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EL TABACO

La planta de tabaco fue descubierta y cultivada en América desde aproximadamente el 5000


AC. Durante milenios sus hojas fueron utilizadas con distintos fines, desde medicinales o
curativos hasta religiosos y recreativos. Sus hojas eran masticadas o untadas en el cuerpo.

Entre los años 600 y 1000 de nuestra era se calcula que comenzó a fumarse la hoja de tabaco,
posiblemente con fines medicinales o religiosos. Esto queda documentado a través de
cerámicas de aquel período que fueron halladas en Guatemala, las cuales incluyen dibujos con
personas fumando hojas de tabaco.

Vasija maya precolombina del período 600-900 de nuestra era en la que se puede observar a una
divinidad fumando hojas de tabaco enrolladas - Cliquear para ampliar

Los europeos descubrieron la hoja de tabaco en 1492, durante el primer viaje de Cristóbal
Colón. En aquel viaje, los nativos ofrecieron a Colón lo que el describe en su diario personal
como "ciertas hojas secas que desprendían una fragancia distintiva". Colón envió a varios de
sus tripulantes a explorar el interior de la isla de Cuba, donde Rodrigo de Jerez se convertiría
en el primer europeo en haber fumado hojas de tabaco. Sin embargo a su regreso a España,
Rodrigo de Jerez fue encarcelado ya que la Inquisición lo acusó de brujería, alegando que
"solamente el diablo podría hacer que un hombre echara humo por la boca".

Rodrigo de Jerez conociendo el tabaco -

Alrededor del año 1528 los españoles introdujeron el tabaco a Europa y a los pocos años ya
habían comerciantes de tabaco en la península ibérica. En el año 1531 comenzó a ser
cultivada por europeos en la colonia española de Santo Domingo (en la actual República
Dominicana).

Hacia 1548 los portugueses cultivaban tabaco en Brasil para exportarlo comercialmente.

Un francés llamado Jean Nicot de Villemain que se encontraba en Portugal como embajador de
Francia, envió muestras de esta planta a la Corte Real Francesa en París en 1559 como
medicinal, siendo el responsable de introducir su consumo en el país galo. En su honor la
sustancia que provoca la adicción al consumo de tabaco, la nicotina, lleva su nombre. A su
regreso a Francia llevó plantas de tabaco a los reyes y los introdujo al consumo de rapé
(tabaco en polvo); pronto la reina Catalina de Medici se convertiría en una ávida consumidora
de rapé.
Jean Nicot presentándole a la Reina de Francia, Catalina de Medici, hojas de tabaco -

Hacia la década de los años 1570s, los médicos europeos recomendaban el uso del tabaco
para combatir unas 36 enfermedades o dolencias entre las que se incluían el dolor de muela, la
halitosis, parásitos, tétanos e incluso cáncer.

En 1572 tras su viaje de circunnavegación al globo, el británico Sir Francis Drake introdujo la
costumbre de fumar en pipa en Gran Bretaña y hacia 1585 con la fundación de la colonia
británica de Virginia (en el actual estado de Carolina del Norte, en Estados Unidos) algunos de
los colonos que regresaron a Inglaterra al año siguiente con el hábito de fumar pipas, llevaron
por primera vez la variedad de tabaco de Virginia a Europa. Drake le enseñó a fumar al
cortesano y amigo personal de la Reina Isabel I, Sir Walter Raleigh; desde entonces fumar
tabaco en pipa se volvería una costumbre en Inglaterra.

El Papa Urbano VII tuvo el papado más corto de la historia, el cual duró tan solo trece días (del
15 de septiembre al 27 de septiembre de 1590) ya que murió de malaria. Sin embargo en esas
casi dos semanas tuvo suficiente tiempo para establecer la primera ley de prohibición
relacionada al consumo del tabaco. Esta ley o edicto prohibía consumir tabaco en forma
masticada, fumada en pipa así como aspirada por la nariz en formato de polvo, tanto frente a
las entradas de las iglesias así como en sus interiores. La ley permaneció vigente hasta 1724,
cuando el Papa Benedicto XIII, quien era fumador de tabaco en pipa, la derogó.

En el año 1600 Sir Walter Raleigh logró convencer a su amiga personal, la Reina Isabel I de
Inglaterra, de que probara fumar tabaco en pipa.
Sir Walter Raleigh fumando pipa

Hacia 1603 grupos de médicos en Inglaterra levantaron una protesta ante el Rey Jaime I
porque la gente hacía uso del tabaco sin prescripción médica. En 1604 haciendo caso de las
protestas, Jaime I, redactó un manifiesto titulado Una réplica al tabaco (A Counterblaste to
Tobacco); en el que describía a este hábito como insalubre; además escribió "No puede haber
un daño más básico, pero aun así perjudicial, para un país, que el abuso de haber traído a este
reino al tabaco". El monarca además cuestionó las supuestas propiedades medicinales que se
le atribuían al tabaco durante su época de esplendor en el que se lo utilizaba para curar males
que iban desde resfríos, pasando por problemas gastrointestinales y mal aliento hasta cáncer.
También fue uno de los primeros en referirse al humo pasivo como "asqueroso a la vista,
odioso para la nariz, perjudicial para el cerebro, peligroso para los pulmones". Su aversión por
el tabaco lo llevó a establecer impuestos a este producto; siendo este el primer impuesto que
se le impuso a este producto en la historia. Algunos historiadores atribuyen este odio hacia el
tabaco a la antipatía que sentía por su enemigo jurado, Sir Walter Raleigh, quien para aquel
entonces ya era un ávido consumidor de tabaco en pipa.

En 1605 durante un debate en el Colegio Real de Médicos de Inglaterra, se pudo ver a varios
médicos y miembros de la institución fumando pipas, por lo que no estaban muy de acuerdo
con las opiniones del Rey Jaime I acerca del tabaco.

En 1610, Sir Francis Bacon escribió que el consumo de tabaco estaba aumentando y que se
trataba de una costumbre difícil de abandonar.

En 1612 en China se volvió ilegal el cultivo de tabaco así como el consumo de productos
derivados de esta planta; y para 1638 cualquiera de estas dos actividades eran castigadas con
pena de muerte por decapitación en el país asiático.
En 1614 en la península Ibérica, los mendigos juntaban tabaco de cigarros usados y los
enrollaban en papel; dándose a partir de esta manera rústica de fumar el tabaco, el surgimiento
de algo similar a los cigarrillos. Ese mismo año se realizó la primera exportación de tabaco de
Virginia (actual Estados Unidos) a Inglaterra; siendo este el comienzo de Virginia como
productor mundial de tabaco, aunque en aquel entonces estaría bajo la autoridad británica.

Plantación de tabaco en Virginia en 1614

En 1620 se firmó un acuerdo entre la Corona y la Compañía de Virginia, mediante el cual se


prohibía el cultivo comercial de tabaco en Inglaterra, a cambio de 1 chelín de impuestos por
libra de tabaco de Virginia comercializada; este impuesto iría a parar a las arcas del rey.
Virginia así se quedaba con el monopolio de la producción de tabaco en el Imperio Británico a
cambio de un impuesto para la corona.

En 1624 el Papa Urbano VIII prohibió a los católicos el consumo de tabaco en polvo conocido
como rapé (snuff en inglés) dada la tendencia que tenía este producto a causar estornudos,
algo que según sus palabras y su visión era peligrosamente similar al "gozo sexual".

En 1632 Massachusetts se convirtió en la primera colonia en haber prohibido el fumar al aire


libre, principalmente como una prevención contra incendios. Otras colonias siguieron el
ejemplo, incluyendo a Connecticut donde a partir de 1647 sus habitantes solamente podían
fumar una vez al día.

Hacia 1633 en el Imperio Otomano, donde tanto las autoridades religiosas como las seculares
veían al tabaco con escepticismo, durante el reinado del Sultán Murad IV, tanto el tabaco como
el alcohol y el café quedaron proscriptos en Estambul, y miles de personas fueron ejecutadas
por consumir estas sustancias ilegales y según la ley otomana de aquel entonces "tóxicas". Lo
más irónico sin embargo es que el propio Murad IV murió al parecer de un coma alcohólico a
los 28 años. Su sucesor, Ibrahim I, levantó estas medidas permitiéndose el consumo de estos
productos nuevamente.

En 1634 el Zar Miguel de Rusia declaró al tabaco como un pecado mortal prohibiendo su
consumo y decretando que aquellos que incurrieran en esta falta por primera vez deberían ser
castigados con latigazos; mientras que si eran atrapados consumiendo tabaco por segunda vez
deberían ser ejecutados. Finalmente a los consumidores de rapé los esperaría la amputación
de sus narices.

En 1635 el Rey de Francia, Luis XIII, limitó la venta de tabaco únicamente en comercios de
boticarios y bajo prescripción médica legitimizada. No obstante dado que él mismo era
consumidor de rapé (tabaco en polvo) levantó las restricciones dos años más tarde.

En el año 1639, Wilhelm Kieft, el gobernador de Nueva Amsterdam (actual Nueva York),
promulgó un edicto antitabaco para la región de la ciudad de Nueva York y alrededores (Nueva
Amsterdam en aquel entonces), prohibiendo la venta, posesión y uso de productos derivados
del tabaco. En respuesta más de 2000 hombres enfurecidos se dirigieron frente a la mansión
del gobernador llevando con ellos pipas, cajas de rapé y rifles. La turba acampó durante dos
días delante del jardín de la mansión, donde fumaron sus pipas y consumieron el rapé en
violación a la ley promulgada; hasta que finalmente Kieft se rindió levantando la prohibición.

Rebelión al gobernador de Nueva Amsterdam Wilhelm Kieft

En 1660 tras la restitución de la monarquía en Inglaterra (entre 1647 y 1660 el gobierno estuvo
en manos del Parlamento); el Rey Carlos II regresó al país desde París, de donde trajo la
costumbre cortesana de consumir rapé. Desde entonces el rapé (snuff en inglés) se volvió una
forma de consumo de tabaco para aristócratas.

En 1665 Samuel Pepys describió un experimento llevado a cabo por la Real Sociedad
Científica Británica en el que un gato murió luego de suministrársele una gota de aceite
destilado de tabaco.

En el año 1693 fumar quedó prohibido dentro de la Cámara de los Comunes del Parlamento
Británico, bajo la norma que establecía que: "Ningún miembro puede presumir de consumir
tabaco en la galería de la Cámara o en la mesa del comité".

En 1724 el Papa Benedicto XIII aprendió a fumar pipa y revocó las Bulas Papales que
prohibían fumar a los miembros del clero.

En 1730 se establecieron las primeras fábricas de tabaco en Virginia.

En 1753 el botánico sueco, Carolus Linnaeus, nombró al género de la planta de tabaco con el
término nicotiana; género que se subdivide en dos especies: nicotiana rustica y nicotiana
tabacum.

En 1760 Pierre Lorillard estableció en la Ciudad de Nueva York una fábrica manufacturadora
de cigarros, rapé y procesamiento de tabaco para pipa. Hoy se trata de la empresa tabacalera
más antigua de Estados Unidos.

En 1761 el médico londinense, John Hill, realizó lo que se piensa que fue el primer estudio
acerca de los efectos del tabaco. A través de ese estudio advirtió que los usuarios de rapé
(tabaco en polvo aspirado) eran más propensos a contraer cáncer de nariz. En 1791 este
médico reportó casos en los que el rapé causó cánceres nasales.

Ya en el siglo XVIII (años 1700s) algunas personas en España solían enrollar hojas de tabaco
en papel y fumarlos; a esos cigarros de papel enrollado se los denominaba papeletes; y puede
verse documentado en tres pinturas del artista español Francisco Goya; La Cometa, La
Merienda en el Manzanares y El juego de la pelota a pala.

La Cometa de Francisco Goya - Cliquear para ampliar

En 1826 fumar cigarros se volvió una moda en Gran Bretaña. Ese mismo año se obtuvo
químicamente la forma pura de nicotina.

Hacia los años 1830s aparecen las primeras organizaciones antitabaco en Estados Unidos. En
1836 Samuel Green escribió en el periódico New England Almanack and Farmer's Friend que
el tabaco "es un insecticida, un veneno, un hábito asqueroso y que puede matar a un hombre".

En los años 1830s-1840s los turcos otomanos comenzaron la moda de fumar habitualmente
cigarrillos enrollados en papel. En aquellos años el cigarrillo llegó como una novedad a Francia
donde se le otorgó el nombre de cigarette (cigarrillo). En 1845 comenzarían a ser fabricados en
aquel país, aunque todavía no era una moda fumarlos.

En 1847 Philip Morris abrió un comercio en la calle Bond (Bond Street) de Londres, Gran
Bretaña; donde se vendían cigarrillos turcos enrollados en papel. Phllip Morris era el hijo de un
inmigrante alemán que se instaló en Gran Bretaña y que se llamaba Bernard Morris. Hacia
1854 comenzó a fabricar sus propios cigarrillos.

En 1852 se inventaron los cerillos (fósforos) haciendo que fumar se volviera más cómodo.

Entre los años 1853 y 1856 durante la Guerra de Crimea, los soldados británicos se dieron
cuenta de lo cómodo y barato que era fumar cigarrillos, una costumbre muy bien establecida
entre los soldados turcos aliados a ellos. Tras la guerra los soldados llevaron la moda de fumar
cigarrillos a Gran Bretaña, donde ya se comercializaban desde 1847, aunque ellos se
encargarían de popularizar su consumo allí.

En 1856 comienza en el periódico médico británico The Lancet, un debate acerca de los
efectos que causa a la salud el consumo de tabaco. Ese mismo año, Robert Gloag, un
veterano de la Guerra de Crimea, abrió la primera fábrica de cigarrillos en Gran Bretaña.
En 1868 el Parlamento Británico emite el Proyecto de Ley Ferroviaria (Railway Bill) en el que se
establecen vagones para no fumadores en los ferrocarriles de pasajeros.

En 1873 se funda en Canadá la empresa Benson & Hedges.

En 1875 se estableció la Compañía de Tabaco R.J. Reynolds para la producción de tabaco


masticable.

