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NIVEL INFORMATIVO

MONOGRAFÍA 3

OPUS PHILOSOPHICAE INITIATIONIS


OPUS PHILOSOPHICAE INITIATIONIS
www.initiationis.org

NIVEL INFORMATIVO
Materia: El ser humano

Monografía 3
MONOGRAFÍA 3

EL SER HUMANO
Contenido
* La respiración

Bibliografía recomendada

Calle, Ramiro: “El gran libro del Yoga” [lectura inicial]


Calle, Ramiro: “Relajación y respiración en casa” [lectura inicial]
Ramachakara, Yogi: “La ciencia de la respiración” [lectura inicial]
Sivananda, Swami: “La ciencia del pranayama” [lectura de
avance]
Van Lysebeth, André: “Pranayama” [lectura de avance]
La respiración
Frater Phileas

La respiración es un proceso fisiológico que produce una renovación


constante de energía orgánica: viene a ser como una fabricación en
cadena, automatizada, de energía.

Pero nuestra respiración suele adolecer de un doble defecto:


no respiramos bien; y además la respiración que hacemos no la
aprovechamos para reforzar nuestra energía mental, sino muy
indirectamente, en la oxigenación con que se enriquece todo el
organismo y también el cerebro.

Sin embargo, aunque nuestra afirmación parezca extraña a más de


un lector, podemos conver tir el ejercicio de la respiración en un
poderoso revitalizador para la salud, y al mismo tiempo y, sobre
todo, en una fuente inexhausta de energía para nuestra mente
consciente.

El requisito principal y básico es el mismo indicado para el ejercicio


físico: respirar de un modo consciente. No como se enseña en
las sesiones de gimnasia, de forma más o menos forzada, sino
limitándose sólo a seguir el movimiento respiratorio normal,
apoyándolo conscientemente para que la respiración sea profunda,
pero sin forzar nada los pulmones. Pues toda presión violenta del
aire sobre los alvéolos pulmonares corre el peligro de lesionarlos. Lo
verdaderamente impor tante en el ejercicio respiratorio, y en lo que
aquí hacemos hincapié, es la cantidad, la intensidad, la luminosidad
de la atención que se centra sobre el proceso respiratorio.

La vida depende de forma absoluta del acto de respirar. Respirar


es vivir. Por más que puedan estar en desacuerdo sobre detalles de
teoría y terminología, los orientales y occidentales admiten estos
principios fundamentales. (1)
Respirar es vivir, y no hay vida sin respiración. No solamente los
animales superiores basan la vida y salud en el respirar, sino que
hasta las formas más inferiores, incluso las plantas, deben al aire su
existencia.

El niño hace una larga y profunda inspiración, la retiene un momento


para extraer de ella las propiedades vitales, y la exhala en un lento
vagido; así da principio su vida sobre la tierra. El anciano da un débil
suspiro, cesa de respirar y la vida llegó a su término. Desde el suave
soplo del niño hasta el último suspiro del moribundo, se desarrolla
una larga historia de continuas respiraciones.

La respiración puede considerarse como la más impor tante de las


funciones del cuerpo, porque de ella dependen indudablemente todas
las demás. El hombre puede vivir algún tiempo sin comer; menos,
sin beber; pero sin respirar, su existencia continúa solo muy pocos
minutos No solamente el hombre depende de la respiración para
vivir, sino que también y en gran par te de los hábitos correctos de
respirar, que son los que han de dar vitalidad perfecta e inmunidad
contra las enfermedades. Un control inteligente del poder de respirar
prolonga nuestros días sobre la tierra dándonos una suma mayor
de resistencia, mientras que una respiración descuidada tiende a
disminuir nuestros días, decrece nuestra vitalidad y nos coloca en
condiciones favorables a ser presa de las enfermedades.

El hombre, en su estado natural, no tuvo necesidad de que le


suministraran instrucciones para respirar, y de la misma manera que
el animal inferior y el niño, respiraba natural y debidamente, según
los designios de la Naturaleza; pero en eso también ha sufrido la
inf luencia modificadora de la civilización. Ha contraído costumbres
y actitudes perniciosas en el caminar, pararse y sentarse, que le
han despojado del derecho primitivo de una respiración correcta y
natural. Ha pagado un precio muy elevado por la civilización.

En la actualidad, muchos aborígenes respiran naturalmente, a


no ser que hayan sido contaminados con los hábitos del hombre
civilizado.

El porcentaje de los hombres civilizados que respiran correctamente


es muy reducido y el resultado puede obser varse en los pechos
contraídos, en los hombros caídos y en el espantoso aumento de las
enfermedades de los órganos respiratorios, incluyendo el terrible
monstruo de la consunción, el azote blanco.

Autoridades eminentes han asentado que una generación de


respiradores normales regeneraría la raza y que la enfermedad
sería rara que al manifestarse la considerarían como un objeto de
curiosidad. Si se estudia el asunto se obser vará que la relación entre
la respiración natural y la salud es evidente y explicable, sea que lo
consideremos bajo el punto de vista oriental u occidental.

Las enseñanzas occidentales demuestran que la salud física


depende esencialmente de una respiración correcta. Los maestros
de oriente no sólo admiten que sus hermanos occidentales tienen
razón, sino que también sostienen que además del beneficio físico
derivado de una respiración normal, el poder mental del hombre, su
felicidad, el dominio sobre sí mismo, claridad de visión, moralidad y
aún su crecimiento espiritual, pueden ser aumentados mediante la
ciencia de la respiración. Muchas escuelas de filosofía oriental han
sido fundadas sobre esta ciencia; y las razas occidentales, una vez
que hayan adquirido su conocimiento, obtendrán, dado su espíritu
práctico, grandes resultados. La teoría del oriente, unida a la del
occidente, dará su fruto de gran trascendencia.

