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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0704/2012

Sucre, 13 de agosto de 2012

SALA LIQUIDADORA TRANSITORIA


Magistrado Relator: Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales
Acción de amparo constitucional

Expediente: 2010-21950-44-AAC
Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 002/2010 de 2 de junio, cursante de fs. 144 a 145 vta., pronunciada dentro
de la acción de amparo constitucional interpuesta por Eduardo Antonio Belmonte Mostajo contra
Elías Fernando Ganam Cortez, ex Fiscal Distrital a.i. y Williams Dávila Salcedo, actual Fiscal
Departamental, ambos de La Paz; y, Aly Rosario Venegas Miranda, Fiscal de Materia.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

El accionante, por memorial presentado el 25 de mayo de 2010, cursante de fs. 85 a 90 vta.,


manifestó:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

El 15 de mayo de 2009, presentó denuncia ante la Fiscalía contra Julio Cesar De La Torre Nemi por la
presunta comisión de los delitos de estafa y falsedad ideológica, asignándose a Robert Vargas
Fuentes como Fiscal de Materia, quien habiendo realizado los actos investigativos, encontró
elementos de convicción suficientes, por lo que mediante Resolución 042/09 de 1 de octubre de
2009, imputó formalmente al denunciado; empero, durante el tiempo en que el Fiscal de Materia
referido salió de vacaciones, se hizo cargo en suplencia la Fiscal de Materia Aly Rosario Venegas
Miranda, quien dispuso se vuelva a notificar a las partes con la designación de perito. Señala que el
30 de noviembre de ese año, fue designado el referido, para realizar y cumplir con los puntos de
pericia establecidos en el requerimiento de 30 del mismo mes y año señalados, para su
cumplimiento se expidió el requerimiento de 19 de enero de 2010, a efecto de que se presenten los
documentos contables necesarios pero la Fiscal de Materia antes citada ”concluyó de manera
arbitraria e infundada la investigación” (sic), disponiendo a través de la Resolución 002/10 de 2 de
febrero de 2010, el sobreseimiento, sin que se realice la diligencia de la investigación solicitada,
ordenada y no concluida -pericia contable-, cuyo objeto era “1) establecer que los resultados
registrados en los estados financieros de la empresa 'TECNOELECTRICA S.A', guardan directa relación
con el movimiento contable financiero declarado y sustentado en los registros contables de la
gestión 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008. 2) Verificar el movimiento y modificaciones realizadas en el
patrimonio de la empresa, los mismos que deberán estar debidamente respaldados (…) 3) Verificar
las utilidades o pérdidas declaradas…” (sic).
Manifiesta asimismo que con esta prueba, pudo demostrarse la “participación criminal del imputado
en la estafa, los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal y demostrar que grado de
responsabilidad penal” (sic), por lo que objetó la Resolución 002/10 de Sobreseimiento, la misma
que fue confirmada por el Fiscal Departamental a.i. codemandado a través de la Resolución 031/10
de 2 de marzo de 2010.

Por ello al haber dictado el sobreseimiento antes del plazo del vencimiento de los seis meses, sin
conminar la entrega oportuna del peritaje, ni menos valorar el mismo, el Ministerio Público vulneró
sus derechos al debido proceso, a la defensa, a la “seguridad jurídica”, a la transparencia, a la
igualdad, y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones, toda vez
que la fiscal de materia tenía la obligación de valorar y agotar todas las pruebas que sean
pertinentes en la investigación.

Por lo precedentemente expuesto, demanda en la presente acción tutelar a la Fiscal de Materia Aly
Rosario Venegas Miranda; asimismo, señala que interpuso el accionante la objeción al
sobreseimiento, misma que fue resuelta por el Fiscal Departamental, a través de la Resolución F.G.C.
S-031/10 de 2 de marzo de 2010, confirmándola con el fundamento de “Que no se ha podido
determinar el grado de participación del Sr. Julio Cesar de la Torre Nemi en los delitos denunciados,
considerando a que no se ha podido realizar una pericia, la cual es fundamento de la impugnación,
sin embargo, cabe aclarar que en ese tipo de resolución se debe considerar los elementos
constitutivos que coadyuven con el fiscal a emitir una resolución de acusación” (sic),
consiguientemente dicho fallo a criterio del accionante es ilegal, arbitrario e indebido, por lo que
demanda también al Fiscal Departamental a.i Elías Fernando Ganam Cortez.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

El accionante, considera que se lesionaron sus derechos a ser protegido oportuna y efectivamente
por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, al debido proceso, a
la defensa, y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones, a gozar
de igualdad de oportunidades para ejercer durante el proceso las facultades y los derechos que les
asistan, a ser oído como víctima antes de cada decisión judicial, citando al efecto los arts. 115, 119 y
121 de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela y como resultado de ello: a) Se deje sin efecto la Resolución 002/10
pronunciada por la Fiscal de Materia Aly Rosario Venegas Miranda y la Resolución F.G.C. S-031/10,
emitida por el Fiscal Departamental a.i. Elías Fernando Ganam Cortez; y, b) Se disponga la
prosecución de la investigación hasta dictar el acto conclusivo que corresponda

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 2 de junio de 2010, según consta en acta cursante de fs. 139 a 143,
se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

El accionante a través de su abogado, ratificó la acción de amparo constitucional

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas.


Aly Rosario Venegas Miranda Fiscal de Materia, mediante informe escrito de 21 de mayo de 2010, de
fs. 112 señaló que actuó en suplencia legal del Fiscal Robert Vargas Fuentes por quince días a partir
del 25 de enero de 2010, y presentándose en audiencia, manifestó que: 1) Dictó una Resolución de
sobreseimiento en base a los documentos y las investigaciones que constaban en el cuaderno de
investigaciones; y, 2) El 12 de mayo de 2009, Eduardo Antonio Belmonte Mostajo -hoy accionante-,
presentó querella por la presunta comisión del delito de estafa y falsedad ideológica, solicitó la
pericia que indica y que recién en noviembre de 2009, se nombró al perito, por lo que ”hasta la
fecha en que ha sido nombrado el perito ya han transcurrido más de nueve meses de investigación,
es por eso que la suscrita fiscal ha dictado la resolución de sobreseimiento en febrero de 2010” (sic).

