se evaluó los defectos y la
proyección horizontal de los muñones de la poda sobre el eje del árbol originados en la
operación de corte, empleando la misma metodología que para poda baja.

Cuadro nº 5: Estadísticos de los principales parámetros de la muestra de Pinus taeda L. origen


Marion empleada en el ensayo de poda media

dap H. verticilo Hp internudos ramas ramvert ramax gram


cm m nº m m nº nº cm cm2
Promedio 13,10 7,80 5 4,57 0,43 18 4 4,6 111,8
desv.est. 1,19 0,53 0,98 0,28 0,11 4,12 0,54 0,6 26,2
máximo 15,80 9,00 6 5,00 0,63 24 5 5,4 153,3
mínimo 11,80 6,90 3 3,70 0,15 11 3 3,5 66,5
varianza 1,42 0,28 0,96 0,08 0,01 17 0,29 0,3 687,3
C.V % 9,1 6,8 20,8 6,2 24,8 23,0 14,0 12,2 23,4
desv. est.: desvío estándar; C.V.: coeficiente de variabilidad; dap: diámetro a la altura del pecho; H: altura total;; Hp: altura de poda;
ramvert: ramas por verticilos; ramax: diámetro máximo de rama; gram: área basal de ramas

Luego se analizó si había diferencias entre tratamientos, tanto al comparar los porcentajes de
defectos, previamente transformados a arcoseno (Steel y Torrie, 1993:228), como al comparar la
proyección horizontal de los muñones resultantes de la poda.

3.1.3. Poda alta (Hasta aproximadamente 6 m)

En una población de Pinus taeda L. origen Marion de cinco años de edad, ubicada en el Dpto.
Iguazú, Misiones, se procedió a aplicar poda alta en distintas sectores de la plantación con 3
diferentes equipamientos.
Las herramientas utilizadas fueron la podadora mecánica marca Huqsvarna, el serrucho “Cola
de Zorro”, marca Sandvik, provisto de mango prolongador telescópico de aluminio de la misma
marca y esta última herramienta provista de un prolongador más corto y recurriendo al uso de
escalera. En el Cuadro nº 6 se presentan los estadísticos de los principales parámetros que
caracterizaban a la población empleada en el ensayo.

En cada tratamiento se seleccionaron 10 ejemplares al azar, sobre los que se evaluó los defectos
y las proyecciones horizontales de los muñones de poda sobre el eje del árbol originados en la
operación de corte, empleando la misma metodología que para poda baja.

Cuadro nº 6: Estadísticos de los principales parámetros de la muestra de Pinus taeda L.


origen Marion empleada en el ensayo de poda alta

dap H. verticilo Hp internudos ramas ramvert ramax gram


cm m nº m m nº nº cm cm2
promedio 14,50 9,82 3 5,9 0,51 12 4 4,9 101
desv.est. 1,54 0,47 0,87 0,28 0,12 4,02 1,01 0,93 211,85
máximo 17,90 10,50 5 6,5 0,78 23 7 7,0 212
mínimo 11,70 9,00 2 5,3 0,32 5 2 2,8 47
varianza 2,36 0,22 1 0,08 0,01 16 1 0,9 1674
C.V % 10,6 4,8 28,3 4,7 24,0 33,5 25,4 19,0 210,3
desv. est.: desvío estándar; C.V.: coeficiente de variabilidad; dap: diámetro a la altura del pecho; H: altura total;; Hp: altura de poda;
ramvert: ramas por verticilo; ramax: diámetro máximo de rama; gram :área basal de ramas

Posteriormente se procedió a analizar si había diferencias entre tratamientos, tanto al comparar


los porcentajes de defectos, previamente transformados a arcoseno (Steel y Torrie, 1993:228),
como al comparar la proyección horizontal de los muñones resultantes de la poda.

3.1.4 Efecto de la distancia entre la rama y el operador, sobre el porcentaje de cortes defectuosos y la
proyección del muñón, en la poda con sierra Cola de Zorro.

A los fines de analizar como influía sobre el corte la distancia que media entre el operario y la
rama, se comparó las podas ejecutadas con serrucho “Cola de Zorro” (Sandvik), tanto en pod a
baja, como en la media y alta, recurriendo en estos dos últimos casos a mangos prolongadores
y en el caso de la poda alta, combinando también el uso de prolongadores con escalera.
En el Cuadro nº 7 se presenta la descripción de dichos tratamientos.

Cuadro nº 7: Descripción de los tratamientos aplicados con sierra cola de zorro en poda baja,
media y alta de Pinus taeda L. origen Marion

tratamiento descripción herramienta


1 poda baja cola de zorro
2 poda media cola zorro con prolongador
3 poda alta cola de zorro con prolongador
4 poda alta cola de zorro prolongador y escalera

3.2 Estudio comparativo del proceso de poda en dos Pymes de Servicios forestales.

Este estudio fue ejecutado recurriendo a la técnica de “Benchmarking”, a la cual se puede


definir como “el proceso continuo de medir productos, servicios, procesos y prácticas
directivas propias con respecto a los competidores más aventajados o de las empresas
reconocidas por su liderazgo en aquello que se desee emular” (Pérez -Fdez de Velazco,
1996:301).

Para llevar adelante esta técnica se identificó como empresa líder en el proceso a una PYME
de servicios forestales que realizaba podas recurriendo al sistema desarrollado en Nueva
Zelanda que emplea tijeras Prun-off. Los operarios de esta empresa fueron entrenados en el
uso de dicha herramienta por expertos de la Fundación Chile, quienes también instruyeron a la
empresa en su organización y gestión.

Benchmarking operativo (Pérez-Fdez de Velazco, 1996:302), relativo a la organización del


trabajo y de la empresa, fue ejecutado mediante entrevistas previamente pautadas a los fines
de seleccionar procesos a emular.

El Benchmarking estratégico (Pérez-Fdez de Velazco, 1996:302) fue ejecutado determinando


los rendimientos por unidad de tiempo y por jornada de los trabajadores de ambas empresas
en el proceso específico de poda, ya que se consideró a este proceso como factor crítico de
éxito y posicionamiento en el mercado. Para ello se recurrió a estudios comparativos de
tiempos.

3.2.1 Estudio comparativo de tiempos en poda baja con dos clases de herramientas

Este estudio fue realizado en una plantación de Pinus taeda origen Marion, ubicada sobre la
Ruta provincial 16 Km 3, en la localidad de Puerto Piray, Misiones, de tres años de edad e
implantada originalmente a 3 x 2 m. La plantación presentaba una dificultad al desplazamiento
entre baja y mediana, debido a la presencia de vegetación sub-arbustiva. Su exposición general
era norte y la pendiente promedio no superaba el 2 %.

Como se mencionó anteriormente los trabajadores pertenecientes a la empresa en la que se


efectuó el “Benchmarking”, empleaban el método neocelandés de poda y utilizaron tijeras Prun-
Off (Foto nº 10), habiendo sido entrenados por instructores chilenos. Los pertenecientes a la
empresa bajo estudio, emplearon tijeras electrónicas de origen francés, Electrocoup (Foto nº 3) y
fueron entrenados por el dueño de la misma.

Como herramienta complementaria, ambos equipos de trabajo utilizaban sierras en caso de que
el diámetro de ramas excediera la capacidad de corte de las tijeras, una sierra tipo Jack en el
caso de la empresa que empleaba Prun Off (Foto nº 11) y una sierra ARS Superturbocut UV32,
de dientes multifacetados ( Foto nº 4) en el caso de la empresa que empleaba tijeras Electrocoup.

Foto nº 10: Tijera Prun Off Foto nº 11: Cartuchera, sierra tipo
Dado que la empresa mencionada en primer término contabaJack
con ytrabajadores jóvenes, edades
tijera Prun Off
inferiores a 30 años, en la empresa bajo estudio se seleccionó trabajadores también jóvenes, de
edades inferiores a 40 años (Krautstofl, 1994:42), a los fines de no introducir sesgo en los datos
como consecuencia de la diferencia de edad. Siguiendo ese criterio se seleccionaron dos
podadores de cada empresa y a cada uno de ellos se les asignó al azar parcelas de trabajo.

Para la realización de las podas se dio a los obreros de ambas empresas la consigna de podar
hasta un 30 % de la longitud de copa verde sobre 450 árboles/ha. La poda de las parcelas fue
ejecutada durante dos días completos y para el estudio de los tiempos se recurrió al Método
Multimomento (Gerding, 1993:40; Refa, 1998:33-34).

Con este método los tiempos no fueron determinados directamente sino a través de la frecuencia
en que ocurren (Gerding, 1993:40), en el presente caso la tarea que se encontraba realizando el
operario era registrada en una planilla especialmente diseñada cada 25 centésimas de minuto
(CM).

El proceso de trabajo de poda a los fines del estudio fue dividido en ciclos, constituyendo cada
ciclo un árbol podado. A su vez cada ciclo fue dividido en elementos a observar (Gerding,
1993:40-41) y que constituyeron el tiempo base, estos elementos fueron :

A) Caminar y buscar, cuyo punto inicial fue cuando la última rama podada estaba en el
suelo y el punto final cuando la herramienta utilizada estuvo sobre la primera rama.
B) Podar , cuyo punto inicial fue cuando la herramienta utilizada estuvo sobre la primera
rama y el punto final fue cuando la última rama podada estaba en el suelo.

También se determinaron tiempos generales (Gerding, 1993:40-41), comprendiendo estos:

C) Tiempos de preparación, que fueron aquellos dedicados a ajustar el sistema de trabajo.


D) Tiempo distributivo objetivo, que eran las esperas adicionales del trabajador como
consecuencia de trastornos técnicos y organizativos.
E) Tiempo distributivo personal, considerándose el mismo como las interrupciones de la
actividad debidas a motivos personales del operador, como las necesidades fisiológicas.
F) Descanso, considerándose de este modo a interrupciones de la actividad para mitigar la
fatiga del trabajo.
G) Recesos, incluyeron aquellos tiempos que sirvieron para el almuerzo y no fueron objeto
de evaluación, salvo el anotar hora de comienzo y fin.

A los dos grupos de trabajadores se les respetó la modalidad de trabajo de sus respectivas
empresas en lo concerniente a descansos y duración de la jornada laboral.
Para la evaluación se utilizó un diseño totalmente aleatorizado con cuatro repeticiones por
tratamiento y mediante análisis de la varianza se procedió a establecer si había diferencias entre
tratamientos (Steel y Torrie, 1993:132-162).

Con posterioridad al estudio de tiempos se procedió a efectuar el inventario de cada parcela a los
fines de establecer la cantidad de árboles podados/ha, diámetros sobre muñones (dmsm)
alcanzados con cada herramienta y alturas de poda.

Durante la ejecución del trabajo se instaló dentro del rodal una estación metereológica portátil
que registraba cada 15 minutos las condiciones de humedad, temperatura y presión
barométrica.

3.2.2 Introducción de mejoras en el proceso de poda. Estudio comparativo de tiempos en poda


media

Siguiendo el Sistema de los Seis Pasos (Gerding, 1993:41) y en virtud de los antecedentes y
de los resultados del Benchmarking, que indicaban que en los procesos de poda media y alta
el diámetro de ramas sería mayor y de los resultados obtenidos en la poda baja con la tijera
eléctrica, cuyo diámetro máximo de corte era de 3,5 cm, lo cual originaría un rendimiento
menor que el tijerón neocelandés en esas operaciones debido al uso reiterado de serrucho, se
decidió mejorar el método.

Para ello se analizaron varias opciones, desde distintas combinaciones de herramientas hasta
solicitar al fabricante de las tijeras eléctricas un nuevo diseño que permitiera diámetros de
corte superiores.

Enviadas las especificaciones el fabricante de la tijera Electrocoup este desarrolló un


prototipo, cuya diferencia fundamental estribaba en la caja reductora; esta si bien imprimía
menos velocidad de corte, permitía alcanzar diámetros de corte de 5 cm (foto nº 12).

Dado que se contaba con


un solo prototipo se
implementó un estudio
comparativo durante dos
días, en el cual dos
operarios de la empresa
bajo estudio,
seleccionados al azar,
ejecutar la poda media, de 2,5 m a 4,4 m de altura, en una plantación de Pinus taeda L. origen
Marion de 5 años de edad. Para llevar a cabo su tarea los operarios contaban también con una
escalera de aluminio de 3,5 m.

El rodal, ubicado en Colonia Luján, Depto Gral. Libertador San Martín, Misiones, había sido
podado el año anterior y raleado poco antes de ejecutar el ensayo, contando con 750 pla/ha en
el sector bajo estudio. La exposición general del terreno era este y la pendiente general
cercana al 4%.

El método de medición de tiempos fue similar al utilizado en poda baja y no se empleó diseño
ya que se contaba con un solo prototipo del nuevo modelo de tijera eléctrica. Los trabajos
fueron efectuados durante dos días consecutivos.

3.3 Humanización del trabajo, medioambiente de trabajo, calidad de vida, niveles de satisfacción y
motivación de trabajo

3.3.1 Estudio comparativo de tiempos entre podadores menores de 40 años de edad y mayores de 40
años de edad.

Este estudio comparativo entre el desempeño de trabajadores menores de 40 años y mayores de


dicha edad (Kraustofl, 1994:42) empleando tijeras electrónicas de 3,5 cm de apertura de
cuchillas, fue realizado en una plantación de Pinus taeda L. origen Marion ubicada en las
cercanías de la Ruta Provincial 16 Km 18, Municipio de Puerto Piray, Departamento
Montecarlo, Misiones.

La plantación, realizada a 3 x 2 m, presentaba un bajo grado de dificultad al avance, siendo la


orientación general del terreno sur y la pendiente oscilaba entre el 2 y el 3 %.
Para la selección del personal interviniente se recurrió al listado de personal de la empresa bajo
estudio y se lo estratificó en menores de 40 años y mayores de 40 años, de cada estrato se
procedió a la elección al azar de dos trabajadores, a los cuales se les asignó, de igual modo,
parcelas de trabajo.

Los trabajadores seleccionados entre los de menor edad contaban con 18 y 22 años de edad
(edad promedio 20), aquellos pertenecientes al segundo estrato contaban con 41 y 47 años de
edad respectivamente (edad promedio 44).

En las parcelas debieron ejecutar tareas de poda baja durante dos jornadas completas sobre
aproximadamente 450 pl/ha y removiendo copa verde hasta un 30 % de la profundidad de la
misma. La decisión sobre el ejemplar a podar era tomada por el propio operario de acuerdo con
la práctica normal de la empresa.

El registro de tiempo fue ejecutado siguiendo el método Multimomento, adoptando los mismos
criterios que fueran empleados al ejecutar el estudio comparativo de tiempos con dos
herramientas diferentes en poda baja (Gerding, 1993:40; Refa, 1998:33-34).

A los fines de caracterizar el estado forestal del rodal se efectuó un inventario del mismo en
forma posterior a la poda y se registraron también las condiciones metereológicas imperantes en
el mismo al momento del ensayo, tomándose temperatura, humedad y presión barométrica, cada
15 minutos mediante una estación metereológica portátil.

3.3.2 Caracterización del medio ambiente de trabajo, calidad de vida y determinación de niveles de
satisfacción y motivación para el trabajo

Mediante un cuestionario específicamente elaborado y que se adjunta en el Anexo II se procedió


a entrevistar a todos los trabajadores de la empresa bajo estudio.

A cada uno se le formularon 117 preguntas mediante las cuales se intentó caracterizar el medio
ambiente de trabajo, la calidad de vida, la gestión empresarial y el nivel de satisfacción del
trabajador. Estas entrevistas fueron realizadas en forma personalizada y en los días domingos
en que permanecían en el campamento entre los meses de Marzo y Agosto de 2000. Los
operarios entrevistados fueron 33, aunque 5 de ellos no respondieron en forma completa al
cuestionario debido a que renunciaron o se encontraban realizando tareas en otros lugares.
La información fue procesada y los resultados expresados en forma gráfica, aunque en algunos
casos se recurrió a análisis multivariado, específicamente análisis de Clusters (Everitt, 1977:1-2),
con el objetivo de identificar grupos de trabajadores de características semejantes.

También se entrevistó al capataz, que convivía con los obreros en el campamento y al dueño de
la empresa. Ambas entrevistas se realizaron sin cuestionarios estructurados.

4. Resultados

4.1 Calidad de corte y tipo de equipamiento.

4.1.1. Poda baja de altura variable (Hasta aproximadamente 2,4 m)

En el Cuadro nº 8 se presentan los resultados obtenidos para las variables defectos y proyección
horizontal con los distintos tipos de herramientas ensayadas.

Cuadro nº 8: Defectos y proyección horizontal de los muñones promedios, resultantes de la


poda baja con distinto equipamiento en Pinus taeda L. Origen Marion

Trat. herramienta dap H. verticilos ramas proyhor defectos defectos


nº cm m nº nº mm nº %
1 machete 6,61 4,11 10,25 41 6 36 87
2 serr. cola de zorro 7,34 5,02 9,25 34 5 31 92
3 tij. sandvik 8,48 5,38 6,75 27 10 5 19
4 tij. forester 8,89 5,49 9,75 33 13 26 79
5 serr.plegable 8,44 5,4 7,75 30 6 21 68

Al analizar la información para determinar si existían diferencias entre tratamientos, tanto al


comparar los porcentajes de defectos, como al comparar la proyección horizontal de los
muñones resultantes de la poda, se detectó problemas de normalidad de los datos, por lo que se
aplicó el test de Kruskal-Wallis (Hollander y Wolfe, 1972:115-120) para determinar la
existencia de diferencias entre las medianas. En el Cuadro nº 9 se presentan los resultados,
surgiendo de este la existencia de diferencias significativas entre los tratamientos al 95 % de
nivel de confianza.
Cuadro nº 9: Test de Kruskal-Wallis para porcentaje de defectos en poda baja de Pinus taeda L.
Origen Marion provocados por diferentes equipos de corte.

tratamiento descripción Tamaño de la muestra rango promedio


1 machete 4 13,375
2 s. cola de zorro 4 15,5
3 tij.sandvik 4 2,5
4 tij. Forester 4 12,125
5 s. dientes facetados 4 9,0
Estadístico del test = 11,7102 valor P = 0,0196414

Del gráfico Box y Whisker (Fig. nº 2) surgen cuales medianas arrojaron diferencias
significativas. La correspondiente al porcentaje de defectos provocados por la tijera Sandvik (3)
se diferencia claramente de las otras y alcanza los más bajos valores de ramas con cortes
defectuosos. Otro grupo es el constituido por la sierra de dientes facetados (5) y un tercer grupo
es correspondiente a el tijerón Forester (4), el machete (1) y la sierra cola de zorro (2).

2
tratamientos

0 20 40 60 80 100
defectos

Fig. nº 2: Gráfico Box y Whisker de porcentajes de defectos de corte promedio por tratamiento,
en Pinus taeda L. Origen Marion en función de distintas herramientas de poda baja

Si bien el total de cortes defectuosos que genera una herramienta tiene importancia, determinar
que clase de defectos particulares generó cada una de ellas, también. En el Cuadro nº 10 se
presentan desglosados; del mismo se desprende que los cortes tipo cizalla (tijeras) no han dejado
restos de corteza (1) sobre el muñón de poda y en cuanto a heridas en la zona circundante a la
inserción de la rama (3), su presencia ha sido sumamente baja.
Cuadro nº 10: Tipos de defectos provocados por
Las ramas quebradas (2) fueron
distintos equipamientos de corte en poda baja de
observadas con mayor frecuencia en los
Pinus taeda L. Origen Marion
cortes efectuados con tijera Sadnvik. El
tipo de defecto más comúnmente hallado
tratamiento Clase de defecto (%) en los cortes en cizalla fue la
nº 1 2 3 4 Total irregularidad del corte (4), si bien por
1 5 42 28 25 100 naturaleza este tipo de corte deja la
2 20 23 16 41 100 superficie lisa, fue posible observar

3 0 24 5 71 100 pequeños desgarramientos en el punto

0 3 1 96 100 donde se produce la unión de las


4
cuchillas, siendo este el principal defecto
5 13 18 15 54 100
encontrado en la tijera Forester.
Tratamientos: 1:machete; 2: s. cola de zorro; 3: tij.sandvik; 4: tij. Forester; 5:
s. dientes facetados. Defectos: 1: restos de corteza; 2. ramas quebradas; 3:
heridas en la base de la rama; 4: corte irregular
En cuanto a los serruchos han
presentado una distribución de las clases
de defectos similar, con mayor presencia de restos de corteza, ramas quebradas y daños en áreas
circundantes que las tijeras.

Con relación a los cortes producidos por machete, estos se caracterizaron por provocar
principalmente quebraduras de ramas y daños en el área circundante de la rama.

El otro aspecto importante evaluado fue la proyección horizontal de los muñones de poda sobre
el eje debido a la contribución que ejercen sobre el diámetro sobre muñones.
En el Cuadro nº 11 se
Cuadro nº 11: Test de Kruskal-Wallis para proyección
presentan los resultados del
horizontal de muñones en poda baja de Pinus taeda L. Origen
Test de Kruskal-Wallis
Marion provocadas por diferentes equipos de corte.
(Hollander y Wolfe,
1972:115-120) para
tratamiento tamaño de la muestra rango promedio
proyección horizontal de
1 4 8,5
muñones en poda baja de
2 4 3,5 Pinus taeda L. Origen Marion
3 4 15,0 provocadas por diferentes
4 4 17,75 equipos de corte. Mediante el
5 4 7,75 mismo se pudo establecer que

test estadístico = 15,2429 valor P = 0,000422313 existían diferencias


Tratamientos: 1:machete; 2: s. cola de zorro; 3: tij.sandvik; 4: tij. Forester; 5: s. dientes significativas entre las
facetados. medianas de los tratamientos
al 95 % de nivel de confianza.

Mediante el gráfico Box y Whisker ( Fig, nº 3) fue posible establecer que tanto el machete como
las sierras, conformaban un grupo que presentaba las menores proyecciones horizontales de
muñones de poda. El otro grupo estuvo constituido por las tijeras, las cuales por contar con dos
elementos cortantes impiden trabajar cerca de la inserción de la rama. También influyeron las
dimensiones de los elementos cortantes de las tijeras, la Forester que tiene cuchillas más
grandes, presentó mayores proyecciones que la Sandvik.

