Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
“Sin embargo, los centros públicos de educación especial cuentan con un 50%
de la población, atendida inadecuadamente desde centros regulares, en función
de dificultades de aprendizaje, y no asociadas a discapacidad”, agrega el
documento que ofrece otros detalles sobre los niveles de inclusión social de
esta población hasta 2008, un año antes de que el país ratificara la Convención
sobre los derechos de las personas con discapacidad.
Al asumir este convenio que exige a los gobiernos de todo el mundo promover y
defender a las personas con discapacidad, el Estado dominicano se
comprometió, entre otras acciones, a proteger de la discriminación a niños,
niñas y adolescentes con discapacidad y a fomentar su inclusión.
En su artículo 7, indica los estados deberán tomar las medidas necesarias para
asegurar que todos los niños, niñas y adolescentes con discapacidad gocen
plenamente de todos los derechos humanos y libertades fundamentales en
igualdad de condiciones con los demás. Insiste en que una consideración
primordial será la protección del interés superior del niño.
Mientras que en su artículo 8 es aún más precisa y dicta que se debe fomentar
en todos los niveles del sistema educativo, incluso entre todos los niños y las
niñas desde una edad temprana, una actitud de respeto de los derechos de las
personas con discapacidad.
Amiama explica que estos datos fueron obtenidos luego de que, en 2013, el
ministerio realizara un levantamiento en el 87% de las escuelas públicas del
país. El estudio evidenció que el 59% de estos centros educativos no incorpora
estrategias pedagógicas ajustadas para desarrollar el proceso de enseñanza-
aprendizaje en los estudiantes con discapacidad.
Para explicarlo mejor se puede hacer el símil con los planteamientos de Pozo y
Monereo (2001), quienes en el texto ¿En qué siglo vive la escuela? plantean
que en la escuela se enseñan contenidos del siglo XIX, con profesores del siglo
XX, a alumnos del siglo XXI, premisa confirmada por otra de las revelaciones
hechas por Amiama al citar los resultados del levantamiento hecho por el
Minerd en 2013.
Al parecer existe la iniciativa de lograr que las escuelas sean más inclusivas,
pero no se tiene claro para qué cantidad de personas serán diseñadas las
estrategias.
Esto mueve a pensar que desde sus orígenes hay fallas estructurales en el
diseño de este proyecto, tomando en cuenta que no se ha verificado cuál será
su impacto y cuáles son las necesidades reales de esta población que aunque
está necesitada de ayuda, más necesitada está de ser incluida correctamente,
ya que como bien establece la convención las personas con discapacidad
contempla a aquellas que tienen deficiencias físicas, mentales, intelectuales o
sensoriales a largo plazo.
No obstante, las autoridades, con la ayuda del Fondo de las Naciones Unidas
para la Infancia (Unicef), busca fortalecer las capacidades en el sistema
educativo y particularmente de las escuelas, con el propósito de que se realicen
los ajustes necesarios para la inclusión educativa.
¿Cuál es la propuesta?
Desde el Minerd, junto a Unicef, se trabaja para que los menores de edad con
discapacidad puedan integrarse de manera total al sistema educativo nacional,
sin tener que acudir a escuelas especiales.
La intención no basta
La convención ratificada por el país busca erradicar esa exclusión que sufren
los niños, niñas y adolescentes por ser “discapacitados”, porque en muchos
casos son rechazados en escuelas y colegios, instituciones que para mantener
“protegidos” a los demás alumnos y alumnas que amparados en el prejuicio de
algunos padres y madres que creen que la discapacidad es contagiosa y hasta
denigrante, optan por impedir la inscripción de quienes forman parte de esta
población, por mucho tiempo marginada.
Es difícil encontrar un o una docente que sepa lengua de señas, por ejemplo,
por lo que se hace casi imposible que pueda educar a estudiantes sordomudos.
Esta situación hace necesario que los padres y madres tengan que inscribir a
sus vástagos en centros educativos para niños, niñas y adolescentes con esta
condición.
En muchos casos, no por excluirlos del sistema educativo regular, sino para
garantizarles una educación integral, la cual buscan concretizar el Minerd y
Unicef que a través de esta alianza estratégica lograrán que los niños, niñas y
adolescentes puedan ser parte de una escuela, donde además de producir
conocimiento, se logre la inclusión social que tanto necesitan los niños, niñas y
adolescentes con discapacidad de República Dominicana.
Manifestó que está convencido igual que los especialistas, que el país necesita
superar el modelo de escuelas especiales, lo mismo que disponer de centros
educativos ordinarios que cuentan con una aula para estudiantes con
discapacidad, “pues en definitiva, tenemos que trabajar para que nuestro
sistema educativo sea inclusivo, donde a los niños y a los jóvenes sin importar
su condición física y cognitiva, se les dé un tratamiento igual que a los demás,
con los mismos derechos y responsabilidades”.
Declaró que, atendiendo a la realidad del país, está consciente que tomará
tiempo poder saldar esa gran deuda social con las personas con condiciones
especiales, y que habrá que definir un camino inteligente que permita alcanzar
resultados de manera paulatina.
Navarro reconoció que se queda corta la cobertura del sistema educativo para
atender a personas con discapacidad, a lo que se suma una serie de
limitaciones de docentes especialistas, monitores, soporte en la detección
temprana en los niños, en la disponibilidad de recursos educativos, tecnología,
e incluso en el transporte de los niños que viven en comunidades lejanas.
El ministro Navarro señaló que sus expectativas con las conferencias y los
debates del simposio será recibir un diagnóstico de la situación desde la óptica
de cada organización representada, “y también propuestas de actuación de
corto, mediano y largo plazo, sobre la base un realismo que permita identificar
qué podemos hacer de inmediato en conjunto, así como planificar acciones
para el futuro”.
Oneida Aybar, del Instituto de Ayuda al Sordo Santa Rosa, declaró que el
evento asume parte del programa fundacional de esa entidad, comprometida
con el desarrollo integral de las personas sordas a través de una educación de
calidad.
“Esta alianza estratégica deberá seguir ofreciendo a las personas sodas una
mejor calidad de vida, fortalecimiento al conocimiento de los docentes de
lengua de señas y una actitud positiva frente a la necesidad de desarrollarse a
través de la educación integral”, dijo.