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Diplomatura en Género y Participación

Universidad Nacional de San Martín

Trabajo práctico: Aproximación a la Organización social de los cuidados en Argentina:


articulación de textos con el video “Sueño imposible”

Alumno: Agustín Sequeira

El patriarcado, entendido brevemente como el sistema dominante en las relaciones


humanas que determina que el varón tiene superioridad sobre la mujer tanto dentro de
la estructura de familia como en el interior de toda la sociedad, existe desde hace siglos
y asegura la hegemonía del varón por sobre la mujer en todos los ámbitos sociales.

Uno de estos ámbitos es el trabajo, tanto en sus vertientes mas formales (trabajo fuera
de la casa, que genera ganancia monetaria) como trabajos considerados mas
informales y menso visibles pero que son tanto o mas importante para el sostenimiento
y desarrollo de cada persona y de la sociedad toda. Entre ellos destacamos las tareas
de cuidado, tanto de hijxs, como de la pareja, madres y padres ancianxs, familiares
discapacitadxs u otros ajenos a la familia propia cuando se lo concibe como trabajo no
remunerado o remunerado (por cierto con ingresos bajos en comparación con otros
empleos) .

Como dice Martín Fresneda : “El cuidado, definido como las actividades y relaciones
orientadas a alcanzar los requerimientos físicos y emocionales de niños/as y adultos/as
dependientes, así como los marcos normativos, económicos y sociales dentro de los
cuales estas son asignadas y llevadas a cabo”, “Esta concepción se enlaza con la
necesidad de garantizar y proteger los derechos de quienes son cuidados –niños/as,
enfermos/as, ancianos/as, discapacitados/as, en la que todos/as merecen una atención
dedicada, un cuidado que de manera responsable contemple sus requerimientos, y,
simultáneamente, nos obliga a referirnos a quienes realizan en su gran mayoría estas
tareas en nuestra sociedad”,

Lo cierto es que desde hace siglos se ha construido un mandato en la que las mujeres
son las que deben encargarse de cumplir estas tareas de cuidado tanto dentro como
fuera del núcleo familiar mientras que sus maridos se han encargado de realizar casi
solamente trabajos formales que no implican el cuidado de personas.

El sistema patriarcal adjudica, como dice Dora Barrancos “…obligaciones de las


mujeres, colocadas en la retaguardia del hogar.” “… Es enorme la proporción: un 91%
de las cuestiones domésticas las atienden mujeres, y sin que se les preste
remuneración”
Dice Corina Rodríguez Enríquez: “la mayor responsabilidad del cuidado de las personas
recae todavía en el ámbito de los hogares y dentro de los hogares, por obra de la
división sexual del trabajo, en el trabajo de cuidado no remunerado que realizamos las
mujeres”

En el video “Sueño Imposible” vemos que la protagonista mujer trabaja fuera del hogar
pero también realiza todas las tareas de cuidado de sus hijxs y su marido : cuida a lxs
niñxs, cocina y sirve la comida para toda la familia, se encarga que el niño más pequeño
coma y de manejar sus “mañas” a la hora de comer, lava la ropa de toda la familia, teje
ropa para la familia, hace dormir al bebé

Es curioso que se trata de tareas,todas ellas, que perfectamente podría desempeñar el


varón: Si lo pensamos bien, se cae el mito que sostiene que la mujer esta “más
capacitada”, “es natural su inclinación hacia estas tareas” “al ser la madre y haber dado
a luz a sus hijxs , tiene una sensibilidad y conexión mayor con sus hijxs lo que le de
ventajas a la hora de cuidarlos, contenerlos, hacerlos comer, dormir,etc” . Se trata de un
mito extendido con el cual crecimos y que el sistema patriarcal, desde hace siglos, se
ha encargado de sostener silenciosamente tanto en hombres como en mujeres
otorgándole el indiscutible e irrefutable status de “orden natural”

Ella trabaja sin descanso y sin remuneración dentro del hogar, su trabajo parece
invisible para el resto de la familia, que ni la miran, solo se quedan sentados,
descansados, mirando la televisión, naturalizan una situación en la que es lo “lógico y
normal” que la madre se encargue de realizar todas las tareas de la casa, sin
remuneración alguna, mientras el padre tiene “derecho” a descansar mirando la TV
luego de lo que está instalado como una “agotadora jornada laboral”

Dice mariana grass “Se visualiza que el lugar de la mujer como cuidadora (…) debe ser
incorporada “naturalmente” en las mujeres y esto nunca había sido evaluado en
términos económicos”, “El cuidado de las personas, ancestralmente, ha estado en
manos principalmente de las mujeres, fundamentado en un supuesto rol natural
inherente a la condición femenina, trasladando así el hecho biológico de la reproducción
al ideológico-político de la maternidad, convirtiendo culturalmente a las mujeres en
cuidadoras “universales”