2
tratamiento

4,6 6,6 8,6 10,6 12,6 14,6


proyección horizontal (mm)

Fig. nº 3: Gráfico Box y Whisker de las medianas de la proyección horizontal del muñón de poda
promedio por árbol en Pinus taeda L. Origen Marion en función de distintas herramientas en la
poda baja (Tratamientos: 1:machete; 2: s. cola de zorro; 3: tij.sandvik; 4: tij. Forester; 5: s. dientes facetados)
En la Fig. nº 4 pueden observarse las frecuencias de las proyecciones horizontales para cada
herramienta. En la misma surge que tanto el machete como los serruchos presentaron una
distribución menos extendida que las tijeras y en las clases menores. Si bien una proyección
pequeña es deseable, en el caso de estas herramientas el trabajar muy cerca de la inserción de la
rama ha conducido a que se produjera una alta incidencia de daños en el área circundante.

1
35
2
30
3
frecuencia

25 4
5
20

15

10

0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29

proy horizontal (mm)

Fig nº 4: Distribución de las proyecciones horizontales de muñones de poda por clase y por
herramienta, en poda baja de Pinus taeda L. origen Marion (Tratamientos: 1:machete; 2: s. cola de zorro; 3:
tij.sandvik; 4: tij. Forester; 5: s. dientes facetados)

La distribución de las proyecciones horizontales provocadas por el machete, más extendida que
la del serrucho cola de zorro, como también el porcentaje y clases de defectos de corte que
presentó, hacen que no sea recomendable el uso esta herramienta. Debe considerarse también
que los operarios eran expertos en su uso, como cualquier nativo de la región y no se
encontraban cansados, ya que el área donde se operó fue muy pequeña y con frecuentes pausas.

En cuanto a los cortes realizados con serrucho facetado, si bien presentaron mayores
proyecciones que el serrucho cola de zorro, ello sería atribuible al menor largo de hoja, lo que
permitió un mejor control por parte del operario, presentó un bajo porcentaje de cortes
defectuosos. Sin embargo ese menor recorrido que presenta la hoja fue un inconveniente con las
ramas de mayor diámetro. La aparición recientemente en el mercado local de este tipo sierras
de origen japonés con mayor longitud de corte, las hace más recomendables que otro tipo de
sierra.

En las tijeras, la distribución de las proyecciones, tuvo forma de meseta y en las clases mayores,
si bien esto contribuye a incrementar el diámetro sobre muñones, con este tipo de herramientas
no se produjeron daños en el área circundante de la rama que puedan afectar el proceso de
cicatrización. Esta ventaja sumada a la menor presencia de otros defectos de corte hacen a las
mismas más recomendables para su empleo en operaciones de poda, ya que el operario
encuentra un límite a la distancia que coloca la herramienta con respecto al árbol.

Considerando las proyecciones horizontales de los muñones, el diseño de los elementos cortantes
de la tijera Sandvik ha sido más eficiente que los de la Forester.

4.1.2. Poda media (Hasta aproximadamente 4,4 m)

En el Cuadro nº 12 se presentan los resultados obtenidos, para las variables analizadas, en cada
tratamiento. Dado que al analizar los datos de porcentajes de defectos se detectó problemas de
normalidad de los mismos, se aplicó el test de Kruskal-Wallis (Hollander y Wolfe, 1972:115-120)
para determinar si existían diferencias entre las medianas.

En el Cuadro nº 13 se presentan los resultados del test de Kruskall-Wallis, surgiendo de este la


existencia de diferencias significativas entre las medianas de los tratamientos al 95 % de nivel de
confianza.

Cuadro nº 12: Defectos y proyección horizontal promedio de los muñones, resultantes


de la poda media con distinto equipamiento en Pinus taeda L. Origen Marion

trat Herramienta dap H. verticilos ramas proyhor defectos defectos


nº nº cm m nº nº Mm nº %
1 S. mecánica 12,7 7,7 5 19 9,6 9 47
2 S.cola de zorro 13,5 7,9 5 17 10,1 17 100

Cuadro nº 13: Test de Kruskal-Wallis para porcentaje de defectos en poda media de Pinus
taeda L. Origen Marion provocados por diferentes equipos de corte.

Tratamiento descripción n rango promedio


1 p. mecánica 10 5,5
2 s. “Cola de Zorro” 10 15,5
Estadístico del test = 15,7546 valor P = 0,0000721151
Tratamientos: 1: S. Mecánica; 2: S.cola de zorro; n tamaño de la muestra
Cuadro nº 14: Tipos de defectos Del gráfico Box y Whisker (Fig. nº 5) surgió que la
provocados por los equipamientos de mediana correspondiente al porcentaje de defectos
corte en poda media de Pinus taeda L. provocados por la podadora mecánica se diferencia
Origen Marion claramente de la otra, alcanzando los más bajos valores

Tratamiento Clase de defecto (%)


nº 1 2 3 4 total
1

tratamiento
1 4 13 74 9 100
2 6 10 17 67 100
2
Tratamientos: 1: S. Mecánica; 2: S.cola de zorro.
Defectos: 1: restos de corteza; 2. ramas quebradas; 3:
37 47 57 67 77 87 97
heridas en la base de la rama; 4: corte irregular
defectos

de ramas con cortes defectuosos.

Fig. nº 5: Gráfico Box y Whisker de porcentaje promedio de defectos de corte, en poda media de
Pinus taeda L. Origen Marion en función de distintas herramientas (Tratamientos: 1: S. Mecánica; 2:
S.cola de zorro)

En el Cuadro nº 14 se presentan desglosadas las distintas clases de defectos generadas para cada
herramienta, desprendiéndose del mismo que los cortes con defectos de la podadora mecánica,
que si bien eran menos que los provocados por la sierra cola de zorro, generaban un altísimo
porcentaje de daños en el área circundante (3) de la rama podada, con el consiguiente peligro de
afectar el proceso de cicatrización del muñón de poda.

Debe considerarse que el operario al emplear esta herramienta, sostenía con un arnés ubicado
sobre su espalda, el motor de la podadora y con ambas manos un barral, en cuyo interior se
encuentra la transmisión que acciona la cadena de corte, con el cual dirige el elemento cortante y
también le permite acceder hasta la altura en que se encuentra la rama a cortar. Esta posición
generó probablemente problemas de estabilidad y consecuentemente de poco dominio del
implemento, a ello debe adicionarse el ruido y vibraciones generadas por el motor.

El otro aspecto importante evaluado fue la proyección horizontal de los muñones de poda sobre
el eje debido a la contribución que ejercen sobre el diámetro sobre muñones. Efectuado el
análisis de la varianza se comprobó que no existían diferencias significativas entre las medias de
los dos tratamientos (Cuadro nº 15). Tampoco se observaron mayores diferencias en la
distribución de la frecuencias de proyecciones horizontales de muñones de poda (Fig. nº 6).
Cuadro nº 15: Anova proyección horizontal de ramas en función de
distintas herramientas en poda media de Pinus taeda L. Origen Marion.

Fuente SC G.L. CM F calculado Valor P


entre grupos 1,78205 1 1,78 2,01 0,1736
dentro de los grupos 15,9805 18 0,89
total (corregido) 17,7625 19
SC: suma de cuadrados; G.L.: grados de libertad; CM: cuadrado medio.

25 fre c m e c a n
fre c c o l z o rro
20
frecuencia

15

10

0
1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25

p ro y . h o rizo n ta l (m m )

Fig nº 6: Distribución de las proyecciones horizontales de muñones de poda por clase y por
herramienta, en poda media de Pinus taeda L. origen Marion

4.1.3. Poda alta (Hasta aproximadamente 6 m)

En el Cuadro nº 16 se presentan los resultados obtenidos para las variables defectos y


proyección horizontal promedio de los muñones, en poda alta con distinto equipamiento de
Pinus taeda L. Origen Marion.

Cuadro nº 16 : Defectos y proyección horizontal promedio de los muñones por árbol,


resultantes de la poda alta, con distinto equipamiento en Pinus taeda L. Origen Marion

trat. herramienta dap H. verticilos ramas proyhor defectos defectos


nº cm m nº nº mm nº %
1 Mecánica 14,3 9,5 3 13 12 11 92,4
2 Cola de Zorro c/prol. 14,2 10,1 3 10 13 9 90
3 Cola de Zorro c/prol.y esc. 15 9,9 3 13 12 12 92,3

Dado que al analizar los datos de porcentajes de defectos se detectó problemas de normalidad de
los mismos, se aplicó el test de Kruskal-Wallis (Hollander y Wolfe, 1972:115-120) para
determinar si existían diferencias entre las medianas. En el Cuadro nº 17 se presentan los
resultados, surgiendo de este que no existían diferencias significativas entre las medianas de los
tratamientos al 95 % de nivel de confianza.

Cuadro nº 17: Test de Kruskal-Wallis para porcentaje de defectos en poda alta de Pinus
taeda L. Origen Marion provocados por diferentes equipos de corte.

Tratamiento Descripción n rango prom.


1 Podadora mecánica 10 17,3
2 Sierra cola de zorro c/prol. 10 15,2
3 S. cola de zorro c/prol. y esc. 10 14
Estadístico del test = 0.880413 valor P =0,643903

Cuadro nº 18: Tipos de defectos provocados por los Analizados con mayor detalle el

equipamientos de corte en poda alta de Pinus taeda L. tipo de defectos que provocaba cada

Origen Marion herramienta, Cuadro nº 18, se


determinó la alta frecuencia de
restos de corteza que presentaba la
tratamiento clase de defecto (%)
podadora mecánica con respecto a
nº 1 2 3 4 total
las sierras cola de zorro en sus dos
1 50 5 11 34 100 variantes y la de ramas quebradas
2 15 13 28 45 100 en estas últimas.
3 24 18 24 34 100
Tratamientos: 1: P. mecánica; 2: S. cola de Zorro c/prol.; 3: S. cola de Zorro c/prol.y Cabe aclarar que si bien se
esc.
practicó primero un corte en la
parte inferior de la rama, este no fue efectivo. Pudiendo atribuirse ello a lo dificultoso de su
correcta ejecución, debido a que la prolongación impedía una adecuada manipulación de la
sierra.

La presencia de mayor proporción de daños en el área de inserción de la rama estaría


confirmando la dificultad de manejo de la sierra cola de zorro con prolongadores.
Evaluada la proyección horizontal de los muñones de poda mediante el análisis de la varianza
(Steel y Torrie, 1993), se comprobó que no existían diferencias significativas entre las medias de
los tres tratamientos (Cuadro nº 19). Tampoco se observaron mayores diferencias en la
distribución de las frecuencias de proyecciones horizontales de muñones de poda (Fig. nº 7).
Cuadro nº 19: Anova proyección horizontal de ramas en función de
distintas herramientas en poda alta de Pinus taeda L. Origen Marion.

Fuente SC G.L. CM F calculado Valor P


entre grupos 4,27784 2 2,1389 0,46 0,6373
dentro de los grupos 126,051 27 4,6686
total (corregido) 130,329 29
SC: suma de cuadrados; G.L.: grados de libertad; CM: cuadrado medio.

18 cola zorro
16 cola zor p/e
14 mecanica
12
frecuencias

10
8
6
4
2
0
1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25

proy. horizontal (mm)

Fig nº 7: Distribución de las proyecciones horizontales de muñones de poda por clase y por
herramienta, en poda alta de Pinus taeda L. origen Marion

4.1.4 Efecto de la distancia entre la rama y el operador, sobre el porcentaje de cortes defectuosos y la
proyección del muñón, en la poda con sierra Cola de Zorro.

Al contar con información de cantidad de defectos y proyección horizontal del muñón de


poda para la sierra cola en poda baja, media y alta, con o sin uso de mangos prolongadores,
generada en los ensayos anteriores, fue factible determinar el efecto que genera la distancia
entre el operario y la rama a podar.

Analizada en primer instancia la hipótesis nula que los desvíos estándar de los defectos
provocados por las distintas modalidades de uso de la sierra cola de zorro eran similares
(Cuadro nº 20), se procedió a rechazar la misma ya que el menor de los valores de P era
inferior a 0,05, lo que evidenció que había diferencias estadísticamente significativas entre los
desvíos a un 95 % de nivel de confianza.

Cuadro nº 20: Análisis de los desvíos estándar de los distintos


Como la falta de
tratamientos de poda con sierra cola de zorro
semejanza de los
desvíos viola uno de
prueba de semejanza de los desvíos estándar
los principios del
Test de 0,536063 Valor de P 0,0414661
análisis de la varianza,
se procedió a aplicar el
Cochran test de Kruskal-Wallis
Test de Barlett 1,77542 Valor de P 0,00108736 (Hollander y Wolfe,
Test de Hartley
Cuadro 24,3413
nº 21: Test de Kuskal-Wallis del efecto de las distintas 1972:115-120) para
modalidades de empleo de la sierra cola de zorro sobre el porcentual comparar el efecto de
de cortes defectuosos los diferentes
tratamientos en la
tratamiento tamaño de la muestra rango promedio calidad del corte,

1 4 12,25 siguiendo el criterio ya

2 10 23,45 establecido en el

3 10 16,25 ensayo de poda baja.

4 10 14,5 Como resultado de este

Est. test = 6,7355 Valor P = 0,0808218 se obtuvo que no había


Tratamientos: 1: poda baja “c. de zorro”; 2: poda media “c. de zorro c/prol.”; 3: poda alta “c. de zorro diferencias
c/prol.”; 4: poda alta “c. de zorro c/prol.” y escalera
significativas entre las
medianas de los tratamientos al 95 % de nivel de confianza (Cuadro nº 21).

Independientemente de este resultado, debe considerarse que al efectuar el análisis de los


tipos de defectos correspondientes a las distintas modalidades de empleo de la sierra cola de
zorro, este se realizó sobre la base de ramas con defectos, independientemente de que en una
rama hubiera uno, dos, tres o cuatro de los diferentes tipos de cortes defectuosos especificados
con anterioridad.

Estableciendo una relación entre el número total de defectos y el número promedio de ramas
de cada tratamiento pudo determinarse que existía una tendencia que evidenció el hecho de
que cuanto más alejado de la rama a cortar se encontraba el operador, más cantidad de cortes
defectuosos se producían.
En el Cuadro
Cuadro nº 22: Relación entre el total de defectos contabilizado y el total de
nº 22 se puede
ramas podadas en las distintas operaciones de poda con sierra cola de zorro
observar que
los
tratamiento ramas podadas total de defectos rel. defectos/ramas
prolongadores
nº nº
incrementaron
1 135 130 1.00
los cortes con
2 166 197 1.19
defectos entre
3 101 116 1.15
un 15 y un 19
4 132 190 1.44
% y que al
Tratamientos: 1: poda baja “c. de zorro”; 2: poda media “c. de zorro c/prol.”; 3: poda alta “c. de zorro c/prol.”; 4:
poda alta “c. de zorro c/prol.” y escalera emplear una
escalera estos se elevaron a un 44 %, ello debido a la situación de inestabilidad en que se
encontraba el operario.

Otra diferencia observada entre los tratamientos fue la participación del tipo de defectos en el
total de cortes con anomalías. En el Cuadro nº 23 se puede observar, sin considerar el corte
irregular al que se estableció anteriormente como propio de esta herramienta, que si bien los
restos de corteza y ramas quebradas fueron altos en la poda baja (tratamiento 1), lo cual es
atribuible a que muchas ramas pequeñas ya se encontraban muertas o prácticamente muertas,
tornándose en consecuencia más frágiles, estos se incrementaron a medida que el operario
trabajaba a mayor distancia de la rama y su estabilidad era menor.
Cuadro nº 23: Participación porcentual por tipo de defectos El daño en el área circundante
en distintas modalidades de poda con sierra cola de zorro. a la rama por su parte fue
claramente mayor a medida
Tratamiento tipo de defecto (%) que se trabajó más lejos de la
1 2 3 4 rama, con obvias
1 20 23 16 41 consecuencias en el proceso
2 6 10 17 67 de cicatrización, ya que se

3 15 13 28 44 afecta el cambium.

4 24 18 24 34
Tratamientos: 1: poda baja “c. de zorro”; 2: poda media “c. de zorro c/prol.”; 3: poda alta Examinada la proyección
“c. de zorro c/prol.”; 4: poda alta “c. de zorro c/prol.” y escalera Defectos, 1: restos de
horizontal de las ramas
corteza; 2: rama quebrada; 3: daño en área circundante; 4: corte irregular.
resultante de las distintas
modalidades de empleo de la
sierra cola de zorro mediante el análisis de la varianza, utilizando como covariable el diámetro
de ramas (Steel y Torrie, 1993:393-406), se observó que había diferencias altamente
significativas, lo que indicaba que la proyección estuvo influenciada por el diámetro que
alcanzó la rama. Sin embargo también la distancia a que el operario se encontraba de la rama
influyó en el tamaño del muñón resultante tal como se observa en el Cuadro nº 24, ya que los
tratamientos arrojaron un valor de P inferior a 0,05 al 95 % de nivel de confianza.

Cuadro nº 24: Anova proyección horizontal de ramas en función de la modalidad de


empleo de la sierra cola de zorro.

Fuente SC G.L. CM F calculado Valor P


covariable:
diámetro ramas 174,951 1 174,951 71,24 0,000
Efectos principales:
Tratamientos 27,9569 3 9,31796 3,79 0,0207
Residuos 71,217 29 2,45576
total (corregido) 274,122 33
SC: suma de cuadrados; G.L.: grados de libertad; CM: cuadrado medio.

Efectuado un test de rangos múltiples, empleando el procedimiento de la diferencia mínima


significativa (LSD) de Fisher, fue factible identificar 3 grupos homogéneos de medias, dentro
de las cuales no hay diferencias
Cuadro nº 25: Diferencias mínimas significativas (LSD) al
significativas. En el Cuadro nº
95 % de probabilidad
25 se presentan los resultados
del test de rangos múltiples.
tratamiento N media grupos homogéneos
1 4 8,10402 a
Del mismo se desprende que a
2 10 10,1597 b
medida que el obrero trabajaba
4 10 11,3589 bc
a mayor distancia de la rama,
3 10 12,0678 c
mayor era la proyección de esta
Tratamientos: 1: poda baja “c. de zorro”; 2: poda media “c. de zorro c/prol.”; 3: poda alta
“c. de zorro c/prol.”; 4: poda alta “c. de zorro c/prol.” y escalera n: número de sobre el eje del árbol,
repeticiones; a-b-c: grupos con igual letra no presentan diferencias al 95 % de
contribuyendo por lo tanto a
probabilidad.
incrementar las dimensiones del
diámetro sobre muñones.

Apud y Valdéz (1993:34) arribaron a conclusiones similares con anterioridad, recomendando


trabajar cerca de la rama, evitando el empleo de mango prolongadores ya que su empleo
provoca una carga estática en las espaldas y los brazos y una mala posición de la nuca. La
OIT (1998:85) también en sus recomendaciones sobre trabajo forestal desaconseja su empleo.

Sin embargo el empleo de estos prolongadores, tanto en sierras de accionamiento manual


como en sierras mecánicas, es frecuente en nuestro país, incluso algunos estudios de
rendimientos han recurrido a ellos (Gerding, 1993:40; Gonda y Cortéz, 1995b:318-323)

4.2 Resultados de los estudios comparativos del proceso de poda en dos Pymes de
Servicios forestales.

4.2.1 Resultados del estudio comparativo de tiempos en poda baja con dos clases de herramientas

En el Cuadro nº 26 se presentan los resultados del análisis de la varianza aplicado al tiempo base
requerido para efectuar un ciclo de trabajo, resultante de la suma de los tiempos empleados en
buscar y podar un árbol, los cuales constituyen el tiempo real de trabajo.
Cuadro nº 26: Anova tiempo base (tb) entre dos clases de herramientas en poda baja de
Pinus taeda Origen Marion

Fuente sc gl cm F calc Valor P


entre grupos 118,32 1 118,32 0,75 0,4209
dentro de los grupos 951,556 6 158,593
Total 1069,88 7
sc: suma de cuadrados; gl: grados de libertad; cm cuadrado medio

Del anova surgió que no existían diferencias significativas al 95 % de probabilidades entre


tratamientos, es decir que el tiempo real de trabajo promedio de un ciclo o la poda de un árbol
durante una jornada de trabajo resultó similar empleando cualquiera de las herramientas
ensayadas. En el Cuadro nº 27 se presentan los resultados promedio por tratamiento.

Si bien no hubo diferencias significativas entre tratamientos, de este último Cuadro surge que la
tijera eléctrica fue un poco más lenta. Dentro de los tiempos distributivos, los operativos fueron

Cuadro nº 27: Estudio comparativo de tiempos en poda baja con dos tipos de tijeras
TE : tijera eléctrica; T: tijera Prun off

Tratamiento Rep. t. real de trabajo(CM) tiempos distributivos(CM)


t. base
buscar podar (buscar+podar) objetivo personal descanso
TE 1 14,3 71,7 86,1 2,8 1,3 0.0
TE 2 14,1 79,5 93,6 6,5 1 0,1
TE 3 11,5 90,3 101,8 8,5 0,5 0
TE 4 5,8 116,7 122,5 0,6 0,4 2,1
T 1 13,1 91,7 104,8 0,3 0,5 4
T 2 4 90,3 94,3 1,2 1,4 0
T 3 9,1 78,4 87,6 0,6 0 10,3
T 4 9,2 77,3 86,5 0,3 0 6
Prom TE 11,4 89,6 101,0 4,6 0,8 0,7 • 107,1
Prom. T 8,9 84,4 93,3 0,6 0,5 5,1 • 99,5
mayores en la tijera eléctrica debido a la falla de una batería, con la tijera Prun Off los trabajos
de mantenimiento, aceitar y afiliar, fueron mínimos.

Otra posible causa fue que el número de árboles podados por hectárea (Cuadro nº 28) por parte
de los trabajadores con tijera neocelandesa fue mayor, con lo cual el tiempo de búsqueda pudo
verse afectado reduciéndose.

Aunque es probable que la causa mayor efecto negativo tuvo, específicamente en el tiempo de
poda, haya sido que en algunas de las parcelas correspondientes a los operarios con tijera
eléctrica, el tamaño de los árboles fue algo mayor y también en consecuencia el tamaño de ramas
(Cuadro nº 28). Considerando que la apertura máxima de la tijera eléctrica es de 3,5 cm, en los
numerosos casos en que se superó ese diámetro debieron recurrir al uso de serrucho manual con
la consiguiente disminución del rendimiento. Vale mencionar que el dmr máximo
medido fue de 5,8 cm.