En 1832 William Wright estableció una pequeña fábrica de tabaco en Broadmarsh, Nottingham,
Gran Bretaña. En 1877 John Player compró esa empresa y en 1883 lanzó al mercado la marca
de cigarrillos Navy Cut, muy conocida por la imagen de un marinero en sus paquetes. La
empresa siguió fabricando los cigarrillos en la región de Nottingham. Con el paso del tiempo la
empresa pasaría a manos de sus hijos John Dane Player y William Goodacre Player. Dada la
gran competencia que presentaban las empresas estadounidenses, John Player tuvo que
juntar fuerzas con el grupo tabacalero británico Imperial Tobacco Group en 1901. La marca de
cigarrillos Navy Cut tendría su mayor popularidad entre finales del siglo XIX y principios del
siglo XX.

Hacia 1880 un joven de la localidad de Durham en Carolina del Norte, Estados Unidos; con un
pasado familiar en el negocio del tabaco llegó a la conclusión de que los cigarrillos serían el
futuro de la industria tabacalera. Se trataba de James Buchanan Duke (también conocido
coloquialmente como Buck Duke). Por aquel entonces la empresa familiar tenía que competir
contra otra empresa tabacalera local de mucho mayor prestigio llamada Bull Durham Tobacco.
El joven Buck en 1881 dio por perdida la batalla y decidió incursionar en el emergente -y con
mucho futuro- negocio de los cigarrillos. Así contrató a 125 enrolladores de cigarrillos y a un
capataz experimentado oriundo de Nueva York para comenzar a fabricar la nueva marca de
cigarrillos Duke of Durham. Ese mismo año, un joven llamado James Bonsack le ofreció a Buck
Duke una máquina ensambladora de cigarrillos que había inventado y que las grandes
empresas tabacaleras del momento rechazaron porque tenían la creencia que al público no le
gustaría fumar cigarrillos armados por una máquina. Duke llegó a un acuerdo con Bonsack y
aceptó incorporar el uso de la máquina. De esta manera mientras durante el primer año sus
125 enrolladores contratados armaron artesanalmente 9.800.000 cigarrillos; hacia 1888 su
fábrica producía con la incorporación de la máquina ensambladora 744.000.000 de cigarrillos al
año. Al bajar los costos de producción pudo reducir el precio de sus paquetes de 10 unidades a
0,05 centavos. Pronto la empresa de Duke comercializaría las marcas de
cigarrillos Cyclone, Duke’s Best, Cameo, Pedro, Town Talk , Crosscut y Pin Head; las cuales
eran promocionadas con la frase "Estos cigarrillos son fabricados con la máquina de Bonsack".
De esta manera la W.B. Duke Company dominó el 40% del aún por entonces emergente
mercado de cigarrillos. En 1889 Duke gastó la para entonces friolera de 800.000 dólares en
publicidad para dar a conocer sus productos tanto a nivel nacional como en el exterior. En 1890
las otras cuatro grandes empresas manufactureras de cigarrillos del momento; W.S. Kimball,
Allen & Ginter, Kinney Bros y Goodwin perdieron la batalla y se unieron a W.B Duke, formando
la American Tobacco Company; con una capitalización de US$ 25.000.000 y con Duke como
presidente del conglomerado tabacalero.
Publicidad del año 1888 de la empresa fabricante de cigarrillos W. B Duke

En 1889 una investigación realizada por los científicos John Newport Langley y Dickinson
reveló los efectos de la nicotina en las sinapsis de las células nerviosas. Tenían la hipótesis de
que hay receptores y transmisores químicos en las neuronas que responden a sustancias
químicas específicas. En 1890 el empresario estadounidense, James Buchanan Duke
establece la Compañía Americana de Tabaco (American Tobacco Company), un conglomerado
compuesto por las cinco compañías líderes de la industria del tabaco en Estados Unidos.

Paquetes de marcas de cigarrillos de la W.B. Duke de finales del siglo XIX (1888-1900)

En 1899 la empresa tabacalera británica Butler & Butler Company, en un intento de captar la
atención del público de las clases económicamente más acomodadas lanzó al mercado la
marca de cigarrillos Pall Mall, en honor a una conocida calle de la ciudad de Londres donde se
pueden encontrar residencias de lujo así como propiedades pertenecientes a la Corona
Británica.

En 1899 Lucy Page Gaston, miembro de la Unión de Templanza de Mujeres Cristianas


(Women’s Christian Temperance Union), fundó la Liga Anticigarrillo de América (Anti-Cigarette
League of America). Lucy Gaston sostenía que "el consumo de cigarrillos podía conducir a
otros vicios como el consumo excesivo de alcohol o incluso narcóticos así como
comportamientos inmorales, particularmente entre las mujeres jóvenes" (por aquellos tiempos
el cigarrillo era un vicio exclusivo de hombres y si se veía a una mujer fumando se la
consideraba como indecente, por eso mismo los movimientos feministas sostenían que las
mujeres debían tener los mismos derechos y poder fumar en público). A partir de entonces y
durante las dos primeras décadas del siglo XX esta organización tuvo gran influencia en los
políticos estadounidenses logrando con su presión la promulgación de varias leyes en Estados
Unidos e incluso en Canadá.

Durante un período, entre los años 1890 y 1927 en 15 estados de Estados Unidos se
sancionaran leyes que prohibían la venta, manufactura o consumo de cigarrillos. Incluso
Carolina del Norte, un estado productor de tabaco, consideró aceptar la prohibición en los años
1897, 1901, 1903, 1905, 1911, 1913 y finalmente en 1917. Sin embargo la presión de la
industria del tabaco logró que uno tras otro estos estados levantaran la prohibición; siendo
Kansas el último en levantarla en 1927. En algunos estados las compañías de tabaco, para
sortear esta prohibición, vendían cajas de cerillos (fósforos) que traían de "regalo" un paquete
de cigarrillos.

No sería recién hasta principios de los años 1900s que los cigarrillos se volverían realmente el
producto derivado del tabaco más popular, ya que hasta entonces el producto de tabaco más
consumido eran los cigarros. Incluso hacia el año 1901 se vendieron en total 3500 millones de
cigarrillos frente a 6000 millones de cigarros. Durante las últimas décadas del siglo XIX y la
primera década del siglo XX; los cigarrillos todavía eran una novedad y el público prefería
consumir tabaco en pipas, cigarros o incluso masticarlos. La década de los años 1910s y
especialmente la Primera Guerra Mundial catapultarían al mercado de los cigarrillos.

En 1901 James Buchanan Duke (también conocido como Buck Duke) compró la firma de
tabaco británica Ogden, invadiendo así el mercado británico. Este hecho provocó que las
empresas británicas de tabaco se juntaran para competir contra el magnate del tabaco
americano, formando así el conglomerado de empresas de tabaco británicas Imperial Tobacco
Group (Grupo de Tabaco Imperial). Entre ellas se encontraban las marcas de John Player
anteriormente mencionadas.

En 1902 la Compañía Americana de Tabaco (American Tobacco Company) y Tabaco Imperial


Británico (Imperial Tobacco Group) llegaron a un acuerdo con el cual cada conglomerado se
quedaría en sus respectivos países, aunque se asociarían para formar la corporación
binacional British American Tobacco Company (Compañía Británica Americana de Tabaco)
mediante la cual comercializarían cigarrillos en otros países de manera conjunta. Ese mismo
año Philip Morris abrió una empresa corporativa en Nueva York para comercializar en Estados
Unidos sus marcas de cigarrillos británicos, incluyendo desde 1924 uno de nombre Marlboro.

En 1907, la marca Pall Mall fue adquirida por la American Tobacco Company tras la venta de la
británica Butler & Butler. Los nuevos dueños utilizaron esta marca "de lujo" para experimentar
nuevos diseños en cigarrillos. Con el paso de las décadas Pall Mall se convertiría en una de las
marcas más fumadas en Estados Unidos.

En 1908 se promulgó una ley en Estados Unidos que prohibía la venta de productos derivados
del tabaco a menores de 16 años. Ese año también en la Ciudad de Nueva York, se promulgó
una ordenanza que prohibía a las mujeres fumar en público; aunque el entonces alcalde de la
ciudad George Brinton McClellan Jr. vetó la ordenanza dos semanas más tarde.

En 1912 el Doctor Isaac Adler fue el primero en sugerir seriamente que fumar puede causar
cáncer de pulmón.

En 1913, la Compañía de Tabaco R.J. Reynolds, introdujo al mercado la marca de cigarrillos


Camel, a través de lo que muchos consideran como la primera gran campaña publicitaria viral
moderna. Una de las estrategias de marketing fue el uso de un camello de circo llamado Old
Joe, cuya imagen sirvió de modelo para promocionar a esta marca y la cual llegaría a ser
utilizada hasta la actualidad más de un siglo después. Una de las cosas que diferenciaba a la
marca Camel de otras que se comercializaban en Estados Unidos era que contenía una mezcla
de tabaco turco con tabaco de la variedad Virginia; haciendo que tuviera un sabor particular y
destacable a los de otras marcas.

campaña publicitaria del año 1913 en la que R.J Reynolds promocionaba su nueva marca Camel

El 9 de marzo de 1914 el Senado del Congreso de Estados Unidos de América prohibió de


manera unánime fumar dentro de su recinto. La prohibición se logró en gran parte gracias a los
esfuezos del entonces Senador por el estado de Carolina del Sur, Benjamin Tillman, quien
había dejado de fumar tabaco y adoptó un estilo de vida estrictamente saludable a raíz de una
serie de ataques cardíacos sufridos. Por aquellos mismos tiempos los médicos del país
comenzarían a mostrar cada vez más preocupación por los daños a la salud que podría
generar el hábito de fumar. También se mencionaba cada vez más la naturaleza adictiva de la
nicotina.

En 1916 durante la Primera Guerra Mundial, las raciones de los soldados de infantería incluían
cigarrillos, por lo que al volver de la guerra todos esos jóvenes se volvieron adictos al consumo
de tabaco en cigarrillos; creándose así toda una nueva generación de fumadores. Hasta
entonces el consumo de cigarrillos per cápita era moderado, pero desde entonces creció
exponencialmente. Hacia 1900 el estadounidense promedio adulto fumaba unos 54 cigarrillos
comerciales al año; para 1963 el consumo promedio per cápita había aumentado a 4345
cigarrillos al año en aquel país.
Cigarrillos del año 1916 pertenecientes a un soldado británico de la Primera Guerra Mundial

Hasta los años 1920s se consideraba a las mujeres que fumaban como de dudosa moral y se
las asociaba con la prostitución. A partir de la década del ’20, gracias a los movimientos
feministas de aquel entonces y a la moda de las flapper (un estilo de vida en que las jóvenes
vestían faldas cortas, tenían un corte de cabello especial, fumaban, bebían alcohol, conducían
automóviles, escuchaban música de jazz y realizaban otras actividades que hasta entonces
solamente estaban reservadas a los hombres) el consumo de cigarrillos entre las mujeres se
fue popularizando cada vez más como símbolo de la conquista femenina de mayores
libertades. En 1924 Philip Morris lanzó la marca de cigarrillos Marlboro enfocada por aquel
entonces exclusivamente al público femenino; de hecho una publicidad de Marlboro de
aquellos días persuadía a las mujeres para que adoptaran el hábito de fumar con la
frase: "¿Tiene el fumar alguna relación con la moral de una mujer más de lo que lo tiene el
color de su pelo?". Otra publicidad promocionaba a Marlboro como "Tan suave como mayo (As
mild as May)". Los Marlboro de aquel entonces tenían un pequeño filtro cuya única finalidad era
evitar que el tabaco quedara adherido a los labios pintados de las mujeres. Por eso el eslogan
de las publicidades lo promocionaba con la frase "Ivory tips protect the lips" (Puntas de marfil
protegen los labios). Otra frase promocional era "Mild as May" (Tan suaves como mayo).
Publicidad de cigarrillos Marlboro del año 1924

Hacia 1923 la marca Camel dominaba el 45% del mercado estadounidense de cigarrillos. Para
contrarrestar esto la American Tobacco Company, fabricante de Lucky Strike, comenzó a
promocionar a esta marca como cigarrillos para mujeres o cigarrillos femeninos, logrando así
dominar el 38% del mercado. Con tantas campañas orientadas a ganar al público femenino,
entre 1925 y 1935 se triplicó el número de fumadoras adolescentes.

Otras empresas también intentaron captar la atención del público femenino. La American
Tobacco Company incentivaba a las mujeres a acercarse al hábito de fumar, promocionando
una de sus marcas, Lucky Strike, como excelentes para el público femenino. Los Lucky Strike
se promocionaban a través de un eslogan que decía: "Toma un Lucky en lugar de un dulce";
asociando así al fumar cigarrillos con mantener una buena silueta.
Publicidad de cigarrillos Lucky Strike orientada al público femenino del año 1929

En 1927 la corporación binacional British American Tobacco adquirió a la compañía


estadounidense Brown & Williamson.

Hacia la década de los años 1930s Gran Bretaña tenía la mayor proporción de casos con
cáncer de pulmón en el mundo.

En 1930 investigadores de la ciudad de Colonia, Alemania; realizaron una correlación entre el


cáncer y el hábito de fumar.

En 1933 la marca de cigarrillos Chesterfield comenzó a publicar publicidades en la revista


médica New York State Journal of Medicine en las que se incluía la frase "Tan puro como el
agua que tomas y prácticamente no tocado por las manos del hombre".

En el año 1939 se publicó el primer trabajo serio que vinculó al cáncer de pulmón con el hábito
de fumar; llamado Abuso del tabaco y carcinoma de pulmón de Franz Hermann Muller de la
Universidad de Colonia en Alemania.

Entre 1939 y 1945 durante la Segunda Guerra Mundial, el entonces Presidente de Estados
Unidos, Franlklin D. Roosevelt para incentivar la economía del país en tiempos de guerra
decretó leyes proteccionistas para el cultivo de tabaco. Los cigarrillos de tabaco estaban
incluidos en la raciones a los soldados junto a la comida; por lo que las compañías de tabaco
enviaron millones de cigarrillos gratuitos a las tropas. A cambio estas empresas ganaron a
millones de nuevos clientes que para su regreso ya habían adquirido el vicio de fumar tabaco.

