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Mensaje 1: Los fracasos, como enfrentarlos (Domingo 7 de enero de 2017)

Objetivo: Lograr que cada persona pueda enfrentar las pruebas de la vida, sabiendo que Dios
está a su lado para ayudarle en cada paso.
Pasaje: 2da. Reyes 6:1-7
Introducción: El éxito en la vida no se mide por la posición que uno ha alcanzado, sino por los
obstáculos que venció tratando de triunfar. Cuando hablamos de éxito, no es importante adónde
ha llegado la persona, sino que cosas tuvo que vencer para lograr su objetivo.
Desarrollo:

Principios bíblicos en cuánto a los fracasos:

1) Todos tenemos fracasos: (2da. Reyes 6:1-4). Todas las personas pasan por algún tipo de
fracaso: familiar, en los estudios, en los negocios, con alguna tentación que no pudieron
enfrentar, etc. Entre más cosas intentemos, más posibilidades tenemos de fracasar
2) Reconozcamos que tenemos un problema (vs. 5). El hombre de este pasaje reconoció que
tenía un problema al exclamar que el hacha que había perdido era prestada. La mayoría de los
fracasos se deben a que la gente que fracasa nunca quiere reconocer que tienen problemas, ni que
ellos son el problema. Siempre están buscando excusas y culpables para todo.
3) Regresemos al lugar donde empezó el problema (vs. 6): Debemos identificar donde se
cayó el hacha, donde se produjo el problema en nuestra vida, como comenzó. Si fue un problema
de familia, si comenzó a partir de una relación incorrecta, si hemos descuidado la atención de
nuestra familia, etc. Quizá comenzó con una actitud incorrecta frente a determinadas
circunstancias: por Ej. Una persona que por estar pasando difíciles momentos económicos,
maltrata a su familia. Si mantenemos una actitud incorrecta, nunca saldremos del problema.
Charles Swindoll dijo lo siguiente: “Mientras más vivo, más me doy cuenta del impacto que
tiene la actitud en la vida. No podemos cambiar nuestro pasado, no podemos cambiar la manera
en que actúan los demás, no podemos cambiar lo inevitable. Lo único que podemos hacer es
tocar la única cuerda que tenemos, y esa cuerda es nuestra actitud. Estoy convencido de que un
10% de la vida es lo que me sucede y un 90% es cómo vamos a reaccionar”
4) Vayamos a la cruz de Cristo para enfrentar nuestro fracaso (vs.6), En este pasaje Eliseo
aplicó un madero al problema. En un caso similar el Pueblo de Israel se encontraba en Mara, un
lugar donde las aguas eran amargas. El Señor le mostró a Moisés un árbol que debía echar en el
agua. Al hacerlo, las aguas se volverían dulces y el pueblo podría tomarlas (Éxodo 15:22-22). Al
igual que Eliseo y Moisés, tenemos que reconocer que no somos lo suficientemente fuertes ni
sabios para enfrentar nuestros problemas.
5) Esperemos un milagro (vs.6): Lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios.
Espere un milagro. Los grandes hombres de la Biblia tuvieron sus fracasos y otros problemas,
pero siempre esperaron un milagro de parte de Dios. Tal vez alguna persona está pasando por un
problema matrimonial, o tiene dificultades para pagar sus cuentas, etc., en cualquier
circunstancia debemos orar con fe y esperar en Dios.
6) Extendamos la mano y tomemos los que necesitamos (vs. 7 Y dijo: tómalo. Y él extendió la
mano y lo tomó). Hagamos nuestra parte. Para cambiar las tragedias en triunfos necesitamos ser
personas de oración, pero también de acción. Dios hace lo imposible pero quiere que hagamos lo
posible. Abraham Lincoln dijo: “Uno ayuda permanentemente a los hombres no haciendo por
ellos lo que ellos pueden y deberían hacer ellos mismo”.

Conclusión: Ministre y ore por los problemas de cada persona en su célula. Ayude a las personas
a reconocer sus dificultades y esperar un milagro de parte de Dios, haciendo también la parte que
lo corresponde.
Lección 2: El cambio, como lograrlo (Domingo 14 de Enero de 2017)
Objetivo: Lograr que cada hermano tenga una actitud dispuesta a aceptar cambios en su vida.
Pasaje: “Por tanto nosotros todos, mirando a cada descubierta como en un espejo la gloria del
Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del
Señor” (2da. Corintios 3:18)
Introducción: Si pudiera cambiar algo en su vida ¿qué cambiaría?, Un hábito, una actitud
negativa, su carácter?. El cambio es necesario para el crecimiento. Si queremos mantenernos
frescos y progresando, debemos seguir creciendo y cambiando. Una de las peores cosas que
puede hacer un ser humano es malgastar su vida negándose a cambiar.
Max Depree dijo “En fin de cuentas, es importante recordar que no podemos ser lo que
necesitamos ser permaneciendo como estamos”.

Desarrollo: Analizaremos el método de Dios para obrar en la vida de Jacob y cambiarlo.

