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)anza Forma l\1ario De l'vIícheli

Las vanguardias artísticas del siglo XX

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'J Versión castellana de
il Angel Sánchez Gijón

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Alianza Editorial
Título original:
Le a~'anguardie artistiche del Novecento Indíce general
Publicado por acuerdo con Giangiacomo Felrrinelli Editare, de Milán

Primera edición en «Alianza Forma»: 1979


Segunda edición en «Alianza Forma»: 1981

//

Nota a la 5egunda edición italiana.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10


Primera parte: Ensayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
1. Unidad del siglo XIX.. .. . .. .. .. .. .. .. . .. .. . . .. .. .. .. .. .. . .. 13
2. Los signos de la crisis..................................... 25
3. Las musas- de la evasión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
- 4. La protesta del expresionismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
5. La negac;ión dadaísta 151
6. Sueño y :r;ealidad en el surrealismo. . . . . .. .. . . . . . . . 173
7. La lecció~ cubista......................................... 197
8. Contradicciones del futurismo _. . .. . .. . .. . .. . . . . . . 229
- 9. La regla del abstraccionismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259
Segunda parte: Documentos 285
Expresionismo
Crónica de la Unión Artística «Die Brücke» . . . . . . . . . . . . . . . . 287
Dadaísmo
Manifiesto Dadá de 1918.................................. 293
Manifiesto sobre el amor débil y el amor amargo . . . . . . . . .. 302
Surrealismo
Primer manifiesto del surrealismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313
Secretos del arte mágico del surrealismo.... . . . . . . . . . . . . . . . 337
© Mario De Micheli, 1966 Cubismo
© Ed. cast.: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1979, 1981 La pintura cubista. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355
Calle Milán, 38; ~ 200 00 45 Futurismo
ISBN: 84-206-7007-3 Fundación y Manifiesto del futurismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369
Depósito legal: M. 31.406-1981 Manifiesto de los pintores futuristas 375
ImpresQ en GREFOL, S. A. La pintura futurista: Manifiesto técnico _. . . . . . . . . . 378
PoI. Il - La Fuensanta - Móstoles (Madrid) Rayonismo
Printed in Spain Manifiesto de! rayonismo. .. . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 383
8 Indice general
Suprernatismo 385
Constmctivismo
Manifiesto del realismo, 1920 o •• o • o •••••••• o ••••• o o 397
Productivismo
Programa del grupo produetivista. o •••••••••••••• o • o • • • • • • • 403
El Lef
¿Por que se bate el Lef? ..... o •• o •••••• o ••••••• o •••••••••• o 407
«De Stijl»
. Prefacio 1 o ••• o o o •• o ••••••••••••• o •••• o. o o. o' o..... 413
Prefacio l
no •••• o o o • o • o •••••••••• o • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 414
Primer Manifiesto de la revista «De Stijl», 1918 ..... o...... 416
Manifiesto n de «De Stijl», 1920 o • • • • • • • • • • • • • • • • .. • 417
Manifiesto III: hacia la formación de un mundo nuevo o • o • • 418
Notas o ••••••••••• ••••••• o o...... 421 Il Jaut etreabsolument modeme
Tabla cronológica o • o ••••••••••••••••••• o • o 435 Rimbaud
BibliograHa o • o • o •••••••••• o ••••••••• o ••••••• o • • • • • • • • • 439
Indice de autores o ••••••• o ••••••••••••••••••••• o •••••• o • • • • 441
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1:
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Nota a la segLmda edición italiana Prímera parte:

Ensayo

Las vl1IL,Ruardias artisticas del siglo XX fue publicada en su primera edición


por el editOr Sch warz en 1959. Hoy vuelve a publicarla Feltrinelli sin modificacio-
nes, salvo el añadido del algún documento y de algunas precisiones en la
prit1!era parte de la obra. Por lo demás, habría sido dificil modificar la estructura
del libro. Este nació de la exigencia de captar los motivos de fondo de las
-'Vanguardias para poner de relieve su validez histórica y su herencia más allá
de los mil disfraces del esteticismo. De aquí su particular tono critico, a veces
no exentO de apasionamientO. Las mismas circunstancias en que el libro nació
influyeron directamente en e! carácter de! ensayo. Pero no creo tener que
arrepentirme de ello ya que no todas las razones que se agitaban en aquellas
circunstancias han dejado de existir. Es más, creo que tales razones, articuladas
en un debate todavía vivo en Italia y fuera de ella, han mantenido abierto
el interés por estas páginas y por e! modo en que se trata e! tema. Por lo
que a mí se refiere, el libro puede considerarse como una especie de autobiografía
intelectual. Las ideas, los problemas, las vicisitudes de las vanguardias y la
suerte misma de sus protagonistas siem pre me afectaron personalmente desde
cuando, siendo un muchacho, traducía los manifiestOs dadá y los textos de!
primer surrealismo. Y éste es otro motivo, ciertamente no el último, por el ~
que en los capitulas que siguen, sin excesivas preocupaciones por seguir distin- ~
guiendo, se hallan estrechamente unidos la crónica, la historia, la política, los ~~
sentimientos y las poéticas. Pero el lector lo verá por sí mismo. Aquí, más
~
bien, quiero agradecer al editor Feltrinelli el haber incluido «Las vanguardias» i-

',!t
precisamente en esta colección que tiene el mérito específico de haber contribuido
nO poco a hacer conoccr ampliamcnte una rica serie de cuestiones entre las
más urgentes del mundo contemporáneo.

Mario De Micheli
, Milán, 6 de junio de 1966
Capítulo 1

Unidad del siglo XIX

'----

Arte y realidad

El arte moderno no nació por evolución del arte del siglo XIX.
Po!:._~Lco~tra!:i2.,Jlac;iélde
una ruptura con los valores decimonóni-
__c;º-~. Pero no se trató de una simple ruptura· estética. Buscar una
~~plic?ció'r1_a las vanguardias artísticas europeas investigando sólo
acerca de' las mutaciones del gusto es una empresa condenada
_,¡JJracaso. En efecto, a una investigación de este tipo se le escaparían
inevitablemente las causas que generaron el fenómeno del arte
moderno.
¿QuéJue, pues, lo que provocó tal ruptura? La respuesta a
esta pregunta no se puede buscar más que en una seriede razones
histélricas.e)deQlógicas. Pero la misma pregunta, implícitamente,
plantea también otro problema: el de la unidad espiritual y cultural
del siglo XIX. Efectivamente, fue ésta la unidad que se quebró,
y de la polémica, de la protesta y de la revuelta que estallaron
en el interior de tal unidad nació el nuevo arte.
El texto cnoco de este volumen no procede según un orden estrictamente El siglo XIX europeo conoció una tendencia revolucionaria de
cronológico de los hechos artísticos, sino más bien según el ritmo de las idea.s fondo, en torno a la cual se organizaron el pensamiento filosófico,
y de los problemas del arte contemporáneo. Es más, el ensayo distingue dos
~L político y el literario, la producción artística y la acción de
corrientes de fondo del arte moderno -una que parte del expresionismo y
otra que parte del cubismo- y las sigue por separado, si bien teniendo presente lº-~l1telectuales. Ello sucedió particularmente en los. tres decenios
las mescolanzas recíprocas o sólo sus puntos de contacto. La materia del presente p~~cedent~s al año de las revoluciones, 1848. Namier, justamente,
libro abarca, en general, hasta 1930 aproximadamente. Sólo en el caso de puso en evidencia este «momento» unitario del siglo XIX: «El conti-
Picasso se ha to~ado en consideración una obra de 1937, Cuemica, casi co- nente europeo -escribe- reaccionó a los impulsos y al íntimo
mo un resumen y una conclusión de la precedente historia de las vanguardias.
dinamismo de la revolución con una notable uniformidad, a pes:H
Las vanguardias artisticas del siglo XX 15
14 Mario De i'vlicheli
das por el turbión romántico. El genio de la acción os ha dejado sin
de las diferencias de lengua y de raza, así como de nivel político, lugar entre nosotros... El haber sido el primero en derribar la puer-
social y económico de los países afectados; pero en esa epoca ta será eterno honor para Pierre Dupont: Hacha en mano, cortó las
el denominador común era ideológico, e incluso literario, y en cadenas del puente levadizo de la fortaleza. Ahora, la poesía popu-
el mundo intelectual del continente europeo había una unidad lar puede pasar... Ve, pues, cantando hacia el porvenir, ¡oh poeta
y una cohesión fundamentales, como suele darse en los períodos providencial! Tus cantos son el molde luminoso de las esperanzas
culminantes de su desarrollo espiritual. 1848 no llegó como repercu- y de las convicciones populares»3. ~
sión de la guerra y de la derrota, CQ..r:no tantas revoluciones del En el curso del movimiento revolucionario burgués, la presión
siglo posterior, sino que fue el resultado de treinta y tres años de las fuerzas populares, que en todo este período se fue haciendo
de paz europea, paz cuidadosamente mantenida sobre bases delibera- cada vez más enérgica, es captada por los intelectuales como un
damente contrarrevolucionarias. La revolución brotó casi en igual elemento decisivo de la historia moderna. Por tanto, ~Tl1isrno
medida tanto de la. esperanza como del descontento. Odilon Barrot, ~I"!~_)' la literatura son vistos com~espej()ª~ esta r~aliª~<:l,~:x:p.resióT1
uno de los jefes de la oposición dinástica bajo la monarquía de activa .9~Lp~e~./.<:J~ En las clases que daba en el College de France, -
julio, escribe: 'Nunca pasiones más nobles habían movido el mundo justo en la vigilia de la revolución de 1848, Jules Michelet destacaba
civil; jamás un impulso de almas y corazones más universal había insistentemente la necesidad de la presencia del pueblo en la cultu-
inundado Europa de una punta a otra' ...»I. ra: «La pasada generación fue una generación de oradores; que la
En los treinta años que preceden a 1848 las ideas y los sentimien- actual sea de auténticos productores} de hombres de acción, de trabajo
tos que habían hallado una victoriosa afirmación en la Revolución social. Y de" acción en muchos sentidos. La literatura, salida de
Francesa llegan a su madurez. En esta época toma consistencia las sombras de la fantasía, tomará cuerpo y realidad, será una
la moderna concepción de pueblo y los conceptos de libertad forma de la 'acción; ya no será más una diversión de algunos indivi-
y de progreso adquieren nueva fuerza y concreción. La acción duos o de unos cuantos perezosos, sino la voz del pueblo que
por la libertad es uno de los ejes de la concepción revolucionaria habla al pueblo».
del siglo XIX. Las ideas liberales, anarquistas y socialistas impulsaban Michelet remachará los mismos conceptos en la famosa lección
a los intelectuales a batirse, no sólo con sus obras, sino con las
armas en la mano. Philippe de Chennevieres, al describir las jornadas
parisienses de febrero de 1848, cuenta: «Horas más tarde supe que
sobre Géricault, que, sin embargo, no llegó a dar, ya que su
curso fue suspendido por intervención directa del gobierno. En
esa lección invitaba a los artistas a «recorrer la inmensidad de
I
mi amigo Baudelaire fue visto entre los insurgentes con el fusil las profundidades sociales, en vez de quedarse en la superficie I
al hombro. Jamás tantos poetas y literatos se mezclaron de tal
manera con una revolución ...»2. El mismo Baudelaire, en aquellos
y dé ceder a la comodidad para subir». Desde este punto de
vista, para Michelet, Dawnier era el artista más significativo, ya
Ii
días, dio vida a un periódico revolucionario, Le Salut Publíc, y en que su arte se revelaba precisamente como una de las formas de
1852 escribía el prólogo a las poesías de Pierre Dupont, Chant des acción que él auspiciab-a. Convencido de ello, Michelet le escribía:
ouvriers, en el que, entre otras cosas, definía como «pueril» la teoría «Veo con placer acercarse el día en que, cuando el pueblo llegue
del arte por el arte. Las páginas de este prólogo son un documento al gobierno y se convierta por ello en educador, ciertamente apelará
bastante significativo de su actitud cuarentaiochesca. Hablando de a su genio. Muchos son agradables, pero sólo usted posee la potencia.
los versos de Dupont, de repente, exclama: «Desapareced, sombras y a través de usted el pueblo podrá hablar al pueblo»4.
falaces de René, de O bermann y de Werther. Huid a la niebla de 1a__cl.<lridad, laeyidencia, el compr:.()~~so__er~12_1~~_~I"~~.terística
la nada, monstt.uosas creaciones de la pereza y de la soledad. Como fuIldamental en la que el arte, en su tendencia general, debía
los cerdos en el lago de Genesaret, id a zambulliros en los bosques inspirarse. Al final de su vida, esto es, hacia el 1830, ¿acaso el
encantados de donde os sacaron"'las hadas enemigas, ovejas arrastra-
16 Mario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 17

mismo H~K~l no había insistido en sus lecciones de estétlCa en El contenido y la forma


el mismo problema?: «El artista pertenece a su tiempo, vive de
sus costumbres y sus hábitos, comparte sus concepciones y represen- .1:1 recllazo_cid romanticismo ya es n~to .~in.traI1sigeI1t<;: Ya GQethe,
taciones... Además, hay que decir que el poeta crea para el público en sus coloquios con Eckermann, había dado un juicio fulminante
. y, en primer lugar, para su pueblo y su época, los cuales tienen sobre la cuestión: «T()E~~J;l~..épº<.:-ª-s.e!l¡:etrºceso.y_en disolución
derecho a exigir que una obra de arte sea comprensible al pueblo son subjetivas} mientras gu~ .tocla~.Iª-Lépoqs._progresivas . tienen
y cercana a él». A diferencia del formalismo estético kantiano, .Il!!;l.ciirec:c:iéln ºbjeJivil». Ahora bien, en los años que nos interesan,
el idealismo objetivo de Hegel reintegraba a la actividad estética de hecho, esta objetividad se manifiesta en las obras más significativas,
un específico contenido histórico. No es casualidad que, aun en • y ello por la razón profunda de que en la realidad, en el choque
1891, Engels aconsejase a Conrad Schmidt la lectura del texto de sus mismas contradicciones, se manifestaba objetivamente el movi-
hegeliano. miento tendencial revolucionario de las fuerzas burguesas-popula-
Por lo dem~! es natural que en.l!n períodº_(;o!J1g.~sX(':,__C!~ res. Hasta un escritor como Balzac, que explícitamente declaraba
COI!!I:>l!s~ºI!. ¡:-eYºlJ,!ciQIgrlª-L..la_!ffllidad.fue;eeLpmblema . central escribir «a la luz de dos su'premos principios: Dios y la Monarquía»,
.~.!1.~.p¡:-oAll(;.f!ó!l.estética,.cl~sde.. la pQesi:; ...a _l;lLartcL6gurativas. revelaba luego en las páginas de sus novelas la verdad del movimien-
J>or ello, . pr~cisaIneI1te entonc~,.alcanza sumáxiruo. esplencior to histórico, hasta el punto de ser el escritor preferido por Marx.
la grarl~poc::l~~l.!:~alislJ1o. En todos los campos la realidad apremia, En efecto, al mirar la realidad sin que una lente deformadora
irrumpe y decide. Las instancias de la libertad son instancias reales, se interpusiera entre su ojo de artista y los hechos en su desarrollo,
concretas y definidas: sociales, políticas y culturales. Y tales instan- Balzac se veía obligado, a pesar suyo, a contradecir sus propi.as
cias son interdependientes e inconcebibles por separado. Este descu- convicciones políticas.
.. brimiento de la realidad provocaba en Belinski una sensación de La realidad histórica sehac~asi(ontenidode la obra a través
embriaguez: «En la fragua de mi espíritu se ha venido forjando de .~a.Juer~a~(;.r~;lcl()r:.'!.A_eL..;l¡:-ti~!a, el cual, en vez de traicionar
un significado particular de la gran palabra realidad: miro la reali- sus características, ponía en evidencia sus valores. En otras palabras,
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dad, antes por mí tan despreciada, y tiemblo... Realidad --digo la re;lliciacl-:<.:om~I1iclQ,ªL actuaLcQI1Stl prepo~eJ1te empuje dentro
al levantarme y al acostarme, de día y de noche-, y la realidad ...cleL-ªIt:ig.a,deterrninaba también Ja fisonomía. de la obra y su ~
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me circunda; la siento por doquier y en cada cosa, hasta en mí
mismo, en esa nueva transformación que, día a día, se hace en
forma. Este es otro punto firme de la estética madurada particular-
mente en aquellos años del siglo XIX. Citemos una vez más a
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mí más evidente» 5. Pero esta realidad, que en la decada de 1830 Heg.el: «Lo que decide, tanto en el arte como en todas las obras ~
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aún era para Belinski algo que había que aceptar incondicionalmen- humanas, es el contenido.» :¡
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te, incluso· en sus aspectos negativos ineluctables, después de 1840 Pero si para Hegel, en última instancia, el contenido histórico
se volvió materia de transformación por parte del hombre. El y social del arte sigue. siendo siempre b «Idea» que se realiza
poeta debe vivir en el «desarrollo del espíritu del tiempo», escribió en el aspecto sensible de la «Belleza», esto no es así para De
el mismo Belinski. Y ese espíritu era, precisamente, el de 1848. Sanctis, que somete la estética hegeliana a una dura crítica, poniendo
«El poeta -continúa Belinski- no puede vivir en el mundo de en evidencia cómo en ella la unidad de contenido y forma se
los sueños; ya es ciudadano del reino de la realidad contemporá- ve comprometida, precisamente, por la preexistencia de la «Idea».
nea; todo el pasado debe vivir en él. La sociedad quiere ver El crítico hegeliano, dice De Sanctis, «en teoría te habla de unidad
en él, no ya lluconsolador, sino un intérprete de su propia vida orgánica, pero, de hecho, siente una tentación irresistible de separar
espiritual e ideológica; un oráculo que responda a las preguntas el contenido de la forma y la idea del contenido. El problema
más arduas ...»6. para él es buscar ante todo la idea y luego comparar la forma
18 Mario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 19

con ella: hay un antes y un después ..." Para De Sanctis, en cambio, de Petofi, quien en 1847, dos años antes de morir en la última
«la forma no es una idea, sino una cosa, y, por ello, el poeta carga de la caballería magiar en Segesvár, dirigiéndose a los poetas
tiene ante sí cosas y no ideas» 7. del siglo XIX escribía: «Nadie haga vibrar fatuamente! las cuerdas
Estos pensamientos de De Sanctis corresponden a 1858, pero de la lira.! Una gran obra persiga! quien ahora taña estas cuerdas.!
hacía tiempo que su convicción se apoyaba en tales presupuestos, Si no sabes más que cantar! tu gloria o tu anhelo! no eres útil
por lo menos desde que comenzó su enseñanza en la escuela napoli- al mundo) Aparta de ti ese sacro instrumento.» O como e! de
tana, poco antes de atrincherarse con todos sus alumnos en las Heine en la Canción de los tejedores de Silesia; o como el de Víctor
barricadas de 1848 y de ser hecho prisionero. De su libro de Hugo, e! poeta que desde 1835, en e! prólogo a El Angel, había
memorús, La giovinezza, resulta claramente este hecho: "Yo decía: escrito: «En e! siglo en que vivimos el horizonte de! arte se ha
'El estilo es la cosa', y yo entendía como cosa lo que más tarde ampliado. Hubo un tiempo en que e! poeta decía: e! público.
fue llamado e! argumento o e! contenido. Si el estilo es la expresión, Hoy e! poeta dice: e! pueblo.»
ésta toma su sustancia y su carácter de la cosa que se quiere
expresar: ésa es su razón de ser. .. Pero la cosa no debe considerarse
de una manera aislada. La cosa vive en e! espacio y en e! tiempo, Rechazo del arte por el arte
que forman su atmósfera, adoptando el modo y color de este o
de aquel siglo, de esta o de aquella sociedad. Estos elementos La doctrina de! arte por e! arte había encontrado en Francia las
tenían una gran importancia en la determinación de! estilo. Expresar condiciones más favorables en el período de la Restauración, pero
la cosa en su verdad: esto era e! estilo» 8. la revolución de 1830 había supuesto un duro golpe a tal teoría.
De Sanctis enriquecerá este núcleo de pensamiento estétlCO, Las «tres g1<;lriosas jornadas de julio» habían exaltado a artistas
que ve en el contenido una realidad viva y determinante, con y poetas. Daumier se descubrió como dibujante y Delacroix había
una serie de ulteriores formulaciones según las cuales e! arte no pintado La Libertad en las barricadas. Sin embargo, e! gobierno
puede ser más que una representación objetiva de la realidad, de Luis Fe!ipe descubriría muy pronto su verdadera esencia. Con
una expresión no deformada de la misma. De esta posición nacerá Luis Fe!ipe, como escribió Stendhal en Lucien Leurven, al gobierno
también su consenso hacia e! naturalismo de Zola. Sin embargo, llegó «la Banca, esta nueva nobleza acuñada al aplastar la cabeza
tal concepción de! arte ya estaba difundida y había conquistado a la revolución de julio». Alexandre Decamps en el National del
definitivamente a escritores y artistas. En diciembre de 1861, cuando 18 de marzo de 1838 describía bastante bien los gustos estéticos
un grupo de jóvenes le pidió que abriera una «escue!a realista»,
de la nueva burguesía financiera que dominaba Francia: «Las obras
Courbet no se había expresado en términos diversos. En efecto,
de arte de una originalidfld demasiado independiente o de ejecución
también para él «lo bello, como la verdad, está ligado al tiempo demasiado audaz ofend.en la vista de nuestra sociedad burguesa,
en que se vive y al individuo que es capaz de percibirlo», y cuyo limitado espíritu nD puede abrazar ni las vastas concepciones
e! arte consiste sólo «en saber hallar la expresión más completa
de! genio ni los arrebatos generosos de amor a la humanidad.
de la cosa existente» 9. El vuelo de la opinión es de corto alcance; todo lo que sea demasia-
Pero, volviendo a los años que prepararon el 1848, parece, do vasto, todo lo que se eleve por encima de ella se le escapa.»
pues, evidente e! motivo por el que el subjetivismo romántico En efecto, el conformismo se había ido extendiendo rápidamente;
era juzgado bastknte severamente o rechazado con drástica condena. los lienzos ce!ebrativosde Luis Felipe se multiplicaban al mismo
Sólo un romanticismo fundado en e! curso vehemente de la historia I ritmo que los cuadros religiosos. En 1833, Thiers afirmaba en
y de los sentimientos que en ella surgían podía hallar una plena nombre del gobierno: «Por lo que respecta a los cuadros pe iglesia,
adhesión: es decir, un romanticismo de fondó' realista, como e! '1 el gobierno ya no los encarga. Los artistas han perdido el gusto
20 Mario De Micheli . Las vanguardias artísticas del siglo XX 21

por ellos y casi todos los rechazan» 10. Al cabo de pocos años fieles, siguiendo cada uno sus propias inclinaciones e ideas, los
las cosas habían cambiado. El clero había recuperado su influencia artistas más representativos de la escuela realista: Courbet, Daumier
y los encargos oficiales de cuadros de tema religioso se habían y Mille~. «Al pintar (a campesinos y burgueses) &t~~~fi~-~~t~~;I,
reanudado. En el Salón de 1837 el número de los cuadros religiosos y dándoles el vigor y el carácter que hasta entonces habían estado
superaba al de. cuadros de batallas. reservados a dioses y héroes -escribe Castagnary-,Courbet llevó
Pero las fuerzas políticas y culturales más abiertas reaccionaban a cabo una revolución artística» 13.
con eficacia, preparando el clima de· 1848. La conciencia de la
estrecha relación entre arte y pueblo, entre arte y sociedad, era La insistencia sobre Francia (mejor dicho, sobre París) se debe
más viva que nunca. Bastaría hojear el portavoz de los republicanos a la tipicidad de la situación francesa. En el siglo XIX París es
democráticos, La Reforme, o el periódico de los republicanos bur- realmente la capital de las artes y de las nuevas ideas políticas.
gueses, Le National, para encontrar en cada número artículos que Además de los patriotas exiliados, los refugiados, los poetas y
remachan, siempre con mayor insistencia, este punto esencial. literatos revolucionarios, allí confluían desde todas partes los artistas
r En los escritos de Courbet esta conciencia se manifiesta abierta- democráticos que querían renovar y crear un arte nuevo. Pero
mente. «Sin la revolución de febrero --confiesa a Castagnary el el proceso revolucionario también llegaba a aquellos países de
8 de octubre de 1868- tal vez no se hubiera visto nunca mi Europa que aún no poseían una auténtica cultura nacional, como
pintura.» Y algunos años más tard~, volviendo sobre el mismo Hungría, Rumanía o Bulgaria. Precisamente en estos años se desa-
tema, afirma: «Al renegar del ideal falso y convencional, en 1848 rrolla en estos'países una conciencia renovadora, empiezan a florecer
levanté la bandera del realismo, la única capaz de poner el arte los estudios sobre la historia patria y el arte se desvincula del
al servicio del hombre. Por esto, lógicamente, he luchado contra bizantinismo para centrarse en la observación de la realidad. En
todas las formas de gobierno autoritario y de derecho divino, la misma Italia ésta es la época del despertar de su cultura nacional
queriendo que el hombre se gobierne a sí mismo según sus necesida- y del arte figurativo en particular. Cualquiera que sea el juicio
des, en su provecho directo y siguiendo sus propias concepciones» 11. específico sobre el arte del siglo XIX italiano, no puede haber dudas
Los defensores del romanticismo y del clasicismo salían derrota- sobre este hecho. Los artistas nuevos, desde Nápoles hasta Florencia
dos por la. fuerza histórica de estas convicciones. El hombre, al pasando por Milán y Turín, son, precisamente, los más vinculados
margen de las exaltaciones místicas,y de las abstracciones académi- a las vivencias y a los sentimientos del Resurgil11ientQ" «Yo era
cas, «sin coturnos en los pies ni aureolas en torno a la testa» 12, el viajante de la revolución», le gustaba decir a Fattori. Y más
se convertía en el centro de la nueva estética. Nacía el socialismo tarde, recordando los históricos hechos de 1859, escribirá en una
científico, el espíritu de la ciencia se difundía por todas las discipli- I memoria autobiográfica: «Llegó 1859 y fue una revolución de
nas, los progresos de la técnica daban una nueva impronta a la
vida y la exigencia de una visión fuerte y veraz se imponía en
I redención patria y de arte, y surgieron los macchiaioli, (los 'manchis-
tas').» Los ideales democráticos y patrióticos del Resurgimiento
todos los campos. El realismo tenía, pues,su origeni::!l estaapretada '1 penetran por doquier y encienden el ánimo de los intelectuales,
confluencia de circunsta~~i;-shi;tóric;s,yp~~;·los realistas el hom- de los artistas y de los escritores tanto en Italia como en todas
bre.era el eje en tqino al cual todas estas circunstancias se reagrupa- partes. Primeramente, caen las fórmulas del neoclasicismo imperan-
~Q' Por tapto, reglaJ1ll}claIl1~ntal del realismo era. el vínculo te en favor de un romanticismo de inspiración histórica, hasta
__giJ,"~<:t()_.c()n todos los aspectos de la vida,i.!:l~luido.sJos aspectos que toma impulso un arte fresco y vital. Las escuelas regionales
m§.s.inmediatos y cotidianos: [llera la mitología, fuera el cuadro se ven animadas por este impulso y, sobre todo, los macclziaioli.
de reevocación histórica, fuera la belleza convencional de los cáno- Sus famosas reuniones de 1850 en el Café Michelangelo de Floren;.
nes clásicos. Y a esta regla y a esta poética' de la realidad fueron cia, reuniones que llevaron más tarde a la formación del grupo,
Las vanguardias artísticas del siglo XX 23
22 Mario De Micheli

en particulares circunstancias- ~~_se. puede .clefinir, sin duda,


acogían a casi todos los pintores que habían hecho la campaña
como unitario. Y 1848 esel ápice de esta unidad. Así pues, mediante
de Lombardía en 1848 y participado en la defensa de Venecia,
d··;;';í.lis¡~·d~"los fa¿to~~s··d~t:~~;;i~;~t6de la crisis, es posible
de Bolonia y de Roma en 1849. Las discusiones que se mantenían
reconocer el significado que irán adquiriendo los elementos des-
en esas tertulias frecuentemente asumían, como sucede entre artistas,
encadenantes de la crisis misma: se definirán por el modo en
un carácter técnico. Precisamente de estas discusiones nació la
teoría de la pintura a macchia (de mancha). Pero el fondo de
que intervengan en la crisis. Lo que, sin embargo, se puede decir I
desde ahora es que tal crisis no estalló ciertamente por causas
la cuestión no era técnico, o no sólo técnico. L.a_t~ºríLde la
metafisicas, es decir, que no fue generada por la mengua y apaga-
«I11!rlch;¡»,como escribió Fattori, no era más que «una nueva búsque-
miento de un espíritu de trascendencia, como algún crítico quiere
da de verismo,qu~_ac!~~IIl1~ntese desarrollando, y que capta
hacer creer. Las razones se hallan en la historia y en ella permanecen.
la reali4a4. .de.Ja,.~~r.dadera impresión .. cie .. 10 . verdadero» l4.. Las
El cOJllienzo de la crisis se puede hacer <:ºi.ncicljr,mlíJ]eas
palabra~yerism.()Yr.~alis.mo.é:ran .muy frecuentes en estosdebates.
gé:!le!:;:ge5, cCln elfin de las revoluciones europeas..aln.~diadosdel
Precisamente, lo que Eerseguían los macchiaioli era, sobre todo,
~igl~~~x,pero sólo se trata de un comienzo. Los signos seb.<lrá Il _
~i~-¿·:~s.i~~.~~iª¡i~e_~~presi6n,verdad, apego a las cosas.
más evidentes después de 1871, después de los trágicos aCClllteci-
Por tales motivos el movimiento artístico italiano más avanzado
mientas de la Comuna de París, Esta página histórica tiene
se orientaba en la misma dirección en que se movía todo el arte
una importancia decisiva porque representa una de las últimas
europeo democrático, es decir, un arte vivamente enraizado en
ocasiones en que un amplio sector de escritores, poetas y artistas
los problemas, en la vida y en las preocupaciones por la historia
participó en una acción política de excepcional alcance l5 , y también
en marcha. Así pues, desde el punto de vista de las posiciones
culturales, no se puede decir que los artistas italianos no estuvieran, porque, 2!:~s;isameIltepo.rlaAerrota de la Comuna, las contradiccio-
!les _e.){is.temé~ en el cuerpCl_.ci.e:J-ª sociedad. nacida de las revoluciones
también ellos, en una línea justa y actual. Si luego los resultados
~urguesas adquirieron en toda Europa..una violencia extrema, acele-
en el campo estético no tuvieron ni la amplitud ni la intensidad
de los alcanzados por otros artistas franceses, acaso haya que atribuir- rando el d~~ª-rJ.ºUo.de.Ja.crisis. eILcurso. 1
lo a los mismos límites del Resurgimiento, que no tuvo ni la
El trauma de esta derrota influirá duramente en muchos intelec-
tuales. Ciertamente no todos los intelectuales de entonces participa-
r
profundidad ni las consecuencias del proceso histórico francés.
ron en la Comuna; la unidad que se había establecido en torno
a 1848 había sufrido profundas sacudidas. A pesar de ello, la
Comuna fue el último y glorioso episodio de aquella unidad.
II
Epilogo trágico

De todos modos, lo que aquí nos interesa destacar es esta «unidad»


Después de tal episodio se podía dar por terminado el período
en que pensadores, literatos y artistas directamente com prometidos
I
habían actuado en el int.erior de la vida social y política sin pensar, 1
histórica, política y cultural de las fuerzas burguesas-populares en
torno a 1848, porque, precisamente, de la «crisis» de esta unidad en la mayoría de los casos, que deberían apartarse de ella. La
crisis que se reveló después de 1848, ahora, después de los dolorosos
y, portanto, de la «ruptura» de esta unidad, nace, como ya se
ha dicho, elartecl.e.vanguardia y gran parte del pensamiento hechos de 1871, se precipita. La discordia entre los intelectuales
y su clase se agudiza, las fracturas subterráneas afloran a la superficie;
c.ontemporáneo. Como es obvio, en el seno del mismo movimiento
el fenómeno se generaliza: la ruptura de la unidad revol1,lcionaria
general, que tiene su eje en 1848, ya existían contradicciones y
divergencias, que, posteriormente, se irán agudizando y serán la del siglo XIX es un hecho consumado. Durante largos años, hasta
causa de la crisis, pero hasta ese momento el movimiento históri~o nuestra época, sus consecuencias dominarán los problemas de la
cultura y del arte.
de las fuerzas burguesas-populares conserva un carácter -salvo
Capítulo 2

Los sígnos de la cnSIS

El drallla histórico de Van Gogh

Van Gogh llegó a París en febrero de 1886. Tenía treinta y tres


años y le quedaban cuatro de vida. Su trabajo verdadero, el de
pintor, sólo había comenzado en octubre de 1880. Una vida breve,
fulgurante, intensa. Así fue su vivencia de hombre y de artista.
Pero, ¿cuáles son los sentimientos, los pensamientos, los propósi-
tos que Van Gogh lleva consigo a la capital de Francia? Conocer
la historia de la formación espiritual de Van Gogh anterior a
su llegada a París es de decisiva importancia para comprender I
sus reacciones en los últimos cuatro años de existencia.
t:lliº--ªe un 2-;¡S!2L~;}lYi!1jsta1.sensibleY apasionado, en un tiem po l'
conmovido por las ideas de redención social que desde Francia
se habían propagado a las naciones vecinas, J:¡l~ía_!e!:l11in_:l.-d_o_por
elegÜ'_somo . \T()c:;}s:ió_n_-º~~~ vidª- La _preciicación evaI1gélica é;;ntre
los mineros. ~eJga~..QeL. f3-ºri~ag~,_el«p:lis ..~egr_~'.:. En este «curso
gratuito de la gran universidad de la miseria» 1 había aprendido
las primeras, humanísiroas y dramáticas lecciones. Le hacían compa-
ñía la Biblia y la Revolución Franeesa de Michelet, Dickens y Hugo,
y, un poco más tarde, Germinal, de Zola, el mismo Zola que
estaba a punto de escribir a su traductor holandés, Van Santen
Kalff: «Todas las veces que ahora comienzo un estudio me doy
de bruces con el socialismo» 2. Los libros de Zola eran ya para
Van Gogh «los mejores tratados sobre la época actual>,. Así, el
"1 ~\T:';¡I1lgé~lIsll10y'_ el socialismo humanitario habían encontrado en
él un punt~C!<:.fLlsi.éJl1,.ªeir1candescencia,aue lo alineaban contra
26 ¡vIario De Micheli Las vanguardias artística.s del siglo XX 27

la religión formalista de tantos de sus hermanos de predicación, los como de soñador y sonámbulo, es el tejedor. Hace casi dos años
cuales miraban «las cosas espirituales -afirmaba con áspero lengua- que vivo con ellos y he aprendido a conocer bastante su carácter
je- desde el punto de vista típico de los borrachos», y «eran original, sobre todo el de los mineros, Y cada día hallo algo
incapaces de emoción humana». El, en cambio, tenía de la re!igión conmovedor y enternecedor hasta en estos pobres y oscuros opera-
una idea viva, incorporada a la realidad de aquellos hombres entre rios, la hez como si dijéramos, los más despreciados que, en general,
los cuales le habría gustado pasar su vida. Para él, en suma, Pablo con imaginación vivaz pero falsa e injusta, nos representamos
de Tarso era «un obrero Con los sign<;:2 de! dolor, del sufrimiento como una raza de malhechores' y de bandidos (agosto de 1880) ...
y de la fatiga, sin ninguna apariencia de belleza, pero con un Nunca oyes lamentarse a los tejedores, si bien su vida es dura.
alma inmortal» y, viceversa, e! minero que salía de los pozos Supongamos que un tejedor que trabaja duro haga una pieza
llevaba en sí la imagen de Dios. de sesenta aunes en una semana. Mientras él teje es necesario que
Las cartas que Van Gogh escribió en esos años son ricas en una mujer atienda a los carretes, esto es, que enrolle el hilo en
indicaciones en ése sentido. Todo lo que ve, observa y lo conmueve los husos; así pues, son dos los que trabajan y deben vivir de
se sitúa ya en una perspectiva poética y figurativa. Advierte eso ese trabajo. Con esa pieza el tejedor tiene una ganancia neta de
con claridad. En noviembre de 1878 escribe: «Si durante dos o cuatro florines y medio, por ejemplo, y cuando la neva al fabricante
tres meses pudiese trabajar en silencio en una región como ésta, éste le dice normalmente que le encargará otra pieza dentro de
y aprender y observar constantemente, no volvería sin tener algo ocho o quince días. Así pues, no sólo e! salario es bajo, sino
que decir que realmente valiera la pena de ser entendido, y digo que el trabajo es escaso. Por eso, esta gente suele estar nerviosa
esto con toda humildad y franqueza.» e inquieta. Se' trata de otro estado de ánimo distinto al que conocí
En Amsterdam, Laeken, Wasmes, Etten, Drenthe, Nuenen y entre los mineros del carbón, un año en el que hubo una huelga
Amberes, en todos los lugares en que vivió antes de su viaje y bastantes accidentes (1884) ... Me mezclé tan íntimamente en
a París, la realidad que constantemente había observado era una la vida de los campesinos a fuerza de verlos constantemente a
sola: la de los hombres que trabajaban en las fábricas, en las todas las horas del día, que ya no me siento atraído por ninguna
minas, en los campos. Incluso cuando le suspenden en su actividad otra idea...» (1885).
de predicador, éste es el mundo que sigue interesándole: «Me
levanté temprano y vi a los obreros llegar a la obra con un futees, pues, el n1ugdo en que mad_urar.()n.Jos~entimientos
sol magnífico. Te hubiera gustado ver el aspecto particular de ~.e--'y~n~og~JT.s~_\T.oc~~~ón de artista. Por tanto,es lógic;()..qpe
este río de personajes negros, grandes y pequeños, primero en se orientase e,n sentido realista y hacia un realismo preciso, cargado
la estrecha calle donde había poco sol y luego en el tajo (agosto de contenido social. Su poética estaba
-~, ------~-_._-_ ..
bien'-~f~fini'd;--:-;;L;:-m~~o
,,--_.. - - -
de 1877)... Los obreros de esta mina, normalmente, están desmedra- de~_~ trabajador es m~j.s:'r gue el Ap()~~!3elvederl!:."-- Así es
dos y pálidos de fiebre; tienen un aspecto fatigado y consumido; como se expresaba. y todo su empeño fue hallar el modo más
son oscuros de piel y avejentados; las mujeres son débiles y marchi- eficaz de representar esa.tlJ.t1.f!.0'. Por ello, es natural que eligiera
tas. En torno a la mina, miserables casas de mineros, con algún como maestros a aquellos pintores que mayormente se habían

~
árbol muerto ennegrecido y setos de espino, montones de estiércol dedicado a representar campesinos, obreros, artesanos y gente de!
y de cenizas y montañas de carbón inservible (abril de 1879) .. , pueblo ~li!letl C:ourbe.t,.º-a.tl"!p-i~r,~lJ?~!acroixmeJ.1:.os literario.
Los obreros de las minas de carbón y los tejedores todavía son En estos pintores veía ejemplos e indicaciones preciosas para hacer
una raza algo distinta de la de los otros trabajadores y artesanos
j lo que «sentía». De Daumier amaba, sobre todo, su modo amplio
y siento por ellos una profunda simpatía. El hombre del fondo y sencillo y su capacidad de captar sin vacilaciones el centro del
del abismo, de profimdis, es el minero; el otro, con aire absorto '1 propio argumento. A propósito de un dibujo suyo, afirmaba:
28 Mario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 29

«Debe ser una buena cosa sentir y pensar de este modo y pasar ~p!~p~r:~a a!":smtar el tema de los Comedores depatat~:......L~verdad,
por encima de un montón de otros detalles para concentrarse la realidad, eLsignificado de es.r<:l5..campesinos eran una vivencia
en lo que hace pensar y en lo que concierne de modo más directo ~c!.ur:<:l.tr:~~~j~__L~.e. __eenuria. y esto es lo que había que «hacer:
al hombre como hombre, en vez de en prados y nubes.» Daumier saliD>. ~qlÉ_c:?~()Ilde la de(or_J:?-~~~§..fl..r:s.ali~!.~~e D~ll_~1ÍeEl()~'yudaba
le enseñaba el modo de acentuar la expresión mediante la deforma- a~f!1 plificar e intensificarLP~andº--<k-l'!..~.!:.kªI!!rª __~t!_s:.ºI1.(";~n.q-a-:­
ción realista. La grandeza expresiva de Daumier se le apareció c:i~12.._c.lr:..aE2.~_!:ic3:: Pero el alma de Van Gogh seguía anclada en
Con clara consciencia en 1882: "Te pregunto si todavía quedan los valores humanos más profundos del siglo XIX: «Quise conscien- \.
en el mercado hojas de Daumier y, si es así, cuáles. Siempre temente dar la idea de esta gente qt;e, bajo la luz de la lámpara,
me gustó mucho, pero sólo en estos últimos tiempos he empezado come patatas con las mismas manos, las mismas que mete en
a creer que tiene mayor importancia de lo que siempre creí.» el plato, con las que ha trabajado la tierra. Mi cuadro, pues,
Pero también le interesa Millet por esta particular capacidad de exalta el trabajo manual y la comida que ellos, por sí mismos,
«cargar» la expre.sión. El pensamiento de Millet que más le gustaba se han ganado tan honradamente.»
es el que dice: «Es mejor callar que expresarse débilmente.» Desde
estos años quería hacer cuadros y dibujos que tuvieran como He a.'ll!Í.L.p.!!.~L..ql,lién es Van Gogh. antes _de lkg~_La PaI:ís
primera cualidad la de ('asombrar». Hasta en Courbet ve, sobre en 1886. Es un h.~!:J1:tJ~e que está al l~~o de los v~!<?res~~.}_ª48.
todo, el valor del color no usado en sentido naturalista, sino Imagi_flªI1d()s~_a_sí misI"!J:g_vj~<:l.e..l1__ ªguella .épQ~a, no dudaba en
expresivo: «Un retrato de Courbet es un valor más alto; es enérgico, elegir sU...l'.~e.~_t.().S.9mo «revo.!.ll~i()E-ario Lr:.ebelde''-~11_1as barricadas,
libre, pintado con todas las gamas de bellos tonos profundos,
de rojo-oscuro, dorados, violetas, más fríos en la sombra, Con
º
..Y.~.9n_.a.rr:.,:ba !.2_~E(::1.3:.ma b::l:«~I1. ..s:uafl..tg..3_h()_I11 re~y en cuanto
a pintore.s_~g~Eeraciófl.....ª~.J&48 m~.e.s__más _g~taque la de
el negro ... es más bello que el retrato de quien tú quieras, el 1884~ y en \10 tocante a 1848, no me refiero a Guizot, sino a
cual habría imitado el color del rostro con una horrenda exactitud.» los revolucionarios a Michelet y también a los pintores campesinos
J

Y~recisame~.SQ!1siderandº-los retrª~º~J!~~!lrbet, tuvo de Barbizon.»


en 1884 la primera revelación del valor translaticio del color: En los años que preceden a su Viaje a París, ya ha pintado
;'El color expresa algo por
----_.
si mismo~'-Esto--es-roU-queerbusca5a:--
.._--------_.--._ --_ --_
, -._-
',- ._,', _._---~--_
sus cuadros oscuros y los personajes que sentía, y tiene convicciones
_la_i12tensidad de la ~E!::,i~12!__~_la_.que~acrificar cU3:Lqu i er...()tra largamente meditadas dentro de sí y entusiasmos generosos. Toda-
preocupación. Pero, siempre, expresión de la realidad, o mejor vía poco antes de partir hacia la capital francesa escribe a su
aún, del hombre añadido a la naturaleza. Esta vieja definición hermano Theo: «Nos hallamos en el último cuarto de un siglo
baconiana de la técnica la recogía Van Gogh con un significado que terminará con una gran revolución. Ciertamente, nosotros
espiritual rico en emocionante tensión: «No conozco mejor defini- no conoceremos los tiempos mejores, el aire puro y toda la sociedad
ción de la palabra arte que ésta: El arte es el hombre añadido a refrescada después de estos grandes huracanes. Pero una cosa impor-
la naturaleza. La naturaleza, la realidad, la verdad, pero con un
significado, con una concepción. con un carácter que el artista
) ta, y es no dejarse engañar por las falsedades de la propia época,
o, al menos, no hasta el punto de no identificar en ella las horas
hace salir y a los que da expresión.» funestas, sofocantes y depresivas que preceden a la borrasca. ¿Ves?
Pa~_. y a~gog;~ ..!a e.)(presi~E: __ camis tía p~e.c~sam e_~~e....e;I1..e.~~e \ Lo más consolador es el hecho de no deber correr siempre con
«hacer salir>~_ de las cosas su más auténtico sigrlificad()'~~E()."p_;l.r~ los propios sentimientos y con las propias ideas, y poder colaborar
él este principio era tal que no traicionaba la verdad de...1<:l..E~~l, y trabajar con un grupo.»
y~~g~~t~~i;:T;fi~~;c~n:~[c~}~~-4e.g~e.I~~f;l!~ri~~-_;;¡12a. ~º lid a
..,. base» si se olvidaba
__ ._ _.... _---
de - existe». Y
«que la naturaleza
...• ..... ,_.. -- con este espíritu
1 Así pues, en París busca un clima, un ambiente, un grupo
de pintores que «sientan» como él. En resumen, sigue buscando
-'-- .
__ .~_._._.~-._-----_. .. ' ,.-,- -----~--- -----

I
I
30 Mario De Micheli
Las vangtÍardias artísticas del siglo XX 31
un París semejante al de Millet, de Courbet y de Daumier, pero
no Courbet encerrado en una jaula de hierro al pie de la Columna
París ha cambiado profundamente.
Vend6me, previo pago de la. entrada)} 7 • Francisque. Sarcey, .comen-
Millet murió en Barbizon en 1875, Courbet expiró en el exilio
tarista de moda, había propuesto, en cáÍnbio, con noble desdén
dos años más tarde y Daumier cerró sus ojos en 1879 en Valmodois.
otra forma de castigo: «Sea castigado con el silencio público)} 8.
El reflujo revolucionario ha creado una situación dura y dificil
Pero no bastaba. La idea de exponerlo a las iras de los bienpensantes
para todos aquellos artistas -los más vivos y los más grandes
parece que gustaba especialmente a los enemigos de Courbet,
de Francia- que de alguna manera se habían mantenido vinculados
ya que es una idea que se encuentra en muchos artículos con
al movimiento del arte democrático. El-aire de la Tercera República
todo lujo de detalles. Hasta los poetastros unieron su voz a este
era cualquier cosa menos vivificante.
triste coro. Por ejemplo, Emile Bergerat concluía un poema suyo
Por parte de las esferas oficiales siempre se había mantenido
dedicado a Courbet de este modo: «Noche y día puesto en la
una actitud de recelo y de repulsa. A la vista de los cuadros
picota, que reviente de vejez entre cuatro gendarmes)} 9.
de los pintores realistas, el conde Nieuwerkerke, Director Imperial
Este odio a Courbet, que tiene su punto culminante en la
de Bellas Artes con Napoleón III, había afirmado desdeñosamente:
sentencia del pintor Meissonier, déspota del Salón de 1872 (<<Lo
«Es pintura de demócratas, de gente que no se cambia de ropa inte-
que necesitamos es que Courbet esté muerto») 10, se había extendido I
rior y que quiere avasallar a la gente de mundo. Es un arte que no
a los impresionistas, pintores que partían, precisamente, de las 1
me gusta, mejor dicho, que me disgusta»3. Y, en general, ésta había
posiciones estéticas del realismo. Este prejuicio político contra los
sido la actitud de la crítica de moda. Se podrían reunir cientos
impresionistas <:;ontinuó por mucho tiempo. A este respecto, Robert
de páginas llenas de improperios contra los artistas realistas hojeando
los periódicos de la época. Pero si antes, por poner un ejemplo,
los críticos se encarnizaban con la imagen violenta del Hombre
Rey cuenta un episodio bastante significativo ocurrido en 1919.
Una mañana de ese año el ministro francés de Instrucción Pública
visitaba el Museo del Luxemburgo acompañado por su conservador
I
COH la azada, de Millet, ahora, después de la Comuna, veían el f
Léonce Bénédite. De repente, se detuvo ante el Hombre con camisa

I
resplandor de los incendios de 1789 y las picas de los campesinos
roja, de Carolus Duran, y, receloso ante aquel despliegue de carmín,
amotinados detrás de las dulces figuras de El Angelus. Charles
señaló el lienzo con la punta de su paraguas, y dirigiéndose al
Yriarte, en 1876 y en las páginas de la Gazette des Beaux Arts,
conservador en tono confidencial pero suspicaz, le dijo: «Dígame
explicaba las «escenas lastimeras» y el «lenguaje lleno de amargura»
Bénédite, ¿no cree que es un poco impresionista su amigo Duran ?»1l. I
del pintor realista húngaro Munkácsy en el París de aquellos años,
de este modo: «Yo creo que sus fines se explican con razones
Esta presión hostil de la crítica, fomentada por el encastillamien- t
to de la burguesía en posiciones absolutamente conservadoras, junto
de índole política»4. También refiriéndose a Munkácsy, a propósito
con la disgregación y el apagamiento del fervor ideal de que f
del cuadro Cristo ante Pilatos, el crítico Buysson exclamaba años
más tarde: «iPero si es un nihilista ante el zar!,,5. No obstante,
tan rico había sido el movimiento artístico en sus momentos
álgidos, habían sido un.a de las causas, y no la última, de un
¡
las invectivas más feroces y las burlas más malévolas eran las
alejamiento de los artistas de la visión realista anterior y, en general, I
dirigidas a Courbet. Alejandro Dumas hijo se había cebado con ,
:i .
de toda aquella pintura de ideas, de pensamiento y de narración, i
él con literaria virulencia después de la Comuna de París: «¿Bajo $.

de la cual, en mayor o menor medida, habían partido todos los


qué cielo, con la ayuda de qué estercolero, de cuál mixtura de
nuevos impresionistas. Los problemas de las relaciones entre ciencia
vino, cerveza, moco corrosivo y flatulenta tumefacción, ha podido
y pintura, los problemas de la técnica, de la luz, del objetivismo
desarrollarse esta calabaza sonora y peluda, este vientre estético,
en la transcripción pictórica de la visión de la naturaleza tienden
encarnación del Yo imbécil e impotente?»6. Y Barbey d'Aurevil1y
ahora a sustituir, y lo logran, a los problemas de contenido que
había declarado: «Sería necesario mostrar a toda Francia al campesi-
habían angustiado a los artistas, tanto realistas como románticos.
32 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 33

Desde la primera exposición de los impresionistas, que había tenido dentro de él crece también una insoportable zozobra. Pensaba
lugar en 1874, hasta el año en que Van Gogh llegó a París, encontrar en París un apoyo a sus sentimientos y aspiraciones;
la progresiva evolución de los impresionistas en esta dirección creía que iba a encontrar (,hombres» y, en cambio, como escribe
-salvo algunas excepciones- se acentúa hasta llegar a las experien- en el verano de 1887, sólo encuentra ({pintores que (le) disgustan
_cias del divisionismo. No obstante, el grupo de los impresionistas como hombres». Su fervor choca con una realidad fría y limitada
seguía representando una fuerza y una unidad vital. Pero en 1886 donde ya se consideran «literatura» las verdades que él había aprendi-
esta fuerza y esta unidad habrían de desaparecer. En efecto, en do a creer entre los mineros, los campesinos y los tejedores de
ese año el grupo impresionista se dis~lve12. El mismo Zola, amigo Bélgica y Holanda. Un mundo se había derrumbado. La derrota
de .Manet y deCézanne, el primero y autorizado defensor de de la Comuna había excavado un profundo y definitivo foso
los impresionistas, se aleja de ellos al publicar en ese año su novela con el pasado, y Van Gogh, en la aguda sensibilidasl de su alma,
L'Oeuvre, en-- la que describe la derrota artística de un pintor lo advierte como un espasmo, como una contracción dolorosa.
en el que se han querido reconocer las características propias de El siente g!:1~los .arti.stas. ya no estáni.rlt.é:grad()~.en la socieg.ª~t
Manet y de Cézanne. y esta obra no era más que el prólogo sino «opuest.()~~_ª la.:s'Qcj.é:dad" y que son ({desechos» de la sociedad,
de lo que Zola escribirá años más tarde, cuando se lamente de como una pros.tit.l!~ª,..".I1.ll.e~!I;;¡'.;¡'I!1igay hermana» de destino. Pero
haber luchado «por aquellas manchas, aquellos reflejos y aquella no por ello desiste de buscar lo que desea. Ahora, toda su vida
descomposición de la luz» en las que, según él, se había agotado tendrá este objetivo único y desesperado: buscar 10 que histórica-
la fuerza de la emoción primitiva de los impresionistas ante la mente ya no podrá hallar. En consecuencia, la carga sentimental
realidad 13. que ha ido acumulando en sí, al no hallar modo de expandirse
al exterior, ,e estalla dentro, desgarrándolo. Y a través de esta
Todas estas disquisiciones, naturalmente, no quieren restar nada exasperación',empieza a mirar la realidad. Lanza sobre la realidad
al gran mérito del impresionismo, que fue haber situado al artista su exaltada hambre de amor a los hombres, abraza la realidad
en contacto directo con la realidad y haber liberado de todo con su sentimiento, que no ha encontrado un desahogo natural
residuo académico la potencia del color, favoreciendo así una pro- en un movimiento concreto y en una historia común. Pero ello
funda renovación del lenguaje figurativo. Sin embargo, se trata no le salva. Se siente solo con estos sentimientos y se convierte
de disquisiciones indispensables desde el punto de vista histórico en fácil presa de ellos. En efecto, su existencia arderá como una
y cultural, sobre todo para comprender las reacciones de Van antorcha a causa de sus mismos sentimientos.
Gogh en París. En efecto, Van Gogh llega a París con los problemas, En los cuadros de los impresionistas Van Gogh advierte la
las ansias y los deseos de un hombre de 1848, con la pasión fractura inicial que se va estableciendo entre arte y vida. Ni la
de un arte realista, y se encuentra en un ambiente completamente técnica, ni la luz, ni las teorías divisionistas pueden decidir una "
diverso. El terreno histórico y cultural en que creció el arte que obra: ('¡Ah! Cada vez me convenzo más de que los hombres
él amaba estaba revuelto o destruido. Los impresionistas -únicos son la raíz de todo y ello me provoca un continuo sentimiento
herederos de aquellas premisas- estaban desgarrándose en «desas- de melancolía por no estar en la verdadera vida, ene! sentido
trosa guerra civil», tratando de «morderse la nariz los unos a los de que querría trabajar más en la carne que en el coloL»
otros con un celo digno de mejor causa». El, gue hasta ese moment~ Esta c.arta_e~c!~1888.'L:l. está en Arlés._~.pintorque más
había hecho una pintura oscura, casi sin color, ahora se ve vivamen- le interesa es_º.~~guin!~ Gall.g~~~q~~ ya en s~alabra~.~a
te afectado por los lienzos luminosos, claros y brillantes de l<.Js f()rmulado la c~ti<::l.fundamental del irIlpresionismo, aunque los
im¡>resionistas. Es más, acoge con entusiasmo la nue.'1il_.~é:()ría __ Y términos qe dicha crítica los verterá al papel más tarde: "Los
J~_~ueva__~{~~~1...<:'l:lY..aL~~t~:l()Ldi . n_.. ariaspos
~.- _ .._---
. ibi1idades capta, pero
, ---',
impresionistas miran a su alrededor con el ojo, y no al centro l
34 1'1,Jario De lvficheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 35