Asimismo el Fiscal Departamental, presentó informe escrito el 2 de junio de 2010, a través del cual
señaló que su autoridad no tuvo ninguna participación en el caso, “por lo expuesto mal puedo hacer
alguna otra fundamentación al respecto” (sic) (fs. 138).

I.2.3.Intervencion del tercero interesado.

El tercero interesado Julio Cesar De La Torre Nemi, mediante sus abogados refirió que el ahora
accionante incumplió la carga de diligenciar la pericia que propuso a tiempo de reformular su
querella; asimismo, la finalidad de ésta era cuantificar el supuesto daño económico, y la calificación
del daño procede sólo conforme a una sentencia condenatoria ejecutoriada; señaló también, que la
pericia ya no puede realizarse porque ya se agotó el plazo de la etapa preparatoria, por lo que las
controversias suscitadas debían ser resueltas a través del arbitraje conforme a la ”escritura pública
218/2002” (sic).

I.2.4 Resolución

La Sala Social y Administrativa Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal
Departamental de Justicia- de La Paz, constituida en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución
002/2010 de 2 de junio, cursante de fs. 144 a 145 vta., concediendo la tutela solicitada y
disponiendo la nulidad de las Resoluciones F.G.C.S. 031/10 y 002/10 emitidos por el Fiscal
Departamental a.i. y la Fiscal de Materia, para que concluya la investigación, con los siguientes
fundamentos: i) Se impugna la decisión asumida por la Fiscal de Materia y el Fiscal Departamental a.i
demandados, en las Resoluciones de sobreseimiento 002/10 y Ratificatorio F.G.C. S-031/10, con el
argumento que no se cumplió la investigación dispuesta por el Fiscal de Materia Robert Vargas
Fuentes, ya que al haber dispuesto la realización de una labor pericial a cargo del auditor Lucio
Enrique Ponce Moncada, éste trabajo no se realizó y con ésta omisión la Fiscal de Materia dio por
concluido el caso, antes del plazo de vencimiento de los seis meses; ii) La Fiscal de Materia
codemandada Aly Rosario Venegas Miranda al emitir la Resolución 002/10 no observó los arts. 70,
302, 323 inc. 3) y 134 del Código de Procedimiento Penal (CPP), toda vez que: “el trabajo de
investigación aún no ha concluido, por cuanto estaba pendiente la verificación de la prueba pericial y
al no haberse agotado todos los medios de prueba propuestos no puede considerarse por concluida
la investigación” (sic) y no puede señalarse a priori que las mismas son insuficientes para disponer el
sobreseimiento; iii) La Fiscal de Materia, tenía la obligación de valorar y agotar todas las pruebas que
estén pendientes en la investigación, debió conminar la entrega del peritaje, además de conocer y
valorar el mismo; y, iv) No se demostró el vencimiento de los seis meses, por cuanto el mismo se
cumplía el 1 de marzo de 2010, y la autoridad estaba en la obligación de exigir la entrega de la
prueba y valorar la misma.

I.3. Consideraciones de Sala


Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; la
Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora Transitoria,
posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de la liquidación de
las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de diciembre de 2011, en
el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida competencia, se procedió al sorteo de
la presente causa, dictándose resolución dentro del plazo.

II. CONCLUSIONES

Hecha la debida compulsa de los antecedentes, se llega a las siguientes conclusiones:

II.1. Eduardo Antonio Belmonte Mostajo, presentó el 15 de mayo de 2009, querella penal contra
Julio Cesar De La Torre Nemi, por la presunta comisión de los delitos de estafa y falsedad ideológica,
así mismo pide a efecto de “cuantificar el monto de la estafa” (sic), se disponga por el Colegio
Departamental de Auditores, que “se envíe una terna de la cual deberá designarse a un perito
auditor a efectos de que realice una auditoría financiera y contable de la empresa TECNOLOGIA
ELECTRICA Y MECANICA SOCIEDAD ANONIMA” (sic) (fs. 66 a 67).

II.2. Cursa requerimiento fiscal de 1 de junio de 2009, por el que se dispuso se remita terna de
profesionales auditores, señalando su experiencia en cuanto a la realización de auditorías financieras
y contables en empresas (fs. 68).

II.3. Cursa Resolución 042/09 de 1 de octubre, emitida por el Fiscal de Materia Robert Vargas
Fuentes, por la que se imputa formalmente a Julio Cesar De La Torre Nemi, por la presunta comisión
de los delitos de estafa y falsedad ideológica (fs. 8 a 9 vta.).

II.4. Cursa designación de perito de 30 de noviembre de 2009, estableciéndose los siguientes


puntos de pericia: a) Establecer que los resultados registrados en los estados financieros de la
empresa “TECNOELECTRICA S.A.”, guardan directa relación con el movimiento contable financiero
declarado y sustentado en los registros de las gestiones 2004 a 2008; b) Verificar el movimiento y
modificaciones realizadas en el patrimonio de la empresa; c) Verificar las utilidades o pérdidas
declaradas, con los formularios respectivos de impuesto; d) Revisión y verificación del pago de
impuestos, considerando el Impuesto al Valor Agregado (IVA), Impuesto a las Transacciones (IT),
Impuesto a las Utilidades de las Empresas (IUE), así como la presentación de los estados financieros
con informe de auditoria externa, si correspondiese y el formulario “110 RC-IVA” (sic); e) Revisión y
verificación del pago de aportes y retenciones a la Caja Nacional de Salud (CNS) y “las
Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP s ) (sic); f) Revisión y análisis de los estados
financieros presentados y declarados al Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), de las gestiones
2004 a 2008; g) El perito deberá acudir a la empresa con el objetivo de que se le entreguen todos los
documentos necesarios para el desarrollo de su labor; y, h) Como resultado del examen se
determinara al valor patrimonial proporcional de las acciones de la empresa “TECNOELECTRICA S.A.”
(fs. 70 y vta.).

