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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO

“MEDIDAS DE COERCIÓN PROCESAL”

DOCENTE: Dra. Meili Kuong Morales

CURSO: Derecho Procesal Penal

INTEGRANTES:

 Argote Ccasani, Mabel


 Choque Valdivia, Denisse
 Fierro Salinas, Patricia
 Herencia Macero, Gino
 Romero Castillo, Lohana
 Ticona Gaona, Milagros
 Zuñiga Solis, Valery

SECCIÓN: 1

CICLO: VI

AREQUIPA – PERÚ

1
DEDICATORIA

2
EPÍGRAFE

“La libertad no es la capacidad de hacer lo


que queremos, sino el derecho de ser
capaces de hacer lo que debemos.”

Lord Actor

3
INTRODUCCIÓN

La actual crisis del proceso penal en nuestro país se explica fundamentalmente


por el modo en que el Estado, a través de su órgano legislativo y judicial, ha
tutelado la libertad. Los problemas que emergen del tratamiento estatal de la
coerción personal y real, no sólo pueden ser abordados desde una visión
dogmática, sino valorando aspectos prácticos. Por ello, en el presente trabajo
se explica las medidas de coerción procesal en el Nuevo Código Procesal Penal
de acuerdo a la realidad jurídica penal peruana, también llamadas por la
doctrina medidas cautelares, las cuales se definen como todas aquellas
injerencias legítimas de la autoridad en los derechos fundamentales y son
instauradas como medios para lograr los fines del proceso. Otros le llaman
medidas de coerción, dando énfasis en la posibilidad de utilizar la fuerza para
llevarlas a cabo aun en contra de la voluntad del sometido a ellas. Las misma
no persiguen un fin en si mismas, sino son un medio para lograr otros fines, los
del proceso. Una característica fundamental de las medidas coercitivas es su
carácter cautelar, de modo que solo pueden mantenerse mientras persistan las
condiciones que les dieron origen, de tal forma que estas figuras del derecho
procesal no pueden extenderse mucho en el tiempo para evitar que tengan el
carácter de una pena anticipada.

Dentro de los principios que regulan su aplicación en la administración de


justicia penal están el principio de proporcionalidad el cual exige que en todo
caso debe dictarse la medida coercitiva menos gravosa de entre las que sean
adecuadas razonablemente para evitar el riesgo de que se trata y como
consecuencia de este principio la medida no debe ser desproporcionada en
relación con la gravedad del hecho ni con el peligro que se trata de prevenir, lo
que busca este principio es establecer un equilibrio entre la medida que impone
el estado y el bien jurídico que se trata de privar .

4
Otro principio que regula su aplicación es el principio de inocencia, ligado a la
prisión preventiva, al tenor de lo que expresa el código cuando señala que la
prisión preventiva está sometida a un límite temporal razonable a los fines de
evitar que se convierta en una pena anticipada. El principio de inocencia
conjuntamente con el derecho a la libertad exige que la prisión preventiva sea
de carácter excepcional y que la libertad es la condición natural del ser humano,
es la regla. Y por último, está el principio de motivación con el cual obligan al
tribunal que impone una coerción, motivar en hecho y derecho dichas medidas.

El tema en cuestión tratara de las medidas de coerción, las cuales tienen


carácter excepcional y solo pueden ser impuestas mediante resolución judicial
motivada y escrita, por el tiempo absolutamente indispensable y a los fines de
asegurar la presencia del imputado en el procedimiento más luego continua
diciendo que la resolución judicial que impone una medida de coerción o la
rechace es revocable o reformable en cualquier estado del procedimiento. En
todo caso el juez puede proceder de oficio cuando favorezca la libertad del
imputado.

Además, a través de este trabajo monográfico se plasmaran determinadas


conclusiones a las que se llegó luego de un análisis íntegro del contenido a
continuación.