En 1943 la marca Philip Morris comenzó a colocar publicidades en la revista médica


US National Medical Journal con la frase: "No fumar es un consejo difícil de tolerar para los
pacientes. ¿Podemos sugerirte en lugar de eso fumar Philip Morris? Las pruebas han
demostrado que la tos de tres de cada cuatro casos de fumadores ha desaparecido al
cambiarse a Philip Morris. ¿Por qué no observar los resultados por tu cuenta?".

En 1947 un aumento masivo de los impuestos a los cigarrillos en Gran Bretaña resultaron en
una caída del 14% en el consumo de cigarrillos entre los hombres británicos.

En 1950 los doctores Wynder y Graham de la Universidad de Washington en Estados Unidos,


publicaron un estudio que mostraba que de 650 hombres con cáncer de pulmón el 95% han
fumado por 25 años o más.

En 1951 el doctor y profesor Richard Doll y el profesor Austin Bradfor Hill realizaron el primer
estudio epidemiológico a gran escala que vinculaba al hábito de fumar con el cáncer de
pulmón. Este estudio fue publicado por el British Medical Journal. Doll y Hill entrevistaron a
5000 pacientes en hospitales británicos y encontraron que de los 1357 hombres con cáncer de
pulmón 99,5% eran fumadores.

En 1953 el Dr Ernst L Wynder realizó un gran experimento que demostró que al untar alquitrán
de cigarrillos en la espalda de ratones, les generaba tumores. Este fue el primer vínculo
biológico entre fumar y el cáncer.

En 1954 la revista estadounidense Reader's Digest publicó un artículo titulado La controversia


del cigarrillo, en el que se daba a conocer la asociación entre el hábito de fumar y el cáncer de
pulmón.

En 1954 la marca Marlboro dejó de enfocarse en las mujeres pasando a asociarse con la
masculinidad; mediante las publicidades de Marlboro Man (el famoso vaquero que solía
aparecer en las publicidades de esta marca).

Entre los años 1940s y 1960s las empresas tabacaleras gastaron en publicidad mucho más
que cualquier otro producto para captar la atención del público. Para contrarrestar a las
organizaciones de salud y a instituciones científicas, respaldadas en pruebas científicas que
demostraban cada vez más lo perjudicial para la salud que puede llegar a ser fumar; las
compañías tabacaleras durante este período utilizaron a médicos que promocionaban sus
marcas recomendando fumarlas por encima de otras, dados los supuestos beneficios para la
salud que esto traería a sus consumidores.
Publicidad de medico promocionando Lucky Strike

También durante el período de los años 1940s a 1960s se utilizó más que nunca a
personalidades famosas, deportistas y celebridades de la época para promocionar el consumo
de distintas marcas de cigarrillos. Incluso se llegó a utilizar la imagen de Santa Claus y de
personajes de dibujos animados como Los Picapiedras (The Flinstones).
Ronald Reagan promocionando cigarrillos Chesterfield en 1949
Santa Claus promocionando cigarrillos Chesterfield en 1947

En 1935 una empresa británica construyó una máquina manufacturera de cigarrillos con filtro,
pero hasta el año 1954 los cigarrillos con filtro fueron artículos de lujo. Desde entonces tras
tantos estudios y publicaciones que vinculaban al tabaco con el cáncer de pulmón, se
comenzaron a fabricar comercialmente cada vez más cigarrillos con filtro como una manera de
contrarrestar los alegatos en contra del tabaco y promocionándolos como "una manera de
fumar sin inhalar el alquitrán que tantas dudas genera ya que queda atrapado en los filtros
incluidos en los cigarrillos" (igualmente la industria no reconocía que el fumar es nocivo para la
salud y que el filtro lo haría menos perjudicial, simplemente incuyó los filtros para despejar los
miedos y dudas de sus consumidores). Irónicamente en 1952 la empresa Pierre Lorillard a
través de su marca Kent comercializó cigarrillos con filtros que contenían asbesto (amianto,
una sustancia cancerígena), promocionados como "filtros de micronita"; aunque
afortunadamente en 1956 fueron quitados del mercado. En 1950 los cigarrillos con filtro
representaron solamente el 1% de la ventas de cigarrillos; ya para 1960 dominaban el
mercado.

En 1954 la empresa tabacalera R.J. Reynolds introdujo la marca de cigarrillos con filtro
Winston. En 1956 Reynolds lanzó la marca Salem, que se trataría de la primera con cigarrillos
mentolados con filtro.

Publicidad de médicos recomendando fumar Camel

En 1958 abrió sus puertas la primera clínica para dejar de fumar en Salford, Gran Bretaña.

En 1962 en Gran Bretaña se publicó un reporte del Royal College of Physicians (Colegio Real
de Médicos), titulado "Fumar y la salud". Este reporte fue muy publicitado y entre sus
recomendaciones se contaban: restricciones a las campañas publicitarias de tabaco, más
impuestos a los cigarrillos, mayores restricciones a la venta de cigarrillos a los niños y fumar en
lugares públicos, y mayor información sobre el contenido de alquitrán y nicotina en los
cigarrillos. Tras este reporte las ventas de cigarrillos en Gran Bretaña cayeron por primera vez
en toda una década.

El entonces Comité Asesor de Tabaco (hoy llamado Asociación de Fabricantes de Tabaco),


que representa los intereses de la industria del tabaco, aceptó implementar un código de
práctica publicitaria que intentaba quitar todo elemento glamoroso de las publicidades de
cigarrillos, que vinculaban a este hábito con un estilo de vida sofisticado. Este código para las
campañas publicitarias estaba basado en el mismo código que regulaba las campañas de
cigarrillos en la televisión británica.

La entidad federal de salud del gobierno de Estados Unidos US Surgeon General, en 1964
produjo su primer reporte sobre "Fumar y la salud". Los resultados coincidían con los del
reporte de 1962 emitido por el Royal College of Physicians de Gran Bretaña. Desde 1967 el
US Surgeon General produciría reportes anuales acerca de las consecuencias para la salud
que trae fumar.

Los británicos Doll y Hill publicaron los resultados de un sondeo realizado a nivel nacional (en
toda Gran Bretaña) titulado: "Diez años de observaciones de doctores británicos sobre la
relación entre mortalidad y el hábito de fumar".

Entre 1951 y 1964 aproximadamente la mitad de los doctores de Gran Bretaña dejaron de
fumar. Hubo una caída abrupta de casos de cáncer de pulmón entre aquellos que dejaron de
fumar por sobre los que continuaron haciéndolo.

En 1965 quedaron prohibidos los comerciales de cigarrillos en la televisión británica.

En septiembre de 1967 se llevó a cabo en Nueva York la primera Conferencia Mundial sobre
Tabaquismo y la Salud.

En 1969 la revista británica de programación de radio y televisión Radio Times dejó de publicar
publicidades de cigarrillos en sus revistas. Ese mismo año, la empresa aérea finlandesa,
Finnair, se convirtió en la primera aerolínea del mundo en agregar asientos para no fumadores
en sus aviones.

En mayo de 1970 el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó


un reporte en la asamblea anual del organismo mundial titulado "La limitación de fumar". El
informe fue preparado por el profesor Charles Fletcher del Hospital Hammersmith y el Dr.
Daniel Horn. En el mismo se aconsejaba poner fin a las publicidades y campañas de promoción
de cigarrillos. Para estar a tono con los pedidos, desde entonces se prohibió fumar en los
encuentros de la asamblea de la OMS.

En Estados Unidos quedaron prohibidos los comerciales de cigarrillos en la radio y televisión.


Además desde entonces las compañías de tabaco estaban obligadas a agregar en los
paquetes de cigarrillos mensajes de alerta sobre los daños que causa a la salud el fumar.

Dada la mala prensa que habían adquirido los productos derivados del tabaco, muchas
empresas tabacaleras comenzaron a diversificarse. Phillip Morris invirtió en la industria
cervecera Miller; R.J. Reynolds Tobacco Company (Compañía de Tabaco R.J. Reynolds) quitó
las palabras Tobacco Company de su nombre; quedando como R.J. Reynolds Industries. La
American Tobacco Company también quitó la palabra Tobacco de su nombre quedando como
American Brands, Inc.

En 1975 el estado de Minnesota se convirtió en el primero de Estados Unidos en prohibir fumar


en los interiores de determinados espacios públicos.

En 1985 la ciudad de Aspen, Colorado se convirtió en la primera ciudad de Estados Unidos en


prohibir fumar en los restaurantes.

A partir de 1988 quedó prohibido fumar en los aviones de casi todas las rutas aéreas
nacionales en Estados Unidos. Hacia finales de la década de los años 90s todos los aviones de
bandera estadounidense tanto para vuelos nacionales como internacionales estaban libres de
humo.

A partir de 1988 quedó prohibido fumar en las escuelas y hospitales de España.

San Luis Obispo, California se convirtió en 1990 en la primera ciudad del planeta en prohibir
fumar en el interior de todos los espacios públicos, incluyendo bares y restaurantes.

A partir de 1991 quedaron totalmente prohibidos los comerciales televisivos de cigarrillos en


todos los países de la Unión Europea (aunque en Grecia y Finlandia esta medida existía desde
antes). Luego desde julio de 2005 la prohibición se extendería a otros medios como internet,
periódicos, radio y eventos como la Fórmula 1. Desde 2003 los términos light o suave no
podrían ser utilizados más en los paquetes de cigarrillos dado que podían confundir a las
personas. Frases como "el fumar mata" deben ocupar por lo menos el 30% del frente de los
paquetes de cigarrillos y el 40% del dorso.

Hacia mediados de los años 90s muchas empresas aéreas comenzaron a aplicar normas
antitabaco para sus aviones a nivel mundial. En el año 2000 el Presidente Bill Clinton firmó una
ley que prohibía fumar en todos los vuelos que entraran y salieran de Estados Unidos
(incluyendo a aerolíneas extranjeras con vuelos que involucraran a Estados Unidos como lugar
de destino u origen de los vuelos). En 1999 una ley similar fue aplicada para todos los vuelos
que entran y salen de España, así como los vuelos internos; ya fueran de aerolíneas españolas
como extranjeras.

En Argentina desde 1998 quedó prohibido fumar en todos los vuelos internos de la empresa
Aerolíneas Argentinas/Austral y a partir del 20 de junio de 1999 en todos los vuelos
intenacionales. Hacia 1987 el 50% de los asientos de los aviones de dicha aerolínea estaban
reservados para fumadores.

En el año 2002 se promulgó en la Ciudad de Nueva York la Ley Aire Libre de Humo, que
establecía como ilegal fumar dentro de las oficinas, bares, restaurantes y el interior de edificios
públicos en todo el ámbito municipal. En febrero de 2011 el Alcalde Michael Bloomberg
extendió la ley a parques, plazas, playas y ramblas.

En 2004 Irlanda se convirtió en el primer país de Europa en prohibir fumar en todos los lugares
de trabajo, incluyendo en bares y restaurantes.

El 1 de marzo de 2006 Uruguay se convirtió en el primer país de América Latina en


implementar una ley antitabaco que prohibe fumar en el interior de espacios públicos, como
escuelas, hospitales, oficinas, bares y restaurantes.

En Colombia a partir de mayo del año 2008 se prohibió fumar en el interior de hospitales,
escuelas, bares, restaurantes, transportes públicos, centros comerciales y aeropuetos. En
verano del año 2009 la ley se extendió al interior de todos los espacios públicos. También se
prohibieron las publicidades de cigarrillos así como patrocinios por parte de empresas
tabacaleras. Quedó además prohibido el uso de términos como light o suavesen paquetes de
cigarrillos, y se obligó la incorporción de imágenes preventivas sobre los efectos que causa
fumar a la salud; estas imágenes de alerta deben ocupar el 30% del frente y dorso de los
paquetes. Esta ley además estableció programas educativos públicos que enseñan los efectos
que causa a la salud el hábito de fumar.

El 1 de julio de 2009 entró en vigor la ley antitabaco en México, mediante la cual queda
prohibido fumar en todo espacio público cerrado incluyendo edificios públicos estatales o
municipales, restaurantes, bares, escuelas, hospitales y discotecas. Se estableció con esta ley
que las zonas para fumadores deben estar al aire libre y completamente aisladas del humo de
cigarrillo.

Entre 2006 y 2010 en España había una restricción parcial a fumar en el interior de espacios
públicos. Las oficinas, hospitales, escuelas y transporte público estaban completamente libre
de humo; sin embargo tanto en bares como restaurantes podía haber una sección para
fumadores o permitir fumar en aquellos locales con menos de 100m 2. Pero a partir del 2 de
enero de 2011 finalmente quedó terminantemente prohibido fumar en todos los restaurantes y
bares a nivel nacional. Los hoteles pueden reservar un 30% de sus habitaciones para
fumadores. También quedó prohibido fumar incluso en los espacios circundantes a escuelas y
hospitales.

El 31 de mayo de 2011 Venezuela implementó una ley antitabaco que prohibe fumar en el
interior de los espacio públicos y comeciales entre los que se incluyen centros comerciales
(malls), restaurantes, bares, discotecas, oficinas y lugares de trabajo.

En el año 2012 Camel dejó de ser la marca más vendida de la empresa J.R. Reynolds,
tomando ese puesto la marca Pall Mall.

En Argentina desde el 2011 se aprobó una ley nacional antitabaco. Sin embargo en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, existe una ley desde el 1 de octubre de 2006 que prohibe fumar en
todos los edificios públicos del Gobierno de la Ciudad así como en bares, restaurantes, lugares
de trabajo y centros comerciales. Desde el 1 de enero de 2007 no se permite la publicidad de
tabaco en la vía pública en el ámbito de la ciudad. En la provincia de Córdoba rige una ley
similar a la de la Ciudad de Buenos Aires desde el 1 de junio de 2006 mediante la cual se
prohibe fumar en el interior de los espacios públicos (incluyendo restaurantes y bares); también
quedó prohibida la venta de cigarrillos en kioscos que se encontraran a menos de 200 metros
de instituciones educativas o edificios de esparcimiento para menores de 18 años. Otras
provincias libre de humo en los interiores de espacios públicos son Santa Fe, Tucumán, San
Juan, Neuquén, Mendoza, La Rioja, Entre Ríos, Catamarca y la Provincia de Buenos Aires.

