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cee DONAGION Dirigida por Hugo Vezzeti Etienne Balibar (aRO3Y oO Escritos POR ALTHUSSER Ediciones Nueva Visién Buenos Aires Baltar, Benne Eseries por Athuse Vision, 2004 112 p1 20318 om, (Claves} Traduccln de Heber Cardoso ISBN 960-502-476.8 ‘1¥ ed. - Buonos Aires: Nueva, 1. Flosotia made - 1 Tule coo 190 ‘Titulo dal original on francs Eerts pour Althusser Venta tnicamento on Amétiea ating © Baitions La Découverte, 1, place Paul-Painlevé, 75006, Pacts, 1991 Get cuveage, publié dans le cadre du Programme @’Aide & la Publication Vitoria Ocampo, bénéfios du seutien du Ministere fangais dos Affaires Btrangéres et dw Service de coopération ot ‘faction eulturele de FAmbassade de France en Argentine. Esta obra se publica on el marco del Programa Ayuda a la Pu blicaeidn Vietoris Ocampo, con el apayo del Ministerio Francés de ‘Asuntes Extranjeros y del Servicio de coopera y atc cultural {dela Embajada da Praneia en Argentina 447753 ‘Toda roproduecitn totale parcial de esta obra por eualguler sistema vincluyendo el fotecopiado- que no haya sido expresamen- # autorizada por el oditer eonatituye une Infraccion a los derechos del autor y ser roprimida con penas de hasta seis afios de Drisidn (art, 62 dela ley 11.728 y art 172 fel Cédige Penal. (© 2004 por Bdiciones Nueva Visién SAIC. Tucumén 9748, (1189) Buenos Aires, Repsblies Argentina. Queda hecho el depésito que ‘mae ley 11.723. Impresoen a Argentina/ Printed in Argentina ADVERTENCIA Me pareci6 que ora nocesario despedir a Althusser, en voz alta, ante todo el mundo. Lamanera de hacerlo consistiéon reunirlos cuatro textos, cscritos en momentos y cizcunstancias muy distintos, donde hhablo de é1, haciéndolo objeto de un diseurso, No introduzco ningxin eainbio, no procuro completarios ni conciliar sus eventuales discordancias. Por lo demds, mi intencién no eonsiste, por supuesta, enno volver arecordar su nombre, sus ‘ideas, sus eseritos o las cuestiones que planted. Muy por el ‘ontrario. En la medida do lo posible, pretendo dejar de ppracticar con é1 los géneros de la eritica 0 del elogio, para no hablar del dela conmemoraci6n, porle quea menside permite que mis recuerdos personales iavadan la argumentacién, ‘También en ese sentido este librito es un adiés, para que la verdadera memoria y Ia discusiGn sean posibles con mayor Hbertad, Parts, 28 de octubre de 1990 1 EL CONCEPTO DE “CORTE EPISTEMOLOGICO” DE GASTON BACHELARD ‘ALOUIS ALTHUSSER' Eneste trabajo se proponen algunas reflexiones acerea de un acontecimiento que durante Ios iltimos quince afios auscits discusiones muy apasionadas en la filosofia francesa: un cierto encuentro entre la filosofia marsista y los trabajos sobre historia de la ciencia y de epistemologia en torno a la ‘categoria de “corte epistemoldgico” que habia esbozade Louis Althusser. ‘Tal vez se me permita sefialar que el problema general subyacente en la empresa de Althusser no es un problema propio de la Milosafia francesa, Puede deseribirselo aat: qué Clase de filosofia de la ciencia es susceptible de diseutir, reconocer y experimentar el caréeter cientifico del materia- lismo histérico (marxismo) y, m4s en general, un modo revolucionatio de saber cientifico concerniente ala sociedad, a practica y ef comportamienta humana? La pregunta no se plantes solamente & propésito del marxismo, sino también, sin duda, del psicoandlisis. También podemos presentar ef problema de manera reciproca: {cuales son las posiciones Ideolégicas ~por tanto, en ultimo andlisis, politieas~ que se presontanen cualquier filosoia dela ciencia oepistemologia, Jneluso cuando sdlo se efieren a diseiplinas "tradicionales” y reconotidas, como la matemética ola biologia? Sin duda que haa sido la realidad de estos problemas, con los que se han enfrentado todos nusstros contempor’énaos, loque explica el * Comunicscignprosentads en el Segundo Cologuio Nacional de Filo fia, Mes, 3 ot de otubre de 1977, Monterey Nuevo Len) (pubicado 5 Lafont y las revoluslones cline, Gal, Mie, 2979) La Sesion tranosn aparecié en ls Calter puloophiguer (Maleeno de Educaién Nectoa), CNDP), n° 12, stiembre do 1983, ° eco suscitado por los trabajos de Althussor y la manera en ‘que, por lo general, ha sido percibido, es decir, como un filésofo que intents tanto aportar un puntode vista marxista en