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términos más precisos, ¿es posible hallar anomalías en procesos tan avasallantes como
que, en países como el nuestro, hacen que sea imposible cumplir el lema tan apreciado
por el individuo: ―hazte apreciar por tu amo lo suficiente como para que él te libere‖.
Para abrir esta posibilidad, queremos analizar cruces desconcertantes entre la ciencia,
1
Politólogo. Investigador de la Línea de Socialización y Violencia del Instituto de Estudios Sociales
Contemporáneos (IESCO). Agradezco a Franz Hensel y Zandra Pedraza por los valiosos comentarios, y
especialmente a Mónica Zuleta por todo el apoyo brindado.
2
Ver al respecto el consenso liberal en las ciencias sociales predominantes, en torno al carácter ―pacífico‖
y en gran medida ―civilizatorio‖ del pacto del Frente Nacional (1957-1974), que en sus términos habría
contenido la violencia bipartidista de mediados del siglo XX en Colombia (Palacios, 1995: 239;
Gonzalez,1997: 397).
domesticación de la violencia, fungiendo a su vez como signo de una supuesta
Durán, uno de los fundadores de la revista Mito —insignia de la crítica ilustrada a las
social, indagamos por una travesía que no conduzca a la tranquila senda del progreso
Abordaremos entonces uno de los síntomas de esos cruces inestables a partir del cual
constituye un intento entre otros que retaron el predominio de las prácticas liberales y
comunistas, propiciando experiencias colectivas sin partido en las que confluía una
Así, Camilo Torres hace parte de la secuencia de figuras imperdonables que pueblan
nuestra conformación colectiva, por lo cual discernir la fuerza maldita de este tipo de
personajes, las conjunciones y escisiones que provocaron, a nuestro modo de ver abre el
camino no para escrutar un alma, sino para provocar una problematización en torno a
XX en Colombia.
en diversas burocracias estatales, se provocara una conmoción de lo social, por fuera del
Mesa, 2002). Para ello, es necesario desplazar la pregunta a otro ámbito, más ambiguo,
menos certero: el terreno de la verdad y sus relaciones con el sujeto, entendiendo este
3
El Frente Unido fue un movimiento contestatario, abstencionista y transversal de fuerza inusitada, que
aglutinó durante el año de 1965, sectores estudiantiles, campesinos y obreros, tendencias radicales del
liberalismo y los denominados ―no alineados‖ con los partidos liberales y conservadores, e incluso de
sectores del Partido Comunista (Cfr. Proletarización, 1975). Por su parte el ELN, inaugurado en 1965,
recoge sectores del bandolerismo y las guerrillas liberales, así como del liberalismo radical, y hace eco de
la perspectiva foquista revolucionaria que emerge a partir de la Revolución Cubana, movilizando
prácticas disímiles a las comunistas.
Aclaramos de entrada que el sujeto no es el origen o portavoz de la verdad; es
sujeto es lo que existe de una verdad en fragmentos limitados‖, es decir, ―es lo que una
verdad transita o ese punto finito a través del cual, en su ser infinito, la verdad misma
pasa o transita. Este tránsito excluye cualquier momento interior‖. (Badiou, 1988: 93;
1999a: 24). El encuentro entre ambos es azaroso, impredecible (no es posible para el
sujeto anticipar la verdad, dado que ésta es solo su ―dimensión local activa‖). Por fuera
forzamiento de lo real, explicitando la disputa por otro tipo de relación con el mundo, la
constitución subjetiva en una época determinada, lo cual implica aludir a algo más que
se trata, entonces, de un juicio a su vida, sino un análisis de las relaciones y pasajes que
de su carácter como individuo. Para ello, es necesario dudar de ese supuesto momento
A nuestro juicio la historia del sujeto, por el contrario, procede por dislocaciones, por
cesuras que pueden ser ligadas a través de trayectorias. A su vez, las líneas que
conforman esas travesías dejan entrever el sujeto como aquello que aparece poblando el
mundo una vez el individuo perece, articulando de este modo una crítica que confronta
con el dictamen de nuestra época, se volvió impronunciable. Para el caso que nos ocupa,
revolucionario, demarca parte de ese trayecto que, como veremos, señala algo distinto a
palabras,
necesario que fuera eficaz, entonces vi que era necesario unirlo a la ciencia, y
paternalismo, sino que había que organizar a nuestra sociedad en una forma
4
En esa vía, ―somos así mismo contemporáneos de una segunda época de la doctrina del sujeto, que ya
no es el sujeto fundador, centrado y reflexivo, cuyo tema circula desde Descartes a Hegel y sigue siendo
todavía legible hasta Marx y Freud (y hasta Husserl y Sartre). El Sujeto contemporáneo es vacío,
escindido, a-sustancial, irreflexivo‖ (Badiou, 1999a: 11).
