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JUAN MONTERO AROCA

Catedrático de Derecho Procesal en la Universidad de Valencia

Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana

JUAN LUIS GÓMEZ COLOMER

Catedrático de Derecho Procesal de la Universidad Jaime I (Castellón)

ALBERTO MONTÓN REDONDO

Catedrático de Derecho Procesal de la Universidad Complutense (Madrid)

SILVIA BARONA VILAR

Catedrática de Derecho Procesal de la Universidad de Valencia

EL NUEVO PROCESO CIVIL


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ÍNDICE SISTEMÁTICO

Prólogo

Síntesis de la evolución procesal civil

A) El juicio ordinario

B) El proceso plenario rápido

C) La codificación

D) Los fenómenos de huida

E) Las reformas parciales

Nuevo modelo de proceso civil

A) El triunfo del proceso plenario rápido

B) El papel del juez

C) Confianza en la primera instancia

D) El derecho a los recursos

E) El proceso cautelar

LIBRO I

CONCEPTOS GENERALES DEL PROCESO CIVIL

Título I

Partes

Capítulo 1.º: Concepto y capacidad

Las partes
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Nociones de parte y de tercero

Capacidad de las partes

Capacidad para ser parte

A) Capacidad de las personas físicas

B) Capacidad de las personas jurídicas

Capacidad procesal

A) La actuación de las personas físicas

a) Edad

b) Incapacidad

c) Prodigalidad

d) Situaciones provisionales

B) La actuación de las personas jurídicas

Supuestos especiales

a) Uniones sin personalidad

b) Sociedades irregulares

c) Patrimonios autónomos

d) Grupos

Tratamiento procesal de la capacidad

a) Justificación

b) ¿Quién puede poner de manifiesto la falta de capacidad y de


acreditamiento de las representaciones voluntaria, legal y necesaria?

c) ¿Cómo puede hacerse?

d) ¿Qué efectos produce su falta?


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Capítulo 2.º: Legitimación, pluralidad de partes e intervención

Legitimación

Origen del concepto:

A) Derecho subjetivo, acción y legitimación

B) Acción sin derecho subjetivo

C) Clases de legitimación

Legitimación ordinaria

a) Relaciones jurídicas

b) Sucesión en la titularidad de la relación

c) Situaciones jurídicas

Legitimación extraordinaria

a) Interés privado

b) Interés social

c) Interés público

Tratamiento procesal

a) Naturaleza

b) Justificación

c) ¿Quién puede poner de manifiesto su falta?

d) Examen previo

e) Sentencia procesal

Pluralidad de partes:

A) Concepto

B) Litisconsorcio necesario

a) Concepto
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b) Fundamento

c) El proceso litisconsorcial

C) Litisconsorcio cuasi-necesario

D) Intervención voluntaria

a) Intervención litisconsorcial

b) Intervención adhesiva simple

c) Forma de la intervención

Los supuestos de intervención provocada

a) Llamada por causa común

b) Llamada en garantía

c) Nominatio auctoris

d) Llamada al tercero pretendiente

Capítulo 3.º: Sucesión, postulación, la Administración parte y el Ministerio


Fiscal

Sucesión procesal

a) Muerte de la persona física

b) Fusión o absorción de las personas jurídicas

c) Transmisión inter vivos de la cosa litigiosa

Postulación procesal

La representación procesal:

A) Sus caracteres. El poder

B) Desarrollo y cese de la representación

C) Exclusividad de la representación y excepciones


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D) Tratamiento procesal

a) Inexistencia del poder

b) Legalidad o insuficiencia del poder

La defensa técnica

A) Su carácter no formalista

B) Obligatoriedad y excepciones

C) Tratamiento procesal

Intervención no preceptiva de abogado o de procurador

a) Igualdad de las partes

b) Condena en costas

La jura de cuentas

La Administración como parte:

A) Privilegios del Estado

B) Privilegios de las comunidades autónomas

C) Privilegios de las entidades locales

El Ministerio fiscal en el proceso civil:

A) Como parte

a) Activa y pasiva

b) Sólo pasiva

B) Como representante legal

C) Como dictaminador

a) Sobre derecho material

b) Sobre derecho procesal


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Título II

Jurisdicción y competencia

Capítulo 4.º: Jurisdicción, cuestiones prejudiciales y competencia. La


declinatoria

Extensión y límites de la jurisdicción española en el orden civil:

A) Criterios de atribución

a) De exclusividad

b) Generales

c) Especiales

B) Tratamiento procesal

La competencia civil genérica

Las cuestiones prejudiciales

a) La llamada prejudicialidad civil

b) Prejudicialidad laboral y administrativa

c) Prejudicialidad penal

1) General

2) Documental

3) Disposiciones comunes

4) Vinculación del tribunal civil

d) Prejudicialidad constitucional

e) Prejudicialidad comunitaria

Los criterios de atribución de la competencia

Competencia objetiva y funcional:

A) Especificación para cada juzgado y tribunal


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a) Juzgados de Paz

b) Juzgados de Primera Instancia

c) Audiencias Provinciales

d) Salas de lo Civil y Penal

e) Sala de lo Civil del Tribunal Supremo

B) Tratamiento procesal

a) Control de oficio

b) A instancia de parte

La competencia territorial:

A) Fueros convencionales

a) Sumisión expresa

b) Sumisión tácita

B) Fueros legales

a) Especiales

b) Generales

1) Personas físicas

2) Personas jurídicas y entes sin personalidad

3) Acumulación de pretensiones

4) Litisconsorcio necesario

El principio de prueba

Tratamiento procesal:

A) Control de oficio

B) La declinatoria

a) Planteamiento
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b) Tramitación

c) Decisión

d) Recursos

El reparto de asuntos

Título III

Actos procesales

Capítulo 5.º: Concepto, requisitos generales y nulidad

Los actos procesales

Proceso y actos procesales

La sustanciación de los asuntos:

A) Impulso procesal

B) Dación de cuenta

C) Vistas

D) Documentación de las actuaciones

Requisitos de los actos procesales:

A) Voluntad

a) Actos del juzgador

b) Actos de las partes

B) Lugar

C) Tiempo

a) Momento de realización del acto (días y horas hábiles)

b) Orden de la serie de actos (término y plazo)

1) Cómputo
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2) Improrrogabilidad

3) Plazos propios e impropios

c) Presentación de escritos

D) Forma:

a) Oral

1) Inmediación y presencia judicial

2) Publicidad

b) Escrito: Información

c) Común: Lengua

Defectos de los actos:

A) Nulidad

a) Control de oficio

b) Instancia de parte

B) Anulabilidad

C) Irregularidad

D) Subsanación.

Clasificación de los actos.

Capítulo 6.º: Resoluciones y actos de comunicación

Actos de las partes:

A) Actos destinados a obtener una resolución judicial

B) Actos creadores de situaciones jurídicas

Las resoluciones de los órganos jurisdiccionales

Clases de resoluciones:
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A) Providencias

B) Autos

C) Sentencias

D) Resoluciones orales

La elaboración de las resoluciones en los órganos colegiados

Aclaración y corrección de las resoluciones:

a) Rectificación de errores materiales y aritméticos

b) Aclaración de algún concepto oscuro

c) Subsanación de omisiones o defectos

El Secretario judicial y las resoluciones: Diligencias de ordenación

Los actos de comunicación:

a) Hacia el exterior del órgano

b) Hacia el interior del órgano

Con las partes y otros sujetos:

A) Clases

a) Notificación

b) Emplazamiento

c) Citación

d) Requerimiento

B) Procedimientos de la comunicación

a) En la oficina judicial

b) Por correo certificado

c) En el domicilio

d) Por edictos
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e) Por medios electrónicos, informáticos y similares

C) Validez de los actos

Con otros órganos:

A) Auxilio judicial

a) Interno

b) Internacional

B) Auxilio a la justicia

a) Mandamiento

b) Oficio

LIBRO II

PROCESO DE DECLARACIÓN

Título I

Objeto del proceso

Capítulo 7.º: Objeto del proceso y acumulación de objetos procesales

El objeto del proceso de declaración: la pretensión

a) La pretensión: objeto del proceso

b) La resistencia: objeto del debate

c) El tema de prueba

Relevancia técnico jurídica del objeto del proceso

Elementos delimitadores del objeto:

A) La petición o petitum

a) Inmediata

b) Mediata
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B) La causa de pedir o causa petendi

a) Insuficiencia de la petición

b) Irrelevancia de la fundamentación jurídica

c) Hechos con trascendencia jurídica

d) En cada clase de pretensión

1) De condena

2) De mera declaración

3) De constitución

La acumulación de objetos procesales:

A) Concepto

B) Presupuestos

La acumulación inicial (de acciones)

A) Simple, alternativa, subsidiaria y accesoria

B) Acumulación exclusivamente objetiva

a) Presupuestos de admisibilidad

b) Efectos

c) Control de la acumulabilidad

C) Acumulación objetivo-subjetiva

B) Acumulación objetivo-subjetiva y exclusivamente objetiva

Acumulación pendiente el proceso

a) Ampliación de la demanda

b) Reconvención

c) Intervención principal

La acumulación de procesos
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A) Presupuestos de admisibilidad

B) Procedimientos

a) Cuando los procesos penden ante el mismo tribunal

b) Cuando los procesos penden ante tribunales distintos

Título II

Actividades previas no jurisdiccionales

Capítulo 8.º: Reclamación previa, conciliación y diligencias preliminares

Actividades previas al proceso

La reclamación administrativa previa

a) Procedimiento

b) Efectos de la no presentación de la reclamación

c) Efectos de la presentación de la reclamación

d) Efectos de la estimación de la reclamación

e) Efectos de la desestimación

f) La correlación entre reclamación-pretensión y resolución-sentencia

La conciliación preventiva:

