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Paradigmas

una revista disciplinar de investigación


ISSN: 1909-4302
Corporación Universitaria Unitec

Arte versus ciencia:


propuesta para la
construcción de un sentido
para la investigación
estético-artística
colombiana
David A. Acosta S.a

Resumen

Este artículo presenta una propuesta para el desa- a


Corporación Universitaria Unitec
rrollo del trabajo investigativo en el área de las artes ResearcherID: E-6410-2010
visuales y audiovisuales. Para lograrlo se expone una
rápida panorámica del trabajo de la investigación ar- CORRESPONDENCIA AL AUTOR
tística (principalmente en los países angloparlantes) dacosta@unitec.edu.co
de los últimos veinte años; una descripción de algu-
nos de los argumentos y contra-argumentos frente INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO
a la posibilidad de investigar en el arte; cinco cami- Recibido: 11.12.2008
Revisado: 25.08.2009
nos que se proponen para investigar en dicha área y, Aceptado: 22.09.2009
finalmente, algunas consideraciones sobre aspectos
puntuales de este tipo específico de investigación.

Este es un artículo de acceso abierto


distribuido bajo los términos de
Palabras clave: arte, ciencia, investigación estético- la licencia de Creative Commons
artística. Reconocimiento-No comercial- Sin
obras derivadas 2.5 Colombia, la
cual permite su uso, distribución y
reproducción de forma libre siempre
y cuando el o los autores reciban el
respectivo crédito.

Citación: Acosta, D. A. (2009). Arte versus ciencia:


propuesta para la construcción de un sentido para la
investigación estético-artística colombiana. Paradigmas,
[número especial], 48-72.

48 Paradigmas, [número especial], 48-72, (2009)


Arte versus ciencia

Art versus Science: Arte contra ciência:


a proposal for proposta para a construção
building a sense for de um sentido para a
aesthetic-artistic Colombian pesquisa estético-artística
research Colombiana

Resumo
Abstract
Este documento apresenta uma propos-
ta para o desenvolvimento do trabalho
This document presents a proposal for the de pesquisana área das artes audiovi-
development of research in the field of me- suais. Para isso apresenta um rápido
dia arts. It presents a quick overview of the panorama do trabalho da pesquisa ar-
work of artistic research (mainly in Anglo- tística (principalmente nos países anglo
phone countries) over the past twenty years; falantes) dos últimos vinte anos; uma
a description of some of the arguments and descrição de alguns dos argumentos e
counter-arguments against the possibility of contra-argumentos frente à possibili-
investigating art; five avenues proposed for dade de pesquisar na arte; cinco camin-
research in this area and, finally, some con- hos que se propõem para pesquisar em
siderations on specific aspects of this type of dita área e, finalmente, algumas consi-
investigation.. derações sobre aspectos pontuais deste
tipo específico de pesquisa.
Keywords: art, science, aesthetic-artistic re-
search. Palavras-chaves: arte, ciência, pesquisa
estético-artística

Paradigmas, [número especial], 48-72 (2009) 49


David Acosta

Presentación

Desde hace cuatro años la Corporación Universitaria Unitec comenzó


su camino hacia la construcción de su quehacer investigativo, expresado
principalmente por la creación del Sistema Institucional de Investiga-
ción y de un Centro de Investigación para cada
1. La Corporación está divida
una de sus tres Escuelas. Sin embargo, desde en tres escuelas, a saber:
la Escuela de Ingeniería,
el comienzo fue claro que las peculiaridades la Escuela de Ciencias
Económicas y Administrativas
de cada Escuela1 y de cada uno de los progra- y la Escuela de Artes y Ciencias
de la Comunicación.
mas dentro de éstas hacían necesario clarificar
y diferenciar la naturaleza de la investigación a desarrollar. Por ello se
decidió generar un sentido de lo que significa investigar en el campo
específico de las artes visuales y audiovisuales y es precisamente, dentro
de dicho marco, que se presenta a continuación una de esas propuestas
para tal área, conscientes, asimismo, de estar recorriendo un camino que
ya debe haber sido transitado en otras instituciones que han abordado
tal empresa.

Por otra parte, esta propuesta –desde su título mismo– también podría
enmarcase en la larga discusión entre las investigaciones cualitativa y
cuantitativa, en la que el arte tomaría el camino de la cualitativa mientras
que la ciencia representaría a la cuantitativa; sin embargo, por las carac-
terísticas mismas del arte como empresa humana y porque el entrar en
dicha discusión puede apartarnos de nuestro objetivo, se ha decidido
flanquearla (mas no evitarla) y abordar el problema de la investigación
estético-artística desde sí misma.