De esta manera, haciendo énfasis en las travesías acudimos a la pregunta esbozada
será el interrogante crucial del presente texto, que retomamos de la propuesta de Alain
Badiou, el cual nos desplaza desde una constatación del sujeto, entendido como dato,
hacia la idea del sujeto como excepción, como un efecto raro del enfrentamiento de las
fuerzas sociales. A contravía de la idea de una abundancia del sujeto (el llamado “giro
una época.5
postularla más bien como un síntoma. Como veremos, estamos frente a las convulsiones
cúmulo de fuerzas sociales que dan cuenta de un proceso colectivo. En efecto, la amplia
bibliografía escrita desde distintos sectores sociales en torno a Camilo Torres, devela el
presentación de una perspectiva sobre lo secular por fuera de una oposición irreductible
5
En una vía similar Félix Guattari afirma que ―el sujeto no es evidente; no basta pensar para ser, como lo
proclamaba Descartes, puesto que muchas otras formas de existir se instauran fuera de la conciencia,
mientras que cuando el pensamiento se empeña obstinadamente en aprehenderse a sí mismo, se pone a
girar como una peonza loca, sin captar ninguno de los territorios reales de la existencia‖. (2000: 21-22).
entre ciencia y fe (bajo el emblema ―Religión contra Estado‖), culminado en c) una
época, para el cual el sujeto insumiso se volvió imposible, y la idea de verdad resulta
de Alain Badiou,
A contrapelo de todo el juicio pronunciado, esa pasión, la del siglo XX, no fue en
modo alguno la pasión por lo imaginario o las ideologías. Y menos aún una pasión
mesiánica. La terrible pasión del siglo XX fue, contra el profetismo del siglo XIX, la
con el desastre de ―La Violencia‖ (la Iglesia Católica) y al principio, inclinación por la
el gobierno de las almas y los cuerpos, y no sólo por su conversión a lo ilícito, lo vil y lo
insurgente. En ese sentido nos interesa analizar cómo ese ataque generalizado a la
excesivo), o del simple influjo externo (impacto de la Revolución Cubana): no hay lugar
historias sobre el sacerdote revolucionario intentan borrar, o por lo menos debilitar, esta
emergencia azarosa del sujeto, manteniendo el yugo del individuo, pues es insoportable
descifrada por los instrumentos de conocimiento adecuados (no existe una verdad
de saber si el sujeto cumple o no lo que enuncia (de esa búsqueda, creemos, se deriva
propio o tal vez ―auténtico‖ en relación con las condiciones de una época, en la
búsqueda del pensador. En esa vía, no se trata de una ―incomprensión‖ que necesita ser
rectificada; Camilo Torres no es, entonces, un ―profeta desoído‖, como sugiere Walter
Subjetividad y verdad, no historia de un alma. ¿Cuál es, entonces, el lugar del sujeto
inconsciencia, de lo verdadero‖. (Badiou, 1999a: 436-437; 1999b: 15). Por otro lado, la
resignificar la noción de verdad para expiar las angustias y horrores de una vida, y
juzgar de otro modo las equivocaciones personales que en el límite devinieron en terror
6
El cierre de la verdad, su clausura —desligándola del orden azaroso de aquello que adviene—, es lo que
la liga a la catástrofe, pues como afirma Badiou, ―todo desastre tiene, en su raíz, una sustancialización de
la Verdad, o sea el pasaje ‗ilegal‘ de la Verdad como operación vacía a la verdad como llegada o
advenimiento en presencia del vacío mismo‖. (2003: 65; 2004: 55).
apuesta tiene que ver con desligar al individuo del proceso de emergencia y circulación
de la verdad.