A) Concepto, clases y naturaleza

B) Carácter voluntario y supuestos excluidos

C) Competencia

D) Procedimiento

a) Solicitud o papeleta

b) Admisión de la papeleta

c) Citación de las partes


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d) Incomparecencia de las partes

e) Comparecencia al acto y resultados

f) Documentación

E) Efectos

a) De la existencia del acto

b) De lo convenido

E) Impugnación de lo convenido

a) Por motivos materiales

b) Por motivos procedimentales

Las diligencias preliminares:

A) Concepto y generalidades

B) Enumeración de las medidas

a) Determinación de la capacidad, la representación y la


legitimación

b) Exhibición de cosa mueble

c) Exhibición de documentos sucesorios

d) Exhibición de documentos entre socios y comuneros

e) Exhibición de contrato de seguro

f) Determinación de los integrantes del grupo

C) Procedimiento

Título III

Disposiciones comunes a los procesos declarativos

Capítulo 9.º: Tipos de procesos y su determinación. Cuestiones


incidentales y costas
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Los tipos de proceso de declaración

A) Tutela ordinaria

a) Juicio plenario ordinario

b) Juicios plenarios rápidos ordinarios

B) Tutelas privilegiadas

a) Juicios plenarios especiales

b) Juicios sumarios especiales

La determinación del proceso declarativo adecuado:

A) La cuantía como criterio general

a) La determinación de la cuantía

b) El control de la cuantía

1) De oficio por el Juzgado

2) Impugnación de la cuantía por el demandado

B) La materia como criterio especial

Las cuestiones incidentales:

A) Precisiones iniciales

a) Cuestiones previas

b) Cuestiones incidentales

c) Cuestiones prejudiciales

B) Cuestiones y procedimientos incidentales

a) Noción de incidente

b) Clases de incidentes

1) Especiales o común

2) Suspensivos y no suspensivos
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c) Procedimiento

Las costas:

A) Condena en costas

a) Primera instancia

b) Recursos

B) Tasación e impugnación

Capítulo 10.º: La prueba (I). Concepto, objeto y carga

Concepto y naturaleza

Clases de prueba

a) Directas e indirecta

b) Personal y real

c) Preconstituida y causal

d) Principal, contraprueba y prueba de lo contrario

e) Plena y semiplena

Objeto de la prueba:

A) Alegaciones de hechos

a) Hechos admitidos (o no controvertidos)

b) Hechos notorios

c) Hechos favorecidos por una presunción

B) Alegaciones de derecho

a) Costumbre

b) Derecho extranjero

c) Derecho histórico
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d) Derecho estatutario

C) Máximas de la experiencia

Carga de la prueba:

A) Los principios de aportación de parte y adquisición procesal

B) El hecho dudoso y el non liquet

C) Reglas legales de distribución de la carga de la prueba

D) Criterios de distribución de la carga.

Capítulo 11.º: La prueba (II). Fuentes y medios, valoración y


procedimiento probatorio

Fuentes y medios de prueba:

A) La distinción fuentes-medios

B) Los medios de prueba

C) La inútil discusión sobre el numerus clausus o apertus

D) Pruebas obtenidas ilícitamente

a) Derechos protegidos frente a la investigación de fuentes de


prueba

b) Consecuencias procesales de la vulneración

Valoración de la prueba:

A) Las máximas de la experiencia y los sistemas de valoración

B) Apreciación conjunta de la prueba y motivación de las sentencias

Procedimiento probatorio

A) Recibimiento a prueba

B) Proposición de los medios concretos de prueba

C) Admisión de los medios de prueba


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D) Práctica de la prueba

a) Unidad de acto

b) Inmediación

c) Contradicción

d) Publicidad

e) Orden de la práctica

f) Documentación

Anticipación de la prueba

a) Antes de la iniciación del proceso

b) Durante el curso del proceso

c) Normas comunes

Aseguramiento de la prueba

a) Finalidad

b) Medidas

c) Procedimiento

Capítulo 12.º: La prueba (III). Interrogatorio de las partes y prueba


documental

El interrogatorio de las partes:

A) Antecedentes

B) Concepto

C) Clases

a) De personas físicas

b) De personas jurídicas
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D) Las preguntas

E) Procedimiento probatorio

a) Solicitud

b) Facultades del juez

c) Lugar

d) Cargas del declarante

e) Interrogatorio cruzado

f) Modos de responder al interrogatorio

g) Incomunicación de los declarantes

F) Valoración

La prueba documental:

A) Concepto

B) Clases

a) Públicos

b) Públicos extranjeros

c) Privados

C) Procedimiento probatorio

a) Momento de la presentación

b) Forma de la misma

1) Públicos

2) Privados

c) Impugnación de la autenticidad

1) Públicos

2) Privados
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D) Exhibición de documentos

a) Las partes

b) Terceros

c) Entidades de Derecho público

E) Valoración

a) Públicos

b) Privados

Capítulo 13.º: La prueba (IV). Pericial y reconocimiento judicial

La prueba pericial:

A) Concepto de prueba pericial, naturaleza y admisibilidad

B) Concepto de perito

C) Recusación y tacha del perito

a) Recusación

b) Tacha

D) Deberes y derechos del perito

E) Procedimiento probatorio

a) Dictamen de perito designado por la parte

b) Dictamen de perito designado por el tribunal

c) Designación y nombramiento del perito

d) Elaboración del dictamen

e) Intervención en el juicio

F) El caso particular del cotejo de letras

G) Valoración
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La prueba de reconocimiento judicial:

A) Concepto y admisibilidad

B) Procedimiento probatorio

a) Como prueba única

b) Conjuntamente con otras pruebas

C) Documentación

D) Valoración

Capítulo 14.º: La prueba (V). Testifical, nuevos medios, presunciones y


diligencias finales

La prueba testifical:

A) Concepto, naturaleza y admisibilidad

B) Concepto de testigo y diferencia con figuras afines

C) Idoneidad para ser testigo

D) Tachas de los testigos

E) Deberes y derechos del testigo

F) Las preguntas

G) Procedimiento probatorio

a) Proposición y admisión

b) Práctica

c) Documentación

H) Valoración

Medios de reproducción del sonido o la imagen e instrumentos de archivo:

A) Concepto y admisibilidad
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B) Procedimiento probatorio

a) Reproducción ante el tribunal de imágenes y de sonidos

b) Instrumentos de archivo, conocimiento o reproducción de


palabras, datos, cifras y operaciones matemáticas

C) Valoración

Las presunciones como método de prueba:

A) Concepto y naturaleza jurídica

a) La afirmación base, o hecho base, o indicio

b) La afirmación presumida, o hecho presumido

c) El nexo lógico o enlace entre ambos

B) Clases

a) Presunciones legales

b) Presunciones judiciales

C) Requisitos y efectos

Las diligencias finales:

A) Concepto y admisibilidad

B) Adopción, forma y efectos.

Título IV

La primera instancia

Sección 1.ª: El juicio ordinario

Capítulo 15.º: Demanda, documentos y litispendencia

La demanda: concepto

Requisitos de la demanda
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A) Subjetivos

a) Determinación del órgano jurisdiccional

b) Designación de las partes

B) Fundamentación

a) Hechos

b) Fundamentos de derecho

C) Petición

D) Otros requisitos

a) Determinación del tipo de proceso

b) Peticiones y declaraciones accesorias

c) Fecha y firmas

Documentos que deben acompañarla:

A) Procesales

B) Materiales

Presentación, admisión e inadmisión

A) Por razones de fondo

B) Por falta de presupuestos procesales

Efectos de la demanda: la litispendencia

A) El tiempo de la litispendencia

B) Los efectos de la misma

La prohibición de transformación de la demanda

a) Ampliación de la demanda

b) Ampliación de hechos

c) Presentación de documentos
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d) Resoluciones judiciales y administrativas

e) Delimitación de los términos del debate

f) En el recurso de apelación

Consecuencias jurídico privadas de la demanda

a) De la existencia de la demanda

b) De la estimación de la pretensión

c) Efectos intermedios

Capítulo 16.º: Rebeldía, excepciones, contestación y reconvención

Actitudes posibles del demandado

La rebeldía:

A) Concepto

B) Efectos

C) El proceso en rebeldía

Las excepciones:

A) Excepciones procesales

B) Excepciones materiales

Contestación a la demanda:

A) Concepto

B) Contenido

a) Negativas

b) Positivas

C) Documentos que deben acompañarla

a) Procesales
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b) Materiales

D) La prohibición de transformación

La reconvención:

A) Concepto

B) Requisitos

a) Momento

b) Forma

c) Competencia

d) Procedimientos homogéneos

e) Legitimación pasiva

f) Efectos

Capítulo 17.º: Audiencia previa y juicio

Origen y sentido de la audiencia previa:

A) El sistema del proceso común y las excepciones dilatorias

B) El sistema de la audiencia preliminar

El sistema de la LEC:

A) Caracteres generales

B) Incomparecencia de las partes

Función de evitación del proceso

a) Acuerdo previo

b) Conciliación

Función saneadora del proceso

a) Jurisdicción y competencia
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b) Capacidad y representación

c) Acumulación inicial de pretensiones

d) Litisconsorcio necesario

e) Litispendencia o cosa juzgada

f) Inadecuación del procedimiento

1) Por la cuantía

2) Por la materia

g) Demanda defectuosa

h) Circunstancias procesales análogas

Función delimitadora de los términos del debate

a) Aclaración y complementación

1) Aclaración de alegaciones

2) Peticiones complementarias

b) Hechos nuevos o de nueva noticia

c) Aportación de documentos y dictámenes

d) Posición sobre documentos y dictámenes

Función delimitadora de la prueba

El juicio

a) Señalamiento y citación

b) Incomparecencia de las partes

c) Desarrollo del juicio

Capítulo 18.º: Sentencia, motivación y requisitos internos. La congruencia

La sentencia:
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A) Concepto

B) Liquidez

Formación interna

a) Existencia en abstracto de la consecuencia jurídica pedida

b) Existencia en concreto de la consecuencia jurídica pedida

c) Existencia de los hechos afirmados

d) Subsunción de los hechos en la norma jurídica

e) Determinación de la consecuencia jurídica

Motivación:

A) Significado

B) Alcance

Requisitos internos. Enumeración

Exhaustividad:

A) Concepto

B) Contenido

Congruencia:

A) Fundamento

B) Elementos de la correlación

C) Contenido de la correlación

a) A las partes

b) A la pretensión

c) A la resistencia

Capítulo 19.º: Paralización y terminación anormal del proceso


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Desarrollo y terminación anormal del proceso

Paralización:

A) Paralización de todo el proceso

B) Paralización de actos procesales concretos

Terminación anormal del proceso:

A) Terminación por motivos procesales:

a) Desistimiento

b) Sobreseimiento

c) Caducidad

B) Terminación por razones materiales:

a) Renuncia

b) Allanamiento

c) Transacción

d) Satisfacción extraprocesal o carencia sobrevenida del objeto.


Supuesto especial de enervación del desahucio

Sección 2.ª: El juicio verbal

Capítulo 20.º: Tramitación completa

Origen y naturaleza

La demanda:

A) Demanda sucinta

B) Demanda en impreso normatizado

C) Acumulación inicial de pretensiones

D) Demandas especiales
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Admisión de la demanda y citación para la vista

a) A las dos partes

b) Al demandante

c) Al demandado

Actuaciones previas a la vista:

A) Generales

a) Preparación de la prueba para la vista

b) Comparecencia con abogado y procurador

c) Reconvención y compensación

B) Especiales

a) Adquisición de la posesión

b) Obra nueva

c) Derecho real inscrito

d) Ejecución exclusiva contra bien mueble adquirido a plazos

e) Entrega del bien mueble al arrendador financiero o al vendedor o


financiador

Vista:

A) Inasistencia de las partes

B) Desarrollo general

a) Fundamentación de la pretensión

b) Contestación a la demanda

c) Prueba

d) No conclusiones

C) Reglas especiales
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a) Recuperación de finca dada en arrendamiento

b) Tutela de derechos reales inscritos

c) Juicios verbales especiales y sumarios del art. 250.1, 10.º y 11.º

Título V

Los recursos

Capítulo 21.º: En general. Reposición y queja

Los medios de impugnación

Los recursos; sus clases

a) El derecho al recurso

b) Clases

Presupuestos de admisibilidad:

A) Subjetivos

a) Competencia

b) Legitimación

B) Objetivos

a) Recurribilidad de la resolución

b) Plazo

c) Fundamentación

d) Gravamen

Efectos de los recursos

Desistimiento de los recursos

a) Concepto

b) Requisitos
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c) Efectos

Reposición

a) Caracteres

b) Procedimiento

c) Supuestos especiales

1) Diligencias de ordenación

2) Resoluciones orales

Queja

Capítulo 22.º: La apelación

El recurso de apelación:

A) Apelación y segunda instancia

a) Apelación plena

b) Apelación limitada

c) Diferencias entre ellas

d) Acomodación a la realidad

B) Apelación y nulidad

La regulación del recurso:

A) Tribunal competente

B) Resoluciones recurribles

C) Efectos

D) Tramitación

a) Ante el tribunal a quo

1) Preparación del recurso


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2) Admisión

3) Interposición

4) Oposición al recurso e impugnación de la sentencia

5) Oposición a la impugnación por adhesión

6) Remisión de los autos

b) Ante el tribunal ad quem

1) Sin vista

2) Con vista

Ámbito del recurso:

A) Apelación limitada

B) Prueba en el recurso

a) Subsanación de defectos

b) Continuación del proceso

c) Tramitación

C) Infracción de norma o garantía procesal

D) La apelación adherida

La congruencia de la sentencia.

Capítulo 23.º: Infracción procesal, casación e interés de la ley

Los recursos extraordinarios

El recurso por infracción procesal:

A) Características generales

a) Competencia

b) Resoluciones recurribles
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c) Motivos del recurso

d) Presupuestos para la procedencia del recurso

e) Consecuencias de la estimación del recurso

B) Procedimiento

a) Fase de preparación

b) Fase de interposición

c) Fase de admisión

d) Fase eventual de vista y prueba

e) Fase de decisión

El recurso de casación:

A) Características generales

a) Competencia

b) Resoluciones recurribles

c) Motivo del recurso

d) Objeto y efectos del recurso

B) Procedimiento

a) Preparación e interposición del recurso

b) Admisión del recurso

c) Sustanciación y fallo

Promoción de recursos por infracción procesal y de casación contra una misma


sentencia

El recurso en interés de la ley:

A) Características generales

a) Competencia y resoluciones recurribles


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b) Motivos del recurso

c) Legitimación

B) Procedimiento

Título VI

Efectos del proceso

Capítulo 24.º: Cosa juzgada

Firmeza e invariabilidad de las resoluciones

a) Firmeza

b) Invariabilidad

La cosa juzgada formal

La cosa juzgada material:

A) Concepto

B) Naturaleza jurídica

a) Presunción de verdad

b) Teoría material

c) Teoría procesal

C) Resoluciones susceptibles de esta cosa juzgada

a) Sentencias constitutivas

b) Resoluciones cautelares

c) Sentencias de los juicios sumarios

Funciones de la cosa juzgada:

A) Negativa o excluyente

B) Positiva o prejudicial
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Límites de la cosa juzgada:

A) Subjetivos

a) Identidad subjetiva

b) Extensión a determinados terceros

c) Extensión erga omnes

B) Objetivos

a) Pretensión

b) Resistencia

C) Temporales

Tratamiento procesal de la cosa juzgada

a) De la función negativa

b) De la función positiva

Capítulo 25.º: Revisión, audiencia al rebelde y mulidad

La impugnación de la cosa juzgada

El juicio de revisión:

A) Fundamento

B) Naturaleza jurídica

C) Causas de revisión

D) Competencia

E) Procedimiento

a) Plazos

b) Tramitación

F) Efectos
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a) De la interposición de la demanda de revisión

b) De la sentencia de revisión

La audiencia al demandado rebelde:

A) Concepto y naturaleza

B) Primera fase: De concesión de la audiencia

a) Requisitos para la concesión

b) Competencia y procedimiento

c) Resolución

C) Segunda fase: De sustanciación de la audiencia

La nulidad de actuaciones

a) Motivo

b) Presupuestos

c) Procedimiento

d) Decisión

La oposición de tercero

a) Oposición genérica de tercero

b) Oposición de acreedores y herederos

LIBRO III

PROCESO DE EJECUCIÓN

Título I

Conceptos generales

Capítulo 26.º: Los principios de la ejecución

Noción y naturaleza de la ejecución


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a) Ejecución precedida de declaración

b) Ejecución sin declaración

c) Naturaleza jurisdiccional de la ejecución

Sus principios configuradores:

A) Carácter sustitutivo

B) Relativos a las partes

C) Relativos al proceso

D) Relativos al procedimiento

Los elementos personales de la ejecución:

A) El tribunal

B) Las partes del proceso

a) Legitimación ordinaria

1) En general

2) Activa

3) Pasiva

4) Acumulación de procesos

5) Proceso único con pluralidad de partes

b) Legitimación extraordinaria

C) Los terceros en la ejecución

El objeto de la ejecución:

A) La petición

B) El fundamento o causa de pedir.

Capítulo 27.º: El título ejecutivo


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El título ejecutivo:

A) Su función en la ejecución

B) Acto jurídico + documento

C) El título como documento típico

Clases de títulos ejecutivos:

A) Judiciales o equiparados

a) Sentencia firme de condena

b) Laudo o resolución arbitral firme

c) Resoluciones judiciales de aprobación u homologación de


transacciones judiciales o de acuerdos logrados en el proceso

d) Auto de cuantía máxima

e) Las demás resoluciones judiciales que, por disposición legal, lleven


aparejada ejecución

B) No judiciales

a) Escritura pública

b) Pólizas de contratos mercantiles

c) Obligaciones y cupones vencidos

d) Anotaciones en cuenta

e) Otros documentos

La sentencia extranjera:

A) El supuesto general

a) Competencia

b) Regímenes de exequatur

1) Convencional

2) De reciprocidad de hecho
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3) De control interno independiente

c) Procedimiento

B) El caso especial del Convenio de Bruselas

El laudo extranjero

Homologación de resoluciones canónicas

a) Requisitos de fondo

b) Procedimiento

Título II

Ejecución provisional

Capítulo 28.º: La ejecución de sentencias no firmes

La ejecución provisional:

A) Concepto

B) Naturaleza jurídica

Presupuestos:

A) Sentencias ejecutables provisionalmente

B) Competencia

C) Legitimación

D) No necesidad de caución

Despacho de la ejecución provisional:

A) Momento de la demanda ejecutiva

1) De sentencias de primera instancia

2) De sentencias de segunda instancia

B) Auto despachando la ejecución


41

La oposición a la ejecución provisional:

A) Causas de oposición al conjunto de la ejecución

B) Oposición a actuaciones ejecutivas concretas

La revocación de la sentencia ejecutada provisionalmente

a) Condenas dinerarias

b) Condenas no dinerarias

Título III

Ejecución definitiva

Sección 1.ª: Disposiciones comunes

Capítulo 29.º: La unidad de la ejecución

La unidad de la ejecución:

A) El inicial sistema unitario

B) La posterior dualidad de ejecuciones

C) La vuelta a la unidad

La iniciación del proceso:

A) Demanda ejecutiva

a) Requisitos de contenido

b) Documentos que deben acompañarla

B) Despacho de la ejecución

a) Auto denegando el despacho de la ejecución

b) Auto despachando la ejecución

C) La notificación al ejecutado

La oposición a la ejecución
42

Oposición al conjunto de la ejecución:

A) Defectos procesales

B) Motivos de fondo

a) Títulos judiciales y asimilados

b) Títulos no judiciales

c) Procedimiento de la oposición

d) Sumariedad de la oposición

Oposición a los actos ejecutivos:

A) Infracción de norma procedimental o procesal

a) Procedimental

b) Procesal

c) Vías de la impugnación

B) Infracción del título ejecutivo

Suspensión de la ejecución

Sección 2.ª: Ejecución dineraria

Capítulo 30.º: Liquidación de títulos. Embargo ejecutivo (I)

Introducción

Liquidez del título ejecutivo:

A) Saldo de operaciones

B) Intereses

a) En general

b) Mora procesal (título judicial)

c) Interés variable (títulos no judiciales)


43

C) Moneda extranjera

Liquidación de títulos ilíquidos

a) Daños y perjuicios

b) Equivalente dinerario de prestación no dineraria

c) Frutos y rentas

d) Rendición de cuentas de administración

Requerimiento de pago

El embargo ejecutivo

Concepto

Objeto del embargo; bienes no embargables

a) Bienes absolutamente inembargables

b) Bienes inembargables del ejecutado

c) Sueldos y pensiones

d) Nulidad del embargo sobre bienes inembargables

Localización de los bienes del ejecutado (en especial manifestaciones de


bienes por el ejecutado e investigación judicial de su patrimonio; las multas
coercitivas)

Integración del patrimonio del ejecutado

Determinación de los bienes a embargar

A) Ámbito cualitativo

B) Ámbito cuantitativo

a) Mejorar el embargo

b) Reducir el embargo
44

Capítulo 31.º: Embargo ejecutivo (II). Tercería de dominio

El embargo ejecutivo (sigue)

Afección de los bienes

La tercería de dominio

a) Naturaleza jurídica

b) Competencia

c) Legitimación

d) Título

e) Tiempo

f) Procedimiento

g) Efectos

Garantías de la afección:

A) Anotación preventiva en registro público

a) Bienes inmuebles

b) Bienes muebles

B) Depósito judicial

a) Institucional

b) Personal

C) Retención sin desapoderamiento

D) Administración judicial

El reembargo

a) Concepto

b) El embargo de sobrante
45

Capítulo 32.º: Procedimiento de apremio

La realización forzosa

La enajenación forzosa:

A) Enajenación por fedatario público

B) Otros sistemas de enajenación (el avalúo)

Alternativas a la subasta judicial:

A) El convenio de realización

B) Realización por persona o entidad especializada

La subasta judicial:

A) Situación jurídica de los bienes

a) Titularidad del dominio y cargas

b) Presentación de los títulos

c) Arrendatarios y ocupantes de hecho

B) Celebración de la subasta

a) Fijación del tipo y subsistencia y extinción de cargas

b) Convocatoria, anuncio y publicidad

c) Depósito previo

d) Acto de la subasta

e) Subasta sin postor

C) Aprobación del remate

D) Pago del precio y entrega del bien

E) Distribución del dinero y cancelación de cargas

La adjudicación forzosa:

A) Adjudicación para pago


46

a) Créditos realizables en el acto

b) Sueldos y pensiones

B) Adjudicación en pago

La administración forzosa

La tercería de mejor derecho

a) Naturaleza jurídica

b) Tramitación

Sección 3.ª: Ejecuciones no dinerarias

Capítulo 33.º: Ejecuciones de dar, hacer y no hacer

Ejecución en forma específica no dineraria:

A) Ejecución específica y tutela judicial efectiva

B) Aseguramiento de la ejecución genérica sustitutoria

C) Apremios o multas coercitivas

Obligaciones de dar:

A) Cosa mueble determinada

B) Cosas genéricas

C) Bienes inmuebles

a) ¿Qué es “lo que proceda”?

b) ¿Cuándo existe imposibilidad de entrega in natura?

D) El equivalente pecuniario

Obligaciones de hacer:

A) Inicial actividad ejecutiva

B) Conductas fungibles o no personalísimas


47

C) Conductas infungibles o personalísimas

Condena a la emisión de una declaración de voluntad

Obligaciones de no hacer.

LIBRO IV

PROCESO CAUTELAR

Capítulo 34.º: Conceptos generales, Las medidas cautelares

Concepto y principios

Elementos personales:

A) Órgano competente

a) Extensión y límites de la jurisdicción

b) Competencia genérica

c) Criterios de atribución de competencia

B) Las partes

Las medidas cautelares:

A) Características

B) Naturaleza jurídica

C) Presupuestos

a) Situación jurídica cautelable y apariencia de buen derecho

b) Peligro por la mora procesal

c) Caución

Medidas cautelares específicas

1) Embargo preventivo de bienes

2) Intervención y administración judicial


48

3) Depósito de cosa mueble

4) Formación de inventarios de bienes

5) Anotación preventiva de demanda

6) Otras anotaciones registrales

7) Cesación provisional, o abstención temporal, o prohibición temporal


de actividades, conductas o realización de prestaciones

8) Intervención y depósito de ingresos obtenidos mediante actividad


ilícita, o consignación o depósito de las cantidades reclamadas en
concepto de remuneración de la propiedad intelectual

9) Depósito de ejemplares de obras, objetos y material

10) Suspensión de acuerdos sociales

11) Otras previstas legalmente

Caución sustitutoria

Capítulo 35.º: Procedimiento unificado

La demanda cautelar

a) Antes de la demanda

b) Con la demanda

c) Con posterioridad a la presentación de la demanda

Tramitación:

A) Con contradicción previa

B) Con contradicción diferida

Resolución cautelar:

a) Plazo

b) Contenido
49

c) Cosa juzgada

d) Ejecución

Impugnación de la resolución cautelar:

A) Impugnación por medio de recurso

B) Oposición en los supuestos de resolución sin contradicción previa

C) La estimación de la oposición: responsabilidad por daños y perjuicios

Variabilidad de la medida cautelar

Relación de dependencia entre tutela cautelar y proceso principal:

A) Tutela cautelar ante causam: Necesidad del proceso principal

B) Suspensión del proceso principal

C) Terminación del proceso principal

a) Finalización del proceso sin contradicción

b) Finalización del proceso con contradicción. Situación en la segunda


instancia

D) Alzamiento de las medidas cautelares tras la sentencia firme

LIBRO V

PROCESOS ESPECIALES

Título I

Procesos dispositivos

Capítulo 36.º: Simplificación de los procedimientos especiales

La tutela judicial privilegiada

La determinación del proceso adecuado por la materia

La aplicación del juicio ordinario


50

a) Derechos honoríficos

b) Derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen

c) Impugnación de acuerdos societarios

d) Competencia desleal

e) Propiedad industrial

f) Propiedad intelectual

g) Publicidad

h) Condiciones generales de la contratación

i) Arrendamientos

1) Urbanos

2) Rústicos

j) Retracto

k) Propiedad horizontal

La aplicación del juicio verbal:

A) De modo plenario

a) Precario

b) Alimentos

c) Rectificación de hechos

d) Tráfico

B) De modo sumario

a) Desahucio por falta de pago o expiración del plazo

b) Tutela posesoria y análoga

c) Derechos reales inscritos

d) Ventas a plazos de bienes muebles


51

e) Arrendamiento financiero

Título II

Procesos no dispositivos

Capítulo 37.º: Capacidad, filiación, matrimoniales, menores y derechos


fundamentales

Características de los procesos no dispositivos

a) Objeto indisponible

b) Partes

c) Prueba

d) Procedimiento

Los procesos sobre la capacidad de las personas:

A) Incapacitación

B) Prodigalidad

C) Reintegración de la capacidad

D) Internamiento de trastornados mentales

Los procesos sobre filiación, paternidad y maternidad

Los procesos matrimoniales:

A) Nulidad, separación y divorcio contenciosos, y otras pretensiones


amparadas en el Título IV del Libro I del Código Civil

B) Separación o divorcio de mutuo acuerdo

C) Medidas provisionales

D) Medidas definitivas

Eficacia de resoluciones eclesiásticas

Los procesos sobre guarda, custodia y alimentos de menores


52

Los procesos sobre determinados aspectos de la protección de menores y de


la adopción

Especialidades en caso de tutela de los derechos fundamentales en el ámbito


procesal civil.

Título III

División de patrimonios

Capítulo 38.º: Hereditarios y matrimoniales

Procedimientos para la división judicial de patrimonios

División de patrimonios hereditarios:

A) La declaración de herederos abintestato

a) Objeto y características generales

b) Declaración de herederos por acta de notoriedad

c) Expediente judicial de declaración de herederos

B) División de la herencia

a) Objeto y características generales

b) Estructura

C) Protección y administración del patrimonio hereditario

a) Medidas de aseguramiento

1) Aseguramiento de oficio

2) Aseguramiento a instancia de parte

3) Actuaciones subsiguientes. Formación de inventario

4) Cesación de las medidas intervencionistas

b) Administración y custodia

Liquidación del régimen económico matrimonial:


53

A) Presupuestos

B) Objeto

a) Procedimiento para la formación del inventario

b) Procedimiento para la liquidación y reparto de bienes de la


comunidad matrimonial

Título IV

Tutela privilegiada del crédito

Capítulo 39.º: El proceso monitorio

El proceso monitorio:

A) Concepto

B) Naturaleza

C) Antecedentes

D) Objeto y características.