En Chile desde el 1 de febrero de 2013 quedó establecida la ley 20.660 que prohibe fumar en
el interior de espacios públicos como oficinas, bares, restaurantes o lugares de trabajo así
como edificios estatales, escuelas y hospitales. También quedó prohibida toda forma de
publicidad de productos derivados del tabaco; así como no se permite fumar en programas
televisivos en vivo o promocionar productos tabacaleros en radio o televisión. La venta de
cigarrillos queda totalmente prohibida en comercios que se encuentran a menos de 100 metros
de instituciones educativas para menores de edad.

Fuentes de información:

www.sourcewatch.org/index.php?title=History_of_Philip_Morris
www.creativepro.com/article/heavy-metal-madness-we-ve-come-a-long-way-maybe
www.theatlantic.com/features/archive/2014/11/the-nicotine-fix/382666/
www.ash.org.uk/files/documents/ASH_741.pdf

La mayoría de los fumadores en Latinoamérica, Estados Unidos, Canadá y Europa comienza a


fumar durante la adolescencia; aproximadamente entre el 85% y 90% prueba su primer
cigarrillo antes de los 18 años y el 99% lo hacen antes de los 26 años de edad. Existen
distintos tipos de productos derivados del tabaco, pero por lejos los más consumidos son los
cigarrillos. También existen distintas modalidades de fumadores, desde aquellos que lo hacen
diariamente, de manera compulsiva, hasta aquellos que lo hacen en determinadas
circunstancias como por ejemplo en fiestas o salidas nocturnas (popularmente llamados
fumadores sociales). Pero lo que hay que destacar es que el tabaco genera dependencia y
aunque lo que varía es la intensidad y frecuencia de consumo (acorde al nivel de adicción de la
persona); siempre en menor o mayor medida hay una dependencia física y psicológica; basta
con sentir ganas o la tentanción de fumar al menos un cigarro como para afirmar que existe tal
dependencia.

¿Pero qué es lo que genera la dependencia al tabaco? La principal responsable de generar la


adicción al tabaco es una sustancia química denominada nicotina.

A continuación se analizará a la nicotina en todos sus aspectos, sus efectos psicofísicos, las
causas que generan una dependencia tan fuerte a ella, algunas formas de vencer la adicción,
entre otras cosas.

Introducción al tabaco

Existen varias especies de plantas de tabaco, pero la que se utiliza comercialmente para
productos que se fuman se denomina nicotiana tabacum, la cual fue descubierta y cultivada en
América desde aproximadamente el 5000 AC. Antes de ser cultivada por seres humanos, la
planta crecía de manera silvestre en gran parte del continente americano. Durante milenios sus
hojas fueron utilizadas con distintos fines, desde medicinales o curativos hasta religiosos y
recreativos. Sus hojas eran masticadas, untadas en el cuerpo, y más adelante fumadas en
ciertas tribus de distintas partes del continente americano.

Plantas de nicotiana tabacum

Los europeos la descubrieron en 1492, durante el primer viaje de Cristóbal Colón, quien envió
a varios de sus tripulantes a explorar el interior de la isla de Cuba, donde Rodrigo de Jerez se
convertiría en el primer europeo en haber fumado hojas de tabaco. Allí el explorador observó
que "los indígenas utilizaban una hierba seca que al quemarla producía un saumerio de grato
aroma que al ser inhalado producía un efecto placentero casi de emborrachados". Sin embargo
a su regreso a España, Rodrigo de Jerez fue encarcelado ya que la Inquisición lo acusó de
brujería, alegando que "solamente el diablo podría hacer que un hombre echara humo por la
boca".
Rodrigo de Jerez se convierte en el primer europeo en conocer el tabaco - Cliquear para ampliar

Alrededor del año 1528 los españoles introdujeron el tabaco a Europa y a los pocos años ya
habían comerciantes en la península ibérica. En 1531 comenzó a ser cultivada por europeos en
la colonia española de Santo Domingo (en la actual República Dominicana). Ya hacia 1548 los
portugueses cultivaban tabaco en Brasil para exportarlo comercialmente. Un francés llamado
Jean Nicot de Villemain que se encontraba en Portugal como embajador de Francia, envió
muestras de esta planta a la Corte Real de París en 1559, siendo el responsable de introducir
su consumo en el país galo. En honor a este hombre la sustancia que provoca la adicción al
consumo de tabaco y la cual analizaremos detalladamente en un rato, la nicotina, lleva su
nombre. En 1572 tras su viaje de circunnavegación al globo, el británico Sir Francis Drake
introdujo la costumbre de fumar en pipa a Gran Bretaña y hacia 1585 con la fundación de la
colonia británica de Virginia (en el actual estado de Carolina del Norte, en Estados Unidos)
algunos de los colonos que regresaron a Inglaterra con el hábito de fumar pipas, llevaron por
primera vez la variedad de tabaco de Virginia a Europa, y le enseñaron a fumar al cortesano y
amigo personal de la Reina Isabel I, Sir Walter Raleigh; desde entonces fumar tabaco en pipa
se volvería una costumbre en Inglaterra.

El uso del tabaco fue bastante controversial incluso desde aquellos lejanos tiempos y se
presentaban ya entonces varias contradicciones. En ocasiones se le atribuían propiedades
medicinales y en otras, ya desde el siglo XVII (años 1600s), ciertas especulaciones vinculaban
al tabaco con enfermedades como el cáncer. Por otro lado, hacia la década de los años 1570s,
varias corrientes médicas europeas recomendaban el uso del tabaco para combatir
enfermedades o dolencias como el dolor de muela, la halitosis, parásitos, tétanos e incluso
cáncer.

Sin embargo, con el paso de los siglos, investigaciones modernas evidenciaron el vínculo del
consumo de tabaco con todo tipo de enfermedades que van desde problemas cardiovasculares
hasta el cáncer.

No obstante, a pesar de que la planta de tabaco contiene miles de sustancias químicas,


solamente una, la nicotina, es la responsable de causar las diversas sensaciones
psicosomáticas o efectos psicoactivos que vuelven adictos a los consumidores de tabaco (las
sustancias psicoactivas son aquellas que al introducirse de distintas formas en el cuerpo,
generan un efecto directo sobre el sistema nervioso central).

El tabaco es un miembro de la familia de plantas solanáceas (solanaceae), que entre otras


incluye a las patatas, tomates, berenjenas, ajíes y pimientos. Las solanáceas se caracterizan
por la producción de alcaloides (los alcaloides son sustancias nitrogenadas, que incluso en
bajas dosis provocan intensas acciones fisiológicas en los animales, con fuertes efectos
psicoactivos. Entre los alcaloides se pueden mencionar la cocaína, la morfina, la quinina,
la cafeína, la atropina y la nicotina). Los alcaloides producidos por las plantas de la familia de
las solanáceas pueden tener efectos de mayor o menor toxicidad dependiendo de la especie.
Los alcaloides son sustancias tóxicas que las plantas solanáceas producen como defensa
contra insectos y animales herbívoros, que al correr peligro de intoxicación tras su consumo
evitan así su ingesta, logrando por lo tanto estos vegetales sobrevivir en entornos silvestres;
por ejemplo si un insecto intenta comerse una planta que contiene estos alcaloides puede
llegar a paralizarlo e incluso matarlo.

Ejemplos de solanaceas - Cliquear para ampliar imagen

La solanina es un alcaloide presente en el tomate (nombre científico del tomate: solanum


lycopersicum) y en la patata (nombre científico de la patata: solanum tuberosum); la cocaína es
un alcaloide presente en las hojas de coca; la cafeína se encuentra en muchas especies de
solanáceas aunque en mayor medida en las plantas de café (cafetos), plantas de té y en menor
medida en el cacao.

Por su parte la nicotina (el alcaloide que nos interesa en este artículo) es un alcaloide presente
principalmente en la planta de tabaco y con mayor concentración en sus hojas (ocupa
aproximadamente el 5% del peso de la planta y el 3% de su peso en tabaco seco). Pero la
nicotina puede encontrarse también en otras plantas de la familia de las solanáceas, aunque en
concentraciones muy reducidas, como por ejemplo en tomates, patatas, berenjenas o
pimientos; en las que las concentraciones oscilan apenas entre 2 y 7 microgramos
(millonésimas de gramo) por kilogramo de patata o tomate.

La fórmula química de la nicotina es C10H14N2, o sea que cada molécula de nicotina está
compuesta por 10 átomos de carbono, 14 de hidrógeno y 2 de nitrógeno. Es un compuesto
orgánico soluble en agua, y se trata de un potente veneno; de hecho, como ya se mencionó
anteriormente, este es su fin natural ya que su toxicidad protege a la planta de tabaco de los
insectos y otros animales herbívoros que podrían comerla; por eso mismo se la utiliza en
insecticidas.

Molécula de nicotina

Su ingesta directa es altamente tóxica y puede llegar a ser letal en seres humanos. La dosis
letal por vía oral es de 60 mg (miligramos) de nicotina. Por lo tanto, si se llegaran a ingerir
directamente 60 mg de nicotina, la persona tendría nauseas, entraría en convulciones y
finalmente podría llegar a morir por envenenamiento con nicotina. Cada cigarrillo que se
comercializa contiene en promedio 10 mg de nicotina (en algunas marcas esta concentración
puede llegar a 20 mg), aunque de manera fumada solamente se introduce en el cuerpo
aproximadamente 1 mg de nicotina (2 mg en ciertas marcas con altas concentraciones de
nicotina). El 90% de la nicotina introducida en el cuerpo es rápidamente asimilada por el hígado
y luego expulsada del cuerpo; permaneciendo solamente unos 0,1 mg de nicotina entre 6 y 8
horas en el cuerpo. Por lo tanto para morir por envenenamiento de nicotina fumada, la persona
debería fumarse aproximadamente unos 60 cigarrillos (3 paquetes de 20 cigarrillos) en un solo
instante; algo que es físicamente imposible. Sin embargo si la misma persona ingiere de
manera oral, o sea si se comiera el tabaco de entre 3 y 6 cigarrillos, podría llegar a morir por
envenenamiento con nicotina.

Es necesario hacer referencia a que en el año 2013 tras efectuarse nuevas mediciones, los
experimentos arrojaron que las dosis letales de nicotina en seres humanos varían entre los 500
mg y 1000 mg, por lo que según estos datos una ingesta de 60 mg de nicotina, si bien sería
tóxica no llegaría a ser letal; no obstante todavía no hay demasiadas pruebas al respecto por lo
que se sigue considerando a los 60 mg de nicotina como la dosis letal universalmente aceptada
entre los médicos.

Una curiosidad sobre las patatas y la solanina

A modo de nota curiosa veamos el ejemplo de las patatas, las cuales


contienen pequeñas concentraciones de solanina (sustancia que posee
propiedades fungicidas y pesticidas que le sirven al tubérculo como
mecanismo de defensa natural contra hongos, insectos y predadores), un
alcaloide que ingerido en grandes cantidades es un irritante de la mucosa
gastrointestinal y con efectos directos sobre el sistema nervioso; provocando
irritación en la boca y faringe así como nauseas, vómitos y diarrea; y
finalmente temblores, alucinaciones y parálisis en el sistema nervioso. Estos
síntomas por lo general se superan pasadas las 24 horas de la ingesta de
solanina. Sin embargo es necesario aclarar que la dosis tóxica es de
entre 3 y 5 miligramos de solanina por kilogramo de peso corporal de la
persona; y cada 1 gramo de patata hay entre 0,075 miligramos
y 0,2 miligramos de solanina; aunque su concentración puede aumentar si la
patata se expone a la luz, llevándola hasta 1 miligramo por gramo de patata,
por eso siempre se recomienda guardar las patatas en lugares oscuros y fuera
del alcance de la luz. Pero a no asustarse, ya que al pelarse y pasar por el
proceso de cocción, parte de la solanina se pierde.

Así, una persona de 70 kilogramos requiere una dosis de


entre 210 y 350 miligramos de solanina para intoxicarse; por lo que debería
consumir aproximadamente entre 1 y 1,7 kg de patatas crudas. Sin embargo
si las patatas fueron expuestas a la luz la cantidad de solanina puede
aumentar hasta 1 miligramo por gramo de patata, así con tan
solo 210 a 350 gramos de patata (o sea aproximadamente una patata grande
sin pelar) la persona puede llegar a intoxicarse. Por eso es importante
recordar que las patatas siempre deben ser almacenadas en lugares oscuros (y
tampoco exponerse a la luz solar en verdulerías) y cocerse (hervirse,
hornearse o freírse) para mantener las concentraciones de solanina bajas.

Cálculo en el caso de patatas con 0,2 miligramos de solanina por gramo de


patata (cabe aclararse que las que se comercializan tienen controladas las
concentraciones de solanina por debajo de los 0,2 miligramos):

Se necesitan 3-5 miligramos de solanina por kilogramo de la persona para


intoxicarla
Una persona de 70 kilogramos requiere 3mg x 70kg = 210mg a 5mg x 70kg
= 350mg de solanina
210mg / 0,2mg de solanina por gramo de patata = 1050kg de patatas
350mg / 0,2mg de solanina por gramo de patata = 1,7kg de patatas
Por lo que para intoxicarse con solanina una persona tiene que comerse
aproximadamente entre 1 y 1,7 kg de patatas crudas sin pelar y que contienen
0,2 mg de solanina por gramo.

Efectos de la nicotina

Apenas pasados 10 segundos desde que la persona fumadora inhala el humo de su cigarrillo,
la nicotina es absorbida a través de la piel y las capas de mucosa en la nariz, boca
y pulmones; penetrando así al torrente sanguíneo que la conducirá hasta el cerebro. La
nicotina estimula a las glándulas adrenales (que se encuentran arriba de los riñones) para que
produzcan una hormona y neurotransmisor llamada adrenalina (también se la conoce con el
nombre de epinefrina, del griego epi que significa sobre o encima y nefrós que significa riñón).
La adrenalina incrementa el ritmo cardíaco y la presión arterial, ya que contrae a los vasos
sanguíneos. La nicotina además estimula la producción de dopamina, un neurotransmisor que
controla los centros de placer del cerebro (la dopamina es el neurotransmisor encargado de
generar las sensaciones de placer al comer, beber, tener relaciones sexuales, entre otros.
Pertenece al sistema de recompensa del cerebro, el cual se encarga de recompensar a la
persona con sensaciones de placer cada vez que efectúa alguna necesidad vital para el
cuerpo, como comer, beber agua o reproducirse).

