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GOBIERNO DE JUAN VELASCO ALVARADO

INTRODUCCION

El contexto social y político vivido es una época de crisis institucional del Estado
peruano, donde nuestro país se encontraba sumido en una grave inestabilidad,
donde imperaba un Estado Oligárquico, en el cual una minoría oprimía a las grandes
mayorías. Correspondiéndole también vivir aquel momento de cambio, de
transformación; el momento en el cual las Fuerzas armadas dirigidas por el General
del ejército Peruano Juan Velasco Alvarado decide poner fin a esta crisis a través de
un golpe de estado al Arquitecto Fernando Belaúnde en 1968 y decide implantar un
gobierno de corte nacionalista, basado en un capitalismo de Estado y buscando la
democracia de participación plena.

Revolución Militar, Dictadura, Gobierno de facto; nombres con los cuales se ha


catalogado el Gobierno que se dio en nuestro país durante los años 1968 y 1975,
dirigido por el General de Ejército Peruano Juan Velasco Alvarado; un gobierno que
para algunos se caracterizó por su naturaleza centralizada, autoritaria y burocrática y
para otros privilegió la participación nacional y logro una auténtica reforma del
estado oligárquico imperante en esa época.

OBRAS DE SU GOBIERNO

- Nacionalizo La BREA y Las PARIÑAS (09 de octubre de 1968).


- Se dio la ley de REFORMA AGRARIA (24 de junio de 1969).
- Se dio la ley general de AGUAS.
- Se dio la ley de comunidades industriales (septiembre de 1970).
- Se EXPROPIARON los DIARIOS (julio 1974).
- Se formuló el “PLAN INCA”.
- Se crearon las empresas de propiedad social.
- Se expropio la industria de la pesca.
- Se dio la ley de REFORMA EDUCATIVA (1972).
- Se dio la ley general de minería.
- Se expropio Cerro de Pasco. Se creó Minero Perú.
- Se creó el ministerio de pesquería (diciembre de 1969); la corporación financiera
de desarrollo COFIDE (mayo de 1971); el sistema de apoyo a la movilización social
– SINAMOS (JULIO 1971); SIDER PERU (noviembre 1971); el sistema de Defensa
Civil (noviembre de 1972).
- Se produjo el Motín de la Guardia Civil (05 de febrero de 1975). - Se suscribió el
Acuerdo de Cartagena (pacto andino).

ANTECEDENTES

La economía peruana estaba constituida por:

a) un sector agrícola primitivo, estancado y sobrepoblado.

b) un sector manufacturero que a su vez se componía de dos subsectores


desiguales ambos urbanos: uno pequeño, moderno y con un alto grado de inversión
de capitales; y otro tradicional, de mayor tamaño, compuesto de trabajadores
independientes y de un gran número de pequeños artesanos.

c) un floreciente sector de servicios, que también se componía de elementos


modernos y tradicionales muy divergentes como profesionales y propietarios o
gerentes de industrias, junto a trabajadores de los mercados, personal de servicio
sin habilidad especial y vendedores ambulantes.

EL OBJETIVO ECONÓMICO

El objetivo económico del Gobierno era el “promover a superiores niveles de vida,


compatibles con la dignidad de la persona humana, a los sectores menos
favorecidos de la población, realizando la transformación de las estructuras
económicas, sociales y culturales del país. Si bien el gobierno de Velasco definió
una nueva forma de Estado que poseía poder económico efectivo, este seguía
siendo dependiente del sistema capitalista. Ya que las reglas de juego del
capitalismo aún persistían en el sistema, los sectores industriales pudieron
incrementar su poder económico y conservar su capacidad de influencia.

Para los militares el estancamiento económico se debía a la monopolización y mala


distribución de los recursos económicos que estaban a merced de los oligarcas y los
inversionistas extranjeros. El objetivo que se proponían era lograr un crecimiento

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que estuviera determinado por exportaciones con valor agregado y mayor
integración de la economía local. Las actividades de las empresas extranjeras
debían ser limitadas y reguladas, luego, la economía nacional podría obtener
ganancias de un modelo de sustitución de importaciones por productos intermedios,
a través del desarrollo de la industria nacional mediante el incentivo a la importación
de bienes de capital y la restricción de las importaciones de manufacturas.
El proteccionismo tuvo como efecto una disminución de la competitividad de la
producción nacional que fue destinada casi exclusivamente a abastecer un
pequeño mercado interno y no a la exportación.