epistemologia como “renovar” el marxismo con ayuda de catogorias epistemolégicas, precisamente por medio del"cor- teepistemoldgico" mocién en laque se concentran las contro- versias, los ataques y las defensas, Sin embargo, asf definido, el abjetivo de nuestra exposi cin resultaria desmesurado, Para comenzar el debate, hoy intentaré solamente reflexionar sobre la transformaciéa que se produjo entre la problematiea de Gaston Bachelard ylade Lotis Althusser. ‘Althusser confiesa haber “tomado” de Gaston Bachelardel cconcepto de “corte epistemolégico". Bachelard era el autor de lo que desde esta perspectiva podrfamos llamar una “epis- temologia histsrica”, cuyos efectos se hicieron sentir de inmediato on la practica de la historia do Ja ciencia. Asi- ‘mismo aunque hoy no voy a ocuparme en detalle de la ‘cuestion— quisiera ante todo tomar en eventa lo que Althus- ser ilamé eu “autocritica”, en la que algunas no quisieron ver mas que la persistencia de sus errores, por no decir la adopeiGn de errores simétricos. 1 Decfa que Althusser sostiene haber tomado de Bachelard el concepto de “corte epistemolégico”, {Cémo fue exactamente ‘eta relacién inicial? El asunto no ee an eeneilloe incluso es posible preguntarse.sinoestamos anteun tipieoeaso de"falzo Feconacimiento", en el sentido freudiane dela expresion. Me ‘parece que en realidad se trata de un concepto original ave Althusser introdujo entre 1960 1965, concepia que par cier- ‘todebe “algo” a Bachelardy que, porsupuesta, se apoya sobre ciertos presupuestos filoséficas comunes, pero que de hecao ‘apunta a un objeto completamente distinto y abre un campo de investigacion completamente diferente, Enefecto, Bachelard no sélona habla de “corte epistemologi- «0",sino que tampooohabla muchode rupburaepistemol6gica" Loquese encuentra canstantemente presente en Bachelard es * Cf Louis Althusser, léments deulortigue, Hachette Literatur asi, 1974 (Elemento de quote, Lai, Bacon, 1975} en expe page 18-8, 2091, 4142 0 Iidea,y las palabras “rompes” y “ruptura” las que alternan: de ‘manera poco ordenada cor las expresiones “revolucion’, “sepa racién clara’, "cambio", ‘profunda discontinuidad”, incluso “reestructuracién del conocimiento’y, finalmente, “division” en el campo del espiritu cientifico. Bn suma, se puede decir ‘que la idea de discontinuidad parece constituir aqui el nico verdadero ntcleo estable, presentada bajo distintas metfo ras, De ahf surge el problema inevitable: gen qué lugar se instaura esa discontinuidad?, entre qué términos o entre qué procesos?* “Aguies cuando hay que dirigirse al sistema de concoptodde laepistemologia bachelardiana. Como muy bien loha demos ‘trado Canguilhem, la invencién del eoncepto de obstéeulo epistemalagico fue lo quo llevs a que “@. Bachelard se revela- Fa como un innovador genial en el eampo des historia de las lenciae" Porque, al rechazar de entrada los mitos empiris- tas de la continuidad progresiva del sabor (bajo todas sus formas, comprendida la del empirismo especalativo de una Raaén eterna), en efecto abre a 1a opistemologia el campo de tun problema real, sin eolucida antieipada y dada: estudiar (a Ja luz do a informacién que s6lo puede proporcionar una ‘précticaefectiva dela ciencia actual) los "actos epistemoldgicos” ‘Recesarios ¥, sin embargo, profundamente imprevisibles, las “sintesis epistemolégicas'sin verdaderos precedentes, m diante los que la ciencia de loreal progresa indefinidamente ‘superando Sus obsticulos epistemolégicos.. jaunidad de la epistomologia y de la historia dela ‘Dehecho, un problema como el que inaugura Bache- lard sélo puede ser tratado y resuelto en el campo de la Tristoria, st es cierto que la estructura de los obstéculos epistemolégices es siempre especifiea y, mas ain, la de los “aetas opistemoldgicos", mediante los que el conocimiento puede superarlos, Diches actos configuran siempre una uni- ‘dad histériea singular de formas tedricas en Bachelard, ante todo matematieaa) y de técnicas experimentales precisas, ‘una unidad zealizada on eonceptos cientificos determinados, Iimposibles de intercambiar entre sf. Por eso la historia dela » A mi jue, le expreion“rupturnepistemalises® slo es definida iotemdticsmente or Osston Bachelard en un pale, en vetdad capa ‘Ge Retionalome apaiqud (PUP, Paris, 1940, edeon de 1982 poy. 104 {Yeguletes, cage etna decarolon a moda de concisisn de Alora Tiome rationnel (PU, Pari, 1953, pg. 207 y siguientes) 'Goorgoe Gangullfein, Etude! hin cde philovphie de aleneet, Vein als 1068 pag: TH u clencia anunciada y,encierta medida, practicada por Bache- lard es, al contrario de una historia ‘iloséfica del saber en general, una historia rogional que sigue la especializacién Gnovil) de las diseiplinas eientificas. Pero al mismo tiempo también es (al eontrario de la simple cronologfa de los deseu: Drimientos) una historia tedrica que reemplaza los proble- ‘mas por las evidencias y les ilusiones rotrospectivas del ‘hombre de eiencia.