Materiales para

Educación Cristiana
Segundo Año de estudios

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 Para obtener información o recursos, por favor comuníquese con,
www.DECUAD.com

El siguiente material es usado con permiso de la Red de Ministerio Infantil de la Asociación Cristiana
de las Asambleas de Dios en Costa Rica.
 Material Opcional de Educación Cristiana
EL PROPÓSITO
M uchas iglesias necesitan evaluar su estrategia de
discipulado. Es importante que cada asistente a la
iglesia no sólo escuche y reciba el mensaje del evangelio,
sino que crezca también espiritualmente. Parte de ser un
discípulo de Cristo es aprender su Palabra para poder
obedecerla. Como líder, usted es responsable de
presentar toda la palabra de Dios a su iglesia.
Eso significa que cada iglesia es responsable del
evangelismo y discipulado de todos sus miembros. La
mejor manera de realizar esto es desarrollar un plan
para estudiar sistemáticamente toda la palabra de Dios.
La Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis, debe ser
cuidadosamente estudiada. Se pueden establecer clases, a
menudo llamadas “escuela dominical”, para enseñar a
niños, jóvenes, y adultos. Se puede formar un plan tan
simple como de tres grupos o tan intrincado como
clases para bebés, infantes, y cada grado escolar para los
niños, junto con jóvenes y varios grupos de adultos para
comenzar su programa. Sea simple o sea complejo, usted
necesita asegurarse de que todos sean discipulados.
EL PLAN
A unque este estilo de capacitación cristiana es a
menudo llamado escuela dominical y se desenvuelve
en aulas como una escuela los domingos por la mañana,
usted tal vez encuentre necesario planear su educación
cristiana en una manera diferente. Quizá necesite
cambiarlo a otro día de la semana, o a un tiempo
diferente del día, para acomodar las clases debido al
espacio limitado o a restricciones de tiempo. Usted
necesitará determinar cómo cada persona, joven y adulta,
puede recibir capacitación. Tal vez deba considerar el
horario de trabajo de las personas, las necesidades de
transporte, y el espacio en su edificio. Las clases pueden
impartirse en aulas o en partes de aulas, afuera o en
hogares, o en otros lugares que pueda acomodar.
Usted necesitará el auxilio de un maestro para cada grupo
que tenga un sólido testimonio cristiano, crea en las
doctrinas básicas de la iglesia, y esté dispuesto a aprender
y enseñar la palabra de Dios. Si usted tiene un solo
meastro, entonces puede planear una clase de niños,
jóvenes, y adultos. Puede que tenga más maestros y que
sea capaz de dividir a los niños en varios grupos para
presentar la lección en una manera más comprensible
para los más pequeños y los más grandes. Su habilidad de
expandir las clases para abarcar grupos más específicos
dependerá de la cantidad de maestros que tenga.
LOS MATERIALES
E stos materiales son diseñados con el propósito de
dirigir a los alumnos en un estudio de todo el Antiguo
Testamento y del Nuevo Testamento durante un período
de cuatro años. Cada año 20 lecciones semanales
cubrirán partes del Antiguo Testamento y 20 del Nuevo
Testamento, además de 8 lecciones para fechas especiales.
Las lecciones no tienen fecha, porque su horario de clases
puede ser diferente al plan de otras iglesias. Algunas
lecciones tal vez requieran más de una semana para ser
completadas, si usted considera que hay mucho interés o
que la necesidad es grande en su congregación. Por tanto,
no necesita apresurarse para mantener el calendario. Hay
52 semanas en un año, de manera que dispone de 4
semanas sin lecciones para agregar sus propios planes
para actividades especiales o para énfasis en los feriados
o fiestas. Usted puede escoger un tema de gran
importancia para su congregación y substituir varias
semanas de capacitación con ese tema específico
(Ejemplo: Los Diez Mandamientos, Principios para la
Ofrenda y Mayordomía, Bautismo en el Espíritu Santo,
Consejería Matrimonial.)
Las lecciones provistas en este material no son las únicas
que pueden enseñar a los miembros de la iglesia, pero lo
ayudarán a garantizar la presentación de una educación
en toda la palabra de Dios a todas las personas en su
iglesia. Si tiene a toda la iglesia en una sola clase, o
maestros en clases para diferentes niveles de edad que
enseñan la misma lección, comenzará a ver cómo
familias completas pueden crecer en su conocimiento de
la palabra de Dios. Los niños comprenderán los
conceptos de la lección en una manera simple mientras
que algunos jóvenes y adultos usarán las referencias
bíblicas para profundizar más en la lección.
LA LECCIÓN
C ada lección es diseñada con el mismo formato. Una
vez que usted comprenda cómo se imparte una lección
se sentirá más cómodo con el estilo y más preparado
para desarrollar sus propias ideas con el fin de enriquecer
la lección. La lección fue planeada para proveer el
contenido básico bíblico en una manera sistemática, con
algunas ideas opcionales para actividades adicionales
para la clase, y ayudas para el maestro. La sección de la
historia a la izquierda ha sido diseñada para presentar el
fluir básico de la lección, y el bosquejo a la derecha es
para ayudar al maestro a subrayar los puntos clave. Es
obvio que algunas palabras tal vez necesiten ser
explicadas o cambiadas para adecuar la historia al nivel
de los alumnos más jóvenes o aumentarla al nivel de
algunos adultos más educados.
Además se ofrece al maestro una idea por lección para
una posible actividad con la clase. Es claro que esta idea
es sólo una sugerencia. Tal vez usted no disponga de los
materiales, del espacio, o del nivel de alumnos en su
clase para usar esta idea. Si usted tiene una idea mucho
mejor, úsela. Las actividades sugeridas son sólo un
medio de ayudarlo a enriquecer su enseñanza y a aplicar
las lecciones a la vida de sus alumnos.
Luego se ofrece al maestro una breve palabra de aliento
o de desafío para su vida personal. Los maestros son un
LOS CONTENIDOS SERIE 2
don precioso para la iglesia y es nuestro deseo darles Antiguo Testamento
ayuda adicional en su posición de responsabilidad.
Se provee además referencias bíblicas o el texto de la El nacimiento de Moisés 2-01-A
lección. Usted puede escoger a veces leer esta referencia Dios llama a Moisés 2-02-A
directamente, pero esto no es siempre necesario, Las plagas de Egipto 2-03-A
especialmente con los niños más pequeños. Será La primera Pascua 2-04-A
importante que el maestro haya leído y estudiado el El cruce del Mar Rojo 2-05-A
pasaje antes de intentar enseñar la lección. Recuerde que Comida del cielo 2-06-A
deseamos capacitar a los creyentes en la palabra de Dios, Los Diez Mandamientos 2-07-A
no es un material de recursos como estas lecciones. Será El becerro de oro 2-08-A
importante que los alumnos de todas las edades vean la Doce espías 2-09-A
Biblia en manos del maestro para estar seguros de dónde Agua de la roca 2-10-A
provienen las lecciones. Sería bueno siempre buscar La serpiente de bronce 2-11-A
directamente en la Biblia el versículo para memorizar de El tabernáculo 2-12-A
cada lección. El maestro también puede pedir a los La bendición de Moisés 2-13-A
alumnos que lean porciones del texto de la lección en sus Josué, el nuevo líder 2-14-A
propias biblias o repasar la lección en su biblia en la casa. Cruce del Jordán 2-15-A
Caen los muros de Jericó 2-16-A
El pecado de Acán 2-17-A
EL MANDATO La lectura de la Ley 2-18-A
Caleb, valiente y obediente 2-19-A
E s nuestro deseo que estas lecciones sean utilizadas
como una herramienta para ayudarlo a cumplir u
obedecer el mandato que todos hemos recibido: “Por
La despedida de Josué 2-20-A

tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, Nuevo Testamento

bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas Un niño especial 2-01-B
que os he mandado” Mateo 28:19-20. Enseñemos a Jesús fue tentado 2-02-B
todos toda la palabra de Dios. Pescadores de hombres 2-03-B
Felipe y Natanael 2-04-B
La boda en Caná 2-05-B
EL REPASO Jesús sana al hijo de un noble 2-06-B
Jesús calma el mar 2-07-B
L as lecciones han sido identificadas con tres dígitos y
una letra que lo ayudarán a organizar los materiales y
a coordinar las visuales que corresponden a cada tema.
La prédica en Nazaret
Marta y María
2-08-B
2-09-B
La visita de Nicodemo 2-10-B
El primer número indica el año; el segundo señala el La mujer samaritana 2-11-B
número de la lección; por último, encontrará una letra Zaqueo, el hombre pequeño 2-12-B
que indica el grupo de lecciones. Jesús y los niños 2-13-B

E jemplo: 1-07-A corresponde al año 1, lección 7, grupo El joven rico 2-14-B

“A” o Antiguo Testamento. Una cena milagrosa 2-15-B
Bartimeo recibe la vista 2-16-B
E jemplo: 1-05-B corresponde al año 1, lección 5, grupo
“B” o Nuevo Testamento.
El paralítico de Betesda
Milagro en Capernaum
2-17-B
2-18-B

E jemplo: 1-03-C corresponde al año 1, lección 3, grupo Una niña resucitada 2-19-B
“C” o fechas especiales. Jesús, el Hijo de Dios 2-20-B

Fechas Especiales
La primera Navidad 2-01-C
La Pascua y un gran engaño 2-02-C
El Día de Pentecostés 2-03-C
El Día de las Madres 2-04-C
Aprecio por el pastor 2-05-C
El Día de la Independencia 2-06-C
El Día del Trabajo 2-07-C
El Día de Acción de Gracias 2-08-C
 El nacimiento de Moisés 2-01-A
J Notas para el maestro
osé fue uno de los consejeros especiales del faraón y había
ayudado a los egipcios a sobrevivir una terrible sequía. Con
la ayuda de José, Egipto se convirtió en la nación más
poderosa del mundo. Los israelitas, el pueblo escogido de Dios,
habían vivido en Egipto bajo el cuidado de José, y con la ben-
dición de Dios sus familias se habían multiplicado. José y toda
su generación murieron, y ahora un nuevo faraón gobernaba a
Egipto. Este líder no había conocido a José, y se preocupaba
pensando que los israelitas se apoderarían de su país. El faraón
esclavizó a los israelitas, y sus amos egipcios los trataban muy
mal. El pueblo de Dios luchaba bajo la dureza de la esclavitud
y clamó a Dios pidiendo que lo rescatara.
El faraón seguía preocupado pensando que los israelitas se
harían demasiado fuertes para poder controlarlos, así que
mandó a dos parteras que mataran a todos los varones que
nacieran. Las parteras tuvieron temor de Dios y no mataron a
ningún bebé. Dijeron al faraón que las mamás hebreas no
necesitaban ayuda cuando daban a luz. Dios honró a estas dos
señoras dándoles hijos.
Enojado, el faraón mandó matar a todos los niños varones.
Durante este tiempo una joven pareja de levitas tuvo un bebé.
Los levitas llegaron a ser una tribu especial del pueblo de Dios.
Estos padres vieron que su hijo era un niño especial. Su mamá
lo escondió en la casa por tres meses, con la esperanza de que
nadie lo supiera. Pero, al ir creciendo el niño, ya no lo podía
esconder más. Qué difícil habrá sido saber que lo podían
matar en cualquier momento.
La mamá de Moisés hizo una canasta de papiro y la cubrió
con brea y asfalto. Era necesario que el barquito pudiera flo-
tar para poner allí al niñito. Luego puso a Moisés en la canas-
ta. El barquito-canasta flotó entre los carrizos por la orilla del
río Nilo. Cuando la hija del faraón y sus criadas fueron a
bañarse al río, la princesa vio la canasta y mandó a una criada
que se la trajera. Al mirar dentro de la canasta, vio al bebé
Moisés, quien comenzó a llorar. La princesa sintió compasión
por el bello niño.
María, la hermana de Moisés, había estado observando ansiosa
para ver qué le sucedería a su hermanito. Cuando vio que la
princesa miraba con amor al niñito, ofreció ayudarla a buscar
una mujer que pudiera alimentarlo, pues Moisés tenía mucha
hambre. Ella fue corriendo a buscar a su mamá. Ella se presen-
tó ante la princesa, y así pudo llevar a Moisés a casa otra vez.
La princesa pagó a la mamá de Moisés para que lalimentara y
cuidara al niño hasta que fuera lo suficientemente grande para
que lo llevara al palacio. Cuando Moisés era ya mayor y tenía
que dejar a su mamá, fue llevado al palacio del faraón donde se
convirtió en el hijo de la princesa. Recibió comida y ropa real,
la mejor educación, y la mejor preparación disponible a cual-
quier niño del mundo de esa época. Dios había preparado un
plan perfecto para un bebé especial.
I. Trasfondo histórico.
A. Un nuevo faraón.
B. Dura esclavitud.
II. Control de la población.
A. Temor de la multitud.
B. Reto a las parteras.
III. Muerte a los bebés.
A. Proclamación del edicto.
B. Se esconde a un hijo.
IV. Un niño especial.
A. Puesto en una canasta.
B. Rescatado por una princesa.
Actividad
Los alumnos pueden hacer una sencilla
canasta para recordar cómo Dios rescató al
bebé Moisés. Use cualquier material barato
que tenga a mano. Si no es posible que cada
alumno confeccione una canasta, hagan una
juntos como proyecto de toda la clase, o
invite a un artesano que venga a dar una
demostración de cómo se confeccionan las
canastas.
Crecimiento del maestro
Es importante comprender el concepto clave de
cada lección. La historia de hoy tiene información
histórica y un emocionante rescate en el río, pero
¿cuál es la idea principal que quiere que sus alum-
nos comprendan? Pueden aprender que Dios tiene
un plan para cada vida desde muy temprana edad.
Dios puede hacer las cosas más increíbles para que
se cumpla ese plan. Dios rescató a un bebé, y más
tarde Él utilizó a ese bebé para rescatar a su pue-
blo. Dios todavía rescata a las personas.
Porción bíblica:
Éxodo 1:7 – 2:10; Hechos 7:17-22
Versículo para memorizar:
Salmo 18:17 – “Me libró de mi poderoso enemigo,
y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes
que yo.”
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 Dios llama a Moisés 2-02-A
M Notas para el maestro
oisés vio a su pueblo sufrir bajo la esclavitud. Un día vio
a un egipcio golpeando a un hebreo, uno de los suyos,
del pueblo de Dios, y se enojó mucho. Moisés mató al
egipcio. Pensando que nadie lo veía, escondió el cuerpo en la
arena. Al día siguiente vio a dos hebreos que discutían. Cuando
trató de hacerlos desistir, le preguntaron si pensaba matarlos a
ellos también. Pronto llegó hasta el faraón la noticia de la
muerte del egipcio, y peligraba la vida de Moisés.
Moisés huyó a un lugar llamado Madián. Allí descansó cerca de
un pozo. El sacerdote Jetro, el líder que Dios había puesto en
ese lugar, tenía siete hijas a las que mandaba al pozo a buscar
agua. Un grupo de toscos pastores llegó al pozo y echó a las
mujeres de allí. Moisés las defendió y las ayudó a sacar agua.
Cuando ellas dijeron a su padre lo que Moisés había hecho, lo
invitó a vivir con ellos. Moisés se casó con Séfora, una de las
hijas del sacerdote, con la que tuvo varios hijos. Moisés trabajó
para su suegro Jetro, y durante cuarenta años se ganó la vida
en Madián, mientras los israelitas clamaban a Dios que los res-
catara de la esclavitud.
Un día, cuando Moisés llevaba el rebaño por el desierto cerca
de Horeb, el monte de Dios, vio algo raro. Parecía que una
zarza ardía pero no se consumía. Cuando se acercó para ver
este extraño fenómeno, oyó la voz de Dios desde las llamas.
Dios dijo a Moisés que se quitara las sandalias porque estaba
en un lugar santo. Dios iba a rescatar a su pueblo de la esclavi-
tud, y quería que Moisés fuera el líder que lo hiciera.
Moisés preguntó a Dios: “¿Quién soy yo para hablar al faraón?”
Dios le aseguró que estaría con él y que lo volvería a traer a ese
mismo lugar para que adorara a Dios. Moisés preguntó lo que
debía decirle al pueblo. Dios le dijo que su nombre era “YO
SOY EL QUE SOY” y que dijera eso al pueblo. Él era el Dios
que había prometido cuidar siempre de sus hijos. Moisés debía
ir primero a los ancianos de Israel, luego al faraón, para decirle
que dejara ir a los israelitas para que adoraran a su Dios. Pero
el faraón endurecería su corazón y no los dejaría ir.
Moisés preguntó a Dios lo que debía hacer si nadie le creía.
Dios le respondió que tirara al suelo su vara de pastor; la vara
se convertió en una culebra. Luego Dios dijo que la tomara por
la cola, y al hacerlo, la culebra se volvió una vara. Dios dijo a
Moisés que metiera la mano dentro de su manto y que la vol-
viera a sacar. Cuando la sacó, estaba blanca con lepra. Le dijo
que lo hiciera otra vez, y la piel se volvió perfectamente sana.
Dios dijo que enviaría al faraón plagas y señales portentosas de
su poder, pero con todo, Moisés temía obedecer y dijo que no
sabía hablar bien. Entonces Dios se enojó, porque Moisés no lo
obedecía ni confiaba en Él. Así que Dios dijo a Moisés que su
hermano Aarón hablaría por él.
Moisés pidió a Jetro que lo dejara volver a Egipto para ver
cómo estaba el pueblo de Dios. El faraón que una vez había
tratado de matarlo ya había muerto y ahora había un nuevo
rey. Moisés montó a su esposa y a sus hijos en un asno, y
emprendió el viaje de regreso a Egipto. Llevaba en su mano la
vara de Dios.
I. Huída de Moisés.
A. Un homicidio secreto.
B. Descubrimiento del homicidio.
II. Un nuevo hogar.
A. Rescate en el pozo.
B. Matrimonio y familia.
III. Una zarza ardiente.
A. Moisés cuida el rebaño.
B. Dios habla a Moisés.
IV. Preguntas contestadas.
A. Señales del poder de Dios.
B. Regreso a Egipto.
Actividad
Los alumnos pueden hacer un sencillo car-
tel para colgar en la pared de su casa como
recordatorio del tema de hoy. Pueden hacer
una llama grande con papel de seda o con
lana roja, o pueden dibujar una llama con
creyones, pintura o marcadores y ponerla
en medio del cartel. En una tira de papel
escriba con letra de molde: “Dios nos
habla”. Fije la tira de papel en el cartel.
Repase con los alumnos acerca de cómo
Dios nos habla, no sólo en el fuego sino de
muchas otras maneras.
Crecimiento del maestro
Todos necesitamos aprender a oír la voz de Dios y
saber obedecerlo. La lección de hoy nos dice que
Dios habló a un hombre desde una zarza que
ardía y no se consumía. Ayude a los alumnos a
comprender que nuestro Dios nos habla de
muchas maneras. Quizá no verán una zarza
ardiendo, pero pueden experimentar la presencia
de Dios de otras maneras. Usted necesita apren-
der a escuchar a Dios y obedecerlo, antes de ense-
ñar esto a los demás.
Porción bíblica:
Éxodo 2:11 – 4:20
Versículo para memorizar:
Éxodo 3:12 – “Yo estaré contigo; y esto te será por
señal de que yo te he enviado.”
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2-02-A
 Las plagas de Egipto 2-03-A
D Notas para el maestro
ois había llamado a Moisés y Moisés había regresado a
Egipto. Aarón y Moisés se encontraron en el desierto y
Moisés le explicó el plan de Dios. Luego fueron a hablar
con los ancianos de Israel y les comunicaron el plan. Después se
presentaron ante el faraón y le pidieron que dejara ir a los
israelitas por tres días al desierto para que adoraran a su Dios.
El faraón se enojó porque los esclavos querían dejar de trabajar
y les impuso cargas más pesadas. El pueblo se enojó con
Moisés y Aarón por empeorar las cosas. Dios recordó a Moisés
su promesa de liberar a los israelitas; pero ellos no querían oír
porque estaban desalentados.
Moisés y Aarón regresaron a la corte del rey. Para mostrar el
poder de Dios, Aarón tiró su vara en el suelo y ésta se convirtió
en una culebra. Los magos del faraón hicieron lo mismo, pero
la vara de Aaraón convertida en culebra se tragó las de los
magos. A la mañana siguiente, Moisés golpeó el agua del río
Nilo con la vara de Dios y el agua se volvió sangre. Murieron
todos los peces y la gente no podía tomar el agua.
Siete días después Dios mandó a Moisés y a Aarón que se pre-
sentaran otra vez ante el faraón. Le dijeron que dejara ir al
pueblo o que vendría una plaga de ranas. Cuando Aarón
extendió su vara, aparecieron muchas ranas, pero el corazón
del faraón se endureció. Después Dios mandó una plaga de
piojos que cubrió a la gente y a los animales. Luego una plaga
de moscas invadió toda la tierra, pero no a Gosén, donde vi-
vían los israelitas.
Las moscas llenaron el palacio y arruinaron toda la tierra,
excepto Gosén. El faraón llamó a Moisés y a Aarón y les dijo
que podían hacer sacrificios a su Dios, y que podían ir hasta
cierta distancia en el desierto. Les pidió que oraran para que se
fueran las moscas. Moisés le advirtió que debía cumplir su pro-
mesa, y luego oró. Cuando el faraón vio que ya no había mos-
cas, no dejó ir al pueblo.
Dios siguió mandando plagas a Egipto cada vez que el faraón se
negaba a dejar ir al pueblo. Dios mandó una plaga a todo el
ganado de Egipto, pero no murió ni un animal de los israelitas.
Después Moisés lanzó al aire un puñado de ceniza y se convirtió
en un polvo fino que cubrió todo Egipto causando úlceras en
toda la gente y en los animales. Los magos no podían ni siquiera
pararse delante de Moisés por los terribles sarpullidos que tenían
en los pies. Dios mandó granizo sobre la gente, los animales y las
cosechas de los campos, pero no cayó granizo en Gosén.
Dios envió una plaga de langostas o saltamontes. El faraón no
quiso escuchar a sus sabios que le rogaban que dejara ir a los
esclavos para que terminaran las plagas. El faraón dijo que sólo
dejaría ir a los hombres, pero el plan de Dios era que salgan
todos. Así que un viento trajo langostas a Egipto. Los insectos
devoraron todos los árboles y las plantas. Luego Dios dijo que
Moisés estirara su vara una vez más para cubrir con tinieblas a
todo Egipto. Por tres días ningún egipcio podía ver a nadie ni
ir a ninguna parte, pero los israelitas tenían luz. El faraón dijo
que todo el pueblo podía irse, pero que no llevaran nada. Otra
vez, el corazón del faraón se endureció, y se negó a dejar ir al
pueblo de Dios. Habría una última plaga.
I. Se presenta la petición.
A. Moisés, Aarón y el pueblo de Dios.
B. Respuesta del faraón.
II. El pueblo esclavo.
A. Cargas más pesadas.
B. Desaliento del pueblo.
III. Demostación de poder.
A. Aarón el portavoz.
B. Una vara y culebras.
IV. Sobreviene una serie de plagas.
A. Se repite la petición.
B. El faraón endurece su corazón.
Actividad
Los alumnos pueden hacer un cuadro cro-
nológico de las plagas que Dios mandó a
Egipto. Divida una tira de papel en seccio-
nes o cuadros. En cada sección pueden
dibujar una plaga que Dios mandó a los
egipcios. Esta actividad ayuda a los alumnos
a organizar mentalmente el número y el
orden de las plagas. Pueden hacer esto
mientras usted narra la historia, o después
de la narración.
Crecimiento del maestro
A algunos alumnos se les hace difícil recordar
una serie de sucesos. Para los más pequeños es
difícil recordar más de unos cuantos episodios
en una historia. La lección de hoy contiene un
largo relato de acontecimientos que pueden ser
difíciles de entender o de poner en orden. Podría
ser muy útil tener una actividad visual como la
arriba mencionada, o usar dibujos en hojas de
papel o en la pizarra al presentar cada parte de
la historia.
Porción bíblica:
Éxodo 4:27 – 10:29
Versículo para memorizar:
Romanos 8:31 – “Si Dios es por nosotros, ¿quién
contra nosotros?”
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2-03-A
 La primera Pascua
M Notas para el maestro
oisés y Aarón habían sido enviados por Dios ante el
faraón con la insistente petición de que dejara salir a
Israel de Egipto. Dios contestó el clamor de estos esclavos
de que los llevara a la tierra que había sido prometida a sus
antepasados. Dios envió muchas plagas, pero el faraón endure-
ció su corazón y cada vez se negó a dejar salir al pueblo. Al fin
se negó recibir de nuevo a Moisés. Moisés dijo al pueblo que
reuniera toda riqueza y todo lo que pudiera obtener de sus
vecinos, y explicó cuál sería la última plaga de juicio. A la
medianoche Dios pasaría por Egipto, y el hijo primogénito de
todos los egipcios, y el primogénito de todo el ganado, moriría.
El Señor protegería a su pueblo, si cada uno obedecía su plan.
Dios explicó a Moisés y a Aarón su plan para la Pascua y ellos a
su vez lo explicaron al pueblo. Ese sería el primer mes de su
nuevo calendario. El día 10, todo padre de familia tomaría para
su familia un cordero perfecto, sin mancha, de un año de edad, y
lo cuidaría hasta el día 14. Al atardecer cada familia debía sacrifi-
car su cordero y tomar un poco de la sangre y pintar con ella los
postes y el dintel de la puerta de la casa en la que comerían la
cena. El cordero debía ser asado con hierbas amargas y el pan se
haría sin levadura. Todos tenían que estar vestidos, con las san-
dalias puestas, y listos para comer de prisa. Esto les recordaría
siempre la noche en que el juicio de Dios pasó por Egipto. En
los hogares en cuya puerta hubiera sangre, todos estarían a salvo.
A medianoche se oyó llanto por todo Egipto. Tal como Dios
había dicho, murió el primogénito de la casa del faraón hasta
el primogénito de los criados. También se cumplió la promesa
de Dios a los israelitas, que estaban seguros dentro de sus casas
después de haber comido el cordero de la Pascua.
El faraón ordenó a Moisés y a Aarón que salieran, junto con
todos los israelitas y todo lo que poseían. Rogó que se fueran,
pidiendo la bendición de Dios. Los egipcios dieron a los israe-
litas todo lo que ellos pidieron para que salieran antes que
murieran todos los egipcios. Exactamente 430 años depués de
haber llegado a Egipto, el pueblo de Dios salió hacia la tierra
que Dios había prometido. Eran casi 600.000 hombres a pie,
además de las mujeres, los niños y otros que los seguían, y los
rebaños de ovejas y el ganado.
Dios sacó de noche a los israelitas de Egipto, y recordó al pue-
blo que siempre debía observar la celebración de la Pascua
como recordatorio de lo que Él había hecho. Las hierbas amar-
gas les recordarían la amarga vida de esclavitud que habían
dejado atrás. El pan sin levadura les recordaría que se habían
apresurado de noche y que no hubo tiempo para esperar que la
levadura fermentara. Dios también quería que fueran puros, sin
la influencia del pecado, como lo ilustra el simbolismo de la
levadura en la masa. La noche que escaparon del juicio y de la
muerte sería celebrada cada año hasta que el Señor viniera para
ser el Cordero Pascual de Dios, sacrificado por los pecados de
toda la humanidad. Jesús, que no tenía mancha de pecado,
pagaría el precio por el pecado del mundo y así Dios pasaría
por alto el juicio eterno que todos merecen. Milagrosamente,
Dios liberó a su pueblo de Egipto, y también es milagrosa la
promesa que hizo de liberar de la muerte y del juicio final a
todos los creyentes.
2-04-A
I. La petición final.
A. Anuncio de la plaga.
B. El pueblo se prepara.
II. El plan para la celebración.
A. Los preparativos.
B. La cena de la Pascua.
III. La noche fatal.
A. El llanto de la medianoche.
B. Se cumple la palabra de Dios.
IV. El éxodo.
A. Una salida triunfal.
B. Comienzo del peregrinaje.
Actividad
Esta actividad servirá para que los alumnos
vean las conexiones simbólicas entre los
sucesos de la Pascua y la muerte de Cristo.
Trace una línea vertical para dividir una
hoja de papel en dos secciones. A la izquier-
da dibuje un marco de puerta o pegue unos
palitos para formarlo. Pinte de rojo arriba y
a los lados para representar la sangre del
cordero. A la derecha haga una cruz y pinte
de rojo arriba y a los lados para representar
la sangre de Cristo. Escriba: “Jesús, el gran
Cordero Pascual”.
Crecimiento del maestro
En la lección de hoy vemos el gran simbolismo de
lo que en realidad sucedió. La mayor parte del
Antiguo Testamento está escrito como una som-
bra de lo que Dios haría en el Nuevo Testamento
o hará en el futuro. Es necesario que usted entien-
da las conexiones entre el Antiguo y el Nuevo
Testamento, y que se esfuerce por dar a conocer
estos conceptos a sus alumnos.
Porción bíblica:
Éxodo 11:1 – 12:51
Versículo para memorizar:
1 Corintios 5:7 – “Porque nuestra pascua, que es
Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”
2-04-A
2-04-A
2-04-A
 El cruce del Mar Rojo 2-05-A
D Notas para el maestro
ios tenía preparada una ruta especial para su pueblo.
Cuando el faraón dejó ir a los israelitas, Dios no los llevó
directamente a la tierra que les había prometido. En una
ruta directa pasarían a través de territorio enemigo. Dios sabía
que hubieran sentido miedo y que habrían querido volver
a Egipto.
Dios ayudó a su pueblo a confiar en Él y a seguirlo mientras
Él iba al frente. De día los guiaba con una columna de nube;
de noche iba delante de ellos en una columna de fuego. La
nube o el fuego siempre estaban allí, y el pueblo podía viajar
de día o de noche.
A poca distancia de Egipto, Dios los hizo regresar para que
acamparan cerca del Mar Rojo. Dios sabía que el corazón del
faraón se endurecería y que pensaría que el pueblo estaba per-
dido y atrapado entre el desierto y el mar.