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Arte versus ciencia

Introducción

Si bien existe todavía una marcada tendencia positivista, no sólo en


nuestro país sino alrededor del mundo, que ve a la investigación tradi-
cional como la herramienta científica por antonomasia (y la única vá-
lida) y que, por ende, plantea un rechazo a cualquier otro modelo más
allá de los característicamente científicos (con grupos experimentales y
de control, análisis estadísticos, resultados mesurables, etc.), dicha situa-
ción ni le quita su validez intrínseca a la investigación artística y estética
ni significa que nunca será aceptada como tal; sólo muestra una obtu-
sidad de pensamiento que debe ser superada y la necesidad de buscar
diferentes alternativas para realizar investigación. Desde luego es una
postura difícil de cambiar, pero, como se verá a renglón seguido, existen
ya varias opciones y experiencias que dan una luz de esperanza.

Antecedentes

La investigación estético-artística2 parece ser en 2. Dentro de la Corporación


Universitaria Unitec se
principio muy limitada en nuestro país; salvo tra- ha decidido emplear la
denominación ‘investigación
bajos sobre la historia del arte en general –y de estético-artística’ para cubrir
el trabajo a desarrollar
sus diferentes expresiones particulares como el dentro de la Escuela de
Artes y Ciencias de la
arte precolombino o folclórico–, no existe una Comunicación, dado que ésta
última cubre programas cuya
mayor divulgación. Dicha labor se ha realizado labor pertenece a la esfera
estética y/o a la artística,
también muy restringidamente, en especial en a saber: Cine y Televisión,
Diseño y Producción Gráfica y
las universidades de Los Andes y Nacional de Publicidad.

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David Acosta

Colombia.3 Sin embargo, un examen más pro- 3. Para un recuento más


fundo nos muestra, por ejemplo, setenta y un detallado véase Ivonne Pini
(1991). La investigación en el
grupos de investigación reconocidos por Col- arte. En Carlos Gutiérrez (Ed).
La investigación en Colombia
ciencias que tienen al arte como su área de tra- en las artes, las humanidades
y las ciencias sociales. Bogotá:
bajo y las primeras publicaciones especializadas Editorial Uniandes.
como La investigación en artes y el arte como investi-
gación (Gómez & Lambuley, 2006) de la Universidad Distrital Francisco
José de Caldas, y La investigación en diseño gráfico: propuestas y aproximaciones
(Chaparro, 2006) de la Universidad Nacional de Colombia. Lo anterior
demuestra que el trabajo investigativo en este campo ha comenzado a
revisar y generar una perspectiva de desarrollo y, desde luego, que ya se
han dado los primeros pasos hacia la consolidación de éste.

Por otra parte, a tenor de las fuentes consultadas, el panorama no es del


todo diferente en el resto del mundo si se lo compara con el volumen
de las investigaciones de otras áreas. Desde luego, en ello toma parte la
relativa novedad de este tipo de investigación en la mayoría de los países.

Tal vez la única excepción ante lo anterior sea el caso cubano. Cuba tie-
ne una larga tradición en investigación artística (acompañada por un sis-
tema altamente riguroso y estructurado de enseñanza artística), la cual
se ha desarrollado, entre otros factores, gracias a que no ha enfrentado
esa carga negativa que en otras latitudes se ha interpuesto a su trabajo.

Pero en otros países, y comenzado con las tradiciones francesa y rusa


de la década de los setentas, la investigación artística (no literaria y di-
ferenciada tanto de la crítica artística y como de la historia del arte) no
aparecería sino hacia finales de los ochenta, concretamente en los países
anglo parlantes y en Europa noroccidental.4

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Específicamente en este último grupo, el caso 4. Entre los primeros casos


documentados están:
británico parece ser, no sólo el pionero dentro el Reino Unido (1988),
Australia, Canadá, Estados
del debate y la puesta en marcha de programas Unidos (alrededor de 1993)
y Finlandia (alrededor de
de investigación en dicho campo, sino también 1997), generalmente bajo tres
denominaciones alternativas:
uno muy similar al colombiano; así veámoslo ‘arts-based research’
(investigación basada en el
con mayor detenimiento por un momento: pri- arte), ‘arts-informed research’
(investigación informada por
mero que todo, hasta hace relativamente muy el arte) y ‘practice-based
research’ (investigación
poco tiempo se empezaron a ofrecer programas basada en la práctica
[artística]). Para una aclaración
de posgrado en artes y diseño (cf. Bird, 2000). de sus diferencias (Sullivan,
2006).
A decir verdad, no fue sino hasta 1988 que el

gobierno británico “invitó” a las universidades
5. El RAE (Research
a desarrollar este tipo de programas y proyectos Assessment Exercise-
Ejercicio de Evaluación de
de investigación en los campos artísticos, para la Investigación) es una
herramienta estatal que
que luego estos últimos competieran por finan- busca medir la calidad
de la investigación para
ciamiento a través del RAE.5 luego determinar quiénes
deben recibir más o menos
financiamiento.

Luego de un rechazo inicial, los académicos


ocupados en áreas artísticas y afines entendieron a la investigación tanto
como un medio para elevar el nivel académico de las artes visuales y
como una posibilidad para ampliar su corpus de conocimiento; además,
más tarde también fue claro que, al estar en su etapa inicial, existían
enormes áreas por explorar (cf. Bird, 2000). Así, pasaron de preguntarse
si era realmente necesario hacer investigación en arte a preguntarse por
el cómo realizarla.