Inhalar la nicotina produce efectos inmediatos de placer en la persona, ya que las moléculas de
nicotina atraviesan las paredes de los alvéolos pulmonares junto al oxígeno, entrando así al
torrente sanguíneo que se dirige hacia el corazón desde donde es bombeada al resto del
cuerpo, incluyendo al cerebro que es donde se activan las sensaciones de placer al estimularse
la secreción de dopamina. Los alvéolos se encuentran dentro de los pulmones y forman
pequeños sacos pulmonares rodeados de capilares sanguíneos por donde penetra el oxígeno
a la sangre. El humo inhalado contiene nicotina la cual aprovecha esta vía al igual que el
oxígeno para penetrar en la sangre y viajar por ahí hasta el cerebro y otras partes del cuerpo.
En total hay unos 300 millones de alvéolos (150 millones por cada pulmón), los cuales cubren
una enorme superficie de absorción (si se los abriera y pusiese uno al lado del otro, ocuparían
una superficie 40 veces mayor a la de la piel), siendo de esta manera los alvéolos -y por lo
tanto los pulmones- el medio de absorción de nicotina más efectivo.

La nicotina entra al torrente sanguíneo junto al oxígeno a través de los alvéolos pulmonares

Con cada cigarrillo fumado se absorbe aproximadamente 1 miligramo (mg) de nicotina;


recordemos que la mayoría de las marcas de cigarrillos contienen aproximadamente 10 mg de
nicotina (son pocas las marcas que pueden llegar a contener hasta 20 mg), pero de esos
aproximadamente 10 mg solamente se absorbe 1 mg. La nicotina permanece solamente unas
pocas horas dentro del cuerpo, teniendo un tiempo de permanencia promedio de entre 1 y 2
horas, el resto es desechado por el hígado. Luego de 6 horas de fumado un cigarrillo,
solamente quedan unos 0,031 mg del 1 mg introducido en la sangre.

La nicotina también puede ser absorbida a través del tracto gastrointestinal y de la piel, es de
esta manera que productos como el tabaco masticable, los parches de nicotina y los chicles o
goma de mascar de nicotina surten efecto, aunque lo hacen en dosis mucho más pequeñas.

Una vez dentro del cuerpo, las enzimas del hígado comienzan a romper la mayor parte de las
moléculas de nicotina (entre el 80% y el 90% de la nicotina en sangre) transformándolas en un
subproducto metabolito denominado cotinina. Los pulmones también transforman una pequeña
parte de la nicotina en cotinina y en óxido de nicotina (se oxida, o sea que se enlaza con las
moléculas de oxígeno). Luego la cotinina, junto a otros metabolitos inservibles o tóxicos para el
cuerpo, es excretada en la orina. También puede encontrarse cotinina en la saliva y en el pelo
de las personas fumadoras. La cotinina tiene un tiempo de permanencia medio en el cuerpo de
aproximadamente 16 horas; por lo que si la persona se fumó un cigarrillo el día anterior a un
análisis de sangre y orina, la cotinina serviría como indicador de que la persona estuvo
fumando ya que sería encontrada en su orina. De hecho existen dispositivos muy económicos
de venta libre (test de cotinina) que permiten saber si una persona estuvo fumando con tan solo
detectar el nivel de cotinina en unas pocas gotas de orina.

¿Es realmente el tabaco un sedante?

Pero una pregunta que surge seguido es: ¿por qué las personas fumadoras sienten tantas
ganas de fumar cuando están de mal humor o cuando están experimentando una situación
estresante? Una respuesta rápida y sencilla sería que lo hacen porque la nicotina calma a las
personas estresadas, generando sensaciones temporales de relajación y reducción de estrés,
ansiedad e incluso dolor.

Sin embargo, a pesar de la relajación, la nicotina realmente incrementa el estrés físico, por lo
que sus efectos resultan ser bastante paradójicos.

Cuando estimula al sistema nervioso central, dependiendo de la dosis, a algunos fumadores la


nicotina puede generarles efectos sedativos. No obstante, algunos estudios demostraron que
es simplemente el ritual de fumar lo que causa el efecto calmante, ya que en realidad la
nicotina es considerada una sustancia estimulante y no tranquilizante. Por lo tanto la relajación
se trataría de un efecto psicológico ya que bioquímicamente la nicotina produce efectos
estimulantes.

Cuando una persona inhala el humo del tabaco, la nicotina contenida en él, causa la secreción
de la hormona epinefrina (también conocida como adrenalina), la hormona que nos vuelve
alerta o nos prepara para enfrentar un peligro (por ejemplo cuando estamos por pelear o
intuimos que nos van a atacar o simplemente al caer en una montaña rusa). La adrenalina
activa el sistema nervioso simpático el cual hace que aumente la frecuencia respiratoria y la
profundidad de cada respiración; también incrementa el ritmo cardíaco y la presión sanguínea.
En otras palabras con la adrenalina la persona se vuelve alerta, con más atención y
concentración.

Por otra parte, la nicotina también ocasiona un efecto bioquímico que hace al cuerpo más
resistente a la insulina (la hormona que reduce los niveles de glucosa en la sangre) así como
un mayor riesgo a desarrollar un síndrome metabólico, diabetes de tipo 2 y enfemedades
cardiovasculares. También puede afectar la normal secreción de hormonas de las glándulas
tiroides, pituitaria, sexuales y suprarrenales (adrenales). El caso de la resistencia a la insulina
en fumadores puede ser causado en parte porque la nicotina estimula la producción de altos
niveles de cortisol, una hormona producida en la glándula suprarrenal y que afecta al
metabolismo de glucosa corporal ya que desarrolla tolerancia o resistencia a la insulina,
generando situaciones de hiperglucemia asociada a dicha resistencia a la insulina. Esto no solo
aumenta el riesgo a desarrollar diabetes de tipo 2 sino que también enfermedades cardíacas.

Cuánto es la máxima cantidad de nicotina que puede tener un fumador


habitual en el cuerpo

Como ya se dijo antes, la dosis letal (universalmente aceptada) de nicotina en el cuerpo para
matar a una persona es de apoximadamente 60mg; y la cantidad de nicotina provista por un
cigarrillo promedio es de 1mg; pero esto no significa que si una persona se fuma 60 cigarrillos
(3 paquetes) en un día morirá intoxicada de nicotina. Esto es así porque ni bien ingresa la
nicotina al cuerpo, el hígado comienza el proceso de filtrado y ya pasada 1 hora,
aproximadamente 0,45 mg de aquel 1 mg de nicotina es transformado en cotinina y luego
desechado a través de la orina; pasadas las 2 horas queda tan solo 0,10 mg de la nicotina (el
90% ya fue transformada en cotinina).

Para ejemplificar esta pregunta necesitaremos irnos a los extremos. Supongamos que una
persona quiere acumular la mayor cantidad de nicotina posible en su cuerpo fumando un
cigarrillo detrás del otro sin parar, si el fumador promedio termina de fumar cada cigarrillo en 6
minutos esto significa que en 1 hora podrá fumarse hasta 10 cigarrillos.

Pasados los primeros 6 minutos del primer cigarrillo fumado, habrá ingresado 1 mg de nicotina
en el cuerpo de la persona; luego de 1 hora, y 10 cigarrillos fumados, el monto de nicotina
absorbido llega a 10 mg; sin embargo como el hígado comienza a transformar a la nicotina ni
bien entra al cuerpo, luego de 1 hora desde que fumó el primer cigarrillo quedarán solamente
0,55 mg de nicotina y a las 2 horas 0,1 mg de aquel primer cigarrillo. Sin embargo el cálculo se
complica dado que la persona siguió fumando un cigarro tras otro sin parar, agregando más y
más nicotina constantemente, mientras el hígado de manera simultánea continúa
transformando la nicotina de los cigarrillos anteriores en cotinina. Por un lado la nicotina
aumenta con cada cigarrillo fumado y por el otro disminuye con el paso de los minutos gracias
al trabajo de filtrado realizado por el hígado. Para facilitar el cálculo veamos la siguiente tabla.

Cliquear para ampliar la imagen

Ya pasadas las 8 horas y unos 80 cigarrillos fumados sin parar, los niveles de nicotina oscilarán
aproximadamente entre 13,5 y 15mg. Obviamente estas cifras pueden variar según la marca
de cigarrillos, el organismo de la persona así como otros factores. De ahí en adelante la
concentración de nicotina no aumentará ya que con el paso de las horas la nicotina de los
cigarrillos que se fumaron antes disminuye más rápido de lo que se incrementa la originada en
cigarros fumados más recientemente. Llegado un momento luego de aproximadamente 24
horas la persona tendrá sueño y se quedará dormida, por lo que de los 13,5mg a 15mg de
nicotina solamente quedarán en dos horas unos 1,3 a 1,5 mg y a las pocas horas toda esa
nicotina se habrá transformado en cotinina.

Si bien no ocurrirá un envenenamiento por nicotina fumada; es muy importante aclarar que sí le
causará a la persona fumadora otro tipo de daños al cuerpo ya que el cigarrillo contiene miles
de sustancias tóxicas perjudiciales para la salud, por lo que un experimento así, sería
altamente riesgoso y devastador para la salud de la persona. Los datos aquí expuestos
solamente reflejan el comportamiento de la nicotina si es inhalada a través de cigarrillos de
tabaco.

Efectos de la nicotina en el sistema nervioso

La exposición a la nicotina modifica el funcionamiento del cerebro. Imaginemos al cerebro


como una computadora que almacena, procesa y utiliza información. En las computadoras la
información viaja en forma de pulsos eléctricos a través de cables y circuitos electrónicos (para
más información ver: Qué son los bytes y los bits). En el cerebro, las neuronas son
las células que transmiten e integran toda la información de la persona de un lado al otro. En el
cuerpo humano hay aproximadamente unas cien mil millones (100.000.000.000) neuronas
unidas entre sí y con mayor concentración de estas en la región encefálica. Cada neurona
recibe información en forma de señales provenientes de otras miles de neuronas del cerebro,
las procesa, hace los ajustes necesarios y finalmente traspasa esa información a otras partes
del cuerpo. Los puntos de unión entre dos neuronas se denominan sinapsis, en donde hay un
estrecho espacio interneuronal, por lo que las neuronas en realidad no se tocan entre sí; así la
información salta de una neurona a la otra a través de este pequeño espacio interneuronal.

Sinapsis entre dos neuronas - Cliquear para ampliar imagen

Dentro de cada neurona individual (también llamadas células nerviosas) la información viaja en
forma de corriente eléctrica de baja potencia, pero para saltar o pasar de una neurona a la otra
en la sinapsis, la información es traducida en forma de unas sustancias bioquímicas
llamadas neurotransmisores.

En la sinapsis hay iones (partículas cargadas eléctricamente). Cuando el impulso eléctrico llega
a la zona de la sinapsis de la neurona 1 (neurona presináptica) estimula a unas vesículas con
neurotransmisores que cruzan la sinapsis y abren unos canales de la neurona 2 (neurona
postsináptica), permitiendo así que las partículas cargadas que se encuentran en la sinapsis
entraran a la neurona postsináptica y generando de esta manera un impulso eléctrico en esa
segunda neurona, lográndose así que la información pasara de una célula nerviosa a la otra
exitosamente.

Función de los neurotransmisores

Hay más de 50 neurotransmisores identificados en el sistema neurológico humano y a cada


neurotransmisor le corresponde un tipo específico de receptores que admite la información de
dichos neurotransmisores; estos receptores se encuentran en la zona de la sinapsis en la
célula postsináptica (la que recibe la información proveniente de la otra neurona).

Sucede que la nicotina se comporta de la misma manera que un neurotransmisor


denominado acetilcolina, asociado con los circuitos neuronales de la memoria y el sistema de
recompensa del sistema nervioso (el sistema de recompensa es aquel que genera sensaciones
de placer cuando un ser humano cumple con alguna necesidad fisiológica como comer, beber
para saciar la sed, tener relaciones sexuales, entre otras; motivando a la persona con esas
sensaciones recompensantes de placer a seguir cumpliendo con dichas necesidades vitales).
La nicotina tiene la capacidad de adherirse a los receptores que procesan la información de
la acetilcolina, especialmente a aquellos receptores conocidos como nicotínicos (se llaman así
porque pueden ser estimulados también por la nicotina). Sin embargo, a diferencia de
la acetilcolina, la nicotina no es regulada por el cuerpo; el cual normalmente libera pequeñas
cantidades controladas de acetilcolina de manera graduada y solamente en las neuronas
colinérgicas (aquellas que utilizan el neurotransmisor acetilcolina para comunicarse con
otras neuronas) que requieran ser estimuladas en ese preciso momento; mientras que la
nicotina activa de manera caótica a las neuronas colinérgicas de distintas partes
del cerebro simultáneamente.

Dada toda la estimulación caótica y alteración en las neuronas colinérgicas (aquellas capaces
de liberar y captar acetilcolina), el cuerpo confundido incrementa la liberación del
neurotransmisor acetilcolina en dichas neuronas a través de todo el cerebro. La actividad en los
circuitos de neuronas colinérgicas pone al cuerpo y al cerebro en acción generando una
sensación reenergizante y un efecto vigorizante. La estimulación de las neuronas colinérgicas
también incrementa la cantidad de dopamina que es liberada por el sistema límbico (el sistema
límbico juega un papel fundamental en el comportamiento emocional); la dopamina es otro
neurotransmisor que activa al sistema de recompensa del cerebro. Por lo tanto cada vez que
una persona consume una droga como la nicotina o la cocaína, las cuales estimulan la
liberación de dopamina activando al sistema de recompensa, esto refuerza las ganas de volver
a consumir dichas sustancias dado el efecto placentero que provocan.

La nicotina también estimula la liberación de otro neurotransmisor denominado glutamato. El


glutamato se encuentra asociado al aprendizaje y la memoria, por lo que al liberarse este
neurotransmisor al momento de introducir nicotina al cerebro, se mejoran las conexiones entre
las neuronasrelacionadas a la memoria; geneando un fuerte recuerdo de las buenas
sensaciones o sensaciones placenteras causadas por la nicotina; reforzando así el deseo de
volver a consumir nicotina; en otras palabras se refuerza el vicio a la nicotina ya que se
recuerda mejor las sensaciones que provoca.