En Egipto, el faraón y sus consejeros se dieron cuenta de que al
partir el pueblo de Israel se habían quedado sin esclavos. El
faraón mandó que le prepararan un carro, y llamó al ejército
para que lo acompañara. Seiscientos de los mejores carros, las
tropas del ejército y todos los demás carros con sus oficiales
siguieron al faraón al desierto para capturar a los israelitas.
Los israelitas sintieron gran temor al ver a las tropas egipcias
que se acercaban, y clamaron a Dios por ayuda. Moisés dijo al
pueblo que no temiera y que estuviera firme para ver la salva-
ción de Dios. El Señor pelearía por el pueblo de Israel, y ellos
jamás volverían a ver a los egipcios. Dios dijo a Moisés que
extendiera la vara y que siguiera adelante.
La columna de nube se movió del frente a su retaguardia para
esconder al pueblo de Dios de los egipcios. Toda la noche la
columna era de tinieblas para los egipcios y de luz para los
israelitas. Durante el día el Señor dividió el mar en dos masas
de agua al traer un fuerte viento del este e hizo que en el cen-
tro apareciera tierra seca. Había dos altos muros de agua a cada
lado mientras Israel cruzaba el mar.
Después que el pueblo de Dios cruzara por tierra seca el Mar
Rojo, los egipcios siguieron por el mismo camino. Dios permi-
tió que tomaran este camino especial y luego causó una confu-
sión en las tropas del faraón. Hizo que se zafaran las ruedas de
los carros. Los soldados egipcios se vieron en gran dificultad, y
pronto se dieron cuenta de que Dios peleaba por Israel. Luego
Dios dijo a Moisés que extendiera de nuevo la vara sobre mar
para que las aguas fluyeran otra vez. Los inmensos muros de
agua cayeron sobre los egipcios y pereció todo el ejército.
El Señor salvó a Israel de sus enemigos. El pueblo de Dios
había cruzado el Mar Rojo por tierra seca, y luego Dios había
destruído al ejército egipcio cuando los soldados trataron de
hacer lo mismo. Moisés y María, la hermana de Aarón y
Moisés, cantaron y bailaron delante del Señor. Todo el pueblo
cantó y celebró la gran victoria que Dios les había dado ese día.
I. La ruta de Dios.
A. Evitando la guerra.
B. Una ruta especial.
II. La presencia de Dios.
A. De día y de noche.
B. El faraón endurece su corazón.
III. El cambio de parecer.
A. Esclavos perdidos.
B. Tropas despachadas.
IV. El escape milagroso.
A. Las aguas se parten.
B. Destrucción del enemigo.
Actividad
El drama puede infundir vida a una histo-
ria. No se necesitan disfraces ni escenarios
especiales, porque la mayoría de los alum-
nos con su imaginación pueden “ver” el
desarrollo de los sucesos. El drama en este
pasaje bíblico se prestará para un relato
dramático de lo que en realidad sucedió.
Los alumnos más pequeños se divierten al
dramatizar la historia varias veces y al inter-
cambiar papeles para ser personajes buenos
y malos.
Crecimiento del maestro
Para poder captar de verdad la dirección y las dis-
tancias descritas en el peregrinaje del pueblo de
Dios durante sus años en el desierto, es útil estu-
diar los mapas que han preparado los eruditos de
la Biblia. Lea algo sobre el trasfondo histórico del
período que presenta en sus lecciones, y de serle
posible, indague acerca de las palabras o de las
referencias que no le parezcan muy claras.
Porción bíblica:
Éxodo 13:17 – 15:21
Versículo para memorizar:
Hebreos 11:29 – “Por la fe pasaron el Mar Rojo
como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer
lo mismo, fueron ahogados.”
2-05-A
2-05-A
2-05-A
 Comida del cielo
D Notas para el maestro
ios había sacado a su pueblo de Egipto, la tierra de esclavi-
tud, a la tierra que Él les había prometido. Después de
haber cruzado el Mar Rojo por tierra seca y haber visto a
los egipcios ahogarse, los israelitas comenzaron su peregrinaje
por el desierto de Shur. Cuando Moisés dirigía al pueblo por
este lugar caluroso y seco, tuvieron sed. Durante tres días no
pudieron encontrar agua. Cuando llegaron a un lugar llamado
Mara, no podían beber el agua porque era muy amarga. El
pueblo comenzó a quejarse contra Moisés. Moisés oró a Dios y
preguntó lo que debía hacer. Dios le mostró un árbol especial.
Cuando Moisés lo tiró al agua, el pueblo se alegró porque el
agua se volvió dulce para beber. Luego Dios recordó al pueblo
que si obedecía sus normas o preceptos no tendría ninguna de
las enfermedades que Él había mandado a los egipcios.
Después Dios los llevó a un lugar llamado Elim, que tenía doce
fuentes de agua y setenta palmeras, y un lugar para acampar
cerca del agua.
Después que los israelitas hubieron acampado en Elim, Dios
los dirigió al desierto de Sin. Luego el pueblo, al sentir hambre,
comenzó a murmurar otra vez contra Moisés y Aarón. Dijeron
que querían volver a ser esclavos en Egipto porque allí tenían
comida. Dios volvió a contestar. Les dijo que haría que cayera
pan del cielo. Explicó que el pueblo debía recoger sólo lo sufi-
ciente para cada día, y luego el sexto día debía recoger el doble.
Dios les daría el alimento que iban a necesitar para el día de
descanso, el día que debían honrar a Dios y no trabajar. Dios
también dijo al pueblo que les daría carne por la tarde.
Al caer la tarde, el campamento se cubrió de codornices y
todos tuvieron carne para comer. A la mañana siguiente había
una capa de rocío en todo el campamento. Cuando el rocío
dejó de caer, quedó como una escarcha en el suelo. El pueblo
no sabía qué era esa escarcha, pero Moisés les dijo que era el
pan que Dios había mandado del cielo. El pueblo recogió el
pan y tuvo suficiente para comer. Moisés les advirtió que no
guardaran nada para el día siguiente, porque debían confiar en
que Dios les daría pan fresco todos los días. Pero algunos no
obedecieron, y el pan que escondieron en sus tiendas comenzó
a heder, y al día siguiente estaba lleno de gusanos. Moisés se
enojó. El sexto día recogieron el doble, como se les había
dicho. Los que obedecieron tenían suficiente para comer el día
de descanso, porque permaneció fresco en sus tiendas esa
noche. Los que no obedecieron no encontraron nada en el
suelo al día siguiente. Los israelitas tenían que aprender a obe-
decer a Dios y a confiar en su provisión diaria.
El pueblo de Israel llamó “maná” al pan que Dios les dio. Era
como semilla de culantro blanco, y sabía a hojuelas con miel.
Dios dijo a Moisés que tomara un gomer (una medida) de
maná y que lo guardara para que lo vieran sus descendientes.
Moisés dijo a Aarón que tomara un gomer de maná y que lo
pusiera delante del altar donde adoraban. Quería que todas las
generaciones vieran el alimento que Dios había dado a su pue-
blo en el desierto. Los israelitas comieron maná por cuarenta
años, hasta que llegaron a la tierra que Dios les había prometi-
do. Dios quiere que su pueblo sepa que Él siempre suplirá sus
necesidades si le obedecen.
2-06-A
I. Comienza el peregrinaje.
A. Llanto amargo por agua amarga.
B. Buenas noticias y agua dulce.
II. El pueblo murmura.
A. Falta de alimento.
B. Un plan.
III. La comida que dio Dios.
A. Provisión de carne y pan.
B. La gloria de Dios.
IV. Sus provisiones son exactas.
A. Algunos no creen.
B. Una muestra para el futuro.
Actividad
Divida la lección de hoy en varias escenas y
dramaticen la historia. Primero, el episodio
en Mara, seguido por el oasis en Elim.
Luego la murmuración por la comida y la
respuesta de Dios. También dramaticen la
obediencia y la desobediencia cuando el
pueblo aprendió que Dios proveía para sus
necesidades tal como dijo que haría.
Crecimiento del maestro
Durante la serie de lecciones en los primeros
libros del Antiguo Testamento es necesario que
sus alumnos comiencen a aprender las categorías
o agrupaciones principales de los libros de la
Biblia. Los primeros cinco libros del Antiguo
Testamento a menudo se denominan libros de la
Ley. Ayude a los alumnos a memorizar los nom-
bres de estos cinco libros y la relación entre ellos.
Al continuar el estudio, pueden aprender los gru-
pos básicos de todos los libros de la Biblia.
Porción bíblica:
Éxodo 15:22 – 16:36
Versículo para memorizar:
Filipenses 4:19 – “Mi Dios, pues, suplirá todo lo
que os falta conforme a sus riquezas en gloria en
Cristo Jesús.”
2-06-A
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 Los Diez Mandamientos 2-07-A
H Notas para el maestro
acía tres meses que los israelitas, el pueblo escogido de
Dios, había salido de Egipto. Dios los había rescatado de
los egipcios, les había dado alimento y agua, y los guiaba
por el desierto todos los días. En el desierto de Sinaí el pueblo
se detuvo para acampar frente a un monte. Moisés subió allí
para hablar con Dios y el Señor lo llamó desde la cumbre. Dios
dijo a Moisés que recordara al pueblo que Él los había liberta-
do de la esclavitud de Egipto y había provisto para sus necesi-
dades. Debían obedecer sus palabras y guardar el pacto.
Cuando Moisés regresó y dijo al pueblo lo que Dios había orde-
nado, el pueblo contestó: “Todo lo que Jehová ha dicho, hare-
mos.” Moisés regresó al monte para dar a Dios la respuesta del
pueblo. Dios dijo a Moisés que cubriría el monte y a Moisés
con una espesa nube, y que el pueblo oiría la voz de Dios que
hablaba a Moisés, para que siempre supieran que Moisés era
siervo de Dios. Luego Dios mandó a Moisés de regreso al pue-
blo con instrucciones de que se purificaran y se prepararan para
ser honrados de una manera especial por el Señor.
El tercer día descendió sobre la cumbre del monte una espesa
nube con truenos y relámpagos. Moisés llevó al pueblo al pie
del monte, y vieron humo que salía del monte cuando Dios se
apareció como fuego. El monte tembló y Dios llamó a Moisés a
la cumbre. Moisés dejó al pueblo y subió. En la cumbre del
monte Dios dio a Moisés un conjunto de reglas especiales que
llamamos los Diez Mandamientos. Dios quería que el pueblo
obedeciera estas reglas. Dios dio a su pueblo los mandamientos
para que vivieran con su bendición y supieran cómo vivir bajo
su plan.
Dios mismo escribió con su dedo los Diez Mandamientos en dos
tablas de piedra y se las dio a Moisés para que las llevara al pue-
blo. Los primeros cuatro mandamientos dicen cómo adorar, ser-
vir y honrar a Dios. Es por eso que mucho tiempo después Jesús
dijo al pueblo que lo que esas reglas quieren decir es que debe-
mos amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra
alma, con todas nuestras fuerzas, y con toda nuestra mente. Los
siguientes seis mandamientos dicen cómo tratar a los demás, y
Jesús dijo que fueron escritos para que amáramos a nuestro pró-
jimo como a nosotros mismos.
Miren cada mandamiento para determinar cómo encaja con el
versículo para memorizar. Jesús los simplificó en sólo dos
importantes recordatorios de cómo hemos de vivir.
Los Diez Mandamientos
1. No tendrás dioses ajenos delante de mí.
2. No te harás imagen.
3. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano.
4. Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
5. Honra a tu padre y a tu madre.
6. No matarás.
7. No cometerás adulterio.
8. No hurtarás.
9. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
10. No codiciarás.
I. Los primeros tres meses.
A. Dios dirige y provee.
B. El desierto de Sinaí.
II. Encuentro con Dios en el monte.
A. Moisés sube al monte.
B. Dios habla desde el monte.
III. Las promesas renovadas.
A. El pueblo responde.
B. Se fijan límites.
IV. El plan de Dios para el pueblo.
A. Los mandamientos.
B. La obediencia trae la bendición.
Actividad
Los alumnos pueden hacer un modelo de
las tablas de piedra con los Diez
Mandamientos. Puede recortar las tablas de
papel gris o de cualquier otro material de
arte manual. Luego escriba en la pizarra
una versión sencilla de cada mandamiento
para que los alumnos puedan copiarlos y
llevarlos a casa.
Crecimiento del maestro
La lección de hoy nos recuerda que la Biblia no es
sólo una colección de historias que hallamos en el
Antiguo y el Nuevo Testamento, sino que a través
de toda la Sagrada Escritura se ve como un hilo
rojo a Dios mismo hablando constantemente a su
pueblo. Dios siempre ha deseado dar lo mejor a
su pueblo, y ha tenido que castigar a los que se
han negado a obedecer. Aún hoy, los que viven
según los mandamientos de Dios serán bendeci-
dos. Estas reglas son guías para cada generación.
Porción bíblica:
Éxodo 19:1 – 20:21
Versículo para memorizar:
Marcos 12:30,31 – “Y amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente y con todas tus fuerzas . . . Amarás a tu pró-
jimo como a ti mismo.”
2-07-A
2-07-A
2-07-A
 El becerro de oro
M Notas para el maestro
oisés era el líder del pueblo de Dios, los israelitas. Dios
había llamado a Moisés a la cumbre del monte Sinaí para
darle las instrucciones sobre cómo el pueblo debía vivir.
Dios dio a Moisés tablas de piedra donde había escrito las
reglas que llamamos los Diez Mandamientos. Mientras Moisés
estaba en el monte, el pueblo se presentó ante Aarón, su her-
mano. En su ausencia, Moisés había dejado a Aarón a cargo de
la congregación.
Los israelitas creían que Moisés nunca regresaría, pues hacía ya
un mes que había subido al monte. El pueblo rogó a Aarón que
le hiciera un dios o ídolo para adorar. Todas las otras naciones
tenían sus propios dioses, de modo que los israelitas pidieron a
Aarón que les hiciera un dios. Aarón dijo al pueblo que le tra-
jera todas sus prendas de oro. Estas prendas quizá habían sido
regalos de los vecinos egipcios cuando salieron de Egipto.
Aarón fundió las joyas e hizo un gran becerro de oro. Dijo al
pueblo que era su nuevo dios.
A la mañana siguiente, todo el pueblo fue a adorar al becerro.
Aarón se habría dado cuenta de que había cometido un error
al hacer un ídolo, porque hizo un altar frente al becerro para
que el pueblo hiciera sacrificios al Dios verdadero. Pero el pue-
blo pronto se apartó del verdadero Dios y sólo adoró pecami-
nosamente al becerro de oro. Dios habló a Moisés en el monte
y le advirtió que el pueblo se había apartado de Él y que ya
estaba desobedeciendo al adorar un ídolo.
Moisés se apresuró a bajar del monte. Cuando vio al pueblo
adorando el ídolo se enojó mucho. Moisés tiró al suelo las
tablas de piedra. Las tablas se rompieron en muchos pedazos.
Moisés preguntó a Aarón qué era lo que había hecho. La excu-
sa de Aarón fue que había fundido el metal de las joyas y que
del oro fundido había salido el becerro. Esta fue una manera
necia de admitir que el pueblo lo había convencido de que
abandonara el servicio al único Dios verdadero.
Dios se enojó porque tan pronto su pueblo se había apartado de
Él. Dios estaba listo para destruirlos a todos, dejar que Moisés
escapara, y comenzar un nuevo pueblo que lo honrara. Pero
Moisés recordó a Dios de su misericordia, y de sus promesas al
pueblo, y le pidió que los perdonara. Dios aceptó el ruego y los
perdonó, y dijo que seguiría guíandolos a la tierra que les había
prometido. El pueblo tuvo que dejar de adorar al becerro, des-
pojarse de todas sus joyas, y buscar el perdón de Dios.
Dios mandó una plaga, una terrible enfermedad, sobre el pue-
blo por su desobediencia. Luego Dios dijo a Moisés que hiciera
dos tablas nuevas y subiera otra vez al monte. Dios perdonó a
su pueblo y volvió a escribir los Diez Mandamientos en las
tablas que Moisés le trajo. Dios quería que el pueblo entendiera
la importancia de obedecer sus mandamientos y adorarlo sólo
a Él. Cuando Moisés regresó después de pasar otros cuarenta
días con Dios, el pueblo se maravilló. El rostro de Moisés res-
plandecía con una luz brillante. Dios había puesto un poco de
su gloria en el rostro de Moisés para que todos supieran que
había estado hablando con Dios.
2-08-A
I. Sin líder.
A. Moisés en el monte.
B. Aarón a cargo.
II. El pueblo presiona.
A. Aarón recoge joyas.
B. Un becerro de oro.
III. Respuesta al becerro de oro.
A. Un altar, sacrificios, y pecado.
B. Dios advierte a Moisés.
IV. Enojo y arrepentimiento.
A. Moisés reacciona ante el pueblo y
ante Dios.
B. El proceso de restauración.
Actividad
Si es posible, reúna fotos o libros de algunos
de los ídolos de otras religiones. El budismo
o el hinduismo son algunos ejemplos que
podría usar. Comente también sobre los san-
tos y las imágenes. Cualquier adoración de
una estatua o ídolo es desobediencia a Dios.
También es necesario que los alumnos
entiendan que cualquier cosa, persona, activi-
dad o meta que tenga más importancia que
Dios en nuestra vida es una forma de ídolo.
Hablen de lo que consideran ídolos que pue-
den distraer a la gente y alejarla de Dios.
Crecimiento del maestro
Quizá los alumnos no entiendan el concepto de
adorar ídolos. Tal vez sea necesario que explique
o muestre con ilustraciones los ídolos usados en
las religiones antiguas o en las modernas. Qué
triste es orar a una piedra u otro objeto cuando el
Dios verdadero desea oír nuestras oraciones.
Cuando comprendan que adoramos al único Dios
que oye y contesta, sugiera tener un momento
para adorarlo y presentar las peticiones.
Porción bíblica:
Éxodo 32 – 34
Versículo para memorizar:
Éxodo 24:7 – “Y tomó el libro del pacto y lo leyó a
oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las
cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos.”
2-08-A
 Doce espías
D Notas para el maestro
ios dijo a Moisés que mandara a un líder de cada una de
las tribus de Israel a la tierra que Dios había prometido
dar a su pueblo. Moisés escogió a doce hombres, uno de
cada tribu o familia, para ser espías. Luego Moisés les dio ins-
trucciones y los envió bajo la autoridad de Dios.
Los espías recibieron varias instrucciones sobre cómo debían
explorar la tierra. Moisés les dio la ruta que debían seguir. Les
dijo que tomaran nota de cómo era la tierra, la gente, las ciuda-
des y la comida. Los espías debían ver si había mucha o poca
gente, y si las ciudades estaban fortificadas con muros, o si no
estaban protegidas. Los espías tenían que ver si la tierra era fértil
o árida, si había árboles, y si la cosecha era buena. De ser posi-
ble, también tenían que traer una muestra del fruto de la tierra.
Los espías salieron para explorar la tierra que Dios les había
prometido y siguieron las instrucciones de Moisés. En un lugar
cortaron un gran racimo de uvas y dos hombres lo tuvieron
que cargar en un palo para poderlo llevar. Dieron a Moisés, a
Aarón y a todo el pueblo de Israel un informe completo. Los
espías estuvieron de acuerdo en que la tierra fluía con leche y
miel. Estaban maravillados de la rica tierra, su fruto y su abun-
dancia. Pero luego los espías informaron acerca del pueblo
fuerte y las grandes ciudades fortificadas. Esto infundió miedo
entre el pueblo, hasta que Caleb impuso silencio.
Caleb dijo a Moisés y al pueblo que debían ir y poseer la tierra,
ya que Dios había prometido estar con ellos. Josué también se
opuso al pesimismo de los otros espías, y creía que debían obe-
decer a Dios y entrar en la Tierra Prometida. Los diez espías
hablaron con más énfasis de los gigantes y las inmensas ciuda-
des protegidas con muros. Eso hizo que el pueblo de Israel se
atemorizara y que murmurara contra Moisés y Aarón.
Josué y Caleb rasgaron sus ropas y rogaron al pueblo que obede-
ciera el plan de Dios y que confiara en que Él les daría la maravi-
llosa tierra. Exhortaron a los israelitas a no sentir miedo ni a rebe-
larase contra el plan de Dios. Pero la multitud habló de apedrear-
los. Dios estaba indignado porque su pueblo todavía no confiaba
en Él. Estaba enojado porque preferían desobedecerlo que entrar a
la maravillosa tierra que les había prometido. Hasta hablaban de
volver a la tierra de donde Él los había sacado. Dios estaba listo
para destruir a este pueblo por el miedo que tenían y por su falta
de fe en Él. Pero Moisés recordó a Dios las promesas que había
hecho a su pueblo y que Él era lento para la ira y lleno de amor.
Sin embargo, Dios tenía que castigar a los diez espías y a los otros
que se negaron a obedecer y a confiar en el plan de Dios.
Dios declaró que los diez espías temerosos y todos los adultos
que no habían creído en el informe de Caleb y Josué no entra-
rían en la tierra que Dios había prometido a su pueblo. Dios
les dijo que por cuarenta años, un año por cada día en que los
espías habían hecho su investigación, el pueblo de Israel vaga-
ría por el desierto. Después de los cuarenta años quedarían
sólo Caleb y Josué. Al principio el pueblo decidió arrepentirse
al oír de Dios las consecuencias de su actitud. Algunos trataron
de adelantarse hacia la Tierra Prometida sin Dios ni su ayuda.
Sus enemigos pronto los sacaron de allí. El pueblo tenía que
aprender que no podían hacer nada sin la bendición y la ayuda
de Dios. Sólo Dios tiene el mejor plan para su pueblo.
2-09-A
I. Exploración.
A. El plan de Dios.
B. Los doce espías.
II. Instrucciones.
A. Qué observar.
B. Muestra del fruto.
III. Informe.
A. Los espías informan.
B. Respuesta negativa y positiva.
IV. Castigo por la rebelión.
A. Maldecidos por cuarenta años.
B. Dos espías recompensados.
Actividad
Ayude a los alumnos a aplicar esta historia a
su vida. Pídales que piensen en algo que
Dios les ha pedido hacer a ellos o a alguien
que conocen. Puede ser algo difícil, o aun
algo que parezca imposible (p. ej., recaudar
fondos para el edificio de la iglesia, un lla-
mado a ser misionero, tomar un nuevo tra-
bajo, o una oportunidad en el campo de la
educación). Hable del consejo que ofrece
esta lección a los que confían en Dios y a
los que no lo hacen.
Crecimiento del maestro
Esta lección nos recuerda el poder que tienen los
informes, positivos o negativos, y las consecuen-
cias que pueden tener esas palabras. Como parte
del programa de educación cristiana de su iglesia,
usted tiene oportunidades de mostrar una actitud
positiva o negativa respecto de la dirección que
Dios ha dado a los líderes de la iglesia. Demuestre
su confianza en Dios para cumplir el plan al que
Él ha llamado a su iglesia, hablando positivamen-
te de su fe en Él.
Porción bíblica:
Números 13:1 – 14:38
Versículo para memorizar:
Números 14:18 – “Jehová, tardo para la ira y gran-
de en misericordia, que perdona la iniquidad y la
rebelión.”
2-09-A
2-09-A
2-09-A
 Agua de la roca
L Notas para el maestro
os israelitas, el pueblo de Dios, viajaron de lugar en lugar en
el desierto, tal como Dios lo había ordenado. Dios seguía
hablando a su líder, Moisés, dando maná a sus pueblo todos
los días, y guiándolos dondequiera que quería que fueran.
Acamparon en un lugar llamado Refidim, pero no había agua.
El pueblo se enojó contra Moisés y exigió que les diera agua.
Moisés pidió a Dios ayuda porque el pueblo estaba a punto
de apedrearlo.
Dios dio a Moisés claras instrucciones para la respuesta.
Moisés debía llevar a los líderes del pueblo a una roca en un
lugar llamado Horeb. Luego Moisés debía golpear la roca con
la vara con que había golpeado el Nilo. Moisés siguió estas ins-
trucciones al pie de la letra. Cuando golpeó la roca, salió agua
para que todo el pueblo bebiera. Moisés cambió el nombre de
ese lugar a Masah, que quiere decir prueba, y Meriba, que quie-
re decir rencilla. Una vez más el pueblo había probado a Dios y
se había rebelado contra su plan para ellos.
Cuarenta años después, el pueblo de Israel seguía caminando
por el desierto y otra vez no tenían agua. María, la hermana de
Moisés, y la mayoría de los otros adultos habían muerto
durante esos cuarenta años, tal como Dios dijo que sucedería.
Ahora la próxima generación, sus hijos, comenzaron a mur-
murar poque necesitaban agua para beber. La Tierra Prometida
estaba ante ellos, sin embargo murmuron otra vez contra
Moisés y Aarón. Expresaron las mismas quejas que sus padres
habían expresado contra Dios y sus provisiones.
Moisés y Aarón fueron al lugar sagrado donde se habían encon-
trado con Dios, y otra vez oraron pidiendo su ayuda. Dios vol-
vió a dar instrucciones a Moisés. Moisés debía reunir a todo el
pueblo para ver este milagro. Debía tomar su vara y junto con
su hermano ir a una roca que estaba a la vista de todos. Allí
Moisés debía hablar a la roca. Dios prometió que el agua brota-
ría de la roca, suficiente para todo el pueblo y sus ganados.
Así que Moisés tomó su vara y reunió al pueblo. Él y Aarón se
presentaron ante todos. Moisés habló primero al pueblo rebel-
de. Dios le había dicho que hablara a la roca, no al pueblo.
Luego Moisés levantó la vara y golpeó la roca dos veces. Brotó
el agua, pero Moisés no había obedecido las instrucciones de
Dios. Dios volvió a hablar a Moisés y le dijo que ni él ni Aarón
entrarían en la Tierra Prometida. Así como los demás adultos
que se habían rebelado contra los planes de Dios, ahora ellos
tendrían que morir en el desierto. Las palabras de Dios fueron:
“Por cuanto no creíste en mí, para santificarme delante de los
hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la
tierra que les he dado.” Otra vez, el lugar llamado Meriba, o
rencilla, fue el lugar donde los israelitas tuvieron que pagar las
consecuencias por no confiar en Dios y seguir su plan.
Dios siempre proveía lo que el pueblo necesitaba. Dios quiere
que sepamos que Él todavía hace provisión para las necesida-
des de su pueblo. Cuando Jesús vino dijo que Él era el agua de
vida que necesitamos. El pueblo en el desierto tenía sed de
agua. Hoy la gente necesita mucho más algo que apague la sed
de su espíritu. Así como Dios proveyó agua de una roca en el
desierto, Dios el Padre nos dio a Jesús, la Roca, de quien recibi-
mos agua espiritual para refrescar nuestra alma.
2-10-A
I. Un pueblo sediento.
A. Murmuraciones contra Moisés.
B. Moisés busca a Dios.
II. Dios da la solución.
A. Moisés golpea la roca.
B. Provisión de agua.
III. De vuelta a la roca.
A. Una nueva generación.
B. Murmuraciones otra vez.
IV. Dios vuelve a responder.
A. Moisés no sigue las instrucciones.
B. Consecuencias finales.
Actividad
Provea mapas o diagramas bíblicos para
que los alumnos puedan trazar el camino
de los israelitas durante sus cuarenta años
en el desierto. Verán cuántas veces dieron la
vuelta a las regiones del desierto sin entrar a
la Tierra Prometida. Dios trajo la muerte a
la primera generación por su rebelión con-
tra Él, y luego llevó a la próxima generación
a la entrada de esa tierra.
Crecimiento del maestro
Busque Biblias o materiales de referencia que lo
ayuden a enseñar a los alumnos visualmente dónde
tuvieron lugar las lecciones bíblicas. Los mapas y
diagramas pueden ser útiles para que la lección sea
más comprensible a los alumnos. Tal vez pueda
tomar prestados o copiar recursos de su pastor, de
la biblioteca de la iglesia o de un instituto bíblico.
Porción bíblica:
Éxodo 17:1-16; Números 20:1-13
Versículo para memorizar:
Juan 7:37,38 – “Si alguno tiene sed, venga a mí y
beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de
su interior correrán ríos de agua viva.”
2-10-A
2-10-A
2-10-A
 La serpiente de bronce 2-11-A
L Notas para el maestro
os israelitas, el pueblo de Dios, habían viajado por el desier-
to durante cuarenta años. Ahora Dios los dirigía cerca de la
frontera de la tierra que les había prometido. La Tierra
Prometida estaba ocupada por enemigos que no la iban a entre-
gar fácilmente. Casi todos los adultos hebreos habían muerto
durante el peregrinaje por el desierto, y ahora Dios preparaba a
la próxima generación para entrar a este nuevo lugar. Dios dijo
a Moisés que su hermano Aarón estaba a punto de morir, así
que Moisés subió con Aarón y el hijo de Aarón al monte de
Hor. Este era el lugar donde había comenzado el peregrinaje del
pueblo por el desierto hacía cuarenta años, porque no habían
sido obedientes ni estaban listos para poseer la tierra que Dios
les había prometido. Cuando Aarón murió, Moisés tomó las
vestiduras sacerdotales y se las puso a Eleazar, hijo de Aarón, y
el pueblo hizo duelo por la muerte de Aarón.
El rey cananeo oyó que llegaban los israelitas. Los atacó y tomó
prisioneros a algunos de sus hombres. Israel reconoció que
necesitaban la ayuda de Dios para libertar a sus hombres y ven-
cer al enemigo. El pueblo de Dios hizo un pacto, o promesa,
con Dios: “Si en efecto entregares este pueblo en mi mano, yo
destruiré sus ciudades.” Dios oyó su promesa y les dio grandes
victorias sobre los cananeos, e Israel destruyó sus ciudades.
El pueblo continuó siguiendo a Dios en la ruta que rodeaba la
tierra de Edom, un poderoso enemigo, hacia el Mar Rojo. El
pueblo se impacientó. Se quejó contra Moisés, su líder. También
murmuró contra Dios, la comida y el agua. Murmuró por el
maná, el alimento que Dios les daba, diciendo que era misera-
ble. Se quejó de la gracia de Dios y de sus provisiones.