II.5. Requerimiento fiscal dirigido al Gerente y/o administrativo de la Empresa “TECNOELECTRICA


S.A” de 19 de enero de 2010, por el que se dispone que la empresa exhiba o propicie el acceso de los
elementos que se consignan en el requerimiento de designación de perito (fs. 71).

II.6. Cursa a fs. 69 memorial de 27 de enero de 2010, presentado por Eduardo Antonio Belmonte
Mostajo -ahora accionante-, dirigido al Fiscal de Materia Robert Vargas Fuentes, por el que denuncia
y solicita auxilio de la fuerza pública, en sentido de que el perito designado no pudo tener acceso a
los documentos que requería para realizar la pericia, toda vez que personal de la empresa
“TECNOELECTRICA S.A.” le negó el ingreso y lo agredieron.

II.7. El 2 de febrero de 2010, se emitió la Resolución de sobreseimiento 002/10 a favor de Julio


Cesar De La Torre Nemi, por la que se establece que “en base a los antecedentes que orientaron la
investigación, la fundamentación realizada y con la facultad conferida por el inc. 3) del Art. 323 de la
Ley 1970, decreta SOBRESEIMIENTO, por el delito de Estafa previsto y sancionado por el Art. 335 del
Código Penal a favor de JULIO CESAR DE LA TORRE NEMI por ser los elementos de prueba
insuficientes para fundamentar una acusación” (sic) (fs. 13 a 16).

II.8. Eduardo Antonio Belmonte Mostajo, dándose por notificado impugnó la resolución de
sobreseimiento, en base a los siguientes fundamentos: 1) La Fiscal de Materia Aly Rosario Venegas
Miranda en conocimiento de la existencia de un peritaje que fue ordenado pero no concluido,
ordenó que nuevamente se notificara a las partes con la designación del perito, notificación que
tampoco se cumplió, toda vez que, se emitió el apresurado sobreseimiento; 2) La pericia es
necesaria para cuantificar la estafa; 3) Julio Cesar De La Torre Nemi, admitió su responsabilidad
penal resarciendo parcialmente el daño económico causado, por ello luego de iniciada la acción
penal hizo desembolsos a su favor; 4) La Fiscal de Materia establece que los elementos probatorios
son insuficientes; sin embargo, dicta sobreseimiento, sin afirmar que el hecho no sea delito, porque
la prueba documental aportada es abundante y contundente; y, 5) Por ello, pide se revoque la
Resolución 002/10 dictada por Aly Rosario Venegas Miranda y se disponga la continuación de las
investigaciones (fs. 76 a 78).

II.9. La Fiscalía Departamental de La Paz, el 2 de marzo de 2010, emitió la Resolución F.G.C. S-


031/10, por la que ratificó la Resolución de sobreseimiento, en base a los siguientes fundamentos: i)
Julio Cesar De La Torre Nemi, mediante poder general de administración 482/1998, revocado el 3 de
julio de 2007, tenía facultad de realizar todo acto jurídico valido en el trafico jurídico, por lo que
Eduardo Antonio Belmonte Mostajo tenía conocimiento de todo el movimiento económico que
realizaba la empresa; ii) Por la certificación de 16 de noviembre de 2009, se establece que se canceló
$us 20 000.- (veinte mil dólares estadounidenses) a Eduardo Antonio Belmonte Mostajo, por parte
de la empresa “TECNOELECTRICA S.A.”; iii) No se cumplió la cláusula de acudir a un tribunal arbitral,
por cualquier divergencia en la sociedad, entre la sociedad y cualquier accionista o entre los
accionistas con motivo de la sociedad; por lo que “la divergencia que tiene otro tipo de solución al
conflicto entre partes la cual es el arbitraje, debe realizarse antes de optar por la prosecución de la
causa penal, pues es de ULTIMA RATIO” (sic); iv) No existen elementos de convicción suficientes que
permitan sostener que Julio Cesar De La Torre Nemi adecuo su conducta al tipo penal de estafa; y, v)
Que la fundamentación realizada guarda coherencia con los hechos, señalando la “carencia de
elementos de convicción para fundar acusación y la antelación del Derecho Penal” (sic) ( fs. 79 a 80
vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO


El accionante denuncia que dentro del proceso penal que sigue por la presunta comisión de los
delitos de estafa y falsedad ideológica contra Julio Cesar De La Torre Nemi, la Fiscal de Materia
codemandada en suplencia legal del Fiscal Robert Vargas Fuentes, emitió Resolución de
sobreseimiento, sin aguardar, ni valorar los resultados que podía otorgar la pericia contable que se
solicitó sea realizada en la empresa “TECNOELECTRICA S.A.”, dicha resolución fue ratificada por el
Fiscal Departamental a.i. codemandado, con los mismos fundamentos, por lo que considera
vulnerados sus derechos a ser protegido oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el
ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, al debido proceso, a la defensa, y a una justicia
plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones, a gozar de igualdad de
oportunidades para ejercer durante el proceso las facultades y los derechos que les asistan, y a ser
oído como víctima antes de cada decisión judicial. En consecuencia, corresponde determinar si los
extremos demandados son evidentes, para otorgar o denegar la tutela solicitada.