La nicotina también incrementa los niveles de otros neurotransmisores y sustancias químicas


que regulan el funcionamiento del cerebro. Un ejemplo de ello es aquel de la mayor producción
de endorfinas por parte del cerebro en respuesta a la nicotina. Las endorfinas son proteínas
que cumplen una función de analgésicos naturales del cuerpo, similares en funcionamiento a
analgésicos sintéticos comerciales como los derivados de la morfina. Las endorfinas pueden
llevar a sensaciones de euforia, por lo cual se puede explicar la sensación psicoactiva y
vigorizante de la nicotina.
Efectos de la nicotina en el cerebro - Cliquear para ampliar la imagen

Adicción a la nicotina

La nicotina es adictiva, tan adictiva como la cocaína o la heroína (de hecho está catalogada
entre las drogas más adictivas), por lo que es casi igual de difícil dejar de fumar tabaco como
dejar la cocaína o la heroína. A pesar que al fumar solamente se absorbe aproximadamente 1
mg de los 10 a 15 mg de nicotina que contiene cada cigarillo, esa cantidad es suficiente para
volver adicta a una persona. Según estadísticas y encuestas realizadas, la mayoría de los
fumadores confiesan que quieren dejar el hábito, pero sin ningún tipo de ayuda. Más del 85%
de los que intentan dejar de fumar vuelven a hacerlo aproximadamente dentro de una semana.

Al intentar dejar de fumar tabaco, pueden presentarse en la persona reacciones físicas como
fuertes ansias de fumar nicotina, un incremento del apetito, insomnio y alteraciones en el
sueño, problemas gastrointestinales, y reacciones negativas en el humor de la persona como
ansiedad, enojos, susceptibilidad, frustración, depresión, irritabilidad e inquietud.

Nivel de dependencia y daño físico de distintas sustancias adictivas - Cliquear para ampliar

Ni bien los efectos de la nicotina comienzan a mermar, el cuerpo empieza a tener ansias por
otro cigarrillo; eso puede ocurrir dentro de las dos horas de fumado el cigarrillo cuando ya
queda solamente un 10% del miligramo de nicotina introducido. Sin embargo dependiendo de
la persona, de la tolerancia desarrollada y del nivel de adicción es posible que para sentirse
bien y sin ansias u otros efectos generados por la falta de nicotina, la persona requiera
mayores dosis de esta sustancia por lo que tiene que fumar más seguido.

Por ejemplo como ya se explicó anteriormente pasada una hora de fumado el cigarrillo, queda
0,55 mg de aquel 1 mg de nicotina fumado y a las dos horas 0,1 mg; entonces si la persona
tiene un nivel de adicción que le requiere mantener aproximadamente 1mg de nicotina en el
cuerpo para sentirse bien, tendrá que fumarse 1 cigarrillo cada hora, por lo que si está
despierto unas 16 horas por día fumará 16 cigarrillos por cada jornada (aunque esta cifra
puede variar ya que hay ciertas actividades que le bajan la ansiedad de fumar como por
ejemplo realizar ejercicio físico. Por otro lado, si la persona requiere mantener 0,5 mg de
nicotina en el cuerpo para sentirse relajada tendrá que fumar 1 cigarrillo cada dos horas (unos
8 cigarrillos por día). Si la persona tiene un nivel de adicción mayor y requiere mantener
constantemente aproximadamente 2mg de nicotina, tendrá que fumarse aproximadamente 30
cigarrillos al día (un paquete y medio), eso sería en promedio uno cada media hora.

Con el tiempo el cuerpo desarrolla tolerancia a la nicotina y requiere mayores dosis en


miligramos de esta sustancia, por lo que tendrá que fumar más seguido, aumentando así su
dependencia a esta droga.

Al comenzar a fumar en la vida, las dosis de nicotina requeridas no son tan altas, pero con el
tiempo de ir afianzándose el hábito dichas dosis irán aumentando con el tiempo. También al
combinar el consumo de tabaco con otras sustancias como el alcohol (generalmente en salidas
nocturnas) aumenta temporalmente la tolerancia a la nicotina y por consiguiente los niveles de
nicotina requeridos ya que el alcohol disminuye los efectos de placer provocados por la nicotina
en el sistema de recompensa del cerebro, por lo que al tomar alcohol necesita mayores dosis
de nicotina. Así una persona que normalmente al no estar bebiendo alcohol necesita 0,5 mg de
nicotina en el cuerpo y fuma un cigarrillo cada dos horas, al tener mayor concentración de
alcohol en la sangre, su cerebro no responderá con sensaciones de placer suficientes ante esa
concentración de nicotina, haciendo que sintiera ganas de fumar más para mantener su nivel
de nicotina en 0,8 mg, 1 mg, o incluso más para sentirse igual de relajado como cuando no
está bebiendo alcohol. Por lo tanto, a más alcohol, mayor tolerancia a la nicotina y por ende
mayor cantidad de cigarrillos fumados.

Además de los factores bioquímicos que provocan mayores ansias por fumar (o sea mantener
los niveles de nicotina en las proporciones que requiere el cuerpo de cada fumador) existen
otros factores de índole más bien psíquico, como por ejemplo aquellos que vinculan al hábito
de fumar con ciertas actividades o tareas a manera de ritual; por ejemplo al conducir un
automóvil, al estudiar, al ver una película, únicamente al estar en una fiesta, etc. (aquellos que
fuman solamente en determinadas ocasiones como una fiesta, en una reunión, o en un
determinado círculo social popularmente se denominan fumadores sociales y su vínculo con el
tabaco es más bien de naturaleza psíquica que física). De ello se infiere que aquellas personas
con trastornos de ansiedad, u obsesivo convulsivo tienen mayores tendencias a fumar que
aquellos que no. Así, a los factores bioquímicos en muchos casos hay que sumarles los
factores psíquicos, dando por resultado que la persona fume incluso más de lo que su
organismo le pide simplemente para cubrir las necesidades asociadas a sus rituales psíquicos.

Entonces, para dejar de fumar muchas veces es necesaria una terapia psicológica para
disminuir los requerimientos psicosociales asociados al consumo de tabaco y a eso sumarle las
terapias físicas de reemplazo del consumo de nicotina mediante el uso de artículos
farmacológicos como la goma de mascar (chicles) de nicotina o parches de nicotina, entre otras
terapias.

Las terapias físicas disminuyen de a poco los niveles de nicotina requeridos por el cuerpo.
También puede ayudar la práctica de ejercicios físicos, ya que reducen temporalmente los
niveles de tolerancia a la nicotina, aunque con el tiempo estos efectos temporales se van
volviendo más permanentes.

En el caso de las terapias psicológicas estas se enfocan generalmente en las actividades que
la mente de la persona en cuestión asocia con el consumo de tabaco, como conducir un
automóvil, recesos de algunos minutos durante el trabajo, fiestas, noches de estudio,
etc; tratando de desvincularlas psicológicamente del acto de fumar.

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Fuentes de información

www.cdc.gov/ - Centers for desease and Prevention.

www.msal.gov.ar - Ministerio de Salud de la República Argentina

www.who.int - Organización Mundial de la Salud.

Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad de España

www.smu.org.uy - Sindicato Médico de Uruguay

www.cancerresearchuk.org

Asociación Argentina de Medicina Respiratoria - https://www.aamr.org.ar

www.smokenotsomuch.com/

Con cada bocanada de humo de tabaco, el cuerpo absorbe una gran cantidad de sustancias
químicas carcinógenas y perjudiciales para la salud, y lo que no sale por la boca o la nariz al
exhalar el humo se queda dentro del cuerpo por un buen rato. Además los órganos internos,
la sangre y las células no están preparadas para procesar el humo del cigarrillo, simplemente
no es algo natural el consumo de humo de tabaco.

Cuando se fuma, lo primero que ocurre es que una mezcla de gases es liberada alrededor de
los ojos, nariz y garganta. Esto ocurre dentro de los primeros segundos de encendido un
cigarrillo de tabaco. Los ojos pueden incluso lagrimear si se trata de una persona muy sensible
al humo, mientras que la garganta se irrita. Luego unas células que tienen numerosas
terminaciones con aspecto de pequeños pelitos que recubren la superficie interna de las vías
respiratorias llamados cilios, comienzan a atrapar a todas las partículas extrañas que entran al
organismo por el aparato respiratorio y las expulsan del cuerpo, como si se tratase de los
barrenderos del cuerpo que protegen al organismo de todo tipo de partícula perjudicial
manteniendo las vías aéreas lo más limpias posible. El humo del tabaco paraliza e incluso
destruye a los cilios que nos protegen. Sin embargo aquellos cilios que no se paralizan siguen
trabajando para expulsar a todas las partículas del humo del cigarrillo que quedaron atrapadas
en la mucosidad que largan las células de mucosa de las paredes internas de las vías
respiratorias. Es por eso que muchas veces los fumadores se despiertan tosiendo, dado que
los cilios continúan su labor juntando a todas las partículas de humo encerradas en flema que
quedaron atoradas en las vías respiratorias y haciendo que la persona tenga que toser para
expulsar mecánicamente del cuerpo a estas partículas atrapadas. Pero con el primer cigarrillo
del día los cilios que nos protegen vuelven a paralizarse, haciendo que la tos desaparezca -
cuando en realidad dicha tos es muy necesaria ya que ayuda a quitar a todas las partículas
extrañas atrapadas en las paredes internas de las vías respiratorias-.

Células ciliadas y de mucosa de las paredes internas de las vías respiratorias

Es por eso que antes la gente pensaba que fumar un primer cigarrillo a la mañana era
beneficioso ya que detenía la tos; lo que no sabía es que esa tos los ayudaba a quitar todas las
sustancias perjudiciales del sistema respiratorio. Por lo tanto fumar un cigarrillo matutino es
muy perjudicial ya que paraliza a los cilios que están limpiando a las vías respiratorias.
Particulas de humo atrapadas en la mucosidad y expulsadas de las vías respiratorias por los cilios -
Cliquear para ampliar imagen

Otra sustancia muy perjudicial del humo del cigarrillo es el alquitrán, el cual no es muy distinto
a aquel utilizado para pavimentar caminos. Del alquitrán que ingresa en el cuerpo solamente el
30% es exhalado, el resto se adhiere a la garganta, vías respiratorias y alvéolos como si se
tratara de goma de mascar. Además de ser muy desagradable, el alquitrán destruye a las
células pulmonares. Una persona que fuma un paquete de cigarrillos por día (20 unidades)
agrega un monto equivalente a una taza llena de alquitrán a sus pulmones cada año.
Cantidad de alquitrán que se junta en los pulmones durante 1 año de fumar medio paquete de cigarrillos
diarios (10 cigarrillos por día durante 1 año)

Además hay que destacar que los cigarrillos promocionados como bajos en alquitrán no es que
sean así, sino que simplemente los filtros tienen pequeños orificios que reducen la cantidad de
alquitrán que ingresa al cuerpo, sin embargo los dedos que sostienen al cigarrillo bloquea a
estos orificios.
Experimento realizado en la Universidad de Miami en el que una persona fumadora lanzó el humo de dos
cigarrillos de tabaco sobre un pañuelo blanco limpio, dejando manchas de alquitrán en el mismo como
puede observarse en la imagen.

Las sustancias químicas del humo del cigarrillo ingresan inmediatamente al torrente sanguíneo.
Una vez en la sangre se dirigen directamente al corazón y de allí se distribuyen al resto del
cuerpo. El corazón se acelera aumentando los latidos ni bien se enciende un cigarrillo, entre 10
y 25 latidos adicionales por minuto. Eso agrega unos 36.000 latidos adicionales por día en
alguien que fuma un paquete diario. También pueden generarse arritmias cardíacas. Los
niveles de oxígeno en la sangre disminuyen porque el monóxido de carbono que se produce
durante la combustión del cigarrillo tiene mayor capacidad de enlace con los glóbulos rojos que
el oxígeno (los glóbulos rojos son las células encargadas de transportar el oxígeno por la
sangre). El problema es que las células del cuerpo requieren a esas moléculas de oxígeno que
el monóxido de carbono no ha permitido que se enlazaran con los glóbulos rojos, por lo que
tanto los pulmones como el corazón tienen que trabajar más para suministrar a las células con
los niveles de oxígeno requeridos.

El monóxido de carbono (CO) tiene mayor capacidad de enlace a la hemoglobina por lo que si la persona
respira monóxido de carbono, esta se enlaza a los espacios de la hemoglobina que deberían ser
ocupados por el oxígeno, que debe ser transportado hasta las células del cuerpo para que siguieran
funcionando.

Otro efecto en una persona que fuma regularmente es que los sentidos de gusto y olfato
disminuyen, ya que el alquitrán va tapando y cubriendo a las vías nasales (y por ende a las
células receptoras del sistema olfativo) y a las papilas gustativas de la lengua. La mayoría de
los fumadores que dejan de fumar, con el tiempo comienzan a percibir mejor tanto los gustos
de los alimentos como los olores, disfrutando así mucho más el sabor de las comidas.

Entre otros resultados de fumar tabaco se incluye el efecto vasoconstrictor, o sea que
la presión sanguínea aumenta entre un 10% y 15%. La alta presión aumenta los riesgos de
padecer un infarto. Pero fumar no solo afecta a la presión sanguínea sino que también
contamina a la sangre, ya que como se mencionó anteriormente el monóxido de carbono del
humo del cigarrillo tiene una alta capacidad de ingresar a la sangre; por lo que los fumadores
tienen entre 4 y 15 veces más monóxido de carbono que los no fumadores. Al fumar, el
monóxido de carbono permanece en el organismo una seis horas, ocupando lugares de los
glóbulos rojos que deberían ser ocupados por moléculas de oxígeno requeridas por
las células para seguir funcionando.