Martín Fresneda aporta: “Estas tareas de cuidado caen mayoritariamente sobre las
espaldas de las mujeres (madres, abuelas, hermanas mayores” “…muchas veces, en el
camino de hacer efectivos los derechos de otros/as quedan despojadas de sus propios
derechos: el derecho a participar, a trabajar, a estudiar, entre tantos otros”

Como dice Verónica Carpani: “Bajo ningún concepto se acepte que, por el solo hecho
de ser mujer, ya tiene signado un papel en la sociedad. Debe ser la propia mujer quien
tenga la libertad de decidir qué papel ocupar en la sociedad, y esa libertad sólo se hará
efectiva en condiciones de igualdad”
Decimos que esta se trata de una distribución del trabajo con una fuerte inequidad
debido a que los trabajos de cuidado que asume la mujer no son remunerados
económicamente, o son muy bajamente remunerados, implican un aislamiento de las
mujeres hacia la esfera de lo privado mientras el varón suele gozar del trabajo
socialmente reconocido, visible y mas fuertemente remunerado .

Esto se refleja en el video “Sueño Imposible” cuando vemos que, si bien hombre y mujer
pertenecen a la clase obrera el hombre tiene un trabajo más ventajoso: mas
jerarquizado económica y socialmente pues es un trabajo técnico (operario de
maquinaria), trabaja al aire libre sin nadie que lo moleste mientras que la mujer tiene un
trabajo en un lugar cerrado, en condiciones de hacinamiento. El de ella es un trabajo
repetitivo, con un jefe varón que solo exige y lo hace de forma violenta, ejerciendo una
autoridad por ser jefe y, encima, por ser varón: una supuesta autoridad, tomada como
natural cuando en realidad es solo una construcción histórica. Tampoco se observa en
el trabajo en esta fábrica de indumentaria de la mujer posibilidad de ejercer su libertad
ni tiempos de descanso para que ella pueda desarrollar actividades propias

En el video, vemos que, luego de trabajar, el tiene “derecho” de irse de copas con sus
amigos y disfrutar de la vida publica y la mujer parece tener solo la obligación de hacer
las compras y volver a “esconderse” imposibilitadose la vida social por fuera de la
familia

En cierta relación con esto Pedro Mouratian dice: “Una distribución desigual de las
obligaciones y responsabilidades domésticas y reproductivas, que recaen casi
exclusivamente en las mujeres. Históricamente, esto es producto de una división sexual
del trabajo que, por un lado, hace del espacio público un ámbito masculino –
socialmente valorado y visible– y, por otro, concibe al espacio privado como un ámbito
exclusivamente femenino, signado por lo doméstico y la invisibilidad” , “Revisar y
discutir esta actual división sexual del trabajo y la distribución de las tareas de cuidado
supone combatir fuertemente aquellos modelos que profundizan la feminización de la
pobreza, limitan la autonomía de las mujeres e impiden una mejor calidad de vida y
acceso a derechos de quienes cuidan y de quienes necesitan ser cuidadas/os. Se sabe
que las sociedades que distribuyen más equitativamente sus responsabilidades de
cuidado son más democráticas e igualitarias y favorecen el bienestar de toda su
población. Estas situaciones que influyen tanto en la macroeconomía”

Dicha inequidad se multiplica hoy en día al conquistarse por parte de las mujeres, lo que
supuestamente seria un beneficio, el salir a conquistar empleos formales fuera de casa
por una remuneración económica. Pero resulta que dicha remuneración económica
suele ser menor a la del varón por igual tarea, o se suelen poner obstáculos en el
ingreso laboral a las mujeres solo por su condición de mujer (preguntas por si planean
quedar embarazadas, ni hablar si están maternando), o incluso muchos de los trabajos
disponibles para las mujeres suelen ser justamente de “cuidadoras” de otras familias
(debido a que el patriarcado intenta sostener un mito de que las mujeres tienen por su
naturaleza , mejores condiciones para realizar tareas de cuidado) y que , por otro lado,
suele ser un trabajo muy demandante, poco valorado socialmente, con una renta
económica muy inferior a los trabajos desarrollados por varones

Dice Mariana Grass: “Históricamente, las mujeres han sido (y son) las que cumplen una
doble responsabilidad: en el ámbito laboral y en el familiar. A esta dualidad se suma la
reproducción de ciertos estereotipos en los medios de comunicación que perpetúan la
imagen de una “supermujer” que todo lo puede” , “El valor económico de esos trabajos
que realizan las mujeres en el hogar y en la comunidad es aún hoy calculado como un
aporte invisibilizado que se convierte en una doble responsabilidad que,
consecuentemente, genera inequidad y desigualdad”

