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EN TU CASA
POSTED: 30 MAY 2017 08:30 AM PDT
Antes de pedir un presupuesto para que su hogar sea exorcizado por un profesional del
celibato, es conveniente analizar si realmente estamos frente a una casa
embrujada o no.
Una investigación paranormal seria cuenta con varias fases, a lo largo de las cuales
es posible determinar si los sucesos extraños que ocurren en una casa pueden ser
explicados por causas naturales. De todas formas, la mayoría de estas investigaciones
comienzan por averiguar si los habitantes de la casa supuestamente embrujada han
experimentado alguno de estos sucesos:
¿Se oyen pasos en las escaleras, en los pasillos, o básicamente en cualquier habitación
de la casa donde sabemos que no hay nadie?
¿Las puertas de los armarios, alacenas, gabinetes, se abren o se cierran
inexplicablemente?
Estas son algunas señales de que en tu casa puede haber espíritus; pero
también existen otras, muchísimas más, las cuales empezaremos a examinar a
continuación.
No todas las personas pueden percibirlo, pero en ciertos casos se cree que
los espíritus desprenden un olor muy particular, que no necesariamente es
desagradable, aunque distinto del olor de los ángeles y los demonios. Resolver la
verosimilitud de estas apariciones odoríferas no es sencillo, ya que fácilmente se puede
confundir el olor de los fantasmas con los olores fantasma; cuyas causas son
ampliamente conocidas por la ciencia.
Tampoco es inusual que el olor detectado sea agradable, incluso reconocible para el
residente, y generalmente asociado con el mismo perfume que utilizaba un familiar ya
fallecido.
Sonidos inexplicables:
Pisadas, golpes, ruidos sin causa aparente, son algunas señales que los investigadores
paranormales deben tomar en cuenta a la hora de evaluar el escenario. Desde luego, no
todos los sonidos extraños son una señal de que hay un espíritu en casa, sino que
estos deben contar con una serie de características especiales.
Al parecer, a los fantasmas les gusta rascar los vidrios, paredes y espejos; pero este
aspecto rara vez se toma como la señal de una presencia espiritual. El sonido que
más interés despierta en los investigadores, respecto de la posibilidad de que sea
emitido por un espíritu, es uno que el propietario de la casa tarda bastante tiempo en
identificar. Incluso es posible que este se levante en medio de la noche, que recorra
toda la casa en búsqueda de su origen, y que el sonido se detenga, solo para volver a
comenzar cuando aquel vuelve a la cama.
Supongamos, por ejemplo, que estamos solos en casa. Es de noche y nos encontramos
en nuestra habitación. De repente, se oye un ruido irreconocible en la cocina. Cuando
vamos a investigar descubrimos que algo —un vaso, un cuadro, o incluso un objeto
más pequeño— ha caído al piso sin razón aparente. Una vez que sean descartadas las
explicaciones básicas —una mascota traviesa, un golpe de viento, etc— podemos
empezar a inquietarnos seriamente.
Son muy infrecuentes los casos en los que algunos muebles, como sillas o sillones,
parecen moverse solos, y más raro aún es que el propietario de la casa observe el
fenómeno mientras este se produce.
Luces:
El fenómeno de las luces que se prenden y se apagan solas tampoco suele ser
tomado como señal inequívoca de la presencia de un espíritu. Como en el caso de
las puertas que se abren o se cierran solas, el residente de la casa sabe, por ejemplo,
que apagó todas las luces al salir a la calle, encontrándolas posteriormente encendidas
al regresar. Esto es tan normal como inaceptable en una investigadores seria.
En algunos casos no son las luces las que se apagan o prenden solas, sino los
dispositivos electrónicos de la casa: televisores, radios, computadoras, etc. Incluso hay
casos registrados de personas que aseguran haber recibido llamados telefónicos de
los muertos.
Desaparición de objetos:
Este suceso es conocido como Fenómeno del Objeto
Desaparecido (Disappearing Object Phenomenon), y es extremadamente común y
difícil de probar. Los objetos que desaparecen en la casa son casi siempre pequeños, y
en todos los casos se trata de algo que el residente utiliza con frecuencia. como llaves o
un teléfono celular.
No solo se trata de creer que uno ha dejado las llaves en el mismo lugar de siempre y
luego encontrarlas en otro, sino de extraviarlas durante un lapso de tiempo solo para
volver a hallarlas en el sitio en donde debían haber estado en primer lugar.
Aunque la casa esté habitada por varias personas, es habitual que solo una de ellas
encuentre que sus posesiones se pierden misteriosamente.
Sombras:
Mucha gente ya conoce la leyenda de la Gente Sombra (Shadow People), es decir,
sombras o siluetas que el residente de la casa observa por el rabillo del ojo. Cuando
éste mira directamente hacia el sitio en donde debería estar la sombra, no encuentra
nada.