misterioso del pensamiento ... Cuando hablan de su arte, ¿de qué me conducía por un camino de peligros hacia los confines del
se trata? De un arte puramente superficial, hecho de coquetería, mundo ...» Como Van Gogh, Rimbaud había visto destruir aquello
meramente material, en el que no hay un solo pensamiento» 14. en lo que creía. También él había tenido un sueño de redención:
el fondo, es esto, una pintura de pensamiento, de intensidad «Hay destrucciones necesarias. Hay otros viejos árboles que es
expresiva, no «positivista», lo que quiere hacer Van Gogh, reanudan- necesario Cortar y otras seculares sombras cuya amable costumbre
do la experiencia formal de los Comedores de patatas, es decir, perderemos. Esta misma sociedad: por encima de ella pasaremos
los modos expresivos de la deformaciQ[l: «Mi gran deseo es aprender las hachas, las azadas, los rodillos niveladores. Todos los valles
a hacer deformaciones o inexactitudes o mutaciones de lo verdade- serárr colmados y las colinas desmochadas ,. los senderos tortuosos se endere-
ro; mi deseo es que salgan, si es necesario, hasta mentiras, pero zarán y los accidentados serán allanados. Las fortunas serán raídas
mentiras que sean más verdaderas que la verdad literal.» .N--º._~e hasta el suelo y se abatirán los orgullos individuales. Un hombre
~ag_,--~s de. un ar~Lºe_5.nlRr~sjºrlLsj!1.0 . ..ci~_~~PEe:sión, uº-_.ac~~~. ya no podrá decir 'Yo soy poderoso porque soy más rico'. La
que exprese, n.o la verd~_sL;¡J:J..ac!Tn~~_.sie_J-ªl..c..º~~?,-2il}(). su profunda amarga envidia y la estúpida admiración serán sustituidas por la
~~~!~!?:0_a.. y entonces, y siempre, busca esta verdad del hombre pacífica concordia y el trabajo de todos para todos»16.
entre la sencilla gente obrera y campesina: «Ah, querido hermano ... ¿No hay en estas líneas la misma visión vangoghiana de una
las personas bienpensantes no verán en esta exageración más que futura revolución? ¿No hay la misma ansia que en Van _Gogh
la caricatura. Pero nosotros hemos leído La Tierra y Germinal, se expresaba con el deseo de «tiempos mejores», de «aire puro»
y si pintamos un campesino, querríamos demostrar que esta lectura y de una «sociedad refrescada después de estos grandes huracanes»?
se ha hecho una con nosotros» 15. La renuncia de Rimbaud a la poesía y a su auténtica vocación
Buscar una explicación de Van Gogh en el ámbito de la patolo- de hombre, -es un hecho- madura con la caída de este sueño.
gía, como alguien ha hecho, no es más que un modo de desviar La fiebre v~rtiginosa de Van Gogh se desencadenó cuando él,
el problema. Van Gogh no es un «caso», o, por lo menos, no por sí solo, quiso reparar a fuerza de amor el derrumbamiento
es un «caso aislado». Reducido Van Gogh a un puro caso patológico de aquellos ideales, los únicos en los que veía la salvación.
y explicado su suicidio, todavía nos quedarían por explicar otros No quedarse solo, «no enfermar, porque si enfermamos nos
numerosos casos en parte o en todo semejantes al suyo. En cambio, quedamos más aislados) trabajar en grupo». En esto deposita Van
Van Gogh es el primer caso evidente de toda una serie de otros Gogh su confianza en el éxito para superar la angustia y hacer
casos, y precisamente por eso, deja de ser un caso para denunciar un arte verdadero: «Cada vez me convenzo más de que los cuadros
una situación, que justamente es la situación de crisis que estaba que convendría hacer para que la pintura actual fuese verdadera-
a punto de manifestarse como hecho general de la cultura. Destruida mente ella misma y subiera a una altura equivalente a las cumbres
la base histórica sobre la que los intelectuales se habían formado, serenas alcanzadas por los escultores griegos, los músicos alemanes
entran en crisis dentro de ellos mismos los valores espirituales y los novelistas franceses, deberían superar la potencia de un indivi-
que antes parecía que debían durar permanentemente. duo aislado. Estos cuadros, probablemente, serán creados por gru-
Van Gogh es el primer caso evidente en el arte, del mismo pos de hombres que se junten para realizar una idea común.» !
modo que Rimbaud, en los años que siguen a la Comuna, es También pertenece esto a una carta de 1888. En esta misma
el primer caso evidente en la literatura. Lt prosa convulsa de época, Paul Signac, que fue a visitarlo, escribe: /«No olvidaré
la Saison en Enfer asemeja a ciertos cuadros alucinantes de Van jamás aquel cuarto tapizado de paisajes delirantes de luz... Todo
Gogh: «Mi salud se vio amenazada. Llegaba el terror. Caía en el día me habló de pintura, de literatura, de socialismo»l? Pero
sueños que duraban bastantes días y, una vez levantado, continuaban precisamente él, que sentía más que nadie la necesidad de no
los sueños más tristes. Estaba maduro para ]a. muerte y mi debilidad estar solo, acabará por quedarse en soledad. El mismo Gauguin,
36 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siy!lo XX 37

que llegará a Arlés a mediados de octubre de 1888, lo dejará d~.)as relaciones, no es un vehíc;ulo de evasión en un sueño de
poco tiempo después. -ªbsrrª-C.t~~2.l,lg~giQ..!1C:_5.:._T odav{a en febrero de 1890, y a propósito
Van Gogh dio un significado al tiro de revólver con el que de un artículo donde se habla de él, escribe: «El artículo de Aurier
puso fin a su vida el 28 de julio de 1890. Ya había pensado me alentaría, si me atreviese a deJarme ir, a arriesgar una evasión
en el suicidio algunos años antes como el único modo de «protestar de la realidad y a hacer con el color algo así como una música .-
/

contra la sociedad y de defenderse». ¿Qué otra cosa podía hacer de tonos ... Pero amo tanto la verdad, el intentar hacer lo verdadero,
un hombre solo, agobiado de espera~~as frustradas, sin una salida que creo preferir el oficio de zapatero al de músico de los colores.»
a su propia inquietud? TesriIl!ºIܺ..YiYiel1t~ªela_<::Ij~i~_c:~piÚrl!ª-L(kl.~ig!º1C.r]:(:,_Y:.ªI1
En los últimos tiempos había buscado e! aturdimiento y una G<:¡gh_da vía .liQr~,~~qll~}la corriente artística de contenido
especie de embriaguez en el trabajo. La inquietud y e! ardor que e~.h..s:.9.lr~I1l~~~pr~siº!1i~t;Lmo_gemª,u!1uºrri.enI~.C:¡ll~t~[lill;í.
guían su mano sobre el lienzo. A través de la lente de su agitación fortuna diversa, y, a veces, contrastante, pero que, sin embarg(),
,_ interior se deformaba la realidad de las cosas: <,En lugar de intentar casi si~m2rueCOn9..f~ct:<:1.l.el hombre e! centro de sus intereses.
, 'reproducir exactamente lo que tengo ante mis ojos,. me sirvo
de los colores arbitrariamente para expresarme de modo más inten- El mor:alismo irónico de Ensor
so.» Este «arbitrio», este uso violentamente psicológico de! color,
es una de las claves de! subjetivismo moderno: «He intentado Sin embargo, Van Gogh no es el único de los artistas que se
expresar con el rojo y el verde -continúa diciendo- las terribles da cuenta de la ..cri5is de la unidad espiritual del siglo XIX en
pasionesde-los hc!mbr~-:;; L;l~y d~TcolQ.r ~;;-t~¡li~~a cf~ToiTrIi:R!:.e:=- - sus postrimerías. <:::asi por la misma época un pintor belga, James
---w;~;st;-s··q;:;~d;-~b~í~~',~_1? Van .GQgl1,. el. ~,º!Q~._ti~r.!e,.ahºXL~L EnsorL.L....\lJlJ!!'ttc)"E_l1oruego, Edvard Muncl1, d~~~~E~í-;~~-si bien
valor de una violenta metáfora y~dguier~~vir~d,c!.~pg~~~~iºn de modo distinto, análogas inquietudes y revelaban iguales presenti-
autónoma, aunque no distinta de la inspiración general de la obra: mientos. Hay que deSTacar el hecho de que estos dos pintores
«En mi cuadro Café de noche traté de expresar cómo e! C:olfé puede también p~o~'~d~n de una experiencia realista (la intluencia de
ser un lugar donde uno se puede arruinar, volverse loco o cometer Courbet en Bélgica entre 1850 y 1880 fue casi absoluta), también
un delito. Finalmente, intenté expresar algo semejante a la potencia s~ ali~~.rltaron de inquietudes sociales. Lo cual, por lo demás,
de las tinieblas de un matadero con contrastes de rosa suave, es natural, ya que sólo quien posea un vivo sentido de lo social
rojo sangre y heces de vino, dulces verdes LuisXV y Veronés, llega a darse cuenta antes que los demás de los fenómenos que
contrastantes con los verde-amarillos y los duros verde-azules, y se manifiestan en e! mismo cuerpo de la sociedad.
todo ello en una atmósfera de horno infernal y de pálido azufre.» Al observar los dibujos de Ensor entre 1879 y 1880, se ve
Ya había observado cómo en Delacroix el color se hacía forma, en ellos más de una coincidencia con los del primer Van Gogh.
es decir, cómo se podía modelar directamente con el pinceL Y Durante diez años Em'or pinta a los personajes más humildes de
eso es lo que ahora hace, una vez en posesión de la libertad Ostende: pescadores, mineros, lavanderas, vendedores ambulantes,
del color conquistada por los im presionistas. R~!.9....s.'l~ti~~~Jª y los tipos que encontraba en el barrio medieval de la Puterie
pincelada impresionista, y sobre todo neoimpresionista, que tiende de Bruselas. Es el período en que entra en contacto con el poeta
?Tt;q~-;p~~t;dZ;-y··n;e-;;-;:;-d9~!_~~i-ri~C:~I~~-ri].l~I:~gª,
o~~~:: Emile Verhaeren; la época en que Constantin Meunih toma como
~>
lante y circular: "Intento hallar u¡-}ª.0S:.!1ica ca~vez_!Il:~sse!1<::illa, tema de sus esculturas a los obreros y estibadores de puerto y
que, Eal~a no sea impresionista)~,~s.<::iiºé. en efecto, ya a los campesinos, y en que grupos de intelectuales dan su adhesión
no_ es «impresionista». A~í pues,_para~~~-º_(),gl1~Lcolor !!9 tieI2.e: a las ideas socialistas, agrupándose en torno ~ Le Coq Rouge, el
una fun<:i.~~~c0I".~~':'~c..c.~l!1:.?_p·~~aG.a..~g~~n.'.:..n()_busca la arIJ.2Q!1 ía periódico fundado por el mismo Verhaeren, quien comienza a
Las vanguardias artisticas. del siglo XX 39
38 ¡'vIario De Miclzelí
Justamente, Florent Fels destaca este enclaustramiento de Ensor
escribir una serie de poemas que ya anunCIan las antologías de
en una desdeñosa soledad. Un día en que fue a verlo en compañía
cuño populista y revolucionario de los Vil/ages il/usoires y de las
de algunos amigos de París, el fiel servidor Augusto le respondió:
Vi /les ten tawlai res.
En una página autobiográfica Ensor confesará explícitamente «Imposible, el señor está haciendo sus necesidades.» Y esto no
su adhesión a esta experiencia de tendencia socialista: <<Sí -dice-, era sólo un divertido episodio de sal gruesa flamenca.
he hecho sacrificios a la roja diosa de las maravillas y de los
sueños, necesidad complementaria indi,s.pensable para el artista, pero Ensor se construye, en la casa que no abandonará nunca, ni
delito imperdonable a los ojos de algún buen apóstol distribuidor siquiera durante la última guerra y donde morirá en octubre de
de celebridades burguesas»18. Un signo preciso de las convicciones 1949 a la edad de ochenta y nueve años, una soledad crítica,
políticas de Ensor en esta época lo tenemos en los grabados que falta de prejuicios y burlona. No tiene la pasión de Van Gogh,
dedicó a la dr~mática huelga de los pescadores de Ostende en que se rompe espasmódicamente contra las circunstancias de una
1887 y en el cuadro Los gendarmes, inspirado en el mismo episodio. historia cambiada. Ensor es, en todo caso, un moralista, no un
Sin embargo, esta posición no duró mucho. Agudo, cáustico, predicador. Sus humores acres. mordientes, patéticos y cínicos a
impaciente, rechazando la hipocresía de ciertas actitudes sentimenta- un tiempo toman forma en fantasías grotescas de máscaras y calave-
les y, al mismo tiempo, advirtiendo con la lúcida sensibilidad ras, en pantomimas de esqueletos ataviados con plumas y trapos
de su propio espíritu la falacia de una predicación humanitaria de colores. A veces, de estos lienzos se desprende una amarga
en la que no veía una sólida base, se desplaza a posiciones de vis comica, un gusto macabro; otras veces, un espíritu de gran
rebelión individual. Desde este punto de vista, Ensor es uno de romería popular. Esqueletos infantiles disfrazados que quieren calen-
los primeros artistas que, desde las posiciones del socialismo utópico tarse, máscaras enanas,jorobadas, delgadas, temblorosas, que degüe-
o humanitario del siglo XIX, llega a las posiciones del anarquismo llan, al son de la banda, a otra máscara de casaca bermeja; máscaras
intelectual: "Siempre se quema aquello que se ha adorado ... -escri- que rodean a la muerte ridículamente vestida de vieja señora;
be-o Tenemos que rebelarnos frente a las comuniones. Para ser esqueletos que se disputan un ahorcado; mendigas con el brasero
artista hay que vivir oculto ... Cielos duros, cielos carentes de bon- entre los pies, vigiladas por calaveras curiosas ... Es un mundo lleno
dad y de amor, cielos cerrados a vuestroS ojos, cielos pobres, cic- de alusiones, de alegorías, de símbolos; un mundo de absurda
los desnudos sin consuelo, ciclos sin sonrisa, cielos oficiales, todos comedia, una kermesse de las contradicciones y del absurdo, ora
los cielos, siguen agravando vuestras penas, pobres despreciados, sacudida por una alegría funesta, ora fijada con alucinada abstrac-
condenados al surco. Oprimidos bajo carcajadas y silbidos malignos, ción. Con estos lienzos Ensor llenaba su voluntaria soledad y
no podíais creer en la bondad de los hombres, en la clarividencia contradecía al filisteÍsmo reinante. En este mundo realizaba la
de los ministros, y los verdugos de los despachos os maltrataban. libertad de su espíritu, esa libertad que afuera no había encontrado.
A veces, os moríais escupiendo contra las estrellas y vuestros esputos Salud y escepticismo; ton fianza en los poderes liberadores de la
de desprecio constelaban el firmamento de los pintores de enton- fantasía y despiadada claridad al mirar su propio destino y el
ces ..." y Ensor se sitúa entre esos artistas, entre los que se contaban de los demás; conciencia de ser un censor de los vicios privados
Jakob Smits y Meunier, y nos dice que, precisamente a causa y públicos y desenfrenada naturaleza sentimental. Este era Ensor.
de esta toma de posición, su "nombre fue Clncelado de la lista ... Sus cuadros, de vez en vez, son la coincidencia de_estos opuestos.
de los innovadores amigos» por los críticOS oficiales de la burguesía. La suya fue una historia profundamente distinta de la de Van
En suma, en Ostende sucedía lo mismo que' en París. "Pero no Gogh, si bien causas históricas comunes las determinan: la soledad
,(
~lgravemos -apostilla Ensor- las glaucas sensibilidades de estos que mató a Van Gogh es para Ensor una especie de oxígeno
trágico e hilarante.
cefalópodos entintadísimos».
Las vanguardias artisticas del siglo XX 41
40 Mario De Micheli
y seguían las multitudes, hacia no importa dónde,
Algo de este mundo de Ensor, si bien menos seco y menos
al gran esqueleto amable y ebrio
destructivo, se puede observar en algún poema de su amigo Verhae-
que reía de su pánico
reno escrito en esos años, hacia 1890. Por ejemplo, en estos versos:
y que sin ningún temor, sin horror,
y la Muerte se puso a beber con los pies cerca de/fuego. veia retorcerse en la abertura de su túnica
Dejó que Dios partiera una blanca maraña de gusanos que le chupaban e/ corazón 19.
sin levantarse a su paso.
Los que la velan sentada Todos estos temas los trata Ensor en sus aguafuertes, en los
en peligro creyeron que, a menudo, e! sarcasmo moralista,llega al extremo, como
su alma. en su autorretrato de 1889, donde representa su propio cuerpo
en descomposición y del que sólo e! rostro queda intacto. Pero
Durantedias y dlas la Muerte siguió es en la Entrada de Cristo en Bruselas, e! gran lienzo pintado en
sembrando lutos y deudas 1888, donde da lo mejor de su abundante vena satírico-grotesca.
en la posada de los Tres Ataúdes. Muchos críticos buscaron en esta obra referencias concretas; entre
Una mañana herró su caballo con huesos, otras cosas, alguien apuntó que e! cuadro era un alegato en favor
se echó las alforjas al hombro de! sufragio universal. En realidad, el cuadro es como una gran
para irse por los campos. farsa, una secuencia de extravagancias y un espectáculo de muecas
De pueblos y aldeas de mofa y escarnio. ,,¡Viva la Social!», está escrito en una pancar-
vino a ella gente con vino, ta que atraviesa la calle; «¡Viva Jesús!» figura en el lado derecho,
para que sed no padeciera, ni hambre, en un pequeño estandarte; «Fanfarrias doctrinarias» se lee en la
ni se detuviera en las encrucijadas. enseña de' la banda de música. Bufones, beatas, putas, soldados,
Los más viejos carne y pan traían, máscaras, esqueletos tocados con la chistera de los caballeros, gordos
y las mujeres, bandejas y cestas y flacos, burlescas autoridades civiles y religiosas; una apretada
con los frutos de sus huertos, multitud de caras raras, deformadas, fantasmales, brutales, clownes-
y los niños miel de abeja. cas, pueblan este gran lienzo en un ambiente de excitación carnava-
La Muerte caminó mucho lesca de feria y de barracón, que rodea a Cristo montado en
por el país de la pobre gente. el asno, y en la que él mismo se funde como un personaje más.
Como quien no quiere la cosa, Pero lo que da al cuadro una crepitante energía satírica no
cabeza loca es sólb esta parada irreverente de la sociedad, sino, junto a esto
como una pelota. y como sustancia d~ esto, su inventiva pictórica, la avidez de
las disonancias cromáticas y la riqueza pura, cruda y violenta
Llevaba un jirón de manto rojo, de su paleta. En este cuadro se descubren instintivamente las leyes
con botones militares, del color, que en París los artistas presumían hacer descender
prendido en el bicomio un penacho de través, de la ciencia. Aquí la intuición llega al mismo «arbitrio» a que
y botas de caña alta.
Su caballo fantasma
'1 en Pro venza estaba llegando Van Gogh. Sin contactos con la
capital francesa, Ensor había llegado a las conclusiones más avanza-
tenía un trote muy lento das de! impresionismo y las había superado.
como de caballo gotoso La verdad es, sin embargo, que, si bien de forma semejante
sobre las piedras del camino.
-1-2 ¡vIario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 43

a la de Van Gogh había pasado de un período oscuro a un período color. Las reglas que gobiernan la pintura realista del siglo XIX
claro, del mismo modo, también como Van Gogh, no puede saltan una tras otra, del mismo modo que en estas máscaras retorci-
llamársele impresionista ni mucho menos divisionista o puntillista. das, cargadas de rojos, azules y amarillos, ha caído en el ocaso la vi-
«Detesto la descomposición de la luz -escribía-; el puntillismo sión que alentó a los artistas de mediados del siglo.
tiende a matar el sentimiento y la visión fresca y personal. Repruebo No basta con recordar a Brueghel o Bosch para entrar en
todo amaneramiento, método o modelo y todas las medidas, semi- el mundo de Ensor, si bien, ciertamente, estas referencias sean
medidas o la enseñanza forzada. Todas las reglas, todos los cánones oportunas para identificar algunas de las fuentes en las que su
artísticos vomitan muerte..." Y poco -antes había afirmado: «La fantasía encontró incitaciones culturales. Del mismo modo, se pue-
razón es enemiga del arte. Los artistas dominados por la razón 1 den dar otros nombres, los de Jordaens, Suyder o Fyt, para expli-
~;:~,~

pierden todo sentimiento; el instinto potente se debilita, la inspira- ¡J;:t


,':.:;¡
car cierto espesor vulgar de algunas de sus naturalezas muertas.
~rj
ción se empobrece, el corazón adolece de falta de entusiasmo. ~ Pero la visión de Ensor es algo que antes no existía, algo inquietante,
¡~~
Del lazo de la cuerda de la razón pende la enorme idiotez o demoníaco, algo que, además, debía atraer al más agitado expresio-
la nariz de un pedagogo. He condenado los procedimientos áridos ~I nista alemán, Nolde, el cual hallará en las máscaras de la Entrada
y repugnantes de los puntillistas ya muertos para la luz y para ~t de Cristo la clave de muchas de sus telas.
el arte. Ellos aplican fríamente y sin sentimiento sus puntitos entre ~j
líneas frías y correctas, captando sólo uno de los aspectos de la t{
luz, su vibración, sin conseguir darle forma. Este procedimiento Munch o el terror
im pide am pliar la investigación: arte de frío cálculo y de estrecha :'1
visión." De las coreografias de espectros y de máscaras Ensor se alejaba
La GrandeJatte, de Seurat, se expuso en Bruselas en 1887, pero, para buscar la naturaleza, el mar sobre todo: «Oh mar puro -escri-
a diferencia de bastantes artistas belgas como Villy Finch o Théo be en tonos baudelairianos-, inspirador de energía y de constancia,
van Rysselberghe, él no aceptará influencias neoimpresionistas. insaciable bebedor de soles ensangrentados." Sus marinas, los cielos
Un año antes se habían expuesto algunos cuadros de Monet y altos sobre las playas bajas, tienen una fuerza que subyugará a
de Renoir. Pero el problema de la luz, de una pintura clara, le Permeke. Pero la nota fundamental de Ensor seguirá estando,
llegaba a Ensor de otra parte, más bien de la escuela inglesa, sobre todo, en su despiadada ironía, en aquella muchedumbre
sobre todo de Turner. Basta observar sus ivláscaras en la playa pataleante de esqueletos y de diablos que soltó por el mundo
para darse cuenta de ello. Sin embargo, los comienzos de un como mensajeros de un invisible terror que muy pronto atenazaría
impresionismo flamenco se habían dado ya, de alguna manera, la garganta de los hombres.
con De Braekeleer, el pintor que el mismo Van Gogh había Pero ya el sentimiento del terror llamaba a la puerta de Edvard
aprendido a apreciar durante su estancia en Amberes entre noviem- Munch cuando, en )885, fue por primera vez a París. Munch
bre de 1885 y febrero de 1886. Pero el impresionismo flamenco tenía veintidós años y se había formado en el ámbito del realismo
no renunciaba al tono en «vor de la luz. no disociaba su valor naturalista de Christian Krohg y de Hans Heyerbdahl. Su actitud
sacrificí.ndolo a la luminosidad. También Ensor había procedido cultural, sin embargo, era de una posición de crítica del ambiente
así en sus investigaciones. Pero en la Entrada de Cristo en Bruselas ibseniano, al que había tratado y seguiría tratando en el Cate
la investigación está sometida al impulso creador, a la fantasía del Gran Hotel de Oslo. Del mismo Ibsen hará una ilitografia
más desenfrenada, a la inmediatez del traslado al lienzo de los en 1902, sentado en una sala de aquella tertulia intelectual. De
humores interiores. La misma composición obedece a este arrebato. Ibsen y de su problemática había aprendido el odio contra la
Es la expresión la que determina hasta el fO,ndo la forma y el moral convencional, contra los prejuicios burgueses y la sociedad
44 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 45

en que aquéllos se fundaban. Ibsen era un campeón irreductible hasta tocar la desilusión absoluta, porque sólo a este precio se
de la libertad individual COntra todo tipo de mentira oficial, aunque puede «realmente ver algo». Pero, ¿qué es lo que se puede ver?
luego no supiera decir qué era realmente la libertad, en cuanto A esta pregunta responde uno de süs personajes: «A nosotros
que no poseía una visión social que superase los límites de su mismos. Pero cuando nos vemos a nosotros mismos morimos»2o.
individualismo. Pero la polémica de Ibsen, sobre todo en sus co- Munch mantendrá una estrecha amistad con Strindberg y mu-
mienzos, antes de que cayese en un fatalismo sin remedio, tenía chas ideas y proyectos en común. Incluso los dos se enamorarán
una fuerza de laceración sin precedentes. Por tanto, su lección de la misma mujer, esposa de un amígo de ambos, y ambos
no podía dejar de dar frutos. En El pato salvaje uno de sus personajes llegarán, como Van Gogh, a los umbrales de la locura.
afirma: «Quitad al hombre medio su mentira vital y le quitaréis En su primera y breve estancia en París, Munch se interesa
al mismo tiempo la felicidad.» Y precisamente esto es lo que por las experiencias impresionistas, pero sólo en el viaje siguiente,
hizo Ibsen: sus personajes burgueses, despojados del decoro de que tuvo lugar en el invierno de 1889, su pintura experimenta
sus hipocresías, son mezquinos y repugnantes. De este modo Ibsen un viraje decisivo. El, como Van Gogh, tiene un mundo poético
se oponía a la clase de la que había salido, la rechazaba, la condenaba autónomo que utiliza del modo más libre los nuevos descubrimien-
y, con ella, a la misma sociedad salida de aquélla. Al igual que tos pictóricos franceses. En efecto, asimila determinadas sugerencias
Ensor, era un moralista solitario que no se sentía inmerso en de Van Gogh, de Gauguin y de Toulouse-Lautrec, sin níngún
una corriente ideal ni en un movimiento histórico que lo sostuviera. espíritu de vasallaje, mezclando tales sugerencias con elementos
Su posición era la de un protestatario aislado. Pero, a partir de de simbolismo floral e inclinándose muy pronto hacia una pintura
ese momento, y debido a su ejemplo, arrancarle las «mentiras»
a fa burguesía se convirtió en una de las actividades fundamentales
de los intelectuales. En efecto, de toda su grandeza pasada no
le quedaba a la burguesía más que algún jirón de frases y una
visionaria, Uno de los primeros lienzos que marcan este viraje
es La noc~e, de 1890. Comparando esta tela con las anteriores,
se advierte, inmediatamente que Munch ha abandonado la visión
naturalista, y que su paleta aclarada en los problemas de la luz
'l
1
¡
li
_ envoltura sin sustancia. Así pues, era necesario a toda costa arrancar solar en la época de su primer viaje, ha sido sustituida por los 1:
¡l.
hasta estos últimos jirones de las viejas banderas y desvelar toda tonos oscuros, sombríos, de las noches nórdicas o por los amarillos
la verdad, aunque esta verdad diese mied.-> y horror. y rojos inquietos de los atardeceres. 1:
Esto es, precisamente, lo que también hará Munch. Y la vista De 1892 es el cuadro Tarde en el paseo Karl Johan, el paseo t
de la «verdad» turbará su alma. Sin embargo, no llega de golpe de los burgueses de Oslo. En esta tela pintó una muchedumbre 1:
1:
a las últimas consecuencias de este pánico que se 'apodera de él de espectros, de seres descarnados en los que afloran lívidos colores !
!
apenas su mirada, rasgando el velo de las «mentiras», 10grafJjar de desolación interior: amarillos, azules, blancos y violetas. Es ¡
"
la «verdad». Algunos hechos le llevarán a ellas, y, en rrimer lugar, un cuadro de fuerte exaltación lírica y, sín embargo, es profunda-
su amistad con August Strindberg. Strindberg,en literatura, tam- mente distinto de lo? de Van Gogh. En efecto, en Van Gogh
bién partía del realismo naturalista, pero terminará, más allá que persistía una energía vitalista, una apasionada comunión con la
Ibsen, en pleno nihilismo. En la época a que nos estamos refiriendo, naturaleza y una desesperada voluntad de salvación. Aquí la exalta-
Strindberg ya ha escrito Esposos un texto ásperamente polémico
J ción es fría y turbia a un tiempo. Un aire viciado de sótanO
contra la institución matrimonial. A su actitud rebelde se mezclan recién abierto se desprende de esta procesión de fantasmas. En
preocupaciones de naturaleza socialista, pero lo que guiará su vida ¡ las máscaras de Ensor se podía rastrear una vena sanguínea y
de escritor en los años sucesivos será siempre el demonio de un prepotente y un espíritu burlón que conservaba un vigor al estilo
..' oscuro pesimismo moral. Su crítica de los «valores» burgueses de Ulenspiegel. Aquí la sangre es descolorida, como si se hubiera
es despiadada, a veces paroxística; una tras otra destruye las ilusiones ... helado en las venas.
1
Las vanguardias artísticas del siglo XX 47
46 AJaria De i\Jicheli
los signos de la crisis del siglo XIX se manifestaron con particular
Más cargado de angustia y terror es El grito, de 1893. El
evidencia y antes que en otros: eran signos de una crisis europea.
cuadro es famoso. En una litografía sobre el mismo tema realizada
Se cerraba así una época y otra se abría. Problemas de alcance
dos años más tarde. Munch escribió esta apostilla: ,,¡Siento el
histórico excepcional se planteaban a las naciones y a los pueblos.
grito de la naturaleza !» La deformación de la figura llega a un
Otras fuerzas entraban en liza. Los síntomas de la crisis muy
límite desconocido para la época. El hombre situado en primer
pronto dejarían paso a la crisis propiamente dicha. ¿Cómo se
plano con la boca abierta y las manos tapando los oídos para
comportarían los intelectuales? ¿Qué camino tomarían los artistas?
no escuchar su propio e incontenible grito, que es también el
Este era el interrogante que se alzaba a comienzos de siglo.
grito de la naturaleza, está reducido a-una mísera apariencia ondu-
lante en un paisaje de delirio. Aquí tambíén todo está basado
en la expresión: dibujo, color y composición.
Pero en Munch, como en Strindberg, estos contenidos de terror
se fundían con· actitudes polémicas aún más claras. Tal es el caso,
por ejemplo, de un cuadro como la Virgen de 1894-1895. La
dulce figura femenina de la iconografia católica ha desaparecido.
Munch pinta en su lugar el desnudo de una "mujer perdida»,
de una belleza depravada por los excesos sexuales y encuadrada
en una decoración, no de flores, ¡sino de serpenteantes espermato-
zoides!
No obstante, esta Virgell sacrílega es para 1'vlunch una "verdad»
que opone a las "mentiras» moralistas de una sociedad sin moraL
I~
~
Strindberg dirá: "Si se nace sin piel en los ojos, se ven la vida
y los hombres tal cuales son ... Y hay que ser una bestia inmunda
para prosperar aquí, en la inmundicia... ,,21.
Temas de muerte y temas eróticos, de un erotismo que irrumpe '. ·11'j
bajo la costra barnizada del puritanismo nórdico, ocupan a Munch 11
hasta 1909, cuando su actividad se ve interrumpida por una profun- h
11
da turbación psíquica que lo lleva a una casa de cura de Copenha- iI
H
~¡i
gue, y de la que sólo saldrá para refugiarse en la soledad de
un tlordo noruego, donde permanecerá hasta su muerte en 1944. ¡l.!
;¡l
Como le sucedió a Ensor, su actividad se aplacará y perderá agudeza
y fuerza en los años del siglo xx. En efecto, no era posible seguir !\i
viviendo en las condiciones de alarma en que hJbia vivido durante
casi veinte años. Este intenso período lo había extenuado, lo había
dejado exhausto y relegado para siempre, como Ensor, a la soledad.
Van Gogh, Ensor, Munch: tres artistas, tres destinos, tres hom-
bres unidos por el hilo de una historia, aunque distintos por su
!
consciencia, temperamento y ambiente formativo. En ellos -que
sin duda se cuentan entre los artistas más grandes de su época-
J
Capítulo 3

Los mitos de la evasión

Hacerse salvajes

El arte oficial burgués nace y se consolida cuando la burguesía,


una vez conquistado el poder, se prepara a defenderlo de cualquier
ataque. Es decir, nace en el momento en que la burguesía se
da cuenta «pe que todas las armas forjadas por ella contra el
feudalismo se volvían contra ella misma, de que todos los medios
\

de cultura alumbrados por ella se rebelaban contra su propia civiliza-


i
ción, de que todos los dioses que había creado la abandonaban»l. I
El arte oficial, pues, aun manteniendo a menudo una apariencia 1'[
realista, no podía ser más que antirrealista o pseudorrealista, en ¡.
cuanto que su función ya no era la expresión de la verdad, sino
1I
el ocultamiento de la misma. El arte oficial sólo tenía una función
iI
apologética y celebrativa; cubría con un velo de agradable hipocre- il
sía las cosas desagradables y tendía a dilatar la ilusión de las pasadas 11
virtudes cuando ya habían sido sustituidas por vicios profundos. :j
Ahora bien, si después .pe 1870 los productos de este arte oficial I
iI
se difundían descaradamente en el mercado de la cultura, cuando
el fenómeno adquirió 'consistencia fue a partir de los años inmediata-
¡i'
j

mente posteriores a 1848. Pero a esta manifestación de la cultura I


oficial se oponen vivamente los artistas más vivos y sensibles,
es decir, aquellos a "quienes había turbado profundamente el jaque
dado a las ideas revolucionarias. 1
En 1851, cuando el ministro Faucher instituyó una serie de
"" premios para obras teatrales «concebidas para la enseñanza de las
L
50 ¡'vIario De l\!fielze/i Las vanguardias artisticas del siglo XX 51

clases trabajadoras mediante la propaganda de ideas sanas y el a la Muerte para que se lo lleve a un lugar donde haya algo
espectáculo de los buenos ejemplos», Baudelaire protestó violenta- distinto de la aburrida vulgaridad del presente:
mente en un artículo titulado Los dramas y las nove/as honestas.
Planteaba el problema con admirable claridad y daba en el blanco ¡Oh ¡VIuerte, viejo capitán, ya es llOra! iLevemos anclas!
con una crítica despiadada: «Los premios académicos -escribía-, ¡Este país /105 aburre, oh ¡\;fuerte! ¡Despleguemos la ve/as!
los premios a la virtud, las condecoraciones, todos estos inventos Si el cie/o y e/mar son negros como la tinta,
del diablo, fomentan la hipocresía y frenan los impulsos espontáneos Nuestros corazones, que tú conoces, están colmados de luz.
de un corazón libre... ¿Quién impedtrá a dos desaprensivos ponerse
de acuerdo para ganar el premio Montyon? El uno simulará la ¡ Escáncianos tu ve¡¡eno para que nos reconforte!
miseria, el otro la caridad. En un premio oficial hay algo que Queremos, pues este fuego nos quema el cerebro,
hiere al hombre y a la humanidad y ofusca el pudor de la virtud. Hundirnos en el abismo, Irifiemo o Cielo, ¿qué importa?
Por lo que a mí se refiere nunca sería amigo de un hombre Hundirnos en lo Ignoto para hallar algo nuevo.
que hubiera ganado un premio a la virtud; tendría miedo de
encontrar en él un tirano implacable»2. Es, pues, la fuga de la civilización; es una fuga individual,
Días después de la publicación de este artículo, el 2 de diciembre, una solución individual, pues ya no hay «ideas generales». También
Luis Napoleón, presidente de la nueva república, llevaba a cabo Leconte de Lisle, en el prólogo a la primera edición de sus Poemes
el golpe de estado que debía restablecer el Imperio. La reacción antiques, publicados en 1852, había afirmado un concepto análogo:
de Baudelaire a este hecho es característica de una reacción más «La poesía realizada en el arte ya no parirá acciones heroícas;
general de los intelectuales. Con fecha de 5 de marzo de 1852, ya no inspi~ará virtudes sociales, pues la lengua sacra, reducida,
en una carta a su consejero judicial Ancelle, alcalde de Neuilly, como en toda época de decadencia literaria, a no expresar más
en cuyas listas electorales se hallaba inscrito, afirmaba: «N o me que mezquinas impresiones personales... ya no es capaz de enseñar
ha visto votar. Es una decisión que tomé espontáneamente. El
2 de diciembre me despoliticé. Ya no hay ideas generales. Que
al hombre.» Pero lo que en aquellos años aún era un prorrumpir I
¡ ¡.

todo París es orleanista es un hecho, pero a mí no me interesa.


lírico de los sentimientos o una amarga constatación, se transforma- i1
rá en el momento más agudo de la crisis en decísión real, en
Si hubiese votado no hubiera podido hacer otra cosa que votarme gesto y en acción. La poética de la acción se transformará con 11

a mí mismo. ¿Es que acaso el porvenir pertenece a los hombres ,¡,'.


bastante frecuencia en práctica de la evasión.
desclasados ?» 3. El caso de Rimbaud es el más típico: su renuncia a la poesía

!,
El distanciamiento de los mejores intelectuales de las posiciones
políticas y culturales de su propia clase es un distanciamiento
a los diecinueve años; su terca tentativa de embrutecerse para i!
volver a vivir en la sociedad acorazado contra sus ofensas (<<Regresa-
que durante largo tiempo les llevará a vivir una protesta hecha, ré con miembros de hierro, con la piel oscura, con ojos furibundos;
sobre todo, de evasión. Los primeros románticos ya habían llevado por la máscara que llevaré se me juzgará de una raza fuerte.
adelante la polémica contra el «burgués», pero, a menudo, se trataba Tendré oro, seré perezoso y brutal. Participaré en los asuntos
más de una actitud que de una convicción radical. Ahora, y de políticos. Salvado»). Su fuga a Africa y cada uno de sus gestos
forma decisiva después de 1870, tal actitud se colorea en numerosoS revelan plenamente el sentido de sus palabras: «Yo soy el que
casos de razones cada vez más específicas y sentidas. El rechazo sufre, el que se ha rebelado.» Y su rebelión fue completa. QlIÍso
del «mundo burgués» se vuelve un hecho concreto: es el rechazo arranci.rse de encima el cristianismo/ y las leyes «morales» que
de una sociedad, de unas costumbres, de una moral y de un rigen la sociedad en la que no se siente capaz de vivir: «Curas,
modo de vida. En su Voyage, escrito en 1859, Baudelaire invoca (1 profesores y maestros, os engañáis dándome en las manos la justicia.
52 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del si,t¿lo XX 53

Yo nunca fuicnstlano. Yo soy de la raza que cantaba durante de ella, fuera de su brutalidad, una felicidad. no contaminada e
el suplicio. Yo no entiendo las leyes, yo no tengo sentido moral. inocente. Sin embargo, para algunos, este mito se resuelve sólo
Yo soy un bruto.» en un pintoresco exotismo, en un estímulo literario, en un vago
Hacerse salvajes: he aquí uno de los maGOS para evadirse de deseo, como en Mailarmé: «Yo partiré. Bajel que meces tu arbola-
una sociedad que se ha vuelto insoportable. Es lo que también dura, leva anclas hacia una n::¡turaleza exótica»5; para otros, en
intentó hacer Paul Gauguin, dando a su empresa un carácter que po- Llna extrema y real tentativa de salvación. Aun en sus contradiccio-
dríamos llamar ejemplar. El mito del salvaje, especialmente en la nes, tal es el caso de Gauguin. Además, hay que añadir que,
cultUra francesa, no era realmente u;:;'-a novedad. Todo el siglo XVIII precisamente después de 1870, Francia -ya lejos de las premisas
está lleno de él. En la Ilustración el concepto de salvaje era un ideales de la gran Revolución-, estaba reconstituyendo su imperio
concepto activo, dirigido contra las constricciones de la sociedad colonial, que se había derrumbado con la caída de Napoleón.
feudal, contra los prejuicios de la moral corriente, en suma, contra De este hecho parte toda una fácil y unívoca producción artística
todo lo que intentaba deformar la libre y natural espontaneidad y literaria dedicada al exotismo. Pero no vale la pena ocuparse
del hombre. El hombre natural de Rousseau era la integración de esta producción «oficial».
del mito del buen salvaje en una ideología política. En la Revolu- En G:lUguin hay una acritud hacia la sociedad «criminal y
ción Francesa el estado vislumbrado por Rousseau se realizó incluso nnl organizada» y «gQj;J.ernada por el oro»6,J1-ª-Y_l:!.-n desprecio autén...
en la Constitución revolucionaria. El 14 de julio de 1790, en ti~o hacia la «lucha europea por el dinero». El, como Rimbaud,

el Campo de Marte, a continuación de la proclamación de los también piensa que el cristianismo cometió el error de «abolir la
Derechos del Hombre, en la gran fiesta había participado una confianza del hombre en sí mismo y en la belleza de los instintos
representación del género humano de la que formaba parte un primitivos». ~or ello, en la sociedad un~e siente desplazado y
negro, y cuatro años más tarde, el 17 de febrero de 1794, un «sal- ~!pbién él, an~de su fuga fi~~l,.intentª.J;¡~l!:!.gº~ deLs!:!.i~i9io
vaje», un negro de Santo Domingo, que gozaba de los mismos de- tomando arsénico. Estas razones hace~~~!:~~~I12.~.~eGauguin
rechos que un parisiense, formaba parte de la Asamblea Legislativa. nº._te~g~~.L..!2!10~..J:l.'Q.a sim pl~ªivag~.cj~I1...'.~in() qlle.adC¡l1i.c:.r:~
y mientras el presidente y los diputados lo abrazaban y besaban, un claro signifiGado_ª.~_cier111r1cia2.:
se oyó la voz de Robespierre, vibrante como siempre, que pronun- Gauguin inten!º- esta.~ª~iº~ILªº~ dir~rr.iºne.2;_hl primera,
ciaba estas palabras: «Presidente. En la primera fila de la tribuna ha~i;¡_~LIl1ito.de la espiritualidad pOPLllaL(;n_~.m-ºº)..e.?J;mcias
del público ha y una vieja negra que ha caíd,o en delirio por en Bretaña; J.a..~egll:'Q.C!~'..~r1el ~i~<2_-ªé:Lpril11itivo cOI1~lJsdos
la alegría que siente. Te invito a que ordenes a los secretarios viajes a Ta!1ÍtLY.'<::~I1......2.1:1...1}lt.ima estancia. _~!!_l~iÜ~0Ir1.ir1ique
que inmortalicen este hecho en las actas.» Y el presidente, a conti- del.;J..r<::hi pi~l;J.gºcie_laLMªr.q 1!é:~as,-dº.l1.d~. Il1.l1.riQ..en_Ir1.ªY2..sl.e 1901~
nuación, declaraba: «En nombre de la Revolución Francesa decreta- "A usted le gusta París -escribía a su amigo Schuffenecker-;
mos abolida la esclavitud en todos los territorios de Francia, en yo amo la Bretaña. En .ella encuentro lo salvaje, lo primitivo.»
todas sus colonias, para la eternidad de los tiempos»4. Y lo «primitivo» él lo descubría en los grandes crucifijos, toscos
No es éste el espíritu con el que ahora se contempla la vida y someros, ingenuamente místicos, esculpidos en la madera por
de los salvajes. El mito del buen salvaje ya no es un argumento mano,s artesanas y campesinas según antiguos esquemas hieráticos.
a usar para modificar una sociedad y darle un fundamento libre De toda Francia, la Bretaña era, sin duda, la región más elemental,
y natural. La sociedad parece ya irremediablemente perdida y la más rica en leyendas, la menos tocada por la civilización. Pero
el mito del buen salvaje es sólo un vehículo de evasión de aquélla. el aislamiento no era total ni aun en Bretaña. De aquí la decisión
\ de partir hacia las islas de Oceanía.
De mito convergente sobre la realidad social para modificarla, se I

transforma en mito divergente de tal realidad para reencontrar, fuera Quiere liberars·e de aquella lepra invisible que san los prejuicios
54 AIario De Micheli Las van~f!uardias artisticas del siglo XX 55

de una moral de conveniencia..t!ax~~.él un fervor místICo y AsLpues,..Q~vaiiiºJu:t~au.ggin tiene una caus~1,lJ1_...fin.


na tuJ.'1lis_~a__a1 mis.rl!.c:J_ ~it:I!1J:J~)._~~~~o n v e~i9_o_<:i~ha_b.~~~l~~.o . Lo que dará un tono trágico a su vida será su sangrtirnp.s.tuq~.a,
.Q:Lla..s__í.s.l~._ci~_Qs:~aT1ía.\l.n. paraísc).terrestre anterior al pecado sll.!~rnp5~iª-I!1~T1.t.º.2iº1~I!J9-,-pero todo ellÓ I1Q..~_.sJliI..c.i.~I2t~PªG'L
origin:l!. Dejars..e.p.enetrarpor la fuerza de ..esa..naturaleza significa c:.omJ~render e! sentido de su dr:ª.t.:!lª.o1ª_.Y:ITQ;:¡d..~L_qm~ ..I1º_es
J2.'1ra~l.!.~c:.~~~~12i~.:;si~_s.n_~i~,_p.t:J.r:in~ar:~_ A su memoria posible la evasión. Maurice MªJ.iDKU_~-ºi<::f_cru~_G-ªJdgill!L<:mt1Iiº
vuelven sus lecturas ilustradas, e! Emile de Rousseau, e! Voyage ª~ ha.mbre v de desesperaciÓ12.'>' Al fi!1-,lL~U:sl~I:I$l1aJ)í.a.C:º[.1y'ertido
autour du monde de Bougainville, el Sr¡pplément au voyage de Bougain- el1.1111 infierno. Pero lo que es claro e indiscutible es su obstinado
ville de Diderot: «La educación de' Emilio: ¡qué hueso duro de intento por superar, en la vida y en e! arte, la alienación del
roer para un montón de buenas gentes! Es la cadena más pesada hombre tal como se estaba verificando en la involución de la
que e! hombre haya intentado nunca romper. Yo mismo, en sociedad, que había abandonado sus premisas revolucionarias. La
Francia, no habría tenido valor ni siquiera para pensar en ello. experiencia de Gauguin será la experiencia de otros muchos artistas
En cambio, aquí todo se me ha hecho claro y sé mirar estas que, de modo confuso, buscaban la manera de vencer el progresivo
cosas con serenidad.» empobrecimiento de los valores humanos y de sus propios valores
El erotismo es el medio fundamental para llegar a tal perfecto espirituales, para salvaguardar su propia integridad, amenazada
contacto con el estado natural, pero se trata de un erotismo que por una lacerante realidad. ¡Cuántas fugas en busca de una pureza,
tiende a ser cósmico: «Aquellos demonios de griegos, que compren- de una virginidad y de un estado de gracia! ¡Y cuántos regresos
dían todo, habían imaginado un Anteo que recuperaba sus fuerzas amargos y desolados! ¡Cuántas derrotas!
tocando la tierra. La tierra, he ahí nuestra animalidad.» Confundirse SigUIendo los pasos de Gauguin, Kandinsky irá al norte de
con la naturaleza es lo que él intenta: «La civilización me abandona Africa; Nold~, a los mares de! Sur y al Japón; Pechstein, a las
poco a poco. Empiezo a pensar con sencillez, a no sentir más Islas Palaos, '\ la China y a la India; Segall, al Brasil; Klee y
que poco odio por mi prójimo, mejor aún, a amarlo. Tengo Macke, a Túnez; Barlach irá a vivir entre los pobres de la Rusia
todos los gozos de la vida libre, animal y humana. Huyo de meridional. Otros elegirán e! suicidio como solución: Kirchner,
lo ficticio, entro en la Naturaleza.» Lehmbruck ... Pero, ¿acaso no fue un intento de evasión a la pureza
En la casa en la que habría de morir había escrito en lengua de la naturaleza el retiro de Fattori a las marismas toscanas?
maorí: «Te Farurw>: Aquí se hace el amor. El amor se convierte ¿Sus boyeros no eran la versión provinciana de los maoríes de
para él en el anillo mágico que lo une al misterio que fermenta Gauguin? Naturalmente, no son sólo los artistas quienes huyen
en la vida del universo. Por ese motivo sostiene- ásperas polémicas de la civilización, ya definitivamente comprometida a sus ojos.
con los misioneros católicos que corrompen la «inocencia» de los También lo hacen escritores y poetas: Eluard intenta seguir la
habitantes de las islas. Contra los misioneros esculpe tablillas obsce- misma ruta que Gauguin en 1924. ¿Y no ha y un significado análogo
nas y se divierte enseñándolas a los salvajes. Pero hace algo más: o semejante al de Rimba.ud en la vida de gaucho, de carbonero,
llega a im pedir la entrada a los niños maoríes en la escuela misional, de minero, de policía, de gitano del séquito de un grupo de
gritando: «No necesitáis ninguna escuela; la escuela es la Natu- bossiaki rusos, de saltimbanqui, de gerente de un tiro al blanco
raleza». y de vagabundo por todos los países, que llevó Dino Campana
En suma, quiere defender a los salvajes de la «civilización»; antes de que sus días terminasen en el manicomio de Castel Pulci?
intenta convencerlos de que no paguen los impuestos, y cuando En estos artistas el mito de! salvaje y de lo primitivo son
se da cuenta de que los gendarmes, con e! tácito consentimiento 1 parte de UllJ JfJnosJ búsquedJ parJ reencontrJrse a sí mismos,
de las autoridades, se dedican al comercio de esclavos, se ve procesa- ~ su propia felicidad y su propia naturaleza de hombres fuera de
do y encarcelado .por protegerlos. I bs hipocresías, de los convencionalismos y de la corrupción. En
1
56 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 57

otros tiempos, en el fervor de una historia revolucionaria, fue es tado prerrevo1ucionario,al . gl1~t()p()rlll1~_<::i vilización desa pareci-
posible esperar changer la vie, como decía Rimbaud. Ahora, frustra- ~_-º_que está a punto de desaparecer y, port:lI1to, al gozo macabro
das aquellas esperanzas, era necesario hallar en otro lado una condi- por lo que revela en si los signos fatales de la mU..é:~_t<:. Si la
ción que no había sido posible crear dentro de las fronteras de -~posición a las duras contradicciones de la sociedad burguesa por
Europa. Inmerso en esta peripecia, halla explicación el grito más parte de un hombre de vanguardia se colorea con bastante frecuen-
angustiado de Rimb~ud: «La auténtica vida está ausente. Nosotros cia de socialismo, no ocurre así con la oposición del decadente.
no estamos en el mundo.» Y cuando esta operación resulte vana, y si, por casualidad, sale del estado de turbia degustación de
entonces ya no quedará más que elegir otros caminos y buscar la m uene, es casi siempre para dirigir su atención a los mitos
la libertad en el sueño o en el silencio del propio Yo interior más exasperados del nacionalismo. Basta pensar en Barres y en
o en soluciones metafisicas. D'Annunzio.
Para captar mejor esta diferencia basta comparar, no ya con
Van Gogh sino Gauguin, a un artista como Gu~ta.v~_!v10reau.
Vanguardia y decadentismo La «materia» que Moreau trata en sus lienzos es bastante semejante
a la tratada por Delacroix en muchas de sus obras: exotismo,
Así pues, gran parte de la vanguardia artlstlca europea tiene su voluptuosidad y muerte. Pero donde el romanticismo de Delacroix
origen en esta situación: al abandonar el terreno de su clase y ----;;rls~-ímpetuexaft:ab-atal «materia» infundiéndole una pasión
al no hallar otro al que trasplantar sus raíces, los artistas de dramática, el decadentismo de Moreau la enfriaba en una cerebral
la vanguardia se transforman en déracinés. Sin embargo, sería un lascivia 8 ~i siquiera sentía !linguna inclinación a romper los cáno-
error involucrar en un juicio apresurado a estos artistas con el nes formales de la tradición.. Le bastaban los maestros delpasa~o,
decadentismo tout court. Cierto que no 'pocas experiencias de van- que le daban {{todos» los consejos para no hacer un «arte pobre».
guardismo coinciden seriamente con las del decadentismo y forman Los temas del romanticismo se agotaban así en sus cuadros en
parte de él, pero existe un alma revolucionaria de la vanguardia algo estático y en un morboso sonambulismo que excluía de sí
(que, además, es auténtica alma) que no se puede de ninguna mane- la turbulencia de las pasiones o cualquier otro aspecto de vida
ra liquidar de modo tan expeditivo. La existencia de esta alma revolu- «natural».
cionaria se hará evidente cada vez que un artista de vanguardia El sentido del arte de Moreau fue ilustrado ampliamente por
encuentre con sus propias raíces un terreno histórico nuevamente Huysmans en el texto que, justamente, se ha considerado como
propicio, es decir, capaz de devolver la confianza que, no en la bibli~ del decadentismo: A rebours. En las págin<ls de Huysmans
la evasión, sino en la presencia a'ctiva dentro de la realidad, es no sólo queda claro el significado de los cuadros de Moreau,
la única salvación. sino que se puntualiza todo el clima del decadentismo con sus
En cambio, y sobre todo,_~n~~_e~ad~ntismº __h:lyuna actitud predilecciones y sus fobi;ts.
A~~g~~~~e:ll(;i3:;~_falt.3:.~~.LYivo ..2.e:!1tid_º~J:J:lJupturahistórica El Salón de 1876 marcó el éxito de Moreau. Huysmans imagina
~_~_I1QsJ:le:..m02..E~f~icL()~_l1~L(;I1_~l u na~xtenuación.eSRiritual que- d protagonista de A rebollrs, Des Esseintes, adquirió dos obras
más . que__ll!l_a_ill.s~lrge:ncia. En general, el decadentismo lleva a de Moreau y pasa largas horas de contemplación ante ellas. Sobre
sus últimas consecuencias el espíritu anti-ilustración de gran parte todo ante la Salomé, que Huysmans describe así; <<Surgía un trono
del romanticismo, ese mismo espíritu que ya había sido como semejante al altar mayor de una catedral, bajo innumerables bóvedas
la reacción al proceso revolucionario en marcha. _~.sj_pu_~,_~L~n salpicadas de columnas robustas como pilares románicos, esmaltadas
e: l defadentismose; P.1J_~ª_e;l1_h.3:!_I_a~_e}e:..1l1-ell.~<::ls_pQl~IIlic:()_s
__antiburgge- de azulejos polícromos, incrustadas de mosaicos, lapislázuli y sardó-
__ses, Juelen ser elementos que se remontan a la n~!~lgia_~e ~ nicas, en un palacio semejante"'::t una basílica, de una arquitecturJ
Las vangllardias artísticas del siglo XX 5<)
58 ¡'vIario De Miclzeli

endurecía sus músculos; la Bestia monstruosa, indiferente, irrespon-


a un tiempo musulmana y bizantina. En el centro del tabernáculo
que coronaba el altar precedido por escalones en semicírculo se sable e insensible, que envenenaba, como la griega Helena, todo
lo que era próximo, todo lo que veía, todo lo que tocaba» 9.
hallaba sentado el tetrarca Herodes tocado con una tiara, las piernas
Como se ve, esta visión penetrada de cruel libidinosidad, de
juntas y las manos apoyadas en las rodillas ... En torno a esta
neurosis sexual y de eretismo mental está muy lejos de Gauguin.
estatua inmóvil, fijada en una pose hierática de divinidad hindú,
En efecto, <ionde el exotismo de Gauguin encierr;l.. l.ul irI1p..'ll~(),
ardían perfumes que levantaban nubes de vapores, horadadas como
vital se anima con una actitud protestataria, el de Moreau es
por ojos de felinos por el fuego ª,.e las gemas encastradas en
sólo fruto de híbridas conmixtiones, d~'gu;t¿~s~~~Ú~g-~i=i'I~
el respaldo y los lados del trono. En el perverso olor de los
contaminaciones de misa negra 10. Sin embargo, nada de la auténtica
perfumes, en la atmósfera caldeada de aquella iglesia, Salomé,
con el brazo derecho doblado, con una gran flor de loto a la
problem.áti~;--d~~i-~';d;"d~la' ruptura de la unidad del siglo XIX
roza tan siquiera a los artistas como Moreau. En ellos no hay
altura de la cara, avanza lentamen te de puntillas a los acordes
más que un proceso de fosforescente descomposición de lo que,
de una guitarrá cuyas cuerdas rasguea una mL~er acurrucada. Con
rostro serio, solemne y casi augusto, Salomé comienza su lúbrica ya desde hacía tiempo, había dejado de vivir.
También un artista como Odilon Redon se puede incluir en
danza que debe despertar los sentidos adormecidos del viejo Hero-
el ámbito del decadentismo, por lo ~-~;;;s en una parte de su
des: los senos le ondean y, al con tacto con los collares agitados,
sus puntas se yerguen; en la piel húmeda de sudor los diamantes obra, no obstante ésta presente una agudeza que hace pensar en
puntos de aC~ranque interesantes. En opinión de Huysmans, los
se pegan con todo su brillo; los brazaletes, cintos y anillos escupen
centellas; en el vestido triun(11, tejido de perlas, recamado de dibujos de Redon «estaban al margen de todo; en su mayor parte
plata y laminado en oro, la coraza de la orfebrería, en la que saltaban más ,allá de los límites de la pintura, inauguraban una
cada malla es una gema, entra en combustión, entrelaza serpientes especialísima fantasía, una fantasía de enfermedad y de delirio ...
evocaban en la memoria... recuerdos de fiebre tifoidea, recuerdos
de fuego, hace hormiguear en la carne opaca y en la piel color
rosa de té espléndidos insectos de élitros fulgurantes, veteados de las noches ardientes, de las pa\'orosas visiones de la infancia»l1.
de carmín, punteados de amarillo aurora, jaspeados de azul acero, Delacroix, Durero, Rembrandt y Goya eran sus maestros. Pero
atigrados de verde pavo real. Concentrada, con los ojos fijos, una técnica consumadísima, una fantasía alucinada y monstruosa,
semejante a una sonámbula, ella no ve ni al tetrarca, ni a su dominada por una lógica abstracta y por una inteligencia rigurosa
madre, ni a la feroz Herodías que la vigila, ni al hermafrodita, de lo absurdo, daban vida a imágenes de playas tropicales invadidas
ni al eunuco, que con el sable empuñado está al pie del trono de voraz vegetación, a plantas desérticas, áridas y lunares, a fragosas
como una terrible figura velada hasta las mejillas, y cuya mama montañas de lava, en suma, a paisajes de misteriosos terrores,
de castrado pende como un pellejo de vino sobre la abigarrada o bien a figuras humanas vivientes en deformadas dimensiones
túnica color naranja ... En la obra de Moreau, Des Esseintes veía físicas y psicológicas y erJ ambiguas vivencias espirituales.
finalmente aquella Salomé sobrehumana y extraña que había soña-
Tal vez estas breves indicaciones puedan ya ofrecer una primera
do. Ya no era la bailarina que con una perversa torsión de las
caderas arranca a un viejo gritos de deseo y de gozo; que quiebra idea del decadentismo. Pero hay que añadir que el fenómeno
la energía y debilita la voluntad de un rey agitando los senos, es de amplitud europea y que los nombres que habría que sugerir
moviendo el vientre o con el escalofrío de unos muslos; era, son muy numerosos, tanto de literatos como de artistas: poetas
de alguna manera, la divinidad simbólica de la ii¡destructible Luju- como Stefan George en Alemania. Swinburne y Wilde en Inglate-
ria, la diosa de la inmortal Histeria, la Belleza maldita, elegida ,r' rra, Sologub y Zinaida Gippius en Rusia; pintores como Félicien
entre todas por la Catalepsi~' que ponía sus carnes rígidas y que Rops o los prerrafaelistas RosettÍ, H ugues o Millais. Los elementos
Las vanguardias artisticas del siglo XX 61
60 Mario De Micheli
Ya en su poema La conquista de las estrellas, de 1902, Marinetti
en que se basa su poética son siempre los mismos: espiritualismo,
denuncia su origen simbolista-decadente; pero aún más clara apare-
misticismo erótico, simbolismo, crueldad y rechazo romántico de
ce su filiación en su segundo poema Destrucción, escrito dos años
la chata «normalidad» burguesa. Un mundo de tlores venenosas,
más tarde. En este poema, hasta el mar se transmuta en mujer
de lívidos mohos, de maniquíes de cera, de espectros sulfúreos,
fatal, fría, lasciva, prototipo de la mujer creada por el decadentismo:
de mitos orientales, de pálidos, ambiguos y extenuados amantes
dominaba los versos y los lienzos de estos fieles oficiantes de
¡AJar! ¡Cortesana sublime!
la perdición decadentista.
¿A quién en tu borrascosa alcoba
Algo semejante representan en Italia D'Annunzio y Sartorio.
acogerás esta noche?
El poeta abruzo y el pintor romano se conocieron en' el ambiente
¿Quiél1 vendrá a acariciar las-- amenazadoras espiras
de las Cronache Bizantine de Sommaruga. Son los años en que
de tu werpa de serpiente? ¿Quién vendrá
D'Annunzio escribe Isaotta Guttadduro y el Poema paradisiaco los J
a morder ha.sta la sangre,
años del Trionfo de Ha morte y del ImlOcente. Todo lo que produjo
en un estertor de muerte,
'e! decadentismo inglés y francés, D'Annunzio lo recoge y lo ampli-
tus pechos de puntas de fuego
fica en sus poesías, en sus novelas y obras teatrales. En 1886 Sartorio
que saltan contra Dios, en las tempestades?
ilustra Isaotta Guttadduro y años después pinta sus mayores lienzos:
La Gorgona y los héroes y Diana de Efeso y"los esclavos, este último
Se podría fornur un singular y divertido tlorilegio de citas
inspirad0 en un cuadro de Moreau. Ecléctico, elegante y frígido,
hojeando este poema de Marinetti:
Sartorio mezclaba académicamente el prerrafelísmo, el clasicismo
alejandrino y el simbolismo. Muy pronto se convirtió en pintor
¡Oh! ¡Lúgubre, llÍcí?ubre coito
oficial, incomparable en adornar de idealismo a las damas de la
de un deseo .'of,relwmano,
aristocracia romana. El nuevo Estado italiano nacido de! Resurgi-
presa del tenebroso delirio de mis manos,
miento, y que se olvidó de Fattori, le encargó el friso de! Parlamen-
ante el idolo que se resquebraja,
to, que terminó en novecientos treinta días, pintando doscientas
setenta y cinco figuras de hombres y de animales _en cuatrocientos ahumado! .,.
¡ Lentos vagabundos de mis manos fascinadas,
metros de lienzo. Después de ello también fue diputado y llegó
que resbalan hacia la pipa que adormece... !
a tiempo para hacer el retrato de Mussolini a caballo en 1928 12 .
¡Oh, dispensadora del éxtasis pródigo del olvido!
LentasjilmalJas ... La pipa entre mis dedos asemejaba
En Italia hay bastantes artistás que, de alguna manera, bebieron
a un extrarlo y minIÍswlo miembro viril osijlcado ...
en la fuente del decadentismo, si bien se trata de artistas ya olvida-
Asi, un tiempo, amof mio, en tII carne cansada,
dos, como Giacomo Grosso, cuyo Supremo convegno produjo tanta
busqué olvido en las volcánicas
impresión en la Primera Bienal de Venecia en 1895. Pero, en
profundidades de la luj¡iTia, quebrantando
general, se trata sólo de diletantes del decadentismo. Más rico
el orgullo del pemamiento en mil torva.' manias
en motivos, aunque paródicos, es el caso de un poeta: nos referimos
y doblando la espalda como WI esclavo,
a Marinetti. En efecto, el padre del futurismo nace directamente
bajo el jlagelo de la lViuerte...
de los lívidos lomos de! decadentismo francés ruidosamente aliado
al «superhombrismo» nietzscheano. Hay que subrayar esto, ya que
Pero donde e! decadentismo marinettiano llega a su paroxismo
a su debido tiempo deberemos expresar un juicio acerca de este
es en ,\[¡~rarka el futllrista. En este libro, que en--algunos aspectos
movimiento artístico italiano.
62 ivIario De lvIicheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 63

puede considerarse como la caricatura de la novela Salammbó, de el rey negro, se convierte en cierto momento en «constructor
Flaubert, el gusto por lo atroz se vuelve grotesca ostentación, de pájaros mecánicos», es decir, de aeroplanos, y en uno de ellos
e! erotismo vaniloquio desenfrenado y Africa un bazar amanerado. levanta el vuelo y desaparece en e! cielo. El genio de Marinetti
Todo e! armamento del decadentismo es utilizado sin comedimien- no se detenía ante ningún obstáculo. De este modo asistimos a
to, desmesuradamente, con frenética y artificial gesticulación. Algu- la motorización del decadentismo en una página reveladora: «Yo
nos capítulos se han hecho famosos a causa de! proceso por ultraje construyo y doy el ser a mi hijo, pájaro invencible y gigantesco
al pudor que se le abrió en 1910 a la traduccíón del texto francés 13 . que tiene grandes alas flexibles hechas para abrazar las estrellas ...
No vale la pena citar las páginas que entonces fueron íncrimina- Trabajo en él con mí escalpelo durante la noche, a la claridad
das, pero puede ser útil a nuestro propósito releer un fragmento de las estrellas ... De día lo cubro con pieles de tigre, para que
en el que Magamal, hermano de Mafarka, se transforma en un los operarios no lo mancillen con sus míradas brutales ... Los herreros
monstruo de libidinosidad: «¿Dónde estaba Marabelli, la jovencísí- de Milmillah construyen bajo mi dirección una gran jaula de
ma prometida. de Magamal? Mafarka avanzó en la oscuridad hierro y de roble que debe defender a mi hijo de la rapacidad
de la cámara nupcial... Resbaló en una especie de légamo blando, del viento. Son dos mil, arrancados a latigazos de sus poblados,
y no comprendió. Pero un olor cálido y dulce de semen humano y subyugados por mi voz... Los tejedores de Lagahourso preparan,
y de putrefacción mordió sus fauces, y sus ojos, habítuados poco mientras tanto, la tela robusta y ligera que revestirá las grandes
a poco a la penumbra, identificaron los jírones de un cadáver alas palmeadas de mi hijo. Es una tela indestructible y que, a
femenino esparcidos por doquier a su alrededor, siniestramente, la luz del sol, se colorea con los diversos tonos del oro, de la
como una flagelación ... El lecho estaba todo manchado de una herrumbre y de la sangre.»
especie de fango escarlata y aparecía desfondado en una lu- y así Mar¡netti, después de la fuga al exotismo, regresaba
cha diabólica. Entre las almohadas empapadas en sangre se veían al orden de la !,burguesía industrial lombarda pilotando el pájaro
mechones de cabellos, vértebras y huesos que parecían haber sido mecánico de Mafarka. Su «estética de la máquina» se hará en gran
masticados por los dientes de un tigre en celo. Y Mafarka, con parte con las alas de este decadente ingenio volador; sus gritos
el corazón tembloroso, y como en sueños, miró largamente aquellos belicistas y sus frases patrioteras e intervencionistas estarán com pues-
míseros restos, de los que trasudaba un negro olor de lujuria. tas con los períodos de su novela africana.
¡Nada más, nada más quedaba de la divina Marabelli-Ciarciar l. ..
Pero una gran mancha OSCura atrajo su mirada llena de horror.
Allá arriba, bajo la bóveda, se entreveía una extraña forma abatida, Prirnitivisrno y negrisrno
agarrada al capitel de una columna: un monstruo negruzco que
parecía a un tiempo un gigantesco caracol y un colosal pájaro _J:)_e otro tipo eran el exotismo de Gauguin, la protesta de Van I
nocturno. Pero aquel mosntruo se contorsionaba como un gorila
colgado de una rama, con el cuerpo encogido y la cabeza hundida
entre los hombros ... Mafarka reconoció inmediatamente en el capi-
_c;ogl1, el moralismo~áustico y alucinado de Ensor y la rebelión
de! mismo Munch. La posición de estos artistas se alejaba tanto
del decadentismo macerado de ungüentos y de vicios mentales
,I
~
tel el cuerpo encogido de Magamal.» de los distintos Moreau como del decadentismo eufórico de los I
Esta novela de Marinetti se publicó al año siguiente de la Marinetti. Esto es, era una actitud de rebelión crítica contra una I1
aparición del primer iHalliJresto futurista. sociedad históricamente constituida, rebelión individual si se quiere, i
Así pues, en AIafarka, Marinetti no podía traicionar el movi- pero no en nombre de una pura negación nostálgica de épocas ~~
miento al que había dado vida. Por este motivo tuvo que introducir
en el desarrollo de su narración un significativo~hallazgo: Mafarka,
I
j
I ya pasadas ni, mucho menos, en apoyo de la situación vigente.
El exotismo de E?~()s artistas, de los pintores y escultores de I
ji
:1
Las vanguardias artísticas del siglo XX 65
64 Mario De Micheli

apoyos conseguía llegar a ser pintor. Así, quien poseía instinto,


vanguardia,. surgía, en . elLondo, .cie.!:!.~~ rep!Ilsi§I1_.a~tiya._En los
pero carecía de medios, se ponía a pintar aunque al mismo tiem po
...p.ri!I1eros años del .siglotal repulsión se fue haciendo cada vez
_~~~ radical, involucrando en el rechazo incluso muchQs . aspectos
desempeñase otro oficio. Este es el motivo por el cual, siendo bas-
cul~t1r:ales que. la historia precedente había fructuosaIllente creado.
tante raros en siglos precedentes, los pintores ingenuos fueron tan
_~e llegó incluso a rechazar en el cam po de las artes la gran herencia numerosOS a partir del siglo XIX.
Pero esto seguiría sin explicar el inesperado éxito que los pinto-
__figurativa de Europa occidental. En esta actitud polémica, vinculada
res ingenuos tuvieron a partir de los primeros años del siglo,
a específicas condiciones históricas, y nada más que en esto!.hunden
~u~ .raíces las investigaciones poética's de la auténtica vanguardia,
si no fuera por las razones que hemos expuesto.
El cándido mundo de Rousseau era aquel oasis de paz viva
la aspiración a un estado de pureza y la voluntad de hallar un
y serena que Gauguin había ido a buscar inútilmente a las islas
lenguaje virgen, al margen de la tradición contaminada y convertida
Marquesas. Un oasis que RO.l:l~~~~.lrabía hallado por gracia espon-
~~e~_~b~jo-patriinoniodel~~t~()!!cia1.Cuando Rimbaud escribía:
tánea, ignorando la desgarradora problemática que fluía de las
«Me parecían. risibles las' celebridades de la pintura y de la poesía
bruscas contradicciones de la historia. Nítido, pulido, esmaltado,
modernas; me gustaban las pinturas idiotas, los decorados de los
seguro y sereno, el mundo poético de Rousseau hacía brotar
saltimbanquis, las ilustraciones populares; me gustaba la literatura
del lienzo un mágico encanto, ofrecía una visión de frescura,
fuera de moda, el latín de iglesia, los libros eróticos sin ortografia;
de libertad espiritual, y representaba la evasión a una fábula humana,
las novelas de nuestros abuelos, los cuentos de hadas, los libros
a un reino sin tensiones, sin monstruos y sin violencias. Por esto
para niños y los viejos libretos de ópera, los estribillos insulsos
y los ritmos ingenuos», ya estaba inmerso en tal exigencia, que Rousseau tuvo tanto éxito.
Sus modos figurativos son libres y sueltos, siguen una fantasía
nacía de las condiciones reales de una situación. Tal vez esta
sin prejuicios, son todo lo que no era el arte oficial: espontaneidad,
~onfesión de Rimbaud haya sido la primera formulación de una
sinceridad y pu~eza. La admiración por sus cuadros es, pues, mayor
~éticaql1~.~.arcó el éxito de los pintores y escultores llamados
aun teniendo en cuenta la lucha abierta y violenta que se había
primitivos o ingenuos, los artistas-em ple;d~~:-~~~i~eros, barberos,
desencadenado contra toda academia, contra toda forma tradicional.
=-p~rt~ros,tenderos, albañiles, taberneros, campesinos, guardias mu-
De este modo, Rousseau se convierte en un símbolo" de esta lucha
_nicipales, 911~ J:intabanpor gusto y con inocencia de corazón
y abre la puerta de la historia del arte a todos sus hermanos
siempre que conseguían robar algunas horas a su trabajo cotidiano.
primitivos, a los que le preceden y a los que le siguen: a André
Esta orientación también llega de Francia y se extender~ poste-
Bauchant, Emile Blondel, Camille Bombois, Louis Déchelette,
riormente por toda Europa. Artistas ingenuos y primitivos o pinto-
Gertrude O'Brady y al italiano Metelli ... También el caso de
res domingueros siempre los hubo, esta es la verdad, pero como
Utrillo tiene aquí, en algunos aspectos, su explicación.
justamente observa Anatole Jakovski 14, antes de la abolición de
las corporaciones, si alguien sentía inclinación hacia la pintura
"'p_e...rºLsig!Ii_~nciQJ;lyí;lA~.1r_~cono<:in1ientod e~ pintura ingenua,
terminaba por entrar en algún «taller» de artista y, a través de
se llegó bastante más allá; se llegó a la valoración hiperbólica
un obligado aprendizaje, dejaba de ser un pintor ingenuo en poten-
del dibujQinfantil ydela actividad gráfica de los ~Eenadºs_:r~sulta­
cia para transformarse en profesional de la pintura. Y por ello,
.do extremo. ci!; la poética de la ev:asión. Para muchos artistas,
en el siglo XIX y a comienzos del xx los artistas ingenuos se
numerosoS indicios figurativos de esta índole constituyeron desde
multiplican. En efecto, la época burguesa-liberal ya no ofrecía
¡. los primeros años del siglo una fuente ilimitada de sugestiones.
las posibilidades de otro tiempo. Nos hallamos ya en la época
Bastará con dar los nombres de Klee y de Miró. Todo lo que
de los artistas individuales; el «taller» y las «corporaciones» se acaba-
podía ayudar a los artistas a alejarse de las reglas de una cultura -,.
ron. Sólo quien podía disfrutar de medio~ o de determinados
66 ¡VIario De lvliclze/i Las vanguardias artísticas del sig/ó XX 67

comprometida a sus ojos, era acogido y utilizado por ellos. Los entre las obras de las distintas razas, regiones y tribus ...J.::.<2..9 ue
verdes paraísos infantiles de los que había hablado Baudelaire se en a~lIQs_añQs..cor~~J2:l...e~a_.otT;l._<:.()sa. Era IaJ;¡~ci~~c:i~t:l_~.e_.u.na.
convirtieron así en otro asilo, en otro refugio. -",~Lól1_I1Jlev a" esp ej()d~_ uJl;,¡lt:l1.a.co lec tiva ,lib r~cI~.,tº.d ()_..YJ.llC.J¿1().
Un interés no distinto, y por los mismos moti',T,CJs,se manifes- de esclavitud, civil. No fue casualidad que Vlaminck o Matisse
. tó por el arte arcaico, en particular por la escultura arcaica. Los o cualquier otro «descubrieran» el arte negro.~LC!.t:~<:'1,1º.riI:r1Íento
descubrimientos que se hacían en aquellos años de intensas excava- ...e:..orrespondi<l_.a la exigencia gen~ral de los artistas de vanguardia,
ciones sacaban a la luz tesoros de obras primitivas que subyugaban ya que en tal exigencia se reflejaban todas las ra:':.Cl[les de la rebelión
con su novedad expresiva a los artistas. Todo lo que era «bárbaro», c:2ntra la cultura, los cánones y ,los c()nvencionalismos."'ige:nte:s.:..__
todo lo que no era Grecia clásica o Renacimiento o tradición A pollinaire cantaba en Zone:
vinculada a él, atraía con una insólita violencia. El modo con
el que los artistas se dirigían a lo arcaico, a lo bárbaro, al folklore Tú caminas hacia Autei!, quieres regresar a casa a pie
cam pesino y a las civilizaciones preclásicas no era siem pre el mismo para dormir entre tus fetiches de Oceanía y de Guinea:
y no siempre daba los mismos resultados, pero una vez más se Son los Cristo.' de otraforma y de otrafe,
basaba en el común denominador de la oposición al arte oficial 5011 los Cristos il~feriores de las oscuras esperallza.'.

o en el impulso a la evasión.
En este sentido, y sin lugar a dudas, la mayor influencia en _Hubo pintc)[es, como los cubistas. que deduj~r()I1_d.etarterr~gr:o_.
los artistas europeos la ejerció la escultura negra. _UD.90Jeq::iQI1 forI1lªhºb.r.e.--!º~.Io. Se vieron sacudidos principalmente
Según cuenta Francis Carca 15, fue Vlaminck quien «descubrió» por la enérgica fuerza de síntesis que en las máscaras y fetiches
en un bistrot de Bougival, hacia 1907, una escultura negra: llevó negros predominaba sobre cualquier valor plástico. De tal observa-
la estatua al estudio de Derain, que entonces era su compañero ción, estos artistas dedujeron la necesidad de construir el cuadro
inseparable, la colocó en un caballete, la miró y dijo: con modos m'ás decididos, con un dibujo más definido y más
-Es casi tan bella como la Venus de lvIi/o. marcado, y de crear tanto en la estatua como en el cuadro una
-No, es igualmente bella -respondió Derain. estructura firme y neta, precisamente como en las esculturas ne-
Al no lograr ponerse de acuerdo, los dos amigos fueron a gras. En efecto, se trataba de una lección sin precedentes. Insatisfe-
pedir su opinión a Picasso. Picasso, a su vez, miró la escultura, chos de las últimas espumas de la elocuencia romántica, así como
escuchó la opinión de Vlaminck y de Verain, y luego sentenció: del maripoko de tanto impresionismo fácil, reconocían en estas es-
-Los dos estáis equivocados: es más bella. tatuas bárbaras una enseñanza basada en un extremo vigor; com-
En opinión de otros historiadores del arte moderno, el «descubri- prendían que su eficacia dependía del hecho de que en tales escultu-
dor» fue Matisse, quien, en ese mismo año, al comprar en la ras el procedimiento narrativo se reducía a lo esencial: para los ar-
/JOutique de Heyman en /a me des RCllnes un fetiche africano, tistas negros no se trataba. de describir una emoción, sino de enun-
fue el primero en llamar la atención de los artistas hacia el arte ciarla sin fragmentarla o dispersarla en un multiplicarse de emocio-
negro 16. nes menores. Los modos plásticos negros eran medidos, secos y
Por entonces no se hacían demasiados distingos y se llamaba simplificados al máximo: anchos planos, volúmenes netos, defor-
«arte negro» tanto a la escultura africana como a la de los pueblos maciones someras. No había en ellos ninguna perífrasis ni ningún
de Oceanía, en particular de la Polinesia, de la que, con frecuencia, sofisma figurativo. En aquellas maderas negras, en aquellas estatuas
los mercaderes coloniales franceses traían algunas piezas en sus salidas de las manos de un salvaje, esculpidas por un tosco cuchillo
viajes de retorno a la patria. Sólo más tarde se empezó a marcar en una selva del Congo O en las islas de la Polinesia, la Imagen vi-
una diferencia de origen y a establecer una diversidad de carácter vía en la firmeza contraída de una forma absoluta. ji:\
;:
¿f
68 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 69

~~r~_ si los ar~~sta~ _St1~_lt1_~~o_3.:~E!an vida~._~ubismo dadaístas. Así, el eco de Rimbaud, el hacerse salvajes, sigue vislum-
la lección del arte negro era, sobre todo, de natllral:za formal, brándose en sus páginas: "Ojo: botón, ábrete ancho, redondo, agu-
_2_~ra otros, y de modo especial para los expresionistas, el arte do, para penetrar mis huesos y mi fe. Transforma mi país en plega-
,J1.egro tuvoun significado más profundo. Estos sintieron que el ria de júbilo o de angustia. Ojo de guata, entra en mi sangre. El
valor de este arte superaba los simples datos formales. Encontraron arte, en la infancia del tiempo, fue plegaria. Madera y piedra fue-
en estas estatuas, en estas máscaras anchas de ojos vacíos y dientes ron verdad. En el hombre yo veo la luna, las plantas, lo negro, el
a la vista, policromadas con! cr~t;l)roja y amarilla, algo que estaban metal, la estrella, el pez. ¡Cómo resbalan geométricamente los ele-
buscando. Sintieron palpitaren el corazón de los fetiches las oscu- mentos cósmicos! Deformar, bullir. La mano es fuerte, grande. La
ras potencias del cosmos. Lo que emanaba de aquellas esculturas, boca contiene la potencia de la oscuridad, sustancia invisible, bon-
el terror de la naturaleza, la amenaza incesante de las fiebres, dad, pavor, sabiduría, creación, fuego.»
de los vientos, de los ríos en marcha a través de las selvas, la En varios modos y en distinta medida, el exotismo, el negrismo,
primitiva tristeza de la muerte, impresionaba de modo especial el infantilismo y el arcaísmo fascinaron, en los primeros años
el espíritu de los expresionistas. En aquellas estatuas se reflejaban del siglo, a los artistas de toda Europa: Picasso, Léger, Lipchitz,
como en un lago negro. Parecía como si los artistas negros hubieran Laurens, Brancusi, Modigliani, Barlach, Martini, Kirchner, Heckel,
conseguido hacer aflorar en sus obras aquel sentimiento trágico Nolde, Pechstein, Klee, Miró..._J:Idirigir la atención, no sólo
de la existencia que ellos también querían expresar. ~~uge~tiones de los mitos primitivos tomados en sí mismos,
En esta interpretación de la escultura negra hay no pocas ilacio- _eLdecÍr,".ensus aspectQLclejpQc:cncia, de pureza y de lejanía
nes. En el fondo, los artistas europeos no hacían más que proyectar ~~Ja den9stada sociedad bllrgtlesa, sino también a las formas de
sus propios problemas, los problemas que más les angustiaban, que tales mitos se revesóan. c'L) una manera más de llevar adelante,
_ . . \ o', ", _. _ _ _ __ " .• _. __ .. .. _ ' •. •

~
'
sobre esta escultura. En cualquier cas~~)a influencia_~e:_~s~~_.~r:!~ hasta sus últimas conseclIcllCl.l'. la rebelión contra los módulos
fue de las mayores y más duraderas, debido también al interés _figurativos de la tradición C"lll\lpea,que, no obstante, había logrado
que, desde el princip~~~d~~;straron por el tema algunos poetas en el siglo XIX algunos resultados de gran madurez. Pero esto
cresi:ínados a jugar un gran papel en la vida artística e~r;pe~' de no era más que una consecuencia fatal. No era un capricho ni
~_vanguardia.:.Apollinaire Tzara. una excentricidad ni una extravagancia lo que guiaba a los artistas,
sino toda una serie de graves motivos. Y hasta cuando la actitud
Apollinaire fue el primero en escribir una serie de agudas levantisca asumió tonos de escarnio y eligió la vía del juego,
observaciones sobre la escultura negra -aunque discutibles desde de la mixtificación e incluso del cinismo, en ello se encerraban
un punto de vista cienófico- en el prólogo de un libro editado graves razones. El significado de qne viene a cargarse en este
por Paul Guillaume, el primer marchante de arte moderno que, período la conocida fórmula épater le bourgeois es, sin duda, indicati-
a partir de 1913, se ocupó en el terreno comercial de las esculturas vo. Escandalizar al bur:gués, gastarle bromas pesadas, ponerle la
africanas y oceánicas. Las observaciones de Apollinaire, sin embar- zancadilla al filisteo, poner en la picota al bienpensame, reír en
go, nacían, sobre todo, de preocupaciones estéticas de alguna mane- los funerales y llorar en las bodas, fue una práctica común de
ra separadas del mundo que representaban las esculturas de los los artistas de vanguardia, una práctica que tenía una raíz histórica
salvajes. En cambio, fue Tzara el que, en 1917 y 1918, insistió bastante más robusta de lo que se creía. Hasta el gesto de Max
en el significado poético de esra escultura íntimameme ligada a ]acob, que, según parece, pimaba infantiles cuadritos sirviéndose
la concepción del mundo propia de aquellos artistas primitivos de desagradables materias fisiológicas para luego venderlos a los
y de los pueblos a que pertenecía 17. Pero, naturalmente, también L turistas ricos, no carecía de una lógica histórica propia. Pero más
su interpretación no podía dejar de estar in~uida por sus humores 1 allá de estos gestos, la polémica y la protesta estaban ya a punto
I
70 i\lario De A1 ielzeU

de entrar en una fase de aspereza extrema y de turbadora agresIvI- Capítulo 4


dad. El artista tendía cada vez más a transformarse en signum
contradictiollis. De los síntomas aislados de la rebelión se pasaba, La protesta del expresÍonísrno
así, alseglllldo tiempo I es decir, a la organización de los movimientos
de la rebelión.
El expresionismo, el dadaísmo, el surrealismo de una parte,
y el cubismo, el futurismo y el abstractismo de otra, son los
«movimientos» en que este segundo tiempo se articula. La vida
de estos movimientos constituye, precisamente, la historia de las
vanguardias artísticas modernas.

Contra el optimismo positivista 1


Desde los últimos treinta años del pasado siglo hasta comienzos
del nuevo, el positivismo pareció ser el antídoto general contra
la crisis que se había producido en el cuerpo social de Europa.
Los congresos científicos, el vasto impulso industrial, las grandes
exposiciones universales, las grandes perforaciones de túneles y
canales y las exploraciones eran otras tantas banderas ondean tes
al viento impetuoso del Progreso. La conquista de la felicidad
por medio d'e la técnica pareció de ese modo ser el eslogan más II
seguro para difundir en los malos humores de los pueblos la
euforia de una perspectiva de paz y bienestar. Ciertamente, la J¡.
filosofia del progreso ya no tenía el significado de antaño, ya
no poseía el contenido enérgico y realista que habían sabido darle
1I
pensadores como Hobbes, Locke, Helvétius y d'Holbach; un conte-
nido no carente de ilusiones y, sin embargo, vivamente crítico
en el seno del movimiento histórico revolucionario de la burguesía.
Pero, precisamente por eso, ahora se había transformado en una
Ili
,1
I1
11
filosofia «conveniente».._Algunos años antes y con tintes místicos, '11
JI
Auguste Cornte la había acomodado a los tiempos nuevos, asegu- ji
1:
rando que la propaganda positivista sería capaz de «apagar una 11
,1"
actividad perturbadora transformando la agitación política en movi- ji
11
miento filosófico»l. Exactamente lo contrario de lo que había 1\
propuesto lvlarx, es decir, la transformación del filósofo en hombre
político. Se trataba, pues, de una doctrina de orden, que daba ti
ii
'1
~1
un tinte de espiritual entusiasmo a la sociedad burguesa en su 1i
-,.
fase de prepotente desarrollo económico.
72 Mario De i\!ficheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 73

Pero ni siquiera la predicación positivista logró ocultar las _st:guía siendo algoque_ habi<l_gll_e_!I1ir:lr:-_c1.e~ci~_~L~;(terior) para
contradicciones que se incubaban en el seno de la sociedad europea el expresionista,é?nC::~ll11Jio,-~r-ª;llg() __~nJ()qu<: hªl:>ía_gl1~~~~erse,
y que muy pronto desembocarían en la matanza de la Primera alg~~eJ1_~1Ji~~~ivir desd~~U ..rzter~L Elementos de naturaleza
Guerra Mundial. Filósofos, escritores y artistas, en la sensibilidad positivista también los había en Courbet, pero en los impresionistas,
de su alma, ya sentían los ecos de los primeros derrumbamientos y más aún en los divisionistas y puntillistas, tales elementos habían
subterráneos que preludiaban la rremenda catástrofe. Desde Nietz- sido llevados al extremo. «Pinto lo que veo», solía decir Courbet;
sche a Wedekind tendían a demostrar la falsedad del espeji~mo «es el ojo el que lo hace todo», repetía Renoir; «la pintura es
positivista y trataban de romper su tensa envoltura para descubrir una óptica», afirmaba con convicción Cézanne. Pero Seurat no
que, dentro de él, sólo se agitaban maléficas insidias. Su polémica se había dado por s'atisfecho con este «empirismo» y había querido
era unilateral, pero no por esto menos eficaz en su tarea de arrancar dar a este visibilismo, todavía demasiado espontáneo, un fundamen-
la pátina de la respetabilidad filistea y de poner al aire vicios to científico cuyas bases creyó encontrar en los textos de Chevreul
y miserias morales. sobre los contrastes simultáneos y en las obras de Helmholtz, de
El expresionisE1onac:~~o~~~~~a __~a~~~~otesta y de crítlca Maxwell y de otros, que leía en la biblioteca con asiduidad. En
L~~~p.-!"e~~l1de_~~r:~J2m~pue~~0 __aL pg~iti\Tismo. Se trata de un suma, Seurat había intentado poner la óptica cientifica al servicio
amplio movimiento que difícilmente se puede encerrar en una de la visión pictórica.
definición, o delimitar según la forma en que se manifiesta, como
se podría hacer en otros casos, por ejemplo, el cubismo. En efecto, Sin embargo, y en el fondo, más que el cientifismo pOSltlVIsta,
J2s modos en CJ.I!~~I~)(pr_~oni~!ll0~mal1jªest0J=11l~g.-2jguere-.: lo que molestaba a los expresionistas era el tono de felicidad,
mas agruparlos a grandes rasgos, son bastantes numerosos yyj\T~!:: de sensible hedonismo y de «ligereza» propio de algunos impresio-
~. La única manera de llegar a su comprensión es, pues, partir nistas y, en mayor medida, de muchos de sus vulgarizadores fuera
de sus contenidos, que, por lo demás, son todo menos unívocos. de Francia. En la realidad, en tal "felicidad», ignara de los problemas
pe todo~ modos, 12--'1~~f'.I:l~ª"~__c1.~~iL_~_t:'~~ra~~qu,:-_ el que se agitaban bajo la aparente calma del entramado social, se
11 .
expresionismo es, sin duda, un arte de oposición. manifestaba en última instancia el progresivo alejamiento del im-
Por tanto, su antipositivismo es, consecuentemente, antinatura-
lismo y antiimpresionismo, si bien, de hecho, son bastantes numero-
sos los elementos gue toma tanto del naturalismo como del impre-
sionismo. BastaEe~sarClu~l<:>spadresdirectos del ~}Cp~~j()nisD1o
presionismo de su matriz realista y, por e! contrario, su progresiva,
aunque lenta, adhesión a la «sustancia» de la ilusión positivista.
El primero que resumió eficazmente el sentido de estas observa-
ciones, tratando de dar al mismo tiempo una primera explicación
I
son Van Gogh,--~s0I:",__MuI"lchLg~ll1guil1,pa!~~ªar~~_ctle12tªde de la poética expresionista, fue Hermann Bahr, en su ensayo publi-
ello. Pero conviene reflexionar sobre la enunciación de la poética I
cado en 1916: "Nosotros ya no vivimos -escribía-; hemos vivido.
,1
naturalista de Zola en su ensayo sobre Le roman expérimenta!2) Ya no tenemos libertad, ya no sabemos decidirnos; el hombre 111
sobre su elogio del puro «documento humano» y su ideal de ha sido privado de! alma; la naturaleza ha ~sido privada del hombre ... 1
1
absoluta objetividad: «Se acabará por hacer sólo simples estudios Nunca hubo época más turbada por la desesperación y por el 1
¡¡
11q
sin peripecias ni desarrollo; el análisis de un año de existencia, horror de la muerte. Nunca un tan sepulcral silencio ha reinado "
la historia de una pasión, la biografía de un personaje, las notas en el mundo. Nunca el hombre fue tan pequeño. Nunca estuvo
acerca de su vida lógicamente clasificadas.» Entonces se comprende- más inquieto. Nunca la alegría estuvo tan ausente y la libertad
rán mejor los motivos antinaturalistas y antiimpr€sionistas del ex- más muerta. Y he aquí gritar la desesperación: el hombre pide
presIonIsmo. gritando su alma; un solo grito de angustia se e!eva de nuestro
.,.
En efecto, si para el artista naturalista e impresionista la realidad tiempo. También d arte grita en las tinieblas, pide socorro e
II11
Las vanguardias artisticas del siglo XX 75
74 ¡'viario De !vI iclzeli

de retorno de Pont-A ven, nos enseño. no sin misterio, la tapa


invoca al espmtu: es e! expresionismo. Nunca había sucedido
de una caja de cigarros en la que se podía ver un paisaje informe,
que una época se reflejase con tan nítida claridad, como la era
a fuerza de ser sintéticamente formulado, en violeta, bermellón.
del predominio burgués se reflejó en e! impresionismo ... El impresio-
verde veronés y otroS colores puros, tal como salen del tubo,
nismo es el despego del hombre de! espíritu; el impresionista
sin mezcla de blanco; '¿Cómo veis este árbol?', había dicho Gauguin
es el hombre degradado a la condición de gramófono del mundo
ante un rincón del bosque deAmour, '¿Verde? Entonces, poned
exterior. Se ha reprochado a los impresionistas que no 'terminaban'
verde, el verde más bello de vuestra paleta. ¿Y esta sombra?
sus cuadros. En realidad no terminaE. algo más: el acto de ver,
¿Más bien azul? Entonces no tengáis reparo en pintarla con el
ya que en la sociedad burguesa el hombre no lleva nunca a término
azul más intenso posible.. .' Asi, supimos que cada obra es una
su vida, llegando 'sólo a la mitad de la misma, exactamente allí
transposición, una caricatura, el equivalente apasionado de una sensa-
donde comienza la contribución de! hombre a la vida, de! mismo
ción recibida... El nos liberaba de todas las trabas que la idea
modo que e! aeto de ver se detiene en el punto en que el ojo
de copiar aportaba a nuestros instintos de pintores... Si estaba
debe responder a la pregunta que le ha sido hecha. 'El oído es
permitido pintar con bermellón aquel árbol que, en ese instante,
mudo, la boca es sorda -dice Goethe-, pero el ojo oye y habla'.
nos pareció de un rojo vivo, ¿por qué no traducir, exagerándolas,
El ojo de! impresionista sólo oye, no habla. Recibe la pregunta
las impresiones que justifican las metáforas de los poetas: afirmar
pero no responde; en vez de ojos, los im presionistas tienen dos
hasta la deformación la curva de un bello hombro, intensificar
pares de orejas, pero no tienen boca. Ya que el hombre de la
la blancura perlina de una tez, o endurecer una geometría de
edad burguesa no es más que oído, escucha al mundo, pero no
le lanza su aliento. No tiene boca: es incapaz de hablar del mundo, ramas no agitadas por el viento?...».
Fueronlos [en/ves quienes recibieron esta enseñanza de.Ya,::g~in,
de expresar la ley del mundo. Y he aquí que el expresionista
le vuelve a abrir la boca al hombre. Demasiado ha escuchado ~pIicá~~~~~n desenvuelta violeQ~ja: 10U!Juves ~Il maL~.~ilis!.a__
aún que los nabis. Estos -Bonnard, Denis, Vuillard, Ranson y
e! hombre en silencio: ahora quiere que e! espíritu responda»3.
Vallotton-, entre 1889 y 1895, se inclinabarr hacia un vago inte!ec-
Pero cuando Bahr escribía estas líneas, la guerra ya había estallado j
tualismo místico. Además de Gauguin, les encantaba el decadentis- 1
y e! determinismo positivista del progreso se había roto en mil

l
mo de Redon, el espiritualismo estirilizado de Puvis de Chavannes
pedazos en los campos de Europa donde chocaban los ejércitos
en liza. Los sentimientos y las ideas que Bahr exponía en su y el exotismo de los grabados japoneses. El refinamiento de estos
escrito hacía tiempo que estaban, sin embargo, en e! fondo del pintores y e! clima de algunos de sus cuadros de aquella época ji
alma de muchos artistas europeos. En Francia, por ejemplo, se hacen pensar en los prerrafaelistas, en William Monis y Burne-
Jones. Es decir, que espiritualmente eran más románticos que com-
¡\
hallaban en una situación espiritual muy semejante, ya a principios
de! siglo. pintores como Vlaminck y Rouault. prometidos en una instancia de vanguardia. Pintores intimistas,
JI
sobre todo, que en el último Bonnard tuvieron su representante !I
más alto y meriotorio, un creador de sutil y ambigua inspiración JI,¡
Ii
La situación francesa crepuscular, un evocador de desnudos poco más que adolescentes
realizados con una pintura tenaz y macerada y con un dibujo 11
II
En octubre de 1903, cuando se recibió la noticia de la muerte deliberadamente acre, cuyas re icencias contienen lascivias que id!
de Gauguin. Maurice Denis publicó en la revista Occident un artículo recuerdan al Verlaine de ParalIeiement, publicado precisamente en li
1I
titulado <,La influencia de Paul Gauguin». Entré otras cosas. este e! año en que se formaba el grupo de los nabis 5. I1
'1
artículo decía: «A comienzos de 1888 el nombre de Gauguin nos .J2~.EI:!.U'y_.di~_tiI1s()_carActe:re_r~la po_~tica de los jarlVes. La denomi- 11

fue revelado por Sérusier, uno del grupo de Le Pouldu 4, el cual. nación y'" el reconocimiento oficial de es~~_grupo de artistas se II
I1
JI
II
1,
It

Las vanguardias artisticas del siglo XX 77 ¡Ir

I
76 Mario De Micheli

el lienzo la violencia de sus propias emociones. La naturaleza


dieron en e! Salón de Otoño de 1905; sin embargo, su actividad

I
se remontaba a unos diez años antes 6. Matisse, Brague, Vlaminck, ;;-e ve avasallada por el ardor del artista, es arranéada de su inmovili-
dad y restituida al estado de incandescencia. Así pues, fauvismo
Derain, Friesz, Rouault, Marquet, Dufy y Van Dongen se sitúan
en e! ámbito de! fauvismo. Pero, en realidad, el fauve más conse- ~gnificªL.2º-Q.r.~..J:O--º.2,_la lib~Dlción cQ!D.pl~a d~Ll~[l1R.~IªII1~rlt()
cuente fue Vlaminck, y durante un cierto tiempo Derain, antes y del instinto. El auténtico [auve debería haber sido sólo.:t:I.n_;¡!1.~I!!;l1.
de que se aproximase al cubismo. Matisse, Braque, Marquet, Van pictórico. Por ellQ.,...!!Q~ªlJª.I!l~f~.fl.~.a una poética q~~J:)od~_~
Dongen y, más tarde, Dufy, no obstante el encendido cromatismo llamarse del natlJralismo subjetivo.«L~color~~ -escribía Derai!J...=
de su paleta, tenían más un alma impresionista o neoimpresionista
_~~~ra nosotros cartuchos de dinamita.» Dicho de otro modo,
¡¡
querían trasladar las sensaciones al lienzo con el máximo de explosi-
que fauve. Su visión era relajada, expresada con colores violentos,
pero calma y natural al mismo tiempo. Distinto fue el caso de vidad y de brutalidad.
«La ciencia mata la pintura» 9, sostenía Vlaminck. y algunos
Rouault que, más tarde, siempre declaró que nunca había sido
años después confesaba: «Mi pasión me permitía todas las audacias,
fauve.
todas las desvergüenzas contra los convencionalismos del oficio
En Matisse el sentido de}a me~.9-"L_~Lor,:!~~~~;¡_arIIlonía
de pintor. Quería provocar una revolución en las costumbres,
ya era vivo entonces: «Tengo ql~()!:l:~r:..~r.C!S:Il._~!1...I!!isideas ...
en la vida cotidiana, mostrar la naturaleza en libertad, liberarla
-escribía en 19~§.=:..I().9as las ~~~<j~!:l:~~. de.i<?_fl()~gue encuentro
de las viejas teorías y del clasicismo. No tenía otra exigencia
deben formar un acorde viviente decolores, . un;a.....ó1!:IIlQniaaIE1l0ga
que descubrir con la ayuda de nuevos medios las profundas relacio-
aTa"cre'u~;co~p(;s~i~-~~i~;'1~7~ Pa;~~~; 'pintura de semejante
nes que me vinculaban a la vieja tierra. Era un bárbaro tierno
planteamiento bastaban, pues, las indicaciones de Gauguin. «Noso-
y lleno de violencia. Traducía, instintivamente Y sin método,
tros queremos -sigue hablando Matisse- alcanzar un equilibrio
interior mediante la simplificación de las ideas y de las formas una verdad no, artística sino humana.»
figurativas»8. ¿No es como si en estas palabras se oyera el eco
de aquéllas otras de Gauguin: «El pintor plasma mediante la simplifi- En_~!<l.rn.i~_k este modo de cor:cebirJa_Eintura estal:~~~!t:c:~a­
¡
cación, mediante la síntesis de las impresiones, que son sometidas mente ligado a su.rno::l~c!:~C:()12c:~l:ir la_.'I..'iª.::t.YJ::t~Jel;lcione~sS'ci~~~~
a una idea general»? ¿Y cuántas veces no habló Gauguin de! «mágico ~0rI10ºt~()s...!!1.~_~ºs_~rtigas d~su épOC1YlarI1.inck era u.r1..3~a:r.q~is­
ta, pero no sólo un anarquista de! sentimien~o, sino un anarg~ist,:l
I
acorde» de los colores? 1\
de convicción política. Desde 1898 colaboraba en e! periódico
En efecto, Gauguirí creaba sus obras con calma interior. Su \1
Anarchie, y, más tarde, colaboró en e! Libertaire. Sus textos preferi-
sintetismo y su idea de la decoración eran un medio de eliminar
dos eran los de Zola, Nietzsche y Stirner, de quien había leído
con discernimiento la dispersión de! pensamiento y de la emoción 11
El único y Sil propiedad, hallándose de acuerdo, sobre todo, con
en e! exceso de los detalles. Todo esto permanecía en Matisse,
una definición de este libro: «El arte es individualista.» Como
despojado además de aquel ardor misterioso que emanaba de las
atinadamente observa Francis jourdain l0, el anarquismo no era
telas de Gauguin. En suma, en pintores como Matisse, Brag!l~,
una doctrina, sino una actitud del espíritu bastante imprecisa. La
Marquet o. Dufy la disposición naturalista seguía estando presente.
inconsistencia de bs tesis anarquistas permitía proclamarse Jiscípulos
Como se L'a dicho, sólo Vlaminck en Derain fueron
verdaderos fauves. de la anarquía a los personajes más dispares. Por ello, muchos
artistas, poetas y literatos se declaraban anarquistas o, por lo menos,
Para dIos e! cuadro no debía ser decoración.L!.~mposicj.É!!L().rcii!.'2L.
sino-S6Ioe~"p~~i6;;. ·A.ª-e~~s-(re ci~Q~~g~i;;~~ntactaban princiR.~ demostraban por entonces -al final del siglo pasado y comienzos

, de! presente- una abierta simpatía hacia e! anarquismo. Por un
mente _C:()_rl.......\T.:arl.Q.o gh-~().!J re.J:odo VIª-I!li[l~k..J!.G...~t~_mQdo ,..la_
pintura se cohv~erte para ellos en un m()do de jesencadenar s~bE.~ lado, ciertamente, era una actitud que se había puesto de moda,
Las vanguardias artísticas del siglo XX 79
78 ¡'viario De l'vlicheli

te definición es muy vaga. En ambos casos es más exacto insistir


pero, por otro, no se puede negar que la vida intelectual de
en el carácter de protesta que se desprende de su obra. Desde
la época estuviera seriamente penetrada por la idea anarquista,
este punto de vista, y por la intensa emotividad psicológica de
y esto era así en muchas partes de Europa. En Francia fue, sobre
todo, la revista de Vielé-Griffin, Elltretiells politiques et littéraires, su pintura, tanto en el caso de Vlaminck como en el de Rouault,
la revista de los simbolistas, la que propagó el culto del anarquismo se puede hablar sin vacilaciones de expresionismo.
entre los intelectuales.
Nacido en un sótano de París durante las matanzas de la «semana
Este es el clima en que Vlaminck vive. «Ser pintor -escribía-
no es una profesión, del mism()fl1o....42.-9.lle ngJC?_~~e.J: af@J:..c.Luist;, ªe_~~l1gLe~~~ C~!lluna, ~~~.;l~!!...~rece poner_~~b~~..:.~l1_.Los
':.l.lamorado, corredor, soñador o boxeador. J:s un caso de naturale- primeros años de su actividad, desde 1902 a 1914, bajo el signo
za» ..La libertad desenfrenada de la inspiración es, pues, la única de la acusación, de la ira y de la piedad hacia los pobres. El
ley que acepta, y, por ello, no quiso hacerse cubista. «El uniforme Rouault de este período puede definirse sin vacilar como .pÉ/tor
cubista -decía a Fels- es para mí demasiado militarista. El cuartel soei al.
me pone neurasténico y la disciplina cubista me recuerda demasiado I:os.pr.()b.)emas.<:sp~(:.íf:r.cc:>s_d~J()~Ja.t-tv<:~() J~ . . int<:'.l"..<:san J:!:lás
las palabras de mi padre: 'El cuartel te hará bien y te dará carác- ~ue en mínima medida. El color gritado, la eX..?)~~iÓrl_ de 1()2
ter'» u. r~jos, de los amarill~u_ de-.l~azules, la disposición cro~ática..
La ambición de Vlaminck era llegar a ser un «genio de suburbio», ~_I1(:.I1~_LE~ra_yJ.;l.... g~u~~~_pil1.c:.~~.da chorreante dell1~_~!tel1ec-el1
un «pintor popular». Sanguíneo, impulsivo y revoltoso, su salvaje ~na bú~~da f}gurati~~_q~_~.ª_~~ultiva. «Yo frecuenté la
escuela de Daumier antes de conocer a Rafael» 13, declaraba. y
~.::gría ~~cial se _mud~en breve tiempo en una sombría visi.fu!.,
junto a Da~mier podemos poner a Rembrandt y a Gaya. Insiste,
en una especie de cerrado fatalismo .....~u_in.cJ.jvidu.alismo se convirtió
cada vez más en misantro~. Su paleta abandonó muy pronto sobre todo,. en el dibujo, un dibujo plástic<:l,_l1.l1.a_lín~..9.ue_~~
los c~Lores [auves para hacerse más sc:>mbría y oscura. En sus retué:I:~e,9.ue vuelve sobre sí misma, que deformay__aP.r:~t~)a.
cuadros empezaron a aparecer los primeros huracanes, las nubes i~ªgen en un. nudo de cólera o de dolor. La paleta rutilante l1i
1

negras surcadas por sulfúreos resplandores, los horizontes negros, de los fauvesdistrae la atención del centro de la imagen: esto I!¡' .

los árboles esqueléticos reverberados por luminosos escalofríos. es lo que parece pensar Rouault en esa época. Así, 2'l2..J:~a.~,.... !
ji
y er1._ti..I:laisaj~~parecen casuchas miserables, aldeas hundidas en ~l1s__ gll.a~b~~Y.---;l~~~~!~s.....t~l1.<:i-~n_p.~é:ferentemente_~t111.a_t~11;tl.i~3!? ,-
1;

única, un «azul de metileno», que ora se aclara!._ora se h.~.e:. den~c:J'


I!
i'
una nieve sucia de carbón sobre un fondo de lejanas c~imeneas
sombrío, profundo. Entre la maraña de los.~gnos destaca y emerg~ li
d e_ªb.!.ic_a~L J:!:li~ntr~p()L~~~_l1<;~Jª}}gºs_aL pa~a_Ull._rniIlsro ,._IJIL__ I

campesino Su pesimismo anarcoide se hace pesado, monótono dramáticamente el núcleo figurativo, aparecen los ~yasos, las pros- ¡:1
tlt¿t;s·, -íosb;:;~~e;es-:-Y;s-prOI~t;n-o~ - - - - - - ------ ------ ¡¡
y desesperado. En algunos aspectos estos lienzos recuerdan los !'!
suburbios de Sironi, es decir, de un artista al que Vlaminck puede, Hay un componen~e del expresionismo de Rouault que no 'i
!!¡
de alguna manera, compararse por el carácter de sus contradiccio- se puede olvidar: es el com ponente que parte del decadentismo ¡:,
I
nes, y también como hombre. Hijo de padre f1amenco, parece católico francés, un movimiento contradictorio, pero rico en fuertes
que su pintura recoja los colores del Norte, los sombríos colores sugestiones y de no pocos elementos que, posteriormente, se revela- ¡I'1
del primer Van Gogh 12 . ron históricamente positivos. No nos referimos tanto a la línea 'i
La vena instintiva, anarcoide y populachera de Vlaminck hizo católica Huysmans-Claudel como a la de Bloy-Bernanos-Mauriac.
Rouault conoce a Huysmans en 1901 en la Abadía de Ligugé. ¡ii
decir a Pierre Mac Orlan que él «es pintor-delegado de los proleta- n
rios». PeíD esta definición se podía haber aplicado entonces y Huysmans se había convertido. Barbey d' Aurevilly, después de :i
haber leído A rebours, en un artículo publicado en Le Constitutiomzel !I!I
con mayor justicia al primer Rouault. Pero es eyidente que semejan-
;\
80 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 81

el 28 de julio de 1884, escribió: «Después de un libro semejante, relieve algunos elementos .esenciales hasta hacerlos preponderantes.
al autor no le queda más que elegir entre la boca de una pistola Rouault decía del «tit>2..lJurgués,'..:..«l:'Jo J~_r:~Rr:Qc:.h9_,~u_crtlelºad
y los pies de la Cruz.» Huysmans había elegido la Cruz, pero ni su ~goísmo, inconsciente a veces bajo una fingida b0.:r..d.!~:
no por esto el carácter de su decadentismo parecía muy cambiado. ~in(),2!1:~s bien el cuidado pedante que Rcme en creer. que es él
León Bloy era distinto, y será él quien ejerza una fuerte influencia d_9..tl e h~'~~'gi~'a-;'- 'la tie~~a-y--~iq~--e-;se--g;~~~stra"'t~.!L~l.c!~d
en Rouault. al pensar en la suya propia. C9,rrÜcºy_gr.9!.~~C:ºLáDº_PI~~I}ºi~Ia,
Bloy es un católico que se arrastra por el pecado, que vive además, baj,? una e~pecie,ª~.. º()l1h()I11i;¡_C:<lsi ~c.:erciº!511.~ºt1Y,ertiI~e
con prostitutas y gente miserable, devorado de un ardor místico en justiciero»16.
incontenible. Su visión del mundo está dominada por la concepción La comprensión, el amor, el reconocimiento de Rouault van
agustiniana. recogida por el jansenismo, de la humanidad massa e,g direccLóI1.....?-p,~~ta; van...haci~19.s_hijo:~:~~ s_~l~[~~~t()'.,F~~{~
damnationis. A pesar de ser católico, queda incluido en la defini- las víctimas de la injusticia:....Sin embargo, él dibuja y pinta las
ción verlainiana de los maudits. Pero su pesimismo cristiano de imágenes de la miseria sin ninguna intención apologética. Y, sin
convertido, erizado de anatemas e hijo de la crisis de los intelectuales embargo, en sus imágenes hay una fuerza premonitoria, una con-
después de la Comuna de París. no ha olvidado el babeufismo movedora piedad que las eleva a la altura de figuras simbólicas,
de su juventud. Sigue estando de parte de los pobres contra a doloridos símbolos de la humanidad. SusJ=<l.r'l"!p.l::~i.nos,.2l:l.~_ºbreros,
los ricos. Para él, los «dinamiteros alemanes o rusos no son más sus maternidade~I2.!:ol~ta.!i.<l.s..YJ<l.~f<l.I11ili<l~c:k.p.9brs:~ en 10s2uburQios
que los precursores» de la justicia final de Cristo, y bien justificada de París son en esos años sus temas favoritos. Es una realidad
está la revuelta de los desheredados contra los potentes. Bastante que siente común a su suerte de hombre y de artista.
diferente es, pues, la postura de León Bloy respecto a lo que
posteriormente será en Italia el conformismo de los «católicos-fieras» En esa época había en París bastantes artistas que pintaban
florentinos, los llamados «salvajes», Papini y Giuliotti. y dibujaban temas de este tipo. Las ideas socialistas se habían
Por ello, tiene una base bien fundada la observación de Dori- difundido; el movimiento obrero iba ampliando sus organizaciones.
val1 4 , que ve en algunos libros de Bloy un «comentario» insustituible Pero la gran tradición realista del arte había acabado, se había
de muchas obras de Rouault anteriores a la guerra del 14, si desmenuzado y disuelto en géneros menores, y se había refugiado
bien posteriormente Bloy, al observar las obras de Rouault inspira- en las viñetas. El anecdotismo de Denis Valverane, Jules Ad-
das en sus páginas, no quería reconocerles ningún parentesco con ler, Alfred Roll o Jean-Frant;:ois Raffaelli estaba muy lejos de
su espíritu: las veía aún más truculentas y desesp~radas. Cuando, los canteros de Courbet, de los campesinos de Millet, de los
~,ej~!:I1ploLBo2-~<l..~lt,_~!!_~U~alónck_ºtoñoA~J2Q:i, ..el mi~mo paisanos de Daumier. Sólo en los dibujos y en las litografias
Salón que c0!1.~~gr:a_b~~f1ci::l.ll!!~I1:!-e.<l.JosJE¡<'V.~~L eXE~lS(),~os..EQ1i!ptJ de Ibels y de Steinlen estOS motivos adquirían un carácter, una
1ª__parej5Lpe9lJ.~fí....9-bl..!!:g1l.~5L ..d.~~rÜ.ª_.ffi-.Ja seg!IDg.LP;nl~ _cI~.Ja agudeza nerviosa y una auténtica energía gráfica y poética, pero
Fel121r!.fl. EqtlV!~, .. ~..2t:l....J:3.12ye~cIjlJi<s~ __ ~(Parece._g u,e .es te .. artis ta no sin salir aún del ámbito de la ilustración. Estas obras no eran
~<l.be__c.:0nceºi!",r::!!ás que alroces Y vengativas, caricaturas. La..infar::!!i;¡ más que ecos de una gloria pasada. En Rouault, en cambio, los
burgllesa ejerce en él una ~;}.n. violenta repercusiém __ cle, hgrr9f contenidos del realismo seguían vivos: vivían en una situación
que su arte q~ed_<l....héOtiC!2_C!~,..!!!1l~g¡:.Setrataba de hacer Jo que de crisis, de inquietud, de pasión mística, pero vivían y, formalmen-
es más trágico, dos burgueses, hombre y mujer. .. El ha ~~h~ te, en el desquiciamiento de las reglas decimonónicas, conservaban
;' dos asesinos de barrio»15. Sin embargo, es dificil conseguir una una amplitud, un tono elevado y una visión no envilecida por
imagen más fiel al texto de Bloy: hay el mismo gusto por el to- ;' lo episódico. Y éste es un hecho que hay que constatar también
no sombrío y la misma manera de destacar la figura poniendo de en otros expresionistas de primer orden.
82 ¡'vIario De Mielzeh Las vanguardias artisticas del siglo XX 83

El mundo obrero ~l mundo_c!~_-l~E<:Jl:J.i:es es,_pues, un El hombre solitario


tema central de Rouault. A este mundo dedicó no sólo - - - - Regresa a su tugurio
nÚmero de obras figurativas, sino también una serie de poesías, Húmedo y triste
sencillas, descarnadas y elementales en su estructura, como sus cua- y se duerme con un suerlo pesado
dros, y, sin duda, válidas para ayudar a su comprensión, como Sin amor y sin suerlos.
estos versos publicados en 1914: y mañana volverá a hacer
Lo que hizo la vispera.
Duerme, amor mio, decía la líen;; madre,
y sueiia que la alegre primavera El camino sube al horizonte
Sucede al rudo invierno Flanqueado de árboles enclenques 18.
Odiado por la pobre gente.
Estos temas, junto ~o~l9_s de los it:I.eces_yJ2.~i.low~,.Y.ll..ebreQ
Suerla que en este triste barrio
.~~arecer en la serie de_!i.t:<:Jgrafia~d~_la._ºuer!L]"del Miserere,
Todo es bello, todo es lumitlOSo
realizadas entre 1914 1927. En estas hojas, la visión que Rouault
De lllla a otra plmta del mio
tiene de la vida se revela con toda su evidencia. Al mirarlas,
y que las ratas y los ratones
una tras otra, no se pueden alejar de la memoria los ecos de ciertas
Son sólo antiguas hadas
páginas de su amigo y maestro León Bloy: «En la horrible traslación
Que mmzana recobrarán
del útero al sepulcro que se ha dado en llamar vida, llena de
Sil brillante librea.
miserias, lutos, mentiras, desilusiones, traICiones, podredum-
Duerme, mi amor. bre...»19. Romult tiende a considerar esta declarada condición
Sólo la miseria te hará humana como una consecuencia del pecado, como el resultado
De padre y de madre. de que Dios está ausente del mundo. Pero no por esto sus imágenes
Pero ttÍ sigue soñando que la miseria no existe. son menos chirriantes ni la protesta que de ellas se alza es menos
fuerte. No obstante la transposición mística presente en ellas, estas
Duerme, mi amor. imágenes no esconden en absoluto su «nacimiento histórico». Es
TtÍ 110 tendrás en esta tierra más, esto es lo que las carga de auténtica fuerza. No ocurrirá
i'vIás que mis frágiles brazos por apoyo. lo mismo con las obras que Rouault, segÚn un modelo fijo, realizará
Pero no temas a la mala suerte. en general después de 1930. En la fórmu!:i de un medievalismo
Yo estoy aqld y velo decorativo su fuerza expresiva de un tiempo se irá destemplando
De la IlOche a la mmlana. cada vez más en densas pastas cromáticas de metódica repetición.
Pero no es de este Rouault del que nos interesa hablar. En el
Duerme, amor mio 17. discurso sobre el expresionismo sólo tiene una viva importancia
indicativa el estudio del primer Rouault. En efecto, él es el signo
U n breve poema como_~iv_e~tarr::~Léfl_rec:t".~el c1i:t".fl;l X_~l de cuán amplia y profunda fue la polémica antipositivista a comien-
paisaje de algunos de sus lienzos: zos de siglo, no liberándose de su impulso ni siquiera grupos
de intelectuales y de artistas católicos.
El camino sube al horizonte /
.r:!a!.lq ue_ado_:i~_4!.~<:J.(e~el.lcl eI1!l!1es.
84 Mario De Micheli Las vangllardias artísticas del siglo XX 85

En Alemania al oponer a los convencionalismos, a las normas, a la respetabilidad


y a la mentira de la vida burguesa, la sinceridad de las pasiones
Sin embarK~~l fenómeno del expresionismo se manifestó, sobre y la violencia de los im pulsos primitivos 22~
todo, en Alemania 2o . Aquí, e! régimen imperial, feudal y militarista En cambio, un ~(.;gllndQfkmm~Q~~_~lqm~jºsjg~Sr11a(.;xigeI1c:ia
de Guillermo II acentuaba todasí-;;;~';';od~~~com~;diZcio-;;-~~-~o-ci;=-­ de_~.ll..s~ge~~_;¡Ja._'y_¡¿lgaridady_ a ladufé~zad~Ja sociedad_civil,
les y políticas. La ideología pangermanista inculcad~por miles_ ~~fugiándose en el «reino inalienable del espíritu»,__doEcleninguna
de maestrOs y de profesores envenen:¡ba el espíritu de la juventud. fll~!:~..<:.xtern~p¡¿~ª~~Eetrar5_.11eva.~<:s0rgen. En literatura
En el curso de algunas décadas no sólo se había corrompido moral puede considerarse a Georg Trakl como e! exponente más alto
y políticamente la burguesía alemana, sino que también algunos de esta segunda tendencia.
estratos populares habían sufrido la influencia maléfica de los ideales Un tercer ele.l!1~nt.9__~s!_p..()!~L"<:"().!1Jrario, la oposición_~eti"',a
guillerminos de supremacía y de fuerza. El filisteo -se revestía de .eI1_~!ltido__<:É.~i~()_LP()I~mico~_co~obietivo~~~I'ecíficos e incluso _
atuendos heroicos, e! pequeño burgués adoraba la estirpe militarista políticos. Si queremos poner otro ejemplo literario citaríamos a
de los <1unkers». Alemania, cegada por un sueño de gloria y domi- Heinrich Mann. En su novela El súbdito escribió la más cáustica y
nio, marchaba a grandes pasos hacia la guerra. amarga sátira de su tiempo sobre Guillermo II; una requisitoria sin
En esta situación, el mesianismo socialista o socialistizante de medias tintas, cuyo blanco son e! ejército, las asociaciones políticas,
gran parte de la cultura alemana surgido en torno a la década las organizaciones económicas, la burocracia, la Iglesia y las corpora-
de 1880, que preveía una palingenesia del mundo no más allá ciones estudiantiles, en suma, toda la vida de la sociedad de su tiempo.
de finales de siglo, quedaba ya fuera de juego. La realidad era y todo ello con un estilo cortante,capaz de poner lo grotesco y carica-
muy otra, y ni la oposición socialdemócrata, cada día más vacilante, turesco al servicio de una mavor evidencia acusadora.
podía modificarla. De este modo, en el campo del arte y de Estas indicaC50nes literari;s sobre los tres elementos fundamenta-
la literatura, del naturalism~que a pesar de todo h?bía dado. les de la tendencia expresionista se refieren a los años que preceden
obrascomo Lostejedores, de Hauptrnann, y los grabados o las a la Primera Guerra Mundial. Son, pues, indicaciones de una
II to g~a'fi~s ¡re-fa pri~~;-k;;};: e-Ka II ~it;21~ .~~ P-i~~b.a2=Y_~!i~~~~E.~s situación en sus comienzos, destinada, sin embargo, a ampliarse
a~~cto~_..a.--!"!~vés de.~xasEeración de! mismo naturalismo, al y a poner tales elementos en su máximo relieve. Pero, desde ahora,
eXpreSIOnISmo. ~ª~mos_.~~i!:._~<:;tda_l!J1()_ª-e_e~t()~_~sp~<:tosJarano lir11it~I1os
Este paso tiene lugar de forma compleja y hasta confusa. Sin s010 a los ejemplos literarios, el nombre de tres artistas:
embargo, desde el comienzo es posible identificar, a nuestro juicio, Klee y Grosz. Son los nombres de tres expresionistas
~~g_llnos elementos característicos del expr~s_~~i~!11.()., t~J!iendo ~l() aJe.r11an~_ªe..J~.r11~s__ ~ignifica ti vos!'l~e_!-e~ur11en en sí e! sentido
__ Er~s~E.~~.9_~<:'Eorl_C?_ql1,:_r,:~p<:-,=-~<:st;]:.ép_()(;a~si~~p~e_nO_~E~Xe.r:.iIE..()s global de esta tel1-ª<::I}_~ia. ~'\un_~sí,sin embargo, estas indicaciones
a un grupo reducido de escritores y arti~tas--, l()s_IP~~_abiertos no pueden más9..11(;__ur1~lín.<:a_ ()rientativa.
:Y~~~ibl~~que--,~.~~~d~L()rff1~L~_e.!:~.:t,_~ic'¿;()~ab~Il_ali~so espkn- En efecto, e! problema es más arduo. Los tres elementos que
, d-.Clr:._~e.ll~E~E~()..gl1il1~EE:1il1(),-..a.~~1~jT<:~!2~~us ~~_umbres 1. a sus hemos enunciado, delineándolos de form:l.esquemática, no son
instituciones . C?rig~r:.ales ni se perciben en cada uno de los artistas e11. estado
Ciertamente,__~primer e!emento. es eJ deseJ!cadenami<:I1_CQ, _Pllf5-"J.:.En tales elementos podemos reconocer carácteres particulares
contra la chata vulgaridad de! filisteísmo burgués-guillermino, que ya hemos visto al describir los síntomas geñerales de la crisis
"
de_las RO tel}f.!ªLliJ2erado ras de lª_.!l.:tSll!:al.<:'?:ª-,_Q.~J_Lliºé:.rJa(Ly de la unidad de! siglo XIX y los mitos de la evasión derivados
de! instinto incapaz de sllfrir las. inhibiciones de_ uI1:ai:ahª---.IPQral. de ella. Sin embargo, en e! expresionismo alemán todo ello se
Eso es lo que ~rl el~~~~o hi~; ~n escrit;;-~;;~o Frank Wedekind, lleva hasta sus últimas consecuencias. Además, hay que añadir
86 AIario De ¡v[icheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 87

que caSI siempre, con mayor o menor intervención de uno o como aspiración la síntesis, y, dentro de ciertos límites, la realizó,
de otro, los mismos elementos se hallan mezclados en el seno pero al unirse las corrientes de vanguardia de la época sólo chispo-
de un mismo grupo o incluso en un solo artista. rrotearon pavesas instantáneas. Fue el arte del golpe de vista. No
Ya hemos recordado un texto fundamental de Hermann Bahr; faltaron los temas ni la habilidad. Con ligera desenvoltura se toma-
no será inútil recordar también un escrito, bastante menos conocido, ron los objetos y se descompusieron, y mediante una técnica avanza-
de Kasimir Edschmid, que su autor leyó como conferencia en da se entró en contacto con las cosas. Sin embargo, a menudo
diciembre de 1917 23 . Se trata de un t~:<to dedicado al expresionismo no se consiguieron más que efectos descriptivos. No se captó
en poesía, pero su vínculo con los problemas artísticos es tan la esencia de las cosas ni su último significado, porque el relámpago
estrecho que, incluso en este campo, es sumamente ilustrativo. de la creación sólo los había iluminado por un instante. En gestos
Sobre todo, este escrito, elaborado en plena guerra, ilustra de fulgurantes -instantes divinos-lo inmortal relampagueaba y desa-
forma inmejorable desde dentro de la experiencia expresionista parecía; era como oír la invocación de un alma fluctuante en
los caracteres y los elementos que hemos tomado en consideración. el aire y destinada a no encarnarse nunca. Nacieron efimeras visiones
Además, las razones de la polémica antinaturalista y antiim presionis- de belleza y gestos profundos; probablemente se logró un resultado
ta, ya expuestas por Bahr, son replanteadas por Edschmid con de belleza revelada por un instante, y, sin embargo, toda la época
mayor claridad y con el ímplícito reconocimiento del peso que quedó comprimida en el arco del particularismo impregnado de
el naturalismo de la década de 1880 tuvo en el nacimiento conceptos burgueses y sometido a las relaciones capitalistas... Sensa-
del expresionismo. «Después del romanticismo -escribe Edschmid- ción elemental y hecho descarnado, a eso quedan reducidos los
hubo un estancamiento; el espíritu burgués inició su parábola, temas con la llegada de los artistas de la nueva· corriente para
que ahora está concluyendo. La oleada del naturalismo, al abatirse los cuales el segundo, el instante en que se cumple la creación
sobre los epígonos exhaustos, dejó al desnudo la realidad sin maqui- impresionista es, sólo un granito sin peso en el molino del tiempo.
llaje ni máscaras ni hojas de parra, pero no llegó a captar su Ellos ya no se sentían vinculados a los conceptos y a las dificultades
esencia y no entendió el mensaje depositado en los objetos sensibles. ni a los dramas personales de la psique burguesa y capitalista.
Trab~ó sobre datos externos, sobre las apariencias, pero ¡con qué Dotados de una' vastísima sensibilidad, no sólo veían, sino que
fuerza! Hubo una lucha y un esfuerzo auténticos, si bien todo contemplaban; no fotografiaban: tenían visiones. La época de los
ello tuvo como centro el objeto, irrelevante a los fines de la ver- fuegos artificiales había terminado. En su lugar se alzó una llama
dadera obra de arte. La acción del naturalismo no debe ser juzgada duradera; 10 instantáneo era sustituido por la acción del tiempo
en sí misma, sino por el despertar a que dio lugar, pues devolvió y, en vez de presentar espléndidos desfiles circenses, se buscó una
vida a las cosas: casas, enfermedades, hombres, miseria, fábricas. peripecia no efimera. Se llegó, sobre todo, contra el fraccionamiento
A un sin reunirlas con lo eterno y sin im pregnarlas de la Idea, atomístico de los impresionistas, a un sentimiento del mundo de
no obstante las mencionó y las señaló. La época abría las mandíbulas gran apertura, que colocaba en una amplia visión a lo terrestre,
en' gesto de hambre. Al poner en evidencia ciertas exigencias a lo inmediato, y que abrazaba a hombres y sentimientos captando
propias del hombre, el naturalismo dio un paso hacia lo esencial. su esencia originaria... Para ello era precisa una configuración
Se permeó profundamente de socialidad; gritó ... hambre, prosti- realmente nueva del mundo del arte; era necesario construir una
tutas, epidemias, obreros. Aun sin tener conciencia de sus límites, nueva imagen del mundo que no fuera sólo un campo de experien-
no se dio por satisfecho con polemizar contra formas transitorias, cias como habían hecho los naturalistas, ni tuviese nada que ver
sino que persiguió ambiciones de creador. Creía poder prescindir con el espacio fr~lgmentado al modo impresionista: era necesario,
del Espíritu y comenzó una lucha de hormiga contra Dios. Y en cambio, que poseyese una sencillez propia y que por esto

I
eso fue lo que le perdió ... El recién llegado impresionismo tuvo fuese bella.
88 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del sice.lo XX ~l)

»Dios nos ha dado la tierra: un paisaje gigantesco. Es necesario como su oficio requiere: aparecerá sin perfumes ni colorete, Sin
saber percibirlo de forma que nos llegue intacto y nos demos bolso ni pierna que se contonee, pero la naturaleza de su carácter
cuenta de que no captamos su verdad en cuanto se nos aparece deberá resaltar tan viva en la sencillez de la forma que aparezca
como realidad exterior. Así pues, debemos construir la realidad, como saturada de todos los vicios, las pasiones, las bajezas y las
hallar el sentido del objeto y no contentarnos con el hecho supuesto, tragedias de que están hechos su corazón y su oficio. No tiene
imaginado o anotado. Es necesario que la imagen del mundo importancia conocerla en su existir cotidiano: el sombrero, el
se refleje íntegra y neta, y esto sólo puede verificarse a través modo de andar, los labios son eventualidades que no agotan la
de nosotros. - esencia de su carácter.
»El artista expresionista transfigura, así, todo el espacio. El no »El mundo ya existe; no tiene ningún sentido hacer una réplica
mira: ve; no cuenta: vive; no reproduce: recrea; no encuentra: de él. La función principal del artista consiste en indagar sus movi-
busca. La concatenación de los hechos -fábricas, casas, enfermeda- mientos más profundos y su significado fundamental, y en recrearlo.
des, prostitutas; gritos y hambre- es SUStituida por su transfigura- Cada hombre ya no es un individuo vinculado al deber, a la
ción. Los hechos adquieren importancia sólo en el momento moral, a la sociedad o a la familia. En este arte el hombre es
en que la mano del artista, que se tiende a través de ellos, al sólo una cosa, la más grande y la más mísera: es hombre. Esto
cerrarse, aferra lo que está detrás de ellos. El artista ve lo humano es lo nuevo y lo inédito en relación con otras épocas; de este
en las prostitutas y lo divino en las fábricas y vuelve a situar modo se sale de la concepción burguesa del mundo. Ya no hay
cada uno de los fenómenos en el conjunto del mundo. Nos da vínculos que mantengan oculto el rostro del hombre; ya no hay
la imagen íntima del objeto; el paisaje en que campea su arte episodios conyugales, ni tragedias fundadas en el contraste entre
es el gran Paraíso que Dios Creó en los orígenes del mundo y convencionalismos y necesidad de libertad, ni ambientes estrechos,
que es más rico, más variado e infinito que el que nuestra mirada, ni rígidos jefes; de oficina, ni oficiales vividores: marionetas que,
en su ciego empirismo, considera real, ambiente que no interesaría colgadas de los 'hilos de la visión psicológica del mundo, recitan,
describir, pero que de un modo mediato, si se busca lo profundo, ríen y sufren según las reglas, los puntos de vista, los errores
lo característico y lo maravilloso espiritual, ofrece nuevos intereses y los vicios de esta sociedad de hoy, fundada y construida por
y descubrimientos. hombres.
»Todo se relaciona con lo eterno. El enfermo ya no es sólo »Al cerrarse inexorablemente, la mano del artista lacera todas esas
el individuo que sufre, sino que se convierte eri la enfermedad eventualidades y los descubre como lo que son: [,chadas. De en-
misma; en su cuerpo se transparenta el dolor de todo lo creado tre bastidores, del yugo de un sentimiento falseado por los conven-

I
y sobre él desciende la piedad del creador. Una cosa ya no es cionalismos tradicionales, sale el hombre y basta, no el animal
sólo materia, piedra, panorama o un cuadrilátero con los atributos rubio, ni el salvaje primitivo, sino el hombre puro y simple. Su co-
de la belleza o de la fealdad. La cosa se libera de todo esto; es razón se ensancha, sus pulmones se abren; se abandona a lo crea-
indagada en su característica esencia hasta llegar a su aspecto más do, del cual no es una parte, sino que se mueve en él del mismo
íntimo; hasta que la Casa se abre y se libera de la obtusa opresión modo que él lo refleja. Su vida se regula sin necesidad de lógica, J
de una verdad errónea; hasta que es registrada hasta el último rin- sin raciocinio, sin los impedimentos de la moral ni de la casualidad, I
~
Cón y pasa a través del tamii de aquella expresión que r~velará su y únicamente según la amplia medida de su sentimiento. Mediante ft
significado fundamental, acaso a expensas de la verosimilitud; hasta esta extroversión de su interior se vincub a todo: contiene el I
~
que se eleva o precipita, se estira o se encoge; hasta que, en suma, mundo, tiene en sí la tierra; sus piernas echan raíces en ella mientras
~
¡¡
se realiza lo que en ella duerme en estado de posibilidad. / la rebasa, y su fervor abraza lo visible y lo ya visto. El hombre,
~
»Una prostituta ya no se representa arreglada y maq~illada de nuevo, se siente animado de un sentimiento vasto e inmediato.
I~
j
90 ¡'vIario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 91

He!o aquí, con su corazón tan aferrable; lo atraviesan oleadas Pero, como Novalis, Edschmid también se asoma a una solución
de una sangre tan genuina que parece tener el corazón pintado espiritualista, de éxtasis interior y de visión purificada de los acciden-
en e! pecho. Ya no es un personaje, sino un hombre de veras, tes más deteriorados de la experiencia. En sus páginas estos dos
situado en e! cosmos, pero con sensibilidad cósmica; no se preocupa aspectos se confunden. Sin embargo, ni uno ni otro de tales aspectos
por vivir su vida, la atraviesa; no reflexiona sobre sí ,mismo, excluye aún la presencia de una verdad histórica, aunque en ellos
sino que se vive a sí mismo; no da vueltas alrededor de las cosas, haya un potente impulso a saltar por encima de ella para apoderarse
las capta en su centro. No es inhumano ni sobrehumano; sólo metafisicamente de una esencia absoluta. La urgente instancia a
es hombre, cobarde y valiente, generoso y vil, bueno, trivial y hacer diana en e! centro de la realidad, a no quedarse en la periferia,
magnífico, tal como Dios lo dejó en e! momento de la creación. venía de una justa reacción contra el arte oficial, epidérmico por
Todas las cosas le son próximas, habituado como está a escrutar constitución; venía del contraste con un impresionismo cada vez
su significado y su auténtica esencia. No tiene inhibiciones, ama más exterior. Se trataba de hacer presión sobre la realidad para
y combate de .modo directo; sólo la fuerza de su sentimiento que de ella manase su latente secreto. En este hacer presión está
lo guía y lo dirige, y no un pensamiento contaminado. Por ello, e! origen típico de la deformación expresionista que se remonta
puede llegar a exaltarse y a hacer nacer en su espíritu grandes particularmente a Van Gogh y a Munch. Por tanto, si la realidad
visiones; llega a Dios como a la cima del sentimiento que sólo a que se hacía frente era una realidad no imaginada sino histórica,
se puede alcanzar a través de éxtasis espirituales jamás probados. el núcleo que brotaba de ella no podía dejar de ser hijo suyo,
Y, sin embargo, estos hombres no son unos insensatos; es que a pesar de que la operación creativa estuviese empapada de sugestio-
el proceso de su pensamiento discurre de una manera especial; nes místicas o existenciales. Sin duda éste es el lado más rico,
están incontaminados, no piensan por reflejo. No experimentan en más válido y más denso de posibilidades de desarrollo del expresio-
círculo ni reflejando otros ecos: experimentan de modo directo»24. nismo, y no sól? del expresionismo alemán. Es evidente que su
fruto está íntimamente ligado a la mayor fuerza de verdad no
En este fragmento se aclaran aún más algunos de los caracteres mistificada que el artista haya sabido sacar ex natura rerum. Cierta-
dominantes de la tendencia expresionista. Entre otras cosas, en mente, en este acto creativo el artista expresionista se siente involu-
las afirmaciones de Edschmid se hace patente una enérgica «deshisto- crado en la cosa misma, se siente parte de ella. Por tanto, el
rización» de! sentimiento; es el camino hacia una concepción exis- elemento subjetivista está acentuado, pero al mismo tiempo, en
tencial de! arte: captar en la realidad, bajo la cáscara de lo transitorio, muchos casos, tal subjetivismo también está al servicio de la acentua-
su núcleo eterno e mmutable. Por esta vía, a fuerza de eliminar ción de la verdad contenida en la situación de lo real.
las deformaciones históricas de la existencia, se llegará a identificar
lo eterno con un mero dato fisiológico indiferenciado, con un Los artistas expresionistas reciben muchas influencias ideológi-
vago psicologismo, con un puro sentirse vivir, en e! fondo del cas, en primer lugar la d~ Nietzsche. Su brillante pero confuso
cllal sólo hay los grumos palpitantes del instinto. Nos hallamos, nihilismo neorromántico, del que emergen también ásperos ataques
pues, en última instancia, en un proceso de transformación mística contra los «valores» de la sociedad burguesa, sugestiona a los mejores
del naturalismo. El último punto de arribada de semejante proceso escritores, poetas y artistas de la época, desde Thomas Mann hasta I
~
puede identificarse en el actual informalismo. Desde este punto
de vista, pues, se recae en una posición de decadentismo neorromán-
Grosz. Strindberg y Munch tampoco se libraron de su fascinación.
En 1888 y 1889 Strindberg mantuvo correspondencia con él, y
I~

tico. No es casualidad que uno de los autores más estimados en 1906 Munch hizo su retrato partiendo de una fotografia. Trae- I
por Edschmid sea Novalis, al que Heine definía como ('un espantoso
grito de angustia en veinte volúmenes».
mos aquí a colación a Strindberg y a Munch porque ambos ejercie- I
~
ron una fuerte influencia en e! expresionismo alemán. En aquel ¡<
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'!
~
Las vanguardias artísticas del siglo XX 93
92 Mario De Micheli

que en 1899 frecuentó la Academia Julian de París, de la que


tiempo era bastante dificil aislar críticamente el centro reaccionario
de la filosofia nietzscheana que posteriormente sirvió al hitlerismo. habían salido Vuillard y Bonnard.
Entonces se veía en Nietzsche al enemigo de los historiadores
pruso-alemanes, al pensador que se había burlado de Bismarck
y había defendido a los judíos del antisemitismo del profesor El grupo «Die Brücke»
berlinés Eugen Dühring, y al escritor que arremetía contra la
-ª-p~JJ:leI., g~~.de expresionistas alemal1 es()rganizado fue el
estúpida presunción de los advenedizos de la época guillcrm ina:!5.
gue en 1905 tom~.. ~l. nombre de Die Briícke . El
Las paradojas de Zaratustra tenían fUerza persuasiva, sobre todo,
Jir_upo.es,rll,:~,contemporáneo al Salón en el que los fauves re-
por la violencia con que volvían del revés los conceptos y los
lugares comunes de la moral corriente. Sin embargo, ello no ci bie~~n._E.~a II tisfJ1s>..si~_);:¡_~Eí ~i~,<I.: S iI1....~ITlIJ_a.r:g<?,!._el~l1~tl~,I1tE~
obsta para que las ideas más negativas del pensamiento nietzscheano
de~us J~J.I1,cl;:¡~().E~~. se remontaba a alg.t:!nos~i'ios ...<IJ:1_t~~.~~!~º.?,
según Kirchner, el cual trazará más tarde una esquemática crónica
penetrasen en.la cultura alemana del expresionismo. Tampoco
de las peripecias del grupo 27 ..J:;¡'..J:l.¡;úón..Iu_v()_Jugar_.eI1ºI~.sº~,
hay que olvidar que, precisamente en esos años, empiezan a aparecer
algunas de las obras más importantes de Freud, cuyos análisis Y._~ll.s._fll.f.l~<:l.CJ.~.~ !~<:l~m á~_.<:l.~1fi!~h..l1..er ,_fll.~r.9.f.l.J?leye, .I-Ie<:k,eLy
ejercieron una indudable fascinación en determinados ambientes ~ch1!1jdt-~CJ.1:~l~ff,.~}os_qu~~<:'.llI1i~~~n~n 1906 N~!c:l~_y_R~~h~!ei~
y, en 1910, Otto !\ttiDk~.:. V.!n_DoI2.ge_rl1..qtl~__ l1;¡bía,..'::~Pll.ess() __ junto
culturales y, por tanto, más o menos directamente, en los artistas 26.
con jV1;:¡s.~~e,YlamiJ:1ck.Lp~raiI1_y .. ().tros._fraI1c.~ses_ ..~n, . .eL~aléJnde
Pero la mayor inf1uencia sobre los ~res~~n~s.~.a.s_~~manes.~ Otoño de también fue miembro de Die Brücke al año siguiente
ejercieron_!~s~rtistas fr~ceses, Van GoglJ.......Y._J-.'tunch. De todos
"y'~irvió de int~rmediari<2...5:()EJQ~fi1¡jve!.:
ms>.do~s obviS>9.11etaljI1f1uencia n<:)ha_~ria_pºslislº~I::..~~profun­
Qué signifitado se encerraba en esta simbólica denominación
9:~ si no hubiesé:~!1c()g~radº_!lll.!ern:noy-ª-p.s~parado·y orientado
nos lo dice la carta con la que el grupo invitaba a Emil Nolde
~n sentido expresionista. Munch fll<:,--..E~c:>J)~~l<::_JJ:l~I1t.~, el pri!Uero
a formar parte de él: «Uno de los objetivos de Die Brücke es
que en Alemania presentó una imagen sobrecQg.edoB!...ct~PÍJ:Hillª.
el de atraer a sí a todos los elementos revolucionarios y en fermento,
Su exposición de 1892 en Berlín, en la ..9.~~X:.l2~2..~_~incl!~nt~
y esto lo dice su mismo nombre: puente.» Tal era, pues, el sentido
cuadros, impresionó profundamente a más A~nlln_;:¡~!is~;:¡.:. Cuand<:>.
de la denominación, pero no eran tan claras las bases ideológicas
se exigió que se descolgasen sus cuadr~~!.!.º<:!g~lgUé.'1.~nes se
que debían mantener unido al grupo. ]:losi1Jlemente, el común
~ieron de s!:!..Jlarte y así se llegó a E..ill..I1da~.~I1.E~Ja~ec~~i.é>I1
terr~no..9..~.eIl~endimientoera,~~~re_to~c:>! e. l imPlllso d<:_des~~..c::~~.éJ.rl
berlinesa. Munch halló en Ale~a.?J~s.1l~~gunda.p~~r.i:l:..grl_!205
de las viejas reglas y de realización de la espontaneidad de la
salió su primera monografía en Munich. Por lo demás, ya había
ins.piració;~{g;-~f q ~~--l;~fa¡lVes, . cada u~o-;'-t'~;~-des~'--'--' i
estado en Berlín anteriormente junto con Strindberg, y en 1890
pintó allí uno de sus cuadros más alucinantes: Ce/os.
temp<:rame~c:>. Kirchner, que prácticamente fue el jefe del grupo, I
Pero además de las exposiciones de Munch, debemos referirnos
escribía: «La pintura es el arte que representa en un plano un
I
tamW~; las._~<:._Yi~=G.~gh,--º-;:¡.!:!glli!J:nY.C::ézanne~el1 . 1\1 uf.li~h ,
..é:I1.lJ.Q4; las d0an.Qogh en Drescl<::, en 1905, y_en.13~rlín'.ner1
fenómeno sensible... El pintor transforma en obra de arte la concep-
ción de su experiencia. Con un cominuo ejercicio aprende a usar I
~ 908; las de Matisse en 1907 y 1909, respectivamente en Berlín
y Mll.nlc:.h, donde, en el mismo año, s':~()I1tó9_~:l.Ae:.J=_ézaI1l1e.
sus propios medios. No hay reglas fijas para esto. Las reglas para
una obra sola se forman durante el trabajo, y a través de la I
li
personalidad del creador, la manera de su técnica y el fin que ~
A ello hay que añadir los frecuentes contactos de los artistas alema- ~
se propone... La sublimación instintiva de la forma en el hecho ~
nes con París. Así, Paula Modersohn vivió en París en varios
períodos, entre 1899 y 1906, donde descubrió a. Gauguin; y Nolde,
..,. sensible se traduce impulsivamente al pIano»28. Así pues,_~~_t.rat~l. ~
l'
:1
94 ¡'vIario De ¡'vIichefi Las vanguardias artísticas del siglo XX 95

de la destrucción de todo canon~qLle pudiera obstaculi~~rclaiLui<:l~ -ªL~~.t!!!ado <i~i!!1p.e.lc_epQHe.sªe?<:.;l.!:g~ervig?a.L Sus cocottes J sus
manifest~<:iº!1~.ct~J~-i.~pjraci2!1_iJ:l.I11_ecii_at~Es uno de los ~tos hombres gue pasean tie-f1.~J:l.tl!1~aJ!1~c:~nic_~<:l~.g~iE:o.)~.s~~ son 2.e:.~~
de ~1rti9_~~ª_~Jª_.po_étic}_.sl.~L~xlJ.!"~s.i()~J:l.is!ll0:el no poder sufrir ~~tomá.!~c:g~3.---tigiª0~,_?~s:u.cliª2S'__I!()_21:Js~a.f!te,_pgI_t1B.~_
tens~2p.
una ley ni una disciplina y obedecer, en cambio, a las presiones innatural y misterios~a..:.
e~?-~i~~s ª'el ¡;-¡o ~·;;~~er~----· ~---- ...---.. _ .. _---~.-
En un escrito firmado con pseudónimo, Kirchner afirmaba:
En realidad, sin embargo, esta fuerza psíquica y psicológica "Si se toma un dibujo de Kirchner como se lee una carta o un
de la inspiración se manifestará en los artistas de Die Briícke sólo libro que se estima, inadvertidamente se tendrá la clave de esta
hacia 1910, y no en todos: en Kircñner, en Müller, en Nolde escritura jeroglífica. El dibuja como otros hombres escriben. El
sobre todo, y bastante menos en los restantes. En los prim~os jeroglífico como signo expresivo de una realidad vivida, escrutada
años sus cuadros son, más que nada, una especie de excitación, hasta el punto del que brota su energía, no tiene nada que ver
de con~~t.?~~~I1 i~sionista.·Y,~~n e~b~ig.?, h;Y·;lg~ e;;;st~~ con la estilización; es nuevo en cada cosa, y cada cosa es cada
artist.?2 _que les da una fisonom}~_E~tic..'l:Ila!:.:._S~inturano es vez nueva y un poco diversa, dado el caso de que se repita en
-~;;i-n~n~a ni hedonista ni brillante' al congario'_~!1 varias imágenes. La proporción de sus partes y su articulación
ella hay siempre algo de estridente, de grosero hasta de híbrido. no siguen una ley tradicional o general de construcción o expresión,
-Ca~-·lnJl~;¿!iC¡;ís.li-il}cesa~-;;~;;bi~;{-;isiblesd2ero s~n~~c:ibiª;;- sin sino que están en función de la vida de todo el cuadro, de un
excesivas preocupaciones formales, <:le modo, se diría, apresurado movimiento y de una articulación de toda la superficie, no de
~sordenado. Todo ello es señal de una orientación distinta una composición agregadora en un espacio fingido»29. Este párrafo
.cie. la-~fr~;c;;a U;;~bi~~ def7~U;¡sm;--ck"M~ti;,, __; -de :ri~aque. ilustra bastante bien la concepción de la escritura figurativa de
~rl.r:~s~uIE.eE., ya......e_n_~su~E-rimeras~~I!!:-ªl}ji~t~as:i()ll~u:ra~vjci_~_~e
__q~. Kirchner como un medio de transcripción de aquella ola psíquica
para ellos e! contenido superaba aL~preJ!1j()~_<:le_Ja perfección que es la inspiración en el rectángulo de! lienzo.
form-aC---.---------------~--

Hay en Kirchner una _~~P5rsensibilici.;l.~.3~~e..~etraduceen formas


Los que van más adelante en la evolución del grupo son Müller, tensas ~L.~J~udas,en .colores ácidos, en desc()~posicjone~-ª~_.1~
Kirchner y Nolde. Pechstein sigue anclado en un exotismo estilísti- fig;ura. En plena guerra, cuando, presa de una postración nerviosa,
camente ecléctico y bastante externo; Schmidt-Rottluff, si bien encuentre asilo en las montañas suizas, los pastores, los campesinos
con una virginidad bárbara de sincera energía, no consigue superar y el silencio de los Alpes endulzarán, "en parte, su visión, y más
un tosco esquematismo en el planteamiento de! cuadro; Heckel, tarde aún, antes de matarse en 1938, buscará soluciones distintas
como Pechstein, se ve limitado por la gracilidad· de sus medios, al margen de su primera poética, en una dirección de gusto más

II
aun teniendo una sensibilidad más aguda e inquieta que Pechstein. educado y francés. Pero ~1 Kirclmer I1lás ~gnificd. ti vQ_~eguirá_ siendo_ _~~_
El mundo poético de estos tres últimos artistas se concentra en el de las calles el Kirchner de la Escuela de danza de
la aspiración a la primitiva belleza de lo creado. En Müller, en 1914, d_el Autorrl".trato~~ci.e_J2L§, . .e1 Kirchner todo nervios a flor
cambio, la inspiración es más rica y profunda; sus gitanas y sus .de piel y estremeEiII1~~.J:l.tos,·e!éc:~r:ic_o_ycº.J:l.tr:d.ídQ.'_<nIe habíaca p_tado
muchachas son un equivalente más crudo, más timbrado en sus el aislamiento y. lo fantasmagórico del hombre en el hormigueo
densos azules y violetas, de los mendigos y saltimbanquis azules de lasm:et~6polrs sobre l;i -qu~--s~--ce~~ia·_;;rAi;caEp~ride--E--~
-- -_.- -._- _ - ..

y rosa de Picasso.__r~J:"<:d.(ir:chner, con un lenguaje seco y vibrante,


._.~ --~-~-,- ---_._-----~ ~- ---_._.~. '-~

~s, ciertamente, el artista de Die Briickeque realiza una i~I.TJ:_agen


_~ll_e.l!"a.
I
verdaderamente nueva y figurativamente original. Es, sobre~.t0do,
el de la ciudad, de la vida artificial, de las calles, de los
En 191_~.eJ~ grupo Die Briicke se traslada a Berlín. Pero ya
a finales de 1907t:'J~1ci.e:-~e_hd.[)j.~s..a:lí.ciº3....e_.ªLL_ª_l2.ª_!:~iLd~(J}toD..~.~s
II
tabarilZs. Su trazo es ¡;~;~p~~~~~-;-~~~ue;;c-;;~d~- saltCJ~~~s~mejante s..t:~~_~i~~pre un solitario. __P..'1r~él,_º.:~guin, Van Gogh y Munch..
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96 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 97

también fueron hitos (\LI1dam~nt&~LdLSJ.LQrieptaººn,-AMunch, miento trágico de la n;:¡.9lrªkzLPIes.iQe.Ja..ge,,;lción. de Nolde.


además, lo había conocido en 1906 en Berlín, en los días en En elª~t.o.. ~rea_tiv~.a.ºªlfci-ºQ.;:ü~-ª--ªl_Jl11j2 __ Rsi<::º-fi~iºlºgic;º_d~
que estaba preparando los decorados de Los espectros, de Ibsen. la inspiración: <~,ª-v:it~~~_C:~:llg~i~~ reflexió~_previa;.un~':'.<lg~...idea
En el año en gueAgI!!pº~traslªªa a BerlíQJl, que.se~rr.c;llell!!:a de ardor y de color me bastaba.» Para él los colores tenían «l!na
en.l?~lgi~ª,.. te}!.dr:.~ ...º<::ª.s.ión..Q~ . ..Y..~L-ºtIº.iLnJ.1m~rQsos .. c;1.1adros d.e vida propia», erªn «plaiii_derº~().rientes,cálidº..s_y_~ªI1~s'H.c:()mo
Van Gog~X.!.. sobre !~cl.~!.~_c:~~<:er a__Ensor,...9..ue ejerce!:.L<::n. <:anci().n~.--º~..ilQ1or Ld.t:__ c::rotismo, C01110 cantos y espIITJQi<:ia.s
él una influencia decisiva. corales». Y concreta aún más: «Al pintar hubiera querido que
Pero en esta época Nolde ya ha' pintado una serie de obras los colores, a través de mí como pintor, se desarrollasen en la
en las qU,e se contiene en ciernes todo su futuro desarrollo. La tela con la misma consecuencia con que la naturaleza misma crea
acuarela del ocaso de 1908 30 puede considerarse como un primer sus figuras, como se forman los minerales y las cristalizaciones,
paso seguro del alejamiento de Nolde de aquella especie de vigoroso como crecen el musgo y las algas, como bajo los rayos del sol
impresionismo alemán cuyos máximos exponentes fueron Lieber- debe entreabrirse y brotar la flor.» Fuertes e intensas manchas
mann, Corinth y Slevogt. de color se ensanchaban sobre el lienzo como se expande en e!
Nolde era un alemán del norte, ~mbién él se sintió atraído aire un golpe de gong, y dentro de aquellas manchas condensaba
por el mito del salvaLL del.p'::imit~.v:~~~mo_s.llY .. ~!!'l.igos~ «los gritos de miedo y de dolor de los animales» junto con la
P~~.!3:'.ücke·..s:::.9..~()EiE'<:'~I1¡:~!..qll~ ..i~~.~ est~.c!~!"Jº~J~s:..!!ch~s-Il~g;:ºs embriaguez a que lo arrojaba la exaltación creativa.
del Museo Etnográfico de.•...•..
............._.-
Dresde;
_..... .'
como \ Pechstein, que _ .._hasta
-.
De la acuarela de 1908 a los cuadros de naturaleza de 1916,
copiaba est~sJ~!Ích~..~lf..iuS~!!ªªros. y al igg.<lLquS=:..Qtros mll<::llOs la evolución del paisaje noldiano puede decirse que queda completa.
exp.~e~i~.~·lis!as,~il:ttli~E1':!() ..l()~.p~~~.s... <:le.. º-~~g~Il,.t~IIlbi~Il_viajª~á Después sólo se tratará de amplificar sus precedentes intuiciones.
. _a_E.<lís.es..~1\:~ticos._f>ero su modo de concebir lo priIIliti\,()_.pond;:á El esquema de', sus paisajes es simple; es el esquema holandés:
en tela dejllici9.!"~?2Q~..~!D:llch() lTI..ás.decisivas que la simplebús.que- horizonte bajo 'y cielo alto. Es el mismo esquema de Ensor y
dacl. e .~.. es~ªd9..A~.p.ll.!~?a_y..Q~_yid~~s.\'iQ<::ll!ada _(:k.Jas...J~gles. el mismo que, más tarde, también será el de Permeke. Pero,
s...0cial~s. ParaJ'i«:)}cl.e,eL ciescubrimieIltod:e 10 priI11itivoserád~C;lJ- mientras en Ensor y en Permeke el aliento cósmico adquiere un
brimiento de 10 ..p.!i.IIl0r:cliaL_cl.e..ªgu~!1a..p.ri111~.rª . .slls,tallQa....del
universo que es principio de la metamorfosis de la materia,9 ue
es su fermento inagotable y estímulo original.
---Ef~~t"e-d¡"lo~'p~ebio; ·pri;;;it.i·V:o~'-;;'~la'rte popular son, pues,
tono de grandeza épica, en la visión de Nolde prevalece un rudo
misticismo nórdico. Ya no hay nada en esta pintura de la minuciosa
lógica descriptiva de! pasado. La inspiración ya ha alcanzado la
región de los instintos, antes aún de ramificarse en los varios
I
para él, sugestivos sólo porque en ellos, más que en ninguna
otra parte, lo primordial se comunica directamente. Pero también
siente así la naturaleza: «El gran mar fragoroso está aún en su
estado primordial, y el viento, el sol y hasta el cielo estrellado
todavía son casi como hace cinco mil años.» Nolde sustituye
estados psicológicos. En esta región no existen las pequeñas catego-
rías de lo real; es una región indiferenciada donde sólo se encuentra
la oscura cadencia de la sangre. Aquí viven odio y terror, sexo
y muerte. Aquí, en lo más profundo, se agitan las potencias que
unen el hombre a la naturaleza. Y es aquí, justamente, adonde
II
¡
el universo de Van Gogh, recorrido por densas corrientes de ener- Nolde quiere descender para pintar sus imágenes.
gía, por un universo que sólo desde hace poco parece haber salido Pero, junto con los paisajes, que constituyen la parte más alta
del caos primigenio: tierra y cielo, cielo y mar se unen en un de su obra y que pinta con igual intensidad hasta su muerte,
vasto, turbio y humeante abrazo en el que estallan sordos fogonazos hay que incluir sus cuadros figurativos. Estos empiezan a aparecer
rojizos, se encienden amarillas llamaradas inesperadas y la naturaleza / con toda su plenitud hacia 1909, al final de una grave enfermedad.
parece dilatarse por una oSCura e ilimitada gestación. Un Semi=-. Se trataba de sus primeros cuadros de tema religioso.
4
98 lvIario De lvIicheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 99

En estos lienzos, si bien son anteriores a su viaje a Bélgica, Se trata de una alegría que estalla con clamor salvaje y que es
parece como si percibiera el eco de lo grotesco de Ensor. ¿Pura tan turbadora como un espectáculo de angustia.
coincidencia? En 1899, cuando Nolde estaba en la Academia Julian,
había salido en París todo un número de la revista La Plwne
dedicado a Ensor, y es muy probable que él lo viera, y que «Der Blaue Reiter»
también conociera la Entrada de Cristo en Bruselas, pintada por
Ensor el año anterior. Pero los cuadros de N olde, aparte ciertas ~Lgrupo Die Briicke se disolvió en 1913. Resistía, en cambio,
afinidades formales, son muy distirítos del Cristo de Ensor. La _~gr.tJ]Jo de Da Blaue Reíter (<<El jinete azul»), fundado en 1911
cena, y aún más Pentecostés (y luego todos los que le siguieron: ~Kandinsky y Franz Marc: Este grupo había nacido de la
Cristo y los nirzos (1910), Cristo en el itifienlO (1911), el tríptico férvida vida intelectual y artística de Munich, donde ya entre
de Santa AIarla Egipcíaca y las escenas de la Vida de Cristo de 1890 y comienzos del siglo confluían de toda Eur()~_J~~~nes
1912 y los demás cuadros de tema bíblico), pertenecen a la inspira- 'lue pretendían dedicarse al a~~. En esta época encontramos en
ción mística de Nolde bastante más que sus paisajes. Su visión Munich a Kandinsky, Iawlensky, Marianna van Werefkin, los
de lo grotesco, en efecto, no tiene nada del moralismo sarcástico hermanos David y Vladímir Burliuk, Kubin y Klee. En 1909
de Ensor; por el contrario, es algo que más bien hunde sus raíces ya había nacido la Neue Künstlervereinigung A1ünchen (<<Nueva asocia-
en el misticismo teutónico medieval. El mismo, a propósito de ción de los artistas de Munich»), de la que fue nombrado presidente
estas obras, confiesa: «El cuadro de Cristo escarnecido me salvó Kandinsky y que recogía, además de a casi todos los artistas anterior-
de deslizarme en la emoción ... Luego descendí aún más en las mente citados, a Gabriella Münter, Alexander Kanoldt, Karl Hofer
profundidades místicas del ser medio humano y medio divino. y algún otre¡. Y de la escisión de esta primera asociación nació
Pentecostés ya estaba esbozado. Los cuadros de La cena y de Pentecostés el Blaue Reiter.
marcan el paso de un sentimiento estético exterior a un sentimiento La Neue jÚinstlerverein(r;;ung, sin embargo, antes de escindirse,
de valor interior»31. Nolde insistía en el hecho de ser <<alemán», organizó dos importantes exposiciones en la Galería Moderna de
alemán incluso cuando pintaba los paisajes de las islas y de los Tannhauser, la primera en diciembre de 1909 y la segunda al
mares del Sur. Y no hay duda de que en estas representaciones siguiente año. A esta última habían mandado obras desde París
sacras se advierte una especie de ancestral ascendencia. Al mirar Rouault, Derain, Van Dongen, Vlaminck, Picasso y Braque, es I
estas rudimentarias imágenes ejecutadas con pastas cromáticas acres, decir, los «viejos" jatlVes y los nuevos cubistas. Pero un elemento
febriles, irritantes, con verdes marchitos, rojos vinosos o ardientes, aún más decisivo fue la presentación de! segundo catálogo, en
lívidos violetas y amarillos de ictericia, se recuerda la definición e! que aparecían por primera vez enunciadas algunas idea típicamen-
de cierto romanticismo alemán debida a Heine: «Una repugnante te kandinskianas: «En una hora indeterminada, de una fuente
mezcla de locura gótica y de falsedad moderna.» Pero, al mismo hoy para nosotros con<:>cida, ineluctablemente viene al mundo
tiempo, de esta exacerbada iconografía expresionista que procede la obra de arte. Frío cálculo, manchas que estallan en desorden,
por hipérboles se desprende una turbación y una desazón sin límites. construcción matemáticamente exacta (clara o recóndita), dibujo ,§
!i
«No creáis a esta civilización», gritan los personajes expresionistas silencioso o vocinglero, elaboración escrupulosa, fanfarrias de color I~
de N olde. Obligado a manejar un contenido fluido y avasallador o pianissi:no de superficies amplias, tranquilas, desmenuzadas. ¿No
~
sin medida racional, tiende cada vez más hacia un arte exclamativo, es ésta la Forma? ¿No es éste e! Medio? Almas dolientes, inquietas ~

sin narración ni desarrollo. En lo primordial. de Nolde también f y atormentadas, con un desgarrón provocado por el choque de i
hay sitio, si bien raramente, para la alegría, pero se trata de una 1/ lo espiritual con lo material. Lo que se ha hallado. Lo que vive I•
~
alegría bastante distinta de la felicidad naturalista de Pechstein. r
de la naturaleza viva y de la naturaleza muerta. La consolación
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~
If
1üüMario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 101

de los fenómenos del mundo-exterior-interior. Presagio de gozo. por la imagen de fábula de los jinetes, que a menudo había pintado,
Llamar. Hablar de lo recóndito a través de lo recóndito. ¿No y de la inclinación estética que Marc tenía hacia la belleza de
es esto el contenido? ¿No es esto el consciente e inconsciente los caballos; ambos, además, amaban el azul: el nombre de Jinete
fin del incoercible impulso creativo? ¡Ay de aquel que tiene el azul había nacido. Pero est~~p.2,_~!1.C:\l-ª-rJ,tº-lªL.!!.º.t.!l.\T~)(istencia
poder de poner en la boca del arte las palabras necesarias y no larga.:.._eIl.._.l2J.4-.9rga.!1i2;<?.s-º,_tÍltil11as:xpºsic:ión. Luego, la guerra
lo hace! ¡Ay de aquel que aparta de la boca del arte su oído lo dispersó. Macke, que se había unido al grupo en 1911, muere
espiritual! El hombtehabla al hombre de lo sobrehumano, el en el frente en los primeros meses del conflicto. Marc caerá en
lenguaje del arte» 32. 1916. No obstante, Der BlaHe Reiter estaba destinado a tener un
Este texto de entonación,esotérica da una idea de la diversidad gran peso en la futura vida artística europea.
de planteamientos del nuevo grupo muniqués. Es evidente un La.P!i.rI1erate~osiciónde J2/?!_Blaue 3-iiter_s~.c~lt:brél~E~llI1ich
hecho : que XandimJ~y_._y__S.JJLflmigQs.má~ ..irLtim_~º-ªceRtarLJª en.9:ic:ié:rn bre. dte 1211 Y l<l_~egu.nc:l.a en.f~b!"ero deLaño.siguiente,
'p~étic~..cle_..Qie.Brüc.k~JUI1~!iI1mL.s:U~rnRera,m.<~m9_y_lªs. . .I~ces.. y fue una exposición exclusivam~ntede. obras gráficas, ..c1ibujos
Q~i~lºgi~"ªs..de 1.ª..i~RhaciQl!...p.2_kL2~!'~1l-ª9-~!1 .. T~rüª!!.pªSlames_. acuarelas. En._~~a....2~gl:l~cl~~p()~ic:.ió~_paTtici pó.también con
P~~!9'y~n_cgrn.Í1I!_.con los militantes de Die Briicke,..p~~(L~.~~ diecisiete hojas Paul Klt:~._I:E..()_~~E~~~19-gJ()~ ..:lEti~~~~~~_I)er
rn.~~.1::Ji~!l._ puntos !1egatiyos :. . c;cmga _el _ im p res!QI1!.Sil1Q,_C:Qntr;Le1. BlaHe Reiter fueron invitados al Primer Salón de Otoño alemán
Eositivismo, c~n_~r.~~so~il:~~cl.de su...ri.ern.P(): I!:nslía!!.a un-ª-J~1,1.r:.if!:­ montadü--eliBerlín, una exposición de carácter internacion~idonde
~<tc:ió!!A<': !9?.instimosJl1ás 9.l:l.~~_de~~Q~ªci.e:I1:l.rJg~.~9.1::JI:t:_el.Iíe:!12;o ; s.~.e-,,:p()~iit1_..tJ~~_s_3~b()br~~: A esta exposición Der Blaue Reiter
nO_1::Juscabanun _contacto fisiológico con lo primorclial,~inºmás se presentaba con una premisa que revela claramente, junto con
~ien u_n_~odo_ de .,:!p!~~J.a_~senci~.espÍ!it1::al de la realidad. laco"ilclenc,a del divorcio entre arte y sociedad, la voluntad de
j\~ípues,. este grupo tiene una orientación ma.!"~a.ci.arn.~I1.t..e..t:~pe­ mantenerse~xtraños al «mundo»: «No vivimos hoy en una época
(;1,1lativa, no adop ta actitud e.? _b árb aras, siI1º.refi.I1a.cia.,~.Yc:ª~Ü!:.i~tQcl:~. ~t1 que-elarte esté al servicio de la vida...J;:lverdaderoarte
-ticas.
- - - - En la fórmula «Hablar de lo recóndito
- --'_.'.. _-"----._--
~-- -
a través de lo recóndito»
"--,--,._"._._-" .que hoy nace parece, más bit:n, el sedimento de todas las fuerzas
ya está _ condensadQ todo_el peI1samieI}tº_es tétic()ck.K:ªI1,<ii.nsk y. 9..11.eJa,,,,ida no ha sido capaz de absorb.er; esla .~cuación que
La introducción a la segunda exposición describe las formas figurati- ~spíritus de mentaliciad abstracta extraen de la vida, sin deseos,
vas de vanguardia de modo aún indiferenciado; alude al cubismo, sin luchA. En otras épocas el arte era el fenómeno que hacía
al fauvismo, al expresionismo. Pero lo que emerge es, precisamente, fermentar la mas;¡~~1.rll11!1ªg.:_.e~ª-~_1pº.c::a~hgyquedan lejanas.
esta fórmula: hacer vibrar la seCreta esencia de la realidad en el Hasta. que regresen, el artista debe mantenerse distante. deja. vida
alma, actuando sobre ella con la pura y misteriosa fuerza del oficial. Este es nuestro rechazo libremente decidido contra los
color liberado de la figuración naturalista. ofrecimientos que el mundo nos hace. Nosotros no queremos
Cuando Kandinsky escribía esta presentación, su libro De lo confundirnos can él...»~4.
espiritual en el arte 33 ya estaba listo o casi, si bien por una serie
~Lc:-ª!:~ctt:.r._9..e:_est~_a,~ste!1.c:.i.ª-.tl!~~s.t~_.~)(iJi()_v()
1utl..t~~~o_et1~aj a
de circunstancias sólo saldrá dos años más tarde. Así pues, sus en aquella poética de la protesta y_deja evasióncle la que ya
convicciones estéticas ya estaban formuladas. Las razones de su se haJlablado.. Pero, en este caso, la evasión no es hacia el mundo
dimisión de la Neue Kiinstlervereinigung tienen su origen aqtÚ, .salyaje ni .. taI1,_~iqlli~r:ª.aL<:ºrªzºn.-º_a.Jª~.eI1,trañas latentes de la
en su contraste estético. Junto con Kandinsky salieron Marc, Kubin n?tll~l~z.a, ....si.no a lo «espiritual» de la naturaleza,.;¡~ Yo interior,
y Gabriella Münter. Así nació Der Blaue Reiter en 1912. Kandinsky -ªJ~erdad.c:l~Lª-lI!l:a. Estamos todavía en llna concepción mística,
y Marc le dieron vida y lo alimentaron con su entusiasmo. El pero esta vez se trata más de llna mística ascética que de un
nombre del grupo vino del encuentro natural del amor de Kandinsky turbio mis"icismo de 'naturaleza fisiológica. Desencarnarse, destruir
tI
!

102 ¡'vIario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 103

la antigua idolatría del artista por los fenómenos de lo real, purificar do derecho, y su esfuerzo teórico se cumple en su plena madurez
~.iI11Pllro : eso es lo.qtle debe: h<lcer el artista. La vÍ;Ld~d;Lª_bsgacción intelectual. En efecto, cuando inicia su tratado sobre la espiritualidad
está, pues, abierta. En la J)()ética ckQerI3latle l~,JiteG_tª-Lc.9_mo. del arte, ya ha cumplido los cuarenta y cuatro años. Bastantes
la enunci aro nl\J1~r~ YIZ~!1.cIi~~~Y2_.~aL E\l~_l1.I1.<l._() p()s i~i~~.~ de las ideas que ordena y elabora en su texto ya han brotado
ese . exp~~si()~i~nl0311e 1l~iliza_l<l_.~ªeforl!la.c:.iQI'! ..f'í~i9_~P~!:ª_!2g¡;.ar por doquier en Europa y ya dieron o están a punto de dar origen
~-·ob~i':'..(). Marc y.Kandinsky rechazan la brutalidad_cl_é:~~~e a movimientos o tendencias en Francia, en Italia, en Holanda,
métod_~.LS.tl.2.~()!.<;I1~j.aé::x~rj()!:. _Para e11()~.Il().Sé:~.tr<lt.a_<i.é:_~ªgr:-ª.2:'ª!: en Rusia. Ya han nacido el cubismo y el futurismo; ya comenzó
~~ituación de l~_r~~lidad; s~trata~ en tod0C:a,5ü,de liQc::rªI la evolución de Mondrian, y, en Alemania, Adolf Halzel ya ha
~.i.n ti~~. v ercl_~~d~().!:e.aLª,e:~s J<l_2:()s_ ma_t~r:~les ~9.u.e:l es i~pigen enunciado ideas particulares sobre la autonornía de los medios
percibirl<l: artísticos, mientras en Rusia Malévich y Lariónov se disponen
Algunos párrafos de M~'lfs_s.on muy significativos en este senti- a proponer el suprematismo y el rayonismo. El hecho de que
r-. do: «Todo tiene su envoltura y su meollo, apariencia y esencia, el tratado de Kandinsky conociera tres ediciones entre diciembre
máscara y verdad. Que alcancemos sólo la envoltura en vez de de 1911 y octubre de 1912 demuestra que otros muchos artistas
la esencia de las cosas, que su máscara nos ciegue de tal forma meditaban sobre problemas análogos o que, por lo menos, se
que nos impida hallar la verdad, ¿en qué medida ello influye sentían atraídos por ellos. El antipositivismo llevó a Kandinsky
en la claridad interior de las cosas ? .. Muy pronto sentí al hombre hacia el intuicionismo bergsoniano y hacia poetas como Maeter-
como «bruto»; el animal me parecía más hermoso, más puro; linck. Pero en Alemania no faltaban filósofos y estetólogos que
pero también descubrí en él mucho de repugnante y de bruto, echasen las bases de una interpretación del arte como pura forma.
.J
hasta el punto de que mis representaciones, de un modo instintivo Era el filóq kantiano que se extendía hasta Fiedler, el cual ya
y por necesidad interior, se fueron haciendo cada vez más esquemá- había public,ado algunos de sus textos fundamentales a partir de
ticas, cada vez más abstractas. Arboles, flores, tierra, todo, a medida 1876. Entre los enunciados de Fiedler y los de Kandinsky hay
que pasaban los años, me mostraban cada vez más aspectos feos bastantes coincidencias, pero en este último hay un impulso de
..---.
.
y repugnantes al sentimiento, hasta que sólo ahora, de repente, distinta naturaleza que da a sus instancias «racionales» casi el tono

I!
tengo plena consciencia de la fealdad de la naturaleza y de su de revelaciones. Desde este punto de vista fue definir
im p meza... LQ1¿L<::.s~Jº_gl1.<::_~~~p.é:r.a!Ilos clelilEte_ .a:lJ~trilct()?_g~ . la KandiIlsl-sy,I\¡t~LxJ51e~.<:()~()«eX:f'resi<:J~stas_JíJ:~()~»' En una
tentativa de hacer . hablar al mismo mundo en vez
--,... . de a nuestra línea próxima a la de Fiedler, también influyeron en Kandinsky
;¡JI1.!.a__ e::\:(:i~~<l.cl'l._p()_r_1.ajIJ1.a gep.deL!Il.llIlcl9 .. . No ~Q trQLteJ;1~rn.QLla y en Der Blaue Reíter F~iedmann, con su ¡'vIundo de las formas,
experiel1~i.'1~D::~~ria_~~e que las cosas son más mudas cuanto y Worringer, con Abstracción y empatía, publicado en 1907 36 . Pero,
más claramente les ponemos delante el espejo óptico de su apariencia insistimos en ello, el clima en que se mueve Kandinsky no es,

fenoménica.l::,~~"parienciaes siempre chata, pero alejadla, alejadla en ese momento, el de. un «racionalismo idealista», sino más bien ~
completamente de vuestro espíritu -imaginad que ni vosotros el de un ,«espiritualismo neorromántico».
ni vuestra imagen existan- yel mundo permaneceen su auténtica El profetismo neorromántico de Kandinsky se expresa claramen-
.-fQ.rm~,-y'lg~ris.tª.sjgtUiI1l.Q~~st'dºrma.Un demonio nos concede te en la primera parte de su tratado. Al abrir el libro se lee:
ver entre las grietas del mundo y nos conduce en sueños detrás «Nuestra alma, que después de un largo período de materialismo
de su escenario»35. apenas se ha despertado, lleva en si los gérmenes de la desesperación
producida por la falta de fe, de fin y de meta. Toda la pesadilla
La meditación estética de Kandinsky, a diferencia de la de de las concepciones materialistas, que han hecho un juego malvado
Marc, reviste~;;~~;~kt~~m;is;i;t~~iti-;':;~K;~di;;;T~había estudia-
. . ~_ .. _.._ ,..• .~ __ ~ __ .~._~, __._... ,¡ 0 0• • _
y sin objetivo de la vida del universo, todavía no ha terminado .
104 Mario De Micheli
Las vanguardias artisticas del siglo XX 105
El alma a punto de despertarse siente aún fuertemente la impresión
de esa pesadilla. Sólo una débil luz despunta como un pequeño y no hay duda de que el reflujo revolucionario, Con el consiguiente
puntito en el enorme círculo negro. Esta débil luz es como un deslizamiento de los intelectuales hacia posiciones místicas, también
tenue resplandor que el alma casi no tiene valor para ver, en ejerció sobre él una particular influencia.
la duda de que la luz sea sueño y el círculo negro realidad.» Un eco de este hecho, además de la angustia de la guerra,
casi parece leerse en algunas líneas de su diario: «Cuanto más
Para Kandinsky la historia de la humanidad está toda encerrada
espantoso se vuelve este mundo (como lo es precisamente el mundo
en este marcha ascética del materialismo al espiritualismo, es decir,
del mal al bien, de la oscuridad a Ll1uz, de la angustia a la de hoy), tanto más el arte se vuelve abstracto, mientras que un
mundo feliz crea un arte realista» 37 • Se vuelve así, por boca del
felicidad. El arte no debe hacer un camino distinto: del pesado
mismo Kandinsky, a la ecuación de Goethe: progreso = objetivis-
y humillante fardo de la realidad material a la abstracta libertad
de la visión pura. mo, decadencia = subjetivismo; y, una vez más, parece evidente
que para Kandinsky la nueva concepción del arte es un modo de
Pero, ¿en qué consiste la felicidad para los hombres y la visión
salvarse a sí mismo fuera de la historia. Los medios específicos de
pura para el arte? El pensamiento social de Kandinsky es confuso
la expresión artística kandinskiana, tal como él los definió teórica-
donde los haya. En su opinión, la sociedad debe concebirse como
mente en la segunda parte de su tratado, no prescinden de esta po-
un triángulo o como una pirámide, que «procede lentamente en
una marcha progresiva y ascendente». sición.
En sus secciones más bajas, y por tanto más amplias, están Segt;Ill. Kandirl~t~~~-ª~ arte es ~lo~irl<j.!2i2_de
los que tienen un credo materialista, es decir, (~udíos, católicos, la necesidad interiOr». Lo que en la introducción al catálogo de
la exposición de la Neue Künstlervereinigung esta sólo confusamente
protestantes ... todos ateos, como algunos de ellos, más audaces
o mentalmente más limitados, reconocen abiertamente». Estos, «en apuntado, en el tratado se explica extensamente. Rara~~nd!p~~y
política son defensores de la representación popular o republicanos ... , l. el color es ~I medio que ejerce una influencia directa en el alma:
en economía estos hombres son socialistas. Afilan la espada de «El color es la tecla; el ojo es el martillete. El alma es el piano
la justicia para dar el golpe mortal a la hidra capitalista y cortarle de muchas cuerdas . .ÉL,ar~~~ta es la mano que, al tocar ésta o
la cabeza al mal». En opinión de Kandinsky, toda esta gente no a(lllella tecla, ponepEé:~~,enadamente al alma en vibración.» Por
es capaz en absoluto de entender un problema. Un poco más a ID debe tender el artista es a «la adecuación d¡"las
arriba se hallan los «socialistas de diversos matices», lectores de teclas», es decirL~~l<2~ colores, al ~ciEio de la «necesidad interior».
la Emma de Schweitzer, de la Ley de hierro de Lassall~ y de El capital Rara_h.a(;er_e2to.~sj!l~i~p.tO.~-ª1:Jl~.._ac l~g!'Jª_COJ:!l pIej ª--11~ tl!r<lleza
de Marx, y así sucesivamente en .una ascensión purificadora, en cu- del color. Y és~a es 1~J:!l2~~~_~_.9.':1~_se d~P.<2.~e..1S.~~<!ins~y,..9i\,!ªiel1­
yos escalones más altos se hallan unos pocos hombres de ciencia Qo......eLcoJO!:... en...1.l!s dos categO.!'.Í~~.fl!~ci<l!ll~ntaJe:s":,el_c:al<?r:_y el
que «no ponen ninguna esperanza en los métodos de la ciencia ma- f~í~~l:};l_eI1toT1~c~§!l~l1~sl1s,\Tariosgrados de claridad de OS(;U-
terialista», algún teósofo y algún artista. ridad. ºe:_,;lquLIl;¡~~_!2ciª.,.ul1ª.. C:: 0IJ.l2!ic::_;¡ci:.l...._~ÍE1 b~l()g~_J'~~c_~ Ió-
gica de los colores que, según correspondan a los varios grados
No valdría la pena hablar de esta concepción kandinskíana de las entonaciones cálidas o frías, determinan particulares «resonan-
si no revelase en toda su plenitud la crisis en que habían caído s:i~»~l1..e:Lalma. Así, por ejem pro, yenimos, a~sab~r-'qtle~elve-rae
los intelectuales europeos después de 1848 y 1870. En el caso absoluto ... .. es- en
.... ,---
- - - - - ~ . - - - _ . , ~ _~-
el mundo de los colores lo
~ ~
en el mundo
de Kandinsky también conviene recordar la impresionante involu- humano es la llamada burguesía: es decir, un elemento mmóvil,
satisf~~ho d~----;-~'is~-oy íf¡';;:l'tado ~;;tc;(f()s los sentidos~~"Este
ción de los intelectuales de 1905. El siguió íntimamente ligado
a su país; entre 1903 y 1905 estuvo repetidas veces en Rusia -~~rd'~"=;'~~tien e Ka~dirls k ~~,·«~~:coll1o~~av.aca-g()rªa::i __@ll y y
_S3.!1a que yac~ inmóvil y que, sirviendo s610 pa~arumiar, contempl.a
___ o . _ . _••• • __ ~ ._, _ _ ._~_. __ • ~ __ • ~_,, ." _ _ " ' •• '.0' __ ', ',_ ' _ " _ ' __ " '"__ "~, __
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1
106 ¡'v1ario De i\1icheli
¡ Las vanguardias artísticas del siglo XX 107
1
1 planos. Y este crecimiento y e! detlnitivo predominio de lo abstracto
~munc1Q.con mirada estólida y obtusa». Y continúa: «El verde
es el principal color del verano, cuando la naturaleza ha superado son naturales».
En los ensayos inmediatamente posteriores al tratado sobre
e! período de! Sturm und Drang, e! período romántico del año,
la espiritualidad del arte trata de profundizar y ampliar aún más
la primavera, y se sumerge en una quietud satisfecha.» En una
una serie de conceptos. En Pintura como arte 39, de 1913, hace
nota sobre este verde, Kandinsky hace el siguiente comentario:
una afirmación decisiva, allí donde .. _. dice -- arte se
«Análoga es también la acción del ideal y tan alabado equilibrio.
Qué bien lo dijo Cristo: No eres ni fri2. ni caliente.» Este lenguaje
con vier!~~_Y.llj<:~()>>:. DichoC!e_.<?_tr()_!:l:l()_c!~_J;l__ ()~~__ __ ..?..r:.t<::_s~
convierte en un mundo en sí mismo, en un universo autónomo
1
bíblico o evangélico aparece a menudo en sus páginas. Una vez,
~~.~ T~y~;proJl.Íii: ~_!"!.o_t:s~_~I~qlllV'~I~~i:ec!~_~~~()nt~@?_-pree~ís-
incluso llega a exclamar: «Todos los medios son santos si son
ter:~~,_sino que ella misma es UI1mc.?r:!~~ido n.~evo L2..!iginal,
interiormente necesarios. Todos los medios son pecaminosos si
.tJ~a for_~...E.l.l~\'~~_~.L~~r, l;l.~.L.i!ctúa_en nos(?t!..()~~. través d_e
no proceden de la necesidad interior.» Y éste es otro signo de
.1a.Yi~t_a,2-t1S_c:iEllª.()~I:Ul}l~strÚr.!..teri()!idad vas.!~YEof~ndas «reso-
su proximidad á las corrientes rusas tradicionales reverdecidas,
como ya hemos recordado, después del fracaso revolucionario nancias» espiri~~.
Este punto de llegada de Kandinsky, que él convierte en imagen
de 1905. No es casualidad que citase de buen grado a Blavatzki abstracta a partir de 1910, no era, sin embargo, excl usivo. En
y a Merejkovski.
efecto, Kandinsky sostenía entonces que la realidad objetiva también
En otra nota l{aIl-ºinsJ~y-ª4\T_Len~9...u_~«to4.a2-~.s;l.?consideracione~ se podía mirar «abstractamente», o sea, prescindiendo de la función
son fruto de_}a_~é:!1silJiJidad psiqtl~<:.a,_<:l!lpír:i~~ no se basan en que las cosas se ven obligadas a desempeñar .en la mortificante
dato~Q~l~ ciel1cia-R<?~D:i~a!:_~ólomás tarde su postura antipositivista
rutina cotidiana. Ello podía d~r lugar-_a U!} abs~~~c:i0!1!smo r~aJista
se atenuará hasta ponerse de acuerdo con los presupuestos del
de algunap1anera análogo al abstraccionismo puro. Para Kan-
racionalismo científico idealmente entendido. Por lo demás, Mon-
dinsky;-eCingenüo Roüsseatryarealizaba--este-típ-0-de realismo.
drian también partió de la teosofia.
Pero en esta enunciación ya se incluye a la pintura metafisica
.!5_~EJ.~i~~_~Y-.EI1!lJié~J~!~()duc é:__é:~ __s.tI~é:_(? rí aJ~J:~2ci q~9:~_m o \:'i- y, en parte,' a la surrealista. Algo parecido estaba haciendo en
miento de los _col(?res _mis_m()~ ;_~o_~il!l_i.é:!1~osJ~S?.ri~()!1_t;lles_,_~ent.Üfl1:­ literatura Kafka, el cual, hacia 1912, había terminado tres de sus
gos y centrí~~ 38. El di~..a_mism()_AeJ()s __.<::(?!().ré:i,C.-2Il.J:()_~Lcolo~ más alucinantes narraciones. ¿No parece kafkiana, por ejemplo,
~~~ mism()L_t:~~L1ig;l_ciCJ.,~ir.!.._t:m!:Jargo,_ª-JaJorma. Vn coJor esta intuición de Kandinsky?: «Un simple movimiento de hombres
ilimi t..a!!(), e:.~_~!..<::j_r:ls.i!1_fo.Il!la,,_~§lo~_pu~-ºe::pe::.!l.s_aI,- P_~IO no J21asIll-ªJ-
lo en e! lienzo. En el cuadro el color «debe estar delimitado sobre
la superficie; delimitado por otros colores, que están allí ineluctable-
mente y que en ningún caso es posible evitar». Entre forma y
cuyo fin práctico no se conoce hace, en sí y por sí, el efecto
de un ~ovimiento importante. misterioso y solemne. Actúa como
puro sonido, tan dramático y fascinante que se queda uno inmóvil
como ante una visiót:l, hasta que, de repente, se comprende el
I
1I
!l
n

color ha~, una inevitable y recíJ2roca lllteracci6.n. Por ellQ, fin práctico de! movimiento y el encanto se rompe. El sentido
I1
I1
también es válido para la forma lo se afirmó el color: ¡¡
práctico destruye el sentido absrracto»40. En este objetivismo abs-
la adecuación al «priI1 cipio de la~~c:esic!~ªil1t_~.r:i()_r~,_p.ri_~..<::ipi()..-.!ltl.e tracto se trata, pues, una vez más, de suprirllirla-historiá.- De
'1
KandinskY, . PºI lºci.e_II1_ªs,-!!un~inteIltº_definir con claridad. !Ii!
este modo, abstraccionismo Y oc jetivismo se confunden.
-.R~~_.l5~_f1.c!insk~1 adecuación se da de la manera más perfecta
Pero no fue en esta dirección hacia donde el grupo Der Blatle
en aquellas forma~_gu~prt:scin~I1__cit:J~()~}~t~~{da~,_;l.llnq.tIe::. ~-~l Reiter orientÓ sus investigaciones, aunque~t:l__eLEt,I.r~s_~gI~if1cado
mismo lo confiesa-_~~lamente pocos ~rEs~~s_J)lleden practica..r:» del término sólo fue abstracto. El Densamiento de Klee
~pura abstracció!1: Como quiera que.,.sea, el elemento abstracto
-;obre estos problemasprese:.!lta ~masg}e_~~-~~gul~~_;b~<::¡-~.0:o;;-l~s
de la forma «POcO a poco se va desplazando hacia los primeros
1
l

