Вы находитесь на странице: 1из 6

Caso CONADI

A finales de los 70´s Miguel Facussé se integró a un consorcio empresarial conocido


como Asociación para el Progreso de Honduras (APROH), cuyos socios eran un
grupo de empresarios y coroneles entre ellos Gustavo Álvarez Martínez. Los
miembros directivos de esta organización eran en su orden:

Presidente: Coronel Gustavo Álvarez Martínez


Vice-presidente: Miguel Facussé Barjum
Secretario: Oswaldo Ramos Soto
Tesorero: Bernard Cassanova
Presidente de divisiones: José Rafael Ferrari
Secretario de finanzas: Paul Vinelli
Desarrollo económico: Rafael Leonardo Callejas
Asuntos educativos: Osmond Maduro
Vocales: Roy Smith, Emin Abufele, Rafael Valle, Francisco Guerrero, Marcial
Solís, Andrés Víctor Artíles, Matilde Manueles, Juan Marinakys, Aquiles
Izaguirre, Eduardo Aragón, Armando Erazo, Emilio Larach, Armando Fuentes,
Angel Martínez Reyes, Rafael Cruz López, Israel Rodríguez y Adán Benítez.

. En los años 70´s y con el apoyo de la banca privada a través de créditos para la
inversión, Miguel Facussé logra montar una pequeña fábrica de detergentes y
jabones conocida como Químicas Dinant. En 1974, el Estado crea la Corporación
Nacional de Inversiones (CONADI) como parte de la estrategia para consolidar el
nuevo modelo de desarrollo implementado (Modelo de Industrialización por
Sustitución de Importaciones ISI).

Miguel Facussé había establecido una sólida amistad con los gobiernos militares de
facto lo que le permitió conseguir el aval solidario del Estado a través de la CONADI
y logra algunos préstamos con instituciones bancarias del extranjero por los montos
de:

Lps. 2, 529,397.00 Bank Of América y Lps. 11, 239,318.00 Lloyds Bank International
para hacer un capital de 13 millones 768 mil 715 lempiras en ese tiempo casi 7
millones de dólares. Con ese capital expandió su pequeña industria y la registró
como “Quimicas Dinant de Centro América S.A de C.V. También fundó la empresa
Comercial e Inversiones Galaxia S.A. de C.V. ambas garantía hipotecaria de la
deuda con CONADI.

A finales de los 70´s Miguel Facussé se integró a un consorcio empresarial conocido


como Asociación para el Progreso de Honduras (APROH), cuyos socios eran un
grupo de empresarios y coroneles entre ellos Gustavo Álvarez Martínez.
Durante la década de los 80´s los cuerpos de inteligencia militar de Honduras,
orientaron la seguridad nacional a la caza de dirigentes políticos de oposición,
líderes sindicales y estudiantiles y miembros de un incipiente movimiento
revolucionario de Honduras y de paises vecinos. Para realizar este trabajo los
militares tenían cuerpos de investigación que no usaban uniformes e infiltraban
fácilmente los grupos sociales organizados. Pero también necesitaban una fachada
para esta labor. El coronel Alvarez Martínez, entonces jefe policial, y Miguel
Facussé Barjum, junto al cuerpo de coroneles y empresarios de APROH, analizaron
la situación referente a las revoluciones de Nicaragua y El Salvador, así como el
crecimiento de la oposición y descontento popular en Honduras, y acordaron facilitar
el consorcio de APROH al servicio de inteligencia como estructura de encubrimiento
en las investigaciones a los opositores identificados entonces como “comunistas”,
guerrilleros ó “cabezas calientes”.

También APROH al cabo de un tiempo acordó la transición de gobiernos militares a


gobiernos electos democráticamente para evitar una revolución. Con este propósito
en 1980, impulsaron la Asamblea Nacional Constituyente. En 1981 se eligió a
Roberto Suazo Córdova como presidente de Honduras y en 1982 a Gustavo Álvarez
Martínez como Jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras. Estos eventos llevaron a
Miguel Facussé a convertirse en confidente del Jefe de las Fuerzas Armadas y
consejero económico de la presidencia. Desde entonces este empresario mantiene
estrechas relaciones con los círculos gubernamentales de Honduras.

