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Graciela llenó de ojos varias ciudades,

Graciela Sacco: ojos de todas las edades que están aún


en las esquinas, en los mates, en los vi-
mucho más que drios de las oficinas públicas y nunca una
metros cuadrados intervención urbana fue tan estampada,
tan invulnerable, apropiable por todos.
Nos devolvió los ojos y si quieren com-
Ella ponía en acto un metro cuadrado de probarlo vayan al Jardín de los Niños don-
espacio libre y su impacto en cada vida. de muchos de ellos nos miran con textos
Ella con su roja cabellera pasaba de las del gran Jorge Fandermole, son los ojos
bocas abiertas, una suerte de odontología de los niños del siglo XX, es decir, noso-
del dolor represivo, a las sombras de jóve- tros: ¿Qué esperan? ¿Qué nos dicen en
nes que desde mayo del ’68 al Rosariazo el edificio semienterrado del Parque Inde-
han sido el montaje de nuestros propios pendencia? no creo que reclamen entre
recuerdos, la representación exacta de la juegos de artistas, niños y adultos jugan-
lucha en las calles. Ella escribía cartas con do a Miró, a Berni, a Gambartes, a Kalder...
estampillas que subían por las paredes y La gran mujercita de pelo rojo nos quiso
estampaba contra el blanco los disparos hacer mirar con los ojos de hoy el niño
del horror hasta volverlo negro. Ella nos que fuimos, jamás para volver a la infan-
espiaba y esperaba y nunca, nunca una cia, sino para afirmar lo que nos debemos,
artista contemporánea nos había mostra- para decir que no todo muere y para de-
do sus pasillos, sus andamios de lenguaje, mostrar que crecer es un trabajo de no-
su inclasificable necesidad de amalgamar bleza y testarudez, de crítica impiadosa y
denuncia y poesía, sentido y una profun- de ternura infinita.
da emoción que todavía y siempre llevare-
mos de ella en el revés de la mirada. Te amamos Graciela.
Ella vivía, hacía arte exactamente como
era y encontraba felicidad en todos los
hallazgos. Desparramaba arte por las ca-
lles y las ciudades, tanto en Rosario como
en Venecia.

Graciela Sacco es en verdad un territorio Chiqui González


extenso, inabarcable, pero enormemente Ministra de
querido, aterciopelado y ríspido, un terri- Innovación y Cultura
torio que lleva su voz, su cuerpo y sus fan- y creadora con un
enorme equipo y con
tasmas para interrogarnos, para unirnos a vos del Jardín de
ella y no quedarse sola. los Niños.
en otra parte. Irrumpir, entonces, es un
Irrumpir e modo de inter-rumpir las asignaciones y
hacer lugar a lo nuevo. Esta alteración en
inter-rumpir el tiempo y en el espacio que no sabe de
fijaciones ni repeticiones hace del arte, o
Las imágenes se des-marcaron, se sa- más precisamente de una mirada del arte,
lieron del cuadro, del rectángulo al que una posición política que Graciela ha sos-
habían sido condenadas por el canon tenido en su obra y con su obra. Si haber-
académico del siglo XIX. Los cuerpos en se salido del cuadro habitual fue todo un
las ciudades, difíciles de localizar en el gesto político, irrumpir en las ciudades y
des-moronamiento general de los gran- sobretodo en el recorte de nuestra ciu-
des relatos requerían de otras miradas y dad podría leerse como todo un progra-
de artistas que fueran a su búsqueda. Esas ma que debemos escuchar y sobre todo
miradas, y lo que ponían ante nosotros, comenzar a recorrer. Sin lugar a dudas,
no podían ser en-marcadas. La experi- este primer recorrido por el territorio Sac-
mentación sobre nuevos soportes abrió co irrumpirá en nuestra vidas e impulsará
la posibilidad a que esas miradas encon- a transitar por las huellas de su obra.
traran —al menos por un tiempo, a veces
breve— un lugar, un descanso en su ince-
sante decir. De esta manera, las bocas, los
cuerpos impresos en tablas, valijas, pape-
les, cortinas de baño, espejos, paredes,
se multiplicaron. A veces los cuerpos se
muestran enteros, desafiantes, arrojando
algún objeto, otras tantas solo se trataban
de ojos, de manos o de rostros. A veces
el espacio es mínimo y otras veces se
expande. Estas operaciones, como diría
Jacques Rancière, arrancan a los sujetos
de un locus naturalizado y los coloca

Guillermo Ríos
Secretario
de Cultura y
Educación.
Municipalidad de
Rosario.
tas interferencias urbanas dentro de una
Mágico-Primitiva cartografía delimitada por los distintos
espacios donde está su obra (demarca-
Graciela Sacco y do como territorio Sacco) y señalizando
Rosario escuelas que siempre están, como ella
anunciara, “en peligro de extinción”.