* ‘Destaquemos al mismo tiempo que esta conceptualizacién culmina dehechoen plantear la primacia de aepistemologia {frente ala historia de ta ciencia, en su fusisn relativa. Bxiste ‘algo asf como un desdoblamiento en constante renacimiento de eae proyecto unitario, La historia de la ciencia sélo es ‘posible en tanto aplicacién de una teoria epistemoldgica. Por ‘Supuesto, con Ia condicion de que ésta, a diferencia de todas las filosofiae do la ciencia anteriores, no ea una teorfa dela permanencia dela Razén (ode la Experiencia), sino que sea ‘una teorfa de la historieidad imprevisible, no finalista, del ‘conocimaiento. ¥ como dicha dialéetiea slo se muestra ya lo hemos dicho-en|a singularidad desusrealizaciones, comoel solo hecho de tratarla “en general” pronto tendria por efecto ‘convertirla en especulacién, es preciso que asa vezla epistemo- Toga se constituya a partir de problemas y de ejemplos histori- 08, sin por ello fundirse pura simplemente en lahistoria de Incioncla. Al parecer, Bacholard asume eonscientemente ese cireulo. Lo asume porque ese desdoblamiento especular de + Debe consderarse como un aspecio sendal dela eplstemologta ‘ushaardian, que tavo importantes consccunclat, cea tess capt lt {hal el eoncepta contizaa por exsienci In unico ea dl concetmienta ‘Sentfienporaue sr fmbien I wndad sing dela tecnologia experimental (~ ncorpora as condstoes do ales {isn dawn cancpla al propio ean del conepio, O. Bechler, Le Formation de Feoprisientiiqu, Vein Pats, 1898, pap Gi) (La frmacian {et eaprta into, Bucnos Airs, Siglo 0, 19651 Non un aislamiente Srbitrarie dolor concepty saan nterrelacien, en 26 "inlerdlnin” (G.Leratonallome sppligus op it enepedal ag 1 slgvisntes,y 144 ¥ sigalenten: Uno das majors elomlos do ota tipo deena eos three ene Act retinas deta physique contemporine Pari, PUP, 161 ba atid reconaliza deface contempordnen, Baenes Aires, Silom; 1671 «props del eonenpto de angi de onda. Al remit ard arvana la epistemalgie dl comentario. ones omire na taoria”y Ise hechs" par Dropener el exbuta ds lee telacioes hietceas eno conetitaca ogo Eateformacin) de Tos concept y el plano de lo protemas, Digo onidad pie” na en el sentido de elemento primero otltima Go qc noe: iG ERE ge seal spam) roa on el enna de wna forme de Roehvelued salve 2 Ja epistemologiay la historia dea cioncia bajo la primacta de la epistemologta, al plantear en general la “regional dad” insuperable del saber ciontifico, se halla orgénica- monte ligada a su tratamiento de problema de la flsofia; si bieneritieaa odaslas losoffasde acienciaqueseencuentran la bésqueda dela “fundamentacin” flosética de la ciencia, ala busqueda de su propia fundamentacion en la ciencia, al zismo tiempo busca una filosofia “Snalmente adecuada” ala ciencia efectiva, quereproduzcaen su propioseno-yodiriaen su estilo y en su método, incluso en su préctica o en su eatrategia~ las caracteristicas rovolucionarias del “nuevo espiribu cientifico” moderno, mde alld del empirismo, ast tomo de la metafisica sustancialista y del positiviame forma lista. Ahora bien, como lo domostré con claridad Dominique Lecourt,*en ese lagar precisamente.seconcentraniasdificul- tades de la problemdtica de Bachelard, hasta tal punto que aparentemente sélo pudo superarlas aceptando que una pistemologta histériea oscilarahacia una filosofia naturalis- tadeloimaginario,loqueestambiénuna filosofiaimaginaria de la naturaleza, “Alrespecto hay que destacar dos aspectos particularos de laepistemologia de Bachelard enlos que su fuerza innovado- ra se manifiesta al mismo tiempo que lo profundo de sus contradiceiones, dos aspectos que cobran un singular relieve Si se compara esa epistemologia con otras empresas que a vyeoes se le han querido