La mayoría de los fumadores están conscientes del daño que le están provocando a sus
pulmones, corazón, vasos sanguíneos y sentidos del gusto y olfato. Pero lo que muchos no
saben es que también están perjudicando a su piel. Mientras gran parte de los efectos
negativos de fumar son reversible, muchos de los daños causados a la piel no pueden ser
deshechos. Los vasos sanguíneos de la piel se contraen al encender un cigarrillo a causa del
efecto vasoconstrictor del humo del tabaco, disminuyendo así la cantidad de oxígeno que
las células de la piel reciben. Para empeorar las cosas, el monóxido de carbono
en sangre dificulta aún más la llegada de las moléculas de oxígeno a las células de la piel;
haciendo que muchas de estas células dermáticas terminaran muriendo. La muerte de células
de la piel se traduce en arrugas. Es por eso que los fumadores tienden a tener arrugas
alrededor de los ojos y de las esquinas de la boca. Su color puede tornarse más grisáceo y las
facciones más demacradas. Según estudios recientes en la mitad de los fumadores, con el
paso del tiempo, la piel toma estos aspectos mencionados de piel de fumadores. Por lo tanto,
además de los daños generados en el interior del organismo, provoca envejecimiento
prematuro.

Fumar también puede pejudicar la vida sexual de una persona. Según varias investigaciones
realizadas por científicos, fumar puede provocar en los hombres problemas de erección. Entre
los hombres analizados con problemas de disfunción eréctil, el 78% eran fumadores. Los
estudios volcaron que la reducción en la cantidad de sangre que fluye hacia el pene es
directamente proporcional a la cantidad de cigarrillos que se fuman. Fumar tabaco también
disminuye la cantidad de espermatozoides e incluso modificar o dañar su código genético. Por
lo que si se planea tener hijos siempre es una buena idea dejar de fumar ya que esto podría
ser causante de futuras enfermedades de origen genético en sus hijos las cuales podrían
desarrollarse incluso recién en su vida adulta.

Las mujeres fumadoras también pueden verse afectadas sexualmente ya que sus niveles de
fertilidad podrían llegar a disminuirse hasta en un 43% según investigaciones; también puede
adelantar la llegada de la menopausia hasta en dos años.

Por lo tanto dejar de fumar siempre es una excelente idea y nunca es tarde, ya que a pesar que
no se pueden borrar los efectos de envejecimiento prematuro de la piel, el resto de los daños
provocados al organismo pueden revertirse con el tiempo.

Ni bien se deja de fumar, el cuerpo inicia la etapa de reparación; lo cilios comienzan a limpiar
las vías respiratorias, y es por eso que aquellas personas que dejan de fumar, al principio
tienen mayor flemocidad o mucosidad por un período de tiempo; ya que el organismo está
quitando todas aquellas partículas adheridas a las vías respiratorias y no se detiene hasta
retirarlas todas completamente; un trabajo que antes era interrumpido al fumar porque cada
cigarrillo fumado paralizaba por varias horas a los cilios, evitando este proceso de limpieza.
Otra cosa que sucede al dejar de fumar es que las papilas gustativas traspasan la capa de
alquitrán de la lengua, finalmente eliminándola por lo que a las pocas semanas se vuelven a
percibir con mayor intensidad los sabores de las comidas. El oxígeno llega cada vez en
mayores cantidades a las células del cuerpo, evitando todo tipo de trabajos adicionales
al corazón y los pulmones, por lo que al realizar ejercicios físicos la persona se cansa menos
que cuando fumaba. Con el paso de los años la persona finalmente se sentirá como si nunca
hubiese encendido un cigarrillo en su vida.

Qué sucede cuando se deja de fumar - Cliquear para ampliar imagen

Por qué los fumadores tienen la voz rasposa


Muchos se habrán percatado que a algunos fumadores les cambia la voz, volviéndose más
rasposa o ronca; esto es particularmente más evidente en las mujeres que los hombres, ya que
ellas tienen la voz más aguda y cualquier cambio hacia tonos más graves se nota mucho más.
Entonces no es casual que a este tipo de voz se la denomine popularmente como voz de
fumadores.

La voz humana se forma al pasar el aire por las cuerdas vocales, las cuales vibran a cierta
frecuencia en ciclos por segundo, dando forma a la voz de la persona. Cuantas más
vibraciones por segundo (mayor frecuencia) tienen las cuerdas vocales, más aguda será la voz.
En promedio las cuerdas vocales masculinas vibran unas 125 veces por segundo mientras que
las femeninas tienen en promedio una frecuencia de 209 ciclos por segundo; haciendo que las
mujeres por lo general tengan la voz más aguda que los hombres.

En muchos fumadores (especialmente aquellos que fuman más), se forma un edema en las
cuerdas vocales, que disminuye la cantidad de vibraciones por segundo; en el caso de las
mujeres hasta una frecuencia de 199 ciclos por segundo y de los hombres hasta unas 119
vibraciones por segundo (como se puede ver, por lo general en las mujeres la reducción de la
frecuencia es mayor). Además el humo del cigarrillo va tornando con el tiempo a estos ciclos
más irregulares, dando por resultado una voz con efecto más rasposo o ronco.

Esto se denomina Edema de Reinke, y no es otra cosa más que la acumulación de líquido
fluido y gelatinoso bajo la capa de mucosa que cubre a ambas cuerdas vocales.
Aproximadamente el 90% de las personas que padecen este tipo de edema son fumadoras. Se
manifiesta auditivamente como una voz ronca de tono más bajo (más grave). Esta inflamación
puede incluso afectar todo el largo de las cuerdas vocales, haciendo mucho más notable los
efectos de voz rasposa.

Si el edema no es muy fuerte puede recuperarse a los pocos días, sin embargo si la persona
es muy fumadora y esta condición se prolonga con los años, los cambios de voz se volverán
permanentes.

El nivel de agravamiento de la voz depende de la persona, de la estructura de sus cuerdas


vocales, del modo de fumar y de la intensidad del vicio (cantidad de cigarrillos fumados por día
y años de fumador); por lo que en algunas personas los cambios de voz son más
imperceptibles que en otras, ya que la inflamación es menor.

Fumar y tomar café


Ya habrán notado que los fumadores tienden a preferir ciertas circunstancias para fumarse un
cigarrillo, entre esos rituales se encuentra el de fumar un cigarro acompañado de café.

A muchos les parece que esta combinación es relajante pero están equivocados, ya que los
efectos fisiológicos de ambas sustancias (nicotina y cafeína) son estimulantes, o sea que
químicamente ambas activan o aumentan determinadas funcionalidades del cuerpo, entre ellas
las palpitaciones del corazón, la presión sanguínea, los niveles de alerta; por lo que es
imposible catalogar a esta combinación como relajante.

Las drogas suelen clasificarse en dos grupos, las que son estimulantes del sistema nervioso y
las que son inhibidoras; en el caso del primer grupo aumentan las funcionalidades del cuerpo
mientras que las otras las limitan dando por consiguiente efectos relajantes. Tanto la nicotina
como la cafeína pertenecen al grupo de las estimulantes, por lo que distan de ser relajantes.

Entonces surge la pregunta de qué es lo que genera un efecto relajante a esta combinación tan
popular entre fumadores. Se trata más bien de una sensación psicológica producto de la acción
ritual de fumar tomando un café, casi esperada durante horas en muchos casos (por ejemplo
durante horarios laborales o de estudio) y que al concretarse da un efecto tranquilizador. No
obstante, hay que aclarar que efectivamente uno de los tantos efectos químicos de fumar
tabaco puede potenciar este efecto relajante (psicológico) de manera temporal; se trata de la
inhalación del óxido de nitrógeno presente en el humo del cigarrillo. Esta sustancia en
pequeñas cantidades es utilizada naturalmente por el cuerpo para expandir las vías
respiratorias; pero en grandes cantidades -como las presentes en el humo del tabaco-, la
expansión es aún mayor, causando una liberación de tensión muscular que da la sensación de
relajación. Pero de las dos, la que mayor influencia tiene en el efecto relajante es la
psicológica; ya que el ritual puede estar asociado a una actividad de distensión o recreo como
por ejemplo una pausa laboral, una reunión con amistades o un momento de lectura.

Sin embargo, químicamente los efectos de fumar y tomar café distan de ser relajantes sino que
estresan aún más a la persona, llevándola hasta un estado de agotamiento. Tanto la cafeína
como la nicotina aumentan los niveles de adrenalina y cortisol, lo que provoca un incremento
de las palpitaciones del corazón, aumento del volumen de sangre en ciertos músculos y a la
vez una vasoconstricción (resultando en aumento de la presión arterial) y tensión muscular; lo
que en el caso de una persona ya estresada puede conducirla a un sobreestrés, baja de las
defensas inmunológicas y por consiguiente un agotamiento fisiológico. Por lo tanto en las
personas con mucho estrés la combinación de cafeína con nicotina puede llegar a ser muy
peligrosa; porque una persona que ya tiene una alta frecuencia cardíaca y alta presión estará
recibiendo más de lo mismo al ingerir nicotina combinada con cafeína; acelerando el
agotamiento corporal y en muchos casos con síntomas que incluyen dolores de cabeza.

La cafeína es un alcaloide psicoactivo estimulante del sistema nervioso central; que apaga
artificialmente y de manera temporal las sensaciones de cansancio volviendo a sus
consumidores más alertas.

En una pequeña taza de café espresso pueden haber unos 40 miligramos (mg) de cafeína y en
una taza normal de café regular pueden haber unos 120 mg de cafeína. El tiempo de vida
media (el tiempo necesario para eliminar el 50% de una sustancia presente en el organismo)
de la cafeína es de aproximadamente 5 horas, por lo que recién pasadas unas 10 horas de
ingerida la cafeína es eliminada totalmente del cuerpo. El cigarrillo disminuye el tiempo de vida
media de la cafeína a la mitad, llevándolo a 2 horas y media; por lo que los efectos de alerta y
bloqueo de las sensaciones de cansancio generados por la cafeína se reducen gracias a la
nicotina, obligando a las personas fumadoras que toman café para mantenerse despiertas a
beber más de esta bebida que las no fumadoras para lograr los mismos
resultados; perjudicando aún más su salud dado que esto a la larga le ocasiona mayor estrés.

Por qué las personas que fuman se fatigan más


Ya se explicó que el alquitrán con el paso del tiempo va tapando a las vías respiratorias,
los bronquios, bronquiolos y los alvéolos en los pulmones(por donde pasa el oxígeno a
la sangre) disminuyendo las capacidades de oxigenación de la persona fumadora a largo plazo.
Pero a corto plazo estos efectos son ocasionados por el monóxido de carbono, uno de los
gases presentes en el humo del cigarrillo producido al quemarse una gran cantidad de carbono
presente en el mismo al encenderse y entrar en combustión.

Para entenderlo mejor veamos brevemente el proceso de ingreso de oxígeno al cuerpo. La


persona en promedio respira unas 22.000 veces por día unos 11.000 litros de aire diarios. El
aire está compuesto por distintos gases (78% nitrógeno, 21% oxígeno, 1% de otros gases
varios). La función de los pulmones es la de tomar las moléculas de oxígeno del aire y hacerlas
ingresar al torrente sanguíneo a través de las paredes de los alvéolos (unos diminutos sacos
ubicados al final de las vías respiratorias en el interior de los pulmones). Los alvéolos están
rodeados de capilares sanguíneos por donde pasa la sangre que libera a las moléculas
residuales de dióxido de carbono (producido al oxidarse el carbono en las células del cuerpo) y
toma a las moléculas de oxígeno para transportarlas hasta el corazón de donde son
bombeadas a todas las células del cuerpo. El oxígeno es utilizado por las células para generar
energía al oxidar al carbono proveniente de las moléculas de glucosa (combustible del cuerpo
proveniente de alimentos ricos en hidratos de carbono y azúcares), al producirse esta oxidación
dentro de cada célula del cuerpo, el carbono de la glucosa se oxida y se transforma en
CO2 (dióxido de carbono) residual. Pero lo más importante es que esta reacción química libera
energía que permite mantener en funcionamiento a cada una de las células. Si las células son
privadas de oxígeno por varios segundos, no pueden producir energía y finalente mueren; por
eso el oxígeno es tan vital para los seres vivos y este proceso de respiración se repite varias
veces por minuto.
Proceso de respiración celular - Cliquear para ampliar imagen y leer con mayor detalle acerca del proceso
de generación de energía en las células del cuerpo

Las células sanguíneas responsables de transportar al oxígeno de los pulmones al corazón y


de ahí a todas las células del cuerpo, al igual que a las moléculas de dióxido de carbono
residual de las células a los pulmones para ser retiradas (exhaladas) del cuerpo, son
los glóbulos rojos. Los glóbulos rojos contienen una proteína denominada hemoglobina (Hb),
que a su vez tiene 4 átomos de hierro (Fe) a los que se enlazan las moléculas de oxígeno y
dióxido de carbono transportadas de los pulmones a las células y de las células a los pulmones
respectivamente.

El problema en el caso de los fumadores, es que el humo del cigarrillo contiene entre otras
tantas sustancias, monóxido de carbono (CO), un gas tóxico, inodoro e insípido (no tiene olor ni
sabor); por lo que este gas también es conocido como el asesino silencioso. Se produce
cuando algún tipo de combustible rico en carbono es quemado (por ejemplo gasolina, carbón,
gas natural, madera). Si una persona está expuesta en un entorno cerrado a gran cantidad de
este gas puede morir asfixiada. La razón de esto es porque el monóxido de carbono tiene una
mayor capacidad a enlazarse a la hemoglobina de los glóbulos rojos que las moléculas de
oxígeno (aproximadamente 200 veces mayor capacidad), tomando el lugar que debería ser
ocupado por estas últimas y así privando a las células de este gas tan vital (si lo comparamos
con el juego de las sillas en el que hay que apurarse para sentarse, podríamos decir que el
monóxido de carbono juega unas 200 veces mejor que el oxígeno al momento de "sentarse" en
la hemoglobina de los glóbulos rojos). Por lo tanto en un ambiente cerrado lleno de monóxido
de carbono el cuerpo tiende a tomar a este gas en lugar del oxígeno, cuasándole a la persona
la muerte.