Las vanguardias artísticas del siglo XX 109


108 Mario De Micheli
1
que es necesario analizar a fin de completar el cuadro del esfuerzo haber una igual correspondencia entre la parte inferior y la superior.
especulativo de! grupo, sobre todo por la influencia que tal especula- Funciones distintas que se ejercen en dos campos distintos deben,
ción tuvo en el destino de la pintura contemporánea. a la fuerza, provOCar formas distintas.
»En cambio, injustamente, se quiere negar al artista el derecho
Klee exp!!~º-e:B~a_~f!1:~nte:sll,con~e:p-c:!ón del art~~º~~_<:9nfer~l1:-
a alejarse del modelo y, por ello, también e! derecho a crear.
_~ cia pronunciada en k~a 4~'_u~L'=-.~n_cept.s:fundame l1.t_aLªe su razona-
Además, se llega, con celo verdaderamente excesivo, a acusarlo
~!ento se encierra en la afirmación de que al artista L~i.!!_t~I~~n
más las «fl!~r:.~~~!"eativ_a~~4~_-.!ª naturaleza que los fenómenos de impotencia y de deliberada falsificación.
»En realidad, al cumplir su función de tronco, él no puede
por ella generados. I:~l11As:Iª_aspjras:i.óndel artista debe ser, precisa-
hacer más que recoger lo que le viene de las profundidades y
ment~,jl1t~gr;:!I:_s~.é:n_t~~sJuf!3:~_4emodo gue, a través de él,
transmitirlo más lejos. Así pues, él no sirve ni manda; sólo actúa
la naturaleza pueda generar fenómenos nuevos, nuevas realidades
y nuevos mundos. Según Klee, e! artista debe convertirse en una como mediador.
»En consecuencia, ocupa una posición extremadamente modesta.
especie de medium- en comunicación con «el seno de la naturaleza».
No reivindica la belleza del follaje, porque ella sólo pasó a través
De tal modo, así como no podemos rechazar los fenómenos más
extraños de la naturaleza, tampoco podremos rechazar los «fenóme- de él.»
Esta similitud es el primer paso que Klee nos hace dar en
nos» producidos por el artista: en efecto, sería como si rechazáramos
su concepción del arte; el segundo paso, más allá del examen
la naturaleza misma. Llegado a un cierto punto de su conferencia,
de los elementos formales (línea, clarosCuros, colores), es e! análisis
Klee se pregunta: «¿Qué artista no querría habitar allí donde el
del objeto o de la objetividad en sus relaciones con la creación
órgano central del tiempo y de! espacio -no importa si se llama
artística: «Ahora quisiera considerar la dimensión de lo objetivo
cerebro o corazón- determina todas las funciones? ¿En el seno
en un sentiqo nuevo, en sí mismo, e intentar demostrar cómo
de la naturaleza, en el fondo primitivo de la creación, donde
el artista llega a menudo a una "deformación» a primera vista arbi-
se halla la clave secreta del todo?»
Klee trata de explicar esta relación naturaleza-artista con un traria de las naturales formas fenoménicas.
»El no atribuye a estas naturales formas fenoménicas el significa-
ejem plo: «Permitid me --dice- que use una imagen, la imagen
do que se impone a los realistas que ejercen la crítica. El no
del árbol. El artista se preocupa de este mundo complejo y, de
se siente ligado a estas realidades de esa misma manera, porque
alguna manera, se orienta en él, podemos darle crédito, bastante
no ve en lo definido de tales formas la esencia del proceso natural
bien. Así, le ha sido posible ordenar la serie de los fenómenos
de la creación. En efecto, le interesan bastante más las fuerzas
y de las experiencias. Este orden diverso y múltiple, este su conoci-
miento de las cosas de la naturaleza y de la vida, me gustaría formativas de esas mismas formas.
»Acaso sea un filósofo sin quererlo. Y si, como los optimistas,
compararlo a las raíces del árbol.
no proclama a este mUIldo como el mejor de los mundos posibles,
»De las raíces afluye al artista la linfa que le atraviesa a él
tampoco quiere afirmar que el mundo que nos rodea es demasiado
y a sus ojos. De este modo, realiza la función del tronco. Impulsado
y conmovido por la potencia del flujo de la linfa, lo dirige en malo para poder tomarlo como modelo. El sólo dice: tal como
la obra según su visión. se presenta en su aspecto actual, éste no es el único mundo que
»Así como se ve el follaje de los árboles extenderse en todas eXIste.
las direcciones, en el tiempo y en el espacio, del mismo modo »En consecuencia, con mirada aguda, el artista penetra las cosas
ocurre también en la obra. que la naturaleza le coloca, ya formadas, ante su vista. Cuanto
»A nadie se le ocurrirá pretender que el árbol forme su follaje ,/ más en profundidad mira, tanto más fácilmente relaciona los puntos
sobre el modelo de sus raíces. Es fácil comprender que no puede de vista de hoy con los de ayer, y tanto más se graba en él,
110 A1arío De lvnchelí
Las vanguardias artisticas del siglo XX 111

en lugar de la imagen definida de la naturaleza, la imagen esencial


Kandinsky, está c'<=>'~Y5:~ciª0~e:J)_~dg_per~e_t~ªEJª~ort.~za_9.~tII1_l!.I1.<i0
de la creación como génesis.
Je:!1-0l!1:~I1iC.2~.s:.()~0._.e~tá......c:C?J~y~.~j~()...cie:~'l~~.e:Lart~_pUe:9~~~r
"El se permite también pensar que la creación no puede estar .d2entido crea ti Y.2..i~. .la....I1.ªt:1::l!..alez~_~.e~odo direc to. Kt1__ <:aglpjq,
hoy enteramente terminada, y extiende, así, esta acción creativa para Kandinsky e! m~I1.4.2...21?jetivo~siI1.fr-ªEqll_é:ªl2L~ eI1~r:.~ el fTl..l:!!1.:_
de! mundo del pasado al futuro. De esta manera da a la génesis do o1:JieQY.º_Y..la~~(<::.!:_;Ldel arte no ha~C2Il.i~cto;E~.t.~ntoLe:.l
una duración.
~~e:_!1.<?p.tJé:~e.se: r más abstracto en modo absoluto. ~Ek.e
"y prosigue.
no existe este diafragma definido entre artista y mundo fenoménic~;
"Estando aquí en la tierra, mirándose a sí mismo, dice: Este P~!~to,_su lenguaje rechaza la abstracción a\)soluta._.K3ndin~.l<:y
mundo tuvo un aspecto distinto y aún tendrá otro diverso. tiende a suscitar en el alma resonancias mediante puros ritmos
»Pero, yendo más allá, piensa: Acaso en otros planetas se haya f;~;'~l~~~;;-vibra~iones.cromáticas.-EClf Sll~EªI.t.~,J5.!~e: tleJ:1de
llegado a formas completamente diferentes.
a expresarse siem..l'E~21~goríª~..2.f.l_ªL()gi.a2....L~~~bo_~<?~..:...... Su~
»Semejante movilidad acerca del desarrollo natural de la creación ~e2l~ definic.i~r:_:.~~!.!rte~.s la imagen alegórica de la creación»42.
es una buena escuela formativa, puede sacudir profundamente al En suma, en Kandinsky.!Ja concepción ascética opone el espíritu
artista, que, al ser también móvil, llevará esta libertad de la evolu-
Lla. m~~iªLrni~t1.t.r:.ªs.q¡¿~..~l.iJ:1.maI1..entis~o de_1Z1ee elimina.~
ción al desarrollo de sus personales creaciones.
dua}i.~.ai_p_~E.~_afi!I?:ar una continuidad del universo. De ahí su
»Teniendo en cuenta este punto de vista, será, pues,justo eximirlo distinto modo de proceder en la creación de la obra. No en
de revelarnos que el estadio actual del mundo de las apariencias
~no J?~ pri!.l1e:r()s cu;¡dr.()~.ª.b~tr.act?~ _-ª.e._~andins!<: y .llevan el título
que se le ofrece de modo accidental está cerrado en el tiempo
yen el espacio, y que, por ello, es demasiado limitado con relación
_ºS: .1mPT}J vis (leí ones....fu.J:l!l..irnR.1:!!?º,.J:!ll.-ª.ba.nc!.º-n.9:. lír:. i c(),.u.I1. íI11p e~u,
...1:!n entusias~º-.2..I11usj91;>J.~~~e.s.i~_.é:.tnacimiento de sus lienzos.
a sus visiones profundas y a sus conmovidas sensaciones.»
Es el principio del rapto que permite al místico, al separarse la
y Klee continúa: «¿Acaso no es verdad que el microscopio condición material, unirse a la esencia de Dios, puro espíritu. Nada
crea ante nuestros ojos imágenes que llamaríamos fantásticas y de todo esto hay en Kl~<::: sus cuadros están hechos de «economía»,
paradójicas si las viéramos por ahí, por casualidad, sin comprender
su espíritu? como a él le gustaba decir. ~sl1y~_e~.l~t1~~!ÍJ..QlJ.e.!.3:ció.t1_i.J:1t~k<:.t.ua.L ~ .
enJ~ue ta~~ién ~Ls.e:.t1.ti.l!1:íento ..~_.hace ilg1.1.do ,.11it:idQ-yqi?t.<lli.110, 1,11
»Si el señor X enCuentra una ilustración de ese tipo en una en la que todo procede con medida. Klee necesita de medios ~;

publicación sensacional, gritaría indignado: ¿Y ésta,<; serían formas


¡
afiladísimos para penetrar, a través del mundo fenoménico, en 1
de la naturaleza? ¡Pero si esto es arte industrial!
el mundo nouménico. y, una vez que ha llegado a él, y en
»¿Es que al artista le interesa la microscopía, la historia o la cuanto despliega su imagen, echa raíces en él, y él mismo se hace
paleontología? Sólo en un sentido comparativo, sólo en el sentido parte integrante de las fuerzas creadoras naturales.
de la movilidad, y no en el de un control científico de la fidelidad Partiendo de estas ..consideraciones, también resulta más claro
a la naturaleza. Sólo en el sentido de la libertad, de una libertad e! proceso de formación de los modos figurativos de Klee y de
que no lleva a determinadas fases de desarrollo, que una vez Kandinsky. ;1

fueron así o que serán así en la naturaleza o que así podrían /


:'-;1i
ser en otros planetas (acaso un día mejor estudiados), sino de
:,\parte la sugestlon que en él ejerció la.liberación del color ¡¡
una libertad que sólo pretende su derecho, es decir. el derecho '!I
llevada a cabo por los}wves, Kandinsky sufre, sobre todo, la
a ser móvil como es móvil la gran naturaleza.» -
jnfluencia de!}Llgendstil, de! que Munich fue el centro de irradiación ,:1

más vivo de toda Alemania a finales del siglo pasado_ Se suele I1


Estas son las bases de la poética de A diferencia de
hacer concluir esta influencia con los primeros años de su actividad
112 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 113

muniquesa, es decir, hacia 1906. En realidad, va más allá y constitu- y Composiciones de aquellos años. La línea del Art Nouveau se
ye un elemento fundamental del primer abstraccionismo kandins- mueve en el rectángulo del folio o del lienzo sostenida por un
kiano. impulso fantástico, se ensortija, se quiebra, se yergue, camina dere-
El] ugendstil, nombre que tomó en Alemania, o Liberty, nombre cha o se repliega de golpe. La obra ya no refleja el mundo objetivo:
inglés que hizo fortuna en Italia, o Secession, como fue llamado el puente con la realidad «contingente» se ha roto. Lo que Kandinsky
en Viena, o, finalmente, Art Nouveau, expresión francesa que tuvo pretende hacer resonar en el espíritu del hombre con los puros
mayor aceptación, ejerció un fuerte atractivo en los artistas que medios de la pintura, finalmente liberados de la esclavitud milenaria
a comienzos de siglo trataban de salir-del callejón sin salida del del objeto, es la armonía misteriosa del universo y la presencia
naturalismo. Las relaciones entre Art Nouveau y pintura merece- de Dios en él.
rían un examen particular. Ya nos hemos referido a ello al hablar Así pues, la ascesis está lograda. Kandinsky tiene cuarenta y
de Munch, pero el análisis debería extenderse desde Gauguin hasta cinco años. Otros muchos elementos intervienen en su creación,
Toulouse-Lautrec, pasando por los nabis, Hodler, Klimt, Picasso, elementos que le llegan del arte popular ruso, de los iconos y
Modigliani, Viani, Segantini, Gino Rossi, Casorati... A veces, la hasta de la grafia del alfabeto cirílico, pero son elementos comple-
relación es directa, como en K1imt, otras es indirecta. En el Art mentarios: la ruptura decisiva se ha producido a través del Art
Nouveau hay el exotismo y el simbolismo del arte oriental, del Nouveau. Sin embargo, es necesario añadir una indicación para
arte japonés especialmente, que ya había ejercido una viva fascina- comprender el proceso que llevó a Kandinsky a esta forma de
ción sobre algunos impresionistas y sobre Van Gogh; y hay la abstracto-expresionismo lírico: la sugestión que en él ejerció la
libertad de invención formal confiada a la línea, línea que puede música. De los títulos de sus cuadros a sus ensayos teóricos, las
desarrollarse fuera de la imitación del objeto en un espacio propio, referencias a este arte son frecuentísimas. Además, por aquellos
desvinculado de las reglas de simetría que desde el Renacimiento años, Kandinsky era amigo íntimo de Schonberg, el futuro inventor
habían prevalecido hasta el siglo XIX. La perspectiva renacentista de la dodecafonía, y que también pintaba y participó en la primera
se encamina en el Art Nouveau, en el ámbito de la pintura, a exposición de Der Blaue Reiter. Para Kandinsky la «afinidad entre
su agotamiento en favor de la imagen sin profundidad, es decir, música y pintura ... es el punto de partida de la vía por la que
de la imagen resuelta sólo en superficie; de aquí, el carácter eminen- la pintura, con la ayuda de sus propios medios, se irá desarrollando
temente decorativo de tantas de sus muestras. hasta llegar a ser arte en sentido abstracto». Carecer de sentido
Grohmann, al recordar el encuentro de Kandinsky con Van musical quiere decir para él estar cerrado a la comprensión no
deVelde por aquellos años, recuerda también una significativa sólo del espíritu, sino a la comprensión moral del bien. Esto es
definición de este maestro del Art nouveau,o es su definición de lo que quiere poner de relieve cuando encabeza uno de los capítulos
la línea: «La línea es una fuerza, y como las demás fuerzas elementa- más importantes de su tratado con algunos versos de Shakespeare:
les es activa; varias líneas puestas en relación, pero contrastantes,
El hombre que denti-o de sí no lleva la música,
producen el mismo efecto que numerosas fuerzas elementales con-
y al que la armonía de los SOl/idos no conmueva,
trapuestas.» Esta definición, fundamental para comprender el movi-
es proc!ilJe a la traiciól/, al hurto, a la pe~fidia;
miento, apareció en '1902 en los Sermones a los legos.' Llevando
oSCllra CO/I/O la noche es su illteligolcia,
hasta sus últimas consecuencias esta propuesta de autonomía de
oSCllro COI/lO el Erebo es su pCIIsamiellto.
la línea podemos ya esperar los primeros resultados abstractos
iDesco/~jJa de este hombre' «jE\Cllcha la IIIlísica!»
de Kandinsky. El arabesco floreal del Art Nouveau, desligado de
referencias a la figuración objetiva, lleva inevitablemente a la prime- La «música de los colores»: la meta que se negaba a alcanzar
ra acuarela abstracta de 1910 y a toda la serie ,de Improvisaciones Van Gogh. Así, los esfuerzos para independizar la pintura de
114 ¡\''1ario De A'1iclzeli Las vanguardias artísticas del siglo XX 115

la literatura terminaban empujando a la pintura, una vez más, y allí, después de su exclusiva dedicación a la gráfica, se descubre
a una esfera no suya, precisamente la de la música. Pero, siguiendo como pintor. Su Diario está lleno de notas, sobre esta iluminación
esta vía, Kandinsky también llegó a descubrir algunas leyes básicas que lo llena de inmensa felicidad. Una noche de luna: «Esta noche
del color y hallaba en él posibilidades sorprendentes y virtudes quedará profundamente dentro de mí para siempre. Alguna pálida
desconocidas. Tales descubrimientos, separados del esquema místico aparición de la luna en el Norte me traerá a la memoria el recuerdo
a que Kandinsky los había vinculado, tendrán un peso determinante como una imagen reflejada en el espejo; no la olvidaré nunca.
y positivo en muchas soluciones filQlrativas contemporáneas, si Será mi novia, será mi otro yo. Un estímulo para reencontrarme
bien, por otro lado, abrirán la vía a innumerables arbitrariedades. a mí mismo, porque yo soy la salida de la luna en el Sur.» Una
boda árabe: «Mil y una noches con un noventa y nueve por ciento
La influencia del]ugendstil también se dejó sentir en Paul Klee, de realidad. ¡Qué sabor penetrante, embriagador y clarificador
pero no de forma decisiva, si bien en su obra se pueda descubrir al mismo tiempo!» Y, finalmente: «Todo ello penetra profunda
que ciertos «detalles» de Klimt, indudablemente, lo ayudaron en y dulcemente en mi personalidad; lo siento y adquiero algo sin
la elaboración de su lenguaje. También tuvo íntimas relaciones esfuerzo. El color se ha apoderado de mí. No necesito apropiarme
con la música y fue un excelente ejecutante; sin embargo, no de él. Me ha tomado para siempre, lo sé. Este es el significado
se puede decir que en su pintura haya una excesiva mezcla con de esta hora feliz: somos una sola cosa el color y yo. Soy pintor»44.
este arte. También tuvo una sólida formación literaria y acaso La formación de Klee es distinta de la de Kandinsky, como
sea ésta, a fin de cuentas, la que mayormente se refleje en el distintos son sus humores filosóficos. El, por ejemplo, no quiere
carácter de sus imágenes figurativas. Klee está empapado de toda oír hablar de teosofia o de doctrinas análogas.· Cuando alguien
la literatura que los expresionistas aman, pero así como le gusta le lleva los libros antroposóficos de Rudolf Steiner, que Kandinsky
infinitamente Mozart, también le gustan los poetas griegos, los admiraba, Kle,e los rechaza. No ama lo nebuloso en el arte; quiere
clásicos, Cervantes y Gogol. De los artistas contemporáneos le fijar con extrema agudeza lo que es sólo presentimiento de una
interesa Alfred Kubin, el prodigioso «blanco-negrista» cuya tenebro- verdad. Por ello, su estilo busca lo definido, la concisión y la
sa sustancia poética comprende plenamente. Así habla de él en sobriedad que nace del máximo rigor, de la máxima pericia. Hasta
su Diario: «Huía de este mundo porque no lograba soportarlo el sueño más vago, más incierto y alusivo debe ser pura transparen-
fisicamente. Pero se detuvo a mitad de camino; siente el deseo cia, limpidez intelectual. De este modo consigue llegar a donde
de lo cristalino, pero no consigue liberarse del fango viscoso del Kubin no había sido capaz: a un reino de cristalina existencia
mundo rea]" 43. no manchada por el «fango viscoso del mundo real».
Van Gogh también le interesa, pero más aún Ensor, sobre Pero, por las razones que hemos expuesto, la evasión de Klee
todo el Ensor.de los grabados, del trazo sutil, minucioso y penetran- tiene lugar siempre, o casi siempre, en la continuidad de la naturale-
te. También Delaunay, de quien en 1913 traduce el ensayo Sobre za. Así, dotado como estaba de una excepcional y sutilísima fantasía,
la [¡¡z! le ofrece algunos motivos de interés: le convencen el sentido crea una encantadora fábula en la que el reino mineral, el reino
órfico de su cubismo, el ejercicio nítido y mágico de la inteligencia vegetal, el reino animal, los espacios cósmicos y los universos
en la creación. Pero, posiblemente, la mayor influencia de todas estelares se encuentran. No es fácil salir de los jardines de Klee.
la ejerció el encanto del Oriente: Túnez, Egipto, los países de Se camina entre arborescencias lunares, entre arbustos de coral,
Asia Menor y la civilización islámica en general; muchas de sus por encima de lagos de amianto. Se ven entre las ramas los verdes
obras deben a este Oriente fabuloso, a sus antiguos vestigios y pájaros de fósforo y las estrellas que se confunden con la escarcha.
a su arte remoto más de un motivo de inspiración. En abril Se vive, ora en un paisaje de cuarzo, ora en una landa submarina,
-,.
de 1914 -y esto también es significativo-, se halla en Túnez. en el corazón de una luz preciosa de alga y de diamante. Otras
116 Mario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 117

veces, en cambio, se camina sobre un mosaico vibrante, o entre ción, pero nadie dudará de la sinceridad de Gropius y de muchos
una selva de símbolos domésticos o exóticos que emanan un ligero de sus colaboradores. El manifiesto de 1919 de la Bauhaus dice,
tóxico cromático debido a una invisible desintegración. Pero, a entre otras cosas: «Formemos una nueva comunidad de artífices
veces, su visión también es más inmediata y directa. sin la distinción de clases que alza una arrogante barrera entre
Leamos algunos títulos de cuadros de Klee, títulos nacidos artesano y artista. Concibamos y creemos juntos el nuevo edificio
con la inspiración del cuadro: Una paloma que desciende del cielo, del futuro que abarcará a la arquitectura, a la escultura y a la
Aves acuáticas, El pabellón de las mujeres..L.. Tejado azul, Luna naranja, pintura en una sola unidad, y que un día será alzado al cielo
Parque bajo la lluvia, El ex Kaiser, Flores en la noche. Comparémoslos por las manos de millones de trabajadores, como el símbolo de
con estos otros de Kandinsky: Mancha negra I, Cuadro con fondo cristal de una nueva fe» 46.
blanco, Pequeño cuadro con amarillo, Improvisación con formas frias, Aquí están las raíces de aquel «hacernos felices» de Klee. También
Oscilación en puntas. Esta simple comparación nos da una pista por lo menos durante cierto tiempo, creyó en el socialismo
más acerca de la diversa dirección de trabajo de estos dos artistas. de la Bauhaus y en el poder de redención social del arte. Y
Kleebusca el sutil esqueleto de las hojas, el alma de una brizna creyó en ello vivamente, con abierta esperanza. La conclusión
de hierba, el esquema de la circulación de la linfa en el tronco de la conferencia de Jena de 1924 lo confirma explícitamente:
de un árbol, la geografía de los nervios que serpentean en el «La obra debe crecer cada vez más alta, y, cuando haya llegado
cuerpo terrestre; busca la vida en su estado germinaL su tiempo, tanto mejor. Nosotros tenemos que buscarla todavía.
Ni siquiera en el período de la Bauhaus (1921-1925), cuando Hemos encontrado alguna de sus partes, pero no su conjunto.
Kandinsky pasa al abstraccionismo "frío», es decir, geométrico, Todavía no tenemos esta fuerza final, porque el pueblo no está
recibiendo la influencia constructivista del ambiente, Klee renuncia- con nosotros. P~ro nosotros buscamos un pueblo. Hemos empezado
rá a la supremacía de la inspiración. También él introducirá en allí, en la Bau!¡aus, con una comunidad a la que consagramos
sus obras elementos estructurales, reconociendo la utilidad de la todo lo que teníamos.»
geometría y de la mecánica, pero, al mismo tiempo, recomendará
a sus alumnos: «La teoría es una ayuda de la claridad; tenemos
El realismo expresionista
leyes, pero también tenemos la posibilidad de alejarnos de ellas.
Quien siga las reglas can demasiado rigor se perderá en un campo Der Blaue Reite~~~aba~(::abad<:l,-_p~E~,~12. 19~~~~i!J~~,.\li,cl.:l....~1 ,
baldío. Se puede cambiar el punto de vista y también las cosas. g'.tlP() ~t;10S llamados «cuatro azules»,. formado por,'!s~~dinsky,
Como quiera que sea, el movimiento libre es casi un deber moral. ~J~<:c.lawlensky_Y-.!t:jniI1J:;~~' Este último, en muchos aspectos,
Siempre se puede representar algo sólo interesándose en la norma. había reanudado las investigaciones de Marc, fundiendo elementos
Pero con esto el artista no cumple con su deber, pues la finalidad cubistas y futuristas con una extrema exigencia de pureza formal.
de un cuadro es hacernos felices"45. Pero ya hacía algunos añQs que en la situación artística alemana
La Bauhaus fue fundada por Gropius en 1919 como una escuela intervenía otra serie de hechos decisivos.
libre de artes y oficios orientada a dar un conocimiento teórico-prác- del además de los problemas sociales y políti-
tico de las artes aplicadas, del arte industrial y de la artesanía. cos habían ocupado violentamente el primer plano en el-p~­
Era una escuela democrática, nacida en el clima de la república ríodo postbélico, ~~bi~.impulsado a más de un artista a reflexionar
de "Weimar, la república surgida del destronamiento postbélico so5rt; I~,_e;.cp~!1.e.~cia. . p,;l~1cl,;l_,Y...2~bre la situación de}~__.,.',~-fi­
de la monarquía por el pueblo alemán y dirigida por el partido gurativa tal como se estaba desarrollando por aquellos años. La
socialdemócrata. Así pues, la Bauhaus recogía el tema positivista .J:'ef1~ióllJ:Ql!1:ó u!!:,Qr.ác:té:!,criticoy,un t~no p;lé-~-i~~'~-Qe.este
en una perspectiva socialista. La ilusión reformista hacía su apari- ITlocio se ré:a,ccionaba contra todas aquellas formas de arte ,que,
118 Mario De iV1icheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 119

de una u otra manera,. e1u(lian_19sprº1:l1el1:l_d:~_I11ªs_11.!-gent~s,Jºs su tiempo con mayor claridad, no se refugiaban en la metafísica.
problemas que una realidad de implacable dur_ezaª_es_cll_1:lria_sin Sus fines estaban libres de prejuicios anticuados y pasados de moda.
;;'~di~iLl!.~as _y~ir:!_circ;':l-nl0Cl!:li~. Por ello, se reaccionaba contra las . Querían realidad, querían trabajar por exigencias actuales y preten-
efusiones del alma como contra el tecnicismo sin alma. La sol~.s:i~I1!__ dían que la producción artística tuviese fines controlables. Por
aJa vía de la solución, se presentaba ahora en un arte enraizado desgracia, en la práctica, los constructivistas cometen un error:
pr~c;isamente en aquella realidad contradictoria y accideI1t~da, en no logran su objetivo porque casi todos insisten en quedarse en
_un arte sin coartadas espiritualistas 0E.t:formistas, en un art~ d~E_o. la esfera de acción del arte convencional. Olvidan que hay un
despiaAaªo~()J:!1().l~_r..e~lidad,pero qlle, al mismo tiempo., fuese útil solo tipo de constructivista: el ingeniero, el arquitecto, el herrero,
al hombre. En
------_._ resumen, un arte
.. _--------_._-- .
no tanto «revolucionario»
------------~_.-_._--_._.. _. __
en la
.. --------.-
.~_._-----
el carpintero, en pocas palabras, el técnico. Y creen que son ellos
como en el contenido. los que lo guían, mientras que en realidad no son más que su
Esta fue, en particular, posición de Kathe Kollwitz, Barlach, reflejo. Los más honrados dejan a un lado el llamado arte y
Ott~-í5ix, ..Grosz,
-_.,-----.~~-_
Beckmann, J~hn H-eartfield y Hans Grundig.
-...... _--_._-----_._------------------------------_......
em piezan a interesarse por las verdaderas bases del constructivismo:
Grosz fijó los motivos de esa reacción en una página de 1925, los conocimientos técnicos. Pero todavía siguen intentando salvar
una página en la que analiza, precisamente, la situación que se la bella palabra arte y, en cambio, la comprometen. Los muebles
había ido creando en el arte alemán por aquel tiempo: «El alma de la Bauhaus de Weimar probablemente están construidos de modo
debía entrar en liza. Este fue el punto de partida de muchos excelso, pero nos sentamos más a gusto en sillas fabricadas por
expresionistas. Se trata de señores muy honorables, un poco dema- carpinteros absolutamente anónimos, porque son cómodas, que
siado meditativos. Kandinsky escribía música y proyectaba en el en las diseñadas por los constructores de la Bauháus, cuya técnica
lienzo la música de su alma. Paul Klee, sentado en una mesita se complace románticamente en sí misma. Lógicamente desarrolla-
de trabajo Biedermeier, hacía labores de ganchillo como una frágil do, el constrw,tivismo conduce a la abolición del artista tal como
doncellita. En el llamado arte puro, sólo los sentimientos del pintor se presenta en su forma actual... ¿Qué hacer entonces? Todo lo
quedaron como objeto de representación; la consecuencia fue que que hasta aquí sé ha dicho conduce a una solución: ¡Liquidación
el pintor auténtico se vio obligado a pintar su propia vida interior. del arte! Y, sin embargo, esta solución no satisface»47.
y aquí empezó la calamidad. El resultado fue que se formaron La reacción a semejante estado de cosas llevará a la formación
setenta y siete tendencias artísticas. Todos pretendieron pintar la de una nueva corriente artística, llamada Neue Sachlichkeit: «Nueva
verdadera alma. Hubo también algunos grupos que consideraron objetividad». Pero es difícil comprender el significado cultural de
que todo aquello era un error, pues el alma es, en verdad, un esta corriente y sus caracteres, incluso contrastantes, si no se logra
modelo un poco fluctuante, y con ardor fogoso se lanzaron sobre comprender las vivencias de un gran número de intelectuales alema-
otros problemas. ¡Simultaneidad, movimiento, ritmo! Y esto no nes durante la guerra y los años inmediatamente posteriores a
era, naturalmente, más que un idealismo aún más inútil, porque ella.
en pintura la simultaneidad y el puro movimiento sólo se pueden
expresar de modo insuficiente. La experiencia de muerte y de mIseria, junto al espectáculo
»Y, sin embargo, precisamente aquí se rastrean los orígenes de hipocresía del burgués, la ostentación de la riqueza y la jactancia
de los nuevos conocimientos. Cuando se hablaba de dinámica, de los generales, el desorden de la derrota y el derrumbamiento
inmediatamente se reconocía que en los áridos dibujos de los de una sociedad en la vergüenza, todo ello no había ocurrido
ingenieros la dinámica hallaba su expresión' más inmediata. El en vano._Lo__ql1e_alg~p()s_e_~p!:~~()_l1istas~~bíal1_intuido oscuramente
círculo y la línea borraban el alma y la especulación metafisica.
Entonces entraron en escena los constructivistas. Estos miraban
k se había mudado en una realidad~~~_!!1ástrág~~a_LjJ~\Toro.~!.
El ulterior desplazamiento a la izquierda de los intelectuales era,
120 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 121

pues, inevitable, y a menudo adoptó las formas más extremadas consQliQaciQ!Lcl~.Jlrl,.e:X:PIe~iº!1is.ITl..9_r.e<ll.ista.º.cle un.',T~rj~!E.2.~~­
y radicales. sionista con características nuevas.
_ _ . _ . _•• • "._ ••••• ~, oo. .._. ~ __• _ _ • _

Una de las consecuencias de esta reaCClOn cOntra las causas QuieI!~Le.n..eL~ªl!lP..2_sl~_lªs. . ªE!.e:UJ~sti~ás dierClE.. n ~~rgico .u
que habían generado la aberración de la guerra es, sin duda, el !!!1pulso ~_e2~a.,!.eI!cl.eE.<:ia.ft1~~2IlI3a.I"lat:.11..'.I)()r:. l(). menos en parte,
dadaísmo en todos sus aspectos: literario, artístico, político y moral. _LK.ªthe_KQ.ll~it~:. .Barlach había comenzado -; t;¡la~-en"~ad~~;
Pero la consecuencia más importante fue la formación de un grupo campesinos, mendigos y vagabundos desde su viaje a la Rusia
de literatos, poetas, directores teatrales_y cinematográficos, músicos meridional en 1906. Su actitud ante los «humillados y ofendidos»
y artistas comprometidos vivamente con la historia de esa época, era vagamente dostoievskiana, con mezcla de profunda simpatía
actuando con su trabajo en apoyo de las fuerzas revolucionarias, y viva religiosidad. En él la «ruptura» con la visión positivista
haciendo una crítica a fondo de la vieja sociedad, y dedicados, de la vida se verificó con una dolorosa sinceridad moral. «En
en suma, con todas sus energías al renacimiento de una Alemania un cierto momento -escribe- se manifestó en mí un alejamiento
democrática. El paisaje cultural de este período es uno de los de la aceptación automática de toda forma gratuita. Se me impuso
más ricos y fructíferos, aunque, lógicamente, también fue heterogé- la elección de una forma decidida y fuerte, grotesca y armoniosa,
neo e inmoderado. o incluso de una búsqueda instintiva de los ocultos nlores risibles
La revolución de noviembre de 1918 había derribado el trOno o trágicos que hay detrás de la habitual máscara»48. Detrás de
imperial de los Hohenzollern, junto con los tronos de los otros la «máscara» buscó la sustancia auténtica del hombre y la encontró,
veinticinco príncipes de los estados alemanes. Era una revolución como Rouault,. en los que sufr'en la injusticia. Pero, en mayor
engatusada, comprometida con 'muchas fuerzas del anterior régi- medida que Rouault, tuvo el sentido de la historia, de modo
men, y especialmente con los cuadros superiores del ejército guiller- que sus imágenes poseen una austera firmeza y un vigor menos
mino, a quienes competía la función de tutOres del orden. Pero místico. Así, Barlach, con sus litografias, grabados y tallas, en las
era siempre un acontecimiento excepcional que devolvía la libertad que las derivadones románicas y góticas se asimilaban a un pathos
a numerosas energías intelectuales. El derrumbamiento moral de actual, favoreció la orientación hacia un expresionismo más conte-
las clases medias ,alemanas, la inflación, el hambre, creaban una nido y estilísticamente más definido, que alcanzará su punto culmi-
situación dificil, pero también confirmaban la necesidad de la solu- nante en el monumento a los caídos de la ciudad de Magdeburgo
ción revolucionaria. Partiendo de tal constatación se había formado (1929).
el Novembergruppe, que reunía a los artistas ya, los arquitectos Por lo que respecta a Kathe Kollwitz, su importancia en el
de vanguardia, orientados políticamente a la izquierda. Pero durante ámbito de esta tendencia realista del expresionismo ha sido extraña-
los años de la república de Weimar la actividad cultural de inspira- mente minusvalorada. En 1927 Romain Rolland escribía: «La obra
ción democrática y socialista aumenta en calidad e intensidad. de Kithe Kollwitz es el mayor poema de la Alemania de hoy,
Bertolt Brecht comienza a escribir sus poemas y sus primeros un poema que refleja las. pruebas y los dolores de los humildes
dramas; Ernst Taller dedica su obra teatral Hombre masa «a los y de las personas sencillas. Esta mujer de corazón viril los acogió
proletarios» y Piscator dirige teatro. En el campo de la novela en sus ojos y en sus brazos maternales. Ella es la voz del silencio
Heinrich Mann continúa su requisitoria antiburguesa, Thomas de los pueblos sacrificados»49. A este respecto, su obra gráfica
Mann publica La montaña mágica, Arnold Zweig sus libros contra es de gran importancia. El estilo de Kollwitz, de las láminas de
la guerra y D6blin su Berlin Alexanderplatz. Toda una literatura extraordinario vigor evocativo de la Revuelta de los tejedores de
de tipo documental, el reportaje social, se afirrria como auténtico 1898 y de la Guerra de los campesinos de 1907, realizadas aún
nuevo género. En suma,Qesci~el interiordeLexpresionismo nacido con el gusto descriptivo e insistente del naturalismo, había pasado
'.
..
.~º.l!lº pr:.0testa de los sentimientos se observa el desarrollo y la a modos plásticos más sintéticos, más contraídos y potentes. La
Las vanguardias artísticas del siglo XX 123
122 ¡'viario De l'vlicheli

L~_~epEesentación de los «desastres de la guerra» es uno de


miser-iª,g~lo..s_º-a.r:ri~pºj:JLe.s.Q~J?edig,eL~.sp.ectáculo desesperado
de.l~~.~~~~ª~s, e1 ..do}?Ed_~.}as ma~E~~~Ja~.. Clue)a guer.r:a---hª-bía_.
l-º-s_--ª-sp.e~tºs_fuI14-ª~~Q!al~i.~.i'~~si.~=:I'.~alIS~=~~:x:p~si()Q~~fa~
--O t!?
Dix tocó en 1924 un vértice esencial su arte con un ciclo
arrebatado sus hij<:J~,J~Ul1cb~3~as manifestaciºn~ºbJ:.eras, ¿~
SC;;'f;~t-;;;:;-;-s-q~e Kollwitz trata. S_Ll_~razo desciende en profundidad de.cjnc::ueIHª---ªgll.alll.er:t_es.2().1:Jre. este tema:,. ~old;~c1(? __ e::!l._~U.r~l
oc;ódentaLh;lb.i a p r.e.5.m.ciªº.º-lgLh()f_rSlfes de la destrucción, el
y cap..i~_.<::::._IC?~g~~tos,- destacándolos, los ideales, las pasiones X
los .p::.r1~E1ientos d~.l02.J)~rs()!1_ajes de este gran d_r:ª--.m--ª.b-llmano-
espec~~<:ul0 ~ngust_~o~oª~J~~.~i?~~~_r~~,-~os furiosos choques, -1;;';
c-ªrnesdestro¿,;;lc!as E()~}as b0l!lbas.Y estos horrores, este espectáculo
cada día tenía en el Berlín de la derrota. «Estos folios
ge muerte los traslaQó_a susJáminas con u.n~desc.r_f¡;ci6~-=E.reci~.
años más tarde en su Dlario- son la esencia de mi
__0:9..L!L.~LI11~t()~o del naturalismo se demostraba, una v~z más,
vida. Nunca hice Ufj trabajo en frío, sino siempre, y en un cierto
sentido, con mi propia sangre»50. n~~esariº-p-ª!a no_e~E!!liE__.!!Í:!"l:gún detalle. El análisis del horror
se convertía así en un modo para circunstanciar el odio a la guerra,
De este período son inolvidables sus láminas conmemorativas
bI1tclQ.5_c,lJeIPQLdestLozªdQs -y .las .il1-ªt-ªnz-ªs,.Di"X__ I!g__,v.oly.!.a, .la
de Karl Liebknecht, asesinado junto con Rosa Luxemburgo en
enero de 1919 por los oficiales del ex ejército guillermino. Ese _c-ª_b.ezaI1i.J?1¿S~a_º--ªl.a.....s_ª-l\Tac:iéJfl,.~!l_~_«~i!:1g_-º~l .espí.!:i!u;>. Por el
contrario, fijaba la vista en aquella realidad mísera y pavorosa,
doble crimen fue la señal de la grave involución que debía llevar
con los ojos abiertos depar en par. En esta actitud había una
al fin de la república de Weimar y a la llegada de Hitler al
especie de ímpetu frío, de inderogable determinación que daba
poder. Kathe Kollwitz demuestra ser perfectamente consciente de
ello. La Iitografia conmemorativa realizada ese mismo año nace a su visión una particular dureza.
Lo que había visto no podía desaparecer tan pronto de su
de esa consciencia: los obreros que lloran ante los restos de Liebk-
consciencia. Así, los campos de batalla, donde armas, alambradas
necht son graves y solemnes; sus grandes manos que se tienden
y cadáveres e\n putrefacción se mezclaban en un paisaje maldito,
hacia el sudario, como en una caricia, dan a la escena una fuerte
intensidad patética. Las figuras forman un bloque; la cabeza de siguieron llen~ndo sus telas. Estos cuadros de Otto Dix eran el
Liebknecht está como apagada, como disecada; el ritmo narrativo espejo fiel de una «civilización» perdida o destinada a perecer.
es simple y severo. Una litografia que es típica de la nueva orienta- Por ello, el estilo que usaba estaba bien justificado. Su gélido
ción realista del expresionismo. expresionismo era tal sólo en apariencia, porque nacía de un juicio
Así pues, esta tendencia, cuya raíz hay que buscarla en el cargado de condena moral y de odio. El modo de deformar
filón de la cultura naturalista, constituye un serio intento de superar la imagen y de poner de relieve, casi con ferocidad clínica, los
la fractura creada a finales del siglo XIX entre arte'y sociedad. Los elementos más brutales de la visión, tenía ciertas analogías con
artistas deciden alinearse con la nueva fuerza histórica destinada las atormentadas figuraciones de Grünewald y con aquellos Cristos
a sustituir a la burguesía, y poner su arte al servicio del proletariado. lívidos, desgarrados Y retorcidos, pintados en la época de las matan-
Esto, independientemente del modo en que sucediera, es un hecho zas campesinas de la primera mitad del siglo XVI: la misma mano
culturalmente preñado de consecuencias para el futuro. En los despiadada, el mismo ojo que fija el horror, la misma tajante
años venideros esta elección será el centro de los problemas de firmeza.
un amplio sector de intelectuales, y siempre, en los momentos Entre las obras maestras de Dix sobre este tema se cuenta la
más tensos y más ricos en historia, volverá a aparecer con la Trinchera de 1920, repetida en 1923, y el Triptico de la guerra
misma urgencia: aparecerá como la alternatíva a la crisis, a la de 1929, del que hizo una réplica tres años más tarde. Pero no
angustia, a la desesperación. También el surrealismo topará con es posible olvidar aquí los Siete pecados capitales de 1933, una
la necesidad de tal elección. En efecto, éste es el significado del obra que es un obsceno aquelarre de brujas. monstruos e inmundos
«surrealismo al servicio de la revolución». personajes, entre los que se ve a Hitler, reducido a las grotescas
126 Mario De Micheli
Las vanguardias artisticas del siglo XX 127

y como huele que apesta dable desnudez bajo sus fracs, sus uniformes y sus toilettes refinadas.
Por delante un cura cojo
Los descubre físicamente, bajo sus vestidos desvela sus obscenas
Sobre su cabeza ac,?ita un incensario obesidades, sus estómagos peludos y sus sexos repugnantes, y hace
Para que no apeste demasiado. auorar, en el físico tan brutalmente puesto al desnudo, sus instintos
............................... . bestiales .
Rodeándolo con el brazo, fraternalmerlte, Políticamente Grosz también es un hombre comprometido.
Dos camilleros marchan, si no Como Taller, K~lthe Kollwitz, Dix, Brecht y Hue1senbeck, sus
El en elfango volverla a desplomarse sim patías se orientan hacia la organización espartaquista, que
y esto no puede ocurrir.
en enero de 1919 intentará una insurreción contra la doblez de
la socialdemocracia alemana. En su autobiografia, Un pequeño si
Pintaron el sudario del muerto
y 1m gran no, Grosz desahoga su sarcasmo contra los dirigentes
De negro, .de blanco, de rojo.
de la república de Weimar: «Las medidas tomadas por Noske
y se lo ponen delante; asi el fango
eran una clara demostración de en qué parte se había colocado,
Queda oculto tras los colores.
es decir, de parte de la reacción contra los trabajadores pobres
yen paro. La violencia imperaba. Karl Liebknecht y Rosa Luxem-
Primero va un sOlar de frac
burgo fueron asesinados. Quien ocupaba el poder no movió ni
y pechera dura
un dedo siquiera. Ebert, el ex guarnicionero, entonces presidente
Como buen alemán, que, ya se sabe,
de la República, estaba ocupado en hacerse cortar el bigote como
Su deber no olvida ... 53
Dios manda, a fin de parecer representante de amplísimos estratos.
En vez de llevat el sombrero de los demócratas de 1848 se tocaba
Una de estas baladas, Los tres soldados, se publicó en 1932 con una chistera~ Tenía que recitar un papel. Meissner, su consejero
ilustrada precisamente por Grosz, que en la postguerra desarrolló privado, maestro De ceremonias de la República, vigilaba para
y enriqueció sus temas. Ninguna de las contradicciones postbélicas que Ebert actuase. de acuerdo con la etiqueta de la corte y para
escapa a su dibujo ni a su búsqueda. Mucho de lo que graba que nada descubriera el hecho bien conocido de que en un tiempo
o raya en e! pape! también se agita dentro de él. Ciertamente, perteneció al proletariado»54. Pero Grosz no arremete contra los
no es un "puro)} del sentimiento. Pero consigue poner su psicología
dirigentes socialdemócratas y sus aliados sólo en sus páginas autobio-
irritada, turbada por el sexo y el sadismo pequeño-burgués, al
gráficas; sus dibujos también están llenos de referencias directas
servicio de una mayor penetración de! argumento, y la exprime e indirectas a su actuación. He aquí a Noske, el responsable de
sobre e! papel como un ácido corrosivo. Por esta razón, pocos las matanzas obreras de marzo de 1919, erguido a caballo como
dibltios fueron más crudos, más mordientes, más sinceros y «malig-
un fantoche, empuñando e! bastón de mariscal; he aquí al ministro
nos» que los suyos. Estos dibujos no eran sólo una denuncia y
Ledebour, rugoso, desdentado, viejo gruñón que agita sus manitas
una acusación hecha desde una tribuna moral situada por encima contraídas por la ira; he aquí a Hindenburg, jefe del ejército,
de la situación general: también eran una confesión. De ahí su
que preside con uniforme de gala el consejo de ministros ... Real-
inquietante eficacia.
mente, Grosz usaba sus dibujos como ún arma. i
¡
Esta gente que se agita en las calles, que come, que bebe
y que va a la iglesia; estos burgueses "irreprochables», estos capitanes
de industria, estos defensores de la patria, estos hombres de orden,
En todo ello había como una especie de ardor extremista y
de sectarismo. En aquel tiempo despreciaba todo 10 que no sirviera
directamente a la lucha. "Las artes y los artistas -afirmaba-
,
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&
no tienen secretos para Grosz. Los descubre y muestra su desagra-
no valen un hueso o un solo cabello de un obrero que lucha :$
~
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*
ª
128 Mario De jvficheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 129

i
por su propio pan.» A muchos años de distancia, Grosz, emigrado de una degeneración débilmente artística hacia una vacua decora-
a América para escapar a las represalias nazis, intentará derramar ción, de un tumefacto misticismo falso y sentimental, esperamos
mucho escepticismo sobre tanta fe; pero la historia queda, y tal llegar ahora al objetivismo trascendente, como puede brotar de
historia arroja una viva luz sobre la vivencia de los intelectuales un amor profundo por la naturaleza y por los hombres»55. Un
que, al intentar reintegrarse al papel histórico de una nueva clase, cuadro como La noche, de 1919, que tiene por tema una matanza
esperaron superar la crisis abierta desde 1848. perpretada en una casa por una banda de malhechores, es unO de
La fuerza con que este problema se planteó a todo un amplio los ejemplos más significativos de su obra de esta época.
sector de la cultura expresionista es, sin duda, uno de los aspectos El ansia metafisica que hay en Beckmann no es para él vehículo
más interesantes de este movimiento tan dificil de englobar en de fuga, y ello da a su problemática una fuerza auténtica. Este
una definición. Tal problema preocupó también a artistas como es el Beckmann más consistente, más vital y superior al que luego
Beckmann o Kokoschka, a pesar de que siempre se movieron vendrá con imágenes estructuralmente más decorativas. Reencon-
al margen de los grupos constituidos. trará la energía de antaño sólo cuando su frente obstinada y furiosa
Beckmann, como Dix y Grosz, se descubrió a sí mismo en choque con la aspereza de la vida.
el caos de la guerra. Las matanzas de! frente actuaron en él como Sin embargo, su actitud es tal que, aun acercándose bastante
acicate hacia un arte dramático y de advertencia. Su verismo a él, no podrá integrarse en el movimiento de la Nueva objetividad,
nunca tuvo la descarnada y fría exposición de Dix, sino que fue al que, en cambio, darán su adhesión Dix y Grosz. Por lo demás,
la chocante vociferación de un profeta. El no sabe hallar las causas este movimiento, constituidO entre 1923 y 1924, mostrará aspectos
del mal; del mal sólo prueba la angustia y la turbación. Su arte contrastantes hasta el punto de hacer confundir la Nueva objetividad
toca a rebato sobre el hombre deshumanizado. Sus cuadros están con el realismo mágico. En realidad, Beckmann, a pesar de vivir
atestados de figuras gesticulantes. Es expresionista en e! sentido inmerso en el clima expresionista, es un solitario como Kokoschka.
,
más evidente del término. En sus telas la composición no es el
resultado de un arrebato visionario. Sin embargo, Beckmann es Sin la presencia de este artista, Kokoschka, el paisaje del expre- 1
I
un pintor que excluye la posibilidad de una solución hacia el sionismo germánico se vería privado de uno de sus elementos
abstraccionismo. Incluso teóricamente es lo opuesto a Kandinsky: fundamentales. Kokoschka se formó en la Viena de Klimt, cuya
para él lo invisible se manifiesta sólo a través del mundo objetivo. influencia recibió, además de la de otro artista muy dotado y
Por esto sus cuadros son tan materialísticamente imponentes. Aspero, muerto en plena juventud, Egon Schiele. Pero también en Viena I
chillón y hasta descarado en la representación de la' realidad, pero la atmósfera es expresionista. Allí, por ejemplo, trabaja Richard I
1
siempre de excepcional sinceridad, Beckmann parece creer que Gerstl, también muerto joven, que pinta con sorprendente impulso
sólo un ciego poder domina la vida de los hombres, pero al en la línea de rvtunch. Los contactos directos de Kokoschka con
Berlín empiezan pronto, hacia 1910, cuando ya ha pintado una
1
mismo tiempo contra ello, aunque parezca absurdo, alza una prepo-
tente confianza en el hombre. Este modo de concebir la historia serie de cuadros seguros, eñlos que su personalidad y las característi- 1~
infunde a las telas de Beckmann una grandeza trágica que él cas de su lenguaje parecen definidas: los retratoS de Peter Altenberg,
traduce con modos monumentales. Beckmann rechaza los tonos de Ritter von Yanikowsky y de Herwarth Walden. En sus años
elegíacos y las efusiones del corazón. Cuanto más el tema lo lleva de Dresde, entre 1917 y 1924, alcanza su madurez.
Para Kokoschka el problema es también el típico del expresionis-
a un resultado patético, tanto más se vuelve natural y desdeñoso
,y tanto más los gestos de la elocuencia se vuelven mecánicos. mo: abordar las cosas con el aliento ardiente de la propia pasión I
~
El expresó bastante bien el sentido de su búsqueda 'en una confesión hasta ablandarlas y disolverlas, obligándolas a traicionar su secreto.
hecha en 1920: «De una despreocupada imitación de lo visible, Su subjetivismo está siempre condicionado por la realidad que
Las vanguardias artisticas del siglo XX 131
130 AJario De iVliclzeli
desarrollada en un refugio blindado y subterrárieo. Finalmente,
tiene ante sí. Hurga en ella y la altera, pero no se separa nunca no podemos olvidar que el mundo no existe por uno solo y
de ella. Vive en ella con su personal tormento. Entre él y la
que no se mueve sólo por nosotros»57.
realidad hay una relación de simpatía en e! sentido etimológico Estas palabras de Kokoschka, aunque sea retrospectivamente,
de la palabra: de padecer juntos. Por tanto, el medio expresivo captan mejor que cualquier otro razonamiento la instancia de
que necesitaba Kokoschka era un medio inmediato, algo bastante fondo que en el confuso clima de aquellos años presionaba en
semejante al medio impresionista, veloz y vibrante, pero al que la acción y en la obra de tantos expresionistas, y especialmente
había que permear de toda una nueva sustancia psicológica. El de aquellos que a la evasión oponían la presencia en la vida y
procedimiento era semejante al de Van Gogh, al que Kokoschka en la sociedad. Hitler, una vez en el poder, no hará distingos.
prestó singular atención. Pero, posiblemente, más que las pinceladas Con el marchamo de arte degenerado! condenará en bloque a todo
de Van Gogh le fueron útiles las pinceladas densas y furiosas
el expresionismo. El sentimiento de la crisis por sí misma ya
de! viejo Corinth, que había sabido llevar el impresionismo alemán era una amenaza para la dictadura, la cual se disponía a substituir
a una ardiente vehemencia. Junto a Van Gogh ya Corinth debemos la crisis, según una sentencia de Goering, por un «romanticismo
poner a otro artista, El Greco. Como quiera que sea, Kokoschka de acero». En e! fondo, los expresionistas mantenían abierta una
llegó a la conquista de! lenguaje partiendo de la más profunda herida y demostraban el fracaso de un orden; por ello eran enemi-
exigencia de su mundo poético, sin preocuparse excesivamente gos, y como a tales e! hitlerismo los persiguió, los dispersó, confiscó
de teorizar sus experiencias formales. sus obras, las depuró de los museos y las destruyó. Pero el expresio-
Para Kokoschka la pintura es constante fervor y viva exaltación mismo alemán" fructificará en otras experiencias fundamentales para
de todo el ser. Pero, lo que es igualmente importante, es también • \o el arte moderno: en e! arte mexicano, en e! arte norteamericano
expresión de una idea, de un concepto. Esta convicción le permitirá
de la época \rooseveltiana y en el arte italiano de los años más
más tarde abordar temas civiles o incluso políticos en el plano
infaustos del fascismo. En resumen, el expresionismo quedará como
de las grandes composiciones, como en el gran lienzo que pintó
una de las experiencias clave, como una matriz, aún hoy, no
en Viena en 1931 sobre el tema de la Previsión infantil de la Viena
del todo infecunda.
socialista, y, mejor aún, en los cuadros políticos que pintará contra
e! desencadenamiento del racismo y de las violencias hitlerianas 56 .
Se pueden considerar como conclusión de este itinerario kokosch-
kiano sus declaraciones publicadas en 1952: «La sociedad proletaria En Bélgica
del mundo de hoy necesita, sobre todo, de reflexión, a fin de
que no suceda que cada individuo se considere llamado por su
El movimiento expresionista belga se formó y se manifestó con
soberbia intelectual a realizar una obra de destrucción, seguro
retraso respecto al expresionismo alemán. Y, sin embargo, ya
de que la teja fatal sólo podrá golpear al cráneo del vecino. Si
en 1909, en las fértiles cam piñas bañadas por e! Lys, entre Deynze
no una despierta conciencia social, sí por lo menos una inteligente
y Gante, en Laethem-Saint-Martin, se encontraron y se reconocie-
reflexión debería sugerir al artista que un lenguaje artístico no
ron los mayores protagonistas de lo que será e! expresionismo
comunicable pierde todo significado si no transmite como mensaje
belga: Gustave de Smet, Permeke, Fritz van den Berghe y Albert
del yo al tú la experiencia que nuesrra humanidad renueva sin
Servaes. El expresionismo alemán tuvo escaso eco en Bélgica,
cesar. La experiencia es lo que nos hace salir de la condición
a pesar de que antes de la guerra, en 1912, se montó en Bruselas
de miembros de un rebaño para hacernos verdaderamente hombres.
una exposición de expresionistas de Alemania y a pesar de que,
Igualmente vacía es la existencia del esteta encerrado en su propia I
a partir de entonces, dos o tres coleccionstas avisados se habian
torre de marfil. La suya es una existencia inútil y antisocial, como
132 Mario De lvJicheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 133

procurado algunos lienzos de Marc, Kandinsky y algunos otros. y, acaso, del primer Van Gogh. El es, realmente, un flamenco:
Fueron contactos fugacísimos. En realidad, Bélgica seguía viviendo no le falta e! sentimiento robusto y sanguíneo de la existencia,
su aventura figurativa de manera autónoma. Luego, la guerra pero tampoco le falta, como a Rembrandt, el sentimiento trágico
truncó de golpe incluso aquellas mínimas relaciones que se habían de la misma. Así, en sus imágenes nunca hay debilidad, sino
establecido. un pesimismo enérgico, un pesimismo heroico.
Sólo durante el conflicto, precisamente en 1916, Permeke, en De ahí el carácter de la forma permekiana. Si muchos expresio-
Chardstock, pequeño pueblecito del Devonshire, donde se refugió nistas alemanes, a través de la poética de la espontaneidad y de
después de haber sido dado de alta del-hospital, termina un grupo la traducción inmediata de la inspiración a la tela habían llegado
de obras que marcan el verdadero comienzo del expresionismo a la progresiva disolución de la forma, Permeke, en cambio, necesita
belga. La herida que recibió en octubre de 1914 en el frente de una forma compacta, sólida y resistente. Pero si los expresionistas
de Amberes le llevó a Inglaterra, lejos de su tierra y de su gente, alemanes que confluyeron en la Nueva objetividad contra las «efusio-
y precisamente s:sta lejanía agudiza la nostalgia de su mar, de nes» sintieron la exigencia de una forma gráfica, analítica y descripti-
sus campos y de los hombres que los habitan. El extranjero, El va, Permeke tiende, en cambio, hacia una forma plástica y sintética,
carnicero El bebedor de sidra constituyen el punto de partida de
J porque sus sentimientos son simples y elementales.
un discurso figurativo lleno, macizo y épico. que sólo se cerrará Por esta razón tiende a un dibujo duro, marcado y esencial,
en 1952, año de su muerte. La misma mole de su trabajo puede y por el mismo acoge el método de la esquematización cubista.
servir para caracterizarlo, si se piensa que en un solo verano, Así, introduce la sigla del ángulo, de la arista y del cuadrado
el de 1925, pintó trescientas marinas. en la construcción de sus imágenes. Su cubismo está todo aquí;
Al final de la guerra Permeke regresó a su patria y fue a no tiene nada que ver con la específica poética cubista (en Francia,
vivir a Ostende, frente al Mar de! Norte, en una casucha al pie precisament~ por esas fechas, Gromaire marchaba en una dirección
de un faro. Al año siguiente, con ocasión de una cena en honor ;:¡náloga, introduciendo en el repertorio innumerable y monótono
de Auguste Oleffe, James Ensor tomó la palabra y dijo: «Hacia de las naturalezas muertas cubistas nuevos temas sociales de cam pesi-
el Este, un horizonte más cerrado detenía mi vista. Allí un joven nos, obreros y soldados). En suma, la línea cubista le permite
pintor ignorado trabajaba bajo el gran faro: hirsuto, joven y rubio dar a las figuras una arquitectura y una monurrientalidad. I
como Oleffe, este artista arrojaba al mar sus cuadros inconclusos,
sacrificio digno de los antiguos. El simbolizaba el esfuerzo del
PerO ninguna preparación de color puro ni ningún dato abstrac-
to penetra en la combustión creativa de Permeke. Sus sembradores, I
I
arte joven e incomprendido: yo pronuncio aquí 'el nombre de sus amantes, sus novios, sus bebedores, sus comedores de sopa,
Constant Permeke, el más modesto de todos.» sus familias campesinas y sus pescadores están realmente fuera
A partir de este momento, Permeke se esfuerza en representar de cualquier abstracción. Estas imágenes tienen e! peso físico y
í
un mundo en su potencia elemental. No es lo primordial cósmico la gravedad de sus personajes. Permeke representa la fatiga y la ~
de Nolde lo que busca, sino e! sentido de la grandeza del hombre, grandeza de la existenci; fijando su significado en algunos gestos ~.

plantado en la tierra como un árbol milenario: el sentido del solemnes. Sus campesinos son someros, toscos, tienen manos gran-
hombre en la amplitud, en el aliento potente de los horizontes des y pies que se hunden en los terrones, y rostros dolorosos
y en la trabajosa liturgia de las estaciones en que vida y muerte y cerrados en una inmovilidad antigua. Pero no son genéricos,
se alternan COn ritmo incesante e imparable. Algo de Ensor hay no son emblemas ni símbolos; son verdaderamente campesinos
en él, del Ensor que pintó el mar tumultuoso o El remero. Pero ligados. al destino de la tierra por un pacto que se pierde en
más aún se adivinan, tras sus grumos terrosos de color, tras su la noche de los tiempos, que se afanan sobre ella y que en ella ¡
/ ;¡
paleta de color de cuero, OSCura y densa, los campesinos de Brueghel son sepult:.>dos; son· campesinos-pescadores o pescadores-campesi- ¡
.~
134 ¡'vIario De lvlicheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 135

nos, cuya vida se redime sólo en esta gigantesca fatiga que los Fuera
ata al mar y al campo. La jauria imlumerable de los vientos
Detrás de esta visión se puede sentir todavía el naturalismo Lllir,lillllfl 1 11 umbra/es}' ¡'ellfallas;
de Zola, pero, por el modo plástico y por la afinidad del paisaje, De más allá de las olas viellen, de las ola.s espantadas,
son bastante fuertes las semejanzas con Verhaeren, el Verhaeren Dios sabe por qué atroz y nocturna matanza.
de Toute la Flandre. Ya hemos hecho referencia a algunas coinciden- El horizonte se sacude con su carrera y su vuelo;
cias de este poeta belga con algunos aspectos particulares del mundo Saquean las dunas y deva.stan el suelo;
de Ensor; en muchas poesías de Tarife la Flandre, publicado en Sus dientes ásperos y voluntariosos
1907, el espíritu y los modos literarios se acercan aún más a Roen y se encarnizan tanto
Permeke. Todo ello significa que el mismo Permeke y los expresio- Que morderian, en elfondo de la tierra,
nistas belgas han actuado en un clima de cultura histórico y que A los mismos muertos.
no fueron un fruto casual. Por tanto, es útil, desde este punto ¡ Ay, bajo los locos cielos la triste vida humana
de vista, releer por lo menos un texto de Verhaeren: Un village, Que su angustia y su pena junto a las olas refugia!
Les vieux des villages, o bien éste, Un toit, Id-bas:
La madre con los niíios y, en su canto, el abuelo,
¡Oh, la casa perdida erl elfondo del viejo invierno, Resto del pasado vivo que vive solo.
En las dunas de Flandes y los vientos del mar!
y repite, con los brazos cansados, la letanía,
La linterna de cobre alumbra apenas un rincón Fatigosamente, de los quehaceres cotidianos.
De la habitación; y es de noche y es noviembre.
jAy de mi! Pobre vida en elfondo del viejo invierno,
A las cuatro cerraron los pesados postigos; Cuando la duna grita y chilla con el mar;
La pared está ajedrezada por la sombra de las redes.
Cuando la mujer escucha, junto al hogar apagado,
En torno al hogar, bajo el techo, ¡jaga Un no sé qrlé en el alma de pobre y de triste,
El olor de las algas, del fuego y del yodo.
y brazos, COIl fiebre y llenos de miedo.
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i
SflS
Después de dos dias ell el mar. ell lucha con las olas, Estrechan alnifío para hacerle un sitio en el corazón:
El padre ha vuelto y descansa, arriba.

La madre mnanlanta, mientras la llama que decrece


Ella llora y espera >--y es la estancia como
Un nido atormentado por el puiio de noviembre 58 .
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~

¡\J11 alumbra la paz del seno desnudo.
~
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En Permeke la elocuencia es más contenida, más precisa, pero


Lentamente, sentándose en el escabel cojean te, en ella se observa la misma pasión huinana, que lo une, en muchos
El abuelo somlnio tomó su pipa y se siente solo, aspectos, al realismo del siglo XIX, a Millet y a Daumier, si bien
la sintaxis formal que utiliza ya está profundamente modificada.
1
En la casa dOllde cada ¡¡¡lO vive ahogado, No se puede decir que sea muy distinta la actitud de los demás ,j
1
E'lc pieio quejilllla eOIl dellsas bocanadas. expresionistas belgas, salvo en el caso de van den Berghe, que, ~
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136 Mario -De MicheIi Las vanguardias artísticas del siglo XX 137

de una inclinación cómico-trágica en los años 1920-1925, se orientó tes a Les demoiselles d' Avignon de Picasso, es decir, el Picasso protocu-
cada vez más hacia un simbolismo de alucinaciones, apoyado en bista, entregado a la experiencia de la escultura primitiva. En
el Bosca y en el gusto del aquelarre ensoriano. Pero Gustave 1912, siguiendo el ejemplo de Nolde y de Pechstein, se marchará
de Smet, Servaes, Loris Jespers, Edgard Tytgat y Jules de Sutter en busca de tierras vírgenes, embarcándose para el BrasiL Pero
gravitan, aunque menos dramáticamente, en torno a la misma más que de un exotismo propiamente dicho, para él debía tratarse
temática, con un lenguaje que del cubismo sólo Obtiene algunas de una aspiración a los modos de vida bíblicos y patriarcales,
indicaciones gramaticales. En cambi0.L. Brusselmans es el pintor de una sugestión nacida de la memoria de los cuentos judíos
que sentirá el problema cubist;¡ en una más estrecha medida formal, oídos en su infancia en Vilna, su ciudad natal. Acaso en un país
sin, por lo demás, abandonar el terreno de su formación. Por primitivo como el Brasil -debió pensar- un sueño como aquél
ello, la escuela expresionista belga posee una fisonomía inconfundi- podía hacerse realidad.
ble y sus resultados son, sin duda, de los más estimables. Se trata El período en torno a la década de 1920 es probablemente
de un expresionismo no cerebral ni metafisico, cuyos personajes el mejor de Segall, que había regresado del Brasil en 1913. De
mantienen una individualidad y una obstinada confianza en sí Sudamérica había traído una visión de paisajes intensos, pero llenos
mismos en el choque con los elementos naturales. de calma. Seguía pintándolos, sin embargo, no logrando sustraerse
a los presentimientos de la tragedia inminente que invadían los
lienzos de otros muchos expresionistas. Pero Segall rechazaba el
El expresionismo eslavo espíritu destrllctivo que tanto había arraigado en tantos artistas.
Aunque fuera de un modo confusamente afectivo, él se sentía
Al expresionismo nórdico, al alemán y al belga hay que añadir solidario de la comunidad humana, cuya miseria había conocido
un expresionismo eslavo que encontró· su salida en la Europa en el viaje de los emigrantes de Amsterdam hacia las tierras prometi-
centro-occidental, en Berlín, Dresde y París, es decir, en las grandes das de América Latina.

I
capitales artísticas adonde numerosos pintores y escultores emigra- Tuvo ocasión de profundizar en este sentimiento dolorosamente
ban del este europeo en los primeros veinte años del siglo. Esa al estallar la Primera Guerra Mundial, en un campo de prisioneros
especie de éxodo o de diáspora -muchos de estos artistas son civiles en el que fue recluido como ciudadano ruso. Estas experien-
judíos- es un fenómeno muy interesante y merecería un estudio cias, aun entre incertidumbres y vacilaciones, deciden su orientación
crítico aparte. En efecto, la contribución de los artistas eslavos
es notable; no sólo en el ámbito de la tendencia expresionista,
sino en todo el tejido del arte contemporáneo es fácil encontrar
una trama rusa, lituana, polaca, ucraniana o rumana. Ya hemos
y le permiten obtener resultados más seguros en su arte en los
años que siguen inmediatamente al conflicto. Recuerdo de Vi/na,
¡\1is antepasados, Interior de pobres, junto con la Familia enferma,
son algunas de sus obras más significativas y completas. En ellas
I
~

ji

hablado de Kandinsky y ahora nos referiremos a Lipchitz, Jaw- la personalidad de Segall se define como una personalidad de
í:
~
lensky, Kupka, Brancusi, Gabo y Pevsner, Archipenko, Gontcharo- naturaleza elegíaca más aún que trágica o dramática: la crueldad il
ñ
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va, Lariónov y Zadkine. Por lo que se refiere al expresionismo de la guerra, los horrores del hambre, las diferencias sociales,
en particular, los artistas que hay que recordar son Segall, Chagall en efecto, suscitan en él más un eco de desolado estupor que
y Soutine. el acento de la invectiva o el grito. Algo de hierático aletea casi
Segall llegó a París en 1906 y se trasladó a Dresde cuatro siempre en sus figuras.
años más tarde. Allí conoció a Dix y a Grosz. Pero su pintura En 1924 regresará definitivamente al Brasil, pero su inspiración
no participa del gusto gráfico de los dos artistas alemanes. El no cambiará. Su cubo-expresionismo seguirá siendo el dato estilísti-
expresa la doliente fijeza de sus figuras con modos bastante semejan- co fundamental de su arte. Exodos;- guerras, pogroms, seguirán
Las vanguardias artísticas del siglo XX 139
138 ¡'vIario De lvIiclzeli

poblando sus telas con un tono solemne de lamentación hasta labra la tierra, que se casa ante un pope y muere rodeada de
velas. Un dulce idilio habita los lienzos de Chagall: basta de
casi el fin de sus días.
sufrimiento para los hombres, basta de·esclavitud. El hombre ha
Como Segall, también Chagall siente el tema de los campesinos
reencontrado su libertad. El peso que lo doblaba ha desaparecido;
pobres, de los vagabundos y de los mendigos. Por lo demás,
es un tema del que está empapada la literatura rusa y cuya presencia se ha vuelto ligero, camina sin tocar e! suelo.
Esto es lo que cuentan sus cuadros y de esto hablan sus colores.
se nota también en la pintura democrática del siglo XIX. Pero
El transformó en imágenes su deseo de paz y de gracia para
él lo transporta a un mundo de fábula: en este reino él soñará
los hombres. El dibujo pueril, sus deformaciones sentimentales
la felicidad para los pobres. -
y sus colores frescos parecen reflejar un mundo que se ha liberado
Hace años, Chagall escribía: «Al abrir los ojos por primera
de! pecado original: de los árboles que él pinta cayeron para
vez encontré el mundo: la ciudad y la casa, que, luego, poco
siempre los frutos del mal. Sin embargo, sucede que también
a poco, se fijaron en mí para siempre. Después, encontré a una
sabe crear imágenes de dolor, como La muerte pintada en Petrogra-
J
muchacha. Ella atravesó mi corazón y se sentó en mis lienzos ...
Y, finalmente, conocí la revolución rusa. Los inútiles fantasmas do, donde reside desde 1907 a 1909, y donde, en la escuela de
se dispersaron. Ella (la revolución) me descubrió nuevas perspectivas Bakst, oye hablar por primera vez de Gauguin, de Van Gogh
y de Cézanne, de los. que recibirá alguna influencia, como en
y, en contacto con mi tiempo, me tiene vinculado a ella. Más
preciosa, acaso, que cualquier amistad o que cualquier encuentro, el Borracho de 1912 o en el Vendedor de periódicos de 1914. Pero,
ella es como la llamada del abismo y de las esperanzas»59. En incluso en estoS casos, su dramaticidad se diluye en el sentimiento
esta revolución veía el signo de la felicidad de sus mendigos. y en el patlzos de la piedad.
Pero las duras aristas de la revolución rechazaron e! grácil sueño
Más acongojante que Chagall, más consumido de ardores inter-
de Chagall hacia Europa.
Ya había estado en París en 1910 y regresó en 1923 pasando nos, es Chaim Soutine, alumno de la escuela de Vilna, como
Segall. París lo acoge en 1911. Vive una existencia dificil, precaria
por Berlín, donde ya había estado en 1914. También él recibe
la influencia cubista, pero sólo como posibilidad de superponer y desordenada junto con su íntimo amigo Modigliani, que llegó
las imágenes, de encajarlas las unas en las otras y de hacerlas a la capital francesa cuatro años antes que él. En su manera de
vivir simultáneamente, aunque fueran diversas, en la misma superfi- vivir hay no sólo la actitud de los bo!zémiens sino algo más serio.
J

Hay e! eco de la poética de Rimbaud, en la que desesperación


cie del cuadro. Su cubismo es, pues, de naturaleza arbitraria y
fantasiosa, y no tiene nada de rigor geométrico. En él actuaron y protesta se funden en una voluntad autodestructiva. Es la poética
más vivamente los iconos campesinos de su tierra, su espontáneo que Rimbaud expresó en la famosa «Carta de! vidente»: «El poeta
primitivismo y su misticismo popular. se hace vidente a través de un largo, inmenso y razonado desorden
Así pues, la poética de Chagall está anclada en el sentimiento, de todos los sentidos. J::n todas las formas de amor, de sufrimiento
y de locura se busca a sí mismo: consume en sí todos los venenoS
y en la simpatía de las relaciones humanas. El corazón de Chagall
es inocente y su alma está llena de candor. Su arte reposa en para no guardar m:is que su esencia: inefable tortura, en la que
necesita de toda la fe y de toda la fuerza sobrehumana Y en
el instinto fabuloso de su naturaleza. En efecto, en las fábulas
ocurren las cosas más raras: los hombres se vuelven pequeñitos la que se convierte en el mayo enfermo, en el mayor criminal,
como enanos, los niños crecen en un abrir y cerrar de ojos en e! mayor maldito de todos, y en el supremo sapiente.» Esta
como buenos gigantes y los pobresvue!an al cielo tocando e! carta es una clave de gran parte del arte moderno. Apenas «la
violín mejor que 10$ propios ángeles. La sustancia de la inspiración fe y la fuerza sobrehumana» dejan de estar en tensión, el artista
de Chagall no es inteleetualista. En sus cuadros hay gente que se convierte en presa de los demonios que él mismo ha desatado
Las vanguardias artísticas del siglo XX 141
140 Mario De Micheli

en su revuelta, y su enfermedad, el delirio, la locura y, en suma, El expresionismo italiano


lo patológico, son el único reino de su libertad. Se transforma
en víctima de su misma rebelión. Es el epílogo más trágico del Creemos que es conveniente hablar a continuación de Modiglíani,
decadentismo. En Soutine y en Modigliani esta «fe» y esta «fuerza por la íntima unión que le ligó a Soutine y también por su
sobrehumana», en medio de su desorden, todavía están vivas, pero mismo origen judío, común también a Segall y a Chagall. Tuvo
se advierte en ellas algo que las amenaza. En Soutine, sobre todo. una formación más compleja que Soutine. En el fondo, los datos
El pinta instintivamente sin preocuparse de las corrientes artísti- estilísticos que se pueden hallar en la raíz de Soutine no van
más allá de Rembrandt y de El Greco. En cambio, Modigliani absor-
cas ni de las tendencias dominantes ~ París. Está obsesionado
bió gran parte de las sugestiones estéticas difusas en el aire de
por sus imágenes, en las que vierte convulsamente sus pasiones,
París a comienzos del siglo: desde Cézanne hasta Toulouse-Lautrec,
sus invectivas y sus presagios de destrucción. El rojo domina sus
pasando por la escultura negra, el Picasso de la «época azul» y
lienzos, un rojo cálido y denso como la sangre venosa, un rojo
la «época rosa», el Art NOllveau y el cubismo. Además, estaban
púrpura que arde como consumido por la fiebre. Y junto al
rojo, el verde, un verde ora de moho, ora de agudas excitaciones los primitivos sieneses y los manieristas toscanos. Y en cuanto
vegetales. Y, entre los rojos y los verdes, a veces, un blanco se refiere a su cultura no figurativa, ponía en el mismo plano
deslumbrante, un amarillo o un azul. Pinta las carnes descuartizadas a Bakunin, a Nietszche, a \Vilde y a D'Annunzio.
Por tanto, en él actúan, como se ha observado 60, inclinaciones
que ve colgadas en los garfios de las carnicerías, los pollos despluma-
dos, con su desnudez un tanto obscena, que ve en los mostradores humanitarias- y aristocráticas, populistas y decadentes. Hay en él
de las tiendas. Esta carne troceada, estos pobres, indefensos e impúdi- algo que lo empuja hacia un estetismo refinado y algo que lo
cos animales, muertos y expuestos, adquieren un valor simbólico; impulsa hacia una verdad humana más aguda y más estudiada
en su fondo. Sus obreros, sus amigos intelectuales, sus muchachas,
hay en ellos como un remoto recuerdo de matanzas perpetradas
en los «ghettos», de mísera gente degollada. Como en Segall, sus criaditas y sus niños tristes y dulces, de mirada fija, son captados
en Soutine también aflora la tristeza secular de su pueblo persegui- con afectuosa -. meditación. El expresionismo de Modigliani no es
do. Así, en los muchachos que pinta, en los monaguillos, en los desasosegado; está hecho. más bien, de secreta pasión, de una es-
pecie de quemazón interior que, al trasladarla al cuadro, él encierra
botones de hotel, hay una ternura infinita y lancinante por la
frágil inocencia ofrecida a los golpes del destino. en una sutil envoltura estilística. Es, en suma, un expresionismo
Parece que todos estos motivos, estas intuiciones confusas y que se ufana de su elegancia y de su primorosa cadencia. Podríamos
decir que se trata de un expresionismo melódico. Ello se puede
ardientes se hallen condensadas en el Autorretrato que pintó en
constatar en la fluidez de la línea modiglianesca, en su tendencia
1918, a la edad de veinticuatro años. La imagen que Soutine
a la voluta del arabesco floreal. Sin embargo, en tal formulación
pintó en la tela es la de un Ecce Homo moderno, de un desecho
humano, de una criatura ofendida en su carne y en su espíritu. estilística siempre hay- una mesura Y una definición gráfica que
recuerda bastante de cerca, incluso en el gusto por la deformación,
Inerme, humillado, solo. Así se representó a sí mismo, pero así
la tradición florentina, de Botticelli a Pontormo: el ahusamiento
es como él veía a todos los hombres humildes, expuestos y condena-
dos. Se pintó a sí mismo con deformaciones brutales, pero de de la figura, los largos y delgados cuellos, los hombros estrechos
esta imagen se alza una invocación de increíble y melancólica dulzu- y caídos, la nitidez del dibujo.
ra, como una última demanda de gracia. Estos elementos característicos del estilo de Modigliani se obser-
van particularmente en los desnudos: aquí la línea tiene toda b
posibilidad de modularse, y su sutil inquietud y su erotismo esteti-
zante se unen íntimamente a la Hexuosa voluptuosidad de la forma,
Las vanguardias artisticas del siglo XX 143
142 ¡vIario De Miclieli
justicia. Viani, antes de matricularse en 1900 en el Instituto de Be-
a la que añaden intensidad los rojos, los rojos-pardos y los rojos- llas Artes de Lucca, fue jefe del grupo anarquísta de Viareggio De-
ocres de 10.5 cuerpos siempre mórbidos ycálidos, y siempre inmersos ¡enda Cliartago. Anarquistas fueron también Roccatagliata Ceccar-
en un frágil deseo de perdición. di, Pea, Ungaretti, todos ellos pertenecientes a un grupo llamado
Sin embargo, no se puede decir que la inspiración de Modigliani NIarzipolo dell'Apua. En las salas de la Cámara del Trabajo anarcO-
tenga un solo sentido. Especialmente en los retratos despliega una sindicalista de Viareggio tuvO Viani su primer estudio.
gama sorprendente de sentimientos, desde la ironía al afecto, desde Estos hechos no tendrían importancia si no formasen cuerpo
la simpatía al amor, y es precisamerue la gama diversa de los con el arte de Viani. Su espíritu de refractario, su rebeldía, y
sentimientos lo que le permite no esterilizarse en la sigla figurativa su furioso amor por los desheredados, los pobres diablos, la gente
que se ha inventado y que repite en cada cuadro. En los tres de mar y los vagabundos le llevaban a aceptar sus humores, sus
años más plenos de su vida, de 1915 a 1918, realizó lo mejor gustoS y sus modales. No sólo había abrazado su causa sino también
de sí mismo. Fue como una llamarada que desprende luz y calor su manera de pensar y de hablar su dialecto, su jerga. Esta es
im previstos y que imprevistamente se apaga. En enero de 1920 la gente que él pinta. Pero ¿cómo pintar estos personajes con
moría, destruido por su vida desordenada. Literatos y directores los modos pulidos y académicos que ya estaban recibiendo, como
de cine tejieron acerca de él una fácil literatura: el peintre maudit la pintura de Sartorio, el aplauso de la cultura oficial?
era un argumento demasiado sugestivo para no explotarlo. Pero Viani sentía repugnancia por este arte celebrativo, como, por
existe un Modigliani sin fábulas ni mitos literarios de dudoso lo demás, tampoco comprendía la tendencia figurativa inspirada
g~sto: es un Modigliani auténtico, pintor un poco delicado, un en el socialismo de De Amicis. Sentía la necesidad de un lenguaje
poco femenino, pero bien definido en su lenguaje y en su poesía 61. roto, tosCO, truculento, lleno de faltas gramaticales y de sintaxis,
Modigliani era de Liorna, pero París había terminado por absor- emborrona'do con la misma violencia y brutalidad con que la
berlo y por darle su impronta. En cambio, hay otro artista de vida había deformado Y vilipendiado a sus personajes, a sus amigos
la costa liornesa en el que la capital de Francia influyó poco, de dolor cotidiano. Aquí es donde Viani se empecina, testarudo,
aunque llegase a ella más o menos en la misma época que Modiglia- torvo y rencorOSO. Conoce a Daumier, a Toulouse-Lautrec, a
ni. Es Lorenzo Viani. También él, como Modigliani, Soutine y Steinlen y a Forain; ti,=ne ante su vista los dibujos satíricos, polémi-
Chagall, vivió en la Ruche, un edificio del barrio de Vaugirard cos y políticos de Galantara y del Simplicissimus; y, siguiendo
reservado a los atelíers de pintores, pero de ningún modo consiguió sus pasos, inicia su camino, a tirones, a saltos, desordenadamente,
adquirir un tono parisiense. pero persiguiendo un mismo objetivo: expresar un mundo de
sufrimiento y de rebelión. Frente a los temas que quiere representar
A diferencia de Modigliani, Viani tenía una auténtica raíz plebe- no se anda por las ramas, va siempre derecho de la emoción
ya. Los textos de Bakunin y de Marx, junto con los versos anarquis- a la expresión, acortando hasta el mínimo la distancia entre los
tas de Gori, exaltaban en él resentimientos y pasiones mucho dos momentos. Para elío, Viani, finalmente, se construyó un lengua-
más radicales. LJ anurgura por la traición de los ideales del Resurgi- je que tiene más de dialecto que de lengua propiamente dicha.
miento, que había envenenado los últimos años de los viejos «tachis- Ciertamente, no tiene la coherencia formal de los ejemplos franceses
tas» y de Fattori de modo particular, su anticlericalismo, junto qué él amaba. Es un lenguaje que a menudo tira por la calle
con la inflamada predicación del primer socialismo libertario, que de en medio, y que procede por medio de enérgicos anacolutos,
·llevaba un soplo de redención social a ¡as gentes más míseras, contracciones e improperios. En efecto, con frecuencia, Viani no
conquistaron a Viani por completo. Desde Savona hasta Liorna, conoce medida, se deja llevJr y exagera: pero también en esto
a la sazón el litoral ligur-toscano hormigueaba de anargu~tas: erJn conserva, CJsi siempre, la autenticidad del desaliño populachero,
la expresión más inmediata y primitivJ de b rebelión contrJ la ill-
144 Mario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 145

fuerte y directo. El hecho es que él no tenia por los hombres como si fuera un buey; un ojo estaba acribillado por la viruela
que dibujaba y pintaba un amor literario, sino el amor del camarada y el otro, dilatado, estaba inyectado en sangre»63.
de desventura, del hermano ligado al mismo arte. «Yo dibujaba Acaso no sea inútil destacar el hecho de que este grupo de
-confiesa él mismo- aquellas ásperas y extremas figuras de traba- intelectuales anarquistas de la costa liornesa constituyó en pleno
jadores y plebeyos que son mi origen y a los que amé y amo clima dannunziano una isla de cultura extremadamente viva. Su
con devoción filia!..., manos anquilosadas, pies atormentados, cabe- adhesión a la plebe, al pueblo, les permitió encontrar un lenguaje
í
zas entontecidas, hombres vistos con ojos fisicos, pero a través no áulico ni oficial para expresar verdades y sentimientos más i
i~
de un amor espirtual y una firme fe deconceptos»62. concretos y reales. De este grupo salieron algunas poesías de Rocca- 11

De 1908 a 1915 pinta algunas de sus obras más inquietantes: tagliata Ceccardi que acaso no dejaron de influir en Montale,
Los desvalidos} El enano Andrés} El filósofo} El vendedor de pan} El en el Moscardinode Pea y en el primer Ungaretti, si bien en
hospital clinico} La Cámara del Trabajo} El clérigo y la serie de su formación posterior fue decisiva la influencia francesa. Pe~o
Peritucco} El endemoniado} El mitin anarquista. Son imágenes de de todos ellos Viani fue el que llevó tal experiencia a mayor
cólera, de tragedia, de amenaza, imágenes bien distintas de las profundidad. En más de un aspecto logra romper .los límites del
de Munch: allí emerge una angustiosa libidinosidad, un lívido anarquismo post-resurgimental provinciano y advierte la crisis que
terror de espectros; aquí, una piedad rabiosa y un rencor motivado. arreciaba sobre Europa. La protesta que se difunde de sus telas
En Viani no hay desequilibrios psicológicos; sólo hay una furia surge, pues, de una consciencia, aunque fuera confusa, del desarrollo
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sumaria contra los enemigos de los pobres y un amor espinoso histórico. Sus personajes, en particular hasta 1925, son símbolos
y descontento hacia ellos. vivientes de la crisis de la sociedad italiana y europea.
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Ya se ha hecho mención de la existencia de un estrecho nexo
de unión entre las numerosas páginas literarias de Viani y su Esos persqnajes nunca podrán ser oficiales y nunca podrán
obra figurativa: la misma drástica manera de esbozar las figuras, «integrarse». Esto es lo que sucede también a los personajes de ¡~t

el mismo dialectalismo y el mismo gusto de hallar el modo «impre- Rosai, a su famosos «hombrecitos»: Son muchas las analogías de l~!i
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sionante». En resumen, casi no hay diferencia entre el Viani pintor Rosai con Viani. Como Viani, tuvo desde el principio --desde
y el Viani escritor; los temas de ambos son los mismos: lo que que en 1911 pintó la acuarela El hampón- una actitud polémica I1II
"I!
Viani describe con la pluma, Viani lo pinta. Véase, por ejemplo, y revoltosa que se expresaba con un brusco rechazo de las tendencias ji
este retrato de Tatorino, tomado de su primer libro, que lleva oficiales y reformistas. Excepto un brevísimo paréntesis futurista I1
el título de Los borrachos, publicado en 1923: «Una gran boina hacia 1913, el itinerario de su arte siempre estuvo en estrecha \1
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empapada cubría su cabeza grande y maciza como la de un jabalí; conexión con la búsqueda expresiva de las imágenes de su tierra
su cara, picoteada por la viruela, parecía recién acribillada. Era y de su gente, la que llena los más populares barrios florentinos:
monstruoso. Su pecho grande y peludo estaba cubierto por una una búsqueda de expres~ón desnuda, sin melindres, y que Rosai
camisa marsellesa azul y negra cerrada por un lazo embreado; perseguía, en todo caso, inspirándose en los primitivos toscanos,
en sus hombros robustos la musculatura de la axila era tan apretada tan enjutos y esenciales y tan descarnados. Por ello la tentación
que el vagabundo caminaba con los brazos abiertos. Con una del futurismo le duró tan poco. Posiblemente, en torno a 1919,
manaza, que hinchada de agua parecía un balón, aferraba con Cézanne le enseñara algo: la consistencia, la fuerza contenida, la
fuerza un pedazo de ramas de sauce que aún conservaba algunas precisión. Carra también ejerció su influencia estilística en él, pero
ramitas con hojas. El hombre, tosco y potente, que jadeaba como su lenguaje es profundamente diverso, dirigido a una significación
una bestia bajo un fardo demasiado pesado, seguro que venia precisa y circunstanciada.
de muy lejos: de sus narices dilatadas salía un humo blanquecino Los personajes de Rosai se han ganado un puesto bien seguro
146 Mario De iVficlzeli Las vanguardias artísticas del siglo XX 147

en la pintura italiana. Son personajes tristes, taciturnos y cerrados. El desplazamiento hacia e! fascismo de muchos intelectuales
Vestidos con chaquetas desastradas y ridículos abrigos, están senta- y artistas como Viani, Rosai, Martini, Upgaretti, Maccari, Sironi
dos en la mesa de la taberna y juegan a las cartas en silencio; y otros futuristas y de no pocos jóvenes, debe ser interpretado,
miran su litro de vino o su vaso con aire ausente, caminan por al menos inicialmente, bajo esta luz. Entonces, en la polémica
estrechas callejuelas desiertas; esperan desolados, sentados en un contra la burguesía líberal se integraba sin gran esfuerzo la polémica
banco ... Son personajes que Rosai conocía desde su infancia: los contra los gustos artísticos de la misma burguesía, que se extasiaba
personajes de Via Toscanella y de otros barrios artesanos y proleta- ante Sartorio, Bistolfi y Ettore Tito. Pero, una vez en e! poder,
rios: carreteros, cargadores, músicos ambulantes, prostitutas: pana- la actitud del fascismo hacia e! arte cambió rápidamente. El fascismo
deros, taberneros, ladrones; una humanidad que pinta, especialmen- debía presentarse como e! partido restaurador de! orden. Así,
te entre 1920 y 1930, con una ejemplar agudeza y con una paleta decidió declarar concluida la crisis postbélica y llevar a cabo, incluso
s¿bria, acentuando siempre su condición social. De estos lienzos en el terreno estético, un «saneamiento» de la situación. El Novecen-
se desprende uná poesía rica de sentimiento en un aire de crepúsculo, to fue el resultado de todo ello. En cambio, Scipione fue uno ~
en una atmósfera azulada, dentro de grises cenicientos.
En vano se buscaría en estas figuras la elocuencia de Viani.
Sin embargo, en ellas hay un mudo rechazo que se evidencia
de los artistas que, con su pintura ardiente, turbia e inquieta,
sirvió de testigo de cuán falsa era la afirmación de! fascismo acerca
de! fin de la crisis.
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en las brutales anomalías somáticas, en su rigidez y fijeza, en Pero otros artistas auténticos, que sin embargo, habían dado Ili
la dureza de las psicologías que afloran en ellas y en la soledad su adhesión al fascismo, tampoco renunciaron a su verdad poética. ¡i!
en que cada una de ellas parece estar aislada. Todo ello se correspon- Viani, Rosai y Maccari, aun en los momentos de mayor euforia 11'"1
de con un lenguaje pictórico seco y necesario. Rosai tiene una nacional, siguieron pintando sus temas, sus vagabundos, sus «hom- I 1

consciencia lucidísima de sus medios. Si bien, como Viani, su


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brecitos)} y SU9 filisteos, y acabaron siendo considerados irregulares
inspiración es emotiva y prepotente, mantiene siempre un extraor- y, en algún caso, enemigos. Y en verdad lo eran o terminaron
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dinario dominio sobre ella, dominio que no está hecho de coerción siéndolo. Pero, acaso sea oportuno, llegados a este punto, hablar 1ni¡ ~
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sino de natural vocación por un estilo. de un artista que llegó a ser considerado como el máximo represen-
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tante del Novecento. ni
Si los límites que este ensayo se ha impuesto lo permItleran,
extenderíamos nuestro estudio a un período posterior, el período
Sironi fue, y es, en sus momentos más seguros y altos, un
expresionista. También él se sintió fascinado por el sorelianismo

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italiano de la década de los años treinta, y estudiaríamos el expre- del primer fascismo, por el nacionalismo proletario y por la dema- 'i¡
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sionismo de la «escuela romana,}, en particular el de Scípione. gogía antiburguesa. Pero las razones de este equívoco surgían !¡
Este es el período de la dictadura fascista y de la restauración de su actitud sinceramente rebelde, anarquista en la sustancia
en el campo de las artes con la operación del Novecento. La ¡
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y proclive a un populismo apocaliptico. En suma, él también '1


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postguerra, excitada y cargada de equívocos, había arrastrado a era hijo de la crisis. Este animus ya estaba claramente presente iI
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un gran número de intelectuales bajo la influencia del fascismo. en él desde la época de su primer futurismo, que se prolongó i
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Al fascismo se habían trasvasado los anarco-sindicalistas intervencio- con mucha independencia desde 1913 a 1919. Pero donde su expre- :1
nistas, los dannunzianos, los desbandados de toda laya y los nacionalis- sionismo, rico de analogías con el expresionismo nórdico, se mani- !i
tas. Las actitudes combativas contra la vacilante burguesía liberal festó con acentos inconfundibles es en los paisajes urbanos que
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fueron tomadas por actitudes anticapitalistas; el plebeyismo por empezó a pintar en 1920. La referencia al cubismo y a las plazas .1
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espíritu popular, y la acción revoltosa e ilegal por valor revolu-
.... de Italia de De Chirico en sus primeros barrios suburbiales es ¡!
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evidente por .10 que respecta a una cierta estructuración de la
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148 .Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 149

imagen, pero se trata de una referencia apenas gramatical; la direc- formando parte de la problemática del arte de hoy mientras dure la
ción de su mundo poético es completamente distinta. alienación del hombre. La evasión y la protesta son dos términos
Sironi supo pintar estos paisajes urbanos -los barrios periféricos fundamentales de esta problemática, términos de los que las diversas
milaneses, sórdidos, sombríos y geométricos, los suburbios de asfal- soluciones expresionistas nos ofrecen ejemplos variados, sin excluir
to y de cemento- con una memorable fuerza. Los tejados de la transformación de la protesta en lucha activa. Realmente, son
las fábricas, las chimeneas, los tranvías, los camiones, los trenes pocos los artistas que no hayan sido conquistados por tales instancias
de mercanCÍas, los raíles en los terraplenes y en las calles, los del expresionismo. Picasso, en un determinado momento, quedó
gasómetros y la soledad de los amaneceres invernales sombríos literalmente cautivado por ellas. La fuerza de este movimiento
y plomizos, rota sólo por un obrero que va a pie o en bicicleta. se deriva del hecho de que no esquivó los problemas que los
Cada elemento se encaja en la composición con ímpetu y potencia últimos años del siglo pasado habían dejado en herencia al nuevo
evocadora, realista y fantástica al mismo tiempo. Ciertamente, siglo. En suma, la problemática del expresionismo, cualesquiera
mucho nietszch~ísmo, es decir, mucho de la oposición nietszcheana que fueran las soluciones que se intentó darle, era una problemática
a la civilización del capitalismo moderno, se siente en el espíritu auténtica la única auténtica que se planteaba a los artistas europeos
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de estos paisajes de la ciudad industrial. Pero no hay en ellos de comienzos de siglo. Por tanto, el movimiento expresionista
la «salud,> y el «optimismo» de la «estirpe» que el fascismo empezó en su conjunto no fue un movimiento «formalista» sino de «conteni-
a exigir a los artistas poco tiempo después; exigencia que pobló do», y por los menos en una parte de él palpitan con fuerza
las exposiciones de campesinas fecundas, de pecho grande y sólido algunos de los motivos de fondo de la historia de nuestro tiempo.
ofrecido a robustos mamoncetes; de «marineros» bien firmes sobre
sus pies; de jóvenes atletas, flor de la nación «lanzada al porvenir».
Qué más da: el mismo Sironi pasó a las conmemoraciones, a
los trofeos, a la arqueología romana, a los músculos potentes,
a los grandes tórax y a la retórica. Entonces se vio a un gran
artista embarcado en una empresa desesperada. Si algún detalle
estaba bien conseguido, el conjunto era siempre triste, fúnebre
y fragmentario. Sólo al volver a un desnudo femenino, a un
barrio suburbial o a un hombre solitario sentado' en una mesa,
recuperaba su sombrío pesimismo, la vena primaria y sincera de
sus humores subversivos.

El expresionismo, pues, tal como se articuló dentro de la historia


del arte moderno, aparece como el movimiento más rico y comple-
jo de todos. Es un movimiento que va más allá de los límites
programáticos que cualquier artista o grupo de artistas haya querido
marcarle. Acaso se podría decir que gran parte del arte moderno
está inmerso en una «condición expresionista»,. ya que la mayor
parte de los artistas contemporáneos, y los más valiosos en particu-
lar, sintieron y sienten los temas del expresionismo como propios.
En efecto, tales temas están muy lejos de estar agotados; continuarán
Capítulo 5

La negación dadaísta

Una definición de Tzara

El movimiento dadaísta nació en Zurich en 1916. Al tratar de


explicar las razones de este venturoso nacimiento, Tristan Tzara,
en una entrevista concedida a la radio francesa en 1950, declaraba:
({Par_a_c_()I!!Rre~QeLc--ºmonació_º_~.(ta_~-i.n.~c~sª!"ic)imaginarse, de
una parte, eL e:s~ado de ánirll.0d_etm grupo de jóv-;;;e~~~n~a.qº~lj;·
especie de prisión.quena Suiza en tiempos de la Primera Guerra
Mundial, y, de otra, el nivel intelectual del arte y de la literatura
de aquella época. La guerra, ciertamente, acabó, pero más tarde 1
vimos otras. Todo ello cayó en ese semiolvido que la costumbre
llama historia. Pero hacia 1916-1917 la guerraparecía.que...no
iba a terminar nunca. Es más, de lejos,. y tanto para mí como
para mis amigos, adquiría proporciones falseadas por una perspecti-
va demasiado amplia. De ahí el disgusto
_........v la rebelión..
... __._-
Estábamos !
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'-_.-~ '--'--'~~'-" -"._,- _._~_

resueltamente contra la guerra, sin por ello caer en los fáciles


pliegues del pacifismo ut6pico. Sabíamos que sólo se podía supri-
mir la guerra extirpando sus raíces. La impaciencia de vivir era
gr:.ande; el disgusto se hacía extensivo a todas las formas de la J
¡
civilización llamada moderna, a sus mismas bases, a su lógica ¡
~
y a su lenguaje, y la rebelión asumía modos en los que lo grotesco -,
.~.:r~ban ~entt-·;¡~~r-es--est~tic·~N()
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hay que olvidar que en literatura un avasallador sentimentalismo
enmascaraba lo humano, y que el mal gusto con pretensiones
de elevacwn campaba por sus respetos en todos los campos del I
I
152 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 153

arte, caracterizando la fuerza de la burguesía en todo lo que tenía considera inútil, si alguien no quiere perder su tiempo con una
de más odioso ...». palabra que no significa nada ... El primer pensamiento que se
Anteriormente y en otro sitio Tzara había escrito: «Dada nació agita en estas cabezas es de orden bacteriológico; hallar su origen
de una exigencia moral, de una voluntad implacable de alcanzar etimológico, histórico o psicológico por lo menos. Por los periódi-
un absoluto moral, y de! sentimiento profundo de que e! hombre, cos sabemos que los negros Kru llamán al rabo de la vaca sagrada
en e! centro de todas las creaciones de! espíritu, debía afirmar DADA. El cubo y la madre en cierta comarca de Italia reciben
su preeminencia sobre las nociones em pobrecidas de la sustancia el nombre de DADA. Un caballo de madera, la nodriza, la doble
humana, sobre las cosas muertas y sobre'los bienes mal adquiridos. afirmación en ruso y en rumano: DADA ...»3. Sin embargo, Tzara
Dada. nació de una rebelión que entonces. era <::ºmúu_3-_todos advierte a continuación claramente que la l:l;¡laºE1Paªªes~ólo
l~s-JÓ~~~, un;-rebcli~que exigíau;;;-~dh;si6n completa de! un símbolo de rebelión de
individuo a las necesidades de su naturaleza, sin. <:onsicl~acig.Ile~
para con la hi~~J:"Üt, la Jógica, lamoraLcomltD, .eLlionor, la
Pai:ria~ láF~milia, e! Arte, la ReligiÓn, lali~ertad, la.I~~!<:,~~·lÍda,ª­ El Cabaret Voltaire de Zurich
y tantas otras nociones correspondientes a necesidades humanas,
pero de las cuales no subsistían más que esqueléticos conY:~D.s:iºnalis­ En aquella época Zurich era el refugio de innumerables personajes
mas, porque habían sido vaciadas de su contenido inicial. La frase irregulares. Había desertores, emigrados políticos, objetores de con-
-de Descartes: No quiero ni siquiera saber si antes de mí hubo otros CieI1~ia, agentes secretos y hombres de negocios más o menos
hombres, la habíamos puesto como cabecera de una de nuestras li~pi·;~. H;bía también artistas, literatos y poetas, aterrizados allí
publicaciones. Significaba que queríamos mirar el mundo con ojos por los motivos más diversos. Tzara y Janco, sorprendidos por
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nuevos y que queríamos reconsiderar y pgneL.kll....tda de juicio la declaración, de guerra de Rumania, su patria, se vieron obligados
la base misma de las nociones que nos habían sido impuestas a permanecer en Zurich,donde ya se hallaban por motivos de
pü;:-;;-;:;esr;:üspadres;y-probar-su-justeza>y+;--- estudio: Tzara, matriculado en los cursos de filosofía, y Janco,
Acerca del origen del nombre...<,-ºªºª", Hans Arpcll~!l~~_~n en arquitectura. Arp había ido allí para ver a su madre. Alemán
una revista de! movimientQ,..eD.1921, lo siguiente: «Declaro 9..ue de nacionalidad, -gozaba de particular indulgencia por parte de
TristanTi~;:~~~~;ó 1; palab;;' Dad~cl 8 -&"f~k;r~-'de 1916 las autoridades francesas, dada su calidad de alsaciano. HugoBall,
a }a~ seis de l~'t:;~de:" y; est~b;- pr~~~m~..~~~. ~~i~ ~;ce_ ..~:íJ()S anteriormente enrolado en el ejército alemán, había elegido Suiza
cuando Tzara pronunció por primera vez esta palabra, que despertó porque no tenía ninguna intención de seguir vistiendo e! uniforme.
en todos nosotros un entusiasmo legítimo. Ello ocurría en el Café Hue!senbeck, declarado inútil, había abandonado Alemania para
Terasse de Zurich, mientras me llevaba un bollo a la tosa nasal ir a Zurich, ya que no quería convertirse en una víctima del
izquierda. Estoy convencido de que esta palabra no tiene ninguna conflicto. Fueron estos.hombres los que dieron vida al Cabaret
importancia y que sólo los imbéciles o los profesores españoles Voltaire, donde nació, en 1916, el dadaísmo 4.
pueden interesarse por los datos. Lo que a nosotros nos interesaba El Cabaret Voltaire estaba en el número 1 de la Spielgasse.
es e! espíritu dadaísta, y todos nosotros éramos dadaístas antes Ese mismo año, y en el número 12 de la misma calle, vivía Lenin
de la existencia de Dada.» Tz;~r;l' PQ!:"SJ,l p;art(':, añade: «Por casualidad con su mujer Krupskaia. Los dadaísras se encontraban a menudo
encontré la palabra Dada en e! diccionario Larousse.)} Y Rih..GffiOnt- a Lenin por la calle, pero ignoraban por completo quién fuese.
.Qé?~~ªjgnes confirma que todo se debió al azar ·de un «abrecartas Según Lacote 5 , Tzara incluso había jugado al ajedrez con Lenin
que se deslizó fortuitamente entre las páginas de! diccionario»2. en el Café Terasse. El hecho es que en aquella época la política,
Pero Tzata también ha dado otras explicaciones: «Si alguien lo en el sentido específico del término, no interesaba demasiado al
154 Mario De A1icheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 155

grupito de intelectuales habían creado e! movimiento más de la razón pOSItIVIsta. Sin embargo, en e! dadaísmo la protesta
subversivo de la historia del arte y de las letras.Sojo·-u~ ai10 más se llevaba furiosamente a sus últimas consecuencias, o sea, a la
tarde, es decir, cuando ya Lenin, encerrado en el famoso Va- negación absoluta de la razón: «El agua del diablo llueve sobre
gón precintado, se encontraba desde hacía tiempo en Rusia y mi razón», dirá Tzara. En otras palabras, el irracionalism9P~cológi­
se había puesto a la cabeza de la revolución, Tzara y sus ami- ca y metafisico del que brota el expresionismo, en el dadaísmo
gos saludarán los hechos de Qctubrccomo .algoque daría un ru- se convierte en el eje metódico de un nihilismo sin parangón.
do golpe a la guerra. «CuandoenJ9J7Platten -escribe Tza- El expresionismo todavia creía en el arte; el dadaísmo rechaza
ra- regresó a Zurich trayéndonos d;;' Moscú noticias frescas de hasta esta noción. Es decir, su negación actúa no sólo contra
la revolución que ponían en su justa luz la imagen que nos ha- la sociedad, que también es blanco de! expresionismo, sino contra
bíamos hecho de ella, y que una astuta campai1a había oscureci- todo lo que de alguna manera se relaciona con last.r:adiciones
do sistemáticamente, estalló un movimiento insurreccional, seguido y las costumbres de esa sºciedad.. Y precisamente el arte, considére-
de una huelga general. Se esperaba que este movimiento se pudiera selo como se quiera, es siempre un producto de esa sociedad
extender a los restantes países beligerantes, poniendo fin a la guerra, que hay que negar in tato.
de acuerdo con los principios de Kienthal y de Zimmerwald.
Es sabido que la socialdemocracia había decidido otra cosa. En Así pues, Dada es antiartlStlCO, antiliterario y antipoetlco. Su
esta ocasión, entre los dadaístas de Zurich, Ball (que a partir voluntad de destrucción tiene un blanco preciso que es, en parte,
de este momento se dedicará exclusivamente a la actividad política), el mismo blanco del expresionismo; pero sus medios son bastante
Serner y yo mismo saludamos la revolución rusa en la medida más radical~s. 'Dada está contra la belleza eterna, contra la eternidad
en que constituía el único medio capaz de poner fin a la guerra, de los principios, contra las leyes de la lógica, contra la inmovilidad
y ello con una premura tanto mayor en cuanto que nosotros del pensamiento, contra la pureza de los conceptos abstractos y
ya habíamos tomado posiciones Contra el paci fumº-..pla.í1iQ.eJ:º_ y cO~ltra lo uni'versal en general. Propugna, en cambio, la desenfrena-
hl1~:lTlÍlario, cuyas llamadas a los buenos' sentimientos, bastante da libertad del individuo, la espontaneida.d, lo inmediato, actual
en boga en ese momento, nos parecían especialmente dai1inas. y ?leatorio, la crónicl contra la intem poralidad, la contradicción,
¿Acaso no podían adormecer en una cuna de ilusiones las voluntades el no donde los demás dicen sí y el sí donde los demás dicen
de quienes estaban destinados a actuar en el plano de la lucha ?»6. no; defiende la anarquía contra el orden y la imperfección contra
Sin embargo, y a pesar de este saludo, no se puede decir la perfección. Por tanto, en su rigor negativo también está contra
que el movimiento dadaísta de Zurich se comprometiese directa- el modemismo) es decir, el expresionismo, el cubismo, e! futurismo
mente en el campo de la acción revolucionaria, Cosa que en cambio y el abstraccionismo, acusándolos, en última instancia, de ser sucedá-
hicieron los dadaístas de Alemania, donde el movimiento nacido neos de cuanto ha sido destruido o está a punto de serlo, y de
en Suiza se extendió rápidamente. Allí los seguidores de Dada ser nuevos puntos de cristalización del espíritu, e! cual nunca debe
se unieron a la Liga Espartaquista, y bastantes de ellos, en Berlín ser aprisionado en la camisa de fuerza de una regla, aunque sea
y en Colonia, tomaron parte en las luchas callejeras. En Colonia nueva y distinta, sino que siempre debe estar libre, disponible
el poeta, pintor y editor dadaísta Baargeld llegó a fundar el Partido y suelto en el continuo movimiento de sí mismo, en la continua
Comunista de Renania. invención de su propia existencia. Ninguna esclavitud, ni siquiera
El dadaísmo de Zurich se mantuvo en el ámbito de una violent;1 la esclavitud de Dada sobre Dada. En cada momento, para vivir,
l1.Cgaciótl.iI1~~l~.tllal, llegando, sin embargo, a una definición más Dada debe destruir a Dada. No existe una libertad establecida
clara de su propia actitud. Como en el expresionismo alemán, I para siempre, sino un incesante dinamismo de la libertad, en la
el fondo de tal actitud era la protesta contra los falsos mitos " que ésta vive negándose continuamente a sí misma.
156 Mario De fvficheli Las vanguardias arústicas del siglo XX 157

El dadaísmo es, pues, no tanto una tendencia artísti<;:o-literaria, futuristas, laboratorios de ideas formales. ¿Sirve el arte para amon-
cuanto una particular disposición del espíritu; es el acto extremo tonar dinero y acariciar a los gentiles burgueses ?Las rimas acuerdan
deC~~tid()gmatismo,que se vale de cualquier medio para conducir su tintineo en las monedas y la musicalidad resbala a lo largo
/ su batalla. Así, lo que interesa a Dada es más e! gesto que la de la línea de! vientre visto de perfil. Todos los grupos de artistas
\ obra; y e! gesto se puede hacer en cualquier dirección de las han ido a parar a este banco a pesar de cabalgar distintos cometas ...
"-----'-'. , . .
costumbres, de la pohtlca, del arte y de las relaClones. Una sola Rebosamos de maldiciones en la tropical abundancia de vertiginosas
cosa importa: que tal gesto sea siempre una provocación contra vegetaciones... He ahí un mundo vacilante que huye y he ahí,
el llamado buen sentido, contra las reglas y contra la ley; en por otro lado, los hombres nuevos, rudos, cabalgando a lomos
consecuencia, e! escándalo es e! instrumento preferido por los dadaís- de los sollozos. He ahí UI2_~IlC:!(:Lmutilado-Y-'losmedicuchos
tas para expresarse. literarios pr~ocupadospor mejorarlo. Yo os digo: no hay un
Desde este punto de vista, el dadaísmo también va más allá del com'ien~ y nosotros no temblamos, no somos más sentimentales.
significado o de la simple noción de movimiento, para convertirse Nosotros desgarramos como un furioso viento la ropa interior
en un modo de vida. El sentido de su áspera polémica contra de las nubes y de las plegarias y preparamos el gran espectáculo
e! Arte y la Literatura, con mayúsculas, debe verse precisamente de! desastre, e! incendio, la descomposición. Preparamos la supre-
en e! hecho de que en ellos, hipócritamente dedicados a captar sión del dolor y sustituimos las lágrimas por sirenas tendidas
los «valores eternos del espíritu», la vida había sido abolida y de un continente a otro ... Yo destruyo los cajones del cerebro
segregada. Dada, en cambio, era el deseo agudo de transformar y los de la organización social: desmoralizar por doquier y arrojar
la poesía en acción. Era, en suma, e! intento más exasperado de la mano del cielo al infierno, los ojos del infierno al cielo, restablecer
soldar esa fractura entre arte y vida cuyo primero y dramático la rueda fecunda de un circo universal en las potencias reales
anuncio había sido dado por Van Gogh y Rimbaud. Muchos y en la fantasía individual... Yo odio la crasa objetividad y la,
elementos postizos y exteriores se mezclaron con e! dadaísmo armonía, esta ciencia que halla que todo está en orden: -Conti-
desde el principio, pero no hay duda de que ése es su significado nuad, muchachos, humanidad ... La ciencia nos dice que somos
más auténtico. los servidores de la naturaleza : -Todo está en orden, haced el
amor y rompeos las cabezas; continuad, muchachos, hombres,
amables burgueses, periodistas vírgenes ...- . Yo estoy contra los
Los Manifiestos sistemas: el único sistema todavía aceptable es el de no tener
sistemas. La lógica siel11prees falsa, .. La moral consume como
En el plano teonco, si se puede hablar de «teoría» en el caso todos los azotes de la inteligencia. El control de la moral y de
de! dadaísmo, los escritos de Tzara siguen siendo, sin duda, los la lógica nos han impuesto la impasibilidad ante los agentes de
textos fundamentales, desde La premiere aventure céleste de lvIr. An- policía, causa de nuestra esclavitud, pútridas ratas de las que está
tipyrine, de 1916, a los manifiestos de 1918 y 1920. El estilo, e! repleto el vientre de la burguesía, y que han infectado los únicos
lenguaje y el léxico de estas páginas son de una excitante novedad, corredores de nítido y transparente cristal que aún seguían abiertos
explosivos, nerviosos, insolentes y sorprendentes. Humores filosófi- a los artistas ... Todo hombre debe gritar. Hay una gran tarea
cos, satíricos, bufonescos y líricos se confunden con una tensión destructiva, negativa, que cumplir. B.:lI:'I:'~r, asear. La plenitud del
intelectual auténtica, con una auténtica ansia que da a la desenvoltu- individuo se atlrma a continuación de un estado de locura agresiva

~
.ra verbal de Tzara una fuerza real más allá de lo meramente y completa de un mundo contlado a las manos de los bandidos
escandaloso: «Los que están con nosotros COnservan su libertad. que se desgarr;,n y destruyen los siglos... Toda forma de aseo
No reconocemos ninguna teoría. Basta de academias cubistas y susceptible de convertirse en negación de la familia es Dada; la l5
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158 ¡'vIario De Mic/¡eli Las vanguardias ü1,,~·tlÚ¡S del sic¡;lo XX 159

protesta a puñetazos de todo el ser entregado a una acción destructi- la regla, la violencia explosiva de su presencia irregular entre <<autén-
va eS Dada... ; la abolición de toda jerarq uía y de toda ecuación ticas» obras de arte. Por tanto, a estos «objetos» dadaístas va unido ~,,!

social de valores establecidos entre los siervos que se hallan entre esencialmente un gusto polémico, una arbitrariedad irreverente
nosotros los siervos es Dada: todo objeto, todos los objetos, los y un carácter del todo provisional, bastante alejados de la idea
sentimientos y las oscuridades, las apariciones y el choque preciso de constituir un ejemplo estético, como, en cambio, era el caso
de las líneas paralelas son medios de lucha Dada; abolición de de los cubistas, los futuristas y los abstractos. Esto es, pues, lo
la memoria: Dada; abolición de la arqueología: Dada; abolición que hay que descubrir en los objetos dadaístas, más allá de sus
de los profetas: Dada; abolición del futBro: Dada; confianza indis- eventuales semejanzas con los productos de las otras tendencias.
cutible en todo dios producto inmediato de la espontaneidad: Es el mismo Tzara el que en el J'vIQ/zUlesto sobre el amor débil
Dada ... Libertad: Dada, Dada, Dada, aullido de colores encrespa- y el amor amargo de 1920 sintetizó eficazmen te tal método de
dos, encuentro de todos los contrarios y de todas las contradicciones, «fabricación». Veamos, por ejemplo, qué es lo que aconseja «para
de todo motivo grotesco, de toda incoherencia: la vida» 7. hacer un poema dadaísta»:
La energía de Dada le vino, sobre todo, de los intelectuales
no artistas o de aquellos artistas que sabían manejar su pluma «Tomad UIl periódico.
espléndidamente, como Arp, Baargeld, Val1I2oesburg, Hausmann, »Tomad ullas tUeras.
Picabia y Schwitters. La realidad es que en el momento en que »Elegid ell el periódico Ull articulo que tell,¡;a /a /oll,¡;itud que queráis dar
nace Dada, en el campo del arte ya estaban afirmadas todas las a vuestro poema.
ptincipales tendencias modernas. Así, el dadaísmo terminó siendo »Recortad el articulo.
anticubista, antifuturistayantiabstracci9}lista con los medios, los »ReCl rtad CO/l todo cuidado cada palabra de las que formall tal articulo y
hallazgos y.las innovaciones del cubismo, del tuturlsmo yc:leJ pOlledlas todas 1"11 IIlZ saquito.
abstraccionismo. Lo que se llama «arte dadaísta»no es, ciertamente, "A oi tad dulcel1le~zte.
algo definido ni claramente enunciado, sino una verdadera}:rúscelá- "
"Sacad las palabras ulla detrás de otra. c%cá/ufo/as 1'11 e/ ordell en que las
nea de ingredientes que ya apuntan en los otros movimientos. Iz abéis sacado.
Y, sin embargo, en los productos más auténticos de arte Dada »Copiadlas collclenzudamellte.
hay algo distinto, algo que nace de una poética profundamente "E/ poema está Ileclzo.
diferente. En efecto, mientras el cubismo, el futurismo y el abstrac- »Ya o.' Izabéis [o/ll'crtido Cll 1111 escritor ill/lllitamellte original y dotado de
, cionismo constructivista tienen una base positivista; el dadaísmo, ulla sellsihilidad ell[(1IItariora ... ,,8
'--~omo el expresionismo, se apoya en la base contraria. Por tanto,
aunque emplee los medios de esas tendencias figurativas, es bastante Este es el punto extremo de la rebelión dadaísta. En esta «poética»
distinto el proceso de su creación artística, en el caso de que
I
se trate de «creación». Efectivamente, lo que caracteriza a la «crea-
ción» de la «obrJ"Dada no es una razón orcfeÍladora, una búsqueda
se expresaba la aspiración de los dadaistas a una verdad que no
estuviese sujeta a las reglas' establecidJs por una sociedad desJgrJdJ-
ble y enemiga del hombre: reglas políriCJS, morJles y también
I
I
de coherencia estilística ni un módulo formal. Los motivos de Jrtisticas. Finalmente, esta poética era además un «gesto',; pertenecíJ
~
naturaleza plástica que interesan a los demás artistas no interesan J aquellos modos rotundos, intr:ll1sigentes y exclusivos con los
en absoluto a los dadaístas. Así, ellos no «crean» obras, sino que que Dada presentaba batalla a la mentalidad pequeño-burguesa,
fabrican objetos. Lo que interesa en esta «fabricación» es, sobre académica y reaccionaria que, frecuentemente, anidaba incluso entre
todo, el significado polémico del procedimiento, la afirmación
de la potencia virtual de las cosas, de la supremacía del azar sobre
:1quellos artistas que se creían de vanguardia. Ivluchas «obras» dadaís-
ras fueron «fabricadas» con el método de la «poesía en el sombrero»,
I
I
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1

160 Mario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 161

es decir, recogiendo los elementos másdispara.~:lªos y poniéndolos pronunCIar una conferencia sobre la pintura, se presentó ante el
juntos según la casualidad de sus formas, de sus colores o de
su materia,_
¡ público selecto, elegante e intelectual, completamente borracho,
arrastrando una maleta que vació sobre la mesa, desparramando
Uno de los artistas más consecuentes en la fabricación de «obras» ropa interior sucia y empezando a desabotonarse entre la indigna-
de este tipo fue Kurt SchVlit~ers, de Hannover, que dadaísticamente ,JI ción de los presentes y los gritos de las señoras, que escondían
\
se forjó en 1919 un dadaísmo propio, llamado por él «Merz», púdicamente el rOStro. Sólo la policía consiguió alejar a aquel
término que parece ser mutibCIÓn de la palabra Kommerz, como extraño conferenciante l0.
si quisiera poner de relieve lo anticorhercial de la vanguardia 9. e' Duchamp y Cravan habían actuado como auténticos dadaístas.
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Sch witters utilizaba de todo: trozos de madera, de hierro, recortes En aquella época Duchamp hace salir en Nueva York tres pequeñas
de lata, sobres, tapones, plumas de gallina, billetes de tranvía, publicaciones: dos números de The Blindman y RongwronJ;;' Picabia,
sellos, clavos, piedras, cuero, etcétera. Sus obras estaban hechas tI por su parte, edita la revista 391, donde publica sus dibujos de
exclusivamente -con estos materiales. No usaba estos elementos ¡l esquemas mecánicos y de objetos fielmente copiados (una hélice,
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como los cubistas o los futuristas, los cuales, en general, sólo tI una lámpara eléctrica) y escribe incluso poesías. Con Duchamp
parcialmente introducían alguno de ellos en el cuadro, absorbiéndo- .1 y Picabia también está Man Ray, el cual dará comienzo a una
lo en el conjunto del color y de la composición. Las «obras» ,¡ serie de «obras» compuestas de materias extrapictóricas heterogé-
de Schwitters sólo se componían de este material heterogéneo ., neas, pero que sobre todo en el campo de la fotografía alcanzará
'(
y mostrenco. Grosz, al recordar a Schwitters en su autobiografia, resultados notables, con auténticas radiografías del mundo real que,
dice que el producto de esta actividad dadaísta recibía el nombre :1 según la expre~ión de Hugnet, acentúan su misterio poniéndolo

I
de «pintura de la inmundicia». Las «obras» de Schwitters dejaron al desnudo. Estas fotografías, dominadas por un gusto de ciencia
de ser dadaístas cuando intentó emular con sus fragmentos al mixtificada, fueron llamadas, del nombre de su autor, rayografias.
cuadro cubista y al cuadro abstracto, es decir, cuando intentó 1
En 1918, ya de regreso en Europa, Picabia irá a Zurich a COnocer
dar a su producción un valor (,estético», transformando académica- ¡ a Tzara. Aquí se da cuenta de que Dada coincide con sus humores
I
mente en cifra la primera intuición dadaísta: en efecto, l? ~epeti­ y se convierte en uno de sus más activos defensores.
ción es la muerte de Dada.
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Dada en N neva York

Pero si la producción Dada es verdaderamente un «gesto», entonces


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Dada en Alemania

Los resultados tigur;u:ivos más interesantes del dadaísmo, sin embar-


go, son, ciertamente los conseguidos en Alemania, tanto por el
los artistas dadaístas por excelencia fueron Ducham p y Picabia, grupo de Berlín como por Max Ernst en Colonia. En efecto,
los cuales en 1917 yen Nueva York se entregaron a una actividad san estos dadaístas los que-'inventan elfotomontaje, nombre adoptado
análoga y aún más avanzada que la de los dadaístas suizos y de común acuerdo por Grosz, John Heartfield, Baader, Hoech
alemanes. Ya en 1913-1914, en París, Duchamp había tomado y Hausmann l l .
un portabotellas y una bicicleta y los había firmado tan campante En Berlín fue impreso, en abril de 1918, el primer manifiesto
como «obras» suyas. En cambio, en Nueva York llegó a enviar dadaísta de Huelsenbeck. En este texto, entre otras cosas, se afirma-
a la exposición del Salón de los Independientes un urinario, un ba: «El arte depende en su ejecución y dirección del tiempo en
producto comercial fabricado en serie, con el título de Fuente. que vive y los artistas son los creadores de su época ... Los mejores
La noche de la inauguración, su amigo Arthu~ Cravan, que debía artistas, los más inauditos, serán aquellos que, a cada hora, sumerjan
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162 Mario De lV1icheli Las vanJ::uardias artísticas del siglo XX 163
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los bordes de su cuerpo en e! fragor de las cataratas de la vida En este manifiesto ya se rozaba en cierto punto el problema '¡i
y sangren de las manos y de! corazón. ¿Acaso el expresionismo
ha satisfecho nuestra espera de un arte que fuese el «ballotage»
de los materiales nuevos erl la pintura. Pero en e! mismo mes del
mismo año Raoul Hausmann abordaba el tema con su propio "I~
p

de nuestros intereses vitales? manifiesto, titulado Cinema sintético de la Pintura. Sin embargo, j

»¡No! ¡No! ¡No!