El Prana o Chi

La ciencia de la respiración, como muchas otras enseñanzas, tiene


doble aspecto: uno esotérico o interno y otro exotérico o externo.
Su faz fisiológica puede ser denominada como la par te externa
o exotérica del asunto, y la relacionada con el prana y el flujo
energético, como la esotérica o interna. Los ocultistas de todas las
edades y países siempre han enseñado, por lo general en secreto, a
un número reducido de discípulos, que existe en el aire una sustancia
o principio del cual deriva toda actividad, vitalidad y vida. Diferían
en los términos y nombres que daban a esta fuerza así como en
los detalles de las teorías pero el principio fundamental se puede
encontrar en todas las demás enseñanzas y filosofías ocultas, y
durante siglos ha formado par te también de las enseñanzas de los
yoghis orientales.
Nosotros lo llamamos Prana o Chi, al que estudiaremos con más
detenimiento en la monografía IV de este nivel.

Adver tencias de los Maestros

Aunque los ejercicios de respiración son beneficiosos para


el practicante, existen adver tencias sobre algunas prácticas
avanzadas.

Como escribía el Maestro K. H. en su correspondencia con A. P.


Sinnett, el uso desordenado e imprudente de los ejercicios de control
respiratorio «abre de par en par las puer tas a toda clase de influjos de
oscura procedencia», mientras nos hace «impermeables a las fuerzas
del bien». Cuando el cuerpo no está completamente purificado y
falta todavía mucha experiencia, el ejercicio de respiración especial
puede llegar a ser muy peligroso. Lejos de contribuir al desarrollo
espiritual del estudiante, lleva a éste por los tor tuosos caminos de
cier to desarrollo psíquico que más vale evitar en esta temprana
fase.
Es tan fácil como arriesgado, en nuestra ignorancia, desencadenar
fuerzas sobre las que no ejercemos ningún control y que, por el
contrario, nos convier ten en meros juguetes de entidades que
desconocemos.

Inspiración y espiración

La respiración consta de tres par tes: una inspiración (en sánscrito


pûraka), un inter valo (kumbhaka) y una espiración (rechaka).
Durante la inspiración el músculo diafragma desciende trayendo
consigo la par te inferior del pulmón, con lo que aumenta el espacio
inferior del tórax penetrando el aire en la porción baja del órgano.
Al mismo tiempo las costillas falsas y flotantes ascienden
ver ticalmente, de modo que el espacio costal se incrementa y el aire
penetra en la par te media del pulmón.

En condiciones de esfuerzo impor tante se movilizan las costillas


altas, penetrando el aire en los vér tices superiores del pulmón.
Durante la inspiración el aumento del espacio dentro de la caja
torácica hace que descienda la presión sobre el mediastino,
cavidad ocupada por el corazón y grandes vasos sanguíneos, de
manera que esta zona sopor ta menos presión y la sangre fluye hacia
ella con facilidad.

En la espiración el proceso anterior se invier te:


El músculo diafragma se relaja y asciende, asimismo se relajan los
demás músculos inspiradores con lo cual las costillas descienden.
El volumen dentro de la caja torácica aminora, el aire sale del pulmón
y la presión sobre el corazón aumenta.
El constante cambio de presiones en el interior del tórax ejerce un
efecto de bomba de presión-depresión, teniendo los constantes
movimientos un efecto de masaje cardiaco y facilitando aferencia
(llegada) y eferencia (par tida) de sangre. El descenso del diafragma
durante la inspiración proporciona un masaje sobre las vísceras
abdominales. A mayor intensidad de inspiración los beneficios
aumentan.

La respiración y los estados de ánimo

La Sabiduría Antigua nos dice que si aprendemos a respirar bien,


mejoraremos nuestro estado general de ánimo y nuestro estado
mental. Podemos relajarnos, dejar de lado la ira y las emociones
negativas, creciendo en armonía.

Por ejemplo, podemos comprobar experimentalmente que cuando


sentimos miedo, nuestra respiración es distinta que mientras estamos
alegres; el miedo, la angustia, la impaciencia, etcétera, nos impiden
respirar bien, con amplitud. Pero no es sólo esto. Quien adopta una
actitud más o menos permanente de miedo, la persona que no se
atreve a enfrentarse con el mundo, que teme a la gente por creer que
se reirán de él -miedo al ridículo-, por exagerado sentimiento de su
debilidad, etc., y que debido a ello se aísla, tiene una inhalación de
aire pequeña, restringida, inhibida, como su actitud psicológica. Por
el contrario, la persona agresiva y lanzada presenta una respiración
brusca y forzada con muchas retenciones interiores.

Cuando estamos concentrados con intensidad sobre algo,


disminuimos nuestro ritmo respiratorio y la respiración se hace
super ficial; en los momentos de máxima concentración retenemos
el aire dentro, sin respirar. Si nos preparamos para algo difícil,
inhalamos e instintivamente guardamos el aire dentro unos
segundos, tanto si se trata de un esfuerzo físico, como levantar
un objeto pesado, o de hacer algún esfuerzo violento, como tomar
alguna determinación que requiera mucha energía o dominio de uno
mismo, por ejemplo, al realizar una visita difícil en el momento de
entrar o de llamar a la puer ta. Entonces, el acto instintivo de inhalar
y retener el aire dentro unos momentos nos hace recobrar los ánimos,
y reunir la decisión necesaria.

Existen ejercicios respiratorios específicos para controlar la ira o


la depresión. Más adelante incluiremos algunos para practicarlos
convenientemente.

El sistema respiratorio

Desde un punto de vista estrictamente fisiológico o exotérico, el


sistema respiratorio proporciona el oxígeno que el cuerpo necesita y
elimina el dióxido de carbono, o gas carbónico, que se produce en
todas las células.

La respiración es un proceso involuntario y automático, en el que


se extrae el oxígeno del aire inspirado y se expulsan los gases de
desecho con el aire espirado.