homologar un tanto abusivamente, fen especial la teoria de las “revoluciones cientificas” de Kuhn. Quiero hablar: 1) de la division radical entre “conoci- ‘miento comin” y ‘conocimiento eientifico” y 2) de la distin- ‘ign entre “historia perimida” e “historia oficial” de una “Conocimiento comin” _y “eonocimiento eientifico™ ‘La “ruptura” ole discontinuidad bachelardiana en realidad ges directamente una discontinuidad historica, inmediata- ‘mente inseripta en una eronologia incluso razonada. Diga- mos que es, simultaneamente, mds y menos. ‘Dominique Lecourt, Bachar jour a mui, Gratet, Pars 197 *Uncapitule de tatinalsme pptiguae\, pkgs. 102ysgsientan etd congagrad especialmente sons tems. Asmiama, ress Le metriaiame ‘atlonel op, coneusin, pag 207 ysguienta 13 Bs mds, pues si los efectos de discontinuidad pueden ser reconoribles en ol curso de a historia de tl concept ode cual problema cientifico, la nocién de Bachelard no se limita de singuna manera. registrar la diferencia entre un antes yan después. Lo que le interesa a Bachelard no es el simple “hecho” de una discontinuidad, noes simplemente el hecho de un cambio de lenguaje, o de referencia, que conviorte a Jos pensamientos de un cierto tiempo enno-sentido, on losno- pensamientas para otro tiempo, que transforma los discursos de un determinado tiempo en un no-discurso literalmente incomprensible para otro tiempo. Lo que le intereta ee ol ‘mecanismo complejo de esa diferencia, que siempre se inseri- been varios niveles, en el sistoma de varias actividades y de las correspondientes formas intelectuales, No solamente en lnivel delasformulaciones tesricas, sino también en el nivel de la actividad técnica (mucho mis allé de la mera técnica experimental de laboratorio), y en el nivel de la actividad pedagégica (escolar). Incluso se puede decir que la “raptura” bachelardiana, que continta siendo una ruplura puramente cpistemolégica, os decir, ospecificamente vinewlada con el conocimiento, no manifiesta todos sus efectos, no se zealiza cfectivamente sino en el campo de actividades do aplicacién tecnoldgiea y de enseanza, nocesarios para el propio conoci- miento. De ahf esa notable idea de quo lo que caracteriza al pensamiento cientifico noes la abstraccién en tanto tal, sino, por el contrario, larealizacién de la abstraceisn en lo concre to, la produccién de objetos téenicos “absteacto-concretos"; coneretos en tanto incorporan y hacen “funciona®” abstrac- ciones tedrieas objetivas.' Digamnas entonoes que para Bache- Tard nose trata tanto del caso de una ruptura queinterviene 2 "Preisamento Ia época eontempartnen consuma a rupture entre ‘onocmientocotn cnacieeato enti, entre exporioeia comin y ‘denies dentin (cl, In thenen que pradije la lampara eles, Ge FiemenoSncandascnte en vordod romps enn todas aa facies de hum ‘aeion emplendas por le humanidad hasta liga xx En dae las nls leenices, para una era precio quemar una materia, Bn it limpara es Paicon, ol avo nico esis en inpedir qua hiaguna ‘materia se queme. kn antigua tdenica su tps tsenion de combustion at nuwva énienecuna aries do ne-combustien 1 Bion podeman arma, Duns guolaldmparaciecrcaexanebletodel poiesmsetssenttcn Ae fol, resulta pera osstres un my simple y uy clare ejemplo de on thet abr cnet Dara enlender au funconamiente ce necesrio fmprerderun aaj quo nea lv an extadio do ne relaones mtr Feniimenos, es dcr, mana elena ractonal, exprecadaslgebraicnment (CeRaronstisme applique op. et, pgs 102, 105108, te) “ ‘en un campo ya dado, ya definide, que seria el del “concei- riento”, como si pudiéramos saber qué es el conocimiento ¥ ‘qué es conocer” antes de plantearnos la cuestion de una continuidad ode una discontinvidad, Sétolo inverse tiene un sentido: puesto que en ese conjunta de actividades indisocia- blos do investigaciones, aplicaciones, pedagogfas, existe una buena discontinuided ~y de hecho una serie de discontiaul éades correlativas que se desprenden de una resccién en cadena-, podemes identificar en el mismo al conocimiento La propia eategorta de conocimiento es la expresin de ese ‘pasaje, de esa relacién antitética, de ese proceso de ruptura® ‘Afirmo que la tesis bachelardiana es al mismo tiempo smenoa que histérica, Para entenderlo basta con preguntarse acerca de esa categoria, la de “conocimiento comun”, que tiene un aleance esenciaimente negativo