Вы находитесь на странице: 1из 4

“La Danza de los signos”

(Victorino Zecchetto)

Objetivos:
 Hacer comprender el enfoque de la semiótica.
 Explicar nociones básicas y conceptos centrales, con un lenguaje sencillo y
conciso.
 Dar a conocer la utilidad de la semiótica para entender mejor la realidad de
las comunicaciones sociales.

Resumen:
La semiótica se ocupa de la comunicación a través de los signos, bajo un
contexto, código y lenguaje. Ferdinand de Saussure denominó “semiología” a una
ciencia que estudia la vida de los signos en la vida social y afirmaba que la
lingüística es solo una parte de la semiología. Charles Peirce, introdujo el término
“semiótica”, quien la concibió como un campo científico articulado basada en la
lógica filosófica, donde su objeto específico de su investigación es la semiosis.
Existen dos dimensiones capitales y complementarias en una relación dinámica de
la vida humana. La presencia del mundo natural y la actividad del ser humano en
contacto con ella.
La naturaleza es todo aquello que existe, que nace, crece, se desarrolla y se
reproduce en forma autónoma según leyes que le son propias. Un objeto natural
no tiene artificios, sino solo la forma que le es dada. La naturaleza no aprende,
solo repite.
La cultura es todo lo que se despega de la fijación natural. La aparición del ser
humano en el planeta significó precisamente un trozo de naturaleza que se dio
cuenta de sí misma, que adquirió autoconciencia de su diferencia. El ser humano
no solo sabe cosas, sino que saben que saben cosas. La cultura implica algún
aprendizaje porque es manipulación de la naturaleza ya que tiene algún tipo de
reflexión sobre ella, que le permite dominarla y controlarla.
La cultura es un generador de estructurabilidad, ya que crea alrededor del hombre
una socioesfera que hace posible la vida social. Lotman introduce el término de
semiosfera, un espacio semiótico fuera del cual es imposible la existencia de
semiosis.
El médico Hipócrates se refería a los síntomas como semeion (signos); el filósofo
Parménides indicaba como signos las pruebas de verificación de algún hecho.
Platón dice que nuestro modo de recordar las ideas es semejante a un grupo de
personas colocadas delante del fuego a la entrada de una caverna, y cuya luz
refleja sus sombras sobre las paredes de la misma, esas sombras son las únicas
señales borrosas que podemos adquirir de la verdad de las ideas. Es decir que las
percepciones de nuestros sentidos nos dan un conocimiento imperfecto de la
verdad. Aristóteles dice que es posible conocer la verdad pero hay grados de
mayor o menor acercamiento de la misma. Aristóteles y Platón están de acuerdo
en el cual las palabras están en lugar de las cosas. Entender el fenómeno del
signo como problema filosófico demandó diversos esfuerzos intelectuales pasando
por la filosofía griega, Medioevo, siglo 17 y 18. Valoramos la evolución hasta los
principios del siglo 20 donde se consolidaría la semiótica moderna en base a las
ideas elaboradas anteriormente.
Un problema filosófico complejo es el fenómeno del signo. Un signo es una
cualidad específica de la experiencia fenomenológica, a través de la cual llegamos
a conocer la realidad y en la que podemos estar preparados para actuar. Se
podría decir entonces que los signos son condiciones de percepción,
interpretación, diálogo y acción. El signo es siempre también una hermenéutica,
es decir; la interpretación de algún sentido que tiene la realidad conocida.
El ser humano crea nuevas formas de signos: los símbolos, índices, íconos, entre
otros, para manifestar y expresar aspectos de su vida. Según Peirce el signo es
algo que bajo ciertos aspectos representa alguna cosa para alguien y les distingue
tres elementos: el representamen (signo), interprete (es la idea del signo en la
mente de quien lo percibe) y el objeto (es lo que alude al representamen).
Los signos verbales o no verbales son producto de la actividad humana que
necesitan comunicarse, organizar su sociedad, manifestar pensamientos y
expresar lo que siente.
En conclusión el signo es un simulacro de la realidad que comienza en nuestra
mente. Todo signo tiene tres características: una forma física por la cual se hace
perceptible a los sentidos, debe referirse a algo diferente de sí mismo y alguien
debe reconocerlo como tal, o sea como signo. Los signos de hacen comprensibles
a partir de algún código.
El código es un conjunto de reglas y de normas que organizan y coordinan el
funcionamiento de los sistemas semánticos, sintácticos y pragmáticos del
lenguaje, a fin de instrumentar la formación y la creación de los signos y de los
textos.
El código tiene la propiedad de estar por encima de otros sistemas, ya que su
función es ponerlos en acción. Hay grupos sociales que usan códigos propios, a
