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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1027/2015-S1

Sucre, 30 de octubre de 2015

SALA PRIMERA ESPECIALIZADA


Magistrado Relator: Dr. Macario Lahor Cortez Chavez
Acción de amparo constitucional

Expediente: 10970-2015-22-AAC
Departamento: Santa Cruz

En revisión la Resolución 67 de 27 de marzo de 2015, cursante de fs. 241 vta. a


245 vta., pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional
interpuesta por Humberto Zarate Jardín en representación legal de la
Sociedad Cervecería del Sur (CEDELSUR) S.A. contra, Alain Núñez Rojas y
Editha Pedraza Becerra, Vocales de la Sala Civil Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de Santa Cruz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memorial presentado el 3 de marzo de 2015, cursante de fs. 170 a 186


vta., el representante de la sociedad accionante expresó lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso coactivo iniciado por el Banco “Bisa” S.A. en su contra por la
conjeturada existencia de un conjunto de sucesivos documentos públicos que
marcaron la relación jurídica y de la cual se derivó un contrato de préstamo de
dinero por la supuesta suma de $us2 138 000.- (dos millones ciento treinta y ocho
mil dólares estadounidenses) que ya fue cancelada por la sociedad hoy
accionante; sin embargo, la citada entidad bancaria pretende apropiarse de la
astronómica suma de $us111 319,80.- (ciento once mil trecientos diecinueve
80/100 dólares estadounidenses) que cobró por honorarios no adeudos, extremo
que se constituye en una burla contra la administración de justicia puesto que el
perdidoso del juicio no puede ser beneficiado con cobros de honorarios; ante tales
pretensiones el 9 de diciembre de 2013, interpuso excepción de falta de fuerza
coactiva, misma que fue corrida en traslado y notificada a la entidad financiera
demandante, que no se opuso ni contestó absolutamente nada debido a que el

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documento base de la demanda principal a toda luces carece de la necesaria
fuerza coactiva pues su procedencia depende de la existencia de obligaciones de
pago de suma liquida y exigible; es así que el Juez Noveno de Partido en lo Civil y
Comercial del departamento de Santa Cruz, a través del Auto de 26 de febrero de
2014, previo análisis somero de la documentación presentada declaró probada la
excepción planteada razón por la cual el Banco “Bisa” S.A. una vez notificado con
dicha determinación presentó recurso de apelación el cual recayó ante la Sala Civil
Segunda del mencionado departamento, donde los Vocales que la conforman
revocaron el Auto de primera instancia y declararon extinguida la obligación
adeudada y dispusieron el archivo de obrados, mediante Auto de Vista 210/2014
de 24 de junio, en “base a (…) Que el documento base de la acción coactiva
(Instrumento 1017/2008) tiene la fuerza que exige la ley. No consideran, que
el documento ejecutado NO ES UN DOCUMENTO DE PRÉSTAMO O CRÉDITO
HIPOTECARIO sino de reconocimiento de obligación. Es reconocimiento de
obligación, NO de crédito. Por tanto, no reúne las condiciones del título
coactivo que exige el Art. 48 LAPCAF” (sic); las autoridades demandadas no se
habrían pronunciado respecto a la excepción de falta de fuerza coactiva
interpuesta, por ende adolece de exhaustividad que la invalida e irrita al derecho;
tampoco se pronunciaron respecto a la excepción planteada ya que no ofrecieron
prueba en el periodo abierto para el efecto.

La congruencia de las resoluciones judiciales se mide en la atención de la


exigencia de correlación interna e intrínseca, elemento ausente en la Resolución
recurrida que exige que toda resolución jurisdiccional debe contener lógica entre
los fundamentos esgrimidos y el fallo correspondiente, menos consideraron que el
pago de una obligación no le confiere calidad de título coactivo al acuerdo de
reconocimiento de obligación, desde ningún punto de vista se refieren sobre la
verdadera esencia de la excepción que plantearon “que la falta de fuerza coactiva
del Instrumento 1017/2008 le resta validez y legitimidad al cobro de intereses
penales, costas y honorarios al que nos vimos obligados a efectuar, para lograr
que el banco cumpla con su obligación de entregar todos los títulos de propiedad”
(sic); entre otros argumentos que muestran que existe ausencia de elementales
requisitos que vulneran el debido proceso afectando de esta forma la tutela
judicial efectiva y que de manera directa los coloca en un flagrante estado de
desigualdad e indefensión.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

El representante de la sociedad accionante, alegó la lesión de los derechos al


debido proceso, a la tutela judicial y efectiva, a la defensa, a la igualdad; a los
principios de seguridad jurídica, de legalidad, de jerarquía normativa y supremacía
constitucional citando al efecto los arts. 8, 9.4, 13, 14.I, II y IV, 26.II, 46, 58, 60,
64.I, 108 numerales 1, 2, 3, 5, 6 y 9; 109, 110, 113, 115, 116, 117, 119, 120,
144, 178, 180, 196.II, 232, 233, 256.II, 257.I y 410 de la Constitución Política del
Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

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Solicitó se conceda la tutela y en definitiva: a) Se disponga la nulidad del Auto de
Vista 210/2014 de 24 de julio, que revocó el Auto de 26 de febrero de 2014; y,
b) Se ordene dictar una nueva resolución corrigiendo y enmendando los vicios
denunciados.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 27 de marzo de 2015, según se tiene del acta


cursante de fs. 225 a 241 vta., se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