Cuadro nº 28: Características del rodal y de los árboles de Pinus taeda podados por
tratamiento, rendimiento diario

Herramienta G árboles arb. DAP h bcv dmsm hdmsm dmr


podados/ha
m2/ha nº/ha nº/ha cm m m cm cm Cm
TIJ. 6,837 960 472 9,12 5,77 2,01 15,73 23,45 2,92
ELÉCTRICA
Tij. Prun off 6,330 1080 537 8,20 5,46 1,88 14,39 25,33 2,85
G: área basal (m2/ha), DCP diámetro cuadrático promedio (cm), DAP diámetro a 1,30m (cm), h: altura media, bcv (base de la copa verde),
dmsm: diámetro máximo sobre muñón (cm), hdmsm: altura del diámetro máximo sobre muñon (cm), dmr: diámetro máximo promedio de
rama (cm).

Otra observación que también pudo efectuarse fue que el tiempo de descanso de los operarios
con tijera neocelandeza era muy superior al del tratamiento con tijera eléctrica. Quizás la
razón pueda encontrarse en las determinaciones que Hartsough y Parker (1996:455-458)
efectuaron en cuanto a la carga fisiológica de este método. Estos autores determinaron que
tanto en poda baja como media, con tijerón Prun off, la frecuencia cardiaca estuvo en el rango
de 110-130 pulsos/min, pudiéndose clasificar al mismo como trabajo pesado.
Lamentablemente ese tipo de seguimiento no pudo efectuarse dado que no hay en la región
equipos portátiles que permitan determinar a distancia la frecuencia cardiaca. Sin embargo
considerando esos antecedentes y las altas temperaturas reinantes en la zona en la temporada
estival urge el efectuar este tipo de estudios a los fines de recomendar o no el empleo de un
método de trabajo en particular.

 



E

D F GIHKJL>MN O

 PQRKSTUTWVX Y
BA C Z SIRK[\>YX Y


PQRKSTUTWYX Y



  ! # # %& 56 57 58
# * )+ -. 0- 2 13 3 3 3 13
1
193 : 13 1;3 4 13 2 13
  "# "# "# ' / /
  $ $ $ (% ,) 0- 0- 41 41 41 41 41 41 41 41 41 41
<>=? @

Figura nº 8: Registros de temperatura y humedad durante los días 6 y 7 de julio de 2000.

A pesar de las bajas temperaturas registradas los días en que se efectuó la observación (Fig nº 8),
los trabajadores que empleaban Prun off finalizaron la jornada con la ropa totalmente mojada,
no así el otro grupo. De hecho, según manifestaron, utilizaban debajo de su ropa de trabajo
remeras de algodón, tanto en invierno como en verano, para evitar irritaciones en la piel a causa
de la abundante transpiración.

Si bien la evaluación de la fatiga causada por el calor a sido estudiada mayormente en


procesos vinculados al aprovechamiento forestal algunos resultados de esos estudios merece
ser mencionados y tenidos en cuenta. Smith y Thomas Jr. (1993:34-35), citan estudios
efectuados en el sudeste de EEUU donde la reducción de productividad de operadores de
motosierra y de cable de arrastre descendía entre un 5 y un 15 % cuando la temperatura de
bulbo húmedo superaba 25º y 26º C respectivamente.

Se observó también en esos estudios que la mitad de los trabajadores se exponía más a
peligros al aumentar la temperatura, aunque no modificaban sensiblemente su
comportamiento. También determinaron que los trabajadores más expuestos al sol olvidaban
más frecuentemente las medidas de seguridad cuando hacía mucho calor (Smith y Thomas
Jr.,1993:35).
Löffler (1992:180-187) señala que el estrés por calor reduce la producción en actividades
síquicas y sicofísicas, afectando la velocidad de reacción, la percepción y la coordinación
sensomotriz.

Cuadro nº 29: Rendimiento diario en Un indicador indirecto de la fatiga de los trabajadores


poda baja de P. taeda con tijera que empleaban tijerón fue que en promedio por
eléctrica (Te) y tijera Prun Off (T) jornada podaron menos árboles que los que
empleaban tijera eléctrica (Cuadro nº 29). Estos
arb. últimos, merced a su menor cansancio, mantuvieron
pod/jorn TE T jornadas de trabajo real próximas a las 8 horas, contra
prom 439 389 7 horas que trabaja el otro grupo por recomendación
máx 528 411 de sus instructores, recomendación que era
mín 384 347 estrictamente respetada por sus empleadores.

Esta posibilidad de poder cumplir con una jornada más amplia repercute favorablemente en el
desempeño de la empresa bajo estudio, ya que con menos trabajadores puede operar sobre
mayor superficie.

Dado que se registró la hora a intervalos regulares, fue posible reconstruir el número de ciclos
o árboles podados cada 15 minutos. En las Figuras nº 9 y 10 se presentan gráficamente los
resultados de dicha reconstrucción para cada herramienta durante los dos días de ensayo.

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Figura nº 9: Promedio de árboles podados cada 15 minutos con tijerón Prun Off

De las mismas surgió que el tijerón exhibió un comportamiento esperable, temprano por la
mañana el rendimiento inicial bajo tendió a incrementarse para luego ir decreciendo
lentamente y previo al mediodía, presentar ciertas irregularidades debido probablemente al
cansancio. Por la tarde el rendimiento inicial más alto tendió a ser decreciente hasta el
momento de finalizar la jornada.

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Figura nº 10: Promedio de árboles podados cada 15 minutos con tijera eléctrica

La tijera eléctrica presentó un comportamiento más errático, con altibajos y una tendencia
creciente en la productividad hacia la finalización de la jornada de trabajo, más extensa que la
de los que empleaban tijerón. Estos altibajos fueron atribuibles a las variaciones en el
diámetro de ramas, muchas de las cuales obligaban a la poda con serrucho, con la consecuente
pérdida de productividad. El mayor rendimiento hacia el final del día reflejó por un lado la
alta capacidad de rendimiento de este método de trabajo si las condiciones del bosque lo
permitían, esencialmente ramas con diámetros pequeños, como también un probable bajo
nivel de fatiga del trabajador que aun a fin de la jornada, tuvo capacidad de reacción.

Independientemente del esfuerzo físico requerido por cualquiera de los dos métodos de
trabajo ensayados y de las condiciones ambientales reinantes, especialmente temperatura y
humedad, ambos representaron un avance importante en productividad si se comparan los
resultados obtenidos por otros investigadores en poda baja de coníferas, tanto en nuestro país
como en el exterior.

Gonda y Cortéz (1995a:344) en primer poda de Pinus ponderosa en la patagonia argentina,


mediante el empleo de serrucho y motosierra, determinaron que con la primer herramienta el
tiempo total fue de 337 CM/árbol, mientras que con la segunda el tiempo empleado fue de
190 CM/árbol. Hartsough y Parker (1996:452) analizando el rendimiento de trabajadores
forestales en Nueva Zelanda que ejecutaban primer levante de poda en Pseudotsuga menziesii,
con tijerones similares al Prun Off, obtuvieron un tiempo promedio por árbol o ciclo de 308,6
centiminutos.

Cuadro nº 30: Anova del dmsm resultante del empleo de 2 clases de tijeras Si bien no se
de poda analizó la
calidad del

Fuente SM GL CM F calc valor P corte, sí se

entre grupos 3,60461 1 3,60461 4,81 0,0707 procedió a

dentro de los grupos 4,49568 6 0,749279 determinar el

Total 8,10029 7 diámetro


sc: suma de cuadrados; gl: grados de libertad; cm cuadrado medio máximo sobre
muñones (dmsm) resultante del empleo de las dos tijeras. Como resultado se obtuvo que no
hubo diferencias significativas (Cuadro nº 30).

4.2.2 Introducción de mejoras en el proceso de poda. Estudio comparativo de tiempos en poda media
con tijeras eléctricas de diferente ángulo de apertura de cuchillas.

Como resultado del estudio comparativo en poda media entre tijeras eléctricas Electrocoup de
diferente ángulo de apertura de hojas, 3,5 y 5 cm respectivamente, se pudo constatar que la
tijera de mayor ángulo de apertura, el prototipo, resultó más eficiente. En ambas jornadas, con
los dos operarios, su rendimiento fue superior resultando en un tiempo por ciclo menor. En el
Cuadro nº 31 se pueden observar los resultados.

Cuadro nº 31: Resultados del estudio de tiempos en poda media con tijeras eléctricas de 3,5 cm
y 5 cm de diámetro de corte

herram T. distributivo Tiempo efectivo de trabajo Tiempos distributivos total

busca t. objeti persona


Preparativo r(1) podar(2) base(1+2) vo l descanso (1+2)+dist
CM CM CM CM CM CM CM CM
T.E. 3,5cm 1,2 24,3 94,4 118,7 1,7 5,0 1,0 127,6
T.E. 5 cm 0,7 25,0 82,6 107,6 1,7 3,8 2,6 116,4

Si bien el tiempo de poda fue menor en la poda media con la tijera de 5 cm de diámetro de
corte que en la poda baja con la tijera de 3,5 cm, el tiempo de búsqueda de los árboles a podar
se incrementó notablemente (Cuadros nº 27 y nº 31).

Cuadro nº 32: Árboles podados durante una jornada con


Ello puede ser atribuible a que en
tijeras eléctrica de distinto diámetro de corte en poda
poda media además de caminar y
media de Pinus taeda.
seleccionar también se debió
ascender y descender de la escalera
Herram jornada arb podados para llegar a la altura de poda
prom mín máx deseada.
hs nºarb nºarb nºarb
T.E. 3,5 cm 8,15 385 370 400 La diferencia del 10 % menor en el
T.E. 5 cm 8,18 443 421 464 tiempo base por ciclo, obtenida con
la tijera de mayor diámetro de corte
se tradujo al fin del día en 58
árboles más podados (Cuadro nº 32). Esta mejora puede ser totalmente atribuible a las
modificaciones introducidas en la herramienta de poda, ya que en los tiempos de caminar y
buscar no hubo mayores diferencias.

Hartsough y Parker (1996:454) en un segundo levante de poda en Pseudotsuga menziesii


mediante el empleo de tijeras Prun Off y escalera determinaron un tiempo de 187,5
centiminutos por ciclo. Aun considerando solamente el tiempo efectivo de poda que estos
autores determinaron, 155 CM y que se trata de otra especie, los valores determinados para la
tijera eléctrica de mayor capacidad de corte hablan a las claras de su gran eficiencia.
Esos mismos autores también determinaron que la poda mediante el empleo del tijerón
neocelandés podía considerarse trabajo pesado, ya que la tasa promedio estaba cerca del 40 %
del máximo de la carga cardiovascular (Fotos nº 13 y 14), límite para un trabajo pesado
confortable. Resaltan también que durante la segunda poda una carga fisiológica superior era
requerida en comparación con la primera, probablemente por la necesidad de mantener
levantados ambos brazos y el esfuerzo muscular adicional que requiere el mantener el
equilibrio pasando una de las piernas alrededor del árbol.

Es probable que los altos rendimientos alcanzados con la tijera eléctrica de mayor diámetro de
apertura estuvieran no sólo ligados a la facilidad de corte sino también a que no fue necesario
que adoptaran posiciones que aumentaran la fatiga. El operario permanecía con ambas piernas
sobre el descanso de la escalera y con una mano tomado al fuste del árbol, mientras que con la
otra sujetaba la tijera (Foto nº 15).

Cuadro nº 33: Características del rodal de P.


taeda empleado en segunda poda

plantas podadas alt.poda dmr prom


nº/ha nº/ha m cm
756 275,5 4,1 2,8

Foto nº 15: Poda media con


tijera Electrocoup
Cuadro nº 34: Diámetro sobre muñones
resultante (dmsm) de los dos tratamientos

herramienta dap prom dmsm prom


cm cm Efectuado el inventario del sector podado,
Te 3,5 cm 17,7 17,7 Cuadros nº 33 y 34, se pudo constatar que los
Te 5 cm 18,4 18,8 diámetros sobre muñones (dmsm) promedio
resultantes del empleo de la tijera de 5 cm de
diámetro de corte, eran superiores a los obtenidos con la tijera de menor diámetro de apertura.

Dada la relación existente entre esa variable con los diámetros a la altura del pecho (Fassola y
Gelid de Ruibal, 1997:1-6) se procedió a analizar la información mediante análisis de
regresión (Fig. nº 11)

30
d m s m t5 = 1 ,0 7 3 7 d a p - 0 ,8 7 0 1
28
26
d m s m t3 ,5 = 0 ,9 9 0 3 d a p + 0 ,6 6 2 7
24
dmsm(cm)

22
20
18
16
14
12
10
10 12 14 16 18 20 22 24 26

d a p (c m )

Fig nº 11: DAP y dmsm resultantes de la poda media con tijeras de distinto ángulo de apertura

Comparando ambas regresiones pudo observarse que no había diferencias entre las mismas,
aunque se observó un mejor comportamiento de la tijera de mayor diámetro de apertura en los
dap menores y similares en los intermedios.

Esta característica y la mayor velocidad de trabajo hacen que su empleo en poda media sea
más recomendable que el de la tijera eléctrica de menor abertura, ya que encontrar dap
mayores a 22 cm al momento de la segunda poda fue poco frecuente.
4.3 Gestión de la calidad y humanización del trabajo, medioambiente de trabajo, calidad de vida,
niveles de satisfacción y motivación de trabajo

4.3.1 Estudio comparativo de tiempos entre podadores menores de 40 años de edad y mayores de 40
años de edad.

Efectuado el estudio de tiempos de trabajadores mayores de 40 de edad ( 2 con edad promedio


44 años) y menores de 40 años (2 con edad promedio 20 años), en trabajos de poda baja de Pinus
taeda con tijera eléctrica, se obtuvo los resultados que se presentan en el Cuadro nº 35.

Del mismo surgió que los operarios de mayor edad emplearon, en promedio, menor cantidad
de tiempo para completar un ciclo de trabajo, 96,3 CM/ciclo si no se considera el tiempo de
preparación y 98,7 CM si se lo incluye, contra 100,6 y 103,6 CM respectivamente de los
trabajadores de menor edad. Aunque al efectuar el análisis de la varianza de los tiempos base,
no se encontró diferencias significativas (Cuadro nº 36).

Cuadro nº 36: Análisis de la varianza de tiempos de poda entre trabajadores


mayores y menores de 40 años con tijera eléctrica

Fuente sc gl cm F calc valor P


entre grupos 18,3967 1 18,3967 0,2 0,6684
dentro de los grupos 544,615 6 90,7691
Total 563,011 7
Cuadro nº 35: Resultados del estudio comparativo de tiempos de poda en trabajadores
mayores y menores de 40 años.

tiempo tiempos distributivos Total Total


Clase de repet distributi tiempo real de (CM) (1) (2)
Edad . vo (CM) trabajo(CM) CM CM
preparaci busca poda t. persona descans
(años) nº ón r r base objetivo l o
> de 40
años 1 3,0 20,0 77,8 97,7 15,3 3,1 0,0
> de 40
años 2 1,8 14,1 84,7 98,8 7,2 4,9 0,0
> de 40
años 3 1,6 3,4 72,4 75,8 0,1 0,7 1,9
> de 40
años 4 3,0 3,3 73,0 76,3 1,1 0,5 1,8
< de 40
años 1 2,4 6,9 80,0 86,8 9,0 3,1 0,1
< de 40
años 2 4,3 7,1 80,6 87,7 6,5 3,5 0,0
< de 40
años 3 1,2 14,4 81,5 95,9 1,1 0,3 11,9
< de 40
años 4 3,9 5,8 84,4 90,3 0,1 4,6 1,8
Prom > de
40 años 2,4 10,2 76,9 87,2 5,9 2,3 0,9 • 96,3 • 98,7
Prom < de
40 años 2,9 8,6 81,6 90,2 4,2 2,9 3,4 • 100,6 • 103,6
Total (1) = tiempo Base + tiempos distributivos – tiempo de preparación. Total (2) = tiempo Base + tiempos distributivos (incl. tiempo de
preparación)
Observando en cada estrato, la distribución porcentual de los distintos tiempos que componen el
ciclo (Figs. nº 12 y nº 13), surgió que los operarios más jóvenes dedicaron, aunque levemente,
una mayor proporción a los tiempos personales y de descanso, que los de mayor edad. Quizás las
menores preocupaciones motivadas por el hecho de que no tenían familia a cargo, generaban
una menor concentración en el trabajo o una menor carga mental y/o psíquica y no prestaran
tanta atención al rendimiento, a pesar de ser el pago a destajo.

de preparación buscar podar objetivo personal descanso de preparación buscar podar objetivo personal descanso
tiempos tiempos

6% 2% 1% 2% 10% 3% 3% 3%
4% 8%

79%
79%

F ig n º 12 : D is tr ib u ció n % d e lo s tie m p o s e n Fig nº 13 : D istribución % de los tiem pos en


u n ciclo d e p o d a , e n o p e r a rio s > d e 4 0 a ñ o s un ciclo de poda, en operarios < de 40 años

Los más jóvenes también utilizaron una menor proporción de tiempo en la búsqueda o selección
de los árboles a podar, siendo ello razonable por su mayor plasticidad y agilidad para
desplazarse en un terreno con dificultades, aun bajas como en el presente caso.

Considerando estos resultados, podría afirmarse que estos trabajadores, independientemente


de la edad, no se encontrarían realizando esfuerzos por encima de la Línea de Rendimiento
Durable (DLG), definida como la zona donde en una jornada de 8 hs de trabajo (turno) la
oferta energética iguala la necesidad energética o bien como la intensidad del esfuerzo durante
el trabajo que es factible realizar durante las 8 hs sin mayor cansancio físico, con varios
descansos breves (Löffler, 1992:25). Puede atribuirse esto, básicamente, al tipo de
herramienta que utilizaban, que no les demandaba la aplicación de mayores esfuerzos y a una
alimentación que les permitiría reponer, en primera instancia, las energías consumidas.

Tomando en consideración las observaciones de Krautstofl (1994:42), quien señaló que las
críticas condiciones de trabajo de los peones forestales en Misiones hacían que después de los
40 años estos presentaran síntomas de envejecimiento precoz y los resultados obtenidos en
este ensayo, podría afirmarse de que con medios técnicos adecuados, en el presente caso una
tijera de poda electrónica, un trabajador forestal de edad mediana podría continuar con su
actividad laboral con rendimientos similares a los de un trabajador joven, con lo cual se
lograría el objetivo de humanizar este tipo de tareas. Aunque esta afirmación debe ser tomada
con ciertos recaudos ya que hay otros factores que podrían estar jugando un rol importante,
como la historia laboral anterior de cada trabajador o el estado nutricional durante su niñez

A los fines de caracterizar el rodal donde se ejecutó la toma de tiempos, se procedió a


inventariar el mismo. En el Cuadro nº 37 se presentan los resultados.

Cuadro nº 37: Estado forestal de la plantación de Pinus taeda empleada en el


estudio de tiempos de poda entre operarios menores y mayores de 40 años

G árboles arb.pod. DAP h bcv dmsm hdmsm dmr


m2/ha nº/ha nº/ha cm m m cm cm cm
6,33 920 629 9,4 5,5 1,9 14,1 44,5 2,9

Del mismo surge que la consigna de podar 450 árboles/ha no fue cumplida, podándose un 39
% más de árboles que lo requerido, con el consiguiente perjuicio para la empresa, ya que esta
factura por hectárea podada.

Dado que 2 de los trabajadores habían participado en el ensayo de estudios de tiempos donde
se compararon dos herramientas, tijera eléctrica y tijera Prun off, y habían cumplido con la
meta asignada, ya que podaron 472 pl/ha, cabría analizar la posibilidad de la existencia de un
efecto negativo de disponer las áreas de trabajo en forma perpendicular a la línea de
plantación, como se efectuó en el presente caso. El no contar con una línea de referencia
claramente establecida, la línea de plantación, pudo haber dificultado el proceso de selección
y control de espaciamiento que mentalmente van efectuando los operarios.

Considerando los tiempos totales por ciclo en el ensayo de tiempos con diferentes
herramientas y este, sin considerar los tiempos de preparación, se pudo observar que los dos
operarios jóvenes en la primera ocasión demoraron 107,1 CM/ciclo, mientras que en la
segunda ocasión les insumió 100,6 CM/ciclo.
Entre algunas de las consideraciones que se podrían ensayar con respecto a esa diferencia
sería atribuirla a un menor tiempo de búsqueda, 11,4 CM/ciclo contra 8,6 CM/ciclo, motivado
quizás por el mayor número de árboles seleccionados por hectárea en esta oportunidad.

Sin embargo restaría aun una diferencia, partiendo de que las características de los rodales
eran similares ( Cuadros nº 27 y 35), que tampoco podría explicarse totalmente por las
condiciones climáticas imperantes durante los días de ensayo, ya que en ocasión de ejecutar
ambos las temperaturas fueron bajas, especialmente por la mañana, para esta región del país
(Figs. nº 8 y 14)

89 temp.
79 humedad
69
t(ºC) y H (%)

59
49
39
29
19
9
-1
08:00

09:00

10:00

11:00

12:00

13:00

14:00

15:00

16:00

17:00

08:30

09:30

10:30

11:30

12:30

13:30

14:30

15:30

16:30

17:30
hora
Día 19/7/2000 Día 20/7/2000

Fig. nº 14: Evolución de la temperatura y humedad dentro del rodal, durante la ejecución del
ensayo de toma de tiempos en poda baja de Pinus taeda con operarios de distintas edades

Quedaría como causa restante la dificultad al avance motivada por el sotobosque, que en este
ensayo fue muy baja y en el de comparación de tiempos con dos tipos de herramientas, algo
superior.