La intención de los militares era permanecer en el poder hasta que el proceso


revolucionario fuese irreversible, para ello introdujeron una serie de reformas que
afectaron casi todas las esferas de la sociedad. Para que la propuesta funcionara, el
estado debía tener un rol activo para promover y guiar el desarrollo nacional a través
de su intervención en la actividad económica, sociocultural y política. Las reformas
que realizó el gobierno junto con la estatización de varios sectores de la producción
hicieron que varios servicios públicos pasaran a manos del Estado. Sin embargo,
las nacionalizaciones y la nueva legislación dieron paso a un panorama de
incertidumbre económica que hizo difícil convencer a las firmas extranjeras para que
inviertan el capital que se necesitaba.

El gobierno peruano implementó una serie de medidas con el objetivo de transformar


el panorama social del país, a través de un cambio en el sistema de distribución de
la riqueza, particularmente del régimen económico y el de propiedad de la tierra. Una
de tales medidas fue la promulgación del Decreto Ley No. 17716 (Ley de Reforma
Agraria) el cual tenía el objetivo de transformar la estructura de titularidad de tierras
del país y sustituir los regímenes de latifundio y minifundio por un sistema de
redistribución equitativa de la propiedad rural La reforma agraria se llevó a cabo a
través de expropiaciones de predios rústicos. Dichos terrenos cuyos propietarios
eran tanto personas naturales como jurídicas pasaron en un primer momento a ser
de dominio estatal, y luego fueron distribuidos entre campesinos y pequeños
agricultores organizados en cooperativas y sociedades agrícolas. Las personas
expropiadas obtuvieron el derecho a ser indemnizadas según una tasación realizada

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por el Estado, y sobre la base de un justiprecio cuyo pago era imperativo por
mandato constitucional.

Obras más relevantes en el gobierno de Juan Velasco Alvarado:

El Acta de Talara

En 1963 ganó las elecciones presidenciales el arquitecto Fernando Belaúnde Terry,


una de cuyas promesas de su campaña electoral fue la solución del enojoso pleito
de La Brea y Pariñas. Como primer paso envió al Congreso un proyecto para
declarar nulo el Laudo de París y solicitó que los campos de La Brea y Pariñas
pasaran a poder de la Empresa Petrolera Fiscal (entidad estatal). Atendiendo a este
pedido, el Congreso dio la Ley Nº 14.696, que declaraba nulo ipso jure el Laudo,
pero no se pronunció sobre el segundo punto. El Poder Ejecutivo promulgó la ley el
4 de noviembre de 1963, quedando así autorizado para buscar una solución al viejo
problema. Finalmente, por Ley 16.674 del 26 de julio de 1967, se autorizó al
gobierno la reivindicación de los yacimientos e instalaciones de la IPC contra los
adeudos.

En julio de 1968 el gobierno inició tratos con la IPC. El 13 de agosto del mismo año
ambas partes firmaron el Acta de Talara por el cual todos los campos petroleros
pasaban a poder de la Empresa Petrolera Fiscal (EPF) a cuenta de los adeudos de
la IPC, pero esta conservaba la refinería de Talara, el sistema de distribución
nacional del combustible y el condominio en las llamadas Concesiones Lima. La IPC
se obligaba a comprar todo el petróleo que la EPF le quisiera vender, para
procesarla en su refinería de Talara. Todo lo cual iba contra las expectativas creadas
por la Ley 16.674, que exigía la entrega de todas las instalaciones de la IPC por sus
adeudos, pero por el momento el gobierno supo explotar el acuerdo como un gran
éxito de su gestión.

El Acta fue firmada por el presidente Belaúnde, por el Presidente del Senado Carlos
Manuel Cox, por el Presidente de la Cámara de Diputados Andrés Townsend Ezcurra
y por los altos funcionarios de la IPC. Toda la prensa se hizo eco de este suceso y

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publicaron en primera plana el fin del "Problema de la Brea y Pariñas", contentando
así a la opinión pública.

