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filosofía

MARRAMAO: EL DON DE LA
OPORTUNIDAD (FILOSÓFICA)
Manuel Cruz

Giacomo Marramao, en sus obras una reflexión que co- este libro? Muchísimas cosas, y se- han alterado sustancialmente nues-
Kairós. bra especificidad a medida que ría tarea hercúlea intentar recoger- tro vínculo temporal con el mundo
Apología del tiempo oportuno avanza en el diálogo con los pensa- las todas en esta breve nota. Me y los elementos que contiene. En
Barcelona, Gedisa, 2008, dores que han ido abordando los limitaré, por tanto, a señalar aque- efecto, se ha producido un cambio
mismos asuntos. Sin embargo, en llas –o aquella, porque en el fondo en lo que Raymond Williams3 lla-
lo que se refiere a la presente obra tal vez sea sólo una, pero particu- maba las “estructuras de sentimien-

H
ace algo más de un año en concreto, tal vez lo más llamati- larmente relevante– que más han to”. Asistimos a un proceso de ex-
apareció publicado en vo sea que, sin modificar un ápice llamado mi atención por entender trema aceleración del tiempo y
Roma un volumen de ho- su estilo, coloca el foco de su aten- que son las que de manera más di- compresión del espacio (algo veri-
menaje a Giacomo Marramao que, ción en uno de los ejes menciona- recta contribuyen a iluminar as- ficado por ejemplo en el tiempo
con ocasión de su sexagésimo ani- dos –la relación entre historia y pectos de la naturaleza, a menudo real de Internet) que es fuente de
versario, recogía contribuciones de temporalidad– y, más en concreto, oscurecidos cuando no ocultos, de profunda angustia4.
un conjunto muy significado de en uno de los términos de la pare- nuestro presente. Pero es al plantear lo segundo
pensadores de todo el mundo, lo ja: el tiempo, o la temporalidad, –o sea, el tiempo en cuanto condi-
que no deja de proporcionar una que por añadidura son pensados La experiencia ción de posibilidad misma de la
indicación relevante acerca de la bajo la determinación del Kairós, de la temporalidad acción humana– cuando a mi en-
capacidad de convocatoria intelec- esto es, del tiempo oportuno. y la acción humana tender el texto de Marramao alcan-
tual del homenajeado. Bajo el títu- Se comprenderá que la combi- En manos de Marramao, el tema za la mayor intensidad teórica. Así,
lo Figure del conflitto1 el compila- nación de ambas cosas (una mirada de la temporalidad pierde la condi- la afirmación según la cual la prisa
dor había reunido trabajos de filó- historiográfica en gran angular, di- ción especulativa–inefable con la –que no la velocidad– encarna me-
sofos tan destacados –y diversos rigida en zoom sobre un asunto que a menudo se ha planteado a lo jor que ninguna otra nuestra situa-
entre sí– como Marc Augé, Remo conceptualmente delimitado) pro- largo de la historia de la filosofía ción espiritual le permite plantear el
Bodei, Massimo Cacciari, Manfred duzca el resultado de un texto occidental, condición paradigmáti- desajuste entre medio y fin, el ex-
Frank, Axel Honneth, Toni Negri, como el que tenemos entre manos, camente expresada por la famosa travío que se produce cuando la
Franco Rella o Gianni Vattimo. tan rico como sugerente, tan ambi- respuesta agustiniana a la pregunta velocidad pierde de vista el objeto
Quien desee conocer las razones cioso como estimulante. Un texto ¿qué es el tiempo? (ya saben: “si no que creía perseguir. Con el paso de
de tan notable capacidad de con- que, además, ocupa un lugar verte- me lo preguntan, lo sé, si me lo la fase industrial a la actual socie-
vocatoria hará bien en adentrarse bral en la obra de Giacomo Marra- preguntan, no lo sé”) y que, en de-
en las páginas del libro Kairos que mao. No sólo porque forma parte, finitiva, lo reducía a una experien-
la editorial Gedisa ha tenido la feliz junto con Poder y secularización cia interior tan compartida como 3 En su libro The Long Revolution, Lon-