En esa vía, en vez de oponer unas verdades a otras, señalando diferentes grados de
certeza, recreamos algunos trazos de los procesos que hacen que la verdad tenga una
suma, se trata de discernir cuáles son las condiciones bajo las cuales ésta puede advenir.
real.7 Sabemos, sin embargo, que los lazos entre la verdad y lo real no están signados
por la tranquilidad, pues ―siempre se produce la violencia de un signo que nos obliga a
buscar, que nos arrebata la paz. La verdad no se encuentra por afinidad, ni buena
voluntad, sino que se manifiesta por signos involuntarios‖. (Deleuze, 1970: 25).
análisis inquiere por los procedimientos a través de los cuales se subjetiva una época y
las verdades que es capaz de enunciar una sociedad. De esta manera, si lo que destruye
personalidad del caudillo en el caso de Camilo Torres, la pregunta que surge es acerca
de qué verdad es capaz un sujeto. En otras palabras, ¿cuál es el pasaje abierto por esa
constitución subjetiva?
Para el caso que nos ocupa, con la secularización no estaríamos ante el advenimiento
nuestra supuesta insuficiencia colectiva, como signo de rezago ante el avance secular
7
De acuerdo con Badiou, ―la verdad no es ella misma lo real; es el proceso por el que el régimen de lo
real es modificado. Es una activa transformación de lo real, un movimiento de lo real‖. (Manuscrito
inédito de Teoría Axiomática del Sujeto, Notas del curso 1996-1998 citado por Peter Hallward, 2003: 15).
Mito— quienes ante el avance incontenible de ―el hombre común e innumerable‖ se
¿Puede alguien ser una excepción?‖ (Téllez, 1966a: 86). Por el contrario, nuestro modo
creemos que puede subjetivarse cualquiera; es algo que le pasa a alguien, algo que nos
pasa.8 Por ello lo que advino no fue lo esperado: antes que un individuo pacificado por
las fuerzas de la socialización liberal, nos enfrentamos a una conmoción en el lazo con
Hemos señalado que la idea del sujeto como trayectoria y apertura de un pasaje,
medio (Cfr. Cataño, 1987). De esta manera, entonces, la disputa a nivel del saber no
¿cómo una sociedad se produce a ella misma a través del conocimiento —científico—?
Por eso la inquietud para nosotros gira alrededor de qué mecanismos propició el
―positivismo‖ en ese momento en el país, lejos de entender ese proceso como una
8
―La mayoría, en la medida en que está analíticamente comprendida en el patrón abstracto, nunca es
nadie, siempre es Alguien —Ulises—, mientras que la minoría es el devenir de todo el mundo, su devenir
potencial en tanto que se desvía del modelo‖. (Deleuze y Guattari, 2000:108).
captura ejercida desde la política del desarrollismo sobre el proceso de transformación
radical del orden. La pregunta se instala entonces en las convulsiones de lo real, más
allá de la denuncia de los lazos de complicidad del saber con determinadas políticas. En
Dado que se trata de un análisis de las relaciones en las que se insertó y las que
desencadenada, la pregunta queda situada por fuera de la idea de autor que moviliza la
historia de las ciencias (Cfr. Parra, 1993). Cabe anotar, además, que el ingreso de esas
como la unidad del objeto científico, como pasaje necesario para la conformación de
En esa vía, la pregunta por las relaciones nos lleva a desconectar la práctica de la
uno de los ejes que estructuró la dirección de la Facultad, mas no el único— (Cfr.