Como consejero económico de la presidencia, Miguel Facussé Barjum convenció a


Roberto Suazo Córdova que la manera de fortalecer la democracia era mejorando la
economía nacional. La fórmula para esto era evitar la fuga de divisas y dicha fuga se
podía lograr convirtiendo la DEUDA EXTERNA de Honduras EN DEUDA INTERNA.
La conversión de la deuda externa por interna –según el “consejero”- mediante las
“acreedurías”, es decir que el Estado pagara todos los activos que debían las
empresas por él avaladas a bancos extranjeros y adquiriera los activos y títulos
valores de éstas.

Posteriormente el Estado debería pasar los activos de estas empresas creadas con
capital nacional a la empresa privada mediante la venta de dichas empresas en
subastas públicas. Con la venta de dichas empresas el Estado recuperaría su
inversión y los empresarios podrían exportar y traer divisas frescas porque estas ya
no quedarían en los bancos extranjeros.

Las empresas estatales estaban insertas en la CONADI, COHDEFOR, BANADESA


Y COHBANA. En CONADI existían activos distribuidos en 68 empresas deudoras y
avaladas por un monto de 496.8 millones de lempiras entre ellas Quimicas Dinant y
Empresa de Inversiones Galaxia de Miguel Facussé Barjum. A partir del 26 de
septiembre de 1985, mediante el decreto ejecutivo No. 161-85, se legaliza la
privatización de las empresas del gobierno. Esta se llevaría a cabo a través de
subastas públicas y compra de acreedurías, previo avalúo de los bienes de cada
empresa. Las subastas públicas se realizaron de 1986 a 1988 pero fue un fracaso
porque los activos fueron subvaluados y las empresas compradas a precios
inferiores a su valor e incluso en algunos casos se aceptó pagarés por activos.

En el caso de Miguel Facussé cuando inició la subasta de las empresas de


CONADI, le recordó a la junta directiva que el aportaba un 10% de capital sobre
exportaciones al capital de base de la Corporación y como tal tenía derecho al pago
de participación industrial. Fundado en esto y mediante una alianza con el
presidente ejecutivo de la CONADI, Jorge paminondas

Craniotis Garrido logra:


Que la Corporación le extienda Certificados de Participación Industrial que no
estaban vencidos, (deuda futura a valor presente), por un valor de 3 millones 388 mil
306 lempiras.
CONADI siendo aval de Quimicas Dinant de Centro América S.A. de C.V. se
convirtió en deudor de Bank Of América y Lloyds Bank International por un monto de
13 millones 768 mil 715 lempiras y así de simple, Quimicas Dinant quedó sin
deudas. La misma alianza con Epaminondas Craniotis, le permitió a
Comercializadora Galaxia S.A de C.V. , propiedad de Miguel Facussé comprar la
empresa Mejores Alimentos de Honduras a CONADI, mediante un pagaré, a cambio
de los activos de dicha empresa por un valor de 25 millones 175 mil 428 lempiras
con 07 centavos. Sin embargo Facussé en lugar de honrar su deuda adquirida por
GALAXIA con CONADI, el 19 de enero de 1988, mediante el instrumento legal No. 3
y ante el abogado y notario Marco Tulio Hernández Reyes, y con la complicidad del
gerente de Mejores Alimentos, Darío Humberto Hernández, y el presidente ejecutivo
de CONADI, Jorge Epaminondas Craniotis, reconocieron la existencia de
obligaciones recíprocas por la prestación de servicios y suministros y acordaron
resolver las mismas por la vía extra judicial. Las obligaciones y los acuerdos
concertados consistían en el reconocimiento de Mejores Alimentos de tener una
deuda por la suma de 27 millones 397 mil 108 lempiras con 10 centavos con
Químicas Dinant de Centro América y Comercial de Inversiones Galaxia. Así mismo
Galaxia reconoció tener una deuda por la compra de Mejores Alimentos a CONADI
por la suma de 25 millones 175 mil 428 lempiras con 07 centavos. En consecuencia
“las partes de
común acuerdo aceptan las compensaciones de créditos otorgados, y de este modo
Mejores Alimentos fué entregada a Miguel Facussé para saldar una deuda con sus
empresas. Facussé por su parte y en aras del espíritu de conciliación y con el
propósito de solventar los problemas mediante una solución negociada” le condonó
la diferencia de 2 millones 217 mil 680 lempiras con 03 centavos a CONADI.

