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TABLA 1. Decálogo para una buena higiene visual y postural en el uso de pantallas
Controlar la temperatura del entorno Mantener una distancia correcta con los dispositivos más grandes
Entre 17 y 24 ºC en invierno, y entre 23 y 27 ºC en verano, para Para televisores y similares, como poco, 2 metros; pero la distancia
evitar la sequedad ocular y las molestias oculares óptima sería 6 veces la diagonal de la pantalla
Iluminar correctamente el entorno y evitar un contraste excesivo Mantener la visión periférica
con el dispositivo usado Para evitar la visión en túnel, que produce fatiga visual y mayor
Intentar utilizar luz natural, nunca trabajar a oscuras y evitar reflejos riesgo de miopía
sobre el dispositivo
Utilizar mobiliario adecuado y usarlo de forma correcta Parpadear frecuentemente
Utilizar una mesa de altura adecuada y una silla regulable. Si se Para irrigar mejor la córnea del ojo, disminuir la rigidez visual y
utiliza un ordenador, colocar la pantalla enfrente y a la altura de aumentar la comodidad
los ojos, y el ratón al mismo nivel que el teclado, que debe tener
una inclinación entre 70 y 135º. Si se usa una tableta táctil,
colocarla en un atril, en un ángulo de 20º respecto a la superficie
de la mesa
Mantener una postura correcta Mover los ojos, no la cabeza
No utilizar estos dispositivos si se está tumbado. Apoyar la espalda Para no sobrecargar el cuello. Alguien que mueve la cabeza cuando
en el respaldo de la silla al sentarse y mantener un ángulo de 90º lee, probablemente tiene un problema visual
entre la columna y las piernas, apoyando los pies en el suelo o un
reposapiés. Al usar un teclado, mantener los antebrazos apoyados
sobre la superficie de trabajo
Mantener una distancia mínima con el dispositivo, por pequeño Descansar la vista cada 30 minutos
que sea Cada 30 minutos, habría que apartar la vista de la pantalla y relajar
Como poco, 40 cm, o la distancia que hay entre el codo y la palma el cristalino mirando hacia un punto lejano, por ejemplo, hacia el
horizonte a través de una ventana. De la misma manera, se
aconseja alternar el uso de pantallas con otro tipo de actividades
infrecuentes, ya que, según estadísticas recientes, un 70% de adaptadas a cada edad. En este sentido, y respecto a su dosi-
las jóvenes aseguran haber recibido mensajes con insultos, y ficación horaria, hace años que la Asociación Americana de
un 40%, amenazas que les han hecho temer por su seguri- Pediatría desaconseja su utilización por debajo de los
dad. En este mismo sentido, casi un 15% de las chicas que 2 años, ya que sus riesgos potenciales son mayores a sus po-
han sufrido acoso refieren haber sido presionadas para parti- sibles beneficios3. A partir de esta edad, el límite diario de
cipar en actividades sexuales, y un 16,5% refieren que se consumo de pantallas podría irse aumentando de forma pro-
han difundido imágenes suyas comprometidas sin su con- gresiva de la siguiente manera2:
sentimiento4-5.
Por otra parte, respecto a la posible adicción a estas tec- – De 2 a 5 años: media hora para los más pequeños y una
nologías, cabe decir que la última clasificación de desórde- hora para los más grandes.
nes mentales, DSM 5, no recoge tal patología6, ya que la – De 7 a 12 años: una hora, aproximadamente.
mayor parte de las veces, y siendo puristas, no se cumplen – De 12 a 15 años: hora y media, aproximadamente.
los criterios requeridos para hablar estrictamente de adic- – A partir de 16 años: dos horas, aproximadamente.
ción. Por ello, en los casos más graves de abuso, diversos
psicólogos y psiquiatras prefieren hablar de uso problemáti- Para que estas pautas horarias se respeten, es importante
co de Internet o uso compulsivo de Internet, y reservar el tér- insistir en que las pantallas estén colocadas en lugares de la
mino adicción para la dependencia relacionada con ciertos casa que faciliten el control parental y el uso compartido y
tipos de contenidos, como, por ejemplo, los juegos de azar crítico de estas tecnologías, e integrar las franjas de su uso
on-line, las compras electrónicas o el cibersexo. en horarios lo más rutinarios posible. Por otra parte, es im-
portante recomendar que los contenidos visionados se ade-
cuen a la edad del menor, usando filtros que bloqueen los
Segundo: ofrecer que no resulten adecuados, y, en el caso concreto de los vi-
recomendaciones preventivas deojuegos, asegurándose de que sus características se ajus-
de dosificación y uso de tan a la edad del niño consultando los iconos de la Pan Euro-
pantallas desde la infancia pean Game Information7.
