Semillas Mejoradas

“Cuando se habla de semilla mejorada, esta se relaciona a aquella semilla que ha llevado un proceso de
tratamiento genético, que en CENTA los denominamos tradicionales o normales y no tienen ninguna alteración
transgénica, sino que es el mejoramiento tradicional que se dan dentro de los programas de investigación que
llevamos en esta institución”, según lo explicó el experto en investigación y desarrollo técnico del CENTA, Manuel
Osorio.

Una de las razones por las que se perfecciona la semilla consiste en el rendimiento, para que un productor
coseche entre 49 a 50 quintales de producto en una manzana de terreno. Otro de los motivos para sembrar este
tipo de producto es su resistencia a la sequía.

¿Por qué sembrar semilla mejorada año con año? Según explicó el experto, el grano que se suele dejar los
agricultores para próximas siembras se deteriora y a medida que pasan dos o tres cosechas el rendimiento
disminuye.

“Esto se da porque no todos los productores tienen el mismo material en sus alrededores y el maíz es de
polinización cruzada, es decir, que para fecundarse agarra polen de todos lados, pero también de su misma
planta y si se poliniza de diferentes maíces llega un momento en que pierde su identidad y por lo tanto hay que
volver al origen para que pueda restituirse y tener nuevamente el material que fue caracterizado cuando se
mejoró la planta”, argumentó Osorio.

La polinización es el proceso de transferencia de polen desde los estambres al pistilo a través del viento, agua o
insectos como las abejas, mariposas, entre otros.

“Hay una diferencia en el proceso de polinización cuando se trata de un hibrido o de polinización abierta, por
ejemplo, cuando se trata de un hibrido normalmente tenemos un padre y una madre; a la madre le quitamos la
flor y dejamos al padre para que polinice y después que poliniza el padre a la madre sacamos al padre y solo
cosechamos la madre, y ese es la semilla que entregamos a los productores, mientras que en la polinización
abierta todos polinizan a todos”, indicó Osorio.

La diferencia en ambas polinizaciones se ve reflejado en el producto, porque para el maíz H59 -que es un hibrido-
la planta es uniforme en altura, mientras que en la polinización abierta hay diferentes alturas como es el caso del
CENTA Pasaquina.

Para la regeneración de una semilla que ha estado en campo de producción por cinco años y ha perdido sus
características originales, el proceso se tiene que iniciar desde cero y para ello los técnicos sacan el grano
almacenado en el banco de germoplasma y este se siembra en las estaciones experimentales (terreno destinado
para este tipo de siembra) y se comienza a multiplicar.

“En un año siendo eficiente se pueden hacer hasta tres ciclos para el mejoramiento de la semilla, pero
normalmente se hacen dos ciclos por año y si uno ve que la mejora no es factible tiene que ir al siguiente año a
otros dos ciclos, hasta obtener la mejor calidad del producto”, explicó el técnico.

Para que una semilla pueda estar en manos de los productores debe considerarse que tenga proceso de
germinación y desarrollo alto, porque de lo contrario el rendimiento de la cosecha puede ser bajo.

Una vez obtenida la producción con las características necesarias es entregada a las cooperativas productoras
de semilla mejorada, quienes se encargan de producir y masificarla. Es de aquí donde salen los miles de quintales
que luego serán entregados en paquetes de 25 libras a agricultores a nivel nacional.

Las características que tendrá el producto para ser validado son: por su rendimiento, el color, el tamaño,
resistente a plagas y enfermedades, es decir, tienen que cumplir estos requisitos para que el grano sea favorable
para la producción.

El H59 es el grano que más se entrega en los paquetes agrícolas que el gobierno brinda a los productores,
además del CENTA Pasaquina. De acuerdo al especialista del CENTA en los últimos años se ha obtenido una
producción record a nivel nacional.