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Es mucho lo que en República Dominicana se habla de la necesidad de

inclusión social de las personas con discapacidad, que de acuerdo con


informaciones del Consejo Nacional de las Personas con Discapacidad
(Conadis) constituyen el 10% de la población.

Por el tamaño de este segmento, en el Plan Decenal de Educación 2008-2018


se habla de la necesidad de tomar en cuenta a las personas con discapacidad.
Explica que una gran parte de la población en edad escolar con algún tipo de
discapacidad se halla excluida del derecho a la Educación.

“Sin embargo, los centros públicos de educación especial cuentan con un 50%
de la población, atendida inadecuadamente desde centros regulares, en función
de dificultades de aprendizaje, y no asociadas a discapacidad”, agrega el
documento que ofrece otros detalles sobre los niveles de inclusión social de
esta población hasta 2008, un año antes de que el país ratificara la Convención
sobre los derechos de las personas con discapacidad.

Al asumir este convenio que exige a los gobiernos de todo el mundo promover y
defender a las personas con discapacidad, el Estado dominicano se
comprometió, entre otras acciones, a proteger de la discriminación a niños,
niñas y adolescentes con discapacidad y a fomentar su inclusión.

¿Qué es una persona con discapacidad?

Según la convención, “las personas con discapacidad incluyen a aquellas que


tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo
que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena
y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”.

En su artículo 7, indica los estados deberán tomar las medidas necesarias para
asegurar que todos los niños, niñas y adolescentes con discapacidad gocen
plenamente de todos los derechos humanos y libertades fundamentales en
igualdad de condiciones con los demás. Insiste en que una consideración
primordial será la protección del interés superior del niño.

Mientras que en su artículo 8 es aún más precisa y dicta que se debe fomentar
en todos los niveles del sistema educativo, incluso entre todos los niños y las
niñas desde una edad temprana, una actitud de respeto de los derechos de las
personas con discapacidad.

Lograr la inclusión escolar La convención no solo se refiere a este tipo de


medidas, sino que trata de garantizar que los niños, niñas y adolescentes con
discapacidad puedan vivir en forma independiente y participar plenamente en
todos los aspectos de la vida. Para lograrlo, los gobiernos deben adoptar
medidas les aseguren el acceso al entorno físico, el transporte, la información y
las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y
las comunicaciones, así como a los servicios e instalaciones abiertos al público
o de uso público, en zonas urbanas como rurales.
“Alrededor del 48% de las escuelas públicas de República Dominicana tienen en
sus aulas estudiantes con discapacidad”, manifiesta Cristina Amiama, directora
del Departamento de Educación Especial del Minerd.

Amiama explica que estos datos fueron obtenidos luego de que, en 2013, el
ministerio realizara un levantamiento en el 87% de las escuelas públicas del
país. El estudio evidenció que el 59% de estos centros educativos no incorpora
estrategias pedagógicas ajustadas para desarrollar el proceso de enseñanza-
aprendizaje en los estudiantes con discapacidad.

Para explicarlo mejor se puede hacer el símil con los planteamientos de Pozo y
Monereo (2001), quienes en el texto ¿En qué siglo vive la escuela? plantean
que en la escuela se enseñan contenidos del siglo XIX, con profesores del siglo
XX, a alumnos del siglo XXI, premisa confirmada por otra de las revelaciones
hechas por Amiama al citar los resultados del levantamiento hecho por el
Minerd en 2013.

La directora de Educación Especial afirma que los resultados del levantamiento


establecieron que el 64% de las escuelas públicas no dispone de personal
especializado para lograr el aprendizaje y la permanencia escolar de los
estudiantes con discapacidad.

Dice que desde el Estado se trabaja para lograr la inclusión y permanencia de


los niños, niñas y adolescentes con discapacidad en el sistema escolar. Sin
embargo, ante la pregunta de cuántos niños, niñas y adolescentes están en esta
condición la respuesta es solo el silencio.

Al parecer existe la iniciativa de lograr que las escuelas sean más inclusivas,
pero no se tiene claro para qué cantidad de personas serán diseñadas las
estrategias.