Si se partiera del supuesto de que una variación leve en la dificultad al avance motivada por el
sotobosque provocara un incremento de 3 CM/ciclo, como podría haber sucedido en el
presente caso, al cabo de la jornada se habrían podado 15 árboles menos, tomando como
rendimiento promedio por operario 482 ciclos/jornada (Cuadro nº 38). Esto representaría al
cabo de un mes con 20 días laborables 300 árboles menos podados por el operario y que la
empresa deje de facturar 2/3 de hectárea al mes por operario.
Cuadro nº 38: Rendimiento promedio por jornada en poda Si bien la empresa bajo análisis
baja de trabajadores de diferente edad pasaba entre las líneas de
plantación, previo a la poda, un
nº arb. tractor arrastrando un contrapeso
podados/jorn > 40 años < 40 años general que aplastaba el sotobosque, en
promedio 496 468 482 esos lotes no lo realizó ya que
máximo 570 490 570 priorizó otras tareas con ese
mínimo 420 441 420 equipo.

Los estudios
Los estudios de
de Hartspuough
Hartsough y
y Parker
Parker (1996:456-458)
(1996:456-458) sobre
dificultad 1
90
80
dificultad 2 sobresecomo
como se incrementaba
incrementaba el tiempo
dificultad 3
centiminutos

70
60 dificultad 4 deel caminar
tiempo dey caminar y
seleccionar
50 seleccionar aejemplares
ejemplares podar dea podar
Pino
40
30 de Pino
oregón Oregón Zelanda,
en Nueva en Nueva con
20
4 5 6 7
desplazamiento (caminar/seleccionar) m
Zelanda,
cuatro con cuatro niveles
diferentes diferentesde
niveles al
resistencia de avance
resistencia
debido aal la
Fig nº 15: tiempo requerido para desplazarse y avance debido
presencia a la presencia
de arbustos, follaje y
seleccionar árboles a podar con distinto grado de de obstáculos,
otros arbustos, follaje y otros
son ilustrativos.
dificultad en el terreno, en Nueva Zelanda obstáculos, son ilustrativos.

De ellos surge que si la dis-


tancia a recorrer entre plantas era de 4 metros, el tiempo requerido era de 29 CM con una
dificultad 1; con dificultad 4 el tiempo requerido fue de 55 CM, un incremento del 92 % (Fig.
nº 15).

Con base en esa experiencia y las consideraciones efectuadas sería recomendable la


realización de experiencias similares en Misiones, a los fines de determinar cual es el grado
de dificultad al avance debido al sotobosque que económicamente convenga disminuir
mediante el pasaje de equipos como el mencionado anteriormente.

4.3.2 Análisis económico de las ventajas del empleo de tijeras eléctricas


Teniendo en cuenta que uno de los objetivos, humanizar el trabajo, mediante el empleo de las
tijeras eléctricas, fue logrado, se consultó a los trabajadores sobre si el tipo de herramienta
generaba algún tipo de molestia en su empleo. Sobre 28 encuestados, 17 contestaron que no
y 11 que sí, mayormente en la mano. Significativamente todos los pertenecientes al primer
grupo tenían instrucción primaria o menor. Mientras que el segundo se encontraba la
totalidad, 4, de los que poseían estudios superiores a la instrucción primaria, el resto tenía
educación primaria completa, excepto 1.

Considerando que la edad promedio de ambos grupos fue similar, 28 años, podría
presuponerse que el factor instrucción, que se vincula al nivel de aspiraciones personales,
podría estar generando un malestar psicológico que se reflejaría en lo corporal. Por el
contrario los trabajadores con menor nivel de instrucción manifestaron en reiteradas
oportunidades que este era un trabajo liviano.

Estas respuestas en términos generales indicaron que si bien sería conveniente efectuar un
estudio ergonométrico y analizar un rediseño de la empuñadura de la herramienta, su empleo
difícilmente derive en una enfermedad laboral seria.

Estas ventajas por sí solas no necesariamente pueden inclinar la decisión de una empresa de
servicios forestales de poda hacia su empleo, máxime considerando su alto costo inicial $
2000, contra $ 240 de una tijera Prun-Off.

Sin embargo si se analizan los datos de tiempos y rendimientos máximos, mínimos y


promedios en poda baja de ambas herramientas, que surgen de los puntos 4.2.1 y 4.3.1, y se
considera que el precio por hectárea es de $ 80 podando 450 pla/ha y que el número de días
laborables al año es de 220 (Cuadro nº 39a), se llegaría a la conclusión de que se obtendrían
facturaciones anuales adicionales, con respecto a la tijera Prun Off, que permitirían en
promedio en un plazo de 7 meses cubrir el costo de la inversión en la tijera Electrocoup y
como mínimo en un lapso de 4 meses.

Como tiempo máximo la recuperación de la inversión demoraría un lapso de 3 años, pero


debe tenerse en cuenta que sólo un 30 % de las estimaciones alcanzaron valores inferiores a
los $/año 2000.
Consecuentemente habría un 70 % de posibilidades de obtener facturaciones que permitieran
superar ese monto, con un máximo de un año para recuperar la inversión y dado que un 50 %
de las estimaciones superaron la facturación promedio calculada, se podría enunciar que hay
igual probabilidad de que en un lapso inferior a los 7 meses se podría recuperar lo invertido.

Cuadro nº 39a: Facturación adicional por empleo de tijeras elecrónicas ($/año)

Tijera Electrocoup 4.2.1 Tijera Electrocoup 4.3.1


T. E.
máx T. E. min. T. E. prom. T. E. máx T. E. min. T. E. prom.
Rendimientos 4.2.1 arb/jorn 528 384 439 570 420 482
T. PO máx 411 4160 (1056) 1095 6219 352 2777
T. PO mín 347 7079 1447 3598 8722 2855 5280
T. PO prom 389 5436 (195) 1955 7079 1212 3637
Facturación prom 3425
desvío estándar 2770
TE: tijera electrónica; T PO: tijera Prun Off

Esta presunción podría considerarse cercana a la realidad, ya que consultados informantes


calificados en Chile indicaron que el rendimiento diario máximo con tijera Prun off en ese
país se acercaba a las 330 pl/ha y en cuanto a los rendimientos con tijera eléctrica, si bien se
carece de información en otros países, en la empresa estudiada se llegaron a registrar
trabajadores que superaban las 500 pla/día e inclusive en ocasiones llegaban a las 800 pla/día,
de acuerdo a las condiciones de la plantación, según manifestó el propietario.

A ello habría que añadir que de acuerdo con las entrevistas en ambas empresas surgió que la
curva de aprendizaje era diferente según el método de trabajo. La tijera Prun Off requirió de
dos meses de entrenamiento para que el trabajador alcanzara un ritmo de trabajo adecuado
para insertarse en la cuadrilla, mientras que la tijera eléctrica requería de un período de 15
días para que el trabajador se incorporara a grupos de operarios con mayor experiencia.

Considerando un salario obligatorio de $/día 11 durante ese período de entrenamiento, más un


16,5 % de cargas sociales (obra social, aportes patronales etc.) y un 20 % de aguinaldo,
vacaciones, feriados obligatorios etc., lo que haría $/día 16, el ahorro inicial de incorporar
tijeras electrónicas, por 45 días menos de capacitación, sería de $ 720.
Computando también el hecho de comenzar a facturar 45 días antes y considerando un
rendimiento inicial de 439 pla/día, la empresa que incorporara tijera electrónicas, en ese
período facturaría $ 3.512 adicionales, bajo los mismos presupuestos utilizados anteriormente,
con lo cual cubriría con creces el costo de adquisición. Esta situación se repetiría cada vez que
se incorporara nuevo personal en reemplazo del que se alejara y su magnitud se acrecentaría
en función de la tasa de rotación de personal que presente una determinada empresa.

Por otra parte si se considera de las tijeras electrónicas la amortización, 4000 horas ó $/día
4,00; el interés del capital, 7 % ó $/día 0,63; los gastos de mantenimiento (mano de obra y
recarga de baterías para atender 30 tijeras) $/mes 400 ó $/día 0,60 y los gastos de repuestos,
$/día 4,00; se tendría un costo diario por tijera de $ 9,23.

Cuadro nº 39b: Diferencial de facturación diaria por empleo de tijeras Si dicho


electrónicas considerando su costo operativo en $/día 9,23 ($/día) costo se
descuenta
Tijera Electrocoup 4.2.1 Tijera Electrocoup 4.3.1 del
máx min prom máx min prom
diferencial
Prun Off 4.2.1 $/día 94,00 68,30 78,00 101,30 74,70 85,70
de
máx 73,00 11,77 (13,93) (4,23) 19,07 (7,53) 3,47
mín 61,70 23,07 (2,63) 7,07 30,37 3,77 14,77 facturación
prom 69,00 15,77 (9,93) (0,23) 23,07 (3,53) 7,47 diario que
dif. promedio ($/día) 6,54 se
desvío estándar 12,61
obtendría
TE: tijera electrónica; T PO: tijera Prun Off
de ambas
tijeras, que surge de los rendimientos del Cuadro nº 39a y de los presupuestos básicos con el
que fue elaborado, se obtendría que en promedio por día, por empleo de la tijera electrónica,
se facturarían $ 6,54 más y con una probabilidad del 50 % de superar ese monto. La
probabilidad de que la facturación diaria de la tijera electrónica sea inferior a la manual
rondaría el 33-38 % (Cuadro 39b).

A las ventajas económicas del empleo de tijeras eléctricas debe añadirse que estas también
permiten a las empresas de servicios de poda aproximarse más al concepto de “just in time”
(Rico, 1996:67), que las que emplean otros métodos, dada la mayor capacidad operativa que
se traduce en mayor cantidad de hectáreas podadas por jornada laboral.
La inserción en la cadena valor de la empresa contratante también se vería facilitada, ya que si
esta deseara certificar bajo algún tipo de norma que atienda a la sustentabilidad ambiental y
social para posicionarse en el mercado con un perfil amistoso con el ambiente y la sociedad,
como las que establece el Forest Stepwarship Council (FSC, 2000:1-30), o bien si se
autoimpone humanizar el trabajo si certifica ISO 14001, con el empleo de tijeras electrónicas
esto sería perfectamente verificable y documentable.

4.3.3 Consideraciones macroeconómicas

Aparte de las ventajas de económicas y favorecer el posicionamiento de la empresa, la


incorporación de tijeras electrónicas y también las tijeras Prun Off, ha permitido incrementar
la productividad 10 veces si se considera el trabajo de Gerding (1993:38-44). Sin embargo
podría afirmarse que los trabajadores no han visto mejorar su situación sustantivamente y la
empresa no es competitiva si se la analiza en términos regionales.

Las entrevistas efectuadas a informantes calificados de Brasil y Chile, así lo pusieron de


manifiesto. En el caso de Chile el costo de poda por árbol con tijera Prun-off era de U$S 0,10-
0,11, mientras que en Misiones en tanto con tijera Prun off o tijera eléctrica el costo oscilaba
entre U$S/árbol 0,15-0,17 (debe considerarse que sólo dos empresas emplean estas
metodologías de trabajo y difieren en su organización ya que una de ellas debe establecer
campamentos en razón de la mayor superficie, accesibilidad y área geográfica sobre la que
opera). Más allá de las distintas realidades socioeconómicas, esta falta de competitividad no
sería atribuible al empresario argentino que ha incorporado tecnología y ajustado su
organización.

La principal causa debiera buscarse en la política económica macro de ancla única


implementada durante la década del 90 (Vaitsos, 1999:47-48). Esta política, si bien ha
permitido acceder a tecnología avanzada, ha generado efectos colaterales negativos que han
llegado a dominar el entorno económico global y de continuar, las perspectivas son poco
halagüeñas para el futuro. De acuerdo con ese informe esos efectos produjeron :

1. Estructuras de precios relativos mal equilibradas, especialmente como consecuencia


de la estabilización de la inflación anclada en el tipo de cambio fijo unido a la
liberación del sector externo. Este resultado ha necesitado y/o ha terminado en tipo de
interés real interno alto, en tipos de cambio real muy apreciado, en menores retornos
del capital productivo comparado con las ganancias financieras/especulativas y en una
reducida competitividad . También reducción en la capacidad de compra del
asalariado e incremento del coste del trabajo en el sector exportador.
2. Inestabilidad financiera. Acrecentada por los movimientos del capital externo hacia
adentro y fuera de las economías nacionales.
3. Mayores injusticias socioeconómicas, debido a la distribución regresiva de la renta y
al aumento del desempleo.
4. Aumento de la corrupción, aún cuando se supone que a liberalización debe abolir los
flujos de renta improductivos y la captura de rentas generados por la intervención
estatal.

4.3.4 Caracterización del medio ambiente de trabajo, calidad de vida, niveles de satisfacción y
motivación para el trabajo y gestión de la calidad

En el Anexo III Calidad de Vida, se presentan resultados de las encuestas, considerados de


menor relevancia que los que se dan a continuación.

4.3.4.1 Alimentación (Ver AnexoIV)

Considerando que la oferta energética debe igualar la necesidad energética, generada por
mantener un esfuerzo que se realiza durante una jornada de 8 hs sin mayor cansancio físico
(Löffler, 1992:14), se procedió a analizar el tema de alimentación de los trabajadores de la
empresa en estudio.

Para ello se recurrió a entrevistar al gerente, los operarios y el cocinero, surgiendo de las
mismas que esta es una responsabilidad parcial de la empresa. Parcial por el hecho de que esta
última pagaba para la alimentación $/ha podada 3; considerando los rendimientos obtenidos
en los ensayos y que el objetivo era podar 450 pl/ha, era factible para el grueso de los
trabajadores alcanzar diariamente esa meta.

El servicio de desayuno, almuerzo y cena se efectuaba en una carpa comedor (Foto nº 16)
especialmente acondicionada y en caso de que el lugar de trabajo fuera distante el capataz y el
cocinero, provisto por la empresa, trasladaban el almuerzo hasta donde fuera necesario.
La empresa también proveía de sistemas de refrigeración para los alimentos y el agua, aspecto
de suma importancia durante gran parte del año (Fotografía nº 17).

Foto nº 16: Carpa comedor


Foto nº 17: Depósito de alimentos
y equipos de refrigeración

Una modalidad similar, aunque no atada al rendimiento, también era aplicada por la empresa
que empleaba el método neocelandés de poda, de un costo de la vianda de $ 2,8 + iva, esta se
hacía cargo de $ 1,45 y el obrero de $ 1,35. En este caso la vianda era repartida por el
concesionario del servicio y la entregaba en los lugares de trabajo.

Estas prácticas son de aplicación reciente en la región, siendo lo normal que el obrero lleve su
vianda o se la prepare en el campamento sin que la empresa intervenga o haga algún tipo de
aporte tal como describiera Krauststofl (1991:77-78, 1994:45-46). Por el contrario ha sido
posible conocer casos donde el contratista obtenía un beneficio extra de la venta de productos
alimenticios a los trabajadores.

En las Figs. nº 16, 17 y 18, se presentan


nc mala regular buena muy buena excelente
calidad alimentación
los resultados de las entrevistas
15% 15%
3% efectuadas a los fines de evaluar según
la opinión de los operarios, la calidad,
12%
la cantidad y variedad de la
alimentación.
27%
28%

Con relación a la calidad pudo


determinarse que el 70 % del personal
tenía sus expectativas cubiertas con
respecto a la calidad de la
Fig nº 16: Respuestas vinculadas a la calidad de la
alimentación

consideraba que la comida era regular o mala.

nc suficiente abundante
cantidad de alimentos
muy abundante Con respecto a la cantidad de alimentos
12% 15% no se advirtieron quejas, no así en lo
relacionado con la variedad de la
alimentación. En este aspecto, si bien
las opiniones favorables con relación al
37%
36% servicio de comedor seguían siendo
positivas, 55 %, la disconformidad
alcanzó un 30 %.
Fig nº 17: Respuestas vinculadas a la cantidad de la
alimentación
Ese porcentaje de disconformidad tuvo
explicación observando el menú que
detalló el cocinero (Ver Anexo IV,
nc poco variada variada muy variada
variedad en la alimentación Alimentación), basado mayormente en
3% 15%
guisos de arroz con carne, arvejas con
carne o porotos con carne etc. y reviro
como desayuno etc.
52%
30%
Comparado con el de la otra empresa
encuestada (Anexo IV), el menú era
Fig nº 18: Respuestas vinculadas a la variedad de la escaso, inclusive no contemplaba platos
alimentación especiales para personal enfermo, pero
debe contemplarse que era una cocina
de campaña y por consiguiente con serias restricciones de obtención de productos frescos y de
preparación de platos

Algunos de operarios comprendían la dificultad de cocinar para tanta gente, aunque sugerían
la inclusión de otros menús, como también de pan, alguna fruta y verdura.
Inclusive llegaron a expresar su hartazgo del “reviro”(harina revuelta con grasa o aceite),
plato típico en todos los hogares de escasos recursos o rurales de la región, el que consumían
durante el desayuno. También la cena estaba constituida por platos basados en el empleo de
harinas.

Consultada una nutricionista, que analizó el menú y las cantidades especificadas por el
cocinero, determinó que el valor calórico de las preparaciones empleadas en los almuerzos
sería inadecuado, y los porcentajes de proteínas, hidratos de carbono y grasas no cubrirían los
porcentajes requeridos (Ver Anexo IV, Garciarena, com pers., 2000).

Si bien por el tipo de trabajo, que aunque no pueda calificarse “a priori” de pesado, en virtud
del resultado de los ensayos, una dieta rica en hidratos de carbono podría ser necesaria, pero
un consumo diario elevado de platos basados en harinas, podría provocar trastornos y
repercutir negativamente en el personal y la empresa.

Sagardui Villamor (2000) menciona que las compañías de seguros americanas, como la
Metropolitan Life Insurance Company, realizaron estudios para observar el riesgo de
mortalidad en personas obesas. Las aseguradoras comprobaron que el riesgo de mortalidad se
incrementaba al llegar al 120 % del peso ideal. Estas cifras correspondían en el caso de los
varones a valores del IMC (índice de masa corporal que relaciona peso con altura) superiores
a 27,8. También comprobaron que si el peso se incrementaba aún más, llegando al 140% del
peso ideal, la mortalidad por todas las causas, aumentaba.

En la empresa bajo estudio sólo tres trabajadores presentaron IMC superiores a 25 aunque
inferiores a 27. Este indicador, que aunque no pueda tomarse como concluyente, señalaría la
conveniencia de considerar la posibilidad de consultar un médico nutricionista a los fines
introducir ajustes en la dieta, que sobre todo permitan a la población de mayor riesgo alcanzar
un estado de normalidad, como también corregir las posibles deficiencias de la dieta
empleada.
Cuadro nº 40 : de casos por Efectuado un Análisis de Clusters para comprobar si
cluster (nº) y participación existían grupos con ciertas características comunes dentro
porcentual de la población en estudio, que determinaran o dejaran
entrever cierta similitud de opinión con respecto a la
cluster casos % calidad y variedad de la alimentación, se estableció un
nº nº número de 4.
1 18 55 Pudiéndose observar en los Cuadros nº 40 y nº 41 el
2 9 27 tamaño y características de los mismos.

3 1 3
4 5 15 Como puede verse en el Cuadro nº 41, la variable que
permitió diferenciar los grupos fue el nivel de instrucción
alcanzado. En el Cluster 1, con menor nivel de instrucción
promedio, mayoría absoluta de estudios primarios incompletos y primarios completos, fue
donde se encontraron mayores niveles de satisfacción con respecto a la calidad de la comida y
variedad de la alimentación
Cuadro nº 41: Cantidad de casos por clusters con relación a la calidad y variedad de la
alimentación, discriminados por nivel educativo.

Cluster Instrucción Calidad de comida Variedad de comidas


Regula Muy Excelent Poco Variad Muy
Mala r Buena Buena e variada a variada
Cluster 1 PI 1 5 2 7 1
PC 5 3 1 9
CBI 1 1

Cluster 2 PI 1 1 2
PC 3 1 1 5
CBI 1 1
CB 1 1

Cluster 3 SC 1 1

constituido por personal que renunció en el período de las entrevistas (categoría


Cluster 4 no contestó)
(PI: Prim. Incomp.; PC: pri.comp. ; CBI : Ciclo Básico Incomp.; CB: C. Básico Comp.; SI: Sec. Incomp.; SC: Sec. Comp.)

En el Cluster 2, donde si bien la instrucción primaria completa era mayoría, aumentaba la


participación porcentual de individuos con mayor nivel de instrucción, disminuyendo también
el porcentaje de instrucción primaria incompleta, hubo coincidencia en considerar como poco
variada y aumentó la disconformidad con respecto a la calidad de la comida.

El Cluster 3, formado por un solo individuo con instrucción secundaria completa, evidenció
la disconformidad de este con respecto a la alimentación en el campamento.

En el Cluster 4 quedaron agrupados 4 individuos que en el transcurso del período de entrevistas


renunciaron al trabajo, uno de ellos con instrucción secundaria incompleta, contestando sólo
parcialmente el cuestionario. El otro trabajador, también con instrucción secundaria in
completa, incluido en este grupo no vivía en el campamento ya que poseía casa en las cercanías.
Si bien el número de casos analizados es bajo, la tendencia exhibida en cuanto a nivel de
satisfacción con la alimentación y nivel de instrucción debiera ser tenida en cuenta al
seleccionar personal.

4.3.4.2 El campamento

El campamento estaba constituido por distintos módulos que cumplían las funciones de
comedor, cocina, dormitorios, baños, duchas, con sistemas de calefacción de agua, talleres y
depósitos, todos ellos desmontables para facilitar su traslado cuando era necesario (Fotos nº
18 y 19).

Foto nº 18: Dormitorios Foto nº 19: Duchas y termotanque

Contaba también con sistemas de generación de energía, para la recarga de las baterías de las
tijeras y para proveer de energía a los equipos de frío y artefactos de iluminación. La
provisión de agua potable se efectuaba con un tanque de 5.000 lts, con el cual se alimentaba
también las duchas.

Cada dormitorio era ocupado por cuatro operarios, a los cuales se les proveía de sus
respectivos colchones y ropa de cama. El capataz y el encargado de la reparación de tijeras
ocupaban una casilla, al igual que el cocinero, que dormía en una casilla donde se encontraba
un freezer y que también hacía las veces de depósito de alimentos.

Las comunicaciones con la oficina eran realizadas por medio de un teléfono celular que estaba
a cargo del capataz. Este también mantenía un pequeño stock de marquillas de cigarrillos y
sobres de jugo en polvo, empleado a atender algunas necesidades de los obreros.
Como medios de transporte se encontraban destacados un camión, acondicionado para el
transporte del personal hacia los lugares de trabajo y también aprovisionarse, y una camioneta
propiedad del capataz (fotografía nº 20).

