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Las fuentes luminosas naturales se encuentran en la naturaleza.

Por ejemplo, el Sol y las


demás estrellas, y los rayos.
Hay algunos animales, como las luciérnagas y la medusa de la imagen, que producen luz
gracias a un proceso llamado bioluminiscencia.
Las fuentes luminosas artificiales corresponden a aquellas que son fabricadas por el ser
humano, como las ampolletas, las velas y la pantalla de un computador, entre otras.
Propagación de la luz
El recorrido de la luz desde la fuente luminosa se puede representar mediante rayos
luminosos, que son líneas o flechas imaginarias. La luz se propaga con gran rapidez y en todas
direcciones, como se representa en la ampolleta de la imagen.
Podemos observar estas propiedades cuando entramos a una habitación a oscuras y
encendemos la luz, ya que de inmediato vemos todo a nuestro alrededor.
Además, la luz viaja en línea recta. En la actividad anterior, al interponer la pelota entre la luz
emitida por la ampolleta de la linterna y la pared, pudiste observar la sombra de la pelota. Esta
región oscura aparece porque los rayos de luz que salen de la linterna, siguiendo una línea
recta, son bloqueados por la pelota.
Como ya sabes, la luz se propaga en línea recta y en todas direcciones. Los materiales se
comportan de distintas maneras frente al paso de la luz, pudiéndose distinguir tres tipos de
materiales según si esta puede pasar o no a través de ellos.
Los materiales transparentes permiten el paso de la luz, por lo que podemos ver con claridad a
través de ellos. Algunos ejemplos son el vidrio y ciertos tipos de plástico, como algunos forros
para los cuadernos.
Los materiales translúcidos permiten el paso de parte de la luz, pero no podemos ver con
claridad a través de ellos. Tal es el caso de algunos plásticos y telas, como los visillos, entre
otros.
Los materiales opacos no permiten el paso de la luz, por lo que no podemos ver a través de
ellos. Algunos ejemplos son la madera, el metal y las piedras, entre muchos otros.
REFLEXION DE LA LUZ
En la actividad de la página anterior, pudiste comprobar que, para observar los objetos que
estaban en el interior de la caja, fue necesario proporcionar luz mediante la linterna. La
mayoría de los objetos que nos rodean no emiten luz, sin embargo, igual podemos verlos. ¿Por
qué ocurre esto?

Parte de los rayos de luz provenientes de fuentes luminosas A “chocan” con la superficie de los
objetos y llegan a nuestros ojos. Así podemos percibir visualmente, por ejemplo, una
manzana, la Luna y todo lo que nos rodea.
Esta propiedad de la luz recibe el nombre de reflexión y corresponde al cambio de dirección
que experimenta la luz cuando choca contra un objeto.
Refracción de la luz
¿Te has fijado en que, al sumergir un dedo, un lápiz, una cuchara u otro objeto en el agua,
estos parecen quebrarse, doblarse o deformarse? Esto se debe a la refracción de la luz.
La refracción de la luz es la que esta experimenta al pasar de un medio a otro diferente, lo que
generalmente va acompañado de un cambio en la dirección de propagación.
SONIDO
En la actividad anterior, pudiste comprobar que, al tocar tu garganta y cantar, se producen
movimientos, denominados vibraciones. El sonido es producido por las vibraciones de algún
objeto o material: cuando un objeto vibra, produce ondas que llegan a nuestros oídos y son
percibidas como sonidos. En el caso de nuestra voz, los sonidos que emitimos cuando
cantamos o hablamos se generan a partir de las vibraciones de las cuerdas vocales.
Cuando escuchamos un sonido, pensamos que debe haber algo que lo emite o produce, es
decir, una fuente sonora. Nuestras cuerdas vocales, el tambor y la guitarra, entre muchos
otros ejemplos, son fuentes sonoras.
Cualidades del sonido
¿Son iguales los sonidos que podemos percibir? Ciertamente que no, y esto depende de las
cualidades del sonido: la intensidad, el tono y el timbre, que son descritas a continuación.
Intensidad. Comúnmente, la intensidad de un sonido se relaciona con lo fuerte o débil que lo
percibimos. Por ejemplo, un grito y el rugido de un león nos pueden parecer sonidos intensos
en comparación con un susurro o el sonido del viento.
Tono. Como viste en el juego de la página 95, hay sonidos agudos, como el chillido de los
monos; y sonidos graves, como el rugido de un león. La cualidad del sonido que nos permite
clasificarlos como agudos o graves es el tono.
Timbre. Si dos fuentes sonoras emiten sonidos con la misma intensidad y tono, de todos
modos se pueden producir sonidos diferentes. Esto se debe al timbre, que nos permite
reconocer la fuente sonora.
Así podemos distinguir, por ejemplo, al león del elefante.
Cuidemos nuestros oídos de sonidos muy intensos
Vivimos en un mundo lleno de sonidos: la voz de las personas cuando hablan, las bocinas y los
motores de los vehículos, por ejemplo. La intensidad con que percibimos un sonido se mide en
decibeles (dB).
Escuchar sonidos por sobre los 85 dB por períodos prolongados puede causar daño en los
oídos e incluso sordera. Por eso hay personas que en sus trabajos deben usar implementos,
como el de la imagen, que bloquean las ondas sonoras para que estas no lleguen a sus oídos.
El siguiente gráfico muestra la intensidad, medida en decibeles, de distintos sonidos.
Transmisión del sonido
Las ondas sonoras que son producidas cuando un objeto vibra llegan a nuestros oídos y
pueden propagarse por distintos medios materiales, que pueden ser un sólido, un líquido o un
gas. Además, se propagan en todas direcciones, tal como viste en la actividad anterior. Esta
propiedad se llama transmisión del sonido.
Reflexión y absorción del sonido
Si ingresas a una habitación vacía y hablas fuerte, o si gritas en las cercanías de una montaña,
donde hay grandes paredes de roca, puedes escuchar que el sonido de tu voz se repite, es
decir, oyes el eco de tu voz. Esto se debe a que, al igual que la luz, el sonido presenta la
propiedad de la reflexión, es decir, cuando las ondas sonoras se encuentran con un obstáculo
que no facilita su transmisión, se reflejan sobre su superficie y así son captadas por nuestros
oídos (imagen A).
Al gritar en una habitación vacía puedes escuchar el eco de tu voz, pero ¿qué sucede si lo
haces en una que contiene muebles y sus ventanas cubiertas de cortinas? En este caso el
sonido de tu voz no se refleja totalmente, ya que es absorbido por estos objetos (imagen B).
Esta propiedad se llama absorción del sonido.

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