los que llamaremos sub-códigos de valor restringido y a veces de poca duración.
Existen códigos crípticos que se usan para ocultar mensajes y hacerlos accesibles
a pequeños grupos de individuos.
Victorino Zecchetto hace referencia de una actividad denotativa y connotativa. La
denotación está vinculada con lo que directamente expresa y refiere el signo. La
función denotativa marca, unifica y focaliza los sentidos del lenguaje impidiendo
que se dispersen y diseminen, tiene que ver con la comprensión global del signo,
en su realidad de significante, significado y de referente. La connotación es
aquello que es sugerido sin ser referido, implica una alteración de la denotación
porque pone en acción nuevas interpretaciones, muestra rostros imaginarios
inéditos, se aparta de las normas que pretenden llevar una relación directa con el
objeto referente.
Es importante el tratamiento semiótico del fenómeno, la comunicación no verbal,
en relación con los significaciones de los signos que se crean con el cuerpo. La
comunicación no verbal está inserta en la competencia comunicativa. La
competencia comunicativa permite al individuo la práctica y ejercicio de la
comunicación. La comunicación no verbal es más genérica y no tan precisa como
el lenguaje hablado; suele entenderse como aquel comportamiento comunicativo
basado en el sistema expresivo de los gestos, de los movimientos y posturas
corporales.
Zecchetto explica que surge una visión pluridisciplinar en mayor grado, que
acentuó las tendencias que preferían paradigmas más abiertos en colaboración
con otras disciplinas. En este contexto se ubica la corriente de la pragmática del
lenguaje humano, que aparece como una nueva perspectiva del estudio del
lenguaje general.
Los postulados epistemológicos que asume la pragmática del lenguaje humano
son: la comunicación humana es y se desarrolla como una construcción social, la
comunicación humana es dinámica y abierta , no una estructura estática y cerrada.
También hace mención de la pragmática argumentativa cuya preocupación es
tratar de comprender el lenguaje corriente desde los argumentos que emplean los
hablantes cuando arman su discurso.
Comprender una imagen no es lo mismo que explicarla. Podemos comprender las
imagen por la captación de su sentido figurativo directo y en el contexto de nuestra
realidad cultural. Podemos explicar la imagen con las teorías de la iconicidad, con
la fenomenología y con el estudio de sus atributos atravesar del conocimiento y
saber analítico. La explicación y comprensión no son fenómenos que se excluyen
pero sí representan formas diferentes de acercarse a la imagen, pueden ser
complementarias o antagónicas.
El iconismo es un fenómeno que determina la naturaleza del signo visual. En el
iconismo se integran los elementos que especifican y sustentan el carácter de la
imagen visual, dichos elementos están en tema de discusión. La escala de la
iconicidad depende de la elaboración de los elementos cuantitativos y cualitativos
presentes en la figura.
Surge el análisis de discursos para referirse a las contextualización históricas de la
prácticas sociales y culturales. El término discurso designa el acto de producir
sentido y su expresión comunicativa. Las marcas discursivas son características
distintivas del material del significante y que permiten acceder al reconocimiento
de un discurso. Hay marcas semánticas, sintácticas y enunciativas.
La semiótica se interesa por recordar algunas nociones de narratología ya que
representa la forma más difusa de producir significados. Es en el lindero de las
narraciones donde se hace visible la función de la memoria, para recordar
momentos y contarlos.
La recepción es el acto mediante el cual el destinatario de una obra percibe su
significado, se apropia y hace suyo algún sentido respecto a ella, sea un texto
literario, plástico, gráfico o audiovisual. La recepción es una respuesta a esos
mensajes. El momento receptivo es fundamental para que se logré la
comunicación. La importancia de la recepción está en que le da énfasis o realce a
la forma de como el lector logra interpretar los signos de cualquier texto, y para
ello se aplica la hermenéutica.

Conclusiones:
 Hemos de afirmar que la semiótica tiene el enfoque de buscar leyes y otras
generalidades relativas a su objeto de estudio.
 El libro de Zecchetto fue muy comprensible ya que está escrito con un
vocabulario básico y dinámico de la semiótica.
 La danza de los signos, es un libro donde sirve como guía para que todo
comunicador ponga en práctica lo escrito. La semiótica tiene la
disponibilidad de seguir aportando motivos razonables para encaminar la
comunicación, pero siempre en compañía de otra ciencia en un esfuerzo
interdisciplinario.

Вам также может понравиться