Competencia y procedimiento adecuado

Petición inicial y documentos

Admisión de la petición, requerimiento de pago y posibles conductas del


demandado

La oposición del deudor y la transformación del procedimiento

La cosa juzgada

Capítulo 40.º: El juicio cambiario

El juicio cambiario
54

El laberinto de las llamadas acciones causal y cambiaria

a) Acción causal

b) Acciones cambiarias

Presupuestos de la pretensión cambiaria:

A) Relativos al documento título valor

B) Competencia

El juicio sin oposición:

A) Demanda

B) Admisión

C) Requerimiento de pago y embargo

D) Auto despachando la ejecución

La oposición cambiaria:

A) Tramitación

B) Causas de oposición

a) Procesales

b) Materiales

1) Cambiarias

2) Extracambiarias

C) Sentencia.

Capítulo 41.º: Las ejecuciones hipotecarias

Las opciones procesales del acreedor hipotecario

El proceso de ejecución común:

A) Partes y acumulaciones
55

a) Dirigido sólo contra el deudor

b) Dirigido contra el deudor y otra persona

1) El deudor y el tercer poseedor

2) El deudor y al fiador

B) Especialidades procesales

a) El propio de la LEC

b) El de la Ley Hipotecaria

El proceso especial de ejecución hipotecaria:

A) Presupuestos procesales

a) Precio de tasación de la finca

b) Domicilio para requerimientos y notificaciones

c) Competencia

d) Legitimación

B) Desarrollo de la ejecución

a) Demanda

b) Requerimiento de pago

c) Certificación registral y nota marginal

d) Dos notificaciones

e) Depósito o administración del bien

f) Subasta

g) Pago del crédito y destino del sobrante

C) Suspensión y oposición a la ejecución

a) Causas de suspensión

b) Oposición del ejecutado


56

1) Procesal o formal

2) Motivos de fondo

D) Remisión a juicio ordinario

El proceso especial de ejecución de la prenda sin desplazamiento de posesión.

Apéndice

La entrada en vigor

En general

En especial

Las disposiciones transitorias

La aplicación de la ley procesal en el tiempo

Procesos de declaración

Proceso de ejecución

Juicios ejecutivos

Proceso cautelar
57

PRÓLOGO

En abril de 1997 la Señora Ministra de Justicia tuvo la gentileza de


enviarnos el Borrador de Ley de Enjuiciamiento Civil y pronto comprobamos
que al mismo se le había dado una gran difusión, alcanzando a todas las
personas e instituciones interesadas, lo que suponía, sin más, un cambio de
actitud frente a cierto secretismo típico del “legislador” anterior.

Debemos reconocer que en aquel momento no dimos demasiada


importancia al texto remitido. A estas alturas del tiempo vivido hemos conocido
demasiadas iniciativas que no han pasado de la intención al hecho. Es verdad
que el Borrador lo era de un texto articulado completo, no de una proyectada
ley de bases ni de un acopio de materiales, pero el escepticismo, fruto obligado
de la experiencia, nos indujo a no confiar demasiado o, mejor, a esperar sin
esperanza acontecimientos.

El paso de unos meses, ni pocos ni muchos, los suficientes, nos


demostró que la iniciativa iba en serio. En diciembre de 1997 recibimos el
Anteproyecto y supimos que la difusión inicial había visto correspondida con
sugerencias y críticas. A partir de entonces las etapas se han ido cumpliendo
sin precipitaciones y sin demoras. El Gobierno aprobó el Proyecto el 30 de
octubre de 1998 y lo remitió al Congreso. En éste se presentaron 1.682
enmiendas, de las que la Ponencia admitió 702 en su Informe. La Comisión de
Justicia e Interior en el mes de julio y el Pleno en el de septiembre, celebraron
sus correspondientes sesiones, aprobando éste su texto en la de 23 de
septiembre de 1999. Remitido al Senado, en el mismo se presentaron 407
enmiendas, de las que la Ponencia ya no admitió en su Informe la mayoría,
celebrándose las sesiones de la Comisión el 23 de noviembre y del Pleno el 1
y el 2 de diciembre. Remitido el texto al Congreso, el Pleno de éste aprobó el
texto en su sesión de 16 de diciembre de 1999, publicándose la Ley en el BOE
de SEGUIR
58

En el mes de julio de 1999, cuando la Ponencia del Congreso presentó


su Informe y cuando la Comisión fue convocada para los últimos días de un
mes en el que no es habitual que los legisladores cumplan con su función, nos
convencimos de que la VI Legislatura vería la promulgación de una nueva Ley
de Enjuiciamiento Civil. En ese momento decidimos ponernos a trabajar con el
propósito, primero de estudiarla para conocerla y, segundo, de hacer a los
demás partícipes del resultado de nuestro trabajo.

Esta segunda finalidad se ha pretendido alcanzar en dos frente distintos.


Por un lado se ha tratado de seguir ofreciendo el manual, del que hemos
alcanzado ya la 9.ª edición y, por otro, de ofrecer al profesional del Derecho un
instrumento de adaptación a la nueva LEC, aprovechando la unidad de
esfuerzo. Al segundo frente responde este libro del que quisiéramos destacar
dos cosas:

1.ª) No es el producto precipitado, consecuencia de querer salir al


mercado lo antes posible aunque sea a costa de no decir nada útil para la
comprensión de una ley nueva. Esta actitud es incompatible con lo que hemos
demostrado a lo largo de muchos años de publicar libros, algunos de ellos
obras generales y otros comentarios de leyes nuevas.

2.ª) No puede dejar de ser una primera redacción en la que se intenta


explicar una ley de tan importante repercusión práctica y de tan trascendente
cambio sobre lo anterior, redacción que no puede hacerse en el vacío pero que
deberá ir seguida de otras en las que se cuente con la necesaria experiencia
en su aplicación.

* * * *

Una ley nueva y, sobre todo, una ley tan compleja e importante como la
de Enjuiciamiento Civil, exige, primero, atender a la misma ley, lo que ha de
hacerse con los instrumentos conceptuales conocidos, y, después, ver cómo se
está procediendo a su aplicación. Cuando la ley ha sido muy recientemente
promulgada el examen no puede llegar más allá del primer aspecto, pero el
59

mismo no puede hacerse sin el bagaje jurídico imprescindible para comprender


qué es lo que se ha cambiado.

Síntesis de la evolución procesal civil

La comprensión de ese cambio puede hacer necesario tener


conocimiento del origen del que se partía y de por dónde se ha pasado hasta
llegar a la nueva Ley. Este conocimiento pude sintetizarse en una evolución
que no debe olvidarse.

A) El juicio ordinario

El proceso civil español tiene su origen en Las Partidas (1265) que


supusieron la recepción del Derecho común. En esta concepción.

a) El proceso es un drama entre tres personas, dos partes parciales y un


tercero imparcial, en el que las primeras son “las dueñas de los pleitos”, y por
eso el proceso se inicia sólo cuando existe petición de una de ellas y avanza
por el impulso de las dos. Las partes tienen que disponer con toda amplitud de
los medios de ataque y defensa, sin limitación alguna, tratándose de acabar
para siempre con el litigio que las separa.

b) El procedimiento no puede dejar de ser complicado, lento y formalista


y, por tanto, de elevado coste. Si se han de ofrecer a las partes las mayores
posibilidades para su defensa debe admitirse todo aquello que la favorezca,
empezando porque los actos que realicen las mismas serán escritos.

En este sistema el solemnis ordo iudiciarius es el proceso único, en el


sentido de que no existen procesos especiales. Si el proceso exige que las
partes dispongan con toda amplitud de todos los medios de defensa, no cabe
regular tipos procedimentales en los que se reduzcan esas posibilidades;
independientemente de la materia que se debata en el proceso, las partes
tienen que tener los mismos instrumentos procesales de ataque y defensa.

El proceso común era el resultado de la razón natural, no el producto de


las decisiones de un legislador concreto. De esta arrancan, por un lado, la
creencia de que el rey no podía alterar la esencia del sistema y, por otro, su
60

gran prestigio y difusión entre los juristas, los cuales no se sentían sometidos a
decisiones ajenas. Las leyes del arte del derecho no podían ser modificadas
por el rey o por cualquier otro legislador, lo mismo que no podían ser impuestas
las reglas del arte de la medicina.

B) El proceso plenario rápido

Durante siglos la sociedad fue consciente de que ese modelo procesal


era ineficaz para solucionar algunos conflictos entre las partes y así se fue dar
lugar a un modelo procesal distinto, el del proceso plenario rápido, que triunfó
en el ámbito mercantil pero que no tuvo verdaderas repercusiones en el ámbito
civil.

a) En el ámbito mercantil se llegó a la creación de tribunales especiales


(los Consulados de Comercio) con un proceso propio, caracterizado
procesalmente por la simplificación y adecuación a la realidad del conflicto y
procedimentalmente por la oralidad.

