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Pontificia Universidad Javeriana

Teoría de las Relaciones Internacionales

Nombre: Juliana Peña González


Agosto 21 de 2014

Cambio y complejidad: desafíos para la comprensión en el campo de las


relaciones internacionales

James N. Rosenau, profesor de relaciones internacionales en The George


Washington University, hace un esfuerzo por contribuir al nacimiento de un
nuevo programa académico, que además de acaparar el mundo en su
complejidad y cambio, se resista a las aproximaciones convencionales y
anticuadas del campo, con sus miles de tropiezos y obstáculos.
Lo primero y más importante de entender, es que el mundo relativamente
simple que solía analizar las relaciones internacionales ha cambiado. Ya no es
un conjunto de Estados que persiguen una seria de políticas exteriores y que
practica la diplomacia; ahora, nuevos actores, diferentes articulaciones,
revoluciones informativas, dinámicas de globalización, entre otros fenómenos
son evidencia de las continuas transformaciones y expansiones de la agenda
internacional.
En busca de un programa de relaciones internacionales que pueda dar luz a
estas dinámicas, es necesario recurrir al uso de la teoría. Sin importar qué tan
inexperto se sea como teórico, sin ésta no puede haber una comprensión
significativa de este campo. Sin embargo, existen tres obstáculos que dificultan
esta tarea. En primer lugar, se tiende a considerar la teoría como innecesaria al
estar únicamente orientados en el campo de las políticas públicas. En segundo
lugar, se identifica cierto rechazo hacia la necesidad de subir la escalera de la
abstracción, y la tendencia a quedarse en los escalones más bajos y cómodos.
Por ultimo, la propensión a mantener las investigaciones en las estrictas
barreras de cada disciplina, olvidando que, las relaciones internacionales
trascienden cualquier limite disciplinario.
Para el autor, aquellos bloques de construcción alrededor de los cuales puedan
desarrollar un curriculum tanto teórico como innovativo y relevante para las
políticas públicas, es necesario explorar y evaluar el concepto de cambio,
sistema, cultura, estructura, legitimidad, actores o agentes, Estados,
organizaciones no gubernamentales, movimientos sociales, individuos y
adaptación. Antes de esto, sin embargo, es necesario que ese programa sólido
habilite a sus estudiantes para precisar y definir sus valores y conclusiones con
respecto a estas perspectivas en competencia; es decir, establecer nuestra
propia identidad intelectual.
El primer concepto, y uno de los más trabajados, es el concepto de cambio.
Aunque es un concepto usado de forma ligera, y no es fruto de un acuerdo
generalizado, el cambio es imprescindible a la hora de cualquier análisis
internacional. Estamos en la edad de la transitología, y como tal hay una alta
gama de actores móviles sin límites claros que amplían indefinidamente el
campo de acción. En comparación con décadas anteriores, los cambios que
más deben interesarnos son los que implican diferencias de tipo más que de
intensidad. Así, es imprescindible no mencionar los cuatro cambios de tipo más
importantes a través de los años. La primera se refería a las estructuras que
sostienen a las estructuras de la política global; el segundo a las estructuras de
la economía globalizada del mundo; el tercero al margen de tiempo dentro del
cual se desarrollan los eventos y las tendencias; y el cuarto a la revolución de
las capacidades y las consecuencias de la acción colectiva.
El segundo concepto es el de la complejidad. Se refieres especialmente a la
consideración del periodo actual como turbulento, lleno de sistemas sociales y
políticos que están experimentando transformaciones profundas y que exhiben
todas las características de los sistemas complejos adaptativos. Para explicar
mejor esto, se refiere a la teoría de la complejidad, en la cual distingue un
sistema complejo adaptativo como un conjunto de partes interrelacionadas,
cada una capaz de ser un agente autónomo que puede tener un impacto sobre
otros; complejo en cuanto a la capacidad de los agentes de romper con las
rutinas e iniciar procesos de retroalimentación no familiares y adaptativo en
cuanto a la capacidad de los agentes para enfrentar los nuevos retos de forma
colectiva. Cuatro características fundamentales definen estos sistemas. En
primera instancian, la co-evolución con sus entornos a medida que se adaptan.
En segundo lugar, al ser adaptativos son capaces de auto organizarse para
convertirse en un todo ordenado, adquiriendo atributos nuevos. Tercero, son
susceptibles a que pequeños eventos lleven a grandes resultados. Y,
finalmente, las alternaciones pequeñas en sus condicione iniciales pueden
llevar a resultados muy diferentes.
La relación entre las colectividades y sus miembros y la explosión
organizacional, son dos procesos que ameritan ser tomados en cuenta, en
cuanto que, por ejemplo, los temas relacionados a los derechos humanos y al
medio ambiente han estimulado una gran parte de esos nuevos fenómenos, y
por tanto, resultan importantes y determinantes en el campo de análisis. A
medida que crece la población mundial, crece también la necesidad de
actividades compartidas para enfrentar problemas y ejercer presión para lograr
objetivos. Estas dinámicas se desarrollan en el área de las relaciones
internacionales, y sería imposible entender los nuevos eventos sin tenerlas en
cuenta.
Finalmente, Rosenau se refiere a lo que él considera la tensión principal que
impulsa los asuntos globales hoy. Dinámicas que no solo ocurren de forma
simultanea, sino que son también interactivas: la tensión entre fragmentación e
integración, entre globalización y localización, y entre descentralización y
centralización. Para explicar mejor este fenómeno, aparece el termino de
fragmegración, que yuxtapone los procesos de fragmentación e integración que
ocurren entre las organizaciones, comunidades, países y sistemas
transnacionales, para que sea imposible no tratarlos como interactivos y
casualmente relacionados. Este concepto especifica que los procesos
centrales de los asuntos globales no son inmutables, ni unidireccionales; por el
contrario, son frágiles y siempre vulnerables al retrocesos. Bajo esta
perspectiva, ya no hay distinciones entre asuntos domésticos y externos, lo que
genera que los problemas locales puedan volverse transnacionales o que los
retos globales puedan tener repercusiones para las comunidades pequeñas.

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