iniciativa de publicar en castellano. (publicado en España en el año inaprensible. Poniendo en co- dres, 1961. Reeditado en Harmondworth,
1965. Una útil selección de textos de Ray-
A lo largo de ellas Giacomo Marra- 89) y con Minima temporalia (que nexión el tiempo, además de con mond Williams es la que se encuentra en la
mao, además de hacer gala de un aparecerá el próximo otoño) de las condiciones de posibilidad en antología Historia y cultura común, edición a
sólido conocimiento de los clási- una trilogía filosófica sobre el tiem- las que se da, con los objetivos de cargo de Alicia García Ruiz, Los libros de la
Catarata, Madrid, 2008.
cos, despliega una perspicacia ar- po, sino también porque la onda los que él mismo es condición de 4 Por su parte, David Lowenthal ha es-
gumentativa y una originalidad en expansiva de la cuestión tematiza- posibilidad, abre lo que había veni- crito: “La obsolescencia planificada impera
el enfoque ciertamente encomia- da alcanza a sus otros textos, con- do siendo para muchos una autén- en el entorno construido [de las ciudades] y
en la mayoría de objetos de uso cotidiano.
bles. En términos generales, se tribuyendo a hacerlos más comple- tica caja negra teórica y nos mues-
Sin embargo, la naturaleza no nos equipa
puede afirmar que los ejes mayores jos (estoy pensando en el nexo tra, con enorme brillantez, hasta bien para enfrentarnos sin descanso a nuevas
de su propuesta intelectual son el profundo que conecta este libro qué punto la categoría de Kairós oleadas de cosas no familiares. La sustitución
problema de lo político, la relación con su Pasaje a Occidente2). puede constituirse en una herra- rápida y masiva provoca una tensión que la
gente intenta mitigar aferrándose a mundos
entre historia y temporalidad o la Centrándonos en lo que ahora mienta clave para el análisis de familiares, a lo que les recuerda el pasado o lo
pareja global/local, y que lo más más importa, ¿qué da que pensar nuestra realidad. que sobrevive de él. Cedemos a la costumbre
característico de su estilo filosófico Respecto a lo primero –a las y al recuerdo no solo por anhelo nostálgico
de tiempos pasados, sino por una necesidad
es su capacidad para ir trenzando 2 Giacomo Marramao, Pasaje a Occiden- condiciones de posibilidad de vital de seguridad en un mundo peligrosa-
te: Filosofía y globalización, Katz Editores, nuestra experiencia de la tempora- mente inestable”, “¿Qué hace que el pasado
Buenos Aires, 2006. Aunque no sólo: la lidad– Marramao constata con importe?”, La Vanguardia, 4 de mayo de
1 Figure del conflitto. Studi in onore di onda expansiva del presente libro también 2003. Para un desarrollo más extenso de los
perspicacia de qué forma todo un
Giacomo Marramao, edición al cuidado de deja sentir sus efectos sobre el reciente La puntos de vista de este autor, vid. su libro El
Alberto Martinengo, Valter Casini Editore, passione del presente, Bollati Boringhieri, conjunto de transformaciones, es- pasado es un país extraño (Ediciones Akal,
Roma, 2006. Turín, 2008. pecialmente de orden tecnológico, Madrid, 1998).