del pensamiento y sus efectos sociales: la peculiar relación establecida entre el Estado y
el conocimiento en Colombia se había transformado a mediados del siglo XX, en un
Abel Naranjo Villegas, el Parlamento ya no era ―la academia donde se debatían los
Para Naranjo Villegas, en el siglo XIX ―se movían allí vagamente los espíritus en el
concreto no había aparecido con la presión emergente de nuestro siglo‖. (1963: 104). El
concreto. Estamos entonces frente a lo que Hernando Téllez denominó en ese momento
entre el Uno y el Otro, parece que varias catástrofes se consuman‖. (1966b: 107). Por
nuestra parte, nos interesa rescatar la transformación en los modos y las prácticas, y no
sociedad. Lo que sucedió, a nuestro juicio, no fue el fin de la era ―ideológica‖ atada a la
lucha entre los partidos Liberal y Conservador, sino la agudización de la disputa por la
polémica encontramos dos vías distintas que constituyen, a su vez, dos modos distintos
―desde arriba‖, planteaba una relación de corte con el pasado. En efecto, los ecos del
esfuerzo por erradicar las persistencias del orden colonial, emergerán nuevamente en la
discusión sobre la conformación y dirección del Estado a mediados del siglo XX. Al
vinculado Camilo Torres como director del Instituto de Administración Social (IAS),
condensa parte del sentido de la transformación social que se estaba gestando, dentro de
―personalidad del escribano español que trajo y perpetuó Gonzalo Jiménez de Quesada‖,
entrabar, con increíble destreza, el ejercicio de los derechos ciudadanos‖, por lo cual la
9
El Instituto de Administración Social tenía como función ―la formación y el adiestramiento de los
funcionarios encargados de desarrollar la política social del Estado [la] función de investigación acerca de
los problemas sociales y de las estructuras administrativas llamadas a enfrentarlos‖, la ―preparación del
personal para la Reforma Agraria‖, la capacitación en torno a la ―acción comunal, educación, vivienda,
justicia‖, y ―comenzó por determinar el campo de la administración social, encaminada a combatir los
flagelos de la pobreza, la inseguridad, la ignorancia y a promover el desarrollo social, por la acción
concertada del individuo y el Estado‖. (Nannetti, 1963a: 35-36).
―simplificación y ahorro en los trámites y procesos administrativos significa una
La segunda vía consideramos que abre la posibilidad de concebir otro camino para
con lo demandado socialmente (es allí donde opera la construcción de otra verdad).
Presenciamos entonces una nueva relación entre la técnica y la política, que Torres
definió como otro modo de relación entre lo ―popular y lo técnico‖, contraria a la idea
12).
10
De acuerdo con el sacerdote Gustavo Pérez, del Centro de Investigación y Acción Social (CIAS), en
Colombia la relación del campesino con la técnica se basa en ―una fe ingenua. El contacto dirigido por los
que somos responsables de la realización de la Doctrina Social de la Iglesia podrá canalizar
constructivamente la riqueza espiritual de nuestros campesinos y evitar que el contacto con la técnica
inicie un mecanismo de descristianización y cambios negativos en el comportamiento religioso‖. (S/F: 9).
Lo anterior va aparejado con la puesta en relación del ―positivismo‖ con las
exhaustiva o revelación de los fenómenos sociales, y a su vez las políticas del Estado,
En esa medida, lo que se abre con el nombrado fin de la era ―ideológica‖ ligada a las
desde las práctica positivista, conduce, de acuerdo con Torres, a una postura
―anticientífica‖ que no remite sólo a una falta de rigor o a una operación intelectual
inadecuada. Dado el lugar social ocupado por la ciencia, lo anterior implicaba para el
sacerdote una actitud ―antipatriótica‖ y de ―traición‖ por parte de la élite (1961). Por
esta vía, entra en debate el carácter moral de la técnica; de esta manera, y llevando al
ciencia la potestad sobre la verdad, se desata su vínculo íntimo con ésta, para así
desprivatizarse.
Consideramos entonces que parte de lo que generó este diagnóstico fue una serie de
efectos hasta cierto punto impredecibles, propiciando otros modos de hacer. Para
discutir brevemente esto, recurrimos a un momento de cruce entre la gestión del Estado
y las prácticas del conocimiento vigentes en esa época, a través de la puesta en marcha
en 1957 del programa de Acción Comunal. Éste contó con la participación decisiva de la
Borda y Camilo Torres desde la dirección del Instituto de Acción Social (IAS) de la
de convergencia entre las ciencias sociales y las prácticas estatales a través de la ESAP,
conjunción entre política estatal y usos novedosos del conocimiento, llevó al límite las
congoja moral ante la imposibilidad de la acción individual (como suele ser presentado
por fuera del encuadre de la instrumentalización, que habría operado, de acuerdo con la
es posible plantear otra lectura, a contravía de propuestas nostálgicas, con respecto a las
transformaciones operadas a nivel del sujeto. Nos interesa mirar los efectos de la Acción
como parte de las prácticas que conforman aquello que se unifica y se nombra como
Estado.
