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“El extranjero debe morir” - Ensayo de Mario Vargas Llosa

¿Es la sociedad actual hipócrita?

Representar. Una palabra con la cual la sociedad y cada individuo que forma parte de ella
se debería sentir plenamente identificado. Representar. Es clave de todo, norma base de
la comunidad, de nosotros mismos. Representamos vidas que no son nuestras, jugamos
un juego que no queremos pero no tenemos derechos a decir que no, así que
representamos una pieza que no sabemos que somos. Fingimos sentimientos, ideas y
cualidades, generalmente positivos, contrarios a los que se experimentan, somos
hipócritas. Pero, ¿nosotros somos los hipócritas o la sociedad? Es discutible.

En cada momento queremos expresarnos libremente pero no nos aceptan. Queremos ser
escuchados pero no escuchamos. Quiero ser quien soy… pero tratando de cambiar a la
otra persona, así como dice Vargas Llosa: “(…) él es así” refiriéndose a Meursault,
protagonista de ´El Extranjero´, personaje el cual sin dejarse llevar por las normas tacitas
de la vida en comunidad se ve expuesto una serie de engranajes, que al igual que una
ilusión aparentan estar bien, en sincronía, encajando a la perfección con este acuerdo
nunca hecho pero siempre firmando por cada individuo.

Si la capacidad de adueñarse de su propia vida como lo hizo Meursault, se masifica la


sociedad caería, nuestro mundo como lo conocemos dejaría de existir, simplemente por
encontrarnos en “la hora de la conciencia”, que la igual que Sísifo aceptaron esta vida, su
destino como tal sin querer ser más ni menos solo aceptándola, pero ¿en que nos
convertiríamos?

Nosotros formamos a la sociedad, sin nosotros no habría sociedad y vice y versa. Si la


sociedad es hipócrita, lo somos nosotros también por consecuencia. Despojarnos de estas
aturadas que nunca quisimos y que –para la mayoría- no sabemos que las tenemos, ¿nos
librara de este mal que nos ha perseguido desde siempre, de este destino que siempre ha
estado con nosotros ya que es parte de nuestras bases?

Si, la sociedad es hipócrita. Sin esta representación no habría este “idealismo” tanto de
individuo como de la comunidad. Simplemente no la habría. Si hay individuos hay
sociedad, y si hay sociedad hay hipocresía. Simplemente es lo que somos.
¿Quién es el malo o equivocado según su punto de vista luego de leer el ensayo, la
sociedad o Meursault?

¿Es nuestra culpa, somos así por naturaleza o por la sociedad? ¿Quién decide lo que está
bien de lo que está mal? Tanto la sociedad como las personas siempre hemos sido
idealistas natos, incluso extremistas en ese sentido, o todo bien o todo mal ¿por qué?
Porque yo lo digo y yo soy la sociedad.

“Meursault como prototipo de hombre autentico (…)” son las palabras de Vargas Llosa.
Autenticidad e idealismo se tienden a confundir, a mezclar, siendo que son tan distintas
como el agua y el aceite. ¿Por qué pasa eso? En realidad, no lo podría decir. Pero la
sociedad tiene ambos por separados y unidos a la vez, queriendo aceptar pero sin aceptar,
queriendo ser pero sin serlo. Así de complejo es la vida en comunidad y así de fácil quedar
atrapado en esta realidad fantasiosa donde la sociedad siempre está en lo correcto a
pesar de que cada integrante de ella sepa que no es así.

Se estarán preguntando, pero ¿cómo la sociedad va estar en lo correcto cuando no solo el


propio Camus define a Meursault como “(…) contrario a las apariencias (…)”, es decir,
siendo un sujeto de pocas palabra, simple de pensamiento, sin complicaciones que lo
ataran a la cotidianeidad de las personas normales de la sociedad puede estar mal o
equivocado? ¿Cómo puede ser malo no engañarse, apreciar a la persona como ser
legítima e inalienable, la autenticidad y la transparencia estar equivocadas como
cualidades admirables en una persona?

¿Nosotros, yo o ustedes? La individualidad es valorada y deseada por la sociedad y las


personas pero no admitida en esta realidad, y si se preguntan porque, bueno, ustedes
tienen la respuesta.
¿Por qué “El extranjero” sigue generando reflexiones hoy en día?

¿Las personas cambian? A mi parecer hay un punto de no retorno, y ¿la sociedad cambia,
siendo que nosotros la conformamos? Eso se puede lograr con muchos años y haciendo
cambiar a las personas, insisto, base de cualquier sociedad.

Pero todas tienen algo en común y siempre lo van a tener, el hombre imperecederamente
se cuestiona las cosas. No importa el lugar, el tiempo, nada. Siempre van a haber
problemas en las sociedades, es natural, ya que las personas conviven unas con otras,
aceptando no solo sus ideales sino a las otras personas como tal –lo cual es totalmente
discutible si en realidad sucede esto o no. Tal vez no siempre son las mismas reflexiones o
cuestionamientos los que se hacen pero las bases de ellos no cambian. A pesar de eso,
Meursault no se cuestiona nada, esta grato tanto consigo mismo como con la sociedad sin
ser inconformista ni dejando de disfrutar de los placeres de la vida, sino más bien
aceptando la vida, así de simple.

Como sabemos, Camus logra establecer magistralmente, a través del protagonista de “El
Extranjero”, reflexiones sobre el propio escrito y su significado en la actualmente, siendo
los pensantes los lectores, que forman parte del circulo vicioso de esta obra.

“El Extranjero” refleja, como dije anteriormente, las bases de los cuestionamientos que el
hombres siempre se va a hacer y siempre se hizo, ya que a pesar de que las personas no
cambien, estas no son las mismas que las de cien años más tarde, con una mentalidad e
inquietud que, a pesar de todo siempre van a tener las mismas inquietudes que hace que
se reflejen en “El Extranjero”.

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