El aire se inhala por la nariz, donde se calienta y humedece. Como


veremos más adelante, las fosas nasales están conectadas con los
senos paranasales o cavidades sinusales, unos espacios huecos del
interior de algunos huesos de la cabeza que contribuyen a que el aire
inspirado se caliente y humedezca. La inflamación de estos senos se
conoce como sinusitis.

Después el aire pasa a la faringe, que es un tubo musculoso que


ayuda en el proceso respiratorio, recubier to de sustancia mucosa a
la altura del cuello. Por este tubo pasan tanto los alimentos como el
aire.

Luego de la faringe, el aire pasa a la laringe, que también es un


órgano tubular car tilaginoso que comunica la faringe con la tráquea.
Uno de los car tílagos que la conforman es la epiglotis, que impide
que los alimentos, los líquidos y la saliva pasen a los conductos
respiratorios.

Tras pasar por la laringe, el sistema respiratorio prosigue con la


tráquea, un tubo car tilaginoso y membranoso que une la laringe
con los bronquios.

A la mitad de la altura del pecho, la tráquea se divide en dos


bronquios que son asimétricos (el derecho es más cor to).
Éstos son el canal de entrada a los pulmones y se ramifican en
bronquios secundarios, terciarios y finalmente en los llamados
bronquiolos, que son unos 250.000.

Al final de los bronquiolos se agrupan en racimos los alvéolos,


pequeños sacos de aire, donde se realiza el intercambio de gases con
la sangre. Los pulmones contienen aproximadamente 300 millones
de alvéolos, que desplegados ocuparían una superficie de 70 metros
cuadrados, unas 40 veces la extensión de la piel.

Los alvéolos pulmonares tienen a su vez unas bolsas más pequeñas


o vesículas pulmonares, están rodeadas de una multitud de capilares
por donde pasa la sangre y al realizarse el intercambio gaseoso se
carga de oxígeno y se libera de CO2.

Los pulmones son dos masas esponjosas de color rojizo, situadas en


el tórax a ambos lados del corazón, el derecho tiene tres par tes o
lóbulos; el izquierdo tiene dos par tes.
La pleura es una membrana de doble pared que rodea a los
pulmones.

La respiración cumple con dos fases sucesivas, efectuadas gracias


a la acción muscular del diafragma y de los músculos intercostales,
controlados todos por el centro respiratorio del bulbo raquídeo. En
la inspiración, el diafragma se contrae y los músculos intercostales
se elevan y ensanchan las costillas. La caja torácica gana volumen
y penetra aire del exterior para llenar este espacio. Durante la
espiración, el diafragma se relaja y las costillas descienden y se
desplazan hacia el interior. La caja torácica disminuye su capacidad
y los pulmones dejan escapar el aire hacia el exterior.

La respiración en esta faceta exotérica consiste en tomar oxígeno


del aire y desprender el dióxido de carbono que se produce en las
células.

Tiene tres fases :


1. Intercambio en los pulmones
2. El transpor te de gases
3. La respiración en las células y tejidos

El aire entra en los pulmones y sale de ellos mediante los movimientos


respiratorios que son dos, como ya vimos anteriormente:

En la Inspiración el aire penetra en los pulmones porque estos se


hinchan al aumentar el volumen de la caja torácica. Lo cual es debido
a que el diafragma desciende y las costillas se levantan.

En la Espiración el aire es arrojado al exterior ya que los pulmones se


comprimen al disminuir de tamaño la caja torácica, pues el diafragma
y las costillas vuelven a su posición normal.

Respiramos unas 17 veces por minuto y cada vez introducimos, en


la respiración normal, ½ litro de aire. El número de inspiraciones
depende del ejercicio, de la edad etc. la capacidad pulmonar de una
persona es de cinco litros. A la cantidad de aire que se pueda renovar
en una inspiración forzada se llama capacidad vital; suele ser de 3,5
litros.

Cuando el aire llega a los alvéolos, par te del oxígeno que lleva
atraviesa las finísimas paredes y pasa a los glóbulos rojos de la
sangre. Y el dióxido de carbono que traía la sangre pasa al aire. Así
la sangre se enriquece en oxígeno y se empobrece en dióxido de
carbono. Esta operación se denomina hematosis. El oxígeno tomado
en los alvéolos pulmonares es llevado por los glóbulos rojos de la
sangre hasta el corazón y después distribuido por las ar terias a
todas las células del cuerpo.

El dióxido de carbono es recogido en par te por los glóbulos rojos


y par te por el plasma, y transpor tado por las venas cavas hasta
el corazón y de allí es llevado a los pulmones para ser arrojado al
exterior.

La Respiración de las células de los músculos es fundamental dado


que son ellas las que toman el oxígeno que les lleva la sangre y/o
utilizan para quemar los alimentos que han absorbido, allí producen
la energía que el cuerpo necesita y en especial el calor que mantiene
la temperatura del cuerpo humano a unos 37 grados.
La nariz y los senos paranasales

La punta del iceberg de todo el completo sistema respiratorio es la


nariz. La nariz tiene una par te externa que sobresale de la cara (que
es la nariz propiamente dicha) y una par te interna que es la cavidad
nasal.

La par te externa de la nariz está formada por los huesos propios


nasales y unos car tílagos que forman cada ventana de la nariz o ala
de la nariz.

La cavidad nasal está separada de la boca por el paladar y del


cerebro por la lámina cribosa del etmoides, que forman el suelo y el
techo respectivamente.

Está dividida en dos fosas mediante el tabique nasal, que está


formado por el vómer, la lámina perpendicular del etmoides y por el
car tílago del tabique.

Tiene unas aper turas externas llamadas narinas, que son los orificios
nasales. Al entrar por las narinas nos encontramos con una zona
más ensanchada de la nariz que es el vestíbulo (antepuer ta de las
fosas nasales).

A par tir del vestíbulo se extienden las fosas nasales hacia atrás. De
las paredes laterales salen unas láminas de hueso retorcidas hacia
abajo que son los cornetes , superior, medio e inferior. Los espacios
que quedan entre los cornetes son los meatos (superior, medio e
inferior).