Consultados los trabajadores


acerca de su opinión sobre el
campamento todos manifestaron
que el mismo era muy bueno o
excelente, excepto uno que lo
consideró francamente malo.

Foto nº 20: Transporte de personal

La mayoría con opinión favorable efectuaba comparaciones, por experiencia propia en 16


casos o por haber acompañado a familiares directos en otros, con los campamentos de la
“t arefa” o de obr ajes forestales y destacaban la higiene, el disponer de duchas con agua
caliente, recibir ropa de cama o el contar con cocinero.

Krautstofl (1991:76-77; 1994:29-30) en una investigación sobre el modo de trabajo y de vida


de los peones forestales en Misiones señaló que el tipo de campamento más común era el de
escasa infraestructura. Los peones pernoctaban en carpa de polietileno negro y no contaban
con ningún tipo de asistencia.

Más recientemente, Villalba (1999:7) hizo mención a las condiciones de vida miserables que
llevan la mayor parte de los trabajadores rurales y forestales de la provincia de Misiones,
calificándolos como los nuevos mensúes.

Estos antecedentes justifican la opinión elevada que tenían de su campamento los operarios, a
quienes se observó durante los días de entrevista, normalmente domingos, proceder a su
higiene personal al levantarse, situación no imaginable en un campamento tradicional donde
las fuentes de aprovisionamiento de agua son los arroyos, que no siempre están en las
cercanías del mismo.
La única opinión desfavorable correspondió a la de un operario, con ciclo básico completo y
que había trabajado en Buenos Aires para una empresa hormigonera y que según comentaba,
en la misma disponía de mayores comodidades.

Tampoco se detectaron opiniones desfavorables con respecto al medio de transporte hacia el


lugar de trabajo, ya que viajaban sentados y protegidos de las inclemencias climáticas.

Los domingos en que permanecían en el campamento fue posible observarlos ocupados en


lavar ropa y empleando su tiempo libre en juegos de naipes o jugando al fútbol.

La empresa no tenía organizada ninguna de actividad apuntando a la distracción del personal.


Aunque su dueño expresó su preocupación en lo referente al tema, ya que cuando jugaban al
fútbol, o se lastimaban o bien se producían roces entre ellos, lo cual perjudicaba la
convivencia.

Considerando que la capacidad de rendimiento corporal se puede mejorar a través de


entrenamientos dirigido, la práctica de deportes debiera ser revisada y adecuada a las
circunstancias (Eggert, 1996 cit. op. por Löffler, 1992:69). Probablemente un deporte en
donde no entren en contacto físico y esfuercen la mayor cantidad de músculos posibles, como
el voleibol, sería recomendable.

Dentro del campamento quedaba estrictamente prohibido el beber alcohol o el acceso de


personal ajeno a la empresa bajo ninguna circunstancia.

4.3.4.3 Higiene y Seguridad (Ver Anexo I: Siniestralidad)

La higiene del campamento era mantenida por el cocinero, quien manifestaba cierta molestia
por algunos de sus compañeros, por no mantener la limpieza de las duchas o el baño.

Al respecto podría ser de utilidad colocar carteles en lugares visibles y de fácil comprensión,
desalentando algunas conductas indeseables.

Era posible visualizar señalización de peligro en los lugares donde se depositaban productos
combustibles.
Todos los operarios contaban con
elementos de seguridad
recomendados por la OIT (1998:86)
para este tipo de trabajos, excepto
protección para los ojos (Foto nº 21).
Debido a las elevadas temperaturas y
humedad, varios de ellos
manifestaron que el casco les causaba
molestia y que dicha situación
Foto nº 21: Operario con equipamiento empeoraría si utilizaban algún tipo de
anteojos o antiparras.
Quizás los cascos con máscara de tela mosquitera pudieran ser una solución y ayudar a
prevenir accidentes.

De los 28 obreros presentes al momento de la encuesta, 8 manifestaron haber tenido algún


tipo de accidente, mayormente contusiones por caídas provocadas por el sotobosque, una de
ellas de cierta consideración.

Sin embargo el hecho de haya habido en un período aproximado de un año 4 accidentados


graves, que no se encontraban al momento del inicio del estudio, 3 de ellos por renuncia y 1
por estar convaleciente, hizo que se centrara la atención es estos. En los 3 primeros casos la
tijera de poda produjo la amputación de un dedo y en el último aun se desconocía si el
operario lograría salvar el mismo.

Este tipo de accidente se produjo en todos los casos durante operaciones de poda baja.
Mientras con una mano el trabajador empuñaba la tijera, con la otra portaba un serrucho. Al
intentar con este último separar ramas o algún otro elemento que impidiera su avance y/o
impidiera la visión en la zona de corte, cuando iba a proceder a podar una rama, erraba el
movimiento y se cortaba un dedo de la mano, que se encontraba sosteniendo el serrucho por
su empuñadura.

Analizado con el propietario el problema se diseñó una empuñadura para el serrucho ARS, en
forma de cono (Fotos nº 22 y 23), de manera que la mano quedaba totalmente cubierta y
protegida. Este protector fue utilizado durante más de un mes, no produciéndose más
accidentes de esa naturaleza. Debido a comentarios y sugerencias de los operarios se procedió
a realizar modificaciones que a futuro permitan introducir ambas manos dentro de la
protección y facilitar de esta manera el proceso de corte con serrucho y también evitar el roce
contra la mano, que les generaba lastimaduras.

Foto nº 22: Serrucho ARS con Foto nº 23: Serrucho ARS con
protección para la mano en el mango protección para la mano en el mango
(vista lateral) (vista desde atrás)

Dado que se trabajaba en un ambiente natural la presencia de insectos y alimañas, era habitual
que se produjera algún tipo de ataque; 21 entrevistados manifestaron haber tenido
inconvenientes con avispas, 2 con avispas y víboras, 1 con víboras y otro con arañas.

El inconveniente con las avispas fue subsanado por la empresa entregando a los trabajadores
aerosoles de insecticida, habiendo resultado este método efectivo. Con respecto a las víboras
los operarios manifestaron haber tenido encuentros cuando estas se encontraban enroscadas en
ramas, sin embargo las serpientes venenosas de la región no son arborícolas, siendo probable
que hayan confundido una culebra con alguna víbora.

En el campamento no se encontraba disponible ni suero antiofídico, ni dexametasona, este


último para su utilización en caso de ataque de un enjambre de abejas o avispas, quizás el
mayor riesgo.

La empresa que basaba su estrategia en una rápida evacuación del personal con problemas,
sólo contaba con un botiquín de primeros auxilios. Para lograr una evacuación rápida, en la
zona de trabajo estaba permanentemente destacado el camión y el equipo de teléfono.
Para el 75 % de los trabajadores eso representaba una gran tranquilidad, no así para un 25 %.
Coincidió que quienes respondieron en forma negativa fueran entrevistados un día en que el
camión no se encontraba en el campamento por razones de aprovisionamiento y el capataz
había salido a llevar a un obrero al médico. Ese comportamiento refleja la importancia que
dan al tema de una rápida evacuación. Sin embargo debiera contarse en el campamento con
alguien entrenado en primeros auxilios y aplicación de inyectables.

4.3.4.4 La organización y contenido del trabajo

Los horarios de trabajo no estaban regulados por el trabajador, a pesar de que el pago era a
destajo. El operario a determinada hora, dependiendo de la época del año, debía estar pronto
con su equipo en condiciones, para ser trasladado por el camión acondicionado a tales fines,
hacia el lugar del trabajo.

Allí permanecía hasta el mediodía, cuando era trasladado nuevamente hacia el campamento,
si este se encontraba a corta distancia, para el almuerzo. Caso contrario el almuerzo se
transportaba hasta el lugar de trabajo.

La jornada laboral efectiva era de 8 horas y se extendía de lunes a sábado, los días domingo
normalmente se dedicaban al lavado de ropa, por la mañana algunos operarios salían a
trabajar, quedando esta última decisión librada a la voluntad de los mismos.

Cada quince días, los viernes por la tarde eran trasladados a sus hogares, retornando el lunes
por la noche.

Esta organización marca diferencias sustanciales con el único antecedente local sobre
organización del trabajo en actividades forestales en plantaciones (Krautstofl,1994:39-40),
donde no registró horarios establecidos, sino que estos los fijaba el trabajador de acuerdo con
su criterio.

También se determinaron diferencias en cuanto a la modalidad de contratos. Los observados


por la autora adquirían la modalidad de “transitorios o eventuales”, siendo los mismos de
palabra”, donde se dejaban en cla ro las obligaciones del trabajador y la paga. En el presente
caso se ajustaban a las pautas establecidas por la Ley de Contratos de Trabajo.
Durante el período del estudio se analizaron también distintas formas de organización del
trabajo:

a) Cada obrero recibía un sector para ejecutar su trabajo y luego el capataz procedía a
verificar la calidad y contabilizar los árboles podados, base sobre la cual cobraban el
jornal.

b) Con posterioridad se implementó un sistema similar aunque el que contabilizaba los


árboles podados era el propio obrero, guardando un palito en una bolsa por cada árbol
podado. Esta bolsa era entregada al fin del día al capataz, que procedía al recuento.
Este sistema, del que se tenía referencias que había sido utilizado en Nueva Zelanda,
produjo disconformidad en todas las partes involucradas. En la empresaria porque
algunos obreros contabilizaban más árboles que los que podaban y entre los
trabajadores también, ya que algunos altamente concentrados en su trabajo olvidaban
registrar la totalidad de árboles podados.

c) El tercer sistema, que fue definitivamente adoptado, surgió de la práctica del


“Benc hmarking operativo” con la empresa que empleaba la tijera Prun Off. Consistió
en formar cuadrillas de trabajadores (9-10 cada una), donde cada uno recibía su sector
de poda contiguo al de los otros y el registro de árboles podados era efectuado por un
planillero, que a su vez transportaba el agua a consumir durante la jornada.

Si bien en primera instancia sugería un aumento en los costos, los rendimientos


alcanzados fueron superiores, razón por la que se adoptó este método. Ello puede
atribuirse a lo ya mencionado por Löffler (1992:109-110 ) de que el trabajo en equipo
incrementa la motivación al rendimiento. Por otra parte se evitaba pérdidas de tiempo
innecesarias para la búsqueda de agua y se incrementaba el nivel satisfacción de los
trabajadores.

Si bien Kraustofl (1994:41-43) en cuanto a las exigencias del contenido del trabajo en la
explotación maderera, determinó que los contratistas preferían individuos jóvenes pero con
experiencia, fuertes, sanos, al igual que pudo observarse en la empresa que se hizo
“Benchma rking”, puede afirmarse que ese no era el criterio principal de la empresa en
estudio.

Influía mayormente el área de residencia, que debía ser cercana a Jardín América ó Aristóbulo
del Valle, ya que ello facilitaba el traslado hacia sus hogares durante los fines de semana,
como también tareas administrativas, por encontrarse la administración en la localidad citada
en primer término.

4.3.4.5 Gestión de la calidad

Al surgir la Gestión de la Calidad Total, la Gestión por Procesos, etc, la calidad toma un
enfoque global que abarca todas las actividades empresariales, operativas y de gestión; ello
debido a que se entiende por producto el resultado del trabajo de cualquier persona y cliente al
destinatario de ese trabajo (Pérez-Fdez de Velazco, 1996:25).

A los fines de determinar que entendían los trabajadores por calidad y cual era el objetivo por
el cual el proceso que ellos realizaban demandaba altos estándares, se requirió a los mismos
su opinión sobre los alcances de ese concepto.

De los 27 podadores presentes al momento de la consulta 9 contestaron que el objetivo de


lograr calidad era satisfacer al cliente. Aunque con variaciones estas respuestas se basaban en
que entendían que si su trabajo era bueno su empresa volvería a ser contratada y ellos
mantendrían la fuente laboral.

Otros 11 respondieron que era para producir madera libre de nudos, no relacionando la
calidad directamente con la satisfacción del cliente, sino con el producto y 4 de los empleados
manifestaron no comprender el porqué del requerimiento de la calidad

Estas respuestas pueden considerarse satisfactorias en una cultura donde el patrón


normalmente adquiere una figura patriarcal. Esta situación se reflejó en las respuestas de tres
trabajadores, quienes argumentaron que lograr calidad les permitía demostrar que hacían bien
su trabajo y que eran buenos empleados.
En la entrevista mantenida con el dueño de la empresa surgió también esta situación de
paternalismo y la dificultad que tenía para lograr un cambio de cultura a pesar de las
reiteradas charlas que mantenía con sus empleados a los fines de que comprendieran que ellos
también eran parte del éxito o el fracaso de la gestión. A modo de ejemplo citó que uno de sus
empleados más jóvenes le respondió en una ocasión que “....la empresa es como una f amilia
donde Ud. es el papá y nosotros como los hijos.....”.

Teniendo en cuenta que la gestión empresaria pasó del enfoque hacia el producto a la
orientación hacia los procesos productivos, transformándose en una auténtica actividad
organizada de prevención: “hacerlo bien de primera”, se ha incorporado al sistema productivo
y a la cultura de la empresa (Pérez-Fdez de Velazco, 1996:24).

Considerando este concepto, el éxito parcial del proceso de formación y capacitación integral
de los obreros quedó reflejado en el hecho de sólo tres de ellos afirmaron que hacían su
trabajo “bien de pr imera”, el resto argumentó recurrir a algún tipo de autocontrol para
verificar la calidad de su trabajo.

Dado que los autocontroles o controles de calidad de la supervisión implican mayores costos,
no debiera dejarse de lado la organización de reuniones a los fines de fijar y elaborar más los
conceptos, máxime considerando la alta predisposición existente por parte de los trabajadores,
ya que mayoritariamente expresaron su interés en participar con más asiduidad en reuniones
de perfeccionamiento.

Es de resaltar que de los 4 operarios que manifestaron no comprender el porque de la


exigencia de calidad en su trabajo, dos tenían un nivel de instrucción superior al primario y
uno de ellos tampoco se mostró interesado en perfeccionarse. Estas respuestas reflejaban una
cierto grado de insatisfacción por parte de algún grupo de características particulares.

Según Löffler (1992:112) en opinión de muchos autores la satisfacción de trabajo es uno de


los criterios de donde se puede deducir el grado de humanización del trabajo, que a su vez es
un componente de la calidad de vida y en opinión general es un indicador de la motivación de
rendimiento.
Von Rosenstiel (cit. op. por Löffler, 1992:112-113) que estudió las posibles relaciones entre
satisfacción de trabajo y rendimiento o productividad, determinó en la mayoría de los casos
no existía ninguna relación o muy escasa, sin embargo considera que en ciertas circunstancias,
vinculadas al salario, rendimiento y posibilidad de autodeterminación, esta podría darse.

Si bien la calidad de vida que surge de las encuestas realizadas (Ver Anexo III) refleja un
estandard de vida bajo, rayano con la pobreza, situándose en el contexto social general del
país y de la provincia, el grado de satisfacción de trabajo fue consultado a los fines de
determinar si el método empleado humanizaba el trabajo y actuaba como motivador del
rendimiento fisiológico.

Uno de los aspectos analizados al proceder a evaluar el nivel de satisfacción de los


trabajadores fue el de las relaciones entre ellos, con los niveles de supervisión y con la
dirección de la empresa. Con relación al primer nivel no manifestaron la existencia de
problemas, aunque sugerían la existencia de pequeños roces basados mayormente en el mayor
acercamiento de algunos miembros de la cuadrilla con el capataz o el dueño de la empresa.

En cuanto a las relaciones en el plano vertical con relación al capataz, que convivía con ellos,
pudo determinarse en sólo dos casos que la comunicación no era lo suficientemente fluida,
aunque en uno de ellos era más por aspectos formales que por la existencia de malas
relaciones. Específicamente mencionaba que cuando solicitaba hablar con él no lograba hacer
que lo atendiera en privado, debiendo manifestar sus inquietudes ante la presencia de terceros.

En cuanto a calidad de la comunicación con el nivel superior, dueño, de acuerdo con los
resultados graficados en la Figura nº 19, pudo determinarse que en término generales existía
un buen liderazgo, asumiendo que un buen nivel de comunicaciones reflejaba la calidad del
mismo. Puede considerarse que la disposición a ejercer el liderazgo, facilitando un buen nivel
de comunicación en el plano vertical a través de reuniones periódicas, ha permitido mejorar
las comunicaciones también en los otros niveles, como también recoger inquietudes que
repercutieron en altos niveles de satisfacción vinculados con el campamento y la
alimentación.
Excelente Alto
NC 6% 3%
24%

Bajo
12%
Bueno
Regular
52%
3%

Fig. nº 19: Niveles de satisfacción relacionados con el liderazgo

Consultados acerca de la herramienta empleada, 25 de ellos respondieron que con poco


esfuerzo podían ejecutar un trabajo dentro de los límites de calidad exigidos. Sólo uno
respondió que no, basándose en los accidentes ocurridos con anterioridad. Sin embargo los
comentarios efectuados paralelamente fueron los que ilustraron mejor la situación, muchos de
ellos respondían que el que efectuaban era un trabajo liviano, asegurando que podrían llegar a
ejecutarlo durante muchos años, tomando como referencia la cosecha de yerba o la poda con
tijera Prun Off, ya que varios de ellos la habían observado en acción. Otros comparando con
sus actividades laborales anteriores manifestaban que jamás volverían a la tarefa.

De estas respuestas se infirió, que tomando los recaudos de seguridad pertinentes, fue posible
humanizar el trabajo, no sólo por la herramienta empleada sino también por las condiciones
generadas en el medio ambiente de trabajo, y que los niveles de satisfacción alcanzados por la
mayoría de los trabajadores indicaban que aun no existía un acostumbramiento a la situación
alcanzada, lo que hubiera podido llevar a la expansión del nivel de exigencias con nuevas
demandas. De hecho aun lo relacionaban con sus experiencias laborales anteriores y el nivel
de satisfacción, extremadamente bajo, que habían alcanzado en ellas actuaba como factor
higiene (Herzberg, cit. oportunamente por Löffler, 1992:106-107).

Cuando se consultó acerca del nivel de satisfacción por la remuneración obtenida, 12 de los
encuestados manifestaron estar conformes y 9 medianamente conformes, lo cual hacía un
porcentaje elevado entre ambos grupos (Fig. nº 20)
Sin embargo al analizar las
Nc
Conforme
18%
37% respuestas correspondientes a las
posibilidades de progreso dentro
de la empresa surgió que sólo un
mínimo porcentaje (12 %)
Inconforme
18%
Medianamente consideraba que eran muy buenas
conforme
27%
o buenas, el resto
mayoritariamente se mostró
dubitativo al respecto o
Fig. nº 20: Nivel de satisfacción con respecto al salario
consideraba que no existían (Fig
nº 21). Algunos de ellos no
no
nc no sabe
pocas achacaban esta situación
12% 9%
43%
directamente a la empresa, sino
que la referían a su escaso nivel
de instrucción, razón por la cual

regulares
no podían aspirar a ocupar otras
24%
muy buenas buenas posiciones no sólo en su actual
6% 6%
trabajo sino también en el
mercado laboral en general.
Fig. nº 21: Expectativas de progreso en la empresa
De hecho cuando se les consultó
si cambiarían
una remuneración similar, sólo 3 respondieron que no. Uno de ellos habíadesidotrabajo por a
promovido
encargado de reparación y mantenimiento de tijeras. En tanto 2 que respondieron
afirmativamente de hecho renunciaron a los pocos días y 23 consideraron que lo harían
siempre que se les pagaran las cargas sociales, dando como razones el poder trabajar cerca de
su casa, incorporarse a la industria manufacturera, trabajar bajo techo, ya que les permite
trabajar aun bajo malas condiciones atmosféricas etc.

De estas respuestas surgió que si bien la empresa realizaba esfuerzos para alcanzar altos
grados de motivación y evitar rotación de personal, entre otras manifestaciones no deseadas
de la conducción empresaria, mejorando las condiciones y medio ambiente de trabajo, el
principal motivo de retención del personal sería el cobro de la asignación familiar, no tanto el
que se le efectuaran aportes jubilatorios, ya que sólo uno conocía y recibía el estado de su
cuenta de parte de la AFJP que le correspondía, aunque pudo comprobarse que la empresa los
efectuaba. Tampoco influirían sustancialmente las mejoras en las condiciones del medio
ambiente de trabajo.

Esto plantea problemas de difícil resolución a los fines de reducir la rotación, cuyos costos
son elevados (4.3.2), influyendo probablemente en ello varias causas.

Analizados los niveles de satisfacción por alimentación, campamento, salarios, posibilidades


de progreso, malestar físico, ya que se había determinado previamente que era una
particularidad de ciertos operarios y el nivel de estudios alcanzados, mediante análisis de
clusters, se establecieron seis grupos (Cuadro nº 42)

Cuadro nº 42: Análisis de Cluster de niveles de satisfacción en el trabajo y escolaridad

Satif.
Posib.
Estudio Malesta Satisf. Alimentaci Lideraz Satif. Progres
cluster nº s r Físico Campamento ón go Salario o
1 23 1,7 0,3 4,4 3,7 2,7 2,2 1,8
2 1 1 1 4 4 5 3 0
3 1 6 1 4 2 2 1 0
4 5 1,4 n/c n/c n/c n/c n/c n/c
5 2 2,5 0,5 4 2,5 2,5 3 4,5
6 1 4 1 1 1 1 1 1
Puntuación : ver Anexo II, Cuestionario

En el cluster 1 quedaron incluidos la mayoría de los trabajadores, presentando como


característica principal instrucción primaria incompleta o completa, excepto uno con
secundaria incompleta, escasa presencia de malestares físicos por el tipo de tarea que
desarrollaban y altos niveles de satisfacción con respecto al campamento y la alimentación y
mediano con respecto al liderazgo, el salario y las posibilidades de progreso.

En contraste los cluster 3, 5 y 6 donde la instrucción era mayor, los niveles de satisfacción
tendían a ser menores especialmente con respecto a la comida, liderazgo, nivel salarial y
expectativas de progreso como también presencia de malestares físicos, con excepción del
grupo 5 donde las expectativas de progreso eran altas, quizás motivadas por los altos
rendimientos que tenían estos trabajadores.