El proceso de socialización y debate de dicha conceptualización previa


fue realizado por medio de conferencias interinstitucionales: la serie de
Conferencias Matrix, organizadas por el London Institute (1988-1999),
la Radical Conference (1994) coordinada por la Robert Gordon University

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David Acosta

y la Research and the Artist Conference organizada por la Ruskin School of


Art (Oxford) en 1999. Como puede verse, estos esfuerzos no sólo son
sorprendentemente contemporáneos, sino que demuestran una clara
necesidad y disposición de trabajar sobre el tema.

Pero el paralelo con nuestra situación no termina allí; en el Reino Uni-


do como en Colombia la “invitación” a investigar vino acompañada de
muy pocas o muy vagas directrices y de una escasa ayuda conceptual,
metodológica y financiera por parte de las agencias gubernamentales.
Asimismo, aún había una marcada tendencia hacia lo científico desde
una mirada eminentemente tradicional y excluyente; por ejemplo, a la
hora de la evaluación de un proyecto, sólo se aceptaba a un resultado
como producto de una investigación si podía “mostrar estar firmemente
localizado dentro de un contexto investigativo, estar sujeto al examen
y evaluación crítica e impactar o influenciar los trabajos de pares, las
políticas y la práctica [artística]” (Art and Design Panel, UK (2001), ci-
tado por Douglas, Scopa, & Gray, 2000). Desde luego, dicha definición
dejaba más preguntas que respuestas, lo que generó una multiplicidad de
interpretaciones y prácticas en la investigación en ese país. Finalmente,
estos primeros asomos enfrentaron la limitante (también conocida en
nuestro ámbito académico) de la mínima cantidad de artistas capaces de
embarcarse en proyectos de investigación.

Sin embargo, los puntos de convergencia acaban allí. La gran diferencia


entre los dos modelos estriba en que en el Reino Unido la investigación
artística, a pesar de sus comienzos difíciles, se ha desarrollado amplia-
mente. La ruta más utilizada ha sido la investigación basada en la práctica (ar-
tística): aquella empleada como un medio o, más bien, como una etapa
dentro de un proceso creativo, el cual genera un resultado innovador (la
obra artística).

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Además, fruto de la conceptualización consensual, se logró que no fuera


evaluada o trabajada obligatoriamente mediante el mismo esquema de
la investigación científica; en otras palabras, se reconoció la especificidad y
particularidad de las disciplinas y la necesidad de hacer investigaciones de alguna
forma “especiales”.

Por otro lado, un resultado que debe ser subrayado de la experiencia


británica es la financiación de los proyectos investigativos; si bien cuen-
tan con la ventaja de tener una institución gubernamental especializada
(la Agencia de Investigación en Artes y Humanidades –AHRB por sus
siglas en inglés–), los investigadores no se han apoyado sólo en ella; mu-
chas de las investigaciones han sido financiadas por otros organismos
tanto gubernamentales como no gubernamentales que tienen por obje-
tivo central el apoyo al arte (y no a la investigación).

La investigación y las artes visuales


y audiovisuales

Luego de este pequeño esbozo de la situación, y para comenzar con la


discusión en busca de un sentido para la investigación artística, la pri-
mera pregunta a realizar sería, ¿realmente es posible hacer investigación
en las artes visuales y audiovisuales?, ya que, ¿no es cierto que la investi-
gación y el arte son tan contradictorios que se excluyen? Esta pregunta
ya la hemos contestado en nuestra presentación de los casos cubano
y británico: no sólo es posible, sino que existen varios caminos para
desarrollarla, nuevas perspectivas para explorar y un cambio paulatino
(aunque lento) hacia la valoración de la investigación artística.

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Pero, se podría contra-argumentar, el que haya sido desarrollada no im-


plica necesariamente que deba serlo, así que, ¿es deseable hacer investiga-
ción en este ámbito, sobre todo si es claramente algo que no es tradicio-
nal de las artes?

La respuesta a esta pregunta es bastante sencilla: hay que hacer inves-


tigación en las artes visuales y audiovisuales por la misma razón por
la cual se realiza en cualquier otro campo: por el conocimiento. Si se
pudiera afirmar que no hay absolutamente nada nuevo que saber o que
producir (teóricamente hablando) en el ámbito de las artes, entonces no
habría cabida para la investigación. Pero desde luego este no es el caso.
Ahora, seguramente es un conocimiento que será obtenido, empleado,
interpretado y asimilado de forma diferente al conocimiento científico,
pero de igual forma necesitará ser alcanzado por procesos sistemáticos
y rigurosos de manera que éste le sirva a las artes.