Entonces Dios mandó serpientes venenosas. Las serpientes
mordían a la gente y esta comenzó a morir. El pueblo lloró
ante Moisés y admitió que había pecado al murmurar contra
Dios y contra él. Rogaron por tanto a Moisés que intercediera
ante Dios por ellos para que las serpientes desaparecieran.
Moisés oró por el pueblo y Dios le dio instrucciones. No quitó
las serpientes, pero dio a Moisés un plan para salvar de la
muerte al pueblo. Dijo: “Hazte una serpiente ardiente, y ponla
sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella,
vivirá.” Así que Moisés mandó hacer una serpiente de bronce y
la puso en una asta. Cuando los que eran mordidos por las ser-
pientes miraban a la serpiente de bronce, no morían.
Dios también estaba preparando al pueblo para otro rescate.
Cuando el pueblo no agradeció a Dios por sus provisiones y
cuando pensaba que sin auxilio divino podía vencer al enemi-
go, llegó la muerte. Hoy sucede lo mismo. De modo que Dios
permitió que su Hijo, Jesús, fuera levantado en una cruz con la
misma promesa de vida. Los que miran a Jesús y aceptan como
pago por los pecados su muerte en la cruz, reciben vida, ahora
y para siempre. Jesús dijo a sus seguidores que Él sería levanta-
do en una cruz así como lla serpiente de bronce en el desierto.
Es necesario que digamos a los que han sido mordidos por la
serpiente Satanás que morirán en su pecado si no “miran” la
cruz de Jesús y aceptar la salvación que Dios les ha enviado. Así
como Dios salvó a su pueblo en el desierto, Él quiere salvar a
todos los que vienen a Él, hoy y por toda la eternidad.
I. Había enemigos.
A. Muerte de Aarón.
B. Pacto con Dios.
II. Respuesta al pacto.
A. Obtienen victorias.
B. Pronto se quejan.
III. Llega el castigo.
A. Muerte por las serpientes.
B. El pueblo se arrepiente.
IV. Mira y vive.
A. Una serpiente de bronce en una asta.
B. Una figura del futuro.
Actividad
Los alumnos pueden hacer un trabajo
manual para ver el simbolismo que usó
Dios en el desierto. Tomen dos palitos y
amárrenlos o péguenlos en forma de cruz.
A un lado peguen una serpiente hecha de
un pedazo de barro o de alambre. Al otro
lado peguen un pedacito de papel con la
cita bíblica: Juan 3:14-18.
Crecimiento del maestro
La lección de hoy es un perfecto ejemplo del uso
de la prefiguración o tipología que con frecuencia
se usa en la Biblia. Dios usó muchos símbolos,
ceremonias, celebraciones o festividades en tiem-
pos del Antiguo Testamento, como ejemplos de lo
que haría en tiempos del Nuevo Testamento o en
el futuro. Así como la serpiente de bronce era un
tipo de lo que sucedería a Jesús en la cruz, es
necesario que los alumnos conecten el simbolis-
mo que Dios usa en el Antiguo Testamento con
los sucesos del Nuevo Testamento.
Porción bíblica:
Números 21:1-9; Juan 3:14-18
Versículo para memorizar:
Juan 3:14,15 – “Y como Moisés levantó la serpiente
en el desierto, así es necesario que el Hijo del
Hombre sea levantado, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
2-11-A
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 El tabernáculo
D Notas para el maestro
ios habló a Moisés, el líder de los israelitas, diciendo: “Di a
los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda.” Dios explicó
que era ofrenda para la construcción del tabernáculo y dijo
qué clase de ofrenda quería. Luego prometió que si le construían
un tabernáculo, Él vendría y moraría entre ellos. Dios dijo que
les daría un patrón. Debían hacer el tabernáculo y todos los
muebles exactamente como Él lo había planeado. El lugar de
adoración a Dios tendría que ser portátil para que el pueblo de
Israel lo pudiera llevar dondequiera que Dios les ordenara ir.
Dios dio a Moisés el nombre de ciertos hombres que eran
talentosos artistas. Él había dado a estos hombres la habilidad
para hacer todos los diseños y las cosas artísticas necesarias
para el tabernáculo. Estos artesanos trajeron con gozo sus
ofrendas para el tabernáculo de Dios. El pueblo también se ale-
gró al traer sus ofrendas.
Veamos el interior del tabernáculo. Había el lugar santo y el
lugar santísimo. La parte interior era el lugar santísimo, donde
se guardaba el arca del pacto, un lugar protegido con una corti-
na especial. El arca era una caja cubierta de oro dende los sacer-
dotes mantenían recordatorios del poder de Dios, como el
maná y las tablas del pacto de Dios. Dentro de la parte santa del
tabernáculo había una mesa cubierta de oro sobre la que po-
nían un pan especial, había el candelero de oro que siempre
estaba encendido, y el altar donde quemaban incienso ante Dios
día y noche. Estos muebles fueron fabricados por trabajadores
especiales. Otros prepararon aceites para la lámpara, el incienso,
y los panes especiales que se horneaban todos los días.
El atrio exterior del tabernáculo era el lugar para los sacrificios.
Allí había un altar de bronce para las ofrendas quemadas, y
una fuente grande de bronce en la que los sacerdotes se debían
lavar las manos y los pies. Había cortinas alrededor del atrio
del tabernáculo.
Las personas específicas, llamadas sacerdotes, que fueron escogi-
das por Dios para hacer el trabajo dentro del tabernáculo, tenían
que mantenerse puras y seguir todas las instrucciones de Dios.
Aarón, el sumo sacerdote, tenía vestimentas sagradas que sólo él
podía usar. Había un conjunto de ropa interior de lino y dos
piezas llamadas el efod y el pectoral. El efod lo llevaba puesto
Aarón en los hombros y tenía piedras preciosas que representa-
ban a las doce tribus de Israel. El pectoral también representaba
a las doce tribus y se fijaba con anillos de oro a cada lado del
efod. Estas piezas fueron diseñadas por artesanos expertos que
trabajaron con oro, hilos y pedrería. Además de estas prendas
había un manto, una túnica, una mitra y un cinturón.
Cuando todo el trabajo estuvo terminado, Dios descendió y
llenó el tabernáculo con su presencia. Mientras la nube de la
gloria de Dios llenara el tabernáculo, los israelitas permanece-
rían en un solo lugar. Pero cuando la nube se levantara del
recinto sagrado, Dios decía al pueblo que tenían que empacar-
lo y pasar al lugar que Él les indicara. La nube de Dios estaba
sobre el tabernáculo todos los días, y el fuego de la presencia
divina permanecía allí toda la noche. El pueblo de Dios siem-
pre sabía que Dios estaba con ellos. Hoy no vemos ni nube ni
fuego, pero Dios ha prometido llenarnos, como su nuevo
tabernáculo, con su presencia y estar siempre con nosotros.
2-12-A
I. Una ofrenda y una promesa.
A. Ofrendas y talentos.
B. El propósito del tabernáculo.
II. El interior del tabernáculo.
A. El lugar santo y el lugar santísimo.
B. El arca, la mesa y el candelero.
III. El exterior del tabernáculo.
A. El altar de bronce y la fuente.
B. Había cortinas.
IV. Los que servirían.
A. Las familias sacerdotales.
B. Las vestiduras sacerdotales.
Actividad
Busque un libro de referencias bíblicas que
tenga ilustraciones o dibujos para mostrar a
los alumnos cómo era el tabernáculo.
Usando los recursos que tenga a su disposi-
ción, como barro, plastilina o cartón, haga
un modelo del tabernáculo. Los alumnos
pueden escribir el nombre de cada cosa que
pongan en el tabernáculo, y añadir piezas
mientras van estudiando cada detalle.
Crecimiento del maestro
Los símbolos usados en esta lección se pueden
comparar al simbolismo de Cristo en el Nuevo
Testamento. Confeccionar un modelo puede ser
un proyecto individual, pero también puede ser
un proyecto para toda la clase. Todos pueden ayu-
dar a hacer el modelo y luego lo pueden exhibir
ante otras clases o para un público más grande.
Porción bíblica:
Éxodo 25 – 27, 30, 35 – 40
Versículo para memorizar:
Éxodo 25:8 –“Y harán un santuario para mí, y
habitaré en medio de ellos.”
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 La bendición de Moisés 2-13-A
L Notas para el maestro
os israelitas, el pueblo de Dios, se habían negado a entrar a
la Tierra Prometida, de modo que Dios los hizo vagar cua-
renta años por el desierto. El pueblo no confió en el plan de
Dios y prefirió oír el informe negativo de los diez espías incré-
dulos. Sólo Josué y Caleb habían regresado con gran entusias-
mo y con la disposición de confiar en Dios y seguir adelante
para conquistar la Tierra Prometida. Dios luego dijo que sólo
Josué y Caleb entrarían para poseer la tierra y que los demás
morirían.
En los cuarenta años de peregrinaje en el desierto todos los
adultos de la generación incrédula habían muerto. Aarón cedió
el liderato sacerdotal a su hijo, y luego murió en el monte Hor
después de observar de lejos la tierra que Dios había dicho que
sólo vería a distancia. Ahora le tocaba a Moisés transferir su
liderato a la próxima generación.
Ante todo el pueblo, Moisés impuso las manos sobre Josué y lo
proclamó como el nuevo líder de Israel. El Señor dotó a Josué
con espíritu de sabiduría y dio a Moisés palabras que confir-
maran al pueblo que su liderazgo había sido dispuesto por
Dios. Moisés hizo una oración especial pidiendo la bendición
de Dios y recitó un canto delante de todo el pueblo. Por última
vez Moisés recordó al pueblo las cosas que Dios había hecho
por ellos.
Moisés inició una ceremonia especial que cada padre de fami-
lia o líder haría antes de morir. Era costumbre en esos días dar
una bendición a cada hijo. La bendición era singular, hablaba
del plan de Dios para cada hijo, y se pronunciaba una bendi-
ción especial. En esta ceremonia el padre con frecuencia expre-
saba sus palabras finales de instrucción y luego daba una ben-
dición a la próxima generación. En este caso, Moisés tenía una
bendición para cada una de las tribus de Israel. Es interesante
comparar las bendiciones que Moisés dio con las bendiciones
que Jacob dio a cada uno de sus hijos. En Génesis 49, Jacob,
después conocido como Israel, comienza este proceso de ben-
dición con sus doce hijos, quienes después se convirtieron en
las doce tribus de Israel. La tradición de dar la bendición era
extremadamente importante en su cultura y era simbólica de
transmitir su fe a la próxima generación.
Después de pronunciar la bendición a todas las tribus, Moisés
oyó otra vez la voz del Señor. Dios recordó a Moisés que, por
su desobediencia, sólo vería a distancia la Tierra Prometida.
Dios llevó a Moisés al monte Nebo donde vio una vasta por-
ción de la tierra que Dios tenía lista para su pueblo. Aunque
Moisés todavía estaba fuerte y saludable a la edad de ciento
veinte años, Dios dijo que era hora de su muerte. Moisés
murió en el monte y Dios lo sepultó. El pueblo hizo duelo por
la muerte de Moisés, su líder, durante los treinta días que dic-
taba la costumbre de ellos. Luego el pueblo aceptó a Josué
como el nuevo líder. Los israelitas estaban agradecidos porque
Dios se había valido de un hombre tan poderoso como Moisés
para dirigirlos y ahora estaban listo para aceptar al nuevo líder.
Esta nueva generación, con Caleb y Josué, por fin iba a tomar
posesión de la tierra que Dios les había prometido.
I. Una nueva generación.
A. La muerte de Aarón.
B. El recordatorio de Moisés.
II. El cambio de líder.
A. Preparación de Josué.
B. La oración de Moisés.
III. Bendición de cada tribu.
A. Como la bendición de Jacob.
B. Palabras finales.
IV. La muerte de Moisés.
A. Panorama desde el monte.
B. Dios lo sepultó.
Actividad
Los alumnos deben buscar en Génesis 49 las
bendiciones que Jacob dio a cada uno de
sus hijos y compararlas con las bendiciones
que Moisés dio a cada tribu. Ayúdelos a
comprender que las familias de los hijos de
Jacob habían crecido hasta llegar a ser tri-
bus de miles de personas, y que Dios tenía
una bendición especial para cada uno de
ellos. Hable de las bendiciones que los
padres pueden dar hoy a sus hijos.
Crecimiento del maestro
Parte de la lección de hoy se concentra en las ben-
diciones que un padre da a sus hijos. Como
maestro, usted se dará cuenta del dilema con que
algunos de sus alumnos se enfrentan al tener un
padre ausente del hogar. Sea sensible a las cir-
cunstancias de cada uno. Eso no quiere decir que
debe cambiar el relato bíblico, pero sí que quizá
tenga que explicar que aunque Moisés no era el
“padre” de toda esa gente, Dios lo había hecho
algo así como un padre espiritual para ellos, y que
Dios todavía hace eso para las familias.
Porción bíblica:
Deuteronomio 32:48 – 34:12
Versículo para memorizar:
Deuteronio 33:27 – “El eterno Dios es tu refugio, y
acá abajo los brazos eternos.”
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 Josué, el nuevo líder 2-14-A
M Notas para el maestro
oisés había dirigido al pueblo de Israel al salir de la escla-
vitud de Egipto hacia la tierra que Dios les había prome-
tido. Durante el peregrinaje por el desierto, Dios había
mostrado muchas veces su poder a través de Moisés. Cuando
Moisés llegó al fin de su vida, habló ante todo el pueblo. Les
dijo que ya no sería su líder, que no cruzaría con ellos el río
Jordán, que el Señor iría delante de ellos, y que Josué sería su
nuevo líder. Moisés volvió a explicar cuidadosamente cómo
Dios los había acompañado hasta aquí, y la importancia de
siempre obedecer sus leyes. Escribió cuidadosamente la Ley y
dijo a los sacerdotes que la mantuvieran junto al arca del pacto
en el tabernáculo. Les dijo además que leyeran la Ley en alta
voz a todo el pueblo después de siete años, para que sus hijos
oigan y aprendan a temer a Dios.
Después de guardar luto por la muerte de Moisés, el pueblo se
volvió a Josué, su nuevo líder. Dios comenzó a dirigir a Josué
como el nuevo líder de Israel. Dios le dijo que preparara al
pueblo para cruzar el río Jordán y prometió que estaría con él
como había estado con Moisés. Josué debía ser valiente y esfor-
zarse, nunca debía olvidar las leyes que Dios les había dado. Así
prosperaría y alcanzaría el buen éxito.
Josué ordenó a todos los oficiales que se prepararan y dijo a
todo el pueblo que estuviera listo para lo que pronto sucedería.
Debían recoger sus pertenencias, pues dentro de tres días cru-
zarían el Jordán. Exhortó al pueblo a seguir adelante con
valentía, pues Dios les daría la victoria. El pueblo respondió:
“Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e ire-
mos adondequiera que nos mandes. De la manera que obede-
cimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti.”
Entonces Josué secretamente mandó a dos espías delante del
pueblo para que reconocieran la tierra, especialmente Jericó.
Ellos entraron a Jericó y encontraron la casa de una prostituta
llamada Rahab. El rey mandó decir a Rahab que le entregara a
los espías. Pero ella los había escondido entre unos manojos de
lino que estaba secando en el techo. Rahab mandó decir al rey
que los hombres se habían ido.
Rahab subió al techo antes de que los espías se durmieran. Les
dijo que ella sabía que Dios les había entregado esta tierra a la
que estaban por entrar y que el pueblo temía a Israel y a su
Dios. Les pidió que mostraran misericordia a ella y a su familia
y que los salvaran de la muerte. Los espías prometieron prote-
gerlos si ella los ayudaba a escapar. Rahab los hizo descender
con una cuerda por una ventana en el muro de la ciudad. Los
espías le agradecieron y prometieron que ella y su familia se
salvarían si todos se reunían dentro de su casa y ataban un cor-
dón rojo en la ventana.
Rahab ató el cordón rojo en su ventana. Los dos espías se
escondieron por tres días y luego regresaron a Josué y le dije-
ron: “Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y
también todos los moradores del país desmayan delante de
nosotros.” Así supo Josué que era momento de llevar al pueblo
al Jordán para entrar a la Tierra Prometida
I. Josué es comisionado.
A. Declarado por Moisés.
B. El relato escrito.
II. Dios habla a Josué.
A. Promesas de protección.
B. Palabras de instrucción.
III. Josué prepara al pueblo.
A. Llamado a prepararse.
B. Obediencia.
IV. Josué mira hacia el futuro.
A. Espías secretos.
B. La parte de Rahab.
Actividad
La lección de hoy se puede repasar de una
manera singular. Los alumnos pueden ayu-
darlo a identificar los puntos principales de
la historia. Escriba cada punto en una tira
de papel. Cuando haya terminado de escri-
bir todas las tiras de papel, mézclelas. Luego
los alumnos deben poner en orden los suce-
sos de la historia y formar una cadena con
las tiras de papel. Cuelgue la cadena en el
aula o úsela para repasar la lección en la
próxima clase.
Crecimiento del maestro
Era necesario que Josué oyera a Dios para recibir
instrucciones. Él no trató de imitar el liderazgo de
Moisés, sino que estaba decidido a seguir a Dios
personalmente. Es necesario que usted también
esté seguro de que su dirección viene de Dios. No
puede ser un maestro idéntico a la persona que
enseñaba antes de usted, sino que necesita buscar
individualmente la dirección de Dios para su vida
y su clase.
Porción bíblica:
Josué 1:1-9; Deuteronomio 31:1-23
Versículo para memorizar:
Josué 1:9 – “Mira que te mando que te esfuerces y
seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová
tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”
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 Cruce del Jordán
J Notas para el maestro
osué condujo a los israelitas a la orilla del río Jordán al pre-
pararse para entrar a la tierra que Dios les había prometi-
do. Durante tres días acamparon junto al río, cuyas aguas
crecidas parecían tan imposible de cruzar como les había pare-
cido el Mar Rojo a sus antepasados. Una vez más el pueblo de
Dios tendría que pasar por agua que parecía imposible de cru-
zar. Los oficiales pasaron por todo el campamento diciendo al
pueblo que se preparara. Cuando vieran a los sacerdotes que
llevaban el arca del pacto, el pueblo debía seguirlos. El arca del
pacto representaba la presencia de Dios, así como la columna
de nube y la columna de fuego había guiado a sus padres.
El Señor habló otra vez a Josué, diciéndole que sería engrande-
cido ante todo el pueblo, así como Moisés. Dios haría algo
milagroso para que el pueblo viera que Josué era un poderoso
hombre de Dios. Entonces Dios dijo a Josué que dijera a los
sacerdotes que llevaban el arca que entraran al río Jordán y que
se pararan en el medio.
Josué dijo a todo el pueblo que Dios tenía un plan, y que el
milagro que haría les recordaría que Dios les iba a dar la victo-
ria sobre sus enemigos. El Señor también dijo a Josué que esco-
giera a doce hombres, líderes de las doce tribus. Una vez que el
pueblo cruzara el Jordán, ellos debían volver adonde estaban
los sacerdotes en medio del río y recoger doce grandes piedras,
que debían llevar a la Tierra Prometida.
Los sacerdotes que llevaban el arca dieron un paso de fe y Dios
abrió camino en medio del agua. El momento en que sus pies
tocaron la orilla, las aguas se separaron y Dios las detuvo. Los
sacerdotes se pararon en medio del lecho seco del río. Así
como Dios había dividido el Mar Rojo, abrió camino en el río,
permitiendo que los israelitas pasaran sin ningún peligro sobre
tierra seca. Cuando todos hubieron cruzado, cada uno de los
doce hombres tomó un piedra y la llevó al otro lado del río.
Luego los sacerdotes que llevaban el arca salieron del Jordán y
las aguas volvieron a su nivel.
Ese día Dios engrandeció a Josué ante todo el pueblo, mostran-
do que él era un líder como Moisés, que obedecía el plan de
Dios, y que ellos seguirían viendo obrar el poder de Dios. Dios
dijo a Josué que usara las doce piedras en la nueva tierra que
les había dado. Amontonaron las piedras para formar un
monumento, un poderoso recordatorio de lo que Dios había
hecho por ellos. Una vez más Dios había separado las aguas
ante su pueblo. La anterior generación que había visto el mila-
gro de Dios en el Mar Rojo ya había muerto, con excepción de
Caleb y Josué. Esta nueva generación, que comenzaba en una
tierra nueva, necesitaba ver también el poder milagroso y sal-
vador de Dios. Sin embargo, Dios tenía un plan con las piedras
para que enseñaran un memorial a las futuras generaciones;
para que les transmitieran el conocimiento de su poderoso
Dios. Josué dijo al pueblo, reunido alrededor de las doce pie-
dras, que en el futuro, cuando sus hijos les preguntaran por
qué las piedras estaban amontonadas allí, debían decirles todo
lo que Dios había hecho por ellos ese día. Josué les dijo que
Dios había hecho el milagro y que había ordenado el memorial
para que todos temieran a Dios.
2-15-A
I. El trasfondo milagroso.
A. Cruce del Mar Rojo.
B. Dirigidos por Dios.
II. El paso de fe.
A. El río caudaloso.
B. Los sacerdotes dan el paso de fe.
III. Un monumento de piedras.
A. Doce hombres escogidos.
B. Piedras de en medio.
IV. Entrada a la Tierra Prometida.
A. Cruce del río Jordán.
B. Piedras memoriales.
Actividad
Enseñe a los alumnos que un memorial es
un recordatorio de un suceso especial. Las
piedras darían testimonio a la gente de lo
que Dios había hecho. Hoy nosotros somos
“piedras vivas” y Dios quiere que seamos
sus testigos. Hable de lo que es un testimo-
nio y de cómo darlo a los demás. Los testi-
monios pueden ser de la salvación de una
persona, de sanidad, de protección, etc.
Crecimiento del maestro
Con frecuencia hallamos en el Antiguo
Testamento símbolos o figuras que nos ayudan a
comprender mejor la Palabra de Dios. Las piedras
memoriales eran un símbolo para enseñar acerca
de Dios a la próxima generación. Hoy enseñamos
por medio de palabras escritas, programas educa-
tivos, y más que todo, con nuestra vida. Usted
desempeña una parte importante en alcanzar a la
próxima generación y a todo el mundo con el
conocimiento del Dios Todopoderoso.
Porción bíblica:
Josué 3 y 4
Versículo para memorizar:
Josué 4:24 – “Para que todos los pueblos de la tie-
rra conozcan que la mano de Jehová es poderosa;
para que temáis a Jehová vuestro Dios todos los
días.”
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 Caen los muros de Jericó 2-16-A
L Notas para el maestro
os israelitas habían pasado el río Jordán con la ayuda de
Dios y estaban listos para seguir a su líder, Josué. Las nacio-
nes enemigas que los rodeaban temían al oír cómo Dios
había obrado para beneficio de su pueblo. Josué sabía que el
pueblo debía afirmar su corazón para seguir a Dios y observar
sus leyes. Todos los adultos que conocían las leyes de Dios ha-
bían muerto en el desierto, así que una vez más Josué hizo que
todos los adultos honraran las leyes divinas y se purificaran
ante Dios. Luego el pueblo celebró la Pascua, agradeciendo a
Dios por haberlos liberado de Egipto. Al día siguiente el pueblo
comió del fruto de la tierra, y Dios dejó de mandarles maná.
Cuando Josué estaba cerca de la ciudad enemiga de Jericó, vio
a un varón parado frente a él con la espada desenvainada.
Josué le preguntó si era amigo o enemigo. El varón dijo que
era el comandante del ejército de Jehová. Josué se postró ante
él y le preguntó qué mensaje tenía para Israel. El varón le dijo
que se quitara las sandalias porque el lugar en que estaba era
santo, y así lo hizo Josué inmediatamente.
El varón dijo a Josué que Dios le daría la victorica sobre la gran
ciudad de Jericó, sobre su rey y todos los guerreros. Luego el
varón dio a Josué instrucciones específicas. Debían marchar
alrededor de la ciudad con todos sus hombres armados una vez
al día por seis días. También siete sacerdotes debían llevar una
bocina de cuerno de carnero delante el arca. Luego el séptimo
día debían marchar siete veces alrededor de la ciudad, mientras
los sacerdotes tocaban las bocinas. Luego, al dar un toque largo,
el pueblo debía gritar fuertemente y los muros de Jericó cae-
rían. El pueblo entonces debía entrar y tomar la ciudad. Josué
repitió estas instrucciones a los israelitas y fijaron su plan.
Josué y el pueblo de Israel siguieron las órdenes que el coman-
dante del ejército de Jehová les había dado. Seís días marcha-
ron una vez alrededor de la ciudad mientras los sacerdotes
tocaban las bocinas delante del arca. El pueblo esperaba con
paciencia. Esto debe haber parecido algo raro para los habitan-
tes de Jericó. El pueblo de Dios marchaba en silencio todos los
días, sin decir ni una sola palabra, tal como se les había orde-
nado. Tuvieron cuidado de obedecer palabra por palabra las
instrucciones que Dios les había dado.
El séptimo día el pueblo de Israel madrugó y se preparó para
su día especial. Marcharon alrededor de la ciudad siete veces.
La séptima vez los sacerdotes dieron un toque largo con sus
bocinas. Josué ordenó al pueblo: “Gritad, porque Jehová os ha
entregado la ciudad.” Les dijo que todo lo que había en la ciu-
dad era para el Señor y que sólo debían salvar a Rahab y su
familia, en la casa que tenía el cordón rojo en la ventana.
Debían guardar todas las cosas de plata, oro y bronce en el
tesoro del Señor.
Tal como había dicho el varón, el muro se derrumbó, y todos
entraron a tomar la ciudad. Josué mandó a los dos espías a la
casa de Rahab para salvar a ella y a su familia. Dedicaron la
ciudad al Señor, mataron a los enemigos, y recogieron las cosas
indicadas para el tesoro de Jehová. Luego quemaron la ciudad
y todo lo que había en ella. Verdaderamente Dios les había
dado una poderosa victoria, tal como lo había prometido.
I. Un pueblo preparado.
A. Celebración de la Pascua.
B. El comandante del ejército de Jehová.
II. Instrucciones claras.
A. Josué recibe órdenes.
B. Josué da órdenes.
III. Marcha de fe diaria.
A. El plan de Dios.
B. Obediencia al plan.
IV. El séptimo día.
A. La toma de la ciudad.
B. Victoria sobre el enemigo.
Actividad
Los alumnos de todas las edades se gozarán
dramatizando esta historia. Primero, hable
de las órdenes que Dios dio a su pueblo,
cómo obedecieron hasta el último detalle, y
cómo persistieron los siete días. Luego
hable de la serie de actividades del séptimo
día. También puede usar cajas vacías u
objetos livianos para representar los muros
que se derrumbaron.
Crecimiento del maestro
Prepararse para enseñar es una gran responsabili-
dad. Primero, debe orar y preparar su corazón, y
pedir al Señor que le enseñe la lección que Él
tiene para su vida. Luego debe orar por sus alum-
nos. Pida al Señor que lo ayude a saber cuáles son
las necesidades de cada alumno y pida que lo
dirija para que de alguna manera cada lección se
aplique a la vida de ellos. Usted no sólo enseña
hechos históricos sino que presenta la viva pala-
bra de Dios.
Porción bíblica:
Josué 5 y 6
Versículo para memorizar:
Hebreos 11:30 – “Por la fe cayeron los muros de
Jericó después de rodearlos siete días.”
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 El pecado de Acán 2-17-A
J Notas para el maestro
osué y los israelitas siguieron las instrucciones que el Señor
les dio y los muros de Jericó se derrumbaron el séptimo
día. El pueblo había sido obediente por seis días y había I. Los despojos de Jericó.
marchado alrededor de la ciudad. Luego la séptima vez, en ese A. La victoria.
día final, entraron a la ciudad al caer los muros después del B. Las cosas consagradas.
grito de victoria. Josué también había dado órdenes sobre lo II. Espías enviados a Hai.
que tenían que hacer después de tomar la ciudad, y cómo de-
bían dar honra a Dios con el saqueo.
A. Su informe.
B. Vergonzosa derrota.
Los israelitas tuvieron que conquistar otras ciudades enemigas. III. La búsqueda del problema.
Sabían que Dios había dicho que debían luchar contra sus ene-
migos y que Él los ayudaría a obtener victorias. Esta Tierra A. Razón de la derrota.
Prometida sería su nuevo hogar. Dios ya había dicho que posee- B. Llamado a la corrección.
rían todas las ciudades. Así que Josué mandó a unos hombres IV. El momento del juicio.
desde Jericó a la ciudad vecina de Hai. Debían ir y espiar la ciu- A. Confesión de Acán.
dad para ver cómo era la tierra y el pueblo. Los espías regresaron B. Castigo por el pecado.
a decir a Josué que sólo necesitaban dos o tres mil hombres para
derrotar la ciudad de Hai. Aseguraron a Josué que no era necesa-
rio que todo el pueblo se fatigara porque Hai sería una victoria Actividad
fácil. Pero los hombres de Hai persiguieron a los israelitas. En la
huida, mataron a unos treinta y seis israelitas. Hable del estilo de escritura que se encuen-
tra en los periódicos: un título que llame la
El corazón de los israelitas desfalleció de temor al ver que ha- atención del lector, cortas frases con mucha
bían sido derrotados y humillados por su enemigo. Josué rom- información, y las respuestas a ¿qué?,
pió sus vestidos y se postró en tierra delante del arca del pacto, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, y a
muy agobiado. Permaneció humillado ante Dios hasta entrar la veces, ¿por qué?. Que los alumnos escriban
noche. Luego Josué preguntó a Dios por qué habían perdido. un artículo para un periódico acerca de la
Temía que Dios los había abandonado, que todos los enemigos Tierra Prometida del Antiguo Testamento
que los rodeaban se enterarían de su derrota y borrarían su basado en la lección de hoy.
nombre de sobre la tierra. Dios ordenó a Josué que se levanta-
ra. Luego le dijo que habían perdido la batalla porque Israel
había pecado. Dios explicó que Israel había desobedecido las Crecimiento del maestro
órdenes que Él les había dado cuando conquistaron Jericó. Es necesario que los alumnos sepan lo que su
Dijo a Josué que alguien había robado las cosas que Dios había maestro espera de ellos. Es importante que usted
dicho que debían ser consagradas a Él. Alguien las había toma- tenga reglas claras y precisas para su clase o
do, había mentido, y las había escondido entre sus posesiones. grupo. Repita esas reglas con regularidad y refuér-
Esa era la razón de que los israelitas hubieran huído de sus celas al expresar su complacencia con los que las
enemigos y de que Hai los hubiera derrotado. Dios dijo a Josué obedecen, y sea estricto con los que no las obede-
que a menos que pusieran fin a esa desobediencia, Él no estaría cen. Esto ayuda a los alumnos a sentirse seguros y
con ellos ni les daría la victoria sobre sus enemigos. crea un ambiente ordenado en el que ellos pue-
Josué mandó que el pueblo se purificara y se preparara para el den aprender más de Dios y su Palabra.
siguiente día. Por la mañana, el pueblo se presentó tribu por
tribu y Dios escogió a la tribu de Judá. Cuando la tribu de Judá
fue escogida, las familias de esa tribu se presentaron. Hombre Porción bíblica:
por hombre de cada familia escogida se presentó hasta que fue Josué 7
tomado Acán. Luego Josué dijo a Acán que dijera la verdad y
confesara su pecado.