La aparición de este proceso plenario rápido se explica desde la


imposibilidad conceptual de reformar de modo sustancial el proceso ordinario.
Si el solemnis ordo iudiciarius era la consagración de la razón natural y si el rey
no podía desvirtuarlo, la única solución consistía en crear un proceso distinto
para los conflictos entre los comerciantes, proceso que los juristas veían como
algo ajeno a ellos (tanto que en el proceso mercantil se prohibió la intervención
de abogados). Normalmente la fórmula utilizada para explicar este proceso era
que el prior y cónsules “lo libren y determinen breve y sumariamente según
estilo de mercaderes, sin dar luengas ni dilaciones ni plazos de abogados” o
“simpliciter et de plano, ac sine strepitu et figura iudicii procedi mandamus”.

b) En el ámbito civil hubo algún modesto intento de simplificación (se


redujeron los escritos de alegaciones de seis a cuatro, dos por cada parte, y se
limitó el número de hojas de cada escrito), que en la práctica fracasó por la
resistencia de los juristas, y el fruto más destacado fue la regulación del juicio
verbal (1534) para los asuntos de ínfima cuantía.
61

Los juristas de los siglos XVI, XVII y XVIII creían que el proceso ordinario
era el juicio tipo por excelencia y sobre él centraron todo el estudio. El proceso
mercantil y el verbal no merecieron su atención porque eran algo extraño a la
“razón natural”, a lo que se entendía consustancial con la defensa de las
partes.

El proceso mercantil se codificó en el Código de Comercio de 1829 y en


la Ley de Enjuiciamiento sobre los negocios y causas de Comercio de 1830,
pero, dada su supresión en el Decreto de Unificación de Fueros de 1868 y su
nula influencia en la codificación del proceso civil, no es preciso seguir
ocupándonos de él.

C) La codificación

En la primera mitad del siglo XIX se dictaron normas de gran importancia


para el proceso civil y en las mismas se apreciaron muy claramente dos
tendencias.

a) Una de esas tendencias era profundamente renovadora, pretendiendo


terminar con el viejo sistema procesal para sustituirlo por otro distinto. Los
renovadores dieron lugar, sobre todo, a la ley de 1838 reguladora del juicio de
menor cuantía y a la Instrucción del marqués de Gerona de 1853 que
modificaba el proceso ordinario.

El marqués de Gerona, ministro de Justicia durante unos pocos meses,


decía en la exposición de motivos de la Instrucción que “los litigios y
reclamaciones jurídicas son hoy el espanto y la ruina de muchas familias; son
un manantial perenne de escándalos, son la muerte de la justicia misma”. “El
verdadero cáncer de nuestras instituciones judiciarias son las deformaciones
ruinosas, el despilfarro y desbarajuste de la sustanciación, máquina de guerra
asestada contra la fortuna del infeliz litigante, o inmoral juego de suerte o azar,
donde frecuentemente triunfa de la razón la malicia, de la legalidad la astucia,
de la más sana intención el fraude y la codicia”.
62

b) La otra tendencia era conservadora de lo existente, manifestándose


convencida de que el sistema procesal era el mejor de los posibles, aunque
debían introducirse correcciones sólo contra las corruptelas de la práctica y
aumentar el número de órganos judiciales.

Esta segunda tendencia fue la sostenida por los colegios de abogados.


Frente a la Instrucción del marqués de Gerona el Colegio de Abogados de
Madrid publicó unas llamadas Observaciones en las que se lee: “Espíritus
superficiales, talentos tan limitados como audaces han declamado contra las
formas solemnes, lentas y complicadas de los juicios... en todos los pueblos
modernos y en todos los códigos de procedimiento (vemos) esa ritualidad
solemne de los juicios, esas dilaciones, que consideradas por algunos el
tormento de los litigantes, vienen a ser la principal garantía de la justicia... La
seguridad del juicio exige muchas solemnidades, y estas solemnidades, cuanto
más se multiplican, requieren más largas dilaciones; por el contrario, cuanto
más se apresura el juicio, cuanto más se limitan los plazos, reduciéndolos a los
que se reputan en hipótesis general, hipótesis muy falible, como estrictamente
necesarios para el ataque y para la defensa, más pierde el juicio en su
seguridad, más se merman sus garantías”.

1.º) La Ley de Enjuiciamiento Civil de 1855

La derrota de la Ley de 1838 y de la Instrucción de 1853 a manos de los


colegios de abogados llevó a la promulgación de la Ley de Enjuiciamiento Civil
de 1855, que redactaron los principales impulsadores de la segunda tendencia
y que perseguía “ordenar y compilar las leyes y reglas del enjuiciamiento civil”
con el fin de “restablecer en toda su pureza las reglas cardinales de los juicios
consignadas en nuestras antiguas leyes”. No se trataba de innovar, sino de
consolidar lo existente, y para ello se excluyó expresamente cualquier
influencia exterior, estándose únicamente a lo tradicional, a lo ya conocido por
el foro, de modo que la Ley se centró el viejo juicio ordinario que se conservó
como juicio de mayor cuantía.
63

La primera codificación procesal civil respondió, por un lado, a la


concepción política liberal (que no es mala inspiración para un proceso en el
que se debaten principalmente intereses económicos que son de la libre
disposición de los particulares), y, por otro, a las formalidades del proceso
común fundamentalmente escrito. Esta amalgama condujo a mantener el
modelo procesal del solemnis ordo iudiciarius, basado en la formalidad, la
lentitud, el elevado coste, y justificando todo ello con la vaga y general
referencia a la seguridad jurídica, a la defensa de los derechos.

2.º) La Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881

La desaparición del proceso mercantil supuso la necesidad de hacer una


nueva ley procesal civil. No se trataba, tampoco ahora, de innovar, sino sólo de
introducir las reformas inevitables, por lo que la Ley de Enjuiciamiento Civil de
1881 fue sólo una reafirmación de viejos errores.

En palabras de Goldschmidt “el proceso español es un recipiente liberal


del siglo XIX, en el que se vaciado el vino antiguo del proceso común de los
siglos pasados” (Derecho procesal civil, Barcelona, 1936, p. X); de Prieto-
Castro “un apego absurdamente exagerado a la tradición, que en materia
procesal no es admisible como material exclusivo de trabajo, ha hecho que
nuestra L. e. c. sea una resurrección del Derecho común en el siglo XX”
(Derecho procesal civil, I, Zaragoza, 1946, p. 39); o de Guasp “lo que el
legislador de 1880 tomó del proceso común fue su técnica arcaica e
insuficiente lógicamente dada la discordantia temporis, y afianzó esta técnica,
con sus defectos fundamentales, en pensamientos políticos de innegable
significación liberal” (Comentarios a la Ley de Enjuiciamiento Civil, I, Madrid
1943, p. 54).

Cuando en ocasiones anteriores hemos dicho que nuestro proceso civil


no es propio del siglo XIX y que la Ley de 1881 no lleva realmente en vigor más
de cien años, sino que tenemos un proceso del que deben buscarse sus
orígenes en el siglo XIII, no estabamos diciendo nada diferente de lo que otros
habían dicho antes. Tampoco hay exageración cuando se sostiene que la LEC
64

de 1881 supuso la traducción al castellano moderno de la mayor parte de


instituciones ya conocidas en Las Partidas y respecto de las que muy poco se
había alterado en los últimos siete siglos.

D) Los fenómenos de huida

Durante el siglo largo de vigencia de la LEC de 1881 se han producido


dos fenómenos muy significativos de huida que han puesto de manifiesto la
falta de adecuación a la realidad, primero, del juicio ordinario de mayor cuantía,
y, luego, de la propia Ley.

1.ª) Huida del juicio de mayor cuantía

Hemos asistido, en primer lugar, a una huida del juicio ordinario, que se
llamaba de mayor cuantía, de modo que el mismo al final había quedado
prácticamente excluido de la normal aplicación.

Los sucesivos legisladores parciales fueron conscientes de que el


proceso ordinario medieval, el que se asumió en la LEC de 1881 como juicio de
mayor cuantía, no podía seguir siendo aquél por el se tramitaban la mayor
parte de los asuntos, dada su extraordinaria complejidad, y poco a poco, por
medios de sucesivas elevaciones de las cuantía acabaron por convertirlo en un
“cementerio de elefantes” por el que se conocían muy escasos asuntos.

Debe, en este sentido, tenerse en cuenta que si en 1881 el tope mínimo


de la cuantía de un asunto que se tramitaba como juicio de mayor cuantía era
de 1.500 pesetas, en 1984 se elevó a 100 millones y en 1992 quedó en 160
millones de pesetas. Por este medio dicho juicio fue desapareciendo de la
realidad, pues son muy escasos los pleitos que superan esa cantidad. Acabó
así siendo el juicio normal el de menor cuantía, que si en el origen comprendía
los asuntos entre 250 y 1.500 pesetas, en 1992 pasaron a ser los de cuantía
entre 800.000 pesetas y 160 millones de pesetas. Además, a esa tramitación
se recondujeron los asuntos de cuantía indeterminada.

2.ª) Huida de la LEC


65

La huida más importante, con todo, fue la de propia LEC, lo que se hizo
a base de regular un número extraordinario de procesos especiales, que
supusieron una verdadera proliferación procedimental.

Este fenómeno de proliferación se ha considerado normalmente como


un defecto técnico procesal, centrándose su estudio en que el legislador, en
casi todas las leyes materiales, se ha sentido en la necesidad de irlas dotando
de un proceso específico, y ello hasta el extremo de que podían contarse por lo
menos cuarenta modos diferentes de tramitar los asuntos en primera instancia,
es decir, cuarenta procesos especiales.

El caso más claro de sinceridad legislativa fue el de la Exposición de


motivos de la Ley de Sociedades Anónimas de 1951, en la que se reguló un
proceso especial parta la impugnación de los acuerdos de la junta general. Se
decía allí que “si se quería evitar que la impugnación de los acuerdos de las
Juntas generales, como medio de garantizar los derechos de las minorías,
quedase reducida a una reforma platónica como necesariamente tenía que ser
subsistiendo la necesidad de acudir a un juicio declarativo de mayor cuantía
con sus instancias y un recurso de casación, para conseguir la anulación de los
acuerdos de la Junta. A tal fin se articula un procedimiento especial de
tramitación abreviada, que será aplicable mientras la reforma de nuestras leyes
de procedimiento no hagan innecesario el que ahora se instaura para estos
concretos fines”.