Al decir de Valeria Esquivel: “La diferencia más sustantiva reside en los tipos de
trabajos que unas y otros realizan: mientras que en el caso de las mujeres el trabajo
para el mercado es aproximadamente un tercio de su trabajo total, en tanto que los dos
tercios restantes son trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, en el caso de los
varones el trabajo que genera ingresos representa tres cuartas partes del total de
trabajo que realizan, y el trabajo “de cuidado” una cuarta parte solamente …” “… entre
las madres, son las que provienen de hogares pobres quienes más tiempo dedican al
cuidado de niños, niñas y adolescentes”

Esto se ve en el video cuando observamos que por jornadas de trabajo formal de igual
duración, el hombre recibe mas monedas que la mujer

Respecto a lo anterior Corina Rodríguez Enríquez agrega: “El peso de las


responsabilidades de cuidado en el uso de su tiempo dificulta que las mujeres puedan
participar económicamente de manera plena y en un piso de igualdad con los hombres”

Esta inequidad pone al hombre en una posición de supremacía y una cierta comodidad
a la que cuesta renunciar, esto se ve en el video cuando lxs protagonistas observan un
programa en la TV que muestra el trabajo rural y como la mujeres, y lxs niñxs, tiene que
hacer el pesado trabajo manual de trabajar la tierra, la mujer incluso parece cumpliendo
el doble trabajo de trabajar la tierra y cuidar a sus hijxs simultáneamente, en esa
impactante y sórdida imagen que se la ve labrando manualmente la tierra, encorvada a
la vez que carga a su bebe en la espalda. Ambxs: mujeres y niñxs que labran la tierra
son explotadxs en el campo, mientras el hombre trabaja en el mismo campo pero al
mando de un tractor: mas cómodo, limpio, mas eficaz y eficiente para producir (lo cual le
depara una paga superior al de la mujer) que el labrado manual y de nuevo se observa
lo invisible que resulta para este varón, la inequidad en relación a los beneficios y
obligaciones respecto de su mujer.
La aceptación de esa inequidad podríamos llegar a decir que es de ambxs: del hombre
y de la mujer: atraviesa a ambxs pero obviamente para la mujer es mucho mas difícil
romper con esa inequidad, hacer visible y denunciar la indiferencia de lxs demás hacia
esa desigualdad por estar en un lugar de menor poder socialmente hablando, en tanto
que para el hombre , en un lugar de mayor poder, mas escuchado, con más recursos
económicos, con una voz de mayor peso en la sociedad, tiene más posibilidades de
denunciar dicha inequidad. Pero muchos hombres eligen el silencio y la invisibilización
del problema, como nuestro protagonista varón de “Sueño Imposible” quien decide
apagar la TV donde se mostraba esta inequidad de género en el trabajo rural y su mujer
comenzaba a alertarse. Dicho silencio se funda, al menos en parte, en la comodidad
que brinda la posición hegemónica del varón y sus ventajas.

Como si esto fuera poco, la mujer que hoy en día ingresa en el mercado laboral formal,
tiene que , además ,continuar ejerciendo su trabajo de cuidadora de su familia, es decir
que ahora tiene doble jornada laboral, una generalmente mal paga en comparación con
el hombre y otra no remunerada en lo absoluto.

Algo de esto vemos en el video donde vemos en todo momento a la protagonista


apurada, siempre corriendo, para que le alcance el tiempo, pues siempre le falta tiempo
para cumplir la cantidad de tareas que claramente es mayor que las de su pareja varón,
mientras que este hace todo más lento tranquilo disfrutando, pues tiene un solo trabajo,
no se encarga de nada más, le sobra el tiempo.

Este inequidad se transmite generacionalmente al ser reproducida por los medios que
moldean el pensar de la sociedad y se reproduce y transmite al interior de la familia e
incluso las instituciones primarias: jardín, escuela, iglesia, etc.

Esto lo vemos en el video donde la única persona que ayuda en algo a la madre, no es
casualidad, es la hija mujer: que ni bien tiene la mínima capacidad para realizar algunos
quehaceres de la casa, tiene que ya introducirse en la vorágine de trabajo hogareño
asignado a mujer: ayudando a lavar los platos de forma acelerada mientras su hermano
varón goza de los beneficios de disfrutar de la TV junto al padre. Vemos aquí como se
transmite hacia las nuevas generaciones el orden de la distribución sexual del trabajo
asegurando así la reproducción de la inequidad producto del patriarcado en las
siguientes generaciones.-

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