y que marea bien la pregnaneia de un puntode vista puramenteracionalista. Ya Ge por sila propia expresion nos pone en guardia: el conoci= riontocomun noes mas que “no-ciencia” ybajoesa represen- tacién combina -se quiera o n0- al mismo tiempo la nociGn, “socioldgica” fuertemente valorizada (es decir, desvaloriza- da) de un*seudo saber” de os ignorantes, dels profanos que somos todos y seguiremas siéndolo hasta tanto no tengamos derecho de cfudadanta en la ‘ciudad de los sabios"~ con Ia rnocién “epistemeldgica” del error ola ‘lusién primeros, nulos ‘enderecho, entidades absolutas en su empresaenel fondo de ‘esa caverna tenebrosa donde el conocimiento encuentra su origen alienado. Por eso, Bachelard recupera inmediatamer te, propéeito del “conocimienta comin’, las naciones flos6- ficas eldsicas mediante las cuales la filocofia ~desde Platén hhasta Kant y aun mds allé— ha representado Ia ilusién y ol error: lo inmediato, la sensacidn, la opinién (como generali- zacién apresurada), la abstraccidn tinicamente formal. Esto, como sabemos, antes de incrementar esa critica racionalista "Bs on ec sentido fuerte -muy alejado, como so v, do una posiion ienticatas que hay gu tomar it tajante expronsn de ©. Conger ‘No rst econoimientovelgar.1,unconocmiento que n0s0a cient co ‘pts coodtnonta, Sotengo que coositenia verdaasr” esta plana. ‘eo, que“eonelmente cess tamlen Toe tambien “lena y ver {ad todo ue oo mismo” (Philamphiw stent, osin de ast ssc, OFRATEP, pero 584-1068) Bn en cea, ‘arece que Althauer, por past, nanes de de aaeener gue al "eerio {laprciea” par el sonacimints or interna ala praia tation Senda ‘Sina Cos incon da acordar que, por defini, una lenin no ee ‘on cv Se dens creeds, cna una pretca aera leas péicas > S's prope deserve. 15 ‘hasta convertila en una toorfa deloimaginario original, que es la condicién de posibilidad (antropolégica) de todas las ilusiones y de todos los errores. De ahfesa consecuencia que, en el mismo momento en que Bachelard afirma “el rol positive del error”, se encuentra masque munca ineapacitada tanto para realizar una historia propia como un andlisis diferenciado (distinto de una ilustracién o de una clasifiea- cidn). Bs “comin” a todas los sontids dela expresidn. Dicho de otro modo, si existe diseontinuidad y ruptura, no existe ‘contradiccién. Y, en conseeuencia, no existe campo real en el que combatirfany se transformarian saberes preciontificos y conocimientos cientifices, en el que se constituyeran por efecto de dicho combate los coneeptos, que son las unidades prietico-teGricas dl sabercientifico. Sotratade un resultado tantomés paradgjieo, una vez més, porque Bachelard inseri- be su “ruptura” on el eampo diferenciado, articulado, de las practicas. {Cudl seria, sogtin él, el estatuto de las tdenicas precientificas ‘empiricas"y? {Hs su historia efectiva, que también realiza una cierta “toma” dela naturaleza, deféndo- se Feducr lo indiferencado do las “sensacionea” de Jas “opiniones” y de las ropresentaciones imaginarias “inmedia- tas”? De a misma manera, oval puede ser el estatuto de las formas pedagégicas que preexisten a la difusién del saber cientifico y que éste reformala transforméndolo, por cierto, pero tan solo hasta un cierto panto? Como ejemplo, basta con pensar agu{ en un caso conerela como el dela medicina para entender que continuadores de Bachelard, como Georges, Canghithem y, en otto sentido, Michel Foucault, no podian rotomar tal eual la conceptualizacién bachelardiana, “Historia perimida” “historia oficial” Encontramos la misma difieultad a propésito del eoncepto de historia recurrente de las disciplinas cientsficas, es decir, de 1a distincién ontre “historia porimida” e “historia oficial”, que nos permitirdaclarar un poco mejarloselementasen juegoen el problema? _Para ir directamente al punto sensible, dirfa que esa distincién inscribe en el propio nivel de la historia de la ciencia una tesis epistemoldgica insoslayable, que es una * Sabre ete pont, véase ante tod Actives rationalise del physique cantemporain, ope, eaptala priser, pps 21-49, 16 tesis materialista. D. Lecourt lo demostré con claridad: la propia epistemologia de Bachelard rompe con elidealismo de Cualquier “teoria del eonocimiento” porque para ella la obje- tividad del conocimiento cientifico no es un problema. La objetividad no ceclama un