1) Lo llevó a una crisis (Génesis 32:24-30) vs. 24 “Se quedó Jacob solo y luchó con él un varón
hasta que rayaba el alba”. Jacob estaba en un momento de soledad y se estaba enfrentando con
un ángel de Dios. Tenía un problema. Cuando Dios quiere empezar a cambiarnos nos pone en un
problema. Para introducir cambios y obrar en nuestra vida, empieza poniéndonos en
circunstancias desconcertantes que están fuera de nuestro control. Así como el águila incomoda a
su aguilucho para que deje de sentirse a gusto en el nido y lo empuja para que empiece a volar,
Dios nos empuja, nos incomoda, nos mueve, para que no sigamos en nuestro “nido” sin querer
crecer ni superarnos.

2) Puso a prueba su perseverancia: “Y dijo: Déjame porque raya el alba. Y Jacob le


respondió: No te dejaré, si no me bendices” (vs. 26). Jacob tuvo que luchar, perseverar y esperar.
Dios no siempre nos resuelve nuestros problemas de manera inmediata. Necesita tiempo para
remover capa por capa las malas actitudes, hábitos y costumbres que hemos ido desarrollando
durante años.

3) Buscó sinceridad en su corazón. “Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió


Jacob” (vs. 27). En los tiempos bíblicos los nombres hablaban de la personalidad de quienes lo
llevaban. Jacob significaba “el que suplanta”, en término más modernos, embaucador,
engañador. Jacob había robado la bendición y la primogenitura de su hermano Esaú, al engañarlo
a él y a su padre. Sin embargo Jacob reconoció quien era, fue sincero al manifestar su nombre,
no trató de ocultar nada. Dios no hará cambios en nosotros, hasta que reconozcamos que tenemos
faltas, pecados, debilidades y errores. No debemos ver las faltas siempre en los otros, sino tratar
de cambiar nosotros.

4) Lo llevó a un encuentro personal. “Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; Porque
dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma” (vs. 30). Cuando hemos tenido un encuentro
personal con Dios, no podemos seguir siendo los mismos. Si alguien dice que ha tenido un
encuentro con Dios y su vida sigue exactamente igual, está mintiendo. El que ha estado en la
presencia de Dios, nunca podrá ser el mismo. Leer nuevamente 2da. Corintios 3:18.
Muchos piensan que pueden cambiar de afuera hacia adentro: estudiando, leyendo, adelgazando,
etc., pero el verdadero cambio se produce desde el interior del hombre hacia fuera.

Conclusión: “El que está en Cristo es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron, he aquí
todas son hechas nuevas” (2da. Corintios 5:17). Dios finalmente cambió el nombre de Jacob
(suplantador) por el de Israel (príncipe de Dios y padre de toda una nación)Ore por cada persona
en particular llamándola por su nombre, para que Dios siga obrando cambios en su vida.
Lección 3: La excelencia, como vivirla (Domingo 21 de Enero)
(La oración de Jabes)

Objetivo: lograr que cada persona pueda alcanzar su máximo potencial.


Pasaje: 1ra. Crónicas 4:9-10 “Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó
Jabes diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh
si me dieras bendición y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo y me libraras
de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió”

Introducción: Satanás quiere que vivamos con mentalidad de inferiores. Dios quiere que
utilicemos todos los recursos que nos ha dado para gloria y honra suya. El plan de Dios nunca ha
sido que llevemos una vida mediocre. Hemos sido diseñados para vivir una vida de excelencia.

Desarrollo: En el pasaje citado encontramos a un hombre llamado Jabes que decidió vivir por
encima de lo ordinario. Sólo hay dos versículos en toda la Biblia que hablan de este nombre,
pero se le da una mención honorable. Analicemos tres principios en su vida que nos ayudarán:

1) Debemos tener un gran deseo de crecer: Jabes deseaba ser diferente y más ilustre que sus
hermanos. Quería algo grande en su vida, quería extenderse y crecer. Con gran deseo de ser
escuchado dijo: “Si me dieras bendición y ensancharas mi territorio”. Hizo muy bien. Tenemos
que soñar, pensar lo que queremos lograr. Si dejamos de soñar, empezamos a sepultarnos.
Muchos de los que estaban con Jabes eran como aquellos que van por la vida sin un plan, sin un
propósito. Existen y nada más, nunca logran nada. Dios nos ha hecho para que crezcamos, para
que no nos quedemos igual. El versículo lema de nuestra iglesia Cristo es el Cambio para este
año dice “Estad firmes y constantes en la obra del Señor, creciendo siempre...” (1ra. Cor.
15:58).
A veces no crecemos porque confundimos humildad con temor. Como tenemos miedo de
alcanzar grandes cosas, decimos que somos humildes. A veces tenemos pereza y no queremos
pagar el precio de hacer algo verdaderamente grande para Dios.