El 06 de Junio de 1988, la junta directiva de CONADI demandó a la empresa


Galaxia de Facussé por considerar ilegal el instrumento No. 3, en el que se fundó la
transacción no fue conocido y aprobado en sesión ordinaria de la junta, según
reglamento de CONADI, por lo que se declaró ilegal. Se presentó por parte de la
defensa de Facussé una excepción dilatoria de transacción, y no contestó la
demanda.

En fecha 13 de Agosto de ese mismo año, el juez Rubén Darío Núñez, que conoció
del caso, declaró con lugar la excepción alegada por Inversiones Galaxia S.A. de
C.V., la sentencia del juez Núñez fue apelada y conocieron los magistrados Justo
Abel Gálvez, Héctor Efraín Fortín Pavón y Juan Roberto Murillo, ratificando la
decisión del juez Núñez. A partir de 1989, la privatización de Honduras continuó
bajo la modalidad de acreedurías, sistema mediante el cual el gobierno autorizó al
Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (BANADESA) comprar las acciones de
CONADI, y el banco estatal a su vez pagó los préstamos que las empresas de
CONADI tenían con los bancos del extranjero, convirtiendo así la deuda externa en
deuda interna.

El 29 de septiembre de 1990 mediante Decreto de Ley No. 106-90 se creó la Ley


para la cancelación y liquidación de CONADI, haciendo énfasis en que se debía
proceder por la vía judicial contra los que cometieron actos dolosos contra CONADI.
En enero de 1991, el Procurador General de la República, Leonardo Matute Murillo
acusó criminalmente a Miguel Facussé Barjum, Jorge Epaminondas Craniotis, Darío
Humberto Hernández y Rubén Darío Núñez, por los delitos de Estafa, Fraude,
Malversación de Caudales Públicos, y Prevaricato en perjuicio de CONADI.

El caso no prosperó y Matute Murillo fue destituido de su cargo. Facussé se vuelve


fiel aliado del gobierno de Rafael Leonardo Callejas a quien después persuade de
modernizar el agro hondureño como la mejor opción para enfrentar la crisis
económica. En 1992, BANADESA condonó las deudas agroindustriales
argumentando que eran impagables, y que únicamente generaban trabajo
administrativo. En dichas condonaciones también se incluyeron los dineros de
CONADI pagados por BANADESA a bancos extranjeros y que ahora le debían los
empresarios.

Ese mismo año, la Junta Liquidadora de CONADI rindió su último informe y


desapareció. El caso contra inversiones Galaxia fue a casación y el abogado
Oswaldo Ramos Soto, entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia, en
sesión del pleno falló a favor de Miguel Facussé Barjum.

A partir de 1993, muestra la fuerza en los negocios que cuando nacieron eran
pequeñas industrias ahora tenían patentadas y distribuían en toda Centro América
las marcas Colgate, Palmolive, Fresca, Churritos Fiestas, Naturas, Élite, Maseca,
Tredia y otras. Todas estas marcas las agrupó en una corporación de empresas
conocida como “CORPORACIÓN CRESSIDA”. Según datos del Consejo Hondureño
de la Empresa Privada (COHEP), que declaró a Facussé hombre del año en 1993,
la fortuna de este hombre ascendía a los 2 mil millones de lempiras.

En 1994 concertó una negociación con las marcas internacionales “Colgate y


Palmolive” y vende las patentes por 40 millones de dólares. Con la entrada en
vigencia de la Ley para la Modernización Agrícola, a partir de 1994 incursiona
abiertamente en el mercado de tierras. Los cooperativistas del Valle del Aguán
fueron sus primeras víctimas. Con la nueva disposición legal por lo menos 40
cooperativas se desintegran y Miguel Facussé les compra sus tierras cultivadas de
palma africana a precios muy bajos. El las sigue explotando y descubre que la
exportación de aceite de palma multiplica sus ganancias. Esto lo motiva a fundar las
empresas Luxes Agrícola de Honduras y Agroinvasa, dedicadas exclusivamente a
expandir la producción de Palma Africana.