El representante de la sociedad accionante, se ratificó en el contenido del


memorial de demanda de la acción de amparo constitucional y ampliándola señaló
lo siguiente: 1) Materialmente hay una obligación asumida por CEDELSUR S.A.
que finalmente fue honrada y lo que en este momento se discute es el cobro de
costas y honorarios debido a lo cual el Banco “Bisa” S.A. inició un segundo
proceso coactivo, es así que notificada la sociedad a la que representa, interpuso
excepción de falta de fuerza coactiva la cual fue notificada a los demandantes
pero no emitieron respuesta y menos se presentaron en el periodo probatorio, a
eso cuando ya estaba vencido el plazo ellos cancelaron la obligación que está
estimada en casi $us3 000 000.- (tres millones de dólares estadounidenses); sin
embargo, la referida entidad financiera en lugar de presentarse al proceso como
correspondía, presentó al juzgado un memorial haciendo conocer el pago
efectuado y solicitó regulación de honorarios; 2) Ante tales acontecimientos y
ante la falta de contestación al incidente planteado y la falta de presentación de
prueba, el Juez Noveno de Partido en lo Civil y Comercial declaró probada la
excepción de falta de fuerza coactiva, determinación que fue apelada por la
entidad bancaria y que culminó en el Auto hoy impugnado que desde todo punto
de vista carece de alegato, fundamentación o hace referencia a los agravios
expuestos, tampoco hace referencia al rechazo del juzgador sobre la negativa
categórica a las costas y honorarios; 3) Consideran que “existe doble juzgamiento
por el mismo hecho y eso está prohibido por la doctrina, la jurisprudencia y
principalmente por la Constitución, hay un proceso coactivo que no ha concluido
está vigente por la certificación que cursa a fs. 144 del propio juzgado el año
2014. En ese proceso no hay desistimiento ni transacción que haya permitido la
conclusión extraordinaria del proceso (…) el pago extingue la obligación en las
relaciones jurídicas materiales. Pero en las relaciones jurídicas procesales el pago
no lo extingue, hay tres formas para extinguir el proceso de manera
extraordinaria, el desistimiento, la perención y la transacción, ninguno de esos
elementos se acreditan en este proceso” (sic); 4) Esa confusión habría provocado
que las autoridades de la Sala Civil Segunda hoy demandadas cometan una grave
equivocación ya que consideraron que el pago terminaba el proceso y eso no es
evidente, además del hecho de que las costas y honorarios no fueron pactados

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por el Banco “Bisa” S.A. y por lo tanto no fueron pactados y no formaron parte de
la relación jurídica o material, de ahí que no podían ser satisfechos en el pago de
manera extra judicial ya que no fueron considerados y consecuentemente deben
ser calificados y fijados por la autoridad jurisdiccional a la que la entidad bancaria
acudió; 5) Existe falta de exhaustividad en el Auto de Vista cuestionado porque
no se pronunciaron de manera expresa sobre el instrumento púbico 1016,
tampoco se refieren a la ausencia de apelación del Banco “Bisa” S.A. respecto a la
negatividad del Juez de primera instancia de calificar costas y honorarios, mucho
menos se refirieron al reclamo y denuncia sobre el hecho de que fueron obligados
y coaccionados al pago de costas y honorarios para que se pueda facilitar la
documentación pertinente; 6) La incongruencia intrínseca da por bien pagadas las
costas y honorarios sin percatarse que este pago se ha producido a través de la
realización arbitraria de una medida de hecho, además que la resolución atacada
carece de suficiente motivación ya que no exponen las razones para justificar que
el título de reconocimiento de obligación y reprogramación no es de crédito;
7) “Nosotros sabemos perfectamente que en el proceso civil, rige el principio
dispositivo, estos son derechos dispositivos materiales y derechos dispositivos
procesales quien no contesta por negligencia, por desidia simplemente esa
voluntad esa manifestación de voluntad debe ser respetada por el juzgador, en el
sentido de admitir que se trata de un acto consentido y eso es lo que ha ocurrido
con el Banco y no ha sido valorado por las autoridades de la Sala Civil Segunda
(…) en base al cumplimiento de determinados requisitos que el propio legislador
los ha estipulado, esos requisitos han sido violentados y vulnerados por el Banco,
tal es así, como lo que estamos alegando aquí, no es la deuda, la deuda principal,
la asumimos es cierta y ha sido cancelada lo que estamos reclamando es el
abusivo cobro de Costas y Honorarios, encima por esta certificación de
Fundempresa el Banco no tiene facultades para emitir facturas por servicios
Jurídicos, solamente se dedica a actividad bancaria y emitió una factura que
devuelta…” (sic); y, 8) “ …la corriente moderna es siempre intenta favorecer al
más desvalido en este caso, bien pudo esperarse sino por lo menos no cobrar
costas y Honorarios indebidos, el 1017, indica ya lo manifesté que no se ha
recibido ningún precio y finalmente respecto a la imputación de pagos dice que
(…) Tampoco se ha referido al cobro abusivo, si hay un proceso, si yo pacto con
mi cliente, costas yo voy y le cobro a mi cliente pero si es la otra parte la que
debe pagarlos no se los puedo cobrar yo, los debe decidir el Juez y en este caso
el Juez de forma expresa no ha lugar al pedido de regulación de costas y
honorarios y el auto de Vista luego cuando ese Auto del Juez no es apelado en
esa parte ni se pronuncia el Tribunal de Apelaciones sobre ese punto, esas cosas
quisiera que tomen en consideración” (sic).

