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1 El Archivo Casasola, Copyright@ 1985, 2013 by Monica Stevens

México, Ayer... y Hoy


El Archivo Casasola
Copyright@1985, 2013 by Monica Jones

La época más trascendente de la historia de México -- sin hablar de la Guerra de Independencia de 1810
-- es, sin duda, el periodo de la revolución de 1910. Este conflicto político, la primera revolución social
del Siglo XX, trajo consigo importantes cambios, no solamente en lo social y en el gobierno, sino también
en lo que se refiere a la industria, modas, costumbres y actitudes.

En 1920 se dejó venir la "modernización industrial" que duró hasta mediados de los 30s. Se instalaron
tuberías, se reemplazó el alumbrado público de gas con un nuevo sistema y se comenzaron a retirar de
la circulación los carruajes tirados por caballos, sustituyéndolos por autos motorizados. En 1904, se
comenzó la construcción del Palacio de Bellas Artes, en 1920 la Oficina de Correos y en 1910 se inauguró
la Columna de la Independencia, con su magnífica Victoria Alada -- irónicamente habiendo puesto la
primera piedra de la construcción el General Porfirio Díaz el 3 de enero de 1902.

En los turbulentos años de principios de siglo se sucedieron una serie de eventos que paulatinamente
fueron dando forma a la historia contemporánea de México.

Sería imposible mencionarlos todos en este momento. Sin embargo, ¡qué atractivo y ameno resultaría
estudiar la historia de México a través de fotografías de la época, en vez de leer sólo las descripciones
que pueden o no ser exactas, dependiendo del punto de vista del autor del documento! ¿Imposible?
Desde luego que no. Aún cuando otros países cuenten únicamente con pergaminos y códices escritos,
testigos ciegos de la veracidad de sus orígenes, México cuenta con la riqueza de una historia gráfica que
presenta llana y abiertamente las realidades de la Revolución Mexicana, del asesinato de Zapata en
Cuautla en 1919, de Carranza en 1920 y de Villa en 1923. Podemos remontarnos al pasado y observar
nosotros mismos a la gente que huía de las zonas de peligro durante la "Decena Trágica" -- el
levantamiento de Bernardo Reyes y de Félix Díaz contra Francisco I. Madero en febrero de 1913 -- el
rostro del usurpador Huerta y su derrota en 1914 y la procesión en favor del líder revolucionario cubano
Julio Antonio Mella, asesinado en México en 1929 -- encabezada nada menos que por el pintor
mexicano Diego Rivera.

El Archivo Casasola, una colección de más de 600,000 fotografías hoy digitalizadas, rompe las barreras
de la remota y complicada historia mexicana de principios del Siglo XX -- difícil de comprender y de
sentir para la juventud de hoy -- y la convierte en algo tangible, actual, con ilustraciones gráficas de
gestos y poses al alcance de cualquier mexicano. De este modo, la historia de México ya no es derecho
exclusivo del intelectual o de la clase media, sino que abarca también al pueblo en general, sea cual sea
su grado de cultura.
2 El Archivo Casasola, Copyright@ 1985, 2013 by Monica Stevens

Así, a través de la historia gráfica de Agustín Casasola, Porfirio Díaz, Villa, Zapata, Obregón, Carranza,
Fierro y Ángeles ya no son solamente nombres sin rostro en la historia de México, sino personas con una
identidad, con expresiones y actitudes que dicen más que cualquier litro de historia.

Todos nos hemos preguntado alguna vez cuánto hay de verdad en los relatos de los viejos, cómo serían
realmente los revolucionarios, la Guerra de los Cristeros en 1926, los fusilamientos, Manuel M. Ponce,
Justo Sierra, el antiguo Paseo de la Reforma, Doña Virginia Fábregas, la Alameda y el Hipódromo de la
Condesa y la respuesta está en la colección de fotografías de la Fototeca de la Ciudad de Pachuca,
Hidalgo, ubicado en el antiguo Convento de San Francisco, sede del Archivo Casasola desde 1976,
cuando el gobierno de México compró la colección de fotografías a la familia Casasola.

http://sinafo.inah.gob.mx/pagina-ejemplo/fototeca-nacional/

Dentro del Archivo existen varias facetas y su versatilidad complementa en forma admirable los trabajos
literarios de Mariano Azuela, John Reed, la "Autobiografía de José Clemente Orozco" y el "México de
Posada" de Ron Tyler.