cuestionamionto ‘eritico” seguido el reaseguro de una “garantia” fctiia: se plantea inicial- mente come un hecho, ya no simple, sin indiscutible, Dicho de otra manera, a diferencia de toda esa tradicién que chspotea a lo largo de paginas y paginas en medio de la aparente incompatibilidad entre la idea de una objetividad de Tas ciencias (0 sea, de una verdad en sus resultados) y la ‘dea de su historicidad (0 sea, de la relatividad de sus resultados, de sus teorias, conceptos y datos), Bachelard fiuestra de entrada que sélo la objetividad del conoeimiento cientifien permite pensar rigurosamente fa historia. Reto- ‘mando fas formalaciones de Canguilhem, s6lo ella permite arrancar a la historia de la ciencia de los dilemas perezosos ddel“azar” y dela “Iogiea”, y mostrar que la historicidad dela Ciencia no es solamente la de sus “condiciones” exteriores (politica y soriologia de las instituciones cientifieas), sinola de la produccién de sus conceptos.® Esto porque la objetiv ad que radica ante todo en el planteo de los problemas fantes que en las respuestas que se los d6~ introduce bien (bajo formas experimentales, mateméticas y légicas desarro- Tadas en cada etapa del progreso del saber) en el propio seno de la actividad cientifica una limitacién material, con la que fl “espiritu” no puede jugar libremente y que se traduce Simulldneamente mediante la necesidad de a rectificacion y por la continuidad o, mejor, la compatibilidad de las sucesi- ‘vas adquisiciones del saber cientifico, con la condicion preci- Samente de sus reestructuraciones”o “sintesis” sucesivas. ‘Un admirable ejemplo de ese materialismo es dado por Bachelard en el capitulo primero de su Activité rationaliste delaphysique contemporaine, apropésito dela historia delas teorfasde laluz entre Descartes ylamecsnicaondulatoria de De Broglie." ie des scence, op et, Inteedae- storia est una raptara que de pan setae Is ‘Sr tevolconsraa, se poede dotormnar con crieca que separa une Fisornper'mida sobre ine warts deia lu, que calming con Descartes, ‘ie una Mtora oficial que comianen con Ia “enstrvesio" por parte de wv Pero esa cnceptualizacn, qu so encuentra ene contro de 1a epistermologia de Bachelard, requiore varios cbeervacionss En primer lugar, mantiene una relacon notable con Ia representacin quo fos cientifios so hacen eomanmente: ce fu! propia practic Es sabido quo esa repreentacion se ‘exprest sobre todo, de manera privilegada, en las “resoNag Historica de las aorta de los descsbrimientos qu, peda Aogicamento, a menudo preceden alos tratados sobre una Aiscotings bgrtcamentouceden carrer active de tn investigador para sitaar y refleionar sobre su apore Bachelare mantiene con esa *historia de loe hombres Go cioneia” una relacién no menos pelemica que con la historia tpiristayelétie dlshistoriadores dela lenis de oa tiempo y le apoyéndose en su propia ectividad centia Reforma Ia toneapeion que los cientifics ee hacen dea historia desu clencia haciendo valr en su gene las lecciones de su propia préciea: tal es el enfoque de Bacholard, La ‘resena histdrea” deloshombresdeclontiamuyamende no amas queel museo, por nodesirelsementerio, dela tories Derimidas, quo son svoeadas somo ljanosorigenee de los fonocimientos moderns, a los efectos de mstrar en le ftcnci tual a culminacidn de un proyesto inmomerial dl sept human ola als, fnuimonte ncontra dun enigma del iniverso. Mientras que eu practica acted oc al Inboratorto intelectual y séenico donde cierto tora, nas exactamento cierto coneentae, aon sancionaony constant: Mente reacivadosenlamedidaen qusimpreteabajanpere Producir nuevos conodimientos obetivesy sn ellos mismer Feproducides tanto conceimientos,Yalaabia dicho Hegel “Taverdad ows una moneda acusada, sta para str gaststa 4 atesorada’, que se pueda guardar ene boll (prafacio de in'Fenomenclagta del expintu) Si no trabae, desaparece. FHayghen dl concept matomazo de superficie de ode, con finde ‘esolror ef problema den dbl reac apts tance deatacble Porguc, a eontaro do une leyenda no fica no intervene en ane Srna omen angen neta at {2 sn en ef enn de propia congo nesina, ane cnaratie oa ye de mais denen manera: Hacelrd nes dice que nee sie ‘tpar ala necsid dees ape: desteel panto dvs doaqealo wee {scsacia act feeder, no aa sie de hoy spa mses cna. co, in fa ina frit, extrac Bee pete) ao neta como verdad