III.1. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional

El art. 128 de la CPE, ha previsto la acción de amparo constitucional, contra todos los actos u
omisiones ilegales o indebidos cometidos por servidores públicos o personas particulares o
colectivas, que restrinjan, supriman o amenacen restringir los derechos reconocidos por la Norma
Suprema y las leyes, constituyendo una garantía jurisdiccional extraordinaria mediante la cual el
accionante hace posible la restitución de sus derechos y garantías fundamentales restringidos,
suprimidos o amenazados de restricción o supresión, obteniendo la tutela y la reposición en el
ejercicio de los mismos.

III.2. El derecho al debido proceso.

“Sobre el debido proceso, el Tribunal Constitucional, en cuanto no es contrario al orden


constitucional vigente, asume el entendimiento adoptado en la SC 0683/2011-R de 16 de mayo, que
señaló que el debido proceso es: '… el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo, en el
que sus derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a
todos aquellos que se hallen en una situación similar; es decir, comprende el conjunto de requisitos
que deben observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas puedan defenderse
adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar esos derechos
reconocidos por la Constitución Política del Estado así como los Convenios y Tratados
Internacionales '.

Sobre los elementos que componen al debido proceso, toda vez que no es contrario al orden
constitucional vigente, este Tribunal asume el entendimiento expresado en la SC 0531/2011-R de 25
de abril, que de forma enunciativa establece como elementos esenciales de este derecho, entre
otros, al … 'derecho a un proceso público; derecho al juez natural; derecho a la igualdad procesal de
las partes; derecho a no declarar contra si mismo; garantía de presunción de inocencia; derecho a la
comunicación previa de la acusación; derecho a la defensa material y técnica; concesión al inculpado
del tiempo y los medios para su defensa; derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas; derecho a la
congruencia entre acusación y condena; el principio del non bis in idem; derecho a la valoración
razonable de la prueba; derecho a la motivación y congruencia de las decisiones'.

La base principista de la Constitución Política del Estado vigente se halla precisada en el art. 178.I de
la CPE, donde se establece que: 'La potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y se
sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad,
celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad,
participación ciudadana, armonía social y respeto a los derechos'.

El principio de celeridad procesal que impone a los administradores de justicia el deber jurídico de
despachar los asuntos sometidos a su conocimiento, sin dilaciones indebidas, se vincula a su vez al
principio de economía procesal, que a decir de Rodolfo Espinoza Zevallos 'obliga al Juez como
director del proceso a tratar de reducir actos procesales por inútiles o reiterativos, sin afectar el
imperativo que las actuaciones requieran, (…) consiste en el ahorro de tiempo, esfuerzo y,
consecuentemente, dinero o gastos durante el proceso' (El derecho procesal Constitucional
Peruano, Tomo I. Primera edición. Lima-Perú 2005, p. 382-383)” (SC 0053/2012 de 9 de abril).

III.3. Sobre el derecho a la defensa


Refiriéndose al derecho a la defensa, la SC 0952/2002-R de 13 de agosto, estableció lo
siguiente:“…todo tribunal o autoridad que tenga como facultad juzgar o imponer una sanción, está
obligado a respetar las normas del debido proceso, entre las cuales, se encuentran el derecho a la
defensa, que implica no sólo ser citado al inicio de la acción interpuesta, sino también la notificación
posterior de cada una de las actuaciones, pues a partir de ellas, el procesado podrá presentar todas
las pruebas que considere demostrarán su inocencia, así como también podrá presentar cuanto
recurso le faculte la Ley.

(…)

en ese orden y concordante con lo expuesto, el mismo art. 16 de la Constitución, en su numeral IV


prescribe: 'Nadie puede ser condenado a pena alguna sin haber sido oído y juzgado previamente en
proceso legal...', mandato del que se infiere, que no obstante de que el juzgador debe respetar y
garantizar el derecho a la defensa, está impedido expresamente de aplicar una condena o sanción
cuando el citado derecho ha sido vulnerado en la tramitación del proceso. En este caso, la sanción
no puede ser impuesta por ningún motivo y el procesado puede rehusarse a cumplirla hasta que se
regularice el procedimiento indebido al que fue sometido”.

Así también, en la SC. 1536/2011-R de 11 de octubre se estableció: “En ese sentido, la jurisprudencia
contenida en la SC 1534/2003-R definió al derecho a la defensa como '...potestad inviolable del
individuo a ser escuchado en juicio presentando las pruebas que estime convenientes en su
descargo, haciendo uso efectivo de los recursos que la ley le franquea. Asimismo, implica la
observancia del conjunto de requisitos de cada instancia procesal en las mismas condiciones con
quien lo procesa, a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente…'; jurisprudencia
que ha sido reiterada en la SSCC 0183/2010-R, 02817/2010-R, entre otras”.

III.4. Sobre el derecho de acceso a la justicia

Al respecto la SC 2029/2010-R de 9 de noviembre señaló: “En ese entendido, el derecho de acceso a


la justicia, presupone la existencia de escasas formalidades con la finalidad que las personas lleguen
efectivamente al sistema judicial, debido a que las ritualidades le quiten eficacia a los derechos y
garantías reconocidas por las normas contenidas en el bloque de constitucionalidad. Por tal motivo,
teniendo en cuenta la protección especial que le brinda el Estado a la familia y la importancia que
ésta tiene dentro de la sociedad, la administración de la justicia en sus resoluciones o en la
dilucidación de las controversias debe buscar el fin supremo de fallar en justicia, dejando de lado los
obstáculos procesales cuando la verdad es tangible y cierta la lesión de derechos y garantías
constitucionales, debiendo -en esos casos- removerse los impedimentos formales para alcanzar una
justicia más ajustada a la verdad material.