través del cual emerge la conciencia y la ―ilusión privada‖ del yo, entendido como el
vestigio colonial, sino establecer otra relación con lo antiguo, sin considerarlo como
caso,
por regla general han sido ignorados por las clases dominantes. Para la élite,
11
Ver cómo en la época ―esa inmensa mayoría de gentes que va significada en la expresión ‗todo el
mundo‘, le fascinan las ceremonias y los placeres colectivos, los festivales comunitarios, las paradas y
desfiles populares, los bailes y regocijos multitudinarios que el Estado, la Comunidad, el Partido, la
Asociación, el Sindicato, etc., organizan para mostrar la presencia amenazante de la masa‖. (Téllez,
1966a: 85-86). Entre las lecturas contemporáneas que proponen esta visión, ver Archila (2003) y
Camacho Guizado (1998).
el pueblo no ha sido sino un grupo heterogéneo de personas ignorantes y
1960: III).
Esto nos lleva de nuevo a la discusión en torno al legado colonial y sus jerarquías,
sociedad (Naciones Unidas, 1966: 3-5; Desarrollo, Archivo ESAP-IAS, S/F; Bernal,
esta clase, pero se encuentran falseadas por no haber sido asimiladas por las
representadas por partidos y los partidos son dirigidos por jefes‖, responde Torres:
historia, dentro de las cuales puede haber burgueses que se hayan librado de
sus prejuicios de clase, puede haber muchos idiotas útiles, como él los llama,
que también colaboren a esa revolución, pero que de todas maneras tiene que
modo, simultáneamente se abría otra vía de ampliación y pluralidad del Estado desde
racionalizarse con objetivos que satisfagan cada vez más a las mayorías
(Ibid.)
Estado —sobre ello volveremos al final del texto— significa no el fin de un aparato,
Las relaciones entre lo técnico y lo popular, se vieron así mismo dinamizadas por un
promulgado entre ciencia y fe. Sin embargo, es posible analizar en posturas disímiles a
desplazamiento, que opera igualmente a nivel de lo real, y sitúa la cuestión religiosa por
instancia ideológica.
pasaje dentro del cual se inscribe la experiencia de Camilo Torres. Para dar cuenta de
francés designado por el Concilio Vaticano II como portavoz del mensaje a los
intelectuales. Justamente en su libro de 1957, titulado América, y en sintonía con
propuestas como la de León Bloy y Emmanuel Mounier que promovían una ―nueva
comenta:
En efecto, como veremos, encontramos por un lado una imbricación entre el proceso
una ambivalencia constante en las relaciones entre ciencia y tradición, por un lado, y
entre creencia y política radical por el otro. Es decir, ponemos en duda el ansia secular,
Para él, ―si América no quiere entrar en contradicción consigo misma, su cultura no
podrá tener otra forma que la hispano-cristiana-occidental‖ (1994 [1957]: 71), pues ―la
como para imponerles su forma a los nuevos elementos que han comenzado a
nuevamente estamos frente a las formas en que una sociedad se produce a través de los
modos en que conoce y a las alianzas entre ciencia, técnica y tradición, en pleno auge
entendido en gran parte de la tradición latinoamericana como ―la santa unión entre el
(Cfr. Arciniegas, 2004 [1965]; Zea, 1980). De acuerdo con Rafael Gutiérrez-Girardot,
el positivismo no fue simple ‗materialismo‘, como se lo juzgó, sino una
determinadas versiones, al ―estatus ético del acto político‖. En esa vía, Orlando Fals
Borda, obispo presbiteriano que será considerado dentro de la historia de las ciencias
como uno de los ―pioneros‖ del pensamiento secular en nuestro país, afirmaba en un
ética básica, y la crisis religiosa actual no nos permite ser muy optimistas al
De esta manera, entonces, indagamos por una operación que suscitaba otro tipo de
laico (―el amor tiene que ser eficaz‖, afirmará Torres). La comunicación enviada por
12
En otro momento, Gutiérrez-Girardot insistirá: ―Pero el krausismo y el positivismo que se desarrollaron
en los países hispanos, acentuaron el carácter eclesial y religioso que había en ellos, y al cabo, sus más
destacadas figuras, como Julián Sanz del Río en España, o los hermanos Lagarrigue en Chile, resultaron
nuevas versiones de San Francisco de Asís‖. (1997: 33).