Por otra parte, el argumento sobre que la investigación no es algo que


deba ser de la incumbencia del arte porque nunca lo ha sido, es tan
débil como aquel que plantea que una investigación artística que no
siga la metodología científica tradicional no es investigación. Como las
artes visuales (supuestamente) no han hecho nunca investigación, dicen
algunos artistas, entonces nunca deberían hacerla y ellos sólo deberían
preocuparse por lo que mejor saben hacer; como sólo la ciencia ha he-
cho investigación, dicen algunos científicos, entonces sólo ella debe-
ría hacerla. Es claro que estos dos planteamientos son realmente sólo
uno: el argumento de que exclusivamente lo que se ha hecho de forma
tradicional sirve y es válido. La obtusidad de lo anterior es claramente
patente y no creo que sea necesario hacer una disertación para negarlo.
Pero debemos aceptar que hay alguna verdad detrás de ello; lo que táci-
tamente se está expresando es algo mucho más difícil de negar; esto es,

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que cada disciplina tiene sus propias particularidades que no pueden ser
violadas; en otras palabras: zapatero a tus zapatos (o a tus obras, o a tus
investigaciones).

La diferencia que habrá que presentarse aquí para salvar el anterior obs-
táculo es: al entrar las artes visuales y audiovisuales dentro del campo de
la investigación científica se debe comprender que –como en cualquier
otra disciplina que ya haya recorrido tal camino– una cosa es la práctica
de la disciplina y otra muy distinta la investigación sobre ella (cf. Barfield &
Quinn, 2004). Así como hay psicólogos practicantes de su disciplina y
psicólogos investigadores, también habrá artistas practicantes y artistas
investigadores (sin que tenga mayor importancia por el momento cómo
se distribuyen los porcentajes en uno u otro caso). Por lo tanto, no
creo que nadie espere ver a todos los artistas emprendiendo trabajos de
investigación así como tampoco nadie espera ver a todos los geólogos
investigando, pero sí a profesionales y tecnólogos en artes con las herra-
mientas para tender más hacia la práctica o hacia la investigación.

Si se acepta lo anterior, la nueva pregunta que surge es, entonces, ¿cómo


debe realizarse una investigación en el campo de las artes visuales y
audiovisuales? Dos alternativas parecen las más deseables por algunos:

1) tomar los mismos modelos, herramientas y metodologías de la ciencia


y aplicarlas sin cambio alguno a temas artísti-
6. Realmente no creo que
cos (lo que pretende la ‘ciencia’6 que se haga); todos los científicos sigan esta
posición. Creo que más bien
es que los pocos que así lo
creen son los que más se han
2) alterar y “suavizar” la naturaleza de la inves- pronunciado, lo que no quiere
decir que sean la mayoría.
tigación de manera que se adecue al trabajo
que usualmente hacen los artistas.

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Desde luego estas dos alternativas son por demás extremas y defensi-
vas; sin embargo, el argumento central del presente documento es que
ninguna de ellas debe ser seguida. La primera alternativa es arrogante, al
plantear tácitamente que la ciencia (y sus métodos) son los únicos po-
seedores y obtentores del saber; por su parte, la segunda es facilista, al
pretender que el arte no necesita realizar ningún esfuerzo para investigar
(diciendo que el arte siempre ha investigado a su propia manera).

Asimismo, al tratar de aplicar los modelos y herramientas tradicionales


(de las ciencias duras) al campo estético-artístico, se traiciona a éste últi-
mo al tratar de hacerlo encajar donde no debe, no puede y no quiere (lo
que no quiere decir que necesariamente no deba, quiera o pueda, aspecto
que trataremos más adelante); y al tratar de adoptar visiones simplistas
e ingenuas de la investigación (como decir que investigar es simple y lla-
namente buscar información), se traiciona la naturaleza misma de ésta.
Es más, si se utiliza una definición más “suave” de investigación o una
sin la suficiente estructuración, simplemente se corre el riesgo de que
los proyectos que se desarrollen enfrenten aún más problemas (de los
que ya tienen) para ser considerados como investigaciones dentro de la
academia.

Detrás de estas posiciones (incorrectas desde nuestro punto de vista)


se esconde el gran choque entre el arte y la ciencia: la primera crítica a
la segunda por fría y alejada de la verdadera naturaleza humana y la se-
gunda a la primera por no ser objetiva. En efecto, parecería un choque
de opuestos, pero –hay que aceptarlo– también es un choque de egos:
científicos negando lo artístico y artistas negando lo científico.

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Arte versus ciencia

Pero el problema de abordar el tema desde este nivel es que terminamos


subjetivando la discusión; es decir, el choque entre arte y ciencia, no
debe ser un choque entre los científicos contra los artistas. Esto es, si
bien los científicos son los que han investigado y los artistas son los que
tendrán que trabajar en investigación y en su desarrollo, lo realmente
importante no es aumentar la credibilidad de los artistas como investiga-
dores a ojos de los científicos. Si los científicos nunca aceptan el con-
cepto de investigación artística y siguen viéndose como los bastiones
últimos de la verdad, para decirlo prosaicamente, ese es su problema, no
el de los investigadores en arte. Lo que debe preocupar a estos últimos
es que la ciencia, la investigación y el arte sean todos tenidos en cuenta.