Nº 185 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



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MA RR AMAO : E L D O N DE LA OPORTUN IDA D (FILOSÓFICA )

dad postindustrial, la innovación Probablemente se pueda sostener vimos como el “triunfo de lo pri- mundo de hoy es doble. Por una
tecnológica ha adquirido un papel que semejante formato ha dejado vado”8 parecen estar intentando parte, ha de medirse con un indi-
protagonista, imprimiendo una de constituir un horizonte regula- introducir una distinción entre vidualismo en el que el repliegue
celeridad vertiginosa a todos los dor. La exactitud, la omnipoten- formas ficticias de lo universal y de los sujetos sobre sí mismos se
sectores productivos, distributivos cia, el control absoluto o la com- formas genuinas o aceptables. sustancia, o bien en una banali-
y comunicativos de la vida. El pleta predicibilidad han perdido Pero probablemente no baste con dad sin ambición transformadora
proyecto –el viejo proyecto– que su antigua condición de fantasías ello o, mejor dicho, convenga alguna, o bien en una ansiedad
antaño había sido medio para ob- para adquirir la condición nueva avanzar en esa dirección para re- provocada por la impotencia para
tener fines, se ha transformado en de fantasmas, cuando no directa- solver la insuficiencia a la que me incidir a tal escala en el desarrollo
un dispositivo técnico de acelera- mente de pesadillas. Los modelos refería hace un momento. social y político de la realidad en
ción del cambio y de “coloniza- de perfección, con tanta frecuen- la que viven. Por otra, debe pro-
ción del futuro”, por utilizar la cia convertidos en el pasado re- Continuidad e identidad porcionar respuesta a un comuni-
contundente expresión de Octa- ciente en genuinas patologías del Hacia el final de su Pasaje a Occi- tarismo que, utilizando el atracti-
vio Paz. Nos hallamos en la apo- horror, no pueden ser la vía. dente, Marramao tiene escrito: vo argumento de que es necesario
teosis de una situación anunciada ¿Cuál es, entonces, la vía? Por “tenemos que aprender a pensar atender a las concretas formas de
por Reinhart Koselleck5: se ha lo pronto, hay que someter a pro- la continuidad como algo dife- vida del grupo, “tiende a recondu-
producido una inflación desme- funda reconsideración las catego- rente de la identidad”9, palabras cir al seno de las especificidades
surada, una hipertrofia, de las ex- rías heredadas, adaptándolas a “las con las que proporciona una pista culturales el tema de la solidari-
pectativas, simultáneamente a nuevas formas de conflictualidad fecunda acerca de la vía que resul- dad y de los valores comparti-
una deflación, una restricción planetaria”, por utilizar la expre- ta recomendable seguir. La vieja dos”11, por utilizar las propias
progresiva, del espacio de expe- sión del propio Marramao. El con- manera de plantear la contraposi- palabras de Marramao.
riencia y de nuestras capacidades tinuo discursivo que se acostum- ción entre universalismo y dife- Pero con la reconsideración,
experienciales mismas. bra a establecer entre globaliza- rencia consistente en dar por su- actualizada, de las viejas catego-
ción–universalidad–Occidente6 puesto que el primer término de rías, por importante que ésta pue-
Futuro y utopía deja sin plantear algunas de las la pareja designa aquel elemento da llegar a ser, no basta. La posibi-
¿Resultado? El tiempo ya no está cuestiones tal vez más necesitadas o rasgo susceptible de ser encon- lidad misma de un futuro abierto,
a nuestra disposición. Por el con- de clarificación. Es probable que trado en cualesquiera de los en el que todavía nos quede algún
trario, se nos aparece como una este aparente descuido constituya el miembros de un universo, en la margen de intervención en lo real
dimensión ajena a nuestra capaci- indicador de alguna insuficiencia. medida en que consideraba a di- y, por ello mismo, de avanzar en
dad de decisión. El futuro se ha Como parecen serlo también algu- cho elemento o rasgo como algo la dirección de una vida buena