Pero la proliferación fue algo más que una cuestión de técnica procesal.
Supuso la configuración de tutelas judiciales privilegiadas frente a la tutela
judicial ordinaria que se prestaba por medio de los procesos de la LEC. En
efecto, la regulación de procesos especiales respondía, en la mayor parte de
los casos, a la existencia de fuerzas sociales capaces de lograr del legislador la
creación de tutelas propias frente a la tutela normal que se prestaba por los
procesos ordinarios. Determinados titulares de derechos (sobre todo del de
propiedad) y determinados grupos sociales (grandes acreedores), consiguieron
del legislador que sus asuntos no se sometieran a la tutela normal, y que se les
66

creara una tutela distinta, que por lo mismo sólo puede concebirse como
privilegiada.

E) Las reformas parciales

Junto a todo lo anterior deben tenerse en cuenta algunas de las


reformas importantes de la LEC de 1881. Su promulgación produjo una
importante reacción contraria doctrinal y práctica, que propuso su inmediata
reforma, pero el caso fue que la Ley se mantuvo alrededor de cincuenta años
sin que fuera objeto de modificaciones de importancia. En los años treinta del
siglo XX se produjo una segunda oleada de críticas que tampoco consiguió
frutos de interés.

Con la moda de los tiempos, y no faltando manifestaciones reformistas,


los años sesenta y setenta fueron de aspiración de dejar las cosas como
estaban, de no romper con el pasado, de mantener la tradición jurídica
española, de respeto a nuestro predecesores, y tanto fue así que en la
conmemoración del centenario de la LEC no faltó quien defendió su
mantenimiento con pequeñas reformas, imputando los males de la realidad, no
a la Ley, sino a algunos aplicadores de la misma.

La situación, con todo, se hizo insostenible en la realidad, sobre todo


como consecuencia del extraordinario aumento en el número de asuntos. La
LEC pudo hacer frente, mejor o peor, a una situación en la que la sociedad era
predominante rural y los conflictos eran los propios de la misma, pero se
manifestó profundamente inadecuada para solucionar los conflictos propios de
una sociedad urbana. Las nuevas necesidades exigían una nueva Ley, pero los
sucesivos legisladores prefirieron acudir a la técnica de las leyes de reforma
urgente y parcial de la LEC. Esa técnica se utilizó principalmente en las
siguientes leyes:

1.ª) La Ley 34/1984, de 6 de agosto, de reforma urgente de la LEC, que


en su Exposición de Motivos dijo responder “a las necesidades más
apremiantes” mientras se procedía, “con el cuidadoso tacto que requiere el
67

tratamiento de la ordenación del proceso”, al estudio del que “podría ser el


nuevo ordenamiento procesal”. En esta Ley el juicio de menor cuantía se
convirtió en el juicio tipo, desplazando al de mayor cuantía, aunque ello se hizo
a base de desnaturalizar a aquél que dejó de ser un plenario rápido.

2.ª) La Ley 10/1992, de 30 de abril, de medidas urgentes de reforma


procesal, en cuya Exposición de motivos volvió a decirse que la reforma del
ordenamiento procesal debía acometerse sin precipitaciones y ponderando
cuantos elementos confluyen en el proceso, pero volviendo a dejar para sine
die la verdadera reforma, contentándose con atender a aspectos de detalle y,
sobre todo, a procurar “quitar papel” de los tribunales.

Fracasadas las reformas parciales no quedaba ya más opción que


afrontar la redacción de una nueva Ley de Enjuiciamiento Civil. Esto es lo que
se ha hecho en la VI legislatura en la que, por fin, se ha promulgado una nueva
la Ley de Enjuiciamiento Civil.

El nuevo modelo procesal civil

Una ley o, mejor, un código, con 827 artículos que pretende expresar y
materializar, con autenticidad, el profundo cambio de mentalidad que entraña el
compromiso por la efectividad de la tutela judicial civil, no puede quedar
resumida en unas pocas páginas, siendo necesario su estudio completo para
llegar a percatarse de lo que realmente significa. Ahora bien, como es
necesario, para no decepcionar al lector, hacer un esfuerzo de síntesis,
conviene empezar por decir que lo verdaderamente importante en la LEC no
son los aspectos de detalle, por mucho que vengan impuestos por los tiempos
que corren (como sería el que las actuaciones orales en vistas y
comparecencias se registren en soporte apto para la grabación y reproducción
del sonido y de la imagen), pues esos detalles no hacen a la esencia del
cambio de modelo procesal pretendido. Es la pretensión de introducir un nuevo
modelo de proceso civil lo que hace que estemos ante una LEC nueva y no,
simplemente, ante una reforma y actualización de la vieja.
68

A) El juicio ordinario como plenario rápido

Las leyes de enjuiciamiento civil de 1855 y de 1881 se limitaron a asumir


como juicio tipo el proceso ordinario del Derecho común y, en torno al mismo,
se redactaron completamente. En ellas los juicios plenarios rápidos se
consideraron meras excepciones, reservadas para pocos asuntos y éstos de
poca importancia cuantitativa. La nueva LEC supone, por fin, la ruptura con
aquel proceso ordinario y toda ella se centra en dos juicios plenarios rápidos.
Independientemente de las palabras se trata de los ahora llamados juicio
ordinario (Libro II, Título II) y juicio verbal (Libro II, Título III). Después de siete
siglos el modelo del proceso común ha sido abandonado.

La idea de que el proceso requiere “fórmulas lentas, graves, solemnes,


complicadas y rigurosas a que el orden judicial debe sujetarse en el ejercicio de
sus funciones y que son garantía de seguridad para los litigantes y prenda de
acierto en los fallos”, que fue la defendida por el Colegio de Abogados de
Madrid en sus Observaciones a la Instrucción del marqués de Gerona, podía
tener sentido en un contexto social de tipo rural en el que los pleitos tenían
como objeto la propiedad y, sobre todo, la de la tierra, para los que el tiempo no
era un elemento trascendente. Esa idea es la que está en base de las dos
leyes de enjuiciamiento civil del siglo XIX y es la que se ha abandonado en la
nueva LEC.

El problema fundamental del proceso civil en las últimas décadas ha sido


el del aumento de la litigiosidad, que suele presentarse como un mal cuando es
sólo un síntoma de profundas modificaciones sociales. En efecto:

1.º) Durante siglos el proceso civil fue el instrumento con el que los
poseedores solucionaban sus litigios, de modo que los no poseedores
quedaban excluidos del mismo. Sólo determinadas capas de la población
tenían acceso a este proceso, lo que suponía un número no excesivo de
procesos que podían ser solucionados por una organización judicial reducida y
con pocos medios personales y materiales.
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2.º) En muy poco tiempo, prácticamente en los últimos cincuenta años,


han accedido a la justicia civil amplias capas de la población que antes estaban
excluidas de ella, en parte porque el número de propietarios ha aumentado,
pero también porque otros derechos han entrado en liza, como es el caso de la
responsabilidad extracontractual y, sobre todo, porque se ha convertido en
objeto principal de este proceso las reclamaciones de dinero basadas en el
crédito.

Hoy el proceso civil no es ya el medio para solucionar los conflictos


típicos de una sociedad rural, sino el instrumento con el que se tiene que hacer
frente a las conflictos propios de una sociedad urbana y así este proceso se ha
convertido en un fenómeno de masas, en el que el elemento fundamental del
mismo es su efectividad práctica. Si se lee el Preámbulo de la LEC se advertirá
que su idea base en la de la efectividad de la justicia civil.

La efectividad era algo ajeno al modelo proceso de la LEC de 1881 y hoy


tiene que ser el eje sobre el que gira el modelo procesal de la nueva LEC. Esa
finalidad es la que justifica que el modelo procesal sea el de los juicios
plenarios rápidos.

B) El papel del juez

El juez del proceso común y el juez de la concepción liberal propia del


siglo XIX era un juez neutral, en el sentido de que, aun pudiendo tener
facultades de dirección formal del procedimiento (por ejemplo, el impulso de
oficio), carecía de ellas respecto de la dirección material del proceso (por
ejemplo, no podía acordar medios de prueba de oficio). A lo largo del siglo XX
se ha asistido al enfrentamiento entre dos concepciones en torno al papel del
juez en el proceso civil, debate que nació sobre lo que puede denominarse
publicización del proceso.

El origen de este debate fue la Ordenanza Procesal Civil austríaca de


1895, que se ha presentado como el ejemplo a imitar en otros países. Por ese
camino siguió el Código Procesal Civil italiano de 1940, el Código Procesal Civil
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Modelo para Iberoamérica y diversos códigos de menos influencia, pero en los


que se ha asumido una concepción política de la que no siempre se ha
explicado su base ideológica.

Las bases ideológicas del legislador austríaco de 1895, enraizadas en el


autoritarismo propio del Imperio austro-húngaro de la época y con extraños
injertos como el del socialismo jurídico de Menger, pueden resumirse en estos
dos postulados: 1) El proceso es un mal, dado que supone una pérdida de
tiempo y de dinero, aparte de llevar a las partes a enfrentamientos con
repercusiones en la sociedad, y 2) El proceso afecta a la economía nacional,
pues impide la rentabilidad de los bienes paralizados mientras se debate
judicialmente sobre su pertenencia. Estos postulados llevan a la necesidad de
resolver de modo rápido el conflicto entre las partes, y para ello el mejor
sistema es que el juez no se limite a juzgar sino que se convierta en verdadero
gestor del proceso, dotado de grandes poderes discrecionales, que han de
estar al servicio de garantizar, no sólo los derechos de las partes, sino
principalmente los valores e intereses de la sociedad.