Camilo Torres al Primer Seminario Colombiano de Capellanes Universitarios,
realizado en diciembre de 1956 con el fin de aportar ―para lograr la reforma educativa
lograr un fin sin poner los medios más apropiados para obtenerlo. Ahora
ciencia (…) La ciencia no se puede concebir sino como servicio del hombre y
justamente es la política con la religión, se abre la pregunta por las relaciones del
catolicismo con el cuerpo social, y por ende, con lo laico, a la luz de la relación entre lo
planteada por el sacerdote jesuita Michel de Certeau en 1969, con respecto al lugar del
para un pensamiento que mantiene una oposición entre religión y Estado, y que analiza
instituciones (en este caso la Iglesia). A contravía de esto, consideramos que las
Dominica.
sería simplemente una escogencia personal llena de tribulaciones, como parte del
Por el contrario, lo que es inquietante, por fuera de una ―vocación‖, es la manera en que
sobre todo, con el proceso del corporativismo de la Iglesia Católica en el país, y el lugar
13
Para un amplio y crítico desarrollo de este tópico, ver los trabajos de Óscar Saldarriaga, especialmente
su tesis doctoral en torno a la apropiación del neotomismo en Colombia. (2005, 2007).
pena explorar esta veta, difundida en Colombia por el Grupo Testimonio, que tendrá
relación directa con los diferentes cursos tomados posteriormente en nuestro país por
los movimientos inscritos en los ecos del Concilio Vaticano II y la corriente teológica
como apuesta de otros usos del conocimiento y modos políticos radicales, disidentes
Lo anterior, sin embargo, puede ser leído no como un retorno al medievalismo, sino
como una diagonal situada en el entre de dualismos, donde el antagonismo entre lo ideal
liberalismo, llegamos de este modo a una conexión inesperada: tal como lo expresa
William James, ―en este punto empieza a aparecer mi solución (…) Ofrezco este
extraño nombre del pragmatismo como una filosofía que puede satisfacer ambos tipos
como los empirismos, puede preservar la intimidad con los hechos‖. (1975: 23).
entre el conocimiento científico y teológico. Desde esta otra disposición ante lo real, la
Así, por ejemplo, el vital Estudio sobre las condiciones del Desarrollo de Colombia
dominico (tomista) Louis Joseph Lebret, que de acuerdo con la presentación hecha por
1958: 11).
tierra. Esos progresos son y deben ser medios poderosos del apostolado
misionero, mensajeros y realizadores del plan del amor de Dios. (1951: 72).
anteriormente, su relación con otras fuerzas, con otras relaciones. En esa vía, lejos de
inmoralidad de las condiciones materiales. Para 1957, de acuerdo con Louis Joseph
que contribuyen a crear las condiciones para el ejercicio del amor. (1957: 43).
finalmente provoca otro tipo de relación entre Dios y el hombre, a partir del escándalo
del ― ‗silencio‘ de Dios ante el sufrimiento del hombre‖. En el momento en que Dios
pasa de juez a adversario (Negri), se promueve un trastocamiento del juego de
poner en relación el materialismo y la teología, la carne y el alma (―el amor tiene que
ser eficaz‖). Para la década del sesenta, en Colombia se lee en el Periódico Frente
Como se sabe, uno de los intentos de darle curso a la pregunta teológica acerca del
mal (―si Dios existe, ¿de dónde proviene el mal? Si hay mal, ¿por qué existe Dios?‖),
del sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, a partir de la segunda mitad de la década del
sesenta, la violencia empieza a ser cuestionada como exclusiva potestad del Estado,
tenemos que buscar medios eficaces para las mayorías. Esos medios no los van a
buscar las minorías privilegiadas que tienen el poder, porque generalmente esos
medios eficaces obligan a las minorías a sacrificar sus privilegios (…) Es necesario,
entonces quitarles el poder a las minorías privilegiadas para dárselo a las mayorías
Como puede suponerse, posiciones como ésta darán lugar a interpretaciones sobre
Camilo Torres como un emisario de la verdad, que anuda la trasformación radical de las
embargo, cabe recordar que esta distorsión ―inscrita‖ en la creencia religiosa obedece tal
vez a otras coordenadas, inversas: si ―la religión provee una imagen invertida del
14
Al respecto ver las reflexiones del sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez sobre la praxis teológica que
―permite plantearse los complejos problemas de la contraviolencia sin caer en una moral de dos pesos y
dos medidas, que pretende que la violencia es aceptable cuando la utiliza el opresor para mantener el
‗orden‘, y es mala cuando los oprimidos apelan a ella para cambiarlo‖. (1972: 150).