Esto lleva a Facussé a la necesidad de mas y más tierra para cultivar palma africana
y trata de obtener toda la que puede en el valle, e incluso mas allá de los límites del
Aguan. Inicia enfrentamientos con grupos étnicos garífunas con quienes se disputa
tierras en Limón, Vallecito y Punta Piedra. Los garífunas se sienten amenazados
con la pérdida de tierras ancestralmente cultivadas por ellos, pero ahora pretendidas
por Miguel Facussé.

Para 1996 las empresas de Aceite de Palma están en casi toda la costa norte y
extiende su dominio territorial desde Punta Sal en Tela, Atlántida hasta el Valle de
Sico, en las cercanías de la biósfera del Río Plátano. Ese mismo año le propone al
presidente Carlos Roberto Reina emprender un “Gran Plan de Transformación
Nacional”, el que pretendía lograr con una inversión extranjera de 20 mil millones de
dólares. Sin embargo las propuestas de este plan son vistas con recelo por las
razones siguientes: Se orientan básicamente a la adquisición de tierras por
extranjeros en las costas y fronteras.

Extrañamente el Congreso Nacional inicia la discusión para reformar el artículo 107


constitucional, que es el impedimento legal para que extranjeros compren tierras en
estos sitios. La instalación de la línea férrea que propone el plan “casualmente”
pasará por todas sus propiedades y la instalación de una refinería de petróleo en
Trujillo sería el abastecedor de combustibles a sus industrias. Finalmente la
construcción de una represa en el Río Patuca, una zona de Reserva Mundial sería
un negocio para vender energía a Centroamérica administrado por la empresa
privada. Además, se observa sospechosamente que en lugares donde hay
actividades empresariales de Miguel Facussé entre 1996 y el año 1998, ocurrieron 3
asesinatos de líderes ecologistas que se opusieron al avance de las empresas de
Corporación Cresida.

La primera de estas muertes fue la de la ecologista Janet Kawas, asesinada dos


días después de participar en una marcha de protesta contra los depredadores del
Parque Ecológico y Zona Protegida Punta Sal. Miguel Facussé fue cuestionado por
el cultivo de palma africana en El Isopo, territorio que compró dentro de la zona
protegida.

El segundo asesinato fué el del ecologista y líder político Carlos Alfonso Escaleras
Mejía, asesinado el 18 de octubre de 1997. Escaleras se opuso a que Miguel
Facussé instalara una planta procesadora de Palma Africana en las riveras del Río
Tocoa del Valle del Aguán porque lo contaminaría. Testimonios de personas y uno
de los autores materiales del asesinato ya capturado lo involucran en la autoría
intelectual de este crimen. Miguel Facussé ya ha sido llamado a los tribunales pero
él ha ignorado el llamado del juez.

El tercer asesinato fue el del líder ecologista Carlos Luna, el 18 de mayo de 1998.
Luna se oponía a la construcción de la represa en la zona de reserva del Río
Patuca. Este proyecto era impulsado por Miguel Facussé como parte de su gran
Plan de Transformación Nacional. Paralelamente a estos hechos el empresario
Miguel Facussé desde 1998, con la llegada de un sobrino suyo a la presidencia de
la República, inició conversaciones con la transnacional Anglo Holandesa
UNILEVER para venderle las marcas de productos que distribuye Corporación
Crecida, y la venta se concertó en diciembre de 1999. A partir de entonces,
CRESIDA es UNILEVER aquí en Honduras.

Posteriormente Miguel Facussé fue acusado por los parientes de Carlos Escaleras
por considerarlo el autor intelectual del asesinato de su pariente y no dijo nada.
Igualmente mantuvo silencio sobre un proceso de la fiscalía del medio ambiente por
contaminar fuentes acuíferas de la capital. La juez Ana Pineda, encargada de
conocer el caso el 29 de noviembre del año 2000, ordenó la captura de Miguel
Facussé. El no dijo nada, pero la Juez Ana Pineda fué separada de su cargo y la
orden de captura fue revocada.

Вам также может понравиться