Si se añade que el único trabajador con estudios superiores a los primarios presente en el
cluster 1 renunció a los pocos días de efectuadas las entrevistas, podría concluirse que para
este tipo de tareas se debe ser cuidadoso en la selección de personal con instrucción superior a
la primaria, ya que sus expectativas no se verían satisfechas. Estos resultados más algunas
respuestas recibidas por parte de algunos trabajadores, como que “...este tipo de trabajo es
bueno porque no se trabaja al sol...” o “...este es un trabajo liviano”, estarían orientado la
selección de personal hacia aquellos de instrucción no superior a la primaria y que provengan
de tareas como la “tarefa” o cuidado de plantaciones en sus primeros años.

El cluster 2 correspondió a un trabajador de baja instrucción, que aunque tenía altos niveles de
satisfacción con respecto a los diversos items, no visualizaba posibilidades de progreso. En el
cluster 4 se agruparon los trabajadores que sólo respondieron parcialmente el cuestionario
efectuado.

Estos resultados encontrarían su explicación en el llamado modelo de Valor Esperado o


Expectable, de Vdrom (1964, cit. op. por Löffler, 1992:103), que señala que la motivación es
el resultado del producto entre valor y expectativas.

MOTIVACIÓN = VALOR * EXPECTATIVAS

donde:
Valor = obtener un cierto resultado por la negociación o comportamiento
Expectativas = posibilidad subjetiva de obtener dicho resultado

Si bien mayoritariamente pudo comprobarse que los operarios declaraban un grado de


satisfacción bueno o elevado, tanto en lo salarial, como en lo relacionado con las condiciones
de trabajo, también mayoritariamente manifestaron que cambiarían de trabajo ante situaciones
de igualdad de remuneración, lo que se vincularía estrechamente con el campo de las
expectativas.
Esas mayores expectativas, que en primera instancia aparecen vinculadas al nivel de
instrucción, aunque estarían subyacentes en la totalidad de los encuestados, son las que
podrían estar generando un cierto nivel de insatisfacción, entre cuyas causas se podría
mencionar por la falta de reconocimiento social hacia quienes desarrollan este tipo de tareas o
bien porque la mayoría de los puestos de trabajo forestal presentan una demanda mental baja
(Löffler, 1992:77-82), que estaría relacionada directamente con la monotonía, entre otras
causas.

Surgiría también que la rotación de personal no podría evitarse, sino sólo mitigarse mediante
una adecuada selección de personal en la cual se tengan en cuenta las expectativas del
trabajador y una adecuada gestión empresaria que contemple no sólo al cliente externo sino
también al interno.

También estos resultados contradicen en cierta forma lo afirmado por Kraustofl (1994:60-61),
quien señalaba que las condiciones generales de vida de los trabajadores forestales en las
plantaciones se enmarcaban dentro de la transitoriedad/inestabilidad/inseguridad/ilegalidad, lo
cual justificaría una alta rotación del personal. Dicha autora sostenía que esas condiciones
eran motivadas por mecanismos de exclusión social y destrucción ambiental generados a
partir de la organización social y técnica del proceso de producción forestal (Kraustofl,
1994:66-67).

En el caso bajo estudio, excepto la inestabilidad, dada por el pago a destajo, esas condiciones
puede considerarse que no estaban presentes. Quizás pueda añadirse transitoriedad, si
consideramos en esta, a las cortas estadías quincenales en sus lugares de residencia.

Sin embrago y considerando que estos trabajadores no desarrollaban actividades forestales por
vocación, como en Suecia (Pettersen, 1987: 322-333), las condiciones de inestabilidad y “de
transitoriedad en el hogar” debieran reducirse al mínimo en una empresa orientada a la
gestión de la calidad. La transitoriedad podría ser reducida incorporando personal con
residencia cercana a la zona de trabajo; aunque el pago a destajo, considerado como fuente de
estrés para el trabajador y con impacto en el nivel de accidentes (Pettersen, 1987: 322-333),
generalizado en muchas actividades productivas, difícilmente pueda ser abandonado en forma
unilateral por una empresa.
5. Conclusiones y recomendaciones

El abordaje de la Gestión de la Calidad a través de la Gestión por Procesos por parte de una
PYME de servicios forestales de poda, le ha permitido a esta introducir mejoras, no sólo en
los procesos estrictamente operativos, sino también de gestión, que redundarán en un mejor
posicionamiento en el mercado.

Al analizar el proceso operativo de poda de esta PYME pudo determinarse que la elección de
la herramienta de corte, tijera electrónica Electrocoup, había sido acertada ya que el corte por
cizallas era el que menos defectos provocó, en comparación con las sierras, incluidas las
podadoras mecánicas, que presentaron una alta frecuencia de defectos especialmente daños en
la zona de inserción de la rama, los cuales pueden afectar seriamente el proceso de oclusión
de la herida de poda.

A ello hay que añadir que el empleo de tijeras obliga al operario a trabajar cerca de la rama,
situación que no provocaba carga estática sobre sus brazos y espalda y una mala posición de
la nuca, situación que se hubiera presentado en caso de recurrir al empleo de sierras, manuales
o mecánicas, con mangos prolongadores en poda media y alta, los cuales en ensayos llevados
adelante incrementaron también el número de cortes defectuosos entre un 15 y un 19 %,
respecto de los ocurridos trabajando con sierras cerca de las ramas.

Esto no descalifica el uso de sierras, que para uso profesional sólo pueden considerarse como
un complemento en caso de que el diámetro de apertura de las tijeras sea menor que el de las
ramas. Su uso puede ser recomendable en pequeñas propiedades forestales, dada la baja
inversión que requieren, especialmente las de dientes multifacetados que en ensayos de poda
baja provocaron un 24 % menos de defectos que sierras comúnmente denominadas “cola de
zorro”, incluso la incidencia de defectos como ramas quebradas, restos de corteza o heridas
en la base de la rama fue mínima con respecto a este último tipo de sierra.

Con relación a podas profesionales, ejecutadas por empresas de servicios específicas, quedó
evidenciado en la realización de podas bajas la superioridad de las tijeras electrónicas
Electrocoup de 3,5 cm de apretura de cizallas, por sobre tijerones Prun Off, de accionamiento
manual y con muchos años de desarrollo y empleo en podas forestales de Nueva Zelanda y
Chile.

La principal ventaja establecida por emplear tijeras electrónicas Electrocoup fue económica,
ya que debido a su mayor productividad fue factible determinar que en promedio en un lapso
no mayor de 7 meses la inversión requerida para su adquisición era recuperada. Incluso
existiría un 50 % de probabilidades de que ese tiempo pueda reducirse hasta un mínimo de
cuatro meses.

El menor tiempo de aprendizaje que requiere su empleo con relación a la tijera Prun Off,
también tiene repercusiones económicas, tanto en empresas que deben decidir que
herramienta de poda utilizarán o al analizar el costo de la rotación de personal. El diferencial
de facturación, por menor tiempo de capacitación obtenido empleando tijeras Electrocoup (15
días) frente a las tijeras Prun Off (60 días), permitiría recuperar en ese lapso algo más de 1½
veces el valor de las tijeras electrónicas.

Establecidos los montos de los diferenciales facturación diaria entre ambas tijeras y
descontados de los mismos los costos de operación de la tijera Electrocoup, se determinó que
esta, en promedio, permitía una facturación de $/día 6,54 mayor que la tijera Prun Off .

En poda media las modificaciones introducidas en la tijera Electrocoup, que habilitaron el


corte de ramas de hasta 5 cm de diámetro, permitieron establecer que los tiempos de poda por
árbol no diferían de los de poda baja, sólo se incrementaron los tiempos de búsqueda en razón
de que el operario debe ascender y descender de la escalera para acceder a las ramas. Esto
reflejó lo acertado de las reformas introducidas. Esta mejora permitió a la empresa con pocos
cambios, el de las cuchillas y reductores, unificar procedimientos en las distintas alturas de
poda en que debía operar.

A estas ventajas debe añadirse que por tratarse de tijeras electrónicas el operario no
desplegaba grandes esfuerzos físicos, que aunque no pudo determinarse científicamente por
falta de equipamiento apropiado en la región, pudo inferirse por haberse comprobado que
operarios con una edad promedio de 44 años trabajaban a un ritmo levemente superior que
otros con edad promedio de 20 años.
Aparte de contribuir a mejorar las condiciones y medio ambiente de trabajo, ya que
mayoritariamente los trabajadores calificaron a la poda con tijera electrónica como trabajo
liviano, su empleo puede considerarse que aporta beneficios sociales, ya que el trabajador
forestal puede prolongar su vida útil más allá de lo tradicional en la actividad, que
habitualmente prefiere operarios jóvenes y fuertes. Esos beneficios sociales se reflejarían en
menores costos para la seguridad social por el hecho de mantenerse el trabajador forestal en
actividad.

La empresa bajo estudio además de utilizar una herramienta de poda determinada para el
mejoramiento de las condiciones y medio ambiente de trabajo, que impactan en la gestión de
la calidad, introdujo mejoras en la organización del trabajo, pudo determinarse que el trabajo
grupal era más eficiente que el individual, como también mejoras en las condiciones de los
campamentos, de alimentación, de seguridad, de transporte del personal y en las
comunicaciones entre los distintos niveles jerárquicos que la componían.

Si bien pudo establecerse la existencia un fuerte liderazgo por parte de la dirección, buenos
niveles comunicacionales entre mandos medios y operarios, altos niveles de satisfacción
motivados por la alimentación, las condiciones generales del campamento y niveles salariales,
también se detectó un grupo menor de trabajadores donde los niveles de satisfacción eran
bajos y una falta generalizada de adhesión a la empresa.

Analizada la causa del bajo nivel de satisfacción de un grupo de operarios se estableció que
entre estos se encontraban mayoritariamente los que habían alcanzado mayor nivel de
instrucción. Dado los bajos salarios de la actividad y el mayor nivel de expectativas que puede
tener una persona con estudios, era razonable encontrar bajos niveles de motivación. Por esta
razón no es recomendable la incorporación de personal que en razón de sus estudios posea
altas expectativas; siendo probablemente los “tareferos” (cosecheros de yerba mate) uno de
los sectores laborales preferenciales para la selección de personal ya que están habituados a
operaciones de corte y sus condiciones de trabajo en general son deplorables.

En cuanto a la falta generalizada de adhesión a la empresa, la cual no puede asimilarse a falta


de motivación para el trabajo, fue posible determinarla a través del deseo mayoritario de
cambiar de fuente laboral si obtuvieran una remuneración similar en cercanías de sus
domicilios, bajo techo y donde percibieran salario familiar.

Como fruto de la misma cabría esperar una permanente rotación de personal, con impacto en
los costos de la empresa, a causa de la necesidad de entrenar continuamente nuevos obreros y
la calidad del producto, siendo probablemente el pago de salario familiar la principal causa de
retención de personal.

Esta rotación debería ser, en principio, mayor en las empresas que no utilizan las tijeras
Electrocup, debido a las mayores exigencias físicas que demanda el trabajo con los equipos en
uso, hecho no estudiado en el presente trabajo, pero que sería fácilmente verificable en un
estudio posterior. Por otra parte, el menor tiempo de entrenamiento de los nuevos trabajadores
requerido por la tecnología aquí estudiada, reduce los costos generados por la rotación del
personal.

Si bien la Gestión de la Calidad fue implementada a los fines de evitar las condiciones que
generaban transitoriedad/inestabilidad/inseguridad/ilegalidad, características comunes a la
mayor parte de empresas de servicios forestales de Misiones, podría afirmarse que en la
Pyme analizada, fundamentalmente con el sistema de pago a destajo, se mantuvieron
condiciones de inestabilidad, pudiendo vincularse a esta causa la falta de adhesión del
personal para con la empresa. Aunque no debiera de dejar de considerarse que el mismo es
consecuencia de pautas culturales y el nivel de desarrollo humano y social, del trabajador y de
la sociedad.

Actuar sobre las causas que generan inestabilidad, parecería en primer instancia una tarea que
escapa a las posibilidades de la empresa, ya que todo el entorno del negocio, clientes,
competidores, aseguradoras, marco legal, políticas estatales y sindicales, en mayor o menor
medida, gira en torno a presupuestos básicos no cuestionados, no empleándose otra forma de
controlar la producción que el pago a destajo. Lo cual en definitiva reflejaría falta de
pensamiento crítico y desaprensión por el conocimiento, que pueden traducirse en mayores
costos.

El impulso de nuevos estudios de procesos de trabajo surgiría como una estrategia a


implementar por la PYME bajo análisis, con beneficios a largo y corto plazo. Si bien el costo
de los mismos difícilmente pueda ser absorbido por esta, su canalización a través de
organizaciones estatales abocadas a la problemática es una alternativa.

Entre los beneficios de largo plazo pueden mencionarse la disponibilidad de información con
basamento científico que permita arbitrar políticas salariales eficientes, como también para la
formación de recursos humanos vocacionales que se integren a la fuerza laboral forestal,
obligación esta última del Estado y que en la actualidad es prácticamente nula.

Como beneficios de corto plazo se incluyen aquellos productos que surjan de hechos a
comprobar identificados en el presente estudio y que pueden redundar en un mejor
posicionamiento de la empresa, con la posibilidad de acceder a mayores porciones del
mercado y en la reducción de costos.

Uno de los estudios básicos a tal fin es la determinación de la carga cardiovascular del
proceso de poda con tijeras electrónicas y con tijeras tipo Prun Off. Los antecedentes
recogidos sobre el empleo de esta última en un país de clima templado como Nueva Zelanda,
donde se estableció que generaba de 110 a 130 pulsos/min, ofrece dudas de que en un clima
cálido y húmedo como el del litoral argentino, no genere consecuencias indeseables sobre la
salud del trabajador y el sistema de seguridad social.

Tal comprobación, traería aparejada la posibilidad de influenciar sobre las empresas


aseguradoras a los fines de disminuir las pólizas de seguros, por reducción de riesgos
laborales y/o de demandas por enfermedades promovidas por métodos de trabajo
inapropiados.

También permitiría a la empresa un mejor posicionamiento frente a clientes que, para acceder
a porciones de mercado que de otra forma les estarían vedados, busquen obtener la
certificación ecológica y socialmente sustentable de su manejo del bosque. Si bien
conceptualmente la empresa bajo estudio aportaría al logro de dicha certificación y el
cumplimiento de los objetivos de la misma, debe considerarse que ONG’s como FSC, que
otorga dichas certificaciones, a pesar de su alto costo, no tiene un indicador preciso respecto
de la carga laboral máxima a la que puede ser sometido un trabajador durante tiempos
prolongados, sin que su salud se resienta y que sirva a la empresa de guía precisa sobre el
método de trabajo a adoptar.
El generar foros de discusión tendientes a modificar indicadores laxos de subcriterios, como
el “de dar a los trabajadores las condiciones......y ergonómicas apropiadas para el desempeño
de las actividades”(FSC, P4.c2B., 2000:13), por otros donde se establezca taxativamente la
carga cardiovascular máxima de las operaciones de poda debe ser uno de los objetivos
prioritarios de la empresa a los fines de desplazar la competencia o mantener su mercado,
generando negocios a partir de la salud y el bienestar y no de la enfermedad.

Considerando que las empresas forestales que certifican dichas normas, están integradas a la
economía global, tanto las que han certificado en el país como en el exterior y que perciben
precios acordes con ese mercado por sus productos, sería un contrasentido no establecer
indicadores globales sobre los límites de la carga de trabajo, que orienten la ejecución de
prácticas silvícolas con el equipamiento adecuado.

Otros estudios necesarios son el establecimiento de la necesidad de un rediseño de la


empuñadura de la tijera electrónica, la dieta administrada al personal y el análisis de nuevos
procesos administrativos, de modo tal que estos no se constituyan en una restricción al
momento de incorporar personal por su radicación a mayor o menor distancia de donde se
ejecutan estos.

Si bien las recomendaciones acerca de la necesidad de impulsar nuevos estudios referentes a


aspectos parciales de procesos de trabajo de poda se orientan básicamente a la definición de
las estrategias y políticas de la empresa bajo estudio, o cualquier otra que adopte sus métodos
de trabajo, su extensión a otros actores sociales que intervienen de distintas maneras en el
negocio es inevitable.

Entre ellos es el Estado quien debiera exhibir el mayor interés en los mismos, principalmente
a través de la autoridad de aplicación de la legislación laboral y de la Superintendencia de
Seguros de Riesgos del Trabajo, los cuales a través de una actitud proactiva debieran ser los
impulsores principales de ese tipo de estudios.

Aunque es a través del conocimiento científico de los procesos de trabajo y las CYMAT como
el sistema de regulaciones laborales y las políticas de formación y capacitación de
trabajadores se alimentaría, permitiendo su actualización y la oferta de mano de obra
vocacional para el sector, la Ley 24.557 no prevé un marco para dichas actividades. La
prevención queda a cargo de las ART y la capacitación laboral para aquellos que han sufrido
accidentes y deban ser recalificados. La realidad evidencia el largo trecho que aun debe
recorrerse, altos índices de evasión previsional, como de accidentes laborales con
consecuencias fatales, indican falencias graves en las funciones específicas de contralor y
prevención.

Desafortunadamente la actividad sindical, especialmente la de UATRE, otro actor esencial


dentro de la problemática laboral, que podría también impulsar cambios en las condiciones de
trabajo y en la gestión empresaria, juega un rol intrascendente. Pudo constatarse entre los
obreros entrevistados, que OSPRERA no prestaba los servicios sociales por los cuales estos
aportaban.

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ANEXO I

SINIESTRALIDAD
Siniestralidad

Las actividades forestales se caracterizan por una combinación de condiciones difíciles,


relacionadas, con el terreno, clima riguroso, trabajo físicamente duro y las herramientas
pesadas y peligrosas.

Poschen, (1993:3-4) considera que un trabajador forestal está tres o cuatro veces más
expuesto a sufrir un accidente laboral que un agricultor. Este autor hace mención a que en
EEUU durante el período 1977-1980 la tala y tronzado de árboles produjo más accidentes
mortales que el pilotaje de aviones, aproximadamente 1,4 por millar de trabajadores
expuestos.

Dada la dificultad existente de efectuar comparaciones entre países, por la diversidad del tipo
de accidentes que se notifica, las únicas cifras susceptibles de comparaciones son las referidas
al número de accidentes mortales por millón de metros cúbicos de madera aserrada (Poschen,
1993:4). Malasia en 1990 presentó más de 6,5 accidentes mortales por millón de metros
cúbicos de madera aserrada, mientras que en el otro extremo se ubicó Suecia con una cifra
inferior a 0,5 % (Poschen, 1993:4-5) .

Considerando que la actividad maderera puede dividirse en tres categorías, silvicultura,


extracción, transformación y agrupando de similar manera los accidentes, los relacionados
con la extracción son mucho más numerosos, alcanzado el 70 % del total (Poschen, 1993).

Eeronheimo y Mäkinen (1995:24-25) comparando la seguridad forestal en Chile y Finlandia


señalan que en el primero de los países mencionados se registran anualmente en la cosecha
forestal 17 accidentes por cada cien trabajadores, mientras que para la silvicultura y las
industrias forestales 0,4 y 0,3 accidentes respectivamente por cada cien trabajadores. El total
de accidentes registrado anualmente en Chile eran 16.200, siendo 26 de ellos mortales. En
Finlandia con un volumen extraído tres veces superior, en 1992 ocurrieron 986 accidentes en
trabajos de silvicultura y cosecha, ocurriendo anualmente entre 6-8 accidentes mortales.

En la Argentina las estadísticas metódicas sobre accidentes de trabajo son muy recientes,
1996, cuando se crea la Superintendencia de Riesgos de Trabajo, aunque sólo hacen
referencia a los trabajadores declarados por las empresas. En sus estadísticas para el período
comprendido entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 1998, se reportaron 462.006 personas
siniestradas en ocasión de su trabajo, correspondiendo 7.406 a la provincia de Misiones (SRT,
1999a:5; 1999b:1).

De la Figura nº 1 surge que Misiones ocupó en 1998 el octavo lugar en frecuencia de


siniestros laborales en el país, posición que también ocupó durante 1997 junto con Tucumán y
Neuquen (SRT, 1998: tabla 14 y 1999a:29-30).
Pcia. de Entre Ríos
1.9%
Pcia. de Río Negro
1.7%

Pcia. de Santa Fé Pcia. de Misiones


10.3% 1.6%
Pcia. de Córdoba
9.2% Pcia. de Tucumán
1.5%
Pcia. de Chubut
Capital Federal Pcia. de Mendoza 1.4%
23.3% 4.4% Pcia. de Neuquén
1.4%
Pcia. de Salta
1.2%

Pcia. de San Luis


1.1%
Pcia. de San Juan
1.0%
Otros Pcia. de Chaco
17.3% 0.9%
Pcia. de Corrientes
0.8%

Pcia. de Jujuy
0.5%
Pcia. de La Pampa
0.5%
Pcia. de Santa Cruz
0.4%
Pcia. de Tierra del Fuego
0.4%
Pcia. de Catamarca
0.3%
Pcia. de Buenos Aires
35.4% Pcia. de Sgo. del Estero
0.3%
Pcia. de La Rioja
0.2%
Pcia. de Formosa
0.2%

Figura 1: Distribución de las personas siniestradas según la provincia de ocurrencia del


siniestro (SRT, 1999a:30)

En base a los hechos que originaron las lesiones y afecciones en los trabajadores, la
Superintendencia de Riesgos de Trabajo (1999a:2) estableció que a nivel nacional el 89,4%
correspondía a accidentes ocurridos en ocasión del empleo, el 7,9 % fueron accidentes de
trayecto desde y hacia el empleo (accidentes in itinere), mientras que el resto se repartió entre
manifestaciones de enfermedades profesionales y reagravaciones de lesiones profesionales
anteriores. En cambio para la provincia de Misiones (SRT, 1999b:tabla1) los accidentes in
itinere tuvieron menor importancia (4,32 %) y los accidentes en ocasión del empleo
alcanzaron 93,82 %.
En el nivel nacional, al considerarse las formas más reiteradas acerca de cómo se produjeron
los siniestros laborales, es posible observar que entre las cuatro categorías de mayor
frecuencia se agrupan el 61% de los casos. Así, proyectando los casos válidos para el
conjunto, puede afirmarse que casi 282.000 personas, en el año 1998, padecieron alguna de
las cuatro principales formas de accidente.