Acán confesó que al ver las bellas cosas en Jericó se había roba- Versículo para memorizar:
do algunas de las que tenían que ser consagradas a Dios. Había Números 32:23 – “Y sabed que vuestro pecado os
escondido un manto, plata y oro bajo tierra en medio de su alcanzará.”
tienda. Josué envió hombres a buscar esas cosas para ponerlas
delante del pueblo. Luego Josué llevó las cosas robadas, a Acán,
a toda su familia, y todo lo que poseía a un valle cercano. El
pueblo apedreó a Acán y a su familia y luego los cubrieron con
un montón de piedras. La ira de Dios se apartó de Israel y
obtuvieron una gran victoria en Hai. Los israelitas aprendieron
la importancia de obedecer plenamente a Dios.
2-17-A
2-17-A
 La lectura de la Ley 2-18-A
J Notas para el maestro
osué recibió directamente de Dios los planes para la batalla,
después que el pecado de Acán había sido castigado. Dios
había dicho a Josué que no temiera sino que fuera otra vez
contra Hai, y que Él les daría la victoria. Dios prometió el
triunfo y hasta dijo que podrían quedarse con todo el botín
después de la batalla. Un grupo grande de soldados debía pre-
parar una emboscada detrás de Hai, y el resto del ejército debía
ir directamente contra la ciudad. Dios dijo que cuando viniera
el enemigo, Josué debía volverse y huir para alejar de la ciudad
a los hombres de Hai. Entonces las tropas de la emboscada
entrarían a la ciudad, le prederían fuego, y marcharían contra
el enemigo atrapándolo por detrás. El plan para conquistar y
destruir a Hai se llevaría a cabo al siguiente día. Esa noche los
soldados de la emboscada tomaron su lugar en la oscuridad.
Josué se quedó en el campamento con el resto del pueblo hasta
la mañana.
Al amanecer, Josué dirigió a las tropas contra Hai. Cuando
comenzó la batalla, Josué y sus hombres se volvieron y comen-
zaron a correr alejándose de la ciudad. Los hombres de Hai
pensaron que sería como la primera vez, y siguieron a los israe-
litas pensando que los matarían en la huída. Entonces Dios
dijo a Josué que alzara hacia Hai la lanza que tenía en la mano.
A esta señal los soldados israelitas que estaban escondidos al
norte entraron a la ciudad y le prendieron fuego. Cuando el
humo comenzó a subir en Hai, Josué y sus hombres regresaron
y comenzaron a contraatacar a los hombres de Hai. De repen-
te, el rey de Hai se volvió y vio su ciudad en llamas. Los hom-
bres de Israel que habían estado escondidos salieron de la ciu-
dad para pelear. Los de Hai se encontraron atrapados a ambos
lados en una emboscada por el ejército de Josué. Todos los
habitantes de Hai murieron ese día. Josué llevó al rey a la puer-
ta de la ciudad donde lo mataron y lo cubrieron con piedras.
Los israelitas tomaron la ciudad y se hicieron célebres por la
gran victoria que Dios les había dado.
Antes de morir, Moisés había ordenado a los israelitas que
hicieran un altar a Dios en la Tierra Prometida. Les dijo que lo
hicieran de piedras grandes naturales, no labradas con herra-
mientas. Debían cubrir el altar con cal y escribir en él todas las
palabras de la ley que Dios les había dado. Debían hacer esto
en el monte Ebal, después de cruzar el Jordán, y debían ofrecer
sacrificios a Dios sobre el altar. Juntos debían comer la carne
después de cocerla en el altar en celebración de todo lo que
Dios había hecho por ellos.
Después de la gran victoria en Hai, Josué y el pueblo de Dios
fueron al monte Ebal. Allí pusieran piedras grandes en el lugar
que Moisés había ordenado. Luego las cubrieron de cal y Josué
escribió todas las palabras de la Ley en el altar. Trajeron los
animales para sacrificarlos a Dios, se gozaron comiendo juntos
y celebrando todo lo que Dios había hecho. Mientras todo el
pueblo estaba reunido en ese lugar, Josué les leyó las palabras
de la Ley. Hombres, mujeres y niños oyeron la ley, y al pueblo
se le recordó de nuevo la importancia de obedecer la palabra
de Dios.
I. Derrota de Hai.
A. Se prepara la emboscada.
B. Se cumple con la misión.
II. Construcción del altar.
A. Mandamiento de Moisés.
B. Diseño específico.
III. Obediencia a Josué.
A. Erección del altar.
B. Escritura de la Ley en piedras.
IV. Lectura de la Ley.
A. Josué leyó todas las palabras.
B. Todos escucharon atentos.
Actividad
Los alumnos pueden descifrar mensajes
sobre la lección de hoy. Divida la clase en
dos grupos y pida a un grupo que escriba,
usando una clave, frases de la Ley que se
encuentra en Deuteronomio. Los demás
escribirán en clave frases de la historia
bíblica. Luego los dos grupos cambiarán sus
frases en clave y tratarán de descifrarlas.
Esta es una buena actividad para que los
alumnos trabajen juntos en grupo.
Crecimiento del maestro
A los niños mayores, los jóvenes y los adultos les
gustan con los mensajes en clave. Desarrolle una
clave y escríbala en la pizarra o en papel para que
la usen los alumnos. Puede substituir las letras
con números (A=1, B=2...) o substituir las letras
con figuras o símbolos (A=$, B=#, C=+, o dibuje
un círculo, un cuadrado, etc.). También puede
usar claves famosas como de Morse o la de
Braille.
Porción bíblica:
Josué 8:30-35; Deuteronomio 27:1-10
Versículo para memorizar:
Salmo 119:11 – “En mi corazón he guardado tus
dichos, para no pecar contra ti.”
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 Caleb, valiente y obediente 2-19-A
P Notas para el maestro
or fin había llegado el momento de dividir la Tierra
Prometida. Dios había dicho a los israelitas que los ayudaría
en las batallas contra el enemigo y que poco a poco ellos
ocuparían la tierra que Él les había prometido. La Biblia men-
ciona a todos los reyes y reinos que cayeron ante Josué y sus
hombres. Luego Dios dijo que todavía quedaban algunos lugares
que conquistar, pero que Él sacaría a esos enemigos.
Antes que los israelitas cruzaran el Jordán, dos tribus y media
de las doce quisieron quedarse de este lado del río. Recibieron
permiso de establecer a sus familias allí con tal que ayudaran a
las otras tribus a luchar por su territorio al otro lado del
Jordán, llamado la Tierra Prometida. Cuando llegó el momen-
to de que todas las tribus se establecieran en los lugares que
Dios les había prometido, Josué permitió a estas primeras tri-
bus que volvieran a la tierra al este del Jordán.
A la tribu de Leví, que Dios había escogido para que fueran los
sacerdotes de Israel, no se le dio ningún territorio especial. Los
líderes les recordaron que Dios era su herencia y que se les
darían ciudades y provisiones, pero que no serían dueños de
grandes porciones de tierra que los distrajera de sus deberes
con Dios.
El sacerdote Eleazar, Josué el líder del pueblo, y los líderes de
cada tribu se reunieron para dividir la tierra que Dios les había
dado. Cada una de las nueve y media tribus recibió tierra para
ocupar y desarrollar. Caleb habló a los líderes y al pueblo. Les
recordó que Dios había prometido a Moisés y a su pueblo que
un día vivirían en esa tierra y que esta sería su herencia para
futuras generaciones siempre que le obedecieran de todo cora-
zón. Luego Caleb les recordó de los espías que Moisés había
enviado a la tierra. Les recordó del temor que los otros espías
habían infundido, pero que él había vuelto confiado en que
Dios les daría la Tierra Prometida. Debido a la gran fe de Caleb,
Dios había prometido que él entraría y heredaría esa tierra.
Caleb y Josué habían sobrevivido en el desierto. Caleb había
sido uno de los espías que Moisés mandó; vivió los cuarenta
años del peregrinaje por el desierto, y ahora por cinco años
más había ayudado a conquistar a muchos de los enemigos en
la Tierra Prometida. A la edad de ochenta y cinco años Caleb
dijo: “Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me
envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para
la guerra.” Este admirable hombre fue a los líderes y les pidió la
montañosa tierra llamada Hebrón. Esa tierra era conocida por
su feroces enemigos, los anaceos, que habían infundido miedo
en el corazón de los otros espías. Aunque había grandes ciuda-
des fortificadas, Caleb confiaba en que Dios le daría la victoria
sobre los enemigos y la tierra que sería una herencia para su
familia.
Los líderes concedieron a Caleb su petición y le dieron Hebrón
como su herencia. Josué le dio a Caleb una bendición especial,
“por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de
Israel”. Este gran hombre tomó a su familia y se fue a conquistar
Hebrón. La hizo su hogar, con la ayuda de Dios. La Biblia dice
que después de eso la tierra por fin descansó de la guerra.
I. División de la Tierra Prometida.
A. Muchos reyes conquistados.
B. Dios conquistó a los enemigos.
II. Las primeras tribus.
A. La tierra al este del Jordán.
B. La herencia de los sacerdotes.
III. Tal como el Señor lo ordenó.
A. La tierra al oeste del Jordán.
B. Recuerdo de una promesa.
IV. Caleb es honrado.
A. Anciano pero fuerte.
B. Josué bendice a Caleb.
Actividad
Uno de los alumnos o algún invitado puede
hacer el papel de Caleb. Entreviste a esta
persona y pregúntele sobre la aventura de
espionaje, el peregrinaje en el desierto, y lo
que recuerda de la provisión de Dios, su
protección y sus promesas. Luego pregúnte-
le por qué ha pedido a Josué que le dé
Hebrón, la tierra montañosa llena de ana-
ceos. Las palabras de este “anciano” inspira-
rán a sus alumnos
Crecimiento del maestro
Una vez más la palabra de Dios nos recuerda que
el Señor utiliza como instrumentos suyos a perso-
nas de cualquier edad. Dios se interesa por las
personas en todas las etapas de la vida. Él usa a
los niños, anima a los jóvenes a que no se aver-
güencen y sean valientes, y luego nos muestra a
un hombre llamado Caleb, que obedeció a Dios y
lo sirvió fielmente aun en la ancianidad. Usted y
sus alumnos deben saber que el plan de Dios es
para todos.
Porción bíblica:
Josué 14:6-15
Versículo para memorizar:
2 Crónicas 6:14 – “Jehová Dios de Israel, no hay
Dios semejante a ti en el cielo ni en la tierra, que
guardas el pacto y la misericordia con tus siervos
que caminan delante de ti de todo su corazón.”
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 La despedida de Josué 2-20-A
E Notas para el maestro
l anciano Josué, líder del pueblo de Dios, había visto a Dios
hacer muchas cosas milagrosas durante toda su vida. No
había habido guerra por varios años, y el pueblo gozaba de
la vida en la tierra que Dios le había prometido. Un día Josué
reunió a los líderes para despedirse de ellos.
Josué recordó al pueblo las promesas de Dios y su fidelidad en
las victorias sobre sus enemigos. Dios había dicho que hereda-
rían la Tierra Prometida si le obedecían de todo corazón, y
Josué les volvió a recordar su pacto, y recordó al pueblo las
grandes batallas que Dios les había ayudado a ganar y los vas-
tos territorios que Dios mismo había conquistado. Dios les
había dado la tierra y les había permitido poseer las ciudades,
los campos, y todas las riquezas de esos lugares.
Josué también les recordó la importancia de obedecer a Dios. Él
les había dicho claramente que limpiaran la tierra de sus ene-
migos, pues no debían casarse con ellos ni adorar sus ídolos.
Dios les había advertido que no se apartara de Él, el único Dios
verdadero. Josué recordó al pueblo que debían adorar a Dios
únicamente y obedecer todas las palabras de su Ley. Si desobe-
decían, entonces Dios no les daría la victoria sobre sus enemi-
gos y ya no les garantizaría la gracia y la bendición de vivir en la
buena tierra que Él les había dado.
Josué reunió a todas las tribus en Siquem para que se presenta-
ran ante Dios. Josué habló a todo el pueblo, recordándoles
cómo Dios había obrado a su favor. Les recordó la promesa de
Dios a Abraham, a Isaac y a Jacob, les refirió otra vez la historia
de Jacob y sus hijos en Egipto, cómo Dios había puesto a José
en la corte del faraón. Luego les recordó cómo Dios los había
librado de la esclavitud en Egipto y cómo Moisés los había
guiado por el Mar Rojo. Los egipcios y sus carros perecieron en
el agua mientras que Dios había hecho que su pueblo pasara
por tierra seca. Josué les recordó los incontables milagros que
Dios había hecho por sus padres en el desierto, y cómo Dios
los había dirigido para que cruzaran el río Jordán. Dios les
había ayudado a conquistar Jericó y un incontable número de
enemigos después de eso. Josué les recordó que fue Dios quien
les dio la victoria y el fruto de la tierra. Tenían ciudades, viñe-
dos y campos sembrados sin siquiera haberlos trabajado. Josué
dijo: “Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y
en verdad.”
Josué recordó al pueblo el pacto que siempre había habido
entre Dios y su pueblo. Dios proveería y protegería, siempre que
el pueblo obedeciera sus leyes. Ese día el pueblo volvió a pro-
meter que obedecería la ley de Dios y que lo honraría sólo a Él
como su Dios. Entonces Josué escribió este renovado pacto
entre el pueblo y Dios. Lo escribió en el libro de la Ley de Dios
y luego puso una gran piedra debajo de una encina. La piedra
serviría de testigo al pueblo, y le recordaría sus promesas a Dios
y las promesas que Dios había dado a su pueblo.
Entonces Josué mandó a todo el pueblo de regreso a sus casas.
Cada familia debía volver a su territorio y seguir cultivando la
tierra y desarrollando las ciudades, estableciendo una gran
heredad para las futuras generaciones del pueblo de Dios.
Luego Josué murió, a la edad de cien años, y lo sepultaron en
la tierra de su heredad.
I. Palabras de ánimo.
A. Recordatorio de las promesas de Dios.
B. Recordatorio de las victorias.
II. Palabras de advertencia.
A. Mandamientos para obedecer.
B. Permanecer puros.
III. Palabras de compromiso.
A. Historia de promesa.
B. Pacto renovado.
IV. Palabras de despedida.
A. Una piedra de testigo.
B. Muerte de Josué.
Actividad
Cuando muere alguien a veces se da un dis-
curso o elogio de la vida de esa persona. En
el funeral o el servicio memorial se refieren
detalles importantes sobre lo que esa perso-
na ha hecho o ha sido. Pida que los alum-
nos preparen un discurso sobre Josué.
Ayúdelos a incluir todas las cosas que han
estudiado sobre la vida de este hombre. El
punto crítico es mostrar que obedeció a
Dios y que Dios fue fiel en cumplir sus pro-
mesas a Josué.
Crecimiento del maestro
Elija actividades que ayuden a sus alumnos a
repasar lecciones anteriores para ver toda la vida
de una persona, los sucesos de un pueblo, y la
gran fidelidad de Dios. Ninguna lección es una
historia aislada, sino que todas son una serie de
continua relación entre Dios y su Creación. El
propósito final es ayudar a los alumnos a ver esa
conexión desde Génesis hasta Apocalipsis.
Porción bíblica:
Josué 23 y 24
Versículo para memorizar:
Josué 24:24 – “A Jehová nuestro Dios serviremos, y
a su voz obedeceremos.”
2-20-A
2-20-A
 Un niño especial
N Notas para el maestro
o necesitamos esperar hasta la Navidad para contar la his-
toria del nacimiento de Jesús y sus primeros años.
Siempre es algo actual. María y José fueron escogidos por
Dios para criar a Jesús, el Hijo de Dios. Ocho días después de
su nacimiento en un establo de Belén, María y José presenta-
ron a Jesús en el templo, como la Ley lo ordenaba. Allí, Simeón
y Ana confirmaron que el bebé era el Mesías, el Hijo de Dios,
el Salvador del mundo.
José llevó a su esposa y a su hijo a una casa en Belén. Antes que
Jesús cumpliera dos años, llegaron a su humilde hogar unos
visitantes especiales, los magos de Oriente. Ellos habían segui-
do una estrella muy especial para buscar al recién nacido rey
de los judíos. Lo habían buscado primero en el palacio del rey
Herodes. Eso no le gustó a Herodes. Él no quería que otro rey
le quitara su trono. Herodes les dijo que cuando encontraran al
niño se lo avisaran para que él también lo adorara. Cuando los
magos encontraron a Jesús, le presentaron regalos, pero no
regresaron a avisarle a Herodes.
Después que los magos se fueron, un ángel del Señor dijo a José
que tomara a María y a Jesús y que huyera con ellos a Egipto.
Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían enga-
ñado, mandó a matar a todos los niñitos menores de dos años.
Pero Jesús estaba fuera de peligro en Egipto. Allí permaneció hasta
que el ángel dijo a José que podían regresar a su casa después de la
muerte de Herodes. Entonces fueron a vivir en Nazaret.
Todos los años José y María llevaban a Jesús a celebrar la
Pascua en el templo en Jerusalén. Esto era parte de la Ley, y los
padres de Jesús obedecían la palabra de Dios. La familia, junto
con sus parientes y amigos, hacían el viaje. Una vez, cuando
Jesús tenía doce años de edad, al llegar el momento de volver a
casa, todos emprendieron el camino de regreso. Era común
que los niños corrieran y jugaran juntos entre la gran familia.
María y José pensaban que Jesús estaba con sus amigos.
Al fin del primer día de viaje, María y José se dieron cuenta de
que Jesús no estaba con ellos. Muy preocupados, regresaron a
Jerusalén a buscar a su hijo. Después de tres días, lo encontra-
ron en el atrio del templo con los maestros de la Ley, escuchán-
dolos y haciéndoles preguntas. Los maestros estaban maravilla-
dos de su entendimiento y de las respuestas que les daba.
María se apresuró hacia Jesús y le preguntó: “Hijo, ¿por qué nos
has hecho esto? Tu padre y yo te hemos buscado con angustia.”
Jesús le respondió: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que me
es necesario estar en los negocios de mi Padre?” Jesús sólo esta-
ba haciendo lo que Dios, su Padre celestial, lo había mandado a
hacer en esta tierra. Jesús había venido a aclarar las Escrituras.
José y María no entendieron esto, pero se sintieron aliviados
por haber encontrado a Jesús. Él regresó con ellos a Nazaret.
La Biblia dice que Jesús fue obediente a sus padres. Jesús era un
niño especial. Él era Dios, pero al mismo tiempo era humano.
Jesús creció y, seguramente, como era la costumbre, aprendió la
carpintería, el oficio de su padre terrenal. Jesús fue físicamente
fuerte. Aprendió sabiduría en las leyes de Dios. Desarrolló bue-
nas relaciones con su familia, sus amigos, y otros. Jesús creció
tal como nosotros, pero Él era especial porque nunca pecó.
2-01-B
I. Nacimiento increíble.
A. Circunstancias especiales.
B. Los primeros años en Jerusalén.
II. Fue un refugiado.
A. Visita de los magos.
B. Huida a Egipto.
III. Regreso a casa.
A. La fiesta anual en Jerusalén.
B. Obediencia a la Ley.
IV. Los años de la niñez.
A. Una angustiosa búsqueda.
B. Crecimiento obediente.
Actividad
Haga un libro de recuerdos para representar
los primeros años de la vida de Jesús. Esto
podría incluir una colección de dibujos y
cosas que preserven los recuerdos de su
vida. Los alumnos pueden hacer uso de su
creatividad para hacer dibujos de algunas
de las incidencias de la lección de hoy. Esto
podría ser un proyecto en progreso durante
toda la unidad. Las veinte lecciones tendrán
relación con la vida de Jesús, de modo que
con cada lección usted podría añadir algo al
libro de recuerdos.
Crecimiento del maestro
Con frecuencia usamos una actividad o un pro-
yecto rápido que enfatiza cada lección. Hoy se
presenta una idea que quizás usted quiera desa-
rrollar como un proyecto a largo plazo. Cuando
una serie de lecciones se relacionan o cuando hay
una serie continua de sucesos –en este caso todas
reflejan la vida de Cristo–, los alumnos pueden
apreciar mejor la relación o el orden de las inci-
dencias si tienen un proyecto en progreso para
ofrecer esa continuidad.
Porción bíblica:
Mateo 2:1-23; Lucas 2:39-52
Versículo para memorizar:
Lucas 2:52 – “Y Jesús crecía en sabiduría y en esta-
tura, y en gracia para con Dios y los hombres.”
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2-01-B
 Jesús fue tentado
J Notas para el maestro
uan el Bautista estaba en el desierto predicando un podero-
so mensaje de arrepentimiento y bautismo en agua. Jesús
fue a Juan, su primo, y le pidió que lo bautizara como señal
de su confesión pública. Cuando Jesús subió del agua, los cielos
le fueron abiertos y el Espíritu de Dios descendió como palo-
ma a posar sobre Él. Entonces una voz del cielo dijo: “Este es
mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.”
Después de esa demostración pública, el Espíritu llevó a Jesús al
desierto para ser tentado por el diablo. Moisés dirigió al pueblo
de Israel en el desierto por cuarenta años, en los que Dios los
probó para ver si guardaban sus mandamientos. Ahora Dios
permitía que Satanás probara a Jesús. Jesús ayunó cuarenta días
y cuarenta noches, sin comer nada. Cuando llegó el tentador, el
diablo, Jesús tenía hambre.
Satanás le dijo: “Si eres Hijo de Dios, dí que estas piedras se
conviertan en pan.” Tentó a Jesús a que usara su poder celestial
para callar el hambre. Pero Jesús respondió: “Escrito está: No
sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de
la boca de Dios.” Jesús confiaba en Dios para su comida. Él
sabía que la comida espiritual de la Biblia era mucho más
importante que el alimento para el estómago.
Después el diablo llevó a Jesús a Jerusalén y lo puso sobre el
pináculo del templo. Este era el lugar donde el sacerdote subía
a tocar la trompeta para llamar al pueblo a oír noticias especia-
les. Esta vez Satanás dijo a Jesús que si era Dios, podría lanzar-
se del techo porque la palabra de Dios aseguraba que los ánge-
les lo rescatarían. Jesús respondió: “Escrito está también: No
tentarás al Señor tu Dios.” Satán había torcido las Escrituras;
pero Jesús respondió usando correctamente la palabra de Dios.
Finalmente, Satanás llevó a Jesús a un monte muy alto y le mos-
tró todos los reinos del mundo. Le mostró el esplendor y las
riquezas de ese día y le hizo una oferta. Satanás dijo que él le
daría todos los reinos de este mundo si se postraba y lo adora-
ba. Los reinos del mundo pertenecían a Satanás, y podía darlos
si quería. Pero Jesús contestó con las Escrituras: “Vete, Satanás,
porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servi-
rás.” Jesús sabía que al adorar solo a Dios recibiría todas las
riquezas del cielo y de la tierra.
El diablo entonces dejó a Jesús, y Dios mandó ángeles para que
le sirvieran. Jesús había pasado la prueba. No había caído en la
tentación de pensar primero en sus propias necesidades, de
probar el poder de Dios, o de alcanzar fama y riqueza. Jesús
había respondido a cada tentación con citas de la palabra de
Dios. Esta prueba en el desierto fue preparada por Dios con el
propósito de que Jesús sea el perfecto sumo sacerdote para
nosotros. Él era humano, sentía hambre y duda, y tenía las
mismas necesidades que nosotros. Pero cuando llegó la prueba,
se mantuvo firme en su fe en Dios y usó la palabra de Dios
para hacer huir al enemigo.
Cuando luchamos con las pruebas del tentador, Jesús, que
comprende nuestra condición, intercede por nosotros en el
cielo. Debemos aprender la palabra de Dios para poder res-
ponder a las tentaciones de Satanás y ser victoriosos como lo
fue Cristo.
2-02-B
I. Confesión pública.
A. Bautismo de Jesús.
B. Confirmado por el Padre.
II. Dirigido por el Espíritu.
A. Ayuno de cuarenta días.
B. Vino el tentador.
III. La tentación.
A. Ofertas de Satán.
B. Respuestas de Jesús.
IV. Jesús pasó la prueba.
A. Ganó la victoria.
B. Tentado como nosotros.
Actividad
Los alumnos pueden representar en un
drama las situaciones comunes en su vida
que son tentaciones. Esta es una manera de
hacerlos hablar sobre los tipos de tentación
que se les presentan y les da una oportuni-
dad de ver cómo la palabra de Dios puede
darles fortaleza en la prueba. En un sentido,
el drama representa la victoria de Jesús
sobre la tentación en nuestra cultura
moderna.
Crecimiento del maestro
La lección de hoy fácilmente se puede considerar
como una histora de la vida de Cristo. La activi-
dad que se sugiere es una forma de tomar una
historia bíblica y aplicar sus principios a la vida
de los alumnos. Al enseñar, busque una manera
de extraer por lo menos un punto clave de cada
lección y aplicarlo a la vida diaria.
Porción bíblica:
Mateo 3:13 – 4:11
Versículo para memorizar:
Hebreos 4:15 – “Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según
nuestra semejanza, pero sin pecado.”
 T
e
2-02-B
xt
2-02-B
2-02-B
 Pescadores de hombres 2-03-B
J Notas para el maestro
esús había sido llevado al desierto por un tiempo para ser
probado por Satanás. Había ayunado cuarenta días y cua-
renta noches cuando el tentador apareció y trató de hacerlo
pecar. Pero Jesús citó al diablo la palabra de Dios y salió victo-
rioso del desierto. Jesús fue tentado como nosotros, pero no
cometió pecado. Luego se dirigió a donde predicaba su primo,
Juan el Bautista, y comenzó a predicar también. El mensaje de
Jesús era: “El reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed
en el evangelio.” Él comenzó a predicar a las multitudes que la
venida de Cristo, el Rey, había traido el reino de Dios al pue-
blo. Jesús, que es Dios, había venido a la tierra para establecer
el reino de Dios. Este era el evangelio del Mesías, de quien se
había oído hablar desde siglos. ¡Qué emocionante noticia para
el pueblo! Pero los líderes religiosos dudaban de Jesús.
Cuando Juan vio a Jesús, dijo a la multitud que Él era el
Cordero de Dios que había venido a quitar el pecado del
mundo. Juan les habló de la confirmación que Dios había dado
cuando Jesús fue bautizado. Los que habían llegado para ver a
Juan comenzaron a escuchar a Jesús. Los líderes religiosos se
preguntaban quién era Él. Se sentían incómodos con este hom-
bre que parecía desafiar la autoridad religiosa que ellos ejercían
sobre el pueblo.
Juan era conocido por toda la región por su poderoso mensaje
sobre la necesidad de arrepentirse del pecado. Había condena-
do claramente los pecados de los líderes y por eso fue encarce-
lado. Entonces muchos de sus seguidores comenzaron a buscar
a Jesús. Algunos de los que habían oído la enseñanza de Jesús
sobre el reino de Dios le preguntaron si lo podían seguir hasta
el lugar donde se hospedaba. Pasaron todo el día oyendo sus
enseñanzas. Uno de ellos era Andrés. Tan pronto como Andrés
oyó las palabras de Jesús, corrió a buscar a su hermano Simón.
Andrés le dijo: “Hemos hallado al Mesías”, y llevó a Simón a
Jesús. Jesús miró a Simón y le dijo que cambiaba su nombre a
Cefas, que quiere decir Pedro. Estos hombres obedecieron lo
que Jesús enseñaba.
Un día Jesús salió a caminar por la orilla del mar de Galilea. Vio
a Simón, ahora llamado Pedro, y a su hermano Andrés que
echaban las redes al agua. Estos hombres eran pescadores y se
ganaban la vida pescando. Jesús les dijo: “Venid en pos de mí, y
os haré pescadores de hombres.” Ellos sacaron sus redes y
siguieron a Jesús. Estos hombres creyeron que Jesús era el
enviado de Dios, al que habían estado esperando, el Mesías.
Un poco más adelante Jesús vio a Jacobo y a su hermano Juan.
Estaban en su barca remendando las redes. Jesús les dijo que lo
siguieran. Los dos hermanos dejaron a su padre Zebedeo en la
barca y siguieron a Jesús. Después de oír las enseñanzas de
Jesús estos hombres creyeron que Él era el Mesías, el enviado
de Dios para dirigir a su pueblo. Estaban dispuestos a dejar su
trabajo como pescadores para poder aprender a pescar hom-
bres con el evangelio.
I. Jesús predica en Galilea.
A. Salió victorioso del desierto.
B. Se allegó a Juan.
II. El mensaje de Jesús.
A. Juan proclamaba el evangelio.
B. Sus seguidores prestaban atención.
III. Comenzó a llamar discípulos.
A. Encarcelamiento de Juan.
B. Andrés informa a su hermano.
IV. Un paseo por la costa.
A. Pescadores trabajando.
B. Abandonan las redes.
Actividad
A los alumnos les gusta hacer labores manua-
les que los ayuden a recordar la historia bíbli-
ca. Hoy pueden hacer un sencillo barco de
papel. También pueden usar cajas pequeñas u
otros materiales para confeccionar un barco.