La cercanía a lo salvífico, de acuerdo con comentaristas de distintas épocas,
desviación o corrupción, en resumen, el sino trágico de las utopías que conduce al terror
(Cfr. Archila: 2003; Pizarro: 1995; De la Roche: 1994). Por el contrario, antes que
evaluar la convulsión social vivida durante ese período histórico como un éxtasis que se
desvaneció o un entusiasmo fallido, nos interesa mirar hasta qué punto la experiencia de
lectura es divergente con respecto a aquella que, a través del juicio retrospectivo a los
En ese sentido, como vimos, nos encontramos lejos de una verdad anunciada por un
Así mismo, nos hallamos lejos de una idea de sacrificio, de un alma en ruinas, una
llamado; tampoco lugar para la arrogancia del yo, lo grotesco de su soberanía o el valor
de su voz y testimonio.
hace valer lo que dice, es lo que dice lo que fundamenta la singularidad del
distanciándose así del arribo temido por parte de la crítica de la época con respecto al
Si el fin del individuo marca la aparición del sujeto, no se trata entonces de retratar el
ELN deja de ser —en nuestra lectura— un sacrificio o una inmolación, como sugiere la
oprimido.
expresaba en uno de los documentos del colectivo Golconda, por fuera de cualquier
como un yo, para hacerlo como un nosotros‖. (García et al., 1969: 3). La unidad que
perece, entonces, es el yo, al efectuarse una operación de subjetividad —no una simple
claudicación ante la ―masa‖—, que recuerda el inquietante lema cristiano: ―No sin ti, no
cristalizada en figuras retardatarias o atávicas, o más bien formas insumisas del sujeto.
político y religioso, nos enfrentamos entonces a las tesis que abogan por un proceso de
milenarismo?
lo antiguo, permite desde nuestra lectura entender la ruptura no como una simple
obsesión salvífica, implica a su vez otro posicionamiento frente a las ―bondades‖ del
salvífica de la ley de la historia puede ser confrontada, paradójicamente, desde parte del
pensamiento crítico del siglo XX que discurre sobre el tópico del mesianismo (en parte
15
Con respecto a las otras figuras subjetivas, comenta Badiou que ―la teoría del sujeto es unilateral, en la
medida en que identifica de manera absoluta ‗sujeto‘ y ‗sujeto de una verdad‘ en la dimensión positiva de
esta identificación. Pero es evidente que en una secuencia post-acontecimiento surgen nuevas formas
subjetivas reactivas (…) abriendo un espacio subjetivo que se puebla de figuras posibles‖. (Badiou,
1999a: 7).
cercana al judaísmo). Distanciada de la posibilidad de prever o anticipar la cesura (no
consumación: es la afirmación referente a que ―el mesías —de acuerdo con Walter
(Negri), que perturba la conformación de lo existente, que opera por separación, aquí y
superstición o la fantasía: si acordamos que ―lo real no es lo que junta, sino lo que
separa‖, si ―lo que acontece es lo que desune‖, el sujeto, en este sentido, materializa la
inconsistencia, mas no encarna una identidad. Incluso, a la par de una crítica del
mesianismo, proponemos otra lectura de los signos del misticismo expuestos en dicha
experiencia, una vez se destituye la idea de una teología negativa de carácter íntimo y
ascético.