• choques contra objetos


• esfuerzos físicos excesivos y/o falsos movimientos 61%
• golpes por objetos (excluyendo la caída de los mismos)
• caídas a nivel

En la provincia de Misiones las formas más reiteradas de cómo se produjeron los siniestros
laborales fueron cinco categorías que agrupan el 72 % de los casos, que representaron 5348
casos en el año 1998.

• choques contra objetos


• esfuerzos físicos excesivos y/o falsos movimientos 72 %
• golpes por objetos (excluyendo la caída de los mismos)
• caídas a nivel
• caída de objetos

Pudo observase que las cuatro primeras formas acumulaban un porcentaje similar al ocurrido
en el nivel nacional, pero debe añadirse la caída de objetos que representó un poco más del 9
% de los casos.

Si se comparan la gravedad de las lesiones del informe nacional de siniestralidad del año 1998
y la correspondiente a las ocurridas en la provincia de Misiones, surge que el porcentual de
accidentes mortales duplica en esta provincia al nacional, mientras que el porcentual de
accidentes graves fue superior en un 53 % (Cuadros nº 1 y nº 2).
Cuadro nº 1: Personas siniestradas según primera estimación de la gravedad del siniestro a
nivel nacional (Fuente SRT, 1999a:14)

Frecuenci Porcentaje
Gravedad de las personas siniestradas Porcentaje
a Acumulado
Leve 445.421 96,4 96,4
Grave 15.482 3,4 99,8
Mortal 1.103 0,2 100,0
Total 462.006 100
Casos desconocidos y/o no válidos para el tabulado: 102.860

Cuadro nº 2: Personas siniestradas según primera estimación de la gravedad del siniestro en la


provincia de Misiones (Fuente SRT 1999b:tabla3)

Frecuenci Porcentaje
Gravedad de las personas siniestradas Porcentaje
a Acumulado
Leve 6.976 94,2 94,4
Grave 393 5,3 99,7
Mortal 30 0,4 100,0
Total 7406 100

De los mencionados informes surgió también que el porcentual de personas siniestradas según
la naturaleza de las lesiones no difería mayormente en su distribución entre la jurisdicción
nacional y la provincial, aunque en esta última tenían mayor significancia las heridas
punzantes y cortantes, probablemente atribuibles a los implementos utilizados en las
actividades agro-forestales y al equipamiento utilizado en los procesos más característicos de
la industria local, como también los traumatismos internos.

Considerando el porcentual de personas siniestradas en el nivel nacional, según zona del


cuerpo afectada fue posible destacar que el 23% de los trabajadores siniestrados padecieron
afecciones en las manos o en los dedos de las manos (7,3% y 15,7%, respectivamente),
mientras que a nivel provincial estos registros fueron levemente menores (6,26 % y 13,19
respectivamente)

Las heridas en la zona de los ojos - con inclusión de los párpados, la órbita y del nervio óptico
también fueron importantes en las dos jurisdicciones, el 11,1% en el nivel nacional y 10,3 % a
nivel provincial.

Las frecuencias de las lesiones en la región lumbo-sacra, columna vertebral y músculos


adyacentes y tórax superaron en la provincia de Misiones a los que se alcanzaron en todo el
país, 10,9 % y 4,6 % contra 8,2 % y 2,6 % respectivamente.

Luego, agrupando las categorías que se presentaron con mayor frecuencia, se apreció que el
23% de los casos reportados en el nivel nacional y el 26 % de los casos reportados en el nivel
provincial tuvieron lesiones en el muslo, rodilla, pierna, tobillo y pie –excluidos sus dedos-.

Al considerarse el tamaño de la empresa en la que se desempeñaba el trabajador al momento


del siniestro laboral y/o declaración de la enfermedad profesional, surgió que en el nivel
nacional las pequeñas empresas con dotación de personal de hasta 10 empleados agrupaban
apenas el 11,1% de los siniestros, mientras que más del 50% de los siniestros ocurrieron en
empresas cuyos empleadores poseen entre 50 y 1.500 trabajadores dependientes. En la
provincia de Misiones fue posible observar un comportamiento similar.

Al analizar en ambas jurisdicciones el porcentual de personas siniestradas según rama de la


actividad resultó ser diferente. Mientras que en el nivel nacional la mayor frecuencia de
siniestros se registró en la actividad manufacturera (34,4 %), seguida por los servicios
comunales, sociales y personales (17,5%), luego por la construcción (13,8 %) y el comercio,
restaurantes y hoteles (13,5 %), en la provincia de Misiones las mayores frecuencias se
observaron en la Agricultura, silvicultura, ganadería y pesca (32,3 %), seguida de la actividad
manufacturera (31 %) y de la construcción (15,6 %) (Cuadro nº 3).
Cuadro nº 3: Porcentaje de personas siniestradas según rama de actividad de la empresa en
que se desempeñaba (Fuente SRT, 1999a:26; 1999b:tabla10)

Rama de la actividad Nación Misiones


Actividades no clasificadas en otra parte 0,2 0,11
Agricultura, Silvicultura, Ganadería y Pesca 6,5 32,3
Explotación de minas y canteras 0,5 1,5
Industria Manufacturera 34,4 31
Electricidad, gas y agua 1,1 1,9
Construcción 13,8 15,6
Comercio, Restaurantes y Hoteles 13,5 7
Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones 7,3 4,5
Servicios Financieros, Inmobiliarios y Profesionales 5,2 0,6
Servicios Comunales, Sociales y Personales 17,5 5,5
Total 100 100

De la información brindada por la SRT (1999b:tabla10) para el año 1998 sobre siniestros
laborales en la provincia de Misiones surge también que la actividad silvícola y de
transformación mecánica de la madera fueron las actividades con mayor frecuencia de
siniestros (silvicultura, 19,24 % y extracción de madera 0,23 %, industria de la madera y
productos de madera y corcho 13,99 % ).

Esta información llama la atención, ya que a la inversa de lo que ocurre en otras partes del
mundo, la actividad de extracción presenta bajos índices. Ello podría atribuirse a la baja
experiencia o conocimiento de la actividad de quienes efectúan los registros y de quienes
consolidan la información.

Por otra parte las estadísticas de la SRT no permiten efectuar comparaciones empleando
indicadores similares a los de uso común en el mundo al estudiar la temática forestal, como ya
se mencionó anteriormente, número de muertos por volumen de producción.
Por tal razón se solicitó a la SRT oficialmente la posibilidad de analizar la base de datos a los
fines de arribar a los indicadores de uso común, pero por respuesta se obtuvo un
procesamiento especial para Misiones que tampoco permitió arribar a los resultados buscados.

Sin embargo la información disponible refleja, independientemente de la importancia


económica del sector y de la cantidad de personal involucrado en sus procesos, los riesgos que
para la salud del trabajador entrañan las actividades forestales, en especial las operaciones de
campo.

Según la OIT (1997) la empresa, su dirección y la cooperación de los trabajadores constituyen


el factor clave de la seguridad. Esta organización establece también que la seguridad es una
responsabilidad de la dirección, de igual importancia que otros objetivos de la empresa y que,
lejos de encomendarse a una estructura independiente regida por sus propias normas, se debe
integrar en la gestión global. Solamente si se dispone de un sistema de gestión de la
seguridad, de una plantilla de trabajadores cualificados y de un esquema profesional de
organización y planificación del trabajo los medios técnicos serán eficaces y se desarrollará
una cultura sobre la seguridad.

Uno de los elementos críticos a los fines de lograr esos objetivos es un sistema de formación
profesional abierto a todos los trabajadores y en el que se impartan unos niveles de
cualificación contrastados y certificados.

Si bien la Ley 24.557 sobre Riesgos del Trabajo (Boletín Oficial, 1995) prevé la delegación
en las ART las tengan que tengan como fin disminuir los impactos desfavorables en la salud
de los trabajadores, no se cuenta en el país con un sistema de capacitación especialmente
diseñado para satisfacer la demanda de entrenamiento orientado hacia los mismos y hacia las
empresas, no sólo con el objetivo de disminuir o prevenir accidentes sino también de
contribuir a la gestión de la calidad.

Por otra parte del Cuadro nº 4 surgiría que gran parte del empresariado aun no está preparado
o no visualiza adecuadamente la capacitación de su personal.
Cuadro 4: Personas siniestradas según niveles de cumplimiento de la normativa en higiene y
segurodad del trabajo por parte del empleador (%) (SRT, 1998: tabla 12)

Niveles Agricultura, caza, Todos los sectores


silvicultura y pesca

No cumple con las condiciones básicas de HyS 43.8 27.6


Cumple con las condiciones básicas de HyS 54 61
pero no con la normativa
Cumple con la normativa 2.2 11.1
Supera los estándares requeridos por la 0.1 0.3
normativa

Total 100 100


H y S : Higiene y seguridad

Un ejemplo cercano de un sistema de estas características es el implementado en Chile, donde


con la Reforma al Estatuto de Capacitación y Empleo, promulgada a fines de 1997, se
constituyó “una experiencia de cambio institucional particularmente inter esante, en el sentido
de aprovechar las potencialidades de un sistema orientado por la demanda, pero fortaleciendo
el rol regulador del Estado, para corregir las deficiencias ..... El especial énfasis en dar un
acceso privilegiado a los subsidios estatales ( para capacitación) a la pequeña empresa, la
diversificación de instrumentos destinados a financiar la formación de grupos vulnerables, los
incentivos tributarios para que las empresas privilegien la capacitación de sus trabajadores de
menores ingresos, la creación de comités bipartitos de capacitación en las empresas y de un
Consejo Nacional de Capacitación de carácter tripartito, son modificaciones que apuntan en la
dirección señalada” (SENCE, 1999).
ANEXO II

CUESTIONARIO
CUESTIONARIO

Operario (nombre y apellido) : Empresa :

Domicilio : Calle nº localidad

Lugar de nacimiento : fecha:

edad (años) Altura : Peso :

ESTUDIOS CÓD
Primario incompleto 1
Primario completo 2
Ciclo básico incompleto 3
Ciclo básico completo 4
Secundario incompleto 5
Secundario completo 6

Estado civil :
soltero (1) casado (2) acompañado(3) viudo (4) separado (5)
Hijos : varones mujeres
cantidad cantidad
Cuantos viven con Ud.:

Estudio de los hijos : EGB1: SECUNDARIA:


EGB2: TERCIARIO:
EGB3:

Recibe algun tipo de ayuda con el material escolar de sus hijos :


(manuales, cuadernos, becas etc.) si / no

Almuerzan o Desayunan en la escuela si / no

Sus hijos trabajan si / no

si lo hace indique de que :

Aportan dinero a su casa: si / no

Trabajo de la esposa: ama de casa 1


w fuera de la casa 2
nc 3
Quien más vive con Ud.? :
padres, suegros, hermanos 1
tíos, sobrinos, 2
hijastros 3
otros 4

Aportan dinero a su casa: si / no

Practica alguna religión o culto :


no practica 0
católico 1
culto cristiano 2
otros no identif 3
no contesta 4

VIVIENDA
Su casa es de material: si / no

Ud. alquila: si / no

Es de Iprhoda : si / no

Tiene agua corriente: si / no


Tiene electricidad: si / no

Cocinan con gas: si / no

Cuantos dormitorios tiene nº :

Esta en el pueblo si / no

TV COLOR si / no
TV BYN si / no
Tiene cable si / no
Video si / no
Audio si / no
heladera si / no
Coche si / no

tiene huerta si / no
recibe ayuda de Pro
huerta : si / no
tiene gallinero si / no
planta mandioca si / no
siembra maíz si / no
recibe semilla gratis de la Casa del
Colono si / no
TRABAJO

A que edad empezó a trabajar por un


sueldo:

En cuantas empresas trabajó en los


últimos 5 años

Que clase de trabajos realizó en los


últimos 5 años:
no tuvo 0
trabajador rural (yerba, peónrural) 1
obrero forestal 2
industria y construcción 3
servicios (comercio, transp) 4
productor agrícola 5

en cuantas estaba asegurado (le hacían


aportes) :
si (en una o más) 1
no 2
1er trabajo el actual 3
Donde trabajó antes le dieron cursos de capacitación para hacer el trabajo:
si 1
no 2
1er trabajo el actual 3

OBRA SOCIAL

actualmente tiene obra social si / no

funciona adecuadamente si 1
no 2
no uso 3
no sabe 4
regular, a veces 5

Que obra social tiene

si no funciona adecuadamente recurre


al hospital si / no

En el hospital es atendido adecuadamente si / no

Le entregan los remedios gratis si / no


ESPARCIMIENTO :
si 1
practica algún deporte (fútbol, otros
etc.) no 2
a veces 3

sale a cazar si / no
sale a pescar si / no

Concurre a algún festival, cine, teatro, circo, bailes etc. durante el año :
no 0
bailes 1
festivales 2
no identifica 3

Aproximadamente cuantas veces en el año :

Ha salido de vacaciones a algún lado en estos últimos 5 años si / no

no 0
provincia 1
fuera de la provincia 2
Países limítrofes 3
Ambos 4
no contesta 5
Paró en la casa de algún pariente si / no

MÉTODO DE TRABAJO

le genera algún tipo de malestar físico : no 0


cintura 1
mano 2
piernas 3
general 4
mano cuello general 5
nc 6

piensa que podrá realizar esta tarea durante muchos años con el equipo que usa actualmente

no corresponde, no contesta 0
si 1
no 2
no sabe 3
w liviano 4

no cont., no
Si su Herramienta se rompe/descompone, tiene corresp 0
reposición inmediata si 1
no 2
a veces no 3
CAMPAMENTO

Vivió en campamentos anteriormente : no contesta, no corresponde 0


si 1
no 2

Como encuentra este comparado con los anteriores :


campamento códig. satisfacción
no contesta 0 no contesta
Malo 1 nula
regular 2 baja
bueno 3 media
Muy bueno 4 alta
Excelente 5 muy alta

2. en
En trabajos de monte prefiere vivir en 1.su casa campamento

Tienen disponibilidad suficiente de agua potable fresca : si / no

Pueden bañarse con agua caliente todos los días: si / no

Sugeriría algo al respecto:


SEGURIDAD E HIGIENE EN EL TRABAJO

Tiene botines, casco, guantes, protectores de ojos si / no

porque no usa :
los usa si / no aclare cuales :

A sufrido accidentes : accidentes gravedad cód.


no corresp., no cont 0
si leve 1
si serio 2
si grave 3
amputación 4

aclarar tipo de accidente :

Han tenido ataques de : ataques códig.


no contesta, no corresponde 0
víboras 1
avispas/abejas 2
mosquitos 3
moscas 4
arañas 5
no 6

Otro insecto le provoca molestias: si / no cual :


El sotobosque le genera algún tipo de dificultad si, no identifica 1
no 2
isipó 3
capuera 4
uña de gato 5
no corresp., no
cont. 6

seguridad evacuación en caso de accidente


si 1
no 2
nc 3

Porque :

Sugeriría algo al respecto :

TRANSPORTE

Comparandose con otras empresas y el tipo de terreno

Considera el medio de transporte : inseguro seguro otro

razonablemente
nada confortable confortable

Sugeriría algo al respecto :


ALIMENTACIÓN

calidad de comida cantidad de comida


no contesta, 0 nc 0
mala 1 muy poca 1
regular 2 escasa 2
buena 3 suficiente 3
muy buena 4 abundante 4
Excelente 5 Muy abundante 5

variedad comida
no contesta 0
poco variada 1
variada 2
Muy variada 3

Sugeriría algo al respecto :

La provisión de agua durante la jornada de trabajo es

adecuada inadecuada

Sugeriría algo al respecto :


CALIDAD

Para que sirve que su trabajo tenga calidad :

no cont., no corresp. 0
no comprende 1
para no rehacer el trabajo 2
otra causa 3
Para satisfacer el cliente 4

La herramienta que utiliza actualmente le permite ejecutar un trabajo de calidad

herramienta/calidad
no contesta, no
Aclare corresponde 0
si 1
no 2
más o menos 3

Como hace Ud. Para controlarse los errores y corregirlos:

Autocontrol
nc 0
si 1
no 2
bien de primera 3

Cuando comete más errores:

Sugiere algo para mejorar la calidad de su trabajo.


FORMACIÓN
Ha recibido en la empresa actual algún tipo de curso o entrenamiento sobre la ejecución de su trabajo

regularidad
nc 0 capacitación
sí 1 nc 0
no 2 sí 1
no formal 3 no 2
más o menos 3

Los temas son siempre iguales varían

Aplica inmediatamente lo que le enseñan si / no

Le han dado recursos para que asista a algún curso que Ud. Ha propuesto ? si / no

Le resultan interesante los cursos interés por cursos


nc 0
si 1
no 2

comunicación horizontal, vertical,


COMUNICACIÓN HORIZONTAL liderazgo
nc 0
COMUNICACIÓN VERTICAL nula 1
regular o poca 2
LIDERAZGO buena 3
muy buena 4
excelente 5
aclaraciones :

SALARIO

satisfacción salario
nc 0
no 1
más o menos 2
si 3

Comparativamente con otras empresas que hacen el mismo trabajo

gana más igual menos no sabe

SATISFACCIÓN

Comparativamente con otras empresas sus condiciones de trabajo :

son mejores iguales peores


Cambiaría de trabajo por un salario
igual:

nc 0
no sin aportes 1
si con aportes 2
No 3

Si el salario fuera igual o menor en otra empresa porque se iría :

nc 0
Ind / comercio/servicios 1
forestal 2
cerca de la casa 3
cerca de la casa ind o com 4
Otros (ej: menos peligroso, por unpoco más de
plata) 5

aclaraciones

Cuanto más tendrían que ofrecerle para irse a trabajar a otra empresa :

Posibilidad de crecimiento personal Posibilidades de progreso


no 1
pocas 2
regulares o medianas 3
buenas 4
muy buenas o muchas 5
nc no sabe 0
jubilación
privada 1
reparto 2
no sabe 3
nc 0

conoce estado de la cuenta


no 2
si 1
nc 0
El presente cuestionario fue completado entre los meses de Marzo y Junio de 2000. Hasta el
punto “Esparcimiento” fue respondido por la totalidad de los operarios, 33. El resto lo fue por
28 trabajadores ya que cinco de ellos no lo hicieron por haber renunciado (3) o por
encontrarse desarrollando tareas en otros lugares (2).

Las entrevistas realizadas al dueño de la empresa y al capataz se efectuaron en reiteradas


oportunidades aunque sin seguir una estructura definida.

Las entrevistas (3) realizadas al dueño de la empresa que sirvió para el trabajo de
“Benchma rking”, sistema neocelandés, tampoco siguieron una estructura definida.
ANEXO III

CALIDAD DE VIDA
1. Edad, estudios y composición del grupo familiar de los trabajadores encuestados

16
En el Cuadro nº 1 se puede observar que la
17
18 edad promedio de los trabajadores, sin incluir
3% 3%
3% 3% 19

3%
3%
20 personal de supervisión, era de 28 años de
21
3%
19%
22
24
edad, con un máximo de 47 y un mínimo de
3%
26
27 16. Correspondiendo a los trabajadores de 18
3%
28
3% 29 años la mayor participación con un 19 %,
30
3% 3% 31 seguidos de los de 20 con un 10 %, los de 22
33

con un 6 % y el resto de las clases de edad


3%
3% 34
35
3%
37
10% 38 con una participación del 3% (fig n º 1).
6%
39
3% 3% 40
3% 3% 3%
44
47
Cuadro nº 1: Edad, peso y altura. Promedios,
máximos, mínimos y desvíos estándar.

Fig nº 1 : Participación por edad (%)


edad peso altura
años kg m
En cuanto al nivel de estudio obtenido por los promedio 28,00 67,4 1,70
trabajadores en el Cuadro nº 2 se puede constatar moda 18,00 70,00 1,70
que entre los mismos hay un elevado porcentaje máx 47 81,0 1,92
que no ha finalizado los estudios primarios (39%) mín 16 55,0 1,50
desv. est. 8,9 8,0 0,09
Cuadro nº 2: Nivel de estudio alcanzado
y

estudio % % acumulado
algunos de ellos han alcanzado la educación
primario incompleto 39 39
secundaria en forma parcial o completa (12
primario completo 48 87 %).
ciclo básico incompleto 6 91
ciclo básico 3 94 Contrastando el nivel educacional con la
secundario incompleto 0 97 edad (Cuadro nº 3), aunque no se encontró
secundario 3 100 una tendencia clara, llama la atención que
el mayor porcentaje de escolaridad primaria incompleta se haya registrado entre la clase de
edad 15-19,9 años, un 12%. Estos trabajadores han concurrido a la escuela primaria durante la
década del noventa, en la cual se produjo una fuerte regresión en el ingreso de las clases
sociales bajas.

En contraposición la mayor parte de los Cuadro nº 3 : Nivel de estudio por clase de edad
trabajadores con educación superior a la
primaria tienen edades superiores a los 25 escolaridad (%)
años. Edad 1 2 3 4 5 6 total
15-19,9 12 12 3 0 0 0 27
Dado que la práctica religiosa, “....recoge y 20-24,9 3 12 0 0 0 0 15
ofrece asilo al hombre y le da una seguridad 25-29,9 6 3 0 0 0 3 12
que significa estar anclado en lo 30-34,9 9 3 3 3 0 0 18
transcendente” (Frankl, 1976:63), se 35-39,9 6 12 0 0 0 0 18
consultó también a los trabajadores de esta
40-44,9 0 6 0 0 0 0 6
empresa acerca de cuales eran sus creencias
45-49,5 3 0 0 0 0 0 3
religiosas.
total 39 48 6 3 0 3 100

Sorprendentemente sólo un 58 % manifestó creencias religiosas (37 % católicos) y un 33 %


manifestó no profesar creencia alguna (Fig nº 2).

no practica católico culto cristiano otros no identif no contesta


Esto contrasta abiertamente
culto relgioso
con estadísticas de nivel
nacional o provincial, donde
9%
6%
33%
los niveles de práctica
15%
religiosa son muy
superiores.