El escándalo de la Página Once

Sin embargo, la opinión pública cambió de parecer cuando un sector de la prensa (la
revista Oiga) dio a conocer las condiciones que había impuesto la IPC para la firma
del Acta. El momento cumbre del escándalo llegó cuando el renunciante presidente
de la EPF, ingeniero Carlos Loret de Mola, denunció que faltaba una página en el
contrato de precios de petróleo crudo entre la EPF y la IPC (10 de setiembre de
1968). Esa fue la famosa "Página Once" que algunos le atribuyeron una gran
importancia pues alegaban que contenía valiosa información sobre costos; otros
adujeron que sólo era una página en blanco y hubo incluso algunos que negaron su
existencia. Lo cierto es que sirvió de pretexto para que un grupo de oficiales del
ejército, encabezados por el general Juan Velasco Alvarado, dieran un golpe de
estado menos de un mes después, acusando al gobierno de “entreguismo”.

La ocupación militar de las instalaciones de Talara

El 9 de octubre de 1968, el gobierno de Velasco ordenó la toma de las instalaciones


de la IPC en Talara, la misma que la realizaron las fuerzas de la Primera Región
Militar con sede en Piura, al mando del general Fermín Málaga. Este hecho tuvo un
gran impacto en el país y ayudó al gobierno a consolidarse en el poder. La fecha del
9 de octubre se celebró a lo largo del gobierno militar como el Día de la Dignidad
Nacional.

La IPC fue expulsada definitivamente del país, y aunque Velasco anunció


reiteradamente que no pagaría ningún centavo de reparación a dicha empresa (que
era filial de la Standard Oil de New Jersey), más tarde se supo que el gobierno
negoció en secreto con la IPC, y que, mediante el Convenio De la Flor-Greene, el
Perú pagó una indemnización global de 76 millones de dólares a todas las empresas
estadounidenses o de propiedad de estadounidenses afectadas por las
expropiaciones. En cuanto a los adeudos que la IPC tenía con el Estado (que
contando desde el año 1924 se estimaban en 690 millones de dólares), estos nunca
se pagaron.

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Con respecto a los yacimientos petrolíferos de La Brea y Pariñas, estos se
encontraban ya en franca declinación productiva. La misma refinería de Talara ya
para entonces estaba muy obsoleta. Teniendo como base todo ello, el gobierno
militar creó la entidad Petróleos del Perú (PETRO-PERU), destinada a la explotación
y comercialización de la riqueza petrolera.

Alcance político de las reformas e instituciones

Políticamente, las reformas tuvieron un impacto fuera de lo económico y social,


primero, la reforma agraria, el hecho más importante del periodo de Velasco, y que
se había postergado por mucho tiempo, significó un enfrentamiento directo con la
oligarquía, la cual estaba íntimamente ligada al sector agroexportador. Según Pease,
dañar relaciones con la oligarquía significaba problemas con la Sociedad Nacional
Agraria (SNA), que era muy poderosa, así como con otros sectores de la clase
dominante. La élite oligárquica buscó controlar el régimen indirectamente, mediante
miembros del gobierno. Así, el Ministro de Agricultura, José Benavides, se dedicó a
plantear la reforma de forma en que no se vieran los aspectos que pudieran ser
conflictivos, como la expropiación de tierras, lo cual dio a entender por un momento
que la supuesta revolución se habría estancado como sucedió anteriormente. Sin
embargo, como dice Contreras y Cueto, este intento por continuar la hegemonía no
dio resultado ya que la reforma agraria, que le quitó a este sector su base material,
se llevó a cabo poco después, expropiando hasta 1979 casi 10 millones de
hectáreas de tierra cultivable. Aunque los resultados de la reforma agraria no
cumplieron completamente varios de sus objetivos, si logró debilitar la estructura
tradicional de la clase alta y sus bases agrarias de poder.

En cuanto a las reformas relacionadas a los recursos naturales, que involucran la


nacionalización de industrias de productos naturales como la minería y la pesca, es
importante mencionar el hecho de que se les brindaron derechos laborales a los
trabajadores, a quienes, hasta ese momento, y bajo el mando de los antiguos
dueños extranjeros, no se les había brindado.

La reforma educativa, por otro lado, desencadenó una serie de conflictos con los
profesores de las escuelas públicas, debido principalmente a la detención de una ley
aplicada durante el gobierno anterior, que aumentaba su salario progresivamente.

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Ante esta acción, el SUTEP, que estaba en ese entonces manejado por Patria Roja,
tuvo violentos choques con el nuevo gobierno.

La reforma de la Administración Pública inició una serie de importantes cambios que


fortalecieron la capacidad de intervención de los ministerios y los sectores que les
pertenecían institucionalmente, Contreras y Cueto mencionan que se inició una
expansión en la actividad pública con el crecimiento de los ministerios del gobierno,
tales como los de Pesquería, Energía y Minas, Industria, Turismo, Construcción y
Vivienda y Alimentación e Integración que antes pertenecían al desaparecido
Ministerio de Fomento. Asimismo, el Instituto Nacional de Planificación fue
convertido también en ministerio.