bjt, area Descartes se cnraona parse rare’ nents ue lode lend Hayne ure hh 8 Se puedo expresar esta posiiéndiciendo quela distncién entre hitoria pode e historia oficial refleja, en una oncepeidndolahistora delaciencisadecuade” ala pricica Slontlica, lopropiaobjetividad deladistinctn entre verdod error enunciada por cha préctea, ¥, para antcipar una Termalacin que A tausser proponded mds tarde," se puede dlecrque la ncosidad de coreg ana representacin expon- {fun confrontdndola co in objetivided do ga propia prac tia, es la marea de un conficto interno ala“avotaespon- tanca los cintifco” necesariaparavu prdtica. Sepuede doar, Smalmonte, que Bacaelard no se conforma sabi eon fnerementar eapectlativamonte el trabajo centiin, ino {jue enunivelinferviensactivamentetomandoposcion en {hee del matetalismo de los hombres de cienca, en contra detuna de as formas de fa idealisma” También oo preciso ver la Geblidad interna queposa sobre ta pcicin de Bachelard. Ya se la ha perebida y consist en due noimae que el “conocimientocomén’, con al que tend a Hlntiicars, euya instanda represonta en el geno de ln Kisunta rocurente, tampoco la historia “perimida” ene Consistencie prope, una verdagers realidad. Por un lad, Sachelard muestra “la importancia de una gialéctica apro pide al ponsamiento cienifieo en la que “onstantemente ay que formarycoformar la diléticn dea historia pert day dola isoraoficals"y enlaquo,apartirdeestehoe™, {as dijorencasenel sono dalo que be nos presenta recurren ‘Give como leeprohistoria® ce una cioneia moderna rec Man, tnt ela an atin go, Da estima de Mosl sjomplo, que Bacholard evoce brevernente aq, de Geren epstemologea ontreel concept de logisico" yok Gf Scalorieo® on ia qumica del siglo tt eempla tanto mas desacablopronntotada lanoraeatia pitta al ran siempre wa y tte bao l imperio de las “hipotess ‘Sstancialistas- que serian propiedad dela “metefsia”*Y, |b Anos, Papi phir tatiana Same aga Ct Tneones pr dete Iai: at fs cogent Snel Sarees ‘ontonte des sovan, ‘ort ioursode as eponsnca dot cat 19 sin embargo, este andlisis histérico de lo “perimido”, de lo “precientifico’, necesario para larealizacion de una verdade- ra dialéetica historica, en Bachelard resulta perfectamente ‘imposible. Se reeneuentra aqui el otro aspecto de la pareja ideol6gica racionatista de la “verdad” y el “error”, del que hhace un momento vimos el aspecto materialista: lo que eats el Indo del error es lo puramente negativo, no tiene historia real, alosumo una explicacion antropoldgica. Paradecirlo de otro modo, la demostracién bachelardiana de que la ciencia tiene, en tanto tal, una historia (en ol sentido fuerte: dalée- tico) desemboea en esa tosis de que sila la ciencia tiene una historia, Pero Bachelard no puede impedir, entonces, que si ‘concepeién de la “autonomia” dl devenis cienifico se junte con quello contra lo que, por otra parte, él lucha constantemen- fe: que la *progresién” del saber eiontifico no aparezea como la expresin de una “logica” interna, y su “normatividad” ‘como la de una teleologia implicta. * concn dart fe, Canpuihem, Queen av'une sil titan Gren io Urano de See fe tou ccna en sri coon are de Athos cedar no fase pr at sapere pores ooops So Zosune tne dees anda alg at tigate: ln ono as ro’ “tra ator de cin at nace en itor como wna puiecondnbrnda esr Seeing se pds cre tars Fn dotasiseloptascenfien. La que Gaston Bachalrd diatngu coms ts Slecrinrroeohsriadea ec nt eeldnenmentetoparda'y ends La tnt Se opted 9 oe Handed lerportmnmasieatentes lactase penn Ps Sheavomdstare ete omaeen coms paint cosealecn jane iti necator san hse ea rlstann aspera otedesegag cece me fener ‘lines de ontinoldad dentro dele hstarma dela cena sigur slo ‘Sisiimene ener ue ep dtermiedey Suction ders sxe prep baer one ‘FAlmbartantcipciones del Origen dees espence, “Eleni dlasdenotn Ce ania eb mpc to rdacaon dee hn de aa Sonn panne Nero dng aunctadosnsomroay sve econ de {hogar poms Ce der fpeee Seas een Set main, S'mores 4 Eine yeinole Going [sila tre lnconta tates et Seno ses qon sca ve lens deta ‘scbhiofSTeestrr tae ngs queen eased heron aera Such ran eet unin aan elo dola verdad es una necgn contractors (actortmeeretomago cn Fd erate Son hes tines dea a Ye ar, ie Sy Stan ey 1 es nmnranon sor en mes ciones pa 2 Se ts eats A ceca ee at ts Ses lt cus ats tt a cares nce etc se shargauec