Este Tribunal, en la SC 1138/2004-R de 12 de agosto que hizo referencia al derecho a una justicia
material, que se desprendía del art. 1.II de la CPEabrg. (…) el Estado Democrático de Derecho tiene
como uno de sus pilares el valor de la justicia (art.1.II de la CPE), de ahí se desprende que el
ciudadano tiene derecho a una justicia material, en la que la independencia del Poder Judicial y, en
particular, de los jueces, tiene por única función garantizar que sus decisiones sean producto de
apreciaciones jurídicas, sometidas a las formas y métodos prescritos por la ley y por la ciencia del
derecho, no como entienden algunas autoridades, un mecanismo para proteger la 'institucionalidad
judicial' por encima de sus deberes constitucionales y, de esta manera, aislar a la justicia del resto
del Estado y colocarse a espaldas de la sociedad. El principio de seguridad jurídica refuerza esta idea,
al garantizarle al ciudadano que la actividad judicial procurará, en todo caso y por encima de toda
consideración, garantizar la efectiva protección de sus derechos constitucionales y legales
accediendo a una justicia material o verdaderamente eficaz no una aplicación formal y mecánica de
la ley, por el contrario, lograr que las consecuencias mismas de una decisión judicial debe significar
una efectiva materialización de los principios, valores y derechos constitucionales.

En similar, sentido, la SC 0548/2007 estableció: '(…) se desprende, como una vivificación del valor
superior 'justicia' la obligación, en la tarea de administrar justicia, de procurar la realización de la
'justicia material', como el objetivo axiológico y final para el que fueron creadas el conjunto de
instituciones, jueces y tribunales, así como normas materiales y adjetivas destinadas a la solución de
la conflictividad social; en síntesis, la justicia material es la cúspide de la justicia, donde encuentra
realización el contenido axiológico de la justicia; por ello, está encargada a todos los órganos de
administración de justicia; empero, cuando dicha realización ha sido soslayada, es deber de la
jurisdicción constitucional procurarla mediante los mecanismos instrumentados para ello, como el
recurso de amparo constitucional, no como una instancia más dentro del proceso judicial, sino como
la vía por medio de la cual, se despejan, en determinados casos, aquellas dudas o vacíos que impiden
la vigencia verdadera de los derechos materiales de las personas'.

La jurisprudencia glosada, guarda coherencia con el principio de prevalencia del derecho sustancial
respecto al derecho formal, partiendo de la distinción que efectúa la doctrina entre el derecho
material, de fondo o sustantivo y el derecho formal, ritual o adjetivo; el primero, como su nombre lo
indica, es sustancial pues consagra en abstracto los derechos; el segundo, establece la forma de la
actividad jurisdiccional, cuya finalidad es la realización de tales derechos, es decir se traduce en un
medio que tienen los integrantes de una determinada sociedad para lograr la efectiva tutela de sus
derechos. De ahí, el derecho formal tiene una naturaleza instrumental y adjetiva frente al derecho
sustancial.

En ese contexto, la doctrina y la jurisprudencia comparada reconocen el denominado 'principio de


prevalencia del derecho sustancial', que se ha desarrollado ante la problemática emergente de la
prevalencia de lo formal o lo material que tiene particular importancia en materia constitucional.
Este principio ha tenido un profuso desarrollo en Colombia, donde se encuentra inclusive
consagrado en el art. 228 de su Constitución Política que al respecto estipula que: 'La Administración
de Justicia es función pública. Sus decisiones son independientes. Las actuaciones serán públicas y
permanentes con las excepciones que establezca la ley y en ellas prevalecerá el derecho sustancial
(…)'; en el mismo sentido, la jurisprudencia de la Corte Constitucional Colombiana a través de la
Sentencia C1512/00 de 8 de noviembre de 2000 ha precisado que: '(…) La prevalencia del derecho
sustancial, según el mandato del artículo 228 de la Carta, constituye un imperativo dentro del
ordenamiento jurídico y, muy especialmente, en lo relativo a las actuaciones destinadas a cumplir
con la actividad judicial, pues permite realizar los fines estatales de protección y realización del
derecho de las personas, así como de otorgar una verdadera garantía de acceso a la administración
de justicia pronta y cumplida'.

De acuerdo a la doctrina este principio supone que las formalidades no impidan el logro de los
objetivos del derecho sustancial, por ello en virtud a él, siempre que el derecho sustancial se pueda
cumplir a cabalidad, el incumplimiento u inobservancia de las formalidades no debe ser causal para
que aquél no surta efecto. Siguiendo con la jurisprudencia de la Corte Constitucional de Colombia
glosada, se debe señalar que: '…Lo anterior no significa que se pueda caer en el permanente error de
considerar el principio de la primacía del derecho sustancial sobre el formal como un postulado
constitucional excluyente que impide la coexistencia de las normas sustantivas y formales, pues,
como se ha visto, con éstas se logra dar vigencia a principios que encuentran sustento
constitucional'.

El principio de prevalencia del derecho sustancial sobre el formal, se desprende del valor-principio
justicia, que es uno de los pilares fundamentales del Estado democrático de derecho y que se
encuentra consagrado por el art. 8.II de la CPE, pues en mérito a éste los ciudadanos tienen derecho
a la justicia material, así se ha plasmado en el art. 180.I de la CPE, que ha consagrado como uno de
los principios de la justicia ordinaria el de 'verdad material', debiendo enfatizarse que ese principio
se hace extensivo a todas las jurisdicciones, y también a la justicia constitucional.

De este modo se debe entender que la garantía del debido proceso, con la que especialmente se
vincula el derecho formal, no ha sido instituida para salvaguardar un ritualismo procesal estéril que
no es un fin en si mismo, sino esencialmente para salvaguardar un orden justo que no es posible
cuando, pese a la evidente lesión de derechos, prima la forma al fondo, pues a través del
procedimiento se pretende lograr una finalidad más alta cual es la tutela efectiva de los derechos.

En este sentido, debe considerarse que la Constitución Política del Estado, en el art. 9.4, establece
como fines y funciones esenciales del Estado, 'Garantizar el cumplimiento de los principios, valores,
derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución'. En coherencia con dicha
norma, el art. 13.I de la CPE, establece que el Estado tiene el deber de promover, proteger y respetar
los derechos.