¿Existe entonces alguna salida a esta dicotomía si realmente se quiere


lograr crear una investigación en las artes visuales? Desde la perspectiva
que hemos presentado arriba, la respuesta podría estar en algo simple:
respeto. El punto de vista que defiende este documento es que el éxito de
la unión entre arte e investigación yace en que ambas sean respetadas,
tanto en sus diferencias como en sus puntos de conexión. Desde luego,
los procesos de investigación en el arte y en la ciencia no son ni pueden
ser idénticos,7 pero tampoco pueden ser opuestos; simplemente tipos
diferentes de construir conocimiento. De tal 7. Lo que no implica para
nada una falla; como lo
manera, la investigación (como herramienta pa- plantea E. Eisner, incluso en
aquellos campos considerados
radigmática de la ciencia) debe respetar al arte y como “ciencias duras”, la
investigación no se trabaja
el arte también debe respetar a la investigación; de la misma manera (véase
Eisner, 2006, p. 9).
y eso es precisamente lo que las dos posiciones
que mostráramos arriba no logran.

En consecuencia, si se trata de superar la dicotomía ciencia-arte y dejar


de ver a la investigación artística como un oxímoron, hay que entender

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que ambas han estado en el núcleo de la vida humana desde que el


hombre es hombre; que ninguna de las dos puede dar cuenta de toda la
experiencia humana (y, por lo tanto, ambas son necesarias) (cf. McNiff,
1998, p. 15) y pasar así a buscar terrenos comunes de trabajo, tratando
de lograr nuevas formas de entendimiento.

Douglas nos proporciona una de las claves para lograrlo: “La praxis de
la investigación dentro del contexto académico es genérica a todas las
disciplinas y, por lo tanto, reconocible como un lenguaje a través de di-
ferentes disciplinas, si bien las metodologías específicas inevitablemente
variarán en relación con las preguntas planteadas” (Douglas, Scopa, &
Gray, 2000). Así, la investigación estético-artística no necesita desviarse
del camino de la investigación, sino realizar un proceso de aclaración,
sin que esto signifique abandonar los límites de la investigación. Por lo
tanto, no se trata de reinventar la investigación y su naturaleza intrínse-
ca, sino, más bien, replantear qué significan y cómo se manejan y arti-
culan dichos elementos dentro del reino de las artes, y determinar qué
métodos y herramientas se deben emplear.

Entonces, ¿cuáles son tales elementos que se han de cumplir para res-
petar a la naturaleza de la investigación? En general, se habla de la sis-
tematicidad, la objetividad, el rigor, la validación y la generalización de
sus resultados; pero más puntualmente habría que tenerse en cuenta las
características mínimas de la investigación científica:

a) La investigación –en sentido estricto– sigue una metodología espe-


cífica y sistemática. Tiene un objetivo claro y un desarrollo crítico,
riguroso y exhaustivo.

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b) Gira en torno a una pregunta, un problema o una hipótesis académica.


c) Se fundamenta en el conocimiento previo y, de tal manera, busca el
avance de las disciplinas.
e) Sus resultados deben ser socializables.
d) Genera una contribución nueva al conocimiento.

¿Puede la investigación artística observar lo anterior? Como se planteara


anteriormente, la perspectiva que presenta este documento es que efecti-
vamente la investigación en las artes puede cumplir con todo lo anterior
al precisar, desde sus características, cómo se entiende, expresa y articula
ello. Así, no es cuestión del qué sino del cómo, lo cual se enuncia en lo
que sigue.

Propuesta: la investigación
estético-artística
Según hemos desarrollado, para no apartarse de su propia naturaleza,
para no traicionar su esencia, la investigación artística debe dejar espa-
cio al proceso creativo como parte esencial de su proceso investigativo.
En otras palabras, la investigación sobre la imagen artística necesita una
perspectiva específica de las disciplinas que la estudian. Es así que se
pueden generar cinco caminos:
1) Investigación estético-artística con la creación artística como objeto.
2) Investigación estético-artística con la creación artística como fin.
3) Investigación estético-artística con la creación artística como con-
texto.
4) Investigación estético-artística con la creación artística como herramien-
ta.
5) Investigación estético-artística con la creación artística como medio
de formación en investigación.

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En la primera el acto creativo ya ocurrió (o está ocurriendo –la llamada


práctica reflexiva del autor/investigador–) y se realiza una exégesis del mis-
mo; en la segunda, el proceso investigativo genera, ayuda a generar o
fundamenta (da sentido) a un acto creativo. En la tercera, las artes son
el contexto que engloba la investigación; y en el caso de las dos últimas,
la creación artística se emplea para entender o para formar. Veámoslas
con más detenimiento.

1. Investigación estético-artística con la creación artística


como objeto

Este es el camino más obvio, si se quiere; es lo que han hecho durante


siglos los críticos, estetas, historiadores del arte, filósofos de la estética,
sicólogos y hermeneutas: analizar desde sus saberes particulares a las
obras de arte. Pero desde la perspectiva que hemos presentado, la in-
vestigación artística plantea un pequeño pero muy importante cambio:
quien investiga es el artista-investigador.