Rosario fue su centro, un lugar en el mun- El recorrido de las intervenciones urba-


do donde ella pudo expandir su ser mujer, nas comienza en el Jardín de los niños,
su ser artista y su ser obra. Rosario impli- Museo Castagnino, Museo de la Memoria,
caba para ella un todo, donde sus ideas Escuela Municipal de Danzas, Biblioteca
se activaban y cobraban vida. Un lugar en- Argentina Dr. Juan Álvarez, Escuela Muni-
tre lo mágico-primitivo (como solía auto- cipal de Artes Plásticas Manuel Musto, Fa-
definirse), donde uno puede sumergirse cultad de Humanidades y Artes, La Toma
de manera casi animal e instintiva en la y finaliza en el Centro Cultural Parque de
tórrida jungla urbana y descubrir casi má- España. El primer tunel mostrará pruebas
gicamente la belleza escondida en cada de artista, maquetas y obra inconclusa. En
esquina. Así la ciudad podía ser interveni- el segundo tunel se expondrá obra inédi-
da, tanto en los espacios públicos como ta en Rosario. En el último túnel la última
privados, y cobrar nuevas significaciones obra de su última serie.
bajo su toque de alquimista.

Esta muestra homenaje trata de conciliar


su pasión por el arte que llega y está en
todas partes, con su utilización de fuer-
tes conceptos e interrogantes, que hacen
vívida sus obras tanto en las calles de la
ciudad como en sus interiores. Traba-
jando sus dicotomías, público-privado,
interior-exterior. Mostrando sus distin-

BELÉN ANTOLA
Curadora.
Artista plástica,
Profesora de la
Universidad Autónoma
de Entre Ríos.
Diana Wechsler
Investigadora principal
CONICET, Directora IIAC,
Subdirectora MUNTREF,
Universidad Nacional Tres
de Febrero (Buenos Aires,
Argentina).

En presente
continuo…
Entre esmerados movimientos en pos
de deseos incumplidos se despliegan
los gestos de una sociedad en tensión –
admisible, como la caracterizara Graciela
Sacco– que levanta sus brazos, abre sus
bocas, corre y señala en busca de llamar
la atención con sus reclamos.
Este es el panorama que instaló Sacco
en su proyecto creador colocándonos
en un presente continuo ante situacio-
nes que marcan una condición humana
signada por los conflictos, las luchas, los
tránsitos, las migraciones, los exilios.
Frente a la contundencia de lo real, Sac-
co eligió lo evanescente: ya sea porque
sus imágenes se inscriben con la luz
(sus heliografías, sus sombras…) o bien
porque asumen la poderosa fugacidad
de la acción furtiva en el espacio urbano.
De una u otra forma están presentes:
cambian con la dinámica de lo cotidiano,
interpelan en cada caso al espectador
instalando una pregunta y con ella una
situación de reflexión. ¶
NÉSTOR GARCÍA CANCLINI
Doctor en Filosofía por las
universidades de París y de La
Plata. Investigador, escritor y
profesor universitario. En la
actualidad enfoca su trabajo en
las relaciones entre estética,
arte, antropología, estrategias
creativas y redes culturales
de los jóvenes (México).