Los orificios posteriores de las fosas reciben el nombre de coanas,


que son las que comunican las fosas nasales con la faringe.
Los senos paranasales son unas cavidades que hay en el interior
de algunos huesos del cráneo. En su interior están tapizados por
mucosas nasales y aire. Son cuatro pares de senos, y todos ellos
desembocan en los meatos.
• Senos frontales: están localizados por encima de las órbitas.
• Senos maxilares: se localizan a los lados de las fosas nasales.
• Senos esfenoidales: están situados en el cuerpo del esfenoides.
• Celdillas etmoidales: están localizados en las masas laterales del
etmoides.

En estas cavidades es donde se acumula el moco y una de sus


funciones el aligerar el peso del cráneo.

Si nos frotamos la nariz for talecemos el sistema de regulación de


temperatura, estimulamos algunos órganos internos relacionados
con los canales energéticos (intestino grueso y estómago) e
incrementamos la secreción de hormonas. En China se llega a
anestesiar cualquier miembro del cuerpo que haya que operar con
unas pocas agujas que se clavan en la nariz.

Una nariz de salud deficiente llega a afectar a la personalidad.


El atractivo de una persona se puede ver mermado por culpa del
aspecto de ésta (estrecha, chata, insalubre, etc.) o porque su hechura
sea mala. En cambio, una nariz fuer te ayuda a conseguir un buen
Chi o Prana. La nariz es la primera entrada del aliento de la vida.
Si es débil, estará infectada y de sus cavidades goteará moco.

La voz puede verse afectada en ese caso. Los grandes cantantes


disfrutan en todos los casos de una buena nariz. La frotación y el
masaje de este miembro aumenta el Chi y tonifica la circulación a
su alrededor.

Serie de masaje nasal

Mantak Chia nos presenta una serie de ejercicios de masaje dirigidos


a la nariz:

1) Lleve energía Chi a las manos frotándolas enérgicamente.

2) Abra las fosas nasales ayudándose de los dedos pulgar e índice.


Introdúzcalos en las cavidades y muévalos a derecha e izquierda
y arriba y abajo diez o veinte veces. De este modo ensanchará la
entrada de aire a los pulmones. También aliviará los problemas
de sinusitis y corregirá el sentido del
olfato.

3) Para el entrecejo utilice el pulgar y


el índice y aplique masaje tirando de
él repetidas veces. Mientras lo hace
inhale aire lentamente e imagine que es
aire puro y limpio; exhálelo lentamente
e imagine que está sucio. Hágalo entre
nueve y treinta y seis veces. Es bueno
para la sinusitis.
4) Coloque el pulgar y el dedo corazón
a ambos lados del tabique nasal. Apoye el índice sobre él. Inhale y
ejerza una presión suave. Exhale y relájese. Sienta en la nariz el calor
de los dedos y absórbalo. De esta forma aumentará la concentración
y calmará la mente.

5) Para los lados de la nariz utilice los dedos índice y de un masaje


lento de arriba hacia abajo que irá aumentando poco a poco, entre
nueve y treinta y seis veces. También alivia la nariz taponada y la
sinusitis. Al principio no lo haga con fuerza pues las capas sensibles
de la piel son muy delicadas y se pueden infectar con facilidad.
Frótese los lados de la nariz hasta que estén calientes; le vendrá bien
en invierno, cuando hace frío, y al levantarse todas las mañanas.

6) En la par te inferior de la nariz, aplique un masaje lento y aumente


la presión poco a poco cuando esté seguro de que no se va hacer
daño. Entonces dé un masaje intenso de lado a lado y de forma
completamente perpendicular al tabique nasal.
Es útil para la sinusitis y la nariz taponada.

La práctica del neti

Dado que las prácticas antiguas de autorrealización basan gran


par te de sus beneficios en la respiración, es fundamental que el
canal receptor, en este caso la nariz, esté completamente limpio.

Los antiguos yoguis de la India necesitaban urgente una técnica


que les permitiera lavar las cavidades nasales de manera eficiente,
rápida, simple e indolora. Hace más de tres mil años encontraron la
manera de hacerlo: el neti o jala neti.

Sin duda alguna, Neti o ducha nasal es la manera más efectiva,


económica y simple de evitar y curar un sinnúmero de trastornos que
se originan en las fosas nasales y el aparato respiratorio en general.
Consiste en hacer pasar una solución salina de agua tibia por una
narina, para que salga por la otra. En el proceso, suciedad, mucus,
bacteria, etc. son arrastradas por el generoso flujo de agua. Para ello
se usa una vasija especial, llamada lota. Ella tiene diversas formas y
tamaños. Es indispensable hacerlo con una lota que contenga, como
mínimo 700 cc. Ello permitirá una limpieza adecuada y firme.

En un principio la técnica puede parecer al oyente que nunca la ha


practicado un poco antinatural o generar rechazo, pero no es me-
nos natural que el cepillado de los dientes cada día. Estas personas
se sorprenden cuando venciendo la primera impresión, con la ins-
trucción de una persona cualificada en la técnica, la experimentan
sintiendo el bienestar y comodidad de la misma, y al comprobar lo
bueno de la técnica en el cuidado y mantenimiento de la salud gene-
ral del organismo.

El agua puede introducirse caliente, para que desprenda más


mucosidad; o fría, para vitalizar los ner vios de esa zona. Hay algunas
variantes, pero el principio es el mismo: que el agua arrastre todo
tipo de impurezas que se encuentren dentro de las fosas nasales.

Destaquemos los siguientes beneficios:


* Sencillo, sin aparatos ni sondas.
* No traumático.
* Actúa por el simple principio físico de la ley de gravedad.
* Facilita y mejora la respiración nasal.
* Mejora la salud de ojos nariz y oídos.
* Aumenta la resistencia al resfrío y a la gripe.
* Elimina la suciedad de las mucosidades además de bacterias y
residuos acumulados en las fosas nasales
* Muy útil en el tratamiento de dolencias como: asma, sinusitis,
bronquitis, neumonía, migraña, ansiedad etc.