El art. 115 de la CPE, reconoce el derecho de acceso a la justicia, haciendo hincapié en la protección
oportuna y efectiva de los derechos e intereses legítimos, conforme al siguiente texto: 'Toda persona
será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e
intereses legítimos'.

Por otra parte, el art. 196 establece que 'El Tribunal Constitucional Plurinacional vela por la
supremacía de la Constitución, ejerce el control de constitucionalidad, y precautela el respeto y la
vigencia de los derechos y las garantías constitucionales'.

De las normas glosadas, fundamentalmente del art. 9.4 de la CPE, se puede concluir que, siendo uno
de los fines del Estado garantizar el cumplimiento de los derechos reconocidos en la Constitución, la
administración de justicia tiene que regirse sobre la base de principios que orienten la actividad del
juez constitucional, haciendo efectiva dicha función, debiendo para ello, prevalecer -como se tiene
dicho- el derecho sustancial respecto a las formalidades.

Esta conclusión, por otra parte, es refrendada por el contenido del derecho de acceso a la justicia
previsto en el art. 115 de la CPE, pues la norma constitucional establece que la protección de los
jueces y tribunales respecto a sus derechos e intereses legítimos, debe ser oportuna y efectiva; de
ahí, precisamente, la necesidad de orientar la labor del juzgador mediante principios que posibiliten
la protección del derecho de manera efectiva, sin que las exigencias formales impidan su protección
oportuna y efectiva; pues, no debe de olvidarse que uno de las finalidades de la justicia
constitucional es precautelar el respeto y la vigencia de derechos y garantías constitucionales”.

III.5. Derecho a la igualdad

La SC 1063/2011-R de 11 de julio, señalo que resulta preciso remitirse a lo establecido en la SC


0327/2010-R de 15 de junio, que sobre el particular señaló que: “ '…la igualdad en el ámbito procesal
está prevista como una garantía jurisdiccional por el art. 119.I de la CPE, al establecer que: «Las
partes en conflicto gozarán de igualdad de oportunidades para ejercer durante el proceso las
facultades y los derechos que les asistan, sea por la vía ordinaria o por la indígena originaria
campesina»; por tanto, es un principio al que están sujetos las autoridades que conocen un caso
concreto; y también se convierte en un derecho exigible para los sujetos procesales'.

Por su parte la SC 0828/2006-R de 22 de agosto, en cuanto al derecho a la igualdad ha señalado que


es entendida como: «…la garantía de no discriminación por razones de «raza, sexo, idioma, religión,
opinión política o de otra índole, origen, condición económica o social, u otra cualquiera»; texto
constitucional del cual se extrae una precisa enunciación de las causas por las que no se puede
generar discriminación, así como un mandato abierto que proyecta la prohibición de discriminación
a un alcance casi absoluto, de tal modo que nadie puede ser discriminado por motivo alguno que no
sea justificado; al mismo tiempo, el principio de igualdad, en un sentido acorde con el estado social y
democrático de derecho, que consagra el deber estatal de equilibrar las diferencias sociales, tiene
una naturaleza que lo proyecta como un mecanismo de equilibrio (SC 0022/2006, de 18 de abril);
que en el aspecto procesal significa la igualdad frente a la aplicación de la ley por parte del
Juzgador…»”.

III.6. Derecho a ser oído como víctima

La SC 1859/2010-R de 25 de octubre, puntualizó: "El Estado Plurinacional, se sustenta entre otros, en


los valores de igualdad y equilibrio, conforme se encuentra previsto en el art. 8.I de la CPE; así el art.
14.I de la referida Ley Fundamental, establece que 'Todo ser humano tiene personalidad y capacidad
jurídica con arreglo a las leyes y goza de los derechos reconocidos por esta Constitución, sin
distinción alguna'; con referencia a la igualdad procesal, el art. 119.I. de la CPE, establece que: 'Las
partes en conflicto gozarán de igualdad de oportunidades para ejercer durante el proceso, las
facultades y los derechos que les asistan, sea por la vía ordinaria o por la indígena originaria
campesina'.

Por su parte, el art. 76 del CPP, señala que se '…considera víctima: a) A las personas directamente
ofendidas por el delito; b) Al cónyuge o conviviente, a los parientes del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad, al hijo o padre adoptivo y al heredero testamentario, en los
delitos cuyo resultado sea la muerte del ofendido; y, c) A las personas jurídicas en los delitos que les
afecten…'.

El art. 121.II de la CPE, de forma específica establece: 'La víctima en un proceso penal podrá
intervenir de acuerdo con la Ley, y tendrá derecho a ser oída antes de cada decisión judicial…'

El art. 11 del CPP, establece: 'La víctima podrá intervenir en el proceso penal conforme a lo
establecido en este Código, tendrá derecho a ser escuchada, antes de cada decisión que implique la
extinción o suspensión de la acción penal y en su caso a impugnarla'”.

III.7. El rol del Ministerio Público en la etapa preparatoria

La SC 1190/2011-R de 6 de septiembre, respecto al rol del ministerio público en la etapa


preparatoria señaló que: “Al Fiscal le corresponde en la etapa preparatoria, la recolección de
elementos indiciarios de la existencia o inexistencia del delito, la presunta autoría y grado de
participación de los imputados, a través de actividades procesales, debiendo acusar o eximir de
responsabilidad al denunciado o investigado bajo criterios objetivos y razonables, formulando sus
requerimientos y resoluciones de manera fundamentada y específica; actuaciones que debe cumplir
de acuerdo a las disposiciones contenidas en los arts. 70, 71, 72 y 73 del CPP, bajo el control
jurisdiccional conforme establece el art. 279 del mismo Código y dentro del plazo máximo de seis
meses de duración de la etapa preparatoria conforme dispone el art. 134 del citado Código adjetivo.