sentían involucrados, en silencio, por


TANTAS OLAS la belleza y el abismo creado por la
multiplicación de esas olas calmas. Varias
QUE NUNCA SON LAS voces oscilaban entre la seducción, el
MISMAS_ riesgo y las diversas interpelaciones que
la obra lanzaba. Bien enterada de las
corrientes relacionales y participativas
El océano dentro de una caja hecha con del arte, Graciela ofrece en sus trabajos
espejos arriba, en el piso, a los costados, la incertidumbre de quien no aplicaba
con un camino de madera que creaba la ni esas ni otras buenas intenciones de
ficción de que podíamos desplazarnos, las estéticas, las reinventaba en espacios,
caminar y disfrutar lo que parecía un es- señalizaciones y fotos perturbadoras.
pacio infinito. Su título: Cualquier salida Como el mar, abre espacios para los
puede ser un encierro. ecos, preguntas y paradojas. ¶
Es vívido el recuerdo que tengo de esa
obra con que Graciela Sacco partici-
pó en la exposición Extranjerías, que
curamos Andrea Giunta y yo en el Museo
Universitario de Arte Contemporáneo de
México en 2012. Graciela, que situa-
ba esa caja de 2 x 3 x 2 metros como
parte de su Trilogía del metro cuadrado,
jugaba con las preguntas suscitadas por
esos bordes imprecisos: “¿Cuánto será
un metro cuadrado de destierro? ¿Es la
prisión un espacio infinito?” Como en
muchas de sus obras, estaban la vio-
lencia contenida, la fascinación junto al
miedo, la búsqueda de nueva vida de los
migrantes, las esperas, la tensión entre lo
que la artista quería decir y los públicos
reinterpretaban.
Niños y adolescentes hacían juegos de
sombras con sus cuerpos detrás de la
caja de espejos y algunos padres pedían
“más arriba” para tomar fotos. Otros se
ROBERTO ECHEN Rubén Chababo
Artista y profesor de la Escritor y profesor de la
Universidad Nacional de Universidad Nacional de
Rosario (Argentina). Rosario (Argentina).

SACCO Y EL Un combate
TERRITORIO_ perpetuo_

Sé que la propuesta es visibilizar la obra Con sus ojos bien abiertos, observando
de Graciela Sacco en un territorio que el legado vanguardista a la vez que aten-
–aunque nativo– todavía no le dio plena ta a los dilemas de su tiempo, Graciela
ciudadanía artística (o, tal vez, en menor Sacco logró construir una de las obras
medida que en otras partes del mundo): más perdurables del arte latinoamerica-
Rosario. no del último medio siglo.
Sin embargo, el término territorio Graciela fue contemporánea a un tiem-
asociado a su producción no puede po signado por la caída de los grandes
no iniciar una deriva conceptual por relatos, por la evaporación de las certe-
espacios ya no geográficos sino lugares zas, por la transformación de las ciuda-
de inscripción de prácticas artísticas y de des en territorios de asechanza, por el
pensamiento estético-político que la han resurgimiento de nuevas e impresionan-
singularizado como artista. tes expulsiones humanas. Esas eviden-
Entonces. cias del desencanto, propias de nuestra
El territorio, los territorios han sido tanto modernidad, pero también la resistencia
el “motivo” (no en el sentido que le dio a su impacto en nuestras vidas, están allí,
la modernidad, sino como un disparador en cada una de sus obras.
artístico-estético-político, nociones que, Giorgio Agamben dice que contemporá-
para Sacco eran convergentes), como neo es aquel que está dispuesto a recibir
el motor de su producción, pero sobre en pleno rostro la oscuridad de su tiem-
todo espacios que genera esa produc- po, aquel que asume que esa oscuridad
ción, lugares discontinuos pero ligados no le es ajena, sino que por el contrario,
que constituyen (por deconstrucción) le pertenece, y que es su deber interpe-
otros territorios, zonas donde la otredad larla. Graciela jugó el sentido de su obra
podía devenir “propietaria” de esos luga- en esa interpelación incesante, inten-
res no por una transacción económica, tando, en una lucha siempre desigual,
sino en una operación artística. extraer una mínima luz al haz de tinieblas
Esos territorios, que también emergen de su tiempo histórico. En todas y cada
en la ciudad que nunca quiso abando- una de sus obras es posible advertir las
nar, son el señalamiento de lo colectivo huellas de ese descomunal combate. ¶
incorporado a la vida de una ciudad: no
otra cosa es un territorio y no de otro
modo lo pensaba Graciela. ¶
Clara Garavelli
Profesora de Estudios
Latinoamericanos, University
of Leicester (Reino Unido)

La producción videográfica de Sacco,


escasamente estudiada, ha sido rica y di-
versa. El video monocanal de 1994, que
pertenece a la famosa serie de trabajos
comprendidos bajo el título de Bocanada,
es probablemente el más reconocido.
Basado en un texto del escritor cubano
Virgilio Piñera, las características bocas
abiertas en color sepia de la serie cobran
vida para devorarse unas a otras. Mien-
tras presenciamos este incesante acto
de canibalismo acompañado del sonido
penetrante de la masticación, comenza-
mos a leer las palabras del autor: “[...] el
alcalde expresó su vivo deseo de que su
amado pueblo se alimentara, como lo
hacía él, de sus propias reservas, es decir,
de su propia carne [...].” Sacco nos invita
de esta manera a pensar el salvajismo
de nuestras acciones desde múltiples
perspectivas incitándonos a no caer en
la miseria pero a hacer, no obstante, “las
preguntas inoportunas”.
Personalmente, el video que más me
interpela en estos días es el registro que
hicimos hace poco de la vieja tienda de
Rosario “La Favorita”, donde aparece ella
en el último piso explicando las bellezas
arquitectónicas del lugar, mientras la
gente se desplaza como hormigas ajenas
a tal esplendor. Más que preguntas, su
reacción nos muestra la magia del que
descubre algo por primera vez y nos inci-
ta a experimentar las maravillas del día a
día. Me quedo con ello, con su incansa-
ble amor a la vida.¶
Florencia Giordano
Directora de Rolf Art (Buenos
Aires, Argentina).