El procedimiento es el siguiente: Llenar la vasija nasal hasta que el


agua asome por el pico. Ver ter una pequeña cucharita de sal dentro
de la vasija nasal. Revolver durante 30 segundos aproximadamente.

Con el cuerpo ligeramente inclinado hacia delante, introducir el pico


de la vasija en la narina que esté más destapada. La boca permanece
abier ta.Inclinar la cabeza y dejar que la solución isotónica penetre
por la narina hasta que salga por la fosa libre. Regular el ángulo de
inclinación de la cabeza a efectos de mejorar la circulación de la
solución; de esa manera adquiere velocidad y libera obstrucciones
dentro de la nariz.

Después de un cuidadoso lavaje, tenemos el proceso de secado. Es


tan impor tante como el proceso de lavado y debe dedicársele un
tiempo.Una vez finalizado el lavaje de ambos lados colocar el torso
hacia delante- casi paralelo al piso- inclinar la cabeza, primero hacia
un lado y luego hacia el otro, dejando escurrir ambas narinas.

Es recomendable una duración mínima de 30 segundos por lado y


exhalar al principio en forma suave. Luego con la cabeza al frente
inhalar de manera pasiva y exhalar de forma enérgica, de manera
rítmica, por ambas fosas nasales durante un par de minutos. Esto
completa el secado.

Aún siendo un procedimiento simple e indoloro hay que tomar


recaudos mínimos que detallamos a continuación:
* Asegurar que la sal contenida en la solución esté bien disuelta.
* Probar la temperatura del agua con la yema del
dedo meñique o con la par te interna de la muñeca.
* Una vez iniciado el proceso, tratar de no interrumpir el flujo de
la solución por las fosas nasales, es decir, hacerlo todo de una vez.
* Realizar todo el proceso con el cuerpo relajado.
* Completar el proceso de secado cuidadosamente.
* No obstruir una de las fosas nasales con el dedo para luego exhalar
violentamente por la otra.
Respiración torácica, abdominal y completa

Dependiendo de los músculos que usemos en el proceso, las


respiraciones pueden dividirse en dos tipos básicos:
a) Respiración torácica
b) Respiración abdominal

Para comprobar estos dos tipos básicos de respiración, realizaremos


un ejercicio: Acostados en el piso boca arriba, colocamos una mano
sobre el pecho y otra sobre el ombligo.

Inspiramos hinchando el pecho y notamos cómo la mano que


colocamos sobre el tórax sube y baja, mientras que la otra permanece
quieta.

Luego de varias comprobaciones, hacemos lo contrario: hinchamos


el abdomen, notando como la mano situada sobre el ombligo sube y
baja, mientras la otra permanece quieta.

En la primera par te del ejercicio practicamos la respiración torácica


o alta, mientras que en la segunda par te conocimos la respiración
abdominal o baja.

La respiración torácica o alta

En este modo de respirar se emplea la par te superior del pecho y


los pulmones, que es la más pequeña, y, por consiguiente, sólo una
mínima par te de aire penetra en ellos.

Además de esto, cuando el diafragma se levanta, no puede tener


expansión en esa dirección. El estudio anatómico del pecho
convencerá a cualquier estudiante de que por este medio se gasta
un máximo de esfuerzo para obtener un mínimo de beneficio.

La respiración alta es probablemente la peor forma de respirar


que se conoce, y exige el mayor gasto de energía con un mínimo
provecho. Es malgastar energías para obtener pobres resultados;
muy común en occidente, par ticularmente entre mujeres; hasta
cantores, sacerdotes, abogados y otros que debieran saberlo, la usan
por ignorancia.

Muchas enfermedades de los órganos vocales y de la respiración


pueden atribuirse a este método bárbaro de respirar, y el esfuerzo
impuesto a los órganos tan delicados da por resultado las voces
roncas y desagradables que oímos en todas par tes. Muchas de las
personas que respiran de esta manera concluyen por adoptar la
práctica incorrecta de respirar por la boca.

La respiración abdominal o baja

Este sistema es muchísimo mejor que el anterior.


Aunque muchas autoridades occidentales hablan y escriben de este
método como la mejor forma de respirar, los yoghis saben que éste
no es sino una par te de un sistema que ellos han empleado durante
siglos y conocen como respiración completa. Se debe admitir, sin
embargo, que es necesario estar familiarizado con los principios
de la respiración baja antes de poder tener una idea clara de la
respiración completa.

Pero volvamos a considerar el diafragma. ¿Qué es? Hemos visto


que es el gran músculo divisor entre el pecho y sus contenidos, y el
abdomen y sus contenidos.

Cuando está sin movimiento presenta una superficie cóncava hacia el


abdomen, es decir: el diafragma, visto desde el abdomen, parecería
como el cielo visto desde la tierra, el interior de una superficie
cur va.

Por consiguiente, el lado del diafragma que mira hacia los órganos
del pecho es semejante a la super ficie arqueada, protuberante, de
una colina. Cuando el diafragma funciona, la protuberancia baja, y
el diafragma hace presión sobre los órganos abdominales y empuja
hacia afuera el abdomen.

La respiración completa

La respiración completa constituye la mejor forma de respirar.


Esto lo podemos hacer cuando queramos, sentados frente a la
computadora, caminando, en el coche o esperando el autobús. No
obstante, daremos un ejercicio básico para realizar en un momento
de paz:
Busque un lugar donde se encuentre solo, acuéstese totalmente
relajado y con los ojos cerrados, y vaya inhalando, llenando primero
la par te inferior de los pulmones, luego la media y por último, la
superior.

Cuando se exhala, primero se expulsa el aire de la zona superior, luego


de la central y por fin, de la par te inferior. Esta manera de respirar
permite que los pulmones se vacíen por completo, eliminando el aire
de las zonas inferiores que tiende a depositarse allí y que se encuentra
saturado de productos de desecho. El proceso de respiración
completa no debe ser considerado como un ejercicio que se divide
en tres momentos separados, sino que la inhalación y la exhalación
se ejecutan de manera continua, suave e ininterrumpida.