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INDICE
CAPITULO
MEDIDAS DE COERCIÓN PROCESAL
1.DEFINICIÓN ............................................................................................................................. 8
2.CARACTERÍSTICAS ............................................................................................................... 9
3.PRINCIPIOS ........................................................................................................................... 11
3.1.Presupuestos ...................................................................................................................... 12
4.CLASIFICACIÓN.................................................................................................................... 12
4.1.Las medidas de naturaleza personal. ............................................................................. 12
4.2.Las medidas de naturaleza real. ...................................................................................... 12
5.REQUISITOS Y TRÁMITE DEL AUTO JUDICIAL. .......................................................... 13
6.LEGITIMACIÓN Y VARIABILIDAD. .................................................................................... 13
6.1.Intervención de los sujetos procesales. .......................................................................... 14
7.LA DETENCIÓN..................................................................................................................... 14
7.1.En qué casos una persona puede ser detenida ............................................................ 15
7.2.¿Qué es flagrante delito? .................................................................................................. 16
7.3.¿Qué es la detención policial? ......................................................................................... 16
7.4.Plazo de 24 horas en la detención policial ..................................................................... 17
7.4.1.Jurisprudencia.................................................................................................................. 17
7.5.El Arresto Ciudadano: ........................................................................................................ 17
7.5.1.Presupuestos Materiales: .............................................................................................. 18
7.5.2.Características ................................................................................................................. 19
7.5.3.El Serenazgo.................................................................................................................... 19
7.6.Deberes del policía............................................................................................................. 20
7.7.Ventajas y desventajas ...................................................................................................... 21
7.8.La Detención Preliminar Judicial: ..................................................................................... 23
8.PLAZO DE LA DETENCIÓN. ............................................................................................... 23
9.DETENCIÓN PRELIMINAR INCOMUNICADA. ................................................................ 25
10.CONVALIDACIÓN DE LA DETENCIÓN.......................................................................... 25
11.RECURSO DE APELACIÓN. ............................................................................................ 26

6
12.DIFERENCIA ENTRE DETENCIÓN PRELIMINAR Y PRISIÓN PREVENTIVA ....... 26
Capitulo II
LEGISLACIÓN COMPARADA
13.LAS MEDIDAS DE COERCIÓN EN REPÚBLICA DOMINICANA ............................... 29
13.1.Las teorías de las penas que adoptan el código penal dominicano y el proyecto de
código penal ............................................................................................................................... 31
13.2.Teoría que adopta el actual código penal dominicano ............................................... 33
14.LA DETENCIÓN EN EL CÓDIGO PROCESAL PENAL CHILENO ............................. 34
14.1.La detención tomada en sentido amplio. ...................................................................... 36
14.2.Código de Procesal Chileno: .......................................................................................... 38
15.Análisis de la Legislación comparación de Republica Dominicana y Chilena con el
Nuevo Código Procesal Penal Peruano. ............................................................................... 47
Capitulo III
JURISPRUDENCIA DE LAS MEDIDAS DE COERCIÓN PENAL
16.SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DEL EXPEDIENTE N.° 02583-
2012-PHC/TC ............................................................................................................................ 48
Capitulo IV
ANÁLISIS CRÍTICO GRUPAL
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS

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CAPITULO I
MEDIDAS DE COERCIÓN PROCESAL

1. DEFINICIÓN
La coerción procesal comprende una serie de medidas sobre la persona del
inculpado y sus bienes; puede tratarse de la limitación a la libertad ambulatoria
o la disponibilidad de ciertas cosas. Estas limitaciones alcanzan a derechos
fundamentales, que no son absolutos, pues están sujetos a restricciones
legales ordinarias impuestas por orden público, bienestar general y seguridad
del Estado. ORÉ GUARDIA define a las medidas de coerción como: «(…)
restricciones al ejercicio de derechos personales o patrimoniales del imputado o
de terceros, impuestas durante el transcurso de un procedimiento penal, con la
finalidad de garantizar los fines del mismo».

Las medidas de coerción tienen como fundamento la necesidad de asegurar


que la persona o cosa estén a disposición de la justicia en el momento que sea
necesario, pues en el desarrollo del proceso puede darse una serie de actos del
imputado o de terceros para rehuir el juicio o distorsionar la actividad probatoria.
V.gr.: Ocultamiento de los efectos materiales del delito, acuerdos con los
cómplices, intimidación de testigos, etc.

Al respecto, MÁLAGA DIÉGUEZ sostiene que las medidas provisionales


adoptan funciones cautelares o aseguratorias de la prueba y tuitivas –
coercitivas.