Con relación a las atribuciones del representante del Ministerio Público durante la etapa
preparatoria, en cuanto a la recolección de los elementos de prueba que justifiquen y sustenten la
presentación de una acusación. Siguiendo ese razonamiento, la SC 0666/2010-R de 19 de julio,
señaló que: 'El art. 45.7 de la LOMP, dentro de las atribuciones de los fiscales de materia establece la
de: «Disponer de manera fundamentada la imputación formal, el rechazo o el sobreseimiento». Por
otro lado, el art. 323 inc.3) del CPP, señala que concluida la investigación, el fiscal podrá decretar de
manera fundamentada el sobreseimiento cuando resulte evidente que el hecho no existió, que no
constituye delito o que el imputado no participó en él y cuando estime que los elementos de prueba
son insuficientes para fundamentar la acusación. Asimismo, el art. 73 del mismo Código, dispone
que los fiscales formularan sus requerimientos y resoluciones de manera fundamentada y
específica'.

En el mismo sentido la SC 0797/2010-R de 2 de agosto, indicó que: 'La recolección u obtención de los
elementos de prueba, para que sean admitidos en juicio o sirvan para eximir de responsabilidad al
imputado, deben reunir condiciones como la existencia de una solicitud (requerimiento fiscal); que
la prueba requerida sea útil para el descubrimiento de la verdad histórica de los hechos; asimismo,
tener relación con alguno de los hechos denunciados o acusados; y finalmente, que esa prueba
conduzca a demostrar la responsabilidad del imputado o acusado.

Durante el proceso de recolección de elementos de prueba, el Ministerio Público debe agotar cuanto
sea pertinente para la investigación, en función de cumplir con su propósito de promover la acción
de la justicia, para perseguir y sancionar al autor de la comisión de un delito, no pudiendo omitir la
recolección y compulsa de aquella prueba que tenga relación con los hechos denunciados, que
conduzca a demostrar la responsabilidad del imputado o acusado. En el supuesto de darse lo
contrario y que implique violación a un derecho fundamental, este Tribunal puede y tiene
competencia para intervenir en el análisis de la etapa preparatoria para considerar la conducta
omisiva del representante del Ministerio Público, que debe estar expresada en una negligencia en la
no obtención y compulsa de cierta prueba esencial para el caso sujeto a investigación…'.

Por otra parte, cabe hacer referencia a la facultad de las partes de impugnar el sobreseimiento
emitido por el Fiscal en la etapa preparatoria, en cuyo análisis mediante SC 2772/2010-R de 10 de
diciembre, este Tribunal precisó que: «De acuerdo al art. 323 inc. 3) del CPP, el fiscal determina el
sobreseimiento sobre la base de la inexistencia evidente del hecho, de su atipicidad en la ley penal o
de la certeza que el imputado no participó en la comisión del ilícito; asimismo, el precepto admite
que en caso de no contar con suficientes elementos de convicción respecto al delito investigado, la
autoridad fiscal también puede sobreseer al imputado, al no contar con fundamentos sólidos para
sustentar una acusación; esta licencia, responde a lo inútil de iniciar un proceso penal, cuyo
resultado resultaría indudablemente ineficaz. Sin embargo, la parte que se considerara afectada, en
ejercicio de la atribución conferida por el art. 324 del CPP, puede impugnar la resolución de
sobreseimiento para que sea revisada por el fiscal superior jerárquico, quien la revocará si así lo
estima o caso contrario, dispondrá la conclusión del proceso respecto al imputado sobreseído, así
también el cese y cancelación de las medidas cautelares y antecedentes penales que se le hubieren
impuesto»”.

III.8. Análisis del caso concreto

El accionante señala que el 15 de mayo de 2009, interpuso una querella penal contra Julio Cesar De
La Torre Nemi, por la presunta comisión de los delitos de estafa y falsedad ideológica, en la misma
fecha solicitó al Fiscal asignado a la investigación, Robert Vargas Fuentes, se practique una pericia
contable en la empresa “TECNOELECTRICA S.A”, disponiéndose el 1 de junio de 2009, que por el
Colegio de Auditores se remita una terna, a efecto de que se designe perito y realice la pericia
correspondiente, posteriormente a través de la Resolución 042/09 de 1 de octubre de 2009, se
emitió la imputación formal contra Julio Cesar De La Torre Nemi y a los cuatro meses la Fiscal de
Materia, Aly Rosario Venegas Miranda -hoy codemandada- emitió la Resolución de sobreseimiento,
con el fundamento de que Julio Cesar De La Torre Nemi, mediante poder general de administración
482/1998, mismo que fue revocado el 3 de julio de 2007, tenía la facultad de “realizar todo acto
jurídico válido en el tráfico jurídico” (sic), y que el ahora accionante conocía de todo el movimiento
económico que realizaba la empresa, asimismo señala que se le pago un total de $us 20.000.- por
parte de “TECNOELECTRICA S.A”, el 3 de julio y el 5 de agosto respectivamente, y que en la escritura
de constitución de sociedad anónima de 17 de noviembre de 1992, se estableció que toda
divergencia que se suscite en la sociedad, entre la sociedad y cualquier accionista o entre los
accionistas con motivo de la sociedad, se resolverá mediante el arbitraje, máxime si el sistema penal
es de última ratio por lo precedentemente expuesto, es que la Fiscal codemandada determinó, que
no existían elementos de convicción que permitan sustentar una acusación.