Uno se dará cuenta del movimiento del aire por la expansión de


la caja torácica cuando inhala, y su contracción, al exhalar. En el
pecho se produce una suave aper tura, la cual va acompañada de la
expansión de las costillas durante la inhalación. Éstas se contraen
como un acordeón durante la exhalación. En ningún momento, debe
ser un movimiento forzado, sino natural, fluido y sin tensión de
ningún tipo.

Es muy impor tante destacar que mientras se realiza la respiración


profunda, la columna debe mantenerse recta para no obstaculizar el
libre paso de la energía.
Beneficios:
* Per fecciona considerablemente todo el aparato respiratorio y
previene contra desórdenes del mismo.
* Energiza y revitaliza.
* Seda el sistema ner vioso central y equilibra las emociones.
* Desarrolla la capacidad de atención y concentración.
* Regula la acción cardíaca.
* Mejora la función cerebral.
* Despeja de impureza los canales de energía y el prana puede
circular más libremente.

Respiración positiva, negativa y neutra

La división anterior de respiraciones se basaba en los músculos


inter vinientes en el proceso y en las cavidades que par ticipaban en
él.

La segunda clasificación que podemos realizar está basada en la


retención, mediante dos ejercicios de tres tiempos.
Las respiraciones positivas, negativas y neutras se utilizan en
técnicas avanzadas de curación esotérica, aunque en este nivel de
estudio son útiles para el equilibrio y armonía interior.

Respiración positiva o sostenida

La respiración positiva se efectúa inspirando profundamente por


la nariz, reteniendo el aire inspirado en los pulmones tanto tiempo
como sea posible sin experimentar molestia y espirando el aire
fuer temente por la nariz.

Sentado cómodamente en el suelo con las piernas cruzadas con la


espalda recta o en una silla apoyando los pies en el piso. Se recomienda
practicar al aire libre o en una habitación bien ventilada.
Inhalar por la nariz, respiración completa.
Retener el aire, si es posible unos 10 segundos.
Exhalar fuer temente por la nariz, hasta quedarse sin aire.
Inhalar nuevamente, continuar el ciclo.
Algunos beneficios de este ejercicio:
* Desarrolla una acción sedante sobre el sistema ner vioso.
* Disminuye el ritmo cardiaco y lo normaliza.
* Se vitaliza la sangre y todo el organismo.
* Limpia los conductos nasales.
* For talece la unidad psicofísica.
* Educa la voluntad.
* Genera autoconfianza y entusiasmo por la vida.

Respiración negativa o del vacío

Esta respiración se realiza inhalando por la nariz, exhalando


completamente también por la nariz y manteniendo los pulmones
vacíos por el tiempo máximo posible sin experimentar molestias.
Sentado cómodamente en el suelo con las piernas cruzadas con la
espalda recta o en una silla apoyando los pies en el piso. Se recomienda
practicar al aire libre o en una habitación bien ventilada.
Inhalar por la nariz, respiración completa.
Exhalar por la nariz.
Suspender y quedarse sin aire, unos 10 segundos si es posible.
Inhalar y repetir el ciclo.

La forma de exhalar como se realiza en este ejercicio se conoce como


respiración purificadora. Este tipo de respiración lo practicamos
durante la gimnasia psicofísica, como veremos más adelante. Lo
incluimos en la respiración del vacío para potenciar más sus efectos
positivos. Es impor tante quedarse completamente sin aire, hay que
exhalar lo más posible.
Poco a poco se puede ir aumentando el tiempo de la suspensión
digamos hasta 20 segundos, según la capacidad de cada
practicante.

No es muy recomendable quedarse mucho sin aire, puede incluso


provocarse un mareo o un pequeño desmayo si uno se excede en
esto. Por eso recomendamos 10 segundos como promedio para
comenzar y máximo 20 segundos cuando ya se ha practicado por
un buen tiempo, y el alumno se siente con la capacidad y confianza
suficiente para durar un poco más. El inhalar es rápido y fuer te para
llenarse de aire e inmediatamente se exhala. Algunos beneficios de
este ejercicio:
* Activa la función intestinal al presionar el abdomen.
* Favorece la circulación de la sangre y la desintoxicación de los
tejidos.
* Cambia la densidad de la sangre.
* Efecto reparador y desfatigante.
* Favorece la expulsión de toxinas y aumenta la inmunidad natural.
* Combate la depresión y es calmante de los ner vios.
* Tranquiliza las emociones y ayuda al control de los
pensamientos.

Respiración neutra

La respiración neutra consiste en inspirar y espirar profundamente


por la nariz, volver a inspirar y espirar de nuevo profundamente
por la nariz, continuando así, sin ninguna interrupción entre las
respiraciones.
Este ejercicio es complementario a los anteriores.

En la mañana, podemos hacer un ciclo de respiraciones de estos


tres tipos, empezando con tres respiraciones negativas, luego tres
positivas y finalmente tres neutras para equilibrar.
En algunas escuelas esotéricas, se realizan respiraciones de este
tipo antes de ingresar al recinto
sagrado.
Mediante las respiraciones negativas, positivas y neutras se busca
también el equilibrio de la polaridad positiva y negativa en el
organismo humano.

Concentración en la respiración

Uno de los primeros ejercicios de concentración que se enseñan


en las escuelas de Sabiduría consiste en tomar conciencia de la
respiración.
Para ello incluiremos dos ejercicios que nos serán útiles para este
fin: la respiración consciente y la respiración numérica.

Para comenzar con el ejercicio de respiración consciente, acuéstese


boca arriba sobre el piso o sobre una colchoneta; coloque las palmas
de las manos sobre las costillas. Permita que los dedos mayores se
toquen al vaciar totalmente sus pulmones; por el contrario, al inhalar
se separan por la expansión de la caja torácica.