Pueden usar un palo o una pajilla para hacer
un mástil y con hilo ponerle una vela de
papel. En el barco pueden escribir el versículo
para memorizar.
Crecimiento del maestro
Los objetos o artes manuales que se hacen en la
clase refuerzan la lección de varias maneras.
Mientras los alumnos trabajan usted puede expli-
car cómo la labor manual se relaciona con la lec-
ción, y volver además a contar la historia. Cuando
los alumnos llevan el trabajo a casa tienen un
recordario de la lección para relatar la historia a la
familia y a sus amigos. Días después de terminada
la clase ven el trabajo y recuerdan el mensaje.
Porción bíblica:
Juan 1:35-42; Marcos 1:16-20
Versículo para memorizar:
Mateo 4:19 – “Venid en pos de mí, y os haré pesca-
dores de hombres.”
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 Felipe y Natanael 2-04-B
J Notas para el maestro
esús había llegado a Galilea a fin de comenzar a llamar
seguidores para que lo acompañaran y aprendieran de Él. Se
acercó entonces a un hombre llamado Felipe y le dijo: I. Seguidores escogidos.
“Sígueme.” Con una sola palabra Felipe dejó su vida anterior y A. Jesús llama a Felipe.
siguió a Jesús. Felipe era de la misma ciudad que Andrés y B. Una ciudad incrédula.
Pedro, dos de los primeros seguidores de Jesús. La ciudad se lla- II. Un mensaje para Natanael.
maba Betsaida, y más tarde en su ministerio Jesús hablaría de
ella. La gente de esa ciudad vio muchos milagros de Jesús, pero
A. Los escritos de Moisés.
con todo se negaron a creer en Él. Jesús dijo que un día esa ciu- B. El hijo de José.
dad iba a ser castigada por su incredulidad. Por eso fue muy III. Natanael se sorprende.
especial que Felipe creyera de inmediato que Jesús era el Mesías. A. Las palabras de Jesús.
Lo primero que hizo Felipe fue buscar a Natanael. Felipe le dijo: B. Una declaración de fe.
“Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los IV. Un futuro de milagros.
profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.” Natanael preguntó A. La fe de Natanael.
si algo bueno podía venir de Nazaret, pero Felipe insistió en que B. Promesa de un cielo abierto.
fuera y viera por sí mismo. Las palabras de Felipe a Natanael
enfatizaban dos puntos principales. Uno era que Jesús era aquel
de quien Moisés había escrito. Todo hombre judío conocía los Actividad
escritos de Moisés y sabía que éste había hablado del Mesías, el
Salvador prometido por Dios a su pueblo. Esto debió haber Es necesario que los alumnos puedan testi-
conmovido el corazón de Natanael. Luego Felipe llamó a Jesús ficar de Cristo a su familia y a sus amigos.
“el hijo de José”. Esto reconocía que Jesús tenía un padre terre- Así como Felipe habló de Jesús a Natanael,
nal llamado José, pero no negaba su nacimiento de una virgen. nosotros debemos hablar a los demás de Él.
Ayude a los alumnos a dar una breve expli-
Mientras Natanael se acercaba a Jesús, éste dijo de él: “He aquí cación de quién es Jesús y de lo que ha
un verdadero israelita, en quien no hay engaño.” Natanael hecho en la vida de ellos. Permítales que
nunca había visto a Jesús y se admiró de que Él lo conociera. practiquen dar su testimonio delante de sus
Jesús le dijo que había visto la higuera bajo la que Natanael compañeros.
había estado sentado antes que Felipe llegara a hablarle. Jesús
sorprendió a Natanael con dos cosas. Primero, Él sabía lo que
había en el corazón de Natanael. Juan 2:24-25 nos dice que Crecimiento del maestro
Jesús podía ver dentro del corazón de los hombres y saber si La lección de hoy nos recuerda la increíble verdad
eran hombres sin engaño. Luego Jesús le dijo a Natanael dónde de que Jesús nos ha llamado, meros seres huma-
había estado, y también sabía lo que había sido dicho, sin nos, para ayudarlo a Él. Dios pudo haber llevado
haber estado allí. Esto admiró a Natanael. su mensaje al mundo Él solo, pero escogió llamar
Entonces Natanael dijo a Jesús: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios; a seres humanos para trabajar con Él en la forma-
tú eres el Rey de Israel.” Con esta declaración Natanael confir- ción de su Reino. Considere qué gran privilegio
maba que Jesús no sólo era “el hijo de José”, sino también el tiene usted de enseñar a otros acerca de Jesús.
Hijo de Dios. Confirmó asimismo que Jesús era el que Moisés
había dicho que vendría, el Rey de Israel. Esta fue la primera
vez que se llamó a Jesús el Rey de Israel, y se le reconoció así Porción bíblica:
con el mayor respeto. Es el mismo título que fue usado como Juan 1:43-51
burla cuando Jesús fue crucificado.
Jesús dijo a Natanael que había creído porque Jesús le había
dicho que lo había visto debajo de la higuera. Tan admirable
Versículo para memorizar:
como era eso, Jesús quería que Natanael supiera que iba a ver Juan 1:49 – “Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el
milagros mayores que ese. Entonces Jesús volvió a llamar su Rey de Israel.”
atención a algo que los judíos habían estudiado en las
Escrituras. Jesús dijo que vería el cielo abierto, y a los ángeles de
Dios que subían y bajaban sobre el Hijo del Hombre. Esto
recordaba tanto a Natanael como a Felipe el sueño que tuvo
Jacob una vez mientras dormía. Esto también confirmaba que
Dios les mostraría su poder, tan cierto como si el anuncio
hubiera llegado en esta forma desde el cielo, como sucedió con
Jacob. Ese día Felipe y Natanael se convirtieron en verdaderos
seguidores de Jesús.
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 La boda en Caná 2-05-B
U Notas para el maestro
na boda del primer siglo era muy diferente a una boda de
hoy. La familia ofrecía todo lo que los invitados desearan
comer y beber durante la fiesta que duraba por lo menos I. Celebración de una boda.
una semana. Muchas familias trabajaban por años con el fin de A. Los invitados.
reunir el dinero necesario para servir a la gran cantidad de B. Sus tradiciones.
familiares, amigos y vecinos que asistirían. La madre de Jesús, II. Falta de algo esencial.
Jesús, y sus discípulos fueron invitados a una boda en la ciudad
de Caná. El anfitrión de la boda tuvo un problema; se acabó el
A. La petición de una madre.
vino. María fue a Jesús y le presentó el problema. B. El momento apropiado.
III. Vasos para su uso.
María simplemente dijo a Jesús que ya no tenían vino. Jesús
comprendió la vergüenza que esto ocasionaba a la familia; pero A. Las órdenes de una madre.
dijo a María que no era el momento de comenzar su ministe- B. Las órdenes de un hijo.
rio. Cada etapa de la vida de Jesús lo dirigía hacia el momento IV. Un milagro edifica la fe.
para el que había venido a la tierra, su muerte por nuestra sal- A. Obediencia de los criados.
vación. El tiempo de su ministerio estaba perfectamente pla- B. Fe de los discípulos.
neado por Dios. Sin duda, lo que Jesús quiso explicar a su
madre era que hacer vino para bodas no era su ministerio;
pero sí la honró e hizo provisión para la necesidad. María se Actividad
volvió a los criados tan confiada de que Jesús resolvería el pro-
blema, que les dijo que hicieran todo lo que Él les mandara. Los alumnos pueden hacer sencillos jarros
de barro o de plastilina para recordar a
Con órdenes de obedecer a Jesús, los criados se volvieron para Jesús y su milagroso poder para proveer lo
ver qué haría Él en esta situación vergonzosa. Cerca de ellos que necesitamos. Use el barro más barato
había seis grandes tinajas de piedra para agua. Esas tinajas que encuentre. Quizá tenga que hacerlo
podían contener de veinte a treinta galones de agua, que la usted mismo siguiendo una sencilla receta.
gente usaba para lavarse las manos antes de comer. No era una Otra idea es hacer jarros de masa para
simple práctica higiénica, sino un ritual que los judíos creían galletas, y luego hornearlos para comerlos
que los purificaba ceremonialmente antes de estar en compa- en clase.
ñía de otras personas en un ambiente social. Las tinajas esta-
ban vacías puesto que todos se habían lavado las manos al lle-
gar a la fiesta. Jesús dijo a los que servían que llenaran las tina- Crecimiento del maestro
jas de agua. Ellos las llenaron hasta arriba. La lección de hoy nos recuerda que Jesús partici-
Entonces Jesús dijo a los criados que sacaran un poco del líqui- paba en actividades de familia, como las bodas, y
do de la tinaja y lo llevaran en un vaso al maestresala. El maes- que mostraba gran respeto a su madre al honrar
tresala era una persona muy importancia en la boda. Los cria- sus peticiones. Es importante que usted y sus
dos sabían que habían llenado las tinajas con agua, y ahora se alumnos comprendan que el cristianismo se debe
les ordenaba que la llevaran a este hombre importante. ¡Qué poner en práctica primero en nuestra familia. No
gran prueba del milagroso poder de Jesús! podemos comportarnos como cristianos en la
iglesia ni en la comunidad si no somos capaces de
El maestresala no sabía de dónde había venido el vino. Él no demostrar la fe ante nuestra propia familia. A
sabía que había salido del agua en una tinaja, pero los criados veces ese es el lugar más difícil.
sabían lo que había sucedido. Luego el maestresala llamó al
novio y le dijo que el vino que acababan de servir era el mejor.
Su comentario fue el siguiente: “Todo hombre sirve primero el Porción bíblica:
buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior;
mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.” No sólo era Juan 2:1-11
agua milagrosamente convertida en vino, sino que un hombre
culto y de gusto refinado reconoció que era el mejor vino.
Versículo para memorizar:
Juan escribe que este fue el principio de señales que Jesús hizo
en Caná de Galilea. Juan lo llama una señal para destacar que Juan 1:14 – “Y aquel Verbo fue hecho carne, y
Jesús hizo este milagro para revelar su gloria, y no sólo para habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria
resolver una engorrosa situación en un acontecimiento social. como del unigénito del Padre), lleno de gracia y
Esta señal mostró a todos la gloria de Jesús. Ese día sus discí- de verdad.”
pulos vieron esa gloria en acción y pusieron su fe en Él.
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 Jesús sana al hijo de un noble 2-06-B
J Notas para el maestro
esús había estado en Samaria y regresaba a Galilea, el lugar
donde se había criado. Dijo a los discípulos que el profeta
no tiene honra en su propia tierra. Muchas personas cono-
cían a Jesús como el hijo de María y José. Habían oído que con-
virtió el agua en vino en una boda en Caná, pero no podían
olvidar que era sólo un muchacho de la localidad. Para la gente
de Galilea era difícil creer que Jesús era una persona especial.
Esta vez, cuando Jesús fue a Galilea, la gente lo recibió bien. Lo
habían visto hacer muchos milagros en Jerusalén al estar allí
para celebrar la Pascua. Los judíos religiosos habían ido a
Jerusalén, como lo mandaba la Ley, y habían celebrado la fies-
ta. Allí todos hablaban de Jesús y los milagros que hacía. Así
que cuando Jesús regresó a Galilea, la gente quería verlo hacer
milagros allí también. No recibían a Jesús como el Salvador o
el Mesías, sino sólo como un obrador de milagros.
En Caná, la ciudad donde su madre le había pedido que resol-
viera el problema de la falta de vino en una boda, un noble
tenía un hijo muy enfermo. Este hombre, probablemente un
funcionario en la corte de Herodes, vivía en Capernaum, bas-
tante lejos al noreste de Caná. Allí se encontraba su hijo muy
enfermo. Seguramente este funcionario había dado a su hijo
toda la posible ayuda médica, pero estaba a punto de perderlo.
Este noble había oído del poder de Jesús para sanar a los enfer-
mos y hacer milagros, así que fue al encuentro de Jesús para
llevarlo a su casa para que sanara a su hijo.
El noble se dirigió a Jesús y le rogó que viniera y sanara a su
hijo. Jesús le contestó: “Si no viereis señales y prodigios, no cre-
eréis.” Jesús no hablaba sólo al funcionario, pues esta era una
actitud general de todo el pueblo. Jesús sabía que los galileos
no lo aceptaban como el Hijo de Dios sino sólo como un obra-
dor de milagros. Jesús quería que creyeran en Él y que enten-
dieran quién era en realidad. El funcionario del rey siguió
rogándole que pasara a Capernaum para sanar a su hijo.
Jesús no se apresuró a ir a Capernaum con el funcionario del
rey. Jesús no se quejó diciendo que no quería recorrer ese cami-
no tan largo acabando de llegar a Caná. Jesús no juzgó a este
hombre por ser funcionario en la corte de Herodes. Jesús sim-
plemente dijo: “Vé, tu hijo vive.” Esta no era una predicción del
futuro, sino que en ese momento Jesús daba la sanidad. Jesús dio
una promesa al funcionario del rey y eso era suficiente. El noble
confió en la palabra de Jesús y se marchó inmediatamente.
La Biblia dice que mientras el funcionario del rey iba de camino,
sus siervos vinieron a encontrarlo. Se habían apresurado para
dar a su amo la buena noticia. Querían que su amo supiera que
su hijo estaba vivo y que no había muerto como todos habían
previsto. Cuando el funcionario preguntó a los siervos a qué
hora su hijo había comenzado a mejorar, le dijeron que la fiebre
lo había dejado a las siete del día anterior. El padre entendió que
esa era la hora exacta en que Jesús le había dicho “Tu hijo vive”.
El funcionario no sólo se admiró y se sintió profundamente
agradecido, sino que algo mucho más grande sucedió ese día.
La Biblia dice que él y toda su casa reconocieron que Jesús era
más que un obrador de milagros. Creyeron que era el Hijo de
Dios y pusieron su fe en Él.
I. Jesús vuelve a casa.
A. No se le da honra.
B. Falsa bienvenida.
II. El lugar de la boda.
A. El funcionario del rey.
B. Reacción a las noticias.
III. Una petición desesperada.
A. Reacción común.
B. Ruego pidiendo ayuda.
IV. La palabra hablada.
A. Un simple mandato.
B. Una familia transformada.
Actividad
Esta lección nos recuerda que a menudo
hay personas que no reciben la honra que
se merecen. Que cada alumno elija a
alguien que conozca y que pueda honrar.
Quizá sea alguien en la iglesia, en la escuela
o en el vecindario que jamás recibe recono-
cimiento por sus esfuerzos. Que cada alum-
no escriba una nota o una sencilla tarjeta
explicando por qué admira a esa persona,
diciéndole que desea honrarla. Luego entre-
guen las tarjetas personalmente como
expresión de honra.
Crecimiento del maestro
La actividad de hoy ayudará a sus alumnos a de-
sarrollar una mayor sensibilidad hacia las perso-
nas que con frecuencia son pasadas por alto pero
que son importantes. Usted puede dar ejemplo de
agradecimiento cada vez que agradece verbal-
mente a sus alumnos o a otros por algo bueno
que hayan hecho. Su clase lo oirá expresar grati-
tud y todos reconocerán que usted pone atención
a lo que hacen los demás. ¿Cuándo comentó
usted sobre el aula limpia y agradeció a la persona
que hizo los preparativos para que estuviera en
orden para la clase? ¡Hágalo con frecuencia!
Porción bíblica:
Juan 4:43-54
Versículo para memorizar:
Salmo 30:2 – “Jehová Dios mío, a ti clamé, y me
sanaste.”
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 Jesús calma el mar 2-07-B
J Notas para el maestro
esús pasaba largos días rodeado de personas que querían
verlo hacer milagros y oír sus enseñanzas. Cuando estaba
en el templo o en la plaza, las multitudes pronto se reunían. I. Cruzan al otro lado del lago.
Con frecuencia Jesús salía de la ciudad para descansar; pero las A. El fin de un largo día.
multitudes lo rodeaban. Entonces Jesús se sentaba en la grama B. Usaron sus barcas.
para enseñar. Al final de uno de esos largos días, Jesús llamó a II. Un lugar de tormentas.
sus discípulos y les dijo que quería pasar al otro lado del mar
de Galilea. Los discípulos, algunos de ellos perscadores, tenían
A. Marco geográfico.
barcas para hacer la travesía, de modo se subieron en una B. Zona de tormentas.
barca y se fueron. Los que lo seguían llenaron otras barcas para III. Azota la tormenta.
ir a donde iba Jesús. A. Jesús dormía.
Los discípulos conocían bien el mar. Se embarcaron en el terri- B. Una furiosa tormenta.
torio de Galilea y desembarcarían en lo que se conocía como la IV. Reacción a la tormenta.
región de los gadarenos. El mar de Galilea, en realidad un lago A. Pánico de los discípulos.
muy grande, estaba rodeado de montañas. Con frecuencia el B. Señor de la naturaleza.
agua se alteraba con los cambios repentinos de las condiciones
climatológicas. Los vientos frescos del Mediterráneo entraban
por los pasajes montañosos y hacían contacto con el aire calien- Actividad
te y húmedo del lago. El choque entre ambas corrientes de aire
causaba repentinas y violentas tormentas. El mar de Galilea era La lección de hoy se enriquecería al pedir a
como un segundo hogar para los pescadores. Ellos conocían un meteorólogo u otra persona versada en
bien los riesgos que se corrían al navegar esa tormentosa zona. climatología que explique cómo se desatan
tormentas como la que azotó el mar de
Agotado, Jesús buscó un lugar apartado para descansar. Pronto Galilea. Otro huésped podría explicar a la
dormía sobre un almohadón que de costumbre se guardaba bajo clase algo sobre las barcas o darles una idea
el asiento en la popa de la barca. Sabía que los discípulos tenían de cómo eran tales embarcaciones en los
experiencia en el manejo de la barca. También sabía que pronto tiempos de Jesús.
se encontraría con más personas necesitadas, y sabiamente
buscó un lugar para descansar. De repente azotó una tormenta.
El viento soplaba con furor y grandes olas estallaban contra la Crecimiento del maestro
barca. Los hombres remaban frenéticamente pero no avanzaban Con frecuencia pedimos a Dios que nos manten-
nada. Parecía que la barca estaba destinada a perecer, pues se ga a salvo de las tormentas de la vida. Esperamos
había inundado con el agua, azotada por los recios vientos. que nuestra condición de ser cristianos nos hará
Los discpípulos creían que estaban a punto de morir. inmune a los problemas o a las pruebas, y de
Despertaron a Jesús llenos de pavor. Clamaron diciendo: alguna manera suponemos que Dios mantendrá
“Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?” Quizá les admi- nuestra vida en perfecta paz en todo momento.
raba que Jesús pudiera dormir durante semejante peligro, La lección de hoy nos recuerda que Jesús no sim-
cuando temían morir ahogados. No pidieron a Jesús que los pre nos evitará las tormentas, pero que sí estará
ayudara. Sin duda lo despertaron para lo que creían que sería con nosotros en todo momento, y que siempre
el fin de su vida. nos dará su paz en medio de los problemas, pues
Él es el Dios poderoso a quien aun el viento y las
La reacción de los discípulos ante la tormenta fue de temor, olas obedecen.
pero Jesús se levantó y reprendió al viento y a las olas, diciendo:
“Calla, enmudece.” El viento cesó y el mar se calmó. Entonces
Jesús se volvió y dijo a los discípulos: “¿Por qué estáis así ame- Porción bíblica:
drentados? ¿Cómo no tenéis fe?” Ellos habían visto a Jesús hacer
Marcos 4:35-41
poderosos milagros. Habían dicho que creían que era el Hijo de
Dios, pero pensaban que se iba a ahogar con ellos esa noche.
Los discípulos estaban atónitos por lo que acababan de ver, y se
preguntaban unos a otros: “¿Quién es éste, que aun el viento y
Versículo para memorizar:
el mar le obedecen?” Esa noche, mientras remaban hacia la ori- Marcos 4:41 – “¿Quién es éste, que aun el viento y
lla, debieron haber seguido atónitos ante el poder de Jesús para el mar le obedecen?”
dominar los elementos de la naturaleza. Con los años de expe-
riencia que tenían del mar, sabían que ningún ser humano
podía controlar el viento y las olas como acababan de ver. Una
vez más habían visto un milagro que fortaleció su fe en Jesús
como el Hijo de Dios.
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 La prédica en Nazaret 2-08-B
D Notas para el maestro
espués de casi un año de ministerio público y de grandes
milagros, Jesús regresó a Nazaret, la ciudad en la que se
había criado. Era costumbre de Jesús ir a la sinagoga el día
de reposo. Para los hombres judíos la sinagoga era el centro de
reunión y donde estudiaban las Escrituras. Durante el exilio,
cuando los judíos no se podían reunir en el templo, comenza-
ron la costumbre de estudiar la Ley de Dios en las sinagogas.
Dondequiera que se reunían diez hombres judíos, organizaban
una sinagoga. El líder de la sinagoga dirigía el servicio e invita-
ba a los maestros visitantes a enseñar. Jesús viajaba por muchas
ciudades y pasaba el día de reposo enseñando en las sinagogas.
La práctica común era que un maestro se pusiera de pie, abriera
el libro, y luego se sentara para comenzar a enseñar o explicar
lo que acababa de leer.
Ese día en Nazaret, Jesús era el maestro invitado a leer. Le entre-
garon el libro del profeta Isaías. Todos tenían los ojos puestos
en Él cuando abrió el libro y escogió un pasaje para leer. Jesús
leyó el pasaje del libro de Isaías, donde dice: “El Espíritu del
Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados
de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los cie-
gos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agra-
dable del Señor.” Esta porción bíblica se refería claramente a la
promesa de Dios de dar libertad y sanidad a su pueblo por
medio del Redentor o Mesías. El mensaje de buenas nuevas era
para los pobres, los enfermos, los encarcelados, los ciegos y los
oprimidos. El ministerio del Mesías sería para toda necesidad
humana y sería un ministerio ungido, no por aceite, sino por el
Espíritu Santo. La Biblia con frecuencia hace referencia al
ministerio de Jesús como “en el poder del Espíritu”.
Cuando Jesús abrió el libro, hizo una poderosa declaración:
“Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.” La
gente oyó atentamente sus palabras, y se preguntaba cómo
podía hablar tan bien. Ellos conocían a Jesús como el hijo de
José el carpintero, un niño que se había criado con ellos.
Entonces Jesús comenzó a hablarles seriamente de su falta al
no aceptar su ministerio. Les explicó lo difícil que era recibir el
honor que se merecía de parte de quienes lo conocían tan bien.
Jesús usó las Escrituras que ellos conocían para aclarar lo que
quería decir. Les explicó que aunque había muchas viudas en
Israel, Elías el profeta tuvo que ir a una viuda gentil en Sidón
para hacer un milagro durante la sequía. Aunque había
muchos leprosos en Israel, Dios usó al profeta Eliseo para
sanar milagrosamente al sirio Naamán. Ambos ejemplos de
famosos profetas demostraban cómo los judíos habían recha-
zado la palabra de Dios y, por lo tanto, Dios tenía que recurrir
a los gentiles para encontrar fe.
Estos ejemplos enojaron a los judíos. Sabían que Jesús estaba
reprendiéndolos públicamente y amenazándolos con llevar el
favor del Señor a los gentiles. Los hombres se levantaron, y lle-
nos de ira, lo sacaron de la ciudad. La multitud llevó a Jesús a
la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad
para despeñarlo. Pero Jesús pasó entre ellos y se fue a otra ciu-
dad. El momento de la muerte de Jesús todavía estaba por
venir, fijado en el tiempo perfecto de Dios.
I. Regreso a Nazaret.
A. Costumbre del día de reposo.
B. Prácticas de la sinagoga.
II. Pasaje de Isaías.
A. Las buenas nuevas.
B. El año agradable del Señor.
III. Enseñanza de Jesús.
A. Se cumplen las Escrituras.
B. Oidores curiosos.
IV. Furioso rechazo.
A. No hay honor en su casa.
B. Escape de entre la multitud.
Actividad
Converse con la clase sobre las costumbres y
prácticas que se observan en su iglesia.
Desde el momento en que llega la gente
hasta que termina el culto, ¿cuáles son algu-
nas de las cosas que se hacen en su iglesia?
Puede ser que algunos alumnos tengan muy
poco trasfondo en la iglesia, y sería útil que
comprendan las prácticas y los propósitos de
todo lo que forma parte de un culto normal
en su iglesia. Con la ayuda de los alumnos
hagan una lista de lo que han visto y hablen
luego del significado o propósito de ello.
Crecimiento del maestro
La lección de hoy tiene una sólida conexión con
el Antiguo Testamento. Siempre que una lección
se relacione con otro pasaje, es bueno ir directa-
mente a ese pasaje y leerlo para ver más clara-
mente la relación entre ambos. Una Biblia con
referencias o notas de estudio puede ser muy útil
e informativa para explicar mejor una lección. A
través de sus enseñanzas Jesús hizo referencia a
pasajes del Antiguo Testamento, la Palabra escrita
que tenían disponible en esos días.
Porción bíblica:
Lucas 4:14-30
Versículo para memorizar:
Lucas 4:32 – “Y se admiraban de su doctrina, por-
que su palabra era con autoridad.”
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 Marta y María 2-09-B
J Notas para el maestro
esús iba de ciudad en ciudad seguido de sus discípulos y
otros que se interesaban en su ministerio. Jesús les enseñaba
los principios del reino de Dios y también sanaba a los enfer- I. Un hogar cordial.
mos que le traían. Un día, mientras Jesús se dirigía a Jerusalén, A. El pueblo.
lo invitaron a visitar un hogar en un pueblito llamado Betania, a B. La familia.
casi dos millas de Jerusalén. Fue una mujer llamada Marta que II. Un huésped especial.
lo invitó a su casa para que descansara. También tendría un
lugar cómodo para enseñar. Era un honor invitar a un maestro
A. Jesús enseñó.
visitante. Marta tenía una hermana llamada María y un herma- B. Los que escuchaban.
no llamado Lázaro. Los tres se hicieron amigos muy especiales III. Una indignada queja.
de Jesús. A. El trabajo de Marta.
Quizá ofrecieron a Jesús una silla o un asiento reclinado muy B. Falta de ayuda.
cómodo, y los demás se sentaron a su alrededor para escuchar IV. Una respuesta clara.
atentos lo que les enseñaba. Generalmente, a los hombres, les A. Las preocupaciones.
lavaban los pies y las manos después de largos viajes por cáli- B. Lo mejor.
dos y polvorientos caminos. Se les daba comida y bebida, una
práctica común de hospitalidad. Normalmente las mujeres se
ocupaban de limpiar, cocinar, servir las bebidas y atender a Actividad
los invitados.
Los alumnos pueden hacer un mapa de la
Algo muy diferente sucedió en la casa de Marta ese día. Marta región de Palestina durante la vida de Cristo.
estaba ocupada tratando de atender a Jesús y a sus discípulos, Busque un mapa apropiado para que puedan
pero María no la ayudaba con las tareas del servicio. Ella estaba poner los nombres de las ciudades y los luga-
sentada a los pies de Jesús, escuchando lo que Él les enseñaba. res en los que Jesús hizo milagros o en los
Esto no era normal en esa cultura, y Marta se sintió frustrada. que impartió enseñanzas importantes.
Ella trabajaba duro y quería que María la ayudara. Por fin, También pueden hacer un mapa dimensional
Marta se dirigió a Jesús y le dijo: “Señor, ¿no te da cuidado que con barro o plastilina para incluir también la
mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.” topografía de la región.
Jesús recibió la queja de Marta y la petición de que ordenara a
María que la ayudara, y le dio a Marta una clara respuesta.
Jesús no ordenó a María que ayudara a Marta. Jesús se dirigió a
Crecimiento del maestro
Marta y le enseñó una lección. Jesús aseguró a Marta que Él se Como maestro, puede ser fácil que se ocupe tanto
había fijado que ella estaba afanada con todos los detalles de su con las actividades de la iglesia, de la clase o de
hospitalidad. Jesús recibía las provisiones de Marta, pero no sus otras responsabilidades que se le haga difícil
quería que ella siguiera preocupándose por los detalles del ser- tener tiempo para sentarse solo y escuchar tran-
vicio. Jesús le dijo: “Marta, Marta, afanada y turbada estás con quilo lo que el Señor le esté tratando de decir.
muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha esco- Procure buscar oportunidades para descansar y
gido la buena parte, la cual no le será quitada.” pasar tiempo a los pies de Jesucristo.
Servir siempre será una parte del ministerio. Pero el Señor que-
ría que Marta entendiera que era más importante detenerse y Porción bíblica:
sentarse a sus pies y escuchar sus palabras que ocuparse de ser-
vir a los invitados. Jesús dio a entender que no iba a reprender a Lucas 10:38-42
María; más bien, la honró con sus palabras. Jesús le explicó que
María, no Marta, había escogido hacer lo más importante de la
vida. El ocupado horario de las actividades del ministerio puede Versículo para memorizar:
hacer a muchos perder lo mejor, que es el tiempo que se pasa Salmo 105:3 – “Gloriaos en su santo nombre; alé-
en la presencia del Señor. grese el corazón de los que buscan a Jehová.”
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 La visita de Nicodemo 2-10-B
E Notas para el maestro
n la lección de hoy un hombre llamado Nicodemo fue de
noche a hablar con Jesús. Nicodemo era fariseo, un miem-
bro del concilio gobernante. Había en Palestina cerca de
seis mil fariseos, palabra que quiere decir “los separados”. Eran
maestros, ejemplo de hombres religiosos, y se habían tomado
la tarea de ser guardianes de la Ley. Eran muy estrictos sobre la
observancia de la Ley pero eran hipócritas en cuanto a cómo
debía hacerse.
Nicodemo, un fariseo, había visto varios milagros hechos por
Jesús, y esto dio lugar a que surgieran muchas interrogantes
sobre quién era Jesús. Nicodemo llamó a Jesús “Rabí”, lo que
quería decir que lo consideraba un maestro respetado. Le dijo:
“Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque
nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios
con él.” Es obvio que había preguntas en la mente de
Nicodemo acerca de este Jesús obrador de milagros.