Se creó también el Comité de Asesoramiento de la presidencia de la república


(COAP), el cual tenía la función de asesorar y elaborar decisiones, y estaba
conformado por coroneles y capitanes. Ese comité, que equivalía a una comisión
parlamentaria, era el equipo más cercano al presidente, donde los integrantes eran
candidatos a ministros.

Ante esta creciente institucionalidad, se hizo notoria la falta de autonomía de cada


uno de los ministerios, ya que estaban controlados por miembros de la Fuerza
Armada. Pease menciona que aquellos oficiales que ocupaban los cargos en estos
distintos ministerios, superponían sus distintos estilos de conducción, ya sea en
normas, procedimientos o formas de ejercicio de poder, lo cual hacía obvia la
subordinación administrativa al gobierno militar. En consecuencia, la burocracia
además de conservar su ineficiencia, se volvió insegura y muy rígida.

En conjunto, sus reformas no solo afectaron el poder de la oligarquía, sino también


impactaron a las clases populares, brindándoles cierta conciencia política que
provocó la movilización popular. Sin embargo, debido a la herencia que dejaron los
gobiernos oligárquicos de su “desarticulación política”, se vieron limitados.

También una de las reformas fue la industrial, cuyo desarrollo industrial permanente,
fue lograr la autonomía económica nacional significó que los industriales peruanos
fueran los principales beneficiarios del crecimiento industrial, así se dieron incentivos
generosos a las industrias para alentar la reinversión e importación de bienes de

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capital e insumos. La Ley General de Industrias dio a los empresarios exenciones
tributarias y protección en el mercado. Si antes de la nacionalización las empresas
públicas obtenían beneficios y pagaban impuestos, después de la nacionalización
dejaron de hacerlo, algunas ni siquiera integraron sus actividades al plan de
desarrollo nacional. Para 1975, el sector público era grande y estaba en bancarrota.

Reforma agraria

La Reforma Agraria en el Perú fue un conjunto de medidas políticas, económicas y


sociales cuyo objetivo era modificar la propiedad que existía en aquel entonces
sobre la tierra. En otras palabras, buscaba que las pocas personas con grandes
cantidades de terreno agrícola entreguen parte de su propiedad a sus empleados,
que no eran dueños del terreno que trabajaban a diario, y en algunos casos, desde
hace generaciones. Cabe resaltar que en casi todo Sudamérica se llevaron a cabo
reformas agrarias como en Chile, Guatemala y Uruguay.

Si bien la reforma agraria tuvo sus inicios en Cuzco durante 1963, no fue hasta el 24
de junio de 1969(este día es simbólicamente el día del campesino), durante el
gobierno de Juan Velasco Alvarado, que se inició el proceso de adjudicación de
tierras. El propósito era generar más igualdad entre los peruanos sobre las tierras
agrícolas. Lo común era que pocos ricos sean dueños de grandes parcelas, mientras
que los pobres solo trabajaban para los ricos sin ser propietarios de nada. Casi 11
millones de hectáreas fueron entregadas a cooperativas y comunidades campesinas
para su uso y gerencia. No existe un cálculo exacto que determine cuantas cabezas
de ganado vacuno y ovino fueron expropiadas de los terratenientes en este proceso.

Tras esta acción, el Perú no logró el desarrollo esperado. Se esperaba que, al


otorgar su propia tierra de cultivo a los campesinos, estos trabajarán más, porque
trabajarían para sí mismos e incrementarían su productividad. Lo que en realidad
sucedió fue que los campesinos terminaron con terrenos del tamaño de un jardín de
casa pequeño, en donde no se podían hacer cultivos comerciales, sino cultivos para
subsistir. Como se tenía una gran diferencia de educación entre grandes
terratenientes y sus trabajadores, los campesinos no podían administrar
adecuadamente sus chacras. La gran consecuencia de la reforma agraria fue el

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estancamiento de la producción agraria debido a la muy baja producción que podían
generar los nuevos propietarios.