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Alain Núñez Rojas y Editha Pedraza Becerra, Vocales de la Sala Civil Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, pese haber sido notificados
legalmente conforme consta de la diligencia cursante a fs. 92 y vta., no
presentaron informe escrito ni tampoco se hicieron presente a la audiencia de
consideración de la presente acción.

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I.2.3. Intervención del tercero interesado

El Banco “Bisa” S.A. a través de su abogada en audiencia expresó lo siguiente:


i) La acción de amparo constitucional se debe interponer en el plazo máximo de
seis meses desde la notificación con la vulneración alegada. En este caso
CEDELSUR S.A. conforme se tiene de la notificación practicada en la Sala Civil
Segunda, fue realizada el 26 de agosto de 2014, lo que implica que a la fecha de
interposición de la presente acción tutelar han transcurrido más de seis meses que
establece las reglas de procedencia; ii) En el extenso memorial se advierte que se
menciona como prueba número cuatro un poder especial para interponer la
presente acción; sin embargo, de la revisión se ha podido establecer que ese
poder carece de registro esencial que manda y obliga el Código de Comercio en
concordancia con el art 129.I de la CPE, consecuentemente, ningún acto que no se
encuentra registrado ante el registro de comercio, surte efectos frente a terceros;
iii) Se ha hecho referencia con mucha elocuencia a lo que es la verdad material
donde se ha movido una serie de pruebas que no corresponde al Tribunal de
garantías hacer la valoración de las mismas, ya que es una atribución de los
tribunales que conocieron el caso “quien conoció de recurso de apelación y quien
dicto el Auto de Vista, efectivamente hicieron operaciones comerciales, contratos
de crédito, porque se ha hablado de bonificación de deudas, el reconocimiento de
deudas en los créditos. Por favor si no es un crédito entonces, de que se trata, no
es unificado una historia, un cuento, una novela hemos unificado créditos que
están descritos en el contrato, habla de que el Banco estaría ejecutando por dos
vías coactivas que ha proseguido y que arbitrariamente de mala fe había iniciado
otro proceso. Aquí debo manifestar que realmente me sorprende una vez más la
intencionalidad con la que actúa el accionante, la mala fe que ha venido
demostrando porque el Banco en el año 2004 es verdad le concedió muchos
créditos como ellos han reconocidos…” (sic); iv) El Banco “Bisa” S.A. hizo retiro de
la demanda con un memorial presentado el 30 de abril de 2008, al Juzgado
Onceavo de Partido en lo Civil y Comercial y efectuaron el retiro de la demanda
teniéndosela por no presentada y se procedió al desglose de toda la
documentación la cual posteriormente fue adjuntada en la ejecución coactiva civil
tramitada ante el Juzgado Noveno de la misma materia, por lo que, de forma clara
se observa que se actuó con temeridad por parte de la sociedad accionante
tratando de sorprender la buena fe de los administradores de justicia; y, v) El
Banco “Bisa” S.A. desde ningún punto de vista “no ha seguido, ha iniciado una
nueva acción en la virtud a un título a un crédito porque creo que es importante
dejar establecido que es un crédito, el Código de Comercio en el Título Séptimo
capítulo 1ro, dice ‘operaciones y contratos bancarios’ (…), la tutelación como la
nomenclatura que en el contrato puede ser de distintas formas, un contrato las
cláusulas se interpretan unas por las otras y en ese contrato por el cual el Banco,
inició la ejecución porque a partir de este documento, porque en el anterior
contrato que se ha hablado tanto del 1016, el 1016 fue un acuerdo transaccional
donde se acordó reprogramar todos los créditos, que el Banco, retiraría la
demanda…” (sic).

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I.2.4. Resolución

La Sala Social y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Santa


Cruz, constituida en Tribunal de garantías, mediante Resolución 67 de 27 de
marzo de 2015, cursante de fs. 241 vta. a 245 vta., concedió la tutela solicitada
disponiendo la “…nulidad del Auto de Vista N° 210- de fecha 24 de junio
de 2014, dictado por los Vocales de la Sala Civil Segunda, ordenando se
dicte una nueva resolución sustentado en los fundamentos expuestos
precedentemente el mismo debe guardar congruencia, pertinencia,
motivación conforme lo dispone el art. 236 y 227 del Código de
Procedimiento Civil” (sic); en base a los siguientes fundamentos: a) Toda
resolución judicial o administrativa de cualquier índole donde se tenga que
impartir justicia de alguna naturaleza debe tener como regla general la existencia
de tres elementos fundamentales, la motivación, es decir, los motivos por los
cuales se toma una decisión; la fundamentación que está vinculada
esencialmente aquellos alegatos que adornan dicha resolución; y, la congruencia
que está referida a que la resolución debe guardar coherencia y armonía entre la
parte considerativa y la resolutiva, así como la pertinencia debe establecerse
entre lo que se pide en el recurso de apelación; b) Se ha dicho que el Tribunal
de alzada, tanto así como el juzgador, habrían actuado de manera oficiosa al
dictar una resolución cuando la obligación conforme lo señala el art. 351 del
Código Civil (CC), las obligaciones se extinguen por el cumplimiento de la
obligación, entonces el Juez no tendría que haber corrido traslado con la
excepción ni haber resuelto la excepción que se declaró probada. Al encontrarse
extinguida la obligación y el coactivante apela cuál entonces la razón para que el
Tribunal de alzada ingrese a considerar la problemática que se plantea en
primera instancia, cuál es el hecho relativo a la falta de fuerza coactiva del
documento base de la obligación; c) “…de la revisión de obrados se evidencia
que el Auto de Vista 410/2014, de fecha 24 de junio pasado año 2014 corriente a
fojas 162, ha vulnerado las reglas del debido proceso en su elemento
congruencia y motivación. El punto 5to de la misma admite, reconoce la
‘bilateralidad de las obligaciones a ser cumplidas por ambas partes’
dice, si bien es cierto se demuestra la existencia de la obligación recíprocas
entre el acreedor Banco Bisa S.A. y el deudor Cervecería del Sur- no es
menos cierto- no implica en lo mínimo cómo el documento base de la ejecución
conteniendo obligaciones bilaterales puede ingresar a la vía coactiva civil (…) en
los hechos tanto la Escritura Pública 1017, es consecuencia la Escritura
Pública 1016/2008, sometida a estipulaciones expresas que son
condicionantes a ser cumplidos por ambas partes en favor de su contra
parte; que ha sido denominado acuerdo transaccional para el pago de
obligaciones en mora” (sic); d) Lo que hace que el documento 1017 base de
la acción no contenga una obligación pura y simple como exige la ley sino
condicionada al cumplimiento del instrumento 1016, no fue debidamente
fundamentado en el Auto de Vista emitido por la Sala Civil Segunda, por lo que,
es necesario un pronunciamiento al respecto ya que no existe duda de que la
principal característica de una obligación es pura y simple y se constituye en un
título perfecto exigible, que no esté sujeto a condiciones por cumplirse como lo