Jesús respondió con esta declaración: “De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de
Dios.” Nicodemo no entendió esta declaración. Como fariseo
estaba preparado para discutir con Jesús acerca de la Ley. Tenía
muchas respuestas si Jesús ponía en tela de duda sus enseñanzas.
Pero esta audaz declaración lo sorprendió tanto que preguntó:
“¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso
entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?”
Jesús comenzó a enseñar a Nicodemo una importante lección.
Le explicó que nadie puede entrar al reino de Dios a menos
que nazca de agua y del Espíritu. Hay dos tipos de nacimiento.
Por el primer nacimiento venimos a este mundo. Es el naci-
miento natural o físico cuando salimos del vientre de nuestra
madre. Pero también existe una parte espiritual. Necesitamos
entregar nuestro corazón a Cristo para recibir la limpieza espi-
ritual, algo que suecede en el corazón de la persona.
Para aclarar todo esto a Nicodemo, Jesús explicó exactamente
cómo Dios planeó la salvación del mundo. Hablando a un fari-
seo que había estudiado la Ley, Jesús le recordó acerca del
momento en el desierto cuando Moisés tuvo que levantar en
una asta una serpiente de bronce para que el pueblo rebelde la
mirara y se salvara de las mortíferas mordeduras de las ser-
pientes. De la misma manera Jesús, el Hijo del Hombre, sería
levantado en una cruz, para que todo el que en Él creyere fuera
salvo. Jesús con frecuencia se refería a sí mismo como el Hijo
del Hombre.
Lee cuidadosamente Juan 3:16-21. Dios tenía un plan para la
salvación del mundo. Ese mismo mensaje del evangelio, las
buenas nuevas, es para nosotros. Algunos todavía prefieren
vivir en tinieblas, pero nosotros queremos estar entre los que
aceptan su luz, ¿verdad que sí? No sabemos cómo respondió
Nicodemo esa noche, pero para ser salvo es necesario que
pidamos perdón por nuestros pecados, que creamos que Jesús
es el Hijo de Dios que murió en la cruz para pagar el precio
por nuestros pecados, y que confesemos que Él es nuestro
Señor, el que gobierna nuestra vida. Si has hecho esto, tienes
vida eterna.
I. Una visita nocturna.
A. Un hombre importante.
B. Había visto milagros.
II. Una audaz declaración.
A. Jesús dijo la verdad.
B. Nicodemo preguntó cómo.
III. Dos tipos de nacimiento.
A. Nacimiento físico.
B. Nacimiento espiritual.
IV. El gran plan de Dios.
A. Jesús es levantado.
B. Salvación para el mundo.
Actividad
Los alumnos pueden hacer un simple dibujo
que los ayudará a recordar la verdad que
Nicodemo aprendió esa noche. Use un peda-
zo de papel negro para el fondo. Añada estre-
llas en el cielo, ya sea estrellitas engomadas o
estrellas recortadas de papel para pegarlas
con goma. Luego use un crayón o marcador
negro con el cual escribir en una tira de papel
blanco el versículo para memorizar. Esto se
ha de pegar en la parte inferior de la escena.
(Los alumnos mayores pueden añadir al
dibujo siluetas blancas de Jesús y Nicodemo.)
Crecimiento del maestro
En los días de Nicodemo la gente aprendía la ver-
dad de Dios escuchando a los maestros que les
leían los pergaminos en la sinagoga y les explica-
ban el pasaje, o de los que reunían a las personas
para enseñarles. Hoy tenemos el gran privilegio
de poder estudiar la Palabra de Dios personal-
mente. Como maestro, usted debe escudriñar las
Escrituras todos los días para aprender más acer-
ca de Dios y para ser como Él. También necesita
animar a sus alumnos para que estudien la Biblia.
Ellos necesitan más estudio en la palabra de Dios
del que reciben de usted en clase.
Porción bíblica:
Juan 3:1-21
Versículo para memorizar:
Juan 3:3 – “De cierto, de cierto te digo, que el que
no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”
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 La mujer samaritana 2-11-B
J Notas para el maestro
esús había enseñado a grandes multitudes en la región de
Judea y su buen éxito en el ministerio le trajo conflicto con
los líderes religiosos, de modo que decidió regresar a la
región de Galilea. Era costumbre que los judíos atravesaran el
río Jordán al dirigirse a Galilea hacia el norte para evitar pasar
por Samaria. Pero en este viaje Jesús pasó por Samaria.
A eso del mediodía Jesús se detuvo a descansar junto al pozo de
Jacob en las afueras de un pueblo llamado Sicar. Los discípulos
fueron al pueblo a comprar comida. Por lo general, las personas
esperaban hasta la tarde para sacar agua del pozo y evitar el calor
del mediodía. Pero algunas mujeres iban a sacar agua al mediodía
para evitar la mucha gente que iba por la tarde. Una mujer llegó
al pozo y Jesús le pidió agua para beber. Esto la sorprendió, por-
que los judíos odiaban a los samaritanos y ni siquiera quería
tocar una taza de un samaritano.
Jesús comenzó una conversación con la mujer samaritana aun-
que no era costumbre que los rabís hablaran a las mujeres. Jesús
le dijo que si ella supiera quién era Él, le pediría agua de vida.
Jesús le explicó que todo el que bebiera el agua del pozo volvería
a tener sed, pero los que recibían su agua jamás volverían a tener
sed sino que tendrían vida eterna dentro de sí. Esto intrigó a la
mujer y le pidió de esa agua para no volver a tener sed jamás.
Entonces Jesús le dijo que fuera a llamar a su esposo. La mujer
dijo que no tenía esposo. Jesús le dijo que ella se había casado
cinco veces y que ahora vivía con un hombre que no era su
esposo. Ella no sólo se admiró de que este extraño conociera su
vida pecaminosa, sino que sospechó que pudiera ser un profe-
ta. La mujer retó a Jesús respecto de la antigua disputa entre
los judíos y los samaritanos acerca del lugar donde se debía
adorar a Dios. Jesús le dijo que el lugar no es tan importante
como adorar a Dios en espíritu y en verdad. Luego le explicó
que Él era el Salvador.
Los discípulos regresaron del pueblo y se sorprendieron al ver
a Jesús hablando con una mujer. Ella dejó su cántaro y corrió
al pueblo. Ellos prepararon la comida e invitaron a Jesús a
comer. Él los volvió a sorprender. Jesús dijo: “Yo tengo una
comida que comer, que vosotros no sabéis.” Cuando los discí-
pulos preguntaron quién le había dado de comer. Jesús les
explicó que no era comida física, sino que se alimentaba
haciendo la voluntad del Padre. El viaje a Samaria no fue por
casualidad y su conversación con la mujer samaritana no fue
un accidente. Cada paso de su día era parte del perfecto plan
de Dios. Así como el agricultor siembra la semilla y luego reco-
ge la cosecha cuando está lista, así Jesús quería que considera-
ran a los perdidos, como una “cosecha” que espera oír las bue-
nas nuevas de salvación.
Rápidamente la mujer samaritana difundió la noticia por todo
el pueblo. Dijo que Jesús sabía toda su vida y los invitó a ir a
verlo, preguntándose si Él sería el Cristo. Muchos oyeron el tes-
timonio de la mujer y creyeron. Fueron y pidieron a Jesús que
se quedara con ellos unos días para que les enseñara. Jesús se
quedó dos días más en Sicar y enseñó a la gente. Muchos más
creyeron y dijeron a la mujer: “Ya no creemos solamente por tu
dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que
verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.”
I. De camino a casa.
A. La popularidad trae conflicto.
B. Jesús pasó por Samaria.
II. En el pozo de Jacob.
A. Descanso al mediodía.
B. Una mujer samaritana.
III. Conversación con la samaritana.
A. Jesús le revela su vida.
B. El agua de vida.
IV. Muchos creyeron.
A. Ella difundió las noticias.
B. Ellos vinieron para oír.
Actividad
Dirija un intercambio de ideas entre los
miembros de la clase sobre los tipos de
gente que podrían ser “samaritanos” para
sus alumnos. Para algunos, podría ser la
gente de diferente color, religión o país.
Para otros, puede ser el género opuesto, o
los más jóvenes o los mayores. A veces el
vivir en un vecindario distinto o asistir a
una escuela diferente puede ser suficiente
para causar prejuicio. Hablen sobre cómo
podemos llegar a estas personas como lo
hizo Jesús.
Crecimiento del maestro
Tener mala opinión de otra gente no es algo que
solo puede suceder a los alumnos. A veces el
maestro puede alimentar prejuicios contra algu-
nos alumnos. Podemos decidir por adelantado,
debido a su trasfondo u otros rasgos, que no
aprenderán mucho o que quizá rechazarán nues-
tras lecciones. Pida al Señor que le permita ver a
los alumnos como Él los ve y luego guarde su
corazón contra el prejuicio.
Porción bíblica:
Juan 4:1-42
Versículo para memorizar:
Juan 4:14 – “Mas el que bebiere del agua que yo le
daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo
le daré será en él una fuente de agua que salte para
vida eterna.”
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 Zaqueo, el hombre pequeño 2-12-B
J Notas para el maestro
esús entró a Jericó, una antigua ciudad a casi cinco millas al
oeste del Jordán y quince millas al noreste de Jerusalén. Al
pasar por las calles de la ciudad, grandes multitudes se reu-
nieron alrededor de Él. Había allí un hombre llamado Zaqueo,
jefe de la oficina recaudadora de impuestos. Esto hacía a Zaqueo
muy rico y odiado por los judíos. Los que recogían impuestos
eran agentes judíos que trabajaban para el gobierno romano y
eran detestados por ayudar al conquistador pagano y por
defraudar a sus propios compatriotas. Era común que los recau-
dadores añadieran sus propios impuestos al pueblo, que con fre-
cuencia cambiaran las leyes correspondientes, y que se aprove-
charan de la gente para enriquecerse. Zaqueo era un hombre al
que todos odiaban, pero él quería ver a Jesús.
Debido a la multitud, a Zaqueo se le hizo imposible ver a Jesús.
Zaqueo era bajo de estatura y no había modo de que pudiera
ver por encima del gentío. Así que se apresuró a adelantarse en
la dirección que llevaba Jesús por la ciudad. Vio un árbol sicó-
moro al que se subió para verlo pasar desde allí. El árbol quizá
tendría treinta o cuarenta pies de altura, con tronco y ramas
fuertes que podían sostener el peso de un adulto. Este era el
lugar perfecto para que Zaqueo pudiera ver bien a Jesús.
Cuando Jesús llegó al lugar donde estaba Zaqueo, se detuvo y
alzo los ojos hacia él. “Zaqueo –le dijo–, date prisa, desciende,
porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.” Zaqueo se
apresuró a bajar del árbol y con gusto recibió a Jesús en su
casa. Las multitudes habían visto este admirable suceso. Todos
sabían que Zaqueo era el jefe de la oficina de impuestos y
comenzaron a murmurar porque Jesús iba a su casa. No po-
dían creer que Jesús entrara en casa de un “pecador”. Los
recaudadores de impuesto, los asesinos, y otra gente mala eran
todos considerados pecadores, y la gente religiosa jamás pasa-
ría tiempo con ellos.
Jesús pasó por alto la murmuración de la multitud y siguió a
Zaqueo hasta su casa. Allí Jesús se gozó comiendo con Zaqueo
y sus amigos. Luego el anfitrión se puso de pie ante Jesús y
todos sus invitados para dar un discurso. Dijo: “He aquí, Señor,
la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defrau-
dado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.” Era evidente que
Zaqueo había oído la enseñanza de Jesús sobre cuidar de los
pobres y no engañar a la gente, pero Jesús no había dicho a
Zaqueo que hiciera esto. Zaqueo respondía a la enseñanza del
Señor, y con un nuevo corazón quería hacer lo bueno después
de llevar una vida de pecado.
Jesús respondió a Zaqueo: “Hoy ha venido la salvación a esta
casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.” Jesús no sólo
se refería al hecho de que Zaqueo era descendiente de
Abraham, sino que decía a todos que al seguir las enseñanzas
de Jesús uno también sigue los pasos de Abraham, quien creía
a Dios y lo seguía de todo corazón. Entonces Jesús simplemen-
te volvió a declarar el verdadero propósito de su vida aquí a la
tierra: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo
que se había perdido.” Este versículo clave en el libro de Lucas
dirige nuestra atención al Mesías, el Salvador, quien vino para
redimir a todo el mundo.
I. Jesús entra a Jericó.
A. Jesús pasaba por allí.
B. Un hombre llamado Zaqueo.
II. Un dilema resuelto.
A. Las calles llenas de gente.
B. La solución de un hombre pequeño.
III. Una parada en el camino.
A. La petición de Jesús.
B. La desaprobación de la multitud.
IV. Un verdadero seguidor.
A. Un audaz discurso.
B. El propósito del Salvador.
Actividad
A los alumnos quizá les guste representar
en un drama la lección de hoy. Un alumno
puede ser Jesús que va por la calle mientras
todos se amontonan al frente de modo que
el que hace de Zaqueo no pueda ver. Luego
con una caja, una escalerita o un banco,
haga de cuenta que Zaqueo se sube al árbol
para poder ver. Luego dramaticen lo que
siguió. También puede usar el cántico con
ademanes que representa esta historia.
Crecimiento del maestro
Algunas lecciones sugieren una labor manual
para reforzar los sucesos o principios de la lec-
ción. Se pueden hacer muchas labores manuales
con cosas sencillas que se encuentran en la natu-
raleza o aun cosas que otros consideren “basura”.
La lección de hoy sería un ejemplo del sencillo
uso de un palito para representar el árbol y un
pequeño objeto o figura de papel para representar
al hombre pequeño. Haga uso de la creatividad
para buscar lo necesario.
Porción bíblica:
Lucas 19:1-10
Versículo para memorizar:
Lucas 19:10 – “Porque el Hijo del Hombre vino a
buscar y a salvar lo que se había perdido.”
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 Jesús y los niños
E Notas para el maestro
ra común que se reunieran grandes multitudes siempre
que Jesús se detenía a enseñar. Toda clase de gente iba a oír
a Jesús. Los líderes religiosos iban para tratar de sorpren-
derlo en sus palabras o a buscar una excusa para destruirlo
públicamente. Los pobres iban con la esperanza de recibir
ayuda o comida. Los enfermos, los ciegos, los cojos y otros físi-
camente afectados venían buscando la sanidad. Los oprimidos
venían con la esperanza de ser liberados de los malos espíritus
que los atormentaban. Cualquiera que fuese la razón, las mul-
titudes siempre rodeaban a Jesús y a sus discípulos que en todo
tiempo estaban listos para tratar de mantener el orden.
Un día, muchos padres llevaron a sus bebés y a sus niñitos al
lugar donde Jesús enseñaba. Querían que Jesús pusiera las
manos sobre sus hijos y los bendijera. Por lo que leemos en el
Antiguo Testamento, sabemos que poner las manos sobre los
niños y pronunciar una bendición era una práctica importante
y significativa. En las Escrituras leemos que los padres reunían
a todos sus hijos y luego daban una bendición individual a
cada uno. Estos padres querían que sus hijos recibieran un
toque y una bendición directamente de Jesús.
Sólo podemos imaginarnos el alboroto que surgiría cuando tan-
tos padres con sus hijos trataban de abrirse paso entre la multi-
tud para ser bendecidos por Jesús. Quizá había bebés que llora-
ban mientras los padres se empujaban unos a otros para llegar al
frente con ellos. Tal vez algunos de los pequeñitos andaban
corriendo, jugando y haciendo más alboroto; o se habían senta-
do en la falda de Jesús en vez de permanecer respetuosamente de
pie como los adultos. Quizá los discípulos habían decidido que
era mejor controlar la situación. Comenzaron a reprender a los
padres, hablándoles duramente para que se llevaran a sus niños
y no molestaran a Jesús.
Cuando Jesús vio esto, dejó lo que hacía y habló directamente a
los discípulos. “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis;
porque de los tales es el reino de Dios”, dijo. Jesús enfocó dos
asuntos. Primero, indicó a los discípulos que Él estaba a disposi-
ción de los niños lo mismo que de los adultos; que los niños
eran importantes y que no eran una molestia para Él. Jesús sería
el Señor y el Salvador de ellos. Jesús también les dio un ejemplo
visible de la clase de persona que sería parte de su Reino.
Jesús siguió hablando a los discípulos: “De cierto os digo, que
el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en
él.” Jesús usó la frase “de cierto os digo” en varias ocasiones
para enfatizar un aspecto serio. Este asunto era crítico para
comprender de qué modo la persona se hace cristiana. Jesús
quería aclarar cómo se recibe la salvación. No puede ganarse
con obras ni posición, ni con preparación académica ni rique-
zas. No es tan compleja que sólo un adulto la pueda obtener,
sino que el amor de Dios simplemente ha venido mediante la
muerte de su Hijo Jesús, y hasta un niño puede aceptar la sal-
vación como una dádiva. La gracia de Dios se debe recibir
como regalo, no como algo que se obtiene por el esfuerzo
humano. Así como el bebé depende de los demás, nosotros
debemos depender de Jesús para todo. Él será nuestro provee-
dor, sanador, consejero y guía, pues sin Él nada somos.
2-13-B
I. Las multitudes rodean a Jesús.
A. Los que llegaron.
B. Los discípulos imponen orden.
II. El alboroto de los niños.
A. Los padres llevaron a los niños.
B. Los discípulos los reprendieron.
III. Jesús vio esto.
A. Su reacción.
B. Sus palabras.
IV. Se imparte la bendición.
A. La acción de Jesús.
B. El reino de Dios.
Actividad
Invite al pastor para que hable sobre la
práctica de dedicar a los niños. Puede ense-
ñarles que la lección de hoy es la base para
esta práctica en la iglesia. El pastor sostiene
en los brazos a un bebé o a un niñito y pide
al Señor que lo bendiga y que también diri-
ja a los padres para criar al niño de modo
que llegue al conocimiento y a la aceptación
del Señor como su Salvador. Quizás uno de
los padres pueda contarle a la clase lo que
significó para la familia dedicar a su hijo.
Crecimiento del maestro
Según la capacidad de sus alumnos, considere
cuánto pueden aprender de cada versículo para
memorizar. El versículo de hoy sería excelente
junto con el siguiente versículo para que los
alumnos con mayor capacidad lo memoricen.
Para algunos alumnos será suficiente aprender
sólo la frase “Dejad a los niños venir a mí”. Lo
importante es que ellos comprendan el concepto
que encierra este versículo, no sólo que memori-
cen las palabras sin entenderlas.
Porción bíblica:
Marcos 10:13-16; Mateo 19:13-15; Lucas 18:15-17
Versículo para memorizar:
Marcos 10:14 – “Dejad a los niños venir a mí, y no
se lo impidáis; porque de los tales es el reino de
Dios.”
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2-13-B
 El joven rico
U Notas para el maestro
n día un hombre se acercó a Jesús con una pregunta intere-
sante. No sabemos cómo se llamaba, pero sabemos que era
joven, rico, y probablemente miembro de un concilio o tri-
bunal oficial. Se apresuró a Jesús, para que este considerara su
pregunta urgente. Cuando se postró a los pies de Jesús, mostró
que se sentía muy honrado por poder hacer su pregunta perso-
nalmente a Jesús, un gran maestro. El joven preguntó: “Maestro
bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?”
Jesús respondió preguntándole por qué usaba la palabra
bueno. Jesús explicó que no se trataba de las cosas buenas que
pudiera hacer, sino de la bondad de Dios. Dijo que sólo hay
uno bueno. El joven sabía que Dios es el único que es total-
mente bueno. Jesús quería que este joven comprendiera que
Dios en su bondad ha dado la salvación; no puede ganarse con
las buenas obras. Pero Jesús le dijo que sí debemos obedecer
los mandamientos para agradar a Dios.
El joven preguntó a Jesús cuáles mandamientos necesitaba
obedecer. Jesús comenzó a mencionar los Diez Mandamientos,
todo lo que se refiere a la manera en que debemos tratarnos
unos a otros. El joven debió haber sonreído. “Todo esto lo he
guardado”, aseguró a Jesús, e insistió en que había guardado
esos mandamientos desde su niñez. Según la costumbre judía,
desde la edad de trece años había tenido que obedecer los
mandamientos escritos en la Ley. Pero esto no le había dado la
salvación. Entonces el joven preguntó qué era lo que todavía le
faltaba para tener la vida eterna. Jesús sabía que no era la obe-
diencia a un conjunto de reglas, sino la condición del corazón
lo que estorbaba al joven a seguir a Dios.
Jesús contempló con mucho amor el rostro del ansioso joven y
le enseñó lo único que le faltaba. Jesús dijo: “Vende lo que tie-
nes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven,
sígueme.” Cuando el joven oyó estas palabras de Jesús, se fue
muy triste. Él tenía muchas riquezas y no podía renunciar a
ellas. Jesús pide que pongamos toda nuestra fe y confianza en
Él, pero el joven no pudo permitir que Jesús ocupara el lugar
de la fe que tenía en su riqueza.
Jesús se volvió a sus discípulos y dijo: “De cierto os digo, que
difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez
os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una
aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” Los discípulos se
asombraron de estas palabras. Ellos suponían que los ricos, los
que tenían más preparación y poder seguramente serían los
primeros en el reino de Dios, así como lo eran en el mundo.
Pero Jesús les acababa de decir que era casi imposible. El came-
llo era el animal más grande que se conocía entonces en esa
region. Decir que podía pasar por los agujeros más pequeños
que se pudieran imaginar era lo mismo que decir que era
imposible que se salvara un rico. Inmediatamente le pregunta-
ron: “¿Quién, pues, podrá ser salvo?”
Jesús calmadamente contestó su pregunta: “Para los hombres
esto es imposible; mas para Dios todo es posible.” Las riquezas
no pueden comprar un lugar en el cielo. La salvación es para
todos los que aceptan la gracia de Dios. Con fe en Dios cual-
quiera puede ser salvo.
2-14-B
I. Una profunda inquietud.
A. El hombre.
B. La pregunta.
II. El concepto de lo bueno.
A. Las buenas obras.
B. La bondad de Dios.
III. La base de la obediencia.
A. Mandamientos para obedecer.
B. La condición del corazón.
IV. El problema de las riquezas.
A. El reto.
B. La promesa.
Actividad
Los alumnos pueden hacer un rompecabe-
zas sencillo de la lección de hoy. Primero
coloree una copia de la ayuda visual de esta
historia. Recórtela en pedazos como los de
un rompecabezas. Revuelva los pedazos
para que los alumnos vuelvan a formar el
dibujo. Hable de cómo el joven rico se
“rompió la cabeza” confundido por el con-
cepto de la salvación, pero que con Dios
todo es posible.
Crecimiento del maestro
Algunas de las actividades sugeridas en este plan
de estudio pueden usarse como proyectos indivi-
duales. Los alumnos podrían hacer una labor
manual para llevarla a casa y repasar la historia
con la familia, o para tenerlo como recordatorio
de la lección. Pero usted también puede optar por
hacer un proyecto todos juntos. Esto puede ser
útil para los alumnos pequeños o cuando el pre-
supuesto o los materiales no sean abundantes.
También puede fomentar la unidad en la clase.
Porción bíblica:
Mateo 19:16-26; Marcos 10:17-27; Lucas 18:18-27
Versículo para memorizar:
Efesios 2:8 – “Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios.”
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2-13-B
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 Una cena milagrosa 2-15-B
U Notas para el maestro
n día, al pasar Jesús al otro lado del mar de Galilea, lo
siguió una gran multitud. Las personas habían visto a
Jesús hacer muchos milagros, y querían verlo hacer más.
Ya casi era tiempo de la celebración anual de la Pascua, y
mucha gente se reunía alrededor de los maestros con renovado
interés. Una vez al año los judíos se reunían en Jerusalén para
celebrar la salida de la esclavitud de Egipto. Jesús llevó a sus
discípulos al monte y se sentó con ellos allí. Vio una gran mul-
titud que se acercaba.
Al ver Jesús la multitud que se dirigía hacia ellos, sabía que
tendrían hambre y que estarían cansados después de una larga
caminata. Jesús vio la necesidad y se volvió a sus discípulos
para probar la fe de ellos. Jesús le preguntó a Felipe, el discípu-
lo que había vivido no muy lejos de ese monte en una ciudad
llamada Betsaida: “¿De dónde compraremos pan para que
coman éstos?” Jesús en realidad no necesitaba la ayuda de
Felipe, pues el plan que Él ya tenía daría una lección a todos
ese día. Felipe dijo a Jesús que el sueldo de ocho meses no bas-
taría para comprar suficiente pan, mucho menos carne, para
dar de comer a toda esa gente. Andrés, otro discípulo, dijo a
Jesús que un niño tenía cinco panes de cebada, y dos pescados
para su almuerzo. Ciertamente esto no sería suficiente para dar
de comer a una multitud.
Jesús pidió a sus discípulos que ayudaran a sentar a todas las
personas en la colina. La Biblia dice que había cinco mil hom-
bres. No contaron a las mujeres ni a los niños, una costumbre
común en esos tiempos. Así que una multitud de mucho más
de cinco mil vio a Jesús hacer el milagro. El Señor tomó el pan,
dio gracias, lo partió y dio a los discípulos para que lo repartie-
ran. Luego hizo lo mismo con los pescados. Todos comieron
hasta saciarse. ¡Qué gran milagro!
Cuando todos habían comido lo suficiente, Jesús dijo a sus dis-
cípulos: “Recojan los pedazos que hayan sobrado, para que no
se pierda nada.” Para los judíos el pan era una dádiva de Dios,
y era requisito recoger las migajas después de comer. Cada dis-
cípulo llenó una canasta con las sobras de los cinco panes y los
dos pescados. Jesús ya estaba preparando los corazones para
que comprendieran cuando les dijera que Él era el pan de vida.
La gente vio que Jesús podía hacer provisión milagrosa para
sus necesidades físicas. Entonces comenzaron a llamar a Jesús
profeta. Recordaron a Moisés y cómo Dios milagrosamente
había provisto comida en el desierto, y ahora estaban ansiosos
por ver a este nuevo profeta hacer provisión para las necesida-
des de ellos. Jesús sabía que querían formar su propio reino
terrenal, haciéndolo rey a la fuerza, así que salió de entre ellos
y se fue solo al monte. No era el plan de Dios formar un reino
terrenal y usar el poder para obrar milagros sólo para subsanar
las necesidades inmediatas de la gente. Jesús había rehusado
hacer eso en el desierto antes de comenzar su ministerio, cuan-
do el diablo lo tentó con la idea de un reino terrenal. Jesús
quería que la gente entendiera que Él siempre estaría presente
para proveer lo que necesitaran después que lo aceptaran como
Salvador y decidieran seguirlo.
I. Una gran multitud.
A. Muchos seguían a Jesús.
B. En la falda del monte.
II. La necesidad de comida.
A. Una pregunta para Felipe.
B. El descubrimiento de Andrés.
III. Se implementa el plan.
A. La gente se prepara.
B. Se distribuye comida.
IV. La reacción de los participantes.
A. Los discípulos y las sobras.
B. La gente quería más.
Actividad
La lección de hoy es un perfecto ejemplo de
cómo se puede usar el sentido del gusto
para incrementar en los alumnos la habili-
dad de aprender. Si le es posible, use pan y
pescado para dar la lección. Tal vez tenga
que substituirlos con galletas y atún en lata.
Parta el pan y repártalo mientras explica lo
que sucedió ese día.
Crecimiento del maestro
Dios nos ha dado cinco sentidos: la vista, el oído,
el tacto, el gusto y el olfato. La actividad de hoy lo
ayuda a usar los cinco sentidos durante la lección.
Los alumnos lo van a oír, van a ver sus acciones,
van a oler y tocar la comida, y van a probarla.
Cuanto más oportunidades busque para usar
estos sentidos durante la lección, tanto mayor
será el impacto y la retención de la enseñanza.
Porción bíblica:
Juan 6:1-15; Mateo 14:13-21; Marcos 6:32-44;
Lucas 9:10-17
Versículo para memorizar:
Juan 6:35 – “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el
que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en
mí cree, no tendrá sed jamás.”
2-15-B
2-15-B
2-15-B
 Bartimeo recibe la vista 2-16-B
J Notas para el maestro
ericó era una ciudad muy antigua que existía en dos locali-
dades. La antigua ciudad había caído en ruinas y estaba casi
inhabitada en los días de Jesús, la nueva ciudad había sido I. Un milagro en Jericó.
establecida junto a la antigua y era un lugar de mucha activi- A. La historia de ese lugar.
dad camino a Jerusalén. La ruta que pasaba por Jericó siempre B. Las multitudes seguían a Jesús.
estaba congestionada, pero en ciertas épocas del año la aglo- II. El mendigo ciego.
meración de gente era extrema con los peregrinos que iban a
Jerusalén para las celebraciones religiosas. Jesús también, como
A. El camino de los peregrinos.
muchos otros, se dirigía allí. B. Era común ver mendigos.
III. El clamor de un mendigo.
Ese día una gran multitud se dirigía a Jerusalén, pasando por
Jericó. Muchos se apiñaban alrededor de Jesús para ver los mila- A. Dos títulos para Jesús.
gros que hacía. La gente gritaba llamando la atención de Jesús a B. Un llamado a acercarse.
sus necesidades. Un ciego llamado Bartimeo oyó el alboroto que IV. El milagro de la vista.
se acercaba. Era común que los ciegos se sentaran a la orilla del A. Una necesidad expresada.
camino, especialmente en los lugares por los que pasaban los B. Sanado por fe.
peregrinos camino al templo. Los ciegos clamaban pidiendo
limosna; necesitaban dinero para comprar comida. Era común
que pidieran limosna; la gente sabía lo que las Escrituras enseña- Actividad
ban acerca de la necesidad de ayudar a los pobres.
