Вы находитесь на странице: 1из 3

Miércoles 8 de agosto de 2018

Proyecto de Ley Interrupción voluntaria del embarazo

Mensaje Senador de la Nación Daniel A. Lovera

Para fundamentar mi voto quiero comenzar diciendo que me parece un acto de sensatez y
honestidad intelectual explicar el lugar desde el que hablamos.

Soy militante del partido justicialista y del humanismo cristiano y como tal reivindico los
principios de la libertad, la solidaridad, la dignidad, el desarrollo integral de las personas, y la
justicia social.

Hablo también desde la responsabilidad que tengo como legislador de la Nación y como
representante de la provincia de La Pampa.

Como ya lo anticipé hace algunas semanas, mi voto es estrictamente político, cargado de esa
responsabilidad y en nombre de la representatividad para la cual he sido electo; mi voto está
consensuado orgánicamente con nuestro gobernador, los diputados y la senadora de nuestro
partido, a partir del análisis minucioso que hacemos de todos los temas.

Ya se ha dicho cientos de veces que estamos frente a un problema de salud pública. No


debatimos si estamos a favor o en contra del aborto, debatimos sobre una práctica que ocurre
en nuestro país, y que seguirá ocurriendo; debatimos si vamos a permitir que se mantenga en
la clandestinidad y se siga cobrando la vida de mujeres o si vamos a hacer algo para que la
situación cambie. Se trata de un ejercicio de ética pública, no de ética personal.

Estamos frente a una problemática que necesita una respuesta concreta por parte del Estado.
Es evidente que la política de penalización ha fracasado: no evita que las mujeres interrumpan
sus embarazos, sólo las empuja a la clandestinidad.

Lo ha afirmado en esta Cámara el Ministro de Salud de la Nación: los países, como el nuestro,
con marcos legales restrictivos no reducen el número de abortos, sino que aumentan la
proporción de abortos inseguros. Por el contrario, los países que han legalizado la práctica han
visto disminuir los índices de mortalidad y las hospitalizaciones por complicaciones.

Este proyecto de Ley no propone que se abra el “juego del aborto” de manera discrecional,
sino todo lo contrario.

Debemos entender y dejar de subestimar a las mujeres con la idea de que irán corriendo a
someterse a una intervención de este tipo, utilizando esta ley como método anticonceptivo. Y
la verdad, nada más lejos de eso. Estamos hablando de una práctica que requiere del
acompañamiento de la mujer durante todo el proceso, seguramente implica una decisión muy
difícil, que no puedo imaginar, pero que forma parte de una elección libre que se toma en
situaciones particulares y personalísimas que bajo ningún punto de vista debemos juzgar, sino
acompañar y por supuesto, tenemos la obligación de regular.

Por ello, creo en la política como herramienta fundamental para transformar la realidad, y en
el Estado como el principal promotor del bien común y al servicio de la dignidad y la libertad
de las personas. Creo en la justicia social como la condición de eficacia para lograrlo,
asegurando la igualdad de oportunidades y la inclusión social.

El aborto, la compleja situación de encontrarse ante un embarazo no deseado, atraviesa a


mujeres de todas las clases sociales. Pero afecta especialmente a las de menores recursos, ya
que, en general, son ellas las que mueren, por llevar adelante la interrupción del embarazo en
pésimas condiciones sanitarias.

Interrumpir un embarazo es un acto violento, y pensar que alguna mujer acude a esa práctica
sin sopesar sus razones, sentimientos o posibilidades, es no comprender la problemática que
encierra para el cuerpo, el corazón y la mente de una mujer.

No podemos seguir legislando sobre los cuerpos de las mujeres. Debemos educar en la
anticoncepción para la planificación familiar, y acompañar para evitar la muerte o los daños a
la salud psíquica y física que trae la clandestinidad para quienes han decidido no continuar con
un embarazo.

Tenemos la oportunidad de contar con una herramienta que garantice a esas mujeres el
acceso a servicios sanitarios seguros, a consejerías de asesoramiento en salud sexual y
reproductiva y a métodos anticonceptivos. Estamos hablando de la consolidación de una
política pública integral en materia de salud, tal como lo venimos haciendo en mi provincia
desde hace algunos años.

Nos toca a los legisladores pensar cómo seremos recordados por la Historia. Mientras la
sociedad avanza y reclama nuevas definiciones, ¿vamos estar a la altura de esas amplias
voluntades populares o vamos a seguir negando hipócritamente una de las principales causas
de mortalidad de las mujeres, avalando los riesgos de la desigualdad?

Ocupamos una banca pública, nos eligieron para que legislemos en pos de mejorar la calidad
de vida de los argentinos y hoy tenemos que tomar una decisión: Y tenemos 2 opciones:
podemos dejar que las cosas sigan como hasta ahora, ignorando la realidad que viven miles de
mujeres, o podemos garantizarles la igualdad de oportunidades y el pleno goce de sus
derechos: la libertad, la autonomía y la vida digna.
Estoy convencido que la media sanción que vino de Diputados es perfectible, pero al no ser
posible lograr el dictamen con las modificaciones propuestas, voy a votar a favor el proyecto
que tenemos en consideración.

Quiero expresar lo que ciento, ciento que entre todos tenemos que trabajar para terminar con
las divisiones extremas. Terminar con las divisiones es imprescindible para construir. Es muy
importante tener una sociedad políticamente atenta e ideológicamente movilizada. Pero
también es importante que la sociedad esté en paz.

La militancia es una herramienta clave para que las voces se alcen con criterio y sabiduría, pero
al momento que las manos se levanten en este recinto y cualquiera sea el resultado final, esa
militancia tiene que cambiar la estrategia porque, democráticamente, una decisión habrá sido
tomada.

Es clave que sepamos, desde nuestra responsabilidad ciudadana, que la militancia de hoy no
puede convertirse en la venganza de mañana.

Si desde nuestro espacio personal no acordamos con la decisión que los parlamentarios tomen
en el día de hoy, será momento de transformar nuestra militancia en paz, porque las
represalias desde la violencia sabemos en qué terminan y los argentinos no nos merecemos
eso.

Вам также может понравиться