»¿Acaso el expresionismo ha satisfecho nuestra esperanza de
la idea del Jotomontaje se le ocurrió a Hausmann unos meses más
tarde, durante su estancia en la isla de Usedom, en el Mar Báltico. .I
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un arte que quemase la esencia de la vida en la carne? En casi todas las casas de aquélla isla había colgada de la pared
»¡No! ¡No! ¡No! una lito graBa en colores que representaba la imagen de un granadero
. ),Bajo el pretexto de una vida interior, los expresionistas de sobre el fondo de un cuartel. Para hacer más personal esta especie
la literatura y de la pintura se reunieron en una generación que 1 de recuerdo militar, en muchas casas la cara original del granadero
¡ había sido sustituida por la fotograBa del familiar que había
hoy ya pide el aprecio de la historia, de la literatura y del arte,
y presenta su candidatura para obtener una honorable aprobación
I sido o era soldado. Este hecho sugirió a Hausmann la idea de
burguesa... El expresionismo, hallado en el extranjero, se convirtió
en Alemania, como todo el mundo sabe, en un gran idilio a
1 componer «cuadros» con fotograBas recortadas. De regreso a Berlín,
se entregó a ello, utilizando fotograBas de prensa y de cine, y
la espera de una buena pensión: no tiene nada que ver con las 1 participó su descubrimiento a sus amigos dadaístas de la capita11 3 .
tendencias de los hombres activos. Pero ésta es la versión de Hausmann. En realidad, John Heartfie!d
»Los firmantes de este manifiesto se han agrupado bajo el grito había empezado a fabricar sus «montajes» ya en 1914, es decir,
de combate cuando "en el" frente de guerra, y queriendo burlar la censura,
enviaba extrañas postales compuestas de recortes de periódicos
¡¡¡DADA!!! y revistas, eh las cuales imágenes contrastantes venían aparejadas
con intenciones críticas y demistificadoras. Estas postales fueron
para la difusión de un arte que realice las nuevas ideas. ¿Qué el origen del fotomontaje político de Dada.
es, pues, el dadaísmo? En 1931, en el Museo de Artes y Oficios, se montó una exposi-
»La palabra Dada simboliza la relación más primitiva con ción histórica del fotomontaje, y en aquella ocasión el mismo
la realidad que nos rodea: con el dadaísmo una nueva realidad Hausmann trató de definir su carácter y desarrollo: «Los primeros
toma posesión de sus derechos. La vida aparece en una simultánea creadores de foto montaje, los dadaístas -dijo en la inauguración-,
confusión de ruidos, de colores y de ritmos espirituales que en partían del punto de vista, para ellos incontestable, de que la
el arte dadaísta son inmediatamente recogidos por los gritos y pintura de la época de la guerra, el expresionismo postfuturista,
las fiebres sensacionales de su audaz psique cotidiana, y en toda
su brutal realidad. He aquí la encrucijada bien definida que distingue
el dadaísmo de todas las demás tendencias del arte y, sobre todo,
del futurismo, que algún imbécil, últimamente, ha interpretado
había fracasado a causa de su no-objetividad y de su falta de
convicción, y de que no sólo la pintura, sino todas las artes y
sus técnicas tenían necesidad de un cambio revolucionario funda-
mental para seguir en relación con la vida de su época. Los miem-
II
como una nueva edición del impresionismo.
»Por primera vez, el dadaísmo no se sitúa de manera estética
I bros del Club Dada no estaban interesados, naturalmente, en elabo-
rar nuevas reglas estéticas, siguiendo las cuales se habría realizado
~

ante la vida ... Ser dadaísta puede querer decir unas veces ser comer-
ciante, político más que artista, o no ser artista por casualidad ...
¡Vivan los acontecimientos dadaístas de este mundo! ¡Estar en
¡ el arte. En primer lugar, ellos se preocupaban de las aptitudes
excitantes del nuevo material, y, a través de él, de la renovación
de las formas del contenido nuevo. Dada, que era una especie
,
contra de este manifiesto significa ser dadaísta!» 12. de críoca cultural, no se detenía ante nada. Y es exacto que una ....
f 1
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164 AJaría De lvlíclzeli Las vanguardias artísticas del siglo XX 165

gran parte de los primeros fotomontajes perseguía con mordiente ya había tenido un rotundo éxito. Liberado de la casualidad y
ironía los acontecimientos contemporáneos. Pero la idea del foto- del automatismo de sus elementos heterogéneos y del gusto por
montaje es tan revolucionaria como su contenido, su forma es e! absurdo del dadaísmo, se había impuesto especialmente en la
tan subvertid ora como la aplicación de la totograBa a textos graba- U.R.S.S. como instrumento de propaganda política y pedagó-
dos, que,juntos, se transforman en un filme estático. Los dadaístas ... gica, en el ámbito de aquel Frente de Izquierda de las Artes, el
fueron los primeros en servirse de la fotograBa como material Lef, cuyo animador fue Maiakovski. Poco más tarde, los fotomon-
para crear, con la ayuda de estructuras bastante diversas y a menudo tajes antihitlerianos de Heartfield, de una extraordinaria ~ficacia,
heteróclitas y de significado antagonista, una nueva entidad que darán a este género de expresión moderna su torma más acabada..
arrancara del caos de la guerra y de la revolución un reflejo Así, precisamente como quería Dada, arte y vida habían terminado
óptico intencionadamente nuevo. Ellos sabían que una nueva poten- por mezclarse estrechamente de forma directa, transitoria y contin-
cia de propaganda se hallaba implícita en este método, y que gente en la crónica de todos los días, en las paredes de las calles
para desarrollarla y absorberla la vida contemporánea no era lo y en los escaparates.
bastante audaz. Una de las características de Dada había sido, precisamente,
»Luego, las cosas cambiaron bastante... El fotomontaje en su el querer romper la barrera de los géneros literarios y artísticos:
forma primitiva era un.a explosión de puntos de vista y un intra-vór- e! cuadro-manifiesto-fotografia eraexa'ctamente un resultado obte-
tice de azimut. En su complejidad, al ir más allá de la pintura nido en el sentido de esta búsqueda, como las poesías dibujadas,
futurista, sufrió, mientras tanto, una evolución que se podría llamar el grabado tipográfico figurativo y los poemas fonéticos. El foto-
constructiva. Por doquier se impuso la conciencia de que el elemen- montaje resultaba ser un arte sin mayúscula, sin pretensiones de
to óptico ofrece posibilidades muy variadas. El fotomontaje permite eternidacl, inmerso por com pleto en 'lo inmediato real. Por tanto,
elaborar las fórmulas más dialécticas, en razón del antagonismo si lo que ~scribió Willy Verkauf es verdad, esto es, que en e!
\
de las estructuras y de las dimensiones, por ejemplo, de lo áspero dadaísmo, aunque sea confusamente, se advierte la «profunda nostal-
y de lo liso, de la vista aérea y del primer plano, de la perspectiva gia de una comunión creadora entre el arte y el pueblo», porque
y de la superficie plana. La técnica del fotomontaje se ha simplifica- los dadaístas .«no se contentaban ya con un arte que se había
do sensiblemente en razón de su campo de aplicación que es, convertido en un negocio puramente privado», deseando, sobre
sobre todo, la propaganda política y la publicidad comercial. La todo, «poner este arte de acuerdo con el hombre activo, con
claridad necesaria que los eslóganes políticos y comerciales exigen la vida que late en su plenitud»; si esto es verdad, entonces no
influirá cada vez más en sus medios de equilibrar los contrastes se puede decir que la evolución del fotomontaje fuera contraria
más impresionantes y alejará los caprichos de la primera hora. al «espíritu» del dadaísmo. Por ello, su afirmación, incluso en
El momento dialéctico de las formas, que constituye la particulari- las transformaciones que experimentó, fue, sin duda, una victoria
dad del fotomontaje, le seguirá garantizando una supervivencia de Dada 15 .
prolongada y propicia ... Se puede pretender que el fotomontaje Pero quien hizo la aportación más aguda a la experiencia de!
triunfe tan bien como la fotograBa o e! cine, dando su contribución fotomqntaje dadaísta puro fue Max Ernst, hasta el punto de que
al desarrollo de nuestra visión y de nuestra conciencia de las estruc- algunos, como Aragon, terminaron por considerarlo inventor de
turas ópticas, psicológicas y sociales en un sentido sorprendente, este género 16. En realidad, no prestó atención al totomontaje hasta
y ello gracias a la exactitud de los datos, en los que el contenido j919, e! mismo año en que en una librería de Munich cayeron
y la forma, el sentido y la apariencia torman una sola unidad,} 14. en sus manos, por primera vez, algunas publicaciones de Dada.
El mismo Ernst ha contado cómo se le ocurrió la idea del fotomon-
Cuando Hausmann pronunciaba estas palabras, el fotomontaje ..,. taje, en una página de gran interés, no sólo por esto, sino también
166 . j'vJ ario De !v1íche li Las vanguardias artisticas del siglo XX 167

porque en ella hay mucho de! surrealismo que vendría después: del patio se alzaba un objeto de madera dura de Ernst, y al
«Un día del año 1919, hallándome con tiempo lluvioso en una lado un hacha atada a una cadena: el público era invitado a
ciudad a orillas del Rhin, me quedé sorprendido por la obsesión empuñar el hacha y a destruir la «escultura». En un rincón, Baargeld
que provocaban en mi mirada irritada las páginas de un catálogo .- había colocado un acuario lleno de un líquido rojo como la sangre,
ilustrado donde figuraban objetos para demostraciones de carácter en cuyo fondo se movía una cabellera femenina. Finalmente, en
antropológico, microscópico, psicológico, mineralógico y paleon- torno se hallaban colgados los fotomontajes, de carácter sacrílego,
tológico. Vi reunidos elementos de figuración tan distantes que escandaloso y sexual. Los visitantes, furiosos, en varias ocasiones
el mismo absurdo de este conjunto provocó una súbita intensifica- devastaron el local y destrozaron las obras, hasta que las autoridades
ción de mis facultades visionarias e hizo nacer en mí una sucesión prohibieron la exposición.
alucinante de imágenes contradictorias, imágenes dobles, triples Esta manifestación era análoga a todas las manifestaciones Dada,
y múltiples, superponiéndose unas a otras con la persistencia y cuyopÚmer.modelü-fueeL CabaretVoltaire de Zurich 18. Se
la rapidez propias de los recuerdos de amor y de las visiones trataba de manifestaciones en las que el humor sarcástico y prepo-
del duermevela. Estas imágenes pedían nuevos planos para sus tente de los dadaístas se empleaba con el exclusivo fin de provocar
encuentros en un nuevo plano desconocido (e! plano de la no-conve- las iras de los bienpensantes que caían por sus tertulias. A veces,
'-----niencia). Entonces, era suficiente añadir a estas páginas de catálogo, especialmente en Berlín, la corrupción de la postguerra y la deca-
pintando o dibujando, y reproduciendo dócilmente sólo lo que dencia de las costumbres aparecían en estas manifestaciones. Enton-
veia en mí, un color, una señal de lápiz, un paisaje extraño a ces, los gordos burgueses alemanes se alborozaban bajo el fuego
los objetos representados; el desierto, un cielo, un corte geológico, cruzado de los insultos: «¡Eh, tú, el de la derecha! ¡No te rías,
un suelo, o una sola línea recta como horizonte, para obtener cabrón !», gritaba un dadaísta. O bien: «Cierra el pico o te doy
una imagen fiel e inmóvil de mi alucinación; para transformar de patadas' en e! culo.» Cuando un dadaísta se levantaba para
en drama revelador de mis más secretos deseos lo que poco antes leer versos,' otro gritaba: "¡Alto! ¡No querrás dar nuestro arte
no eran más que triviales páginas de publicidad»17. en pasto a estos idiotas !»19. Y los gordos burgueses acababan bajo
Así, lo casual y lo absurdo dadaístas se complican y ya tienden ~.
las mesas muertos de risa y llenos de litros de cerveza. Ni siquiera
a abrirse a un clima de extática fantasía, de realidad metafísica.
No escribimos aquí sin intención esta palabra. En efecto, precisa-
el dadaísmo con su consumada técnica de la provocación conseguía
«desmontan> a estos embarazosos personajes de la Alemania postbéli- I
I
mente en esta época, Ernst pudo conocer la colección de litografias ca. Evidentemente, el insulto..YéJsarcasmo no_eran ins~rumentos
de De Chirico titulada Fiat Modes, que ejerció en él una int1uencia resolutivos. Y bastantes dadaístas, como se ha recordado, termina-
vivísima. La metafísica de De Chirico hará luego de vehículo ronpü! seguir otros caminos.
hacia el surrealismo.
Pero en este período los fotomontajes de Ernst mantenían aún
El clima a partir de! cual los dadaístas más vivos se movieron
hacia medios expresiv~s y hacia posiciones que superasen la inicial
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una violencia provocadora de auténtica naturaleza dadaísta, en anarquía fue soberbiamente descrito por el gran director teatral
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particular los fotomontajes que expuso en Colonia a comienzos Erwin Piscator, que en su volumen El teatro político, publicado
de 1920. Toda la exposición, organizada por él, Baargeld y Arp, en 1929, evocaba así los días de aquel año: "En Berlín vi de ii
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que había regresado a Colonia desde Zurich, tenía este tono de nuevo a Herzfelde, que nIe plISO en contacto con su grupo: su
abierta provocación. La exposición de cuadros, esculturas y objetos hermano Hellmut (que más tarde se llamó John Heartfield), George
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diversos tuvo lugar en el patio de un café del centro. Para llegar Grosz, Waltcr Mehring, Richard HülsCllbeck, Franz Jung, Raoul
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a él había que pasar por los retretes. A la entrada, una muchacha Hausmann, etc. La mayoría de dIos pertenecía al Dada. Se discutía ¡~

vestida de primera comunión recitaba versos obscenos. En medio hasta el infinito de arte, pero siempre y sólo en relación con ¡¡
'f!
~
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~,
168 Mario De Micheli Las ¡languardias artísticas del siglo XX 169

la política. Y siempre llegábamos a la conclusión de que este capital las manifestaciones dadaístas. Algunas fueron famosas, como
arte, si pretendía tener e! mínimo valor, sólo podía-ser-~~arma la de! Festival Dada en la Sala Gaveau o la de 1921 en la Sala
para la lucha de cÍases. Angustiados por los rec~e~dc;s q~~d~jábamos de las Sociétés Savanres, conocida con el nombre de «Proceso
a-nllestias-espaldas~cresi1usionados en nuestras esperanzas y de la a Barres». Mientras tanto, surgen otras revistas dadaístas: Proverbe .
vida, veíamos la salvación de! mundo sólo en la extrema consecuen- de Eluard, Cannibale dePicabia-y-Z de Paul Dernée. El tono
cia: lucha organizada del proletariado, conquista de! poder. Dicta- de! dadaísmo parisiense es cáustico, brillante, impertinente y apodíc-
dura. Revolución mundial. Rusia era nuestro ideal y este sentimien- tico: «El fmurismo ha muerto. ¿De qué? De Dada ... El cubismo
toera tanto más fuerte y escribíamos en nuestras banderas del arte construye una catedral con pastel de hígado artístico. ¿Qué hace
la palabra «acción» con un color aún más rojo, cuanto en lugar Dada? El expresionismo envenena las sardinas artísticas. ¿Qué hace
de la victoria esperada nos llegaban una tras otra noticias de la Dada? El simultaneísmo todavía está haciendo su primera comu-
derrota de! proletariado. (Y, así, de la plenitud de los sentimientos nión artística. ¿Qué hace Dada? El futurismo quiere subir en
de aquellos días se pasó a la lucha áspera y sin pathos en que un lírico ascensor artístico. ¿Qué hace Dada? El unanimismo abraza
hemos crecido). Llevamos a su sepultura a Liebknecht, que había el «todismo» y pesca con caña artística. ¿Qué hace Dada? .. Cincuenta
sido la fanfarria de la voluntad de paz que nos había llegado francos de propina a quien encuentre e! modo de explicarnos
hasta las trincheras a través de las alambradas espirituales que Dada ... Dada ha existido siempre. La Santa Virgen fue dadaísta.
se habían cuidado de alzar a nuestras espaldas. Y luego a Rosa Dada nunca tiene razón. ¡Ciudadanos, compañeros, señoras y caba-
Luxemburgo. El camino del Gólgota fue: la Unter den Linden, lleros, desconfien de las imitaciones! Los imitadores de Dada quie-
las Caballerizas, la Chaussestrasse... Todos juntos entramos en la ren presentar a Dada en una forma artística que nunca tuvo. ¡Ciuda-
Liga Espartaquista.» danos 1, hqy os presentan en una forma pornográfica un espíritu
Y en este clima precisamente, como se ha visto, se desarrolló vulgar y b3,rroco que no es absolutamente la idiotez pura reclamada
e! expresionismo alemán. por Dada, sino e! dogmatismo y la imbecilidad pretenciosa»21.
• No es posible seguir la apretada crónica dadaísta en París .
Sin embargo, es necesario subrayar e! sentido del aetivismo dadá.
Dada en París Con e! escándalo, la agitación y las cabezonerías, estos intekeruales
buscaban colmar e! vacío, la desesperación y la náusea que la
Hacia «finales de 1919 -cuenta André Breton-. Tzara llega a guerra y la postguerra habían provoc:ldo en ellos. El agitarse,
París como un !v1esías. A las primeras palabras (pe pronuncia el moverse, e! gritar, e! insultar eran modos de no escuchar la
me parece descubrir en él una riquísima vida interior, y yo acepto voz de la angustia. Para algunos, e! aetiv ismo Dada era un es pecie
sin vacilar sus más arriesgadas propuestas»20. En realidad, el grupo de acrobacia volante sin red, era un modo de sentirse vivos en
parisiense, compuesto por Picabia, Aragon, Eluard, Soupault, Ribe- un continuo riesgo intelectual.
mont-Dessaig~~s,e! mis~oI3reton,Péret y otros~ estaba en marcha Existió un pesimismo Dada, una especie de humor negro, dina-
desde ha-cía algún tiempo. Bretoii-habi;¡jeído con Apollinaire mitero e incivil. El amigo más querido de Breton, e! protodad:lísta
los primeros números de la revista de Zurich Dada ya en 1917, Jacques Vaché, aquel que el 2-1- de junio de 1917, en el estreno
y a comienzos de 1919 la revista Littérature,dirig~da por él mismo de Les mamelles de Tirésias, entró vestido de ofici:ll inglés en la
y SoupauIt, se hªl:Üa_ interesado porelmovimienro mientras sus platea empuñando un revólver y apuntando a los espectadores
cora¡;o-~~~i;¡~~--~ás jóvenes hallaban cobijo en· Dada JII y Da- escandalizados por e! prodigioso erotismo de Apollinaire; Vaché,
da IV-V. ahogado por la angustia, se había matado en Nantes en 1918.
Con la llegada a París de Tristan Tzara empIezan en esta ..,..
Los dadaístas franceses, herederos de Rimbaud, pensaban seguir
Las vanguardias artísticas del siglo XX 171
170 AIario De AIiclieli
las fronteras del arte y de la literatura para liberar las fuentes
viviendo cauterizando sus llagas con el actlVlsmo provocador. En
mismas de la poesía en el hombre. De ahí su definición de la
su momento más puro esto fue el dadaísmo francés. Por tanto,
poesía, no como medio de expresión, sino como actividad del
no es el caso de buscar grandes resultados artísticos o literarios
espíritu~ no como manifestación secundaria de la inteligencia y
en el breve período de vida de este movimiento. Los bigotes
de la voluntad, sino como manera de ser y de vivir. Y no se
que Duchamp dibujó en el rostro de la Gioconda leonardesca,
trataba, ciertamente, del «vivir inimitable» de D' Annunzio, ni de
firmando la reproducción como obra suya, o el mono vivo que
la vida como obra de arte, sino dt" la búsqueda de una «libertad
Picabia quería atar dentro de un m~co vacío para exponerlo
no concebible más que en la exp~esiónt.otaldeJa.persoI1ali.daª» 25.
en una exposición colectiva 22 acaso sean las «obras» dadaísticamente
En fO"IJ."dü:"las- palabr;~"Ci~·" Tzara, pronunciadas en 1950, -~~
más completas. Pero Dada, precisamente por ello, no podía prolon-
han perdido su antiguo contacto con la experiencia de Dada:
. gar su existencia. Era un movimiento de emergeflci~,._no algo
«Detesto a los literatos -dice Tzara- y no he dejado de amar
que pudiese reestructurarse, encarrilarse por vías más norrngks,
lo que es vivo y a los que viven sin preguntar el por qué ni
adquirir una patente legalCleidentidad y deg{rse una morada
el cómo de sus gestos más insignificantes»26. Se sigue manteniendo
en la que establecerse para toda la vida. Por tanto, era justo,
la p..ri~l"acj.<l..ª~J;¡.~i~s.<='.12~~.J;¡es_tétic.aL proclamada tantos años
y entraba en la «lógica» dadaísta, que Dada matase a Dada. ..
antes.
Así pues, se puede considerar que la definición del dadaísmo
El verdadero final del dadaísmo tiene ahí su explicación, y
hecha recientemente por Arp (en 1957) es justa y, en cierto modo,
no en las varias controversias que estallaron en su época entre
concluyente :-«Dada fue la rebelión de los no creyentes contra los
Breton y Tzara. En Berlín, oportunamente yae111920, eLdadaísmo
descreídos» 27 . Era dificil decirlo mejor y de manera más concisa.
se había terminado como movimiento. En París su final inevitable
Sólo hay 'que añadir que en estos no creyentes habitaba, secreta,
tendrá lugar en 1923: un final inevitable pero consciente. Muchos
una exasperada voluntad de creer.
años más tarde, Tzara hablará de un «final voluntario». El año
anterior, en la nueva serie de Liitérature, Breton había dejado
bien marcado su definitivo alejamiento del dadaísmo con el breve
texto Lácliez tout: «Abandonad Dada. Abandonad a vuestra esposa,
abandonad a vuestra arnante. Abandonad vuestras esperanzas y lí

vuestros dolores ... »23.


Es de nuevo Tzara quien expresa claramente el punto esencial
de la cuestión general de la actividad dadaísta de aquellos años: II
. «Es cierto -afirma- que la tabula rasa elegida por nosotros como
principio directivo de nuestra actividad no tenía valor más que
en la medida en que otra cosa la hubiera sustituido,,24.
,
~

Lo que fuese esa otra cosa era algo que los dadaístas no sabían [1
~1
claramente, pero, ciertamente, no podía prescindir del hombre:
el hombre liberado, a través de aguellóls destrllcciolles necesarias preco- J, lf!,,
ri
nizadas por Rimbaud, de todas -l;s incrustaciones que falseaban lA

su fisonomía. Esta fue la ambición confusa pero profunda de Dada. i


l~

Por tanto, también Dada aspiraba a una verdad humana no desfigu- ~l


"'rada. Pero lo decisivo en todo ello es su voluntad de quebrar ti
ij
~
Capítulo 6

Sueño y realidad en el surrealismo

El problettla de la libertad

Lo que Dada no había podido hacer por su misma naturaleza


lo intentó hacer el surrealismo. Dada hallaba su libertad en la
práctica constante de la negación; el surrealismo intenta dar a
esta libertad el fundamento de una «doctrina». Es el paso de la
negación a, la afirmación. Muchas de las posiciones dadaístas se
mantienen 'en el surrealismo, lo mismo que muchos de sus gestos,
muchas de sus actitudes destructivas, el sentido general de su rebe-
lión y hasta sus métodos provocadores; pero todo ello adquiere

I
una fisonomía distinta.
Esta pars destrllerls toma un nuevo relieve porque va flanqueada
por una parte constructiva. En efecto, si el anarquismo puro del
dadaísmo apuntaba únicamente a los humores irrisorios de su polé-
mica, llegando, todo lo más, a la concepción de la libertad como
I
~

inmediato y vitalista rechazo de toda convención moral y social, ~~


el surrealismo se presenta con la propuesta de una solución que ~
~
garantice al hombre una libertad positivamente realizable. Al recha-
¡~')
zo total, espontáneo y primitivo de Dada, el surrealismo opone
~~
la búsqueda experimental y científica, apoyándose en la filosofía :i'1
y en la psicología. Dicho de otro modo, opone al anarquismo
puro un sistema de conocimiento.
La posición de Dada era una posición provisional, producida
por la náusea de la guerra y perseguida en el derrumbamiento
de la postguerra. Ahora los temas habían cambiado, en parte,
y la situaciór? tendía a permanecer congelada; los «escándalos»
1I

174 ¡'vIario De !v1icheli


Las vanguardias artisticas del siglo XX 175
r
es premisa indispensable para realizar la completa libertad del I
eran, por ello, menos eficaces para mantener vivo e! significado
espíntu.
de la revuelta intelectual contra la sociedad. Y, sin embargo, la De 1923 a 1935 la investigación teórica de Breton y de sus
fractura de la crisis continuaba abierta y seguía generando disgusto. amigos se dirige a aclarar estos dos términos de la cuestión. Por
La consciencia de esta fractura en el surrealismo fue, desde ello, son muy frecuentes en los manifiestos, en los ensayos y
el comienzo, agudísima: fractura entre arte y sociedad, entre mundo en los poemas las referencias a este tema fundamental. Y siempre
exterior y mundo interior, entre fantasía y realidad. Por este moti- es Breton, e! guía espiritual del movimiento, e! que sabe resumir
vo, todo el esfuerzo de los surrealistas tendió a encontrar una e iluminar con claridad los varios momentos de esta apretada his-
mediación entre estas dos orillas, un punto de coincidencia que toria de experiencias, de tentativas, de d L)das y de contradicciones.
permitiera poner remedio a las laceraciones de la crisis. El elemento Dos nombres, que en la aventura surrealista tendrán un peso
original de este movimiento reside, precisamente, en eso. En el determinante, presiden esta investigación: Marx y Freud. Ivlarx
expresionismo y en e! propio dadaísmo también hallamos el senti- como teórico de la libertad social; Freud co mo teórico de la
miento de la fractura y de la crisis, pero sólo en e! surrealismo libertad individual. A este respecto, al puntualizar las posiciones
la búsqueda de la solución fue un empeño específico. del surrealismo en una entrevista concedida en 1935, Breton decía:
El problema de la libertad, pues, sigue siendo el problema «Nosotros proclamamos hace tiempo nuestra adhesión al materialis-
fundamental del surrealismo. Por ello, al igual que Dada, tampoco mo dialéctico, todas cuyas tesis hacemos nuestras: primacía de
se presenta como una escuela literaria o artística. El lema de Rim- la materia sobre el pensamiento, adopción de la dialéctica hegeliana
baud, «La literatura es una idiotez», es también su lema: la puesta como ciencia de las leyes generales de! movimiento, tanto de!

i
que está en juego es más importante que el arte de hacer cuadros mundo exterior como del pensamiento humano, concepción mate-
o de escribir versos: está en juego el destino de! hombre, su rialista de 'la historia ... , necesidad de la revolución social como
fortuna o su ruina en la tierra. Esto es lo que e! surrealismo término de!' antagonismo que se declara, en una determinada etapa
entiende, y en dirección a esa verdad sin sobreentendidos inicia de su desarrollo, entre las fuerzas productivas materiales de la 11
su acción. sociedad y las relaciones de prod ucción existentes (lucha de clases). /,
«El arte auténtico de hoy -escribe Breton en la época de
De la psicología contemporánea, e! surrealismo considera esencial-
la guerra de Marruecos, en 1926- está ligado a la actividad social I1
mente lo que tiende a dar una base científica a las investigaciones
revolucionaria: tiende a la confusión y a la destrucción de la
sociedad capitalista»l. Y unos años más tarde con~reta aún más:
sobre el origen y las mutaciones de las imágenes ideológicas. En I.1
«En e! estado de crisis actual del mundo burgués, día a día más
este sentido el surrealismo ha atribuido una particular importancia ~
a la psicología de! proceso del sueño, tal como Freud la ha expli- JI
consciente de su propia ruina, yo creo que el arte de hoy debe lq
cado»3. \j
justificarse como consecuencia lógica de! arte de ayer y, al mismo
11
tiem po, someterse lo más posible a una actividad de interpretación [J
Estamos fren te a las dos almas del surrealismo: es decir, el ·11IJ
que haga estallar en la sociedad burguesa su malestar»2. alma heredera de los más inquietos espíritus románticos y el alma
He aquí, pues, otro de los aspectos nuevos del surrealismo: J\
que quiere acoger el mensaje de la revolución socialista. El surrealis-
su voluntad de superar las posiciones. de protesta y de rebelión mo está muy lejos de ser un todo único teóricamente compacto,
ji!

para llegar a una explícita posición revolucionaria.


¡!
y el esfuerzo de Breton por mantenerlo unido como movimiento

~r
Sin embargo, según los surrealistas, e! problema de la libertad no es nada fácil. Estas dos almas que constituyen los polos de
presenta dos facetas: la de la libertad individual y la de la libertad la dialéctica surrealista, y que en el seno del mismo surrealismo
social; por tanto, también deben ser dos las soluciones, si bien continúan siendo el reflejo de la situación históricJ reJI de frJcturJ
la libertad sociaC a la que se ha de llegar a través de la revolución,
176 ¡vIario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 177

entre arte y vida, entre arte y sociedad, llevan a menudo a los y Péret entraban en el Partido Comunista francés. En 1930, la
surrealistas a soluciones unilaterales, o puramente literarias o pura- revista Révolution surréaliste se transformó en Le surréalisme au service
mente políticas. El punto de fusión de las dos almas se queda de la révolution, yen la primera página de! primer número publicaba i
1:
la mayoría de las veces en un estado de aguda nostalgia o de un telegrama enviado por la Oficina Internacional para la Literatura 1I
ansioso deseo: «El poeta futuro -escribirá Breton- superará la Revolucionaria de Moscú, en el que se declaraba que los surrealistas 1I
11
idea deprimente del irreparable divorcio entre la acción y el sueño)}4. eran fieles a las directrices de la III Internacional. ~
Pero lo que interesa subrayar aquí es el modo enérgico con que La crónica de las peri pecias políticas de los surrealistas es bastante
se planteó el problema. Es un mérito mdiscutible del surrealismo
haberse medido con tamaño problema y haber visto las posibilida-
intrincada para seguirla en sus detalles. Las diferencias no tardaron
en manifestarse, tanto entre los surrealistas y e! Partido Comunista
i
ji
des de resolverlo. francés, como entre los mismos surrealistas. En 1933, Breton y j

La voluntad del surrealismo de irrumpir en la historia, y hasta Eluard abandonan el Partido Comunista. Sin embargo, la orienta-
en la política, para crear las condiciones de la libertad material ción general de! movimiento no varía, ni en el plano teórico
y espiritual del hombre, es una voluntad moderna; la única volun- ni en el práctico, de modo que la guerra de España unirá a
tad de volver a traer la cultura, más allá de la crisis, a un terreno
creativo distinto donde la fractura quede colmada, y no con la
repetición de una visión trasnochada, sino con la fuerza de una
todos los surrealistas contra e! fascismo franquista.
Enjunio de 1936, casi dos años después de la heroica insurrección
de los mineros de Asturias, en una conferencia celebrada en Londres,
I
visión nueva. También en el expresionismo y en el dadaísmo
afloró una exigencia semejante, y también hubo en ellos análogos
Eluard decía: .«Ha llegado el tiempo en el que todos los poetas
tienen e! derecho y el deber de atlrmar que se hallan profundamente
II
intentos individuales de resolver el problema, pero lo que es decisivo enraizados er- la vida de los demás hombres, en la vida común ... il
en el surrealismo es que se trata de todo un movimiento que
siente en su conjunto la necesidad de teorizar y realizar tal exigencia.
Es absolutamente imposible comprender el surrealismo sin tener
Hay una palabra que jamás he oído sin sentir una gran emoción
y una gran esperanza; la más grande, la de vencer a las potencias
de la ruina y de la muerte que se ciernen sobre los hombres; I
I1
presente este hecho. «Transformar el mundo, dijo Marx; cambiar esta palabra es: fraternización ... Los poetas dignos de este nombre,
la vida, dijo Rimbaud: para nosotros estas dos consignas son una como los proletarios, se niegan a ser explotados. La poesía verdadera
sola)}5. Este es el pensamiento de los surrealistas. Pero la enunciación está en todo lo que no se ajusta a esta moral, a una moral que,
alcanza aún mayor claridad: «Es necesario soiiar, dijo Lenin; es para mantener su orden y su prestigio, no sabe hacer otra cosa
necesario actuar, dijo Goethe. El surrealismo nunca quiso otra cosa; que construir bancos, cuarteles, cárceles, iglesias y prostíbulos. La
~
11
su esfuerzo pretende resolver dialécticamente esta oposición»6. He poesía verdadera está en todo lo que libera al hombre de este
aquí, pues; en qué se basa una de las razones de la pro tunda bien espantoso, bien que tiene un rostro de muerte. Se halla en .~
admiración de los surrealistas por un poeta como Lautréamont. la obra de Sade, de Marx o de Picasso, como en la de Rimbaud,
En efecto, fue Lautréamont quien dijo: «La poesía debe tener Lautréamont o Freud. Se halla también en la invención de la 1,
como objetivo la verdad práctica.» radio, en la explotación del Tcizeliuskill, en la revolución de Asturias
y en las huelgas de Francia y de Bélgica. Puede estar tanto en
Posición política la fría necesidad, la de conocer o comer mejor, como en el gusto
de lo mara villoso. Desde hace más de cien años los poetas descendie-
El surrealismo se inclinó resueltamente hacia la política en el verano ron de las cimas en que creían estar y caminaron por las calles,
de 1925, un año después de la publicación del Primer A1anifiesto, I insultaron a sus maestros; ya no tienen dioses, se atrevieron a
escrito por Breton. Dos años más tarde, Arag<;m, Breton, Eluard besar en la boca a la belleza y al amor, aprendieron los cantos
178 ¡VIario De !vficheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 179

de rebelión de la muchedumbre miserable y, sin dar muestras él -exclama- la imaginación acaso esté a punto de reconquistar
de disgusto, tratan de enseñarle los suyos propios»7. sus derechos}} l0. Bajo este aspecto, la empresa de hacer salir de
Estas palabras señalan bastante, por encima de las diferencias las profundidades de nuestro espíritu fuerzas nuevas, desconocidas
personales o de partido, la orientación viva, abierta y rica de y capaces de aumentar las fuerzas de superficie o de oponerse
los surrealistas en un momento dificil de la historia europea. victoriosamente a ellas, según Breton, puede «apoyarse tanto en
las energías de los poetas como de los científicos», ya que el
éxito de tal empresa, al no existir un método apriorístico, no
El automatismo depende de los modos más o menos caprichosos que se empleen
para llevarla a cabo, sino de los resultados efectivos. 111'

il
En e! texto de Eluard queda por explicar la unión de estos nombres: El sueño representa en nuestra vida una porción de tiempo' 11

Marx, Sade, Lautréamont... Pero aquí, como ya se ha dicho, no inferior acaso a la de la vigilia. Es, por tanto, una parte esencial 1I
I

es la doble alm~ de! surrealismo la que habla. Como quiera que


1
de nuestra existencia. En el sueño el hombre se satisface plenamente ~

sea, e! «divino marqués» y el autor de los Chants de !v1aldoror con todo lo que le sucede. ¿Por qué, pues, no ser.á posible hallar
son tomados como ejemplos de una profunda rebelión moral: un punto de encuentro de estos dos estados, sueño y vigilia, aparen-
Sade, porque «quiso devolver al hombre civilizado la fuerza de temente contradictorios, en el que ambos se resuelvan dando lugar
sus instintos primitivos»; Lautréamont, por la desenfrenada violen- a una especie de realidad absoluta, de surrealidad? Esta es la «perspecti-
cia de sus sentimientos; ambos, en suma, porque lucharon encarni- va}} surrealista. de Breton; pero mientras tanto, es decir, desde
zadamente contra lo que es falso y artificial, contra una «realidad ahora, es necesario aprender con todos los medios a liberar las
embustera e indigente» que humilla al hombre. En ello se puede fuerzas de nuestro yo inconsciente, incluso en el estado de vigilia;
ver que estas opciones son semejantes a las del expresionismo. es necesario hallar los modos de hacer intervenir en la vida disipada
Sin embargo, tal opción nos permite también plantear el problema de nuestros días la voz sepultada de nuestro espíritu, esa voz
de la sustancia más íntima del surrealismo. que los convencioilalismos más brutales intentan repeler. He aquí,
Sade es considerado por los surrealistas como «la más auténtica pues, lo que es el surrealismo: «No es un medio de expresión
anticipación de Freud y de toda la psicopatología moderna». Y nueva o más fácil, no es una nueva metafisica de la poesía; es
Breton, que es quien afirma esto, añade que la obra de Sade un medio de liberación total del espíritu y de todo lo que se
«socialmente tiende nada menos que a fundar aquella ciencia auténti- le asemeja»l1.
cá de las costumbres que es aplazada de revolución en revolución}}8. ¿Cuál es, entonces, la definición exacta del surrealismo? Breton
He aquí, por tanto, el nudo de la cuestión: restituir al hombre nos la da «de una vez por todas»: «Surrealismo es automatismo
su potencia, que siglos de prejuicios, de ofensas y de inhibiciones psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente,
han conculcado. También esto es una revolución: junto a la revolu- por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real
ción social, como ya hemos dicho, está la revolución individual, del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención
que debe cortar los lazos de una larga opresión que deforma reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o
nuestra misma naturaleza y nuestra misma personalidad. morah>12.
A esta revolución de! individuo Freud aportó algunas armas «Automatismo» es, pues, la palabra clave de la poética surrealista.
insustituibles con sus estudios particulares sobre la psicología del En el dadaísmo ya se había llegado a algo semejante. La fórmula
sueño, y, de modo más general, con todas sus exploraciones en de Tzara, «El pensamiento se forma en la boca}}, junto con la
la vida de lo inconsciente 9 . Ep el Primer Afanifiesto Breton rinde receta de «fabricación» de la poesía con las palabras agitadas en
un homenaje explícito al fundador del psicoanálisis: «Gracias a el sombrero, son ejemplos de espontaneidad y de automatismo.
180 !vIario De Miel/eli Las vanguardia., artísticas del siglo XX 181

Sin embargo, e! automatismo surrealista difiere del de Dada, menos ces, sm paliativos. Y en particular, si pertenecéis a esa lamentable
psíquico y más mecánico. Para poner de relieve la diferencia basta especie de tipos singulares que ignoran el sentido de las palabras,
comparar los dos métodos de composición literaria, el de la poesía es bastante probable que la práctica del surrealismo no ponga
formada con las palabras sacadas de! sombrero y éste de Breton, en evidencia más que vuestra crasa ignorancia» 14. Todo ello significa
divulgado en e! Primer Manifiesto. André Breton aconseja : «Ordenad que la polémica surrealista contra los «talentos poéticos)} no excluye
que os traigan recado de escribir, después de haberos situado en la existencia del «talento surrealista». En realidad, nos hallamos
un lugar que sea lo más propicio poiible a la concentración de ante las últimas consecuencias del principio romántico de la inspira-
vuestro espíritu, al repliegue de vuestro espíritu sobre sí mismo. ción. Otros modos de exteriorización del pensamiento fueron tam-
Entrad en el estado más pasivo, o receptivo, de que seáis capaces. bién estudiados por los surrealistas, pero el dictado automático
Prescindid de vuestro genio, de vuestro talento, y del genio y siguió siendo el modo fundamental, al que, en mayor o menor
del talento de los demás. Decíos hasta empaparos de ello que medida, todos los demás se remiten. Ni siquiera el componer
la literatura es tino de los más tristes caminos que llevan a todas poesías con frases enteras recortadas de periódicos, como en algún
partes. Escribid deprisa, sin tema preconcebido, escribid lo suficien- caso hicieron los surrealistas, puede confundirse con el método
temente deprisa para no poder refrenaros, y para no tener la dadaísta, ya que, en efecto, el estímulo casual de las frases termina
tentación de leer lo escrito. La primera frase se os ocurrirá por por provocar una elección que pone en marcha el mecanismo
sí misma, ya que en cada segundo que pasa hay una frase, extraña psíquico en una determinada dirección.
a nuestro pensamiento consciente, que desea exteriorizarse. Resulta
muy dificil pronunciarse con respecto a la frase inmediata siguiente;
La expresión figurativa
esta frase participa, sin duda, de nuestra actividad consciente y
de la otra, al mismo tiempo, si es que reconocemos que el hecho Pero, llegados, a este punto, seguía planteado el problema de la

¡!
de haber escrito la primera produce un mínimo de percepción. expresión figurativa. En efecto, la pintura y la escultura no ofrecen
Pero eso, poco ha de importaros... Seguid escribienoo cuanto la misma posibilidad que la rápida transcripción automática de
queráis ... Si el silencio amenaza, debido a que habéis cometido la palabra. Pierre Naville, direct6r, junto con Péret, de la revista
una falta, falta que podemos llamar "falta de inatención", interrum- Révolution surréaliste, llegó a decir en las páginas del mismo órgano
1I
pid sin la menor vacilación. A continuación de la palabra que oficial, en abril de 1925, que «no existe una pintura surrealistm).
!t
os parezca de origen sospechoso poned una letra. cualquiera, la A esta afirmación respondió Breton Con un ensayo publicado
letra 1, por ejemplo, siempre la 1, y al imponer esta inicial a la en 1928 15 . II

palabra siguiente conseguiréis que de nuevo vuelva a imperar Este texto tuvo entonces una importancia análoga a la del I1
la arbitrariedad» 13. Primer l\J1.anifiesto. Breton abordaba el problema desde su principio
y exponía los motivos que postulan la existencia de una pintura
Así pues, el método está bien lejos de la pura mecanicidad; surrealista: «Una concepción demasiado estrecha de la imitación
es más, tiene una raíz psicológica que, aunque sea automáticamente, -escribía-, dada como objetivo del arte, es el origen de! grave
ofrece sus sugestiones. Aragon aclaró muy bien las características malentendido que se ha ido perpetuando hasta nuestros días. Al
del «dictado automático», insistiendo particularmente en el «fondo)} creer que e! hombre no es capaz más que de reproducir con
del que nace el texto automático. «El fondo de un texto surrealista mayor o menor fortuna la imagen de lo que le impresiona, los
-afirma- es de una gran importancia, porque es este fondo lo pintores se han mostrado demasiado conciliadores en la elección
que le da el precioso carácter de revelación. Si escribís siguiendo de sus modelos. El error cometido fue pensar que el modelo
"-
el método surrealista tristes sandeces, seguirán siendo tristes sande- no podía tomarse más que en el mundo exterior, o que sólo
182 Mario De lvlichelí Las vanguardias artísticas del siglo XX 183

allí se podía tomar. Ciertamente, la sensibilidad humana puede perspectiva de la fusión del sueño con la realidad o de la realidad
conferir al objeto de apariencia más «vulgar» una distinción total- con el sueño, fusión que, finalmente, devolverá a los hombres
mente imprevista; sin embargo, no es menos cierto que es hacer su integridad.
un mal uso del poder mágico de la figuración, cuyo don poseen
algunos, sirviéndose de ella para la conservación y el reforzamiento Ciertamente, una pintura basada en estas premisas no podía
de lo que ya existiría incluso sin ellos. En este hecho hay una empezar desde cero el inventario de la realidad. «Las tres peras
abdicación que no tiene excusa. En ~do caso, en el estado actual de Renoir, los cuatro espárragos de Manet, las mujercitas de choco-
del pensamiento es imposible, sobre todo ahora que la naturaleza late de Derain o el paquete de tabaco cubista»17, no estaban hechos
del mundo exterior parece cada vez más sospechosa, permitir seme- para satisfacer la sed de infinito ni la instancia de liberación del
jante sacrificio. La obra plástica, para responder a la necesidad espíritu de los surrealistas. Su investigación, tanto en el campo
de revisión absoluta de los valores reales sobre los que hoy todos de los medios como en el de la visión debía, pues, encaminarse
los espíritus están de acuerdo, se inspirará, pues, en un modelo en otra dirección.
interior o no podrá existir»16. Consecuentemente, la poética del automatismo llevada al hecho
La interioridad a que se refiere Breton no es, ciertamente, plástico impulsó a los surrealistas al descubrimiento de una serie
aquélla a la que pretendía referirse Kandinsky. Nada más alejado de procedimientos capaces de sustraer al dominio de las facultades
de los surrealistas que el espiritualismo ascético kandinskiano. En conscientes la elaboración de la obra. Tales procedimientos, al
cambio, es más cercana a Paul Klee y a su mundo recreado, contrario de 10- que pensaba Naville, permitieron aplicar la defini-
como también lo es a la poética de algunos expresionistas que ción deld)Jrrealismo al dibujo, a la pintura y, en cierta medida
veían la pintura en una exteriorización inmediata de la oleada también, a l~ fotografia 18. No todos estos procedimientos fueron
psicofisiológica sobre el lienzo. De todos modos, la pintura surrealis- originales; e~, efecto, algunos habían sido inventados en la época
ta parte de un principio básico, a saber, de la toma de conciencia dadaísta, como el fotomontaje o el collage, como la pintura y
de la «traición» de las cosas sensibles: las «cosas» ya no proporcionan la escultura de 'objetos, pero el surrealismo, aunque los empleó,
emoción ni consuelo al hombre; están fijadas en la esclavitud modificó aún más su carácter y los orientó hacia otro significado.
de una sociedad equivocada, y ellas mismas son esclavas de la Como en la poesía, también en el ámbito de la figuración
lógica convencional y se hallan sometidas a la gris usura de las la base de la operación creativa surrealista es la imagen. Pero no
costumbres. Así pues, el objetivo <ieJa piIlEura surrealista es subver- se trata de la imagen tradicional, que toma como punto de partida
tir las relaciones delasi::6sas~ contribuye;:;doderaf mocro:-en la similitud. Podemos decir que la imagen surrealista es lo contrario,
i;-~edidaen-ciue-seap~ibi~-aprecipitar la crisis de conciencia ya que apunta resueltamente a la disimilitud. Es decir, que no
general, que es el primer fin del surrealismo. Pero, junto a esto, aproxima dos hechos o dos realidades que en alguna manera se
la pintura surrealista también tiende: a arra resultaAo.-:.al:1.(Te;iciQIL asemejan, sino dos realidades lo más lejanas posible la una de la
de un mundo en el que- erh;~bre encueny'.e 10 maravillo~o";...Q.Il otra.
reino del espíritu donde se libere de todo peso e inhibición y Por ello, el artista surrealista, al dar vida a la imagen, viola
de todo complejo, alcanzando una libertad inigualable e incondicio- las leyes del orden natural y social. _Pero ésta es, precisamente,
nal. Lo nuevo y lo ignoto, que Baudelaire, huyendo del aburrimiento su finalidad, ya que, al acercar repentinamente y por sorpresa
de una realidad alienada y consumida, buscaba en su Voyage, dos términos de la realidad que parecen inconciliables, y al negar
vuelve, pues, en lo maravilloso surrealista con todas las bendiciones así su disimilitud, provoca en quien observa el resultado de tal
de una consagración definitiva. En este maravilloso se nos concede operación un «shock» violentísimo que pone en marcha su imagina-
una anticipación de aquella libertad total que se coloca en la ción por los insólitos senderos de la alucinación y del sueño.
184 lV!ario De Miclleli Las vanguardia., artísticas del siglo XX 185

Max Ernst explica casi didácticamente el procedimiento que «objetos-modelos», de origen hipnagógico, y otros más. Acaso
conduce a la creación de la imagen surrealista. Para ello parte el más significativo de todos sea el primero, cuya invención se
de una famosa declaración de Lautréamont, que llegaría a ser remonta a Giacometti, a su Bola colgada: una bola de madera
una auténtica definición de la «belleza surrealista»: «Bello como con una cavidad femenina, colgada de una cuerda de violín, pende
el encuentro casual de una máquina de coser y un paraguas en y oscila sobre un segundo elemento que roza su cavidad. Es evidente
una mesa de operaciones.» Escribe Ernst: «Una realidad cumplida el simbolismo erótico de esta construcción, por lo demás juzgada
cuyo ingenuo destino tiene el aire de h~ber sido fijado para siempre todavía «demasiado plástica», «de'masiado escultura» desde un punto
(el paraguas), al encOntrarse de golpe en presencia de otra realidad de vista surrealista. En general, los «objetos surrealistas» son mucho
bastante distinta y no menos absurda (una máquina i de coser) más híbridos y espúreos y huyen de las preocupaciones formales;
en un lugar donde los dos deben sentirse extraños (una mesa de son extra-plásticos por definición. Mirar estos «objetos» con ojos
operaciones), escapará por ese mismo hecho a su ingenuo destino estéticos sería traicionar su carácter. La única fuerza que actúa
y a su identidád; pasará de su falso absoluto, a través de un en ellos de cohesivo es la simbología sexual, de gusto sádico y
relativo, a un absoluto nuevo, verdadero y poético: el paraguas freudiano, que, como la bola de Giacometti, tiene la función
y la máquina de coser harán el amor. El mecanismo del procedi- de estimular la imaginación erótica, y no, ciertamente, el proceso
miento me parece desvelado por este sencillísimo ejemplo. La de la síntesis poética.
transmutación completa, seguida de un acto puro como el del Zapatos, guantes, hondas, tazas, esponjas, vasos, dados, latas,
amor, se producirá forzosamente todas las veces que las condiciones muelles, llaves, dentaduras y otros variados materiales entran a
sean favorables por los hechos dados: acoplamiento..de dos realidades formar parte de estos «objetos», y hay que decir, a fin de cuentas,
en apariencia inconciliables en un plano que, en apariencia, no conviene que en este género de «trabajo» los literatos más carentes de cualquier
a ninguna de las dOS»19. preocupación figurativa hacen mejor papel que los artistas, siempre
que no se tr;te de Dalí, literatoide monstruoso aun antes de ser
pintor. En efecto, Dalí no sólo compone «objetos surrealistas», II
La imagen surrealista es, pues, un atentado al princlplO de
identidad. No tienen otro significado los llamados «objetos surrealis- sino que también los imagina y los describe con la aberración
barroquizante de su automatismo «españolesco»: «Grandes automó-
tas» compuestos con semejante procedimiento. En estos casos el
viles, tres veces más grandes que en la realidad, serán reproducidos
1
automatismo se pone en marcha por el impulso gratuito de un !I
objeto «hallado» que actúa como «provocador óptico». El procedi- con una minuciosidad de detalles más precisa que los modelos
miento sigue siendo análogo al del fotomontaje o collage en su más exactos, en yeso o en ónice, para ser colocados, envueltos II
en ropa interior femenina, en sepulturas cuya situación sólo se !I
acepción. ernstiana, del que hablamos anteriormente. En efecto, II
desde aquella época Ernst actuaba, al menos en parte, surrealística- reconocerá por la presencia de un pequeño reloj de paja»20.
'1
mente. Pero, en particular, los precedentes de los «objetos surrealis- Así pues, el automati~mo surrealista se puede provocar de distin-
tas» hay que buscarlos en algunas pruebas dadaístas de Duchamp tas maneras. Lo único que hay que encontrar es el modo de intensifIcar ;1

y de Picabia. f la irritabilidad de las Jawltades del espiritll 21 . Además de los procedi-


Sin embargo, partiendo de aquellas primeras sugestiones el I mientos ya descritos del fotomontaje y del objeto «hallado», Max
surrealismo ha recorrido mucho camino, especialmente hacia el Ernst sugiere otro, el que él llama' el frottage. El procedimiento
es bastante sencillo y recuerda un juego infantil, el de colocar
" año 1930. Los tipos de «objetos» inventados son numerosos y 1 una hoja de papel sobre una moneda, frotando por encima con
cada uno ha sido clasificado según una categoríá: «objetos transus-
l. un lápiz para hacer salir la efigie. Ernst ejercitó este juego con
tanciados», de origen afectivo; «objetos para proyectan, de origen
¡
it

onírico; «objetos-máquinas», de origen fantástico-experimental; las materias más disparatadas: trozos de maden, hojas, tela de
I
186 /vIario De j\;Iiclzeli Las vanguardias artísticas del siglo, XX 187

saco deshilachada. Era un modo de interrogar a la materia. A penas Veamos cómo el mismo DalÍ explica el sentido de esta afirma-
interrogada, la materia perdía su carácter para asumir el aspecto ción: «Sobre la base de un proceso netamente paranoico ha sido
de una serie de imágenes inesperadas, que ayudaban fácilmente posible obtener una imagen doble, es decir, la representación de
a las facultades ~editativas y alucinatorias del artista. Nacían asÍ, un objeto que, sin la mínima modificación figurativa o anatómica,
ante la mirada estupefacta de Ernst, «cabezas humanas, animales, sea al mismo tiempo la representación de otro objeto absolutamente
una batalla que termina en un beso, rocas, el mar y la lluvia, distinto, despojado de cualquier género de deformación o anormali-
terremotos, la esfinge sobre su pedestal, pampas, latigazos y ríos dad que cualquier arreglo podría ocultar. El logro de tal imagen
de lava, campos de batalla, inundaciones y plantas sísmicas ... el es posible gracias a la violencia del pensamiento paranoico, que
banquete fúnebre, la rueda de la luz...»:22. Y Ernst confiesa que, se ha servido con astucia y destreZa de la cantidad necesaria de
a continuación, limitando cada vez más su participación activa pretextos, coincidencias, etcétera, aprovechándolos para hacer apa-
a la reelaboración del primer dato del frottage, llegó a asistir al recer la segunda imagen, que, en este caso, ocupa el lugar de
nacimiento de l? obra como si fuera un espectáculo. la idea obsesiva. La imagen doble, cuyo ejemplo puede ser el
La aplicación de este procedimiento a la creación por parte de la imagen de un caballo que, al mismo tiempo, es la imagen
de Ernst se remonta a 1925, y él mismo recuerda que el precursor de una mujer, puede prolongarse, continuando el proceso paranoi-
de la teoría del «provocador óptico» fue Leonardo, allí donde co, siendo entonces suficiente la existencia de otra idea obsesiva
habla de la ('mancha» en el muro, que excita la fantasía a seguir para que aparezca una tercera imagen (la imagen de un león,
las más extrañas imágenes. Pero en sus investigaciones Ernst también por ejemplo), y así sucesivamente hasta la concurrencia de un
se dio cuenta de que, a menudo, una forma, un color, un objeto, número de im~genes limitado solamente por el g~ado de capacidad
una página de publicidad, un mapa geográfico, cualquier cosa, paranoica del pensamiento» 25.
sugieren contemporáneamente no una sino dos o más imágenes. Por Esta serie ¡de experimentos para reencontrar los métodos capaces
ejemplo: «Un ornamento segundo imperio hallado en un libro de de manifestar' el flujo automático de las fuerzas interiores abrieron
enseñanza del dibujo, revela, al presentarse a nosotros, una fuerte varias vías a la ,realización de las obras surrealistas; sin embargo,
propensión a transformarse en una quimera con elementos de son métodos que no hay que tomar al pie de la letra, sino sólo
pájaro, de pulpo, de hombre y de mujer»23. Esta primera intuición como indicaciones de base sobre las cuales la actividad surrealista
de Ernst será desarrollada por Salvador DalÍ Con su teoría de se ha desenvuelto con la máxima libertad y sin la preocupación
la imago! múltiple o imagen paranoica. En realidad, más que de de contradecirse.
una teoría, se trata de una actividad visionaria, 'que se inspira Al hablar de arte surrealista hay que observar que se trata
en los fenómenos de la paranoia. Según Dalí, se trata exactamente siempre de un arte figurativo. Lo abstracto, y en particular lo
de una actividad paranoico-crítica, es decir, del (,método espontáneo abstracto geométrico o constructivista, no cabe en la naturaleza
de conocimiento irracional basado en la asociación interpretativo-
crítica de los fenómenos del delirio». Está claro, observa Breton,
Ii del surrealismo 26, cuyos extremos menos figurativos, Arp y Miró,
se hallan muy lejos de' poder ser clasificados como abstractos.
"que con Dalí estamos ante una paranoia latente de la especie más Esto es así porque no se puede ser surrealista sin com.J?roIJ!..~erse
benigna, la paranoia en planos latentes aislados cuya evolución de algún modo en -~1;;-- reE!éle.llla;¡JI~Estepresup~sto se verá
está al cubierto de cualquier peligro de confusión». En suma, en 1 atenuid()p6steriormeiltC~peroseguirá'S-;cndo válido, y es válido,
Dalí las imágenes paranoicas, apenas aparecidas, SOn controladas,
sistematizadas y utilizadas «críticamente». Según DaIÍ, la actividad
paranoico-crítica es «una fuerza organizadora y productora de la
I sobre todo, para el período del que nos estamos ocupando.
En su Anthologie de l'hllmollr I/oir, Breton nos ofrece una preciosa
ayuda para la comprensión de las razones figurativas surrealistas.
casualidad objetiva»24. 1/ Tal ayuda la constituye una oportunísima cita de Hegel sobre
188 Mario De Miclu:li Las vanguardias artísticas del siglo XX 189

algunos aspectos del subjetivismo romántico: «El arte romántico no llega el murmullo de los arroyuelos, ni el canto de los pájaros
tenía como principio fundamental la concentración del alma sobre ni el susurrO de las hojas. Lo que yo, escucho no vale nada;
sí misma, la cual, al comprobar que el mundo real no se correspon- lo único que hay son mis ojos abiertos,' o, mejor aún, cerrados.
día perfectamente con su naturaleza, permanecía indiferente ante Lo que importa es, sobre todo, liberar al arte de lo que tiene
él. En el período del arte romántico esta oposición se desarrolló de conocido hasta hoy: toda idea y todo símbolo deben dejarse
hasta e! punto de que hemos visto cómo el interés se cemraba, a un lado. Hay que tener una gran fe en sí mismo; es necesario
ya en los accidentes del mundo exterior, ya en los caprichos de que la revelación que tenemos de una obra de arte, que la concep-
la personalidad. Pero hoy, si este interés logra hacer que el espíritu ción de un cuadro que reproduce determinada cosa sin ningún
se absorba en la contemplación del mundo exterior y que, al sentido en sí misma, sin argumento, sin significado desde el punto
mismo tiempo, el humour, conservando su propio carácter subjetivo de vista de la lógica humana, sea tan fuerte en nosotros y nos
y reflexivo, se deje asimilar por el objeto y por su forma real, procure una alegría o un dolor tan grande que nos sintamos
entonces obtene.mos, en esta penetración íntima, un humour que obligados a pintar impulsados por una fuerza mayor que la que
es de alguna manera objetivo»27. impulsa a un hambriento a morder como una bestia e! mendrugo
Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en la narrativa de KafKa, de pan que cae en sus manos.»
de una absoluta objetividad y, al mismo tiempo, de una absoluta Así pues, las Plazas de Italia pintadas por De Chirico en París
subjetividad. Algo semejante habia imaginado Kandinsky en la ejercieron una influencia concreta en los surrealistas. En Max Ernst,
pimura con su «realismo» distanciado del sentido inmediato de como ya se ha visto, la influencia fue casi decisiva. La fascinación
la historia, que él veía anticipado por Rousseau. Llevando el humor de estas plazas influyó no sólo en los artistas' sino también en
objetivo de la definición hegeliana a sus últimas consecuencias de los poetas. fluard dedicó a De Chirico una poesía en 1923, Y
juego, el surrealismo lo transforma en azar objetivo, dando vía todavía en 19;33 todo el grupo surrealista ejercitaba sus posibilidades
libre al arbitrio más amplio de lo subjetivo al crear un mundo irracionales de penetración y de orientación en un cuadro eligiendo
de objetos definidos y, al mismo tiempo, despojados de todo para sus experimentos un viejo lienzo de De Chirico 29.
fundamento real. Así pues, el surrealismo era una empresa que
iba bastante más allá del realismo mágico al que se encaminaba La pintura de De Chirico, que él llamará posteriormente metaJ/si-
una parte de los artistas alemanes de la «Nueva objetividad». Sólo ca30, presenta, precisamente, aquellos aspectos oníricos que los
De Chirico, con sus Plazas de Italia, había hecho a partir de surrealistas tratarán luego de desarrollar. Es una pintura que nace
1910 algo semejante, yendo más allá del realismo mágico para de la memoria de arquitecturas italianas clásicas y decimonónicas,
arribar a las playas del surrealismo. en una atmósfera de lucidísimo y estático absurdo. Soledad, silencio.
Justamente, Breton, en su libro Le surréalisme et la peinture, fugas perspectivistas, ilusiones espaciales, sombras nítidas estampa-
colocó a De Chirico a la cabeza de los artistas de este movimiento. das en lisos adoquinados, soportales de sombra, cielos antiguos,
En este ensayo, Breton recuerda también un escrito de De Chirico volúmenes netos, estatuas solitarias y, a veces, una forma de vida,
de 1914 28 , en el que se expresan una serie de ideas que tienen una niña que corre empujando su aro, dos hombres que pasan,
más de una afinidad con el surrealismo. «Para que una obra de un tren en 10ntananzJ. Pero toda forma de vida, o que recuerde
arte -se lee entre otras cosas- sea verdaderamente inmortal, la vida, está como suspendida y envuelta en un velo impJlpable

¡'
es necesario que salga completamente de los confines de lo humano:
el buen semido y la lógica la perjudican. De este modo, se acercará
al sueño y a la mentalidad infantil. La obra profunda será empujada
II • que la separa de! resto del mundo. Este es el clima de las imágenes
de De Chirico, de sus «enigmas», de sus «melancolías» y de sus
«torreS». Los ecos cubistas, y hasta futuristas, que algún crítico
por el artista a las profundidades más recónditas de su ser: allí I ha descubierto en De Chirico, si existen desde un punto de vista '>

I
190 ¡'vIario De Miel/eli Las vanguardias artísticas del siglo XX 191

estrictamente filológico, por el contrario no tienen ninguna impor- de concebir. Es la época en que empieza a pintar sus bosques,
tancia en la determinación fisonómica de su obra, tallada como sus visiones cósmicas y, luego, sus ciudades. Estos temas son más
está en la dimensión alucinada del sueño y del juego intelectual. acordes con su fantasía que los que toman como motivo los mons-
truos, las pesadillas y las quimeras, ,más propiamente surreales.
El problema de la relación entre sueño y representación es, Es más, se puede decir que en estos motivos Ernst se muestra
pues, fundamental para el arte surrealista. Desde una posición incluso menos libre y más vinculado a sugestiones figurativas ante-
proto-surrealista, De Chirico abordó este problema con resultados riores, cubistas por ejemplo, mientras que en los temas cósmicos
satisfactorios (al menos hasta 1919). P-cro no se puede decir que o de las ciudades y de los bosques consigue verdaderamente inventar
todos sus términos hayan sido aclarados. En realidad, en su obra un lenguaje de rara fuerza evocadora.
creativa, ¿cómo debía comportarse el artista respecto al sueño? Con procedimientos indirectos, con una transposición poética
¿Acaso debía contentarse con copiarlo fielmente? ¿Debía limitarse de gran riesgo, con una sencillez ejemplar de imágenes y una
a reproducir la i!ilagen irracional dictada por su yo inconsciente, minuciosa complejidad de intervenciones técnicas, Ernst alcanza
i
sin añadir ni quitar nada? Dalí hablaba de pintura como de «una cotas de sólida poesía. Una especie de primitiva dialéctica de la
instantánea de colores de la concreta irracionalidad». ¿Era ésta naturaleza penetra su creación; las cosas pierden su significado
la definición justa? ¿O esta posición habría llevado a los surrealistas
1.1
i i
para adquirir otro: la nladera se vuelve mar, el anillo se vuelve 1
¡iI
solamente a un nuevo género de naturalismo descriptivo? sol, la tapicería se transforma en muralla de árboles, en floresta
No es dificil reconocer que dentro de tales límites se atascó petrificada, . y una serie de adornos se tornan la aglomeración
el arte de un Dalí o de un Delvaux, por citar sólo dos ejemplos de una ciudad. A todos los modos que pone en acción para provocar
de los más conocidos. El mismo Breton tuvo que reconocerlo su inspiraciém, Ernst sabe responder con los recursos inagotables
así: «La fJjación -escribió en 1941- llamada del trompe-l'oeil (y de su fantasík poblada de fantasmas. Estos cuadros no nos hacen
aquí está su debilidad) de las imágenes de sueño ha demostrado echar de menos los temas tradicionales de la pintura. Ernst es
ser en la experiencia la menos segura y la más abundante en un pintor enérgico y preciso. Algo de extraño, una subterránea
errores»31. Desde este punto de vista, pues, <<la instantánea de metamorfosis, 1,1na celeste aventura, un presentimiento de la infini-
lo irracional concreto» de Dalí queda desacreditada, y el artista tud espacial, un hormigueo de energías terrestres bullen dentro
español acaba por ser expulsado del surrealismo en 1936. Por de sus lienzos. Verdaderamente, parece elaborar una visión de ciencia-
lo demás, la misma noción de automatismo, con el correr de ficción a escala poética. Pasado y futuro se unen en sus imágenes,
los años, sufre una transformación y una «revisiÓn» h 4sta admitir ruinas arcaicas y árboles antropomorfos, pájaros de antracita y
que «el automatismo se puede armonizar Con ciertas intenciones soles prismáticos: un mundo artificial y, al mismo tiempo, misterio-
premeditadas»32. Así, una vez abandonada la fidelidad naturalista samente vivo.
de la transcripción de los sueños, y atenuado el automatismo puro, Otro artista que, desde el principio, se vinculó al surrealismo
se considerará suficiente que el artista, al crear la obra, consiga fue André Masson, dotado de una capacidad pictórica semejante
penetrar «en el campo psicofisico total, del que el campo de la a la capacidad verbal de Desnos; es decir, así como Desnos era
conciencia no es más que una débil parte». capaz de «hablar en surrealista)}, con la misma espontaneidad Masson
conseguía «pintar en surrealista)}. El fondo de su pintura era un
Max Ernst sigue siendo, sin duda, el representante más cualifica- obsesivo erotismo que él comunicaba a la tela en una maraña de
. do de esta pintura. Hacia 1925 se halla en plena posesión de símbolos. Elementos postcubistas y picassianos se mezclaban a su
sus medios y es dueño absoluto de la poética surrealista, que /
estilo híbrido, apretado y confuso. De naturaleza esencialmente
ya no siente como algo experimental, sino como un modo natural lírica, hallaba cumplida satisfacción en la poética surrealista, hasta
192 Mario De i\!Iichelí Las vanguardias artísticas del siglo XX 193

el punto de que, una vez abandonado el movimiento surrealista, surrealista. Pero al surrealismo también están vinculados pintores
continuó cultivando esa poética como la más natural de sus inclina- como Chagall y Klee. Saliendo de los límites de la primitiva
CIones. preceptiva bretoniana, el surrealismo terminó por extenderse y
Bastante distinto es Miró, surrealista desde el año del Primer por permear las investigaciones de un número cada vez mayor
Manifiesto. Miró es un primitivo del surrealismo. Breton dice de de pintores y escultores. Breton, en el desarrollo del movimiento
él que su "personalidad se detuvo en el estadio infantih> 33. El después de 1935, nombra entre los surrealistas strictu sensu a Domín-
automatismo lo ayudó a alcanzar la absoluta espontaneidad. Es guez, Kay Sage, Gorki, Victor Brauner, Matta, Wifredo Lam
dificil hallar un artista más «feliz>}. No necesita, como Ernst, recurrir y Esteban Francés.
a los «provocadores ópticos» o a los «procedimientos» que intensifi-
can la irritabilidad del espíritu para encontrar la libertad psíquica Por todo lo anterior, lo que parece evidente es que la interpreta-
de la invención, que es el presupuesto del surrealismo. Miró vive ción de muchos críticos, que pretenden encerrar el surrealismo
naturalmente er¡ una .«condición surrealista». Las imágenes brotan en el ámbito de la copia naturalista del sueño o de la irracionalidad
de su fresca emoción interior con una profusión que no conoce concreta, es una interpretación totalmente parcial e insuficiente 34 ,
límites. Brillante, elegante y desenvuelta, así puede parecer, a veces, que puede servir para Dalí o Magritte, pero que no puede aplicarse
su producción. Pero su «facilidad», que también roza la frivolidad, de ninguna manera a Ernst o a Miró. En efecto, el surrealismo,
penetra de golpe en un reino absoluto de gracia donde acaba aparte los descubrimientos de algunos "procedimientos», no ha
toda dispersión, dando vida a un torneo de sensaciones sutiles, definido ninguna sigla formal a la que los artistas tuvieran que
vibrantes y reiterativas, cuya íntima sustancia la constituyen la atenerse. Esto es, el surrealismo se define como actitud del espíritu
alegría y la inocencia, que son el verdadero subfondo en el que hacia la realidad y la vida, no como un conjunto de reglas formales
los arabescos maliciosos, amables y sentimentales y las figuraciones ni de medidas\estéticas. Para el surrealismo, en suma, es el contenido
alusivas se disponen salpicando cromáticas magias. lo que decide, es su verdad, es su fuerza. También los medios
Entre los artistas surrealistas ocupan un lugar particular Yves expresivos que el surrealismo investigó experimentalmente preten-
Tanguy y René Magritte, pintores que prefieren atenerse a la dían ofrecer al poeta y al artista la mayor posibilidad de exteriorizar

I
primerísima acepción surrealista del azar objetivo. A pesar de ello, la verdad interior sin que nada la mortificara ni la obstaculizara.
Tanguy manipula un universo que aparece como la resultante
de una serie de eyaculaciones cósmicas más que como combinación La escisión del grupo
alógica de una objetividad existente. En cambio, Magritte se man-

II
tiéne fiel al azar objetivo. Con una técnica pictórica fotográfica, El vIeJo grupo de los surrealistas se rompió en un determinado
reproduce las incongruencias de un mundo descompuesto y recom- momento. Breton intentó inútilmente mantenerlo unido. La doble
puesto según los módulos de una amarga alucinación. alma que latía en el interior del movimiento no conseguía fundirse
Pero, además de ellos, deberíamos referirnos a otros muchos ni convertirse en un alm-á sola. Llegados a un cierto punto, Breton
¡
artistas que tuvieron un contacto directo con el surrealismo y
que formaron parte de dicho movimiento. De algunos ya hemos
dado el nombre, y son aquellos artistas que procedían de Dada,
insistió cada vez con mayor energía en mantener separadas las
dos almas, el alma social y el alma individual: «Estos dos problemas
son esencialmente distintos y estamos convencidos de que se enma-
,
como Pic.abia, Duchamp, Giacometti y Arp. Otros. confluyeron rañarían deplorablemente si no fuera así. Por tanto, hay motivo
;, en el surrealismo o se aCercaron a él más tarde. Entre ellos, y -para reaccionar contra toda tentación de fusión de sus datos»35.
durante un cierto período que comienza en 1926, también se Consagrar semejante distinción y hacerla definitiva era aceptar
la distinción idealista entre esfera de la actividad práctica y esfera
halla Picasso, a pesar de que siempre afirmó no haber sido nunca
I
I
~
194 Mario De Miclzeli

de la actividad de! espmtu. Bastantes surrealistas no estuvieron


Las vanguardias artísticas de/ siglo XX

y yo dimos el nombre de surrealismo al nuevo modo de expresión


195
I

¡
de acuerdo y se separaron de! movimiento, como Aragon primero que teníamos a nuestro alcance y que deseábamos comunicar lo
y Eluard más tarde, como Picasso y Tzara, el cual hacía tiempo antes posible, para su propio beneficio, atados nuestros amigos» 37 .
que había empezado a colaborar en las revistas surrealistas. Los El «surrealismo» de Apollinaire era exclusivamente un hecho poéti-
disidentes se acercaron al Partido Comunista francés, mientras Bre-
ton estrechaba sus lazos con Trotski, refugiado en México en
co, un nuevo método de invención literaria. La palabra «surrealis-
mo» apareció bajo e! título de su obra Les mame/les de Tirésias,
I
casa de! pintor Rivera.

I
calificado precisamente por él de «drama surrealista»38.
El punto conclusivo de! pensamieñto de Breton sobre las re!acio- Pero la verdad es que Apollinaire había sugerido a los fundado- I
nes entre arte y revolución se halla expuesto en e! manifiesto res del surrealismo, además del nombre, una serie de ideas inte-
Por un arte revolucionario independiente, escrito en colaboración con resantes. For ejemplo, Apollinaire había sido uno de los primeros
Trotski en julio de 1938. En este manifiesto se puede leer e! defensores de! automatismo poético: «Cuando os sintáis secos -acon-
siguiente párrafo: «La revolución comunista no tiene miedo al sejaba-, escribid cualquier cosa, empezad cualquier frase y seguid
arte. Sabe que, según los estudios que se pueden h,lCer sobre ade!ante» 39. Así, había tenido una influencia preCIsa sobre Breton
la formación de la vocación artística en la sociedad capitalista el método con que Apollinaire componía sus «poesías-conversacio-
que se derrumba, la determinación de esta vocación no puede nes», solicitando la colaboración casual de los amigos que encontraba
resultar más que de una colisión entre e! hombre y un cierto en e! café. Pero aún hay algo más. En 1908 Apollinaire escribió
número de formas sociales que le son adversas. Esta simple coyuntu- una composición en prosa en la que llamaba a capítulo tanto
ra, aparte la conciencia que aún queda por adquirir, hace de! al automatismo como al sueño. Esta composición poética se titula
artista e! aliado predispuesto de la revolución. El mecanismo de Onirocritique 40 , yen muchos aspectos es una auténtica composición
sublimación que opera en semejante caso y que el psicoanálisis surrealista. S~n embargo, los problemas en que Apollinaire se encon-
ha puesto en evidencia, tiene como objeto restablecer e! equilibrio trará mezclado antes de su muerte, acaecida en 1918, serán innume-
roto entre e! yo coherente y sus elementos reprimidos. Esta restaura- rables y contrastantes y, en el fondo,no se dejará dominar totalmen-
ción se cumple en provecho de! ideal de! yo que suscita contra te por ninguno de ellos. Su fervor, su fantasía y sus ilusiones
la realidad actual e insoportable las potencias de! mundo interior, eran de naturaleza distinta. Eufórico, sentim<;ntal y sanguíneo,
del sí, comunes a todos los hombres y constantemente en trance no sentía, como la nueva generación, el dolor irremediable de
de despliegue en su devenir. La necesidad de e!liancipación de! la historia traicionada.
espíritu no tiene más que seguir su curso natural para llegar a .Así pues, sus indicaciones habían sido útiles, pero sólo habían
fundirse y a templarse de nuevo en esta necesidad primordial: sido eso: indicaciones. La exigencia expresada por e! surrealismo
la necesidad de emancipación de! hombre»36. No obstante la ante- era otra. Ultimo de los movimientos de vanguardia, e! surrealismo
rior distinción, Breton se ve llevado, al menos en perspectiva, había clarificado aún más el planteamiento del problema y había
a revisar una vez más la solución del problema sólo en la fusión
de los dos términos.
proporcionado los datos para resolverlo. Este y no otro es el
sentido del movimiento. Las razones de la fuerza de persuasión
I
En su historia e! surrealismo se convirtió en algo muy distinto que e! surrealismo ejerció en los mejores espíritus desde su primera
1
I
de lo que pensaba Apollinaire, de! que Breton tomó e! nombre aparición residen en eso. Respondía con más violencia y verdad
que dio al movimiento: «En homenaje a GuillaumeApollinaire, que ninguna otra tendencia a la pregunta que en toda Europa
quien había muerto hacía poco, y quien en· muchos casos nos se hacían los intelectuales: ¿Cómo salir de la angustia de la crisis?
parecía haber obedecido a impulsos de! género antes dicho, sin
abandonar por ello ciertos mediocres recurso,s literarios, Soupault
La respuesta dada por el surrealismo era rica en sugestiones y
promesas. Era un serio intento de respuesta.
1
f- 1
Capítulo 7

La lección cubista

Ciencia y arte

La polémica contra el impresionismo no corrió sólo a cargo de


la corriente figurativa de ese sentir que abarca, con todas sus
contradictorias peripecias, desde el expresionismo hasta el surrealis-
mo. Esta polémica también se desarrolló en el seno de aquellas
tendencias que en sus presupuestos no rechazaban de ningún modo
el cientifism9 en el que el impresionismo había demostrado creer.
Es éste el caso del cubismo.
El hecho es que algo había cambiado profundamente, incluso
en la interpretación de las ciencias. Los cubistas reprochaban a
los pintores del impresionismo ser sólo retina y no cerebro. En
este reproche se manifestaba la condena del primero, ingenuo
y elemental positivismo, y, al mismo tiempo, la exigencia de
una verdad científica superior. No se trataba, pues, del registro
puro y simple de los datos visivos, sino de su organización en
una síntesis intelectual que, al efectuar una selección, destacase
los dalas esenciales.
Nos hallamos en la época en que se difunden por Europa
las teorías em pírico-criticistas y fenomenológicas. En Francia, Bou-
troux empieza a defender la inrerpretación subjetivista de las leyes
de la naturaleza y Bergson formula sus teorías sobre la duración
i'
y la simultaneidad: así pues, el idealismo y el espiritualismo reapare-
cen como un serio elemento de crítica a las concepciones macizas
del positivismo. Por tanto, es lícito preguntarse si ejercieron alguna
influencia en el nacimiento del cubismo estas nuevas ideas y, en
198 i'vIario De jvlicheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 199

general, todas las intuiciones de aquel tiempo relacionadas con las dinsky, permeado de arrebato místico, sinD al abstraccionismo
últimas investigaciones en el campo de las matemáticas y de la rígido, neto y «racionalista», que tendrá sn Mondrian su más cohe-
geometría. rente representante.
Al estudiar los escritos y testimonios de los artistas cubistas Padre inconsciente de tal disposición del artista hacia la realidad
y de sus primeros críticos, no se puede dejar de constatar que es Georges Seurat, que hacia 1880 había meditado sobre la primera
esta influencia existió, si bien sólo en forma de estímulos y de experiencia im presionista y había llegado a las conclusiones del
sugestiones. divisionismo. Los impresionistas habían intentado liberarse de las
En 1913, Apollinaire, en el texto delos Peintres cubistes 1 , conside- procupaciones literarias del siglo XIX para llegar a enunciar sus im-
rado en cierto modo como el manifiesto del movimiento, afirmaba presiones de la naturaleza de modo inmediato, veloz y «objetivo»,
que «la geometría es a las artes plásticas 10 que la gramática al sin las interferencias de una elaboración intelectual. Era, al menos
arte de escribifl>. Y a continuación añadía: «Hoy los científicos teóricamente, la práctica pura del naturalismo. Seurat había querido
ya no se atienen a las tres dimensiones de la geometría euclidiana. llevar esta experiencia hasta sus últimas consecuencias, depurándola
Los pintores se han visto llevados, naturalmente, y, por así decirlo, de lo que en ella se le ofrecía como provisional e incierto. Precisa-
intuitivamente, a preocuparse de nuevas medidas posibles del espa- mente sus estudios científicos fueron un intento de dar un funda-
cio, que, en el lenguaje figurativo de los modernos, se indican mento seguro al impresionismo.
todas juntas y brevemente con el término de cuarta dimensión. Así, según Seurat, que había leído los textos científicos de
Tal como se ofrece al espíritu, desde el punto de vista plástico Helmholtz y.de Maxwell, lo que impresiona la retina y lo que
la cuarta dimensión sería generada por las tres dimensiones conoci- compone el juego cromático de la naturaleza Son los contrastes:
das: representa la inmensidad del espacio que se eterniza en todas contrastes de tono, de color y de linea. Si colocamos un objeto
las dimensiones en un movimiento determinado. Es el espacio de un gris 21aro uniforme sobre un fondo igualmente gris pero
mismo, la dimensión de lo infinito, y da plasticidad a los objetos.» más claro, el objeto parecerá más oscuro hacia los bordes, mientras
Análogas afirmaciones se pueden leer en el libro de Gleizes y que el fondo parecerá más claro al acercarse a los bordes del
Metzinger escrito un año antes que los Peintres cubistes de A pollinai- mismo objeto. Este es un ejemplo de contraste de tono. Si, en
re: «Si se quiere c.om parar el espacio de los pintores con alguna cambio, este objeto es verde y el fondo blanco, entonces, al acercarse
geometría. es nece~ario referirse a los estudiosos no euclidianos a los bordes del objeto, el fondo parecerá rosa: este color rosa,
y meditar extensamente algunos teoremas de Riem~nn»2. que en sí no existe pero que el ojo ve, es el resultado de la
Dejando al margen el constante lenguaje aproximativo de todos presencia del objeto verde, ya que el rojo es el color complementa-
los textos teóricos del cubismo en cuestiones científicas o matemáti- rio del verde. Este es un ejemplo de contraste de los colores. De
cas, lo cual por otro lado es natural, una cosa clara se deduce ese modo, cada color, al tener una gama de tonos que va desde
de ellos, y es la tendencia a la superación subjetIva de la objetividad. el más oscuro -casi n(;;gro- hasta el más claro --casi blanco-,
Tal subjetivismo, sin embargo, es de naturaleza bastante distinta y reclamando siempre cada color su complementario, el contraste
de la expresionista o surrealista de origen emotivo o psicológico; de los tonos y el contraste simultáneo de los colores constituyen
es decir, es un subjetivismo de naturaleza mental. «En su tentativa el elemento de la infinita variedad cromática de la naturaleza,
hacia lo eterno -escribe Gleizes-, el cubismo despoja siempre la cual se dispone, en su fenomenicidad, según el contraste de
a las formas de su realidad geométrica y las equilibra en su verdad las lineas en relación con la horizontal.
matemática». Este expolio de la objetividad de sus elementos impuros Para Seurat el arte es la armonía de todos estos elementos
es, por tanto, el inicio de la operación que llevará al abstraccionismo. / que vibran en la luz. Ahora bien, precisamente estas vibraciones
Pero téngase en cuenta: no al abstraccionisn:lO del primer Kan- de los '~olores-luz, todos estos valores, se perdían en gran parte
200 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 201

en la pincelada de los impresionistas, ya que el pintor impresionista cubismo del neoimpresionismo de Seurat es, pues, evidente. Pero,
seguía amalgamándolos en la misma pasta cromática. por lo menos en este aspecto teórico, también se pueden señalar
Para evitar esto era necesario, pues, hallar otra técnica, y ahí otros antecedentes, como el de Paul Sérusier, por ejemplo: el
tiene su origen el divisionismo. El artista debía pintar según las viejo nabi} mucho antes de escribir el ABC de la Peinture 4 }
leyes científicas de los contrastes simultáneos y, por ello, no debía había razonado con agudeza acerca de la necesidad de una generali-
mezclar los colores, sino aproximarlos el uno al otro en la pureza zación geométrica de la realidad.
de su descomposición. El mismo ojo, al mirar el cuadro, crearía
luego·su propia síntesis del mismo mOClo que la creaba al mirar la
realidad. El resultado sería una sensación de intensa, vibrante y ai- Cézanne y el problema de la forma
rosa luminosidad como sólo existe en la naturaleza.
Seurat había muerto en 1891 a los treinta y dos años, pero Sin embargo, lo expuesto anteriormente sólo es válido para precisar
antes de morir·· había logrado realizar una serie de cuadros con una particular dirección del cubismo, del que precisamente Seurat
esta nueva técnica. Entre estos cuadros tenemos Un dimanche a puede ser calificado como cabeza de fila: es decir, la dirección
la Grande-Jatte y Le Chahut. ¿Coincidían sus conclusiones con las que tiende a superar la realidad sustituyéndola por un orden
premisas de que había partido? Al examinar estas telas la respuesta abstracto. Pero existe también otro aspecto del cubismo no menos
no puede ser sino negativa. En efecto, Seurat había partido de im portante, que, en sus consecuencias, elige una distinta dirección.
la exigencia del objetivismo de los impresionistas, los cuales defen- Es el aspecto. que se puede remontar a Cézanne y del que Picasso,
dían la primacía del ojo sobre el pensamiento, confiando, en cual- Braque y Léger son, cada uno con su propio mundo poético
quier caso, más en el temperamento que en la reflexión, y, en y sus propios modos figurativos, los que mejor desarrollan las
cambio, había llegado a una pintura de absoluto control, completa- premIsas. \
mente filtrada por la inteligencia, dominada por la regla y ordenada En el comienzo del movimiento es dítkil distinguir las diferen-
en el contraste geométrico de las líneas que definen los volúmenes cias sobre estos dos aspectos del cubismo, porque tales aspectos
de los cuerpos y siguen los límites de los contrastes de tonos y se superponen; pero en el desenvolvimiento que sigue a los primeros
colores. En suma, había llegado a un resultado opuesto al de años estas dos inclinaciones se manifiestan cada vez con mayor
su punto de partida, renegando del dato primario de la impresión claridad, hasta proclamarse con gran evidencia cuando el común
en favor de una pura medida intelectual. trabajo de investigación del grupo- cubista es sustituido por la
_. Paul Signac, discípulo de Seurat, en su obra sobre el neoimpre- fase de investigación personal de cada artista. Este segundo aspecto
sionismo, cita oportunamente un párrafo de Félix Fénéon en el del cubismo es el que no pierde el contacto con la objetividad,
que se afirma que los cuadros divisionistas no son ni estudios un cubismo bastante menos teórico y bastante más abierto a las
ni telas de caballete, sino «el ejem plo de un arte de gran desarrollo emociones directas dd mundo real.
decorativo que sacrifica la anécdota al arabesco, la nomenclatura Los motivos del interés que los cubistas tenían por Cézanne
a la síntesis, lo aleatorio a lo permanente, y da a la naturaleza, ,;on más de uno, pero el principal se basa, ciertamente, en la
fatigacd de su realidad precaria, una realidad auténtica»3. En esta empresa cezanniana de poner diques al probabilismo de la pintura
definición está claramente definido el cubismo. En efecto, para impresionista. Lo que los cubistas reprochaban vivamente a los
el pintor cubista «la verdad está más allá del realismo» y el artista pintores impresionistas era la falta de rigor y de coherencia estilística
«consigue captarla sólo a través de la estructura interna» de las y, sobre todo, su amor por lo episódico. Apollinaire, en una
cosas. Este pensamiento es de Gleizes y de Metzinger y enlaza / presentación de Braque escrita en 1908 con ocasión de una exposi-
directamente con lo que ya hemos expuesto.. La derivación del ción personal de éste, hablaba del período del impresionismo como
202 ¡VIario De AJicheli
Las vanguardias artísticas del siglo XX 203
de «una época de ignorancia y de frenesí». y Picasso, en una
Y lo trastorna; para Cézanne e! mismo paisaje es una sólida realidad
exposición de impresionistas justamente en esos años, después de
que quiere conservar en la solidez de la forma concebida como
mirar a su alrededor, se dice que exclamó: «Aquí se ve que llueve,
único refugio para la inquietud de los seiltimientos. A este respecto,
se ve que el sol brilla, pero no se ve la pintura por ninguna
la técnica de Cézanne tiene algo de realmente heroico. En efecto,
parte.» Cézanne era el artista que había intentado poner remedio
también en él habitaron los impulsos románticos; también él sintió
a es ta situación de gracilidad, de improvisación y de aire de crónica
la fuerza de las soluciones de De!acroix y de Daumier, y, más
en que había caído la pintura. Por ello, los cubistas habían empezado
lejos aún, de El Greco y de Tintoretto, pero él se obligó a tener
ya desde sus primeras obras a mirar obstinadamente a Cézanne.
presente, sobre todo, la lección más firme y decidida de Courbet
Unos años más tarde, Léger confesaba: «A veces me pregunto
y de Poussin. Por tanto, e! problema de la forma sigue siendo
qué sería la pintura actual sin Cézanne. Durante un largo período
su problema esencial, que, sin embargo, hay que interpretar en
yo trabajé con su obra. No conseguía separarme de ella, no dejaba
la totalidad de las aspiraciones cezannianas. Su ideal es un ideal
de explorarla y de descubrirla. Cézanne me enseñó el amor por
de clasicismo afirmado en un momento en que ya se había iniciado
las formas y los volúmenes y me hizo concentrarme en el dibujo.
la crisis de todo posible clasicismo.
Entonces presentí que este dibujo debía ser rígido y nada sentimen-
tal» 5. Cézanne, al aceptar e! naturalismo impresionista, había querido
superar sus términos más efímeros, volviéndolo a llevar a la medida
absoluta de la pintura antigua: «Imaginaos a Poussin com pletamente
Lento y obstinado, Cézanne había intentado -y lo había conse-
renovado, con sus fundamentos en la naturaleza, y tendréis a
guido- superar lo «provisional» de los impresionistas con una
un clásico tal como yo lo entiendo»6. Tal como le gustaba expresar-
pintura concreta, sólida y definitiva. La luz, que en los cuadros
se, Cézanne quería hacer, pues, de! impresionismo algo «duradero
impresionistas brincaba y envolvía todas las Cosas confundiéndolas
como el arte de los museos». El suyo no era un sueño académico,
en un solo y brillante hálito, en sus cuadros vivía absorbida por
era una necesidad espiritual: «Todo lo que vemos -¿no es ver-
los objetos, convertida en forma junto can e! color. Cézanne
dad?- se diluye. La naturaleza siempre es la misma, pero nada
había rechazado la impresión en favor de una comprensión más
queda de ella, de lo que aparece. Nuestro arte debe provocar
profunda de la realidad. En medio de la dispersión de una Cultura
el escalofrío de su duración, debe hacérnosla gustar en su eternidad.
de la cual él también formaba parte, había intentado construir
¿Qué hay tras el fenómeno natural? Tal vez nada, tal vez todo.
algo firme y consistente, algo que no se hiciera añicos. El mundo
Yo entrelazo estas manos errantes. Tomo a derecha y a izquierda,
de la historia y de los sentimientos se había restringido; el artista
aquí, allá, por doquier, sus colores y sus matrices; los fijo, los
se había quedado solo. En el fondo, su drama no era muy distinto
combino, y forman líneas, se convierten en objetos, rocas y árboles
del de Van Gogh, pero mientras que en Van Gogh se había
sin que yo me lo proponga. Adquieren un volumen. Mi tela
impuesto la explosión de los sentimientos, Cézanne había compri-
estrecha las manos, no vacila, es verdadera, es densa, es plena.»
mido y encerrado los sentimientos en la definición formal.
Cézanne heredó de Courbet, como todos los impresionistas,
La investigación terca y obstinada de una forma cerrada no
el odio contra las quimeras y la literatura en el arte. En su opinión,
era, pues, para él sólo una investigación de pura naturaleza estética,
un cuadro debe vivir sólo por la fuerza de la pintura, debe contar
sino también un modo de crear algo duradero, que constituye
sólo con los medios que le son propios, sin ayudarse de narraciones
de alguna manera una certeza. Contemplando los paisajes provenza-
patéticas u otros episodios. Pero esto, para él como para Courbet,
les que Van Gogh y Cézanne pintaron en el mismo período, la
no quiere decir renunciar a captar por medio de la pintura e!
sustancia de esta diferencia se revela plenamente: para Van Gogh /
sentido de lo real: «Mi método es el odio por la imagen fantástica
el paisaje es el teatro de la violencia sentimental que lo afecta
-afirma-, es realismo, pero un realismo -entendedme bien-
204 lviario De micheli
Las vanguardias artísticas del síglo XX 205

lleno de grandeza; es el heroísmo de lo real.» Esta actitud de física de la tierra. Así pues, cuando Cézanne habla de la «verdad»
Cézanne hacia la realidad es lo que hace parecer «frívola» mucha del mundo real quiere decir algo muy concreto. No quiere hacer
pintura impresionista.
una pintura genérica de paisaje. «El aroma de los pinos, que es
Ciertamente, como se ha visto, los tiempos de Cézanne ya áspero al sol, debe desvanecerse ante el olor verde de los prados,
no son los de la gran época realista. La involución de la cultura el olor de las piedras y el perfume del mármol lejano del monte
había hecho entrar en crisis desde hacía algunos años las posiciones Sainte-Victoire.» «Esto es -conrinúa- lo que hay que captar,
ideológicas más vigorosas del siglo XIX, pero Cézanne es el que, y sólo con los colores, sin literatura.>' •
en su retiro provinciano de Provenza, se encastilla tercamente El color es el método único y específico del pintor. El artista
en un problema único y circunscrito, el de la forma como totalidad sólo dispone de este medio para realizar el milagro del arte. Pero,
absoluta de representación, y desde esta posición resiste y libra en realidad, ¿el color no es el medio fundamental de la naturaleza
su batalla, abriendo al arte moderno, como Van Gogh pero en para manifestarse ella misma? Antaño «se componía un paisaje
otra dirección, nuevos caminos. Por tanto, se le podía interpretar como una escena histórica, desde fuera, y no se sabía que la
en términos de cientifismo o de abstracción en bastante menor naturaleza es más en profundidad que en la superficie. Se puede
proporción que a Seurat. Aunque su investigación formal, tomada modificar, adornar y acicalar la superficie, pero no se puede alcanzar
en sí misma, podía inducir a ese género de interpretación, el la profundidad sin alcanzar la verdad. Los colores son la expresión
conjunto de la experiencia cezanniana era bastante más rico y de esta profundidad en la superficie, ascienden desde las raíces
complejo. Quien supo comprenderlo plenamente fue Picasso, el del mundo» .. Así, del mismo modo que la naturaleza manifiesta
cual, justamente, vinculó el valor de Cézanne al de Van Gogh, su verdad a través de las formas coloreadas, igualmente a través
a su mismo dificil destino: "Cézanne nunca me habria interesado de sus formas coloreadas el cuadro debe manifestar la sustancia
-confiesa Picasso a Zervos- si hubiera pensado y hubiera vivido poética que, lo nutre.
como Jacques Emile Blanche, aunque la manzana pintada por El cuadro es, pues, el resultado del conocimiento y de la emoción
él hubiera sido diez veces más bella. Lo que me interesa es la al mismo tiempo, organizados por e! artista en la imagen. El
inquietud de Cézanne, los tormentos de Van Gogh, es decir, el objetivismo impresionista, confiado esencialmente al registro puro
drama del hombre. Lo demás no tiene importancia»7. Aunque de las impresiones, queda a un lado. En Cézanne hay meditación,
no con esta claridad -el juicio fue emitido bastantes años después-, hay reflexión interior: "El paisaje se humaniza, se refleja y piensa
es cierto, sin embargo, que, desde los tiempos de la primera expe- en mí.» Tiene una clara conciencia del problema: "Yo soy la
riencia cubista, Picasso había intuido que Cézanne y Van Gogh
conciencia subjetiva de este paisaje y mi lienzo es la conciencia
eran las dos caras de una misma situación histórica.
objetiva. Mi tela y el paisaje, la una y el otro fuera de mí, pero
el segundo caótico, casual, confuso, sin vida lógica y sin ninguna
El procedimiento creativo de Cézanne no es, por tanto, ni racionalidad; la prim~ra, dULldera, categorizada y partícipe de
científico ni exclusivamente abstracto: para él la abstracción co-
la modalidad de las ideas.»
mienza después de profundizar en el conocimiento del tema, e
Ya está planteado el problema moderno de la autonomía de!
incluso llegado a este punto, el suyo no es nunca un proceso
arte: el cuadro es un CI/le en sí, con leyes absolutamente propias.
unívoco. Cézanne estudia la naturaleza COn escrupulosidad, quiere
Por otra parte, esa nueva realidad no niega las relaciones de origen,
conocer sus secretos. «Para pintar bien un paisaje, antes debo descu-
sinQ que las confirma. Y esto es así porque en Cézanne la creación
brir sus características geológicas». Este pensamiento no es una
nunca es un mao hecho especulativo, como ya tiende a serlo
boutade, como lo demuestran sus paseos dominicales con el profesor (
en algunos casos en Seurat. Cézanne quiere que el cuadro Viva
Marion, su amigo de la 'infancia, quien le explicaba la historia
con vida propia, quiere que sea autónomo, que no exista más
206 AJario De lvlicheli
Las vanguardias artísticas del siglo XX 207

que por la fuerza de la pintura y que en él no se mezcle la no: el inicio de una nueva solución del problemade la perspectiva.
literatura, la música ni tan siquiera la ciencia. Pero, al mismo El esfuerzo de Cézanne por captar la forma plástica de las
tiempo, sabe que la obra no puede vivir si no ha sido generada cosas para dar su peso y su sustancia lo impulsaba inexorablemente
por todas las potencias del artista en unión con las potencias del a mirar los objetos, no ya desde un solo punto de vista, sino
mundo real: «Cada pincelada que doy es como un poco de mi desde varios. Sólo así conseguía captar mejor los planos y los
sangre mezclada con sangre de mi modelo, en e! sol, en la luz, volúmenes. De este modo, un mismo objeto en el interior del
en e! color. Debemos vivir de acuerdo mi modelo, mis colores cuadro yacía en perspectivas diversas que lo deformaban en sentido
y yo.» La vía de Cézanne no es, por t;-I1to, la vía de la abstracción. vertical, longitudinal o hacia abajo, y de igual manera la línea
Acaso se pueda decir que Cézanne es un pintor orgánico en e! de! horizonte perdía a menudo su misma horizontalidad para incli-
sentido que dio Wright a la palabra. Incluso el color no es para narse según las exigencias plásticas del cuadro. De este modo
él una entidad abstracta o metafórica, sino una auténtica energía de «vep> resultaba que, simultáneamente, un objeto tendía a mostrar
natural: «El color es biológico; es viviente, es lo único que hace varios lados de sí mismo, ofreciéndose a una nueva disposición
que las cosas sean vivas.» Fuera del simbolismo, del psicologismo sobre e! lienzo, creando proporciones y relaciones distintas de
y del abstraccionismo, e! color de Cézanne es la vida misma las académicas y tradicionales.
de las cosas circunscritas por el cuadrado del lienzo. Esta es, tal Estas «anomalías» introducidas por Cézanne en el planteamiento
vez, la «clasicidad moderna» de Cézanne. del cuadro llegarán después, en el cubismo, a la destrucción comple-
ta de la perspectiva renacentista. Nacía así una nueva dimensión
Así pues, el color también es forma para el pintor. Es la famosa del espacio pictórico, es decir, el sentido de una dimensión que
fórmula de Cézanne: la forma-color. El dibujo «en sí» no debe excluía la. idea de la distanci~, del vacío y de la medida; en
existir: la naturaleza no dibuja. El dibujo se halla ya en la plenitud suma, la idea del espacio material en favor de un espacio evocativo,
de la forma. Cuanto más el color se precisa, crece y alcanza verdadero) no ilusionista, en el que los objetos podían abrirse, expla-
su armonía, tanto más aparece el dibujo de los objetos, pero yarse y superponerse, trastocando las reglas de la imitación y
aparece en la forma. Por ello, la pintura de Cézanne no puede permitiendo al artista una nueva «creación» del mundo según las
ser una pintura gráfica o dibujada, sino una pintura plástica, de leyes de su particular criterio inte!ectual: una auténtica y verdadera
volúmenes. Esta su exasperada voluntad de «dar forma» lo lleva operación demiúrgica. He aquí en qué consiste lo que se ha llamado
a esa pincelada plana, seca Y constructiva que constituye uno de el platonismo cubista.
los elementos básicos de su estilo; lo lleva a esa lentitud de realiza- Todo ello satisfacía la exigencia de ruptura de las formas decimo-
ción que se hizo legendaria; lo lleva a simplificar, a condensar. nónicas insertándose en ese movimiento de rebelión y rechazo
Es sabido que en una de sus cartas más citadas resume su poética que ya hemos tomado en consideración. Nos queda por decir
de la simplificación de las formas: «En la naturaleza todo está que el cubismo sentó las bases de esa ruptura, y precisamente
modelado según tres módulos fundamentales: la esfera, el Cono porque fue aceptado '-en sus sugestiones formales por casi todos
y el cilindro. Es necesario aprender a pintar estas sencillísimas los demás movimientos, a pesar de su diverso origen. En efecto,
figuras, y luego ya se podrá hacer todo 10 que se quiera.» si es verdad que el arte moderno nace con el impresionismo,
Pero, una vez creadas las formas, hay que relacionarlas entre también es verdad que, al recoger su valor en lo que respecta
sí, y he aquí el problema de los planos, de su encuentro, de a la liberación del color, los movimientos modernos de comienzos
su orden, de su articulación: en suma, la arquitectura del cuadro. de siglo reaccionan contra la verdad momentánea y superficial
Así tocamos otro punto esencial de la invención formal cezanniana, del impresionismo; y reaccionan contra ella por la exigencia de
el que acaso haya tenido mayores consecuencias. para el arte moder- hallar una verdad que los libere de alguna manera del derrumba-
208 l'vIario De l'vIichelí Las vanguardias artisticas del siglo XX 209

miento de todos aquellos ideales que se habían mostrado tan frágiles en el trabajo de Picasso con el mismo carácter durante unOs dos
y falsos. Como ya se ha dicho, los movimientos que parten del años aproximadamente, expresándose en una serie de naturalezas
impresionismo tratan de llegar a esta verdad más profunda por muertas cuadradas, duras y angulosas, de figuras imponentes y
un ímpetu sentimental, y los que parten del cubismo lo hacen pesadas, de paisajes pintados con seca volumetría. En 1909, en
por penetración intelectUal. Pero si la dirección de la investigación Horta de Ebro, esta violencia inicial se aplaca en parte y reaparece
es distinta, si diversos son sus resultados, la exigencia es común. la enseñanza de Cézanne con modos más meditados: las formas
Por tanto, es natural que en muchos artistas y en bastantes ocasiones, geométricas son calmas, inmóviles y netas. Este es el verdadero
tanto las líneas formales como las líríeas espirituales de estas dos comienzo del cubismo.
búsquedas básicas se trencen y confundan, hasta el punto de descu- Después de algunas vacilaciones, Braque comienza a pintar
brir tantos expresionistas (,cubistizantes» como cubistas proclives en dirección análoga a la de Picasso en el verano de 1907, en
a la emotividad expresionista. Todo esto puede servir para clarificar L'Estaque, cerca de Marsella. Algunas de sus telas de esa temporada
mejor tanto la .historia que hemos trazado como las vicisitudes de trabajo se expusieron en el Salón de Otoño del año siguiente.
de las páginas siguientes. Fue en esa ocasión cuando el crítico Louis Vauxcelles, en respuesta
a un comentario de Matisse, escribió un artículo en Gil BIas el
14 de noviembre de 1908, en el que decía: «Braque maltrata
Los cOll1ienzos las formas, lo reduce todo -lugares, figuras y casas- a esquemas
geométricos, a cubos.» Esta última palabra, referida a los jóvenes
Los primeros que comprenden e interpretan con intransigencia pintores de la nueva escuela, tuvo éxito. Así, el movimiento recibió
y extremismo la lección de Cézanne son Picasso, Braque y Léger. su nombre.
La retrospectiva de Cézanne en el Salón de Otoño de 1907, un En cuanto a Léger, había conocido a Picasso y a Braque en
año después de su muerte, les impresionó vivamente. En Picasso, 1910. Años antes había conocido a Rousseau. Sin embargo, su
sin embargo, la lección de Cézanne va acompañada por el arcaísmo cubismo data de comienzos de 1909, desde la época de su cuadro
de la escultura ibérica y luego del arte negro, además de por Desnudos en el bosque: «Con todas mis fuerzas -afirma- he ido
otras influencias. hasta las antípodas del impresionismo. Se había apoderado de mí
Un cuadro de Picasso que podría definirse como proto-cubista una obsesión: quería desunir los cuerpos. Me han llamado tubista,
es la célebre obra de las Demoiselles d' _l'1vigrlOn, empezada en 1906 ¿no es cierto? Eso no sucedía sin desalientos. Luché durante dos
y terminada el año siguiente, precedida y seguida de una serie años con el volumen de los Desnudos en el bosque, que terminé
de otros estudios y telas relacionados con ella. Esta obra es un ejemplo en 1910. Quería acentuar lo más posible los volúmenes ... Sentía
del furor instintivo y cerebral al mismo tiempo, tan típico de que no podía mantener unido el color. El volumen me bastaba.»
la naturaleza creativa de Picasso. En esta gran composición, incluso "
Así pues,~Lvolumen yla estrllcturaJil~roI11ª:s_<iosprirneras
el exotismo pierde sus aspectos más literarios para convertirse jJE~'2.cllp.;¡cio!1e~~t:J()sc~.bi?t<l.?~ Al eliminar la atmósfera, el gusto
en un auténtico instrumento de destrucción de las normas tradicio- sensual por el color y la línea ondulada, trataban de hacer una
nales de la cultura figurativa, no sólo en el color arbitrario, sino pintura de un rigor potente, Sólo la .construcciófiy la corporeidad
en las mismas estructuras en que tal pintura se apoyaba. La perspecti- -ié: los objetos lé:sj.nti';.I:.e:sa.ban. Así, al reaccionar contra el impresio-
va está quebrada y fragmentada en volúmenes escondidos y marca- nismo, se trataba de reaccionar también contra el fauvismo del
dos, incidiendo el uno en el otro con un ritmo espacial del que que algunos cubistas procedían: se trataba de reaccionar contra
desaparecen hasta los últimos residuos del espacio clásico. Hay su espontaneidad cromática. Por tanto, para ellos el color también
una fuerza primitiva en este lienzo, una fuerza que se conservará .Easaba inicialmente a un segllndo pla.~():.5.~.e.~ecto, preferí::tn usar
210 ¡'vIario De J\¡licheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 211

tonos neutros, gri~~s_, negr()s: ocres, verdes aE~gado~Mientras, A este momento le sucede el del cubis l1lCJ sintético, que.alKun()s
de 1909 a 1911, e! grupo aumentaba: De!aunay, Gleizes, Lhote, remontan, como hace Lhote, a finales de) 910 y otrosalln. p().c:o
Metzinger, La Fresnaye, Jacques Villon, Marcoussis, Juan Gris y más tarde. Elemento fundamental de! cubismo sintético es la libre
los escultores Archipenko y Brancusi se integraron en él. En 1911 ~~~-;nsti~ución de la imagen del objeto disuelto definitivamente
organizó en el Salón de los Independientes la primera exposición por la perspectiva: el objeto ya noes analizacioydesmemlJl."ado_
colectiva cubista. en todas sus partes <;:ons ti tut~v.as,~sin_().CJ..ll.eseJ~.s.l:l!!1.~.~n.su fi.sQno I11 ía
esencial sin ningunasyj~c~ó.E:..aJas.r.~gl~.sde laiI1"litaci§n.J"a síntesis
tiene !lIgar teniendo en cuenta, naturalmente,to.ci;¡s.()~sóloalgunas
La teoría E:irtes del objeto que aparecel1 en plaI1o.delJieI1zo vistas por
todos sus lados.
Si en este período no es fácil distinguir dentro del movimiento Estos dos momentos de la búsqueda cubista han sido ampliamen-
reales divergencias de dirección, no por ello tales divergencias te ilustrados por los artistas mayormente interesados en las justifica-
no existían. Eran las divergencias que se basaban en el planteamien- ciones teóricas. A veces, al leer sus textos, especialmente los de
to instintivo y e! científico, diferencias que más tarde llegarán Gleizes y Metzinger, Gris o Delaunay, nos parece descubrir en
-sobre todo, cuando el cubismo como movimiento haya conclui- ellos los ecos de los pensadores que ejercieron una influencia bastante
do- a caracterizar cada vez más el trabajo de cada uno de los viva en el desarrollo de la reflexión científica y estética contemporá-
artistas. nea. Por ejemplo, ¿la manera de concebir e! cuadro según las
A propósito de este punto, es decir, del cientifismo cubista, reglas del cubismo analítico no hace pensar en la intuición eidética
Picasso se expresó rotundamente: «Matemáticas, trigonometría, quí- de Husserl, es decir, en la intuición de los objetos o de las esencias
mica, psicoanálisis, música y no se qué más han sido emparentadas ideales? Léase este párrafo de las Ideas directrices para una fenomenolo-
con e! cubismo para explicarlo. Todo eso no es más que literatura, gía: ,<En virtud de una necesidad eidética, una conciencia empírica
por no decir insensatez, y ha llevado al resultado de cegar a de la misma cosa percibida en todas sus facetas y que se confirma
la gente a base de teorías» 8. Pero si ese anticientifismo era fuerte continuamente en sí misma de modo que no forma más que
e irrefutable en Picasso, Braque y Léger, en otros muchos artistas una única percepción, comporta un sistema complejo formado
el cientifismo era algo determinante. por una variedad ininterrumpida de apariencias y de signos; en
La historia de! cubismo está marcada por algunos momentos estas variedades se dibujan por sí mismos, a través de una determina-
que presentan aspectos generales comunes a casi todos los artistas da continuidad, todos los momentos del objeto que se ofrecen
del grupo ...ÉJpriiller momento es elqu~~fu~~~a.9:2 cHbj:i!J:!o en la percepción con el carácter de darse corporalmente.» ¿Y qué
~<liíti~o. Es el momento que sucede al cubismo primitivo, caracteri- otra cosa querían hacer los cubistas sino fijar en la tela todas las
zado por planos sencillos, amplios y volumétricos, que, de alguna facetas, todos los momentos del objeto, y su variedad ininterrumpida
manera, seguían dando una imagen dispuesta en profundidad. El cu- de apariencias y de signos con una intuición esencial 9 ? Así, en la
bismo analítico comienza hacia finales de 1909: 10spIanos simples obra de Bergson, que precisamente en los años del cubismo alcanzó
y anchos se quiebran aún más en facetas apretadas y continuas que su mayor éxito, además de la expresión de la exigencia de superar
rompen e! objeto, lo desmembran en todas sus ,.en_su~na, el conocimiento relativo con un conocimiento absoluto (es decir,
Jo analizan, fijándolo a la superJicie de latela,Q9nde._el relieve. queda el paso desde el exterior hasta e! interior de la cosa), es bastante
reducido al mínimo. Esta talla en facetas de! objeto permite llegar fácil hallar párrafos y páginas donde se propone un método de
a la creación de un Juego rítmico minucioso e intenso, en el que el conocimiento que tiene más de una analogía con la constr I1cción
color, a veces, sc reduce a la monocromía. del cuadro cubista, especialmente con algunas composiciones de
212 Mario De Micheli Las uanguardias artisticas del siglo XX 213

Delaunay hechas con asociaciones de imágenes disparatadas. «Mu- contemporáneo. Se puede invenrar aisladamente una técnica o
chas imágenes diversas -escribe, por ejemplo, Bergson-, sacadas un procedimiento, pero no una condición espiritua1>,l1.
de órdenes de cosas muy diferentes, podrán, con la convergencia La observación es, sin duda, exacta. El cubismo nació en un
de su acción, dirigir la conciencia hacia el punto preciso donde clima general de cultura del que recibió impulsos y motivos ideoló-
haya una cierta intuición que captar. Eligiendo imágenes lo más gicos. También Juan Gris es una clara confirmación de esto. La
disparatadas posible, se evitará que cualquiera de ellas usurpe el geometría, las matemáticas y el pensamiento puro lo fascinaban.
lugar de la intuición que está encargad~ de reclamar, porque inme- Sus meditaciones estéticas se basaban en el nuevo platonismo que
diatamente ésta sería expulsada por sus rivales. Actuando de modo se había difundido en las ciencias. En este aspectoLG~is~
que todas, no obstante sus diferencias de aspecto, exijan de nuestra dud~ el ~As_Eig~!,()sO defensor del cubismo. sintético. Afirmaba
mente la misma especie de atención y, en algún momento, el yintar 110. pa.rtiengo de la realidad, sino de la idea. ~asll)la,pues,
mismo grado de tensión, se acostumbrará la conciencia a una era una «deductiva» que descendía de lo universal a lo
disposición de éspíritu muy particular. ..»10. _pª.r:.ü~.Jll~--,.--ª.~J2._~b.2tracto a los:~)n,:reto. Gris decía: «Cézanne
Apollinaire había definido agudamente como órfico el particular hace un cilindro de una botella; yo parto del cilindro para crear
cubismo sintético de Delaunay por algunas de sus dotes de sutil un individuo de un tipo especial: de un cilindro yo hago una
y misteriosa comunicación poética. En efecto, Delaunay, aun utili- botella, una cierta botella.» En estas líneas, que corresponden a
zando más que los demás algunas soluciones formales del neoimpre- un artículo escrito para la revista L' Esprit Nouveau, Gris sienta
sionismo de Seurat, se situaba más allá del espíritu científico, orien- las bases del apriorismo artistico contemporáneo.
tándose decididamente a una intuición cristalina de la realidad. Desde este momento, la libertad del artista ya no tiene límites.
Sus composiciones de 1911 y 1912, La ciudad, La Torre Eiffel _La.sínresis no tendrá lugar más que . a tr~av_é~Ael :¡ctº.creativo
y Las ventanas simultáneas, presentan, justamente, estas asociaciones que filtra la multiplicidad de lo real para revelar luego sus caracteres
de imágenes diversas de que habla Bergson: imágenes distintas -~2.t:~i_ales.Es.ciecir, la. síntesís tendrá lugar antes, será un dato
y, sin embargo, simultáneamente conjuntadas por la compenetración preconstituido, será, en suma, una pura síntesis plástica a priori.
de los planos de colores, que las hacen pasar con un intercambio Er;- Gris y en sus obras tal sínresis sigue refiriéndose a formas
incesante de la realidad objetiva a la realidad de la imaginación. que coinciden can un perfil objetivo, pero el acercamiento teórico
«Ya no son manzanas en un frutero --dice Delaunay-, o una al abstraccionismo es un hecho consumado; no al abstraccionismo
torre Eiffel o calles o vistas exteriores lo que pintamos; es el ii1istico de inspiración kandinskiana, sino al abstraccionismo funda-
latido del corazón mismo del hombre», del hombre «que se siente do, precisamente, en el racionalismo metafisico. Por otra parte,
a sí mismo, que se entrega a sus capacidades intuitivas y las hace esta operación intelecual de Gris abrió una nueva serie de posibilida-
palpables con el lenguaje universal de los colores". Estas últimas des figurativas que se han convertido en patrimonio del arte moder-
palabras pertenecen al ensayo Sobre la luz, que Paul Klee tradujo no, de las que está empapada la conciencia creativa de los pintores
en 1913 y que tanta influencia ejerció en él y en Marc. El amor y escultores y de las que, al margen de los esquemas rígidos de
a lo cristalino y a una espiritual, aguda y punzante pureza del la primera vanguardia, también se han derivado una serie de resulta-
color les vino a Klee y a Marc de la sugerencia de Delaunay, dos eficacísimos e impensables sin la primera liberación cubista.
i
al cual habían ido a visitar el año anterior a París. Pero, además, hay que hacer otra observación, y es que en
Es oportuno recordar lo que decía Juan Gris: «Para mí el esta forma de pureza, de nitidez y de serenidad formal, de la
cubismo no es un procedimiento, sino una estética, cuando no que se excluía la crónica de los días, el choque de las pasiones
incluso una condición del espíritu. Y si es así, el cubismo debe y las vicisitudes de la historia, se realizaba Otro modo de evasión:
tener una relación con todas las manifestaciones del pens-;miento la evasión a una luz de claridad y de orden intelectual; es decir,
214 ¡vIario De ¡\Jicheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 215

el orden que no era posible establecer venía a ser establecido los cubistas uno de los modos de reaccionar contra el pictoricismo,
en la abstracción de la inteligencia: la aspiración a una pureza, para reencontrar el tono local evitando la pincelada.
a una virginidad, a un estado de incontaminada existencia se satis- Pero, a menudo, los cubistas imitaban de modo vensta en
facía así en el interior de! mismo artista, en la lucidez de su inte- sus telas auténticos objetos, como un trozo de madera o de mármol
lecto. con sus venas y estrías, de la misma forma que un artesano
Con la libertad del cubismo sintético también habia terminado estas materias pintando una falsa caoba o un falso mármol. Este
la severidad de la línea recta y de los~olores apagados. En efecto, hecho mduce a creer que los cubistas, al introducir un «pedazo
la línea empezaba a Hexionarse, y los colores puros y preparados de realidad,) en el cuadro, un «objeto verdadero» o un objeto
adquirían esplendor. Era el color jauve que retornaba. pintado con la imitación del trompe-/' oeil, querían establecer una
__~~primeros en volver a tomar contacto con una paleta más comparación directa entre la consistencia objetiva del cuadro pinta-
_",iva fueron Léger Delaunay: «El color -cuenta Léger- fue do y la inmediatez de un objeto cualquiera: la pintura, en suma,
para mí un tórtico necesario. En esto De!aunay y yo todavía nos debía demostrar que era una realidad tan verdadera como el objeto
distinguíamos de los demás. Ellos hacían una pintura monocroma, mismo. En efecto, son los cubistas los primeros que inventaron
nosotros polícroma. Delaunay continuaba b línea de los impresio- la noción de «cuadro-objeto», si bien esa noción procedía de algunas
nistas con el empleo de los complementarios uno junto al otro, ideas cezannianas: así pues, si un cuadro debía tener lo absoluto
el rojo y el verde. Yo ya no quería colocar dos colores completa- y lo concreto de un auténtico objeto; si, más allá de todo contenido
mente juntos. Quería llegar a tonos que se aislaran; un rojo muy literario, el cuadro debía vivir como objeto plásticamente definido,
rojo, un azul muy azul. Si se coloca un amarillo al lado de un de indiscutible realidad, no debía ni siquiera distinguirse del objeto
azul también da un com plementario: el verde. Así, De!auna y busca- material que venía a integrarse en su conjunto. De aquí se llegó
ba e! matiz y yo, decididamente, me orientaba hacia la franqueza al cuadro hecho casi exclusivamente de objetos. Pero también
del color y de! volumen, hacia e! contraste. Un azul puro sigue en este caso era siempre una expresión de arte lo que los cubistas
siendo azul puro si está junto a un gris o a un tono no complementa- buscaban, no una simple «provocación», como ocurrirá más tarde
rio. Si se opone a un naranja, la relación se hace constructiva con los dadaístas.
pero no colorea» 12. ':y_jllI1t()(;()t1 el col()r sepasó a los papiers La evolución de muchos cubistas hacia una «pintura pura» que
col/éso fuese cada vez más neutral ante el valor de las cosas, la pone
de relieve Gleizes de modo particular: «El cuadro-objeto -escribía-
Ya hemos hablado ampliamente de! c!:,!!<,geen estas págmas, ya no será una reducción o una amplificación de los espectáculos
y del uso que de él hicieron dadaístas y surrealistas. Los cubistas exteriores; ya no será enumeración de objetos o de acontecimientos
fueron los primeros en utilizarlo con fines completamente distintos. transportados de un ambiente en e! que son reales a otro ambiente
Apollinaire, como siempre, tiende a dar una explicación sentimental en el que sólo son apariencias. El cuadro será un hecho concreto.
a este uso. Según él, e! sello de correos, la teb encerada, trozos Tendrá su propia independencia legítima como toda creación natu-
de tapicería, sobres y otros materiales aplicados sobre el lienzo ral o cualquier otra; sólo tendrá su propia fisonomía, dejando
en medio de los otros colores son como la introducción de un de suscitar la idea de la comparación de acuerdo con la verosi-
elemento "desde mucho tiempo antes empapado de humanidad», militud».
que, por ello, enriquece e! cuadro con un nuevo pathos) creando A esta regla, si bien con matices personales, se mantendrán
el contraste entre verdad y artificio. Pero, en general, las expli.cacio- fieles pintores como Gleizes, Metzinger, Gris y Villon y cubistas
nes dadas por los críticos difieren entre sí y, a menudo, son contra- ir más recientes como Valmier. Algunos llegarán al abstraccionismo
dictorias. Acaso se dé en el clavo diciendo que el collage fue para puro, como Herbin. También hubo por parte de Ozenfant y
Las vangtwrdia.s arti:iticas del si..;lo XX 217
216 ¡vIario De lvJicheli
de alto nivel cualitativo. El mundo poético de Draque es un mundo
deJeanneret, o sea, Le Corbusier, el propósito concre.w de "purificar»
breve, un IlOrtllS conclllslIs, pero en su interior este artista taciturno
el cubismo de cualquier residuo de emoción y de espontaneidad.
trabajó con una ternura siempre viva por el encanto de las aparicio-
El {(purismo» que éstos sostenían desde las páginas de su revista
nes naturales. Por ello, de las telas de Braque se desprende una
L' Esprit Noltveau a comienzos de 1918 tenía precisamen te esa inten-
enseñanza hecha de medida, discreta y cama, pero no por ello
ción. Pero este ala del cubismo ya estaba destinada, lógicamente,
menos persuasJVa.
a terminar en el neoplasticismo de Mondrian.