Nuestro nuevo ordenamiento procesal recoge tres finalidades (artículo 253°.3):

a) Prevenir, según los casos, los riesgos de fuga, de ocultamiento de bienes


o de insolvencia sobrevenida,
b) Impedir la obstaculización de la averiguación de la verdad.
c) Evitar el peligro de reiteración delictiva. DUCE y RIEGO, refiriéndose a la
coerción penal, señalan que constituye la posibilidad excepcional de

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afectar la situación normal y general con fines cautelares que rompe la
lógica general de la presunción de inocencia.

2. CARACTERÍSTICAS
 Son instrumentales. Tienen una relación de medio a fin con el proceso.
Son disposiciones que se dictan para cumplir con los fines que persigue
el proceso. Carecen de finalidad propia.
 Son coactivas. Su concreción puede implicar el empleo de la fuerza
pública, pero, al restringirse derechos fundamentales, es imprescindible
brindar las máximas garantías de un proceso.
 Son rogadas. Con el Código de Procedimientos Penales se sostiene que
no se aplica la regla propia del proceso civil de que para su concesión se
requiera instancia de parte. En el nuevo Código Procesal Penal las
medidas de coerción tienen el «carácter de rogadas», es decir,
necesariamente deben ser requeridas por la parte legitimada. El artículo
254°, parágrafo 2), establece que: «… re quierende resolución judicial
especialmente motivada, previa solicitud del sujeto procesal legitimado».
 Son urgentes. Se adoptan estas medidas cuando se aprecian
circunstancias que objetivamente generanun riesgo para la futura
eficacia de la resolución definitiva. Para ello, el juez cuenta con limitados
elementos de juicio, y su concesión debe ser rápida, de tal manera que
su procedimiento tiene la nota de sumariedad.
 Son proporcionales. Se rigen por tres principios intrínsecos: adecuación,
necesidad y subsidiaridad.
 El primero se refiere a que toda medida adoptada debe ser apta para
alcanzar el objetivo pretendido; el segundo, a si la medida adoptada es
precisa para asegurar el respeto de la ley o del interés público sin ir más
allá de lo estrictamente necesario para ser eficaz; el tercero, a si no
existe otra medida que sea menos lesiva para el interés privado, es decir,

9
se trate de la «alternativa menos gravosa». Finalmente, la
proporcionalidad exige que la resolución que contiene la medida debe
ser motivada, de tal manera que puede estar sujeta al control
jurisdiccional.
 Son variables. La regla «rebus sic stantibus» impone que la permanencia
o modificación de una medida estará siempre en función a la estabilidad
o variación de los presupuestos que hicieron posible su adopción inicial.
Las medidas son susceptibles de alteración, variación y aun revocación.
Sobre la base de esta regla surge la discusión acerca de si las
resoluciones que establecen una medida coercitiva tienen o no la
autoridad de cosa juzgada. La doctrina mayoritaria le resta ese efecto.
Son dos los motivos de esa posición:
a) La cosa juzgada implica irrevocabilidad de la resolución por haber
adquirido firmeza al precluir los medios de impugnación previstos
legalmente para atacarla.
b) El carácter de irrevocabilidad de la cosa juzgada es contrario a la
función de las medidas cautelares que las hace esencialmente
modificables.
c) La resolución que contiene una medida cautelar produce los efectos
de cosa juzgada formal cuando adquiere firmeza por no existir o
haber precluido la posibilidad de utilizar contra ella los medios de
impugnación legalmente previstos.

Tiene dos manifestaciones:

a) Provisionalidad, pues la medida tiene una duración limitada en el


tiempo y debe desaparecer una vez que haya recaído la
resolución definitiva. Debe diferenciarse de la temporalidad
(independientemente de sobrevenir un evento determinado, la
medida está sujeta a un tiempo determinado). Esta

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diferenciaciones la distinguida por CORAL
ARANGUENAFANEGO.
b) Homogeneidad, pues los efectos jurídicos que genera coinciden
sólo parcialmente con los efectos de la sentencia principal. Se
trata del mismo bien jurídico que puede resultar afectado por la
sentencia de condena. Como señala SAN MARTÍN CASTRO,
reviste cualitativamente las mismas características que las
medidas ejecutivas.1