En esa dirección, lejos del entendimiento sociológico y del valor liberal, que
16
Ver el desplazamiento del concepto mesianismo hecho por Jacques Derrida, al sostener que ―es ahí
donde reside la urgencia más concreta, también la más revolucionaria. Cualquier cosa excepto utópica, lo
mesiánico [messianicity] exige, aquí-ahora, la interrupción del curso ordinario de las cosas, del tiempo y
de la historia‖. (1999: 249). Así, lo mesiánico es irreductible a lo religioso, pues ―es una espera sin
horizonte de expectativas‖.
consigo a su propio ángel exterminador. (Gutiérrez- Girardot, 2004 [1983]:
74-75).
Por fuera del cumplimiento de cualquier ley histórica de la revolución, que además
asegure el acatamiento o la obediencia por parte del cuerpo social (incluyendo a los
incrédulos), tal vez sea posible debilitar el juicio de mesianismo si acogemos una
caso, de acuerdo con Orlando Fals Borda, el proyecto pluralista de Camilo Torres ―no se
armoniza con el orden del Frente Nacional, sino que encuentra su justificación en el
De esta manera, la revolución no encuentra sus recursos en el presente, pues este es,
Frente Unido se respondió en primer lugar criticando el presupuesto que hace posible
esa pregunta, es decir, ―que la paz es compatible con la actual injusticia económica y
que esa paz sería turbada por una lucha contra la injusticia‖. Por eso, y en relación con
consagrar de hecho la violencia del poderoso contra el débil‖. (―Frente Unido‖, 1965:
5).
como una vía posible no sólo para la destrucción de lo existente, sino para la aparición
proclive al terror, y pasa a ser una posibilidad que se construye de manera colectiva.
Este dilema, como mencionamos al principio del texto, no puede eludir la dimensión
trágica.
Como hemos visto, la aparición del sujeto no apunta a una unidad, a una clausura; no
por Camilo Torres, se propone entonces que ―la concepción pluralista —cristiana y
sin caer en la trampa de cierto pluralismo. 17 De acuerdo con uno de los Mensajes del
17
―El pluralismo no es un sistema dentro del orden, ni sigue las reglas del juego. Más que todo es una
herramienta para unir grupos diversos, y hacerlos mover hacia una misma dirección. Se presenta como
una estrategia que quiere cambiar las reglas del juego, y que al hacerlo quiere promover el cambio del
orden social en que se desarrolla. Pero su meta final es el cambio socioeconómico profundo‖. (Fals
Borda, 1967: 154).
Frente Unido, movimiento heterogéneo y contestatario cuyo emblema fue Camilo
Torres:
nos deje tranquilos con nuestra miseria, sino por el contrario, queremos
lucha franca de todo el pueblo contra ella para disputarle el poder, pensamos
que el Frente Unido debe fortalecerse más y más cada día. (―Mensaje al
Finalmente, como parte de la combinación ambigua entre capas y umbrales que ligan
significó una interrupción en las prácticas violentas (pacificación), sino que abrió
Nacional de Sociología de 1963 en Bogotá, del que Camilo Torres fue presidente,
todos los elementos que este implica: la división del trabajo, especialización,
movilidad social por canales no previstos por las estructuras vigentes. (En
Lo que se ha dado en llamar ‗la violencia‘, esa guerra civil difusa que ha
siendo la misma. Pero en todos estos años, quienes han cambiado son los
razón; es aquello que conforma nuestra actualidad, un modo de obrar que expresa no el
misma. De esta manera, entonces, no es posible concebir para este caso la relación entre
transformación de las reglas que rigen lo real. Por eso, es probable que la violencia no
―Cuando nada cambia, los hombres mueren‖, razón por la cual el problema no es que
que lo dado, lo existente, es mortal. Sin escisión posible, los términos ley y violencia se
al tiempo, la violencia deja de tener como fin la suplantación de un Estado por otro, su
derrocamiento o toma.
experiencia de Camilo Torres y los cruces entre ciencia, creencia y política radical, no
doblegado, ―desoído‖: es ahí, justamente, cuando se está cerca del terror. De lo que se
trata, por el contrario, es de sustraerse a la consumación del nombre propio, para que sea
posible el sujeto. Sobre todo, para que se provoque la aparición de otra verdad, por fuera
sujeto como algo que se escapa a la seducción estatal y rebasa las prácticas de la
conciencia —la decisión cruel de un yo—, permite una mirada por fuera de la
inhumano.
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