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demostrado en la escritura 1016, la cual no tiene existencia independiente;
e) Por su parte el documento 1016, lo que hace es una recolección de todas las
demás deudas, una conjunción de todas las demás obligaciones, reúne la suma,
las unifica y después de unificarlas lo traslada a un nuevo documento que
vendría a ser la existencia de una nueva obligación ya que el proceso coactivo
tiene un procedimiento especial de carácter sumario, la sentencia a ser
pronunciada puede ser aceptada o impugnada vía excepción, en el caso de que
esas excepciones sea rechazadas o confirmadas si es que hubiere la apelación o
no hubieren sido opuestas la sentencia queda firme y ejecutoriada a partir de
este momento procesal, en este estado de la causa es que adquiere virtualidad
las costas procesales −una vez ejecutoriada−. Entre tanto ello no ocurra no
corresponde las costras en absoluto simple y sencillamente porque las costas
deben ser pagadas por el perdidoso mediante una sentencia ejecutoriada, siendo
esta exigencia común en el proceso coactivo y en el ejecutivo; f) La resolución
atacada vulnera lo previsto en el art. 180.I de la CPE, ligado a las reglas del
debido proceso como derecho fundamental que están previstas en el art. 115.II
de la misma Norma Suprema, al haber desconocido que el antecedente
inmediato generador del documento 1017 llamado reconocimiento de obligación
consiguiente unificación, reprogramación, ratificación y ampliación de las
garantías es obviamente la escritura pública “1016/2008”, llamada acuerdo
transaccional para el pago de deudas en mora; y, g) Un acuerdo transaccional es
establecido mediante concesiones reciprocas bilaterales entre las partes el
acreedor y el deudor conforme reza el art. 945 del CC, que dice: “la transacción
es un contrato por el cual mediante concesiones recíprocas se diriman derecho
de cualquier clase y para que se cumplan o reconozcan o ya para poner término
a los litigios comenzado o por comenzar siempre que no esté prohibida por la
ley” (sic).

II. CONCLUSIONES

Realizada la revisión y compulsa de los antecedentes, se tienen las siguientes


conclusiones.

II.1. Por memorial presentado el 9 de diciembre de 2013, el representante de


CEDELSUR S.A. opuso excepción de falta de fuerza coactiva, con el
fundamento de que el 11 de julio de 2008, según escritura pública 1016
protocolizada ante Notario de Fe Pública 86, el Banco Bisa “Bisa” S.A. se
obligó a sanear los bienes transferidos y otras obligaciones en el términos
de dos años y de estos compromisos asumidos por la citada entidad
crediticia solo se tiene constancia real del cumplimiento del inc. D3 (fs. 114
a 120 vta.).

II.2. Por Auto Definitivo de 26 de febrero de 2014, el Juez Noveno de Partido en


lo Civil y Comercial del departamento de Santa Cruz, determinó declarar
probada la excepción interpuesta por el representante de la sociedad hoy
accionante (fs. 146 a 149 y vta.).

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II.3. Mediante memorial presentado el 20 de marzo de 2014, el Banco “Bisa”
S.A. presentó recurso de apelación contra el Auto mencionado sublite con el
argumento de que la obligación perseguida y contenida en el documento
público 1017/2008, constituye un obligación pura y simple y que no estaba
sujeta a condicionamiento alguno (fs. 150 a 157).

II.4. Por memorial de 25 de abril de 2014, CEDELSUR S.A. absolvió el traslado


con el argumento de que el interés del Banco “Bisa” S.A. solo radica en
apropiarse de la suma astronómica que se pretende cobrar por honorarios
no adeudos (fs. 158 a 159).