No todo fue pérdidas. Antes de la reforma la población campesina era parte de la


tierra y no se les reconocían derechos de ciudadanos, eran algo muy parecidos a
esclavos que se podían adquirir cuando se compraba el pedazo de tierra en donde
vivían. Es a partir de la reforma, y gracias a otras medidas implementadas por Juan
Velasco Alvarado, que la población campesina deja de ser parte de la tierra y se
convierten en ciudadanos libres.

La Constitución de 1933 dicta que las expropiaciones por reformas debían ser
pagadas con bonos y estos deberían ser aceptados obligatoriamente como forma de
pago. Durante la época de las expropiaciones los bonos no fueron pagados a los ex
dueños, por descoordinaciones gubernamentales (gobierno militar). En total la deuda
estimada que tenía el estado con los ex dueños de estas tierras divididas es de
US$4,500 millones. Ya en el 2012, el Tribunal Constitucional anunció la elaboración
de una resolución que genere la cancelación de la deuda. Esta deuda revalorada,
con un interés de 7,5% anual, alcanzaría valores que rodean los US$100,000
millones. Hasta hoy, la Confederación Nacional Agraria (CNA), fundada por
campesinos beneficiarios de la reforma en 1974, la considera “como modelo a nivel
mundial, pues no hubo derramamiento de sangre y se promovió la justa distribución
de la propiedad de la tierra”. Sin embargo, organizaciones mundiales que
promueven el libre comercio entre países, al que Perú se suma velozmente con
EEUU y la Comunidad europea, no ven con buenos ojos la demora del pago de
deudas contraídas por el estado con sus empresarios en periodos políticos de estilo
militar y autoritario.

La prensa

Desde los inicios del régimen, las relaciones entre el gobierno de las fuerzas
armadas y los medios de comunicación no fue favorable.

En el gobierno de Velasco, los medios fueron censurados con la intención de oprimir


a la oposición, adquirir ingresos y mantener el control político de la población Las
pocas compañías en los medios de comunicación que no fueron censurada o

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expropiadas, también fueron cediendo poco a poco al régimen militar, debido al
miedo de ser censuradas o por la presión del mismo régimen. Por ejemplo, la revista
Caretas, que fue censurada y reabierta repetidas veces, o el diario expreso.
Asimismo, deportaron a algunos dueños o miembros importantes de estos medios.

Las censuras tuvieron diferentes finalidades: la primera fue la adquisición de


ingresos mediante las emisoras y diarios censurados, lo cual era parte de su
proceso de nacionalización y aparte servían para ayudar al gobierno con sus gastos
y el mantenimiento de sus reformas, el gobierno velasquista logró adquirir hasta un
25% del capital de estas empresas El segundo fue el control social que quería
mantener, las acciones de censurar diarios que pertenecían a familias de estatus
alto, como lo era la familia Miro - Quesada, propietarios del diario “El Comercio”
fueron percibidas como golpes hacia la burguesía que fueron apoyadas por la
población, además de otorgarle el control sobre los medios para influir en la
población.

Asimismo, el gobierno de Velasco creó instituciones como la Oficina Nacional de


Informaciones, que se encargaba de censurar todo aquellos que no era favorable al
régimen, con estas acciones, el dictador también buscaba disminuir la presencia de
sus oposiciones, para no puedan influir en la población. Mantuvo una brecha entre
las clases sociales bajas y las clases altas, de tal manera, que entre ambas no hubo
mucha comunicación, lo que dejaba a la burguesía con pocas herramientas para
protestar en contra del gobierno.

De igual manera, la censura también sirvió a manera de justificación y de protección


del gobierno. Justificación porque usaron los diarios censurados para mostrar las
políticas que iban a implementar los diferentes sectores. Su objetivo era hacer ver a
la población que estas políticas no representan una época perjudicial para la
población, sino que eran presentadas como acciones necesarias para traer
prosperidad al país.

Protección en la medida de que se censuraban diarios que criticaban e investigaban


a los miembros del gobierno de Velasco, para mantener el control y no levantar
cuestionamientos sobre las personas que dirigían el gobierno. La participación
popular que Velasco buscaba la participación ciudadana (que en realidad era que los

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ciudadanos muestran apoyo al régimen), lo que fue un factor para su control en la
población.

Por otra parte, Velasco buscaba que los medios regionales promueven el sentido de
identidad nacional. Para ello, prohibió todo aquello que difunda lo extranjero. Por
ejemplo, la censura a la frase “toma Coca-Cola” en las publicidades. A partir de esta
prohibición, Velasco esperaba que los medio difundan música peruana en lugar de
alinearse con las costumbres extranjeras y sobre todo norteamericanas.