Decididameme opuesto a Braque es el talento y la dirección


del trabajo de Léger. Donde Braque se muestra dulce y elegíaco,
Braque y Léger
Léger se presema áspero y heroico; donde Braque despliega una
finura casi aristocrática, Léger se im pone con un vigor casi popula-
El destino de Braque y de Léger era distinto del de Picasso.
chero. Léger llegó a la pintura desde el oficio de diseñador indus-
Esto, por lo menos en parte, es evidente en cuamo ya hemos
de los ateliers de arquitectura. En sus manos el cubismo
dicho de ellos. Braque es, tal vez, el artista que se libera antes
se transforma en algo duro y técnico más que en algo matemático.
y con mayor desenvoltura de las leyes del cubismo integral. Herido
Léger, en menor medida que Braque, es un teórico y un especulati-
gravemente en la guerra, cuando en 1917 reem prende el trabajo,
vo. De todo el grupo cubista tal vez sea el que se mantuvo
ya se halla en plena evolución. El geometrismo de sus cuadros
más al margen, pero sin duda fue, junto con Picasso, el que
anteriores a 1914 ha terminado, así como terminaron los contrastes
lo desarrolló más originalmente.
crudos del color. Nace el Braque que conocemos, delicado, elegía-
Después de sus primeras pinturas al modo cubista y figurativa-
co, sutil, elegante: un «moderado» de la pimura. «Amo la regla
mente definidas, entre 1912 y 191-1-, llegó a una pintura casi abstrac-
que corrige la emoción, amo la emoción que corrige la regla» 13.
ta: en la búsqueda de un lenguaje estaba olvidando cualquier
Es éste el axioma estético que Braque enuncia y al que se adapta
otra cosa. Es la experiencia de la guerra lo que le lleva a la
a partir de esos años.
consideración de lo real. El mismo nos habla con claridad de
Pimor prudente e intimista, investiga en el tejido plctónco
que el cubismo había lacerado. Una sensible gracia decorativa este retorno: «Cuando dejé París estaba entregado completamente
a una manera abstracta, en una época de liberación pictórica.
campea en sus lienzos. También él, como Picasso, cambió muchas
Sin transición me encomré en medio del pueblo francés. DestÍJudo
veces desde 1917 su modo de pintar, pero en sus cambios no
al cuerpo de ingenieros, mis nuevos amigos eran mmeros, soladores,
se advierten esos saltos bruscos, esas cesuras violentas que caracteri-
artesanos de la madera y del hierro ... En ese mismo período quedé
zan a Picasso. En sus cambios hay una lógica que los une el
uno al otro y que los desarrolla sin desgarros. Braque es un pintor deslumbrado por la cuhra de un cañón del 75 abierta a pleno
silencioso, un pintor que pinta «en voz baja». No hay en él un sol, magia de la luz so~re el metal blanco. No necesité más para
color que se salga del comexto, que «grite». Se hace un cubismo olvidarme del arte abstracto de h época 1912-1913. La rudeza,
a su imagen y semejanza; rechaza la teorización, las matemáticas la variedad, el humor, h perfección de algunos tipos humanos
y el cientifismo. Por tanto, en vano se buscará en él el intelectualis- que me rodeaban, su semido exacto de lo real útil y de su oportuna
1 aplicación al ambiente de este drama-vida-y-muerte en el que
mo de Gris o el rigorismo de Gleizes.
Después del primer período, en el que la investigación se llevaba habíamos caído, y, más aún que todo esto, su modo de ser poetas
a cabo casi en una única dirección, el cubismo de Braque entra e invemores de imágenes poéticas cotidianas (me refiero al dialecto,
en una tase más modulada y, finalmeme, en una libre, aunque tan mó,il, tan lleno de color), me impresionaron. Cuando mordi
muy dosificada, realización y en una cadencia lírica refinada y ~ 1 esu realidad, el objeto va nunca me abandonó. Esa culata dt'
!
Las vanguardias artisricas del siglo XX 21 S>
218 Mario De lvficheli

un cañón del 75 abierta al sol me enseñó más cosas en mi evolución vIsión real: «Si la expresión pICtÓrICa ha cambiado es porque la
plástica que todos los museos del mundo. Al regreso de la guerra vida moderna hizo necesario este cambio. La existencia de los
seguí utilizando lo que había sentido en e! frente.» hombres creadores modernos es bastante más condensada y más
Léger se convirtió, así, en el pintor de la vida moderna. Es complicada que la de los hombres de los siglos anteriores. La
cosa imaginada es menos fija; el objeto en sí mismo se expone
uno de los pocos, y en algunos aspectos e! único, que empezó
menos de una vez. Un paisaje atravesado y roto por un automóvil
a ver la reinserción del artista en la sociedad. En él vuelven a
o un tren pierde su valor descriptivo, pero gana en valor sintético;
manifestarse algunos nuevos motivos de! sentido positivo de la
la ventanilla de los vagones o e! cristal del auto, unidos a la
vida, pero, sin embargo, no en sentido meramente positivista,
velocidad adquirida, han cambiado e! aspecto habitual de las cosas.
marinettiano, para explicarnos mejor. Sólo Boccioni, que se le
El hombre moderno registra cien veces más im presiones que el
adelanta, revela algo semejante. En efecto, en Léger no hay condes-
artista del siglo XVIII... La condensación de! cuadro moderno, su
cendencia con el orden social vigente, como ocurria en e! futurismo
variedad, su ruptura de las formas es e! resultado de todo ello.
marinettiano. El sabe que crea sus obras «en estado de guerra
Es cierto que la evolución de los medios de locomoción y su
con la sociedad». Lo anima una especie de elemental humanismo,
rapidez intluyen de alguna manera en el nuevo modo de ver. ..
que, con el paso de los años, se irá haciendo cada vez más preciso
Una pintura realista en e! sentido más alto de la palabra empieza
y operativo. Es este sentimiento de la vida y del hombre que
a nacer, y no se detendrá tan pronto.»
crea maravillas de hierro y de acero con sus manos lo que lleva
a Léger a estrechar su amistad con Blaise Cendrars, el poeta de
~ste es el mérIto de Léger: haber planteaciº elpro1:JleII1a de
la Prose du Transsibérien, publicada en 1913, y de Le Panama,
u~n arte de la época moderna fuera de la estética positivista del
publicado en 1918. En Cendrars se puede rastrear el mismo amor
futurismo y del tecnicismo abstracto del primer constructivismo.
por la vida moderna y activa, amor hecho de una poesía que
1) Su Ciudad, de 191 Q , es un eje~ploel()cuente-desup()ética.Sin
no puede seguir siendo la de! pasado. Algo del aliento democrático
claroscuro, sin perspectiva, con colores planos y puros, Léger logra,
de Whitman y de Verhaeren se halla en los dos amigos, pero
utilizando todos los modos del cubismo sintético pero desligándolos
sin nada de su elocuencia.
del intelecmalismo, pintar una tela donde la chocante com plejidad
Lo que caracteriza a la vida moderna es la máquina y las
de la vida urbana se recapitula creativamente, donde las luces
relaciones del hombre con ella; la máquina y el paisaje; la máquina
artificiales, los ca lores de los carteles, las fachadas de las casas,
y las calles. Léger pinta máquinas del mismo modo que otros
las letras de los anuncios, el escorzo de un puente, la entrada
pintan desnudos femeninos. Sin embargo, él no es como Duchamp,
del metro, escaleras, postes, vallas y figuras se componen en un
que copia una hélice y grita que la pintura ha muerto. El no
entramado dotado de ritmo y de energía representativa. Es una
copia máquinas, las inventa. Para él el elemento mecánico no signifi-
pintura que no tiene nada que ver con las ciudades de De Chirico.
ca una actitud preconcebida ni una actitud polémica, sino un
l'\quí no hay sueño, ~o hay :tlucinación. Se siente que Léger
medio «para poder dar una sensación de fuerza y de potencial>.
trad uce una serie de emociones directas.
¿Cómo es posible en el mundo moderno seguir pintando bote-
llas, manzanas o veladores de tres patas cuando estamos rodeados
En e! itinerario artíStIco de Léger este estilo fue adquiriendo
de una agitada vida que nadie se ha atrevido hasta ahora a pintar?
de año en año una mayor evidencia, casi una sencillez de «meccano».
El hombre moderno vive dentro de un orden que ya no es el
Su polémica contra el arte renacentista no amainó. Se sentía más
del pasado; es un orden industrial y técnico que ha transformado
próximo a las grandes épocas del artesanado artístico. En el fondo,
nuestra sensibilidad y nuestra visión; por tanto, la expresión artística
su sueño fue ser un artesano de la pintura: «hacer» el cuadro,
también debe cambiar e intentar hacerse intérprete de esta nueva
220 ¡'vIario De l'vlicheli Le1S vanguardias artisticas del s('Ilo XX 221

terminarlo a la perfección como el artesano termina su obra. Natu- Sus manos se asemejan a sus herramientas,
ralmente, en este caso debía tratarse de un artesano moderno, sus herramientas a sus marIOs , .
es decir, de un obrero especializado. Léger conservó hasta el último SIlS pantalones a montarlas, a troncos de árbol.

momento esta ambición, y se podrían recordar episodios conmove- Un pantalón es c'Irande wando no tiene arrugas.
dores de sus tentativas para hacer vivir su obra precisamente en S 115 marlOS están presClltés,
medio de los «artesanos contemporáneos», como cuando llevó sus no se parecen a las de SIIS patronos,
lienzos al comedor de la fábrica Renault, quedando, ansioso, a ni a las del prelado que berldice.
la espera de una opinión de aquelrós hombres expertos en la Pero ya se acercan-los tiempos en que la máqztina
construcción de automóviles. trabajará para ellos.
Por ello, la poética de Léger se desarrolló, sin embargo, sin
salirse de su línea. Si hubiese que hallarle ascendientes en la tradición Su pintura no se adaptaba al caballete; necesitaba amplias super-
francesa, habría que remontarse a David y a Ingres. El mismo ficies. Cuando Le Corbusier le llamó en 1925 para pintar murales,
explica el por qué: «Amé a David -afirma- porque es antiimpre- se sintió por fin a sus anchas. Sus imágenes conservan algo del
sionista. El realizó lo máximo que se puede sacar de la imitación, cartelón y de la fiesta popular al mismo tiempo. Acaso a esto
y, por ello, en sus cuadros falta por completo la atmósfera del se deba, precisamente, que su mejores cuadros sean las meriendas
Renacimiento ... Amo la sequedad que hay en la obra de David dominicales y proletarias en las afueras de París. El siempre se
y también en la de Ingres. Ese era mi camino, e inmediatamente burló de las efusiones sentimentales; en su arte hay algo de volunta-
quedé impresionado.» Frente a las disquisiciones teóricas que lleva- rista y de ingenuamente corneilliano, por así decir. Pero ahí reside
ban a un hermetismo formal cada vez más alejado de las cosas, su fuerza. Aunque la presencia del hombre sólo raramente logra
Léger -empleando sus mismas palabras- «quiso marcar un retorno romper la 'firmeza metálica de sus superficies, sin embargo en
a la sencillez con un arte directo, comprensible para todos, sin la obra de Léger siempre hay un sentido activo y una instancia
sutilezas» . afirmativa.
Léger no tuvo, ciertamente, el despliegue de fuerza creadora
que tuvo Picasso, pero su paso, un poco pesado y un poco
monótono, recorrió uno de los caminos más seguros del arte La verdad de Picasso
contemporáneo. Su modernismo no es amanerado; es un modernis-
mo que tiene conciencia de los problemas acuciantes de nuestro Pero si, al hablar de Léger -en el fondo, un artista «unilaterah--,
tiempo. De cualquier modo, no es el modernismo que ve la nos hemos visto obligados a superar los límites del cubismo, del
salvación en la máquina. Para Léger deben ser los hombres los que muy pronto se independizó, al abordar el problema de Picasso
que dominen las máquinas, no los hombres tomados en un sentido
general, sino aquellos que las crean con sus manos, los «constructo-
res", en suma, de la civilización técnica moderna. A este respecto
I
i
no se puede dejar de re<:.orrer la experiencia del arte contemporáneo
en todas sus vertientes, porque en todas ellas dejó marcado el
signo indeleble de su personalidad, aunque el período cubista repre-
es lnstante significativa la poesía que dedicó en los últimos años I sente, sin duda, una etapa de la mayor importancia en su complicada
de su vida a otro artista, como él vibrante de espíritu moderno: vida de artista. En efecto, Picasso es el máximo protagonista del
Ivbiakovski. Es una poesía que nació junto con la serie de lienzos arte de hoy y es la clave esencial para comprender cincuenta
precisamente, Los collstructores: l' años de historia figurativa.
En la fuga. de contradiccione~ll<::la_º_br-ªdePic:J.5sQ_parece
estar-1mplicada, _bay un e1cmcntoque permanecctlrn1c, __y_cs_su
1
222 Mario De Micheli Las LJangllardias artísticas del siglo XX 223

~onciet~~~adel mundo objetivo. En Léger existe también esa conciencia, cubista, pero basta mirar sus cuadros cubistas, incluso aquéllos
pero se trata de una conciencia unívoca, estática. En cambio, en en los que la investigación formal puede parecer más gratuita,
Picasso esta conciencia forma parte del entramado de una problemá- para darse cuenta de que este vínculo profundo con la realidad
tica inquieta y apasionada de la que, sin embargo, sale victoriosa: nunca dejó de estar presente. Acaso fuera Eluard quien supo señalar
en efecto, Ja objetividad del mundo real cons!~tlly:e_p~r_<lél un con esencialidad antes que nadie este término fundamental de
centro de gravitación hacia el cual se encaminan irresistiblemente la poética picassiana: "Picasso -escribió-, a despecho de las nocio-
.-!()das sus imágenes. La pura existencia de la «realidad interior» nes en torno a lo real objetivo, restableció el contacro entre el
kandinskiana, que elimina con un rapttti místico el grave obstáculo objeto y quien lo ve y quien, en consecuencia, lo piensa; él nos
del mundo exterior, nunca interesó a Picasso. El siempre criticó dio las pruebas inseparables de la existencia del hombre y del
a todos los que quieren «pintar lo invisible, y, por tanto, impinta- mundo de la forma más audaz y más sublime,) 17.
ble»14. En esta afirmación se halla el recuerdo de la vieja convicción He aquí, pues, el segundo dato de la inspiración picassiana:
courbetiana: «L;¡ pintura es un arte esencialmente concreto que el hombre y su destino. Del mismo modo que la instintiva noción
sólo puede consistir en la representación de las cosas reales y existentes. de la objetividad real natural, también este segundo dato, en sus
Es un lenguaje totalmente hsico que tiene como palabras a todos raíces iniciales, le llega desde el siglo XIX. No es casualidad que
los objetos visibles: un objeto abstracto, invisible, que no existe, a sus veinte años, cuando llega a París, los artistas que más atraen
no pertenece al dominio de la pintura»15. su atención, en mayor medida aún que los impresionistas, sean
Por otra parte, Gertrude Stein, que siguió atentamente todo pintores como Toulouse-Lautrec, Van Gogh y, con un interés
el período cubista, escribió que Picasso no se interesaba por el particular, el dibujante socialista Steinlen. Los pobres, los músicos
espíritu porque estaba demasiado ocupado en las cosas. Así pues, ambulantes, los niños enfermos, las madres dolientes, los bebedores
la validez objetiva de lo real es el baluarte de su poética, lo y los clowns, 'toda la apretada serie de personajes míseros y dolientes
que siempre le permitió reencontrarse a sí mismo, rompiendo que pinta pertenecen a la temática social que a comienzos de
de vez en vez el Cerco de las fórmulas, donde, no raras veces, siglo los artistas democráticos de Europa heredaron del siglo pasado.
corrió el peligro de quedarse encerrado. En suma, si Kandinsky
destruyó la antigua idolatría del pintor por el mundo, Picasso
la confirmó furiosamente. "El arte abstracto no existe -afirma-o
Siempre hay que partir de algo.» Y añade: "Yo no trabajo sobre
La época az¡¡[ y la época rosa de Picasso -que hay que situar entre
1901 y 1906-- están empapadas de ese humanitarismo, de ese
juvenil fervor hacia los humildes y los desheredados, que se expresa
con medios sobrios y contenidos dentro de vagas atmósferas crepus-
¡
la naturaleza, sino ante ella, con ella ... No se puede ir contra culares.
la naturaleza -es más fuerte que el hombre más fuerte- y nos
interesa ir de acuerdo con ella. Nos podemos permitir ciertas libertades, Pero estos dos daros de la formación de Picasso, el sentimiento
pero sólo en los detalles ... Yo trato la pintura como trato las cosas. del hombre y del mundo, recogidos del siglo XIX, no están destina-
Pinto una ventana como si mirase por una ventana. Si una ventana dos a permanecer en ¿l en estado de patética contemplación.
abierta está mal en un cuadro, le pongo una cortina y la cierro, Su sensibilidad, abierta vorazmente a la vida y a la cultura que
;:
como haría en mi propio cuarto. En la pintura como en la vida le rodea en un centrO tan vivo, tan rico y europeo como París, ¡
es necesario actuar directamente. Ciertamente, la pintura tiene sus advierte, acaso como en pocos artistas, el trauma violento que I,
,1
convencionalismos y a la fuerza hay que vérselas con ellos y se ha ido verificando en esos años y que ha trastornado ideas, a
no se puede prescindir de ellos. Pero, aun así, no hay que perder conceptos, verdades y sentimientos considerados como sólidas con-
~
~
de vista la vida real» 16. quistas para siempre. Su declaración sobre Van Gogh y Cézanne,
Estas últimas palabras son del año 1935, lejanas, pues, al período a la que ya nos hemos referido, demuestra que había aceptado J
~
ti
~
224 ¡VIario De j\;fic!leli Las vanguardias artísticas del siglo XX 225

tales valores decimonónicos -como Van Gogh y Cézanne- sólo a menudo mezcla, añadiéndoles otros motivos, todas. las experien-
a un nivel dramático y de inquietud: sin defenestrarlos, los vivió cias anteriores, reelaborándolas con creciente libertad y violencia.
en la intensidad problemática de nuestra época, exponiéndolos De este modo, absorbe muchos elementos de la poética surrealista
a todos los riesgos y, a menudo, salvándolos sólo in extremis. y hasta del abstraccionismo puro. Ha llegado a un punto en el
El cubismo fue un momento fundamental de la experiencia que ha alcanzado la máxima libertad de estilo y de invención.
picassiana: el arco más activo del período cubista fue para él y precisamente en esta época, en 1934, su regreso a España eleva
rico en descubrimientos, en intuiciones, en resultados formales de golpe su producción a uno de sus vértices más altos.
inéditos. Pero ni siquiera la experiencia cubista podía satisfacerle El contacto con su tierra y con su gente, la visión de los
plenamente, y, en plena experiencia cubista -entre 1915~X}924-, espectáculos populares, de las corridas y peleas de gallos encienden
dirige su atención a otros campos de investigaCló;, revelando su fantasía con nuevas y acucian tes imágenes. Son los años en
así una de sus características creativas que más encendidas diatribas que con extraordinaria potencia plasma en láminas o lienzos a
iban a suscitar en torno a él: la col~leidad de los emlos. toros bravísimos,. caballos heridos en la arena y gallos peleones.
--------
En estos años, junto al experimento cubista, lleva a cabo obras La energía y la capacidad de transposición poética que Picasso
de distinto planteamiento: dibujos precisos, fieles, lineales, de gusto revela en esta serie de obras llevan el sello inequívoco del artista
ingresiano, los retratos de su hijo Pablo, los bailarines, los arlequines excepciona!. Un acento viril, heroico y ardiente las domina. Tal
que parecen un regreso al momento sentimental de las épocas vez, Picasso encontró aquí la parte más vital y auténtica de sí
azul y rosa; y, finalmente, después de su viaje a Italia en 1917, mismo. Su lenguaje es mordiente e inmediato, y el sentimiento
los cuadros neoclásicos: sus grandes mujeres, pesadas, monumentales, que tiene de l~ realidad es tan fuerte que la expresión parece
en las que la experiencia de la plástica arcaica y negra y del liberarse con imprevista evidencia.
primer cubismo se funden con las sugestiones de la pintura pompe- y en esta época estalla la guerra civil española. En la historia
yana y de la escultura romana tardía. de los intelecn1ales europeos este acontecimiento constituye un lumi-
Así va definiéndose e! eclecticismo de Picasso, que es el fundamen- noso punto de referencia, alrededor del cual se agrupó el antifascis-
to de la contemporaneidad de los estilos. Este aspecto típico -ya mo de todas las tendencias. Picasso se coloca al lado de su pueblo.
lo hemos dicho- de su actividad creativa corresponde a la necesidad Su antifascismo es una cólera ardiente. Graba contra Franco una
de apropiarse cualquier experiencia de! pasado, a la avidez insaciable serie de motivos en los que la sátira, el sarcasmo y la invectiva
de hallar nuevos medios expresivos y a su permanente curiosidad adoptan formas de extrema agresividad. Pero la obra capital, que
por todas las formas. Este eclecticismo desconcertante que se halla termina en el espacio de un mes, es Guemica.
presente en toda la obra de Picasso nace consecuentemente de Los hechos que constituyen el tema trágico de este cuadro
la destrucción del lenguaje figurativo unitario del siglo XIX, y son conocidos: la ciudad vasca, fiel a la República, fue destruida
es testimonio de la «anarquía» que le sucedió; pero, por otra parte, por los aviones alemanes en e! primer bombardeo indiscriminado
también es testimonio de la voluntad de Picasso de no dejarse de la guerra moderna, er28 de abril de 1937. El mundo civilizado
aprisionar por un esquema que sólo formalmente da la impresión quedó horrorizado ante la crueldad de aquella matanza, y la obra
de una unidad de visión, que, en cambio, no existe; yes testimonio de Picasso, que nació de su dolor, de la ira y de la pasión, fue
también del vivo deseo de conocimiento que hay en él, además una desgarradora acusación contra lJ. tentativa de instaurar en
de la fuerza de su temperamento, que consigue doblegar a los Europa el dominio de la negación del hombre.
motivos de su inspiración los modos expresivos más diversos, Así, el ímpetu sentimental que pone en marcha la fantasía
es decir, darles uná collstante picassialla. ¡i creadora de Picasso brotaba de una levadura nueva que actuaba
l\ partir de este momento, lleva a cabo simultáneamente y '1 en la historia, de una 'fuerza positiva que ejercía un poder de
226 JVIarío De j\¡líchelí Las vangllardías arristícas del síglo XX 227

atracción y de guía en el curso incandescente de los acontecimientos. que no halla parangón en todo el arte contemporáneo. Desde
Era la fuerza consciente de los movimientos populares, la única este momento, los problemas que se planteen a los artistas ya
fuerza que pudiera restituir a los valores del siglo XIX ya en crisis no podrán serlo en términos de puro vanguardismo, sino que
una nueva sustancia viviente. En torno a este acontecimiento forzosamente deberán tender a una superación del mismo.
y a esta fuerza hallamos agrupados a todos los artistas, poetas Llegados a este punto, ya no nos interesa seguir el posterior
e intelectuales de la vanguardia europea. La verdad revolucionaria recorrido artístico de Picasso, sino más bien definir mejor la
de la vanguardia, una vez más, demostraba estar en el meollo naturaleza de su arte y el significado de su experiencia, ya que
del problema. se trata, en muchos aspectos, de un caso ejemplar, a través del
Así pues, en el Guerníca aparece un espíritu nuevo; pero lo cual es posible iluminar toda una historia común a otros innumera-
decisivo es que este espíritu no actúa desde fuera del proceso bles pintores. El desarrollo creativo de Picasso no fue ni rectilíneo
creativo, no es sólo una conclusión de la inteligencia yuxtapuesta ni tranquilo. Hasta los llamados periodos o épocas no valen mucho
al propio hacer pictórico. Este espíritu, como todo proceso vital, más que como esquemáticas indicaciones; en efecto, desaparecen,
aCtúa ah íntrínseco) es decir, desde el interior de la vivencia específica vuelven, se funden, se aumentan con nuevas experiencias, y así
del artista, en la misma maraña de las contradicciones de qlle sucesivamente. Pero en Picasso siempre emerge b preocupación
vive su acto creativo; actúa desde el interior de los modos intelectua- por el hombre, preocupación que siempre termina por coagular
les cubistas, de la simbología del surrealismo, de las deformaciones en torno a sí la multiplicidad de las experiencias y bs vuelve
expresionistas, refundiendo esa «materia,) en una síntesis poético-for- activas. Picasso concibe el arte sólo como medio expresivo, y
mal superior. Los motivos del inconsciente surrealista adquieren de ninguna manera como algo que tenga valor en sí mIsmo.
también aquí una dramática objetividad. En el Guerníca, cada signo, En este sentido, probablemente la definición más justa de Picasso
cada figuración tiende a la expresión del hecho' la deformación nos la hayd dado su amigo I"v1anolo: "Para Picasso la pintura
acentúa una verdad de las cosas. El toro, el caballo, la lámpara, no es más que lo accesorio»lS.
el cuchillo, la flor y los personajes emblemáticos del drama, en Acaso nos preguntemos cuánto quedará del COrp!IS completo
la dilatada tensión de la imagen, asumen un significado de implaca- de la producción de Picasso, es decir, cuánto de su obra un día
ble y universal condena de toda potencia que destruya la integridad será valorado sólo como producto de una polémica cultural o
de la persona humana. como pura investigación técnica experimental o como auténtico
Pero en esos años el Guerníca también quiere decir otra cosa. hallazgo poético. Discernir eso en la selva intrincada de su produc-
En un período en el que la teorización del arte puro, de la poesía ción es bastante ditlcil hoy, por no decir imposible. Ciertamente,
como «ausencia,), había alcanzado su ápice, el Guerníca fue la afirma- obras «puras}), en el sentido que a este término dan ciertos críticos,
ción perentoria de lo contrario; fue la demostración de cuánta no hay. En efecto, Picasso nunca fue un artista que viviera al
historia, cuánta presencia y cuánta participación podía y debía margen de los acontecimientos; fue un hombre profundamente
vivir el arte. Por todas estas razones, el Guerníca, además de ser inmerso en nuestro tiempo, y de nuestro tiempo registró, no
un eje de la historia moderna del arte, fue también una obra pasivamente, todas sus contradicciones. Es más, reveló estas contra-
que tuvo un peso cultural determinante en la formación de la dicciones incluso cuando sólo estaban latentes: él las llevó violenta-
conciencia de los intelectuales de todos los países. mente a la superficie y las hizo explícitas. Cuando se miran sus
Era necesario que, por lo menos en el caso de Picasso, llegáramos obras no se debe olvidar esta verdJ.d. De manera desgarrada, explo-
a analizar una obra como el Guerníca. En efecto, esta obra concluye siva y perturbadora, a menudo Picasso descubre las contradicciones
positivamente el período de los movimientos vanguardistas, recapi- que VIven en la historia y dentro del hombre de nuestra época.
tulando sus postuladoS'· formales y de contenido con una eficacia Así, la obra de Picasso hasta el final es la historia de cómo
228 ¡VIario De i\Jicheli

reaccionó el artista contra todo lo que ocurría a su alrededor. Capítulo 8


La ironía, el esceptismo, la brutalidad, la crueldad,. el erotismo
y el individualismo exasperado son parte de la obra picassiana, Contradicciones del futurismo
una parte critica que, frecuentemente, se convierte en ira devastado-
ra y destructiva y en desenfrenada rebelión. Dicho de otro modo,
podemos decir que Picasso es un testimonio de nuestro tiempo,
un testimonio incluso de lo que en él hay de antihumano; podemos
decir que es un «testigo de cargo»,_pero siempre es un testigo,
a su vez, implicado en el proceso. Este es el origen de sus «mons-
truos», fruto de un tiempo trágico, ensangrentado y devastado
por el furor de las guerras: el tiempo de la destrucción del hombre.
Pero, junto a los «monstruos», Picasso también supo pintar los
sentimientos más humanos: pintó la alegría, la aspiración a la
justicia y a la paz; pintó el honor del hombre. Por tanto, ¿se La situación italiana
puede separar en la obra de Picasso lo que es el bien de lo que
es el mal, lo que es vida de lo que es muerte! Sería una operación La iconoclastia futurista tiene sus motivos. La Italia del «Risorgi-
absurda, falsa y Carente de fundamento crítico. Picasso es esta. mento», después de la proclamación de Roma como capital, se
complejidad, es esta dialéctica, es esta unidad de la contradicción. había precipit;do en una triste situación de bmocracia y de provin-
Podemos decir que en toda su obra se revelan estos Caracteres cianismo. El mastodóntico Palacio de Justicia a orillas del Tíber
contradictorios. y la híbridi mole del Vittoriano de Piazza Venezia constituyen
Sin embargo, lo decisivo es el peso que en esta dialéctica el más cumplido resumen del esfuerzo humbertino en el campo
tuvo el encarnizado amor de Picasso por la sinceridad y la verdad. de las artes. Los pocos artistas auténticos del siglo XIX habían sido
De ahí que no pudiera permanecer mucho tiempo en el ámbito aislados o reducidos al silencio. En pintura dominaban Aristide
del primer y segundo cubismo: «El arte no es la aplicación Sartorio, Ettore Tito y De Carolis; en escultura, Bistolfi, Troubets-
de un canon de belleza, sino lo que el instinto y el cerebro conciben koi y Canonica. Derribar a estos personajes académicos, dannunzia-
más allá de cu:tlquier canon.» Por eso él, que había partido del nos, floreales, simbolistas y oficiales era una empresa que valía
cubismo, llegó al Cuemica y más allá del Cuenzica. la pena intentar.
Pero también existía otra tendencia cultural y artística que
se había ido afirmando de sur a norte: el verismo social. El final
de las luchas por la ur:idad nacional había colocado en primer l'1i
plano una serie de problemas angustiosos, los problemas de la
11
existencia del pueblo. Bajo el aCOSO de estos problemas, numerosos
11
hombres que habían combatido en las batallas por la independencia
l.1
habían comprendido que el «Risorgimento» no podía tener su
natural conclusión más que en una forma más elevada de justicia
¡I
social. Así se formaron los primeros organizadores socialistas de liI1
los obreros y campesinos. Así pues, era natural que muchos artistas, ~!
I
I

del mismo modo que habían acudido a las filas del voluntariado
230 AJario De iVIicheli Las ¡JanY,lIardil1s artisticas del siglo XX 231

garibaldino, sintieran ahora la fascinación de las nuevas ideas y Estos temas se entremezclaban, a veces confusamente, encendían
tratasen de traducirlas a cuadros y estatuas. tercos o pasajeros entusiasmos, daban una especie de embriaguez
El verismo social fue un auténtico movimiento que cerró el a los neófitos e incitaban a reaccionar contra la obtusidad de
último ventenio del siglo, prolongándose en el nuevo. De Teofilo la cultura y de! arte oficiales, suscitando un clima de fervor en
Patini a Achille D'Orsi en el sur, de Pelizza da Volpedo a Morbelli e! que, si de un lado propiciaban la superficialidad y el amateurismo,
y Butti en la Alta Italia, son bastantes los artistas que pertenecieron por otro no carecían de seriedad en e! compromiso yen la búsqueda.
a esta tendencia. La posibilidad del verismo social era una de Este es el clima en que nace e! futurismo. Y nace como antítesis
las vías que se abría ante el arte italiano no oficial; una posibilidad violenta, tanto respecto al arte oficial como respecm al verismo
que muchos pintores y escultores acogieron sinceramente para humanitarista: es decir, nace como aspiración a la modernidad.
salir de los bajíos de la aridez creativa. La inspiración que dominaba Hoy existen dos opiniones diversas acerca del futurismo: la
a estos artistas era, sobre todo, una inspiración de denuncia, basada, primera es la quejuzga este movimienm como un puro movimiento
sin embargo y frecuentemente, más en un sentimiento de piedad artístico; la segunda es la que, en cambio, lo reduce a una simple
que en una comprensión histórica del movimiento proletario o premisa del fascismo. Se trata, sin embargo, de opiniones unilatera-
campesino de la época; una piedad propensa a transformarse en les que no tienen en cuenta las condiciones históricas en que surgió.
pietismo o en evangelismo. Pero, por otra parte, éste era uno En realidad, el futurismo fue en sus orígenes un torbellino de
de los límites del socialismo humanitarista de aquel tiempo. Tal ideas y de sentimientos diversos, en el que, al menos por lo que
concepción disminuía la profundidad de la obra, reduciendo fre- respecta a' algunos de sus hombres, la voluntad de renovación
cuentemente la imagen al boceto, a la escena de género. A pesar no era ni puramente plástica ni puramente reaccionaria.
de las genuinas intenciones de los artistas que participaron en Muchosfuturistas procedían de las filas anarquistas y anarcosin-
él, el ámbito en que se desarrollaba este movimiento era un ámbito dicalistas, y\ más tarde, incluso de las comunistas, así como de
restringido en cuanto a ideas y, en consecuencia, tampoco se libraba las del nacio'nalismo. Tenían frecuentes contactos con los obreros
del provincianismo. de las grandes industrias urbanas. En una carta a Trotski, Gramsci
cuenta: "Antes de la guerra los futuristas eran muy populares
A comienzos de siglo hubo dos revistas y un grupo de hombres entre los trabajadores. La revista [acerba, que tenía una tirada
que gravitaban en torno a ellas que intentaron romper los límites de veinte mil ejemplares, se difundía en sus cuatro quintas partes
del provincianismo italiano en el campo de la cultura, poniendo entre los trabajadores. Durante las muchas manifestaciones del
a Italia en contacto con las ideas que circulaban por Europa: arte futurista en los teatros de las grandes ciudades italianas sucedió

La Critica napolitana de Croce e JI Leonardo florentino dePapini, que los trabajadores defendieran a los futuristas contra los jóvenes
11
fundadas. ambas en 1903, y más tarde, en 1908, La Voce y Lacerba, medio aristócratas o burgueses, que se pegaban con los futuristas»l l'
que salió en 1913, en la década que precedió a la Primera Guerra y tampoco hay que o}vidar a este respecto que Marinetti salía
11
Mundial, tocaron o trataron los temas que posteriormente serían del ambiente de los poetas simbolistas franceses, defensores y divul- !l
los puntos de un debate que se prolongó a los años siguientes gadores de las ideas anarquistas. Su primera obra teatral, Le Roi 11
1:
y que, aun hoy, no puede afirmarse que se haya agotado: temas Bombance, escnta en 1905, contiene el elogio del anarquista famone,
económicos y sociales (socialismo, sindicalismo, nacionalismo), te- uno de los protagonistas de esta tragedia satírica. Y no es casualidad
mas tllosóficos (positivismo, idealismo, intuicionismo, pragmatis- que en el primer A1anifiesro del Jilillrismo de 1909, Marinetti, junto
mo), temas religiosos (modernismo), temas literarios (los contempo- a sus atlrmaciones nacionalistas, también glorifi.que el «gesto del
Líneos extranjeros) y temas artísticos (impresionismo, cubismo, / libertario,). El mismo A1l1nUzesto, en periodos sucesivos, continuaba
!
futurismo). -.. con estas palabr;:¡s: «Nosotros cantaremos a las grandes muchedum-
:1
232 AJaria De i'l'ficlzeli Las vangttardia..¡ artisticas del siglo XX 233

bres agitadas por el trabajo, por el placer o la revuelta; cantaremos que él fue el primero que intentó crear y divinizar sujetos que
las marchas multicolores y polifónicas de las revoluciones en las antes de él eran despreciados o se veían relegados a la baja reproduc-
capitales modernas; cantaremos el vibrante fervor nocturno de ción verista.» En suma, Boccioni rechazaba e! planteamiento clásico
los arsenales y de los astilleros incendiados por violentas lunas de !vleunier, pero estaba de acuerdo con él en la elección de
eléctricas; las estaciones glotonas, devoradoras de serpientes hu- su temática social. Por otra parte, tampoco faltan testimonios explí-
meantes; las fábricas colgadas de las nubes por los retorcidos hilos citos sobre su opción ideológica en los primeros tiempos de su
de sus humos ... »2. acercamiento al futurismo, es decir, a comienzos de 1909. En
El anarquismo iba acompañado de una especie de positivismo un libro de recuerdos, Libero Altomare, refiriéndose a su encuentro
socialistoide en el que se advertía el eco de las estrofas de Whitman con Boccioni en Milán en esa época, afirma entre otras cosas:
o de los versos elocuentes de Verhaeren, con sus «ciudades tentacula- "Boccioni simpatizaba con su programa, aun manteniendo sus pro-
res». Pero, en el fondo, los estímulos de semejante poética venían pias convicciones marxistas»5.
de aún más lejos, de Les clzants mademes, de Maxime Du Camp, Boccioni intentó realizar la síntesis de sus ideas «políticas» con
por ejemplo, publicados en 1855: (,Estamos en el siglo en que la nueva poética fu turista en 1911 con su gran lienzo de la Ciudad
se descubren nuevos mundos y planetas, en que se ha descubierto que asciende. El tema de esta obra sigue siendo el del arte social:
la aplicación del vapor, la electricidad, el gas, el cloroformo, la los obreros, los carreteros con sus caballos, los albañiles con sus
hélice, la fotografia, la galvanoplastia y otras mil cosas admirables carretillas, y su inspiración es, precisamente, la que ve sólo en
que permiten al hombre vivir veinte veces más y veinte veces la epopeya del trabajo la construcción del porvenir. Por estos
mejor que en el pasado ... Que el arte literario olvide los tópicos motivos, esta primera obra fuertemente comprometida de Boccioni
de las cosas muertas y que viva con su tiempo,>3; venían también está muy c¡;rca, no sólo pictóricamente, sino incluso en la inspira-
de ciertas afirmaciones de Michelet, escritas en vísperas de la revolu- ción, del Cuarto Estado, de Pelizza da Vol pedo 6. Análogamente,
ción de 1848: «La muchedumbre, todos los misterios de las grandes Carra llevaba a cabo en el mismo período la síntesis de sus ideas
masas humanas, la fantasmagoría de las oscuras fábricas, las agita- "políticas» conla estética futurista con El entierro del anarquista Callí.
ciones formidables de los ejércitos, el clamor visible de la revuelta,
¿quién pintará todo esto ?»4; procedían de toda una corriente de Estos reflejos de anarquismo, de socialismo libertario y de sore-
pensamiento en la que socialismo y positivismo se confundían. lianismo en el futurismo de esos años son, pues, bastante vivos. Los
manifiestos políticos son prueba evidente de ello. En el Primer mani-
A tales llamamientos, o a otros del mismo tipo, no podían Jlesto politico para las elecciones de 1909, por ejemplo, se lee: «Los
dejar de ser sensibles los artistas orientados en sentido anarquista, fu turistas pedimos a todos los jóvenes talentos de Italia una lucha a
soreliano o socialista como Boccioni o Carra, que ya habían trasla- ultranza contra los candidatos que pactan con los viejos y con los
dado a su arte las sugestiones de los temas humanitarios del trabajo. curas.» En el J'I'[allijlesto del partido politicoji¡turista, que repetía los mo-
A este respecto es útil consultar el j'vIanijlesto téwico de la escultura tivos del Pro,erama político Juturista publicado en Lacerba en octubre
jilturista de 1911, en el que Boccioni no puede dejar de reconocer de 1913, se encuentran frases como las siguientes: «Abolición de la
el mérito de Constantin Meunier, considerado por él como uno autorización marital, divorcio fácil. Desvalorización gradual del
de los mayores escultores de su época: "SUS estatuas -escribe- matrimonio mediante la implantación gradual del amor libre e
son casi siempre fusiones geniales de lo heroico griego con la hijos del Estado ... Preparación de la futura socialización de la
atlética humildad del descargador, de! marinero, del minero. Su tierra con la formación de un vasto patrimonio formado con
conciencia plástica y constructiva de la estatua y del bajorrelieve la expropiación de las Obras Pías, de los organismos públicos
sigue siendo la del Partenón o la del héroe clásico, a pesar de y de todas las tierras baldías o mal cultivadas. Fuertes impuestos
234 ¡'vIario De lvlicheli Las l'i1Ilgllardias artisticas del siglo XX 235

sobre los bienes hereditarios y limitación de las grandes herencias ... obispos que tantos males ha significado para ltalía ... Por apego
Horario laboral de un máximo legal de ocho horas. Igualdad al pasado nos obstinamos en querer que Roma fuera la capital
del trabajo femenino y masculino ... Sustitución del actual anticleri- e:n medio de: un desierto, alejada de las provincias más ricas y
calismo retórico y quietista por un anticlericalismo de acción, activas, demasiado distante de las restantes capitales europeas y
violento y decidido para liberar a Italia y a Roma de su medievo con una población que, vanidosa de sus recuerdos y a causa del
teocrático, que podrá elegir una tierra adecuada donde morir lenta- mal gobierno de los curas, no tenía ningunas ganas de trabajar,
mente... Nuestro anticlericalismo quiere liberar a Italia de las igle- acostumbrada como estaba a vivir de los beneficios eclesiásticos,
sias, de los curas, de los frailes, de l'as monjas, de las Vírgenes, de las propinas de los forasteros y de la sopa boba ... ¿Quién
de los cirios y de las campanas. Nuestro anticlericalismo combate dirá que me equivoco si decimos que Roma siem pre fue, hablando
la infame religión de la renuncia y de las lágrimas, que tiene espiritualmente, una mantenida?»
como símbolo deprimente al hombre en la cruz.» Manifestaciones como la del Teatro Costanzi se repiten en
Este manifiesto, si bien fue publicado en Roma juturista en otras ciudades de Italia. Fueron famosas las de Florencia y Venecia,
septiembre de 1918, fue escrito tiempo antes, probablemente uno en las que los insultos llegaron al apogeo del barroquismo y del
o dos años. pintoresquismo. Es lógico que en todo ello el amateurismo, el
Es fácil ver cuánta exterioridad y superficialidad hay en estas infantilismo y el histrionismo tuvieran gran relieve, pero no se
rotundas declaraciones, especialmente en las anticlericales. De cual- trataba sólo de eso. En algunos de aquellos jóvenes la inquietud,
quier modo, formaban parte de una tradición resurgimental que la insatisfacción ante la pereza y la inercia de la cultura oficial,
seguía siendo activa, si bien de forma tosca e infructuosa: era y el ansia de una verdad distinta de la de los filisteos y de los
una tradición que, desgraciadamente, una dolorosa historia patria burgueses eran una auténtica realidad. Como quiera que fuese,
justificaba. La palabra «desvaticanización», con la que se proponía sólo -en este grupo, en esta confusa maraña de energías debía I
la expulsión de Italia del Papa, fue acuñada entonces por los futuris- afirmarse en aquellos años una visión artística abierta a la nueva I
tas 7 . Así, pues, inicialmente, el futurismo tuvO una aproximativa problemática que ya se estaba desarrollando en Europa. 1I
concepción política sobre bases republicanas, anarcoides y socialisti- Desgraciadamente, el anarquismo, el sorelianismo y el socialis-
zantes, que sin duda constÍtuyó uno de los elementos esenciales mo no eran los únicos cO,ETIponentes ideológicos de! futurismo. II
de ese empuje revoltoso y antiburgués que es típico de su primer Tenía otros, que acabaron imponiéndose, encaminando e! movi-
miento hacia una actitud negativa. Uno de estos componentes, d
i
período.
al que ya hemos aludido, es el decadentismo simbolista que en

Anticipándose a Dada, el futurismo inventÓ las veladas provoca- ¡!
I~
doras, las manifestaciones escandalosas, las bofetadas al gusto del Marineni persistirá hasta el final como una maldición. Hasta en
público. La crónica de estas manifestaciones llenaría páginas enteras. ell'vIanifiesto jimdacional del filtllrislllo, que el Figaro parisiense publicó
H
El espíritu agresivo de tales manifestaciones llegó a su colmo cuan- por primera vez en francés el 20 de enero de 1909, se manifiesta
do, a finales de 1912, Soffici y Papini abandonaron La Voce de el exotismo decadente de cuño más fácil: «Habiamos velado toda 1'1
Prezzolini y se unieron a los futuristas, dando vida a Lacerba. la noche -mis amigos y yo- bajo lámparas de mezquita de
En febrero de 1913 Papini pronunció en el Teatro Costanzi de la cúpulas de bronce calado, estrelladas como nuestras almas ... Había- \
capital su Discurso de Roma, que provocó una batahola: "Roma mos pisoteado largamente sobre opulentas alfombras orientales
-dijo entre gritos, silbidos y puñetazos entre el públíco- es nuestL1 at~1vica galbana ... ')
el mayor símbolo de ese apego al pasado histórico, literario y Pero, a fin de cuentas, no era ése el componente más negativo.
político que siempre adulteró la vida más original de Italia. Por I Aún peor eLl el componente nKionalista: un nacion~llismo ciego,
apego al pasado histórico tenemos en casa a, ese Obispo de los histérico, exclusivista y agudizado por las teorías mal digeridas
236 Alario De i'vlichell Las vallsuardia..' artisticas del siglo XX 237

de la «voluntad de potencia» que periódicos, revistas y obras teatrales de ser cobarde. Sea proclamado que la palabra Italia debe dominar
divulgaban. Por Nietzsche se interesaba hasta el mismo D'Annun- sobre la palabra Libertad ... Orgullosos de sentir igual al nuestro
zio, que encarnaba al superhombre en una perniciosa serie de el fervor belicoso que anima a todo e! país, incitamos al Gobierno
personajes, y hasta e! mismo Ivlussolini, quien en 1908 publicaba italiano, que por fin se ha hecho futurísta, a agigantar todas las
en el Pensiero rOlnaJ:llolo un ensayo de ejemplar vacuidad: «Nietzsche Jmbiciones nacionales, despreciando las estúpidas acusaciones de
toca la diana de un próximo retorno al ideal... Para comprenderlo piratería y proclamando el nacimiento del Panitalianismo»s.
vendr5 una nueva especie de espíriHls libres fortificados en la Pero la guerra de Libia, fatalmente, no debía ser para Italia
guerra, en la soledad, en el gran peligro; espíritus que conocerán más que e! preludio de la Primera Guerra Mundial. Entonces,
el viento, los hielos, las nieves de las altas montañas ... ; espíritus lo que durante la empresa de Africa no era más que un fenómeno
dotados de un género sublime de perversidad; espíritus que nos todavía parcial, se convirtió en un hecho general, en una manifesta-
liberarán de! amor al prójimo, de la voluntad de la nada, restituyen- ción que aumentó en un «crescendo» vertiginoso. En esta situación
do a la tierra 'su fllllción y a los hombres sus esperanzas.» Es los futuristas se dispararon. Su posición antiburguesa naufragó
cierto que había quien, Como Serra, intentaba estudiar a Nietzsche miserablemente. La exaltación de la máquina, del modernismo
con un empeño más serio, pero las fórmulas apresuradas, como y de la velocidad acabó por identificarse con las tesis de la más

I
a menudo sucede, eran las que tenían más éxito. activa y desenvuelta burguesía del norte, la cual, por razones
El nacionalismo de Marinetti aparece claramente en el primer evidentes, quería la intervención en la guerra, contra la más insegu-
J\fall!!lesto: «Nosotros queremos glorificar la guerra -única higiene rJ, retardataria y amedrentada burguesía agraria, que vacilaba en
mundo-, el militarismo, el patriotismo ...» Pero e! grado de lanzarse a la aventura al no ver las ventajas inmediatas que tanto SI!

violencia de! espíritu nacionalista de los futuristas y de muchos interesaban a los industriales de la Alta Italia. No en vano la ,f
intelectuales de entonces se podrá juzgar mejor constatando las capital de! futurismo fue Milán. Los fu turistas no tuvieron rubor !¡I
reacciones que provocará en 1911 e! comienzo de la guerra de en tejer explícitamente el elogio de la {<burguesía belicista». Así,
Libia. En esta ocasión se hallaron alineados en las mismas posiciones
de aplauso tanto Corradini, fundador del Regno, corifeo exaspera-
do del ultrancismo patriotero, como D'Annunzio, Iv1arinetti y
junto al antiburguesismo, se extinguían también las nostalgias anar-
quistas y socialistas. «Hoy -escribía Carra- e! burgués favorable t
I
hasta el mismo Pascoli. Ni siquiera los sore!ianos anarco-sindicalistas
a la guerra es, ciertamente, más revolucionario que el llamado
revolucionario neutralista. El arriesga y actúa, por tanto, es un
¡
como Arturo Labriol;;¡ desaprobaron la empresa, mientras que Prez- revolucionario, mientras que el llamado anarquista es nocivo a I
E'
zolini, por su parte, se apresuraba a cambiar el carácter de La la vida y al progreso, porque en realidad nada sacrifica a la vida l
Voce, transformándola, precisamente en un momento crucial de ni al progreso» 9.
la historia italiana, en una simple hoja literaria, en la que se negaba Pero la oleada nacionalista no arrolló sólo a los futuristas,
a tomar postura contra la agresión africana. El nacionalismo era, que hicieron del interv-encionismo la razón esencial de su existencia;
en suma, un engrudo que unía a todos y a todo, por encima también arrastró a social-reformistas, idealistas, católicos y místicos.
de toda divergencia de naturaleza liteuria, política y filosó- En suma, el termento intelectual, las ideas, los intentos de búsqueda
fica.
de la apenas naciente cultura de una moderna sociedad italiana
La guerra de LibiJ fue saludada por Marinetti y sus amigos que se había liberado del punto muerto en que parecía haber
como una «gran hO rJ futurista». En octubre de ese año, exaltando embarrancado el desarrollo resurgimentJl, se dispersaban nueva-
la conquista de Trípoli, escribíJ un nuevo AJallUlcsto en el que mente en lo que Croce llamó «una orgía de irracionalidad». Las
se pueden leer algun~1s de sus afirmaciones más disparatadas: <<Sean pocas voces que se alzaron con firmeza contra la guerra fueron
concedidas al individuo y al pueblo todas las' libertades salvo la acalladas por el clamor de los gritos. de las proclamas y de los
L(L' FallS:lIardías artísticas del si~,<lo XX 239
238 Mario De lvficheli
dolo, y se dirigía a la única verdad que le había quedado: el
manifiestos. Así, la guerra, «el evento lírico» como la había definido
D'Annunzio, también había empezado para Italia. arte.
Pocos días después, a consecuencia de una caída de caballo,
Marinetti, que se había hecho operar de hernia, partió can
Boccioni moría. La guerra no era un «evento lírico», era una
los futuristas en el Batallón Ciclista Voluntario; luego, enrolado
en los Alpinos con Boccioni, Sant'Elia, Russolo, Erba, Funi y
Sironi, tomó parte en el asalto de Dosso Casina. A continuación,
nombrado oficial de artillería y luego comandante de una batería,
realidad despiadada. Otros no volvieron. No volvieron Sant'Elia,
Serra, Slataper, Carla Stuparich ... y la postguerra, cargada de
equívocos, arrastró a gran parte de los intelectuales hacia el fascismo.
I
I
En un momento en que dominaban la confusión, la invitación
resulto herido en la ingle. Entonces, Gabriele D' Annunzio, el héroe-
a la violencia, el revolucionarismo verbal y un misticismo brumoso,
soldado, fue a visitarlo al hospital de Udine y le ofreció un gran
pocos tenían la voluntad de aclarar los problemas. Las soluciones
ramo de claveles rojos 10. Mientras tanto, Mussolini pronunciaba
rápidas, fáciles y pseudorrevolucionarias eran mejor aceptadas que
discursos. La guerra acabó así por convertirse en una especie de
escenario en el-que Mussolini, Marinetti y D' Annunzio, exaltados
por la prensa nacionalista, interpretaban con el máximo empeño
los llamamientos a la dificultad y a la seriedad de los problemas
que se alzaban frente a la nación. Por otra parte, los errores 1
i
,
de los social-reformistas no ayudaron, ciertamente, a iluminar la
y la máxima publicidad los papeles que habían elegido. Se les
situación. En este clima, la demagogía fascista arrastró en su corrien-
escapaba por completo la lección verdadera, humana y social de
te destructiva a anarco-sindicalista, intervencionistas, dannunzianos,
la guerra; la lección que brotaba de un pueblo, del cual se puede
decir que por primera vez, aunque fuera en circunstancias trágicas,
estaba unido: los obreros de las fábricas de Turín y de Milán
con los braceros sicilianos, con los pastores sardos, con los campesi-
fu turistas y desbandados de toda laya.
Ya hemos aludido a esta intrincada página de historia. Nos
queda por ¡decir que el fascismo, al transformarse luego en partido
de gobierri? y, por tanto, en partido de orden, dejó de sentir
I
Iif
nos emilianos; un pueblo que en el peligro y en el sufrimiento 1I
la necesidad de tener por aliada a la chusma vociferante de los If
aprendía a conocerse, establecía lazos y vínculos de fraternidad Ir
futuristas. En efecto, una vez tomado el poder, ya no había necesi-
y tomaba conciencia de su propia realidad. El sentimiento de irl
dad de antojos caprichosos, ni de impulsos anarcoides ni de barbarie i
la unidad popular nacido de las guerras resurgimentales de indepen- intelectual. Era necesario declarar concluida la crisis postbélica y rw
dencia se desarrollaba dolorosamente en las trincheras del Carso, n
dar un «fundamento histórico» al «nueva Estado nacido de la Marcha l:
en el monte Grappa, en la línea del Piave. Una lección dura, sobre Roma». Por tanto, las invectivas futuristas contra Roma 1;1
pero vital. Por fortuna, otros intelectuales veían y comprendían, ya no eran de recibo. A este respecto, D'Annunzio era más útil 1I 1
y sacarían más tarde de esa lección las enseñanzas necesarias: intelec- 'rJ
que Ivlarinetti: la «estirpe», los «legionarios», las «cohortes», los 11
,i
tuales como Gobetti y como Gramsci. «desfiladeros mortales» y las «águilas» eran una mercancía rebosante
Leyendo los artículos, las cartas y los versos de aquel tiempo,
I1
en la guardarropía d_annunziana. Hasta el arte exigía algo más '¡
se tiene la impresión de que los futuristas vivían la experiencia sólido e imponente, algo que fuese digno de la «romanidad» de
¡ji
de la guerra dentro de una aureola de euforia, como si fueran nuestra «tradición milenaria», «latina» y «mediterránea». Y así nació
dioses de Homero que paseaban por los campos de batalla envueltos el Novecento, la Ivluestra de la Revolución Fascista; en suma,
en blancas nubes. Sólo Boccioni, después del primer momento la restauración neoclásica, académica y conmemorativa en las artes.
de excitación, de repente, entre julio y agosto de 1916, escribe No es éste lugar para ver cómo, de distinta manera, los mejores
una carta de la que se desprende que su vehemencia belicista artistas italianos, aun condicionados por esta condena capital, logra-
ha terminado: «De esta existencia saldré con -un desprecio por ron en todo o en parte substraerse a ella. Lo que más nos interesa
todo lo que no sea arte... Sólo existe el arte.» En medio del ..,. aquí es ver cómo terminó el futurismo .
entusiasmo, la crisis lo había tomado casi por sorpresa, desconcertán-
240 AJario De AJicheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 241

Ya en 1916, Carra, siguiendo los consejos de De Chirico, hasta que Mussolini lo jubiló nombrándolo. académico de Italia.
había abandonado el fu turismo por la pintura metafisica. Así, El «régimen» empezó a considerar al futurismo, al que tanto debía,
al dinamismo plástico sucedió la inmovilidad, la rigidez esquemática corno una especie de reliquia a la que todavía se le puede rendir
de los interiores y la compacta soledad de los personajes reducidos un convencional homenaje, pero sin más consecuencias. Mientras
a maniquíes. En 1919, Vallecchi publicaba e! volumen de Carra en otros países las vanguardias se habían desarrollado en la oposi-
titulado, precisamente, Pittura mehifisica. En estas páginas ya no ción, en Italia e! futurismo se había identificado con el aspecto
se hablaba de «futuro» ni de «velocidad»; dejaba de invocarse la más negro de la reacción hasta quedar totalmente ahogado por
destrucción de los museos y se buscaba, por el contrario, (<nuestro él. El furor nacionalista le había arrebatado cualquier juicio. El
carácter antiguo», nuestra «tradición», y se intentaba reencontrar miserable fin de Marinetti, cantor de la «autarquía», súbdito fiel
los valores figurativos nacionales, italianos, en Giotto, Paolo Uccel- de la República de Salo y poeta de la X Mas 11, es el tristísimo
lo y Masaccio. Es decir, se trataba de la apertura hacia la revista símbolo de una parábola decadente.
romana de Broglio, f/alori Plastici.
De! mismo modo, muy pronto abandonaron el futurismo Soffi-
ci y Sironi. Severini se encaminaría hacia e! cubismo y, más tarde, La idea de ll10dernidad
hacia e! neoclasicismo. Russolo, al final de la guerra, dejó práctica-
mente de pintar, para no volver a hacerlo hasta 1942, con una Pero es inútil insistir en e! análisis de esta historia, ya de por
pintura místico-simbolista. Balla estaba lleno de incertidumbre y sí tan explícita, corno tampoco sería de gran utilidad extenderse
de cansancio. En cuanto a Rossi, sus contactos con el futurismo en el estudio de los textos literarios que e! futurismo nos dejó.
habían sido bastante fugaces. En resumen, los primeros futuristas La historia ,de la poesía italiana pasa por otro camino, a través 1

habían concluido su experiencia. También hubo un llamado «segun- de Campana.' Ungaretti, Rebora y Montale. Se podría recordar
do fu turismo», el de Prampolini, Depero, Mino Rosso y Fillia, a Palazzeschi, pero lo poco futurista que fue nos lo dice su acongoja- ¡II'
que se desarrolló sobre todo entre 1920 y 1928, pero sus objetivos do manifiesto de! Contra-dolor, que escribió poco antes de seguir
volvían la espalda al dinamismo plástico para centrarse más bien l.
el ejem plo de Papini y de Soffici, que se separaron de! movimiento
en e! cubismo sintético y en el constructivismo. un año después de haberse sumado a él.
iI
Así pues, de hecho, con el estallido de la guerra podía decirse Por otra parte, sería un error crítico el pretender juzgar al ,~:'\
que la aventura figurativa de! fu turismo había terminado. Lo que
vino después no tuvo ni la importancia ni la fuerza del primer
futurismo teniendo en cuenta sólo sus resultados. El fu turismo
II
futurismo. Marinetti, es cierto, siguió vociferando y escribiendo
fue un movimiento polémico, de batalla cultural; fue el movimien- \!!~
to sintomático de una situación histórica; un acervo de ideas y
libelos y poemas, pero todo ello terminó siendo un espectáculo de instintos, dentro del cual, si ,bien no claramente, se expresaban ¡l,
~'

grotesco. Ninguno de los problemas de fondo que habían agitado algunas exigencias reale.s de la época nueva: la necesidad de ser :1
y agitaban la historia de las vanguardias europeas rozaba siquiera :1
modernos, de aferrar la verdad de una vida transformada por
al futurismo italiano. De las ideas, de las actitudes y de la rebeldía la era de la técnica, la necesidad de hallar una expresión adecuada I!
anterior a la guerra sólo quedaron la irritación nacionalista y un a los tiempos de la revolución industrial. El error profundo de!
genérICO mitologismo de la modernidad. y nada más. futurismo fue no considerar la suerte del hombre en e! engranaje
lV1arinetti arrastraba escuadras ruidosas de muchachotes recogi- de esta era mecánica. Sólo Boccioni, e inicialmente Carra, se dieron
dos en la provincia; con su habitual facundia .proclamaba en e! cuenta de! problema. Pero la dirección general de! movimiento
cambio de cada estación el descubrimiento de nuevos genios nacio- ! fue otra; fue la de identificar los términos del progreso técnico
i'
na!cs, pero al poco tiempo nadie o casi nadie le tornaba en serio, Con los de! progreso humano y e! situar, en consecuencia, al
242 Mario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 243

hombre y a la técnica en el mismo plano, en perjuicio del hombre. de los procedimientos formales, la afinidad entre el futurismo
Pero, a pesar del lastre de un brutal tecnicismo positivista rusO y el italiano existe... Común es el modo de elaboración
en su propia poética, el futurismo tuvo la justa intuición de un de la materia prima»13.
arte que saliera de los límites angostos e inadecuados de la tradición He aquí una prueba de que la intuición de una poética de
del siglo XIX. Con esta intuición, que correspondía a una aspiración la modernidad concebida por el fututismo en sus lvlanUlestos corres-
difusa, fue acogido favorablemente en muchas partes de Europa, pondía a algo históricamente válido en la Europa de aquellos
particularmente en Rusia. Maiakovski y el constructivismo recibie- años; y en ello hay que reconocer la causa de la indiscutible
ron, sin duda, del fu turismo italiano más de un impulso. Pero influencia del futurismo en artistas como Léger o en poetas como
el grupo de Maiakovski tenía algunas ideas básicas bastante más Ezra Pound. Este último, en 1914, a pesar de polemizar con Mari-
claras que el grupo marinettiano. Cuando Marinetti fue a Rusia netti ("Marinetti es un cadáver»), redacta~)J ellvlanUlesto dellJorticis-
en 1913, los fu turistas rusos lo habían acogido con silbidos, corno 1110, donde no faltaban realmente las sugestiones futuristas: «El
a un representante de la burguesía belicista. En efecto, a diferencia vórtice es el punto de la máxima energía. En mecánica representa
de Marinetti, Maiakovski, asentado en las posiciones socialistas más la mayor eticiencia. Usarnos las palabras mayoreflcíencía en su
avanzadas, era enemigo de la guerra, y apenas estalló el conflicto, sentido preciso, corno en un libro de mecánica ... El vórtice humano
alzó su voz acusadora contra ella. A la guerra (,higiene del mundo» tiene en su puño la trama del futuro ... El vorticismo es arte antes
de Marinetti respondió con ·su "asco y odio por la guerra»; a de dilatarse en un estado de tlaccidez, de elaboración y de aplicacio-
la exaltación marinettiana de la guerra, "prueba sangrienta y necesa- nes secundarias» 14
ria de la fuerza de un pueblo», se opusieron sus versos precisos: El puntazo de Pound contra la "dilatación» del discurso futurista,
es decir, contra la elocuencia dispersiva de Marinetti, daba en
La tierra ya no tendrá miembros intactos la diana, pero también es innegable, aun en la distorsión, que
y marIana el alma será pisoteada el j\;[anUlesto vorticista nació en una atmósfera ya congestionada
!i,1
por pies extranjeros por los gritos futuristas.
y todo ello para que un tipo cualquiera
pueda extender sus manos
sobre alguna lvlesopotarnia ...
En su agitada polémica antipositivista, las corrientes expresionis-
tas habían descuidado, en general, el problema de la modernidad
I
Tú, que combates por ellos y mueres, 1
y de la vida transformada por la técnica. En cambio, mérito 1
~
¿Cuándo te alzarás en pie del fumrismo italiano fue haber destacado con energía, si bien i
con toda tu estatura con trecuencia de modo ingenuo y demasiado mecánico, la existen-
y lanzarás a su cara cia indiscutible de este problema. En la época acmal han aparecido
tu ira profunda nuevos elementos constitutivos de la belleza. Si en un tiempo
en un grito: -¿Por qué se libra esta guerra? 12. la base del concepto estético de la belleza eran la estaticidad,
el equilibrio y la armonía de las partes, hoy, en el activismo
La base social del grupo de Maiakovski es claramente revolucio- de la vida moderna, las bases de tal concepto son la velocidad,
naria, antimilitarista y antiim perialista: "Idealmente no tenemos el dinamismo, el contraste, la disonancia y la desarmonía: "Nosotros
nada que com partir con el futurismo italiano», afirma Maiakovski. afirmamos que la magniticencia del mundo se ha enriquecido
Y, sin embargo, no vacila en establecer con el mismo futurismo con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un automóvil
italiano coincidencias y afinidades: "Entre el futurismo it:diano /1 de carreras con su capó adornado de gruesos tubos semejantes
.,
y el fmurismo ruso existen elementos comunes ... En el campo
I a serpientes de hálito explosivo ... , un automóvil rugiente que parece
244 Mario De i'vfic!zeli Las vanguardias artísticas del siglo XX 245

correr sobre la metralla es más bello que la l/iCloria de Samotracim>. incluso antes, para darse cuenta de ello. Y no es extraño que
Así lo anuncia el primer ¡vlm¡U/esto. Es la condena a muerte de la intuición bergsniana pueda haber influido en los fu turistas más
toda la pasada mitología en favor de la mitología nueva: el automó- que la intuición lírica de Croce, dada la actitud ásperamente polémica
ídolo luciente, zumbante, utilitario. ¿Cómo es posible en la que el grupo de Marinetti siempre mantuvo hacia el «profesor
era del automóvil seguir escribiendo, pintando, construyendo y partenopeo». Sin embargo, hay que reconocer que el éxito de
componiendo música como en la época de las diligencias y de Bergson en el ambiente de La Voce no podía dejar de estar relacio-
la artesanía? El estilo, el lenguaje _poético, pictórico, musical y nado de alguna manera con el idealismo de los seguidores de la re-
arquitectónico deben adecuarse al nuevo ritmo de la vida. Por vista, un idealismo que de crociano había terminado por ser genti-
tanto, hay que romper con la gramática, la sintaxis y la métrica liano, pasando de una función crítica al fideísmo actualista de la ac-
tradicionales, nacidas para expresar los sentimien tos de la belleza ción. Garin observa que en esa época «Croce y Bergson hablaban
estática, y, del mismo modo, hay que acabar con los modos un lenguaje común y todos lo entendían» 17.
tradicionales de la pintura y de las artes. El estilo debe ser rápido, Las posiciones ideológicas del grupo florentino, que ejerció una
ágil y revoloteante como la vida moderna en su incesante explosión influencia decisiva en tantos jóvenes intelectuales de entonces, eran,
y puJsación; la consecuencia es en poesía las palabras en libertad, por lo demás, muy fluidas. Pero sus conexiones con el futurismo
en música los eIltonarruidos, en arquitectura el material metálico e resultan evidentes si se examinan de cerca las peripecias intelectua-
industrial, en arte el dinamismo plástico. Sólo estos medios y estos les que, como ya se han visto, llevaron al futurismo a un personaje
modos pueden garantizar la traducción estética del nuevo ideal como Papini. Esta investigación también nos convencerá del peso
de belleza. que más o menos directamente tuvieron en algunos futuristas, y
ciertamente en Boccioni, las teorías pragmáticas, igualmente pro-
pagadas por Papini desde los tiempos de Leonardo, es decir, desde
La poética 1903, y recogidas por él en un volumen en 1913. En Papini el prag-
matismo norteamericano de James se había aproximado a la intui-
La teorización más completa de la poética figurativa futurista nos ción bergsonia;u. Ya en 1906, en París, había aceptado escribir un
la dio Boccioni con sus escritos recogidos en el volumen Pittura, libro sobre el pragmatismo, cuyo prólogo escribiría Bergson. En el
swltLlra .fíauriste, publicado en 1914 en Milán, en las ediciones fondo, se puede decir que el paso sucesivo de Papini hacia el futu-
de "Poesía». Sintéticamente esta poética se halla- expresada desde rismo no fue más que la síntesis de sus anteriores simpatías tanto
1910 en el jV1an~resto de los pintores .fiauristas y en el lV1anU/esto por el pragmatismo como por el intuicionismo.
téwico de la pintura jiaurista l5 . Algunas fórmulas pragmatistas de Papini estaban hechas a pro-
Sin embargo, al tratar de identificar el centro de la poética pósito para hallar un inmediato consenso en los espíritus juveniles
de Boccioni se advierte que el positivismo futurista presenta en más inquietos de la época. Por ejemplo, Papini había propuesto
ella una serie de profundas grietas. cambiar la fórmula filosófica jamesiana de la «voluntad de creer»
Al hablar del «cubismo órfico» de Delaunay ya nos referimos por una de estas enunciaciones: "el elogio elel riesgo» o «la utilidad
a la filosofia de Bergson; con mayor motivo podemos referirnos de cree[',18. Para él el pragmatismo constituía una auténtica llamada
:1 ella al hablar de la poética futurista tal como Boccioni la formu- a la "necesidad de la aventura». Pero, ¿cuál era la tesis principal
ló 16. En efecto, gran parte de la terminología de Boccioni y del pragmatismo? James la resumía así: "Nuestra naturaleza pasional
algunas de sus ideas centrales se derivan directamente de Bergson. no sólo puede legítimamente, sino que debe elegir entre proposiciones
Es sufici~nte hojear la Introduction a la métaphysiq,¡e, que Papini cada vez que se trate de una elección que no puede ser decidida
había traducido en 1910 y de la cual La Voce ya había hablado por razones in telectuales; porque decir en semejantes circunstancias:
246 ¡Haria De Micheli Las vilnguardias ilrtísticas del slj;lo XX 247

'Na decidas, deja abierta la cuestión' ya es una decisión pasional la fatalidad que nos guía. No marchar hacia lo detlnitivo es negarse
-precisamente como decir sí o no- y va acompañada del mismo a la evolución, a la muene. ¡Todo se encamina hacia la catástrofe I
peligro de perder la verdad.» Y sigue: "Creed y tendréis razón Por tanto, hay que tener el valor de superarse hasta la muerte,
porque os salvaréis; dudad y seguiréis teniendo razón porque pere- y el entusiasmo, el fervor, la intensidad y e! éxtasis son aspiraciones
ceréis. La única diferencia es ésta: que para vosotros es mucho a la perfección, es decir, a la consumación.'}
más ventajoso creer.}} Así pues, el voluntarismo optimista de Boccioni sigue siendo
Según Papini, "e! creemos valien~s nos hace adquirir realmente uno de los modos de superar las contradicciones desgarradoras
el valor... El pesimista que considera mala la vida contribuye de la exisrencia. Una vez más, nos hallamos dentro de la problemáti-
con su dolor y sus lamentos a hacerla mala de verdad; el optimista ca típica de la vanguardia. Y éste es, sin duda, el centro de la
que cree en la bondad de la vida es uno de los factores de esa poérica de Boccioni. Análogamente, en su manifiesro del Contra-do-
bondad, con la alegría y la fuerza que le da esta creencia}}. Dicho lor, Pallazzeschi había dicho: "En vez de detenerse en la oscuridad
de otro modo'; «es preferible el riesgo de una elección equivocada de! dolor, atravesarla con ímpetu para entrar en la luz de la
a la elección pasiva e implícita de la inacción escéptica y agnóstica}}. risa.» Este ímpetu, en mayor medida que en Pal1azzeschi, aficionado
Voluntarismo, activismo, utilitarismo, riesgo y aventuras, ¿no a los humores de la ironía, era operante en Boccioni, al menos
coincidían estos términos con los presupuestos del futurismo? De hasta la carta que hemos citado, poco anterior a su muerte y
ese modo el pragmatismo se convertía en otro de los componentes en la que parece que, después de dos años de guerra, el tenso
del clima cultural de la época, y específicamente del futurismo, resorte de su voluntarismo se ha quebrado.
junto con el anarquismo, el sorelianismo, el nietzschianismo, el Pero volvamos al bergsonismo. El ímpetu de Boccioni, al supe-
positivismo y el idealismo: componentes, sin embargo, dominados rar la fatalidad de la existencia, recuerda el élan vital en su lucha
todavía por el componente mayor del nacionalismo. Así, la elección contra los ob~táculos de la materia. Pero el bergsonismo de Boccioni
irracional y activa de la guerra había hallado su correcta justifica- va bastante más allá de una simple analogía. De Bergson toma
ción pragmática. una serie de conceptos fundamentales, entre ellos el concepto de
Ciertamente, las preocupaciones teóricas no turbaban a tipos duración) es decir, el concepro inrerior de la realidad como devenir
como Marinetti, pero no era así en el caso de Boccioni. Si la o desenvolvimiento, y el concepto, ya recordado, de intuición como
mayor parte de los futuristas resbalaba sobre los problemas más único modo de captar la realidad en su com plejidad en movimiento.
graves como sobre un tobogán, Boccioni estaba hecho de otra La idea de captar desde dentro la realidad la hemos encontrado
madera. Mente férvida e instintivamente teórica, intentaba analizar repetidamente en estas páginas, ya sea al hablar de los expresionistas,
profundamente los problemas. El optimismo de Boccioni no era ya sea al hablar de los cubistas. Pero, mientras en los expresionistas
algo obtusamente eufórico o inconsciente como el optimismo de se trataba, sobre todo, de hundirse en el magma cósmico indiferen-
otros futuristas. Por el contrario, era precisamente un acto de ciado o de un confundir'ie contemplativo COn la sustancia espiritual
la «voluntad de creer» contra las razones negativas de la vida. del universo, mientras en los cubistas el problema se reducía a
Atenuadas o disipadas en él después de 1912 sus convicciones la penetración intelectual en la esencia de las cosas haciendo absrrac-
socialistas, tampoco él había escapado al sentimiento trágico de ción de las conringencias, para Boccioni, como para Bergson,
la existencia, fruto de la general crisis de conciencia de los intelectua- el problema era captar la realidad en su totalidad yen su absoluto,
les europeos. Por ello, su optimismo pragmático no carece de del que forman parte todos los elementos, sean contingentes, sean
tensión ni de dramatismo. Es más, el drama' es para él uno de esenciales. Se trataba de captar la realidad en su unitaria multiplici-
los términos fundamentales de su poética, en el que deben definirse en su movimiento incesanre, en su vida, en suma, que es
la forma y el color. «Nacer, crecer y morir -escribió-, he aquí
I parte de la vida universal..... Por tanto, no se podía tratar de un
248 AIario De AIicheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 249

«conocimiento» debido a un COntacto meramente fisiológico, ni es parte inseparable de la realidad. Sabe que intentar escindir lo
de un conocimiento estático o contemplativo, abstracto o intelectual, particular de lo universal es una infructuosa operación analítica
sino de un conocimiento completo, obtenido ensimismándose intui- de la inteligencia que mata la misma realidad. Por tanto, lo que
tivamente en el objeto y viviendo desde dentro de él su vida hay que hacer no es tanto eliminar.]o accidental como elevarlo
en la integridad de su devenir. a un estado de verdad superior: «Nosotros queremos universalizar
El punto de partida de la poética de Boccioni es, pues, éste: lo accidental creando leyes a partir de lo que desde hace cincuenta
«Para nosotros el cuadro es la vida misma intuida en sus transforma- años nos ha enseñado el instante impresionista. Por tanto, en lugar
ciones dentro del objeto y no fuera de'él.» Concepto que remacha
con mayor concisión con otra trase : «Nosotros nos identificamos
en la cosa." Desde este primer punto se desarrolla e! modo de
concebir el objeto, y, por tanto, de representarlo: "Concibiendo
el objeto desde dentro, es decir, vilJiéndolo, daremos su expansión,
del accidente fijado nosotros damos ]a accidentalidad en una forma
que es su ley de sucesión. Mientras los impresionistas hacen un
cuadro para dar un mOmf11to particular y subordinan la vida de!
cuadro a su semejanza con aquel momwto, nosotros sintetizamos
todos los momentos (de tiempo, lugar, forma y color-tono) y
I
i

su fuerza, su manifestarse, que crearán simultáneamente su relación así construimos un cuadro.» Es lo que Boccioni llama «la eternidad
con el ambiente." Así pues, para Boccioni la «inspiraciól1», es decir, de la impresión». En suma, Boccioni volvía a plantearse e! problema
el acto con el que e! artista se sumerge en e! objeto viviendo que angustiaba a Cézanne: hacer del impresionismo algo «duradero
su movimiento caracteristico, nos revela que no hay en la naturaleza como el arte de los museos». Pero, mientras Cézanne se dedicaba
líneas perpendiculares o líneas horizontales absolutas: «De perpendi- a la empresa con la búsqueda de formas estáticas, los futuristas
cular y de horizontal no hay más que un pumo situado a la intentaban alcanzar su objetivo con lasj(mnas dinámicas. En compa-
altura de! ojo que observa, ya que todo, por arriba, por abajo ración con los impresionistas el problema, pues, era realizar «un
y por los lados, prosigue en torno a nosotros en líneas convergentes contrario qu'~ se fundase en sus mismas bases».
en e! infinito. Por tanto, se puede decir que en la sensación el Boccíoni vio esta relación entre impresión y forma ~on bastante
artista es e! centro de corrientes esféricas que lo envuelven por claridad como relación entre aparición y conocimiento: «Para ir
todos lados." hacia el estilo plástico de nuestra época es necesario vivir la sensación
En estas pocas defin iciones se contiene toda la concepción estéti- que nos llega de la renovación impresionista, y olvidar la fijeza
ca de Boccioni, que intentó traducir en una serie de razonamientos de la contemplación tradicional de lo verdadero, y concebir y
específicamente relacionados con la figuración, además de con determinar en una forma la relación plástica que existe entre e!
su obra creativa. conocimiento de! objeto y su aparición ... Por tanto, la impresión
El mismo Boccioni resume los puntos de su esfuerzo teórico vivirá en su duración a través de la forma lÍnica de su acontecer.
en seis enunciados: solidificación de! impresionismo, expansión En consecuencia, la impresión no es para nosotros la ejecución
de los cuerpos en el espacio, simultaneidad, compenetración de de! objeto detenido en,su reproducción aproximada y de la cual
los planos, dinamismo y tema. los impresionistas se sirvieron para acentuar el movimiento, sino
Tomadas genéricamente, sus ret1exiones sobre el impresionismo que es el objeto dado en su complejidad de swsación (aparición)
se asemejan a las de otros muchos artistas de su época: e! impresio- y de construcción (conocimienw). El conocimiento de la construcción
nismo capta sólo datos parciales, no la sustancia de las cosas. que se refiere a las masas que componen el objeto en dirección
Era la crítica de los expresionistas y de los cubistas. Pero la ret1exión centrípeta. La aparición de la construcción que se refiere a las
de Boccioni presenta algunas novedades. El no desprecia el dato partes que relacionan el objeto con la atmósfera y con los otros
ni lo accidwtal impresionista, como hacían los expresi'onistas y 1 objetos en dirección centrifuga.»
los cubistas; por e! contrario, está convencido de que lo accidental f l\sí. Boccioni introduce la idea de que en la pintura el objeto
I
<J

250 A'1ario De lvlicheli Las l'angllardias artisticas del siglo XX 251

no vive de su realidad auténtlCa, sino como resultante plástico ese modo, «nuestros cuerpos entran en los divanes en que nos
entre objeto y ambiente. De aquí la «expansión de los cuerpos sentamos, y los divanes entran en nosotros, del mismo modo
en el espacio», otro de los puntos clave de la poética de Boccioni: que el tranvía que pasa entra en las casas, las cuales, a su vez,
«Nosotros concebimos el objeto como núcleo (construcción centrí- se arrojan sobre el tranvía que pasa y se amalgaman con él».
peta) del que parten las formas (líneas-formas-fuerza) que lo definen Por tanto, no existen sólo las influencias del color del objeto
en el ambiente (construcción centrífuga) y que determinan su en el ambiente, y viceversa, sino también las influencias recíprocas
carácter esencial.» de los voltí¡nenes.
Boccioni, a diferencia de los cubÍSTas, no niega la atmósfera, Parece evidente que lo anterior postula otros dos conceptos re-
ni el movimiento ni el lirismo de los impresionistas. Entre otras lacionados: la simultaneidad y el dinamismo. Para Boccioni el con-
cosas hay que tener en Cuenta que este problema del objeto inmerso cepto de dinamismo es, entre todos, el más importante; es el eje en
en la atmósfera lo heredó él también del impresionismo lombardo, tomo al cual gira toda su poética futurista. Por esto, insiste conti-
en particular de; Medardo Rosso, por el que sentía profundísima nuamente en sus escritos en ese concepto, intentando reiteradamen-
estima. Sólo que él advertía la necesidad de no sacrificar la concre- te definirlo de forma cada vez más precisa. Un~ .ge sus definiciones
ción del objeto a su sensibilización en la atmósfera: «Los impresionis- es ésta: «El dinamismo es la solidificación de la·iin presión sin am-
tas, para crear esta atmósfera en una unidad-objeto de valor 100, putar el objeto ni aislarlo del único elemento que lo nutre: la vida,
sustrajeron 50 de solidez formal para añadirle otro tanto de atmósfe- es decir, el movimiento.» Completando esta afirmación, dice en
ra; en cambio, nosotros creamos una nueva unidad-objeto de valor otro lado: «El dinamismo es la acción sim ultánea del movimientu
150. Por tanto, tenemos: objeto (100) más atmósfera (SO), igual característico y. particular del objeto (movimiento absoluto) con las
a objeto-ambiente (1S0).» transformaciones que el objeto experimenta en sus desplazamientos
Haciendo participar a los objetos del ambiente en la construcción en relación con el ambiente móvil o inmóvil (movimiento relati-
del objeto que está inmerso en él, y viceversa, haciendo participar vo)..., es la concepción lírica de las formas interpretadas en el infi-

~
al objeto central en la definición del ambiente, se obtiene como nito manifestarse de su relatividad entre movimiento absoluto y
Y, sin embargo, no vacila en establecer con el mismo futurismo movimiento relativo, entre ambiente y objeto, hasta formar la apa-
resultado «la compenetración de los planos». Ya en los impresionistas rición de un todo: ambiente + objeto. Es la creación de una nueva
se puede hallar la vía para una compenetración de este tipo. En efec-
to, en ellos «aunque tímidamente, las cosas ya son el mícleo de un
forma que dé la relatividad entre peso y expansión. Entre movi-
miento de rotación y movimiento de revolución; en suma, es la
I
ambiente circundante, y este ambiente es una vibraCión atmosférica
que empieza a ser plasmable. Es verdad que con ello pierden una di-
mensión: la profundidad, pero conquistan y crean para siempre un
nuevo cuerpo: la atmósfera. Por primera vez un objeto vive y se
vida misma aferrada en la forma que la vida crea en su infinito sI/ce-
derse.»
Con esta concepción Boccioni tiende a rechazar la primitiva
y simplista traducción futurist:l del dinamismo como repetición
I
!
I
de movimientos, de piánas, de brazos y de figuras, sustltLlyén- ~
completa con el ambiente, influyéndose ambos recíprocamente. Por Ui
primera vez se ve en la mejilla, hasta ahora sonrosada, la accidentali- dola por la «búsqueda intuitiva de la Jónna IÍnica ql/e dé la cOIlti- ~
dad verde del prado en el que nos hallamos, y en nuestro traje se ve nl/idad en el espacio, es decir, de la forma úmca del it~tlnito SI/- ¡
el rojo del canapé en que nos sentamos». cederse».
Si a estos influjos cromáticos del ambiente en el objeto, y Las «líneas-fuerza» son la manifestación dinámica de esta forma,
del objeto en el ambiente, heredados del impresionismo, se añaden son la representación de los movimientos de la materia en la
las recíprocas influencias de las estructuras formales del objeto trayectoria que viene dictada por la línea de construcción del I
y del ambiente tendremos ·la compenetración de los planos. De objeto y de su acción. En e1lienzo, estas «líneas..-fuerza» so·n resueltas

I
il
í
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Y?
_J~ lHario Dc i\ficfzcfi Las vanguardias arti.,ticas del siglo XX 253 !

por las distintas direcciones de las tormas-color, es decir, de los volú- o sea, una vez más, en la VlSlOn tradicional de! arte. Por esta 1
menes de color que crean la forma-color en su infinita movilidad vía llegó a la idea de la pintLira pLira, interesándose casi exclusivamen-
Según Boccioni, todos los objetos tienden en cada dirección te por las relaciones entre planos y volúmenes y embarrancando,
al infinito, precisamente mediame estas líneas-fuerza, cuya continui- en consecuencia, en una repetición monótona de formas estáticas,
dad en el espacio mide la intuición de! artista. A esta tendencia sin llegar jamás a la viviente síntesis dinámica de lo universal.
al infinito del objeto la llama Boccioni trascendentalislllo jlsico. Así La simpatía que Boccioni siente por Picasso y por Léger no le
pues, captar el dinamismo del objeto como torma única en su impide formular sobre el cubismo este juicio de carácter general.
irradiación de líneas-fuerza quiere de.c.ir captar la forma-tipo que Pero más interesante aún es la causa de esta grave limitación
hace vivir al objeto en lo universal. del cubismo, causa que Boccioni descubre en la incapacidad de
Por tanto, la «simultaneidad» es un concepto que abarca todos los cubistas para concebir e! «tema» del cuadro o de la estatua.
los elementos de la poética de Boccioni. En efecto, la «solidificación Si es verdad -argumenta Boccioni- que es necesario destruir
del impresionismo» no es más que la simultaneidad de objeto, todos los vulgares hábitos literarios y filosóficos que infestan la
ambiente, atmósfera; la «com penetración de los planos» no es más pintura, es igualmente verdad que no hay que reducirse al puro
que la simultaneidad de la int1uencia de las diversas estructuras formalismo de los acordes de tono, línea y volumen. Por tanto,
objetivas tormales-cromáticas entre sí; las «líneas-fuerza» no son es necesario que en la obra haya un «tema", que permita al artista
más que la simultaneidad de fuerzas centrífugas y fuerzas centrípe- huir del doble peligro de.la anécdota y de la abstracción.
tas; el "dinamismo» no es más que la simultaneidad de movimiento La claveboccioniana de! «tema» está en la emoción. En efecto,
absoluto y movimiento relativo. Por estos motivos, Boccioni define de acuerdo con·su definición, {<emoción y tema son sinónimos».Pero,
la simultaneidad como «el objeto de aquella gran causa que es ¿qué es la emoción pictórica sino un «estado de· ánimo plástico»?
el dinamismo Liniversal», como "el exponente lírico ele la moderna En consecuencia, estado de ánimo plástico y tema coinciden.
concepción de la vida, basada en la rapidez y contemporaneidad Boccioni vuelve varias veces sobre la noción de estado de
de conocimiento y de comunicaciones». ánimo plástico como a un baluarte de su poética. Resumiendo
De esta exposición se desprende que los varios elementos de sus definiciones, se podría decir que e! estado de ánimo plástico
la poética boccioniano-futurista están estrechamente ligados, hasta es la valoración lírica de los elementos plásticos de la realidad,
el punto de resultar dificil distinguirlos aunque sólo sea lógicamente. interpretados en la emotividad misma de su dinámica en vez de
Tales elementos constituyen los medios expresivos de que el pintor a través de imágenes literarias o filosóficas. La realidad objetiva
futurista dispone para llegar al resultado final, es decir, a la imagen en movimiento es un conjunto de fuerzas, direcciones, choques,
figurativa, que Boccioni llama «tema». simpatías, afinidades, discrepancias, explosiones, espesores, lisuras,
Uno de los aspectos más interesantes de los escritos de Boccioni pesos y elasticidades que el estado de ánimo plástico capta y organiza
es e! de su crítica al cubismo. Para Boccioni el cubismo, tal como hasta la transfiguración completa de los objetos que son su causa
terminó configurándose en sus protagonistas franceses, es un arte y su fundamento.
de laboratorio, es «el análisis científico que estudia la vida en Así pues, reaparece aquí e! sentimiento de la «fatalidad dramáti-
el cadáver, que diseca los músculos, las arterias y las venas para ca" de la vida universal: "La pintura de los estados de ánimo
estudiar sus funciones y descubrir las leyes de la creación». Sin quiere que este arabesco de formas y de colores se determine
duda. el cubismo dio un paso adelante al tomar los elementos I en el artista en su caracteristica j;1talidad dralllática. Esta es la pura
del objeto en su {<integralidad constructiva» y en su intrínseco parte v!va, creadora de la intuición artística... En los movimientos
valor plástico, pero, a pesar de ello, no logró super·ar la enumeración
nI la adición, y cuando intentó la síntesis cayó e.,p la inmovilidad,
I de la materia hay elementos de pasionalidad que hacen converger
las líneas de un drama plástico hacia una determinada catástrofe.
r
254 Mario De lvficheli Las vangllardias artísticas del siglo XX 255

Por tanto, la composlClOn de un estado de ánimo plástico no según estos modos, así como El entierro del anarquista Calli o
se basa en las disposiciones de los gestos de figuras o en la expresión la Estación de lvliMIl} de Carra.
de ojos, de rostros y de actitudes, sino que consiste en la rítmica En el lvlanifiesto técnico esta derivación directa del divisionismo
distribución de las fuerzas de los objetos, dominadas y guiadas está claramente contlrmada, aunque se reivindique el derecho de
por la energía misma del estado de ánimo para componer la lo instintivo del procedimiento contra las tendencias a hacer de
emoción.» él un método de fría aplicación: «La pintura no puede subsistir
Por tanto, la conclusión de ello es una Vlsmn del arte en sin (iivisionismo ... En el pintor moderno el divisionismo debe ser ~
la que el estado de ánimo plástico ya ñb es la narración psicológica un complementarismo congénito) que en nuestra opinión es esencial
de un hecho particular, sino la síntesis de una emotividad o drama y fataL» En el l'vlanUiesto de los pintores futilristas tampoco falta
universal del que también nosotros formamos parte, como roda el homenaje a Segantini y a Previati. Por lo demás, las obras
la realidad que nos circunda, y del que forma parte tanto «el prefuturistas de Balla, Boccioni, Carra, Russolo son veristas-divisio-
dolor de un hombre» como «el de una lámpara eléctrica, que nistas o impresionistas-divisionistas. Balla, que en Roma ejerció
sufre, se agita y grita con las más desgarradoras expresiones de una gran intluencia en el joven Boccioni, en Sironi y en Severini,
color». Según Boccioni, «con esta novísima concepción de los era un representante típico del positivismo científiCO y del verismo
movimientos de la materia, expresados no como valores accidenta- social en arte, que según él sólo se podían traducir a la pintura
les de interpretación sentimental y narrativa de lo verdadero, sino con la técnica divisionista.
De esta intluencia hay huellas en algún fragmento del Diario
como equivalentes plásticos de la vida en sí, nosotros llegamos
a la definición dinámica de la impresión, que es la intuición de -,I de Boccioni: «Ahora el gran corazón y la gran mente de la humani-
dad van hacia una virilidad hecha de precisión, de exactitud y
la vida."
de positivismo", escribe en una página de septiembre de 1907.
El círculo teórico de Boccioni se cierra así, enlazando con
Balla ya había pintado y pintaba suburbios, barrios obreros, mendi-
el inicio de su especulación, con el impresionismo. Pero en su
gos, enfermos .y escenas de miseria, una temática que también
conclusión la verdad del impresionismo sale, finalmente, de sus
ejerció intluencia en Boccioni y Sironi. Pero con el advenimiento
límites provisionales 'y particulares para adquirir, aun sin perder
del futurismo, después de algún tiempo Balla recibió la intluencia
sus datos de inmediatez, un carácter cósmico.
de las ideas de su joven amigo Boccioni, pintando en 1912 su
Sin embargo, llegados a este punto, se plantea necesanamente
la cuestión de cómo, con qué lenguaje figurativO realizaron los
primera obra fururista, Perrito CO/l correa, un cuadro Úmoso por
I
futuristas su poética.
la tentativa de representar el movimiento mediante la multiplica-
ción de las patas del perro, de los pies de la dama y de las
oscilaciones de la correa: solución del dinamismo que a continua-
ción, como se ha visto, Boccioni rechazará. Como quiera que
,II
Síntesis de cubismo y divisionismo sea, este cuadro de Balla también estaba hecho con técnica divisio- i
~,
msta. ,
Sin embargo, hacia 1911 se produce una transformación del
t
Si se observan los cuadros pintados en torno a 1910, se verá
que el lenguaje empleado por los futuristas es fundamentalmente primitivo fururismo en sentido cubista. La vibración luminosa
el divisionista: un divisionismo dinámico, donde el movimiento divisionista en general permanece, pero las formas se orientan
viene dado por las refracciones luminosas que envuelven los cuerpos cada vez más en dirección al sintetismo cubistizante. Véanse los
multiplicando sus vibraciones y dilatándolos en el espacio. La cilldad Saltos de calesa} de Carra, de ese año. De 1912 a 1915 este hecho do-
'lile asciende} Escena alegórica y Dolor} de Boccioni, están concebidos mina la producción futurista. Es el cubismo analítico, que intluye.
256 Alario De l'l/Iiclzeli Las vanguardias artísticas del siglo XX 257

particularmente en los futuristas. Un cuadro como lvlujer + bote- remedio al riesgo de «perderse en la abstracción», debía ser precisa-
lla + casa, de Carra, o Tren en un paisaje, de Severini, o Síntesis de mente ese centro: «el resumen definitivo de todas las investigaciones
paisaje orc1I/al, de Soffici (193) da la justa medida de cómo el cu- plásticas y expresionistas». Por tanto, el fu turismo no debía ser
bismo había impresionado a los jóvenes fu turistas italianos. Eso sólo una síntesis de los valores formales. divisionistas y cubistas,
también le había ocurrido a Boccioni, pero el grado de autonomía sino también una síntesis de los valores expresionistas. Como Picas-
de sus telas es bastante mayor: Elasticidad, Descomposición de Jiguras so, tampoco Boccioni escapa a esta condición creativa. Para él,
en la mesa, i'vIateria (1912) y Dinamismo de un ciclista y Dinamismo de como para Picasso, la obra es el resultado expresivo de la emoción:
un werpo IUlr/lano (1913) demuestran,en efecto, que la línea de bús- «La emoción es la que da la medida, frena el análisis, legitima
queda fu turista de Boccioni mantuvo su originalidad y su fuerza. el arbitrio y crea e! dinamismo», y sacrifica a la emoción «todos
Acerca del problema de las relaciones del futurismo con el los trucos del oficio» 19. Esta emoción, junto con lo que él llamaba
cubismo, Boccioni se pronunció en varios párrafos de sus escritos. «la fiebre de la intuición» y su voluntad de sacar de dentro de
Para él la asimilación de la experiencia cubista fue necesaria para las cosas las infinitas energías de la naturaleza, son sin duda, aspectos
unir al contraste de los colores complementarios, tomado de los de su particular expresionismo. ¿Acaso no es precisamente este
neoimpresionistas o divisionistas, el contraste de las formas. Dicho Juturismo expresionista e! que Siqueiros hizo revivir en sus grandes
de otro modo, se había tratado de hacer una síntesis dinámica murales de México?
de las dos búsquedas: divisionismo del color y divisionismo de El elemento irracional, alógico e intuicionista de Boccioni se
la forma. El dinamismo futurista, explica Boccioni, «se propone revelaba en sus obras corno una especie de embriaguez dramática
unir los esfuerzos im presionistas y los esfuerzos cubistas en un ante el espectáculo de la vida universal que él buscaba, y descubría,
todo que pueda dar una forma IÍnica, integral y dinámica a la en cada porción de realidad. Esta embriaguez cósmica era auténtica,
idea de vibración (dinamismo impresionista) ya la idea de volumen aunque brotase al final de aquel aeta voluntarista que dejaba tras
(estática cubista)>>. de sí cualquier otro problema. Es realmente singular considerar
en Boccioni los frutos de este encuentro entre positivismo e irracio-
nalismo.
Significado de Boccioni Pero, aparte estas consideraciones, bajo el confuso hormiguear
de todas las contradicciones vivía en Boccioni una justa urgencia
Boccioni es, pues, el representante más típICO y mejor dotado que logró representar más en su pintura que en su escultura:
del movimiento y su personalidad más conspicua. De la maraña la urgencia de ser un artista de su propio tiempo, presente y
las contradicciones futuristas consiguió desenredar un sentido activo en la vida moderna. La importancia de Boccioni y de!
y una visión vital, ya que estaba conscientemente vinculada a primer futurismo reside, precisamente, en la renovación de la
los problemas de la cultura y del arte de nuestro tiempo. sensibilidad ante la realidad contemporánea, en la invención o
En la hecatombe de los valores del siglo XIX degenerados, a en el descubrimiento de una nueva temática que enriquecía el
cuya ruina colaboró como todos los artistas de la vanguardia, repertorio de las imágenes poéticas del mundo figurativo. «La
intuyó el peligro del fragmentarismo impresionista, por una parte, musicalidad de la línea y de los pliegues de un traje moderno
y del arabesco de la pintura, por otra. Por ello, su esfuerzo creativo tiene para nosotros una potencia emotiva y simbólica igual a
y teórico consistió en hallar un centro que sustituyese al derrumba- la que el desnudo tuvo para los antiguos», afirma e! ¡'vlal/ijiesto
miento de los viejos valores: una concepción. unitaria contra el téCllico. Este era un modo de ser dentro de una realidad actual,
fragmentarismo y un contenido nuevo que diera nueva sangre un modo que planteaba nuevos problemas de expresión y que
al puro plasticismo. En su pensamiento, el estado de ánimo plástico;' abría un nuevo sector de experiencias figurativas al margen de
258 Mario De ¡'ylicheli

Capítulo 9
la repetición de las contemplaciones agrestes o de las escenas de
género del siglo XIX. Y no importa si el peso negativo de todo
el lastre que el futurismo había embarcado hace ir a pique su
La regla del abstraccionisn1o
núcleo auténticamente renovador. Tal núcleo existió y bastaría
el futurismo ruso, al menos en poesía, para confirmarlo. A este
núcleo se debe que la obra fu turista de Boccioni permanezca,
y que aún hoy ofrezca más de una enseñanza. Lo que después
sobrevino en Italia -la pintura mefafisica y el «novecentísmo,)--
fue, desde el punto de vista de los problemas, un cierre, no una
apertura.
Este hecho, aun dentro del justo rechazo critico del futurismo
en todas sus manifestaciones de histerismo nacionalista y de fragoro-
Dos tendencias
sa superficialidad, hay que tenerlo muy en cuenta. Entre otras
cosas, sabemos que no sólo el futurismo degeneró ... La nueva
El abstraccionismo nace casi al mismo tiempo en vanas partes
vanguardia de después de la Primera Guerra Mundial no nacerá
de Europa en torno a 1910. El problema de las fechas es bastante
en Italia hasta aproximadamente 1930, entre los intelectuales y
arduo, pero no es un problema fundamental. ¿Quién fue el primer
los artistas de la oposición antifascista.
artista que hizo una escultura o un cuadro abstracto? Hay dibujos
abstractos de Picabia que se remontan a 1907, pero posiblemente
el alemán Hoelzel se le adelantó. Como quiera que sea, sólo entre
1910 y 1914 el abstraccionismo adquiere una fisonomía específica
y entra en la historia del arte contemporáneo como movimiento.
Más que la prúnacía de una nación o de un artista en la invención
del abstraccionismo importa destacar el hecho mismo y demostrar
que el nacimiento del abstraccionismo fue la consecuencia inevitable
de una serie de premisas históricas y estéticas que se determinaron
a comienzos de! nuevo siglo.
A19unos de los protagonistas de la aventura abstracta pensaron
hacia 1930 sustituir el término a6stracciollisrrIo por e! de collcretiSrrIO,
habiéndose dado cuenta de que hablar de arte abstracto era, por 1
lo menos, impropio: -en efecto, una imagen enunciada sobre la
tela o realizada en un material plástico, por abstracta que fuera,
de por sí ya es concreta; además, el abstraccionismo puro, al
no inspirarse de ningún modo en la realidad natural y, por tanto,
al no obtener de ella ningún elemento, es decir, al no ser el
I
resultado de una abstracción sino la propuesta de una Illlella realidad,
¡
se coloca lógicamente fuera de tal denominación. Sin embargo,
l esta sustitución del término abstraccionismo hecha con más de
260 AJario De i'vlicheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 261

veinte años de retraso, después de que manifiestos, escritos y títulos «Las ridículas I, Ir Y III Internacionales Socialistas sólo fueron
de obras lo hubieran utilizado con orgullo, no puede crear más exterioridad, hechas de palabras. La intención del espíritu es
que confusión. Los argumentos que Seuphor expuso en su libro interior e intraducible a palabras. Lejos de ser una redundancia
L' art abstrait 1 para rechazar esta sustitución son válidos sin lugar de vocablos, se compone de actos plásticos y de fuerza vital interior.
a dudas. Por otra parte, el uso de la palabra abstraccionismo Fuerza espiritual. Así se esquematiza e! nuevo plan del mundo.
es ya tan general que no hay ningún motivo para cambiarlo. N o hacemos llamamientos a los pueblos del tipo j Uníos! o j Uníos
Al decir abstraccionismo se entiende inmediatamente algo bien defini- a nosotros! ; no hacemos ningún llamamiento a los pueblos. Nosotros
do en su historia y en sus varios as-pectos, algo que la palabra sabemos que quienes se unan a nosotros ya pertenecen al nuevo
concreto ciertamente no da a entender con igual claridad. Por tanto, espíritu. Sólo junto a ellos será posible modelar el cuerpo espiritual
éste es e! término que, ajustándonos al uso, emplearemos en estas del nuevo mundo. ¡Actuad!»3.
págmas. Como se ve, al igual que en Kandinsky, tampoco en Mondrian
está ausente el profetismo ni el acento inspirado de quien cree
En el capítulo dedicado al expresionismo ya tuvimos ocasión en la regeneración del mundo por la virtud taumatúrgica del
de abordar e! tema de! abstraccionismo. Sin embargo, se trataba espíritu desvinculado de los límites precarios de lo contingente.
del primer abstraccionismo kandinskiano, un abstraccionismo he- Sin embargo, entre las dos posturas que representan las tendencias
cho de impulsos liricos, conectados con el principio de la inspiración fundamentales de! abstraccionismo hay una diferencia bastante pro-
romántica entendida como efusión de! espíritu. En cambio, el funda: en el primer Kandinski hay una repulsa de claro sabor
abstraccionismo de! que nos ocuparemos ahora es e! abstraccionismo expresionista a' cualquier apariencia positivista; en cambio, en Mon-
de! rigor intelectual, de la regla y de la geometría. Esto no quiere drían la inspiración en el cientifismo es constante. En 1867, con
decir que estas dos tendencias no tengan en común la misma ocasión de lai,Exposición Universal de París, Ravaisson había preco-
raíz idealista, o, por lo menos, mística, aunque el misticismo de nizado en su famoso Rapport sur la philosophie el próximo adveni-
Mondrian sea de naturaleza mental en vez de emotiva, como miento de un «positivismo espiritualista». Tal vez se pueda afirmar
en el primer Kandinsky. En efecto, si en e! primer Kandinsky que, en el arte, Mondrian es precisamente el representante más
encontramos una forma de ascetismo que se libera de las servidum- consecuente de esta concepción, es decir, quien llevó a su conclusión
bres de la realidad material mediante un éxtasis imprevisto que las ideas de un arte inspirado en la perfección de las leyes científicas
lo vincula a la sustancia espiritual de! universo, en Mondrian, y matemáticas en el sentido ya soñado por el ala cubista de Gleizes
en cambio, hallamos un ascetismo de origen rigo~ista o calvinista y Metzinger.
que tiende a superar e! fluctuar de las pasiones, las turbaciones
y las incertidumbres sentimentales mediante un duro proceso de
despersonalización de nosotros mismos y dé liberación de los estí- El abstraccionismo en Rusia
I
I
mulos individuales. En el mundo futuro de Mondrian el hombre
no será «nada en sí, no será más que parte del todo, y entonces, Pero, si es verdad que el representante más claro del abstraccionismo
I
~
1
una vez perdida la vanidad de su pequeña y mezquina individuali- geométrico es Mondrian, también es cierto que el mavor CeX!.I:.LO !¡
dad, será feliz en este Edén que habrá creado»2. d .c~L~tllltlG'l_~~.tElC:LhA.eJLb úsgQcd~y-º_e. 1a e lal:Jº-I-ª.c¿i5>n tcó r~~'lt I1
El Edén no es otra cosa que la ciudad ji¡tura, construida según ~lS L~o m o de l~b s_t~a<::~io nis_n1Q.s:2.gl º_~1..o vLn2ien to ~J~l~L.ill ici a1l'11(,;LH.c ,
los cánones del neoplasticismo. De esta concepción utópiCd hay tanto la Rusia de los años i,.'1m~~1.(a.t~m~I1_te_at1tt:I(Q.Lt;~_.,1Ja_ETimerL
~
una huella profunda en el IJI l\;fanUiesto que la revista De Stijl
publicó en 1921 con el título Hacia la formación de un nuevo ,~¡¡mdo:
G.Y¡~~~ill;;d;'l=-~_~~rn;--l;j~.'{ej1Rq~Ública_SoviéJ.ica de los ai}.QL
, C:¡~l.e .sjgu~n inmediatamente a la Rev:olución<it:9ctllbre: efecto, I
•~
t
262 ¡VIario De Micheli
Las vangllardias artísticas del siglo XX 263
I
en ese país, pr~TI1e:~o entre 1905 y 1914 y, más tarde, entre 1917
a los juegos intelectualoides y a las alquimias estéticas más aventura-
~~2,-t;L!_~~!:~.c:cj2.Qi~l!l-º-se difundió am pliamen~_orienrá~ndose.
das. J .. meste_c1ima..J2.IQtL.J'. crece_~.!L.breve tíemRo la semilla.
s~gún tIes corrientes.lune.iª[l1entales que tomaron los l}m:nb.L~LdL
rayonismo, suprematismo y constructivismo. d~.J;l_\T;lrlguar-ª!a,.tr:.eíl;>:;lfld() sus~a.rna~ C:().!.lJa...':'.~ge.t;lción decadente.
En aquellos años la vida artística de Moscú era bastante int_eusa.
H.<!?Ia 190~~Lª-!:..~yJa literat.l1.I~. rusos habían sid~..i~e:le:s_sin
L~tu~-ªJr;ll1ce~.a, .. C!e.s.ci.~.J.º~i~II!:'~~Jlª;m..lºLC:1)ºis!;J,~Qnraba
vacilaciones. al realismo del siglo xlx.~a..~r_a.~ci~~_9e:._e:s.e._siglo,
con fervorosos admiradores e im!tadoIT.?o..Los riquísimos «marchan-
especialmente por lo que respecta a la literatura, <';OI1tªºª-.CQ.fl.
tes» de arte Chukin y Morosov tenían en sus colecciones cientos
tales gigantes que nadie osaba pensar en tener gue eliminarlos
de telas de Cézanne, Picasso y Matisse. Nada de lo que se hacía
del horizonte. Era .~~~~..gr~E.~r:.adición_ª~I!!.2cráti<:.a desarrollad-ª-_
en París era ignorado. Sin e~Q~rgº.Llºs_a!"tistasr~~gs no s~JiIllÜ;¡.rgn
en e! se!.1g..(Letll]a.J.llc::.h-ª_.2.~s!i~:l:.da contra el absolutismo zarista~
a aC2g~r.J;l~IlUe\T.asexperieI1cias Qccie.ien.tªles L sino.que intmtaron
Se puede decir que hasta esa fecha los intelectuales rusos habían
acusado menos que en otras partes el contragolpe de la involución de~;l..r.:r:211;¡~la~.de..l1l.9d()..()riginal... y. .PE<;s:isa.I11~fl~~...sL~g.t:~if.Qº"-~º
creª-tiYQL..qlJe_ tení'L.c:orno_.base,.sQQre .JodQ,.};;! . lección_cubista,
burguesa que había tenido lugar en la Europa occidentaL En efec-
nació el abs~r;lc:c::io_íl!~ITlo. geo@<h:r:ifº,
to, la revolución democrático-burguesa todavía no se había hecho
El ray'onismo surgió en 1909. Sus creadores fueron ~ariónov
en Rusia, y, por tanto,~I!1Retu revolucionario p~rdgr.;iº.a_.cie
y la Goncharova. Cuatro años más tarde se publicó el Manifiesto 1.
varios modo~_C:~.e:?nªg.f~~.r:!.es lazos ent.r:~-.p.lleblo~t.e.!~rllales.
una parte del cual fue traducida al italiano años después, con
La ruptura que en el oeste europeo se había producido pocos
ocasión de una exposición ra yonista celebrada en Roma 5. En este
años antes en Rusia sólo se manifestó con igual dramatismo después
i\.1anijiesto e! rayonismo se define corno «una síntesis de cubismº-,-
de la J:evoluci9.l}.Ae 1901-,-h~s fuerzas populares paI~iC::Ü:J-ª-rQ.r1.en
futurismo y orfismo».
esta revolución con gran decisiónLe.iándole un claro carácter socialis-
En cuanto a los cuadros de Lariónov y de la Goncharova,
ta. Fue_~E....a.!!lplio movimien!.o..s()c:i~l.ql1~_.~~.:vilizó... a_~~Leros en general se advierte en ellos una cierta influencia de De!aunay,
y campes~nos, ~~cu5i.~~~~9..e:l régiTI1~rl.fe.!J.ª~L~n sus cimient2~:-ª al menos en el deseo de llegar, como él, a la transparencia cristalina
poder:...~.r:is.!~!....si9c.~n:!.2.a.:r:gg.LLe.S~Ji-º ..d_afªqllt:. y .sa10..Y:i¡:;torioSQ.
del color. Laluz...'...la._!!:1Il1iíl2Sid.ad,Ja_cLaEisi~d de. los _E3.y()~.que
...de.B..
creªJ1 . en..eLeSpª99.-DÜiº"ªL~mhlctuHs,S0I1 .. eL. Ílnicº_.pi.9Plema.
La represión fue despiadada v cundi.2.e.L~e.@()I.~rrg-.i=J.a.S--ª-Pí~tªci~.
9.l:1ese plantean estos dos artistas, y.que tratan.peres9Jver_C:9.J:l
filas.c:J.~ i.rl!t:;!~c:tualt:;s .que.se.ha.bja.n acerc;¡c:J.(). .ajas . fllega.U:J.C:Jl:J.LIlªr~s
un~ pi~~!1.raqlle recuerda la geoIT1e:~ría.c:e.l]tel1eante delo.sc.r5.stales
en su momento de ascensió~.ª--J2ruta.lici;:¡d.(kJª-í\':pres.i6JLderribó
de cuarzo. J::.I"l.c:a@bio, lo nue_vo de ~st;¡_pintl1r.?c...~J~_a.l1~e.flC:~
muchos sueños humanitarios y obligó a estos hijSJ~p:r:ódigos de
J:!.~_().bj e~os .y cie_to<:taj@;:¡gen. deLfI:l..~l}<:!Q.I.eal. El último. vin9Jlº
l~_~~.r:g~I~~í~.!:.~~~EdoI1~.~_}~..!l1cha,a refugiarse en sí mismos de! cubismo con.lª-.ºbjetí.\'.i.ci.ªº....2~_h.i!_[QJº. Sin embargo, esta
a buscar apoyo en doctrinas místicas. Al recordar este período,
pintura mantiene una cOJ1Creci~.9Pia...Y_fl()e.~_e.:.~:r:;¡f1<l-ªlvol1l.rnen
GorklTod~fi~-'~~';;:;-~~i';(períododel absoluto arbitrio del pensa-
ni, por taíltQ,..3..1;¡.p:r:Q..fuflgiQ;:¡d ni aLJJªI.º~uro. CorresPQDQeÜ
miento irresponsable, de la completa libertad de creación de los
literatos ... , la más vergonzosa y desvergonzada década de la historia
a...M a1év ic::11 hac_er d~__al.a r!~Jigllr:tti ':'..().~l pas ().~~fil1.it:iv o_l1;¡c:ia
la abstracción absoluta.
de los intelectuales rusos»4.
se acepta la fecha que él da, pero que algunos ponen en
E.!.l_~ste período, pa.:r:tiC:LIlax:r:r1eme, s(,;rompe la tradición culrural
duda 6, Maltyic!L ciiQ_e'i.t e.. p-ª-So tan preñado de consecuencias J:JilE.'1...
del realismo. Las últimas experiencias del decadentismo occidental
el arte contemporáneo en 1913 ... El mismo lo cuenta: «Cuando
. se desarrollan entonces en Rusia con increíble rapidez y dan vida
a las experiencias más dispares, al individualismo más exasperado,
I en 1913, a lo largo de mis esfuerzos desesperados para liberar
al arte de! lastre de la objecividad, me refugié en la forma del
264 AJario De lvIicheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 265

cuadrado y expuse una pintura que no representaba más que un Según Malévic~ arte del pasado sigue viviendo hOY>--.il9
cuadrado negro sobre un fondo blanco, los críticos y el público por lo que ha representado -escenas mitológicas, gestas heroicas,
se quejaron: imágenes sagradas-, sino por una virtud atemporal que supera.
-Se perdió todo lo que habíamos amado. Estamos en un la contingencia-y el ti.ru2ráctico de esas representaciones. ~efecto,
desierto. ¡Lo que tenemos ante nosotros no es más que un cuadrado pasados los tiemgQs en _qQe los temas hS;LQ~OS, mitQ1Qgic95_Y.
negro sobre fondo blanco 1 Y buscaban palabras «aplastantes" para sacros pocii~n~~_q. ..':l:!1_.~.e!1~ido, J~_Juexzª. de esas obras no ha
alejar el símbolo del desierto y para reencontrar en el «cuadrado disn:0!!111ci.C0. .'!11.!19.11t:)a ma yoría siga mirándo las sólo desde iliunf()
muerto» la imagen preferida de la «r~~lidad", "la objetividad rea]" cie_'0~ª-deJ-ª"p.lgii narración religiosª-º..profana, hasta el punto
y la «sensibilidad moraJ", La crítica y el público consideraron de que si se pudiese extraer de estas esculturas o de estos lienzos
que este cuadrado era incomprensible y peligroso ... Pero 'no había la virtud por la cual verdaderamente viven, muy pocos se darían
que esperar otra cosa. cuenta de ello. Esta misteríosa virtud gue distingue una obra maestra
"La ascensión a las alturas del arte no-objetivo es fatigosa y de una obra fallida, aunque ambas tengan el mismo tem~
llena de tormentos, y, sin embargo, nos hace felices. Los contornos mismas intenciones, es la pura sensibilidad plástica.
de la objetividad se hunden con cada paso, y, al fin, el mundo Según Malévich, éste es el problema ante el cual se halla el
de los conceptos objetivos -'todo lo que habíamos amado y artista moderno: ¿debe continuar pintando y esculpiendo escenas
de lo que habíamos vivido'- se vuelve invisible. Ya no hay o narraciones al servicio de la Iglesia y del Estado, o es mejor
'imágenes de la realidad'; ya no hay representaciones ideales; ¡no que elija la vía de la libertad, es decir, la vía de un arte finalmente
queda más que un desierto! desvinculado de los fines prácticos, pintando o esculpiendo sólo
"Pero ese desierto está lleno del espíritu de la sensibilidad no-ob- según la exigencia de la pura sensibilidad plástica?
jetiva que todo lo penetra. Esta segunda solución es la que Malévich elige. De aquí el
"Yo también me sentí presa de esa turbación que asumió las sentido de ~u suprematísmo,. en efecto, ~up~ematismo no significa
proporciones de la angustia, cuando tuve que abandonar 'el mundo otra~()~._9.ue-E..2.1::Premacía absoluta de esta sensibilidad pura
de la voluntad y de la representación' en el que había vivido en las artes figurativas.
y creado y en cuya realidad había creído. Está claro, pues, que, de acuerdo con estas consideraciones,
"Pero el éxtasis de la libertad no-objetiva me empujó al 'desierto' el mundo de la objetividad, con su cúmulo de signi6cados prácticos
donde no existe otra realidad que la sensibilidad ... cy, así, la sensibi- y extra-estéticos, es para el artista un serio elemento de distracción
lidad se convirtió en el único contenido de mi vida. y de desesperación psicológica, en la que Corre el riesgo de extraviar-
"Lo que yo expuse no era un 'cuadrado vacío', sino la perfec- se perdiendo de vista el verdadero fin del arte. Por ello, es necesario
ción de la inobjetividad. que, para hallarse más desembarazado, más dispuesto y más avisado,
"Reconocí que la 'cosa' y la 'representación' habían sido tomadas
por la imagen misma de la sensibilidad y comprendí la falsedad
del mundo de la voluntad y de la representación."
, abandone los lastres humillantes y monótonos del mundo real.
De este modo, las probabilidades de alcanzar las playas absolutas
I~

~
de la pura sensibilidad plástica aumentarán. He aquí por qué Malé-
El AIaniJiesto del mprematismo, en el que colaboró Maiakovski vich quiso hacer un «desierto" a su alrededor. Estaba convencido
para darle forma literaria, salió en Petrogrado en 1915. Pero 1vblé- de que en ese desierto podría sentir, finalmente, en toda su pureza fl
vich desarrolló su pensamiento en escritos posteriores. En 1920 la vox c/amantis del arte, que es imposible oír en la ensordecedora
vio la luz su ensa yo más importante, El suprematismo, o sea el vida del mundo objetivo. [1
mundo de la no representación!, en el que enuncia cumplidamente Malévich hereqó del cubismo los medios o modos figurativos '1
.~~
su poética y su teoría del arte. para realizar tal.. operación estética. Por lo demás, esto mismo !
i
~
1
¡
266 ¡viario De Micheli Las varzg¡tardias artísticas del siglo XX 267

sucedía con todos los artistas abstractos geométncos contemporá- pero, poco a poco, la fascinación de la técnica lo había persuadido
neos de Malévich, incluido el mismo Mondrian. Anteriormente a dirigir sus investigaciones en esta dirección, convencido de que
a su primera obra abstracta, es decir, el famoso Cuadrado negro sólo así era posible aferrar el espíritu delos nuevos tiempos.
sobrefondo blanco) fechado por él en 1913, Malévich pintó numerosas Así pues, se réconocen las premisas de Tatlín, sobre todo en
telas en las que es bien visible en un primer tiempo (1911) la la pintura cubista de objetos, liberada, sin embargo, de cualquier
influencia de Léger, y después (1912-1914) la influencia del cubismo referencia al dato representativo de lo real, y, al mismo tiempo,
analítico y sintético. Si la techa que él atribuye a su primera en la influencia de las ideas fum;:-istas, que habían revelado a los
obra abstracta es correcta, eso quiere decir que siguió pintando artistas la validez moderna de la estética de la maquina,
cuadros cubistas después de 1913, al menos durante un año. $11 l'ls.cQIIlp9S. ici Q.l1<':s <':5. tflls:tldr:<l!e:.S. ci <:~rI1ªt~.ri<ll<,:s..Y ªriQ.Lque...DJJin
abstraccionismo se deriva del cubismo por una extremada simpJif:l- ca m enzó a~~.lizar eIl:_1 9nL~~2~<:i~l!T1e~~eJ~.c:91g;}I1.t:¡:~.d~.ªla.!!l2r.es,
cación y una reducción del mismo a las figuras elementales de -'senían~~~p¡:~lo_c!.e.p'alQc;lllare~_ C:.ClQ.?tJ:".¡¿s;c;i9Bé:s..J.écnjcas-,-&ª..gr~tisud
la geometría: el..rectángulo, el triángulo, la línea y la circunferencia. de la invención no i!T1P~c:ijª-_qu.e_.é:.rLe:.l1a.s..s.'<:J<:.yelª~<:,,-ª.llnq1d<:..llls:.r:.a
Malévich subdivide el suprematismo en tres fases: el r-eríogo de mª-n~g.g~fmin;Ú,Ja~intllic:ión.d e UnLtlll.<:ya forrI1::u;k-º.<:.l1~f:~
negro, el E-eríod~ª~~ lar _y.~L.Et:!t()A8-º-lan_co.. E,2té:_últiI1:l().,que ~e ter!l!i.n..ªJ:"~..J:~ni~I}ªº Jas rnás-ªrI1pli;l5. C:Qnsecuen~ias.
comienza en 191ª.LeL~q~1 en é:LqlluiI1.t:~f()rm~s_~lan~a.ss()bre ~eEola~.~if~re.!l<::ias~.!l~r.e suprema tisIYl().yconstructivisrno se
fondos blancos. <:::on estas telas Malévich quería «expresar el poder manifestª-!:º.ll.<:'Q.ll.tlldY_eJ.r .~viºencia desPllés.Qe .Ia RevolllciéJll de
de la estática a través de una esencial economía de la superficie». Octubre.
LosE()!:>lemas formales terminan~ de tal modo, P9..LQ~llRar por Si el fraca~o de la_ revºluciéJIl.<i~ 1.2Q5.h;l1:Ü;U~I11.b.I¡l.dQeLrecelo
e.E~t:~().I~~nté:ligé:!1.C:ia-S:!e¿_1',talé~~tr,_~º.~J11.jnándQ1L~ada veLmás y la desconflan3:ª_~I1l~J~ in~l~ctu.ªl~s,Jos poetas y los artistas,
llevándolos ~.~sicio~~.~é:_.a~l~ft.lie:ns<:)!<:l.e_.!T1i?ticisrJ.1.2.yªeªeser­
ha~i;l.. lll1~Ilr:?_r:-e:s:i!:ni~!:!iQ estifutico,jlª1g;,..tJrecisamenre, la sokciad
del lienzo blanco: t~?~!lcia_d~Ll!".t~,.~~J:xªiªª.-º~Lellyoltorio_de º
ció1h.p.Q.J:"_eJ.c.:ontr;lriQ ..la ." ré:YQIlJci 11 . .'¿ift9ri9.SLcl~.j.2J7..iw::. pa ra
IYl¡¿<:llº~.!lB.J:"eclamopr()funª..s:_Y__llt:l..J)tmto segtlro .de referencia
las cosas r<:pr.es~l1~ª.'1~c~e ha volatilizado.
en medio del caos. Algo semejante había ocurrido en París en
En los~ños~nteriores a la guerra Malévich había entablado 1871 durante el peligro de la Comuna, cuando escritores decadentes,
amistad ~on ..Yla¡:Hmir TatlI!!L.9.!-lC~.I~Lds:r:~ª9.Qui~L~nstructiyi2.= poetas malditoS, refractarios y bohemios, junto con artistas como
mo. Er:!Jebrer.9-S:!e¿J~15!º.~.<i9l artistas...9rganizªrQI111na exposición Courbet y Manet, se habían unido a los insurrectos esperando
en Petra grado, en la que expusieron unas veinte obras cada uno. en un ti.1turo libre y nueva.
P~!"º-precisarn~nte_Aé:~Pll~Lc:i.~._estaex~i.fi.QIL~ll!"gi~r.Qn~Jltrelos También en Rusia0l:~i.tº(i9.s..JOs esc.:J:".Í.tores y los artis~.t:it::
dos fuertes divergencias de naturaleza teórica, hasta el punto de vangtlardia tomaron partid..Q...por la revolución; así.!.<:J..hi.c::.i:~Qn
que en una exposición, también en Petrogrado y en diciembre s1dP!"emytis.tas,_cºmtrllc:!iyi5.tª~Yftltll.lj~tas; así lo hizo Alexandr
del mismo año, Malévich y Tatlín colgaron sus obras y las de Blok, el gran poeta simbolista, el cual escribía: «La revolución
sus seguidores en dos secciones netameme separadas, como si se es el comienzo de la vida; la revolución despierta a la vida al
tratase de diferentes tendencias artísticas 8. Y, en realidad, de eso hombre entero si éste sabe colocarse a su cabeza; la revolución
se trataba. tensa todas sus fuerzas y le abre abismos de conocimiento que
En efecto, a difereI.1ci~-ª~.. la...c:!~.f\-.~;¡I~'.li.<:.h., la postura de Tatlín antes le estaban cerrados»; y así lo hicieron poetas e intelectuales
tendía, aún confusamente, a una integració~.J2E.~cticaen la sociedad. de todas las tendencias, desde Pasternak hasta Esenin y otros mu-
S!ls_C:()rJ.1i~!l.z2~hªlJLan.siciº.s.e:fIlejames.ª-lQ~.ci.(','.Mªky.¡~h_y-Lu:iDnov, chos, además, naturalmente, de los que, como Gorki, militaban
/
ª~ue haL'.~_.s~42.._cl:iscípul()':~é:~ªl1lli5.I!1_()Lfal1,Yis.mQ_y_~ubjgno; desde hacía años al lado del pueblo.
268 ¡'vIario De lVficheli
Las vanguardias artisticas del siglo XX 269

fuim po rtant~_ pOJ1<;r:: _el eI~li~yg3~ tch~ch_Q~PºIJjjdLeLpLQCeSO Se sentía profundamente la exigencia de UrL arte que se inserJ.~e
de elabo.r;lciéJn el e_ 1;lCultll [;1 .. Yel ~Lªg~_~2Yittjc()sSi~I!_~.~llS co mj~n­
en la nueva realidaQ_s.~iétic:.;¡1..9.~_e.~su.mies~_~l:ls.j.f!sta~ias y eX:E~.s.;:¡-::
~2-.t:I1Es~as.<oir.cll.J1os.~aI1cias agLt.<1 cLas y.cargaªascl~ p-ºt~r::Lc:iª.Lp-ero ta)TI- se sus necesidades. Es ésta una de las páginas más complejas de
bién_c2ntradicto~i.?~_Junto a escritores y artistas de formación
la historia de la cultura rusa contem poránea, una página a menudo
realista, en la línea de la tradición de! siglo XIX ruso, se hallaban
dramática, desgarrada por violentas contradicciones, pero, sin duda,
también artistas y escritores procedentes de todo tipo de orientacio-
una página rica en valor histórico y en enseñanzas.
nes formalistas y de vanguardia, hombres nutridos de inquietudes,
No todos los escritores' y los artistas que habían apoyado la
de exasperaciones y de angustias y, sir; embargo, también de una
revolución habían logrado transformarse a sí mismos en sentido
nueva confianza: hombres que en el fuego de la revolución veían
revolucionario. Por otra parte, tal transformación no podía depen-
la destrucción de un pasado odiado y la posibilidad de cambiar
der sólo de un acto de buena voluntad, y tampoco se podía
la existencia y de encontrar un punto de apoyo para su porvenir.
obtener con un decreto desde arriba. Se trataba de procesos indivi-
E~J.9s _priI11~r92.~~e:!!1Eg~A~-l.ª rev9J.!:!gó!1~L(:k~elJYºlyimiento duales con frecuencia lentos y sutiles. Por esta razón no eran
d~cultura siguió un cur~o espontáneo. ~.tl.~g<:)L.l2.~rtista~t.lºs pocos los artistas, poetas y escritores que encontraban grandes
poeta~]J.9..s escrit:~~rmi~EO_~.2ig~!2L~~r:!..dos~~f!cy"ªrLo~. g¡-.!:!]2.Qs dificultades, cuando no sentían la imposibilidad, de dar su adhesión
~e tendencia, en lucha o aliagos enye ..sí,. cl.é:~º.é;Jºs.. gr:upOLcon completa al proceso revolucionario. La contradicción entre su yo
..c:.~~.t.e~ísEicas_~~a!.c::<?icl.é?s.hªs~ª.;:¡<il1~UOSo tros encerr~d.QLe!:Lp.QStur:as individual y el significado social de la revolución llegó en algún
de extremismo sect.ªri() ... EJ11().~2rim~!:<?~.3ii()~, ..e:.Lg2.lJieIg(22.-ºviétjco caso a cargarse de tragedia.
no sól()_.E.~l1te~~i?<:)_. .c:.()I2~Eil.J-ª.5.-..!.e:.J1oclens:ias de_...:'{ª-l}guardia, sino
Tal fue el caso de grandes poetas como Esenin y Pasternak,
que las favoreció. Lunacharski, a la sazón comisario de Instrucción,
y de un escritor sensible como Olesha. Intentaron con todas sus
se interesó positivamente por el arte moderno, contribuyendo a
fuerzas eliminar esta contradicción: su tormento era sincero; eran
darlo a conocer y a propagarlo. Los nuevos artistas recibieron
hombres fieles y convencidos de la verdad y de la justicia de
~ncargos oficiales en las escuelas de arte, en las academias y en
la revolución, pero sus intentos no consiguieron pacificados ni
los mUSeos. Malévich fue nombrado profesor de la Academia
les proporciónaron una solución satisfactoria.
de Bellas Artes de Moscú en 1917, y al año siguiente fue llamado
por Marc Chagall, comisario de Bellas Artes de Vitebsk, a la
.~ J;:.[ltr.~l2.s.?nistas de vaJlguardia 9..lle~.2.l:.....l!1edida intentaro~
Academia de esta ciudad. En 1919 ocupó la cátedra de pintura ~
I ~a]ir_<:ie Jas. p()sici()[les.cl,el ir1ªivjcl~ali.s.m().para dar su adhesión
de la Escuela Nacional de Artes Aplicadas de Moscú, y en 1924
'1 a..J.?s__ n.u~\lil.S_(')l:ig~I1c:i;:¡~.-ª-~ltt,lE;¡_!evoluc:ionaria se hallaba
fue nombrado director del Instituto para e! Estudio de la Cultura
ei.grupo de Maiakovski, organizado .en el_ Le.L!j Frente de IZ.9\:lÍer-
Artística de Leningrado. PUestos análogos desempeñaron Tatlín,
das de las Artes, en torno al cual, además de los .futuristas, se
Kandinsky, Lissitski y otros muchos pintores y escultores. Las_
a.gE.tlP_aban~~~~La10enteJ-ºs construetivistas, hombres de cine como
obras de los artist.as de vanguardia estaban J2.!:é:sentes en todas las
Eisenstein, directores teatrales como Meyerhold o escritores como
e:~EosiciS?_~s oficiales en Rusia y en el extranjero. AsL.fu~_por
Bábel. Rec()rdandoJos.af¡º~Q(::l Ler, Eisenstein escribía: «El LeJ
lo menos hasta 1927, es decj¡:~ hasta la exposición de Varsovia,
luchaba por eliminar todo-.l2.~I2~º!....!~~Y..i9a,.~i¡-vié.rLcl.OS_e
donde constructivistas estuvieron pr:e~~n~~s.son
~n~m plia representac~l1'
de los"pcriódicos, de las con de los discursos. trabajo
era abrumador. Los recuerdos que tengo de Maiakovski Se confun-
S(r¡5mba¡-g(),.1<J_s..Er:()lJl.t:I11as de fondo planteados por la revolu-
ción. .llºtar::Qa.r().Il_~n__º.r-ºtaL-º.e~!.?_.<o'()!1ft1.SJQl1.E().s~I('y()Ius;io;ari; }. den con una interminable serie de conferencias en el Museo del
Politécnico, en la Sala del Conservatorio ... Hasta hoy permanece
h
prirJ.1erº~allºs_:....p[ºble)l1aLdificiles, intrincados y nuevos. imborrable Cl! mi mcmoria: una voz fuerte, un rostro viril, una
11'1
ti.
Las vanguardias artisticas del siglo XX 271
270 Mario De Micheli
prQ.P!!gnaban a estas alturas la abolición del arte en cuanto tal,
dicción y unos pensamientos precisos. Y la luz de la Revolución considerándolo como un estetismo burgués
----------~_._-------~--~-
su~ado,
.. _-_._~ -'-- e incitaban _.~~
....