Esto mueve a pensar que desde sus orígenes hay fallas estructurales en el
diseño de este proyecto, tomando en cuenta que no se ha verificado cuál será
su impacto y cuáles son las necesidades reales de esta población que aunque
está necesitada de ayuda, más necesitada está de ser incluida correctamente,
ya que como bien establece la convención las personas con discapacidad
contempla a aquellas que tienen deficiencias físicas, mentales, intelectuales o
sensoriales a largo plazo.

No obstante, las autoridades, con la ayuda del Fondo de las Naciones Unidas
para la Infancia (Unicef), busca fortalecer las capacidades en el sistema
educativo y particularmente de las escuelas, con el propósito de que se realicen
los ajustes necesarios para la inclusión educativa.

De acuerdo con Amiama, este proceso implica ajustes a las estrategias


pedagógicas, la disposición de recursos para el aprendizaje, (tanto humanos
como tecnológicos), formación docente y el diseño accesible en la
infraestructura.
Este último aspecto tomado en cuenta en la construcción de nuevas
edificaciones educativas, a partir de la implementación de la tanda extendida y
la llamada “revolución educativa” que para lograr cambios importantes en el
país deberá comenzar con incluir a los niños, niñas y adolescentes con
discapacidad que desean cursar programas educativos.

¿Cuál es la propuesta?

Desde el Minerd, junto a Unicef, se trabaja para que los menores de edad con
discapacidad puedan integrarse de manera total al sistema educativo nacional,
sin tener que acudir a escuelas especiales.

Para esto, habilitan los recintos educativos y ya han iniciado un ciclo de


formación dirigido a maestros y maestras, impartido por docentes del Instituto
Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio (Inafocam). Con este paso
de avance, el Estado cumple con el literal C del artículo 9 de la convención que
invita a los gobiernos a ofrecer formación a todas las personas involucradas en
los problemas de accesibilidad a que se enfrentan las personas con
discapacidad.

La idea es incorporar a los y las estudiantes con discapacidad a las aulas


regulares y convertir las escuelas especiales en centros de apoyo del sistema
educativo nacional. Sin embargo, esa no es una tarea fácil y requiere del
concurso de todos los actores sociales.

Así lo explica Rosa Elcarte, representante de Unicef en República Dominicana,


quien manifiesta que el proceso de inclusión es largo y para su éxito se necesita
un cambio cultural.

“Cuando los niños y niñas con discapacidades y sin discapacidades puedan


estudiar juntos y jugar juntos sentaremos la base de una sociedad más
inclusiva”, destaca Elcarte, quien confía plenamente en que este proceso será
exitoso, sobre todo porque desde Unicef se trabaja en un informe, realizado por
Paulina y Rossana Godoy, expertas chilenas que vivieron al país para realizar
una investigación en las escuelas públicas, para evaluar el nivel de inclusión a
las personas con discapacidad. Paulina resalta que han tenido contacto con
maestros y maestras de escuelas de distintos puntos del país y han observado
que están dispuestos a integrarse al proceso.

La intención no basta

Empero, esa disposición no es suficiente para lograr la producción de


conocimiento en las aulas cuando los y las estudiantes no se sienten incluidos a
plenitud. La inclusión no solo tiene que ver con que el niño, niña o adolescente
sea aceptado como alumno.

La convención ratificada por el país busca erradicar esa exclusión que sufren
los niños, niñas y adolescentes por ser “discapacitados”, porque en muchos
casos son rechazados en escuelas y colegios, instituciones que para mantener
“protegidos” a los demás alumnos y alumnas que amparados en el prejuicio de
algunos padres y madres que creen que la discapacidad es contagiosa y hasta
denigrante, optan por impedir la inscripción de quienes forman parte de esta
población, por mucho tiempo marginada.

La ordenanza 195, emitida por el Consejo Nacional de Educación en el año


escolar 1995-1996, todavía no ha podido ser implementada a capacidad. La
mayoría de los centros educativos, incluidos los maestros y maestras, no están
preparados para atender las necesidades de los y las estudiantes con
discapacidad.