Ya no es un comentario externo sino un análisis interno. Incluso, en


la investigación de práctica reflexiva, el acto y el artefacto8 es investigado
directamente por su creador en el momento mis- 8. Tomo prestada de la
literatura anglosajona la
mo en el que ocurre. Es decir, es la reflexión y interpretación de la locución
‘arte-facto’ para referirse
crítica del autor sobre su quehacer, lo que se ha a la obra artística como
un “producto del arte” o
considerado como un prerrequisito de la más “producto creativo”.
exitosa práctica artística contemporánea (Dou-
glas, Scopa, & Gray, 2000). Así, frente a esa tradición de investigaciones
‘externas’ (y que sólo pueden partir luego que el artefacto ha llegado a
la luz pública), ésta le da la voz a quien hasta ahora había permanecido
callado: el artista mismo.

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Arte versus ciencia

Para Sullivan (2006) este tipo de investigación es, más que una opción,
casi un deber para los artistas –los cuales han delegado cómodamente el
trabajo de conceptualizar, defender y definir su trabajo a otros– porque
la naturaleza de la práctica artística ha cambiado sus responsabilidades.
La otra posibilidad es que el artefacto sea analizado por un otro dife-
rente a su autor; mas, de nuevo, la idea es que ese otro sea un artista-
investigador, quien, desde su mismo saber y horizonte de comprensión
analiza un acto artístico determinado.

Ambas variantes de esta investigación pueden tener objetivos diversos:


no sólo analizar artefactos, procesos creativos y prácticas artísticas ‘des-
de adentro’, sino también desarrollar nuevas formas para trabajar o ge-
nerar nuevas relaciones con el público de la obra.

Pero, a su vez, poseen una meta mucho más profunda: desafiar las pro-
fesiones para encontrar nuevas e innovadoras formas de creatividad, las
cuales, en sí mismas, son críticas y experimentales (Douglas, Scopa, &
Gray, 2000).

2. Investigación estético-artística con la creación artística


como fin9

En este caso lo que se busca es que el artefacto 9. Desde luego, estamos


considerando este tipo de
sea producto de un proceso investigativo pre- investigación dentro de un
campo netamente académico,
vio, el cual, como ya anotáramos, lo justifique, ya que somos concientes
que no aplica al campo de la
le preste auxilio o ayude a otorgarle sentido. Lo práctica artística.
importante aquí es que más allá del artefacto
final que se produzca (el cual, como creación artística que es, podría
impedir o evadir su evaluación), el proceso investigativo como tal es el
que debe cumplir con las características que antes anotáramos de siste-
maticidad y rigor.
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3. Investigación estético-artística con la creación artística


como contexto

También se puede dar una investigación que tenga a las artes visuales y
audiovisuales como el contexto que envuelve su tema de trabajo; este
es el caso, por ejemplo, de un diseñador que investiga nuevos materiales
para mejorar su posterior trabajo creativo o del publicista que analiza
las características socio-culturales de una población a quien dirigirá una
campaña. Lo interesante de esta aproximación es que permite trabajos
interdisciplinares en los que, para resolver preguntas hechas desde las
artes visuales y audiovisuales, se necesita la experticia de otras discipli-
nas (la sociología, la antropología, los sistemas, etc., e incluso las ciencias
duras).

Puede que en esta opción también se produzcan artefactos, pero a dife-


rencia de lo que sucedía con las opciones anteriores, éstos no son el eje
y objetivo último del proceso sino que pueden servir para demostrar los
resultados o como una personificación mucho más clara de las conclu-
siones frente a lo que puede dar el informe escrito final.

4. Investigación estético-artística con la creación artística


como herramienta

La investigación que emplea a las artes visuales como herramienta (arts-


based research) busca que éstas ayuden a encontrar nuevas perspectivas
de entendimiento para la complejidad presente en los contextos educa-
tivos. Así, se emplean a la creatividad y a las representaciones artísticas
para “capturar, reflexionar e indagar dentro de las múltiples realidades
que están siendo exploradas [dentro del contexto educativo]” (Sullivan,
2006). De tal manera, este tipo de investigación, con respecto a la inves-

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tigación educativa tradicional, considera múltiples formas de comunicar


las diversas posturas y entendimientos frente al fenómeno educativo.

5. Investigación estético-artística con la creación artística


como medio de formación en investigación

Finalmente, la investigación artística debe servirnos como el medio para


la formación de nuestros estudiantes, no sólo en lo investigativo pro-
piamente dicho, sino también para explorar y profundizar en su saber
disciplinar. Esta investigación formativa podría, por supuesto, tomar
cualquiera de las anteriores formas, ayudando a fomentar esa conciencia
de la necesidad de generar nuevo conocimiento. Ahora, y retomando la
pregunta con la que iniciáramos este apartado: frente a la investigación
tradicional, ¿cómo se articula y expresa lo anterior? Lo primero que
debemos plantear es que esperamos que, sobre la base de lo expuesto,
sea claro que no se trata de fusionar arte y ciencia, sino más bien de ponerlas
a trabajar en comunión. En ese sentido, el proceso investigativo debería
ser evaluado bajo sus parámetros y el proceso creativo por los suyos.
Así, la pregunta sobre si la investigación artística puede cumplir con
las mínimas características casi pierde relevancia, ya que lo investigativo
se convierte en un proceso articulado al acto creativo, antes, durante y
después de su configuración.