de Octubre sobre todas las cosas»9. a los artistas ag~ch<::ars~_~__ .l:!..na._-ª<::t:iyidªci_cliI"e;C:S-ªI1l~ºte_fuiLª la


Para los artistas del Le! el compromiso revolucionario caracteri sociedad, tI;l~;,:mdode convencerlos de que se degÍcase:.l1sólQ ª-ª9.':lellas
zaba todo su trabajo. Habían comprendido Ql!e un arte nll~YO fQ1:.mªs._qll_é:._PJvjé:J4JLLdafi6.n_c()n_1L.Yida~_---ª_Jª._p1,lQlic;:iºªº,_.a._.la
n-º.-podía prescindir del hecho de qu_e un pueblo innumerable ~E..().s_i..ción ti pográfica, a la arquitectt1raLaJª.. procl~~<::iéJflifldl1s­
trial. Baj~ _e~~e.. ª.sp~~~,~~tl[n_l~~.~~pionerº--.9~.!:!.~J:1.()L
se había cQnvertic!9-~~prim~p...!otagQl1Ístade la historia, en
Estado, gobierno y nación socialista. !staban convencidos de glle
se llaU2ª.~-lis~le.ill~I¡~Yialll.
el arte debía dejar de ser puro experimento y ~g<?_gr~~~itg Los resultados obtenidos ¡¿Q.Ld constru<::.üvismQ.~!l.~~te terITn O
para convertirse en expresión de la verdad revolucionaria y en fueron altamente P2.Ür..L\'.os. De los Il}--ªnific;,~tQLa Jas.p()rtadas, a
vehículo de las ideas Ql!e la revolucióº-h<lRí-ª-ijJ~~ita-º9~p~ro Jos ~ginación de libros y revistas, de la invenciónQ(;__Q~~rminad9.2-
artistas del Le! comprendían también gue semejante empresa sólQ ..9Iact~Ies tip-ºgr--ªfis:o s ---ªlLg~ación..sis;.Qºj~w.l__de;JJsº-_y_.d~_d~.9_ra:-
era posible permaneciendo en el terreno del arte moderno, vulgar- ción, IO~<::'Q.!l-gl.t!s:.Q"'.~!ª~supieron desarrollar. en su actividad el
mente polémico, pero moviéndose desde dentro de su dialéctica sentig~ e.~IIl.ª._P:l:º.d~I!liQ--ªª-yivaL.~giLY .Ereci2~_ºesde este punto
y desarrollando los auténticos valores expresivos nuevos, los proce- de vista, el constructivismo fue, verdaderamente, un hecho nuevo.
dimientos originales y los descubrimientos e invenciones más segu- Maiakovski tuVO clara conciencia de ello. En 1923, de regreso
ros de la vanguardia. En suma, estaban persuadidos de que no de París, después de una serie de agudas observaciones sobre la
era posible echar el vino joven, enérgico y cosquilleante de la pintura francesa, afirmaba en un artículo: "Por vez primera, una
revolución en los viejos odres de la tradición del siglo XIX. palabra nueva en el arte, el constructivismo, no procede de Francia
Ciertamente, una op_era<:ii>~j~_~~t~.E~Eo~!:;¡_~ificiLparalos sino de Rúsia. Incluso asombra que este término se halle en el
su prema tistas. Sy--PQl~I:!.ljca cOQ!!:ª-~-ª.I"~ªL~_~I"."'.ic:.Lo_ª ~_.(;jJ-ªlq pi er léxico francés. No ya el constructivismo de los artistas que transfor-
O!Kªpizªció~~~~al c~l.!itui!~_~~.Q:;E_~c~l()insuperab1.~: .-MaJéyü::h. man el excelente y necesario alambre y la lata en estructuras
n~ veía !1mgún ~nto de contacto entre tLP.llIa sen.liQilid---ªc;Lpl~stica útiles, sino el constructivismo que entiende la elaboración formal
y los pro blemasde la vida ~ráctica: para él las dos cosas se desen va l- del artista sólo como ingeniería, como un trabajo indispensable
vían'en esferas completamente diversas: «El suprematismo -escri- para dar forma a toda nuestra vida práctica. En esto los artistas
bía-, tanto en pintura como en arquitectura, es libre de toda franceses deben venir a nuestra escuela. En esto no valen las conjetu-
tendencia social o material. Toda idea social, por grande y significa- ras estrambóticas. Para construir una cultura nueva se necesita
tiva que pueda ser, nace de la sensación del hambre; toda obra un terreno virgen. Se necesita la escoba de octubre. Pero, ¿cuál
d~ arte, por mediocre y carente de significado que sea en apariencia, es el terreno del arte francés? El parqttet de los salones parisien-
nace de la sensibilidad plástica. Sería hora de reconocer, por fin,
ses>,12.
que los problemas del arte, los del estómago y los del buen sentido Miencras que en llteratura el futurisfr.l-º-.I.!:1.~º_J~::l.lJía dago. s.us
están muy alejados unos de otros"10. Dicho de otro modo-----Malé.Y.ich fruto?, en arte había terminado J20r quedarse prác~mente sin
se neg~ª~ª-dmiti~~los coºte.!l-jQº~.ª~J;Lvid_ª-Imªieran f()nyertir- adeptos. El constructivismo lo había sustituido. Tatlín había dado
se en contenidos- del arte. En su obsesiva defensa de la pureza a su movim i~nto .¡¿n carácter bien distinto al del ftlt~ús~~~0_Tt';íi;;10,
plástica ya no lograba ver el problema del arte como problema atll1que hubiera ~1CO[I~O a~gunas de sus sugerencias. Pero no todos
. de expresión: de tal modo el arte corría el riesgo de transformarse los cons tructi Yh~ªs_,c:s_talJa.!1~ati?!:tcJlOScon ~LPlan~~aI!Ü~fl.t:º--t.ª!lir1Ía­
para él en ausencia de todo contenido. no. En efecto, el rechazo de las «estructuras inútiles», como las
Los constructivistas de Tatlín, como ya hemos apuntado, insur- ~~rv1ai;kovski-=-~Yl;~~~.~~.~i~ª-2.~~'~~í a.Iii=~=º@~º~puraacti vi-
gieron con viveza, sobre todo hacia 1920. T;l!g~~s segjJi.g ores
272 ¡\;lario De AJicheli Las vangrwrdias artisticas del siglo XX 273

dad _~~.ética, además de la explícita profesión de fe marxista de un fundamento,l.lI.1Lraí;;:_cL~J:l__CL':l~§e __ nutrL~;..J-ª vid;l-,-pero una
Tatlín y de sus más fieles amigos desRués de la revolucióll.-llD_ ..!!ida concebida como Iyra energía irracional: «La vida no conoce
fueron bien recibidos Ror el gIQRo de constructivistas del mLe ni el bien ni el mal ni la justicia como 'medida moral... La vida
formaban parte los hermanos Caº-º--JeVS!KL Las discusiones no conoce verdades racionales abstractas como metro de conoci-
fueron subiendo de temperatura. El centro de este debate era miento: el hecho es la mayor y más segura de las verdades...
el Instituto de Artes y Oficios de Moscú, donde muchos constructi- Perecen los Estados y los sistemas políticos y económicos, las
vistas enseñaban. En estos debates también intervenían literatos, ideas se derrumban bajo la fuerza de los siglos, pero la vida es
críticos y filósofos, y las cuestiones ideológicas sobre las relaciones fuerte y crece y el tiempo prosigue en su continuidad reaj,,13.
entre arte y vida, entre arte y política y sobre e! futuro del Como se ve, Cabo rechazaba el pasado porque ya no existe,
arte se abordaban con desenvuelta libertad. y rechazaba el futuro porque todavía no existe: e! pasado ya
A lo largo de estas discusiones, la diversidad de las distintas no es vida; el futuro aún no es vida: "Para nosotros, los gritos
posturas se hacía cada vez más evidente. Cabo y Pevsner eran sobre el futuro equivalen a las lágrimas sobre e! pasado. El repetido
neutrales en política y no sentían los problemas sociales con la sueño con los ojos abiertos de los románticos. El delirio SImiesco
urgencia de los artistas de! LeC S~g\líanc~~)·~rl<:!.?_en e! aIEeL;:¡l del viejo sueño paradisíaco con atuendos contemporáneos. Quien
~~rl~ificaban precisamente con a9...uellas ,'estructuras inú.tiles» hoy se ocupe del mañana se ocupa en no hacer nada. Y quien
.~1 rechazadas por el grupo de 1~slíD.,__En uno y otro lado el mañana no noS dé nada de lo que haya hecho hoy no es de
extremismo era evidente: en efecto, no se trataba ni de eliminar ninguna utilidad para el futuro ... Dejemos el pasado a nuestras
e! arte ni de reducirlo a la gratuidad de las construcciones tecnicistas espaldas como una carroña. Dejemos el futuro a los profetas.
abstractas. Se trataba, más bien, de crear un arte nuevo, como Nosotros nos quedamos con el hoy»14.
ya Maiakovski en poesía o Eisenstein en cine demostraban que Esta postura agnóstica respecto a los valores de la revolución
sabían hacer. El extremismo en e! planteamiento de los problemas Y-Sk-su por~enir se oponía claramente a la~if,
estéticos falseaba las perspectivas mismas de! arte e impedía una el cual apl1D.!.;lba resuellamem.~-ª_1ª-J.2.oesía d~ anticipaciÓn,~.1hos
visión exacta de la dirección en que hubiera sido posible trabajar. del advenimiento de la sociedad socialista. Además, la postura
Ni siquiera lo positivo de algunas propuestas de Tatlín, justamente ideológica de Cabo estaba en las antípodas de la concepción marxis-
puesto de relieve por Maiakovski, bastaba para resolver e! pro- ta de la historia: la vida en sí, en estado puro, no historicizada,
blema. no existe. i.~i~r el ~I!~~~!.a_rl()_ci.~.ª~Ja..~~a...sigl1ifi0l. fUJ.1.d_arla
El documento que sancionó la escisión de! grupo constructivista sobre un fantasma. Semeíant..~P..Qética no podía, 'pueJ>-ª.c:..ap.ar más
fue_el i\;IC}.'!jjlesto 'd~T;~~I¡;;'~;, reda.ft~cL~_por Cabo en 1920. La que en el fa rm alis rIlO .
palabra realismo retornaba frecuentemente en las discusiones de !2l¡'vlar~i.Ee.!.t.E. de Cabo respondió el grupo de Tatlíl2...c.?E_!!na
la Rusia de entonces. !-:os constructivistas rechazaban para sí la ~rie de enunciados pro grart1.~ticos. ~I.1_los _.9..11~J~.J:.e~siº!:1.._contra
3~Il0 1.12 i na5iºIl..(:1~.2.~.s.t ract0.5.:..Es taban ca n venciª oS__ª~~<:lrl~ tr u~r_u.na .eIJ].1j.s.t:!..cis.rJ.1o_ L~Leg.eJ:i~i.s..rJ.1 QsdLe.y'ap--ª..Das t;¡ s_u~t!lti.rrLa.s._<:ºns eClI~n­
E.uev~ re~i.ª~c1.,__X,-E<:)2:..!.aE.!(),...<:Lll~()_ci~.la. pala~ra re,!{i~~rr¡o era cias Y2.e resu.!Dí~~~l.;¡ __ consigna: «A baj~~rte:_'{i~-ª.lu6:;nica.
natural en ellos.
._-----
---.-.__ ...•
!:.:~Ieligión es mt:11si.!"a.:.Él ~.I.t:..c:_(':.s.J].1t:I1tit:a· .. Yi~~::Lt~~_[J5co._~~l'J.Struc­
tivi~ta'0bajo el arte que enmascara sólo la impotencia de la humani-
~-_.-

.l.:.a.Lª-~~fLl!:!da!:!1ental. del ¡\!!mitle:.'!o_c!~_ºa~()..se__~_I2~rrab_~ en


la afirmaci~n de 3..t:~~r:!.e_p()~~~1l_rl_va.lorabs_~~r:opio,jnde­ dad. ¡El arte colectivo del presente es la vida constructiva !»15
pendi~!lt.e_dt':.1a2()c:.i~c!.a.d,.~~~~st;:¡
...c.apitalísta, s()ci;J.lil~.LQ_..<=-ºlll.LInista._ La inf1uencia de las posturas de Tatlín en los artistas que creían
Por tanto,¡:sta afirmación acercaba de nuevo a Cabo yl'v1alévLch. en la revolución es comprensible. En efecto, Rusia, aun en medio
Sin__eIl1.~arg(), par.aG~bo, a. diferencia de._MaJé"'-ic!"~,.e}~.r:.~e_.t.enía de las terribles dificultades de la guerra contra los ejércitos,. blancos
274 l'vlario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 275

y en la grave situaClon heredada del zarismo, caminaba hacia aunque pretendiera ser un filósofo del socialismo: Dicho de otro
la industrialización y hacia la mecanización del campo. El socialis_mo _ modo, no concebía la historia dialécticamente, no captaba la unidad
era inconcebible separado de la t~cnica. Por tanto, la mág1!ipa en la contradicción y dividía la realidad en compartimentos estan-
asumía en la ilimitada extensión de Rusia el carácter de una nueva cos. ¡Cuánto más vivo, profundo, auténtico y revolucionario era
Lf!,ls~i~~~e_._TI1i!?logí~,-~~ __~~~~erza .que decidía el porvenir el pensamiento de Lenin! «La cultura proletaria -escribía en 1920--
de la nación y de los hombres g~~_en e1!~~ivían, incluidos los nO nace de golpe en no se sabe qué parte del mundo. No es
que se hallaban diseminados en las estepas más remotas. La famosa llna invención de hombres que se califican como especialistas en
escena de la película de Eisenstein enla que un grupo de mujiks tal materia. La cultura proletaria debe aparecer como el desarrollo
contempla extático el funcionamiento de una desnatadora puede natural de la suma de conocimientos elaborados por la humanidad».
dar una idea de lo que quería decir la máqllina en aquellos años
de la recién nacida República de los soviets_ Sin embargo, a pesar de la difusión del bogdanovismo, el
Pero si la mitificación de la máguin-ª.J22siÜ! tener J:!!1a justitlc;a- debate entre las varias tendencias en el campo de las artes era
ción en Rusia en bastante mayo~.mt:cii~__ (ll~_e__e.n_o_~~~p'~~, en rico en entusiasmo y a través de él, lentamente, se iban aclarando
cambio ~~pj':l_ning1!.~-.J~tiiis:~c;ió~_co!!f!!1~:r_eL;lÚ~Lc:omo ~n los puntos esenciales de los problemas.
última instancia hacían los constructivistas, en el único ámbito
---------_._-_._---~._--_._._--_._-----~...... _
.. ,
Esta situación de fervor crea ti vo y de debate cultural permaneció
del artesanado, en los límites estrechos y para-artísticos de las abierta durante algunos años. La prudencia y la sensibilidad de
artes gráficas, de la publicidad y, en suma, de las artes aplicadas, Lenin en todo lo que afectaba a los problemas de la cultura mantuvo
concediéndose como máxima actividad la vía de la arquitectura. un clima de libertad y de discusión entre todas las tendencias.
Las acusaciones de nihilismo artístico que Cabo lanzaba contra Todavía en 1925, a u.n año de su muerte, el espíritu de Lenin
Tatlín no carecían de fundamento. estaba presente en las deliberaciones oficiales sobre la actividad
Pero tanto las ideas de Tatlín y Cabo como las del mismo cultural, como se puede constatar en un importante documento iI
Malévich, si bien opuestas entre sí en la determinación particular de ese año: Sobre la política de partido en el campo de la literatllra.
de las tendencias, tenían una fuente común en las teorías de Bogdá- Entre otras cosas', el documento dice: «El Partido debe pronunciarse
nov, teorías que habían hallado un amplio consenso en la Asociación por una libre emulación entre los diferentes grupos y tendencias ...
para la Cultura Popular creada entre la revolución burguesa de No se puede admitir que un decreto del Partido conceda un 1!l
febrero y la revolución de octubre: el Proletkult. Según estas monopolio legal en la literatura y en el campo editorial a un
teorías había que condenar en bloque la cultura burguesa, sustitu- grupo o a una organización literaria cualquiera. Al sostener material 11
yéndola por la cultura proletaria. Bogdánov afirmaba también y moralmente la literatura proletaria y campesina, al ayudar a
que se avanzaba hacia el socialismo por tres vías paralelas: la los compañeros de camino, etc., el Partido no debe dar el monopo- !\
:1
vía económica, la vía política y la vía cultural. Para Bogdánov lío a ningún grupo, aunque fuera el más proletario ideológicamen- i-I
!i
estas tres vías eran independientes una de otra. Además, enseñaba te; eso significaría, antes que nada, la destrucción de la misma
que en un régimen socialista la individualidad se disuelve en la cultura proletaria» 16. Más tarde, las cosas cambiaron: llna política
conciencia colectiva y que, en consecuencia, en la sociedad socialista cultural intransigente, con expeditivas puntas de dureza, acabó
el arte, al ser fruto de la conciencia individual, está destinado I por no tener en cuenta esa realidad histórica tan compleja en
a desaparecer. cuyo ámbito la cultura soviética había nacido y se iba desarrollando.
La teoría del impersonalismo en el arte hará fortuna incluso Cada vez con mayor frecuencia ocurrió que mediocres literatos,
en Occidente: basta con recordar a Mondrian. En resumen, el
empiro-criticista Bogdánov no salía de una cc,mcepción "metatlsica,
1 funcionarios y burócratas del arte empezaran a coger el rábano

I por las hojas, acusando de decadentismo contrarrevolucionario a


276 ¡\fario De Micheli Las llanguardias artísticas del siglo XX 277

todo intento de renovación y juzgando toda auténtica búsqueda del socialismo se quedaron en condiciones que, llegados a un
de invención formal como extravagancias de gusto pequeño-bur- cierto punto, parecieron insostenibles. Este estado de cosas llevó
gués. Los artistas y los espíritus más devotos a la revolución reaccio- a muchos artistas y escritores a gestos de desesperación y hasta
naban contra este estado de cosas. La polémica contra los nuevos al suicidio.
burócratas y oportunistas del arte la empezó tiempo atrás Maiakovs- La situación era confusa, pero la aceptación de la línea estalinista
kí. En una discusión organizada por el Consejo de los Sindicatos en la política cultural no contribuyó, ciertamente, a aclararla.
en diciembre de 1918 había afirmaoo: «Aceptamos la invitación Muy pronto, en particular después de 1932, la crítica de arte
del ponente a crear un arte proletario. Pero, ¿se pueden comprome- y la crítica literaria fueron sustituidas frecuentemente por medidas
ter en esta obra todos los artistas en bloque como se hace hoy? policiales, y muchos artistas pagaron con su vida o con prisión
Vosotros decís: ¡Bienvenidos! Nosotros decimos: -Presentadnos la fidelidad a su vocación. Hicieron carrera los mediocres, los
vuestras credel1ciales. ¿Quién os manda, el corazón que late con que no se planteaban otro problema que el de contentar a las
la revolución proletaria o la avidez de servir al nuevo patrono? autoridades constituidas, o bien aquellos auténticos artistas que re-
Hoy, todos los que todavía ayer discutían el problema de echarnos nunciaban a sí mismos, dedicándose al «pompierismo» de los gran-
una mano se han apropiado con gran prisa de nuevas ideas; pero des lienzos conmemorativos sin ninguna convicción, encaminándo-
no nos engañarán con esto. De lo nuevo hay que hablar con se, por tanto, a la muerte artística.
palabras nuevas. Es necesaria una nueva forma artística. Levantar Pero en la época de que estamos tratando todavía no se había
un monumento a un metalúrgico todavía es poco; debe distinguirse llegado a estos extremos y el debate todavía se mantenía vivo.
del monumento al grabador levantado por el zar» 17. Los constructivistas seguían levantando sus fantasías estructurales
Esta última frase se refería a la campaña para la «propaganda en el espacio. con 1~ meticulosidad de los ingenieros, en vez de
monumental» promovida por el Partido en ese mismo año. En dedicarse a modelar o a esculpir, y los suprematistas se dedicaban
las ciudades y pueblos surgían grandes monumentos de escayola a pintar su sueño de pureza. Aunque a primera vista estos esfuerzos
y otros materiales provisionales que representaban a los héroes parecían no tener ninguna razón, en realidad, de aquellos descarna-
del movimiento obrero y a los grandes pensadores marxistas. Era dos postes o de la soledad de aquellos lienzos más de un fruto
una gran empresa de masas que planteaba el problema de la difusión estaba destinado a madurar. Por ejemplo, estas investigaciones
de las ideas socialistas a través del arte, pero tal empresa, junto ejercieron una influencia en algún aspecto decisiva en la arquitectura
a la intención positiva de establecer un amplio contacto del arte moderna. ~1l:JE()yecto_ª~l'atg~araun Monumel1to a la JII Il1terr~aeJ.0­
con un pueblo que, en muchos lugares de Rusia, incluso ignoraba ¡!El, realiz_ad~n 19~2, es, sin~Aud~~~ de las---pri~eras .t:e:I1~a~i.':'.'ls
su existencia, presentaba ya esos aspectos iniciales de tosco instru- de aplicación concreta a la construcción de los materiales metálicos
mentalismo cultural que en breve tiem po llevarían al arte soviético .m()derl1os,.ªili..saleacjones y de los aceros inoxidables. Los estudios
a la esterilidad. arquitectónicos de Malévich illteresaron vivamente a Th.(¿)...-Y.an.
Después de la muerte de Lenin la línea cultural oficial en Doesburg v a Mondrian, que, entre 1924 y 1925, hicieron construir
el campo de las artes cristalizó en esta reanudación unilateral del una casa según los diseños elaborados por Malévich en 1923.
realismo del siglo XIX. Día a día, el libre debate se deslizaba cada Las investigacion.es plásticas y arquitectónicas estaban'-..12ues,
vez más al terreno político; la crítica estética o ideológica :lcababa ~st~~<:ha~entc. J{g;J~l~_·Úlflté;· . . p~;i; .•·lQsfºiiitr.~~I:F,íit:a~~~~miLpar a
por transformarse en un juicio de fidelidad. o de traición a la los suprematistas. J,:jemplo de ello es Lissitski, que fue muy activo
revolución. El aire se enrareció y se cargó de sospechas. Muchos en los dos campQ~~lanteando toda su producción (entre otras'
artistas, como Gabo, Pevsner y Chagall, iniciaron la fuga hacia realizaciones, la S;lla de exposiciones del Landesmuseum de HaI1l10-
el Ocódente. Pero los más convencidos de la iusteza revolucionaria ver (1925) y sus 'fulminantes manifiestos políticos) de acuerdo
Las vanJ;/lardias artisticas del s(r,lo XX 279
278 Mario De l'vlicheli

_3c;ej2t3ción de las más ranclas formas ilustrativas del pasado. Era


con los nuevos cánones; pero ac~~~ntre los mejores lc:g~os de
la vía más fácil de resolver el problema de las ditJ:ciles relaciones
este período, debidos sobre todo a los constructivistas, haya que
entre arte y pueblo, una vía demagógica. Algunos artistas, como
señalar el éxito del método de enseñanza técnico-estética impartido
Alexandr Deineka o David Sterenberg, aún intentaban defenderse,
a los jóvenes del Instituto de Arte de Moscú; este rg~fQ90Jlle
buscando una solución realista de la figuración en la dirección
luego adop_t~ª~por..Ja-,--)3~u~~l1s--J---f!1ás __ tar_dC~"-Ú!1_pQL_muchas
más firme del expresionismo alemán, utilizando sagazmente tam-
escuelas públicas norteamericanas. _
bién las enseñanzas estilísticas derivadas del cubismo y del construc-
Además de los artistas ya citados llay que recordar como muy
civismo. El cuadro que Deineka expuso en la Bienal de Venecia
activos en las dos tendencias a Iván Puni, Nadiezda Udalzova,
de 1928, La d~rensa de Petrogrado, representa uno de los últimos
mujer de Malévich, Liubov Popova, Nathan Altmann, Alexandr
intentos de los artistas rusos por escapar a la general condena
Viesnin, Alexandra Exter, OIga Rosanova, Barbara Stepanova
del neoverismo. Ciertamente, el problema de resolver las investiga-
y Alexandr Ródchenko, ya fundador de la tendencia neo-objetivista,
ciones de élite de la vanguardia en una dimensión distinta que
el cual se unió 'más tarde a los constructivistas de Tatlín. Muchos
tuviese en cuenta todos los valores culturales nuevos creados por
de estos artistas, junto con Malévich, estuvieron presentes en 1924
la Revolución de Octubre, era un problema que habia que abordar.
en la Bienal de Venecia.
Pero lo que se hizo en la URSS en aquellos años fue simplemente
Sin embargo, ya antes de esta fecha los contactos directos
la eliminación brutal del problema, no su solución. Y, en cambio,
entre los artistas rusos de vanguardia y los artistas occidentales
la solución era. posible. Basta pensar que ya en 1924 la revista
habían sido bastante frecuentes. En Alemania, Kandinsky había
del Lef publicaba los primeros cuencos de Caballería roja de Bábel,
sido el enlace más habitual. Lissitski colaboró en 1922 en Berlín
y que en 1925 Eisenstein rodaba El acorazado Potemkin, mientras
en las investigaciones arquitectónicas constructivas de Van Does-
el mismo año Maiakovski publicaba uno de los poemas más origina-
burg y Mies van der Rohe y más tarde, en colaboración con
les de la literatura moderna: Vladímir Ilich Lenin.
Arp, publicó un libro titulado Los «ismos» del arte 18. En cambio,
Esta era la vía de la solución, una vía que discurría en el
Malévich tendrá un contacto directo con la Bauhaus de Dessau
interior mismo de la vanguardia hacia la expresión más amplia
durante su viaje a Alemania en 1926; allí llegó a un acuerdo
y cumplida de los valores revolucionarios, sin renunciar a nada,
para publicar en alemán dos de sus ensayos. En cuanto a los
antes al contrario rescatando del experimentalismo y de la gratuidad
hermanos Pevsner y Gabo, al igual que Kandinsky, sus contactos
muchos de los mismos elementos vanguardistas de la invención
directos con la Europa occidental se remontan a los años anteriores
formal. Marchando en esta dirección, incluso en las artes figuracivas,
a la Primera Guerra Mundial. En 1912 Gabo también estuvo
en Italia, donde quedó impresionado por los manifiestos futuristas.
como ya se estaba empezando a hacer, las posibilidades de una 1
solución -no de repliegue ni de conveniencia ni de banal compro-
En 1913 'los dos hermanos se hallan en París, donde conocen
miso- habrían surgido de modo históricamente vital.
a Archipenko y la escultura de Boccioni, que en aquel año expuso
en París. Una vez abandonada Rusia entre 1922 y 1923, Gabo
y Pevsner estrechan sus relaciones con la Bauhaus.

I
«De StijI»
El triunfo del neoverismo so:'-':.i~ti~Q_comQ...l~nº~llCiªoficial
tl:¡V_O lugar,s()1:JE~tQªº,ap_~!'!ir de la expºsiciónde 1926dedicada \
Mientras en la Rusia de los años 1910-1914 cenían lugar las investi-
al tema «Vida L.costurgpres de los pueblos de l~_ URSS». CaD
esta exposición se abrían de P5lr en_p~_las_~pue!'iªs __ª_.J:t~~r~e
P5lternalis~~I!J=Lque -ª.1.B.eto.!".e:c:h~~º-_~tef.()da iI1"'-~~.tigación__mod~[=_
na_~<:.l"!.<::lv:.?J_~Jé~I1guajé:de las artes correspondía la supina
}
I
gaciones suprematistas y conscructivistas, en Holanda Piet Mon-
drian dirigía su atención a análogos objetivos. El itinerario pictórico
de Mondrian es común al de muchos artistas de la primera vanguar- I
l

!
280 fvIario De lvIicileli Las vanguardias artisticas del siglo XX 281

dia: naturalismo, im presionismo, Art Nouveau, vangoghismo, fau- "El fin de la naturaleza es e! hombre; e! fin del hombre es el
vismo. Si se observan sus primeros cuadros, que van desde comien- estilo.».
zos de 1900 a 1911, no se tiene la impresión de hallarse ante El primer número salió con la parte inicial de un largo ensayo
un pintor de fuertes dotes naturales: estos cuadros revelan más de Mondrian Sobre la llueva plástica de la pintura, ensayo que conti-
bien un sentido de probidad y de nitidez en lugar de la presencia nuará en varios números. Junto al nombre de Mondrian aparecen
de una viva fuerza expresiva. Y esta impresión se sigue teniendo los de Van der Leck, de! poeta Antony Kok y del arquitecto
ante sus cuadros cubistas del período 1911-1914: la comparación J. J. p.Oud. En los números siguientes se encuentran los nombres
entre los lienzos de Mondrian pertertecientes a este estilo y los de Severini, Archipenko, Vantongerloo, Brancusi y, naturalmente,
lienzos cubistas de Picasso o de Braque pintados en el mismo Van Doesburg:. Entre diciembre de 1918 y junio de 1919 se publican
período confirma sin duda la menor potencia pictórica de Mon- otros tres ensayos fundamentales de Mondrian, que, al año siguien-
drian. Y la misma constatación se obtiene comparando los cuadros te, resumidos y traducidos al francés, se publicarán en París bajo el
de espacios coloreados pintados por Ivlondrian hacia 1919 con título de El neoplasticismo; principio general de la equivalencia plástica.
los de igual planteamiento de Klee casi por la misma época. Gran parte de! mérito de la difusión de las ideas de De Stijl
La forma en que Mondrian llegó al abstraccionismo puro es se debe, sin duda, al infatigable Van Doesburg, que en 1920 hizo
gradual, y se puede seguir fácilmente a través de una serie de un viaje de propaganda a París y a las principales ciudades de
telas que tienen un único tema: un árbol. Este árbol, en las varias la Europa central pronunciando una serie de conferencias y mante-
sucesiones cronológicas de la investigación de Mondrian, pasa de niendo fructíferos contactos con numerosos artistas y arquitectos.
una fase naturalista a una fase modernista; de ésta a una etapa El fue e! auténtico organizador de! movimiento, el cual, por otra
fauve; de la etapa fauve a la etapa cubista, y, finalmente, a la parte, debía su más exacta formulación ideal a Mondrian.
etapa cubista-abstracta. El Primer nzallijiesto apareció en el número 2 de De Stijl, en
El proceso a través de! cual Mondrian llega a sus conclusiones 1918; el Segundo manifiesto, dedicado a la literatura, en e! número 3,
abstractas, más que un auténtico proceso creativo, que siempre en 1920; e! Tercer mallijiesto en el número 4, en 19211 9 . Estos
es síntesis de elementos, es, pues, un proceso de naturaleza empírica: tres manijiestos, sostenían una tesis fundamental: el individualismo,
él quita progresivamente al objeto todas sus notas de individualidad, en el arte como en la vida, es causa de toda ruina y desviación
sus particularidades, hasta reducirlo a esqueleto, a estilización, a del gusto; es necesario oponerle la serena claridad de! espíritu,
línea, es decir, hasta hacerlo desaparecer. Así pues, e! arte de que es la única que puede crear e! equilibrio entre «lo universal
Ivlondrian, al menos en este período, merece realmente el nombre y lo individual».
de «abstracto» en cuanto que es un arte que busca sus resultados Otra tesis fundamental de los manijlestos, que, sin embargo,
a través de una especie de depuración, al término de la cual no Mondrian desarrolla bastante mejor en sus escritos, es la de la
queda en e! lienzo más que un vago espectro de la reali- identificación del arte c~n la vida, una tesis que ya hemos encontra-
I
dad.
Lo que Mondrian llamó neoplasticismo no nació hasta 1917
en Laren, Holanda, adonde había regresado desde París al estallar
do con matices diversos en otros movimientos de vanguardia.
Pero la vida, tal como la concibe Iv10ndrian, no es ciertamente
la vida como la concebían, por ejemplo, los dadaístas: abierta,
-,

I
la guerra. Aquí conoció a Theo van Doesburg, y de su encuentro,
ese 11llSmO año, nació en Leyden la revista De StUI, que recogió
activa, impetuosa, provisional, comprometedora. Para Mondrian,
la vida, al igual que para Kandinsky o Malévich, es pura actividad
I
i ~
l
en breve tiempo las mejores energías pictóricas europeas orientadas interior. De ahí, según Mondrian, la necesidad de eliminar en ,1 ¡
en sentido abstracto. Como resumen programático de la revista el arte la presencia del mundo objetivo, en cuanto que la realidad
se puede citar la sentencia que encabeza el Pr~racio II de 1919: objetiva es algo extraño a nuestra conciencia. Al destruir el objeto
j,
¡ !
282 Mario De lvJichelí Las ¡Jangllardias artísticas del siglo Xx 283

en el arte, el arte se acerca cada vez más a la verdad de la conciencia opuesta, no era muy distineo del que Boccioni había abordado
interior, hasta que, llegado a la abstracción total, desaparezca absor- con su voluntarismo optimista. El errar estaba en querer resolver
bido por la vida del espíritu e identificándose precisamente Con ese problema al margen de la historia.
él. Es d~cir, el 'arte será vida al dejar de existir como arte. Los motivos del alejamiento entre Mondrian y Van Doesburg
Esta tesis nos conduce, una vez más, a los intentos llevados y Vaneongerloo hacia 1925 van más allá de una simple disputa
a cabo por la vanguardia para superar el divorcio entre arte y formal. Mondrian veía en la introducción de la línea diagonal 1
vida con la eliminación de uno o de los dos términos en conflicto,
en este caso, con la eliminación de! arte mismo. Tal conclusión,
sin embargo, según Mondrian, no es para e! artista más que una
en el cuadro, llevada a cabo por Van Doesburg por esas fechas,
y de la línea curva aceptada por Georges Vantongerloo en la
escultura, no la simple mutación de una regla del neoplasticismo,
,I
meta que hay que perseguir constantemente. sino un aunténtico retorno a las fuerzas arbitrarias de las pasiones
Partiendo de semejantes consideraciones, los seguidores de De y del individualismo, raíz de todos los males modernos.
Después de esa ruptura Mondrian dejó de colaborar en De

I
Stijl eligieron los modos figurativos más adecuados para alcanzar
sus objetivos. Dado que e! principio del arte es sólo la verdad Stijl. En cambio, se acercó aún más a la Bauhaus de Gropius,
interior, el cuadro debía dejar de ser concebido por abstracción, que se había convertido en cenero de las experiencias abstractas
eligiendo sus elementos en la rcalidad natural. Eran la conciencia, para tratar de relacionarlas a mayor escala con la arquitectura y
el espíritu, la verdad interior los que debían enunciar en el cuadro las artes aplicadas. En efecto, en la Bauhaus las investigaciones
su realidad de armonía y de rigor que había que imponer al del constructivismo, del suprematismo, del neoplatonismo y del
desorden del mundo objetivo. Blalle Reiter aGibaron por hallar un campo de entendimiento común
Además, era indispensable abolir todos los modos en que más que fue el más fructífero de toda la historia del abstraccionismo,
fácilmente podía manifestarse o entrometerse el dato subjetivo pa- y, en cualquier caso, el más rico en su desarrollo posterior, aunque
sional, sentimental, individualista; por tanto, era necesario eliminar ello no aconteciera en el ámbito de la pintura pura.
la línea curva, la vo!t¡ta, los residuos de aquella confusión del espí-
ritu que había sido e! barroco. La recta vertical y la horizontal de- Sin embargo, la experiencia abstracta dejó profunda huella
bían ser la única medida estilística consentida al neoplasticismo. Del en la historia del arte contemporáneo. Es un componente in elimina-
mismo modo, había que evitar cualquier recuerdo de la pincelada ble de esta historia y uno de los aspectos esenciales de la multiplici-
emocional y todo signo de la exteriorización inmediata del color dad de las tendencias nacidas de la ruptura del momento cultural
unitario del siglo XIX. El abstraccionismo también puso de manifies-
en el lienzo. La única ley indiscutida debía ser la del color unido,
compacto, plano, puro, alejado de cualquier aproximación emoti- to un elemento básico que se había perdido en el anecdotismo
va. del siglo pasado: la exigencia de una universalidad de la imagen.
Es ésta una verdad parcial del abstraccionismo, pero es una verdad.
La poética de De Stijl elaborada por Mondrian se encierra
y de estas verdades pa"rciales, cuyo seneido se había extraviado,
en estas breves ideas, sobre las que vuelve con insistencia, aunque
están hechas las vanguardias. Al perseguir estas verdades con una
no siempre con excesiva claridad. A estas ideas seguirá fiel hasta
tensión exasperada por la crisis de una civilización, los artistas
su muerte en 1944. A partir de 1920 sus cuadros adquieren esa
fisonomía característica de superficies cubiertas de rectángulos y
de las vanguardias descubrieron nuevas vías, exploraron nuevas I
!I ~1
cuadrados que nunca más abandonará. regiones, hallaron nuevos modos y nuevos medios unto en el
Con este riguroso voluntarismo intelectual de.origen metaflsico
Mondrian creyó poder dominar las fuerzas y los oscuros aconteci-
I
I
campo de la técnica como en el de la expresión. Ante e! arte
se abrieron así nuevas posibilidades que ayer no ;:xistían. Algunas I
I
mientos de la existencia. Su problema, si bien resuelto de forma
r personalidades fuertes, algunos grandes poetas de la figuración ~
~
!
284 ¡'vIario De lvficÍleli Segunda parte:

ya demostraron -y lo hemos visto a lo largo de estas págmas- Docunzentos


que es posible empezar a reunir estas verdades parciales. Esta es
h tarea de los artistas futuros que desembarcarán en una tierra
emergida de la crisis de hoy, fuera de la crisis de hoy.
Es dificil imaginar lo que pintarán ni cómo pintarán o esculpirán
estos artistas. Sin embargo, algo es seguro: no podrán pintar o
esculpir sin haber asimilado aquellas verdades «parciales» que las
vanguardias de este siglo, tan fatigosaIYl€mte, entre errores y desespe-
raciones, conquistaron. Sin embargo, nada hay más alejado de!
espíritu de la vanguardia auténtica que la tentativa, bastante difundi-
da en estos tiempos, de reanudar los modos, los medios y los
descubrimientos de la vanguardia a niveles de gusto y de moda:
e! ,í;!I5to y la moda son la negación de la vanguardia, son precisamente
aquello contra lo que la vanguardia se rebeló. Asimilar las verdades
de la vanguardia, hoy, quiere decir algo profundamente distinto
de reducir la vanguardia a fórmulas cómodas; quiere decir, sobre
todo. llevar a término sus reales instancias de libertad, en cuyo
II
centro está el hombre con su carga de senúmientos y su destino
histórico. I~
..
1
~
t
~

II
II
I
l.

l.
o
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1

1 Expresionismo *

Cránica de la Unián Arn'stica «Die Bn'icke»

Animac!0s por la fe en el progreso y en una nueva generación


de creadores y de amantes del arte,hacefl1os~lli1'llamamiento
a la juventud y,como jóvenes que llevan en sí el futuro, queremos
conquistamos libertad de acción y de vida frente a las viejas fi.¡erzas
tan difíciles de desarraigar. Acogemos a todos los que, directa
y sinceramente, reproducen su impulso creaLivo.

En el año 1902 se conocieron en Dresde los pintores Blcyl


y Kirchner. A los dos se añadió a continuación Heckel, por medu-
ció n de su hermano, amigo de Kirchner. Heckel llevó consigo
a Schmidt-RottlufC al que conoció en Chemnitz. Trabajaron juntos
en el estudio de Kirchner. Allí había b. posibilidJd de estl1di~H

"* Hay ITIuchos L'scritos teóricos de lo~ JítlStas c\:prcsionisus -y J Jo brsu


del el15:lYo hemos tenido OC:lsión de citar b:lstantes de ellos-, pero no hay
¡llillJifll'5[OS dd expresionismu. Ellu se debe el! c:lráC(<.'[ mismo del rnovimienco.

rcaclo a fOnT1:1f ~rllpos dc'Tn~TSiado prograrnáticos y limitadorcs de b libcrud


individual. Tal vez podría considerarse corno un auténtico 11lfwitle5fO la conferencia
qut:' Kasimir Edschnlld pronul1ció L'n 1917 ..:.-on el título EII
en poc.,¡<¡, de b que el lo Iargu del Ebro se hJn
En cualquier C150, no hay Hl¡lf1~(¡ejfOj J.rtístícos. L~\ Crónica de id lh¡/t)!I .1.rtl',,·ucli
((Die Bn'id:c\i, L~scriL1 por Kirchnl'r l~n 191.;, l-S biL'n poca COSJ, y, aocrn;ls. fue
rechazada por los otros ::Htisus del grupo; cs mis, csu Cr<'l¡¡l(¡l fue el prctc:\(u
par:! la disolución del grupo. IEI ¡eX[l) que da De i'vlicheli de Umbro
/\ po 110nio, ,,[)ie BriicRcH e 1,1 (U/flird de/f'c.\'pn..' s.'-iOlliS1flt) , Alficri, Vcncci:), 1952.-No-
(a dd l'd_1
LI1S vanguardias artísticas del siglo XX 289
288 Alario De A1icheli

colaboró HeckeL En 1907 Nolde abandonó el Br~cke. HeckeJ y


con la máxima namralidad el desnudo, fundamento de todas las,
Kirchner fueron a los lagos de Moritzburg para'estudiar el desnudo
anes figurativas, Al dibujar sobre esa base, se formó en todos' .
al aire libre, Schmidt-Rottluff trabajaba en Dangast para refinar
la convicción de tomar de la vida la inspiración para crear y ,
su ritmo colorista. Heckel fue a Italia y regresó de allí lleno
de apoyarse en la experiencia directa. En un libro, Odj profant/lll,
de entusiasmo por el arte etrusco. Pechstein fue a Berlín para
cada cual escribía y dibujaba, una al lado de otra, sus propias
ocuparse del arte decorativo. Intentó introducir la nueva pintura
ideas, y así comparaban sus distintos caracteres, De tal modo,
en la Secesión. Kirchner aprendió en Dresde a im primir a mano
sin darse cuenta, llegaron a formar un grupo, que tomó el nombre
la litografia. BleyI, que se había dedicado a la enseñanza, abandonó
de Bnícke (el Puente). El uno animab-a al otro, Kirchner introdujo
~., el Briíckc en 1909. Pechstein fue a Dangast junto con HeckeI.
desde la Alemania meridional el grabado en madera, que él, atraído ~I \
t
El mismo año, ambos fueron a busdr a Kirchner a Moritzburg
por los viejos grabados de Nuremberg, había rescatado. Hecke1
grababa nuevamente figuras en madera; Kirchn~r enriqueció esta
para. pintar desnudos al arte libre. En 1910 el repudio de los
jóvenes pintores alemanes por parte de la vieja Secesión provocó
¡
técnica coloreando sus trabajos y buscó el ritmo de la forma
cerrada en la piedra y en el estaño. Schmidt-Rottluff hizo las
la fundación de la Nueva Secesión. Para apoyar la posición de ¡
primeras litografias en piedra, La primera exposición del grupo
PechsteÍn dentro de ella también se asociaron HeckeI, Kirchner
y Schmidt-Rottluff. En h primera exposición de la Nueva Secesión
I
cuvo lugJ.r en Dresde en 10cJ.lés particulares, pero no tuvo ningún
conocieron a MülJer. En su escudio encontraron la Verws, de Cra- 1
eco. No obstante, Dresde ofrecía I mucha materia de inspiración
n;:¡ch, de la que ellos también eran grandes admiradores. La sensible
con el encJ.nto de su paisaje y su vieja civilización, El Briícke 1
;:¡rmoniJ entre 'su vida y su obrJ llevó, lógicamente, a MüIler 1
". halló también aquí sus primeros motivos en e! campo de la historia I
a asociarse al. Briícke. El llevó su gusto por b pintura al temple.
de! arte, en Cranach, Beham y otros maestros alemanes de la
Edad Media. Con ocasiÓn de una exposición de Amiet en Dresde,
Para mantene'r intactos los fines del Briicke, sus miembros se dieron
de baja en la' Nueva Secesión y se prometieron eiponer en la

fue nombrado miembro del Bnicke. A él se añadió en 1905 Nolde. I
Secesión sólo si lo h;:¡cí;:¡n juntos. Siguió una exposición del Briickc
Su carácter fantástico llevó una nota nueva al Briícke enriqueciendo
en los locales de la Galetía de Arte' Gurlitt. Pechstein faltó a
l
sus exposiciones con la inceresJ.nte técnica de su grJ.bado, mientras
su compromiso con el grupo, se hizo miembro de la Secesión
él aprendía a conocer la de nuestras xilografias. Por invitación
__y fue excluidO._En 1912 el «So[lderbtJl1c¡" i11'Lit6 a)Briícke a su.
sUYJ., Schmidt-RottlL!ff fue a .visitarlo a Alsen. Más tarde, Schmidt-
exposición de Colonia, y encargó a Heckel y a Kirchner que
Rottluff y HcckcI fueron a Dangast. El aire áspero del Mar de!
Norte determinó, especialmeme en Schmidt-Rorcluff, un impre-
sionismo monumental.
I pint;:¡sen la capilla. La mayoría de los miembros del Bnicke se
halla ahoLl en Berlín. También aquí el Briicke mantuvo sus c;:¡racte-
risticas b;Ísicas. Intimamente reforndo, irradi;:¡ los nuevos valores
lvEentras tanto, en Dresde, Kirchner seguía trabJ.j;1l1do en su
del arre sobre tod;J:~oauCClo-¡-;;r(Ís(ic;-ñl0derI~~1¿~-Al~rr;a-n~1.
estudio. En el Museo Etnográfico encontró :m~dogÍas con su propia
Inmune a iÍ1fh00s cOnten1por;Íneos, cubismo, futurismo, etc., lucha
obra en la escultura negra y en las maderJ.s talladas del Pacífico.
El deseo
-,,-~~" ..
de liberarse
_..
-_.--~.- __.-de
--
~---,--_.
la esterilidad
-- _ . . . académica conduío
~---_. .--,- a PecDstein
por una ci\-ilización humana que cOI1Stiruya el auténtico fundamen-
to del Jrt~'. A esta finalidad el Bnicke debe su actual posición
.~
al Briicke. Kirchner y Pechstein fueron a Gollverode para trJ.bajar
juntos. En las salas de Richter en Dresde tuvo lugar h exposÍción en la vida artística.
del Briid!c con los nuevos miembros. La exposición impresionó t,
E. L. Kírcllller
mucho a los jóvenes artistJ.s de Dresde. Heckel y Kirchner trataron
de armoninr el ambiente con la nueva pintura. Kirchner decoró
f
sus locale~ con pincuras murales y trabajos de "batib, en los que
Las vallg¡tardias artisticas del siglo XX 2lJ 1
290 ¡'vIario De Micheli

Los amigos del Brücke Sobre la gráfica

En el transcurso de los años se reunió todo un grupo de amigos El móvil de la gráfica es la alegría de· trasfundir en la mecámca
en torno al Brücke. Fueron nombrados miembros pasivos y recibían la parte ma~ualde la perso~alidad del autor.
la publicación mensual. A partir de 1906 se publicaron carpetas En el Brücke se cultivan tres técnicas gráficas: xilografia, litogra-
con trabajos gráficos de sus miembros grabados a mano; 1906: tla y grabado.
Bleyl, Heckel, Kirchner; 1907: Amiet, Schmidt-Rottluff; 1910: La xilografia valoriza al máximo el elemento lineal gracias
tres Kirchner; 1911: tres Heckel; 1-<;)12: tres Pechstein; 1913: la a su gran simplificación. El corte neto de los campos vacíos y
crónica del Brücke.r la utilización de la estructura leñosa permiten ricas graduaciones
Los miembros del Briicke. de tono.
Cuno Amiet, Erich Heckel, Ernst Ludwig Kirchner, Otto La litografia reproduce el dibujo del módo más directo. Gracias
Müller, Carl Schmidt-Rottluff. :d tratamiento con trementina y con el empleo de ácidos en la
superficie, equivale también a una técnica gráfica.
En el grabado en metal se prefiere el trabajo a punta seca.
Sobre la pintura La formación automática de los surcos a mano hace evidente
de modo íntimo la personalidad, más aún que con el aguafuerte.
La pintura es el arte que representa en un plano un fenómeno La elegancia del signo se destaca ópticamente sobre el metal pulido.
sensible. El mediocle la pintura es el color, como fondo y línea. La impresión a mano permite usar las tres técnicas en el estudio
El pintor transforma en obra de arte la concepción sensible de y que el artista realice los últimos retoques técnicos.
su experiencia. Por medio de un continuo ejercicio aprende a
E. L Kirchller
usarsu~Illedios. ~o hay reglas fijas para esto,_La_s.:~~ii;_;~R~aEa
\ ..!1naobr;:UQla se forman durante el trabajo) a través de la personali:::
dad del creador, la manera su técnica y el tema que se propone.
Estas reglas se pueden captar en la obra terminada, pero nunca
se puede construir una obra basándose en leyes o modelos. La
alegría sensibk por el fenómeno visto es, desde el principio, el
origen de todas las artes figurativas. Hoy en día la fotografia
reproduce exactamente el objeto. La pintura, liberada de ello,
recupera su libertad de acción. La sublimación instintiva de la
forma en el acontecimiento sensible es traducida impulsivamente
al plano. La ayuda técnica de la perspectiva se convierte en medio
de composición. La obra de arte nace de la transposición total
de la idea personal en el trabajo.

E. L Kirchner

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" i!.~ Dadaísmo *

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'. !Hanifiesto Dada de 1918
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::i¡; LJ magia de una palabra-
-DADA-, que ha puesto a los periodistas
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ante la puert;¡ de un mundo
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:;.;ii imprevisto, no tiene para nosotros
1i ningum. iu;portancia
.J. I
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\

--1¡ Para lanzar un manifiesto es necesanO:


A.B.C..

.~ irritarse y agu~ar las alas para conquistar y propJ.gar muchos peq ue-
~ ños y grandes a, b, c, y afirmar, gritar, blasfemar, acomodar
.~ b - prosa en fo<nn de -obviedad -absoluta, irrefUEable,- probar- el
propio non plus ultra y sostener que la novedad se asemeja a
-i la vida como la última aparición de una cocotte prueba la esencia
de Dios. En efecto, su existencia ya fue demostrada por el acordeón,
"1'
* El i\-f,"lÍjlrsro Dada di:'¡918 es el primer mJnifiesm del movimiento. Fu<
escrito por Trisun TzarJ y publiodo ese Jño en d núm. 3 de lJ revistJ Dada
de' Zurich. Otro tL'.xto importJntL' para la hiscorü dd dadaismo es también Ll
premiere,¡Ufl/wre céleste de ¡'v[Oluiwr ,-lllcipyrille, que Tzara escribió en 1916.
Sin cmbc¡rgo. el manifiesto de: 1913 es bastante mis significativo y explícim
en sus intenciones. Igualmente im portante es el ;\Iollijiesto sobre el amor débil
y el amor 'lIIl<1rgo, también de TZ:lra. leido en París el 12 de diciembre de
1920 en la Galería Povolozky y publicado posteriormente en el núm.4 de
b re:visu La pir d".' !t'Urrs. En la traducción de estos dos texms se h"n perdido,
illcvit3bk¡ncl1tl'. alguI1C's juegos de pJ.bbras.
11
294 /vrario De /vriclzeli
í
I
Las val/guardias artísticas del siglo XX 295

por el paisaje y por la palabra dulce. Imponer el p'ropio A.B.C. su origen etimológico, histórico o psicológicopor lo menos. Por
es algo natural, y, por ello, deplorable. Pero todos lo hacen bajo., los periódicos sabemos que los negros. Km llaman al rabo de

I
la forma de cristal-bluff-madonna o de sistema monetario, de pro- la vaca sagrada: DADA. El cubo y la mádre en una cierta comarca
Gueto farmacéutico o de piernas desnudas invitantes a la primavera de Italia reciben el nombre de DADA. Un caballo de madera,
ardiente y estéril. El amor por lo nuevo es una cruz simpática la nodriza, la doble afirmación en ruso y en rumano DADA.
que revel~un amíqUérñeimpor.:cismo, s-ig;:;o- sin-causa: frágil y-posÍti-
. \
¡_v~'-P~ro también esta necesidad ¡:;.; env_e¡~-
-. . Es necesario animar
·iI. Sabios periodistas ven en todo ello un arte para niños, otros santones
jesúshablaalosniños, el retorno a un primitivismo seco y estrepitoso,
.---- 1- J
"el arte con la suprema simplicidad =t0;e~ad, Se es humano y estrepitoso y monÓtono. No es posible construir la sensibilidad
.'0 '"
1 •. ~ •

¡auténtico por diversión, se es impulsivo 'o{ante para crucificar


el aburrimiento. En las encrucijadas de las luces, vigilantes y atentas,
i.
\. sobre una palabra. Todo sisteE!l:l converge hacia una aburrida-J
perfé:~~ión, estancada id~a de ~;';a ciénaga dorada: relati~o prod~cco
~
-espiando los años en el bosque. Yo escribo "ün manifiesto y no h~mano. La obra de _arte no debe ser la belleza en sí misma
quiero nada y,.. sin embargo, digo algunas c()sas~~~~I?~priñ·~i?io por.q~~E_b_díe~a~_~er(o';--r;r;T¡~~-~¡t~i;t~ci'clar;ciosc~7~,
estoy contra los ni.~nifies~95, como, por lo demás, también estoy .~"~ debe divertir ni mal~;ra-láSpe-rSónaS ill:dividú:ileS"slrviéiidüles
-;;:mera losprincipios, decilitros para medir el valor moral de cada "pa's[~ches de santas aúreolas o los sUdo-r;~de;-;:;~-carr'era-en' aÍ'-co
frase. Demasiado cómodo:' la aproximación fue inventada por a través de las atmósfer~s. Una obra de arte núriCa es bella por
los impresionistas. I~scribo este ¡nanifiesto para demostrar cómo decrero~objetivamentey p~os. Po~ elI();-la'crit{caes inútil,
se pueden llevar a cab;-;¡ misn;-~-'t'i~mp~l~-;cc~~~~;;i~-contradic=
~
¡j ~ü-existé' más:-que"Subjetivame'nte, sirl el ;:;;¡~¡mo caráccer de genera-
'w~~on__,tiiLúi1ico- y'f~~'~;-alie~to-;:~"~;~;y'c~~tra 'l;--'acción" 4. J¡d;d~¿Hayqüieri'crea haber enco'I1trado la base psíquica ~omún
~
;- fa-;"or de la contr;dicció~fo'~~fn-uá, pero t-;;:biX~'~;y-por -it..:;e ':-;"toda la humanidad? El texto de Jesús y la Biblia recubren
•-~
\
_Li.-afi;~adón. -No '~t-;y"ni por el pro"ni-p'or 'elcontra y no ~'!
con sus amplias y benévolas alas: la mierda, la? bestias, los dias .
quiero explicar ~ieF;Or-(i"G"¿-odio~G;;-tid~omú;----­ ~. ¿Cómo se puede poner orden en el caos de infinitas e informes
DADA- he aquí la palabra que lleva las ideas a la caza; todo .~ variaciones que es el hombre? El principio "ama a tu prójimo.
"

burgués se siente dramaturgo, inventa distintos discursos y, en ;;¡ es una hipocresía. "Conócete a tí mism~» es una utopía más aceptable
lugar de poner en su lugar a los personajes conv~nientes a la ~ porque también contiene la maldad. Nada de piedad. Después

~
" --calidad de su-inteligencia, cris'álidas en' -sus- sillas-; busca las causas' - - de la matanza'todavía nos queda la esperanza de'unahumanidad' ..
y los fines (según el método psicoanalítico que practica) para purificada. Yo hablo siempre de mí porque no quiero convencer.
par consistencia a su trama, historia que habla 'y se define. El No tengo derecho a arrastrar a nadie a mi río, yo no obligo
"espectador que trata de explicar una palabra es un intrigante: a nadie a que me siga. Cada cual hace su arte a su modo y
(conocer). Desde el refugio enguatado de las complicaciones serpen- manera, o conociendo el gozo de subir como una flecha hacia
tinas hace manipular sus propios instintos. De aquí nacenlas desgra- 1 astrales reposos o el d~ descender a las minas donde brotan flores
"J
cias de la vida conyugal. J de cadáveres y de fértiles espasmos. Estalactitas: buscarlas por do-
Explicar: diversión de los vientres rojos con los molinos de quier, en los pesebres ensanchados por el dolor, con los ojos blancos
los cráneos vacíos. como las liebres de los ángeles.
Dada no significa nada
0~í_~ació 2.f>:P.0,~9<;_una necesidad_deindependc:ncia, de des-
Si alguien lo considera inútil, si alguien no quiere perder tiempo confianza hacia la comunidad. Los que están con nosotros conservan
ROl' una_palabr~ que no significa. nada ... El primer pensamiento I ,tI libertad~.r~o reconocemos ninguna teoria. Basta de academias
ques~ ~gita en est;~- ¿;;Sezas--esae-Órae; bacteriológico ... , hallar cubistas y futuristas, "laboratOrios de idc;ls formales. ¿Sirve el arce
/-
I
~
.~

296 Mario De j\!Iichelí Las vanguardias artisticas del siglo XX 297 I


~

I
para amontonar dinero y acariciar a los gentiles burgueses? Las en sus innumerables variaciones al espectador. Para su creador I

II
rimas acuerdan su tintineo con las monedas y la musicalidad resbala la obra carece de causa y de teoría. Orden = desorden; yo = no-yo;
a lo largo de la línea del vientre visto de perfil. Todos los grupos afirmación = negación; éstos son los fulgores supremos de un arte
de artistas han ido a parar a este banco a pesar de cabalgar distintos absoluto. Absoluto en la pureza de cósmico y ordenado caos,
cometas. Se trata de una puerta abierta a las posibilidades de eterno en el instante globular sin duración, sin respiración, sin
revolcarse entre muelles almohadones y una buena mesa. luz y sin control.
Aquí echamos el ancla en la tierra feraz. Aquí tenemos derecho Amo una obra antigua por su novedad. Tan sólo el contraste I
a proclamar esto porque hemos conoc1c!o los escalofríos y el desper- noS ligaaJ pasado. Los-escrItoreS que enseñan -la-·~~)[al y discl1t~n I
tar. Fantasmas ebrios de energía, hincamos el tridente en la carne
distraída. Rebosamos de maldiciones en la tropical abundancia
de vertiginosas vegetaciones: goma y lluvia es nuestro sudor, san-
o mejüran-labase psicológica, tienen, aparte del deseo oculto
del bendicio, un conocimiento ridículo de la vida que ellos han i
clasificado, subdividido y canalizado. Se empeñan en querer ver
gramos y quemamos la sed. danzar las categorías apenas se ponen a marcar el compás. Sus
Nuestra sangre es vigorosa. lectores se carcajean y siguen adelante: ¿con qué fin? Hay una
El cubismo nació del simple modo de mirar un objeto: Cézanne literatura que no llega a la masa voraz. Obras de creadores nacidas

r ,ji·
o pintaba una taza veinte centímetros más abajo de sus ojos, los
,.y"""- cubistas la miran desde arriba complicando su aspecto con una
sección perpendicular que sitúan a un lado con habilidad. (No
de una auténtica necesidad del autor y sólo en función de sí
mismo. Consciencia·-d~--un supremo egoísmo, en el que cualquier
otra ley queda anulada. I
~ me olvid? de los creadores ni de las grandes razones de la materia
que ellos hicieron definitivas). El futurismo ve la misma taza en
un movimiento sucesivo de objetos uno alIado del otro, añadiéndo-
Cada página debe abrirse con furia, ya sea por serios motivos,
profundos y pesados, ya sea por el vórtice y el vértigo, lo nuevo I
I
y lo eternq, la aplastante espontaneidad verbal, el entusiasmo de
le maliciosamente alguna línea-fuerza. Eso no quita que la obra, los principios, o por los modos de la prensa. He ahí un mundo
buena o mala, sea siempre una inversión de capitales intelectuales. vacilante que huye, atado a los cascabeles de la gama infernal,

1- t
./ El nuevo pintor crea un mundo cuyos elementos son sus mismos
medios, una obra sobria y definida, sin argumento. El artista nuevo
y he ahí, por otro lado, los hombres nuevos, rudos, cabalgando
a lomos de los sollozos.
J
I
\) 'L/ protesta: ya no pinta (reproducción simbólica e ilusionista), sino He ahí un mundo mutilado y los medicuchos literarios preocu- ~
pados por mejorarlo. '! o os digo: no hay un comienzo y nosotros
.}

que crea directamente en piedra, madera, hierro, estaño, bloques


i
de organismos móviles a los que el límpido viento de las sensaciones
inmediatas puede hacer dar vueltas en todos los sentidos.
no temblamos, no somos unos sentimentales. Nosotros desgarramos
como un furioso viento la ropa de las nubes y de las plegarias
~
9
Toda obra pictórica o plástica es inútil; que, por lo menos, y preparamos el gran espectáculo del desastre, el incendio, la des-
sea un monstruo capaz de dar miedo a los espíritus serviles y composición. Preparªmos la supresión del dolor y sustituimos
f
-1
no algo dulzarrón para servir de ornamento a los refectorios de las lágrimas por sirenas tendidas de un continente a otro. Banderas
esos animales vestidos de paisano que ilustran tan bien esta fábula de intensa alegría viudas de la tristeza del veneno. DADl\. es
triste de la humanidad. la enseñanza de la abstracción; la publicidad y los negocios también
Un cuadro es el arte de hacer que se encuentren dos líneas son elementos poéticos.
geométricas que se ha comprobado que son paralelas, hacer que Yo destruyo los cajones del cerebro y l·os de la organización
se encuentren en un lienzo, ante nuestros ojos, en una realidad social: desmoralizar por doquier y arrojar la mano del cielo al
que nos traslada a un mundo de otra~ condiciones y posibilidades. infierno, los ojos del infiern; al cielo, restablecer la rueda fecunda
Este mundo no está especificado ni definido en la obra, pertenece de un circo universal en bs potencias reales yen la fantasía individual.
Las vanguardias artisticas del siglo XX 299
298 ¡'vIario De A1icheli

La filosofia, he ahí el problema: por qué lado hay que empezar de su impotencia. Se observa, se mira desde uno o varios puntos
a mIrar la vida, Dios, la idea y cualquier otra cosa. Todo lo de vista y se elige un determinado punto entre millones de ellos
que se ve es falso. Yo no creo que e! resultado negativo sea que igualmente existen. La experiencfá también es un resultado
más importante que la elección entre e! dulce y las cerezas como del azar Y de las facultades individuales.
postre. El modo de mirar con rapidez la otra cara de una cosa La ciencia me repugna desde el momentO en que se transforma
para imponer directamente la propia opinión se lIal1).a dialéctica, en sistema especulativo y pierde su carácter de utílidad, que, aun
o sea, el modo de regatear el espíritu de las patatas frilitas bailando siendo inútil, es, sin embargo, individual. Yo odio la crasa objetivi-
a su alrededor la danza del método. -. dad y la armonía, esta ciencia que halla que todo está en orden:
Si yo grito: continuad, muchachos, humanidad ... La ciencia nos dice que
IDEAL, I[).E.t'\L, IDEAL, somos los servidores de la naturaleza: Todo está en orden, haced
conocimiento, conocimiento, conocimiento e! amor y rompeos la cabeza; continuad, muchachos, hombres,
bumbúI]), bumbúm, bumbúm, amables burgueses, periodistas vírgenes ... Yo estoy contra los siste-
registro con suficiente exactitud el progreso, la ley, la moral y mas: el único sistema todavía aceptable es el de no tener sistemas.
todas las demás bellas cualidades de que tantas personas inteligentes Completarse, perfeccionarse en nuestra pequeñez hasta colmar el
han discutido en tantos libros para llegar, al fin, a confesjlr que vaso de nuestro yo, valor para combatir en pro y en contra
cada uno, del mismo modo, no ha hecho más que bailar al compás del pensamiento, misterio de pan, desencallamiento súbito de una
de su propio y personal bumbúm.yque,desde el punto.de vista hélice infernal hacia lirios baratos.
/\ d~ tal bumbúm, tiene toda la razón: satisfacción de una curiosidad
morbosa,' timbre privado para necesidades inexplicables; baño;
dificultades pecuniarias; estómago con repercusiones en la vida; La espontaneidad dadaísta
autoridad de la varita mística formulada en el grupo de una orquesta
fantasma de arcos mudos engrasados con filtros a base de amoníaco Yo llamo amíquémeimDortismo a una manera de VIVIr en la que
animal. Con los impertinentes azules de un ángel han enterrado cada cual conserva sus propias condiciones respetando, no obstante,
la interioridad por cuatro perras de unánime reconocimiento. salvo en caso de defensa, las otras individualidades, el twostep
Si todos tienen razón, y si todas las píldoras son píldoras Pink, que se convierte en himno nacional, las tiendas de antigüallas,
tratemos de no tener razón. En general, se cree poder explicar el TS.H., el teléfono sin hilos, que transmite las fugas de Bach,
racionalmente con el pensamiento lo que se escribe. Todo esto los anuncios luminosos, los carteles de prostíbulos, el órgano que
es relativo. El pensamiento es una bonita cosa para la filosofia, difunde claveles para e! buen Dios y todo esto, todo junto, y
pero es relativo. El psicoanálisis es una enfermedad dañina, que realmente sustituyendo a la fOEOgrafia y al catecismo unilateral.
adormece las tendencias antirreales del hombre y hace de la burgue- La simp1ificidad aj:tiva.
sía un sistema. No hay una Verdad definitiva.. La dialéctica es La impotencia para discernir entre los grados de claridad: lamer
una máquina di~~~tida que nos ha llevado de un modo bastante la penumbra y tlotar en la gran boca llena de miel y de excrementos.
trivial a las opiniones que hubiéramos tenido de otro modo. ¿Hay Medida con la escala de lo Eterno, toda acción es vana (si dejamos
alguien que crea, mediante el refinamiento minucioso de la lógica, que el pensamiento corra una aventura cuyo resultado sería infinita-
haber demostrado la verdad de sus opiniones? La lógica constreñida mente grotesco; dato, también éste, importante para e! conocimien-
por los sentidos es una enfermedad orgánica .. A este elemento to de la humana impotencia). Pero si la vida es una pésima farsa
los filósofos se complacen en añadir e! poder de observación. sin fin ni parto inicial, y como creemos salir de ella decentemente
Pero justamente esta magnífica cualidad del espíritu es la prueb;;t como crisantemos lavados, proclamamos el arte como única base
Las l'allc~¡¡ardias artisticas del siglo XX 301
300 ¡viario De Micheli
comercia con lo que hemos desechado. Contradicción Y unidad
de entenqirnient(). No importa que nosotros, caballeros del espíritu,
de las estrellas polares en un solo chorro pueden ser verdad, supuesto
le dediquemos desde siglos nuestros refunfuños. El arte no aflige
que alguien insista en pronunciar esta banalidad, apéndice de una
a nadie y aquéllos que sepan interesarse por él recibirán, con
moralidad libidinosa y maloliente. La moral consume, como todos
sus caricias, una buena ocasión de poblar el país con su conversación.
los azotes de la inteligencia. El control de la moral y de la lógica
El arte es algo privado y el artista lo hace para sí mismo; una
nOS han impuesto b impasibilidad ante los agentes de polícía,
obra comprensible es un producto de periodistas. Y me gusta
causa de nuestra esclavitud, pútridas ratas de las que está repleto
mezclar en este momento con tal monstruosidad los colores al
el vientre de la burguesía, y que han infectado los únicos corredores
óleo: un tubo de papel de plata, que, sise aprieta, vierte automática-
de nítido y transparente cristal que aún seguían abiertos a los
mente odio, cobardía y villanía. El artista, el poeta aprecia el
veneno de la masa condensada en unjefe de sección de esta industria. artIstas.
Todo hombre debe gritar. Hay una gran tarea destructiva,
Es feliz si se le insulta: eso es como una prueba de su coherencia.
negativa por hacer. Barrer, asear. La plenirud del individuo se
El autor, el artista elogiado por los periódicos, comprueba la com-
afIrma a continuación de un estado de locura, de locura agresiva
prensibilidad de su obra: miserable forro de un abrigo destinado
y com pleta de un mundo confIado a las manoS de los bandidos
a la utilidad pública: andrajos que cubren la brutalidad, meadas
que se desgarran y destruyen los siglos. Sin fIn ni designio, sin
que colaboran al calor de un animal que incuba sus bajos instintos,
organización: la locura indomable, la descomposición. Los fuertes
fofa a insípida carne que se multiplica con la ayuda de los microbios
sobrevivirán gracias a su voz vigorosa, pues son vivos en la defensa.
tipográficos. Hemos tratado con dureza nuestra inclinación a las
La agilidad de los miembros y de los sentimientos f1amea en
lágrimas. Toda filtraciÓn de esa naturaleza no es más que diarrea
almibarada. Alentar un arte semejante significa digerirlo. Nos hacen sus f1anco~ prismáticos.
La moral ha determinado la caridad y la piedad, dos bolas
falta obras fuertes, rectas, precisas y, más que nunca, incomprensi-
de sebo que han crecido, como elefantes, como planetas, y que,
bles. La lógica es una complicación. La lógica siempre es falsa.
aún hoy, son consideradas válídas. Pero la bondad no tiene nada
Ella guía los hilos de las nociones, las palabras en su forma exterior
que ver con ellas. La bondad es lúcida, clara y decidida, despiadada
hacia las conclusiones de los centras ilusorios. Sus cadenas matan,
con el compromiso y la política. La moralidad es como una infusión
miriápodo gigante que asfixia a la independencia. Ligado a la
de chocolate en las venas de los hombres. Esto no fue impuesto
lógica, el arte viviría en el incesto, tragándose su propia cola,
por una fuerza sobrenatural, sino por los trusts de los mercaderes
su cuerpo, fornicando consigo mismo, y el genio se volvería una
de ideas, por los acaparadores universitarios. Sentimentalidad: vien-
pesadilla alquitranada de protestantismo, un monumento, una mar-
do un grupa de hombres que se pelean y se aburren, ellos inventaron
cha de intestinos grisáceos y pesados. el calendario y el medicamento de la sabiduría. Pegando etiquetas
Pero la soltura, el entusiasmo y la misma alegría de la injusticia,
se desencadenó b batalla de los fIlósofos (mercantilismo, balanza,
esa pequeña verdad que nosotros practicamos con inocencia y medidas meticulosas y mezquinas) y por segunda vez se comprendió
que nos hace bellos (somos sutiles, nuestros dedos son maleables
que la piedad es un sentimiento, como la diarrea en relación
y resbalan como las ramas de esta planta insinuante y casi líquida) con el asCO que arruina la salud, una inmunda tarea de carroñas
caracterizan nuestra alma, dicen los cínicos. También ése es un
para comprometer al sol.
punto de vista, pero no todas las f1ores, por fortuna, son sagradas, Yo proclamo la oposición de todas las facultades cósmIcas
y lo que hay de divino en nosotros es el comienzo de la acción
a tal blenorragia de pútrido sol salido de las fábricas del pensamiento
antihumana. Se trata, aquí, de una f10r de papel para el ojal
filosófico, y proclamo b lucha encarnizada con todos los medios
de los señores que frecuentan el baile de disfraces de la vida,
cocina de la gracia, con blancas primas ágiles Q gordas. Esta gente del
I
Las vanguardias artísticas del siglo XX 303
302 iHarío De AIíchelí

Asco dadaísta mujer = mujeres


pantalón = agua
Toda forma de asco suceptible de convertirse en negacIon de si = bigote
la familia es Dada; la protesta a puñetazos de todo el ser entregado 2= tres
a una acción destructiva es Dada; el conocimiento de todos los bastón = tal vez
medios hasta hoy rechazados por el pudor sexual, por el compromi- después = descifrar
irritante = esmeralda
so demasiado cómodo y por la cor-tesía es Dada; la abolición
de la lógica, la danza de los impotentes de la creación es Dada; vid = parra
la abolición de toda jerarquía y de toda ecuación social de valores octubre = periscopio
establecida entre los siervos que se hallan entre nosotros los siervos nerVIO =
o bien todo esto en no importa qué arreglo sabroso, gaseoso,
es Dada; todo objeto, todos los objetos, los sentimientos y las
provisional o definitivo, sacado a suertes, en el que se esté bien
oscuridades, las apariciones y el choque preciso de las líneas parale-
las son medios de lucha Dada; abolición de la memoria: Dada; VIVO.
Es así que por encima del espíritu atento del clergymml de
abolición de la arqueología: Dada; abolición de los profetas: Dada;
plantón en la esquina de cada calle, animal o vegetal, imaginable
abolición del futuro: Dada; confianza indiscutible en todo dios
u orgánica, todo es semejante a lo que es desemejante. Aunque
producto inmediato de la espontaneidad: Dada; salto elegante
no lo creía; la verdad del momento es que escribí eso en el
y sin prejuicios de una armonía a otra esfera; trayectoria de una
papel, tratándose de una mentira que yo FIJÉ como una mariposa
palabra lanzada como un disco, grito sonoro; respeto de todas
las individualidades en la momentánea locura de cada uno de en mi sombrero.
sus sentimientos, serios o temerosos, tímidos o ardientes, vigorosos,
decididos, entusiastas; despojar la propia iglesia de todo accesorio
La me~tira circula -saluda al señor Oportunismo y al señor
Cómodo. Yo la detengo y se vuelve verdad.
I
Y, así, Dada asume la responsabilidad de la policia en bicicleta
inútil y pesado; escupir como una cascada luminosa el pensamiento
descortés o amoroso, o bien, complaciéndose en ello, mimarlo y de la moral con sordina.
En cierto momento, el mundo entero está completo en cabeza
con la misma intensidad, lo que es lo mismo, en un matorral
y cuerpo. Repetir esta frase treinta veces. Me encuentro bastante
puro de insectos para una noble sangre, dorado por los cuerpos
de los arcángeles y por su alma. Libertad: DADA, DADA, DADA, simpátlco.
aullido de colores encrespados, encuentro de todos los contrarios Trístan Tzara
y de todas las contradicciones, de todo motivo grotcco, de toda
incoherencia: LA VIDA. Ir

Un manifiesto es una comul1lcación hecha al mundo entero


Trístarz Tzara
con la que no se pretende más que descubrir un medio para
curar instantáneamente la sífilis política, astronómica, artística, par-
iHarzífiesto sobre el amor débil y el amor amargo lamentaria, agrícola y literaria. Puede ser dulce o bonachón; siem-
pre tiene razón; es fuerte, vigoroso y lógico.
Y hablando de lógica, me encuentro bastante simpático,
preámbulo = sardanápalo
Trístatl Tzara
uno = m1leu
Las vanguardias artisticas del siglo XX 30S
304 Mario De Micllelí

El orgullo es la estrella que bosteza y penetra a través de ¿La naturalidad es natural o es Dada?
los ojos y la boca. Se apoya y se hunde; en su seno está escrito: Me encuentro muy simpático,
estirarás la pata. Es su único remedio. ¿Quién puede creer todavía
Tristan Tzara
en los médicos? Prefiero al poeta que es como un pedo en una
máquina de vapor. Es dulce, pero no llora; pulido y semipederasta,
flota. Por lo demás, me desintereso completamente de ambos. IV
No es un azar absolutamente necesario que el primero sea alemán
y el segundo español. Lejos de nosCYtros la idea de descubrir la ¿Es necesaria la poesía? Yo sé que quienes gritan más fuerte
teoría de la probabilidad de las razas y el epistolario perfeccionado contra ella son los que, sin saberlo, le desean y le preparan una
de la amargura. perfección confortable. A eso lo llaman higiene futura.
Se habla de la muerte -siempre próxima- del arte. Aquí,
en cambio, deseamos un arte más arte. La higiene se vuelve pureza,
III dios mío, dios mío.
¿Ya nO se debe creer en las palabras? ¿Cuánto tiempo hace
Cada uno de nosotros ha cometido errores, pero el mayor que expresan lo contrario de lo que el órgano que las emite
de los errores es el haber escrito poesías. La locuacidad sólo tiene piensa y quiere?
una razón de ser: el rejuvenecimiento y la estabilidad de las tradicio- He aquí el gran secreto:
nes bíblicas. A la palabrería la alienta la administración de correos EL PENSAMIENTO SE FORMA EN LA BOCA.
que, ¡ay!, se perfecciona; la alientan el monopolio del tabaco, Me sigo pareciendo muy simpático,
las compañías ferroviarias, los hospitales, las empresas de pompas
fúnebres y las fábricas textiles; a la palabrería la alienta la cultura Tristan Tzara
familiar; a la palabrería la alienta el dinero de papá. Cada gota
de saliva que cae de la conversación se transforma en oro. Como Un gran filósofo canadiense ha dicho: La pensamIento y la
los pueblos siempre necesitan de alguna divinidad para salvaguardar pasado también son muy simpáticos.
las tres leyes esenciales, que son las de Dios, o sea comer, hacer
el amor y defecar, y como los reyes están de viaje y las otras V
leyes son demasiado duras, lo único que cuenta' actualmente es
la palabrería. La forma bajo la cual se presenta con mayor frecuencia Un amigo, que es demasiado amIgo mío para no ser muy
es DADA. inteligente, me decía el otra día:
Hay gente, periodistas, abogados, amateurs,filósofos, que consi- El sobresalro
deran que las otras formas, negocios, matrimonios, visitas, guerras, NO ES MAS QUE LA
congresos diversos, las sociedades anónimas, la política, los acciden- el quiromántico
tes, los bailes, las crisis económicas, las crisis de nervios también buenos días
son variaciones de DADA. MANERA DE DECIR Y QUE
Como no soy imperialista, no comparto tal opinión. Yo creo buenas noches
más bien que Dada es una divinidad de segundo orden que hay DEPENDE DE LA FORMA.. QUE SE LE HA DADO
que colocar con mucha naturalidad al lado de las otras formas a la pro pia 111 ioso tis
del nuevo mecanismo de las religiones provisionales. al propio cabello
306 J'vlario De lvlicheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 307

Decidme el número y os diré el juego.


Yo le contesté:
idiota
TIENES RAZON PORQUE VI!
príncipe
A priori, es decir, con los ojos cerrados, Dada sitúa antes
contrario
de la acción y por encima de todo: la Duda. DADA duda de
ESTOY CONVENCIDO DE LO
todo. Dada es todo. Desconfiad de Dada.
tártaro
El antidadaísmo es una enfermedad: la auto cleptomanía, condi-
naturalmente
ción normal de hombre, es DADA.
NO TENEMOS
Pero los dadaístas auténticos están en contra de DADA.
titubeamos
razón. Yo me llamo El autocleptómano.
LO OTRO.
deseo de conocer El que roba, sin pensar en su interés ni en su voluntad, algunos
elementos de su propia individualidad, es un cleptómano. Se roba
Como la diversidad es divertida, esta partida de golf da la
a sí mismo. Hace desaparecer los caracteres que lo distinguían
ilusión de una «cierta» profundidad. Yo respeto todas las convencio-
de la comunidad. Los burgueses se parecen, son exactamente iguales
nes: suprimirlas sería crear otras, hecho que complicaría nuestra
entre sí. No ·se parecen. Luego se les enseñó a robar -el robo
vida de una manera repugnante. Ya no se sabría qué es lo chic
se volvió función-, lo más cómodo y lo menos perjudicial es
y qué no lo es: si amar a los niños del primero o del segundo
robarse a sí mismos. Ellos son muy pobres. Los pobres están
matrimonio. El pistilo del pistolo nos ha colocado con frecuencia
en contra de Dada. Tienen bastante que hacer con sus cerebros.
en situaciones extrañas y movidas. El DESORDEN del nexo,
Nunca se darán bastante prisa. Trabajan, se devanan los sesos,
el DESORDEN de las nociones y de todas las cortas lluvias tropica-
se engañan, se roban. Son muy pobres. Lo pobres trabajan. Los
les de la DESMORALIZACION, de la DESORGANIZACION,
pobres están en contra de Dada. Quien está contra Dada está
de la DESTRUCCION, de la CARAMBOLA, también están
asegurados contra el rayo y se les reconoce utilidad pública. Hay
un hecho archiconocido: ya no es posible hallar dadaístas más
conmigo, dijo un hombre ilustre, pero murió de repente. Lo
enterraron como a un auténtico dadaísta. Anno domini Dada.
Desconfiad y recordad este ejemplo.
II
que en la Academia de Francia. Y, a pesar de ello, me sigo
encontrando bastante simpático, ¡
VIII
Tristan Tzara
PARA HACER UN POEMA.DAD,\ÍSTA

VI
Tomad un periódico.
Parece que eso es verdad: más lógico, muy lógico, demasiado Tomad unas tijeras.
lógico, menos lógico, poco lógico, verdaderamente lógico, bastante Elegid en el periódico un artículo que tenga la longitud que
lógico. queráis dar a vuestro poema.
-Hecho. Recortad con todo cuidado cada palabra de las que forman tal
Llamad a vuestra memoria al ser que más amáis. I articulo y ponedlas todas en un saquito.
i

-Hecho.... Agitad dulcemente.


308 ¡vIario De .iV1icheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 309

Sacad las palabras una detrás de otra colocándolas en el orden es un espíritu, Dada es escéptico, Dada es una magia, yo sé lo
en que las habéis sacado. que es Dada.
Copiadlas concienzudamente. Queridos hermanos míos: bueno o malo, religión o poema,
El poema está hecho. espiritu o escepticismo, definiciones, definiciones,
Ya os habéis convertido es un escritor infinitamente original y do- he alzi por qué rel/en taréis todos,
tado de una sensibilidad encantadora, aunque, por supuesto, in- y reventaréis, os lo juro.
comprendida por la gente vulgar.
El gran misterio es un secreto, pero algunas personas lo conocen.
IX Pero nadie dirá nunca qué es Dada. Para distraeros una vez más
sólo os diré algo como:
Hay gente que explica porque hay gente que aprende. Suprimid Dada es la dictadura del espíritu, o
a ambas y sólo queda Dada. Dada es la dictadura del lenguaje,
Mojad la pluma en un líquido negro con intenciones manitlestas o
-no es más que vuestra propia autobiografía lo que incubáis Dada es la muerte del espíritu,
bajo la panza del cerebelo en flor. lo que le gustará a muchos de mis amigos. Amigos.
La biografía es el hábito del hombre ilustre, grande o fuerte.
Y aquí estás, hombre sencillo como los demás, después de haber
mojado la pluma en la tinta, lleno de X
PRETENSIONES
que se manifiestan bajo formas diversas e imprevistas, aplicándose Es cierto que desde Gambetta, la guerra, Panamá y el caso
a todas las formas de la actividad, de la situación, del espíritu Steinheilla inteligencia se encuentra en la calle. El hombre inteligen-
y de la mímica; héte aquí lleno de te se ha convertido en un tipo completamente normal. Lo que nos
AMBICIONES falta, lo que es' de interés, lo que es raro porque posee las anomalías
de mantenerte en el cuadrante de la vida, en el sitio al que acabas de un ser precioso, la frescura y la libertad de los grandes anti-hom-
de llegar en ese mismo instante; de avanzar en marcha ascendente, bres, es
ilusoria y ridícula hacia una apoteosis que no existe sino en tu EL IDIOTA
neurastenia; héte aquí lleno de Dada trabaja con todas sus fuerzas por la instauración del idiota
ORGULLO en todas partes. Pero conscientemente. Y él mismo tiende cada
más grande, más fuerte, más profundo que todos los demás. vez más a volverse idiota.
Queridos hermanos: hombre grande, hombre pequeño, fuerte, Dada es terrible: no ·se enternece por las derrotas de la inteligen-
débil, profundo, superficial, cia. Dada es bastante cobarde, pero cobarde como un perro rabioso,
he ah! por qué reventaréis todos. no reconoce ni métodos ni excesos persuasivos. La falta de ligas
Hay alguien que adelantó la fecha de sus manifiestos para que le obliga a agacharse sistemáticamente nos recuerda b fil1losa
hacer creer que tuvo un poco antes la idea de su grandeza. Queridos falta de sistema que nunca existió. La falsa noticia fue lanzada
hermanos míos: antes o después, pasado o futuro, hoy o ayer. por una lavandera al pie de una página y la página fue llevada
he ah! por qué reventaréis todos. a un país bárbro donde los ca libríes hacen de hombres-sandwich
Hay alguien que dijo: Dada es bueno porque no es malo; de la cordial naturaleza. Esta historia me la contó un relojero
Dada es malo, Dada es una religión, Dada es un poema, Dada que tenía en la mano ~na dulce jeri que él definía, en recuerdo
Las vanguardias artísticas del siglo XX 311
310 ¡'VIario De lvlicheli

XIV
de las características de los países cálidos, como flemática e mSI-
nuante. Maquillar la vida en un binóculo -r.nanta de caricias pano-
plia de mariposas - he ahí la vida de las camareras de la vida.
XI Tumbarse sobre una navaja y sobre pulgas en celo - viajar
Dada es un perro, un compás, arcilla abdominal, ill nuevo como un barómetro - mear como un cartucho - cometer errO-
ill japonesa desnuda, gasómetro de los sentimientos en pelotas.
res, ser idiota, ducharse con minutos santos - ser golpeado, ser
Dada es brutal y no hace propaganda. Dada es una cantidad siempre el último - gritar lo contrario de lo que el otro dice -
de vida en transparente transformación sin esfuerzo y giratoria. ser la sala de redacción y e! cuarto de baño de Dios que cada día se
da un baño dentro de nosotros' en compañía de! bañero he ahí
XII ka vida de los dadaístas.
Ser inteligentes - respetar a todos - morir en e! campo de ba-
Señores señoras compren entren compren y no lean verán
talla - suscribir la Deuda pública - votar por Fulano respetar
a quien tiene en sus manos la llave del niágara el hombre que
la naturaleza y la pintura - gritar en las manifestaciones Dada -
cojea en un zoo los hemisferios en una maleta la nariz encerrada
izeaquí la vida de los hombres.
en un farolillo chino verán verán verán la danza del vientre en
el Saloon de Massachussetts aquél que clava los clavos y el neumático
que se desinfla las medias de seda de la señorita atlántida el baúl XV
que da 6 veces la vuelta al mundo para encontrar al señor destinata- Dada no es una doctrina para poner en práctica, es una doctrina
rio y su novia su hermano la cuñada encontrarán la dirección para mentir: un negocio rentable. Dada contrae deudas y no
del carpintero el reloj de sapos el nervio abrecartas tendrán la vive sobre almohadones. El buen Dios creó una lengua universal
dirección del alfiler más pequeño para el sexo femenino y del y por eso nadie se lo toma en serio. Una lengua es una utopía.
que proporclOna las fotos obscenas al rey de Grecia así como Dios puede permitirse no tener éxito: Dada también. Por ello
la dirección de la Action fran<;:aise. los críticos dicen: Dada es un lujo, Dada está en celo. Dios también
es un lujo, o bien está en celo. ¿Quién tiene razón: Dios, Dada
XIII o la crítica?
Dada es un microbio virgen. -Se sale usted de! tema ... -me dice un gentil lector.
Dada está contra la vida cara. -En absoluto. Yo sólo quería llegar a esta conclusión: Suscribid
Dada a Dada, el único préstamo que no rinde nada.
sociedad anónima para la expropiación de las ideas.
Dada tiene 391 actitudes y colores diferentes según el sexo XVI
del presidente.
Se transforma, afirma y dice lo contrario en el mismo instante grito grito grito grito grito grito grito
-sin importancia- grita y pesca con caña. grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito grito
Dada es el camaleón del cambio rápido e interesado. Dada
está contra el futuro. Dada está muerto. Dada es idiota. Viva grito gnto gmo grito grito grito grito
Dada. Dada no es una escuela literaria aúlla gnto grito grito grito grito grito grito
í grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito gmo grito grito
Tristan Tzara
312 Mario De Micheli

grito grito grito grito grito grito grito Surrealismo *


grito grito grito gnto grito grito grito
grito grito grito grlto gmo grito grito
grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito gmo
grito grito grito gritogrito grito grito
grito grito grito grito grito gnto grito
grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito grito Primer mallifiesto del sllrrealismo
grito grito grito grito grito grito grito
Tante fe se tiene en la vida, en la vida en su aspecto más precario,
Y, una vez más, me SlgO encontrando realmente simpático en la vida real, naturalmente, que al fin esta fe acaba por desaparecer.
El hombre, soñador sin remedio, al sentirse de día en día más
Tristall Tzara descontento de su sino, examina con dolor los objetos que le
han enseñado a utilizar, y que ha obtenido a través de su indiferencia
o de su iriterés, casi siempre a través de su interés, ya que ha
consentido someterse al trabajo, o por lo menos no se ha negado
a aprovechar las oportunidades ... ¡Lo que él llama oportunidades!
Cuando llega a este momento, el hombre es profundamente modes-
to: sabe cómo son las mujeres que ha poseído, sabe cómo fueron
las risibles aventuras que emprendió, b riqueza y la pobreza nada
le importan, y en este aspecto vuelve a ser como un niño recién
nacido; y en cuanto se reflere a la aprobación de su conciencia
moral, reconozco que puede prescindir de ella sin grandes dificulta-
des. Si le queda un poco de lucidez, no tiene más remedio que
dirigir la vista hacia at.rás, hacia su infancia que siem pre le parecerá
maravillosa, por mucho que los cuidados de sus educadores la

* El Primer ¡\!fallijiesto del S!lrrea/ismo de André Breton, documento capiol


del movimiento, fue publicJdo en 192.+; el Sc~\;!ttldu Ala!lUl.eslO del _Q¡rrc¡1¡¡slJ/(1
lo fue en 1930, y los Prole,Ró/!léllos ,1 l/II tercer iHallijlesto del 5lIrrealismo vieron
la luz cn 1942. La ¡raducClón del primcr manifiesto quc aqui prcscncamos
es ímegn y se dcbe a i\ndrés Bosch (Breton, Andr':: "Maniflcstos del surrealismo»,
Madrid, Edicionc's Guadarrama, 19(9)
314 ¡'vIario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 315

hayan destrozado. En la intancia, la ausencia de toda norma conoci- fanatismo humano. Sin duda alguna, sebasa en mi única aspiración
da ofrece al hombre la perspectiva de múltiples vidas vividas legítima. Pese a tantas y tantas desgracias como hemos heredado,
al mismo tiempo; el hombre hace suya esta ilusión; sólo le interesa es preciso reconocer que se nos ha legado una libertad espiritual
la facilidad momentánea, extremada, que todas las cosas ofrecen. suma. A nosotros corresponde utilizarla sabiamente. Reducir la
Todas las mañanas, los niños inician su camino sin inquietudes. imaginación a la esclavitud, cuando a pesar de todo quedará esclavi-
Todo está al alcance de la mano, las peores circunstancias parecen zada en virtud de aquello que con grosero criterio se denomina
excelentes. Luzca el solo esté negro el cielo, siempre seguiremos felicidad, es despojar a cuantó uno encuentra en lo más hondo
adelante, jamás dormiremos. -. de sí mismo del derecho a la suprema justicia. Tan sólol?imagiE~­
Pero no se llega muy lejos a lo largo de este camino; y no ción me permite llegar a saber 10__q4-e__ pJ-!.e.t1.01egar a ser, y esto
se trata solamente de una cuestión de distancia. Las amenazas basta para mitigar un poco su terrible condena;--y e~to=-¡:'-asta,
se acumulan, se cede, se renuncia a una parte del terreno que también, para que ITle abandone a ella, sin miedo al engaño (como
se debía conquistar. Aquella imaginación que no reconocía límite si pudiéramos engañarnos todavía más). ¿En qué punto comienza
alguno, ya no puede ejercerse sino dentro de los límites fijados la imaginación a ser perniciosa y en qué punto deja de existir
por las leyes de un utilitarismo convencional; la imaginación no la seguridad del espíritu? ¿Para el espíritu, acaso la posibilidad
puede cumplir mucho tiempo esta función subordinada, y cuando de errar no es sino una contingencia del bien?
alcanza aproximadamente la edad de veinte años prefiere, por Queda la locura, "la locura que solemos recluir», como muy
lo general, abandonar al hombre a su destino de tinieblas. bien se ha dicho. Esta locura o la otra ... Todos sabemos que
Pero si más tarde el hombre, fuere por lo que fuere, intenta los locos son internados en razÓn de un reducido número de
enmendarse al sentir que poco a poco van desapareciendo todas actos jurídicamente reprobables, y que, en ausencia de estos actos,
las razones para vivir, al ver que se ha convertido en un ser su libertad!, (la parte visible de su libertad) no sería puesta en
incapaz de estar a la altura de una situación excepcional, cual tela de juicio. Estoy plenamente dispuesto a reconocer que los
la del amor, dificilmc:nte logrará su propósito. Y ello es así por 10c.os__20n, en cierta medida, .. víctimas. de su imaginación, en el
cuanto el hombre se ha entregado en cuerpo y alma al imperio sentido d~- q~'e ésta les indu~~-a quebr~ntar ciertas reglas, reglas
de unas necesidades pLícticas que no toleran el olvido. Todos cuya transgresión define la calidad de loco, lo cual todo ser humano
sus actos carecerán de altura; todas sus ideas, de profundidad. ha de procurar saber por su propio bien. Sin embargo, la profunda
De todo Cuanto le OCurra o cuanto pueda llegar a ocurrirle, solamen- indiferencia de que los locos dan muestras con respecto a la crítica
te verá aquel aspecto del acontecimiento que lo liga a una multitud de que les hacemos objeto, por no hablar ya de las diversas correc-
de acontecimientos parecidos, acontecimientos en los que no ha ciones que les infligimos, permite suponer que su imaginación
tomado parte, acontecimientos que se ha perdido. Más aún, juzgará les proporciona grandes consuelos, que gozan de su delirio lo
cuanto le ocurra o pueda ocurrirle poniéndolo en relación con suficiente para soportar que tan sólo tenga validez para ellos.
uno de aquellos acontecimientos últimos, cuyas consecuencias sean Y, en realidad, las alucinaciones, las visiones, etcétera, no son
más tranquilizadoras que las de los demás. Bajo ningún pretexto una fuente de placer despreciable. La sensualidad más culta goza
sabrá percibir su salvación. con ella. y me consta que muchas noches acariciaría con gusto
Amada imaginación, lo que más amo en ti es que jamás per- aquella linda mano que, en las últimas páginas de la Intelligence,
1
Ganas. de Taine, se elHrega a tan curiosas fechorías. Me pasaríJ la vida
enterJ dedicado J provocar las confidencias de los locos. Son
Unicamente la palabra_ libertad tienL el poder de exaltarme. gente de escrupulosa honrJdez, cUYJ inocencia tJn sólo se puede
Me parece justo y bueno mantener indefinidamente este viejo comparar J b mía. ParJ poder descubrir América, Colón tuvo
316 Mario De l'vIicheli Las vanguardias artisfÍcas del siglo XX 317

que ¡nJClar el v¡aje en com pañía de locos. Y ahora podéis ver del que la frase antes citada constituye un ejemplo, es casi exclusivo
que aquella locura dio frutos reales y duraderos. patrimonio de la novela, será preciso reconocer también que sus
autores no son excesivamente ambiciosos, El carácter circunstancia-
No será el miedo a la locura lo que nos obligue a bajar la do, inútilmente particularista, de cada una de sus observaciones
bandera de la imaginación. me induce a sospechar que tan sólo pretenden divertirse a mis
_D_e~pués de haber instruido proceso a la actitud materialista, expensas. No me permiten tener siquiera la menar duda acerca
es imperativo instruir proceso a la actitud realista. Aquélla, más de los personajes: ¿Será este personaje rubio o moreno? ¿Cómo
poética que ésta, desde luego, presupt:lne en el hombre un orgullo se llamará? ¿Le cónoceremos en verano ... ? Todas estas interrogantes
ciertamente monstruoso, pero no comporta una nueva y más com- quedan resueltas de una vez para siempre, a la buena de Dios;
pleta frustración. Es conveniente ver ante todo en dicha escuela no me queda más libertad que la de cerrar el libro, de lo cual
una bienhechora reacción contra ciertas risibles tendencias del espiri- no suelo privarme tan pronto llego a la primera página de la
tualismo. Y, en fin, la actitud materialista no es incompatible obra, más o menos. ¡Y las descripciones! En cuanto a vaciedad,
con cierta elevación intelectual. nada hay que se les pueda comparar; no son más que superposicio-
Contrariamente, la actitud realista, inspirada en el positivismo, nes de imágenes de catálogo, de las que el autor se sirve S1l1
desde Santo Tomás a Anatole France, me parece hostil a todo limitación alguna, y aprovecha la ocasión para poner bajo m¡
género de elevación intelectual y moral. Le tengo horror por vista sus tarjetas postales, buscando que juncamente con él fije
considerarla resultado de la mediocridad, del odio y de vacíos mi atención en los lugares comunes que me ofrece:
sentimientos de suficiencia. Esta actitud es la que ha engendrado "La pequeña estancia a la que hicieron pasar al joven tenía
en nuestros días esos libros ridículos y esas obras teatrales insultantes. las paredes 'cubiertas de papel amarillo; en las ventanas había gera-
Se alimenta incesantemente de las noticias periodísticas, y traiciona nios y estaban cubiertas con cortinas de muselina; el sol poniente
a la ciencia y al arte, al buscar halagar al público en sus gustos lo iluminaba todo con su luz cruda. En la habitación no había
más rastreros; su claridad roza la estulticia, y está a altura perruna. nada digno de ser descacado. Los muebles de madera blanca eran j
Esta actitud llega a perjudicar la actividad de las mejores inteli- muy viejos. Un diván de alto respaldo inclinado, ante el diván ,~
j
gencias, ya que la ley del mínimo esfuerzo termina por imponerse una mesa de tablero ovalado, un lavabo y un espejo adosados
a éstas, al igual que a las demás. Una consecuencia ridícula
de dicho estado de cosas estriba, en el terreno de la literatura,
a un entrepaño, unas Cuantas sillas arrimadas a las paredes, dos
o -tres grabados sin valor que representaban a unas señoritas alemanas
I
en la abundancia de novelas. Todos ponen a contribución sus con pájaros en las manos ... A eso se reducía el mobiliario»l.
pequeñas dotes de {(observación». No estoy dispuesto a admitir que la inteligencia se ocupe,
A fin de proceder a aislar los elememos esenciales, Paul siquiera de paso, de semejantes temas. Habrá quien diga que esta
Valéry propuso recientemente la formación de una antología en parvularia descripción está en el lugar que le corresponde, y que
la que se reuniera el mayor número posible de novelas primerizas en este punto de la obr:\ el autor tenía sus razones para atormentar-
cuya insensatez esperaba alcanzase altas cimas. En esta antología me. Pero no por eso dejó de perder el tiem po, porque yo en
también figurarían obras de los autores m:ls f:1mosos. Esta es una ningún momento he penetrado en ul esuncia. La pereza, b [Higa
idea que honra a Paul Valéry, quien no hace mucho me aseguraba, de los demás no me atraen. Creo que la continuidad de la vida
hablándome del género novelístico, que siempre se negaría a escribir ofrece altibajos denusiac10 concLlstados p~lLl que mis minutos de
la siguiente frase: la marquesa salió a las ci/lco. Pero, ¿ha cumplido depresión y debilidad tengan el mismo valor que mis mejores
la palabra dada?
I
Si reconocemos que el estilo pura y simplemente informativo, ..,. 1 Dostoievsky: Crimen y caj[(~o .
318 ivlario De ivliclzeli Las vanguardias artisticas del siglo XX 319

minutos. Quiero que la gente se calle tan pronto deje de sentir. bastante vago, ciertamente. Si con ello resultara que las ideas
y quede bien claro que no ataco la falta de originalidad por generales que la filosofía se ha ocupado de estudiar, hasta el presente
la falta de originalidad. Me he limitado a decir que no dejo momento, penetrasen definitivamente en·un ámbito más amplio,
constancia de los momentos nulos de mi vida, y que me parec~ yo sería e! primero en alegrarme. Pero no es así, y todo queda
indigno que h;:¡ya hombres que expresen los momentos que a reducido ;:¡ un simple discreteo; por el momento, los rasgos de
su juicio son nulos. Permitidme que me salte la descripción ;:¡rriba ingenio y otras galanas habilidades, en vez de dedicarse a juegos
reproducida, así como muchas otras. inocuOS consigo mismas, ocultan a nuestra visión, en la mayoría
y ahor;:¡ llegamos ;:¡ la psicología,tema sobre el que no tendré de los casos, el verdadero pensamiento que, a su vez, se busca
e! menor empacho en bromear un poco. a sí mismo. Creo que todo acto lleva en sí su propia justificación,
El autor coge un personaje, y, tras haberlo descrito, hace peregri- por lo menos en cuanto respecta a quien ha sido capaz de ejecutarlo;
nar a su héroe a lo largo y ancho de! mundo. Pase lo que pase, creo que todo acto está dotado de un poder de irradiación de
dicho héroe, cuyas acciones y reacciones han sido admirablemente luz al que cualquier glosa, por ligera que sea, siempre debilitará.
previstas, no debe comportarse de un modo que discrepe, aunque El solo hecho de que un acto sea glosado determina que, en cierto
parezca discrepar, de los cálculos de que ha sido objeto. Aunque modo, este acto deje de producirse. El adorno del comentario nin-
e! oleaje de la vida cause la impresión de elevarlo, de revolcarlo, gún beneficio produce al acto. Los personajes de Stendhal quedan
de hundirlo, el personaje siempre será aquel tipo humano previa- aplastados por las apreciaciones del autor, apreciaciones más o me-
mente formado. nos acertadas, pero que en nada contribuyen a la mayor gloria de
Se trata de una simple partida de ajedrez que no despierta los personajes, ~ quienes verdaderamente descubrimos en el instan-
mi interés, porque el hombre, sea quien sea, me resulta un adversa- te en que escapan del poder de Stendhal.
rio de escaso valor. Lo que no puedo soportar son esas lamentables
disquisiciones referentes a talo cual jugada, cuando ello no com por- Todavía vivimos bajo el imperio de la lógica, y precisamente
ta ganar ni perder. Y si el viaje no merece las alforjas, si la a eso queria llegar. Sin embargo, en nuestros días, los procedimien-
razón objetiva deja en el más terrible abandono -y esto es lo tos lógicos tan sólo se aplican a la resolución de problemas de
que ocurre- a quien la llama en su ayuda, ¿no será mejor prescindir interés secundario. La parte de racionalismo absoluto que todavía
de tales disquisiciones? "La diversidad es tan ;:¡mplia que en ella sigue en boga solamente puede aplicarse a hechos estrechamente
caben todos los tonos de voz, todos los modos de andar, de ligados a nuestra experiencia. Contrariamente, las finalidades de
toser, de sonarse, de estornudar. .. »2 «Si un racimo de uvas no orden puramente lógico quedan fuera de su alcance. Huelga decir
contiene dos granos semejantes, ¿a s;:¡nto de qué describir un grano que la propia experiencia se ha visto sometida a ciertas limitaciones.
en representación de otro, un grano en representación de todos, La experiencia está confinada en una jaula, en cuyo interior da
'Un grano que, en virtud de mi arte, resulte comestible? La insopor- vueltas y vueltas sobre sí misma, y de la que cada vez es más
table manía de equiparar lo desconocido a lo conocido, a lo clasifi- dificil hacerla salir. La lógica t;:¡mbién se basa en la utilidad inmedia-
cable, domma los cerebros. El deseo de análisis impera sobre los ta, y queda protegida por e! sentido común. So pretexto de civiliza-
sentim ientos,,:3 De ahí nacen largas exposiciones cuya fuerza persua- ción, con la excusa del progreso, se ha llegado a desterrar del
siva radica tan sólo en su propio absurdo, y que tan sólo logran reino del espíritu cuanto pueda calificarse, con razón o sin ella,
imponerse al lector mediante el recurso a un vocabulario abstracto, de superstición o quimera; se ha llegado a proscribir todos aquellos
modos de investigación que no se conformen con los usos imperan-
P"5C"i. tes. Al parecer, tan sólo al azar se debe que recientemente se
;¡ Barrés. PrOUSL
haya descubierto una parte del mundo intelectual que, a mi juicio,
320 A1aria De lvIicheli Las vangllardias artisticas del sl~~lo XX 321

es con mucho la más importante, y que se pretendía releg;:¡r ;:¡I en privar a éste de toda trascendencia actual, y en situar el único
olvido:"1\'C)ite respecto, debemos reconocer que los descubrimientos punto de referencia del sueño en el instante en que el hombre
de Freud han sido de decisiva importancia. Con b;:¡se en dichos cree haberlo abandonado, unas cuantas horas antes, en el instante
de~ientos, comienza al fin a perfilarse una corriente de opi- de ;:¡quella esperanza o de aquella preocupación interior. El hombre,
nión, a cuyo favor podrá el explorador avanzar y llevar sus investi- al despertar," tiene.];}. falsa idea de reempreT19.~l"ªlgº"qtle ·;;iJt:
gaciones a más lejanos territorios, al quedar autorizado ;:¡ dej;:¡r laR~!1~ Por esto, el sueño queda relegado al interior de un parénte-
de limitarse únicamente a las realidades más someras. Quizá h;:¡y;:¡ SIS, igual que la noche. Y, en general, el sueño, al igual que
llegado el momento en que ];:¡ imagtn;:¡ción esté próxima ;:¡ volver la noche,· se considera irrelevante.. Este singular estado de cosas
a ejercer los derechos que le corresponden. Si las protlmdid;:¡des me ind uce a algunas reflexiones, a mi juicio, oportunas:
de nuestro espíritu ocultan extrañas fuerz;:¡s capaces de aument;:¡r
aquéllas que se advierten en la superficie, o de luchar victoriosamen- 1. Dentro de los límites en que se produce (o se cree que
te contra ellas, es del mayor interés captar estas fuerzas, capt;:¡rlas se produce), el sueño es, según todas las apariencias, cQntinuo,
ante todo para, a continuación, someterlas al dominio de nuestra y presenta indicios de organización o estructura. Unicamente la
razón, si fuera procedente. Con ello, incluso los propios analistas memoria se arroga el derecho de imponerle lagunas, de no tener
no obtendrán sino ventajas. Pero es conveniente observar que en cuenta las transiciones, y de ofrecernos antes una serie de sueños
no se ha ideado ningún método a priori para llevar a cabo la que el slleílO propiamente dicho. Del mismo modo, únicamente
anterior empresa, la cual, mientras no se demuestre lo contrario, tenemos una representación fragmentaria de las realidades, represen-
puede ser competencia de los poetas al igual que de los sabios, tación cuya coordinación depende de la voluntad 4. Aquí es impor-
y que el éxito no depende de los caminos más o menos caprichosos tante señalar que nada puede justificar el proceder a una mayor
que se SIgan. dislocación de los elementos constitutivos del sueño. Lamento tener
que expresarme mediante unas fórmulas que, en principio, excluyen
Con toda justificación, Freud ha proyectado su labor Cnnca el sueño. ¿Cuándo llegará, señores lógicos, la hora de los filósofos
sobre los sueños, ya que, efectivamente, es inadmisible que esta durmientes?
importante parte de la actividad psíquica haya merecido, por el Quisiera don~il" p;:¡ra entregarme"~los durmientes, del mismo
momento, tan escasa atención. Y ello es así por cuanto el pensamien- modo que me entrego a quienesD1e leen, con los ojos ;:¡biertos,
to humano, por lo menos desde el instante del nacimiento del para dejar de imponer, en esta materia.,. el ritfl1Q.~ol1sc:.iente de
hombre hasta el de su muerte, no ofrece solución de continuidad mi pensamiento.
alguna, la suma total de los momentos de sueño, desde un Acaso mi sueño de la última noche se;:¡ continuación del sueño
puntode. . temporal,"y consiclerando solamente el sueñopurc:, de la precedente, y prosiga, la noche siguiente, con un rigor
-eTSiieñü-d"e los períodos en que el hombre duerme, no es inferior harto plausible. Es mlq posible, como suele decirse. Y habida cuenta
.a la suma de los momentos de realidad, o, mejor dicho, de los de que no se ha demostrado en modo alguno que al ocurrir
Ínofl1entosde vigilia. L;:¡ extremada diferencia, en cuanto a im por- lo dicho la «realidad" que me ocupa subsista en el estado de sueño,
tancia y gravedad, que para el observador ordinario existe entre
los acontecimientos en estado de vigilia y aquéllos correspondientes 4 Es preciso tener en CUé'nta el espesor del sueño. En general, tan sólo recuerdo

al est;:¡do de sueño, siempre ha sido sorprendente. Así es debido lu que hasta mí llega desde las más superticiales capas del sUé'ño. Lo que m:is

a que el hombre se convierte, principalmente cuando deja de


dormir, en juguete de su memoria, que, en el estado norm:l!,
I1
me gusta consider~r de los sueños es aquello que queda vagamente presente
al dcsperur, aquello que no es el resulcado del empleo que haY:l cbdo a la
:1; jornada precedente, es decir, los sombríos follajes, las ramificaciones sin sentido.
I1
se complace en evocar muy débilmente las circunstancias del sueño. ,I Igualmentt'. en b ({fe::l1idadl> prefiero ahdlldoudune.
l
el 11
322 ¡'"Jario De Miclzeli Las vanguardias artisticas del siglo XX 323

que esté oscuramente presente en una zona ajena a la memoria, el es píntu capaz? Quisiera entregarle la llave que le permitiera
¿por qué razón no he de otorgar al sueño aquello que a veces penetrar en estos pasadizos.
niego a la realidad, este valor de certidumbre que, en e! tiempo 3. El espíritu del hombre que sueña queda plenamente satisfe-
en que se produce, no queda stueto a mi escepticismo) ¿Por qué eh" con lo que sueña. La angustiante incógnita de la posibilidad
no espero de los indicios del sueño más de lo que espero de deja de formularse. Mata, vuela más deprisa, ama cuanto quieras.
mi grado de conciencia, de día en día más elevado) ¿No cabe y si mueres, ¿acaso no tienes la certeza de despertar entre los
acaso emplear tambíén e! sueño para resolver los problemas funda- muertos? Déjate llevar, los acontecimientos no toleran que los
mentales de la vída? ¿Estas cuestiones son las mísmas tanto en difieras. Careces de nombre. Todo es de una facilidad preciosa.
un estado como en e! otro, y, en e! sueño, tienen ya el carácter Me pregunto qué razón, razón muy superior a la otra, confiere
de tales cuestíones? ¿Conlleva e! sueño menos sanciones que cuanto al sueño este aire de naturalidad, y me induce a acoger sin reservas
no sea sueño? Envejezco, y quizá sea e! sueño, antes que esta una multitud de episodios cuya rareza me deja anonadado, ahora,
realidad a la que creo ser fiel, y quízá sea la indiferencia con en el momento en que escribo. Sin embargo, he de creer el
que contemplo el sueño, lo que me hace envejecer. testimonio de mi vista, de mis oídos; aquel día tan hermoso
2, Vuelvo, una vez más, al estado de vigilia. Estoy obligado existió, y aquel animal habló.
a considerarlo como un fenómeno de interferencia. Y no sólo La dureza del despertar del hombre, lo súbito de la ruptura
ocurre que e! espíritu dé muestras, en estas condiciones, de una del encanto, se debe a que se le ha inducido a formarse una
extraña tendencia a la desorientación (me refiero a los lapsos y débil idea de lo que es la expiación.
malas interpretaciones de todo género, cuyas causas secretas comien- 4. En er instante en que e! sueño sea objeto de un examen
zan a sernas conocidas), sino que, lo que es más, parece que el metódico o en que, por medios aún desconocidos, lleguemos a
espíritu, en su funcionamiento normal, se limite a obedecer sugeren- tener candencia de! sueño en toda su integridad (y esto implica
cias procedentes de aquella noche profunda de la que yo acabo una disciplina de la memoria que tan sólo se puede lagar en
de extraerle. Por muy bien condicionado que esté, e! equilibrio el curso de varias generaciones, en la que se comenzaría por registrar
de! espíritu es siempre relativo. El espíritu apenas se atreve a ante todo los hechos más destacados), o en que su curva se desarrolle
expresarse y, caso de que lo haga, se limita a constatar que tal con una regularidad y amplitud hasta el momento desconocidas,
idea, tal mujer, le Izace efecto. Es incapaz de expresar de qué clase cabrá esperar que los misterios que dejen de serlo nos ofrezcan
de efecto se trata, lo cual únicamente sirve para darnos la medida la visión de un gran Misterio. Creo en la futura armonización
de su subjetivismo. Aquella idea, aquella mujer, cOlltllrball al espíritu, de estos dos estados, aparentemente tan contradictorios, que son
le inclinan a no ser tan rígido, producen e! efecto de aislarle el sueño y la realidad, en una especie de realidad absoluta, en
durante un segundo de! disolvente en que se encuentra sumergido, una sobrerrealidad o surrealidad, si así se la puede llamar. Esta
de depositarle en e! cielo, de convertirle en el bello precipitado es la conquista que pretendo, en la certeza de jamás conseguirla,
que es. Carente de esperanzas de hallar las causas de lo anterior, pero demasiado olvidádizo de la perspectiva de la muerte para
e! espíritu recurre al azar, divinidad más oscura que cualquier privarme de anticipar un poco los goces de tal posesión.
otra, a la que atribuye todos sus extravíos. ¿Y quién podrá demos-
trarme que la luz bajo la que se presenta esa idea que impresiona Se cuenta que todos los días, en el momento de disponerse
al espírítu, bajo la que advierte aquello que más ama en los a dormir, Saint-Pol-Roux hacía colocar en la puerta de su mansión
ojos de aquella mtuer, no sea precísamente d vínculo que le une de Camaret un carte! en d que se leía: EL POETA TRABAJA.
al sueño, que le encadena a unos presupuestos básicos que, por Habría mucho que añadir sobre este tema, pero tan sólo me
su propia culpa, ha olvidado? ¿Y si no fuera así, de qué sería he propuesto tocarlo ligeramente y de pasada, ya que se ·trata
324 Mario De iV1icheli Las !'angllardias artisticas del siglo XX 325

de algo que requiere una exposIción muy larga y mucho más Quizá parezca injustificado que ha ya empleado e! anterior
rigurosa; más adelante volveré a ocuparme de él. En la presente ejemplo, al referirme a lo maravilloso, cuando las literaturas nórdi-
ocasión, he escrito con el propósito de hacer justicia a lo maravillo- cas y las orientales se han servido de el constantemente, por no
so, de situar en su justo contexto este odio hacia lo maravilloso hablar ya de las literaturas propiamente religiosas de todos los
que ciertos hombres padecen, este ridículo que algunos pretenden países. Sin embargo, si así lo he hecho, ello se debe a que los
atribuir a lo maravilloso. Digámoslo claramente: lo maravilloso ejemplos que estas literaturas hubieran podido proporcionarme
es siempre bello, todo lo maravilloso, sea lo que fuere, es bello, están plagados de puerilidades, ya que se dirigen a niños. En
e incluso debemos decir que sola11lente lo maravilloso es bello. un principio éstos no pueden percibir lo maravilloso, y después
En el ámbito de la literatura únicamente lo maravilloso puede no conservan la suficiente virginidad espiritual para que Piel de
dar vida a las obras pertenecientes a géneros inferiores, tales como asno les produzca demasiado placer. Por encantadores que sean
el novelístico, y, en general, todos los que se sirven de la anécdota. los cuentos de hadas, e! hombre se sentiría frustrado si tuviera
El monje, de Lewis, constituye una admirable demostración de lo que alimentarse sólo con ellos, y, por otra parte, reconozco que
anterior. El soplo de lo maravilloso penetra en la obra entera. no todos los cuentos de hadas son adecuados para los adultos.
Mucho antes de que el autor haya liberado a sus personajes de La trama de adorables inverosimilitudes exige una mayor finura
toda servidumbre temporal, se nota que están prestos a actuar con espiritual que la propia de muchos adultos, y uno ha de ser capaz
un orgullo carente de precedentes. Aquella pasión de eternidad de esperar todavía mayores locuras ... Pero la sensibilidad jamás
que les eleva incesantemente da acentos inolvidables a su tortura cambia radicalmente. El miedo, la atracción sentida hacia lo insólito,
y a la mía. A mi entender, este libro exalta ante todo, desde el azar, e! amor al lujo, son recursos que nunca se utilizarán
el principio al fin, y de la manera más pura que jamás se haya estérilmente. Hay muchos cuentos que escribir con destino a los
dado, cuanto en el espíritu aspira a elevarse del suelo; y esta mayores, cuentos que todavía son casi de ludas.
obra, una vez despojada de su fabulación novelesca, de moda Lo maravilloso no es igual en todas las épocas; lo maravilloso
en la época en que fue escrita, constituye un ejemplo de justeza participa oscuramente de ciena clase de revelación general de
y de inocente grandeza 5. A mi juicio son pocas las obras que la que tan sólo percibimos los detalles: éstos son las ruinas románti-
la superan, y el personaje de Mathilde, en especial, es la creación cas, el maniquí moderno, o cualquier otro símbolo susceptible
más conmovedora que cabe anotar en las partidas de! activo de de conmover la sensibilidad humana durante cierto tiempo. Sin
aquella moda de figuración en literatura. Mathilde no es tanto embargo, en estos cuadros que nos hacen sonreír se refleja siempre
un personaje cuanto una constante tentación. Y si un personaje la irremediable inquietud humana, y por esto he fijado mi atención
no es una tentación, ¿qué otra cosa puede ser? Extremada tentación en ellos, ya que los estimo inseparablemente unidos a ciertas produc-
la de Mathilde. El principio <<nada es imposible para quien quiere ciones geniales que están más dolorosamente influidas por aquella
arriesgarse» tiene en El monje su máxima fuerza de convicción. inquietud que muchas otras obras. Y al decirlo, pienso en los
Las apariciones ejercen en esta obra una función lógica, por cu:mto patíbulos de Villon, en los griegos de Racine, en los divanes
el espíritu crítico no se preocupa de desmentirlas. Del mismo de Baude!aire. Coinciden con un eclipse del buen gusto que
modo, el castigo de Ambrosio queda tratado de manera plenamente puedo soportar muy bien, por cuanto considero que el buen guSto
legítima, ya que a fin de cuentas es aceptado por el espíritu crínco es una formidable lacra. En e! ambiente de mal gusto propio
como un desenlace natural. de mi época, me esfúerzo en llegar más lejos que cualquier Otro.
Si hubiese vivido en 1820, yo habría hablado de la «monja
5 Lo más admirable de lo fantáscico es que lo fantástico ha dejado de ./ ensangrentada», y no habría ahorrado aquel astuto y trivial "disimu-
existir; ahora sólo hiv realidad. lemos» de que h~lbb el COLlsin enamorado de la parodia, y habría
326 Alario De AIicheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 327

utilizado las gigantescas metáforas en todas las (,ses, como Cousin imagen? Pero, si a pesar de todo tal castillo eXIStIera... Ahí están
dice, del curso del «disco plateado». En los presentes días pienso mis invitados para dar fe; su capricho es el capricho luminoso
en un castillo, la mitad del cual no ha de encontrarse forzosamente que a él conduce. En verdad, vivimos'en nuestra fantasía, cuando
en ruinas; este castillo es mío, y 10 veo situado en un lugar estamos en ella. ¿Y cómo es posible que cada cual pueda molestar
agreste, no muy lejos de París. Las dependencias de este castillo al otro, allí, protegidos por el afán sentimental, al encuentro de
son infinitas, y su interior ha sido terriblemente restaurado, de las ocasiones?
modo que no deja nada que desear en cuanto se refiere a comodida-
des. Ante la puerta que las sombras' de los árboles ocultan hay El hombre propone y dispone. Tan sólo de él depende poseerse
automóviles que esperan. Algunos de mis amigos viven en él: por entero, es decir, mantener en estado de anarquía la cuadrilla
ahí va Louis Aragon, que abandona el castillo y apenas tiene de sus deseos, de día en día más temible. Y esto se 10 enseña
tiempo para deciros adiós; Philippe Soupau1t se levanta' con las la poesía. La poesía lleva en sí la perfecta compensación de las
estrellas, y Pau1 E1uard, nuestro gran Eluard, todavía no ha regresa- miserias que padecemos. Y también puede actuar como ordenadora,
do. Ahí están Robert Desnos y Roger Vitrac, que descifran en por poco que uno se preocupe, bajo los efectos de una decepcíón
el parque un nuevo edicto sobre los duelos; y Georges Auric menos íntima, de tomársela a lo trágico. ¡Se acercan los tiempos
y Jean Pau1han; Max Morise, quien tan bien rema, y Benjamin en que la poesía decretará la muerte del di~~~Tla'soTa-rom'perá
Péret, con sus ecuaciones de pájaros; y Joseph De1tei1; y Jean ~eL p~~ cle:lcielo para la tierra r Habrá aún asambleas-enoJas'plazas
Carrive; y Georges Limbour, y Georges Limbour (hay un bosque públicas, y movimientos en 'los que uno jamás habría pensado en
de Georges Limbour); y Marce1 Noll; he ahí a T. Fraenke1, quien tomar parte. ¡Adiós, absurdas selecciones, sueños de vorágine, rivali-
nos saludó desde un globo cautivo, Georges Ma1kine, Antonin dades, largas esperas, fuga de las estaciones, artificial orden de
Artaud, Francis Gérard, Pierre Naville, J. A. Boiffard, después las ideas, pendiente del peligro, tiempo omnipresente! IJreoC1:tpémo-
Jacques Baran y su hermano, apuestos y cordiales, y tantos otros, nos ,tan sólo de_p~acticar la poesía. ¿Acaso no somos nosotros,
y ml~eres de arrebatadora belleza, de verdad. A esa gente joven los que ya vivimos de ella, qui¿ñes" debemos hacer prevalecer
nada se le puede negar, y, en cuanto concierne a la riqueza, aquello que consideramos nuestra más vasta argumentación?
sus deseos son órdenes. Francis Picabia nos visita, y, la semana Poco importa que se d<' cierta desproporción entre la anterior
pasada, hemos dado una recepción a un tal Marce1 Duchamp, defensa y la ilustración que viene a continuación. Antes hemos
a quien todavía no conocíamos. Picasso caza por los alrededores. intentado remontarnos a las fuentes de la imaginación poética,
El espíritu de la desmoralización ha fijado su domicilio en el castillo, y, 10 que es más dificil todavía, quedarnos en ellas. Y conste
y a él recurrimos todas las veces que tenemos que entrar en que no pretendo haberlo logrado. Es preciso aceptar una gran
relación con nuestros semejantes, pero las puertas están siempre responsabilidad, si uno pretende establecerse en aquellas lejanas
abiertas, V no éomenzamos nuestras relaciones dando las c....oraClas
~
regiones en las que, desde un principio, todo parece desarrollarse
al prójimo, ¿saben ustedes? Por 10 demás, grande es la soledad, i
de tan mala manera, más todavía si se pretende llevar al prójimo
y no nos reunimos con frecuencia, porque, ¿acaso 10 esencia 1 no a ellas. De todos modos, el caso es que uno nunca está seguro
es que seamos dueños de nosotros mismos, y, también, señores de hallarse verdaderamente en ellas. Uno siempre está tan propicio
de las ml~eres y del amor? a aburrirse como a irse a otro lugar y quedarse en él. Siempre
Se me acusará de incurrir en mentiras poéticas; todos dirán hay una flecha que indica la dirección en que hay que avanzar
que vivo en la calle Fontaine, y que jamás gozarán de tama para llegar a estos países, y alcanzar la verdadera meta no depende
belleza. ¡Maldita sea! ¿Es absolutamente seguro que este castillo más que del buen ánimo del viajero.
del que acabo de hacer los honores se reduce simplemente a una Ya sabemos, poco más o menos, el 'Gamino seguido. Tiempo
328 AJario De II!ficheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 329

atrás me tomé el trabajo de contar, en el curso de un estudio que todos comprenderéis mi actitud, aun cuando no la consideréis
sobre el caso de Robert Desnos, titulado Entrada de los médiums 6 , suficientemente motivada. Me gusta hacer estas confesiones estúpi-
qué me había sentido inducido a {{fijar mi atención en frases más das. En aquellos tiempos se intentabi implantar la seudopoesía
o menos parciales que, en plena soledad, cuando el sueño se acerca, cubista, pero ésta había nacido inerme del cerebro de Picasso,
devienen perceptibles al espíritu, sin que sea posible descubrir y en cuanto a mí hace referencia debo decir que era considerado
su previo factor determinante». Entonces intenté correr la aventura como un ser más pesado que una lápida (y todavía se me considera
de la poesía, reduciendo los riesgos al mínimo, con lo cual quiero asi). Por otra parte, no estaba seguro de seguir el buen camino,
decir que mis aspiraciones eran las --mismas que tengo hoy, 'pero en lo referente a poesía, pero procuraba protegerme como mejor
entonces confiaba en la lentitud de la elaboración, a fin de hurtarme podía, enfrentándome con el lirismo, contra el .que esgrimía todo
a inútiles contactos, a contactos a los que yo era muy hostil. género de definiciones y fórmulas (no tardarían m ucho en prod ucir-
Esto se debía a cierto pudor intelectual, del que todavía me queda se los fenómenos Dada), y pretendiendo hallar una aplicación de
un poco. Al término de mi vida, dificil será, sin duda, que hable la poesía a la publicidad (aseguraba que todo terminaría, no con
como se suele hablar, que excuse el tono de mi voz y el reducido la culminación de un hermoso libro, sino con la de una bella
número de mis gestos. La perfección en la palabra hablada (y frase de reclamo en pro del infierno o del cielo).
en la palabra escrita mucho más) me parecía estar en función En esta época, un hombre que, por lo menos, era tan pesado
de la capacidad de condensar de manera emocionante la exposición COffi.o yo, es decir, Pierre Reverdy, escribió:
(y exposición había) de un corto número de hechos, poéticos "La ima.gen es una creación pura del espíritu. La imagen no
o no, que constituían la materia en que se centraba mi atención. puede nacer de una comparación, sino del acercamiento de dos
Había llegado a la convicción de que éste, y no otro, era el realidade~ más o menos lejanas. Cuanto más lejanas y justas sean
procedimiento empleado por Rimbaud. Con una preocupación las concoipitancias de las dos realidades objeto de aproximación,
por la variedad, digna de mejor causa, compuse los últimos poemas más fuerte será la imagen, más fuerza emotiva y más realidad
de Monte de Piedad, con lo que quiero decir que de las líneas poética tendrá ... » 7
en blanco de este libro llegué a sacar un partido increíble. Estas palabras, un tanto sibilinas para los profanos, tl:llían gran
Estas líneas equivalían a mantener los ojos cerrados ante unas fuerza reveladora, y yo las medité durante mucho tiempo. Pero
operaciones del pensamiento que me consideraba obligado a ocultar la imagen se me escapaba. La estética de Reverdy, estética totalmen-
al lector. Eso no significaba que yo hiciera trampa, sino solamente te a posteriori, me inducía a confundír las causas con los efeecos.
que obraba impulsado por el deseo de superar obstáculos brusca- En el curso de mis meditaciones, renuncié definitivamente a mi
'mente. Conseguía hacerme la ilusión de gozar de una posible anterior punto de vista.
complicidad, de la que de día en día me era más dificil prescindir. El caso es que una noche, antes de caer dormido, percibí,
Me entregué a prestar una inmoderada atención a las palabras, netamente articulad:l hasta el puntO de que resultaba imposible
en cuanto se refería al espacio que admitían a su alrededor, a cambiar ni una sola palabra, pero ajena al sonido de la voz, de
sus tangenciales contactos con otras palabras prohibidas que no cualquier voz, una frase harto rara que llegaba hasta mi sin llevar
escribía. El poema Bosque negro deriva precisamente de este en sí el menor rastro de aquellos acontecimientos que, según
estado de espíritu. Em pleé seis meses en escribirlo, y les aseguro las revelaciones de la conciencia, en aquel entonces me ocupaban,
que no descansé ni un solo día. Pero de este poema dependía y la frase me pareció muy insistente, era una frase que casi me
la propia estimación en que me tenía, en aquel entonces, y creo atrevería a decir que llamaba a la ventana. Grabé rápidamente la frase

