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a. El sacerdocio de Cristo1
JC, enviado y sacerdote, según Pablo. El esquema paulino es misional: a) Dios envía a
su Hijo, nacido de mujer, en semejanza de carne de pecado; b) para redimir a los que
están bajo la ley, para que la justicia de la ley se cumpla en nosotros; c) JC asume la
condición humana hasta sus últimas condiciones en un acto de obediencia al Padre. Su
enseñanza dice de JC que es el enviado del Padre para obrar por su muerte a redención
de los hombres, sacrificio que asume en un acto de obediencia al Padre. Con Pablo se
puede concluir teológicamente que la misión, concretada en la Encarnación, es el
constitutivo sacerdotal de Xto.
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V. Catecismo: 1544-1545.
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Reconocer a Cristo como el enviado del Padre equivale a haber entrado el hombre en el
camino de la gracia. Para que el mundo alcance la salvación Cristo envía a sus
discípulos como el Padre le ha enviado.
También se usa la imagen del pastor que separa las ovejas de los cabritos,
describe el Señor el comportamiento que personalmente habrá de seguir en le momento
de juzgar la bondad o maldad de los hombres.
En le discurso joánico del Buen Pastor Cristo queda definido con el buen pastor
por antonomasia que entrega su vida para que las ovejas la obtengan. Cuando Cristo
afirma: Yo soy el buen pastor, no modela una figura retórica, sino que da el
asentimiento de haberse cumplido en su presente la esperanza profética de Ezequiel:
“Yo suscitaré un pastor para ponerlo al frente y que apaciente las ovejas”. Pero Cristo
no solo las apacienta sino que da la vida por ellas. La categoría de Pastor en Juan
expresa unitariamente la realidad misional y sacerdotal de su persona y por lo tanto de
su obra.
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1º Jesucristo, mediante la llamada y la misión, instituyó a los Doce; 2º Para que
cumplieran el cometido de enviados, les confirió la potestad por medio del E.S.; 3º En
virtud de la misión y la potestad recibida, los Apóstoles son ministros y dispensadores
de los misterios de Dios; 4º En un proceso de desarrollo histórico los Apóstoles
admitieron colaboradores en su misión; 5º Estos colaboradores aparecieron
posteriormente con los títulos de obispos-presbíteros y diáconos; 6º Los obispos-
presbíteros presiden la comunidad de forma colegial y a los diáconos se les considera
colaboradores de aquellos.
La condición sacramental del xtno es la que le hace miembro de la Iglesia a partir del
bautismo, partícipe del sacerdocio bautismal o común, que será ejercido de forma
preeminente por medio de los sacramentos y especialmente por la eucaristía. Ahora
bien, ordenado a este sacerdocio existe el sacerdocio ministerial, cuya diferencia no es
solo gradual sino esencial (LG 10), ya que el pueblo sacerdotal –LG 9- no posee el
poder sacerdotal y los ministros no son los delegados de la comunidad –que no puede
asumir el papel de mediador entre ella y Dios, aunque todos los fieles sean miembros de
Xto sacerdote. Hay, pues, dos sacerdocios: el común, edificado sobre la base del
bautismo, y el ministerial, fundado sobre la ordenación ministerial, en orden al servicio
organizado. La tradición católica ha sido constante en proponer la condición sacerdotal
del pueblo de Dios. Partiendo del NT (Ap y 1Pe 2,5) que, a su vez, asume el dato del
AT (Éx 19,6), la patrística presenta la naturaleza sacerdotal del pueblo de Dios como
efecto del bautismo y de la infusión del ES. Trento admitió el doble sacerdocio, pero
negó enérgicamente que a partir del sacerdocio común todos los fieles gozan de idéntica
potestad en la Iglesia (Lutero). Trento, motivado por la preocupación por defender el
sacerdocio ministerial contra las tesis de los reformadores, dejó muy recortada la
doctrina del sacerdocio universal de los fieles. Trento habla expresamente del
sacerdocio externo (ministerial), y se refiere indirectamente al interno cuando reprueba
que según la doctrina luterana todos los xtnos son sacerdotes de modo indiferenciado.