cee ee ne splzariacoey oo beanie eres De onic ete dd cn a ee ea Eee deca tase pr a deta hacer conde etree eesti re rr Racal as Al Coe een a a ticioms teen Seen ae ee ena a ee Dies Fe mee pli de ce a elt ts ee die cit a sn a a a i ae bachel a oer intarvenir on aioshaeneeelmatealisno ee ee 1 ley esata se mors concept Dechelardano aun camp de objet Ce ee tee cide ele erat ae mnie Soe ee aera Ca a ee eis tene el Seen ae user ae a eee eee ia I a ee meron pe ca er ieee etn ee ceca Cae ete ee eee eee eeridantane Fi Bn efecto, Althusser no puede ovitar que sa idea dela aplieacion do réstamo) susie a sigulentelines de raz. "anon l que on permite entfenr on fa conestcion al materialismo hstéico un “corto opatemolagica” ox qu taleraism histrieo presenta ast vez las earaceristcas Yuobeervadagenlapréetica aires de trascienciae, conse, “fe sabemos” gracias als historiadores dela cienca™ ye Se han produside “eortes epstemolsgioy”, Mare abre a onocimiontoobjctivo el eontinente Historia", camo lo rio: tos abrieron el “continente Matematica”. com Galea sus Contemporéneos abrioron el “eontinente Pista", Dicho de ‘tra manera, Althusser se eneventraatrapado cn ia relacion de garantta especular que €l mismo neha dejo de dese, Licpare poder pensar ‘corte pistemol6gcrde ar leas precigoanticipar fama, invocando os cortes pistol ios" tpios de las matomdticas, dei isi, de a qainica {Giguiendo una famosa compare operada por Engels entre Lavoisier y Mars). Bachelard’ es entoncey al garante to crtiado de eva anticipacson. La “Gendiitdad el mar ‘smo, refutads pr sus adversriosy paradicamentoabaraio ‘hada sus obecones por gran mémero de sus sosenedores, ‘queda eniances“demestrade” a partido tos empl (por ‘nose derecho). partir docsemismobech,osgiemplos se onviertanen modelos. Entaness yaa se pede eseaper dena ‘otra forma la hipdtess de una eatnea dla Cena ejeta dein Teoria genera qe ss puode distinguirenabsluta do tna teria del conocimiento ode una Ciencia de las cienclas (miontras Altnasser divge toda su polimica expleita eentra semejanto idea yen particclar contra la forma precisa que habiaadoptado on el seno doa Tercera Internacional sa nist’: la idea de Materialism Dialéctico como flosefa general de In naturale) ‘Parnacarar ast punto se puede hacer una comparacin xipida con otras eorionte de la epistemologacontemport. nea. De ese modo resulta claro, y prdceamonte reonocido Bor el propio interesado, que cl concepto de -eiten de falsabiided” en sir Karl Popper en un concepto aoe Aestinado a exlur al marsismo yal picoanaiss del “cam bo? delacieneia na séladelacintia actual sinodelaciencla Sil Ls Althusser, Pour Mors, ations Franois Maspeo, col “Thée- ‘ie, Pais, 1968 (La reooluisniasricn de Mars Mie, Siglo 76), gs 25, 108-169, 188 Blomontedeutoarisinuop cpg 9094, 61-52, Positions, Pris, 1076 (Potcones, Anagrant, Barcelo, 177), po. 184 2 -posible). Cabe proguntarse si, de manera simétrica, el Poneabto de eafteseptesnolgicos” noes en Althusser l'sonvepin adhoc destiado por adelantado a incu al raion fy al pstesandlisis) ene campo dela ceacia. Que eee Son vere, queen un esol eiterio sea I6ieos ce tro istic, no cambiaré nada es rambo fondamen- Ghmonte anglogo,,mésbien, laid impo do Althusser ss undo fo psn otro aes exter 0 ay sate iu consonanta oa dfimatin dee fist (eset) como Teorta (de le historia) de las préeteas {torenaenloquelthasser delat boylaexpresion mayer de Su toriiso® inital, Peto a amprosa de Althusser también puede ser lefda de cesmsnanort qu lahageapareerbaj nse ray difeen- {eNo como préstame o apliacin de una nocin ya hesho, Sancnmolaconstitcion de wna musta noion a partirde un setae tecomplety contradctri. Dejemes de lado Ta reign dela “prachat a dar del cardctor auvénticamonts leat (o no) dela tora sarsistn.O, mejor, volvamos a farlir=dole que Althussr ounea dé de estar convencidoy Urosianerst dela exstancia Se una eorfacienttca mar- SE 'con sue propos concepos (lo que en abslula quiere Sipeeser ig dow de so subminacén 9 de su perfecci6n) Eilonces cl bjetiveyanoseria pensat a diatineOnmara- {eile leloge yoo cen ajo ae categrtas est Motopicas oot vardad(objeivida)y dl errr (prcient Bilge el enntrar, consstra en afrancar la catgoria de Stop” in ein ikon onl ta none = potemologia istrict: quexologra romper dfintivamen-

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