convertido en una “rutina inno- nos revivals doctrinales. Por men- dado (como una cuestión de he- juntos, pasa por intentar reencon-
vadora”. Cosa que se manifiesta cionar sólo unos pocos: regresan al cho), ha ido demostrando, al ser trarnos con la dimensión kairoló-
en la forma en que los periódicos escenario teórico actual los situa- confrontada con el estallido de las gica del tiempo. Esto es, por re-
nos informan acerca de él como cionistas, debatimos de nuevo particularidades, su patente inuti- componer el multiverso temporal
algo que nos sobreviene constan- acerca de la posibilidad de trans- lidad. Deberíamos decir, más que impregna nuestras formas de
temente (de hecho, el suplemento formar el sistema desde dentro, se bien, que universal es aquello que vida: el tiempo de trabajo y el
Futuro de algunos diarios se dedi- postulan –como si fueran hallaz- merece ser compartido por toda la tiempo para el amor, el tiempo
ca en exclusiva a novedades tec- gos teóricos alternativos– unos humanidad (Alain Badiou ha perdido y el tiempo ganado. Sin
nológicas). El alcance de una presuntos universales concretos que presentado en los últimos tiem- olvidar aquel otro del que proba-
transformación de este tipo del desprenden el mismo aroma dis- pos una definición de “enunciado blemente dependen todos los de-
imaginario colectivo es cierta- cursivo que aquellas totalidades universal” muy próxima a ésta10). más: el tiempo de la satisfacción y
mente importante. Alguna de las concretas de nuestra juventud, etc. Se observará que la formulación el tiempo de la lucha. Quizá, fi-
categorías a través de las cuales No pretendo insinuar que implica dos elementos de desta- nalmente, lo que ha pretendido
intentábamos llevar a cabo las au- permanezcamos, inmóviles, en el cada importancia. Por un lado, Giacomo Marramao con este in-
torrepresentaciones animadas de mismo punto que hace unos designa una tarea, una empresa citante Kairós no sea otra cosa que
voluntad emancipadora parece años. Determinadas realidades pendiente, un horizonte históri- seguir aquella indicación dejada
haber quedado, en este proceso, han irrumpido en el imaginario co; y, por otro, presupone la por Jacques Derrida en las prime-
irreversiblemente dañada. Pense- teórico preexistente generando igualdad por encima o más allá ras páginas de su Espectros de
mos, sin ir más lejos, en el con- efectos irreversibles. Cuando de las identidades. Marx12: Aprender a vivir es apren-
cepto de utopía, al menos en su Étienne Balibar se refiere al pro- Así las cosas, el desafío que un der a vivir por fin. n
formato más tradicional. Esa uto- ceso que comúnmente denomi- universalismo entendido de seme-
pía no era a fin de cuentas otra namos globalización en términos jante manera debe afrontar en el
cosa que un relato de máximos de universalidad real7 o cuando
que tendía a concentrar, con una Pietro Barcellona valora este 8 P. Barcellona, Strategie dell´anima,
densidad axiológica casi irrespira- mundo globalizado en el que vi- Città Aperta, Troina, 2003.
9G. Marramao, Pasaje a Occidente, op.
ble, la práctica totalidad de nues-
cit., pág. 226.
tros anhelos de perfección en una 6 Continuo que ha sido agudamente 10 Cfr. “La potencia de lo abierto: Uni-
estructura hiperreglamentada. analizado por el autor en su antes mencio- versalismo, diferencia e igualdad”, Archipié-
nado Pasaje a Occidente: Filosofía y globali- lago, 73-74, diciembre 2006, págs. 21-34.
zación. 11 Giacomo Marramao, Pasaje a Occi-
5 En su ya clásico Futuro pasado. Para 7 En su trabajo “Los universales”, inclui- dente, op. cit., pág. 186.
una semántica de los tiempos históricos, Pai- do en Étienne Balibar, Violencias, identidades 12 Jacques Derrida, Espectros de Marx, Manuel Cruz es catedrático de filosofía
dós, Barcelona, 1993. y civilidad, Gedisa, Barcelona, 2005. Trotta, Madrid, 1995. de la Universidad de Barcelona.

82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 185


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