II.5. A través de Auto de Vista 210/2014 de 24 de junio, los Vocales de la Sala


Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz,
determinaron revocar el Auto de 26 de febrero de 2014 y deliberando en el
fondo dispusieron el archivo de obrados por ser evidente la extinción de la
obligación adeudada conforme al art. 351.I del CC (fs. 163 a 166 vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La sociedad accionante a través de su representante, alega la lesión de sus


derechos al debido proceso, a la tutela judicial y efectiva, a la defensa, a la
igualdad, a los principios de seguridad jurídica, de legalidad, de jerarquía
normativa y supremacía constitucional, toda vez que dentro de la demanda
coactiva iniciada por el Banco “Bisa” S.A. en su contra, dicha entidad bancaria
pretende apropiarse de una suma astronómica por concepto de honorarios porque
la deuda adquirida ya fue cancelada; sin embargo, pretende cobrar pese a que
existe una escritura pública transaccional que anula la condición de título
coactivos de los documentos base de la demanda, por tales acontecimientos
interpusieron excepción de falta de fuerza coactiva, misma que fue corrida en
traslado y notificada a la entidad demandante, ésta no se opuso ni contestó
absolutamente nada debido a que el documento base de la demanda a todas
luces carece de la necesaria fuerza coactiva para su procedencia; es así, que el
Juez Noveno de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de Santa Cruz, a
través del Auto de 26 de febrero de 2014, previo análisis somero de la
documentación presentada declaró probada la excepción planteada razón por la
cual el Banco “Bisa” S.A. una vez notificado presentó recurso de apelación el cual
fue resuelto por las autoridades hoy demandadas, a través del Auto de Vista
210/2014 de 24 de junio, determinaron revocar el Auto de primera instancia y
declararon extinguida la obligación adeudada y ordenaron el archivo de obrados,
sin haberse pronunciado respecto a la excepción de falta de fuerza coactiva
interpuesta y sobre la esencia de la misma, con una evidente ausencia de
argumentos que de manera directa vulneran los elementos esenciales que debe
contener el debido proceso y que los coloca en un flagrante estado de
desigualdad e indefensión ya que no midieron la exigencia necesaria de la
correlación y congruencia que debe contener una resolución judicial, menos
consideraron que el pago de una obligación no le confiere calidad de título
coactivo al acuerdo de reconocimiento de obligación y que la falta de fuerza

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coactiva del Instrumento “1017/2008”, le restó validez y legitimidad al cobro de
intereses penales, costas y honorarios al que se vieron obligados a efectuar, para
lograr que el Banco “Bisa” S.A. cumpla con su obligación de entregar todos los
títulos de su propiedad.

En consecuencia corresponde analizar en revisión, si tales argumentos son


evidentes con la finalidad de conceder o denegar la tutela reconocida por este
medio de defensa.
III.1. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional

La SCP 1138/2012 de 6 de septiembre, expresó: “La acción de amparo


constitucional establecida en el art. 128 de la CPE, como una acción
tutelar de defensa contra actos u omisiones ilegales o indebidas de los
servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan,
supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la
misma Norma Suprema y las leyes.

Según expresa, José Antonio Rivera Santiváñez, en su libro ‘Jurisdicción


Constitucional -Procesos Constitucionales en Bolivia-’ el constituyente y
legislador boliviano establece que es una acción constitucional, de
configuración procesal autónoma e independiente, diferente de los demás
recursos procesales ordinarios; es un medio de tutela inmediata, eficaz e
idónea para los derechos y garantías constitucionales, frente a las
amenazas o restricciones ilegales o indebidas de autoridades públicas o
personas particulares; por ello tiene una tramitación especial y sumarísima
(RIVERA SANTIVÁÑEZ, José Antonio. ‘Jurisdicción Constitucional -Procesos
Constitucionales en Bolivia-’. Tercera Edición. Cochabamba: Editorial
Kipus, pág. 381).

En ese sentido, la acción de amparo constitucional, tiene por finalidad


única resguardar los derechos fundamentales de quien acude buscando
tutela, lo que determina su alcance con relación a la protección de
derechos y garantías constitucionales, y no así, de principios; empero, por
la misma naturaleza jurídica del amparo constitucional como acción
extraordinaria de defensa, no puede omitirse considerar el resguardo y la
materialización de los principios ordenadores de la administración de
justicia”.

III.2. Sobre el derecho al debido proceso

En relación al tema la SCP 0858/2014 de 8 de mayo, expresó: “La


Constitución Política del Estado en su art. 115.II garantiza el derecho al
debido proceso cuando señala lo siguiente: ‘El Estado garantiza el derecho
al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta y oportuna,
gratuita, transparente y sin dilaciones’.

La SC 0119/2003-R de 28 de enero, sobre el derecho al debido proceso

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señaló lo siguiente: ‘…comprende el conjunto de requisitos que deben
observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas puedan
defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del
Estado que pueda afectar sus derechos». (…). Se entiende que el derecho
al debido proceso es de aplicación inmediata, vincula a todas las
autoridades judiciales o administrativas y constituye una garantía de
legalidad procesal que ha previsto el Constituyente para proteger la
libertad, la seguridad jurídica y la fundamentación o motivación de las
resoluciones judiciales…’.

Por su parte la SCP 1913/2012 de 12 de octubre, señaló: ‘El debido


proceso es una institución del derecho procesal constitucional que abarca
los presupuestos procesales mínimos a los que debe regirse todo proceso
judicial, administrativo o corporativo, observando todas las formas propias
del mismo, así como los presupuestos normativamente pre-establecidos,
para hacer posible así la materialización de la justicia en igualdad de
condiciones.