Los alumnos se divierten al descifrar men-
Bartimeo preguntó quién venía por el camino y le dijeron que sajes. Use una copia del alfabeto en Braille y
era Jesús de Nazaret. Bartimeo comenzó a clamar lo más fuerte ponga en clave el versículo para memorizar.
que pudo: “¡Jesús, Hijo de de David, ten misericordia de mí!” Es Use puntos que representen las marcas en
obvio que Bartimeo había oído hablar de Jesús y de los milagros relieve que usan los ciegos para leer.
que había hecho. Parece que él ya había creído que Jesús era en Explique el proceso que aprenden los ciegos
verdad el Mesías, el Salvador prometido, de quien los profetas para palpar los relieves que forman su alfa-
habían profetizado. “Hijo de David” era un nombre que las beto especial.
Escrituras reservaban sólo para el Mesías, el Hijo de Dios.
Bartimeo siguió gritando más y más fuerte este nombre especial
de Jesús a medida que se acercaba la multitud. Aunque muchos Crecimiento del maestro
trataban de hacerlo callar, Bartimeo gritaba aun más fuerte.
Así como entre la multitud había los que trataron
Jesús se detuvo y pidió a alguien que trajera al ciego ante Él. de hacer callar al ciego, siempre habrá los que
Así que la gente dijo a Bartimeo que se alegrara porque Jesús intenten evitar que la gente clame a Jesús.
pedía verlo. El ciego Bartimeo tiró su manto y saltó del lugar Algunos dirán que los relatos de la Biblia no pue-
donde mendigaba. Corrió en dirección de donde venía la voz den repetirse y que Jesús ya no hace milagros.
de Jesús que lo llamaba. Aun habrá otros que duden que Jesús exista.
Usted y sus alumnos deben aprender a buscar al
“¿Qué quieres que te haga?”, le preguntó Jesús a Bartimeo. No
Señor, seguir clamando a Él, y ver que su fe les
hubo una larga discusión sobre quién era Jesús, o sobre cómo
trae la respuesta a su petición.
debía suceder un milagro. Jesús simplemente hizo provisión
para su necesidad. Cuando Bartimeo le dijo que quería reco-
brar la vista, Jesús le dijo: “Vete, tu fe te ha salvado.” A pesar de
que muchos dijeron a Bartimeo que se callara y que no moles-
Porción bíblica:
tara a Jesús, la necesidad de sanidad fue expresada y la fe del Marcos 10:46-52; Lucas 18:35-43
ciego resultó en una sanidad que todos podían ver. Bartimeo
comenzó a alabar al Señor y siguió por el camino con muchos
otros que también alababan a Jesús por el milagro que acababa Versículo para memorizar:
de hacer en la vida de un mendigo ciego. Marcos 10:52 – “Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha
Hoy muchos tratan de impedir que las personas clamen al salvado.”
Señor pidiendo sanidades y milagros. Dicen que Dios ya no
hace milagros o que no se debe molestar a Dios; pero todos
debemos tener una fe tan grande como la de Bartimeo. Él esta-
ba seguro de que nada era imposible para Jesús. Fue gracias a
su fe que recibió la sanidad. Nosotros pdemos ver ese mismo
poder sanador en respuesta a nuestra fe.
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 El paralítico de Betesda 2-17-B
D Notas para el maestro
urante su vida en la tierra, Jesús asistía a las fiestas y cele-
braciones tradicionales de los judíos. En una de esas oca-
siones, Jesús fue a Jerusalén, ciudad rodeada de altas
murallas. Cada puerta de entrada, tenía un nombre especial
que se usaba para orientar a los viajeros. Jesús entró a la ciudad
cerca de la puerta de las ovejas, donde había un bello estanque.
El nombre hebreo del estanque era Betesda. Había allí cinco
portícos. Era un lugar bien conocido en la ciudad donde se
hallaban muchos enfermos: ciegos, cojos y paralíticos.
Cuando Jesús se acercó a Betesda se encontró con un paralítico
a quien todos los días ponían junto al estanque. Había estado
enfermo treinta y ocho años. Por lo regular, la familia de un
inválido se encargaba de llevarlo a un lugar para mendigar
cada mañana y de llevarlo luego a casa por la noche. Este hom-
bre esperaba junto al estanque para experimentar una sanidad
milagrosa. De cuando en cuando un ángel aparecería y agitaba
el agua. Entonces el primero en meterse al agua era sanado.
Jesús hizo una pregunta interesante al paralítico: “¿Quieres ser
sano?” El hombre creyó que Jesús se refería al ángel que revol-
vía el agua, y le contó que no tenía nadie que lo ayudara a
meterse en el estanque. Jesús sabía que muchos en realidad no
buscaban sanidad porque se habían acostumbrado a mendigar
como medio de obtener ingresos sin tener que trabajar. Podía
ser que después de tantos años de desilusión, el hombre hubie-
ra perdido la esperanza de ser sanado.
Jesús simplemente le dijo: “Levántate, toma tu lecho, y anda.”
El hombre fue sanado inmediatamente. Tomó su lecho y se fue
caminando aunque era el día de reposo. Los líderes religiosos
tenían leyes muy estrictas sobre el día de reposo, el día que
debía observarse para honrar a Dios. Habían tomado la ley de
Moisés y habían añadido muchas de sus propias reglas. No
permitían que nadie recogiera un lecho y lo cargara en ese día,
de modo que el hombre “violaba” su ley religiosa. Los judíos
detuvieron al hombre y le dijeron que estaba quebrantando la
ley al cargar su lecho. Pero él les dijo que el hombre que lo
había sando le había dicho que lo hiciera. Entonces le pregun-
taron quién era ese hombre. Pero el hombre que había sido
sanado no tenía la menor idea de quién era Jesús.
Más tarde, ese mismo día, Jesús fue al templo para hablar con
el paralítico que había sido sanado. Él había experimentado la
sanidad milagrosa de su cuerpo, pero había algo más impor-
tante que necesitaba ser sanado: su corazón. Jesús le dijo:
“Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga
alguna cosa peor.” El Señor lo había sanado para que viera su
necesidad de salvación. Siempre había los que se alegraban de
experimentar un milagro como ese pero que no estaban dis-
puestos a dejar su vida pecaminosa para seguir a Jesús.
Jesús sanó el cuerpo de aquel hombre, lo cual fue una maravi-
llosa señal de su poder sanador. Pero lo que más preocupaba a
Jesús era el destino eterno del paralítico. La sanidad del cora-
zón es lo más imporante para cualquier persona.
I. Camino a una fiesta en Jerusalén.
A. Ubicación del estanque.
B. Un lugar bien conocido
II. Milagros en el estanque.
A. Gente necesitada.
B. Esperando la oportunidad.
III. Jesús entra en la escena.
A. Él hizo la pregunta.
B. Él oyó el relato.
IV. Los resultados.
A. Una sanidad milagrosa.
B. Una vida cambiada.
Actividad
Pida a los alumnos que dibujen un pequeño
círculo en el centro de una hoja de papel.
Luego deben dibujar otro círculo un poco
más grande alrededor del primero, y de la
misma manera varios círculos más, a fin de
formar un blanco. Pueden rotular cada
círculo. El círculo de afuera debe representar
una necesidad que pudieran tener ese día. El
próximo círculo debe representar algo un
poco más importante. El próximo, puede ser
una necesidad que consideren aun mayor.
Seguirán así hasta el círculo del centro, el
más importante, que representa su dedica-
ción personal a Jesucristo.
Crecimiento del maestro
Sus alumnos quizá tengan diversidad de necesida-
des. Algunos tal vez tengan necesidades físicas y su
interés en esta lección sería por sanidad. Otros
quizá tengan necesidades económicas o tal vez
necesiten dirección o ayuda de otras maneras prác-
ticas. Es fácil enfatizar las cosas obvias que uno
puede observar, pero recuerde que Dios ve la nece-
sidad del corazón. Pida al Señor que la necesidad
eterna de cada alumno sea atendida.
Porción bíblica:
Juan 5:1-15
Versículo para memorizar:
Salmo 107:20 – “Envió su palabra, y los sanó, y los
libró de su ruina.”
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 Milagro en Capernaum 2-18-B
J Notas para el maestro
esús regresó a su tierra natal para enseñar en Capernaum.
Muchos supieron que había llegado y querían oírlo enseñar. La
Biblia dice que Jesús les predicaba la Palabra. Un día, Jesús se
encontraba en una casa predicando. Eran tantos los que se habían
reunido que no había lugar en la casa, ni siquiera a la puerta.
Había en Capernaum un paralítico. El hombre no podía cami-
nar ni moverse. Necesitaba un milagro. Ese hombre tenía cua-
tro buenos amigos. Ellos creían que Jesús podía obrar un mila-
gro en el hombre. Siendo que no podía caminar, los cuatro
amigos decidieron llevarlo a Jesús.
Cuando los cuatro amigos llegaron a la casa donde Jesús predi-
caba, vieron la gran multitud que estaba hasta en la calle. Los
hombres tenían gran fe en Jesús y estaban decididos a buscar la
manera de acercarse a Él. Ellos ya había cargado el lecho por las
calles y no querían regresar a casa sin ver caminar a su amigo.
Los amigos formularon un plan para que el paralítico puediera
llegar hasta donde estaba Jesús. Se subieron al techo de la casa
y se pararon exactamente sobre el lugar donde Jesús enseñaba.
Comenzaron a escarbar la tierra y el material del techo.
Trabajaron hasta hacer un hoyo grande directamente encima
de Jesús. Luego amarraron sogas en las cuatro esquinas del
lecho de su amigo.
Jesús y la multitud miraban sorprendidos mientras los cuatro
amigos bajaban al paralítico por el hoyo del techo hasta poner-
lo frente a todos. Jesús vio la fe de ellos y habló directamente al
paralítico. Primero, Jesús dijo: “Hijo, tus pecados te son perdo-
nados.” Estas poderosas palabras captaron la atención de los
maestros religiosos que estaban allí sentados observando a
Jesús. Estos hombres comenzaron a pensar en lo que Jesús aca-
baba de decir, y se preguntaban: “¿Por qué habla éste así?
Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo
Dios?”
Jesús inmediatamente supo lo que pensaban. No lo habían
dicho en voz alta, pero Jesús sabía lo que pensaban en su cora-
zón. Jesús los sorprendió cuando dijo: “¿Por qué caviláis así en
vuestros corazones?” Jesús les preguntó qué era más fácil, per-
donar los pecados o sanar a la persona. Jesús quería que supie-
ran que Él era el Hijo de Dios, que había venido para salvarlos.
Para mostrarles su poder, Jesús miró al paralítico y dijo: “A ti te
digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.” El hombre se
levantó, tomó su camilla, y salió caminando ante toda la gente
admirada. La multitud comenzó a alabar a Dios diciendo:
“Nunca hemos visto tal cosa.”
¿Pueden imaginarse el gozo que sintieron los cuatro amigos
cuando bajaron del techo? No sabemos si el paralítico tenía fe
en Jesús antes de su sanidad, pero sí sabemos que Jesús vio la fe
de sus amigos. La fe de ellos hizo posible un milagro de sanidad
ese día. A veces tenemos que ser los amigos que tienen fe en
Jesús y llevar a otros a Él para que puedan recibir un milagro.
I. De regreso a Capernaum.
A. Las multitudes escuchan.
B. Jesús predica la Palabra.
II. Un amigo enfermo.
A. Un paralítico necesitado.
B. Cuatro fieles amigos.
III. Venciendo obstáculos.
A. Una situación imposible.
B. Una solución creativa.
IV. Palabras poderosas.
A. Pecados perdonados.
B. Un cuerpo sanado.
Actividad
Los alumnos pueden hacer un pequeño
modelo de la lección de hoy. Use una caja
pequeña; póngala de lado, para poder ver el
modelo por el lado abierto. Coloree un
fondo dentro de la caja que parezca el inte-
rior de la casa donde predicaba Jesús.
Pueden hacer sencillas figuras de papel y
pegarlas en el “suelo” de la casa. Luego pue-
den abrir un hoyo en el “techo”, y colocar
cuatro figuras que sostenienen un hilo que
llega hasta la camilla del paralítico frente a
Jesús.
Crecimiento del maestro
La lección de hoy nos dice que cuatro amigos cre-
yeron tan firmemente en Jesús que rompieron el
techo para llegar hasta Él. Es importante que
usted sienta pasión para comunicar esta misma fe
a sus alumnos. ¿Tiene la fe necesaria para llevar a
un amigo a Cristo, sin importar cuántos obstácu-
los se le presenten en el camino? Siempre que
enseañamos debemos tomar muy en serio la
importancia de llegar a Jesús con las necesidades
de nuestros alumnos.
Porción bíblica:
Marcos 2:1-12
Versículo para memorizar:
Mateo 15:31 – “De manera que la multitud se
maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los man-
cos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y
glorificaban al Dios de Israel.”
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 Una niña resucitada 2-19-B
J Notas para el maestro
esús llegó en una barca al lado oeste del mar de Galilea.
Una gran multitud se reunió alrededor de Él. Un hombre
llamado Jairo, líder de la sinagoga y bien conocido en
Capernaum, fue a buscar a Jesús. Cuando vio a Jesús, se postró
a sus pies y le rogó encarecidamente: “Mi hija está agonizando;
ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.”
Esto era algo admirable por varias razones. Jairo era un hom-
bre de gran reputación, acostumbrado a recibir lo que deseaba,
respetado por la comunidad, y activo entre los líderes religio-
sos que odiaban a Jesús. Aquí vemos a Jairo a los pies de Jesús
pidiendo ayuda. En esa cultura un hijo varón era muy impor-
tante pero no así una hija. Jairo admitió públicamente su pro-
funda preocupación por su hijita. También admitió pública-
mente que él creía que Jesús tenía poder para sanar. Jesús se
conmovió por esta petición y prometió ir con Jairo a su casa.
Mientras Jesús iba caminando con Jairo, la multitud seguía opri-
miéndolo. Eran muchos los que necesitaban la ayuda de Jesús.
Entre la multitud se hallaba una mujer que había sufrido de
hemorragia por doce años. Había buscado en vano la ayuda de
los médicos, y en lugar de mejorar, la mujer había seguido
empeorando. Cuando supo que Jesús estaba allí, llegó por detrás
de Él y tocó su manto. Ella pensaba: “Si tocare tan solamente su
manto, seré salva.” Inmediatamente paró la hemorragia.
Cuando Jesús sintió que había salido de Él poder sanador, se
detuvo y se volvió. Preguntó quién había tocado su manto. Los
discípulos se admiraron, porque había tanta gente alrededor de
Él que parecía ridículo hacer esa pregunta. La mujer se adelantó
y se postró a los pies de Jesús. Tiernamente, Jesús le dijo: “Hija,
tu fe te ha hecho salva; vé en paz, y queda sana de tu azote.”
Mientras Jesús pronunciaba estas admirables palabras a la
mujer entre la multitud, vinieron unos hombres de la casa de
Jairo con malas noticias. “Tu hija ha muerto; ¿para qué moles-
tas más al Maestro?” ¡Qué noticia agobiadora para Jairo! En ese
momento Jesús se volvió a él y le dijo: “No temas, cree sola-
mente.” Con esas palabras de esperanza para aumentar la fe de
Jairo, siguieron hasta su casa. Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a
Juan y dijo a los demás que lo esperaran. Encontró una triste
escena en la casa de Jairo.
La familia y los amigos lloraban llenos de dolor por la muerte
de la hija de Jairo. La casa estaba todo alborotada por la repen-
tina muerte de la niñita. Jesús entró en la casa y preguntó a
todos por qué lloraban. Les dijo que la niña sólo dormía, que
no estaba muerta, pero la gente se burló de Él. Jesús hizo salir
de la casa a todos, y luego tomó a los padres de la niña y a sus
tres discípulos y entró donde estaba la niña. Jesús tomó la mano
de la niña y dijo: “Niña, a ti te digo, levántate.” Inmediatamente
la niña, que tenía doce años de edad, se levantó y caminó. Sus
padres estaban admirados. Jesús les dijo que no dijeran nada de
esto a nadie, y que le dieran de comer a la niña.
Los líderes religiosos se enojaban cada día más con Jesús por lo
que enseñaba y las multitudes insistían en que Él estableciera
un reino en la tierra. Por eso, pedía a los que recibían un mila-
gro que no dijeran nada a nadie.
I. El lado oeste del mar de Galilea.
A. Un líder de la sinagoga.
B. Un ruego intenso.
II. Oprimido por la multitud.
A. Una mujer enferma.
B. Una sanidad inmediata.
III. La necesidad de Jairo.
A. Malas noticias.
B. Una pronta palabra de fe.
IV. La sorprendente conclusión.
A. Un lugar de muerte.
B. Vida para la niña.
Actividad
La historia bíblica puede cobrar vida con
una producción de televisión imaginaria de
los sucesos referidos en ella. Varios alumnos
pueden hacer el papel de coordinadores de
noticia, sentados alrededor de una mesa en
el estudio imaginario. Deben consultar con
los alumnos que hacen el papel de reporteros
que informan “en vivo” sobre los hechos en
las calles de Capernaum. Pueden entrevistar
a la mujer que fue sanada, a un discípulo, a
Jairo, a una de las amigas de la niña, etc.
Crecimiento del maestro
Con cada lección tenemos el increíble gozo y la
gran responsabilidad de impartir la palabra de
Dios a nuestros alumnos. La Palabra es poderosa,
y el Santo Espíritu de Dios llevará sus palabras al
corazón del que las oye. Pero primero es necesa-
rio que dejemos que su Palabra obre en nuestra
vida para que podamos ver su obra en nosotros
de forma real y eficaz. Pida en oración que en
cada lección Dios vivifique su Palabra en usted.
Porción bíblica:
Marcos 5:21-43
Versículo para memorizar:
Salmo 56:13 – “Porque has librado mi alma de la
muerte, y mis pies de caída, para que ande delante
de Dios en la luz de los que viven.”
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 Jesús, el Hijo de Dios 2-20-B
U Notas para el maestro
n día, Jesús llevó a tres de sus discípulos a un monte. Él
tenía doce discípulos, pero con Pedro, Jacobo y Juan tenía
más intimidad. Jesús los llevó al monte para mostrarles
algo muy poderoso. En el monte, Jesús se transfiguró. Eso
quiere decir que su apariencia cambió frente a sus amigos. Su
rostro brillaba como el sol y sus vestidos se volvieron blancos
como la luz.
De repente aparecieron dos hombres con Él; eran Moisés y
Elías. Ellos comenzaron a hablar con Jesús. Parece que Moisés
representaba el antiguo pacto o la promesa de la salvación que
vendría para el pueblo de Dios, y Elías era el que restauraría el
gobierno de Dios de todas las cosas en el futuro. Tanto Moisés
como Elías habían hablado al pueblo de Dios acerca de alguien
llamado “el Mesías”, que vendría a salvarlos. Jesús era el que
ellos habían anunciado.
Los tres discípulos se quedaron atónitos ante esta admirable
escena. De repente, Pedro dijo que era bueno quedar allí, y
ofreció hacer tres enramadas: una para Jesús, otra para Moisés,
y una para Elías. Mientras Pedro trataba de decidir lo que de-
bían hacer, una nube resplandeciente los cubrió y una voz
desde la nube dijo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia; a él oíd.”
Cuando los discípulos oyeron esto se postraron con el rostro en
el suelo, llenos de temor. Estas eran las mismas palabras que
Dios el Padre había pronunciado en el bautismo de Jesús. Jesús
tocó a sus amigos, diciéndoles que no temieran. Cuando alzaron
los ojos, sólo vieron a Jesús. La nube y los dos hombres ya no
estaban allí, y Jesús tenía la misma apariencia de siempre. Los
tres discípulos y Jesús comenzaron a descender del monte. Jesús
les habló mientras caminaban y les dijo que no dijeran a nadie
lo que habían visto “hasta que el Hijo del Hombre resucite de los
muertos”. Sin duda ellos estaban llenos de admiración por lo que
Jesús les había permitido ver. Fueron los únicos que vieron
cómo sería Jesús en su cuerpo glorificado, su cuerpo celestial.
Ciertamente que al haber visto a los grandes líderes del pueblo
de Dios del pasado, Moisés y Elías, los tres discípulos tendrían
muchas preguntas que querían hacer a Jesús. Acababan de ver
a Jesús como el Hijo de Dios y ahora no cabía duda de que Él
era el Mesías. Le preguntaron a Jesús por qué los maestros de
la ley siempre decían que Elías vendría antes que el Mesías.
Jesús les explicó que alguien como Elías había venido primero.
Juan el Bautista era el “Elías” que había anunciado la venida de
Jesús y que había preparado al pueblo para arrepentirse y acep-
tar al Salvador. El pueblo simplemente no había aceptado a
Juan el Bautista como el Elías, de la misma manera en que
muchos no habían aceptado a Jesús como el Mesías.
Cada parte de la Palabra de Dios se cumplió tal como estaba
escrita. Sin embargo, el pueblo no comprendió el plan de Dios
que les había sido entregado en la vida de Jesús. Crucificaron al
Hijo de Dios, que murió por nuestros pecados, y aun así no
vieron el plan de salvación que Dios había anunciado por
siglos. Todavía hay muchos que no saben que el Hijo de Dios
ha pagado el castigo por sus pecados. No saben que Él desea
darles la limpieza que necesitan para volver a ser parte de la
familia de Dios y vivir con Él por la eternidad.
I. Un grupo selecto.
A. Una relación especial.
B. Jesús los llevó a un monte.
II. La transfiguración.
A. Apariencia cambiada.
B. Aparecen dos más.
III. Palabras habladas.
A. Un Pedro sorprendido.
B. La voz del Padre.
IV. Reacción al suceso.
A. Una respuesta admirable.
B. Enseñanza clara.
Actividad
Hable sobre la amistad y acerca de la necesi-
dad de tener responsabilidad. Hable de los
amigos lejanos, de los que son un poquito
más cercanos, y finalmente de los más ínti-
mos. ¿Cuentan los alumnos con algunas
personas en su vida con las que pueden
hablar íntimamente de su crecimiento espi-
ritual? Todos necesitamos por lo menos una
o dos personas que nos mantengan respon-
sables en nuestro desarrollo espiritual.
Crecimiento del maestro
La responsabilidad es algo importante para el cre-
cimiento de todo cristiano. Usted necesita por lo
menos de una o dos personas que le pidan cuen-
tas de su vida devocional y de la fidelidad en su
andar con el Señor. Estas personas deben ser ami-
gos de confianza que puedan guardar confiden-
cias y que orarán con usted para animarlo en su
crecimiento como cristiano. Es fácil guardar en
secreto algún pecado, de modo que necesitamos a
alguien que nos ayude a mantener nuestra vida
limpia y en crecimiento.
Porción bíblica:
Mateo 17:1-13
Versículo para memorizar:
Mateo 17:5 – “Mientras él aún hablaba, una nube
de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube,
que decía: Este es mi hijo amado, en quien tengo
complacencia; a él oíd.”
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 La primera Navidad
M Notas para el maestro
ateo comienza su Evangelio con la genealogía de Jesús.
Su lista de los antepasados por parte de José nos permite
ver la gran variedad de personas que forman parte de la
familia de Dios. El “pueblo de Dios” está compuesto de toda
clase de gente. El Evangelio según Mateo fue escrito específica-
mente para el pueblo judío y hace referencia a Abraham, a
David, y a los sucesos principales en su historia. Mateo quería
que sus lectores vieran el acierto perfecto de la venida del
Mesías. La primera Navidad marcó el comienzo de un nuevo
calendario y una nueva época en la historia del mundo.
Mateo ofrece datos sobresalientes del nacimiento de Jesucristo.
Primero presenta a los padres que cuidarían del bebé. María
era una joven prometida en matrimonio a José. Antes del casa-
miento, María se halló encinta. Era el Espíritu Santo que había
puesto al bebé en el vientre de María. José era un joven recto y
pensó que un divorcio secreto sería lo menos vergonzoso para
ellos. Pero mientras pensaba en los detalles de este plan, un
ángel se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no
temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engen-
drado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su
nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.”
José y María se casaron, pero esperaron hasta que naciera el
niño para juntarse como esposos.
Cada detalle de esta historia especial de Navidad fue un cum-
plimiento de las profecías que por muchas generaciones Dios
había dado a su pueblo. En el libro de Isaías se encuentra la
promesa de este bebé. Dios había dicho a su pueblo que una
virgen daría a luz un hijo y que sería llamado Emanuel, que
quiere decir “Dios con nosotros”. Era tradición que el padre
pusiera el nombre al bebé. Dios el Padre dio nombre a Jesús y
lo hizo por medio de José, quien puso ese nombre al bebé.
María y José viajaron a Belén de Judea y allí nació el niño. José
le puso el nombre de Jesús cumpliendo las Escrituras que de-
cían que Jesús nacería allí. Unos hombres sabios del Oriente
que estudiaban los astros vieron una estrella especial. Pensaban
que la estrella anunciaba que había nacido un rey. Siguieron la
estrella hasta Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de
los judíos, que ha nacido?” Ellos deseaban ofrecer regalos al
rey. Mateo incluyó a estos hombres sabios en su relato porque
no sólo los judíos sabían de antemano acerca del Mesías, sino
porque también gente de todas las naciones llegaría a adorar
a Jesús.
El senado romano había nombrado a Herodes, que no era
judío, como rey de Judea. Este implacable hombre había asesi-
nado a su esposa, a sus hijos, a sus parientes y a muchos otros,
en un intento por mantener control de su reino. No fue difícil
para él ordenar la muerte de cientos de niños varones con el
fin de matar a Jesús. Pero el Mesías, el bebé Jesús, escapó a
Egipto después que José recibió un aviso por un ángel. El
rumbo de la historia cambió para siempre debido al nacimien-
to del bebé especial, Emanuel.
2-01-C
I. Registro genealógico.
A. Gran variedad de personas.
B. Evangelio para los judíos.
II. Comienzo de un nuevo calendario.
A. Los futuros padres.
B. Obra del Espíritu Santo.
III. Se cumple la profecía.
A. Un Mesías por venir.
B. Dios con nosotros.
IV. Nacimiento en Belén.
A. Llegaron los magos.
B. Rey de los judíos.
Actividad
Los alumnos pueden hacer su propio regis-
tro genealógico. Asígneles que hablen con
sus parientes para que los ayuden a buscar
los nombres de todas las generaciones
paternas o maternas que puedan. A veces
estos nombres se encuentran en la Biblia
familiar o en registros antiguos. Es impor-
tante saber que aunque quizá algunos de
sus alumnos no tengan antepasados cristia-
nos, ellos comenzarán una nueva línea
genealógica en la familia de Dios.
Crecimiento del maestro
No importa cuántas veces cuente la historia de la
Navidad, tenga cuidado de recordar que siempre
habrá los que celebran la Navidad pero que no
tienen una relación personal con el Señor. No
deje que una fiesta tradicional se haga tan repeti-
tiva que se olvide de pedirle al Señor que este año
le dé la oportunidad de explicar a alguien lo que
en realidad es la Navidad.
Porción bíblica:
Mateo 1 y 2
Versículo para memorizar:
Isaías 7:14 – “He aquí que la virgen concebirá, y
dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.”
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 La Pascua y un gran engaño 2-02-C
J Notas para el maestro
esús, el que creían que sería el Mesías, acababa de morir en
la cruz. Al acercarse la noche, un hombre rico de Arimatea,
llamado José, pidió a Pilato el cuerpo de Jesús. Él tomó el I. Sepultura de Jesús.
cuerpo, lo envolvió en lino limpio, y lo puso en su propia A. Se sella la piedra.
tumba nueva, en una rocosa colina. B. Una guarda a la entrada.
Al día siguiente, los principales sacerdotes y los fariseos fueron II. Resucita el Salvador.
a ver a Pilato. Estos líderes religiosos temían que se cumpliera A. La tumba vacía.
la promesa de Jesús de que se levantaría de entre los muertos al B. Mensaje a las mujeres.
tercer día. Convencieron a Pilato de que los discípulos podrían III. La gran mentira.
tratar de robarse el cuerpo de la tumba, decir que Jesús estaba
vivo, y engañar a muchos con esa terrible mentira. Pilato les A. Informe de los guardias.
dijo que llevaran una guardia y que aseguraran la tumba. Así B. Difunden la noticia.
que pusieron un grupo de soldados a la entrada de la tumba, y IV. La Gran Comisión.
sellaron la gran piedra con la que taparon la entrada. A. Dios con nosotros.
El primer día de la semana, un violento terremoto sacudió la B. La promesa de Jesús.
tumba cuando un ángel bajó del cielo. El ángel quitó la piedra
y se sentó en ella. Los guardias cayeron al suelo temblando, lle-
nos de pavor. El ángel había venido para revelar la verdad de la Actividad
tumba vacía. Los alumnos pueden escribir un corto
Al amanecer, María Magdalena y otra María fueron a la tumba. drama, como un informe periodístico,
El ángel les dijo que Jesús no estaba allí, sino que había resuci- sobre los personajes de la lección. Entreviste
tado tal como lo había prometido. Luego les dijo que dijeran a a los que estuvieron allí: los guardas, los
los discípulos que fueran a Galilea adonde Jesús había ido a líderes religiosos y Pilato. Luego pregunte:
esperarlos. ¿Cómo son distintas estas entrevistas a los
informes que dieron las mujeres que estu-
Las dos Marías se apresuraron a decir a los discípulos todo lo vieron presentes, los discípulos y José de
que habían visto y oído. Las mujeres sintieron temor pero al Arimatea? Deje que los alumnos represen-
mismo tiempo se llenaron de gozo al saber la verdad sobre el ten el papel de los personajes y los reporte-
Cristo resucitado. Al salir de la tumba se encontraron con ros que dan las noticias.
Jesús. Las mujeres se postraron a sus pies para adorarlo. Jesús
les dijo que no temieran, sino que dijeran a los discípulos que
fueran al monte en Galilea.
Crecimiento del maestro
Esta lección señala una mentira que algunos
Mientras las mujeres se dirigían en busca de los discípulos,
todavía creen, que Jesucristo no resucitó. Ante la
unos guardas fueron a la ciudad a contarles a los principales
realidad de la tumba vacía los líderes religiosos
sacerdotes lo que había sucedido en la tumba. Los ancianos del
trataron de engañar al pueblo. Algunos alumnos
concilio religioso dieron una gran cantidad de dinero a los sol-
quizá digan que creen en Dios y la Biblia, pero tal
dados para que difundieran una mentira sobre lo que habían
vez no crean en toda la Escritura. Ayúdelos a
visto. Debían decir a la gente que mientras ellos dormían los
entender que no se puede escoger solo ciertas
discípulos de Jesús habían llegado de noche y habían robado el
partes de la Biblia para creer en ellas, sino que
cuerpo de Jesús. Los soldados tomaron el dinero y difundieron
hemos de aceptar y poner en práctica en la vida
esa gran mentira.
diaria la palabra Dios en su totalidad.