Naturalmente que en el mejor desarrollo del proceso civil está interesado


el Estado es algo obvio, y lo es tanto que no ha sido negado por nadie, pero
desde esta obviedad no puede llegarse, en el razonamiento posterior, a la
conclusión de negar la plena aplicación del principio dispositivo, pues ello
implicaría negar la misma existencia de la naturaleza privada de los derechos
subjetivos materiales en juego, ni la plena aplicación del principio de aportación
de parte en lo que se refiere, por un lado, a la determinación del objeto del
proceso y, por otro, a la libertad de la parte en la determinación de cómo se
defiende mejor su derecho.

La publicización del proceso tuvo su origen en un momento y en un país


determinado y se plasmó en una Ordenanza Procesal Civil que, al menos, debe
calificarse de antiliberal y autoritaria, y opuesta a su alternativa que es la
concepción liberal y garantista del proceso civil. El Código italiano de 1940, por
mucho que se haya querido sostener lo contrario, fue un código típicamente
71

fascista, inmerso en esa concepción política. El conceder amplios poderes


discrecionales al juez sólo se explica si al mismo tiempo se priva de esos
poderes a las partes, poderes que en realidad se resuelven en garantías de las
mismas en el inicio y en el desarrollo del proceso civil. No se ha destacado lo
suficiente que los códigos en que se han concedido mayores facultades a los
jueces se han promulgado precisamente en países y momentos en que esos
jueces eran menos independientes, de lo que ha resultado que, a la postre, con
la concesión de esas facultades se estaba favoreciendo la injerencia del Poder
Ejecutivo en la efectividad de los derechos subjetivos de los ciudadanos.

En los últimos años estamos asistiendo, primero, al reconocimiento de


que el aumento de los poderes del juez es algo propio de una ideología que
propicia el aumento de los poderes del Estado en detrimento de la libertad del
ciudadano, y, después, a la difusión de la idea de que el proceso civil se
resuelve básicamente en un sistema de garantías de los derechos de los
ciudadanos, en el medio jurídico para que las partes debatan en condiciones de
plena contradicción e igualdad los conflictos que los separan. Y ello sin dejar de
asumir la realidad social de la proliferación de los procesos y de la búsqueda
de nuevas soluciones.

No puede dejar de llamarse la atención sobre la contradicción lógica que


supone reducir los poderes del juez penal, con alusión a la imparcialidad del
mismo, pero en la aplicación de un Derecho como el penal, en el que no
existen relaciones jurídicas materiales penales, y por otro aumentar los poderes
del juez civil precisamente en la aplicación del Derecho privado, en el que
predomina la autonomía de la voluntad y la libertad en la conformación de las
relaciones jurídicas materiales

La LEC parte de una concepción que puede calificarse claramente de


liberal y en la que el principio dispositivo es su elemento determinante. Son las
partes las que han de determinar el objeto del proceso y la clase de tutela y al
juez no le incumbe investigar y comprobar la veracidad de los hechos
alegados. Quien pide la tutela judicial tiene la carga de determinarla con
72

precisión y de alegar y probar los hechos. Y sin embargo no faltan en la ley


algunos atisbos de la llamada publicización que responden, generalmente, a
enmiendas admitidas en contra del sistema.

C) Confianza en la justicia de primera instancia

En el viejo modelo procesal civil se partía, casi inconscientemente, de


que el proceso constaba de una primera instancia y de un recurso de
apelación, siempre y en todo caso, de modo que la sentencia de primera
instancia era sólo un paso inicial carente de eficacia práctica. En todos los
asuntos la sentencia que podía tener efectividad en la realidad era la dictada en
el recurso de apelación, y ello siempre que contra la misma no procediera
recurso de casación, pues si cabía tenía esperarse a la terminación de éste
para que pudiera hablarse de efectividad del derecho reconocido. Las partes y
los abogados “sabían” que hasta después de la apelación no podía hablarse de
utilidad práctica del proceso.

Es cierto que la Ley 34/1984 había introducido una aparente posibilidad


de ejecutar provisionalmente las sentencias de primera instancia, pero esa
ejecución, al depender de la prestación de caución, no llegó a convertirse en
algo habitual. Sólo los que disponían de dinero líquido o de facilidad en el
crédito podían de hecho pedir esa ejecución. Resultaba así que la prevista
legalmente ejecución provisional aprovechaba precisamente a los menos
necesitados de ella, pero no podían utilizarla los que precisaban con urgencia
de la efectividad del derecho reconocido en la sentencia de primera instancia.
Se estaba, una vez más, ante la aparente paradoja de que sólo los que tienen
dinero pueden pedir dinero a crédito o, en otros términos, de que los que no
tienen dinero y necesitan de la ejecución provisional no pueden lograr la misma
precisamente porque no tienen dinero.

La LEC introduce en la ejecución provisional una de las innovaciones


más importantes, y lo hace con una única frase: “sin simultanea prestación de
caución”. Todas las sentencias de contenido económico se declaran
provisionalmente ejecutivas y esta ejecución puede despacharse y practicarse
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sin que el ejecutante preste caución. El cambio es fundamental, pues supone


que la justicia de primera instancia adquiere efectividad, dejando de ser un
mero primer paso en el curso de un proceso que sólo tendrá consecuencias
prácticas como pronto después del recurso de apelación.

Estamos ante una opción política que puede renovar hábitos centenarios
de la justicia civil. Quien presente una demanda civil puede ya esperar que el
tiempo, el esfuerzo y el dinero empleado alcanzarán rentabilidad con la
sentencia de primera instancia; el que sea demandado debe empezar a tener
en cuenta que le resta sólo el tiempo que dure la primera instancia para tener
que cumplir con su obligación. La efectividad del derecho no queda ya diferida
a la terminación del recurso; éste ya no cumplirá la finalidad de demorar esa
efectividad.

No pueden desconocerse los riesgos que esta ejecución provisional


implican, pues la sentencia de primera instancia ejecutada provisionalmente
puede ser revocada. La opción política por la ejecución provisional tiene,
naturalmente, un precio que pagar, pero lo que debe preguntarse es si vale la
pena pagar ese precio, si la finalidad conseguida justifica el pago de ese precio,
y la respuesta no puede buscarse sólo en un caso en concreto sino atendiendo
al interés general.

D) El derecho a los recursos

La LEC pretende potenciar los grados o instancias procesales, la


primera y el recuso de apelación, y reducir el recurso de casación, que debe
dejar de ser el último paso habitual en la determinación del derecho en el caso
concreto. Por mucho que se haya sostenido en la doctrina y en la
jurisprudencia que el recurso de casación no es una tercera instancia, lo cierto
es que ante la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo se interponen al año
aproximadamente cuatro mil de estos recursos, y que ello supone que el
abogado y la parte ven en el mismo la culminación normal del proceso
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E) El proceso cautelar

Aunque en la LEC se elude la expresión “proceso cautelar” y se utiliza la


de “medidas cautelares”, se ha procedido, primero, a la admisión de este tipo
específico de tutela judicial, después se ha efectuado una relación de las
medidas cautelares posibles, en la que se incluyen medidas de aseguramiento
en sentido estricto, medidas de conservación y medidas de innovación, y, por
fin, se ha regulado un procedimiento único para la adopción de cualquiera de
esas medidas.

Se asume así de modo muy claro que la necesidad del proceso para que
al actor se le de la razón no puede convertirse en un daño para quien tiene
razón, dando carácter unitario y general a una clase de tutela judicial que se
considera una tercera subfunción de la jurisdicción. Estamos ante un verdadero
proceso cautelar, concebido como un tertius genus entre el proceso de
declaración y el proceso de ejecución, que es elemento determinante para que
la tutela judicial de los derechos sea realmente efectiva.

Buena parte del futuro de la justicia civil se encuentra en el desarrollo de


la tutela cautelar, en que los tribunales procedan a asumir esta tercera
subfunción, no como algo excepcional sino como algo normal. La LEC dota del
instrumento para eso sea posible.

* * * *

La promulgación de una Ley de Enjuiciamiento Civil es un


acontecimiento jurídico que tiene difícil parangón con la promulgación de otras
leyes o códigos. No cabe extrañarse, por tanto, que su solo anuncio produjera
gran repercusión en el mundo jurídico, pues nadie puede sentirse indiferente
ante ella, dados los grandes intereses de todo tipo en juego. Tampoco hay que
asombrarse de existan reacciones muy variadas, ni de que algunas de ellas
sea radicalmente contrarias e, incluso, entra dentro de lo que cabía esperar el
que algunas sean de descalificación total. Lo que hay que hacer es preguntarse
por la razón de ser de cada una de esas posiciones, de las favorables y de las
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adversas, pues muchas veces unas y otras se explican desde los intereses
específicos de la persona o del grupo y no desde la fraseología que se emplea.
Es obvio que nadie va a decir claramente que es partidario o contrario a la Ley
porque la misma le beneficia o le perjudica en sus intereses, y mucho menos
va a decirlo si esos intereses son económicos. En estos casos siempre se
acude a disfrazar el interés particular con el manto del interés general, pero hay
que saber descubrir lo que se oculta bajo el disfraz.

Lo imprescindible es que cada uno sea capaz de formarse una opinión


propia, resultado de su propio criterio, y para ello lo primero que hay que hacer
es conocer la Ley. Al servicio de ese conocimiento está este libro. Para la mejor
aplicación posible de la Ley se ha escrito.

Valencia,

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