Generalmente estas sombras fantasma no son estáticas, sino que se mueven a gran
velocidad, a veces pasando por la abertura de una puerta y luego desapareciendo sin
dejar rastros sobre su causa. Son más densas que las sombras normales, y obturan por
completo la luz en los sitios por los que pasan. Muchas veces el residente de la casa ni
siquiera llega a observar si la sombra posee una silueta humana, pero en los casos en
los que sí es posible determinar su forma se suele describir a una silueta de baja
estatura.
Los perros suelen ladrar enérgicamente hacia un punto específico de la casa, casi
siempre un rincón, sin que el residente observe nada extraño allí. Después de unos
minutos, el perro dejará de ladrar, y volverá a su comportamiento habitual, pero
también puede ocurrir que transforme aquel ladrido furioso en una especie de quejido
o lamento, como si tuviera miedo.
En ciertos casos los perros incluso pueden rehusarse a entrar en ciertas habitaciones
de la casa.
Los gatos, lejos de emitir sonidos de alerta para el resto de los residentes de la casa,
manifiestan su alteración por los espíritus de manera totalmente silenciosa:
simplemente miran fijo hacia cierto punto de la habitación donde, insistimos, el ojo
humano no detecta nada inusual.
Este tipo de comportamiento extraño puede repetirse varias veces al día, siempre en
los mismos horarios, y su duración no supera los cinco o diez minutos. Transcurrido
este lapso, el animal volverá a comportarse con absoluta normalidad, como si nada
hubiese ocurrido.
También es importante señalar que los animales de la casa establecen un vínculo muy
fuerte no solo con sus dueños, sino además con otros animales con los que han
compartido el espacio; de hecho, pueden seguir viendo al espíritu de una mascota
fallecida, por ejemplo, antes de que esta se integre a lo que el investigador A.E.
Powell describe en términos frugales como: alma de los animales o almas
grupales animales.
El residente de una casa embrujada puede certificar objetivamente si una puerta fue o
no abierta, pero difícilmente podrá brindar evidencias concretas sobre lo que éste
siente cuando la presencia se encuentra cerca de él.
Hay individuos que aseguran que una entidad se les ha pegado al cuerpo durante
un tiempo; lo cual no es exactamente una síntoma de posesión, sino más bien de un
fuerte apego del espíritu hacia él.
Ambas posibilidades; es decir, cuando el sujeto siente que no está solo, o que está
siendo observado, ocurren frecuentemente en un lugar específico de la casa, y a
menudo a una hora en particular; sobre todo durante la noche. De hecho, una de las
sensaciones más recurrentes es la de que alguien invisible se sienta en la cama.
Una cosa es oír que una puerta se abre y otra muy distintas es ver cuando ese suceso
ocurre. Lo mismo puede aplicarse al resto de los fenómenos que anteriormente hemos
analizado. Regresar a casa y ver que la televisión está encendida, sin que exista la
posibilidad de que alguien más haya accionado el control remoto, puede dejarnos
algunas incertidumbres, pero realmente presenciar el momento en el que una radio o
una TV se prenden solas es, sin dudas, una señal de alarma.
Pero a veces los sucesos son bastante menos dramáticos en términos objetivos, aunque
igualmente aterradores; por ejemplo, cuando los juguetes del niño de la casa se
encienden solos y comienzan a operar en medio de la noche.
Generalmente son las mujeres las que aseguran haber sentido que algo o alguien las
peinaba, o bien que las acariciaba delicadamente en el cabello. Sumamente
perturbador, sin dudas.
Además de sentirse espiado por alguien, también es frecuente que el sujeto sienta que
hay alguien parado justo detrás de él. Otros, en cambio, experimentan la sensación de
que alguien les sopla una ráfaga de aire frío sobre el rostro mientras están en la cama.
En casos menos extremos, la sensación es parecida a la de una telaraña que nos
acaricia o nos hace cosquillas en la cara. Todo esto suele ocurrir cuando el sujeto se
encuentra acostado. De pie, la sensación es parecida a la de alguien que acabara de
pasar rápidamente junto a él.
Algunas personas sostienen oír el llanto de un niño, o susurros en la oscuridad, e
incluso voces que murmuran su nombre. Y si bien este fenómeno es verdaderamente
estremecedor, rara vez puede ser probado.
Los puntos fríos, o calientes, suelen tomarse como evidencia de que hay un espíritu
en la casa, pero esto no necesariamente trae consigo otras manifestaciones.
Todavía más extraños son los fenómenos de tipo poltergeist; en los cuales puede
observarse cómo ciertos objetos levitan, o directamente son arrojados contra las
paredes. En general, estos casos se caracterizan por ser sumamente violentos.