La política discursiva del aprendizaje remite a la adaptación del individuo, en tanto in-
diviso biológico, al ambiente, donde el ambiente es la naturaleza que lo rodea.
Esta política tiene un fuerte acercamiento a la teoría darwinista y al marco positivista. Tiene la firme creencia de que las especies, en este caso la especie humana, no son más que un apartado biológico y por lo tanto, es factible la observación empírica, y donde la adaptación de éstas, es la supervivencia del más apto. Pavlov compone muchos de los conceptos con que luego se recrearán distintos discursos actuales de la Psicología objetivista. Pavlov no fue el creador del Conductismo pero sí fue su pionero ya que, Watson se basó en sus experimentos para fundar esta nueva corriente. Watson promueve que fuimos engañados con recursos hacia una Psicología de lo no observable. El Conductismo pone el énfasis sobre la conducta observable (tanto humana como animal), que considera que ha de ser objeto de estudio de la Psicología, y las relaciones entre estimulo y respuesta más que en el estado mental interno de la gente. Skinner nos dice que la conducta es operante dado que incide en el medio ambiente, y no es una simple respuesta a estímulos específicos. Los reforzadores son los objetos que se agregan o se quitan al ambiente. Una respuesta se orienta hacia una determinada dirección porque está presente un reforzador positivo, que la arraiga todavía más, o bien porque cesa de incidir un reforzador negativo. Aprendizaje en tanto politica del discurso remite a la acción, a la acción adecuada, la adapta-acción, donde adaptación del organismo al ambiente es supervivencia del más apto. La política discursiva del conocimiento tiene como núcleo epistémico a la representación. Esta representación es una construcción mental que el sujeto- operador realiza mediante operaciones de abstracción y procesamiento lógico, respecto del mundo que lo rodea. La noción de representación que plantea la Política del Conocimiento está encarnada, en la propuesta de Piaget, en estas estructuras o esquemas cognitivas que van apareciendo a medida que el niño, en su encuentro con el medio, que ofrece experiencias, atraviesa ciertas etapas de desarrollo. El pasaje entre estas etapas se da sólo si todos los conocimientos y habilidades preestablecidas para cada una de ellas fueron alcanzados. De esta manera, la inteligencia estará dada en el individuo que posea la mayor cantidad de estructuras lógico-simbólicas que le permitan economizar la acción, es decir, economizar recursos en la producción de una repuesta eficaz y eficiente. Lo social sólo se presenta como un disparador de estímulos, como potenciador o inhibidor del desarrollo mental del niño. Es en el encuentro con los otros y con el medio lo que generará la experiencia sobre la cual se asentará el aprendizaje. Para las ciencias cognitivas las representaciones son símbolos, esquemas, ideas, que se amalgaman y transforman entre sí, y ello explica el funcionamiento de la mente. Para los cognitivistas existen analogías entre las características de la retroalimentación de los dispositivos de la ingeniería y los procesos mediante el cual el SNC sustenta su actividad intencional. Hay una atenuación de la importancia atribuida a los afectos, el contexto, la cultura y la historia. Vygotsky, a diferencia de los autores anteriores, plantea que el niño construye su conocimiento en el encuentro con los otros. Lo social es fundamental en su teoría. El medio y los otros entregan los instrumentos o herramientas psicológicas que amplían sus habilidades mentales y su carencia influye directamente en el nivel de abstracción que el niño puede llegar a alcanzar. El termino ZDP hace referencia a la distancia entre las actividades que el niño puede realizar por sí mismo y aquellas en que necesita de otro para lograrlas. Inserción social y apuntalar la socialización en otros. La nueva revolución de Bruner se basa en un enfoque mas interpretativo del conocimiento. El concepto fundamental es el significado y su construcción surge de la narración. Consiste en inventar, narrar y narrase historias de uno mismo y de lo cual puede surgir la subjetividad. Comunidad histórica social dada. El andamiaje se basa en la ZDP. Los adultos en tanto que son agentes de la cultura ofician de andamio para que los niños adquieran los significados sociales. El formato es el conjunto de principios que rigen los circuitos de intercambios