2) Debemos tener fe en Dios: Jabes no sólo tenía un gran deseo, sino que tenía una fuerte fe en
Dios. Tuvo fe suficiente para orar y esperar una respuesta de Dios. “Y le otorgó Dios lo que
pidió”. La Biblia no menciona que tenía talentos o dones especiales, no dice si era rico o pobre,
educado o ignorante, lo único que dice es que era un hombre con una fe extraordinaria. El Señor
escogía a personas comunes y corrientes para servirle. La fe de Jabes lo llevó a creer que Dios lo
ayudaría, y por eso aumentó sus metas y sus sueños.
En Marcos 9:23 Jesús dijo “Si puedes creer, al que cree todo le es posible”. No importa los
obstáculos que se presenten en nuestro camino, si tenemos fe, seguiremos adelante.

3) Debemos vivir una vida de oración: Este fue el tercer secreto en la vida de Jabes. Fue su
oración lo que le dio un lugar honorable en la Biblia. Le pidió a Dios lo siguiente: a) Bendición,
que toda la cobertura de Dios estuviera sobre su vida; b) Prosperidad, que ensanchara su
territorio; c) Compañía espiritual, necesitaba que la mano de Dios estuviera con él todos los días;
d) Vivir en santidad, que Dios lo apartara del pecado y del mal porque eso iba a dañarlo.
La palabra de Dios dice que debemos clamar fervientemente en oración: “Clama a mí, y yo te
responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3).
“Y aquél que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que
pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efesios 3:20).

Conclusión: Si combinamos estas tres características de la vida de Jabes podremos lograr una
vida de excelencia, bien por encima de lo ordinario.
Leccion 4: Cómo tener un año de victoria en Dios
Propósito: Lograr que cada hermano puede “ver” en fe aquello que Dios quiere que alcancemos
juntos como iglesia durante este año.
Pasaje: Salmo 1:1-3 Dios quieren que sus hijos prosperen en todas las cosas que emprenden, y
que aprendan de sus fracasos para tener futuros éxitos.
Desarrollo: Al comenzar este año sería muy útil que usted ore y en base a lo que Dios le muestre
escriba aquellas metas que quiere lograr en este año (a nivel familiar, en los estudios, en las
finanzas, en su relación con Dios, en su ministerio).
Al tomar un camino es importante saber a donde quiero llegar.
Necesidad de constancia.
La planificación es muy importante porque nos ayuda a tener una meta y a ir evaluando durante
el transcurso del año si la estamos cumpliendo o no.
- Debemos consultar que quiere hacer Dios con nuestra vida en este año: Proverbios 16:9 “El
corazón del hombre piensa su camino; más Jehová endereza sus pasos”. Los proyectos
personales deben pasar por el “filtro” de la voluntad de Dios; el Señor debe darnos paz, luego de
orar y escribir aquello que deseamos para durante este año.
- Debemos buscar consejos de amigos cristianos: Proverbios 15:22 “Los pensamientos son
frustrados donde no hay consejo, mas en la multitud de consejeros se afirman”. La soledad no es
buena consejera, compartamos con nuestro líder de célula y con otras personas nuestros anhelos
y deseos. El consejo de las personas espirituales es muy valioso para nuestra vida.
- Avance siempre en base a la visión que Dios dio a la iglesia:
Hebreos 11:24-27.
11:24 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de
Faraón,
11:25 escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de
los deleites temporales del pecado,
11:26 teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros
de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.
11:27 Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo
como viendo al Invisible.
Moisés era un líder de gran visión; un visionario. Hay cuatro cosas que la visión de Moisés le
ayudó a lograr:
1) Lo ayudó a tomar decisiones difíciles. Moisés se negó a ser llamado hijo de la hija de faraón.
Fue una decisión difícil; renunciaba a su posición en la realeza, renunciaba a todos los placeres
de Egipto. Pudo tomar esa decisión porque vio un llamado mayor, una visión más grande.
2) La visión le ayudó a estar dispuesto a pagar el precio. El precio fue soportar el maltrato junto
con el pueblo de Dios, antes que disfrutar de los placeres pasajeros del pecado. Iba a soportar en
lugar de disfrutar ... porque tenía una visión.
3) La visión le ayudó a vivir para lo eterno y no para lo temporal. Moisés consideró que el
oprobio de Cristo era mayor riqueza que los tesoros de Egipto. Porque los tesoros de Egipto eran
el presente, pero él buscaba una recompensa futura. Dado que era un visionario, vivió para el
mañana en lugar de vivir para el hoy.
4) La visión lo ayudó a vencer el temor en su vida. Por la fe dejó Egipto sin temer la ira del rey.
Conclusión: (para leer en las células). Durante el año 2004 como iglesia queremos alcanzar
nuevos logros espirituales. Una palabra clave es la lealtad. Sea Leal a Dios en primer lugar. Sea
también leal a sus pastores, líderes, amigos, familiares. Esté con las personas en las buenas y en
las malas. Una persona leal no critica a otros por sus errores, los alienta para corregirlos. No se
deja guiar por las emociones del momento. No abandona a otros buscando su propio beneficio,
sin importarle el daño causado por su conducta. Es una persona confiable. Los demás lo
respetan. Dios lo aprueba.

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