Los impactos de la censura en la población fueron negativos, puesto que la mayoría


de los canales forzaban a la gente a ver solo contenido relacionado con el Estado.
De igual manera, los pocos medios que quedaban mostraban contenido de apoyo
hacia las políticas del gobierno, solo para evitar ser censurados. En los medios, se
llegaba a transmitir aproximadamente un 60% del contenido relacionado con el
gobierno.

En contraste con las otras reformas llevadas a cabo por el Gobierno Revolucionario
de las Fuerzas Armadas, la reforma de medios de comunicación no estuvo
contemplada en los documentos iniciales de la revolución si bien desde inicios del
régimen la prensa, la radio y la televisión sufrieron acciones transformadoras ya
mencionadas, pero no fueron las únicas.

El plan del gobierno militar hacia los medios de comunicación fue el de expropiarlos
y dárselos a otras instituciones. En el caso de la prensa, la gestión de los periódicos
fue a parar a sectores sociales organizados; la publicidad estuvo sujeta a normas de
control sin precedente.

En tanto a la radio y la televisión, la Ley de Telecomunicaciones de 1971 le dio


potestad al Estado para participar en la producción y supervisión de contenido por lo
que estos medios tuvieron que tuvieron que dar espacio a la presencia del Estado y
la programación cultural y educativa que este promovía. A diferencia de otros
gobiernos militares en la región, Velasco no buscó crear su propio órgano de
expresión, sino que prefirió transformar el sistema y poner a los medios a trabajar a
su servicio. Si bien la intervención Estatal en los medios tuvo gran alcance, en la

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práctica el gobierno concentró su influencia en la prensa escrita, nacionalizando las
telecomunicaciones y encargando su administración a empresas públicas.

En 1974, se confiscaron los medios de comunicación. Así, a la clausura de los


diarios Expreso, Extra, la revista Caretas y las radioemisoras Radio Noticias y Radio
Continente, se sumó la presión a los canales de televisión privados para que
vendieran el 51% de sus acciones al Estado (1971). Asimismo, en julio del mismo
año se expropiaron los periódicos La Prensa, El Comercio, Última Hora, Ojo.

PORQUE SE DIO FIN A SU GOBIERNO

Los problemas en el gobierno se dieron progresivamente, si bien se empezó a notar


con el incremento de la represión y autoritarismo, expresado en decisiones como la
toma de los medios o el control excesivo de la participación social, también tuvo que
ver con las tensiones entre el gobierno, las fracciones oligárquicas y la burguesía
industrial, así como con el poco apoyo por parte de su propio interior hacia el estilo
de las reformas llevadas a cabo. Contreras y Cueto mencionan que la Marina, el
sector más conservador de las Fuerzas Armadas, representado por el Almirante
Vargas Caballero, hubiera preferido que el rol del gobierno fuera más moderado, ya
que defendían dentro de la cúpula militar, el reformismo liberal, lo cual generó
constante tensión puesto que tenían el apoyo de industriales, empresarios y ciertos
diarios. De esta manera, según Pease, el hermetismo militar se rompe, ocasionando
contradicciones y enfrentamientos entre ministros y consecuentemente una crisis
institucional.

Posteriormente, inició la crisis económica, la cual, según Pease, no fue originada por
las reformas, sino por su “insuficiencia”, debido principalmente a la aplicación de una
política económica poco coherente. Sin bien sus reformas estaban dirigidas a las
propiedades y a su poder intervencionista, siguió dependiente de la inversión privada
y del crédito extranjero. De esta forma, su deuda externa fue creciendo a medida
que utilizaba aquella financiación en proyectos de largo plazo. Por otra parte, gracias
a una ampliación del mercado por la recuperación de los salarios, la demanda de
alimentos y bienes de consumo creció, generando una escasez debido a la ineficaz
respuesta del sector agrícola hacia la reforma. Esto tuvo como consecuencia el inicio
de la dependencia de la importación de alimentos. De la misma manera, la industria

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también se había vuelto dependiente de los insumos y maquinaria importados, lo
cual ocasionó presión en las divisas.

La pobreza de los campesinos fue otro efecto no solo de la crisis económica, sino de
la reforma misma, generando para los últimos años de gobierno de Velasco
invasiones de tierras para poder “acelerar” la reforma y obtener finalmente mejores
condiciones de vida.