Nos encontramos por primera vez en su


T4, entre aquellos que ella había elegido
registrar en su paso, que iban y venían a
nuestro alrededor, en un infinito, dentro
de la inmensa torre… Allí conseguí mi
entrada a su universo, a su estudio, a su
mundo para descubrir en ella no solo
una gran artista sino una incondicional
compañera y amiga infinita.
Juntas… con una confianza y entrega
absoluta anduvimos el mundo… empa-
pelando países y conquistando territorios,
colocando sus obras en ferias, salas de
exhibiciones, galerías y museos! Fue una
conquista intervenir ciudades con sus bo-
canadas, con escobillones y cola, juntas
estampamos el meridiano… Cruzamos
con sus tablas el océano una y otra vez y
colocamos en las casas de cada uno de
aquellos a quienes les contagiábamos su
magia, su legado.
Graciela era una gran observadora y
encontraba allí, en la sutileza, en lo
ordinario, en lo cotidiano, la perspicaz
vuelta que instrumentaría sus ideas, que
materializarían sus conceptos, que pro-
pagarían sus reflexiones… proyectando e
interponiendo sobre la coyuntura simples
pero profundos gestos. En toda su obra
habita su vehemencia y su genuina entre-
ga. En cada pieza un señalamiento a su
experiencia y a su vida se colaba y así fue
como descubrí en su lenguaje visual su
persona, que hoy se refleja, y se asoma
en cada puesta, desde la cual se hace
presente.
Está aquí, entre nosotros, su retrato. ¶
Aníbal Jozami
Sociólogo, rector de la
Universidad Nacional Tres de
Febrero (UNTREF, Argentina).

Es difícil pensar o escribir utilizando el Días atrás, transitando las escaleras del
tiempo pasado de alguien como Graciela, hotel de inmigrantes vi a dos jóvenes en
a la que no consideramos ausente, no cuclillas para poder fotografiar los “ojitos”
solo porque sus obras están siempre de Graciela que aún siguen y seguirán
presentes si no porque cuando cualquie- en los rellanos de esos peldaños. Me
ra la nombra se nos aparecen su risa, su pregunté si ellos sabrían que aún muchos
desparpajo, que iba unido a su creatividad puentes de Venecia los tienen también
y a su simpatía natural. desde que ella los colocó en su presenta-
Escribí en su momento, y ella lo celebró, ción en la Biennale del 2001.
que era una expresión del mejor arte Cuando tenemos ocasión de estar en esa
comprometido, que es para muchos el ciudad somos muchos los que busca-
único arte posible, porque su compro- mos esos rastros de aquella presentación
miso no era de facción sino con el ser en esa ciudad que quedará ligada a su
humano (aquel que disponía de un metro memoria.
cuadrado) y sabía hacerlo con los más Gracias Graciela por estar entre noso-
altos niveles estéticos buscando belleza tros. Al compromiso de tu vida y tu obra
aunque tratase las más complicadas sumamos el nuestro de difundirla. ¶
situaciones. Por eso nos queda un con-
junto de obras que reflejan problemáticas
con las que nos identificamos y com-
prendemos, además de admirarlas.
En las diferentes áreas de expresión
no hay nada más meritorio que lo de
quienes logran a través de su creación re-
presentar a su tiempo, y eso les confiere
perennidad.
peter osborne Diana Lowenstein
Director de la galería Osborne Directora de Diana Lowenstein
Samuel Gallery (Londres, Reino Gallery, Miami (EEUU)
Unido).