En el caso del cigarrillo, la cantidad de monóxido de carbono es menor que la que se


encontraría en un ambiente cerrado con una estufa o cocina a gas encendida que produce
altas cantidades de monóxido de carbono. Sin embargo le provoca a la persona una fatiga o
cansancio cada vez que realiza una actividad física. Cuando corremos o efectuamos
actividades intensas necesitamos respirar más veces por minuto para oxigenar más la sangre y
suministrar con más oxígeno a las células del cuerpo que requieren producir más energía en
esos momentos. Sin embargo, los fumadores tienen mayor cantidad de monóxido de carbono
en la sangre ocupando los espacios de los glóbulos rojos que deberían ser ocupados por
moléculas de oxígeno (el monóxido de carbono permanece aproximadamente unas 6 horas en
el cuerpo), entonces para proveer con las mismas cantidades de oxígeno a las células obliga a
la persona a respirar más veces por minutos, sobreesforzando a los pulmones con más trabajo
y haciendo que el corazón tuviera que latir más veces para cubrir las cantidades de oxígeno
necesarias. Una persona que fuma un paquete de cigarrillos por día tiene entre un 7% y 15%
menos oxígeno que un no fumador, pero aún así debe cubrir con la misma cantidad de oxígeno
a su cuerpo, por lo que los pulmones y el corazón deberán trabajar más, dando por resultado
una sensación de fatiga a la persona.

A corto plazo los efectos son fatigas pero a largo plazo este sobreesfuerzo del sistema
cardiovascular va generando un endurecimiento de las arterias sanguíneas y la formación de
lìpidos en las mismas, causando un estrechamiento arterial, disminución del flujo de sangre y
aumentos en la presión arterial, dando como resultado aterosclerosis, una enfermedad que
puede conducir a problemas cardíacos severos.

Por suerte los niveles de monóxido de carbono en la sangre y todos los efectos recién
mencionados son reversibles si se deja de fumar; ya que a partir del primer día el cuerpo
comienza el proceso de reparación y los niveles de monóxido de carbono disminuyen
rápidamente. A la semana de haber dejado de fumar los niveles de monóxido de carbono serán
equivalentes al de un no fumador y al mes los efectos de fatiga por monóxido de carbono
desaparecerán; sin embargo hay que tener en cuenta que esto también depende de los daños
permanentes ocasionados al cuerpo, si la persona dejó de fumar a una edad temprana son
altamente reversibles sino muchos de estos tardarán más tiempo en repararse.

Riesgos de fumar
El humo del cigarrillo contiene unas 4000 sustancias químicas que se han confirmado como
tóxicas y generadoras de enfermedades como el cáncer. El consumo de entre 1 y 4 cigarrillos
diarios es suficiente para incrementar marcadamente las probabilidades de desarrollar una
enfermedad cardiovascular. Entre algunas de las enfermedades que se pueden desarrollar a
causa del cigarrillo se incluyen neumonía, enfisemas, infecciones respiratorias, cataratas y
problemas oculares; también pueden aumentar las probabilidades de aparición de ciertos tipos
de carcinomas como el cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, estómago, páncreas, cuello
del útero, riñones, uretra y vejiga. Ciertos tipos de leucemias también se encuentran asociadas
a la adicción al tabaco. El riesgo de morir de cáncer de pulmón se duplica en fumadores muy
adictos. Se calcula que el 90% de los casos de cáncer de pulmón están asociados
directamente al tabaco (esto incluye a fumadores pasivos que se encuentran habitualmente en
entornos donde otras personas fuman).

Los fumadores también son más propensos a padecer enfermedades periodontales


(inflamación de las encías que producen daños en los tejidos de los dientes), diabetes (por la
resistencia a la insulina que genera la nicotina como se explicó antes), infertilidad, y
complicaciones en embarazos. Además se producen cambios en la apariencia física como por
ejemplo envejecimiento prematuro, la aparición de manchas en la piel y amarillamiento de la
misma. En promedio, los no fumadores viven aproximadamente un década más que los
fumadores.

A pesar de todos sus efectos negativos; estudios recientes han encontrado que el uso de
nicotina puede tener resultados positivos y terapéuticos si es suministrada de manera no
fumada, en dosis controladas y reguladas medicinalmente, para reducir el riesgo de desarrollo
de mal de Parkinson y Alzheimer. También podría ser utilizada para el tratamiento de
depresiones, trastornos de ansiedad, esquizofrenia, e incluso podría se útil para acelear la
sanación o cicatrización de lastimaduras.

Entre las aproximadamente 4000 sustancias que contiene un cigarrillo de tabaco se incluyen:

 Alquitrán: Una mezcla de sustancias sólidas que los fumadores inhalan como residuos
o derivados del cigarrillo encendido. Tiende a adherirse a los alvéolos pulmonares,
dientes y dedos de la mano; por eso los fumadores suelen tener las manos manchadas
de amarillo o marrón, así como los dientes y los pulmones. Con el paso de los años el
alquitrán va formando una capa que obstruye el paso del oxígeno de los alvéolos al
torrente sanguíneo.

 Amoníaco: Utilizado para incrementar el nivel de absorción de la nicotina. Esta


sustancia es la misma que se utiliza para limpiar y desinfectar los sanitarios y además
es un ingrediente fundamental en fertilizantes líquidos.

 Arsénico: Utilizado como pesticida durante la fase de cultivo de la planta de tabaco.


Esta sustancia luego queda impregnada en las hojas de tabaco trituradas incluidas en
los cigarrillos. El arsénico por ejemplo es un veneno utilizado en raticidas. Se trata de
una de las sustancias más peligrosas de los cigarrillos. Los pescados y comida de mar
también contienen arsénico pero en formas menos tóxicas y que son removidas del
cuerpo más rápidamente. Los fumadores, en promedio respiran diez veces más la
cantidad de arsénico que los no fumadores. El arsénico puede causar cáncer así como
daños al corazón y los vasos sanguíneos. Además incrementa los niveles de daño al
ADN, empeorando los efectos de otras sustancias químicas dañinas al interferir con el
procesos de reparación del ADN.

 Cadmio: Un elemento químico metálico (de símbolo Cd) y muy tóxico que el tabaco
puede tomar de suelos muy ácidos. Las baterías comerciales por ejemplo contienen
cadmio. El cadmio puede causar cáncer, daños a los riñones y a las arterias. La
mayoría del cadmio en nuestros cuerpos proviene de la exposición al humo del tabaco.
Los fumadores promedio pueden tener hasta cuatro veces más cadmio que la mayoría
de los no fumadores. El cadmio también daña al ADN de nuestras células y además
interfiere con la reparación del ADN de estas células dañadas. El cuerpo humano tiene
proteínas que remueven al cadmio, sin embargo la cantidad de cadmio presente en el
humo del cigarrillo supera la cantidad a la que estas proteínas pueden hacerle frente.

 Formaldehido (formol): Un derivado del humo del cigarrillo. Se suele utilizar para
preservar cuerpos de fallecidos ya que mata a las bacterias que atacan a los cuerpos
de muertos que no cuentan con las defensas del sistema inmunológico activas,
evitando así su rápida descomposición. El formaldehido es una sustancia cancerígena,
especialmente de cáncer nasofaríngeo y de leucemia. Se trata de una de las
sustancias del tabaco que más puede causar alguna enfermedad en las vías
respiratorias.

 Acetona: Otro subproducto del humo del cigarrillo. Esta misma sustancia se encuentra
en removedores de esmalte de uñas y también sirve para limpiar sanitarios.

 Butano: Este derivado se adhiere al cigarrillo al encenderlo; ya que los encendedores


contienen butano líquido, al entrar en combustión sus gases se adhieren al cigarro
encendido.

 Propilenglicol: Es un tipo de alcohol utilizado para humectar al tabaco y evitar su


resecamiento. Además sirve para acelerar la distribución de nicotina en el cerebro.

 Trementina (aguarrás): Utilizada para dar el sabor de mentol en cigarrillos


mentolados. Este aceite es utilizado también para pintar y quitar barniz de las maderas.

 Benceno: Es un subproducto de los cigarrillos encendidos. El benceno puede


encontrarse también en pesticidas y la gasolina. Se trata de un solvente que se utiliza
para la manufactura de otras sustancias químicas, incluyendo combustible para
automóviles. Puede causar cáncer, y particularmente leucemia. Esta sustancia es la
responsable de entre el 10% y el 50% de las muertes por leucemia generadas por
fumar.

 Plomo y Níquel: Proveniente de los pesticidas utilizados para el cultivo de tabaco. El


humo del cigarrillo contiene grandes cantidades de plomo y es responsable de una
gran proporción del tiempo que estamos expuestos a esta sustancia tóxica. Los
fumadores promedio inhalan aproximadamente diez veces más plomo que la mayoría
de los no fumadores.

 Polonio-210: Un elemento radiactivo (sí, radiactivo) proveniente de los pesticidas


utilizados durante el cultivo del tabaco. El polonio emite un tipo de radiación
llamada radiación alfa, que es muy dañina aunque no puede traspasar muchas capas
de la piel, por lo general es bloqueada por la misma epidermis (capa superior de la
piel). Sin embargo, al inhalar el humo del cigarrillo, el polonio-210 ingresa directamente
a lascélulas de las vías respiratorias donde puede dañar su ADN y generar un cáncer.
Los pulmones de los fumadores en promedio están expuestos a cuatro veces más
polonio-210 que los no fumadores. Se estima que tan solo los elementos radiactivos de
los cigarrillos son suficientes para causar ciertos tipos de cáncer de pulmón en
fumador.

 Monóxido de carbono: Se trata de un gas tóxico inodoro (sin olor). Se genera al


entrar en combustión combustibles ricos en carbono como por ejemplo el gas de las
cocinas, las estufas de querosen, o el combustible en motores de automóviles. El humo
del cigarrillo contiene monóxido de carbono. El monóxido de carbono tiene mayor
capacidad de enlazarse a los glóbulos rojos (responsables de llevar el oxígeno a través
de la sangre) que el oxígeno, por lo que al ocupar el lugar de las moléculas de oxígeno,
las células de los órganos del cuerpo son privadas de este gas vital para seguir
funcionando.

 Óxido de nitrógeno: Se trata de un gas que se puede encontrar en el humo de caños


de escape de automóviles y cigarrillos. El óxido de nitrógeno es utilizado normalmente
por el cuerpo en pequeñas cantidades para transmitir señales entre las neuronas y
para expandir las vías respiratorias de manera regulada; pero en grandes cantidades
es muy dañino. Cuando el cuerpo produce pequeñas cantidades de óxido de nitrógeno,
las vías respiratorias se expanden, pero cuando la persona fumadora inhala el humo
del tabaco alto en niveles de óxido de nitrógeno, las vías respiratorias se expanden aún
más, haciendo que los pulmones absorban mejor la nicotina así como otros químicos
perjudiciales; sin embargo cuando la persona no está fumando esto confunde al cuerpo
el cual deja de producir óxido de nitrógeno dando como resultado la contracción de las
vías respiratorias; es por esta razón que los fumadores por lo general tienen
dificultades para respirar ya que estas vías no se expanden.

 Tolueno: El humo del tabaco también contiene tolueno, sustancia dañina para las
neuronas del cerebro, perjudicando las capacidades de aprendizaje, memoria y
desarrollo.

 Cianuro de hidrógeno: Contenido en el humo del tabaco, esta sustancia es la que


más daña al corazón y a los vasos sanguíneos entre aquellas sustancias que incluye el
humo del cigarrillo.

 1,3-butadieno: Se trata de una sustancia química utilizada industrialmente para la


manufactura de caucho sintético. Es cancerígeno y algunos científicos afirman que de
todas las sustancias químicas del humo de tabaco esta es la que presenta mayores
riesgos de generar un cáncer.

 Hidrocarburos aromáticos policíclicos: Los HAP son compuestos químicos que


pueden dañar el ADN de las células y hacerlos propensos a convertirse en tumores. Se
consideran mutágenos (que pueden cambiar la información genética del ADN de un
organismo). Contribuye a la generación de cáncer de pulmón ya que en la mayoría de
los pacientes se observan modificaciones genéticas en esa área del cuerpo. Uno de los
HAP más estudiados en el humo del tabaco es el benzo(a)pireno, el cual produce
daños directos a un gen en particular del ADN, llamado p53; que normalmente protege
al cuerpo humano del desarollo de carcinomas.
Sustancias que contiene un cigarrillo comercial - Cliquear para ampliar imagen

Toxicidad de la nicotina
Mientras se sabe muy bien que el consumo de productos derivados del tabaco está asociado a
varias enfermedades que pueden llevar a muertes prematuras a causa de la sustancias tóxicas
que contienen (por ejemplo el alquitrán); como ya se explicó anteriormente, la nicotina también
es letal si se ingiere en altas dosis y de manera no fumada; 60mg de nicotina en el cuerpo son
suficientes para matar a una persona de 80kg (aunque un estudio realizado en 2013 indica que
la dosis letal rondaría entre los 500 y 1000 mg. Aún así la Organización Mundial de la Salud
sigue marcando como dosis letal a los 60 mg).

Por ejemplo se recomienda no masticar más de 24 gomas de mascar (chicles) de nicotina por
día, ya que una ingesta mayor de nicotina podría resultar en una sobredosis de esta sustancia
y causar desde un envenenamiento hasta la muerte.

La nicotina es un estimulante pero si se ingiere en exceso o hay una sobredosis de nicotina en


el cuerpo, puede llegar a colapsar a los receptores de las neuronas colinérgicas (dado que
tiene la misma capacidad de ser recibida por estos receptores que la acetilcolina que es el
neurotransmisor natural que les corresponde). Si se acumula una cantidad excesiva del
neurotransmisor aceticolina en las sinapsis de las neuronas colinérgicas a causa de una
sobredosis de nicotina, se interrumpe el normal funcionamiento de estas células nerviosas y los
impulsos nerviosos eléctricos no pueden transmitirse normalmente de una neurona a la otra.

Los síntomas más comunes por envenenamiento con nicotina son vómitos y pueden comenzar
a los 15 minutos de haber sido ingerida. También puede generar convulciones y sacudidas
musculares, arritmias cardíacas, y presión sanguínea variable. En altas concentraciones, la
nicotina puede causar la muerte dentro de una hora de ingerida, en general por insuficiencia
cardíaca, parálisis muscular y acumulación de líquido en las vías pulmonares.
Continúa en Cómo funciona el cigarrillo electrónico >>

Fuentes de información:

https://www.cancerresearchuk.org/

Asociación Argentina de Medicina Respiratoria - https://www.aamr.org.ar

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