Más aún, desde la perspectiva que presentamos aquí, una investigación


artística bien podría utilizar las mismas herramientas, metodología, mode-
los y método de la científica. Especialmente en el caso 3 (pero incluso
en los dos primeros) se pueden plantear los diseños cuantitativos y cua-
litativos más tradicionales sin que ello vaya en detrimento de las artes o
del artefacto. Por ejemplo, se podría desarrollar un experimento bajo los
más altos estándares de la ciencia para determinar un factor perceptual

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y, luego, basado en dichos resultados, generar un artefacto que dé cuenta


de éste o que lo tenga en consideración. Desde luego en este caso se ne-
cesitaría un artista-investigador que tenga la capacidad para enfrentarse
a un problema de tal calibre, pero también se podría pensar en una in-
vestigación interdisciplinaria que pueda dar cuenta de éste.

Sin embargo, lo que sí debemos hacer es aclarar el manejo que se le


darán a las características básicas de la investigación y que, por demás,
implican las objeciones más grandes que comúnmente se esgrimen en
contra de la investigación artística:

1. Objetividad

La subjetividad del artefacto, tanto en su construcción como en su in-


terpretación, parecería ir en contra de la validación y de su verificación
dentro de una investigación en arte. Pero, desde mi punto de vista (por
demás ajeno), no hay tal. La objetividad que se debería verificar en una
investigación artística es el proceso investigativo y no el artefacto. El ar-
tefacto (por lo menos en cine y en diseño) tiene sus propias reglas de
validación (estética) y, por lo tanto, es intocable para una validación y
verificación ‘científica’. Dicho de otra forma, si está bien o mal logrado
desde un punto de vista estético-artístico, esto no le corresponde deci-
dirlo a la evaluación de la investigación.

Por otra parte, la subjetividad del mismo investigador, como cada vez
es más aceptado, es un factor que simplemente no se puede evitar. In-
cluso en la investigación cuantitativa a ultranza, todos y cada uno de los
investigadores tienen una serie de características (edad, condición social,
prejuicios, historia, etc.) que impregnan y alteran los resultados de sus
investigaciones. Así, investigadores (si bien principalmente cualitativos)

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Arte versus ciencia

han optado por presentarse ante los lectores de sus informes para pa-
tentizar dichos factores y sus posibles alteraciones en los resultados. De
esa manera, el que las artes visuales suelan tener una carga de subjetivi-
dad realmente no configura la mayor diferencia frente a la ciencia.

2. Validez

En la ciencia tradicional, el resultado de una investigación es válido, si y


sólo si, sus resultados se siguen, con el mayor grado de certeza posible,
respecto del proceso que los construyó. Es claro que esto no se adecua
plenamente a todo el espectro de las investigaciones artísticas. Pero, de
nuevo, el problema de la validez no debe dirigirse al artefacto sino al
proceso. En este caso podemos emplear procesos de validez de la in-
vestigación cualitativa. Por ejemplo E. Eisner (2006) propone a la vali-
dación consensual como una posibilidad; en ésta, varios investigadores
especializados se encargan de describir, interpretar y evaluar un objeto
de estudio, de manera tal que validen entre sí sus resultados plausibles,
al lograr un consenso.

3. Generalización

El problema de la generalización de los resultados se ha asociado por


tradición casi inevitablemente a cuestiones estadísticas y, por ente, de
manera exclusiva a la corriente cuantitativa. Pero, como ya ha sido de-
mostrado (Ercikan & Roth, 2006), está relación no es del todo exclusiva.
Investigaciones cualitativas también pueden lograr generalizaciones sin
necesidad de recurrir a elementos estadísticos. Obviamente, tales ge-
neralizaciones necesitarán un trabajo de construcción y, sobre todo, de
validación distintas, mas no imposibles.

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4. Resultados y su socialización

¿Cuál debe ser el resultado de una investigación en las artes visuales y


audiovisuales? Muchos dirán que el área de por sí implica la necesidad
de privilegiar por encima de cualquier cosa al artefacto como único re-
sultado válido. Incluso se podría argumentar que cualquier otra cosa
es ajena a las disciplinas (especialmente al diseño). Es así que cuando
Ralph W. Emerson dijo “lo que haces silencia lo que dices” trató de
expresar precisamente los límites del lenguaje para describir o traducir
la experiencia del reino del arte (McNiff, 1998). Esta limitante debe ser
reconocida y entendida, pero ello no significa que el lenguaje deba ser
totalmente despreciado como una herramienta de comunicación dentro
de las artes. Como bien lo expresa McNiff (1998), si bien se debe es-
perar crear nuevas formas para comunicar o expresar simbólicamente
los resultados de las investigaciones artísticas, el lenguaje es una herra-
mienta fundamental y necesaria; es más, la expresión verbal constituye
formas de arte (poesía, novela, dramaturgia).