Fui muy afortunado de poder conocer Existen palabras para describir la desazón,
a Graciela Sacco y de mantener con tristeza, y el doloroso sentimiento de
ella un diálogo constante en los últimos haber perdido no solo una artista, sino
años. Durante este tiempo me abrió los también a una amiga a la distancia.
ojos sobre la responsabilidad del artista Compartimos 20 años de trabajo, donde
de comunicar, de comprometerse, dado la confianza mutua fue nuestro mayor
que para ella el arte no debía ser didác- compromiso, muestras en Buenos Aires
tico, acogió el concepto y la realización y después Miami, innumerables ferias de
del “arte popular”. Tenía un ojo crítico y, arte y tantos otros proyectos que queda-
como dueño de una galería, en oca- ron truncados con su partida.
siones he tenido que sufrir sus agudas No hubo despedida, pero estoy conven-
observaciones sobre ciertos artistas y cida de que Graciela se fue sabiendo que
exposiciones. “¿Dónde está la vida?” era su obra continuará viviendo en mi galería,
uno de sus típicos comentarios. Era con esa misma confianza que nos unió
filósofa, maestra, artista, amiga, y en su siempre. ¶
discurso entre el creador y el espectador
tuvo un impacto significativo en todos
aquellos lo suficientemente afortuna-
dos de experimentar su trabajo. Ningún
artista que conozco comprendió mejor
cómo comunicar. Su compromiso con
un lenguaje visual único que hable a una
audiencia global y que emplee técnicas
básicas que busquen acoger y envolver
al observador, hacían que este inevita-
blemente se involucrara y convirtiera en
una parte intrínseca de su diálogo visual.
Por encima de todo tenía una preocupa-
ción por la universalidad de la condición
humana y por cómo respondemos a
las presiones políticas y sociales. Es casi
imposible creer que ya no esté con
nosotros. ¶
Fernando Farina
Curador y profesor de la
Universidad Nacional de
Rosario (Argentina).

Compañera de ruta. Dos recuerdos entre


tantas cosas vividas.
Compartíamos las clases de dibujo en
la Escuela de Bellas Artes de Rosario. En
ese tiempo, entre la dictadura y la vuelta
a la democracia, las discusiones acerca
del arte y la vanguardia nos marcaron
profundamente. No eran momentos
fáciles, pero había que ganar la calle y
también las instituciones. Y mantuvimos
una complicidad. Cualquier lugar debía
ser usado para señalar –para perturbar–,
desde un museo hasta el lugar más aleja-
do de toda pretensión artística.
Graciela tenía la certeza de que la obra
podía y debía defenderse por sí misma;
algo que era envidiable aun para quienes
estábamos convencidos de que el arte
era un camino.
Pero claro, también ella advertía sobre
las posibles salidas y eso sobrevolaba
sobre nosotros. Era su crítica, el cues-
tionamiento permanente. Una manera
de pensar, que compartió siempre y sin
sutilezas con quienes estuvimos cerca.
No sé qué hubiera sido del Museo Cas-
tagnino+macro sin ella. Hay personas
silenciosas, que por momentos parecen
ausentes, pero muy necesarias. Qué
bueno fue compartir aquellos tiempos,
cuando empezamos a imaginar que se
podía hacer otra cosa, que desde Ro-
sario se podía proponer y cambiar algo.
Tal vez porque nos unía la idea de que
el arte siempre es político pero lo más
importante es que sea profundamente
humano. ¶
Lyle Rexer
Escritor independiente
y crítico de arte residente
en Nueva York (EEUU)

Refugiados de ca de la parada del tranvía Universitat


Politecnica. El crepúsculo era rosado,
Zaragoza_ como suele ser después de una lluvia
intensa, y se podía oler el mar. Graciela
me escribió para recordarme sobre el
Territorio Sacco. Tengo el mapa. Lo dibu- destello rosado, que provenía de la torre
jamos juntos. Somos todos residentes. roja, y agregó: “Hace tiempo supe que
las personas que se fueron de Zaragoza
Cuando llegué por primera vez a Argen- tenían espejos en sus bolsillos, espejos
tina, hace unos 15 años, tuve la suerte in- que al mirarlos siempre muestran la torre
creíble de conocerla junto a León Ferrari, roja de Zaragoza detrás. Deben ir hacia
quienes se convirtieron en símbolos del atrás caminando hacia adelante... Es Za-
país para mí y la razón por la cual suelo ragoza llegada o partida?” Llevamos esos
pensarlo como mi segundo hogar. espejos en los bolsillos. Aún conservo el
Cuando estaba trabajando en el Institut mío. ¶
Valencià d’Art Modern (IVAM) en España,
la invité a una cena de vernissage. Llegó
vestida con unas zapatillas y una cha-
queta. Todos los demás vestían dinero.
Recibió el apodo de “la torre roja”, por
su cabello – lo cual era gracioso, dado
que en la época su cabello era púrpura.
Al día siguiente, mientras viajaba en un
tranvía por Carrer Dr Vincent Zaragoza
en un barrio marginal pensé: “este es
un mundo en sí mismo, Graciela me
puede ayudar a inventarlo”. Le envié la
primera parte de la novela que escribi-
ríamos juntos: Hay muchas entradas a
esta imaginaria Zaragoza, pero no un
número infinito. Descubrí una, cer-
Liliana Porter Américo Castilla
Artista Argentina Artista y director de la
Fundación Typa (Argentina).