Ahora, al inhalar siga atentamente el aire que ingresa, en su paso


por las vías respiratorias; preste la misma atención al exhalar.
Si algún pensamiento extraño cruza su mente, no lo rechace, déjelo
pasar, y una vez que se dio cuenta de ello, vuelva a concentrar su
atención en el ir y venir de la respiración. Al principio, es recomendable
practicar este ejercicio no más de dos minutos, dos veces por día.

Se puede ir aumentando un minuto por semana hasta llegar a los 10


minutos -nunca más de este tiempo-.

Al levantarse, debe hacerlo lentamente, ya que de lo contrario puede


experimentar un leve mareo o una sensación de inestabilidad.
De a poco, comenzará a sentir sus beneficios: sensación de bienestar,
mente más calma y una mejor relajación. También puede ser que su
humor cambie y que se sienta más feliz.

La concentración en un objeto físico requiere mantener los ojos


abier tos y es puramente objetiva. El ejercicio al que ahora nos
referimos se sitúa a medio camino entre la concentración objetiva y
subjetiva. Carece de impor tancia el que los ojos se tengan abier tos o
cerrados. Se trata básicamente de contar las propias aspiraciones y
espiraciones, que deben ser lentas y profundas. Como la respiración
es la esencia misma de la vida física, conviene que aprendamos
primero de todo a controlarla.

Una vez que el ejercitante ha aprendido a respirar, empezará a contar


sus respiraciones, sin pensar en nada más que en el mero hecho de
contar. Esto parece fácil.... hasta que uno prueba a hacerlo.

La sangha budista viene usando este ejercicio desde tiempo


inmemorial, y aun hoy lo utilizan corrientemente todos cuantos
practican el budismo en cualquiera de sus formas. Por ello ha de
mirarse con gran respeto. Se comprobará también que es más difícil
de lo que parece. Según nos guía un maestro Zen: “Comienza
ahora por contar tus respiraciones hasta diez. Luego empiezas de
nuevo la cuenta a par tir de uno y continúas así, de diez en diez,
indefinidamente. Tu pensamiento debe concentrarse en esa cuenta y
sólo en ella. Cuando te vengan otras ideas, no luches por quitár telas de
encima: limítate a seguir contando sin hacer caso de ellas. Cualquier
tentativa deliberada de combatirlas no hará sino incrementar tu
turbación. Ten paciencia y cíñete a la cuenta, reanudándola cuantas
veces sea preciso”.

A los principiantes les bastará probablemente contar hasta cincuenta


con per fecta concentración mental y recordando que cada acto
respiratorio ha de ser lento y completo. Si es posible, se practicará
este ejercicio frente a una ventana abier ta.

Ejercicios estáticos de respiración

Existen gran cantidad de ejercicios respiratorios, algunos útiles


para todo el mundo, otros peligrosos e inconvenientes para los
occidentales. En esta lección incluiremos algunas prácticas
beneficiosas para todos los estudiantes.

La respiración alternada

Los nadis son canales por los cuales circula energía entre los centros
que la acumulan, transforman y redistribuyen: los llamados chakras,
que estudiaremos en la próxima monografía. La función de la
Sukha Pranayama o respiración alternada es fundamentalmente la
de purificar dos de los distintos nadis que recorren nuestro cuerpo
pránico.
La respiración alternada tiene como fin equilibrar e igualar la
corriente pránica que pasa por ambas fosas nasales. Además, se
constituye en un estímulo, una toma de conciencia del hemisferio
cerebral lógico -izquierdo- y el expresivo -derecho-. Resulta sedante
y agudiza la concentración.

Adopte una postura de meditación, con el tronco y la cabeza bien


erguidos. Para llevar a cabo esta técnica respiratoria se ser virá de
los dedos pulgar, anular y meñique de la mano derecha, y doblará
sobre la palma de la mano los dedos índice y medio.
Utilice el dedo pulgar para cerrar la fosa nasal derecha y el meñique
y el anular para cerrar la fosa nasal izquierda. Pero si le es más fácil,
sír vase de los dedos pulgar (para la fosa derecha) e índice (para la
fosa izquierda).

Cierre la fosa nasal derecha e inhale lentamente por la fosa nasal


izquierda, hasta llenar de aire el tórax por completo, con ligero
control abdominal, es decir, manteniendo levemente contraídas las
paredes abdominales.

Cierre la fosa nasal izquierda y exhale lentamente por la fosa nasal


derecha, en el doble de tiempo aproximadamente que invir tió para
la inhalación; o sea, que la exhalación dure el doble de tiempo que
la inhalación.

Cierre la fosa nasal izquierda e inhale por la fosa nasal derecha.

Cierre la fosa nasal derecha y exhale por la fosa nasal izquierda en


el doble de tiempo que inhaló. Aquí concluye un ciclo.

Para evitar equivocarse, tenga siempre presente que se exhala el


aire por la fosa opuesta a la que se tomó y, sin embargo, se inhala
siempre por la que se exhaló.

Cuando haya conseguido la suficiente práctica, introduzca el


tiempo de retención a pulmón lleno, evitando cualquier esfuerzo y
adaptando la retención a su capacidad pulmonar.

Control de las emociones

Muchas veces se dice que ante un ataque de ira debemos “contar


hasta 10”. Esta es una técnica útil porque supone que haremos una
pequeña pausa para tomar distancia del problema o la provocación.
Existen decenas de técnicas de “transformación de impresiones”
para evitar caer en las trampas de la ira. En casi todas ellas las
técnicas respiratorias son fundamentales.

El ejercicio de “digerir la ira” es muy sencillo: se trata de respirar


profundamente ante el estímulo, inspirando profundamente en un
lugar abier to si es posible, contando hasta 4 en esta inhalación,
reteniendo el mismo tiempo y espirando lentamente en el doble de
tiempo.
La respiración también nos puede ayudar ante la depresión y la
ansiedad. En ambos casos el mejor método es la práctica de la
respiración completa que vimos en páginas anteriores.