Así, el lenguaje debe ser utilizado para expresar de la manera más pro-
funda lo que el arte ha logrado, mientras reconoce lo que simplemen-
te no puede expresar, de tal forma que entendamos que la creatividad
“puede ser definida como un reino donde todas las facultades trabajan
juntas y donde ningún modo es superior al otro” (McNiff, 1998). En
consecuencia, el reporte final de la investigación no tiene por qué verse
y entenderse como el mero resumen de un proceso. La fuerza de un tex-
to le permite ser también una herramienta creativa, que ayuda a reforzar
el trabajo del artefacto.

Pero la pregunta es, ¿qué tanto o hasta qué punto un artefacto da cuenta
del proceso investigativo? Como decíamos arriba, una objeción usual

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Arte versus ciencia

es que un texto escrito no siempre puede recoger o dar cuenta de las


complejidades de la actividad artística y creativa. Mas lo que se tiene que
tener en cuenta es que el objeto del texto no es tratar de reducir a pala-
bras la actividad artística (a menos de que sea el objetivo de una investi-
gación particular), sino reportar un proceso investigativo. La idea no es
reemplazar el esfuerzo artístico, reducirlo o traducirlo a otro lenguaje (el
escrito) sino simplemente que el texto sirva como un repositorio de las
experiencias, limitantes y logros de la investigación.

Seguramente un artefacto puede –tras una comparación con el trabajo


previo del artista/diseñador/publicista– mostrar un avance o una dife-
rencia cuantificable, o puede demostrar un nivel de calidad deseable para
el nivel en el que se encuentre el investigador (sea docente-investigador
o estudiante). Pero, sin un texto que lo acompañe, la investigación como
tal no se ve. En todos los modelos revisados, el producto final siempre
es un texto, como el medio natural de expresar y reportar el proceso de
investigación; y lo opcional es que éste esté acompañado de un artefac-
to. Desde luego, la naturaleza misma de las artes visuales y audiovisuales
es multimodal y, por lo tanto, muchos proyectos 10. Un lector desprevenido
siguen tal característica produciendo artefactos podría esgrimir que un
artefacto también puede
y textos. Además, y para ser coherentes con el llegar a ser textual y que un
texto no necesariamente es
discurso previo, si hemos de respetar tanto a la algo escrito, y desde luego
que tendría razón, mas no
investigación como a las artes visuales, el resul- creo que sea necesario hacer
diferenciaciones entre ‘texto’
tado final debería ser tanto un artefacto (para- yesgrimidas
‘artefacto’ más allá de las ya
para aclarar los
conceptos (Frascatti manual.
digmático del arte) como un texto (paradigmáti- París: OECD, 2002, p. 18)
co de la investigación).10

Ahora, dependiendo del tipo de estudio, la construcción del texto no


necesariamente debe ser entendida como la última fase del proyecto;
también puede ser desarrollado paralelamente o como parte del proceso

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de investigación, generando un “diario de campo” o una herramienta


del proyecto mismo. El último punto a tener en consideración sobre
los resultados no textuales de una investigación artística tiene que ver
con su socialización. Dado que, como resultados finales que son, dichos
artefactos deben ser presentados para su evaluación por la comunidad
académica y disciplinar, se deben crear espacios y/o medios para permi-
tir el acceso fácil a estos productos. Es decir, se debe buscar la forma de
guardar y mantener a disposición del público los trabajos que se produz-
can de manera que se mantengan accesibles a quien los requiera.

A manera de conclusión
Seguramente la investigación en artes visuales y audiovisuales tendrá to-
davía muchos prejuicios científicos y artísticos que superar y mucho tra-
bajo por clarificar (cuestiones epistemológicas, maneras de evaluar los
resultados, modelos definidos, etc.) antes de obtener la credibilidad que
quisiéramos que alcanzara. Pero, la mejor forma de cambiar las actitudes
frente a la investigación artística es, como lo plantea Eisner (2006, p. 17),
simplemente potenciar la calidad de las investigaciones que se realicen:

La calidad de nuestro trabajo [como investigadores de la imagen] es,


por mucho, nuestro vehículo más confiable para asegurar el futuro
de la investigación artística. (…) Lo que se necesita son personas
que puedan comunicar su experticia, lo cual es lo que requiere un
correcto trabajo colectivo. La investigación artística también preci-
sará de personas que sepan crear películas, videos, narrativas, textos
literarios, pero que también sepan crear otros tipos de textos. Ne-
cesitamos ampliar la serie de formas de representación que pueden
ser usadas al desarrollar investigaciones y la investigación artística
debería servir como un ejemplo de cómo esos usos son desarrolla-
dos y de cómo son empleados.
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Así, más allá de las críticas y objeciones que se han alzado existe ya
la suficiente experiencia en este campo como para no dudar que tiene
porvenir.

Agradecimientos

A Pedro Morales, Ph.D. (Corporación Universitaria Unitec) y Adyel Quintero, Ph.D.


(Corporación Universitaria Unitec) por sus valiosos comentarios ante este documento.

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