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Hasta hace un tiempo era muy común escuchar frases como: respira profundo,
cuenta hasta diez, toma un vaso de agua y cálmate. En cambio hoy, la tendencia
es recomendar: ve y pinta un mandala para que saques esa ira, o colorea dibujos
para que dejes tanta ansiedad.
Así que rellenar figuras, crear y dibujar en libros, dejó de ser un asunto de niños
y hoy muchos adultos salen del consultorio del psicólogo directamente a la
librería a comprarse su libro de mandalas. “Todo, porque son ejercicios que
permiten una meditación activa que conecta el ser con sus hemisferios
cerebrales, con su espiritualidad y creatividad. Ayudan al equilibrio emocional,
espiritual, energético y físico”, explica Patricia Pereira, maestra Reiki.
Fernanda Jaramillo lo comprobó hace poco. Estaba muy ansiosa por la carga
laboral y le recomendaron pintar diferentes dibujos, los cuales, dice, “me ayudan
a concentrarme y a sentirme más tranquila”. Esta joven de 23 años está feliz
mostrando a sus amigos las obras de arte que pinta en sus ratos libres.
En los adultos está de moda, agrega, “puesto que nos hace activar nuestra
espiritualidad, intuición, conexión con el ser interno y con el Universo; permite
que las personas se aquieten de tanto bullicio de afuera y vuelvan al centro.
Pintar mandalas es una manera muy fácil de meditación. Volver al centro es el
objetivo primordial de un mandala, el centro, podríamos decirlo, es el auto
equilibrio o autocontrol de cada persona”.
Circulo: seguridad, prosperidad, unión, conecta con el ser interno (de ahí que
casi todos los mandalas son redondos, es la figura más común).
Cuadrado: equilibrio y estabilidad, orden, protección. (El cuadrado se pinta a
veces cubriendo el redondo, técnica muy hindú y budista).
Triángulo: relacionado con el agua, la transformación, la vitalidad.
Espiral, caracoles: energías curativas y de mucha espiritualidad.
Cruz: símbolo de decisiones, se relaciona con los puntos cardinales.
Corazón: felicidad, amor, unión.
Estrella: relacionado con la libertad, la espiritualidad, los elementos del
Universo, el cuerpo humano.
Mariposa: Tiene que ver con la transformación, la muerte (morir a procesos, no
una muerte física) y la auto renovación del alma.
Laberinto: confusión, autorreflexión y la búsqueda del centro de uno mismo.
Y usted, ¿Por qué no aprovecha el inicio del nuevo año para pintar un libro de
muchos colores?
Verde y rosado: amor propio, amor hacia las demás personas, sanación de
emociones en general.
Se puede tratar con mandalas los aspectos del comportamiento que no estén en
orden o equilibrado en los pequeños, de igual manera los utilizamos para
ayudarles a expresar emociones reprimidas, afirma la terapeuta Patricia Pereira.