Ejercicios dinámicos de respiración

Los ejercicios dinámicos de respiración implican cier tos movimientos


corporales que acompañan el proceso respiratorio.
Estas prácticas son comunes en el Tai Chi, el Yoga y otras disciplinas
orientales.

Ejercicio de respiración corporal

[Para más información de este ejercicio consulte la Ficha Nº1]

Nos colocamos de pie y nos disponemos a que la mente guíe a la


respiración y la respiración, a su vez, guíe al cuerpo en la práctica.

Llevamos los brazos hacia adelante con las palmas extendidas hacia
abajo y las llevamos a la altura de la cintura. Mientras inhalamos,
subimos los brazos a la altura de los hombros, exhalando y bajándolos
a la primera posición.

Cuando subimos, con el cuerpo acompañando la respiración,


inhalamos. Cuando bajamos, espiramos. Repetimos esta serie unas
diez veces.

Luego cambiamos y colocamos un pie adelante y el otro un poco


más atrás en escuadra. Al avanzar, nuestras manos se mueven
hacia adelante exhalando y al volver inhalamos. Continuamos el
movimiento hacia adelante y hacia atrás, exhalando e inhalando.

Luego de repetir la serie por diez veces, cambiamos y abrimos los


brazos y los cerramos, inhalando y exhalando.

Respiración corporal en tiempos: Nuevamente nos ponemos de pie


para realizar este ejercicio.

Colocamos las manos con las palmas


hacia arriba y las colocamos cerca
del abdomen. Con una inspiración
profunda, las subimos hasta la altura
del ombligo y las bajamos con la
espiración a su posición original.

Repetimos la operación, pero esta


vez la inhalación lleva las manos
hacia arriba hasta el pecho, bajando
nuevamente con las palmas hacia
abajo.

La tercera vez las manos suben hasta el cuello y al descender, con


las palmas hacia abajo, llegan hasta la cintura y siguen el giro hacia
arriba de la cabeza, donde se concluye con las palmas en el mudra
de anjali sobre la coronilla.

Respiración del cielo y la tierra

Este ejercicio debe realizarse de pie, con las manos colocadas hacia
el cielo, como sosteniendo una bola.

Cerramos los ojos e imaginamos como nuestras manos reciben la


energía del sol con cada inspiración. Sentimos un leve cosquilleo en
las manos. Luego de tres o cuatro inspiraciones bajamos lentamente
la bola y la hacemos recorrer en su descenso todo nuestro cuerpo,
imaginando que nos va bañando de luz y energía.

Al llegar a los pies, colocamos las manos paralelas al piso y


recogemos con las manos la energía de la Madre Tierra.
Luego de tres o cuatro inhalaciones, procedemos a recorrer el
camino inverso, con una nueva bola de luz y energía procedente de
la tierra.
El movimiento asciende hasta llegar a lo más alto. En ese momento
las manos se colocan en paralelo tocándose y ejecutando el mudra
anjali y luego las vamos separando lentamente imaginando como
se forma un círculo de luz alrededor de todo nuestro cuerpo, en la
órbita completa que iniciamos en lo más alto y que culmina con las
manos unidas sobre el ombligo, ejecutando el mudra cósmico, con la
mano derecha bajo la izquierda con los pulgares apenas tocándose
entre sí.

Postura del gato

La postura del gato es un ejercicio excelente para trabajar con la


respiración. La técnica es la siguiente:
Colóquese de rodillas.
Inclínese hacia delante y sitúe las palmas de las manos contra el
suelo, con los brazos rectos y la cabeza bien atrás.
Presione hacia abajo con el tronco, arqueándolo ligeramente.
Mantenga esta posición veinte segundos.
A continuación baje la cabeza y arquee el tronco hacia arriba y
mantenga la postura veinte segundos.

El peligro de cier tas prácticas

Las prácticas que hemos explicado hasta el momento tienen un


común denominador: son altamente beneficiosas e inofensivas.
No obstante, existen ejercicios avanzados que requieren mucho
trabajo previo y que la mayor par te de los esoteristas y Maestros de
la Tradición se han encargado de recordarnos que son peligrosos y
que no deben ejecutarse sin la super visión de un guía experiente.
Veamos algunos de esos consejos:

“Se han dicho y enseñado muchas cosas sin sentido acerca de la


ciencia de la respiración. Muchos grupos impar ten instrucciones
peligrosas sobre la respiración - peligrosas porque están basadas en
el conocimiento teórico y sus exponentes nunca las han practicado
mayormente, y también peligrosas porque algunos grupos
simplemente explotan, con fines lucrativos, a aquellos que no están
preparados para ello”. (Alice Ann Bailey)

“Muchos ejercicios avanzados aunque a primera vista parezcan


puramente fisiológicos, producen extraordinarios efectos psíquicos,
muy peligrosos por cier to, y el más temible de ellos es el desper tar
de kundalini”. (Swami Vivekananda)

“La práctica de cier tos ejercicios respiratorios del Pranayama, sin


las debidas precauciones, puede acarrear serios inconvenientes en
el equilibrio ner vioso del alumno”. (Antonio Blay)

Referencias bibliográficas

(1) En esta monografía hemos incluido las citas directamente en el


texto, utilizando a autores reconocidos como Antonio Blay y Yogi
Ramacharaka, entre otros. Repetimos con Montaigne: ”Aquí tengo
un ramillete de flores escogidas; nada mío hay en él, sino el cordón
que las ata”.
Mudra Anjali
En algunas prácticas respiratorias de esta monografía se aconseja el
uso del “mudra anjali”. Un “mudra” es una postura de manos aconse-
jada para ciertas prácticas. En el nivel 2 profundizaremos este tema,
pero en este momento simplemente mostramos una imagen del mudra
anjali para poder realizarlo correctamente.
Mudra Cósmico
www.initiationis.org

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