6 Véase Les pas perdus,.. N.R.F., París. Nord--'Ild, marzo de 1918.


Las vanguardias artísticas del siglo XX 331
330 Mario De l'vlicheli
y conocía sus métodos de examen, que había tenido ocaSlOn de
en mi conciencia, y, cuando me disponía a pasar a otro asunto, practicar con enfermos durante la guerra, por lo que.-9_eci~~ener
el carácter orgánico de la frase retuvo mi atención. Verdaderamente, de mí mismo lo que se procura obtener de aquéllos, es decir,
la frase me había dejado atónito; desgraciadamente no la he conser- un monólogo lo .111.ás rá pidoposibl~,.~ob~_~!q~ ,elé:SP!.Iit.l1c:rí.ticº ...ec~" í,- j
vado en la memoria, era algo así como «Hay un hombre a quien del paciente no formule juicio alguno, que, en consecuencia, quede
la ventana ha partido por la mitad», pero no había manera' de libre de tod; -¡~tice~ci;,'y; que-s'ea~eñTo--pOSlbIe~'equí\T-alente--
interpretarla erróneamente, ya que iba acompañada de una débil a pensar en voz alta. Me par"eCi6 entonces, y sigue pareciéndome
representación visual 8 de un hombre que caminaba, partido por ahora -la manera en que me llegó la frase del hombre cortado
la mitad del cuerpo aproximadament~por una ventana perpendicu- en dos lo demuestra-, que la velocidad del pensamiento no es
lar al eje de aquél. Sin duda se trataba de la consecuencia del superior a la de la palabra, y que no siempre gana a la de la
simple acto de enderezar en el espacio la imagen de un hombre palabra, ni siquiera a la de la pluma en movimiento. Basándonos
asomado a la ventana. Pero, debido a que la ventana había acompa- en esta premisa, Philippe Soupault, a quien había comunicado
ñado al desplazamiento del hombre, comprendí que me hallaba las primeras conclusiones a que había llegado, y yo nos dedicamos
ante una imagen de un tipo muy raro, y tuve rápidamente la a emborronar papel, con loable desprecio hacia lbs resultados litera-
idea de incorporarla al acervo de mi material de construcciones rios que de tal actividad pudieran surgir. La facilidad en la realiza-
poéticas. No hubiera concedido tal importan'cia a esta frase si ción material de la tarea hizo todo lo demás. Al término del
no hubiera dado lugar a una sucesión casi ininterrumpida de frases
que me dejaron poco menos sorprendido que la primera, y que
me produjeron un sentimiento de gratitud tan grande que el domi- 9 Knut Hamsun considera que el h<1mbre es el determinante de este tipo

nio que, hasta aquel instante, había conseguido sobre mí mismo de revelación que me obsesionó. y quizá esté en lo cierto. (Debo hacer constar
que en aquella época no todos los días comía.) Y no cabe duda de que los
me pareció ilusorio, y comencé a preocuparme únicamente de
siguientes síntomas que Hamsun relata coinciden con los míos:
poner fin a la interminable lucha que se desarrollaba en mi interior 9 . "El día siguíente desperté temprano. Todavía era de noche. Hacía largo
En aquel entonces todavía estaba muy interesado en Freud, rato que tenía los ojos abiertos. cuando oí las campanas de las cinco, dadas
por el reloj de pared del piso superior al mío. Intenté volver a dormir, pero
no lo logré. estaba totalmente despierto. Y mil ideas me bullían en la cabeza.
8 Si hubiera sido pintor. esta representación visual habría sin duda predomina- De repente se me ocurrieron algunas frases buenas, muy adecuadas para uti-
do sobre la otra. Probablemente mis facultades innatas decidieron las característi- lizarlas en un apunte. en un folletón; súbitamente, Y como por azar, descubrí fra-
cas de la revelación. Desde aquel día, he concentrado volunta~iamente la atención ses muy hermosas, frases más bellas que todas las por mí escritas anteriormente.
en parecidas apariciones, y me consta que, en cuanto a precisión. no son inferiores 1'v1e las repetí lentamente, palabra por palabra. y eran excelentes. Las frases
a los fenómenos auditivos. Provisto de p"pel y lápiz, me sería fácil trazar no dejaban de acudir, una tras otra. Me levanté y cogí papel y lápiz. en
sus contornos. Y ello es así por cuanto no se trataría de díbujar. sino de la mesa que tenía detr3s de la cama. 1'v1e parecía que se hubiera roto una
(,¡{on. De esta manera. podría representar un árbol, una ola. un instrumento vena en mi interior, las palabras se sucedían. se situaban en su justo lugar,
musical. infinidad de cosas que. en este momento. sería incapaz de representar se adaptaban a la situación. las escenas se acumulaban, la acción se desarrollaba.
gráficamente, ni siquiera mediante el más somero esquema. Si lo intentJfa. las réplicas surgían en mi cerebro. y yo gozaba de manera prodigiosa. Los
me perdería. con la certidumbre de volver a topar conmigo mismo, en un pensamientos acudían tan velozmente, Y seguían t1uyendo con tal abandono.
laberinto de lineas que, a primera vista, nO parecerian representar nada. Y. que desdeñé una multítud de detalles delicados. debido a que el lápiz no podía
al abrir los ojos, tendria la fuerte impresión de hallarme ante algo «nunca ir con la dcbida velocidad, pese a que procuraba escribir deprisa, la mano
visto". La prueba de lo que digo hJ sido efectuada muchas veces por Robert siempre en movimiento, sin perder ni un segundo. Las frases brotaban en
Demos; para comprobarlo basta con hojear el número 36 de HOj<15 libres, que mi interior y estaba en plena posesión del (ema.')
contiene abundantes dibujos suyos (<<Romeo y julieta», "Un hombre ha muerto Apollinaire aseguraba que De Chirico habia pintado sus primeros cuadros
I
esta mañana». ete.). que la revista creyó eran dibujos realizados por locos. bajo la int1uencia de-- alteraciones cenestésicas (dolores de cabeza. cólicos ...).
y que como ta!es publicó con la mayor buena fe.
Las vanguardias artísticas del siglo XX 333
332 1'viario De Micheli

En homenaje a Guillaume Apollinaire, quien había muerto


primer día de trabajo, pudimos leernos recíprocamente unas cin-
hacía poco, y quien en muchos casos nos parecía haber obedecido
cuenta páginas escritas del modo antes dicho, y comenzamos a
a impulsos del género antes dicho, sin abandonar por ello ciertos
comparar los resultados. En conjunto, lo escrito por Soupault
mediocres recursos literarios, Soupault y yo dimos el nombre
y por mí tenía grandes analogías, se advertían los mismos vicios
de sltrrealismo al nueVO modo de expresión que teníamos a nuestrO
de construcción y errores de la misma naturaleza, pero, por Otra
alcance Y que deseábamos comunicar lo anteS posible, para su
parte, también había en aquellas páginas la ilusión de una fecundidad
propio beneficio, a todos nuestros amigos. Creo que en nuestrOS
extraordinaria, mucha emoción, un considerable conjunto de imá-
días no es preciso someter a nuevO examen esta denominación,
genes de una calidad que no hubiésemos sido capaces de conseguir,
y que la acepción en que la empleamos ha prevalecido, por lo
ni siquiera una sola, escribiendo lentamente, unos rasgos de pintores-
quismo especialísimo, y, aquí y allá, alguna frase de gran comicidad. general, sobre la acepción de Apollinaire. Con mayor justicia toda-
vía, hubiéramos podido apropiarnos del término supematuralismo)
Las únicas diferencias que se advertían en nuestros textos me parecie-
em pleado por Gérard de N erval en la dedicatoria de ]'viuchachas
ron derivar esencialmente de nuestros respectivos temperamentos,
el de Soupault menos estático que el mío, y, si se me permite de ji/ego 11. Efectivamente, parece que Nerval conoció a maravilla
una ligera crítica, también derivaban de que Soupault cometió
el espíritu de nuestra doctrina, en tanto que Apollinaire conocía
el error de colocar en lo alto de algunas páginas, sin duda con tan sólo la letra, todavía imperfecta, del surrealismo, y fue incapaz
de dar de él una explicación teóriéa duradera. He aquí unas frases
ánimo de impresionar, ciertas palabras, a modo de título. Por
de Nerval. que me parecen muy significativas a este res-
otra parte, y a fin de hacer plena justicia a Soupault, debo decir
que se negó siempre, con todas sus fuerzas, a efectuar la menor pecto:
"Voy fl explicarle, mi querido Dumas, el fenómeno del que
modificación, la menor corrección, en los párrafos que me parecie-
ron mal pergeñados. Y en este punto llevaba razón 10. Ello es usted ha l:1ablado hace poco. Como muy bien sabe, hay ciertos
narradores que no pueden inventar sin identificarse con los persona-
así por cuanto resulta muy dificil apreciar en su justo valor los
jes por ellos creados. Sabe muy bien con cuánta convicción nuestro
diversos elementos presentes, e incluso podemos decir que es impo-
viejo amigo Nodier contaba cómo había padecido la desdicha
sible apreciarlos en la primera lectura. En apariencia, estos elementos
de ser guillotinado durante la Revolución; unO quedaba tan con-
son, para el sujeto que escribe, tan extraños como para cualquier
vencido que incluso se preguntaba cómo se las había arreglado
otra persona, y el que los escribe recela de ellos, como es natural.
Poéticamente hablando, tales elementos' destacan, ante todo por Nodier para volver a pegarse la cabeza al cuerpo.
»Y como quiera que tuvO usted la imprudencia de citar uno
su alto grado de absurdo inmediato) y este absurdo, u~a vez examina-
dó con mayor detenimiento, tiene la característica de conducir a de esos sonetos compuestos en aquel estado de ensueño SUPERNA-
TURALlST A, cual dirían los alemanes, es preciso que los conozca
cuanto hay de admisible y legítimo en nuestro mundo, a la divulga-
todos. Los encontrará al final del volumen. No son mucho más
ción de cierto número de propiedades y de hechos que, en resumen,
oscuros que la metatlsica de Hegel o los NIemorables de Sweden-
no son menos objetivos que otros muchos.
borg, y perderían su encantO si fuesen explicados, caso de que
10 Cada día creo más en la infalibilidad de mi pensamiento en relación
ello fuera posible, por lo que le ruego me conceda al menos
conmigo mismo, lo cual es naruraJísimo. De todos modos, en esta escritllra el mérito de la expresión ... » 12.
del pensamiento, en la que una queda a merced de cualquier distracción exterior,
se producen fácilmente «lagunas". No hay razón alguna que justifique el intento
11 TC1mbiér¡ por Thomas Carlyle, en Sartor Resartus (C1pírulo VIII: «Supcrna-
de disimularlas. El pensamiento es, por definición, fuerte'e incapaz de acusarse
a sí mismo. Aquellas evidentes deficiencias deben atribuirse a las sugerencias curalismo rLlturaj,,), 1833-183+.
pro ces¡! entes del exterior. 12 Vbsc, asimismo, el Idcorreali.<illo de Sainc-Pol-Rollx.
334 Alario De i'vficf¡eli Las vanguardias artisticas del siglo XX 335

Indica muy mala fe discutirnos el derecho a emplear la palabra Desbordes-Valmore es surrealista en el amor.
SURREALISMO, en el sentido particular que nosotros le damos, Bertrand es surrealista en el pasado.
ya que nadie puede dudar que esta palabra no tuvo fortuna, antes Rabbe es surrealista en la muerte.
de que nosotros nos sirviéramos de ella. Voy a definirla, de una Poe es surrealista en la aventura.
vez para sIempre: Baudelaire es surrealista en la moral.
SURREALISMO: sustantivo, masculino. A utpmatismo psíqui- Rimbaud es surrealista en la vida práctica y en todo.
co pur; por cl1yomediose)nte;1ta ~xp-~esar,--~~erbarmei1te~-por Mallarmé es surrealistá en la confidencia.
escrito()decU:;lquier otro modo, el tüncio~~mie~to real d.erpe~s;~ Jarry es surrealista en el absintio.
Es
mIento. -l;~-di~~;do del p~~;amiento, la mterve~~;6~~-~~g~I;;=- Nouveau es surrealista en el beso.
-dü;;¡-de-E--ra"lZm, ajeno a t()da.preoc.llpaci_ºn_est_~tica o moral. Saint-Pol-Roux es surrealista en los símbolos.
-ENCICLOPEDIA: Filosofia_ ª~r[ea.Li?In.Q$_bas;-e!1)~=C!~en- Fargue es surrealista en la atmósfera.
cia en la realidad superioL~ecier:.tasformasdeasociaciém __dqcki1;:l~as Vaché es surrealis ta en mí.
h-asta-¡;-aparlción cfer~ismo, :c~n~I Iibre_~jer_cicio_ªelp~!1samiento. Reverd y es surrealista en sí.
cTie-~-de--a-éfes-trui;d~fi;;;ti~;~ente todos los restantes m~c;~Is;;os Saint-John Perse es surrealista a distancia.
psíquicos, y a sustituirlos en la resolución de los principales proble- Roussel es surrealista en la anécdota.
mas de la vida. Han hecho profesión de fe de SURREALISMO Etcétera.
ABSOL UTO los siguientes señores: Aragon, Baron, Boiffard,
Breton, Carrive, Crevel, Delteil, Desnos, Eluard, Gérard, Limbour, Insisto en que no todos son siempre surrealistas, por cuanto
Malkine, Morise, Naville, Noll, Péret, Pican, Soupault, Vitrac. ad vierto ~n cada uno de ellos cierto número de ideas preconcebidas
Por el momento parece que los antes nombrados forman la a las que, muy ingenuamente, permanecen fieles. Mantenían esta
lista completa de los surrealistas, y pocas dudas caben al respecto, fidelidad porque no habían eS[l/chado la voz surrealista, esa voz
salvo en el caso de Isidore Ducasse, de quien carezco de datos. que sigue predicando en vísperas de la muerte, por encima de
Cierto es que si únicamente nos fijamos en los resultados, buen las tormentas, y no la escucharon porque no querían servir única-
número de poetas podrían pasar por surrealistas, comenzando por mente para orquestar la maravillosa partitura. Fueron instrumentos
Dante, y también, en sus mejores momentos, por el propio Shakes- demasiado orgullosos, y por eso jamás produjeron ni un sonido
peare. En el [l/rso de las diferentes twtativas de dejrnición por mí armonioso 13.
efectuadas de aquello que se denomina, con abuso de confianza, el Pero nosotros, que no nos hemos entregado jamás a la tarea
genio, nada he encontrado que pueda atribuirse a un proceso que no de mediatización, nosotros que en nuestras obras nos hemos conver-
sea el anteriormente definido. tido en sordos receptáculos de tantos ecos, en modestos aparatos
Las Noches de Young san surrealistas de cabo a rabo; desgraciada- registradores que no q.uedan hipnotizados por aquello que registran,
mente no se trata más que de un sacerdote que habla, de un nosotros quizá estemos al servicio de una causa todavía más noble.
mal sacerdote, sin duda, pero sacerdote al fin.

Swift es surrealista en la maldad. 13 Lo mismo podría decir de algunos filósofos y de algunos pin tores; de
estos últimos tcln sólo citaré a Uccello. entre los de la época antigua. y entre
Sade es surrealista en el sadismo.
los de la épOC1 moderna, a Seurat, Gustave i'v'1oreau, Matisse (en la "música»,
Chateaubriand es surrealista en el exotIsmo. por ejemplo), Derain, Picasso (el más puro, con mucho), Braque, Duchamp,
Constant es surrealista en política. li Picabia, De Chirico (admirable durante tanto tiempo), Klee, Man Ray, Max
Hugo es surrealista cuando no es tonto. , Ernst y, tan próximo a nosotros, André Masson.
336 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 337

Nosotros devolvemos con honradez el «talento» que nos ha sido que se ha sometido, ha justificado plenamente las esperanzas que
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prestado. Si os atrevéis, habladme del talento de aquel metro puse en e! surrealismo, y me ha inducido, a esperar aún más de éL
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de platino, de aquel espejo, de aquella puerta, o del cielo. En la actualidad, Desnos habla eIl surrealista cuando le da la gana.
Nosotros no tenemos talento. Preguntádselo a Philippe Sou- L:¡ prodigiosa agilidad con que sigue oralmente su pensamiento
pault: nOS admira tanto cuanto nos complacen sus espléndIdos discursos,
«Las manufacturas anatómicas y las habitaciones baratas destrui- ~, discursos que se pierden porque Desnos, en vez de fijarlos, prefiere
rán las más altas ciudades.» j~ hacer otras cosas más importantes. Desnos lee en sí mismo como
A Roger Vitrac: en un libro abierto, y no se preocupa de retener las hojas que
«Apenas hube invocado al mármol",almirante, éste dio media el viento de su vida se lleva.
vuelta sobre sí mismo como un caballo que se encabrita ante
la Estrella Polar, y me indicó en el plano de su bicomio una
región en la qlJe debía pasar el resto de mis días.» Secreto.' del <7rte II/,ígico del slIrrc<7lislI/()
A Paul Eluard:
«Es una historia muy conocida esa que cuento, es un poema Composición surrealista escrita, o primer y último chorro
muy célebre ese que releo: estoy apoyado en un muro, verdeantes
las orejas, y calcinados los labios.» Ordenad que os traigan recado de escribir, después de haberos
A Max Morise: situado en un lugar que sea lo más propicio posible a la concentra-
«El oso de las cavernas y su compañero el alcaraván, la veleta ción de vuestro espíritu, al repliegue de vuestro' espíritu s~bre
y su valet el viento, el gran Canciller con sus cancelas, el espantapája- sí mismo. I;ntrad en el estado más pasivo, o receptivo, de que
ros y su cerco de pájaros, la balanza y su hija el fiel, ese carnicero seáis capaces, Prescindid de vuestro genio, de vuestro talento, y
y su hermano el carnaval, el barrendero y su monóculo, el Mississipí del genio y de! talento de los demás. Decías hasta empaparos
y su perrito, el coral y su cántara de leche, el milagro y su de ello que la literatura es uno de los más tristes caminos que
buen Dios, ya no tienen más remedio que desaparecer de la faz llevan a todas partes. Escribid deprisa, sin tema preconcebido, escri-
del maL» bid lo suficientemente deprisa para no poder refrenaros, y para
A ]oseph Delteil: no tener la tentación de leer lo escrito . .La primera fras,e se os
«¡Sí! Creo en la virtud de los pájaros. Y basta una pluma ocurrirá por sí misma, ya que en cada segundo que pasa hay
para hacerme morir de risa.» ' una frase, extraña a nuestro pensamiento consciente, que desea
A Louis Aragon: exteriorizarse. Resulta muy dificil pronunciarse con respecto a
«Durante una interrupción del partido, mientras los jugadores la frase inmediata siguiente; esta frase participa, sin duda, de nuestra
se reunían alrededor de una jarra de llameante ponche, pregunté actividad consciente y-de la otra, al mismo tiempo, si es que
al árbol si aún conservaba su cinta roja.>' reconocemos que e! hecho de haber escritO la primera produce
y yo mismo, que no he podido evitar el escribir las líneas un mínimo de percepción. Pero eso poco ha de importaros: ahí
locas y serpenteantes de este prefacio. es donde radica, en su mayor pane, el interés del juego surrealista.
Preguntad a Robert Desnos, quien quizá sea el que, en nuestro No cabe la menor duda de que la puntu:JCión siempre' se opone
grupo, está más cerca de la verdad surrealista, quien, en sus obras a la continuidad absoluta del fluir de que estamos hablando, pese
todavía inéditas 14, y en el curso de las múltiples experiencias a a que parece tan necesaria como la distribución de los nudos
en una cuerda vibrante. Seguid escribiendo cuanto queráis. Confiad
14 Nuevas Hébridas, Desorden formal, Duelo por duelo. en la naturaleza inagotable del murmullo. Si el silencio amenaza,
338 ¡Viario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 339

debido a que habéis cometido una falta, falta que podemos llamar Para escribir falsas novelas
«falta de inatención», interrumpid sin la menor vacilación la frase
demasiado clara. A continuación de la palabra que os parezca Seáis quien seáis, si el corazón así os lo aconseja, quemad unas
de origen sospechoso poned una letra cualquiera, la letra 1, por cuantas hojas de laurel y, sin empeñaros en mantener vivo este
ejemplo, siempre la 1, y al imponer esta inicial a la palabra siguiente débil fuego, comenzad una novela. El surrealismo os lo permitirá;
conseguiréis que de nuevo vuelva a imperar la arbitrariedad. os bastará con clavar la aguja de la «Belleza fija» sobre la «Acción»;
en eso consiste el truco. Habrá personajes de perfiles lo bastante
distintos; en. vuestra escritura, sus nombres son solamente cuestión
Para no aburrirse en sociedad de mayúsculas, y se comportarán con la misma seguridad con
respecto a los verbos activos con que se comporta el pronombre
Esto es muy dificil. Haced decir sIempre que no estals en ca-
«il» en francés, con respecto a las palabras «pleut», «ya», «faut», et-
sa para nadie,. y alguna que otra vez, cuando alguien haya hecho
cétera. Los personajes mandarán a los verbos, valga la expresión;
caso omiso de la comunicación antedicha, y os interrumpa en
y en aquellos casos en que la observación, la ref1exión y las facultades
plena actividad surrealista, cruzad los brazos, y decid: «Igual da,
de generalización no os sirvan para nada, podéis tener la seguridad
sin duda es mucho mejor hacer o no hacer. El interés por la
de que los personajes actuarán como si vosotros no hubiérais tenido
vida carece de base. Simplicidad, lo que ocurre en mi interior
mil intenciones que, en realidad, no habéis tenido. De esta manera,
sigue siéndome inoportuno.» O cualquier otra trivialidad igualmen-
provistos de un reducido número de características fisicas y morales,
te indignante.
estos seres que, en realidad, tan poco os deben, no se apartarán
de cierra lín,ea de conducta de la que vosotros ya no os tendréis
que ocupar.' De ahí surgirá una anécdota más o menos sabia,
Para hacer discursos en apariencia, que justificará punto por punto ese desenlace emocio-

Inscribirse, en vísperas de elecciones, en el primer país en el


nante o confortante que a vosotros os ha dejado ya de importar.
Vuestra falsa novela será una maravillosa simulación de una novela
verdadera; os haréis ricos, y todos se mas trarán de acuerdo en
I
que se juzgue saludable celebrar consultas de este tipo. Todos
tenemos madera de orador: colgaduras multicolores y bisutería
de palabras. Mediante el surrealismo, el orador pondrá al desnudo
que «lleváis algo dentro», ya que es exactamente dentro del cuerpo
humano donde esa cosa suele encontrarse.
Como es natural, siguiendo un procedimiento análogo, y a
I
¡
la pobreza de la desesper~1'lza. Un atardecer, sobre una tarima, condición de ignorar todo aquello de lo que debierais daros cuenta,
el orador, solito, descuartizará el cielo eterno, esa Piel de Oso. podéis dedicaros con gran éxito a la falsa crítica. 1
y tanto prometerá que cumplir una mínima parte de lo prometido
consternará. Dará a las reivindicaciones de un pueblo entero un
matiz parcial y lamentable. Obligará a los más irreductibles enemi- Para tener éxito con una mujer que pasa por la calle

gos a comulgar con un deseo secreto que hará saltar en pedazos
a las patrias. Y lo conseguirá con sólo dejarse elevar por la palabra
inmensa que se funde en la piedad y rueda en el odio. Incapaz
de desfallecer, jugará so bre el terciopelo de todos los desfallecimien-
tos. Será verdaderamente elegido, y las más tiernas mujeres le i

amarán con violencia.


340 ¡vIario De Miclzeli Las vanc'<lIardias artísticas del siglo XX 341

Contra la muerte dad. No es función mía favorecer aunasen perjUlCIo de las


otras. La solución debe correr a cargo de una maravillosa com pensa-
El surrealismo os introducirá en la muerte, que es una sociedad ción, y esta compensación siempre se produce.
secreta. Os enguantará la mano, sepultando allí la profunda M Este lenguaje sin reserva al que siempre procuro dar validez,
con que comienza la palabra Memoria. No olvidéis tomar felices este lenguaje que me parece adaptarse a todas las circunstancias
disposiciones testamentarias; en cuanto a mí respecta, exijo que de la vida, este lenguaje no sólo no me priva ni siquiera de
me lleven al cementerio en un camión de mudanzas. Que mis llno de mis medios, sino que me da una extraordinaria lucidez,
amigos destruyan hasta el último ejemplar de la edición de Discuros y lo hace en el terreno en que menos podía esperarlo. Llegaré
sobre la escasez de realidad. 1l1cluso a afirmar que este lenguaje me insuuye, ya que, en efecto,
El idioma ha sido dado al hombre para que lo use de manera me ha ocurrido emplear surrealista mente palabras cuyo sentido
surrealista. ED: la medida en que al hombre le es indispensable había olvidado. E inmediatamente después he podido verificar
hacerse comprender, consigue expresarse, mejor o peor, y con que el uso dado a estas palabras respondía exactamente a su
ello asegurar el ejercicio de ciertas funciones consideradas como definición. Esto nos induce a creer que no se «aprende», sino
las más primarias. Hablar o escribir una carta no presenta verdaderas que uno no hace más que «re-aprender>}. De esta manera he llegado
dificultades siempre que el hombre no se proponga una finalidad a familiarizarme con giros muy hermosos. Y no hablo únicamente
superior a las que se encuentran en un término medio, es decir, de la conciencia poética de las cosas, que tan sólo he conseguido
siempre que se limite a conversar (por el placer de conversar) adquirir mediante el contacto espiritual con ellas, mil veces repetido.
con cualquier otra persona. En estos casos, el hombre no sufre
ansiedad alguna en lo que respecra a las palabras que ha de pronun- Las formas del lenguaje surrealista se adaptan todavia mejor
ciar, ni a la frase que seguirá a la que acaba de pronunciar. A al diálogo. 1;n el diálogo hay dos pensamientos frente a frente;
una pregunta muy sencilla, será capaz de contestar sin la menor mientras uno se manifiesta, el otro se ocupa del que se manifiesta,
vacilación. Si no está aquejado de tics, adquiridos en el trato pero ¿de qué modo se ocupa de él? Suponer que se lo incorpora
con los demás, el hombre puede pronunciarse espontáneamente sería admitir que, en determinado momento, le sería factible vivir
sobre cierto número reducido de temas; y para hacer esto no enteramente merced a aquel otro pensamiento, lo cual resulta
tiene ninguna necesidad de devanarse los sesos, ni de plantearse bastante improbable. En realidad, la atención que presta el pensa-
problemas previos de ningún género. ¿Y quién habrá podido hacer- miento segundo es de carácter totalmente externo, ya que única-
le creer que esta facultad de primera intención tan sólo le perjudicará mente se concede el lujo de aprobar o desaprobar, generalmente
cuando se propone entablar relaciones verbales de naturaleza más desaprobar, con todos los respetos de que el hombre es capaz.
compleja? No hay ningún tema cuyo tratamiento le impida hablar Este modo de hablar no permite abordar el fondo de la cuestión.
y escribir generosamente. Los actos de escucharse y leerse a uno Mi atención, fija en una invitación que no puedo rechazar sin
mismo sólo tienen el efecto de obstaculizar lo oculto, el admirable incurrir en grosería, trata el pensamiento ajeno como si fuese
recurso. No, no, no tengo ninguna necesidad urgente de compren- un enemigo: en las conversaciones cornentes, el pensamiento fija
1
derme (¡Basta! ¡Siempre me comprenderé!). Si tal o cual frase 1 \ y «conquista» casi siem pre las palabras y las oraciones ajenas, de
mía me produce de momento una ligera decepción, confio en las que luego se servirá; el pensamiento me pone en situación
que la frase siguiente enmendará los yerros, y me cuido muy de sacar partido de estas palabras y oraciones en la réplica, desvir-
mucho de no volverla a escribir, ni corregirla. Unicamente la tuándolas. Esto ocurre especialmente en ciertos estados mentales
menor falta de aliento puede serme fatal. Las palabras, los grupos ,1 patológicos en los que las alteraciones sensoriales absorben toda
de palabras que se suceden practican entre sí 'la más intensa solidari- la atención del enfermo, quien, al responder a las preguntas que
342 ¡Hario De Alicheli Las llang¡lardias artísticas del siglo XX 343

se le formulan, se limita a apoderarse de la última palabra que común de «Barreras», en donde Soupault y yo nos comportamos
ha oído, o de la última porción de una frase surrealista que ha como interlocutores imparciales.
dejado cierto rastro en su espíritu:
«¿Qué edad tiene usted?»-«Usted» (EcoísmoJ. El surrealismo no permite a aquellos que se entregan a él
«¿Cómo se llama usted ?»-«Cuarenta y cmco casas» (Sindrome abandonarlo cuando mejor les plazca. Todo induce a creer que
de Callser o de las respuestas marginalesJ. actúa sobre los espíritus como actúan los estupefacientes; al igual
que éstos, crea un cierto estado de necesidad y puede inducir
No hay ninguna conversación eIlla que no se dé cierto desorden. al hombre a tremendas rebeliones. También podemos decir que
El esfuerzo en pro de la sociabilidad que las preside y la costumbre el surrealismo es un paraíso harto artificial, y la afición a este
que de sostenerlas tenemos son los únicos factores que consiguen paraíso deriva del estudio de Baudelaire, al igual que la afición
ocultarnos temporalmente ese hecho. Asimismo, la mayor debilidad a los restantes paraísos artificiales. El análisis de los misteriosos
de todo libro estriba en entrar constantemente en conflicto con efectos y de los especiales goces que el surrealismo puede engendrar
el espíritu de sus mejores lectores, y al decir mejores quiero significar no puede faltar en el presente estudio, y es de advertir que, en
los más exigentes. En el brevísimo diálogo que anteriormente muchos aspectos, el surrealismo parece un vicio nuevo que no
he improvisado entre el médico y el enajenado, es, desde luego, es privilegio exclusivo de unos cuantos individuos, sino que, como
este último quien lleva la mejor parte, ya que mediante sus respues- el haxix, puede satisfacer a todos los que tienen gustos refinados.
tas domina la atención del médico; y además, no es él quien
formula las preguntas. ¿Cabe afirmar que su pensamiento es el 1. Hay imágenes surrealistas que son como aquellas imágenes
más fuerte de los dos, en aquel instante? Quizá. Al fin y al producidas por el opio, que el hombre no evoca, sino que «se
cabo, el paciente goza de la libertad de no tener en cuenta su le ofrecen ~spontáneamente, despóticamente, sin que las pueda
nombre ni su edad. apartar de sí, por cuanto la voluntad ha perdido su fuerza, y
ha dejado de gobernar sus facultades»15. Naturalmente, faltaría
El surrealismo poético, al que consagro el presente estudio, saber si las imágenes, en general, han sido alguna vez «evocadas».
se ha ocupado, hasta el momento actual, de restablecer en su Si nos atenemos, tal como yo hago, a la definición de Reverdy,
verdad absoluta el diálogo, al liberar a los dos interlocutores de no parece que sea posible aproximar voluntariamente aquello que
las obligaciones impuestas por la buena crianza. Cada uno de él denomina «dos realidades distantes». La aproximación ocurre
ellos se dedica sencillamente a proseguir su soliloquio, sin intentar o no ocurre, y esto es todo. Niego con toda solemnidad que,
derivar de ello un placer dialéctico determinado, ni imponerse en el caso de Reverdy, imágenes como:
en modo alguno a su prójimo. Las frases intercambiadas no tienen Por el cauce del arroyo Jluye ulla canción
la finalidad, contrariamente a lo usual, del desarrollo de una tesis, o
por muy insustancial que sea, y carecen de todo compromiso, El dia se desple,<¿ó como ¡¡¡¡ blallco mantel
en la medida de lo posible. En cuanto a la respuesta que solicitan o
debemos decir que, en principio, es totalmente indiferente en cuanto El mundo regresa al interior de WI saco
respecta al amor propio del que habla. Las palabras y las imágenes comporten el menor grado de premeditación. A mI JUICIO, es
se ofrecen únicamente a modo de trampolín al servicio del espíritu erróneo pretender que «el espíritu ha aprehendido las relaCIOnes»
que escucha. Este es el modo en que se ofrecen las palabras y entre dos realidades en él presentes. Para empezar, digamos que
las imágenes en Los campos magnéticos, primera obra puramente
surrealista, y especialmente en las páginas reunidas bajo el título 15 Baudelaire.
Las tJ(1I1J:lIardias arrí.,tícas del .,íglo XX 345
344 Mario De lvlicheli
cruzada por la luz del relampagueo, la noche de los relámpagos.
el espíritu no ha percibido nada conscientemente. Contrariamente, Tras esta noche, el día es la noche.
de la aproximación fortuita de dos términos ha surgido una luz
especial, la luz de la imagen, ante la que nos mostramos infinitamente Los innumerables tipos de Imágenes surrealistas exigen una
sensibles. El valor de la imagen está en función de la belleza clarificación que, por el momento, no vaya pretender efectuar.
de la chispa que produce; y, en consecuencia, está en función Agrupar estas imágenes según sus afinidades particulares me llevaría
de la diferencia de potencia entre los dos elementos conductores. demasiado lejos; esencialmente quiero tan sólo tener en considera-
Cuando esta diferencia apenas existe, romo en el caso de las compa- ción sus excelencias comunes. No voy a ocultar que, para mí,
raciones 16, la chispa no nace. A mi juicio no está en la mano la imagen más fuerte es aquella que contiene el más alto grado
del hombre el poder de conseguir la aproximación de d6s realidades de arbitrariedad, aquella que más tiempo tardamos en traducir
tan distantes como aquéllas a que antes nos hemos referido, por a lenguaje práctico, sea porque lleva en sí una enorme dosis de
cuanto a ello.se opone el principio de la asociación de ideas, contradicción, sea porque uno de sus términos esté curiosamente
tal como lo entendemos. De lo contrario, sólo nos quedaría el oculto, sea porque tras haber presentado la apariencia de ser sensa-
recurso de volver a adoptar un arte de carácter elíptico, que Re- cional se desarrolla, desp{Iés, débilmente (cerrando bruscamente el
verdy condena, como yo lo condeno. Fuerza es reconocer que ángulo de su compás), sea porque de ella se derive una justificación
los dos términos de la imagen no son el resultado de una labor formal irrisoria, sea porque pertenezca a la clase de las imágenes
de deducción recíproca, llevada a cabo por el espíritu con el fin alucinantes, sea porque preste de un modo muy natural la máscara
de producir la chispa, sino que son productos simultáneos de de lo abstracto a lo que es concreto, sea por todo lo contrario,
la actividad que yo denomino surrealista, en la que la razón se sea porque implique la negación de alguna propiedad fisica elemen-
limita a constatar y a apreciar el fenómeno luminoso. tal, sea porque dé risa. He aquí unos cm.mos ejemplos de imágenes
y del mismo modo que la duración de la chispa se prolonga correctas:
cuando se produce en un ambiente de rarificación, la atmósfera "Los rubíes de champaña». Lwrréamonr
surrealista, creada mediante la escritura mecánica, que me he estor- «Bello como la ley de paralización del desarrollo del pecho
zado en poner a la disposición de todos, se presta de manera de los adultos cuya propensión al crecimiento no guarda la debida
muy especial a la producción de las más bellas imágenes. Incluso relación con la cantidad de moléculas que su organismo produce».
cabe decir que, en el curso vertiginoso de esta escritura, las imágenes Lalltréamollt
que aparecen constituyen b única guía del espíritu. Poco a poco, «Una iglesia se alzaba sonora como una campana». Plúlippe
el espíritu queda convencido del valor de realidad suprema de SOllpault
estas imágenes. Limitándose al principio a sentirlas, el espíritu «En el sueño de Rose Sélavy hay un enano salido de un pozo,
pronto se da cuenta de que estas imágenes son acordes con la que come pan por la noche». Robert Desnos
razón, y aumentan sus conocimientos. El espíritu adquiere plena «Sobre el puente se balanceaba el rocío con cabeza de gata».
conciencia de las ilimitadas extensiones en que se manifiestan sus André Breton
deseos, en las que el pro y el contra se armonizan sin cesar, «Un poco a la izquierda, en mi divino firmamento, perCIbo
y en las que su ceguera deja de ser peligrosa. El espíritu avanza, -aunque sin duda es tan sólo un vapor de sangre y asesinatos-
atraído por estas imágenes que le arrebatan, que apenas le dejan el brillante despintado de las perturbaciones de la libertad». LOllís
el tiempo preciso para soplarse el fuego que arde en sus dedos. Aragon
Vive entonces en la más bella de las noches, en la noche «En el interior del bosque incendiado
Frescos los leones se han quedado». Roger Vitr,1c
16 Imagen de Jules Renard.
346 Alariu De ¡'vlielle!1 Las uallXllardias artísticas del siglo XX 347

"El color de las medias de una ml~er no es obligatoriamente que todo favorece la posesión eficaz y sin azares de uno mIsmo.
la imagen de sus ojos, lo cual ha inducido a decir a un filósofo, Gracias al surrealismo, parece que las oportunidades de la infancia
cuyo nom bre es inútil hacer constar: "los cefalópodos tienen más reviven en nosotros. Es como si uno volviera a correr en pos
razones que los cuadrúpedos para odiar el progreso'''>. lvlax AJorÍse de su salvación o de su perdición. Se revive, en las sombras,
un terror precioso. Gracias a Dios, tan sólo se trata del Purgatorio.
Tanto si se quiere como si no, ahí hay materia para satisfacer Se atraviesan, sintiendo un estremecimiento, aquellas zonas que
muchas necesidades del espíritu. Todas estas imágenes parecen atesti- los ocultistas denominan paisajes peligrosos. Mis pasos suscitan la
guar que el espíritu ha alcanzado la rrr.:rdurez suficiente para gozar aparición de monstruOs que me acechan, monstruos que todavía
de más satisfacciones que aquéllas que por lo general se le conceden. no me tIenen demasiada malquerencia, debido a que les temo,
Este es el único medio de que dispone para sacar partido de por 10 que todavía no estoy perdido. Ahí están los «e!efantes
la cantidad ideal de acontecimientos de que está preñado 17. Estas con cabeza de mujer y los leones voladores" cuyo encuentro nos
imágenes le dan la medida de su normal disipación y de los hacía temblar de miedo, a Soupault y a mí; ahí está el «pez
inconvenientes que ésta le comporta. No es malo que estas imágenes soluble" que todavía me da un poco de miedo. ¡PEZ SOLUBLE,
acaben por desconcertar al espíritu, ya que desconcertarle equivale yo soy e! pez soluble, yo nací bajo el signo de Piscis, y el hombre
a situarle ante un camino errado. Las frases que he citado contribu- es soluble en su pensamiento! La fauna y la flora de! surrealismo
yen grandemente a ello. Pero el espíritu que sabe saborearlas obtiene son inestables.
de ellas la certidumbre de hallarse en el buell camillo; el espíritu, 3, No creo en la posibilidad de la próxima aparición de un
por sí mismo, jamás se declarará culpable de emplear sutilezas pontífice surrealista, Las características comunes a todos los textos
idiomáticas; nada tiene que temer, por cuanto, además, se fortifica del género, entre ellos los que acabo de citar, así como muchos
con la búsqueda total.
otros que po~ sí solos no podrían proporcionar un riguroso desglose
2. El espíritu que se sumerge en el surrealismo revive exaltada- analítico lógico y gramatical, no impiden una cierta evolución
mente la mejor parte de su inLll1cia. Al espíritu le Ocurre un de la prosa surrealista, al paso del tiempo. Prueba irrefragable
poco lo mismo que a aquél que, próximo a morir ahogado, repasa, de ello son las historietas que vienen a continuación, en este mismo
en menos de un minuto, su vida entera, en todos sus agobiantes volumen 18, historietas escritas después de gran cantidad de ensayos
detalles. Habrá quien diga que esto no es demasiado incitante. a cuya elaboración me entregué con la finalidad antedicha, durante
Pero no me interesa en absoluto incitar a quienes tal digan. De cinco años, y que tengo la debilidad de juzgar, en su mayoría,
los recuerdos de la infancia y de alguIlos otros se desprende cierto extremadamente desordenadas. No estimo que esas historietas sean,
sentimiento de no estar uno absorbido, y en consecuencia, de en virtud de lo que de ellas he expresado, ni más ni menos
despiste, que considero el más fecundo entre Cuantos existen. Quizá ca paces de poner de relieve ante el lector los beneficios que la
sea vuestra infancia lo que más cerca se encuenLra de la «verdadera aportación surrealista puede proporcionar a su conciencia.
vida,,; esa infancia tras la cual el hombre tan sólo dispone, además Por otra parte, es pieciso dar mayor envergadura a los medios
de su pasa porte, de ciertas entradas de Lwor; esa infancia en la surrealistas. Todo medio es bueno para dar la deseable espontanei-
dad a ciertas asociaciones. Los papeles pegados de Picasso y de
17 No olvidcnl0s que, según la fórmula ck, I'Sovalis, "hay cicrtJS series de
Braque tienen el mismo valor que la inserción de un lugar común
~1(OlltL'CjIllil'lltOS que "1...' pn)dUCCll P;lLdcLlI11l'llrc ,1 lí.l:' ;lCUilCl'1..:illli,:l1tO) n.._',¡1t..,s.
Por lo general. los hombres y bs circunstancias modltlC1n el curso idl'JI de en el desarrollo literario del esulo más laboriosamente depurado.
los acol1tcCirl1icl1tos de tal nLlllCLl que éste' t0I11J ap~lricl)cias dL' Incluso está permitido dar el título de POEMA a aquello que
y sus consecuencias SOn UIl1bién iUlpcrfcctas. Así ocurrió C011 la RcfürIn~l:
en vez del protestantismo produio el luteL1l1ismo".
j
I lS L:15 Fro:;;1s de P(li.\$(lll _"o/u¡'lc.
348 Mario De Mícheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 349

se obtiene mediante la reumon, lo más gratuita posible (si no


les molesta, fijense en la sintaxis) de títulos y fragmentos de títulos
recortados de los periódicos diarios:

MADAME,
POEME •
une palre
Un éclat de rire
de has de soie
n'est pas
de sapbir dans I'ile de Ceylan
Un saut dans le vide
Les plus belles pautes , UN CERF
ONT LE TEINT FANE L'Amour d'aóord
SOUS LES VERROUS Tout pourrait s'arranger si bien
\PARIS EST UN GRAND VILLAGE
dans une ferme isolée
Surveil1ez
AV JOUR LE YOVR
s'aggrave .Le feu qui couve
LA PRIERE
l'agréable Du beau temps
Une voie carrossable Sachez que
'Vou:s conduit au bord de rinconnu Les rayons ultra-violeb
ont terminé leur tache

le café Courte ef bonne

preche pour son saint


L'ARTISAN QUODITIEN DE VOTRE BEAUTÉ
350 ¡vIario De Miclzeli Las vanL(!uardias artísticas del siglo XX 351

y se podrían dar muchos más ejemplos. También el teatro, La voz surrealista que estremeció a Cumas, Dodona y -Delfos
la filosofía, la ciencia, la crítica, conseguirían volver a encontrarse es la misma que dicta mis discursos menos iracundos. Mi tiempo
a sí mismos. Debo apresurarme a añadir que las futuras témicas no puede ser el suyo, ¿y por qué ha de ayudarme esta voz a
surrealistas no me interesan. resolver el infantil problema de mi destino? Por desgracia, parezco
Yo he rlado a entender con suficiente claridad que las aplicacio- actuar en un mundo en el que, para llegar a tener en cuenta
nes del surrealismo a la acción me parecen poseer una importancia sus sugerencias, estoy obligado a servirme de dos clases de intérpre-
muy diferente 19. Ciertamente, no creo en el valor profético de tes; unos me traducirán sus frases, y los otros, que es imposible
la palabra surrealista. «l'vlis palabras-son palabras de oráculo»zo. hallar, comunicarán a mis semejantes la comprensión que yo haya
Sí, el! la medida q,¡e yo quiera, porque ¿acaso no se es oráculo alcanzado de estas frases. Este mundo en el que yo sufro lo que
ante uno mismo ?Zl. La piedad de los hombres no me engaña. sufro (mejor será que no lo sepáis), este mundo moderno, este
mundo, en fin .. " ¡diabólico! Bueno, pues ¿qué queréis que yo
19 Séame pern.litido torm ular algunas reservas acerca de la responsabilidad, haga en él? La voz surrealista quizá se extinga, no puedo yo
cn general. y de las consideraciones médico-jurídicas pertinentes en orden a contar mis desapariciones, Yo no podré estar presente, ni siquiera
determinar el grado de responsabilidad de un individuo, a saber. responsabilidad un poco, en el maravilloso descuento de mis años y días, Seré
y responsabilidad limirada (sic). Pese a lo muy diflcil
como Nijinski, a quien el año pasado llevaron a los Ballets Rusos,
que me resulta admitir el principio de cualquier tipo de responsabilidad, me
gustaría saber de qué manera serán j!<z.eados los primeros actos delictivos de y no pudo comprender qué clase de espectáculo era aquel al
naturaleza indudablemente surrealista. ¿El acusado será absuelto o solamente que asistía, Quedaré solo, muy solo en mí, indiferente a todos
se apreciará la concurrencia de circunstancias atenuantes? Es una verdadera los ballets del' mundo. Os doy todo lo que he hecho y todo
LístinlJ que los delitos de prensa hayan dejado casi de ser perseguidos, pues
lo que no he hecho.
de lo contrario no tardaría en llegar el momento en que podríamos asistir
a un proceso del siguiente tipo: el acusado ha publicado un libro atentatorio
Y, desde entonces, siento unos grandes deseos de contemplar
a la moral pública; a querella de algunos de sus «más honorables" conciudadanos
es también acusado de difamación: contra él se formulan acusaciones de todo con indulgencia los sueños científicos que, a fin de cuentas, tan
género, igualmente aplastantes, cual insultos al ejércitO. inducción al asesinato, indecorosos son desde todos los puntos de vista. ¿La telegrafia
apologia de la violación. etc. Por su parte, el acusado se muestra enteramente sin hilos? Bien. ¿La sífilis? Igual me da. ¿La fotografia? Nada
de acuerdo con los acusadores, a fin de poder desvirtuar las ideas por él expresadas. tengo que oponer. ¿El cine? ¡Vivan las salas oscuras! ¿La guerra?
En su defensa, se limita a proclamar que él no se considera autor del libro
¡Qué risa! ¿El teléfono? ¡Diga! ¿La juventud? ¡Encantadores cabe-
en cuestión, ya que éste tan solo puede considerarse como una producción
surrealista que excluye todo género de consideraciones acerca del mérito o llos blancos! Intentad hacerme decir «gracias)}: «Gracias», Gracias ...
demérito de quien lo firma, ya que el firmante no ha hecho más que copiar Si el vulgo tiene en gran estima eso que, propiamente hablando,
un documento, sin expresar sus opiniones, y que es tan ajeno a la obra nefasta se denomina investigaciones de laboratorio, se debe a que gracias
cual pueda serlo el mismísimo presidente del tribunal que le juzg:l.
y lo que cabe decir de la publicación de un libro podrá decirse también emprender' viaje hacía BétlLune, en donde quizá me esperaba algo: aunque
de una infinidad de actos de diferente naturaleza el día en que los métodos en rcalidad hubiera sido ésta una solución demasiado simplista. Me han contado
surrealistas comiencen a gonr del favor del público. Entonces scrá preciso que en un libro de Chesterton se refiere el caso de un detective que para
que una nueva moral sustituya a la monl usual, causa de todos nucstros males. encontrar a alguien a quíen busca en una ciudad sigue el método de inspeccionar,
20 Rimbaud.
desde el sótJno al tejado, todas las cosaS en cuyo exterior advierte un detalle
De todos modos, DE TODOS MODOS .. Mejor será descargar la con cien-
21 ligeramente anormal. Este sistema es tan bueno como cualquier otro.
CLL Hoy, di;! 8 de junio de 1924, hacia la una, la voz me ha susurrado: De parecido modo, Soupault, en 1919, entró en gran número de inmuebles
"Séthune, Béthune, .. " ¿Qué quería decír' No conozco' Béthune, ni tengo la improbables para preguntar a la portera si allí vivía Philippe Soupault. Creo
menOr idea de la situación en que se encuentra en el mapa de Fr:mcia, Béthune que no se hubiera sorprendido si le hubieran dado una respuesta afirmativa.
nada me eVOCl, ni siquiera una escena de Los tres IlIo,'quereros. Hubiera debido Ello se hubiera debido a que Soupault h:lbria entrado en su propia casa.
352 ¡V1ario De ¡V1icheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 353

J clbs se 11:1 conseguido construir unJ máqulTIJ o descubrir un es el <<tayo invisible» que algún día nos permitirá superar a nuestros
suero en los que el vulgo se cree directamente interesado. No adversarios. "Deja ya de temblar, cuerpo.» Este verano, las rosas
duda ni por un instante que Con ello se ha querido mejorar su son azules; el bosque de cristal. La tierra envuelta en verdor me
suerte. No sé con exactitud cuál es el ideal de los sabios con causa tan poca impresión como un fantasma. Vivir y dejar de
tendencias humanitarias, pero me parece que de él no forma parte vivir son soluciones imaginarias. La existencia está en otra parte.
una gran cantidad de bondad. Entendámonos, hablo de los verdade-
ros sabios, no de los vulgarizadores de cualquier tipo, en posesión André Breton
de un título. En este terreno, come--en cualquier otro, creo en
la pura alegría surrealista de! hombre que, consciente del fracaso
de todos los demás, no se da por vencido, parte de donde quiere,
y, a lo brgo de cualquier camino que no sea razonable, llega
a donde puede: Puedo confesar tranquilamente que me es absoluta-
mente indiferente b imagen que el hombre en cuestión juzgue
oportuno utilizar para seguir su camino, imagen que quizá le
procure la pública estimación. Tampoco me importa el mJterial
del que necesariamente tendrá que proveerse: sus tubos de vidrio
o mis plumas metálicas ... En cuanto al método de tal hombre
lo considero tan bueno como el mío. He visto en plena actuación
al descubrídor del retlejo cutáneo plantar; no hacía más que experi-
mentar sin tregua en los sujetos objeto de su estudio, no era
un «examen», ni mucho menos, lo que hacía; resultaba evidente
que habia dejado de fiarse de todo género de planes. De vez en cuando
fO,rmulaba una observación, con aire de lejanía, sin abandonar
por ello su aguja, mientras que su martillo actuaba constantemente.
Encargó a QtrOS la trivial tarea de tratar a los enfermos. Se entregó
por entero a su sagrada fiebre.
El surrealismo, tal como yo lo entiendo, declara nuestro incon-
·formismo absoluto con la claridad suficiente para que no se le
pueda atribuir, en e! proceso del mundo real, el papel de testigo
de descargo. Al contrario, el surrealismo únicamente podrá explicar
e! estado de completo aislamiemo al que esperamos llegar, aqui,
en esta vida. El aislamiento de la mujer en Kant, el aislamiento
de los «racimos» en Pasteur, el aislamiemo de los vehículos en
Curie, son a este respecto profundamente sintOmáticos. Este mundo
está tan sólo muy relativamente proporcionado a la inteligenci~i, I
y los incidemes de este género no son más que los episodios
más descollantes, por el momento, de una guerra de independencia I
en la que considero un glorioso honor participar. El surrealismo '1 ~

1
//-~

)
Cubismo*

La pintura cubista

Las virtudes plásticas: la pureza, la unidad y la verdad tienen


bajo sí a la ilaturaleza domada.
Inútilmente se cubre el arco iris, las estaciones tiemblan, las
muchedumbres corren hacia la muerte, la ciencia deshace y recom-
pone lo que existe, los mundos se alejan para siempre de nuestra
concepción, nuestraS fugaces imágenes se repiten o resucitan su
inconsciencia, y los colores, los olores, los rumores que impresionan
nuestros sentidos nos sorprenden, para desaparecer después en la
naturaleza.

Este fenómeno de belleza no es eterno. Sabemos que nuestro


espíritu no tuvo principio y que nunca cesará, pero, ante todo,
nos formamos el concepto de la creación y del fin del mundo.
Sin embargo, demasiados artistas-pintores siguen adorando las
J'
plantas, las piedras, la-ola o los hombres.

* Las páginas siguientes constituyen el primer capítulo del libro Médít<ltíOIlS


estliétíques. Les peílltres cubístes, de Guillaume A pollinaire, publicado en París
en 1913. Este texto, aunque confuso y sólo aproximativo, refleja mejor que
los ensayos de Gleizes y de Metzinger el clima de fervot intelectual en el
que n;¡ció el cubismo. Es ésta la razón de que haya venido a ser considerado
como manifiesto del movimiento.
/
356 lViario De !vliclleli LIS vall5?uardias ariísticas del siXlo XX 357

Nos acostumbramos pronto a la esclavitud del mlstenO, que Pero en vano nuestros pIes se levantan suelo que guarda
termina por crear dulces placeres. los muertos.
Dejamos a los obreros gobernar el UI1lverso, y los jardineros Estimar la pureza es bautizar el instinto, humanizar el arte
tienen menos respeto por la naturaleza que los artistas. V divinizar la personalidad.
Ya es hora de ser sus amos. La raíz, el tallo, la flor de lis muestran la progresión de la
La buena voluntad no garantiza en absoluto la victoria. pureza hasta su floración simbólica.
De este lado de la eternidad danzan las mortales formas del Todos los cuerpos son iguales ante la luz y sus modificaciones
amor y el nombre de la naturaleza -Fesume su pésima disciplina. surgen de este poder luminoso que construye a su voluntad.
Nosotros no conocemos todos los colores y cada hombre los
La llama es el símbolo de la pintura y las tres virtudes clásicas inventa nuevos.
flamean radiantes. Pero el pintor debe, ante todo, representarse su divinidad,
La llama tie l1 e la pureza que no soporta nada extraño y transfor- y los cuadros que ofrece a la admiración de los hombres le concede-
ma cruelmente en sí misma lo que toca. rán la gloria de ejercer momentáneamente su propia divinidad.
También tiene esa unidad mágica por la cual, si se la divide, Para eso es necesario abarcar con una mir:lda el pasado, el
cada llamita es semejante a la llama única. presente y el futuro.
Finalmente, tiene la verdad sublime de la luz que nadie puede El lienzo debe presentar esta unidad esencial que por sí sola
negar. provoca el éxtasis.
Entonces nada fugitivo nos arrastrará al azar.
Los artistas-pintores virtuosos de esta época occidental conside-
No volveremos atrás bruscamente.
ran su pureza en oposición a las fuerzas naturales.
Libres espectadores, no abandonaremos nuestra vida por nuestra
Ella es el olvido después del estudio. Y para que un artista
curiosidad.
puro muriera no deberían haber existido todos los de los siglos
Los contrabandistas de las formas no defraudarán nuestras esta-
pasados.
tuas de sal ante la aduana de la razón.
La pintura se purifica en occidente con aquella lógica ideal No vagaremos por el porvenir desconocido, que, separado
que los pintores antiguos transmitieron a los nuevos como si les de la eternidad, no es más que una palabra destinada a tentar
diesen la vida.
al hombre.
Y esto es todo. No nos extenuaremos por aferrar el presente demasiado fugaz.
El hombre vive en el placer, otro en el dolor, algunos malbara- Este no puede significar para el artista más que la máscara de
tan la herencia, otros se hacen ricos, y otros, finalmente, no tienen la muerte: la moda.
más que la vida. El cuadro existirá ineluctablemente.
Y esto es todo. La visión será encera, completa, y su infinito, en lugar de
No se puede llevar consigo a todas partes el cadáver de nuestro señalar una imperfección, sólo haL'l remontarse la relación de una
propio padre. nueva criatura con un nuevo creador, y nada más.
Se le abandona en com pañía de los otros muertos. Se le recuerda, Sin lo cual no habr.1 unidad. y las relaciones entre los distintos
se le llora, se habla de él con admiración. puntos del lienzo con diferentes temperamentos, con diferentes
Y, si nos toca llegar a ser padres, no debemos esperar que objetos, con diferentes luces, no mostrarán más que una multiplici-
uno de nuestros hijos vaya a desdoblarse por la vida de nuestro dad de desemejanzas sin armonía.
cadáver. / Porque si puede haber un número infinito de criaturas que
.../ '<

358 AJario De ¡Hielzeli Las vanguardias artisticas del siglo XX 359

testimonia cada una por su propio creador, sin que ninguna ocupe muchos jóvenes artistas-pintores no emplean más que el vocablo
el espacio de las que coexisten, es imposible concebirlas simultánea- genérico de «Pintura».
mente y su muerte proviene de su superposición, de su mescolanza, Estos pintores, si observan la naturaleza, ya no la imitan y
de su amor. se dedican cuidadosamente a la representación de las escenas natura-
Cada divinidad crea a su propia imagen: así también los pinto- les observadas y reconstruidas mediante el estudio.
res. La verosimilitud no tiene ya ningún valor, porque el artista
Sólo los fotógrafos fabrican la reproducción de la naturaleza. lo sacrifica todo a la verdad, a la necesidad de una naturaleza
La pureza y la unidad nada ClIentan sin la verdad que no superior que él imagina sin descubrirla.
se puede comparar con la realidad, ya que siempre es la misma, El tema ya no cuenta, o apenas cuenta. En general, el arte
al margen de todas las fuerzas naturales que se esfuerzan por moderno rechaza la mayor parte de los medios empleados por
mantenernos en el orden fatal en el que no somos más que animales. los grandes artistas pasados para agradar.
Ante todo, los artistasson hombres que quieren hacerse inhuma- Si el fin de la pintura es siempre, como lo fue en un tiempo,
nos. el placer de la vista, ahora se pide al amante del arte que encuentre
Buscan penosamente las huellas de la inhumanidad, huellas un placer diverso del que le puede procurar, igualmente bien,
que no se encuentran en ningún lugar en la naturaleza. el espectáculo de las cosas naturales.
Son la verdad y, fuera de ellas, no conocemos ninguna realidad. Nos encaminamos así hacia un arte completamente nuevo que
Pero nunca se descubrirá la realidad de una vez para siempre. será para la pintura, tal como fue considerada hasta ahora, lo
La verdad será siempre nueva. Si no, no sería más que un sistema que la música es para la literatura.
más mísero que la naturaleza. Será pintura pura, como la música es literatura pura.
En este caso, la deplorable verdad, cada día más lejana, menos El aficic;nado a la música experimenta, al escuchar un concierto,
clara, menos real, reduciría la pintura al estado de escritura plástica, una alegría distinta de cuando escucha los ruidos naturales, como
destinada solamente a facilitar las relaciones entre gentes de la el murmullo de un arroyuelo, el mugido de un torrente, el silbido
misma raza. del viento en el bosque o las armonías del lenguaje humano funda-
Hoy encontraremos pronto la máquina para reproducir tales das en la raZÓn y no en la estética.
signos, sin significado. Del mismo modo, los pintores nuevos procurarán a sus admira-
dores sensaciones artísticas debidas únicamente a la armonía de
las luces contrastantes.
Il
Es conocida la anécdota de Apeles y de Protógenes que nos
Muchos pintores nuevos no pintan más que cuadros en los relata Plinio.
que no ha y un auténtico tema. Muestra claramente el placer estético que resulta sólo de esta
Los títulos que hay en los catálogos desempeñan la fun- construcción contrastante de la que he hablado.
ción de los nombres que designan a los hombres sin caracterizarlos. Apeles llega un día a la isla de Rodas para ver los trabajos
Así como existen Legros que son delgadísimos, y Leblonds de Protógenes, que vivía allí. Este no estaba en su taller cuando
que son muy morenos, he visto lienzos llamados Soledad llenos ,. Apeles llegó.
de figuras. Una vieja cuidaba una tela lista para ser pintada. Apeles, en
En estos casos aÚn se admite, a veces, usar palabras vagamente lugar de escribir su nombre, trazó sobre la tela una línea tan
significativas como "Retrato», «Paisaje», «Naturaleza muerta)), pero delicada como jamás podía verse algo más logrado.
/"
//~

360 Mario De J'vIicheli Las vang¡lardias artísticas del siglo XX 361

A su regreso, Protógenes la vio y reconoció la mano de Apeles, Pero se puede decir que la geometría es a las artes plásticas
y trazó sobre ella otra línea de distinto color y más fina, de lo que la gramática es al arte de! escritor.
modo que parecían tres. Hoy los sabios ya no se atienen a las tres dimensiones de
Apeles regresó al día siguiente sin hallar al que buscaba, y b geometría euclidiana. Los pintores se han visto llevados natural-
la finura de la línea que trazó ese día hizo desesperar a Protógenes. mente, y, por así decirlo, intuitivamente, a preocuparse por nuevas
Aquella pintura provocó por mucho tiempo la admiración medidas posibles del espacio. que, en el lenguaje figurativo de
de los entendidos, que la miraban con tanto placer como si, en los modernos, se indican todas juntas brevemente con el término
lugar de mostrar unos trazos casi invisibles, representase dioses de cuarta dimensión.
y diosas. Así, tal como se ofrece al espíritu, desde el punto de vista
Los jóvenes artistas-pintores de las escuelas de vanguardia tienen plástico, la cuarta dimensión sería generada por las tres dimensiones
como objetivo secreto hacer pintura pura. conocidas: ella representa la inmensidad de! espacio eternizándose
Es un arte 'plástico completamente nuevo. en todas las dimensiones en un momento determinado.
Apenas está en sus comienzos y todavía no es tan abstracto Es e! espacio mismo, la dimensión de lo infinito, y da plasticidad
como querría ser. a los objetos. Les da en la obra las justas proporciones, mientras
.- La mayor parte de los nuevos pintores hacen matemáticas sin que en el arte griego, por ejemplo, un ritmo en cierto sentido
conocerlas, pero aún no han abandonado la naturaleza que interro- mecánico las destruye sin tregua.
gan pacientemente para que les enseñe el camino de la vida. El arte griego tenía una concepción puramente humana de
Picasso estudia un objeto como un cirujano diseca un cadáver. la belleza. Consideraba al hombre como medida de la perfección.
Este arte puro, aun si logra liberarse completamente de la El arte de los nuevos pintores considera al universo infinito
antigua pintura, no provocará necesariamente su desaparición, como ideal y a este ideal se debe la nueva medida de la' perfección,
como el desarrollo de la música no ha provocado la desaparición que permite al artista-pintor dar al objeto proporciones conformes
de los distintos géneros literarios; como la aspereza del tabaco al grado de plasticidad a que él quiera llevarlo.
no ha sustituido el sabor de los alimentos. Nietzsche había adivinado la posibilidad de un arte semejante.
«¡Oh, divino Dionisos! ¿Por qué me tiras de las orejas? -pre-
gunta Ariadna a su filosófico amante en uno de los célebres diálogos
III en la Isla de Naxos-. En tuS orejas veo algo agradable, Ariadna;
¿Por qué no las tienes más largas toda vía ?>,
A los nuevos artistas-pintores se les han reprochado VIvamente Cuando Nietzsche refiere esta anécdota, hace, en boca de Dioni-
sus preocupaciones geométricas. sos, el proceso al arte griego.
Sin embargo, las figuras de la geometría son la base del dibujo. Añadamos que esta abstracción, «la cuarta dimensión», no ha
La geometría, ciencia que tiene por objeto el espacio, su medida sido más que la manifestación de las aspiraciones, de las inquietudes
y sus relaciones, fue en todo tiempo la regla misma de la pintura. de un gran número de jóvenes artistas que se interesaron por
Hasta ahora las tres dimensiones euclidianas bastaban a las in- las esculturas egipcias, negras y oceánicas, y meditaron obras cientí-
quietudes que el sentimiento de 10 infinito despierta en el ánimo ficas con las esperanzas puestas en un arte sublime; hoy ya no
de los grandes artistas. se da esta expresíón utópica, que había que poner de relieve y
Ciertamente, los nuevos pintores no se proponen, en mayor explicar, sino un interés en cieno modo histórico.
medida que los antiguos, ser geómetras. ,.
362 AJario De jV1icheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 363

IV de la época para darse cuenta de que personas y cosas se conforman


totalmente a las imágenes de estos pintores.
Esta ilusión me parece totalmente natural, ya que las obras
Al querer alcanzar proporciones ideales, no contentándose con
de arte son lo más rotundo que produce una época desde el
las humanas, los jóvenes pintores nos ofrecen obras más cerebrales
que sensuales. Cada vez se alejan más del antiguo arte de ilusiones punto de vista de la forma.
Esa energía se impone a los hombres y es para ellos la medida
ópticas y de proporciones locales para expresar la grandeza de
las formas metafísicas. plástica de una época.
Así, los que se burlan de los nuevos pintores, se mofan de
Por esto, el arte actual, aun no siendo la emanación directa
la propia figura, ya que la humanidad del futuro se figurará la
de creencias religiosas determinadas, presenta muchos caracteres
humanidad de hoy según la representación que los artistas del
del gran arte, es decir, del arte religioso.
arte más vivo, es decir más nuevo, hayan dejado de ella.
No me digáis que hay hoy pintores en los que la humanidad
puede reconocerse pintada a su imagen.
v Todas las obras de arte de una época acaban por parecerse
a las obras de arte-más vigorosas, más expresivas, más típicas.
Los grandes poetas y los grandes artistas tienen la misión social Las muñecas nacieron de un arte popular v siempre parecen
de renovar sin tregua las apariencias que reviste la naturaleza a inspirarse en las obras de un gran arte de la misma época.
los ojos de los hombres. Es una verdad fácil de comprobar.
Sin los poetas y los artistas, los hombres se aburrirían pronto Y, sil! embargo, ¿quién se atrevería a decir que las muñecas
de la monotonía natural. La idea sublime que tienen del universo que se vendían en las tiendas hacia el 1880 se fabricaron con
se derrumbaría con una rapidez vertiginosa. un sentimiento análogo al de Renoir cuando pintaba sus retratos?
El orden que aparece en la naturaleza, y que no es más que Entonces nadie se daba cuenta de ello.
efecto del arte, se desvanecería rápidamente. Sin embargo, esto significa que el arte de Renoir era lo bastante
Todo se desharía en el caos. vigoroso, lo bastante vital para imponerse a nuestros sentidos,
Ya no habría estaciones, m civilización, ni pensamiento, ni mientras que al gran público de la época en que él comenzaba
humanidad, ni siquiera vida, y la imponente oscuridad reinaría sus concepciones éstas le parecían otros tantos absurdos y locuras.
para SIempre.
Los poetas y los artistas determinan, de común acuerdo, el
carácter de su época, y el porvenir se conforma dócilmente a VI
su idea.
La estructura general de una momia es semejante a las fíguras
trazadas por los artistas egipcios y, sin embargo, éstos eran muy Se ha considerado a veces, y en particular a propósito de
distintos los unos de los otros. Pero se conformaron al arte de los artistas-pintores más recientes, la posibilidad de una mistificación
su época. o de un error colectivo.
El carácter propio del arte, la nueva función social es crear Ahora bien, no se conoce en toda la historia del arte una
esta ilusión: el tipo. sola mistificación y ni siquiera un error artístico que se hayan
¡Sólo Dios sabe cuánto se han burlado de los cuadros de Manet generalizado.
y de Renoir! Pues bien, basta echar un vistazo a las fotografías Hay ejemplos aislados de mistificación y de error, pero los
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364 lViario De i'vJicheli Las vanguardias artísticas del XX 365
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elementos convencionales de que se componen en gran parte las dientes, donde la Sala 41, reservada a los cubistas, provocó una I
obras de arte nos garantizan que no pueden darse casos colectivos.
Si la nueva escuela de pintura nos presentase uno, sería un
profunda impresión.
Allí se podían ver obras sabias y sugestivas de Jean Metzinger, II
paisajes, El hombre desnudo y La mujer de los J7ocs, de Albert Gleizes;

I
acontecimiento tan extraordinario que habría que considerarlo un
milagro. el Retrato de lvJadame Femande X y Las muchachas, de Marie Lauren-
Concebir un caso de este tipo serIa como pensar que en una cin; La torre, de Robert Delaunay, La abundancia, de Le Fauconnier,
nación todos los niños nacieran, de ~pente, sin cabeza, sin una y los Desnudos en 1m paisaje, de Fernand Léger.
pierna o sin un brazo, concepción evidentemente absurda. La primera manifestación de los cubistas en el extranjero tuvo
No hay errores ni mistificaciones colectivas en el arte; no lug:u en Bruselas ese mismo año; en el prólogo al catálogo de
hay más que diversas épocas y diversas escuelas artísticas. aquella exposición yo acepté, en nombre de los expositores, los
Si el fin que cada una de ellas persigue no es igualmente términos cubismo y cubista.
elevado, igualmente puro, todas son del mismo modo respetables, A finales de 1911, la Exposición de los cubistas en el Salón
y, según las ideas que nos hagamos de la belleza, toda escuela
de arte es sucesivamente admirada, despreciada y nuevamente admi-
rada.
de Otoño tuvo una gran repercusión; no se escatimaron las burlas
ni a Gleizes (La caza, Retrato de jacques Nayral), ni a Metzinger
(La mujer de la wchara) , ni a Fernand Léger. A estos artistas se
había unido otro pintor, Marce! Duchamp, y un escultor-arquitec-
I
to, Duchamp- Villon.
VII Se celebraron otras exposiciones colectivas en noviembre de
1911 en la Galería de _Arte Contemporáneo, rue Tronchet de
La moderna escuela de pintura lleva el nombre de cubismo. París; en 1912, en el Salón de los Independientes, a la que se
Le fue dado despectivamente en el otoño de 1908 por Henri sumó Juan Gris; en mayo, en España, donde Barcelona acoge
Matisse, que acababa de ver un cuadro con casas, cuya apariencia con entusiasmo a los jóvenes franceses; finalmente, en junio, en
cúbica le había impresionado fuertemente. Ruán, una exposición organizada por la Sociedad de Artistas Nor-
Esta nueva estética se fue elaborando primeramente en el espíritu
de André Derain, pero las obras más importantes y más audaces
mandos, y que hay que recordar por la adhesión de Francis Picabia
a la nueva escuela. (Nota escrita en septiembre de 1912.) r
que produjo fueron las de un gran artista al qu~ también hay
que considerar como un fundador: Pablo Picasso.
Sus invenciones, apoyadas por el buen sentido de Georges
Braque, que expuso en 1908 un cuadro cubista en el Salón de
El cubismo se diferencia de la antigua pintura porque no es
arte de imitación, sino de pensamiento que tiende a elevarse hasta
la creación.
I
~
~
los Independientes, se hallaron formuladas en los estudios de Jean Al representar la réCalidad- concebida o la realidad-creada, el pin- f~
~
i~
Metzinger, que expuso el primer retrato cubista (el mío) en el tor puede dar la apariencia de las tres dimensiones, puede, en cier-
,1
Salón de los Independientes de 1910, Y que, además, hizo admitir tomodo, wbicar. ,!
~,
ese mismo año obras cubistas por el jurado del Salón de Otoño. No podría hacerlo si ofreciera simplemente la realidad-vista,
:\
También en 1910 aparecieron en los Independientes cuadros a menos de simularla en escorzo o en perspectiva, lo que deformaría
de Robert Delaunay, de Marie Laurencin y de Le Fauconnier, la cualidad de la forma concebida o creada.
11,t
a que correspondían a la misma escuela. Cuatro tendencias se han manifestado actualmente en el cubismo 1
La primera exposición colectiva del cubismo, cuyos seguidores I tal como yo lo he analizado. Dos de ellas son paralelas y puras. ¡
eran cada vez más numerosos, tuvo lugar en 19.11 -en los Indepen- El cubismo cient~{t[o es una de las tendencias puras. Es el arte
1
~
366 AJario De ¡'v[ichefi Las vanguardias artísticas del siglo XX 367 I
de_e.intar composiciones nuevas Con elementos tomados, no de

I
Los últimos cuadros de Cézanne y sus acuarelas se relacíonan
la realidad visual, sino de la realidad del conocimiento. con el cubismo, pero Courbet es el padre de los nuevos pintores
Todo hombre tiene el sentido de esta realidad interior. No y André Derain, del cual volveré a hablar un día, fue el mayor
es preciso ser culto para concebir, por ejemplo, una forma redonda. de sus hijos predilectos, ya que lo encontramos en el origen del
El aspecto geométrico que tan vivamente impresionó a quienes movimiento de los Jauves, que fue una especie de preludio del
vieron las primeras telas científicas derivaba del hecho de que cubismo, y también en el origen de este gran movimiento subjetivo;
la realidad esencial se ofrecía en ellos co_f! gran pureza y se eliminaba pero sería demasiado dificil escribir bien ahora de un hombre
totalmente el ele I11 ento visual y anecdótico. que, voluntariamente, se mantiene al margen de todo y de todos.
Los pintores que pertenecen a esta tendencia son: Picasso, cuyo
arte luminoso se relaciona también con la otra corriente pura Creo que la moderna escuela de pintura es la más audaz que
del cubismo; Georges Braque, Metzinger, Albert Gleizes, la señorita nunca haya existido. Ha planteads; el problema de la belleza en
Laurencin y Juan Gris. sí. Quiere imaginarse lo bello liberado del placer que el hombre
_j:L~¡~isl11:?fisico, que es el arte de pintar composiciones can ele- procura al hombre, y desde el comienzo de los tíempos históricos
mentos extraídos en su mayor parte de la realidad visual. ningún artista europeo se había atrevido a ello.
Sin embargo, este arte depende del cubismo en su disciplina Los nuevos artistas quieren una belleza ideal que ya no sea
constructiva. Tiene un gran porvenir como pintura de historia. sólo expresión orgullosa de la especie, sino expresión de! universo,
Su función social está bien delineada, pero no es arte puro. En en la medida en que éste se ha humanizado en la luz.
él se confunde el tema Con las imágenes.
El pintor fisico que creó esta tendencia es Le Fauconnier. El arte contemporáneo reviste sus creaciones de una apariencia
---.É!_~t~b.~-,-t¡l.o_~r:fi~q es la otra importante tendencia de la pintura grandiosa;, monumental, que supera en este sentido a todo lo
';;J
moderna. Es el arte de pintar composiciones nuevas con elementos que había sido concebido por los artistas de nuestro tiempo.
no tomados de la realidad visual, sino enteramente creados por Ardiente en la búsqueda de la belleza, es noble y enérgico,
el artista y dotados por él de una poderosa realidad. y la realidad que nos descubre es maravillosamente clara.
Las obras de los artistas órficos deben ofrecer simultáneamente Amo el arte contemporáneo porque amo, sobre todo, la luz;
un placer estético puro, una construcción que impresione los senti- todos los hombres la aman por encima de todas las cosas: por
dos y un significado sublime, es decir, el tema. ello inver¡.taron el fuego.
Es arte puro.
La luz de las obras de Picasso contiene este arte, que, por su
parte, Robert Delaunay inventa y al que tienden también Fernand
Léger, Francis Picabia y Marce! Duchamp.
G. Apollinaire
I
~
10'

El cubismo instintivo, arte de pintar nuevos cuadros, inspirados Ji


no en la realidad visual, siRO en la sugerida al artista por e! instinto n
~
y por la intuición, tiende, desde hace bastante tiem po, al orfismo.
A los artistas instintivos les falta lucidez y un credo artístico; I!
el cubismo abarca un gran número de ellos. ~ .
Nacido del impresionismo francés, este movimiento se difunde
actualmente por toda Europa. I¡

Ji
...
,1

~
1:
I

1
I
1
¡

Fundación y J'v[aIlUiesto del jiltllrislIlo

Habíamos velado toda la noche -mis amigos y yo- bajo lámparas


de mezquita de cúpulas de bronce calado, estrelladas como nuestras
almas, pues como ellas estaban irradiadas por el cerrado fulgor
1
de un corazón eléctrico. Habíamos pisoteado largamente sobre
opulentas alfombras orientales nuestra atávica galbana, discutiendo
ante las fror,tteras extremas de la lógica y ennegreciendo mucho
papel con frenéticas escrituras.
Un inmenso orgullo henchía nuestros pechos, pues nos sentía-
mos los únicos, en esa hora, que estaban despiertos y erguidos,
como faros soberbios y como centinelas avanzados, frente :11 ejército
de las estrellas enemigas, que nos observaban desde sus celestes
campamentos. Solos con los fogoneros que se agitan ante los
hornos infernales de los grandes barcos, so los con los negros fantas- I
II

I
mas que hurgan en las panzas candentes de las locomotoras lanzadas
en loca carrera, solos con los borrachos trastabilleantes con un
inseguro batir de alas a lo largo de los muros. ~
~
* De los tres m:mifiestos futurisras que siguen, el primero salió en francés ~!
en las páginas de Figaro el 20 de febrero de 1909. 'i luego en la revisrJ milanesa
POfsid, núms. 1-2. El segundo y el rercero fueron publicados también en Poc.'id
1
,j
al año siguienre, en febrero 'i abril, respectivamente. Estos tres manifiestos, ¡
'1
junto con el de la Esw!ilIra (le- Boccioni, publicado en abril de 1912,
consticuyen el núcleo pro.gramárico fundamental del movimiento. Los restantes
i
.1
;i
manifiestos, bastante numerosos y de variado argumento, añaden bien poco 1
a la fisonomía del futurismo, especi:dmente por lo que se refiere J las artes
tlgurativ3s.
370 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 371

De repente, nos sobresaltamos al oír el ruido formidable de perros guardianes que se redondeaban bajo nuestros neumáticos
los enormes tranvías de dos pisos, que pasaban brincando, resplande- hirvientes, como cuellos almidonados bajo la plancha. La Muerte,
cientes de luces multicolores, como los pueblos en fiesta que el domesticada, se me adelantaba en cada curva para tenderme su
Po desbordado sacude y desarraiga de repente para arrastrarlos garra con gracia y, de vez en cuando, se echaba al suelo con
hasta el mar sobre las cascadas y a través de los remolinos de un ruido de mandíbulas estridentes, lanzándome desde cada charco
un diluvio. miradas aterciopeladas y acariciadoras.
Luego, el silencio se hizo más profundo. Pero, mientras escuchá- ({¡Salgamos de la sabiduría como de una horrible cáscara, y
bamos el extenuado borboteo de p1egarias del viejo canal y el lancémonos como frutos sazonados de orgullo dentro de la boca -1
crujir del hueso de los palacios moribundos sobre sus barbas de inmensa y torcida del viento !... ¡Démonos en pasto a lo Ignoto,
húmeda verdura, de súbito oímos rugir bajo las ventanas los auto- no ya por desesperación, sino sólo para colmar los profundos
móviles famélico~. pozos de lo Absurdo!»
({¡ Vamos! ~dije yo~. ¡Vamos, amigos! Finalmente, la mitología Apenas había pronunciado estas palabras, cuando l:.,·uscamente
y el ideal místico han sido superados. Estamos a punto de asistir me di media vuelta, con la misma ebriedad loca de los pc:rros
al nacimiento del Centauro y pronto veremos volar a los primeros que quieren morderse el rabo, y he aquí que, de repente, vinieron
Angeles l. .. ¡Habrá que sacudir las puertas de la vida para probar a mi encuentro dos ciclistas, que me disputaron la razón, ambos
sus goznes y sus cerrojos l. .. ¡Partamos! ¡He aquí, sobre la tierra, persuasivos y, sin embargo, contradictorios. Su estúpido dilema
la primerísima aurora! ¡No hay nada que iguale el esplendor de discutía mi territorio ... ¡Qué lata !... Seguí y por el disgusto me
la roja espada del sol, que brilla por primera vez en nuestras arrojé con las ruedas al aire en un foso ...
tinieblas milenarias !». ¡Oh! ¡F9S0 materno, casi lleno ele agua far:;osa! ¡Hermoso
Nos acercamos a las tres fieras resoplantes para palpar amorosa- foso de botica! Degusté ávidamente tu cieno fortificante, que
mente sus tórridos pechos. Yo me recosté en mi automóvil como me trajo a la memoria la santa mama negra de mi nodriza sudane-
Ull cadáver en el ataúd, pero en seguida resucité bajo el volante,
sa ... Cuando me alcé --andrajo sucio y maloliente~ de debajo
hoja de guillotina que amenazaba mi estómago. del coche volcado, me sentí atravesar el corazón, deliciosamente,

I
La furibunda escoba de la locura nos arrancó de nosotros mismos por el hierro ardiente de la alegría.
y nos lanzó a través de las calles, escarpadas y profundas como Una muchedumbre de pescadores armados de cañas de pescar
lechos de torrentes. Aquí y allá, una lámpara enferma tras los y de naturalistas gotosos se alborotaba ya en torno al prodigio.
cristales de una ventana nos enseñaba a despreciar la falaz matemáti-
ca de nuestros ojos perecederos.
Yo grité: ({¡El olfato. A las fieras les basta con el olfato!»
Con cuidado paciente y meticuloso, aquella gente montó altos
armazones y enormes redes de hierro para pescar mi automóvil, se-
mejante a un gran tiburón varado. El ccche salió lentamente del
Ii
y nosotros, como jóvenes leones, seguíamos a la Muerte de foso, abandonando en el fondo, como escamas, su pesada carro- ~
~
pelaje negro y manchado de pálidas cruces que corría por el
vasto cielo violáceo, vivo y palpitante.
cería de sentido común y sus mórbidos enguatados de comodidad.
Creían que estaba muerto, mi hermoso tiburón, pero una caricia
I
Y, sin embargo, no teníamos una Amante ideal que irguiera mía fue suficiente para reanimarlo, ;' ¡'.elo aquí resucitado, helo
hasta las nubes su sublime figura, ni una Reina cruel a la que aquí corriendo de nuevo sobre sus poderosas aletas!
ofrendar nuestros despojos, retorcidos a guisa de anillos bizantinos. Entonces, con el rostr,) cubierto del buen fango de los talleres
Nada para querer morir, sino el deseo de liberarnos finalmente ~~mpaste de escorias metálicas, de sudores inútiles, de hollines
de nuestro valor demasiado pesado. celestes~, nosotros, contusos y con los brazos vendados, dictamos
Y corríamos, aplastando en los umbrales de las casas a los nuestras primeras voluntades a todos los hombres vivos de la tierra:
372 lvIario De Micheli Las vanguardias artisticas del S(íZlo XX 373

1. Nosotros queremos cantar el amor al peligro, el hábito marchas multicolores y polifónicas de las revoluciones en las capita-"
de la energía y de la temeridad. les modernas; cantaremos el vibrante fervor nocturno de los arsena-
2. El valor, la audacia, la rebelión serán elementos esenciales les y de los astilleros incendiados por violentas lunas eléctricas;
de nuestra poesía. las estaciones glotonas, devoradoras de serpientes humeantes; las
3. Hasta hoy, la literatura exaltó la inmovilidad pensativa, fábricas colgadas de las nubes por los retorcidos hilos de sus humos;
el éxtasis y el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento los puentes semejantes a gimnastas gigantes que saltan los ríos,
agresivo, el insomnio febril, el paso ligero, el salto mortal, la relam pagueantes al sol con un brillo de cuchillos; los vapores
bofetada y el puñetazo. - aventureros que olfatean el horizonte, las locomotoras de ancho
4. Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se pecho que piafan en los raíles como enormes caballos de acero
ha enriquecido con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. embridados con tubos, y el vuelo deslizante de los aeroplanos,
Un automóvil de carreras con su capó adornado de gruesos tubos cuya hélice ondea al viento como una bandera y parece aplaudir
semejantes a serpientes de aliento explosivo ... , un automóvil rugien- como una muchedumbre entusiasta.
te que parece correr sobre la metralla, es más bello que la Victoria
de Samotracia.
Desde Italia lanzamos al mundo este manifiesto nuestro de
5. Nosotros queremos cantar al hombre que sujeta el volante,
violencia arrolladora e incendiaria, con el que fundamos hoy el
cuya asta ideal atraviesa la Tierra, ella también lanzada a la carrera,
Futurismo ,porque queremos liberar a este país de su fétida gangrena
en el circuito de su órbita.
de profesores; de arqueólogos,. de cicerones y (:te anticuarios.
6. Es necesario que el poeta se prodigue con ardor, con lujo
y con magnificencia para aumentar el entusiástico fervor de los Por demasiado tiem po Italia ha sido un mercado de buhoneros.
Nosotros qJieremos liberarla de los innumerables museos que la
elementos primordiales.
"¿libren-toda 'de cementerios innumerables.
7. Ya no hay belleza si no es en la lucha. Ninguna obra
que no tenga un carácter agresivo puede ser una obra de arte. Museos: ¡Cementerios l. .. Idénticos, verdaderamente, por la si-
;¡~

La poesía debe concebirse como un violento asalto contra las niestra promiscuidad de tantos cuerpos que no se conocen. Museos:
fuerzas desconocidas, para obligarlas a arrodillarse ante el hombre. ¡Dormitorios públicos en que se reposa para siempre junto a seres
S. .~os hallamos sobre el últim-.SUJ!omontorio de los siglos !... odiados e ignotos! Museos: ¡Absurdos mataderos de pintores y
~ , ¿Por qué deberíamos. mirar a nuestras espaldas, si queremos echar escultores que Van matándose ferozmente a golpes de colores y
.....-J •.J

;E~jo 1;;' misteriosas puertas lo Imposible? É.IJiempo y el de líneas, a lo largo de paredes disputadas!
Esp-acio" murieron ayer. Nosotros ya vivimos en lo absoluto, pues Que se vaya a ellos en peregrinación una vez al año, como
b"emos creado ya la eterna velocidacfomnipresente. se va al camposanto en el día de los Difuntos ... , os lo concedo.
9. Nosotros queremos glorificar la guerra -única higiene Que una vez al año se deposite un homenaje de tlores a los
del mundo-, el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor pies de la Gioconda, os lo concedo ... Pero no admito que se
de los libertarios, las hermosas ideas por las que se muere y el lleven cotidianamente a pasear por los museos nuestras tristezas,
desprecio por la mujer. nuestro frágil valor, nuestra morbosa inquietud. ¿Para qué querer
10. Nosotros queremos destruir los museos, las bibliotecas, envenenarnos? ¿Para qué querernos pudrir?
las academias de todo tipo, y combatir contra el moralismo, el ¿Y qué otra cosa se puede ver en un viejo cuadro sino la
./
feminismo y toda cobardía oportunista o utilitaria. fatigosa contorsión del artista, que se esforzó por romper las insupe-
11. Nosotros cantaremos a las grandes muchedumbres agira- rables barreras opuestas a su deseo de expresar enteramente su
das por el"habajo, por el placer o la revuelta; cantaremos a las sueño ? .. Admirar un cuadro antiguo equivale a verter nues-
374 ¡Haria De Afíchelí Las vanguardias artísticas del siglo XX 375

tra sensibilidad en una urna funeraria, en lugar deproyectarla lejos, Alborotarán a nuestro alrededor, jadeando de angustia y de
en violentos gestos de creación de acción. despecho, y todos, exasperados por nuestra soberbia e infatigable
¿Queréis malgastar todas vuestras mejores fuerzas en esta eterna osadía, se nos echarán encima para matarnos, impulsados por un
e inútil admiración del pasado, de la cual salís fatalmente exhaustos, odio tanto más implacable cuanto más ebrios estén sus corazones
disminuidos y pisoteados? de admiración por nosotros.
En verdad yo os declaro que la visita cotidiana de los museos, La fuerte y sana Injusticia" estallará radiante en sus ojos. ¡En
bibliotecas y academias (cementerios de esfuerzos vanos, calvarios efecto, el arte no puede ser más que violencia, crueldad e injusticia!
de sueños crucificados, registros de i;:;:; pulsos tronchados... ) es para Los más viejos de nosotros tienen treinta años; sin embargo,
los artistas igualmente dañina que la tutela prolongada de los nosotros ya hemos despilfarrado tesoros, mil tesoros de fuerza,
padres para ciertos jóvenes ebrios de ingenio y de voluntad ambicio- de amor, de audacia, de astucia y de ruda voluntad; los hemos
sa. Para los moribundos, para los enfermos, para los prisioneros, desperdiciado con impaciencia, con furia, sin contar, sin vacilar
sea: el admirable pasado es, tal vez, un bálsam<?para sus males, jamás, sin jamás descansar, hasta el último aliento ... ¡Miradnos!
pues para ellos el porvenir está cerrado ... Pero nosotros no queremos ¡Todavía no estamos exhaustos! ¡Nuestros corazones no sienten
saJ:>.~~_~d~ del pasadº__ . ¡NosQtros, Jos jóv~~e~.Jtlertes.yJ~~~~~~~ ninguna fatiga porque se alimentan de fuego, de odio y de veloci-
-'\,

¡Vengan, pues, los alegres incendiarios de dedos carbonizados! dad !... ¿Os asombráis ? .. ¡Es lógico, porque vosotros ni siquiera
¡Aquí están! ¡Aquí están! ... ¡Vamos! ¡Prended fuego a los estantes os acordáis de haber vivido! ¡Erguidos en la cima del mundo,
de 13.s bibliotecas! ¡Desviad el curso de los canales para inundar nosotros lanzamos, una vez más, nuestro reto a las estrellas!
los museos !... ¡Oh, qué alegría ver flotar a la deriva, desgarradas y ¿Nos ponéis objeciones ? .. ¡Basta! ¡Basta! Las conQcemos ... iH~­
desteñidas en esas aguas, las viejas telas gloriosas L.. ¡Empuñad los mos comprendido L.. Nuestra bella y mendaz inteligencia nos con-
picos, las hachas, los martillos, y destruid, destruid sin piedad las firma que nOsotros somos el resumen y la prolongación de" nuestros
ciudades veneradas! antepasados.: ¡Tal vez!. .. ¡Así sea!. .. ¿Pero qué importa? ¡No quere-
Los más viejos de nosotros tienen treinta años: así pues, nos mos entender L.. ¡Ay de quien repita estas palabras infames l. ..
queda, por lo menos, una década para cumplir nuestra obra. Cuan- ¡Levantad la cabeza! .,.
do tengamos cuarenta años, que otros hombres más jóvenes y ¡Erguidos en la cima del mundo, nosotros lanzamos, una vez
más valiosos nos arrojen a la papelera como manuscritos inútiles. más, nuestro reto a las estrellas!
¡Nosotros lo deseamos!
Nuestros sucesores vendrán contra nosotros; vendrán de lejos, F. T. Marinetti
de todas partes, danzando sobre la cadencia alada de sus primeros
cantos, alargando sus dedos ganchudos de depredadores, y oltatean-
do como perros a las puertas de las academias, el buen olor de
nuestras mentes en putrefacción, ya prometidas a las catacumbas lvlanífiesto de los pintores f¡¡turistas
de las bibliotecas.
Pero nosotros no estaremos allí ... Ellos nos encontrarán. al fin
-una noche de invierno- en campo abierto, bajo una triste
¡ ¡A los artistas jóvenes de Italia!
El grito de rebelión que lanzamos, asociando nuestros ideales
tejavana tamborileada por una lluvia monótona, y nos verán acurru- a los de los poetas futuristas, no parte de una capillita estética,
cados junto a nuestros aeroplanos trepidantes y en el acto de
calentarnos las manos en el fuego mezquino que darán nuestros
I sino que expresa el violento deseo que hierve: hoy) en las venas
de todo artista creador. ' "
1 Nosotros queremos combatir encarnizadamente la religión faná-
libros de hoy, llameando bajo el vuelo de nuestras Imágenes.
376 Mario De Alieheli Las vanguardias arristicas del siglo XX 377

tica, inconsciente y snob del pasado, alimentada por la existencia ¡Denunciamos al desprecio de los jóvenes a toda esa canalla
nefasta de los museos. Nos rebelamos contra la supina admiración inconsciente que en Roma aplaude un nauseabundo retlorecimiento
de las viejas telas, de las viejas estatuas, de los objetos viejos y de clasicismo reblandecido; que en Florencia exalta a neuróticos
contra el entusiasmo por todo lo que está carcomido, sucio, corroí- cultivadores de un arcaísmo hermafrodita; que en Milán remunera
do por el tiempo, y juzgamos injusto y delictivo el habitual desdén una pedestre y ciega manualidad cuarentayochesca; que en Turín
por todo lo que es joven, nuevo y palpitante de vida. alaba una pintura de funcionarios gubernativos jubilados, y que
¡Compañeros! Nosotros os decimos que el triunfante progreso en Venecia glorifica a una farragosa pátina de alquimistas fosiliza-
de las ciencias ha determinado en la humanidad cambios tan profun- dos! En suma, nos alzamos contra la superficialidad, la trivialidad
dos que ha abierto un abismo entre los dóciles esclavos del pasado y la facilonería hortera y perdularia que hacen profundamente
y nosotros, libres y seguros de la radiante magnificencia del futuro. despreciable a la mayor parte de los artistas respetados de cada
Nosotros estamos asqueados de la pereza vil que, desde el región de Italia.
siglo XVI, hace vivir a nuestros artistas de una incesante explotación ¡Fuera, pues, restauradores vendidos de viejas costras! ¡Fuera,
de las glorias antiguas. arqueólogos atacados de necrología crónica! ¡Fuera, críticos com-
Para los demás pueblos Italia sigue siendo una tierra de muertos, placientes y proxenetas! ¡Fuera, academias gotosas, profesores bo-
una inmensa Pompeya blanqueada de sepulcros. Pero Italia renace, rrachos e ignorantes! ¡Fuera!
y a su resurgimiento político sigue el resurgimiento intelectual. Preguntad a estos sacerdotes del culto verdadero, a estos deposi-
En el país de los analfabetos se multiplican las escuelas: en el tarios de las leyes estéticas, dónde están hoy las obras de Giovanni
país del dolee far niente rugen ya innumerables fábricas: en el Segantini: preguntadles por qué las comisiones oficiales no se dan
país de la estética tradicional alzan el vuelo inspiraciones fulgurantes cuenta de la existencia de Gaetano Pre.yiati; preguntad les dónde
de novedad. se aprecia la escultura de Medardo Rosso." ¿Y quién se pr~ocupa
Sólo es vital el arte que encuentra sus propios elementos en de pensar en los artistas que no llevan veinte años de luchas
el ambiente que lo circunda. Así como nuestros antepasados halla- y de sufrimientos, pero que, a pesar de ello, van preparando
ron materia de arte en la atmósfera religiosa que dominaba sus obras destinadas a honrar a la patria?
almas, nosotros debemos inspirarnos en los milagros tangibles de ¡Tienen muy otros intereses que defender los críticos pagados J
la vida contemporánea, en la férrea red de velocidad que abraza ¡Las exposiciones, los concursos, la crítica superficial y nunca desinte- 1
II
la Tierra, en los transatlánticos, en los acorazados, en los vuelos resada condenan el arte italiano a la ignominia de una auténtica
maravillosos que surcan los cielos, en las audacias tenebrosas de prostitución!
los navegantes submarinos, en la lucha espasmódica por la conquista ¿Y qué decir de los especiallstas? ¡Vamos! ¡Acabemos con los
de lo desconocido. ¿Y podemos permanecer insensibles a la frenética Retratistas, con los Pintores de interiores, con los Laguistas, con ¡¡
actividad de las grandes capitales, a la psicología novísima del los Montañistas !... ¡Y~ hemos soportado bastante a todos estos
noctambulismo, a las figuras febriles del vividor, de la cocotte, impotentes pintores domingueros I I
del apache y del alcoholizado? ¡Acabemos con los desfigurado res de mármoles que atest:m 1
Como queremos contribuir a la necesaria renovación de todas las plazas y profanan los cementerios! ¡Acabemos con la arquitectura
las ~:x:p;e~iones de arte, declaramos la guerra, resueltamente, a todos comercial de los contraristas de cemento armado! ¡Acabemos con
los artistas' y a todas las instituciones que, aun camutlándose so los decoradores de perra gorda, con los falsificadores de cerámicas,
capa'de"u~; [alsa modernidad, siguen atascados en la rradición, con los cartelistas vendidos y con los ilusrradores torpes y cha puce-
en el academicismo y, sobre todo, en una repugnante pereza cere- ros!
"
bral.
378 ¡vIario De ¡'vficlteli Las vanguardias artísticas del s(¡;lo XX 379

He aquí nuestras CONCLUSIONES claras: Entonces nos ocupábamos de las relaciones que existen e¡·(¡-c
nosotros y la sociedad. Hoy, en cambio, con.este segundo manifies·
Con esta entusiasta adhesión al futurismo, nosotros queremos: to, nos alejamos resueltamente de toda consideración relativa y
nos alzamos a las más altas expresiones de lo absoluto pictórico.
1. Destruir el culto del pasado, la obsesión de lo antiguo,
la pedantería y el formalismo académico. ¡Nuestra ansia dC,v~I"g~ª...Y~,_no puede ser apagada por la 1
2. Despreciar profundamente toda forma de imitación. Forma nI por el Color trad~,<=lo!1ªlesh -----.
3.. Exaltar toda forma de originalidad aunque sea temeraria, Para nosotros, el gesto ya no será un momerzto fljad.o. del dinamis-
aunque sea violentísima. -. mo universal: será: decidid;~~nt~, la sC1lsacÍón diná~ica eternizada
-·¿OI1J.~·~~¡.· j .:
4. Sacar valor y orgullo de la fácil tacha de locura con que
se azota y amordaza a los innovadores. Todo se mueve, todo c~~~=. todo transcllor~e con rap~~~o~' .Yna
5. Considerar a los críticos de arte como inútiles y dañinos. figura !1U:I1C:~oes.estable ante nosotros, sino que aparece y desaparece
6. Rebela~nos Contra la tiranía de las palabras ARMONIA -ln¿~-;-;nt·emente. Por la persistencia de la imagen en la retina las
y BUEN GUSTO, expresiones demasiado elásticas, con las que cosas en ~ovimiento se multiplican, se deforman, sucediéndose
.0••

fácilmente se podría demoler la obra de Rembrandt, de Gaya como vibraciones en el espacio que recorren. Así, un.C:.~-ºoaJlº-.gue
y de Rodin. corre no tiene cuatro patas: tiene veinte, y sus movimientos son
7. Barrer del campo ideal de! arte todos los motivos y todos triangulares.
los temas ya explotados. Todo en el arte es convencional y las verdades de ayer son
8. Representar y magnificar la vida actual, incesante y tumul- .-' hoy puras mentiras para nosotros.
tuosamente transformada por la ciencia victoriosa. \ . Una vez más afi~lrrnamos.que el retrat<:J' para oser una. obra-[ )<
¡Entiérrese a los muertos en las más profundas entrañas de '. de art~,Jl.cL.p.uede..~debe parecerse a su modelo, y que el pintor
la tierra! ¡Quede libre de momias el umbral del futuro! ¡Paso -~en sí los paisajes ue guiere producir. Para pintar una figura
a los jóvenes, a los violentos, a los temerarios! no es necesario hacerla ;~_~.~a.ri() hacer su atmósfera.
El espacio ya no existe; una calle mojada por la lluvia e ilumina-
Pintor Umberto Boccioni (Milán). da por globos eléctricos se abisma hasta el centro de la tierra.
Pintor
Pintor
Cario Dalmazzo Carra (Milán).
L¡¡¡~Ri Russolo (Milán).
El sol dista miles de kilómetros de nosotros; pero la casa que
tenemos delante ¿acaso no nos parece como encajada en el Jisca
solar? ¿Quién puede seguir creyendo en la opacidad de los cuerpos

Pintor Ciacomo Baila (Roma).
Pintor Cillo Severilli (París). mientras nuestra aguzada y multiplicada sensibilidad nos hace intuir
las oscuras manifestaciones de los fenómenos mediánicos? ¿Por

La pintura fu turista : jVIan~(iesto técnico


qué hay que seguir creando sin tener en cuenta nuestra potencia
visuaL que puede dar' resultados análogos a los de los rayos X?
II
/;., .:;-{ Son innumerables los ejemplos que dan una sensación positiva
../' .
En el primer manifiesto que/~el 8 de marzo de 1910 para nuestra afirmación. 1
desde e! escenario del Politeama Chiarella de T urín, expresamos Las dieciséis personas que hay alrededor vuestro en un tranvía !
nuestro profundo asco, nu~s!r-2 orgulloso desprecio y nu~t;~;legre que corre son una, diez, cuatro, tres: están quieta? y se mueven;
rebelión contra la vulgaridad, contra la mediocridad y contra van y vienen; rebotan en la calle, devoradas por una zona de
el culto fanático y snob de lo antiguo. que sofocan e! Arte de soL luego vuelven a sentarse, como símbolos persistentes de la
n ues tro país. vibración universal. Y, a veces. en la mejilla de la persona con
Las Fall.'<l/ardias artÍstÍcas del .'iglo XX 381
380 Mario De Micheli
de un joyero es más iridiscente que todos los prismas de las joyas
la que hablaInos en la calle vemos el caballo que pasa lejos. Nuestros
que la fascinan.
Nuestras sensaciones pictóricas no pueden murmurarse.~o­
cuerpos entran en los divanes en que nos sentamos, y los divanes
entran en nosotros, del mismo modo que el tranvía que pasa
~ las hacemos cantar y gritar en nuestros lienzos, que tocan
entra en las casas, las cuales, a su vez, se arrojan sobre el tranvía
fanfarrias ensordecedoras y triunfales.
y se amalgaman con él.
~ ) acostumbrados a la penumbra se abrirán a las
más raCfiañteSVisiones de luz. Las sombras que ,piñfem9~ serán
La construcción de los cuadros es estúpidamente<t;:.:cii~~ más luminosas que las luces de~íl~t:s~,pr~decCSOi--"2s":-Y'0111~strºs~'
LosPi~t~;-;i~~;p~··-~~-;n-;;;trar;;-Q:'cos·ás:.yp¿~5""¿-~;~·-~;l;;~;das
¡-e/_' ante nosotros. Nosotros pondremos a.~ en el centro
cuadros, comparados con los almacenados en los museos, serán
como el día más fúlgido opuesto a la noche más tenebrosa.
del cuadro.
Naturalmente, esto nos lleva a la conclusión de que no puede
Como en todos los campos del pensamiento humano, las inmó-
subsistir la pintura sin divisionislllo. Sin embargo, el divisionismo
viles oscuridades del dogma han sido sustituidas por la iluminada
no es, en nuestra opinión, un medio técnico que se pueda aprender
búsqueda individual, del mismo modo es necesario que en nuestro
y aplicar metódicamente..EI1.e!.pintor moderno eLgivisionismo
arte la tradición académica sea sustituida por una vivificadora
debe S.eLJd.n complementarisrno conRénito. que en nuestra opinión
c o ~ libertad individual. _. . -'~ncial ;:r;tai.~-'-'----·-'--~ .-..-.---
. \ Nosotros queremos volver a entrar en la VIda. La ClenCla de
Finalmente, rechazamos"clesde ahora
---,",-_._"-".,,.~"::=,,-,,"---
._._.... , .'--' .
la fácil acusación de
-~-_._---_._----_...
barro·
.. __.--------.•_,
hoy';"alnegar su pasado, responde a las necesidades intelectuales
q~isEl"!º.qll~se nos lanzará. Las ideas que hemos expuesto
de nuestro tiempo.
derivan únicamente de nuestra sensibilidad aguzada. Mientras que
Nuestra nueva conciencia ya no nos hace considerar al hombre
barroquismo significa artificio y virtuosismo maníaco y desmedulado,
como centro de la vida universal. Para nosotros el dolor de un
el Arte que nosotros preconizamos es todo espontaneidad y poten-
hombre es tan interesante como el de una bombilla eléctrica 'que
sufre, llora y grita COn las más desgarradoras expresiones de color; Cla.
y la musicalidad de la línea y de los pliegues de un traje moderno NOSOTROS PROCL\MAl\lOS
tiene para nosotros una potencia emotiva y simbólica igual a Que el complementarismo congénito es una necesidad abso-
1.
la que el desnudo tuvo para los antiguos, luta en la pintura, como el verso libre en la poesía y como la
Para concebir-~mprenderlas bellezas nuevas de un cuadro polifonía en la música.
modern~9 que el alma vuelva a ser pura; que el ojo 2. Que el dinamismo universal (debe set¡ representado como
se libere del velo con que lo han cubierto el atavismo y la cultura, sensación dinámica,
y que considere como único control a la Naturaleza, no a los 3. Que en la interpretación de la Naturaleza "~neceslcfsll1cen-
Museos. dad y virginidad.
Entonces, '.t6(ic;?,se darán cuenta de que bajo nuestras epidermis 4. Que el movimiento y la luz destruyen la materialidad
no serpentea ~lor pardo, sino que brilla el amarillo, que el de los cuerpos.
rojo Harnea, y que el verde, el azul y el violeta danzan bajo
ella, voluptuosos y acariciadores.
i
~
NOSOTROS COMIl."'.TIMOS
1. Contra la pátina y la veladura propia de los f~llsos antiguos.
¿Cómo se puede seguir viendo rosado un rostro humano, mien- ! 2. Contra el arcaísmo superficial y elemental ~l base de colores
tras que nuestra vida se ha desdoblado innegablemente en el noc-
I planos, que reduce la plllrura a una impotente sin tesis inLmtil
tambulismo? El rostro humano es amarillo, es rojo, es verde, ,iI y grotesca.
es azul, es violeta. La palidez de una mujer que mira el esca parate
382 Mario De Jv1icheli

3. Contra el falso porvenirismo de los secesionistas y de los


RayonisIllO*
independientes, nuevos académicos de cada país.
4. Contra el desnudo en pintura, tan empalagoso y oprimente
como el adulterio en literatura.

CN~;-;~~ por locos. En cambio, nosotros somos los


(~\

de una nu~~a'se~lsibiEdad com pletamentetra:iisformada.