Igualmente, debe desaconsejarse el uso de pantallas du-
Desde las primeras revisiones pediátricas, deberían facilitar- rante la ingesta y en los períodos inmediatamente previos
se unas recomendaciones básicas sobre el uso de pantallas al descanso nocturno, lo mismo que debe desaconsejarse
que existan dispositivos de este tipo en el dormitorio del – Falta de disfrute o bajo rendimiento durante otro tipo de
menor. actividades por interferencias de pensamientos relacionados
Respecto al uso de la telefonía móvil, los expertos reco- con estas tecnologías.
miendan retrasar al máximo la edad en que se entrega un – Mentir conscientemente sobre el tiempo real dedicado a
terminal propio a los menores y, en cualquier caso, no dár- estas tecnologías por miedo a verlo reducido.
selo antes de los 12 años. A partir de esa edad, las familias – Gastar cantidades desproporcionadas de dinero en el
deberían ofrecer pautas claras sobre su utilización: tiempo uso de estas tecnologías o en cualquier actividad relacionada
de uso, lugares donde utilizarlos, usos permitidos… y, a la con ellas (compras on-line, juegos de azar on-line, ciber-
hora de elegir una modalidad de pago, recordar que la de sexo...).
prepago facilita la autorregulación y la responsabilidad, pe- – Robar o realizar cualquier otra actividad inadecuada pa-
ro que la modalidad de contrato permite un mayor control ra conseguir pagar los gastos que suponen estas tecnologías
parental, al poder consultarse la factura y el registro de lla- o las actividades relacionadas con ellas.
madas. – Imposibilidad de reducir el tiempo o el gasto dedicado a
En relación con el ciberacoso, y aunque su prevención estas tecnologías y sus actividades relacionadas, aunque uno
suele focalizarse en el entorno educativo8, es importante que se lo proponga.
los profesionales sanitarios estén preparados para poder de- – Utilización de estas tecnologías como vía de escape pa-
tectar situaciones de riesgo, ya que, muchas veces, los sen- ra los problemas reales, bien sea fingiendo una falsa identi-
timientos de vergüenza o culpabilidad hacen que la víctima dad o de cualquier otro modo.
se sienta acorralada y no se atreva a expresar sus problemas – Alteraciones físicas causadas por el mal uso o abuso de
en el ámbito doméstico o escolar, pudiendo manifestarse estas tecnologías: tics, cefalea, molestias oculares, artral-
este conflicto a través de sintomatología ansioso-depre- gias…
siva que, en ocasiones, necesitará valoración psicológica – Ser víctima o causante de ciberacoso.
especializada.
6. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. 5.ª ed. (DSM- nores.osi.es/sites/default/files/Guia_lucha_ciberacoso_menores_osi.
5™). American Psychiatric Association. 2013. p. 991. Disponible en: pdf
http://www.psychiatry.org/File%20Library/Practice/DSM/DSM-5/ 9. Young KS. Caught in the Net: How to Recognize the Signs of Internet
DSM-5-TOC.pdf Addiction and a Winning Strategy for Recovery. Nueva York: John Wi-
ley & Sons; 1998. Disponible en: http://eu.wiley.com/WileyCDA/Wile-
7. Pegi.info [Internet]. Bruselas; Pan European Game Information S.A.; yTitle/productCd-0471191590.html
2007 [citado 1 Ene 2014]. Disponible en: http://www.pegi.info/es/
10. Meerkerk GJ, Van Den Eijnden RJ, Vermulst AA, Garretsen HF: The
8. Instituto Nacional de Tecnologías de la Información (INTECO). Guía Compulsive Internet Use Scale (CIUS): some psychometric properties.
de actuación contra el ciberacoso para padres y educadores. Ministe- Cyberpsychol Behav. 2009;12:1-6. Disponible en: http://online.liebert-
rio de Industria, Energía y Turismo. 2012. Disponible en: http://me- pub.com/doi/pdf/10.1089/cpb.2008.0181