Con relación a su naturaleza jurídica, la SC 0316/2010-R de 15 de junio,


señaló lo siguiente: «La Constitución Política del Estado en consideración a
la naturaleza y los elementos constitutivos del debido proceso como
instituto jurídico y mecanismo de protección de los derechos
fundamentales, lo consagra como un principio, un derecho y una garantía,
es decir, la naturaleza del debido proceso es reconocida por la
Constitución en su triple dimensión: como derecho fundamental de los
justiciables, de quien accede reclamando justicia, la víctima y de quien se
defiende el imputado. A la vez es un principio procesal, que involucra la
igualdad de las partes art. 119.I CPE y una garantía de la administración
de justicia, previniendo que los actos del proceso se ceñirán estrictamente
a reglas formales de incuestionable cumplimiento. De esa triple dimensión,
se desprende el debido proceso como derecho fundamental autónomo y
como derecho fundamental indirecto o garantía…».

Agregando más adelante la mencionada Sentencia Constitucional,


establece que: «Esa doble naturaleza de aplicación y ejercicio del debido
proceso, es parte inherente de la actividad procesal, tanto judicial como
administrativa, pues nuestra Ley Fundamental instituye al debido proceso
como:

1) Derecho fundamental: Como un derecho para proteger al ciudadano en


primer orden de acceso a la justicia oportuna y eficaz, como así de
protección de los posibles abusos de las autoridades originadas no sólo en
actuaciones u omisiones procesales, sino también en las decisiones que
adopten a través de las distintas resoluciones dictadas para dirimir
situaciones jurídicas o administrativas y que afecten derechos
fundamentales, constituyéndose en el instrumento de sujeción de las
autoridades a las reglas establecidas por el ordenamiento jurídico.

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2) Garantía jurisdiccional: Asimismo, constituye una garantía al ser un
medio de protección de otros derechos fundamentales que se encuentran
contenidos como elementos del debido proceso como la motivación de las
resoluciones, la defensa, la pertinencia, la congruencia, de recurrir, entre
otras, y que se aplican toda clase de actuaciones judiciales y
administrativas, constituyendo las distintas garantías jurisdiccionales
inherentes al debido proceso, normas rectoras a las cuales deben
sujetarse las autoridades pero también las partes intervinientes en el
proceso en aplicación y resguardo del principio de igualdad».

De lo referido, se infiere que doctrinalmente el debido proceso tiene dos


perspectivas, concibiéndolo como un derecho en sí reconocido a todo ser
humano y como garantía jurisdiccional que tiene la persona para ver
protegidos sus derechos en las instancias administrativas o jurisdiccionales
donde puedan verse involucrados, «…enriqueciéndolo además con su
carácter de principio procesal, lo que implica que su aplicación nace desde
el primer acto investigativo o procesal, según sea el caso, y debe subsistir
de manera constante hasta los actos de ejecución de la sentencia,
constituyendo una garantía de legalidad procesal que comprende un
conjunto de garantías jurisdiccionales que asisten a las partes procesales,
lo que implica que el debido proceso debe estar inmerso en todas las
actuaciones procesales ya sea en el ámbito jurisdiccional o administrativo»
(SC 0299/2011-R de 29 de marzo)’.

La línea jurisprudencial citada precedentemente, estableció que el debido


proceso está reconocida por la Constitución en su triple dimensión:
i) Como derecho fundamental de los justiciables, de quien accede
reclamando justicia, la víctima y de quien se defiende el imputado; ii) A la
vez como un principio procesal, que involucra la igualdad de las partes; y,
iii) Como una garantía de la administración de justicia, previniendo que los
actos del proceso se ceñirán estrictamente a reglas formales de
incuestionable cumplimiento.

También se llega a determinar conforme a la línea jurisprudencial citada


que, el derecho al debido proceso corresponde ser observado por todas
las autoridades, sean estas judiciales o administrativas y en todas las
instancias, a fin de que las personas asuman una defensa adecuada;
asimismo, conforme a la misma línea, el derecho al debido proceso,
constituye una garantía de legalidad procesal para la protección de la
libertad, la seguridad jurídica, la fundamentación o motivación, la
pertinencia, la congruencia de las resoluciones judiciales”.

III.3. El contenido esencial del derecho a una resolución fundamentada


derecho a una resolución motivada en el Estado Constitucional de
Derecho

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La SCP 0820/2014 de 30 de abril, expresó que: “El derecho a una
resolución fundamentada o derecho a una resolución motivada es una de
las garantías mínimas del debido proceso reconocido como derecho
fundamental, garantía jurisdiccional y derecho humano en las normas
contenidas en los arts. 115.II y 117.I de la CPE, 8 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y 14 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).