Primitivos
x
--F~;;:;··-cfe-E--;-~m6s-f~~-~;;-qu~s·oti-os··-;{;;Imo5·no hay más
Sll1Lti!2~_bEs~Tc;sFútúristas
ás cendem0'5 K;i-¿Eí Iasclmas·más··e]¿¿ds;s
más radi;;tes,y nos proclamamos Señores de la Luz, pues bebemos
en vivas fuente~ delSo!. ,
I

\.
Pintor Umberto Bocciolli (Milán). lvlanUlesto del rayollismo
Pintor Cario Dalmazzo Carra (Milán).
Pintor Luígí Russolo (Milán). Nosotros afirmamos que el genio de nuestra época debe ser: panta-
Pintor Ciacomo Baila (Roma). lones, chaquetas, zapatos, tranvías, autobuses, aeroplanos, barcos II
Pintor Cilio Severilli (París). I1
maravillosos.. ¡Qué estupenda, qué gran época sin parangón en
la historia mundial!
~
11
Negamos a la individualidad cualquier valor en relación con
~
la obra de arte. Habría que mirar atentamente una obra de arte, H
considerándola sólo desde el punto de vista de los medios y de
las leyes que han animado su creación.
¡Viva el Oriente maravilloso! Nosotros nos unimos a los artistas
I
iL
orientales contemporáneos para trabajar con ellos.
¡Viva el espíritu nacional! Nosotros marchamos al lado de los.
r
artistas rusos. ¡Viva nuestro estilo ra yonista en pintura, independien-
te de las formas reales, que vive y se desarrolla según las reglas
de la pintura! El rayonismo es una síntesis de cubismo, futurismo
y orfismo.
Afirmamos que las copias nunca existieron y animamos a pintar
tomando como base ras experiencias del pasado. Afirmamos que
la pintura ignora los limites del tiempo.
Estamos en contradicción con el Occidente porque envilece

* Mijail Lariónov lanzó el J'vlanijiesio del rl1)'ollismo en 1913, con motivo


de una exposición montada en Moscú. El año siguiente, junto con Goncharova,
abandonaba Rusia para colaborar como escenógrafo y diseñador de los ballets
de Diáguilev. El rayonismo ~omo movimiento se agota ese mismo año.
384 María De lvlícheli

Suprernatisrno*
las formas orientales, porque despoja de su valor a todo. Pretende-
mos el dominio de los medios técnicos y estamos contra las asocia-
ciones artísticas que generan estancamiento. Nosotros pedimos al
público que nos preste atención, pero SIn que, a su vez, pretenda
tener la nuestra.
El estilo de la pintura rayonista que nosotros fomentamos se
ocupa de las formas espaciales logradas con la intersección de
los rayos reflejados por varios objetos-y de las formas individualiza-
das por el artista.
De modo convencional, el rayo está representado por una
raya de color. La esencia de la pintura viene indicada por la
combinación ,del color, por su maduración, por la relación con
Por suprematismo entiendo la supremacía de la sensibilidad
las otras masas cromáticas y por la intensidad con que la superficie
pura en las artes figurativas.
esté elaborada.
Los fenómenos de la naturaleza objetiva en sí misma, desde
La pintura se manifiesta como una impresión fugaz. En sus
el punto de vista de los suprematistas, carecen de significado;
comentarios sobre el arte contemporáneo, Maiakovski definió el
en realidad, la sensibilidad como tal es totalmente independiente
rayonismo como una interpretación cubista del impresionismo.
del ambiente' en que surgió.
Se trata de una impresión que se 'percibe fuera del tiempo y
La llamada «concretización» de la sensibilidad en la conciencia
del espacio, suscitando la que se podría llamar «cuarta dimensión>',
significa, en verdad, una concretización del reflejo de la sensibilidad
es decir, la longitud, la anchura y el espesor de los estratos de
mediante una representación natural. Esta representación no tiene
color. De este modo, la pintura se convierte en algo paralelo
valor en el arte del supremarismo. Y no sólo en el arte del suprema-
a la música, conservando, no obstante, su propia identidad. Empie-
rismo, sino en el arte en general, porque el valor estable y auténtico
za, así, una manera de pintar que sólo es posible efectuar persiguien-
de una obra de arte (sea cual sea la «-;;;'~L~l;»- a que pertenezca)
do las peculiares leyes del color en su aplicación sobre el lienzo.
consiste exclusivamente en la sensibilidad expresada.
A partir de este momento comienza la creación de las nuevas
El naturalismo académico, el naturalismo de los impresionistas,
formas, cuya expresión y significado dependen únicamente del
el cezannismo, el cubismo, etc., en cierta medida, no son nada
grado de saturación de una tonalidad cromática' y del lugar que
más que métodos dialécticos que, por sí mismos, no determinan
ocupa en relación con las distintas tonalidades.
Esta verdad encierra, naturalmente, todos los estilos y todas en absoluto el v:Jlor específico de la obra de arte.
las formas plásticas del pasado, ya que tales formas, al igual que representación objeriva en sí misma (es decir, lo objetivo
la vida, no son más que puntos de partida hacia la perfección
.1
I
rayonista y hacia la construcción de un cuadro. La verdadera I * El l'v[alli/iesio del SlIpremarismo de C~símir Malévich, en cuya redacción
colaboró también Maiakovski, se publicó en Petra grado en 1915. Este manifiesto
liberación del arte comienza hoy: una vida que se desarrolla sólo
fue incorporado cinco años meís tarde el la obra teórica más importante de
según las leyes de la pintura como entidad amónoma: una pIneuD Malévich, El slIpremaiismo como modelo de la IZO represelliacióll, reeditada luego
que tiene su forma, su color, su timbre. en parte en 1927 en alemán, en las ediciones de la Bauhaus, junto con la
Illirodllccióll a la ieoria del elemenro adicional, escrita unos años antes. Por consiguien-
i\1ijail Larí óno¡J /
te, en lugar del Alanifiesio hemos preferido ofrecer al lector la obra mayor
de Malévich, por considerarla más clara y exhaustiva.
"
13
386 ¡'vIario De AJichelz' Las vanguardias artísticas del sl~r;lo XX 387

como úmco fin de la representación) es algo que nada tiene que el mundo de los conceptos objetivos, «todo lo que habíamos amado
ver con el arte; y, sin embargo, la utilización de fa obje-ti\;o y de lo que habíamos vivido», se vuelve invisible.
en una obra de arte no excluye que tal obra tenga un altísimo Ya no hay «imágenes de la realidad,,; ya no hay representaciones
valor artístico. ideales; ¡;:;ü queda· más q~le un desierto!
Pero para el suprematista siempre será válido aquel medio Pero ese desierto está lleno de! espí~ittJde la sensibilidad no-obje-
expresivo que permita que la sensibilidad se exprese de modo tado penetra. _ . - . - . -
posiblemente pleno como tal, y que sea extraño a la objetividad Yo también me sentí presa de una inquietud, que asumió las
habitual. proporciones de la angustia, cuando tuve que abandonar "el mundo
Lo objetivo en sí mismo no tiene significado para el suprematis- de la voluntad y de la representación» en el que había vivido
mo, y las representaciones de la conSClenCla no tienen valor para y creado y en cuya realidad había creído.
él. Pero el éxtasís de la libertad no-objetiva me empujó al «desierto»
Decisiva es, en cambio, ~~~s.~~~~~~.:_a_~E~",-és de ~11.~"~! donde no existe otra realidad que la sensibilidad, y, así, la sensibili-
arte llega a la represemacióE~i!],"ºbjetos, __ ~Ls~pr~rrl~tismo. dad se convirtió en el único contenido de mi vida.
Llega a un desierto donde nada es reconocible, excepto la Lo que yo expuse no era un «cuadrado vacío», sino la percepción
sensibilidad. de la inobjetividad.
El artista se ha desembarazado de todo lo que determinaba Reconocí que la «cosa» y la «representación» habían sido tomadas
la estructura objetivo-ideal de la vida y del «arte» :.2~ haliberad.o por la imagen misma de la sensibilidad y comprendí la falsedad
de las ideas, los conceptos y las representaciones, para escuchar del mundo "de la voluntad y de la representación.
solamente la pura sensibilidad. La botella de leche, ¿es el símbolo de la leche?
El arte del-p;sado, s¿~;~~ido (parlo menos en el extranjero) El suprematismo es el arte puro reencontrado, ese arte que,
al servicio de la religión y del Estado, debe renacer a una vida con ci" aitdar del tie~po, se ha vuelto invisible, acuito por la
nueva en el arte puro (no aplicado) del suprematismo, y debe multiplicación de las «cosas».
construir un mundo nuevo, el mundo de la sensibilidad. Me parece que el arte de Rafael, de Rubens, de Rembrandt,
Cuando en 1913, a lo largo de mis esfuerzos desesperados etcétera, para la crítica y el público no es más que una concretiza-
por liberar al arte del lastre de la objetividad, me refugié en ción de «cosas» innumerables, que hicieron invisible el verdadero
la forma del cuadrado y expuse una pintura que no representaba valor encerrado en la sensibilidad inspiradora. Sólo la admiraci9n
más que un cuadrado negro sobre un fondo blanco, los críticos por e! virtuosismo de la representación objetiva sigue viva.
y el público se quejaron: ,<Se perdió todo lo que habíamos amado. Sí fuera posible extraer de las obras de los graI)9~S maestros
Estamos en un desierto. ¡Lo que tenemos ante nosotros no es de la pintura la sensibilidad expresada en ella~ -es decir, su valor
más que un cuadrado negro sobre fondo blanco!" Y buscaban efectivo- y esconderla, los críticos, el público y los estudiosos
palabras «aplastantes» para alejar e! símbolo del desierto y para del arte ni siquiera sé" darían cuenta de ello.
reencontrar en e! «cuadrado muerto» la imagen preferida de la Por tanto, no hay que maravillarse si mi cuadrado parecía
,da objetividad rea],> y la «sensibilidad moral»- bIta de contenido.
La crítica ye! pú b lico consideraban a este cuadrado incom prensi- Si se quiere juzgar una obra de arte basándose en e! virtuosismo
ble y peligroso ... Pero no se podía esperar otra cosa. de la representación objetiva, es decir, de la vívacidad de la ilusión,
ascensión a las alturas del arte no objetivo es fatigosa y y se cree descubrir el símbolo de la sensibilidad inspiradora en
llena de tormentos y, sin embargo, nos hace felices. Los contornos I la misma representación objetiva, nunca se podrá llegar al placer
de la objetividad se hunden cada vez más a cada paso y, al de fundirse con el auténtico contenido de una obra de arte.
388 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 389

La mayoría de la gente vive toda vía en la conVlCClon de que Y, sin embargo, la mayoría de la g;ent~ considera la ausencia
la renuncia a la imitación de la «amadísima realidad» significa de objetos como el final del arte y no reconoce el hecho inmediato t}
El ruina del arte, y, por tanto, observa con angustia cómo el d-e b sens[bilidad hecha forma.
odiado elemento de la sensibilidad pura -de la abstracción- El· cuadrado de los suprematistas y las formas derivadas de
sigue ganando terreno. él se pueden comparar a los «signos» del hombre primitivo, que
El arte ya no quiere estar al servicio de la religión ni del en su conjunto no querían ilustrar, sino representar la sensibilidad
Estado; no quiere seguir ilustrando la historia de las costumbres; del «ritmo».
no quiere saber nada del objeto com,)' tal, y cree poder afirmarse El suprematismo no ha creado un mundo nuevo de la sensibili-
. sin la «cosa» (por tanto, sin «la fuente válida y experimentada dad, sino una nueva representación inmediata del mundo de la
de la vida»), sino en sí y por sí. sensibilidad en sentido general.
La sustancia y el significado de cualquier creaClOn artístlCa El cuadrado se modifica para formar figuras nuevas cuyos
so~ menospreciados continuamente, precisamente como la sustancia elementos se componen de una u otra manera según las nOrmas
del trabajo figurativo en general; y ello es así porque el origen de la sensibilidad inspiradora.
de cualquier creación de forma está siempre, por doquier y sólo, Si nos detenemos a mirar una c()l l1I1l na a~[jgua, cuya construc-
en la sensibilidad. ci6n, en el sentido de la utilidad, carece ya de signifiZ~do,-podemos
Las sensaciones nacidas en el ser humano son más fuertes que descubrir en ella la forma de una sensibilidad pura. _Ya no la
el mismo hombre; deben irrumpir a la fuerza, a toda costa; deben consideramos como una necesidad arquitectónica, sino como una
adquirir una forma, deben ser comunicadas y situadas. obra de arte:
La invención del aeroplano tiene su origen en la sensación La «vida práctica», a la manera de un vagabundo sin techo,
de la velocidad, del vuelo que ha tratado de asumir una forma, penetra en todas las formas artísticas y cree ser su motivo y su
una figura; en efecto, el aeroplano no fue construido para el fin. Pero el vagabundo no reside mucho tiempo en el mismo
transporte de cartas comerciales entre Berlín y Moscú, sino para sitio, y cuando se va (es decir, cuando la valoración práctica de
obedecer al impulso irresistible de la percepción de la velocidad. una obra de arte ya no parece oportuna) la obra de arte vuelve
Naturalmente, cuando se trata de demostrar el origen y el a adquirir su pleno valor.
fin de un valor, el «estómago vacío» y la razón que está a su En los museos se colocan y cuidan celosamente las obras de
servicio deben tener siempre la última palabra. Pero esto es algo arte antiguo, no porque se las quiera conservar con fines prácticos,
muy distinto. sino para gozar de su eterno valor artístico.
Esto también vale para el arte figurativo, es decir, para el La diferencia entre el arte antiguo y el nuevo, sin objeto y
arte, reconocido como tal, de la pintura. En la imagen artística sin utilidad, consiste en el hecho de que el pleno valor artístico
retratada por el sel10r Müller, o sea, en la representación genial del primero sólo se reconoce cuando la vida, en busca de nuevas

de la florista de la Potsdamer Platz, ya no se ve nada de la utilidades, lo abandona, mientras que el elemento artístico no
verdadera sustancia del arte ni de la sensibilidad inspiradora. Aquí aplicado del segundo corre delante de la vida y abre de par en
la pintura es la dictadura de un método de representación, cuya par la puerta a la «valoración prictiCl».
única finalidad es presentar al señor Müller, el ambiente en el y he aquí el nuevo arte no-objetivo como expresión de la
que él vive y sus conceptos. sensibilid:1d purd, que !l0 [iende: h:lCia valores prácticos, ni hacia
El cuadrado negro sobre fondo blanco fue la primera forma ideas, ni hacia ninguna «tierra prometida».
de expresión de la sensibilidad no-objetiva : cuadrado = sensibili- La belleza de un templo antiguo no procede del hecho de
dad; fondo blanco = la «Nada»,"'-lo que está fuera de la sensibilidad. que sirviera de asilo a un determinado sistema de vida, o a la
Las vanguardias artísticas del siglo XX 391
390 Afario De ¡\IIic!leli

religión correspondiente, sino de que su forma se deriva de una mente a su finalidad. ¡De otro modo nunca descansaría en un
percepción pura de relaciones plásticas .. Tal percepción artística museo! Y si una vez pareció cómoda y práctica. era sólo porque
'(que en la construcción de! templo se hizo forma) es preciosa todavía no se conocía nada más cómodo.
y viva para nosotros en todos los tiempos, mientras que e! sistema ¿Tenemos acaso e! menor motivo para admitir que las «cosas»
de vida en e! que e! templo se construyó ya está muerto. que hoy nos parecen prácticas y cómodas no estarán superadas
mañana? Y después de todo esto, e! hecho de que las obras de
Hasta ahora, la vida y sus formas de manifestarse se tomaban arte más antiguas hoy no parezcan menos bellas y menos evidentes
en consideración desde dos puntos' de vista: desde e! material que hace miles de años, ¿no merece ser tomado en consideración?
y desde e! religioso. Se podía pensar que el de! arte debiera llegar
Los suprematistas hanaban.donado por su propia iniciativa la
a ser el tercer ángulo visual de la vida, con iguales derechos
representación objetiva para llegar a la cima del verdadero arte
a los de los dos primeros; pero, en la práctica, e! arte (como
una potencia de segundo orden) se pone al servicio de los que
(<I1o-di.straza~r;~-y'p~~a'admr~a~ desde" allr'li'vídi'atrav¿s del
prisma de la pura se~sibííidad artística.
observan e! mundo y la vida desde uno de los dos primeros
En e! m~ndo de la objetividad nada hay tan «firme y seguro»
puntos de vista. Tal estado de cosas contrasta extrañamente con
e! hecho de que e! arte tiene una parte precisa en la vida de
como creemos verlo en nuestra conciencia. N uestra conciencia :x
no reconoce nada que esté construido «a priori» y para toda la.
todas las edades y en todas las circunstancias, y que sólo las obras
eternidad., Todo lo «firme» se deja desplazar y transportar a un \
de arte son perfectas y de vida eterna. El artista crea con los
orden nuevo en un primer momento desconocido. ¿Por qué no \
medios más primitivos (con carbón, cerdas, madera, cuerdas de
se podría colocar todo ello en un orden artístico? .
tripas o de metal) lo que la mecánica más refinada y más práctica
Las vdriadas sensaciones que se completan y se contrastan, o
jamás será ca paz de crear.
Los partidarios de «lo práctico» creen que pueden considerar mejor, las' representaciones y los conceptos que surgen en forma
visionaria en nuestra conciencia como reflejos de tales sensaciones,
el arte como la apoteosis de la vida (de la vida práctica, por
supuesto). En el centro de tal apoteosis está «e! señor Müller», están en constante lucha entre sí: la sensación de Dios contra
la de! diablo; la sensación del hambre contra la de lo bello; la
o más bien la imagen del señor Müller (es decir, la imagen de
sensación de Dios tiende a vencer a la del diablo y, ál mismo
la «imagen» de la vida). La máscara de la vida oculta e! verdadero
tiempo, a la del cuerpo, y trata de «hacer creíble» la decadencia
rostro de! arte. Para nosotros el arte no es lo que podría ser.
Mientras tanto, e! m undo mecanizado según criterios de utilidad de los bienes terrenales y el eterno señorío de Dios.
podría ser efectivamente útil si tratase de procurar a cada uno También el arte está condenado si no está al servicio del culto
de nosotroS e! máximo de «tiempo libre» a fin de que e! hombre de Dios (de la Iglesia). De la sensación de Dios surgió la religión,
pueda cumplir su único y efectivo deber, aquél para el que nació, y de la religión surgió la Iglesia. De la sensación de! hambre
surgieron los critcrios'de lo práctico y de tales conceptos surgieron
es decir, la creación artística.
Los que exigen construcción de «cosas» más útiles y más prácti- los oficios y las industrias.
cas, queriendo vencer al arte o hacerlo esclavo, deberían tomar Ahora bien, las Iglesias y las industrias trataron de explotar
en consideración que no existen «cosas» prácticas definitivanlente en su propio interés las capacidades figurativas del arte, sacando
construidas. ¿No bastan las experiencias de milenios para demostrar de ellas cebos eficaces para sus productos (para los ideales-materiales
y para los puramente materiales). Así se unió «lo útil a lo agradable»,
que lo práctico de las «cosas» dura bien poco?
como suele decirse.
Todo lo que se puede ver en los museos expresa de manera /
El conjunto de los reflejos de las varias sensaciones en la concien-
inequívoca el hecho de que ninguna «cosa» corresponde verdadera-
392 Mario De ll/ficheli Las L1angliardias artisticas del siglo XX 393

cia determina la «concepción del mundo» del ser humano. Dado Semejante indicación del papel asumido también consta en
que las sensaciones que influyen en el ser humano son distintas el pasáporte junto al nombre y apellidos, de modo que resulte
en las distintas épocas, se pueden observar los más maravillosos evidente y fuera de duda el hecho sorprendente de que el propietario
cambios en la ,<concepción del mundo»: el ateo se vuelve temeroso del pasaporte es el ingeniero Ivan y no el pintor Casímir.
de Dios; el temeroso de Dios pierde la fe, ete. .. En cierta medida Finalmente, cada persona sabe muy poco de sí misma, porque
el ser humano se puede comparar a un radiorreceptor complejo, «el verdadero rostro humano» no es reconocible tras la máscara
que intercepta y emite una serie de ondas de sensaciones diversas, que se considera ,<el verd'adero rostro».
cuyo conjunto determina la susodicTIa visión del mundo. La filosofia del suprematismo tiene todas las razones para descon-
Con ello, el juicio sobre los valores de la existencia se vuelve tlar tanto de la máscara como del «verdadero rostro», porque
absolutamente variable. Sólo los valores artísticos resisten a la en general está contra la realidad del rostro humano, o sea, de
corriente alternada de las diversas tendencias del juicio; de modo la tlgura humana.
que, por ejemplo, las imágenes de santos o de dioses pueden Los artistas siempre se sirvieron preferentemente del rostro
ser guardadas sin vacilar en las colecciones de los ateos, desde humano en sus representaciones, porque en él creyeron encontrar
el momento en que en ellas se manifiesta la sensibilidad artística la mejor posibilidad de expresar sus propias sensaciones (la mímica
ya reconocida como pura forma (y, efectivamente, se guardan). multilateral, elástica y plena de expresiones ofrece, en efecto, tales
Por tanto, tenemos continuamente nuevas ocasiones para conven- posibilidades). Y, sin embargo, los suprematistas han abandonado
cernos de que las disposiciones de nuestra conciencia -el «crear» las representaciones del rostro humano y del objeto naturalista
práctico- dan vida a valores siempre distintos (es decir, valores en general, y han buscado signos nuevos para interpretar la sensibili-
desvalorizados), y que nada, salvo la expresión de la pura sensibili- dad inmediata y no los reflejos convertidos en «formas» de las
dad subconsciente o consciente (o sea, nada más que el «crear» distintas s,ensaciones, y ello porque el sl/prematista no mira ni toca:
artístico), es capaz de hacer «palpables» los valores absolutos. Así solamente percibe.
pues, se podría llegar a una auténtica practicidad en el sentido
más elevado de la palabra, si se adjudicase a esa sensibilidad conscien- Así pues, podemos ver que, entre el siglo XIX y el XX, el
te o subconsciente el privilegio de la disposición figurativa. arte descarga el lastre de las ideas religiosas y estatales que hasta
Nuestra vida es una representación teatral en la que la sensibili- esta época se había visto obligado a cargar, y así llega hasta sí
dad no objetiva se representa mediante la aparición objetiva. mismo, a la forma "correspondiente a su verdadera sustancia,
El patriarca no es más que un actor que quiere comunicar, convirtiéndose en el tercer «ángulo visual» o punto de vista autÓno-
mediante actos y palabras, una sensación religiosa (o más bien mo, con los mismos derechos que los otros dos «ángulos visuales»
la forma religiosa de un reflejo de la sensación). El empleado, ya citados.
el herrero, el soldado, el contable, el general son partes de ésta Antes y después,)a sociedad estaba convencida de que el artista
o aquella obra de teatro, representada por los personajes correspon- hacía cosas sin necesidad ni sentido de lo práctico; y no pensaba
dientes, en la que los «actores» son arrebatados por tal éxtasis que tales cosas no prácticas resisten el paso de los milenios y
que confunden el drama (y su papel en él) con la vida misma. siguen siendo «actuales», mientras que las cosas necesarias y prácticas
El verdadero rostro del ser humano se revela con dificultad a sólo tienen pocos días de vida.
nuestros ojos; y si se interpeb a alguien preguntándole quién La sociedad no ha deducido de ello que no conozca el valor
es, responde: «Soy ingeniero, campesino, ete.>¡; en suma, responde efectivo de las cosas; y este hecho se ha convertido en la causa
con la definición del papel que interpreta en algún drama de / de los crónicos fracasos de cualquier practicidad. Los seres humanos
las sensaciones. podrían llegar a un verdadero y absoluto orden en sus rebciones
394 A1ario De A1icheli Las vaniZll1lrdias artÍstica.s del siglo XX 395

recí procas sólo si quisieran formarlo y realizarlo en el esplntu Nunca se repetirá bastante que los valores absolutos y reales
de los valores inmortales. Después de todo esto, es evidente que pueden surgir exclusivamente de una pura creación artística, ya
el elemento artístico debería ser tomado en consideración, bajo sea consciente o inconsciente.
todos los puntos de vista, como algo decisivo; al no ser así, las El arte nuevo del suprematismo, que ha creado formas y relacio-
relaciones humanas estarán dominadas en todos los campos de nes de formas nuevas a base de percepciones transformadas en
la vida, no tanto por la anhelada tranquilidad del «orden» absoluto, figuras, cuando tales formas y relaciones de formas se transmiten
cuanto por la confusión de los «órdenes provisionales», ya que del plano del lienzo al espacio, se convierte en arquitectura nueva.
el «orden provisional» viene determInado por los criterios de los El suprematismo, tanto en pintura como en arquitectura, es
conocimientos contemporáneos, y tales criterios, como sabemos, libre de toda tendencia social o material.
son los que más varían. Toda idea social, por grande y significativa gue pueda ser,
De todo ello resulta evidente, además, que también las obras nace de la sensación del hambre; toda obra de arte, por mediocre
>
de arte aplicadas a la «vida práctica», o bien usadas en la vida y sin significado que sea en apariencia, nace de la sensibilidad
práctica, quedan en cierta medida «desvalorizadas». Sólo cuando plástica. Sería hora de reconocer, por fin, que los problemas del
se liberen del peso de la eventual valoración práctica (es decir, arte, los del estómago y los del sentido común están muy alejados /
cuando sean colocadas en un museo), y no antes, se reconocerá unos de otros.
su valor auténtico (artístico). Ahora que e! arte ha llegado a ser él mismo, a su forma pu-
Las sensaciones de correr, estar parado o sentado son, ante ra, no aplicada, por la vía del suprematismo, y que ha reconocido
todo, sensaciones plásticas, que estimulan la creación de los «objetos la infalibilidad de la sensibilidad no-objetiva, ahora intenta erigir
de uso» correspondientes, determinando también sus aspectos esen- un nuev,o y verdadero orden, una nueva visión del mundo. Ha
ciales. reconocida la no-objetividad de! mundo, y, en consecuencia,
La mesa, la cama o la silla no son objetos útiles, sino formas ya no se esfuerza en proveer de ilustraciones a la historia de
de sensaciones plásticas. Por tanto, la convicción general de que las costumbres.
todos los objetos de uso cotidiano son el resultado de ret1exiones La sensibilidad no-objetiva fue en todos los tiempos la única
prácticas se basa en presupuestos falsos. fuente de la creación de una obra de arte; desde tal punto de
Tenemos innumerables ocasiones para convencernos de que vista el suprematismo no ha aportado nada nuevo; pero el arte
nunca somos capaces de conocer la efectiva practicidad de las de! pasado, aplicado a la objetividad, acogió sin proponérselo una
cosas, y de que nunca conseguiremos construir un objeto verdadera- larga serie de sensaciones extrañas a su sustancia.
mente práctico y correspondiente a su fin. Es probable que sólo El árbol sigue siendo árbol, aunque el búho construya su nido
podamos percibir la sustancia de una absoluta correspondencia en una cavidad de su tronco.
con la finalidad, pero sólo en cuanto tal percepción o sensibilidad El suprematismo~ pues, abre al arte nuevas posibilidades) ya que.
es siempre no-objetiva. Todas las lI1vestigaciones que tienden a al cesar la llamada «consideración por la correspondencia con el objetivo»)
conocer la correspondencia con la finalidad de la objetividad son se hace posible transportar al espacio una percepción plástica reproducida
utópicas. La tendencia a encerrar la sensibilidad de una representa- en el plano de una pintllra. El artista, el pintor, ya no está ligado
ción consciente, o a sustituirla por tal representación llevándola al lienzo, al plano de la pintura, sino que es capaz de trasladar
a una concreta forma utilitaria, ha tenido como consecuencia la sus composiciones de la tela al espacio.
realización de todas aquellas «cosas correspondientes a la finalidad"
que, en verdad, han sido de muy poca utilidad, convirtiéndose I Ca.sÍmir S. lv1alévich
m algo ridículo de un día a otro.
Las vangllardias artisticQs del siglo XX 399
398 Mario De j\:liclieli
El pomposo eslogan de la «velocidad» fue un clarín de guerra
¿Posee los medios necesarios para dar vida a un nuevo Gran
para los futuristas. Admitimos la sonoridad de tal eslogan y com-
,~stiloT ¿º~upone acaso que la nl.levaépoca puede acoger una
prendemos muy bien que es superior al más potente eslogan provin-
nueva creación sobre los Cimientos de- la antigua? A pesar de
Gs mstanciasdel espí~itu rerlaClente de n\.lestro tiempo, el Arte
ciano. Pero intentad preguntar a un futurista cómo se imagina
la «velocidad», e inmediatamente aparecerá todo un arsenal de
se alimenta de impresiones, de apariencia exterior, y vaga impotente
locos automóviles y depósitos de chirriantes vagones y alambres
entre el naturalismo y el simbolismo, entre el romanticismo y
intrincados, el estruendo y el ruido de calles atestadas de vehículos ...
el misticismo.
¿Es necesario convencer a los fururistas de que todo ello no ocurre
Los intentos realizados por cubistas y futuristas para sacar a
~a;tes-~hgll~;i:ivas del fango del pasado s610 han producido por la velocidad y sus ritmos?
Mirad un rayo de sol, la más inmóvil de las fuerzas inmóviles.
nuevos desencantos.
Tiene una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo. Observad
El cubismo, que había partido de la simplificación de la técnica
nuestro firmamento estelar que el rayo atraviesa ... ¿Qué son nues-
representativa, ,acabó por encallar en el análisis. El revuelto mundo
,'.. j tros depósitos comparados con los del universo? ¿Qué son nuestros
de los cubistas, despedazado por la anarquía intelectual; no puede
trenes terrestres comparados con los veloces trenes de las galaxias?
$;t1SI1Cera-quienes-;-cómonosotros, ya han realizado la Revolución
Ciertamente, todo el estruendo de los futuristas acerca de la
-y est:inconsfrúyeñdo y edificando un mundo nuevo.
velocidad es un hecho demasiado sabido, pero desde el momento
Se puede sentir -interés por las experiencias de los cubistas,
en que el futurismo proclamó que «Espacio y tiempo son los
pero no adherirse a su movimiento, pues estamos convencidos
muertos de ayer», se hundió en la oscuridad de las abstracciones.
de que sus experiencias sólo arañan la superficie del Arte y no
Ni el futurismo ni el cubismo han ofrecido a nuestro tiempo
la penetran hasta sus raíces, y también nos parece evidente que
lo que se esperaba de ellos.
su resultado final no conduce más que a la misma representación
Salvo' estasdos escuelas artísticas, nuestro pasado reciente no
superada, a,1 mismo volumen superado y, una vez más, a la misma
ha o[~;;-~i¿;; --;:';ad; i~portante ni interesante.
superficie decorativa.
Pero la vida no es pera; las generaciones no cesan de crecer,
En sus tiempos, se hubiera podido exaltar el fu turismo por
y nosotros, que sucedemos a los que entraron en la historia y
el nuevo aire que aportó su anunciada revolución en el Arte,
poseemos los resultados de sus experiencias, sus errores y sus éxitos,
porsucfitica demoledora del pasado; como único modo de asaltar
después de años de experiencias semejantes a siglos, proclamamos:
las'bai-ricadas artísticas del «buen gustO», exigía mucha dinamita;
Ningún movimiento artístico podrá afirmar la acción de una
pero no se puede construir un sistema artístico sobre una sola
nueva cultura en desarrollo hasta que los mismos fundamentos
frase revolucionaria.
del Arte estén construidos sobre las verdaderas leyes de la vida,
Bien mirado, tras la fachada del futurismo sólo había un vacuo
hasta que todos los artistas digan con nosotros: Todo es ficción,
charlatán, un tipo hábil y equívoco, hinchado de palabras como
«patriotismo», «militarismo», «desprecio por la mujer» y parecidas sólo la vida y sus feyes son auténticas, y en la vida sólo lo q ut
sentencias provincianas. es activo es maravilloso y capaz, fuerte y justo, porque la vida
En cuanto a los problemas estrictamente pictóricos, el futurismo no conoce belleza en cuanto medida estética. La más grande belleza
no pudo hacer más que repetir los esfuerzos, que ya fueron inútiles es una existencia efectiva.
con los impresionistas, por fijar en el lienzo un renejo puramente La vida no conoce ni el bien ni el mal ni la justicia como
óptico. Hoy todos sabemos que el simple registro gráfico de una medida mora!..., la necesidad es la mayor y más justa de todas
secuencia de movimientos momentáneamente fijados no puede re- I las morales.
'crear el movimiento. Sólo recuerda el latido de un cuerpo muerto. La vida no conoce verdades racionales abstractas como metra
400 ;'vf,nio Dc ¡\,f¡cileli Las lJar¡guardias artísticas del siglo XX 401

de conocimiento: e! hecho es la mayor y más segura de las verdades. accidental en las cosas, no forma una unidad con la vida esencial
Estas son las leyes de la vida. ¿Puede el Arte soportar tales ni con la estructura constante del cuerpo. Lo descriptivo es un
leyes si se construye sobre la abstracción, el espejismo, la ficción? elemento de ilustración gráfica, es decóración.
Nosotros decimos: Afirmamos que la línea sólo tiene valor como dirección de
Espacio y tiempo han renacido hoy para nosotros. las fuerzas estáticas y de sus ritmos en los objetos.
Espacio y tiempo son las úl1lcas formas sobre las cuales la 3. Renunciamos al volumen como forma espacial pictórica
vida se construye, y sobre ellos, por tanto, se debe edificar el y plástica: no se puede medir el espacio con el volumen, como
Arte. no se puede medir un líquido con un metro.
Perecen los Estados y los sistemas políticos y económicos; las Miremos el espacio ... ¿Qué es sino una profundidad continuada?
ideas se derrumban bajo la fuerza de los siglos, pero la vida es Afirmamos el valor de la profundidad como única forma espa-
fuerte y crece y el tiempo prosigue en su continuidad real. ¿Quién cial pictórica y plástica.
l';os mostrará formas más eficaces que ésta? ¿Quién será el genio 4. Renunciamos a la escultura en cuanto masa entendida como
que nos dé cimientos más sólidos que éstos? elemento escultural. Todo ingeniero sabe que las fuerzas estáticas
¿Qué genio nos contará una leyenda más maravillosa que la de un cuerpo sólido y su fuerza material no dependen de la
fábula prosaica que se llama vida? cantidad de masa; por ejemplo: una vía de tren, una voluta en
La actuación de nuestras percepciones del mundo en forma forma de T, etc.
de espacio y tiémpo es el únic() objetiv()de nuestro ;~te plá;ti~o. Pero vosotros, escultores de cada sombra y relieve, todavía
No medimos nuestro trabajo con el metro de la belleza y os aferráis al viejo prejuicio según el cual no es posible liberar
no lo pesamos con el peso de la ternura y de los sentimientos. el volumen de la masa. Aquí, en esta exposición, tomamos cuatro
Con la plomada en la mano, con los ojos infalibles como planos y obtenemos el mismo volumen que si se tratase de cuatro
dominadores, con un espíritu exacto como un compás, edificamos toneladas de masa.
nuestra obra del mismo modo que el universo conforma la suya, Por ello, r~introducimos en la escultura la línea como dirección
~el mismo modo que el ingeniero construye los puentes y el y en ésta afirmamos que la profundidad es una forma espacial.
matemático elabora las fórmulas de las órbitas. 5. Renúnciamosal desencanto artístico enraizado desde hace
Sabemos que todo tiene una imagen propia esencial: la silla, siglos, según el cual los ritmos estáticos son los únicos elementos
la mesa, la lámpara, el teléfono, el libro, la casa, el hombre. de las artes plásticas.
Son mundos completos con sus ritmos y sus órbitas. Afirmamos que en estas artes está el nuevo elemento de los
Por esto, en la creación de los objetos les quitamos la etiqueta ritmos cinéticos en cuanto formas basilares de nuestra percepción
del propietario, totalmente accidental y postiza, y sólo dejamos del tiempo real.
la realidad del ritmo constante de las fuerzas contenidas en ellos. Estos son los cinco. principios fundamentales de nuestro trabajo
1. Por ello, en la pintura renunciamos al color como elemento y de nuestra técnica constructiva.
pictórico: el coior es la superficie óptica idealizada de los objetos; Hoy proclamamos ante todos vosotros nuestra fe. En las plazas
es una impresión exterior y superficial; es un accidente que nada y e;';-I;S·caÜes exponemos nuestras obras, convencidos de que
tiene en común con la esencia más íntima de! objeto. Afirmamos e! arte no debe seguir siendo un santuario para e! ocioso, una
que la tonalidad de la sustancia, es decir, su cuerpo material consolaciÓn para el desesperado ni una justificación para el perezoso.
que absorbe la luz, es la única realidad pictórica. El arte deberia asistimos allí donde la vida transcurre y actúa:
2. Renunciamos a la línea como valor descriptivo: en la vida / en el taller, en la mesa, en el trabajo, en el descanso, en el juego,
no existen líneas descriptivas; la descripción .es un signo humano en los días laborables y en las vacaciones, en casa y en la calle,
402 ,1I;lario De 1'vlicheli

de modo que la llama de la vida no se extinga en la humanidad. Producrivismo *


No buscamos consuelo ni en el pasado ni en el futuro. Nadie
puede decirnos cuál será el futuro ni con cuáles instrumentos
se le puede comer.
Es imposible no engañarse sobre el futuro y sobre él se pueden
decir cuantas mentiras se quieran.
Para nosotros, los gritos sobre e! futuro equivalen a las lágrimas
sobre e! pasado. El repetido sueño' con los ojos abiertos de los
románticos. El delirio simiesco del viejo sueño paradisíaco con
atuendos contemporáneos.
Quien hoy se ocupe del mañana se ocupa en no hacer nada.
y quien mañana no nos dé nada de lo que haya hecho hoy
no es de ninguna utilidad para e! futuro. Programa del grupo productivista
El hoy pertenece al hecho.
Lo tendremos en cuenta también mañana. Misión del grupo productivista es la expresión comunista de! trabajo
Dejemos el pasado a nuestras espaldas como una carroña. constructivo materialista.
Dejemos el futuro a los profetas. El grupo se ocupa de la solución de este problema basándose
Nosotros nos quedamos con el hoy. en hipótesis científicas y poniendo de relieve la necesidad de sinteti-
Naum Cabo zar el aspecto ideológico y formal para orientar e! trabajo experi-
Antoine Pevsner mental por la vía de la actividad práctica.
Cuando e! grupo se formó, el aspecto ideológico de su programa
era el siguiente:

1. El único concepto fundamental es el comunismo científico,


basado en la teoría del materialismo histórico.
2. El conocimiento de los procesos experimentales de los so-
viets induce al grupo a desplazar sus actividades investigadoras
de lo abstracto a lo real.
3. Los elementos específicos de la actividad del grupo, es
decir, la tectónica, la con.strucción y el producto, justifican ideológi- f
ca, teórica y experimentalmente el cambio de los elementos materia-

\ , * El Programa del gmpo prodllcriuistl¡ se publicó en 1920, algunos meses


después del lvianijtesto del realismo de Pevsner, con motivo de una exposición
tr
organizada por Ródchenko y Bárbara Stepanova, y lleva la firma de ambos.

I
Es un manifiesto que ret1eja los lde:!s y los posturas politicas de Taclin y que
se opone direcwrneme :¡] "l1eucralismo» en arce propugnado por Pevsner. El
término {(productivistal' se LlsJba entonces de la misnla rnJ.nera y con significado
análogo al de «consrruccivista". I
l

404 iHario De MielzeU Las vanguardias artisticas del siglo XX 405

les de la cultura industrial en volumen, plano, color, espacio y de una lucha a ultranza contra el arte en general; b) el grupo
luz. debe demostrar que no hay transición evolucionista desde la pasada
cultura artística hasta las formas comunistas de edificación construc-
Estas son las bases de la expresión comunista de la construcción
tlva.
materialista.
Estos tres puntos unen orgánicamente los aspectos ideológicos
Las consignas de los constructivistas son:
y formales.
La tectónica se deriva de la estructura misma del comunismo 1. ¡Abajo el arte, viva la técnica!
y de la explotación efectiva del campo industrial. 2. ¡La religión es mentira, el arte es mentira!
La construcción, que es organización, acoge los elementos de 3. Se matan hasta los últimos restos del pensamiento humano
la cosa ya formulados. La construcción es una actividad de formula- cuando se los liga al arte.
ción llevada al extremo, que, sin embargo, permite un ulterior 4. ¡Abajo el mantenimiento de las tradiciones artísticas! ¡Viva
trabajo tectónico. el técnico constructivista!
La cosa elegida y usada efectivamente, sin obstaculizar el progre- 5. ¡Abajo el arte, que sólo enmascara la impotencia de la
so de la construcción ni limitar la tectónica, es llamada producto humanidad!
por el grupo. 6. ¡El arte colectivo del presente es la vida constructiva!

A. Ródchenko
Entre los elementos materiales están:
B. Stepanova
1. La cosa en general: investigación acerca de su origen, sobre
sus modificaciones industriales y de producción, su naturaleza y
su significado.
2. Los materiales racionales: luz, plano, espacio, color, volu-
men. Los constructivistas tratan del mismo modo tanto los materia-
les racionales como los sólidos.

Las tareas futuras del grupo son las siguientes:


1. Ideológicamente: a) demostrar con los hechos y las pala-
. bras la incom patibilidad entre la actividad artística yIa producción
intelectual; b) la real participación de la producción intelectual
en cuanto elemento equivalente en la edificación de una cultura
comunista.
2. Prácticamente: a) debate por medio de la prensa; b)
elaboración de planes; c) organización de exposiciones; d) esta-
blecer contactos con todos los centros productivos y con los órganos
centrales del engranaje unificado de los soviets, que realizan concre-
tamente las formas comunistas de vida. I
3. En el sector de la agitación: a) el grupo está a favor
408 Mario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 409

prohibición de hablar, con el ladrido y el aullido de toda la futuristas (Brik, Arvatov) y los constructivistas (Ródchenko, La-
prensa. vinski).
Por supuesto, el capitalista nunca apoyó nuestras lineas-latigazos, Los futuristas, desde sus primeros pasos, desde el palacio Ksche-
nuestras líneas-esquirlas. sinskaia, trataron de ponerse de acuerdo con los grupos de escritores
El cerco por parte de la vida diocesana obligó a los futuristas obreros (ex-Proletkult), pero estos escritores creían (a juzgar por
al escarnio de las blusas amarillas y la cara pintada. sus obras) que e! espíritu revolucionario se agotaba en un contenido
Estos métodos poco <{académicos» de lucha y el presentimiento propagandístico y se quedaron, en el campo de las formas, en
del futuro impulso rechazaron, de-~epente, a los estetizantes que reaccionarios puros incapaces de cohesión.
habían dado su adhesión al movimiento (Kandinsky, los 'seguidores Octubre depuró, reordenó y reorganizó. El futurismo se trans-
de la «Valet de diamante», ete.). formó en el frente de izquierdas de las artes. Es decir, en <<nosotros».
En compensación, quien no tenía nada que perder se umo Octubre nos enseñó a trabajar.
al futurismo'O se amamantó de su nombre (Scherchenevich, Igor A partir de! 25 de octubre nos entregamos al trabajo.
Severianin, el «Rabo de asno», ete.). Claro está, ante los intelectuales que ponían pies en polvorosa,
El movimiento futurista, guiado por artistas poco expertos no nos preguntaron mucho acerca de nuestras creencias estéticas.
en política, se tiñó a veces con los colores del anarquismo. Nosotros fundamos las secciones figurativa, teatral y musical,
Junto a los hombres del porvenir estaban los rejuvenecidos que que entonces eran revolucionarias, y guiamos a los estudiantes al
ocultaban la podredumbre estética bajo la bandera de la izquierda. asalto de las academias.
La guerra de 1914 fue el primer banco de pruebas social. Además de realizar un trabajo organizativo, dimos las primeras
Los futuristas rusos rompieron definitivamente con el imperialis- obras del arte de octubre (Tatlín, el monumento a la Tercera
mo de Marinetti, al que ya habían recibido con silbidos durante InternaciÓnal; lvIisterio y payasada, dirigida por Meyerhold; Sten'ka
su estancia en Moscú en 1913. Razin, de'Kamenskí).
Los futuristas fueron los primeros y los únicos en e! arte ruso No fuimos estetas, no producimos por amor de nosotros mis-
que, ahogando los clarinazos de los cantores de la guerra (Gorodech- mos. Aplicamos nuestros métodos de trabajo a la actividad artístico-
ki, Gumilev y otros), maldijeron de la guerra, luchando contra propagandística exigida por la revolución (los manifiestos de la
ella con todas las armas del arte (La guerra y El universo, de Maia- RostJ., los folletines, etc.).
kovski). A fin de propJ.gar nuestras ideas orgJ.niZJ.mos un periódico,
La guerra marcó el comienzo de la depuración futurista (los IskllSStvO kOlfllflllny, y discusiones y lecturJ.s de poesías en fábricJ.s
«mediocres» estallaron y Severianin se marchó a Berlín). y talleres.
La guerra ordenó mirar a la revolución de mañana (La nube NuestrJ.s ideas conquistaron al público obrero. El bJ.rrio de
en pantalones). Vyborg organizó un grupo de «comunistas-futuristas».
La revolución de febrero profundizó la depuración, escindiendo El movimiento de nuestro arte reveló nuestra fuerza mediante
el futurismo en «derecha» e «izquierda». la creJ.ción de ciudadelas de! frente de izquierdas en toda la URSS.
Los derechistas se convirtieron en un eco de las seducciones Al tiempo se desarrolló el trabajo de los camaradas del Lejano
democráticas (sus apellidos se hallan en El todo iVfosclÍ). Oriente (revista Tvorcestvo) que afirmJ.ron teóricamente la ine!ucta-
Los izquierdistas que esperaban e! mes de octubre fueron bauti-
I bilidad social de nuestra corriente, nuestra completa fusión con
zados como los «bolcheviques del arte» (Maiakovski, Burliuk, Kru- I octubre (Chiugiak, Aseev, Palmov). Tvorcestvo, sometida a todo
chionich).
A este grupo futurista se añadieron los .primeros «productores»
! II tipo de atropellos, asumió e! peso de la lucha por una nueva
cultura de la República del Lejano Oriente y de Siberia.
I
Las ¡;ilIz<!;llardias artisticas del siglo XX 411
410 Mario De Aficl,eli

e! Instituto de Arte Teatral, la Sociedad para e! Estudio de la


Una vez comprobado con gradual desencanto que el poder
Lengua Poética, etc.). Algunos se esfuerzan heroicamente en roturar
soviético seguia existiendo, los académicos en soledad o en grupitos
en soledad un terreno muy duro; otros, con las limas de los
empezJron a llamJr J bs puertas de los comisarios del pueblo.
poemas sierran ya las cadenas de la antigualla.
Sin correr e! riesgo de emplearlos en un trabajo de responsabili-
dad, el poder soviético les ofreció, o mejor, ofreció a sus nombres El Lef debe reunir a las fuerzas de izquierda. El Lef debe
europeos, la posibilidad de trabaju en instituciones educativas y pasar revista a sus filas repudiando e! pasado. El Lef debe unificar
culturales. e! frente para minar lo viejo, para marchar a la conquista de
De ahí partió b campaíJa de calmunias contra e! arte de izquier- una nueva cultura.
das, brillantemente concluida con e! cierre de [Skllsst¡;O kommllll)'. No resolveremos los problemas de! arte con la mayoría de
El gobierno, empeñado en los frentes y en la crisis, se interesó votOS de un mítico, pero aún inexistente, frente de izquierdas,
poco por bs discusiones estéticas; se ocupó solamente de que sino con la acción, con la energía de nuestro grupo de mlClatlva,
b retaguardi;¡ no hiciera demasiado ruido y nos invitó a respetar que dirige año tras año el trabajo de los artistas de izquierda
los nombres «más insignes». v los orienta idealmente.
Hoy hay una tregua en b guerra y en la carestía. El Lef La revolución nos ha enseñado muchas cosas.
se siente obligado a presentar e! panorama de! arte en la URSS, El Lef sabe bien que para consolidar las conquistas de la revolu-
a indicar sus perspectivas y a ocupar e! puesto que le corresponde. ción de octubre, revigorizando e! arte de izquierdas, introducirá
El arte de la URSS, el primero de febrero de 1923. en e! arte las ideas de la Comuna y les abrirá la vía del futuro.
El Lef agitará con nuestro arte las masas sacando de ellas su
1. El arte proletario. Una parte de los escritores proletarios propia fuerza organizativa.
se ha oficializado y oprime con un lenguaje burocrático y con El Ler'confirmará nuestras teorías con la efectiva creación artísti-
b repetición de! abecé político. Otra parte ha caído bajo la inHuen- ca, elevando su cualificación.
cia de! academicismo y sólo recuerda a octubre con la etiqueta El Lef combatirá por un arte que sea construcción de la vida.
de las organizaciones. UnJ tercera parte, la mejor, se reeduca, No pretendemos poseer e! monopolio de! espíritu revoluciona-
después de los rosados Biely, en nuestras obras, y, así lo creemos, rio en el arte. Nos revelaremos en la emulación.
marchar~l con nosotros. Nosotros creemos en lo justo de nuestra propaganda, y, con
2. La literatura oficia!. En la teoría del arte cada uno profesa la fuerza de las obras cumplidas, demostraremos que estamos en
una opinión personal. En la práctica, las revistas abundan en nom- el camino justo hacia el porvenir.
bres de fuste.
3. La literatura «nueva» (Hermanos de Serapión, ete.) , una Vladimir 1Vlaiako¡;ski
vez Jsimilados y vivificados nuestros métodos, los condimenta
con los métodos simbolistJs y con grave aplomo los adapta al
público «nep').
4. El gran viraje. De occidente viene una invasión de insignes
maestros. Aleksei Tolstoi ya cepilla e! caballo de la colección
de sus obras completas para un triunfal regreso a tvloscú.
5. Finalmente, violando toda perspectiva. decorosa, en varios
puntos intervienen, solitarios, los de izquierdas. Hombres yorganis- /
mos (el Instituto de Cultura Artística, los estudios técnico-artísticos,
«De Stijh~*

Prefacio I

Este periódico.-----..se plantea como obJ'etivo contribuir al desarrollo


,/

de un nuevo sentido estético. Quiere hacer al nombre moderno


sensibl~'-;rtodo lo qu~ ha y~ de 11~:evü'; en las artes plásticas. A
'--.., --"
la con(l!sión arcaica -al «barroco m-oderno>}-- quiere oponer los
piiÍ1cipios lógicos de un estilo que va madurando y que se basa
. en la observación
, de las relaciones entre las tendencias actuales
y los medios de expresión. Quiere reunir y coordinar las tendencias
actuales de la nueva plástica, las cuales, si bien son fundamentalmen-
te semejantes entre sí, se han desarrollado independientemente
la una de la otra.
La redacción se esforzará por alcanzar el antedicho o bjeti va,
dando la palabra al artista verdaderamente moderno, que podrá
contribuir a la reforma del sentido estético y al conocimiento
de las artes plásticas. Allí donde la nutva"estética plªs~ica aún
no haya llegado al gran público, es misiórld~l especialista despertar
la conciencia estética de este público. El artista verdaderamente
moderno, es decir consciente, tiene una dobk~tarea. En primer
lugar, debe crear la obra de<arte puramente plásti~a~ en segundo
lugar, c!.~beenc3.~inar al púbiICo-ala~:C6i:riprensí6~de una estética
del arte plástico Pu~O~\ Por ello, una revista de estas características
. ~- ~~"'_"'___ . . __ ~._. ._~ .0-_-

* Los dos Prefacios y los tres AIarlifiestos del movimiento de "De StiJI"
("El estilo») fueron publicados en la revista del mismo nombre en las siguientes
fechas: Prefacio I, junio de 1917; Prej;¡cio JI, octubre de 1919; Primer manifiestl1,
1918; Segtmdo manifiesto, 1921. El Tercer f\;lanifiesto no va firmado.
414 Mario De Aliclielí Las vmlgllardi,b artísticas del siglo XX 415

es indispensable; tanto más cuando la crinca oficial no ha sabido lo individual en las arces plásticas, es decir, a la forma y al color
suscitar una sensibilidad estética abierta a la revelación del arte naturales, a las emociones.
abstracto. La redacción permitirá que los especialistas llenen esta Esta oposición, que está basada en la maduración interior del
laguna. El periódico servirá para establecer relaciones entre el artista, hombre en su plenitud, en la vida en e! sentido estricto de la
e! público y los aficionados a las diversas artes plásticas. Al dar palabra, en la conciencia racional, se retleja en todo el desarrollo
al artista la oportunidad de hablar de su propio trabajo, hará de! arte, y, de modo particular, en e! de los últimos cincuenta
desaparecer el prejuicio en virtud del cual el artista moderno trabaja años.
Así pues, era previsible que partiendo de este desarrollo de!
siguiendo teorías preestablecidas. Eft su lugar, se_.'ieEá.3ue la.¡:)bra
de arte no nace de teorías asumidas a priori, sino, por e! contrario, arte, producido a saltos, se debiera terminar en una plástica comple-
tamente nueva, la cual no podía aparecer más que en un período
que los principios se derivan de! trabajo plástico.
capaz de revolucionar desde lo profundo las relaciones materiales
Por ello, e! artista debe contribuir a la formación de una cultura
artística profunda, asimilando el conocimiento general de las nuevas y espirituales.
artes plástica~. Cuando los artistas de 1~~ diversasarteLpJ~ticas Estos . tiempo5.-~()¡1.~nuestros tiempos y hoy somos. testigos del
nac'{m;~n~o de un nuevo arte plástico: Allí donde de una parte
hayar¡ comprendido que deben hablar ,un l~nguaje universaC'ya
se deja se~tir la necesidad, para e! arte y la cultura, de una nueva
1

J'-.> ,\ no se aferrarán asupr()pia indj\iicl.~a}i9ad. Servirán al principio


,)..,c, ~
ge~e~ar~iiallá de una individualidad restrictiva ... Y, al servir
base, ya sea espiritual (en el sentido m~is amplio de la palabra),
'" ya sea material, y, donde, de otra, la tradición y el convencionalismo
el principio general, deberán crear ellos solos un estilo orgánico.
que acompañan necesariamente a cada nuevo pensamiento y a
La divulgación de lo bello necesita de una comunidad espiritual,
cada nueva acción se esfuerzan por mantener en todos los campos
no sociaL Sin embargo, una comunidad espiritual no puede nacer
sin el sacrificio de una individualidad ambiciosa. Sólo aplicando las propias posiciones resistiendo a todo lo que es nuevo, la misión
constantemente este principio se podrá lograr que la nueva estética de quienes ceben testimoniar de la nueva conciencia de h época
-con sus obras plásticas y con sus escritos- es importante y
plást~ca se revele, como estilo, en todos los objetos, naciendo
~'
de nuevas relaciones entre el artista y la sociedad. difícil. Su tarea Exige una energía y una perseverancia constantes,
reforzadas y estim uladas, precisamente, por la resistencia conserva-
dora. Los que intencionadamente interpretan mallas nuevas concep-
ciones y nociones y consideran las nuevas obras plásticas, del mismo
Prefacio JI modo que consideran las obras impresionistas, es decir, no más
allá de la superficie, colaboran inconscientemente en la creación
El fin de la naturaleza es el hombre. de una nueva concepción de! arte y de la vida.
El fin del hombre es el estilo. No podemos dejar de agradecérselo.
Si dirigimos nueStra mirada al año que acaba de pasar, debemos
Lo que en la nueva plástica se expresa de modo netamente llenarnos dc admiración ante e! hecho de que artistas creadores
determinado, o sea, las proporciones en equilibrio entre lo particular hayan sabido formular de manera tan precisa las nociones a las
y lo general, se revela más o menos también en la vida de! hombre que han llegado a través de su propio trabajo .. Ellosharl_contribuido
moderno y constituye la causa primordial de la reconstrucción en gran medida a aclarar la nueva conciencia artistica.-~· ¡
Prueba de ello es el interés que va creciendo -incluso en
social a la que asistimos. Así como el hombre ha madurado para
oponerse a la dominación de! individuo y al 'arbitrio, del mismo el extranjero, por el contenido de nuestra revista. Contenido quc ~
modo el artista ha madurado para oponerse a la dominación de no ha dejado de intluir tantO en la joven como en la vleja genera- t
¡
416 ¡vIario De Miel/eli Las vanguardias artísticas del siglo XX 417

ció n : en efecto, satisface una necesidad del hombre que ha llegado 1. Enviando a la redacción, como prueba de aprobación, su
a una conciencia estética más profunda, nombre, dirección ,y profesión,
Sirva esto de aliento para proseguir con el mismo empeño 2. Haciendo una aportación a la revista, crítica, filosófica,
nuestra obra estética de civilización, a pesar de las dificultades arquitectónica, científica, literaría, musícal, ete., o medían te repro-
que obstaculizan la publicación de periódicos como el nuestro. ducciones.
,
3. Traduciendo a todas las lenguas las ideas enunciadas por
De Stijl y difundiéndolas.
Primer ¡\;IanUiesto de La. relJista «De Stlj!>', 1918 Theo van Doesburg, Robt, Van't Hojl. f/Vilmos Huszar, Antony
Kok, Piet ll.1ondriall, G. Valltongerloo, Jall ~Vils.
l. Hay una vieja conciencia del tiempo, y hay otra nueva.
La primera tiende al individualismo.
La nueva tiende hacia lo universal. Manifiesto II de «De Stijl», 1920
La batalla del indivdualismo contra lo universal se revela tanto
en la guerra mundial como en el arte de nuestra época. La literatura.
2. La guerra destruye el viejo mundo con su contenido: la El organismo de la literatura contemporánea todavía vive ente-
dominación universal en todos los campos. ramente de las sensaciones sentimentales de una generación debi-
3. El arte nuevo ha puesto en evidencia el contenido de la litada.
nueva conciencia del tiempo: proporciones equilibradas entre le La palabra ha muerto.
universal y lo individual. Los clichés naturalistas y los dramáticos filmes de palabras que
4. La nueva conciencia del tiempo está preparada para realizar- los fabrÚ:antes de libros nos proporcionan por metros y al peso
se en todo, incluso en la vida externa. no conti~nen ninguno de los nuevos golpes de mano de nuestra
5. Las tradiciones, los dogmas y las prerrogativas del individuo vida.
(lo «naturaH se oponen a esta realización. La palabra es impotente.
6. El fin de los fundadores del nuevo arte plástico es hacer La poesía asmática y sentimental, el «yo>} y el «él», que siempre
un llamamiento a todos los que creen en la reforma del arte se han usado en todas partes, pero sobre todo en Holanda, están
y de la cultura para aniquilar tales obstáculos, del mismo modo bajo la influencia de un individualismo temeroso del espacio, resi-
que ellos mismos aniquilaron en su arte la forma natural que duo fermentado de un tiempo envejecido que nos llena de repug-
obstaculiza una auténtica expresión del arte, última consecuencia nanCIa.
de toda cognición artística. La psicología en nuestra novelística no se basa más que en
7. Los artistas de hoy, movidos en todo el mundo por la la imaginación subjetiva; el análisis psicológico y la retórica molesta
misma conciencia, han.participado, ..enel campo espiritual, en. han matado el significado de la palabra.
la guerra contra la dominación del individualismo, el capricho. Estas frases cuidadosamente colocadas una detrás de otra y
Simpatizan con todos los que combaten espiritual y material- la una bajo la otra, esta fraseología frontal y árida con que los
mente por la formación de una unidad internacional en la Vida, viejos realistas presentaban sus experiencias limitadas a sí mismos,
en"cl Arte, en la Cultura. son definitivamente inadecuadas e incapaces de dar expresión a
8. El órgano De Stijl, fundado con este propósito, se esfuerza las experiencias colectivas de nuestro tiempo.
en sacar a la luz la nueva conciencia de la vida. La colaboración Semejantes en esto a la vieja concepción de la vida, los libros
de todos es posib le: se bas'an en la longitud, en la duración; son voluminosos. La
Las vanguardias artísticas del siglo XX 419
418 ['vIario De Miche!i
plásticos y de tuerzavital interio~. Fuerza espiritual. Así se esquema-
nueva concepción de la vida se basa en la profundidad y la intensi- t~·za·el-nuevo plan del mundo. No llamamos a los pueblos: ,,¡Uníos»
dad, y así es como queremos a la poesía. o ,,¡Uníos a nosotros!» No hacemos ningún llamamiento a los
Para construir literariamente los múltiples acontecimientos que pueblos. Nosotros sabemos que quienes se unan a nosotros ya
están a nuestro alrededor y dentro de nosotros es necesario que pertenecen al nuevo espíritu. Sólo junto a ellos será posible modelar
la palabra se reconstruya, sea siguiendo el sonido, sea siguiendo el cuerpo espiritual del nuevo mundo. ¡Actuad!
la idea. Si en la vieja poesía el signiilcado intrínseco de la palabra
es destruido por el dominio de los ~timientos relativos y subjeti-
vos, nosotros queremos dar un nuevo signiilcado y un nuevo
poder expresivo a la palabra, usando todos los medios que están
a nuestra disposición: sintaxis, prosodia, tipografia, aritmética, orto-
grafia.
La dualidad entre prosa y poesía, la dualidad entre contenido
y forma, no pueden seguir existiendo. Por tanto, para el escritor
moderno la forma tendrá un signiilcado directamente espiritual;
él no describirá ningún acontecimiento, no describirá en absoluto,
pero escribirá. Recibirá en la palabra la totalidad de los aconteci-
mientos: unidad constructiva del contenido y de la forma.
Contamos con el apoyo moral y estérico de todos aquellos
que colaboran en la renovación espiritual del mundo.

Theo van Doesburg, Piet /vIondrian, Antony Kok

Manifiesto JII: hacía la formación de un mundo nuevo

La concentración espiritual (Cristo), la concentración material


(capitalismo) y la posesión formaron en el antÍguo mundo el eje
en torno al cual el pueblo entero se desarrolló. Pero he aquí
que el Espíritu se ha dispersado. A pesar de ello, los portadores
del Espíritu son solidarios. Interiormente. No hay otra salida para
Europa. Concentración y posesión, individualismo espiritual y ma-
terial eran las bases de la vieja Europa. En ello ha quedado aprisiona-
da. No puede liberarse. El peligro es fatal. Nosotros miramos
~oncalma; aunque pudiésemos no intervendríamos. No deseamos
prolongar la vida de esta vieja prostituta. Una nueva Europa
es.tá naciendo en nosotros, Las ridículas 1, Ir Y III Internacionales
socialistas sólo fueron exterioridad; estaban hechas de palabras.
La internacional del espíritu es interior, intraducible a palabr~s.
Lejos de ser una redundancia de vocablos, se compone de actos
El Lef*

¿' Por qué se bate el Lef?

1905. Después, la reacción. La reacción está avalada por la autocracia


y por el doble yugo del mercader y del fabricante.
La reacción creó un arte y un estilo de vida a su propia
imagen, según su g'..1stO. El arte de los simbolistas (Biely, Balmont),
de los místicos (Chiulkov, Hippius) y de los psicópatas sexuales
(Rozanov) corresponde a la vida de los filisteos pequeño-burgueses.
Los partidos revolucionarios chocaron contra la vida; el arte
se alzó contra el gusto.
La primera llamarada impresionista tuvo lugar en 1909 (colec-
ción El vivero de los jueces).
La llamarada fue reavivada durante tres años. La reavivaron
en el futurismo.
Primer libro de la unión de los futuristas: Bofetada al gélSto
del público, 1914: D. Burliuk, Kamenski, Kruchionich, Maiakovski,
Chlebnikov.
El viejo régimen valoró justamente la actividad de laboratorio
de los futuros dinamiteros.
Se respondió a los futuristas con cortes de censura, con la

* Este manifiesto, redactado por Maiakovski, fue publicado en el número 1


de la revista Lef en 1923, con el titulo ¿ Por qL!é se bate el Lef? El término
significa "Frence de izquierdas de las arres". la organización que agrupaba
d arristas. poetas, escritores y directores de teacro revolucionarios, desde los

fucuristas a los consrructivistJs. y a codo intelectual comprometido en sOstener


la construcción dd Esodo socialisC:l en la nueva República Soviética.
Notas

1. Unidad del siglo XIX

1 Lewis B. Namier, La rivaluzione degli inrdlwl/ali; Einaudi, Turin, 1937,


pág. 18.
de Chcnncviercs, SouuOlirs d'l/n directeur des Eeal/x-ArE, "Le lVIllSéc
du LOllnc en 1848»; Paris, 1886; cf. Europe, París, enero-marzo 1948, pág. 221.
:3 Baudelairc, RIjlessiani sui miel cOlltemparalle!; L'Esae, Milán, 1945, ed.
por 1\. DOD:lud y, págs. 92-97.
4 ce 1\. f\lexandre, H. Daumier, canas de Michelet a Daumier; Llllrens,
París, 1888.
5 ce K. Lowíth, De Hegel a Xietzsche; Einaudi, Turin, 1949, pág. 23 1.
6 ce Z. V. Smirnova, Arte e !elterawra /lel!' U.R.S.S.; "Il problema de!
realismo nel!' estetiC! di Belinski»; Ed. Sociali, Milán, 1930, pág. 21. ce también
V. Belinski, Textes philosophiques ch"i,'·i.'; "L'idée de l'art»; Editions en
t'rr:lrlcscrcs, ,Moscú, 1948.
F. De Sanctis, Opere complete; Cortcse, Nápoles, 1940, págs. 239-244.
8 F. De Sanctis, «La ,giovinezzQI}, (}p. elt., pág. 105.
B G. Courbct, JI realismo; Colip, :'Iilán, 1954, págs. 33-36.

10 ce L. Rosenrhal, Du Romatltisme au Réalisme; Laurens, París, 1914,


53.
11 G. Courber, op. cit., págs. 71-72.

12 j'vlorx y Engels, Sur la liltérat<ae et rart, ed por Frévtlle; Editions Sociales,


Paris, 1936, pág. 132. b expresión ,'$ de l'vlarx.
l:J C. Cuurbcr. S" L'ie (r .'t',' Ofllur,·.'. Pierre Caiilcr. Cincbrn. 1948, pág. iUi.
l.J Cf. Lt'ttne dci macchiaioli; Eir1Judi. Turín. 1953. pág. 93, también paLl
LlS Clns J.llC;.::rtOn::s.

15 CUdndo e! 5 de abril Courber hizo un llamamiento :r los anistas dé


la ce;piul asediada por los prusianos, el gran anfiteatro de la Facultad de Medicina
se llenó de pmwres y esculcores y enrre los nombres de los que resultaron
en el Comité dé 11 Fedéración de los ¡\rtistas tlguraban los de los
más "randes maestrOS franceses; Corot, Courbet, Daumier, l\'lanet. La adhesión
422 Mario De Micheli
Las van¿!lIardias artísticas del si¿!lo XX 423
de los artistas a la Comuna fue tan rápida, espontánea y viva que, sólo con
sus fuerzas, formaron una compañia de combatientes. Pero también dieron 17 Cf D. Formaggio: Vall Goglt; Mondadori, Milán, 1952, pág. 169.
su adhesión científicos, músicos, actores y estudiantes. En cuanto a los escritores 18 Sobre los escritos de Ensor, de. donde se han extraído ésta y las citas
y a los poetas basta recordar a Paul Verlaine, que desempeñó el cargo de siguientes, cf Les écrits de james Ellsor; Seléetibn, Bruselas, 1921; Y Les écrits
jefe del gabinete de prensa de la Comuna y que más tarde, huido a Londres, dcjames Ellsor (1928-1934); L'Art contemporain, Amberes, 1934.
19 Es el fragmento final del poema Le j7éaH (El flagelo), del libro Las campiiias
seguirá ligado al ambiente de los proscritos co,mmmards, escribiendo para el
:~. alucilladas, 1893.
periódico de El1gcne Vermersch. el poeta amigo de Courbet, un puüado de
20 J. A. Strindberg, L'ittCet1dio; Rosa e Bailo. Milán, 1944, pág. 76.
cuartillas ""rni".l\ c' incendiarias contra los hombres de Versalles. Rimbal1d
21 Ibídem, pág. 76.
también fue commHllúrd. Algunos de sus escritos sobre el tema se perdieron,
pero nos quedan dos poemas: Les maitlS dejeallne-AJarie, dedicado a una muchacha
proletaria. y Paris se repeHple, sobre el regreso de la «corte" de Thiers a París.
A estos dos poemas va unido la Lettre dH Baroll de Petdechevre, descubierta 3. Los mitos de la evasióll
en 1948, que es un agudo escrito polémico sobre los malos hábitos de Versalles.
1 Carlos Marx, El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte.
La Comuna terminó con las matanzas perpetradas por las tropas de Thiers:
treinta mil parisienses fueron fusilados. 2 Cf. P. Pia, Baudelaire; Editions du Seuil, París, 1958, págs. 121-122. Con
mayor insolencia, con un lenguaje provocador, que luego será típico de muchas
vanguardias, en AIi corazón al demudo Baudelaire escribió: "Todos los imbéciles
de la burguesía que pronuncian sin descanso las palabras: inmoral, inmoralidad,
2. Los sic¡;lloS de la crisis moralidad del arte y otras tonterías, me recuerdan a Louise Villedieu, prostituta
de cinco francos, que, acompañándome al Louvre, donde nunca había estado,
1 Esta y las siguientes citas están sacadas del volumen Lettres de V. Vall empezó a enrojecer y a taparse la cara, y tirándome de la manga me preguntaba
Gogh d SOIl irere Théo; Grasset, París, 1937; y de Le!tres a Vall Rappúrd; Grasset, ame las estatuas y los cuadros inmortales, cómo era posible que se expusieran
París, 1950. en público tantas indecencias.»
2 E. Zola: Correspolldellce; Etienne Fasquelle, París, 1908, vol. I1, pág. 661. 3 Ibídem, pág. 79.
3 Cf J. Rewald, Storia dell' lmpressiollismo; Sansoni, Florencia, 1949, pág. 13. 4 Cf. sobre este tema G. Cocchiara, JI mito del buon selvaggio; Ed. D'Anna,
4 Cf L. Végvári, L' art de !'vI. J'vIHllkdcsy; Institut des reIations culturelles, l',,1essina, 1948, págs. 20-30.
Budapest, 1952, pág. 29. 5 S. Mallarmé, Poésies; "Brise marine»; NRF, París, 1913, pág. 43.
5 lb/dem, pág. 30. 6 Esta y las otras citas proceden de los siguientes textos de Gauguin, Noa-Noa; r

I
6 G. Courbet, op. cit., vol. n, pág. 302. La Plume, París, 1900; Avatlt et- apres, Ed. Cres, París. 1903; Le!tres au peilltre
7 CL L Aragon, COHrbet; Cercle d'Art, París, 1953, pág. 13. danoís vVil/emsen: Les Marges, Pans, 1918; Le!tres a Dalliel de Monfreid;
8 G. Courbet, op. cit., vol. 1, pág. 283. E. Cres, París, 1919; Letres a Emile Bernard; Ed. de la Rénovation Esthétique,
9 lb/dem, pág. 305.

10 Cf. L. Aragon, op. cit., pág. 13.


Tonnerre, 1926. Cf. Noa-Noa e altri scritti; Bompiani, ,Milán, 1941, ed. por l
D. Morosini, y Lettere di Gauguin, Longanesi, Milán, 1948.
11 Cf R. Rey, La peillture modeme; Presses Universitaires de France. París.
1941, pág. 25.
12 Cf. J. Rewald, op. cit., págs. 217-229.
7 Sobre el tema cf. A. fAerlin, Gauguin e l'esotismo; Cedam, Padua, 1943.

8 ce M. Praz, La canze, la morte e il diavolo nel/<1 letteratura romantica; Einaudi, 1


13 E. Zola, Nouvel/e campaglle; Etienne Fasquelle, París, 1897, pág, 97.

14 CL R. Rey, op. cit., pág. 51.


15 En cuanto a Zola, también es notable su propensión a trazar auténticos
Turín, 1942, págs. 303-319.
9 J. K. Huysmans, A relJorlr5; Etienne Fasquelle, París. págs. 71-76.
lO Comra esta interpretación de Moreau dada por Huysmans reaccionaron

Ary Renan y algún otro critico; pero la interpretación de Renan acaba, en


I
'1
retratos fisicos con un gusto que destaca y exagera los elementos somáticos
para acentuar su carácter. Es decir, también él en literatura se vale del principio
sustancia, por no diferir de la de Huysmans. En efecto, para Renan lo que
Moreau pidió al texto evangélico al pintar a Salomé es «un monstruo femenino
I
¡
de la deformación: sim plifica, hace someros, pero al mismo tiem po eficaces, cuya fuerza reside en su belleza C:lrnal. en la práctica de artificios malditos, ¡
icásticos y perentorios, a través de la descripción física, a sus personajes. Van en la malignidad espománea o sugerida». "La siríaca Salomé -continúa Renan- •
Gogh aprendió a emplear la deformación no sólo de 1;)aumier sino también
de Zola.
se transforma así, por el deseo que ha concebido o por la venganza a la
que sirve. en b encarnación de um armoniosa y embriagadora energía del
i!
I
15 Cf A. Rimbaud, Oerwres completes: NRF, París, 1954, pág. XXII.
Mal. artífice de LIno de esos delitos desmesurados que el arte debe magnificar".

f
Las vanguardias artísticas del siglo XX 425
424 lvfario De Micheli
cataclismo, a la brusca erupción que ha marcado cada fase geológica, cada
Por lo demás, el mismo Moreau no interpretaba de otro modo sus obras. período histórico ... Y con un gran gesto él reveló al soñador social que había
De su cuadro Clúm ere,
por ejemplo, escribía: «Esta isla de los sueños fantásticos en él, al lado del estudioso escrupuloso, metódico y modesto ante los fenómenos.
encierra todas las formas de la pasión, de la fantasía, del capricho de la mujer. Su esfuerzo constante era el de reconducir todo a la ciencia, y sentía un gran
La Mujer, en su esencia primera, es el ser inconsciente y loco de lo incognoscible, dolor por no poder constatar científicamente en la naturaleza ni la igualdad,
del misterio, esclava del mal bajo la forma de la seducción perversa y diabólica. ni la misma justicia cuya necesidad advertía vivamente desde el punto de vista
Sueños de niños, sueños de los sentidos, sueños monstruosos, sueños melancólicos, sociaL" El naturalismo cientifico de Zola se hacía así pasión por la verdad
sueños que transportan el espíritu y el alma a la vaguedad de los espacios, y, por tanto, un arma contra la hipocresía de su época.
al misterio de la sombra, todo debe sentir la influencia de los siete pecados 3 H. Bahr, EspressionisllJo, Bompriani, Milán, 1945, págs. 84-85.
capitales, y todo se reencuentra en esta preñada por Satanás en el círculo de 4 El «grupo de Le Pouldu>, o la «escuela de Pont-Avem, localidad de Bretaña.
los vicios y de los ardores culpables ... Lejos, la Ciudad muerta de las pasiones estaba formado por artistas como Paul Sérusier, Séguin, Laval, Maufra y algún
apagadas: Ciudad del Medievo, áspera y silenciosa ...» Este fragmento lo cita otro, agrupados en torno a Gauguin entre 1886 y 1888. Fue un grupo de
R. De Montesquiou en su ensayo Altesses Sérénissimes; «Le Lapidaire»: Juven, no mucha consistencia, cuyo planteamiento, sin embargo, influyó en algunos
París, 1907, pág. 7. Cf. también M. Praz, op. cit., pág. 310. aspectos en los nabi,.
11 J. K. Huysmans, op. cit., pág. 82. 5 Nabi es un término hebreo que significa profeta. Fue sugerido a Sérusier
12 Para definir mejor la actitud «histórica" de Sartorio puede ser interesante
por el poeta Cazalis, amigo de Mallarmé.
ver las respuestas que dio en 1893 a Gustavo Macchi, un periodista que realizó 6 La denominación de Fauves (fieras) se debe al crítico Vauxcelles, el cual,
una encuesta entre los intelectuales italianos para conocer su postura ante el al ver una escultura de gusto renacentista junto a los cuadros de Matisse, Rouault
socialismo. Recibió respuestas de 193 literatos, hombres de ciencia y artistas. y Derain, exclamó: «¡Es Donatello en medio de las fieras 1".
De estas respuestas, sólo treinta fueron negativas. Esta es la respuesta de Sartorio 7 H. Matisse: «Notes d'un peintre», en La Grande Revue, París, 1908. Véase
a la primera pregunta (<<¿Cuál es su actitud ante el socialismo ?,,): «En contra": también J Ch.arpier y P. Seghers, L'art de la peitlture, Seghers, París, 1957.
y he aquí la respuesta a la tercera pregunta (<<Admitiendo la aplicación práctica págs. 584-585.
del socialismo, ¿adónde llevará ?»): «Creo que sería la última ruina de la humani- 8 Ibídem.
dad". Cf. JI socialismo giudicato: Aliprandi, Milán, 1893, pág. 100. 9 Esta y las citas siguiente de Vlaminck están sacadas del volumen autobiográ-
1:3 La novela de Marinetti se publicó en Francia ese mismo año. fico Tournan( dangereux, souvenirs de ma vie, Flammarion, París, 1929.
14 A. Jakovsky, Les peintres llalj'·; La Bibliotheque des Arts, París, 1956, 10 F. Jourdain, Sans rernords ni rarlCtme, Correa, París, 1953, pág. 12. Pero
pág. 15. todos los primeros capítulos de este libro de recuerdos evocan agudamente
15 F. Carca, De i'vlolltmartre au Quartier Latin; Albin Michel, París, 1927, el ambiente parisiense de la época desde este punto de vista.
pág. 36. 11 Citado por P. Courthion, A,rt indéVCIldallt, Albin Michel, París, 1958,
16 Cf. M. Rousseau, L'art océmzierz; Apam, París, 1951, pág. 124.
pág. 63.
17 Cf. T. Tzara, «Note 5ur rare /legre», en Sic, París, 1917, y «Note sur la 12 No es misión nuestra examinar aquí toda la actividad de Vlaminck,
poésie Ilegre'" en Sic, Paris, 1918. Cf. t:lmbién ,'v1. Rousseau: op. cit., pág. 127. ni tampoco las complicadas circunstancias de su vida. Sólo diremos que el
nietzscheanismo que había en él lo llevó a consecuencias extremas, donde ingenui-
dad, despecho, rencor y desprecio por los demás se daban la mano para empujarlo
4. La protesta del expresiollismo a actitudes, pensamientos y gestos penosos y reprobables. Así fue, cuando,
durante la ocupación de Francia por los alemanes, en 1941, aceptó acaudillar
1A. Comte, Discollrs mr rc.'prit , París, 1849, pág. 147. una delegación de artistas~ de la que también formaban parte Derain, Friesz,
2E. Zola, Le rOllJan expérimental; Etienne Fasquelle, París, 1880, pág. 197. Segonzac, Despiau, a Alemania: y cuando en 1943 escribió un auténtico panfleto
Zola, como ya se ha dicho, no fue fiel a su doctrina. El mismo lo reconocer,í en el que se atacaba J los mejores artistas franceses. LJ causa de sus gestos
en 1898 en Paris: ,,¡Ah I Para llegar a donde hoy me encuentro, ¡Cuántas se halla en su pensamiento de raíz nietzscbeana. Léase, por ejemplo, este fragmento
reflexiones, cuántos combates I Yo no era más que un positivista, un sabio de su libro Désobeir (1936): «Desobedecer al progreso, a la civilización. Desobede-
que lo debia todo a la observación y a la experiencia, que no aceptaba nada cer a la moda, al esnobismo, a las teorías aleatorias, contrastantes e irraciolules.
fuera del hecho com probado. Científica y socialmente no admitía más que ¡Desobedecer a la máquina! Desobedecer a la idiotez. Tomar contra corriente
la evolución simple y lenta que genera la humanidad, como el mismo ser el camino recorrido por la multitud de la masa. Huir de la falsa mística moderna.
humano es generado. Pero fue entonces cuando, en la historia de la tierra R.enegar del ideal de la hija del portero, del hijo del banquero, del jubilado
y luego en la de la sociedad, me vi obligado a dejar ,sitio al volcán, al' brusco
426 lv1ario De lv1icheli Las v<1Ilguardias artísticas del siglo XX 427

de la Seguridad Socia]". ¡Otra alma bella, pues I De una pasión romántica de resulta que Nolde formó parte de! grupo desde 1905; la carta que le invitaba
presuntuoso y exasperado individualismo como ésta, en la que acabó por a adherirse a él, en cambio. lleva la fecha de 4 de febrero de 1906.
caer Vlaminck, se podía esperar cualquier gesto, incluido el de 194 L 28Ibídem.
13 G. ROUJult, Souvolirs il/times, E. Frapier, París, 1927, pág. 8L 29Cf. W. Hess, I problemi della pittura, Garzanti. Milán. 1958. págs. 65-66.
14 B. Dorival, RO'l<1ult, Edit. universitaires, París, 1956, pág. 56. 30 publicado en la autobiografía: E. Nolde, Jahre der Klimpfe, Christian

15 Ibidem. WoltT Verlag. Flensburg. 1956, pág. 91; primera edición, Berlín, 1934. Al
16 C. Rouault, op. cit., pág. 82. mismo texto pertenecen las citas que siguen.
31 Cf. U. Apollonio, "Die Brücke» e la wltl<ra del/'espressionismo, Alfieri, Vene-
17 En Soirée de Paris, París, julio de 1914.
18 G. Rouault, Soliloques, Aux ¡des et Calendes, Neuchatel, 1944, pág. 193. cia, 1952. pág. 54.
32 Cf. W. Grohmann, V. Kanditlsky, II Saggiatore. Milán, 1959, pág. 64.
19 L. Bloy, La fede impazietlte, Bompiani, Milán, 1946, pág. 125. 33 Cf. V. Kandinsky. De lo espiritl<al ell el arte, N ueva Visión, Buenos
20 El término expresiollismo, según Julius Elias, fue usado por primera vez
Aires, La edición, 1967.
en 1901 por el pintor Julien-Auguste Hervé para un grupo de sus cuadros.
34 Cf. W. Hess, op. cit., pág. 108.
Con mayor justeza, parece que el término fue empleado por Pechstein durante 35 F. Marc, Briefe, Aufeichnutlgen l/l/d Aplzorismetl, Berlín, 1920. Cf. H. K
una sesión del jtlrado de la «Secesión» de Berlín: ante una tela suya alguien Rathe!, Pitwra modema tedesca, De Agostini, Novara, 1957, págs. 75-76; W. Hess.
preguntó. «¿Esto sigue siendo impresionismo '''. Y Pechstein respondió: «No.
op. cit., págs. 110-11 L
es expresionismo».
36 Cf. W. Grohmann, op. cit., págs. 85-86.
21 El naturalismo de tendencia socialista fue en la Alemania de esos años
37 ce W. Grohmann, op. cit., pág. 28.
una corriente muy vasta y fuerte. Gerhart Hauptmann era su representante más
38 W. Kandinsky, op. cít.
vivo. En su Der Narr il/ Christo Emal/uel Quil/t describe así el mesianismo 39 Otros ensayos de Kandinsky, Ueber Kutls/verstehen (La comprensión del
social: «Se contaba con toda seriedad con una grandiosa catástrofe social universal arte). en Der Sturm, Berlín, núm. 3. 1912; Riícklicke, 1901-1913 (Autobiografía)
que debería tener lugar lo más tarde hacia 1900 y regenerar el mundo ... Los Berlín, Der Stl<rm, 1913; Punkt lJIld Litlie ZLl Fláche (Punto y línea sobre el
círculos sociales y los jóvenes intelectuales cerCanos a sus ideas esperaban la
plano). Munich. Langen Verlag. 1926.
realización del futuro estado socialista, estado social y, por tanto, ideaL» Cf 40 W. Hess, op. cit., págs. 122-123.
G. Lukács, Breve storia de/la letteratura tedesca, Einaudi, Turín, 1956. En 1943, 41 P. Klee. Ueber die mademe KUllst, Berna, 1945. La conferencia fue pronun-
Kithe Kollwitz, en una página de su Diario, recordando el mismo período, ciada en 1924. Algunos fragmentos traducidos se pueden ver en W. Grohmann.
anotaba: «El artista es hijo de su época, especialmente si el período de su Paul Klee, Sansoni, Florencia. 1956, págs. 365-367. y en H. K. Rathe!, op. cit.,
desarrollo coincide con la época del primer socialismo. Precisamente, mi desarro- págs. 76-77; véase también P. Klee, Teoria del/a forma e del/a figuraziotle, Fe!trinelli,
llo tuvo lugar en ese período. Fui presa de él totalmente.» Entre los primeros
Milán, 1959.
trabajos importantes de Kollwitz están, entre otros, las seis tablas 'l;tográficas 42 P. Klee, Schefpferísche Konfession (Confesión creativa). Erich Reiss. Berlín,
y el aguafuerte dedicados al drama de Hauptmann Los tejedores. ce M. De 1920. Un fragmento está traducido en W. Grohmann, Paul Klee, ed. cit..
Micheli, Klithe Kol/witz, Hoepli, Milán, 1954.
págs. 97-99.
22 Frank Wedekind escribió todas sus obras teatrales más importantes entre 43 Cf. W. Grohmann, op. cit., pág. 49.
1890 y 1917. El espíritLI de la tierra, cuyo protagonista es el famoso personaje 44 Ibidem, pág. 54.
de Lulú, es de 1893. La caja de Pandora, en la que Lulú vuelve a aparecer 45 La cita está sacada de los escritos pedagógicos de Klee
es de 1904. Skizzetlbl<ch). Cf. W. Grohmann. op. cit., pág. 199.
23 ce K. Edschmid, Ueber den Expressionísmus in der Literatur und die neue 46 Cf. G. C. Argan. W. Gropil<S e la Bal<hal<s, Einaudi, Tarín. 1951. pág. 49.

Dichtung, Erich Reiss, Berlín, 192L 47 Cf. G. Grosz, al cuidado de Ferdinando Ballo. Rosa e BaIlo, Milán.

24 Ibidem, págs. 5-1 L


1964, págs. 9-10.
25 ce A. Abusch, Storia de/la Germania moderna, Eunaudi, Turín, 1951, págs. 48 E. Barlach, Eill selbsterzlihltes Lebetl (Autobiografía). R. Piper Verlag, Mu-

230-235. nicho 1948. pág. 86. La primera cita es de 1928.


26 En particular, nos referimos a las obras, Interpretación de 105 suáios (1900). 49 CL M. De Micheli. op. cit., pág. 8.
Psicopatologia de la vida cotidimza (1904). Tres aportaciones a.la teoria sexual (1905) 50 Ibidem, pág. 17.
y Totem y tabú (1912). 51 Cf. G. Grasz, ed. cit., pág. 46. Para el momento dadaísta tanto de Grosz
....
27 Cf Parte segunda, Crónica de la unión artística ,Die Briicke». De esta crónica como de Otto Dix. cL págs. 152-158.
I
-1-28

52
Alario De i'v1icheli

G. Grosz, UII si e lllt grande 110, Longanesi, 1948, pág. 155.


.0:3 Trad. de R. Fcrtonani en [o Bcrrolt Br('(hr. 6 T. Tzara, op. cit., pág. 50.
Las vanguardias artisticas del siglo XX

R. Lacote, Trístan Tzara, Seghers, París, 1952, pág. 18.


429

I
Véase en la Parte segunda la versión íntegra del J'v!anif¡esto Dada 1918.
54 ce c. Crosz, ed. cit., pág. 4(,.
55 ce W. Hess, op. ci!., pág. 153. Ibidem.
56 Entre los cuadros políticos citamos el de 1940 tltulado El hllevo rala,
9 ce G. Dorfles, K. Sehwitters, Gallería del Naviglio (catálogo) Milán, abril-

que representa a los cuatro gralldes de entonces reunidos alrededot de la mesa mayo de 1959.
mientras comen un pollo asado. De repente, el pollo se echa a volar y la G. Hugnet, op. cit., pág. 38.
11 ce R. Hausmann, COl/rrier Dada, Le Terrain Vague, París, 1958, pág. 42.
caer un huevo rojo, que se rompe. Mussolini retrocede aterrorizado; Hitler,
con un gorro de payaso en la cabeza, se pone a gritar; el león británico 12 Ibídem, págs. 26-30.
muestra en su rabo el signo de la libra esterlina; el gato francés se esconde 13 Ibídem, págs. 41-42.

I
debajo de la mesa y mira ambiguamente el tricornio de Napoleón. Al tondo, 14 Ibidem, págs. 46-49.
15 Cf. W. Verkauf, Dada, Verlag Anhur Niggh' Zurich, 1957, pág. 21.
Praga arde: el efecto de la Conferencia de Munich. Otro cuadro es Por qllé
Este volumen recoge también textos recientes de Janco, Huelsenbeck, Richter,
combatimos: «Abajo, una madre consumida de miseria sostiene en el vientre
un niño que juega. con un ratón; a un lado, una máquina engulle huesos Klcin, etc.
16 Cf. L. Aragon, La peúltllre all déj¡, Galerie Pierre, París, 1930.
por una parte y suelta proyectiles por otra; en el lado contrario el CándIdo
17 ce Max Ernst, Al/tobiogralia, Ed. Cahiers d'Art, P'Hís, 1936, págs. 16-17.
de Voltaire se ríe; más arriba aparecen Ghandi, el Negus, el financiero alemán ~
18 ce P. Waldberg, lv!ax Emst, J. J. Pauvert, París, 1958, pág. 128.
Schacht y el británico Montagu Norman, un obispo que con una mano da
su óbolo a la Cruz Roja y con la otra bendice a las tropas que combaten;
19 C. Crosz, ed. cit., pág. 192. La cita siguiente es de E. Piscator, JI teatro poli-
I
tico, Einaudi, Turín, 1960, pág. 19.

1
en el centro, dominando sobre todos, y sobre todo, la figura de un pobre
20 Cf. A. Breton, Les pas perdus, Gallimard, París, 1924, pág. 207.
hombre torturado, en cuyo pecho están grabados una P y una J, iniciales
21 Folleto distribuido en febrero de 1921 y mencionado por G. Hugnet,
de Periat ]udeus.» La descripción es de M. Masciotta, Kokoschka, Del Turco,
Florencia, 1949, pág. 42. Otros cuadros son Al15chluss-Alícia en el país de las op. cit., pág. 80. I
maravillas y El cal1grejo.
57 ce H. K. Róthel, op. cit., pág. 78.
58 ce op. cit., pág. 169.
22 Breton cuenta que, al final, Picabia fue obligado a sustituirla por un
mono embalsamado. ce A. Bretón, Le sl/rréalisme et la peintllre, Brentano's,
Nueva York, 1945, pág. 86.
23 El texto completo está incluido en Les P"-' perdL/s, ed. cit., pág. 133.
1
I ~.
59 Cf. Alil1ota"ro, París, números 3-4, 1933. Es una respucsta de Chagall ¡:f::.
a la encuesta producida por Breton y Eluard entre los artistas acerca de sus 24 Cf. R. Lacote, op. cit. ¡~

I~,1
25 T. Tnra, "Le papier callé ou le proverbe en peinture», en Cahiers d'Art,
«encuentros» decisivos.
60 ce F. Russoli, Cutalogo Mostra A1odiglianí, Milán, 1958, pág. 7. hrís, núm. 2, 1931.
61 ce J- Modigliani, senza leggenda, Vallecchi, Florencia, 1958. 26 ce R. Lacote, op. cit.

62 ce Francia y Cortopassi, Lorerrzo Viani, Vallechi, Florencia, 1955, pág. 19. 27 Cf. R. H'lllsmann, op. cit., pág. 145. 11
63 L. Viani, lv!are grosso, "Gh ubriachi», Vallecchi, Florencia, 1955, pág. 6. 11
.iri.l
6. Sllelio y realidad fIl el nlrrealislllO

5. La dad(lls{tl 1 ce M. Nadcau, Historie dll sllrré,¡lisme, Ed. du SeuiL París, 1945, pág. 122.
2 A. Brctol1. Positi"" p;,/itiqlle dll Sllrréalisme, Sagittaire, París, 1935, pág. 68. :.1.'
'.~ .
~~
T. Tzara. Le surréalisme et {'apreS-gllerru, Nagel, París, 1948, pág. 17. [bidCilI, págs. 78-79.
1
G. Ribemont-Dessaignes, Storia del dadaísmo, Longanesi, Milán, 194("
3
4 A. Brcton, Les L--"a5CS comllllmicallts. Cahiers libres, París, 1932, pág. 85. ;i··
dll !llrréaliSillc, cd. cit., pág. 97.
pág. 11. Esta historia, que suscitó muchas polémicas, apareció en !J j\iOllVe/lc lA.... Brt.:ton. Positit-)J!
Ibidem, pág. 86.
\1 ~~
RevL/e Frullfaise de junio y julio de 1931. El mismo autor dedicó al terna 6
P. Eluard, DOllller a voir, Gallim:Jrd, París, 1939, págs. 79-87.
buena parte de su Deja jadis, ]ulliard. París, 1958.
3 T. Tzara, ¡'v[anifeste Dada 1918. Véase en la Parte segunda !J versión
8 A. Breton, Alltlroiogie de {'IHlmo"r noire, Sagittaire, París, 1940, pág. 27.
9 Sin emb;ngo, es interesante observar que Freud, a pesar de las profesiones
\1
íntegra de este texto.
de cstinu por parte de los surrealistaS, declaró que no comprendía lo que ,11
4 Cf. G. Hugnet, CaventL/re Dada, Galcríc de I'1nstitut, París. 1957.
págs. 18-32.
era el surrealismo. Véanse estas frases de Freud en una carta a Breton; «Aunquc
I~a
Las vanguardias artisticas del siglo XX 431

430 Alario De Micheli


34 Es el caso de H. Sedlmayr, cf. La riuolllziolle dell'arte modema, Garzanri,
Milán. 1958, pág. 106.
reciba tantos testimonios del interés que usted y sus amigos prestan a mis 35 Cf. G. Hugnet, Petite anthologie du slIrréalisme, Editions Jeanne Bucher,
investigaciones, yo mismo no soy capaz de comprender qué es ni lo que quiere
París. 1934, págs. 41-42.
el surrealismo. Puede ser que yo no esté hecho para comprenderlo, yo que 36 L. Trorski, Letteratura, arte, liberta, Schwarz, Milán, 1958, pág. 113.
estoy tan alejado del arte.» Publicada en Le surréalisme au service de la révolution, 37 A. Breton, Primer !v1anU'esto. Véase Parte segunda.
Pans, núm. S, 1932, pág. 11. 38 Este drama, escrito casi todo en 1903, fue representado sólo catorce años
10 Véase el lvlanífiesto en la Parre segunda.
más tarde.
11 Cf. M. Nadeau, op. cit., pág. 104. 39 Cf. M. Raymond, De Baudelaire au slméalisme, Corti, París, 1940, pág. 236.
12 Véase en la Parte segunda la versión ~regra del Primer J'vlanífiesto. 40 G. Apollinaire, Il y a, La Phalange, Pans, 1925, pág. 257.
13 Ibídem.
14 L. Aragon, Traíté du style, Gallimard, París, 1928, pág. 192.
15 Le surréalisme et la peinture, NRF, París. Los escritos completos de Breton
7. La lección cubista
sobre la pintura están recogidos en el volumen Le surréalisme et la peinture,
Brenrano's, Nueva York, 1945. Véase Parte segunda.
1
16 A. Breton, ·Op. cit., pág. 24. A. Gleizes y J. Metzinger, Du wbisme, Figuiere, París, 1912. Del mismo
2
17 M. Ernst, "Comment on force l'inspiration», en Le surréalisme au service rexto son las siguientes citas de los dos autores. Las citas de Gleizes, en cambio,
de la révollltion, París, núm. 6, pág. 45. son de su libro Du wbisme et des moyens de la comprendre, París, 1920.
18 Ibídem, pág. 43. 3 Cf. P. Signac, D'ElIRene Delaeroix all Néo-Impressionnisme, Fleury, París,
19 Ibídem, pág. 43.
1921.
20 S. Dalí, "Objets surréalistes», en Le surréalisme au service de la révolution, 4 El texto de Sérusier se publicó en 1921. La última impresión es de 1950.
París, núm. 3, pág. 17. 5 F. Léger, CataloR"e, Musée des Ans Décoratifs, París, 1956. Las demás
21 Cf. M. Ernst, op. cit., pág. 45.
citas de Léger también son de esta publicación.
22 M. Ernst, Beyond Paintirlg, Nueva York, 1948, incluido en W. Hess, 6 Las ciras de Cézanne son del libro de E. Bernard, SOllUenirs sur P. Cézarme,
op. cit., págs. 168-169. R. G. Michel, París, 1926, y de la obra de J. Gasquer, Cézanne, Bamheim-Jeune,
23 M. Ernst, "Comment on force l'inspiration», en Le surréalisme au service
París, 1926.
de la révollltion, rev. cit., pág. 44. 'i Cf. "Conversation avec Picasso". en Calziers d'Art, París, núm. 10, 1935.
24 Incluido por Breton en Le slIrréalisme et la peinture, ed. cit., pág. 147. 8 Cf. "Picasso Speaks», en Tlze Arts, Nueva '{ork, mayo de 1923.
25 Incluido por Ernst en el artículo cit. en Le surréalisme au service de la 9 Este fragmento se cita a propósito de Gleizes y Metzinger; véase J. Charpier
réuolution, pág. 44. y P. Seghers en L'art de la peintllre, ed. cit., pág. 611.
26 Un eco del antiabstraccionismo surrealista se puede recoger claramente 10 H. Bergson, ltltrodllzione aUa metafisica, Laterza, Bari, 1957, pág. 49. Este
en este párrafo de la conferencia de Breton "Situarían surréaliste de l'objet ensayo fue publicado por Bergson en 1903.
(1935)>>, en Position politique du surréalisme, op. cit., pág. 125: "El mayor daño 11 Las citas de]. Gris son del volumen de D. H. Kahnweiller, Juall Gris,
que, acaso, amenace al surrealismo hoy sea... que todo tipo de productos más sa vie, son oeuvre, se5 éerits, Gallimard, París, 1946. Dorival escribe que «escritores,
o menos discutibles tienden a esconderse bajo su etiqueta; así es como obras filósofos y matemáticos mantuvieron estrecbos COntactos con los' cubistas e
de tendencia «abstracta» en Holanda, Suiza, Inglaterra, según las últimas noticias, in Huyeron mucho en su evolución". Cf. B. Dorival, Les étapes de la peilltllre
establecen con las obras surrealistas relaciones de cercanía equívoca ...». jrmll;aise cOlltem poraille, Gallimard, París, 1944, vol. 11, pág. 198.
27 Cf. A. Breton, Arlthologie de l'humour noir, Sagittaire, París, 1940, 12 F. Léger, op. cit., pág. 102.
págs. 10-11. 13 G. Braque, Le jOllr et la Iwit (Cahiers 1917-1952), Gallimard, París. 1952,
28 Ibídem, pár. 45-46.
pág. 12.
29 Cf. Le surre", ,ne au service de la révolution, Pans, núm. 6, págs. 13-16. 14 Picasso, «Picasso S peaks,>, en Tlze Arts, N ueva York, mayo de 1923.
30 Cf. De Chirico, «Sull'arte metafisica», en Valori plastici, Roma, núms. 4-5, Véase también M. De Micheli, Seritti di picasso, Feltrinelli, Milán, 1964, pág. 31.
1919.' 15 G. Courbet, Il realismo, Colip, Milán, 1954, pág. 35.
31 Cf. A. Breton, Le surréalisme et la peinture, «Genese et perspecnves arnsnques 16 "Conversation avec Picasso", en la revista citada. Véase también M. De
du surréalisme» (1941), ed. cit., pág. 94. Michelí, Seritti di PicaS5o, op. cit., pág. 15.
32 Ibidem, pág. 93. '")00

33 Ibídem, pág. 94.


432 Alario De jVIicheli Las vallc~l/ardias artísticas del siglo XX 433

17 P. Eluard, DOllller a voir, ed. cit., pág. 42. mo». De hecho, el concepto futurista de la simultaneidad es anterior a las
18 Cf. B. Dorival, op. cit., pág. 238. formulaciones de Delaunay.
17 E. Garin, Croll,zclze di jllosojla italimla, Laterza, Bari, 1955, pág. 317.
18 G. Papini, Pragmatismo, Vallecchi, Florencia, 1913, pág. 144. Los ensayos
8. Contradicciolles del jlltllrismo contenidos en este libro van desde 1903 a 1911. De aqui proceden las otras
cItas.
1 Cf. L. Trotski, Letterawra, arte, libertd, Sch warz, Milán, 1958, p. 36. La 19 ce G. Pcrocco, Prillli espo.'itori di Ca'Pesara, op. cir., pág. 116. Carta

carta de Gramsci es de 1922. de Boccioni a Barbantini, septiembre de 1910.


2 Cf. Arclzivi del jul<nismo, recogidos y ordenados por M. Drudi Gambillo

y T. Fiori, De Luca Editore, Roma, 195í(' pág. 17. Donde no se indique


en sentido contrario, todas las citas de textos futuristas son de esta fuente. 9. La rella del abstracciollismo
3 Cf. G. Papini, L'esperienzajutllfista, Vallechi, Florencia, 1927, págs. 162-163.
Se trata del prefacio que Duchamp escribió para sus Clzants. Papini lo cita 1 M. Seuphor, Cart abstrait, Maeght, París, 1949, págs. 12-14.
como un antecedente futurista. 2 cr O. Morisani, L'astratúsmo di Piet Afolldriall; COIl appelldice di scritú
4 Cf. M. De Michcli, «La V lezione di Mechelet alla vigilia della rivoluzione del/'artista, Neri Pozza, Venecia, 1956, pág. 119. Las palabras son de Mondrian.
del 48», en Realismo, Milán, núm. 1, enero-febrero 1955. Salvo cuando se señale otra cosa, todas las citas proceden de este volumen.
5 L. Altomare, Illcontri con .iHarinetti e il jlltllrismo, Corso Editare, Roma, 3 Cf. Parte segunda.
1954, pág. 22. " ce M. Gorki, Arte e letteratura Ilel!" U.R.S.S., "Informe al primer congreso
6 En una carta a Barbantini, fechada en Berlín (13 de abril de 1912), Boccioni de escritores soviéticos» (1934). Ed. Sociali, Milán, 1950, pág. 41.
declara que el título italiano de esta obra, La vil/e morlte, es JI lavara. Cf. G. Perocco, 5 La exposición fue montada en 1917 en la Galleria delle Due Iso le.
Primi espositori di Ca' Pesaro, Venecia, 1958, pág. 119. Pero e! cuadro quedó 6 Véase la parte bibliográfica en el Catálo<~o de la exposición de Casimir

con el título italiano traducido del francés. S. Malévich, Editalia, Roma, 1959.
7 Cf. F. Flora, «Gli scrittori e la dittatura», en Aretusa, Casella editore, 7 Este ensayo, del que se ha tomado la cita anterior, y en el que Malévich
Nápoles, año 1, núm. 2. repite las mismas palabras y los temas del ¡Ha Ilifiesto , fue publicado en parte
8 Cf. A. Viviani, JI poeta ¡VIarinetti e il jllturísmo, Para vi a, Turín, 1940, por la Bauhau5 en 1927 (Langen Verlag, Munich), junto con el otro ensayo
pág. 42. escrito en 1923 y publicado en 1926, Illtrodllcciótl a la tearia del elemento adiciollal,
9 Cf. C. Carril, GlIerra pittllra, Instituto Editoriale Italiano, Milán (sin fecha), en un tomo único titulado Die Geletl5tallslose vVelt. Véase la Parte segunda
pág. 23. con la versión del SLlprematismo.
10 A. Viviani, op. cit., pág. 47. 8 Cf. el Catálogo de la exposición de I'vlalévich, op. cit., parte biográfica.
11 La X Mas fue una unidad militar de la República de Salo, mandada 9 ce S. M. Eisenstein, «L'avant-guarde en U.R.S.S.», en Les leteres frar!¡:aises,
por el príncipe Valerio Borghese, recientemente fallecido en Cádiz, que se París, núm. 718, abril de 1958.
distinguió por su ferocidad en la represión de los partisanos durante la Resistencia la Véase la Parte segunda.
italiana contra la república fascista de Saló y la ocupación alemana. 11 Cf. P. Ricci, Jlya GlaZLltIOV, «Appunti per una storia dcll'arte sovietica»,
12 Cf. V. Maiakovski, Bme, Prefacio de M. De Micheli, Feltrinelli, Milán, Pierro, N ápoles, 1959.
1958, pág. VIII. 12 V. Maiakovski, Opere; ed. cir., volumen 11, pSg. 746.
13 Cf. V. Maiakovski, Opere, Editan Riuniti, Roma, 1958, vol. II, pág. 807. 13 Véase la Parte segunda.
El escrito de Maiakovski "El futurismo hoy" es de 1923. 14 Ibidem.
14 E. Pound, Galldier-Brzeska, "Vortex», Galleria Apollinaire, Milán, 1957, 15 Ibídem.
págs. 3-5. 16 Cf. el texto integro incluido en]. Pérus, Illtroductioll á la littérature saviétique,
15 Véanse los textos de los dos AIallijiestos en la Parte segunda. Las demás Ed. Sociales, París, 1949, pág. 97.
citas están sacadas de Pittura, sCllltllra jlltllriste. Entre 1914 y 1917 también Soffici 17 V. Maiakovski, o}'. cit., vol. 1, pág. 768.
escribió Prímí princípi di lIna estetícajutllrísta, pero dicho texto (Vallecchi, Florencia, 18 ce Camilla Gray, Pianeri del/'arte ill R'lssia, 1863-1922, Saggiatore, Milán,
1920) no tiene nada que ver con e! futurismo; es sólo una amplificación de! 1964, pág. 299.
concepto arte-funambulismo. 19 Véanse los tres kfall~fiestos en la Parte segunda.
16 Los futuristas afirmaban que el cubismo Órfico derivaba de su «simultaneis-
Tabla cronológica !
il
i!
11

l'!!1i
l'
!I
l~
I!
1I
l'

I
1866 Zola escribe lvJon Salon, dedicado a Cézanne; aparece Crimen Ili
y castigo, de Dostoievski; n. Kandinsky.
1867 Marx publica El Capital; m. Baudelaire; m. Ingres; n. Nolde;
1I
n. Bonnard; n. Kite KolIwitz.
1868 n. Máximo Gorki. li
1869 Guerra franco-prusiana; Tolstoi termina Guerra y paz; n. Matisse.
1870 n. Barlach. ~

1871 La Comuna de París; n. Rouault. 1I
1872 n. Mondrian. ~
~
1874 Primera exposición de los impresionistas en París.
1875 m. Corot. m. MilIet. il
~:1
1877 m. Courbet en el exilio.
1879 m. Daumier; n. Paul KIee.
1880 n. Kirchner; n. Franz Marc. l'

1881 Aparece I lvfalavoglia, de Verga; n. Picasso; n. Léger; n. Gleizes; it


n. Cana. ;¡'1
1882 n. Braque; n. Viani. :~

1883 Aparece As! habló Zaratustra, de Nietzsche. ¡
1884 Fundación del Salon_ des Artistes Indépendentes de París; rn. Víctor ,¡
Hugo; n. Beckrnann; n. Modigliani. ¡
1
1885 n. Delaunay; n. Sironi.
1886 Zola publica L'Oeuvre; Seurat expone la Grande Jatte; Van Gogh
llega a París; n. Permeke; n. Kokoschka.
i
i
~
1887 Aparecen las Poes!as completas de MaIlarmé; primera estancia de 'f
Gauguin en Bretai1a; n. ChagalI; n.Juan Gris; n. Arp; n. Du- t
ir
champ. f
1888 Van Gogh en Arlés; Ensor pinta La elltrada de Cristo en Bmselas;
n. De Chirico. -,.
lI
436 ¡'vIario De Miclzeli Las vanguardias artisticas del siglo XX 437

1889 Exposición Universal de París; Verlaine publica Parallelement,. Van 1908 Banquete en honor del aduanero RDusseau en el estudio de ti

Gogh en Saint-Remy; exposición de Toulouse-Lautrec en el Sa- Picasso; primeras telas cubistas de PielSSo; m. Fattori.
lón de los Independientes. 909 Los cubistas exponen en el Salón de Otoño; fundación de la I¡iJ
lO!
1890 Suicidio de Van Gogh en A uvers-sur-Oise; estancia de Ga uguin Neue KiinstleruereinigwzYI en Munich; fundación y Primer manijiesto
en Le Pouldu; Seurat expone Le Clzal¡¡¡1. del futurismo; !'vI anijiesto del rayoniSlrIO , de Lariónov, en Rusia; 11
primeros cuadros metatlsicos de De Chirico. le.
1891 Retrospectiva de Van Gogh en el Salón de los Independientes; 11<

viaje de Gauguin a Tahití; m. RifQQaud; m. Seurat; n. Max Ernst;


n. Otto Dix. 1)
1910 2'vIan!fiesto de los pintores jilturistas,. J'v1il1zUiesto téwico de la pintura
jilturista,. fundación de la revista Strmn en Berlín; Kandinsky pinta
su primera acuarela abstracta; Nolde pinta Perz tecostés , Delaunay
l'
I~

1892 Retrospectiva de Seurat en París; exposición de Munch en Berlín;


1I
fundación de la Secesión de Munich; n. Gromaire.
1893 n. Maiakovski; n. Miró; n. Grosz. I La Torre EijJel,. Léger expone sus Desnudos en el bosque,. gran
exposición de Rouault en París.
1911 Exposición retrospectiva de Rousseau en los Independientes; fun-
1":~
!~
1894 Exposicióh de Odilon Redon en París; n. Soutine.
1895 Aparecen las Poes{as completas de Rimbaud; exposición de Cézanne
en la Galería Vollard; n. Rosai.
1896 m. Verlaine.
dación y primera exposición del Blalle Reiter (jinete azul),. naci-
miento del futurismo ruso.
1912 Papiers callés Clibistas; aparece el texto de Kandinsky De la espirituali-
dad el1 el arte; exposición de los futuristas en París.
I
1897 Fundación de la Secesión vienesa, cuyo presidente es Klimt; aparece 1913 A parecen los primeros cuentos de Kafka; Papini y Soffici fundan
el Noa-noa. ';e Gauguin. Lacerba,. .A pollinaire publica Les peintres cubistes,. comienzo del
1898 m. Mallar.",é; m. Gustave Moreau. suprematismo y del constructivismo rusos; fin del Brücke.
1899 Fundación de la Secesión de Berlín, cuyo presidente es Liebermann; 1914 Estalla la Primera Guerra Mundial; primera exposición de Chagall
exposición de los nabis en París; La Plrmze dedica un número en Berlín; en Inglaterra Wyndham Lewis y Ezra Pound fundan
a Ensor.
1900 A parece La interpretación de 105 sufiJos, de Freud; difusión del
Art Nouveau; primer viaje de Picasso a París.
1901 A parece Los Buddenbrook, de Thomas Mann; retrospectiva de Van
el vorticismo.
1915 ¡'vIanUiesto del suprematismo. de Malévich; Maiakovski escribe La
nube en pantalones.
1916 N acimiento del dadaísmo en Zurich; comienzo de la pintura I
I
Gogh en París; A pollinaire llega a la capital francesa; Picasso metatlsica de Carra; aparece en Ivlunich el ensayo de Bahr Expresio-
inicia su «época azul»; m. Toulouse-Lautrec. Izismo . m. Boccioni; m. Franz Marc.
1902 Retrospectiva de Toulouse-Lautrec en París; m. Zola. 1917 Revolución rusa; fundación de la revista De Strjl (El estilo) en
1903 Croce funda La Critica,. Papini funda Il Leonardo; Picasso se estable- Leyden; conterencia de Edschmid «En torno al expresionismo
ce en París; fundación del Salon d' Automne; viaje de Kandinsky en poesía».
a Túnez; m. Pissarro; m. Gauguin; retrospectiva de Gauguin. 1918 Revolución alemana y República de \Veimar; Primer mmz~¡;esto
1904 Pirandello publica El d~filllto Alatias Pascal,. exposiciones de Cézan-
ne, Van Gogh y Gauguin en I'vlunich; exposición de Cézanne
Dadd,. Alanifiesto del purismo, de Ozenfant y Jeanneret; Primer
manijiesto de De StUI; aparecen los Caí/(eramllles de Apollinaire;
1
en Berlín; n. Dalí. m. Apollinaire ; aparece el primer libro de poemas de Federico
1905 Los fmJVes en el Salón de Otoño; fundación del Bnicke en Dresde; García Lorca.
exposición de Van Gogh en Dresde; «época rosa" de Picasso. 1919 Fundación de la Ba uhaus; aparece en Turín el Ordine Nuovo, ¡

1906 Modigliani llega a París; Picasso empieza a pintar Les demoiselles


d'Auignon, que termina el año siguiente; IvIatisse expone La alegria
de uiuir,. m. Cézanne. .
I de Gramsci, y en Roma Valori plilstici,. Cardarelli funda La Ronda,.
U ngaretri publica Porto sepolto,. Chagall decora la sala del teatro
judío de Moscú; Rosai pinta SllS primeros «hombrecitos».
l
l'r
1,907 En Florencia sale La l/o ce ,. N olde abandona el Bnicke ,. Viani em pie- 1920 Aparece Le PronrétlJée mal enc!zLlÍné, de Gide; en Bruselas la Galería
za a pintar sus personajes desheredados. Sélection da a conocer a Permeke y a los demás expresionistas I
I
438 1\Jario De lVIicheli

belgas; Gabo y Pevsner publican e! lv1anifiesto del realismo para Bib liografia
distinguirse de! constructivismo de Tatlín; Ródchenko publica
el JHanifiesto del productivismo; sale en París la revista L'Esprit
Nouveau,. m. Modigliani.
1922 Thomas Stearns Eliot publica The waste land,. sale e! Ulises, de
Joyce; exposición de Dada en París; Kandinsky y Moholy-Nagy
entran en la Bauhaus.
1924 Fundación de los «Cuatro azules,;; golpe de estado fascista en

1925
Italia.
Aparece el poema Vladimir Ilieh Lenin, de Maiakovski; Montale
publica O;"'1i seppia; la Bauhaus se traslada a Dessau; primer
1
IVIanijiesto surrealista, de Breton; primera exposición surrealista en
París.
Barr, A. H., lvIasters of modem art, Museum of Modern Art, Nueva
1926 Van Doesburg publica el I\lIanifiesto del elementalismo en De Stijl;
York, 1954.
primera exposición del «Novecento» en Milán; m. Monee
Bazaine, J., Notes sur la pe!nture d'aujourd'hui, Editions du Seuil, París,
1927 Brecht escribe La ópera de tres centavos; m. Juan Gris.
1953.
1928 Breton publica Le surréalisme et la peinture.
Bazin, G., Histoire de la peinture modeme, Hyperion, París, 1950.
1929 Segundo manifiesto surrealista, de Breton; exposición internacional
Cassou, j., Situation de l' art modeme, Fernand Nathan, París, 1955.
de arte abstracto en Zurich.
Castelfranco, G., La pittura moderna, Luigi Gonnelli e F. Editori, Floren-
1930 Primer número de la revista Le surréalisme au serviee de la révolution,.
cia, 1934.
Van Doesburg funda la Revue A C (Arte Concreto); m. Maiakovs-

1931
ki.
Fundación del grupo Abstraetion-Création en París.
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I1
¡¡
Adler, Jules 81. Bistolfi 229. !¡
Amiet, Cuno 288, 290. Bleyl, Fritz 93, 287, 289, 290.
I¡',
Apollinaire, Guíllaume 67, 68, Blonde!' Emíle 65.
168. Bloy, León 80, 83. II
Aragon, Louis 168. Boccíoni, Umberto 218, 370. l~
Bogdánov 274. l'¡t
Archipenko, Alexander 136. i!
Bomboís, Camille 65.
¡,¡~
Baader, Johannes 16I. Bonnard, Píerre 75, 93. I!
Boutroux, Emíle 197. lt¡f
Baargeld, Johannes 154.
Bábel, Isaak 269. Brancusi, Constantin 69, 136. !11,
Bahr, Hermann 73, 74, 86. Braque, Georges 76, 99.
Bakunin, Míjaíl 14I. Brecht, Bertolt 120, 125, 127. '1
Balzac, Honoré de 17.
Balla, Gíacomo 240.
Bretón 313, 429, 430.
Brusse1mans, Jean 136.
iif
Barbey d'Aurevilly, Jules 30,79. Burlíuk. David 99. 1I
Barlach, Ernst SS, 69, 118, 121. Burliuk, Vladímir 99.
! Barrés, Mauríce 57. Burne-Jones, Edward 75.
t
~ Barrot, Odilon 14.
Bauchant, André 65.
Burti 230.
J
1:
I Baudelaire, Charles 14, SO, 66, Campana, Dino 55, 24I. ~\'<
~
423. Canoníca 229. ~-

~
I Beckmann, Max 118, 128, 129. Careo, Franeis 66.
Belinskí, V. 16. Card.. Carlo 145. ~
Bénédite, Leonce 31. Casorati, Felíce 112. t
.1
Bergerat, Emile 3I. Cezanne, Paul 32, 73, 92, 139, r¡¡
'1
Bergson, Henrí 197. 141.
I~
Indice de autores 443
442 Mario De jvlicheli
. 74, 75, 76, 92, 95, 96, 112, Hodler, Ferdinand 112.
Comte, Auguste 7I. Doblin, Alfred 120. 139, 425. Hoech, Hannah 161.
Corbusier, Le 216. Domínguez, Osear 193. George, Stefan 59. Hoelzel, Adolf 259.
Corinth, Lovis 96, 130. Dorival, B. 80. Gersti, Richard 129. Holze1, Adolf 103.
Corot 42I. Duchamp, Marcel 160. Giacometti, Alberto 185. Hofer, Karl 99.
Corradini, Enríco 236. Dufy, Raoul 76. Gippius, Zinaida 59. Huelscnbeek, Richard 127.
Courbet, Gustave 18,20,21,27, Dumas, Alejandro (hijo) 30. Gleizes, Albert 198. Hugues, Arthur 59.
28, 30, 31, 37, 73, 42I. Dupont, Pierre 14, 15. Gobetti 238. Hugo, Víctor 19.
Croce, Benedetto 230. Duran, Carolus 3I. Goethe, Johann W olfgang von Husserl, Edmund 21I.
Durero, Alberto 59. 17,74, 105. Huysmans, Louis-Karl 57, 59,
Chagall, Marc 136, 138, 139, Gontcharova, Natalya 136, 383. 79,80.
141. Gorki, Arshite 193.
Edschmid, Kasimir 86, 90.
Chennevíeres, Philippe 14. Gorki, Máximo 262. IbeIs 81.
Elsenstein, Serguéi 269.
Chevreul, Míchel Eugene 73. Goya, Francisco de 59, 79. Ibsen, Hcnrik 43, 44.
Eluard, Paul 55, 168.
Giuliotti 80. Ingres, Jean-Auguste-Domini-
Engels, Friedrich 16.
Dalí, Salvador 185. Gramsci, Antonio 23I. que 220.
Ensor, James 37, 38, 39, 40, 41,
D'Annunzio, Gabricle 57, 60, Grohmann, W. 112.
42, 43, 44, 46, 63, 72, 96, 97,
141. Gromaire, Marce! 133. Jacob, Max 69.
98, 114, 132, 134.
Daumier, Honoré 15,19,21,27, Gropius, Walter 116, 116. Jakovski, Anatole 64.
Erba 238.
28, 29,30, 79, 135, 421, 422. Grosso, Giacomo 60. James, William 245.
Esenin, Serguéi 267.
Davíd, Jacques-Louis 220. Grosz, George 85, 91, 118, 124, Janco, Marce! 153.
De Braekeleer, Henri 42. 125, 126, 127, 128, 129, 136. Jawlensky, Alexei von 99, 117,
De Carolis 229. Fattori, Giovanni 21, 22, 55, 60. 136.
Grundig, Hans 118.
Decamps, Alexandre 19. Feininger, Lyonel 117. Jeanneret, Charles-Edouard,
Guillaume, Paul 68.
Dechalette, Louis 65. Fels, Florent 39. 216. Véase Le Corbusier.
De Chirico, Giorgio 147. Fiedler, Conrad 103. Jespers, Loris 136.
Hauptmann, Gerhart 84, 426.
Delacroix, Eugene 19, 27, 36, Fillia 240. Jourdain, Francis 77.
Hausmann, Raoul 158.
57,59 Finch, Villy 42..
Heartfield, John 118.
Delaunay, Robert 114. Flaubert, Gustave 62. Kafka, Franz 107.
Heckel, Erich 69, 93, 94, 288,
Delvaux, Paul 190. Forain, Jean-Louis 143. Kandinsky, Vassili 55, 99, 100,
289, 290.
Denis, Maurice 74, 75. Freud, Sigmund 175, 429. 102, 103, 104, 105, 106, 107,
Hegel, Georg Wilhelm Frie-
Depero, Fortunato 240. Friedmann 103. 111, 112,113,114, 115, 116,
drich 16, 17.
Derain, André 66, 76, 77, 93, Friesz, Othon 76, 425. 117, 118, 132.
Heine, Heinrích 19, 90, 98.
99, 425. Funi, Achille 238. Kanoldt, Alexander 99.
Helmholtz, Hermann von 73.
De Sanctis, Francesco 17, 18. Herbín, Auguste 215. Kírchncr, Ernst Ludwig 55, 69,
Desnos, Robert 191. Gabo, Naum 136, 396. Hervé, Julíen-Auguste 426. 93, 94, 95, 96, 288, 289,
Dessaignes, Georges 152. Galantara 143. Herzfelde, Wieland 167. 290.
Dix, Otto 118, 123, 124, 127, Gauguin, Paul 33, 35, 36, 45, Heyerbdahl, Hans 43. Klee, Pau1 55, 65, 69, 85. 99,
128, 129, 136. -,.
52,53, 55,,57, 59, 63, 65, 72,
444 Alario be Alichcli Indice de autores 445

101, 103, 107, 108, 109, 110, Marc, Franz 99, 100, 101, 102, Munkácsy, Minály 30. Poussin, Nicolás 203.
111, 114, 115,116,117,118. 103, 117, 132. Münter, Gabriella.-99, 100. Prampolini, Enrico 240.
Klimt, Gustav 112, 114. Marcoussis, Louis 210. Mussolini, Benito 236. Previati. Gaetano 255.
Klimt 129. Marinetti, Filippo Tommaso 60, Prezzolini 234.
Kokoschka, Oskar 128, 129, 61,62,63. Namier, Lewis B. Puvis de Chavannes, Pierre 75.
130, 13I. Marquet, Pierre-Albert 76. Nietzsche, Friedrich 72, 77, 91,
Kollwitz, Kathe 84, 118, 121, Martini, Arturo 69. 92, 14I. Raffaelli, Jean Fran<;-ois 8I.
122, 127, 426. Mil!x, Karl 17, 7I. Nievwerkerke, Conde 30. Ranson, Paul 75.
Krohg, Christian 43. Matisse, Henri 66, 76, 92, 93, Nolde, Emil 43, 55, 69, 85, 92, Ravaisson, Félix 26I.
Kubill, Alfred 99, 100, 114. 209, 425. 93, 94, 95, 96, 97, 98, 137, Rebora 241.
Kupka, Frantisek 136. Ma tta, Ro berto 193. 288, 289, 427. Redon, Odilon 59, 75.
Maxwell, James Clark 73. Novalis 90. Rembrandt Van Eyn 59, 79.
La Fresnaye, Roger de 210. Meissonier, Jean Louis Ernest Renan, Ary 423.
Lariónov, Mijail 103, 136, 383. 3I. O'Brady, Gertrude 65. Renoir, Pierre Auguste 73.
Laurens, Henri 69. Metelli 65. Oleffe, Auguste 132. Rey, Robert 31.
Lautréamont, I. D. 176. Metzinger, Jean 198. Olesha, Jurij 269. Ribemont 152.
Leconte de Lisie, Charles SI. Meunier, Constantin 37, 38. Oud, Jacobus Johannes Pieter Rimbaud, Arthur 34,35,51,53,
Léger, Fernand 69. Meyerhold, Vsiévolod EmÍlie- 28I. 55, 56, 64, 68, 139, 422.
Lehmbruck, WilheJm 55. vich 269. Ozenfant. Amédée 215. Robespierre, Maximilien de 52.
Lenin, Vladimir I1ich 153. Michelet, Jules 15. Roccatagliata Ceccardi, Ceccar-
Leonardo da Vinci 186. Mies van der Rohe, Lud wig Palazzeschi, Aldo 24I. do 143.
Lhote, Anché 210. 278. Papini, Giovanni 80, 230. Ródchenko 403.
Liebermann, Max 96. Millais, John Everett 59. Pascoli, Giovanni 236. Roll, Alfred 81.
Lipchitz, Jacques 69, 136. Millet, Jean Fran<;-ois 21, 27, 28, Pasternak, Boris 267. Rolland, Romain 12I.
Lissitski, El 268. 30, 135. Pea, Enrico 143. Rops, Félicien 59.
Miro, Joan 65, 69, 187. Pechstein, Max 55, 69, 93, 94, Rosai, Otone 145.
Maccari, Mino 147. Modersohn, Paula 92. 96" 98, 137, 288, 289, 290, Rossetti, Dante Gabriel 59.
Macke, August 55, lOI. Modigliani, Amedeo 69, 112, 426. Rossi, Gino 112, 240.
Mac Orlan, Pierre 78. 139, 140, 14I. PeJizza da Volpedo 230. Rouault, Georges 74,76,78,79,
Maeterlinck, Maurice 103. Mondrian, Piet 103, 106. Péret, Benjamín 168. 80, 81, 82, 83, 99, 121. 425.
Maiakovski, Vladimir 165, 385, Montale, Eugenio 145. Permeke, Constant 43, 97, 131. Rousseau, Henri 65, 107, 188,
407. Morbelli 230. 132, 133, 134, 135. 209.
Malévich, Casímir 103, 385. MOreaLl, Gustave 57,59, 60, 63, I Petofi, Sándoz 19. Rousseau, Jean Jacques 52.
Maurice 55. 423.424. \ Pevsner, Antaine 136, 396, 403. Russolo, Luigi 238.
Rysselberghe, Theo van 42.
Mallarmé, Stephane 53. Morris, William 75. I Picabia, Francis 158.
Manet, Edouard 32, 267, 42I. Müller, Otto 93, 94, 289. Picasso, Pablo 66, 69, 99, 112,
Mann, Heinrich 85, 120. Munch, Edvárd 37, 43, 44, 45. 137, 14I. Sade, Marqués de 178.
Mann, Thomas 91. 120. 46,63,72,91,92,95,96, 112 Piscator. Envin 120. Sant'Elia. Antonio 238.
Constructivismo *

Manifiesto del realismo, 1920

En el torbellino de nuestros días activos, más allá de las cenizas


y de las ruinas del pasado, ante las cancelas de un futuro vacuo,
nosotros proclamamos ante vosotros, artistas, pintores, escultores,
músicos, actores y poetas, ante vosotros, personas para las que
el Arte no es sólo una mera fuente de conversación, sino el manan-
tial misJJ?o de una real exaltación, nuestra convicción y los hechos.
Hay que sacar al Arte del callejón sín salida en que se halla
desde hace vemte años. ._.. .....
El progreso del saber humano con su potente penetración en
las leyes misteriosas del mundo, iniciada a comienzos de este siglo,
el florecimiento de una nueva cultura y de una nueva civilización,
con un excepcional (por primera vez en la historia) movimiento
de las masas populares hacia la posesión de las riquezas naturales,
movimiento que abraza al pueblo en una estrecha unión, y, por
último, pero no menos importante, la guerra y la revolución
(corrientes purifica90ras de una era futura) nos han llevado a
considerar las nuevas formas de una vida que ya late y actúa.
¿Cómo contribuye el Arte a la época actual de la historia __
del hombre?

* El A1allij¡esto del realismo fue escrito y publicado en Moscú por Gabo


en agosto de 1920, para distin guir 5<1 constructivismo, de naturaleza _estética.,
del de Tadin, de naturaleza "práctica•. Esto significó la ruptura del movimiento
constructivista en sus dos tendencias. El manifiesto origirul también lleva b
firma de Pevsner.
1
446 Alario De Micheli
Indice de alltores 447
Sarcey, Francísque 31. Strindberg, August 44, 45, 46,
Sartorio, Aristide 60, 424. 91,92. Verlaine, Paul 75, 422. Wilde, Osear 59, 141.
Scípione, Gino Bonichi 146. Sutter, Jules de 136. Viani, Lorenzo 112. Worringer, Wilhelm
Schiele, Egon 129. swinburne, Algernon Charles Villon, Fran<;:ois 215.
Schmidt, Conrad 16. 59. Vlamink, Mauriee de 66, 74, 76,
y riarte, Charles 30.
Schmidt-Rottluff, Cad 93, 94, 77, 78, 79, 93, 99.
288, 289, 290. Tatlín 396, 403. Vuillard, Edouard, 75, 93.
Schonberg, Amold 113. Thiers, Adolphe 19. Vlaminek 425, 426. Zadkíne, Ossip 136.
Sch wltters, Kurt 158. T01ler, Ernst 120, 127. Zola, Emile 18, 25, 32, 72, 77,
Segall, Lasar 55, 136, 137, 138, Toulouse-Lautree, Henri de 45, Wedekind, Frank 72, 84, 426. 422, 424, 425.
14l. 112, 141. Werefkin, Marianna von 99. Zweig, Arnold 120.
Segantini, Giovanni 112, 255. Trakl, Georg 85.
Sernphor, Michel 260. Trotskí, Leon 194.
Serner, Walter 154. Troubetskoi 229.
Sérusier, Paul 74, 425. Turner, Joseph Mallord Wi-
Servaes, Albert 131, 136. lliam 42.
Serra 236. Tytgat, Edgard 136.
Seurat, Georges 42, 73. Tzara, Tristan 68, 293.
Severiní, Gino 240.
5ignac, Paul 35.
Siqueiros, David 257.
Ungaretti, Giuseppe 143.
Utrillo, Mauriee 65. (
Sironi, Mario 78, 147.
Valmier, Georges 215.
Slataper 239.
Valverane, Denis 81.
S1evogt, Max 96.
Valloton, Félix Edouard 75.
Smet, Gustave de 131, 136.
Van den Berghe, Fritz 131, 135.
Smits, Jakob 38.
Van der Leek, Bart 281.
Soffici, Ardengo 234. Van de Velde, Henry 112.
Sologub, Fiódor 59. Van Doesburg, Theo 158.
Soupault; Philippe 168; Van Dongen, Kees 76, 93, 99.
Soutine, Chaim 136, 139, 140, Van Gogh, Vineent 25, 26, 27,
141. 28,29,32,33, 34, 35, 36, 37,
Stein, Gertrude 222. 39,41,42,45, 46, 57, 63, 72,
Steiner. Rudolf 115. 76, 78, 91, 92, 95, 96, 113, r
Steinlen, Théophile 81, 143. 114, 130, 133, 139,422. {
Stendha], 19. Vantongerloo, Georges 281.
-", Bárbara 403. Vauxeel1es 425.
Verhaeren, Emile 37, 40, 134.

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