Es difícil encontrar un o una docente que sepa lengua de señas, por ejemplo,
por lo que se hace casi imposible que pueda educar a estudiantes sordomudos.

Esta situación hace necesario que los padres y madres tengan que inscribir a
sus vástagos en centros educativos para niños, niñas y adolescentes con esta
condición.

En muchos casos, no por excluirlos del sistema educativo regular, sino para
garantizarles una educación integral, la cual buscan concretizar el Minerd y
Unicef que a través de esta alianza estratégica lograrán que los niños, niñas y
adolescentes puedan ser parte de una escuela, donde además de producir
conocimiento, se logre la inclusión social que tanto necesitan los niños, niñas y
adolescentes con discapacidad de República Dominicana.

Educación especial es una prioridad de la Revolución Educativa para que

ningún niño se quede fuera de las aulas

BOCA CHICA, Santo Domingo. – El ministro de Educación, Andrés Navarro,


afirmó que la Revolución Educativa que impulsa el presidente Danilo Medina
incluirá la educación especial entre sus principales prioridades con un carácter
decididamente inclusivo “porque nadie debe quedarse fuera de las aulas sin
importar su condición humana o social”.

Al participar como orador invitado en la apertura del “Primer Simposio


Internacional de Educación para Personas Sordas”, celebrado en el auditorio
del hotel Hamaca, Navarro dijo que el país atraviesa por un momento estelar y
sin precedente con la llamada Revolución Educativa que envuelve significados
fundamentales como política pública.

“La Revolución Educativa implica, además, trabajar por una educación


inclusiva; esto quiere decir, que nadie, sin importar sus condiciones físicas o
cognitivas, económica, social, edad, la zona o el lugar del país donde viva,
nadie puede quedarse fuera de la escuela”, enfatizó.

Hablando ante cientos de docentes especializados, expositores, directores de


escuelas, monitores y de representantes de distintas organizaciones nacionales
e internacionales que trabajan en favor de personas con discapacidad auditiva,
Navarro precisó que, por esa razón, uno de los grandes retos por delante es
construir cada día en las aulas esa educación inclusiva y que, por demás,
trascienda el año escolar, pensada y aplicada para toda la vida.

Señaló que el sistema de educación pública tiene mucho que recorrer en


materia de inclusión, lo que se constituye en una gran deuda social, pese a los
ingentes y valiosos esfuerzos de decenas de organizaciones nacionales por
convertir a la educación pública en una educación sensible, especialmente
frente a los niños, adolescentes y adultos.

Destacó que, en sus recorridos por todo el país, ha podido constatar la


extraordinaria labor que desarrollan los profesores especializados y entidades
voluntarias en favor de las personas con condiciones especiales, “pero
tampoco puedo negarles la vergüenza que he sentido como ministro y como
político al constatar la gran deuda que tiene el Estado dominicano para con las
personas con condiciones especiales”.

Manifestó que está convencido igual que los especialistas, que el país necesita
superar el modelo de escuelas especiales, lo mismo que disponer de centros
educativos ordinarios que cuentan con una aula para estudiantes con
discapacidad, “pues en definitiva, tenemos que trabajar para que nuestro
sistema educativo sea inclusivo, donde a los niños y a los jóvenes sin importar
su condición física y cognitiva, se les dé un tratamiento igual que a los demás,
con los mismos derechos y responsabilidades”.

Declaró que, atendiendo a la realidad del país, está consciente que tomará
tiempo poder saldar esa gran deuda social con las personas con condiciones
especiales, y que habrá que definir un camino inteligente que permita alcanzar
resultados de manera paulatina.
Navarro reconoció que se queda corta la cobertura del sistema educativo para
atender a personas con discapacidad, a lo que se suma una serie de
limitaciones de docentes especialistas, monitores, soporte en la detección
temprana en los niños, en la disponibilidad de recursos educativos, tecnología,
e incluso en el transporte de los niños que viven en comunidades lejanas.

“Esta gestión tiene un ineludible compromiso con la educación de las personas


con necesidades específicas, y aunque seamos un poco lentos, seremos firmes
en avanzar en esta ruta, de ahí que necesitaremos de la alianza con todas las
instituciones que trabajan estos casos”, aseveró.