(…)

Por su parte la SCP 0100/2013 de 17 de abril, sobre la debida


fundamentación y motivación señaló lo siguiente:

‘En ese marco, se tiene que el contenido esencial del derecho a


una resolución fundamentada o derecho a una resolución
motivada (judicial, administrativa, o cualesquier otra, expresada
en una resolución en general, sentencia, auto, etc.) que resuelva
un conflicto o una pretensión está dado por sus finalidades
implícitas, las que contrastadas con la resolución en cuestión,
dará lugar a la verificación de su respeto y eficacia. Estas son: 1) El
sometimiento manifiesto a la Constitución, conformada por: 1.a) la
Constitución formal, es decir, el texto escrito; y, 1.b) los Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos que forman el bloque de
constitucionalidad; así como a la ley, traducido en la observancia del
principio de constitucionalidad y del principio de legalidad; 2) Lograr el
convencimiento de las partes que la resolución en cuestión no es
arbitraria, sino por el contrario, observa: el valor justicia, el
principio de interdicción de la arbitrariedad, el principio de
razonabilidad y el principio de congruencia; 3) Garantizar la
posibilidad de control de la resolución en cuestión por los tribunales
superiores que conozcan los correspondientes recursos o medios de
impugnación; y, 4) Permitir el control de la actividad jurisdiccional o la
actividad decisoria de todo órgano o persona, sea de carácter público o
privado por parte de la opinión pública, en observancia del principio de
publicidad. Estos elementos se desarrollarán a continuación:

1) El sometimiento manifiesto a la Constitución (conformada por: a) la


Constitución formal, es decir, el texto escrito; y, b) los Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos que forman el bloque de
constitucionalidad art. 410.II) y a la ley, de la autoridad -Juez, autoridad
administrativa, etc.- o persona privada; es decir, de todo órgano o
persona, sea de carácter público o privado que tenga a su cargo el decidir
sobre conflictos o pretensiones traducido en la observancia del principio
de constitucionalidad y del principio de legalidad.

(…)

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2) Lograr el convencimiento, de las partes que la resolución en
cuestión no es arbitraria, sino por el contrario, observa: el valor
justicia, el principio de interdicción de la arbitrariedad, el
principio de razonabilidad y el principio de congruencia.

Entonces, cuando todo órgano o persona, sea de carácter público o


privado que tenga a su cargo el decidir, pretende hacer uso de facultades
discrecionales o arbitrarias alejadas de la razonabilidad (principio de
razonabilidad), éste se convierte en una directriz valiosa estrechamente
relacionada a la justicia (valor justicia), porque se manifiesta como un
mecanismo de control y barra de contención de la arbitrariedad (principio
de interdicción de la arbitrariedad), cuya comprensión es
multidimensional:

a) Por una parte, la arbitrariedad, es contraria al Estado de derecho


(Estado Constitucional de Derecho) y a la justicia (valor justicia art. 8.II de
la CPE). En efecto, en el Estado de Derecho, o 'Estado bajo el régimen de
derecho' con el contenido asumido por la Constitución bajo la
configuración de 'Estado Constitucional de Derecho', cuya base ideológica
es 'un gobierno de leyes y no de hombres', existe expresa proscripción
que las facultades que ejercite todo órgano o persona, sea de carácter
público o privado que tenga a su cargo el decidir sean arbitrarias y, por el
contrario, existe plena afirmación de que el ejercicio de esas facultades
deben estar en total sumisión a la Constitución y a la ley visualizando, con
ello, claramente el reverso del ya sepultado 'Estado bajo el régimen de la
fuerza'.

(…)

Al respecto el art. 30.II de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) 'Obliga a las
autoridades a fundamentar sus resoluciones con la prueba relativa sólo a
los hechos y circunstancias, tal como ocurrieron, es escrito cumplimiento
de las garantías procesales…” (las negrillas son adicionadas).

III.4. Análisis del caso concreto

La sociedad accionante a través de su representante alega la lesión de sus


derechos al debido proceso, a la tutela judicial y efectiva, a la defensa, a
la igualdad, a los principios de seguridad jurídica, de legalidad, de
jerarquía normativa y supremacía constitucional, debido a que los Vocales
de la Sala Civil Segunda hoy demandados, a través del Auto de Vista
210/2014, dentro de la demanda coactiva iniciada por el Banco “Bisa” S.A.
en su contra, no tomaron en cuenta la falta de la fuerza coactiva que tiene
el documento que pretenden utilizar para el cobro de una suma
astronómica por concepto de honorarios ya que la deuda adquirida fue
cancelada; y que se pretende cobrar pese a que existe una escritura

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pública transaccional que anula la condición de título coactivos de los
documentos base de la demanda, menos se pronunciaron sobre dicha
excepción y la esencia de la misma y de forma arbitraria sin ningún tipo
de motivación y congruencia determinaron revocar el Auto de primera
instancia, declararon extinguida la obligación adeudada y ordenaron el
archivo de obrados, con una evidente ausencia de argumentos que de
manera directa vulneran los elementos esenciales que debe contener el
debido proceso y que los coloca en un flagrante estado de desigualdad e
indefensión ya que no midieron la exigencia necesaria de la correlación y
congruencia que debe contener una resolución judicial, menos
consideraron que el pago de una obligación no le confiere calidad de título
coactivo al acuerdo de reconocimiento de obligación y que la falta de
fuerza coactiva del instrumento “1017/2008”, le restó validez y legitimidad
al cobro de intereses penales, costas y honorarios al que se vieron
obligados a efectuar, para lograr que el Banco “Bisa” S.A. cumpla con su
deber de entregar todos los títulos de su propiedad.

