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Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos
artistas lo intentaron. El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y
tuvo que escoger entre ellas.
La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas placidas montañas que lo
rodeaban. Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura
pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.
La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso
del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua.
Todo esto no se revelaba para nada pacífico.
Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, vio tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En
este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir del la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un
pajarito en su nido...
- ¿Paz perfecta...?
- ¿Cuál crees que fue la pintura ganadora?
El Rey escogió la segunda.
- ¿Sabes por qué?
Explicó el rey: "Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que
a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero
significado de la paz."
FIN
Nació en Atlanta (EE.UU.) en 1929 y estudió Teología en la ciudad de Boston. Con solo 15 años empezó a estudiar la Biblia
y después se licenció en Teología. Con 25 años se convirtió en sacerdote en la ciudad de Montgomery. Luther King siempre
tuvo a Gandhi como referente y en él se inspiró para defender los derechos civiles de las personas negras que por aquel
entonces sufrían una grave discriminación. Por ejemplo, no podían viajar en los mismos autobuses que los blancos ni
compartir espacio de trabajo o escuela. Al poco tiempo, Luther King se convirtió en un personaje conocido en todo el
mundo por su lucha pacífica por los derechos civiles.
En 1960 comenzó en Alabama una campaña que tuvo repercusión en todo el país. Esto le llevó a la cárcel pero consiguió
para los negros igualdad de acceso a los comedores, bibliotecas y parkings. En el verano de 1963 reclamó el derecho al
voto para las personas negras y una mejor educación en los estados del sur, donde el racismo era más evidente. El 28 de
agosto de ese mismo año lideró una marcha en la capital de EE.UU, Washington, y pronunció su famoso discurso “Tengo
un sueño”. Ese día le escucharon más de 200.000 personas.
El sueño de Martin Luther KingUn año después le dieron el Premio Nobel de la Paz por su resistencia no violenta a la
discriminación racial en Estados Unidos. De hecho, donó los 54.600 dólares del premio al movimiento de derechos civiles.
Como decimos, tristemente un preso blanco que se había fugado de la cárcel lo asesinó en 1968. Nos quedamos con una
de sus frases más célebres: “No me duelen los actos de la gente mala, me duele la indiferencia de la gente buena”.
QUIERO LA PAZ
El Rey del corazón vivía muy triste, su reinado podría ser el más rico y próspero de todos, pero en cambio, siempre
había guerra en rodas las regiones de su territorio.
Está situación entristecía mucho al Rey, porque no quería dejar a sus hijos un legado con odios y rencores. Estuvo meses
buscando soluciones, habló con todos los sabios del reino y alrededores. Aplicó todos los consejos, pero ninguno fue
efectivo.
Una mañana, salió a pasear por su jardín, se sentó en una roca y lloró, por no encontrar una solución. Algunas de sus
lágrimas, cayeron sobre una hoja caída de un árbol, donde se encontraba un duende durmiendo, que se despertó al
sentirse mojado por las lágrimas que le habían caído.
-¿Qué le pasa alteza? ¿Por qué llora si lo tiene todo en la vida? Le preguntó el duende.
- Puedo tener todas las riquezas del mundo, pero el reino de mi corazón está en guerra y esto me entristece.
-Eso depende de ti. Afirmó el duende. -Tienes que pasar tiempo contigo mismo, conocerte, descubrir tus sentimientos,
ver lo bueno y lo malo que hay en ti, poner soluciones a tus conflictos, pedir perdón a quien hayas dañado, saber perdonar.
Ayudar a tus vecinos y compañeros, compartir todo lo que tienes, Abrir los brazos a nuevos y antiguos amigos. Aprender
de los demás, sentirte y hacer sentir a los demás libres. Pedir un deseo a una estrella, Aprender a ser tu mismo. La paz la
encontraras cuando te des cuenta que eres diferente a los demás, pero aún así no hay personas ni mejores ni peores, solo
diferentes, y solo nosotros decidimos como somos.
Estas palabras del duende, el Rey las gravo en su corazón y las trasmitió cada vez que tenía oportunidad, y poco a poco la
paz reinó en su corazón.