Los discípulos fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había
dicho que se encontraría con ellos. Cuando lo vieron, comen-
zaron a alabarlo, aunque algunos todavía dudaban. Jesús les Porción bíblica:
dijo claramente que fueran a todas las naciones, bautizando a Mateo 27:57 – 28:20
los que creyeran y enseñando a la gente a obedecer todo lo que
Él les había ordenado. Jesús verdaderamente era el Mesías,
Emanuel. Ese nombre había sido profetizado para Él antes de Versículo para memorizar:
nacer, y significa “Dios con nosotros”. Entonces Jesús les dijo:
“He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del Mateo 28:6 – “No está aquí, pues ha resucitado,
mundo.” Los líderes religiosos temían que Jesús fuera un enga- como dijo.”
ñador, pero ellos fueron los que elaboraron un gran engaño
para encubrir la verdad de que Jesús es el Mesías, Dios con
nosotros para siempre.
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 El Día de Pentecostés 2-03-C
L Notas para el maestro
os discípulos se habían reunido con Jesús para recibir sus
instrucciones finales antes de que Él fuera llevado al cielo.
Por cuarenta días después de su crucifixión y resurrección I. Instrucciones finales.
Jesús había aparecido varias veces ante muchos de sus seguido- A. Ascensión de Jesús.
res. Habían visto prueba suficiente de que en realidad Él era el B. Seguidores temerosos.
Mesías, el Hijo de Dios. Cuando ascendió en las nubes era II. Una promesa de poder.
como si lo perdieran otra vez. Pero dos ángeles les aseguraron
que un día Jesús volvería. Ahora se encontraban ante el mundo
A. El suceso.
que todavía los odiaba y que quería que se olvidaran totalmen- B. El valor.
te de Jesús. Con temor de morir y tristes por la pérdida de III. Venida del Espíritu Santo.
Jesús, su líder, los discípulos y otros seguidores dejaron el A. Bautismo en el Espíritu.
monte de los Olivos y se reunieron en Jerusalén en obediencia B. Tres mil creyeron.
a las palabras de Jesús.
IV. Ser testigos.
Jesús había prometido: “Pero recibiréis poder, cuando haya A. El mensaje.
venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en B. A dónde ir.
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la
tierra.” Notemos tres partes importantes de la promesa que
Jesús les dio: Recibirían poder, serían testigos, e irían hasta lo Actividad
último de la tierra.
Quizá muchos de sus alumnos aún no
En el día de Pentecostés los creyentes estaban todos reunidos. hayan recibido el don del Espíritu Santo.
La Biblia nos relata lo que sucedió ese día. “Y de repente vino Sería apropiado que hoy dé tiempo para
del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el oración pidiendo la llenura del Espíritu.
cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les apare- Explíqueles que pidan el don con sencillez
cieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre de corazón, que lo acepten, y que comien-
cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y cen a alabar a Dios por sus buenas dádivas
comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les para nosotros. Tal vez algunos necesiten ser
daba que hablasen.” Durante ese tiempo de celebración judía llenos de nuevo, si es que no han compren-
las calles de la ciudad se llenaban de gente de todas las nacio- dido que se trata de un estilo de vida diario,
nes del mundo. La gente se detuvo cuando oyó el gran ruido. no algo que se recibe sólo una vez.
Comenzaron a poner atención cuando oyeron a los creyentes
hablar en diferentes lenguas. Estaban maravillados y confundi-
dos cuando cada uno oyó que alguien declaraba las maravillas Crecimiento del maestro
de Dios en su propio idioma. El bautismo en el Espíritu Santo es para todos los
Entonces Pedro se puso de pie entre los otros discípulos y se hijos de Dios. Hasta los niñitos verán que este es
dirigió a la multitud reunida. Era el mismo Pedro que había un don especial de Dios y lo recibirán tan fácil-
negado a su Maestro cuando la criada le había preguntado si mente como recibieron la salvación: por fe. Usted
conocía a Jesús. El Espíritu Santo había descendido sobre todos necesita el poder y el valor del Espíritu para ense-
ellos tal como Jesús había prometido. Con esa rebosante ñar. Pídale su ayuda y poder antes de presentar
influencia del Espíritu, ellos también habían recibido valor y cada lección.
un nuevo poder para el propósito que Dios tenía en mente.
Jesús les había dicho que serían testigos, y aquí se le presentaba
a Pedro la primera oportunidad.
Porción bíblica:
Hechos 2
Pedro explicó que acababan de recibir el Espíritu Santo, que
había sido prometido muchos años antes por el profeta Joel.
Luego comenzó a relatar los sucesos de la vida de Jesús, y su
muerte y su resurrección. También les explicó su necesidad de
Versículo para memorizar:
la salvación. El valor de Pedro impresionó tanto a la multitud Hechos 2:4 – “Y fueron todos llenos del Espíritu
que pronto preguntaban lo que debían hacer. Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les daba que hablasen.”
Ese día unas tres mil personas se unieron al grupo de creyentes.
Muchas de ellas luego volvieron a su país. De ese modo el evan-
gelio comenzó a difundirse, junto con las nuevas del bautismo
en el Espíritu Santo. En el libro de Hechos tenemos relatos de
los que aceptaron a Cristo y fueron bautizados en agua y tam-
bién en el Espíritu Santo. El número de creyentes creció y, con
el poder del Espíritu, fueron testigos hasta el fin del mundo.
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 El Día de las Madres 2-04-C
H Notas para el maestro
oy vamos a comparar a cuatro mujeres y cómo respondie-
ron al plan de Dios en su vida. Primero veamos a la espo-
sa de Job. Job era un hombre temeroso de Dios que vivía
en la tierra de Uz. Él y su esposa tenían diez hijos, grandes
riquezas y muchísimos criados. Dios los había bendecido. Un
día, Satanás preguntó a Dios si alguien honraría a Dios sólo
porque Él merezca ser honrado. Dios permitió que Satanás
probara a Job. Él perdió su hogar y sus riquezas, pero siguió
dando honra a Dios. Luego Satanás mató a sus diez hijos, pero
Job seguía honrando a Dios. Por fin Job se enfermó; su cuerpo
se le llenó de terribles llagas. La esposa de Job había gozado de
la prosperidad que Dios les había dado, pero cuando todo se
acabó, ella dijo a su esposo que maldijera a Dios y que se
muriera. Ella apreció las bendiciones, pero no tenía la fortaleza
de corazón para honrar a Dios en cualquier circunstancia.
Cuando terminó la disputa con Satanás, Dios restauró a Job la
fortuna y la salud. Dios le dio diez hijos más, y más riqueza de
la que tenía antes. La Biblia dice que Job disfrutó de una vida
larga y feliz, pero no vuelve a mencionar más a la esposa. La
esposa de Job optó por no honrar a Dios.
En el libro de Hechos leemos de Lidia, una vendedora de púr-
pura de Tiatira. Ella se reunía con varias mujeres a la orilla del
río en Filipos para orar. Un día llegaron a la reunión unas visi-
tas inesperadas: Pablo, Silas, Lucas y Timoteo. Lidia aceptó las
palabras de Pablo y entregó su vida a Jesucristo. Luego invitó a
estos siervos de Dios a su casa y toda su familia aceptó al Señor,
y fueron bautizados. Lidia optó por dar honra a Dios.
En el libro de Génesis leemos acerca de la familia de Abraham.
Lot, su sobrino, optó por criar a su familia en un frondoso
valle. Él y su familia se hicieron parte de dos ciudades muy
prósperas llamadas Sodoma y Gomorra, inicuos centros de
pecado. Dios decidió destruir esas ciudades, pero advirtió a Lot
y su familia, porque Lot era un hombre justo. Dos ángeles les
dijeron que salieran rápidamente antes de que las ciudades fue-
ran destruidas. Mientras Lot, su esposa y sus hijas se prebara-
ban para huir de la ciudad, llegó la advertencia final de que no
debían mirar atrás. Pero la esposa de Lot miró atrás. Ella se
volvió estatua de sal cuando la alcanzó la gran nube de azufre y
fuego. Esta mujer decidió no creer el mandato de Dios y se
negó a aceptar la gracia que Dios le ofreció.
Abigail es otra mujer de la Biblia que recibió la oportunidad de
aceptar la gracia de Dios. Ella estaba casada con un hombre
terco y rudo llamado Nabal. Los hombres de David habían
ayudado a proteger las manadas de Nabal. Cuando llegó el
tiempo de esquilar las ovejas, todos los pastores debían festejar
juntos el acontecimiento. Los seiscientos hombres de David
querían gozar de la celebración, pero Nabal los menospreció.
Ellos se enojaron y Abigail comprendió que su esposo y su
familia serían asesinados por David y sus hombres. Se apresuró
a preparar una ofrenda de paz. Abigail salió cargada con comi-
da y otras provisiones para convencer a David de que no sería
bueno matar a Nabal. Abigail convenció a David de que Dios
haría justicia. Nabal sufrió una trombosis cerebral y murió diez
días después. Cuando David supo de la muerte de Nabal,
mandó a llamar a Abigail y se casó con ella. Al obrar sabiamen-
te, Abigail aceptó la gracia de Dios.
I. Una mujer que dijo no a Dios.
A. Un hogar bendecido.
B. Una mala elección.
II. Una mujer que dijo sí a Dios.
A. Un negocio bendecido.
B. Una buena elección.
III. Una mujer que rehusó la gracia de Dios.
A. Un escape de la muerte.
B. Una mala elección.
IV. Una mujer que aceptó la gracia de Dios.
A. Un escape de la muerte.
B. Una buena elección.
Actividad
Trace una línea vertical en el centro de la
pizarra o en una hoja de papel. A un lado
escriba “La esposa de Job” y al otro lado
escriba “Lidia”. Haga lo mismo con la espo-
sa de Lot y Abigail. Durante la lección o al
final para el repaso, escriba bajo el nombre
de cada mujer el comportamiento, las reac-
ciones, el carácter y el resultado. Compare
las diferencias y hable de los resultados de
las distintas reacciones.
Crecimiento del maestro
Esté consciente de que el Día de las Madres puede
ser muy difícil para ciertos alumnos. Quizá no
tengan una madre cristiana; puede ser que la
madre haya fallecido; o si son adultas, tal vez no
tengan hijos. En cualquier cincunstancia, los
principios bíblicos son importantes. Aunque nos
concentremos en las madres este día, las lecciones
que podemos aprender de estas mujeres nos ayu-
dan a todos.
Porción bíblica:
Job; Hechos 16; Génesis 19; 1 Samuel 25
Versículo para memorizar:
Proverbios 4:23 – “Sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazón; porque de él mana la vida.”
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 Aprecio por el pastor 2-05-C
E Notas para el maestro
l apóstol Pablo escribió varias cartas a un joven que era su
compañero en la tarea de difundir el evangelio. Su amor
por Timoteo se puede ver cuando se refiere a él como su I. Un buen soldado
“amado hijo”. Pablo quería animar y alentar a Timoteo y tam- A. Soporta dificultades.
bién escribir a la iglesia en Éfeso. Pablo amonestó fuertemente a B. Se concentra.
la iglesia sobre cómo debía honrar al líder, a la persona que con II. Un buen atleta.
frecuencia llamamos pastor. Pablo usó tres ejemplos de cómo el
pastor debe trabajar y la clase de mensaje que debe dar.
A. Sigue las reglas.
B. Recibe la corona.
Una responsabilidad del pastor o líder es transmitir lo que ha III. Un buen agricultor.
aprendido a otras personas, en quienes se pueda confiar y que
eventualmente trabajarán también en la obra del Señor, es A. Trabaja duramente.
decir, enseñar a la próxima generación que seguirá con la obra B. Comparte la cosecha.
que se ha comenzado. Pablo advierte a Timoteo que busque IV. Un buen mensaje.
hombres de confianza y cualificados para enseñar. Hay tres A. Recuerda lo que es importante.
maneras en las que el pastor influye en su gente. El primer B. Dios nunca cambia.
ejemplo que Pablo usa es el del soldado. El apóstol anima a
Timoteo a ser un buen soldado de Jesucristo. Luego menciona
dos aspectos del buen soldado. Debe soportar dificultades, Actividad
como las que muchos cristianos sufrían bajo fuerte pesecución.
Un buen soldado también necesita concentrarse en las órdenes Los alumnos pueden hacer sencillas tarjetas
de su comandante. Eso quiere decir que el pastor se mantiene para expresar personalmente su aprecio por
concentrado en lo que el Señor ha ordenado y no se preocupa el pastor. Una alternativa es hacer una tarjeta
por las tentaciones de este mundo. grande o un cartel sencillo en el que todos
escriban unas líneas para presentar al pastor.
Pablo pasa a explicar a Timoteo que el pastor es también como Hable con los alumnos sobre los deberes del
un buen atleta. Veamos los requisitos para los atletas romanos pastor, el trabajo que se ve, y las horas de
y para los que participaban de los Juegos Olímpicos. Los atletas oración y preparación que nadie ve.
tenían un entrenador que les daba reglas específicas para pre-
pararse. Era importante observar esas reglas de preparación
cuando el atleta participaba en las competencias, para evitar Crecimiento del maestro
ser descalificado. La meta obvia de todo atleta era ganar el pri- Anime a sus alumnos a participar en un momen-
mer premio, reconocido con una corona de laureles. Asímismo to especial para honrar al pastor. Usted y la clase
el pastor necesita entrenarse y estar en buena forma espiritual- podrían hacer un pequeño regalo o una celebra-
mente. La Biblia es el manual de reglas y un buen pastor las ción para mostrar su apoyo a los líderes y su
seguirá fielmente. aprecio por todo el trabajo que conlleva el título
Pablo también dio el ejemplo del agricultor que trabaja dedica- pastoral. Usted también podría enviar a su pastor
damente y que recibirá la primera cosecha de las siembras. Sin una nota personal de aprecio y de ánimo.
los avances de la tecnología moderna, los agricultores sólo
recogían una buena cosecha si trabajaban duramente. La Biblia
con frecuencia usa la siembra para representar a la gente que se
Porción bíblica:
lleva al lugar de salvación. Pablo quería enfatizar la cosecha 2 Timoteo 2:1-13
espiritual. Muchos pastores pueden estar ocupados en muchas
cosas, pero los que trabajan con mucha dedicación para sem-
brar y regar las semillas del evangelio verán un cambio en la Versículo para memorizar:
vida de las personas. 2 Timoteo 2:10 – “Por tanto, todo lo soporto por
Ya sea que se lo compare a un buen soldado, a un buen atleta o amor de los escogidos, para que ellos también
a un buen agricultor, Dios premiará los esfuerzos dedicados del obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con
pastor. Aunque Pablo sufría las cadenas de la prisión por pro- gloria eterna.”
clamar el mensaje del evangelio, recordó a Timoteo que el
mensaje nunca fue prisionero. No hay nada demasiado difícil
de soportar para ver vidas transformadas por el mensaje de
Jesucristo. Si morimos con Cristo también viviremos con Él, y
aunque no tengamos fe, Dios jamás cambia y siempre es fiel.
Un pastor hoy, igual que Timoteo, debe aceptar el reto de las
palabras de Pablo, y sentirse seguro por el inmutable mensaje
de Jesús que todavía se ha de proclamar al mundo.
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 El Día de la Independencia 2-06-C
H Notas para el maestro
oy celebramos la fecha en que nuestro país se declaró
nación independiente. Cada país tiene su historia de las
batallas o los sucesos históricos que lo llevaron a adoptar I. Libertad del pecado.
su nombre y una bandera para representar a su pueblo. Ser ciu- A. Recibir a Cristo como Salvador.
dadano de nuestra patria nos da ciertos derechos y libertades de B. La vida en Cristo.
las que no gozan los extranjeros. Pero no importa qué derechos II. Arraigado y sobreedificado.
nos ofrezca nuestra ciudadanía, hay una libertad que todos
debemos obtener por nosotros mismos, la libertad espiritual.
A. Un fundamento sólido.
B. Crecimiento en Cristo.
El pasaje bíblico para hoy describe la vida que podemos tener III. Fortalecido.
bajo cualquier tipo de gobierno, en cualquier nación del mundo,
porque nos enseña sobre la libertad del pecado. El primer paso A. La semilla de la fe.
hacia la libertad espiritual es aceptar el don de la salvación que B. Raíces profundas.
ofrece Jesucristo. La libertad del pecado costó la vida a Jesús, el IV. Agradecido.
Hijo de Dios. Él murió en la cruz por nuestros pecados y ganó la A. Una vida de gratitud.
batalla contra Satanás por la independencia de nuestra alma. B. Efecto rebosante.
Pablo escribió a los colosenses que debían estar arraigados y
sobreedificados en Jesús. Observemos más detenidamente estas
dos palabras. Para estar arraigado, el árbol profundiza sus raí- Actividad
ces en la tierra por dos razones importantes: una es buscar la Los alumnos pueden hacer banderas.
humedad y los nutrientes que necesita para alimentar el tron- En una hoja de papel pueden dibujar y
co, las ramas, y a la postre, el fruto del árbol. Estas raíces pro- colorear la bandera de su país. Hablen del
veen los ingredientes que el árbol necesita para crecer y sobre- significado de los colores y de los símbolos
vivir. La segunda necesidad de profundizar las raíces es anclar que se usan. Luego hagan una bandera cris-
el árbol. Cuando soplan fuertes vientos, es la profundidad de tiana y hablen de sus colores y símbolos.
las raíces lo que sostendrá el árbol firmemente en la tierra. Pueden pegar la orilla de las banderas en
Necesitamos profundizar nuestras raíces espirituales en la pajillas o palitos cortos para llevarlas a casa.
Palabra de Dios y en una sólida relación con Él.
La segunda frase que Pablo usa para describir una vida libre de Crecimiento del maestro
pecado es ser sobreedificados en Él, en Cristo. Para edificar una
casa se necesita comenzar con un sólido fundamento. En la vida El versículo para memorizar de hoy es más largo
cristiana ese fundamento es Jesús. El Señor quiere que comen- que de costumbre. Hay ciertas edades y algunos
cemos a edificar nuestra vida en Él como el fundamento; que alumnos que tienen mayor habilidad para memo-
nos desarrollemos en la persona que Él quiere que seamos. rizar los pasajes más largos. Considere la edad del
grupo y las habilidades individuales de sus alum-
Pablo escribió esta carta en la cárcel. A él le preocupaba que los nos cuando les asigne la memorización. Use frases
colosenses estuvieran en peligro de perder su libertad espiri- clave, versículos completos o pasajes más largos
tual. Los colosenses habían aceptado la verdad de que Jesús según lo crea apropiado.
había muerto por sus pecados y habían comenzado a crecer en
la libertad del pecado, pero algo amenazaba esa libertad. Como
en la guerra, cuando una nación trata de arrebatar la libertad a Porción bíblica:
otra nación, unos hombres habían comenzado a difundir men- Colosenses 2:6-10
tiras que hicieron que algunos de los cristianos dudaran de su
libertad en Cristo. No importa cuánto tiempo hace desde que
conocimos a Cristo, es importante recordar la semilla de fe que Versículo para memorizar:
Él puso en nuestro corazón cuando creímos, y la fe creciente
que Él nos ha dado desde ese momento. Colosenses 2:6,7 – “Por tanto, de la manera que
habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él;
Pablo sabía que era muy importante guardarse de las religiones arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en
extrañas y de las filosofías que causan confusión y que circulan la fe, así como habéis sido enseñados, abundando
por el mundo. Estas ideas confusas hicieron volver a la gente a en acciones de gracias.”
la esclavitud del pecado y a depender de las tradiciones huma-
nas y no de la libertad que hay en Cristo. Pablo quería que los
cristianos vivieran rebosantes de gratitud por la libertad espiri-
tual. No importa dónde vivamos, bajo qué forma de gobierno,
ni con qué clase de restricciones. Así como Pablo pudo rebosar
de gratitud desde su celda en la cárcel, así nosotros debemos
celebrar nuestra libertad del pecado.
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 El Día del Trabajo 2-07-C
E Notas para el maestro
n la carta a los Efesios, Pablo dirigió la siguiente lección a los
esclavos y a sus amos. En esos días era práctica común tener
esclavos. Pablo no estaba enseñando que la práctica de la I. Nuestra actitud.
esclavitud era buena, pero era parte de la economía de esos días A. Con respeto.
y él quería enseñar ciertos principios tanto a los que supervisan B. Con sinceridad.
a los trabajadores como a los que hacen el trabajo. Eso quiere II. Nuestra obediencia.
decir que Pablo se dirige tanto al patrón como al empleado.
A. Cuando nos miran.
Primero, Pablo se dirige a la actitud que todo trabajador debe B. Cuando no nos miran.
exhibir. Habla de mostrar respeto al jefe y darle honra con un III. Nuestro servicio.
corazón sincero. Si la persona para la que se trabaja es también
alguien a quien se respeta, la manera en que se obedecen las A. De todo corazón.
órdenes será muy diferente. Pablo hasta llega a decir que debe- B. Sirviendo al Señor.
mos obedecer y respetar al jefe así como obedecemos y respe- IV. Nuestra recompensa.
tamos a Cristo. En vez de fingir que lo respetamos o hacer A. Del Señor.
como que apoyamos sus esfuerzos con nuestro duro trabajo, B. Sin ninguna diferencia.
Pablo dice que debemos demostrarle sinceramente nuestro res-
peto con la buena calidad y cantidad de trabajo que hacemos.
Luego Pablo pasa a tratar con la manera en que obedecemos al Actividad
jefe que nos supervisa. Hay aquellos que hacen exactamente lo Los alumnos pueden preparar un proyecto
que se les dice mientras el jefe esté mirando. Si alguien observa de arte al copiar el versículo para memori-
su trabajo y ese informe llega al jefe, el empleado aparenta gran zar y hacer un dibujo sencillo en una hoja
obediencia. El esfuerzo en su trabajo es sólo un alarde para de papel. Pueden trabajar con creyones y
conseguir mejor paga, un puesto mejor o favores especiales. hacer resaltar el diseño y las letras lo más
Pero Pablo nos advierte que debemos obedecer las órdenes del posible. Luego aplique al papel aceite para
jefe simplemente porque es el jefe. Debemos obedecer de la cocinar, usando una bolita de algodón o un
misma manera que obedecemos los mandamientos de Cristo. pañuelo desechable. Deje que se seque el
Como cristianos, hemos dejado la esclavitud del pecado y papel y la obra de arte parecerá vidrio de
ahora somos esclavos de Cristo. Tenemos a Cristo como nues- color en la hoja clara.
tro amo y debemos de obedecerle como esclavos sumisos para
poder recibir su bendición y lo mejor para nuestra vida.
Crecimiento del maestro
Después de enseñar que debemos obedecer aunque nadie nos
esté mirando, Pablo pasa a hablar de servir al jefe de buena La lección de hoy nos habla a los maestros sobre
voluntad. De ese modo el trabajo significa más que el pago que la preparación y el trabajo que hacemos para ser-
se recibe por hacerlo y lo convierte en un asunto de cómo vir a los alumnos. Lamentablemente, algunos
hacemos nuestro trabajo. No sólo debemos hacer lo que exige creen que el pastor, que siempre está al frente de
el trabajo, sino que debemos ir más allá. Debemos hacer el la congregación y que es visto por todos, es el
trabajo como si estuviéramos trabajando para Cristo. Hemos único que tiene que trabajar duro. Pero esta lec-
de servir a nuestro jefe como si estuviéramos sirviendo a ción nos recuerda que aunque estemos enseñando
Jesucristo y no a los hombres. a los niños más pequeños, y nadie vea nuestro
ezfuerzo dedicado en la preparación, debemos
Finalmente Pablo habla de la recompensa del trabajador. Lo lla- enseñar como si el Señor estuviera sentado en el
mamos salario o paga por el trabajo. El mundo paga un salario aula.
por las horas que damos, la tarea que terminamos, o los logros
del trabajador. Pablo dice que el Señor recompensará a cada
obrero según sus buenas obras. No hay ninguna restricción Porción bíblica:
sobre el tipo de trabajo que se haga, ni cuán alto o bajo parezca
en la escala de importancia, sino que la recompensa final Efesios 6:5-9
depende del bien que haga el obrero. De nuevo, Pablo recuerda
a los obreros la importancia de trabajar como si estuviéramos
prestando servicio a Jesús. En el Nuevo Testamento se nos
Versículo para memorizar:
recuerda que toda obra puede ser hecha como para el Señor. Efesios 6:7 –“Sirviendo de buena voluntad, como al
Hoy celebramos el trabajo que Dios nos ha dado, nuestra salud Señor y no a los hombres.”
y la habilidad para trabajar, y las recompensas que recibimos
ahora y las bendiciones con las que Dios nos premia cuando
trabajamos de buena voluntad.
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 El Día de Acción de Gracias 2-08-C
S Notas para el maestro
amaria era una ciudad que los judíos evitaban. Sin embar-
go, Jesús se detuvo junto al pozo de la ciudad. Allí se encon-
tró con una mujer que había venido a buscar agua. Como
judío, Jesús no debía estar ni cerca de esa ciudad ni hablar con
una mujer de allí. Jesús reveló su conocimiento de la necesidad
que tenía la mujer y ella creyó que Él era un gran profeta. Jesús
le habló del agua de vida que ella necesitaba en vez del agua del
pozo, y el dramático encuentro cambió la vida de la mujer.
Inmediatamente la samaritana dejó su cántaro y corrió a decir a
todos en la ciudad que acababa de conocer a Jesús.
La gente de Samaria conocía la mala reputación de esta mujer.
Se había casado cinco veces, y vivía con un hombre que no era
su esposo. Cuando ella explicó que se había encontrado con
Jesús, la gente puso atención. La intensidad en su relato conven-
ció a las personas a salir en busca de Jesús. Las palabras de la
mujer eran tan convincentes que muchos de los samaritanos
creyeron en Jesús por el testimonio de ella.
Los discípulos se sorprendieron cuando vieron que Jesús habla-
ba con una mujer. Quizá se enojaron, pensando que esta mujer
se había acercado a Jesús, porque en su cultura no se permitía
que un hombre judío hablara con una mujer samaritana.
Cuando le ofrecieron comida, se sintieron confusos porque
Jesús les dijo que Él ya tenía comida. Pero la comida de que
hablaba Jesús era hacer la voluntad de su Padre. Quizá se admi-
raron de que Jesús relacionara la voluntad de su Padre con
alguien de Samarita, especialmente una insignificante mujer.
Pero Jesús comenzó a hacer una descripción vívida. Al acercarse
la multitud, Jesús explicó a sus discípulos que las personas se
comparaban a un campo blanco. En una zona rural, estos hom-
bres conocían perfectamente el aspecto de un campo de trigo
listo para la cosecha. El grupo grande de gente, quizá con ropa
de color claro, era exactamente el campo blanco listo para la
cosecha que Jesús quería que los discípulos vieran.
Jesús comenzó a impartir una lección sobre el proceso de la
cosecha, las tareas del sembrador y del segador, y la eterna
cosecha de almas. De repente los discípulos se enfrentaron con
la increíble tarea de considerar a los samaritanos espiritual-
mente perdidos, sus enemigos, los que trataban a toda costa de
evitar, como posibles creyentes, listos para la cosecha. Jesús
quería que vieran que era necesario que algunos de sus segui-
dores fueran a sembrar el mensaje, tal como lo había hecho la
mujer, y que otros tendrían que comenzar a recoger la cosecha,
como lo había hecho Él junto al pozo. El proceso que Jesús
necesitaba esclarecer era que los campos blancos quizá no
siempre sean los que suponemos que son.
Quizá hay grupos de gente que se nos hace difícil aceptar. Tal
vez hay aquellos que practican otras religiones, que tienen piel
de distinto color, o que por siglos han sido enemigos de nuestra
cultura; sin embargo, Jesús quiere que los veamos como un
campo blanco listo para la cosecha. Hoy necesitamos pedir al
Señor que nos muestre el campo blanco en el que Él quiere que
trabajemos. Quizá Él tenga planes para que sembremos o para
que cosechemos, pero tal vez tengamos que ser sacudidos, como
los discípulos, para ver los campos blancos en lugares que
nunca antes hemos considerado.
I. El trasfondo.
A. Costumbres desdeñadas.
B. Una vida cambiada.
II. La escena.
A. Una ciudad escucha.
B. La multitud que viene.
III. La reacción.
A. Un cuadro de la cosecha.
B. Una lección de la cosecha.
IV. La aplicación.
A. Nuestro campo blanco.
B. Nuestra tarea en la cosecha.
Actividad
Los alumnos pueden hacer un recordatorio
de la cosecha al doblar por mitad una hoja
de papel grueso. En la mitad del frente
deben escribir con letra de molde el tema
“Mi campo blanco” y decorrlo con dibujos
de cosecha. Adentro deben escribir una lista
de los que necesitan oír el evangelio. O pue-
den hacer un dibujo o un mapa de un lugar
al que creen que Dios quiere que vayan para
anunciar a Cristo. Detrás de este recordato-
rio escribirán con letra de molde el versícu-
lo para memorizar.
Crecimiento del maestro
Haga un plan y anote los nombres de los que usted
desea ganar para Cristo y discipular por medio de
su clase. Con frecuencia los maestros dan la lección
y esperan que ésta afecte a alguien, en vez de fijar
la lección en una meta para afectar a las personas
específicas que desean alcanzar. Escriba la meta
que tiene con el grupo al que enseña y así sabrá
si en realidad está realizando lo que Dios lo ha
llamado a hacer a través de su clase.
Porción bíblica:
Juan 4:1-42
Versículo para memorizar:
Juan 4:35 – “He aquí os digo: Alzad vuestros ojos
y mirad los campos, porque ya están blancos para
la siega.”
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