Por otro lado, casi al final de lo que fue el gobierno de Velasco, sucedió un hecho
caótico que involucró a las fuerzas policiales. El 5 de febrero de 1975, el mismo año
en el que Velasco tuvo que dejar el cargo, la policía entró en huelga y se atrincheró
en el local donde funcionaba la radio “Radio Patrulla”, dejando desprotegida a la
ciudad. Esto generó violentos disturbios, destrozos, saqueos y motines de
manifestantes que incluye desde estudiantes, hasta miembros de nuevos y antiguos
partidos políticos. Ante esto, el ejército intervino represivamente, recuperando el
orden con tanques y dejando heridos y muertos.

La enfermedad de Velasco aceleró su derrota, luego de la amputación de su pierna,


la dificultad para realizar los viajes que lo mantenían en contacto con los jefes del
interior permitió que el general Morales Bermúdez, ministro de Economía de Velasco
como de Belaunde, y quien ya se encontraba planeando su reemplazo, los
contactara y mantuviera de su lado al momento de tomar el poder en 1975.

Las correlaciones de poder van fluctuando en función a la oportunidad que cada


actor tiene para aprovechar la coyuntura. Sin embargo, hay un claro alejamiento del
presidente Velasco, a medida que observan que su poder es limitado y su base
política es estrecha. El 29 de agosto el general Francisco Morales Bermúdez,
Ministro de Guerra y Comandante General del Ejército que pertenecía al sector
institucionalista junto con militares de la tendencia “progresista”, se pronuncia
desde Tacna para dar el contragolpe y los comandantes de las 5 regiones militares
lo secundan. El golpe es contra Velasco, pero también contra la tendencia
representada por la “Misión” donde estaban los vínculos con la burguesía liberal
industrial y agro exportadora. Si bien existía gran hermetismo al interior de la cúpula
de gobierno por lo que fue difícil determinar los grupos y divisiones de poder, durante
el golpe fue más complicado debido a que los que participaron estaban en los

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cuarteles. Se trataba más bien de una corriente silenciosa al interior de gobierno que
con el golpe quería expresar el desgaste de la lucha interna y del ejercicio de poder
de las Fuerzas Amadas. Existían muchas preocupaciones de parte de esta corriente
individual que estaba influida por discusiones ideológicos dentro del gobierno como
los problemas geopolíticos al Sur, el aislamiento del Perú, las relaciones del
gobierno con tiranos del Continente, los problemas de abastecimiento, la presencia
de oficiales activos en cargos civiles de la administración y la necesidad de una
conducción del gobierno más institucional haciendo hincapié en el ejercicio del
poder.

CONCLUSIÓN

Respecto a otros golpes militares en la región, el golpe de Velasco Alvarado


representó un caso atípico, por sus lineamientos ideológicos, los sectores sociales a
los cuales apuntaba la retórica de los militares y el esquema de relaciones
internacionales resultante. Velasco Alvarado encabezó un grupo de militares
nacionalistas con ideas de reformas sociales, que tenían como objetivo una
revolución que modificara radical y fundamentalmente la estructura socioeconómica
del Perú, constituyéndose como una nueva clase política dirigente. Se trataba de un
proyecto cesarista para la refundación de la Nación Peruana, la cual sería convertida
en una sociedad “Libre, Humanista y cristiana”, que fuera “Justa, Libre y Soberana”

El Autoritarismo queda evidenciado en el dirigismo de los militares en el poder,


aunque no es sólo adjudicable a la condición de militar de la élite dirigente. Puede
asociarse el autoritarismo de los militares peruanos a un voluntarismo propio de
quienes sostienen teorías revolucionarias.

No obstante, su gobierno tuvo mejoras sociales y no sólo nos referimos a la


población pobre tuvo mejores niveles de vida, sino los servicios sociales, tales como
la salud y educación, estuvieron a su alcance. Fue el momento de mayor dignidad
patria, después de siglos de dominación y explotación colonialista española y de sus
descendientes los criollos. No sólo por su posición internacional soberana, sino por
las reivindicaciones históricas y la defensa de la verdadera cultura peruana, la
andina. El Gobierno Revolucionario logró capitalizar miles de millones de dólares
con la creación e implementación de grandes empresas nacionales como Petroperú,

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Pesca Perú, Minero Perú, Enafer Perú, Enapu, Aeroperu, Compañía Peruana De
Vapores, Entel Perú, Sima, Epsep, entre muchas otras.

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