De la debida compulsa de los datos que cursan en el expediente se llega a


constatar que derivado de la demanda coactiva civil iniciada por el Banco
“Bisa” S.A. CEDELSUR S.A. canceló la suma de $us2 700 000.-
(dos millones setecientos mil dólares estadounidenses) que adeudaba
mediante documento público 1017; es así, que pese haber cancelado la
deuda la entidad bancaria no hizo entrega de los documentos embargados
por el juicio dado que exigían el pago de honorarios profesionales los
cuales ascendían a la suma de $us111 319,80.- los cuales fueron
ejecutados sin la intervención judicial debido a que era la condición para la
entrega de la documentación requerida que lo hicieron a través de un
convenio o acuerdo transaccional para el pago de deudas en mora a
través de instrumento público 1016, el cual se trata de un contrato
sinalagmático en razón de que el mismo condiciona y regula los contratos
suscritos entre ambas entidades, por lo que, debe quedar claro que la
sociedad accionante pagó directamente y no a través de un juicio coactivo
sino a través de acuerdos empresariales; actuaciones que se dieron
cuando ya inició el proceso dentro del cual la parte coactivada interpuso
excepción de falta de fuerza coactiva la cual se declaró probada, misma
que originó la apelación que derivó en el Auto de Vista que hoy se
cuestiona y del cual se realizó el análisis en el presente fallo
constitucional, siendo evidente y a todas luces que carece de una debida
motivación y congruencia, ya que si bien se demuestra la existencia de
una obligación recíproca entre el acreedor en este caso el Banco “Bisa”
S.A. y CEDELSUR S.A., queda claro que en los hechos la escritura pública
1017 es consecuencia de su similar 1016, donde se colocaron
estipulaciones expresas como parte de un acuerdo transaccional, aspecto
sobre el cual no se pronunciaron los Vocales demandados y el evidente
consentimiento y aceptación por parte de la entidad bancaria respecto a la
falta de fuerza coactiva del documento ejecutado; es decir, no existe una
relación del nexo de causalidad y causa jurídica que derivó a que se

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revoque el Auto de 26 de febrero de 2014 y en consecuencia se disponga
el archivo de obrados por considerar extinguida la obligación; en ese
antecedente, es pertinente señalar que la basta jurisprudencia
constitucional de manera clara ha establecido que la falta de
fundamentación de las decisiones judiciales, se constituye en la carencia
de respaldo argumentativo o la escasa o nula relevancia de los
argumentos expuestos al dirimir una controversia y remarca
enfáticamente que es imprescindible que el juez sustente de manera clara
los motivos que lo llevaron a tomar una decisión determinada, siendo éste
un deber del juzgador administrar justicia; a este efecto, los procesos que
sean revisados por él, deberán merecer de su parte un análisis minucioso
y una respuesta juiciosa y debidamente sustentada, explicando las
razones que llevaron al juzgador a asumir una decisión en concreto,
respondiendo y absolviendo cada uno de los cuestionamientos realizados
por ambas partes, toda vez que un principio general en materia procesal,
está directamente relacionado con el debido proceso y el derecho de
defensa, es que exista la debida coherencia, en todo auto o resolución; es
decir, entre los hechos, las pretensiones y la decisión, ya que el juzgador
debe resolver todos los aspectos ante él expuestos y las razones que lo
llevaron asumir esta decisión en este caso por qué determinó se revoque
el Auto que declaró probada la excepción de falta de fuerza coactiva del
documento 1017, constituyéndose en una verdad material el hecho de que
los terceros interesados tampoco ofrecieron prueba en el periodo de
prueba abierto para resolver el incidente, extremo sobre el cual tampoco
se pronunciaron ya que la congruencia de las resoluciones se mide en la
exigencia de la correlación de los antecedentes originados en el caso
concreto.

Es así que las resoluciones de forma clara deben expresar los motivos de
hecho y de derecho en que basaron su decisión; es decir; la
fundamentación no podrá ser remplazada por la simple relación o la
mención de los requerimientos de las partes, esta previsión normativa
permite ilustrar el razonamiento expuesto supra, pues se refuerza el
entendimiento de que el derecho al debido proceso, exige también que
toda resolución emanada de autoridad jurisdiccional sea debidamente
fundamentada con la suficiente motivación y congruencia relacionada al
caso; es decir, que todo administrador de justicia que deba dictar un fallo
o emitir pronunciamiento respecto a determinado tema propuesto por las
partes procesales, debe indispensablemente exponer los hechos, realizar
la fundamentación legal y citar las normas que sustentan la parte
dispositiva de la resolución; una actuación contraria, no solo suprime una
parte estructural de la misma, sino que en los hechos, el juzgador toma
una decisión de hecho y no de derecho, que al resultar alejada de los
principios constitucionales que rigen la administración de justicia, vulnera
de manera flagrante el derecho a un debido proceso, en la vertiente
legítima defensa y una tutela judicial efectiva, que repercute en la
seguridad que debe tener todo justiciable de que se obró conforme a

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derecho y la obligatoriedad e intangibilidad de las decisiones judiciales las
cuales provienen de la autoridad que les confiere la Constitución Política
del Estado para resolver los casos concretos, con base en la aplicación de
los preceptos, principios y valores plasmados en la propia Norma Suprema
y en las leyes, y de ninguna manera emanan de la simple voluntad o de la
imposición que pretendan hacer los juzgadores.

Por lo expuesto precedentemente, el Tribunal de garantías al haber concedido la


tutela solicitada, ha efectuado una adecuada compulsa de los antecedentes del
caso.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada; en


virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado
Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución 67 de 27 de
marzo de 2015, cursante de fs. 241 vta. a 245 vta., pronunciada por la Sala Social
y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, y, en
consecuencia CONCEDER la tutela solicitada en los mismos términos dispuestos
por el Tribunal de garantías.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chavez


MAGISTRADO

Fdo. Tata Efren Choque Capuma


MAGISTRADO

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