sociales. Son estructuras vacías que se llenan en lo concreto de cada intercambio. En la política discursiva del saber, el saber es un acto. El acto es un acto inmerso en una red simbólica, aunque inconciente, que hace surgir un sujeto allí donde esa intención se reclama. Aquí saber sorprende, irrumpe y da placer o dolor en el sentido del forzamiento de las resistencias y las censuras. En la política del aprendizaje el hombre es un ser reactivo biológico, solo responde pasivamente, a estímulos que se le presentan, desde el Sistema Nervioso Central), creando conductas o hábitos. No conoce, porque entre el Estimulo y la Respuesta no sucede nada más que el movimiento de energía, de impulsos nerviosos. Se basa en el modelo del arco reflejo. El hombre que conoce se atribuye al de la política discursiva del conocimiento, donde conocimiento es el procesamiento de información mediante estructuras cognitivas. Es un hombre inteligente, activo, porque para procesar esa información crea una representación de la cosa en su conciencia. La conciencia es su psiquismo. El sujeto de la política del saber es un sujeto divido entre lo que dice y lo que quiere decir. Su psiquismo está formado por la 1° tópica (consciente, preconsciente, e inconsciente) y la 2° tópica (Yo, Ello y Superyó). Cada una de las políticas discursivas mencionadas, cuentan con realidades diferentes. La política discursiva del aprendizaje considera a un individuo inmerso en una realidad aprehendida. Es una realidad de fuerte empíria, En cambio, en la política discursiva del saber, la irrupción de una exigencia pulsional ataca a la realidad. Se puede pensar entonces, que aquella realidad va a quedar sustituida por una nueva realidad. Es una realidad que uno mismo ha fabricado. La realidad, para el sujeto de la política discursiva del conocimiento, se presenta como una realidad cognoscible. Para la política discursiva del aprendizaje, el individuo se sitúa dentro de un modelo social “tecnocrático”. Es un sistema político que defiende el predominio de los técnicos o de los criterios técnicos en el ejercicio del poder. Este modelo social se ve reflejado en la novela “Walden Dos” Skinner, donde muestra una sociedad científicamente construida, que funciona utilizando como base la teoría conductista operante. En la obra se describe cada uno de los métodos empleados para condicionar a los miembros de la comunidad: sus ideales en cuanto al aprendizaje, a la formación de una sociedad sin envidia, sin maldad, sin enfrentamientos, donde se fomente el cooperativismo en lugar de la competitividad. En esta comunidad los problemas son resueltos a través de la aplicación de las ciencias. El objetivo principal de la comunidad, es que cada miembro sea feliz como individuo mientras funciona como parte de un colectivo. El modelo social de la política discursiva del conocimiento es la “logocracia” que consiste en un sistema que sólo respetaría y permitiría las leyes fundadas en un razonamiento objetivo. Un ejemplo claro de dicho modelo, se puede observar en la novela “Un Mundo Feliz” Aldous Huxley. El mundo aquí descrito podría ser una utopía, aunque irónica y ambigua: la humanidad es desenfadada, saludable y avanzada tecnológicamente. La guerra y la pobreza han sido erradicadas, y todos son permanentemente felices. Sin embargo, la ironía es que todas estas cosas se han alcanzado tras eliminar muchas otras: la familia, la diversidad cultural, el arte, el avance de la ciencia, la literatura, la religión y la filosofía. La deseocracia es el modelo social de la política discursiva del saber. Es una sociedad deseante, demandante e inconformista. Una cultura que no es decadente, sino hipócrita en sus principios y en sus fines. Su mejora no está en el cambio, sino en aceptar en que siempre habrá malestar por estar inmerso en ella. El lenguaje en la política del aprendizaje es sólo una conducta fónica. Pavlov dice que es simplemente un segundo sistema de señales. En cambio para la política del conocimiento se trata de un vehiculo de representaciones, de conceptos. Sin embargo para la política del saber, el humano esta afligido de lenguaje, porque el hombre es un sujeto capturado, torturado, impregnado por el lenguaje. El Inconciente es la consecuencia simplemente de que uno aprendió a hablar. Desde este deseo que se realiza en la búsqueda de una mítica primera huella, el lenguaje se define entonces como aparato de goce con el cual la realidad es abordada.