TODOS SACERDOTES, ALGUNOS MINISTROS. La diferencia entre el sacerdocio
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V. Catecismo: 1546-1547; 1591.
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ministerial y el sacerdocio común es de orden sacramental, es decir, se sitúa al nivel del
signo: en el hecho de estar relativamente en frente del resto de la comunidad, el
sacerdote es un signo efectivo de que Xto es el Señor de la Iglesia y se halla presente en
ella dotándole con sus dones de salvación.
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Catecismo 1592-1596; Lumen Gentium: obispos (LG 21; 24-27); presbíteros (LG 28); diáconos(LG 29)
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de Xto, porque ha sido elegido y consagrado y elegido para actuar in persona Christi
Capitis, y como representante de la Iglesia, porque ha recibido también de ella la
designación oficial para actuar de manera pública y autorizada en su nombre: in
persona/in nomine ecclesiae. En esta perspectiva, el ministerio se entiende como una
misión que, si bien requiere una cualificación personal, es esencialmente funcional y
representativa.
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A partir de la categoría de apostolicidad, entendida genéricamente como aquella
realidad fundamental que constituye a la iglesia como iglesia de JC, el sacramento del
orden ha de entenderse como signo e instrumento de la fundamentación apostólica de la
Iglesia, que expresa y realiza su esencial referencia a JC, concretamente a través de la
predicación –martyría, kerigma, didaskalía; el culto –leitourgía-; la comunión fraterna –
koinonía- y el servicio al reino –diakonía-.
-Dimensión cristológica4
La relación con el Dios trinitario configura la identidad sacerdotal y por ello constituye
la fuente del ser y también del obrar del sacerdote. La identidad, el ministerio y la
existencia del presbítero están, por tanto, relacionados esencialmente con las 3 personas
divinas, en orden al servicio sacerdotal. Si todo xtno, está, por medio del bautismo, en
comunión con Dios uno y trino, es también cierto que, a causa de la consagración
recibida con el sacramento del Orden, el sacerdote es constituido en una relación
particular y específica con el Padre, el Hijo y el E.S. Si la dimensión trinitaria une al
ministro con el mismo ser de Dios, de cuyo dinamismo intrapersonal y salvífico
participa, esta vinculación tiene un rango si cabe más concreto al referirse a Cristo, de
cuyo sacerdocio participa. El sacerdote por la misión conferida por JC a los 12 y en
virtud del sacramento que ha recibido queda configurado en su ser, y por ende en su
vivir, con Xto sacerdote, al ser enviado de Xto, se define ministerialmente desde Cristo,
de ahí que, como ha enseñado Vaticano II, actúa siempre en persona de Xto, es decir, en
nombre y representación de Xto. El ministro no solo actúa desde Xto, sino que se define
en naturaleza sacerdotal desde la relación personal con Xto, que le asume y capacita
para actuar en su nombre dentro de la Iglesia. Es cierto que el presbítero es un
cooperador del obispo en las labores pastorales de la Iglesia, pero su entidad
sacramental en la Iglesia, aquello que es y que le constituye arranca directamente de
Xto, de cuyo sacerdocio participa y al que sirve como instrumento que dentro de la
Iglesia trabaja en su nombre. Por eso se dice que el orden imprime carácter puesto que
confiere una especial consagración a Xto y a la Iglesia.
-Dimensión pneumatológica5
Pastores dabo vobis 15: El NT es unánime al subrayar que es el mismo Espíritu de Xto
el que introduce en el ministerio a estos hombres, escogidos entre los hermanos.
Mediante la imposición de las manos, que transmite el don del ES, son llamados y
capacitados para continuar el ministerio apostólico.
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nunca perderá la presencia ni el poder eficaz del Espíritu Santo, para poder ejercitar su
ministerio y vivir la caridad pastoral como don total de sí mismo para la salvación de
los propios hermanos.