Una situación A Graciela,


feliz_ por último_
Nos hicimos más amigas cuando con- Mejor nos vemos en el bar de siempre,
vivimos unos días en Londres. Éramos Graciela, o algo así le dije previo a nues-
un grupo de artistas argentinos invitados tro último encuentro. Momentos en los
por Fernando Farina a participar en el que nos entusiasmaba planear formas de
proyecto Open House. En esos días la desacomodar tableros y provocar otra
ciudad de Londres abre al público casas aventura.
y mansiones de interés arquitectónico
o histórico para ser visitadas. En este (… la gente más joven no muere
caso, los artistas fuimos invitados para y no hay modo de cancelar una
intervenir con nuestras obras un mag- conversación que se creía sin
nífico espacio, que era la residencia del término...)
embajador argentino. Vivíamos todos allí,
en esa enorme mansión, sin embajador. Ahí donde el arte parece renovar ilusio-
Mientras instalábamos nos divertimos nes –y ella era una ilusionista– a veces
mucho, nos contamos anécdotas, re- irrumpe el mercado como un protago-
cuerdo que nos reímos todo ese tiempo. nista ajeno, áspero, y eran las esperanzas
Graciela, muy conocedora de Londres, de transformación las que forzaban sus
era una excelente anfitriona. Nos dimos equilibrios entre viajes, creación y gale-
el gusto de ir a tomar el clásico té inglés rías, sostenidas por las hendiduras entre
de las cinco de la tarde en Harrod’s en tablones donde adivinábamos incerti-
su versión más sofisticada, rodeadas de dumbres genuinas.
señoras con sombreros y perfumes. No Entre risas y recuerdos (Juan Pablo Renzi
nos vimos muchas veces en la vida, pero siempre se las ingeniaba para aparecer
cuando nos encontrábamos en cualquier en la conversación) la invité a una mesa
lugar del mundo era una situación feliz, de discusión sobre museos y memoria
nos gustaba compartir anécdotas, pero en Medellín. Una artista como ella era
al mismo tiempo nos unía un entendi- capaz de poner en cuestión los temas
miento permanente del raro privilegio que se creen consolidados. Poco antes
que era nuestra vida en un mundo de viajar me canceló. Perdón, me dijo,
cargado de injusticia y de tragedia, al que tengo otro viaje, impostergable. ¶
ella siempre, con gran talento, confrontó
en su obra. ¶
Autoridades

Intendenta
Mónica Fein

Secretario de Cultura y Educación


Guillermo Ríos

Subsecretaria de Industrias
Culturales y Creativas
Clarisa Appendino

Subsecretario de Fortalecimiento
Institucional
Federico Valentini

Equipo Mágico-Primitiva Equipo de montaje


Carlos Aguirre
Administración del Pablo Boffelli
legado de Graciela Sacco Marcos Reche
Clara Garavelli
Marcos Garavelli Equipo de colaboradores
Candela Avendaño, Ludmila
Curaduría Bou, Yamile Brandan, Julia
Belén Antola Mariana Coradello, Melisa
Daiana Crisci, Indiana Rocío
Coordinación Escalante, Juan Pablo García,
Georgina Ricci María Soledad Giovanini, Amparo
González Vidal, Melina Soledad
Producción Mansilla, Fany Marchesino,
Equipo Centro Cultural Matías Alejandro Najar,
Parque de España Maite Recarte Olazar, Yanina
Eliana Bianchi Stepaniuk, Ana Laura Scarafiocca,
Ernestina Fabbri Alejandro Totó, Sofía Vargas.
Gastón Miranda
Agradecimientos
Edición de textos Familia Sacco
Clara Garavelli Familia Garavelli
Facultad de Humanidades
Corrección de textos y Artes - UNR
Agustín González Centro Cultural La Toma-
Galería La Toma
Diseño Galería Rolf Art
Cecilia Garavelli Lila Siegrist
Gastón Bozzano
Pablo Silvestri

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