Recordó que actualmente el Ministerio de Educación encamina acciones


dirigidas a la mejora de la calidad educativa, el desarrollo del nuevo currículo
por competencias, mayor eficiencia en la gestión de las escuelas, y una
educación integral sustentada en valores y principios humanos.

El ministro Navarro señaló que sus expectativas con las conferencias y los
debates del simposio será recibir un diagnóstico de la situación desde la óptica
de cada organización representada, “y también propuestas de actuación de
corto, mediano y largo plazo, sobre la base un realismo que permita identificar
qué podemos hacer de inmediato en conjunto, así como planificar acciones
para el futuro”.

Dijo que iniciativas como esas, lo motivan a seguir avanzando en la nueva


política educativa encaminada por el jefe del Estado, y, además, que mueven a
la sociedad misma por una educación más inclusiva de las personas sordas o
con otras condiciones especiales.

En el evento que se desarrollará hasta el próximo miércoles en el hotel


Hamaca de este municipio de Santo Domingo, participan alrededor de 250
personas, incluyendo a más de un centenar provenientes de distintas escuelas
de sordos a nivel nacional, sicólogos y orientados, así como 13 expositores
expertos en educación llegados de España, Estados Unidos, México, Chile,
Costa Rica, Perú, Bolivia y Argentina.

El gerente de Bienestar de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos


Días para el área del Caribe, Elder Julio César Acosta, pronunció las palabras
de bienvenida, seguido del discurso de la presidenta de la Asociación Nacional
de Sordos, Liliana Mariotti Paz.

Asimismo, el presidente de Ayuda Humanitaria de la Iglesia de Jesucristo de


los Santos de los Últimos Días, James Benedit, dejó abierto el simposio,
seguido de breves palabras a cargo de la decana de la Facultad de
Humanidades y Educación de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña
(UNPHU), Patricia Matos, y de la directora de Educación Especial del Ministerio
de Educación, Cristina Amiama.

Oneida Aybar, del Instituto de Ayuda al Sordo Santa Rosa, declaró que el
evento asume parte del programa fundacional de esa entidad, comprometida
con el desarrollo integral de las personas sordas a través de una educación de
calidad.

“Esta alianza estratégica deberá seguir ofreciendo a las personas sodas una
mejor calidad de vida, fortalecimiento al conocimiento de los docentes de
lengua de señas y una actitud positiva frente a la necesidad de desarrollarse a
través de la educación integral”, dijo.

En tanto, Lilian Mariotti, presidenta de la Asociación Nacional de Ayuda al


Sordo (ANSORDO), expuso que las personas con esa condición necesitan
desarrollarse a nivel universitario, por lo que es preciso trabajar en la
profesionalización de intérpretes y profesores de lengua de señas, así como
superar las barreras existentes en la comunicación.

“La educación es esencial para los sordos poder desarrollarse en sus


potencialidades, y mejora de la calidad de vida, pero también necesitamos
superar las situaciones familiares con hijos sordos, el acceso a la información,
más participación y mejor porcentaje en la inserción laboral, entre otras
problemáticas”, refirió.

Durante la apertura del simposio, se presentaron varios grupos culturales de la


Asociación Nacional de Sordos (ANSORDO), que resultaron del disfrute de las
personalidades presentes, seguidos de una magistral exposición por parte de la
experta chilena Ruth Claros Kartchener, con el tema “Ideologías de la Sordera”.
La jornada con carácter educativo, iniciativa con la invocación religiosa por
parte de la señora Cristhie Benedit, fue convocada por el Instituto de Ayuda al
Sordo Santa Rosa, Inc., es auspiciada por el Consejo Nacional de
Discapacidad (CONADIS), el Club Rotario Santo Domingo-Mirador Distrito
4060, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Asociación
Nacional de Sordos (ANSORDO), Fundación Starkey, y el Ministerio de
Educación, a través del viceministerio de Servicios Técnicos y Pedagógicos, y
de la Dirección de Educación Especial.

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