Agustín Víctor Casasola, fundador del Archivo Casasola, fungía como fotógrafo de prensa allá por 1900
para el periódico "El Tiempo". Contaba también con su propia agencia de fotografía a través de la cuál
distribuía material a todo el país. Gozaba de gran reputación y poco a poco otros diarios le fueron
invitando a colaborar con ellos, entre los cuales estaba "El Imparcial", uno de los periódicos más
controvertidos de la época. Así, el trabajo de Casasola le permitió estar presente en los grandes
acontecimientos de México, desde reuniones del gabinete de Días, hasta el fusilamiento del Capitán
Fortino Sámano en 1917 (una de sus fotografías más impresionantes).

Durante los últimos años del Porfiriato, Casasola se ocupó de cubrir cautelosamente la campaña de
Madero contra Días, pero como todos los demás, enfocó su trabajo especialmente hacia las últimas
actividades del dictador, quien a través de la celebración del Centenario de la Independencia Mexicana
trataba en vano de distraer la atención popular de los graves conflictos políticos existentes en el país.
Sin embargo, aún al tiempo mismo de los preparativos para las fiestas patrias, el Centro y Norte del país
se preparaban para levantarse en armas y finalmente en 1911, la dictadura de 30 años cayó en poder de
los revolucionarios y Don Porfirio fue exiliado a Europa.

Así. mientras Diego Rivera estudiaba pintura en España, la Huelga de Río Blanco se reprimía con lujo de
fuerza y Madero terminaba su libro "La Sucesión Presidencial de 1910", la reputación de Casasola iba en
aumento y el número de fotografías del archivo crecía de acuerdo con los turbulentos acontecimientos
que modificaban la vida diaria de México.

Al tiempo de las primeras balas revolucionarias, Agustín Casasola contaba con 35 años de edad y había
ya fundado la primera Asociación de Fotógrafos de Prensa en México, a la que pertenecía también su
hermano Miguel. En 1911, tan pronto ocupó Madero la silla presidencial el 6 de noviembre de 1911, le
invitó a visitar la exhibición fotográfica organizada por los miembros de la asociación, cuyo tema
principal era el movimiento de "No Reelección" y la lucha armada encabezada por el mismo Madero. De
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ahí en adelante, Casasola demostró una singular capacidad de adaptación a los interminables cambios
políticos con la misma rapidez con que se sucedían, algo muy difícil de lograr en aquella época.

Pero aún manteniéndose al margen de los disturbios, los conflictos políticos disolvieron la asociación
fotográfica y "El Tiempo" dejó de publicarse. En 1914 se clausuró también "El Imparcial" con el triunfo
de los constitucionalistas y Casasola se quedó solo. No contaba ya más que con su reputación, su
experiencia y su agudo sentido comercial para sobrevivir.

Junto con su hermano Miguel y su hijo Gustavo (años después Editor del Archivo) empezó a trabajar
como fotógrafo independiente, proporcionando fotografías tanto a los diarios mexicanos como a los del
extranjero.

La época de la Revolución Mexicana fue de arduo trabajo para los Casasola y las funciones oficiales
continuaron siendo su especialidad, de entrevistas a los diferentes presidentes que iban ocupando el
poder según el curso de la guerra, a las giras políticas, a las recepciones diplomáticas y a las celebración
cívicas.

Después de la Revolución, Casasola fue contratado por el Presidente Álvaro Obregón y luego por
Plutarco Elías Calles como jefe de fotografía de su gobierno en el área del Registro Público de la
Propiedad y en los Archivos Judiciales de la Cárcel de Belén. Para estas fechas, el Archivo contaba con
cientos de miles de negativos que se iban sumando a la ya famosa colección.

El interés de Casasola por realizar una crónica fotográfica le llevó a publicar su "Álbum Histórico Gráfico"
en 1921 (que siendo la primera crónica revolucionaria en México, sirvió como base posteriormente a
escritores, pintores y muralistas). El álbum no hablaba solamente de la lucha armada, sino que contenía
innumerables fotografías de personalidades de la época, eventos sociales, parques, fuentes, orfelinatos,
prisiones, restaurantes, tiples del Teatro Principal, escenas de Vodevil, equilibristas del Circo Orrín,
pulquerías, calles y avenidas, modas, los "combates de flores", las kermesses y hasta le popular tranvía.

Se requirió de la gran visión de Casasola para haber sabido que estos detalles cotidianos,
aparentemente sin importancia, constituirían el fundamento de nuestros conocimientos del México
antiguo; del México de nuestro abuelos, por medio del cuál el país ha llegado a ser lo que es hoy en
2015.

Este proyecto se continuó en volúmenes subsecuentes a los que se iban sumando las fotografías de los
nuevos regímenes presidenciales y culminó con la publicación de Gustavo Casasola de "Seis Siglos de
Historia Gráfica de México" y de los 10 volúmenes de la "Historia Gráfica de la Revolución Mexicana".

Estos dos publicaciones son los proyectos editoriales más ambiciosos y completos de la historia de la
fotografía en México,

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