Considerando las escasas

37%
posibilidades de desarrollo
personal que les ha ofrecido
Fig nº 2: Participación porcentual por tipo de práctica religiosa la sociedad, la actividad reli-
giosa podría ser la que
contribuya o de los
elementos
para encontrar un sentido concreto a la existencia personal o lo que es lo mismo la
“voluntad” de sentido ( Frankl, 1996:98-101).
La frustración existencial, como la no concreción de la aspiración humana por una existencia
significativa, podría derivar en neurosis “noógena” (término logoterapéutico que denota algo
que pertenece al núcleo “espiritual” de la pe rsonalidad humana) (Frankl, 1996:101-103), la
cual puede llevar a afectar su vida afectiva y de relación con consecuencias sobre su
desenvolvimiento social.

En lo referente al estado civil predominaron los trabajadores con pareja, constituidas estas
legalmente (39 %) o informalmente (23 %), mientras que los solteros representaban el 39 %
de la población encuestada (Cuadro nº 4).
Cuadro nº 4: Estado civil
participación porcentual
En cuanto a su distribución por edades en la Figura
nº 3 puede observarse que los solteros (1) se estado civil cantidad %
encontraban mayoritariamente entre los jóvenes, Solteros (1) 12 39
aquellos que se encontraban en concubinato o Casados (2) 12 39
“aco mpañados” (3), se cor respondían con los de Concubinatos
edad intermedia y entre los de mayor edad la (3) 7 23
tendencia fue que formaran matrimonios
100
legalmente constituidos (2) (Fig. nº 3).

Todos los casados (14) declararon tener hijos,


50 de los que se encontraban en concubinato seis
40 (6) declararon tener hijos y uno (1) de los
30
edad

solteros declaró tener un hijo, del cual ejercía


20
10 la tenencia y que se encontraba bajo el cuidado
0
de su madre y su padrastro. Esto hizo un total
0 1 2 3 4
estado civil
de 21 núcleos familiares, de los cuales sólo uno
escapaba a la “normal idad” y que en promedio
Fig. nº 3: Estado civil/edad
tenían 4,4 hijos cada uno. El máximo de hijos
detectado en un grupo familiar fue de 9 hijos y el mínimo 1 hijo.

Mediante análisis de regresión pudo establecerse que en la población analizada existía una
relación de tipo lineal entre edad y número de hijos, significativa al 99% de nivel confianza,
explicando la edad un 42,9 % de la variación en el total de hijos. El modelo ajustado fue el
siguiente:

Total de hijos = -2,53258 + 0,208299 * edad

En la Figura nº 4 pueden observase el total de hijos observado y estimado con relación a la


edad.

10

8
hijos total

0
16 26 36 46 56
edad

Fig. nº 4: Número de hijos estimado y observado con relación a la edad

Si bien no se pretende explicar una conducta social por medio de un modelo determinístico, la
alta tasa de natalidad en la provincia de Misiones convalidaría las observaciones efectuadas.

Diversas pueden ser las causas de este comportamiento, si bien la falta de información sobre
planificación familiar puede ser una, aunque la sanción reciente de la Ley pueda contribuir a
revertir esta situación a futuro, quizás dos sean los motivos principales de la situación
presente. Uno de ellos puede haber sido la estructura tradicionalmente rural de la población
misionera hasta la década del 80’y el otro podría ser netamente económico. El salario familiar
es una fuente de ingresos sumamente importante en la subsistencia del trabajador rural o
forestal misionero, de hecho es común entre ellos el afirmar que los días de lluvia son
utilizados para “hacer salario”...

Entre los 21 trabajadores con un total de 92 hijos, 17 enviaban a 48 niños a los niveles
iniciales de la EGB y 3 niños a la EGB 3. El resto aún no contaba con edad suficiente como
para concurrir a la escuela o bien si eran pre adolescentes o adolescentes que habían
finalizado su escuela primaria no habían continuado con sus estudios y uno sólo se había
insertado en el mercado laboral, trabajando en este último caso, tanto padre como hijo en la
empresa bajo estudio.

Consultados algunos trabajadores, con hijos a punto de finalizar la EGB 3 o que la hubieran
finalizado, acerca de las posibilidades de estudio de los hijos, manifestaron que las mismas
eran bajas debido al alto costo de los mismos. Uno de ellos manifestó que volcaría sus
esfuerzos en hacer estudiar una de sus hijas, ya que había demostrado un muy buen
desempeño en la escuela. En definitiva sus escasos recursos serían volcados en quien tenía
mayores posibilidades de éxito.

De los 17 trabajadores que enviaban sus hijos al colegio un 47 % manifestó que recibían
algún tipo de ayuda de parte de la escuela. Desagregando esta en ayuda escolar, que incluía
provisión de libros u otro elemento de estudio y en servicio de comedor escolar (desayuno o
almuerzo o merienda), en la Figura nº 5 se puede observar que un 62 % recibía ambos tipos de
ayuda, un 25 % sólo se veía beneficiado por el servicio de comedor escolar y un 13 % recibía
algún elemento de estudio.

ayuda escolar Es de resaltar que al momento de la


13%
alim. escolar
encuesta otros trabajadores con
ambas
hijos en edad escolar que
actualmente no recibían algún tipo
de apoyo escolar manifestaron que
25%
en años anteriores algunos de los
62% planes estatales de apoyo a la
educación sí los cubrían.

De lo recogido entre los

Fig nº 5: Porcentaje de trabajadores cubiertos trabajadores de esta empresa

por ayuda social en la escuela surgirían las

escasas posibilidades que les ofrece el sistema educativo para que sus hijos puedan aspirar a
una mejor educación, en virtud de su imposibilidad de solventar los costos. Si bien esta
situación no puede traspolarse a todo el universo de hijos de trabajadores forestales, debe
tenerse en cuenta el efecto negativo que a futuro puedan tener los bajos niveles educacionales
en la gestión de la calidad.

Otro factor económico que incidiría en esta situación fue la muy baja inserción de las
compañeras o esposas, del grupo encuestado, en el mercado laboral. Sólo 2 de las 20
trabajaban fuera de sus casas, una como portera en un colegio y la otra como empleada
doméstica. Esto no implica que las que no trabajaban fuera no hicieran aportes económicos
extras al mantenimiento del hogar, ya que el 45 % de ellas poseen huerta y en una proporción
levemente inferior también cultivan mandioca, maíz y tenían gallinero.

Hay que añadir también que 7 parejas (35 % del total) hacen frente a la crianza de uno o dos
niños más, en uno de los casos no aclaró cuantos ni grado de vínculo, en otro señaló hacerse
cargo de un sobrino (1), otro de un criado (1) y en 4 casos de hijos de parejas anteriores de la
mujer (2 en cada caso y en dos manifestaron haberlos reconocido). Esto hizo que el promedio
de menores a cargo del trabajador de esta empresa se elevara a 4,9 por cada núcleo familiar
con hijos.

De los 12 trabajadores solteros, 4 vivían con su madre y numerosos hermanos, entre 9 y 5,


grupo familiar en el que en algunos casos eran la cabeza y en todos aportaban al
sostenimiento económico. Otros dos vivían con ambos padres y sus hermanos y uno de ellos
no aportaba económicamente al grupo y otro dos vivían con su hermano o su tío, siendo
también responsables del mantenimiento del hogar. Otro vivía con su madre, su padrastro y su
hijo, siendo la única fuente de ingreso de dinero en efectivo y un último trabajador de los que
respondió a esta pregunta afirmó que vivía solamente con su padre.

2. Experiencia laboral anterior

En la población analizada la edad modal a la que comenzaron a trabajar por un sueldo fue a
los 16 años. Si bien hay casos extremos, como la incorporación de un trabajador a los 45 años
y otro a los 23, debido a que anteriormente se dedicaban a tareas agrícolas en sus respectivas
chacras y a causa de la situación del agro buscaron trabajo fuera de su minifundio, el 80 % de
los trabajadores de esta empresa fue incorporado al mercado laboral a edades muy tempranas,
entre los 10 y 16 años (Fig. nº 6).
Es menester aclarar también que muchos de ellos manifestaron haber trabajado de niños o en
su adolescencia con sus padres en tareas rurales.

Es común que en la cosecha de yerba mate, “tar efa”, varios integrantes del núcleo familiar
conformen una cuadrilla lo que les permite alcanzar los kilogramos necesarios para alcanzar o
superar los $/día 10.

10 11 12 13 14 15 16 17 18 20 23 45
Estas tempranas edades de
edad de iniciación laboral
inserción en el mercado laboral
hacen que en el presente, con una
3 3 6 3
6 3
6 edad promedio de 28 años, los
12
12 trabajadores encuestados
exhibieran una antigüedad
6
3 promedio de 12 años con un
37 máximo de 28 y un mínimo de
1año.

Fig n º 6: Edad de iniciación laboral


Requeridos acerca de cuantos
empleos habían tenido en los
últimos 5 años, se obtuvo como valor modal que estos trabajadores habían estado
anteriormente en 1 empresa (61 % de los entrevistados), antes de ingresar a la actual, aunque
algunos de ellos habían acumulado hasta 5 cambios de empresa. Considerando que otro 18 %
había cambiado de empresa 2 veces en 5 años podría presuponerse que el perfil seleccionado
se orientó hacia trabajadores que han rotado poco en sus fuentes laborales.

primer trabajo Consultados acerca si en sus


no
si
trabajos anteriores habían recibido
9% algún tipo de capacitación formal
21%
para la ejecución de las tareas
encomendadas el 70 % respondió
que no y un 21 % respondió que sí.
70% El resto correspondió a trabajadores
que se iniciaban en la empresa
actual (Fig. nº 7).
Fig nº 7: Capacitación en trabajos
anteriores
no tuvo trabajador rural
En cuanto al tipo de actividad
obrero forestal industria y construcción
servicios productor agrícola realizada por estos trabajadores en

12%
3% 6% los últimos 5 años, el 46 % de
ellos manifestó haber realizado
tareas rurales, mayoritariamente
cosecha de yerba, contrastando
contra sólo un 6 % de
27% 6% 46% trabajadores con antecedentes en
actividades forestales (Fig. nº 8 ).
Fig. nº 8: Tipo de empleo en los últimos 5 años

Esto encontraría su respuesta en el hecho de que la empresa madre de la cual surge esta
empresa de servicios era un establecimiento yerbatero.

Como consecuencia de ello su esquema de captación de personal se orientaría fuertemente


hacia trabajadores de la “tarefa” y tendría como ventaja el hecho de que los mismos cuenten
con experiencia en el corte de ramas con tijeras. Redundado esto en que la curva de
aprendizaje sea menor.

Si bien llama la atención también el alto porcentaje de trabajadores procedentes de actividades


industriales y de la construcción, mayormente secaderos de té y molinos de yerba mate, sólo
tres procedían de aserraderos, de la construcción y de la industria del calzado, la crisis en la
que se encuentran inmersos esos sectores explicaría el hecho de que hayan recurrido a esta
fuente laboral.

El 12 % de trabajadores procedentes del área servicios, se habían desempeñado como


choferes, empleados de comercio y como jockey de caballos de carrera.

3. Beneficios sociales

Todos los trabajadores de la empresa bajo estudio aportaban a la obra social sindical
OSPRERA perteneciente al Sindicato de Trabajadores Rurales y de la Estiba de la República
Argentina (UATRE), según marcan las leyes correspondientes.
Consultados acerca del funcionamiento de la misma el 61 % de los encuestados respondió que
esta no funcionaba y sólo un 9 % manifestó hacer uso de ella. El 6 % que no hacía uso se
correspondió con trabajadores solteros y un 24 % que respondió que no sabían si funcionaba,
mayormente casados, era porque recurrían al hospital público.

Cuadro nº 5: Empleo de Consultados acerca del uso que hacían de los servicios del
los servicios de Osprera hospital público sólo un 6 % contestó que no recurría a él, de lo
cual se desprende que hacían uso exclusivo de la obra social. Otro
12 % no hacía uso del hospital, resultando todos ellos solteros y
Func. OS %
jóvenes, lo que reflejaba que le daban menor importancia al tema
no funciona 61
salud y de acuerdo con la consulta anterior surgiría que un 6% de
sí funciona 9
ellos desconoce como es el mecanismo de salud. En cambio sí
no usan 6
hacía uso del hospital público un 82 % de los encuestados,
no saben 24
evidenciando el 96 % satisfacción por la atención recibida y
100
manifestando el 41 % de ellos recibir siempre medicamentos y un 7
% en ocasiones (Cuadro nº5).

Estas respuestas reflejan la importancia del hospital público para los sectores asalariados de
más bajo nivel, aun cuando sus prestaciones se han visto afectadas por años de reducciones
presupuestarias y de utilización política, ya que en los hospitales provinciales, los directores
de establecimientos y muchos de sus profesionales son nombrados por las autoridades
provinciales del área respectiva y sin concurso de antecedentes.

Estas prestaciones por parte del estado provincial, más allá de sus falencias, contribuyen a que
la gestión empresarial no se vea dificultada por conflictos generados por reclamos de parte del
trabajador, que aporta obligatoriamente a una obra social determinada y no recibe una
contraprestación adecuada o que esté a su alcance, careciendo también de la posibilidad de
hacer valer sus derechos como ciudadano.

Quizás el nuevo régimen a implementar permita superar estas dificultades pero la falta de
detalles sobre como se implementará el sistema solidario propuesto por el ejecutivo nacional,
impide profundizar su análisis y el impacto sobre la gestión empresaria.
Entre los beneficios sociales se puede incluir el acceso a la vivienda, siendo la fuente de
acceso a la vivienda social el Estado Provincial a través del IPRODHA, el cual en el presente
caso a beneficiado a 6 (18 %) de los trabajadores de la empresa (Cuadro nº 6).

Otros pequeños beneficios que recibe parte de la población son los planes de intervención,
nacionales (ProHuerta) o provinciales (Casa del Colono), tendientes a abaratar y diversificar
la alimentación de la misma por medio de la entrega gratuita de semillas, con el
correspondiente apoyo técnico, para el cultivo de verduras y hortalizas. Con estos planes se
benefició el 33 % de los trabajadores.

4. Calidad de vida

Cuadro nº 6: Características de la vivienda Del Cuadro nº 6 surge


que la mayoría de los
total casa material IPRODHA alquila nº dormitorios trabajadores, 67 %,
urbana 22 7 5 2 2,4 tienen su hogar en
rural 11 3 1 0 2,4 zonas urbanas. Siendo
propietarios de su
total 33 10 6 2 2,4 vivienda, ellos o su
% 33 18 6 grupo familiar, un 94
% de los entrevistados.

Si bien el 33 % poseía vivienda de material, a la que han accedido mayormente a través de


planes sociales, no podría considerarse que todos los que viven en casas de madera lo hagan
en condiciones precarias, ya que este tipo de construcción ha sido el típico en la provincia
durante muchos años y su técnica de construcción adquirió cierto desarrollo. Podrían sí estas
últimas, considerarse de menor categoría que las de material, por el hecho de carecer de
aislantes contra humedad, ruidos o temperaturas extremas.

La cantidad de dormitorios promedio por vivienda declarada por los entrevistados no reflejó
por su parte condiciones generalizadas de hacinamiento y promiscuidad.
Cuadro nº 7: Acceso a servicios y a elementos de confort

agua potable electricidad gas heladera tv (color) video audio auto


total 12 26 15 17 19 (14) 3 16 6
% 36 79 45 51 57 (42) 9 48 18

El acceso a cierto servicios básicos, como la electricidad, resultó elevado considerando que
había un porcentaje alto de población rural, 33% (Cuadro nº 7). Junto con la posesión de
ciertos elementos de confort, algunos básicos como la heladera (51 %) y otros de distracción
e información como el televisor y equipos de audio (57 y 48 % respectivamente), son reflejo
de pautas de vida con cierto nivel de exigencias que debieran ser consideradas al momento de
pensar el campamento que los aloja.

Por otra parte la posesión de equipos de video (9%) y coches (18%) que refleja que un grupo
de trabajadores posee expectativas de calidad de vida que podrían considerarse altas.

El bajo porcentaje (36 %) de viviendas con agua potable podría considerarse como reflejo de
que gran parte de los trabajadores que habitan en áreas urbanas aun conserva pautas de vida
rural, ya que le asignaron a ese servicio menor prioridad. También influye que el servicio en
muchas localidades de Misiones es extremadamente caro (aprox $/m3 1), por lo que prefieren
obtener agua de pozos, con los riesgos que conlleva. El uso mayoritario de leña en lugar de
gas licuado sería otra pauta de conducta también de áreas rurales.

La práctica de deportes si bien no


fútbol pesca ambos ninguno
práctica de deportes sería un indicador concreto de la
calidad de vida de los trabajadores
36% 40% encuestados, tiene importancia ya
que es importante desde el punto
de la vida social del individuo y
también porque contribuye al
12% 12%
desarrollo de la masa muscular.
Fig. n º 9: Práctica de deportes, porcentual de
Entre quienes practicaban
participación por tipo de actividad
deportes se identificaron tres grupos, un grupo practicaba fútbol (40 %), otro la pesca (12 %)
y el tercero ambos (12%) (Fig nº 9).

Estos deportes eran practicados no sólo los fines de semana cuando concurrían a sus
localidades de origen, donde inclusive en algún caso practicaban fútbol a nivel de liga
provincial, sino también durante los fines en que permanecían en el campamento.

En cuanto a la vida social fuera del ámbito familiar la mayoría carecía de ella, 17 contestaron
que no concurrían a ningún lugar de esparcimiento, aduciendo el alto costo del mismo, es
destacar que 15 de ellos eran casados o tenían pareja, lo cual refleja que el cambio de estado
civil modificó sus prioridades independientemente de que tuvieran hijos o no. De los solteros
uno era menor de edad (Cuadro nº 8).

Los casados o con pareja que destinaban tiempo a esparcimientos fueron 6 y normalmente
concurrían a festivales que se
Cuadro nº 8 : Actividades de esparcimiento
organizaban en sus pueblos y
eventualmente concurrían al
Sitios esparcimiento cantidad frec. promedio anual
circo o parque de diversiones
no concurren 17
que pasaba por el lugar. Si
Bailes 10 7
bien la frecuencia anual con
fiestas populares 6 7
que lo hacían era baja, 1 ó 2
veces al año, la presencia de un trabajador con domicilio en la periferia de Posadas que
manifestó salir prácticamente todos los fines de semana, elevó la media del estrato.

De los solteros la mayoría, 10, manifestaron concurrir a algún lugar de esparcimiento durante
los fines de semana, aunque la frecuencia con que lo hacían presentó una gran variación. El
lugar preferido a donde concurrían eran bailes pero también manifestaron hacerlo a festivales
y otros eventos.

Otra forma de esparcimiento sobre la que se les consultó fue la de haber pasado vacaciones en
otro lugar distinto al de su residencia, 7 manifestaron haber efectuado algún tipo de viaje en
los últimos 5 años, 2 de ellos al Paraguay y 5 dentro del territorio provincial. El alojamiento
excepto en un caso fue en casa de parientes.
ANEXO IV

MEDIO AMBIENTE DE TRABAJO


Alimentación

1. Servicio de almuerzo y menú de la empresa contratista de poda con empleo del


método neocelandés. Características.

La vianda era enviada en un contenedor que mantenía la temperatura, divido en dos secciones,
lo que permitía separar los distintos componentes del plato principal. Sin embargo fue posible
escuchar quejas de que la comida arribaba al área de trabajo fría.

Junto con la vianda se enviaba pan y una fruta (de temporada: naranja, manzana, banana), de
acuerdo con el menú también se enviaban pequeños sachets de aderezo.

El menú variaba cada 15 días reconociendo la encargada un menú de verano y otro de


invierno. El de verano incluía comidas frías.

Los platos no fueron preseleccionados por un dietólogo, se esperaba contar con el


asesoramiento de uno. La filosofía básica era cocinar aquellos platos que fueran de la cocina
habitual de la región.

Poroto, arroz, carne frita


Pastel de papas asado
Marinera con ensalada
Pollo asado
Albóndigas con papas o arroz
Polenta
Locro
Milanesa
Estofado con tallarines

Verano :
Milanesas de pollo con ensalada o papas fritas
Peceto al horno mechado (3 rodajas/vianda)
Había también viandas para el personal que estaba a dieta por razones de salud
Comida sin sal, livianas como churrasco con puré etc.
2. Servicio de almuerzo y menú de la empresa bajo estudio. Características.

Cuadro nº 1: Principales platos preparados en el campamento de la


empresa bajo estudio En el Cuadro nº 1
se presentan
Menú 1 Menú 2 Menú 3 Menú 4 algunos de los
3 latas de 3 paquetes de 5 kg arroz 3 kg poroto menús que el
arvejas arvejas hervido negro cocinero mencionó
4 kg de arroz 4 kg de arroz Salsa 6 caldos como usuales para
6 kg de carne 6 kg de carne ½ litro tomate 6 cebollas los almuerzos,
triturado consignando
6 caldos 6 caldos 6 kg de carne 5 kg de también la
puchero cantidad de

Orégano 6 caldos 3 paq. de elementos que

fideos empleaba en su

perejil orégano condimentos elaboración.

pimientos pimientos
Valor calórico Valor calórico Valor calórico Algunos de esos
total total total menús fueron

616 calorías 765 calorías 840 calorías consultados a la

55 % HC 58 % HC 57 % HC Lic. en Nutrición

21 % Proteínas 22 % Proteínas 22 % S. Garciarena,

23 de grasas 20 de grasas Proteínas adjuntándose al

21 % de pie los valores

grasas calóricos por

Desayuno : reviro porción

Cena: tortilla de harina; sobrante de la comida del mediodía. considerando 33


comensales, en
hidratos de carbono, proteínas y grasas, que determinó mediante tablas específicas (Cenexa,
1997). Cabe aclarar que a la mencionada profesional se le indicó que considerara el trabajo
que realizaban los trabajadores como medio pesado.

Garciarena (com. Pers., 2000) adjuntó también las siguientes observaciones :


* El valor calórico en las tres preparaciones sería inadecuado (bajo) y los porcentajes de C,
Prot. y Gr no cubren los porcentajes requeridos. Seguramente las proporciones mencionadas
incluyen aceite, el cual no fue calculado en la fórmula, al igual que el pan o la galleta.

* Las preparaciones se realizan con muy poca variedad de alimentos, de los 5 grupos de
alimentos que existen, estas preparaciones sólo tienen alimentos de 2 grupos.

* La falta de frutas y verduras limita el aporte de alimentos reguladores (vitaminas y


minerales).

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