La última resolución mencionada, con similares fundamentos, fue ratificada por el Fiscal
Departamental a.i. codemandado; y con estos actos ilegales se vulneró los siguientes derechos:

El derecho al debido proceso, conforme lo establecido en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente


Sentencia Constitucional Plurinacional, entendido como el conjunto de requisitos que deben
observarse en las instancias procesales, a fin de que puedan defenderse ante cualquier tipo de acto
que provenga del Estado y que pueda afectarle sus derechos; toda vez que de la revisión del art. 302
del Código de Procedimiento Penal (CPP), establece: “Si el fiscal estima que existen suficientes
indicios sobre la existencia del hecho y la participación del imputado, formalizará la imputación
mediante resolución fundamentada…”, por lo que el Fiscal de Materia Robert Vargas Fuentes emitió
la Resolución 042/09 de 1 de octubre de 2009, asimismo concordante con este precepto, el art. 70
del mismo cuerpo legal, señala que: ”Corresponderá al Ministerio Público, dirigir la investigación de
los delitos y promover la acción penal pública ante los órganos jurisdiccionales. Con éste propósito
realizara todos los actos necesarios para preparar la acusación y participar en el proceso, conforme a
las disposiciones previstas en este código y en su Ley Orgánica”, de igual manera el art. 323 del CPP,
señala que: “Cuando el fiscal concluya la investigación: 3) decretara de manera fundamentada el
sobreseimiento cuando resulte evidente que el hecho no existió, que no constituye delito o que el
imputado no participó en el y cuando estime que los elementos de prueba son insuficientes para
fundar la acusación”.

Al respecto de los antecedentes del caso, si consideramos que el 12 de octubre de 2009 se notificó a
Julio Cesar De La Torre Nemi con la Resolución 042/09 de imputación formal, plazo que inicia el
cómputo de la etapa preparatoria y la Resolución de sobreseimiento emitido por la Fiscal de Materia
codemandada data del 10 de febrero de 2010, consiguientemente aun tenía dos meses para concluir
la etapa preparatoria, bajo este entendimiento al emitir la Resolución 002/10 de 2 de febrero, la
mencionada autoridad incumplió lo establecido en el art. 323 inc. 3) del CPP, toda vez que es
evidente que no concluyó la investigación, puesto que estaba pendiente la realización de la pericia
contable, por lo que al no haberse agotado la producción de los medios de prueba, la fiscal
mencionada no podía concluir que los elementos de prueba son insuficientes para
consiguientemente disponer el sobreseimiento.

Con lo precedentemente expuesto, se establece que se vulneró el derecho que tiene el accionante al
acceso a la justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones y a la protección
de los jueces y tribunales respecto a sus derechos, a sus intereses legítimos, a que las decisiones que
adopten las autoridades demandadas sean producto o resultado de apreciaciones jurídicas,
sometidas a la ley, conforme se puntualizó en el Fundamento Jurídico III. 4 y III 5 del presente fallo.

Respecto al derecho a la igualdad, encontramos que éste derecho también fue lesionado, porque al
no permitir que se practique la pericia contable solicitada en momento oportuno al director
funcional de la investigación, se le restringe que se admitan medios lícitos de convicción con la
finalidad de descubrir la verdad histórica de los hechos, la responsabilidad y la personalidad del
imputado, más aún si consideramos que un medio de prueba debe referirse directa o
indirectamente al objeto de la investigación, en el presente caso una pericia contable en un caso de
estafa, por ello ni la Fiscal de Materia -ahora codemandada-, al emitir la Resolución de
sobreseimiento, ni el Fiscal Departamental a.i., al confirmar dicha Resolución, observaron esta
omisión, toda vez que nadie puede ser discriminado por ningún motivo que no sea justificado y las
autoridades demandadas no explicaron, ni justificaron por qué no se podía aguardar el resultado de
la pericia si conforme el art. 134 del CPP: ”La etapa preparatoria deberá finalizar en el plazo máximo
de seis meses de iniciado el proceso”, asimismo no existía ninguna conminatoria, por lo tanto
existían todas las condiciones para el agotamiento de las pruebas; y si bien el Ministerio Público
debe actuar bajo el principio de objetividad, considerando no sólo las circunstancias que permitan
probar la acusación, sino también las que sirvan para eximir de responsabilidad al imputado, esto no
significa olvidarse de los derechos que asisten a la víctima tales como el derecho a ser oída antes de
cualquier decisión judicial, ya que la misma le afecta directamente en sus intereses legítimos.

Ahora bien, si consideramos los alcances establecidos en el Fundamento Jurídico III.3 de la presente
Sentencia, asumimos que el accionante hizo uso de los recursos que le franquea la ley, sin amenaza
o restricción alguna, toda vez que impugnó el sobreseimiento emitido por la Fiscal de Materia en la
etapa preparatoria, por lo que no se le vulneró el derecho a la defensa que invocó como lesionado.

De lo que se concluye que se vulneró su derecho a la tutela judicial efectiva, que se encuentra
vinculado, entre otros, al debido proceso, a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita,
transparente y sin dilaciones, a gozar de igualdad de oportunidades para ejercer durante el proceso
las facultades y a ser oído como víctima antes de cada decisión judicial, de lo que corresponde
conceder la tutela, en cuanto a estos derechos.

Respecto al derechos de la defensa, como vulnerado, cabe referir que esa vulneración no fue
acreditada de manera directa, por lo que no corresponde realizar análisis alguno al respecto.

En consecuencia el Tribunal de garantías; al haber concedido la acción tutelar demandada, ha


valorado correctamente las disposiciones establecidas en el art. 128 de la CPE, aplicables al presente
caso de autos.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Liquidadora Transitoria, en virtud de lo previsto


en el art. 20.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; en revisión, resuelve: APROBAR la
Resolución 002/2010 de 2 de junio, cursante de fs. 144 a 145 vta., pronunciada por la Sala Social y
Administrativa Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de
Justicia- de La Paz, y en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, por todos los derechos
demandados excepto el derecho a la defensa.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Fdo. Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi


MAGISTRADA
Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chávez
MAGISTRADO

Fdo. Dra. Carmen Silvana Sandoval Landivar


MAGISTRADA

Fdo. Dra. Edith Vilma Oroz Carrasco


MAGISTRADA

Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales


MAGISTRADO

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