3. PRINCIPIOS
a) La Legalidad: Solo serán aplicables las medidas coercitivas
establecidas expresamente en la Ley, en la forma y tiempo señaladas
por ella.
b) Proporcionalidad: Es necesario considerar que en el caso concreto,
aquella constituye el necesario y último recurso o alternativa para
alcanzar los fines del proceso.
c) Motivación: La imposición de las medidas coercitivas por parte del Juez
requiere de modo ineludible resolución judicial especialmente motivada.
d) Instrumentalidad: Constituyen formas, medios o instrumentos que se
utilizan para garantizar la presencia del imputado en el proceso penal y
con ello finalmente se logre el éxito del proceso.
e) Urgencia: Las medidas coercitivas sólo podrán ser impuestas cuando se
pueda evidenciar la concurrencia de un verdadero peligro de ineficacia
del proceso penal por la demora.
f) Jurisdiccionalidad: Sólo pueden ser impuestas, modificadas,
ampliadas, suspendidas, acumuladas, por la autoridad jurisdiccional
competente.
g) Provisionalidad: Tienen un tiempo límite o máximo de duración.(4)

1
EL NUEVO SISTEMA PROCESAL PENAL: ANÁLISIS CRÍTICO, ANA C. CALDERÓN SUMARRIVA, pagina 218.

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3.1. PRESUPUESTOS
Existen dos presupuestos que la doctrina reconoce y que resultan de
suma utilidad para marcar los lineamientos básicos en la adopción de las
medidas coercitivas o cautelares:
- El periculum in mora, o peligro en la demora.
- El fumusbonis iuris o apariencia del derecho, la razonada
atribución del hecho punible a una persona.

4. CLASIFICACIÓN
En doctrina y en nuestro ordenamiento procesal se considera la siguiente
clasificación de las medidas coercitivas:

4.1. Las medidas de naturaleza personal.


Recaen sobre la persona del procesado o de terceros, limitando su libertad
física; tienen sólo efectos de mero aseguramiento. Entre ellas se
encuentran: la prisión preventiva, el mandato de comparecencia y la
incomunicación. La privación de la libertad es una de las medidas más
graves que se pueden adoptar en un proceso penal y debe ser meditada
por el Juez antes de decretarla.

4.2. Las medidas de naturaleza real.


Recaen sobre el patrimonio del procesado o de terceros limitando su libre
disposición. Estas medidas pueden tener cuatro efectos:
a) Deaseguramiento, que se caracterizan por mantener o constituir
una situación adecuada para que se pueda efectivizar la sentencia
en cuanto a la responsabilidad civil.
b) De conservación, que constituye un mecanismo que permite
mantener los medios de prueba en el proceso y que el Juez Penal
pueda ejercer inmediación.

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c) De innovar, cuando permiten la modificación de las circunstancias
actuales, evitando que continúe la vulneración o peligro para el bien
jurídico.
d) De no innovar, para mantener determinadas condiciones o
situación.

5. REQUISITOS Y TRÁMITE DEL AUTO JUDICIAL.


1. Las medidas que el Juez de la Investigación Preparatoria imponga en esos
casos requieren resolución judicial especialmente motivada, previa solicitud del
sujeto procesal legitimado. A los efectos del trámite rigen los numerales 2) y 4)
del artículo 203º.
2. El auto judicial deberá contener, bajo sanción de nulidad:
a) La descripción sumaria del hecho, con la indicación de las normas
legales que se consideren transgredidas.
b) La exposición de las específicas finalidades perseguidas y de los
elementos de convicción que justifican en concreto la medida dispuesta,
con cita de la norma procesal aplicable.
c) La fijación del término de duración de la medida, en los supuestos
previstos por la Ley, y de los controles y garantías de su correcta
ejecución.

6. LEGITIMACIÓN Y VARIABILIDAD.
1. Las medidas establecidas en este Título, sin perjuicio de las reconocidas a la
Policía y al Fiscal, sólo se impondrán por el Juez a solicitud del Fiscal, salvo el
embargo y la ministración provisional de posesión que también podrá solicitar el
actor civil. La solicitud indicará las razones en que se fundamenta el pedido y,
cuando corresponda, acompañará los actos de investigación o elementos de
convicción pertinentes.
2. Los autos que se pronuncien sobre estas medidas son reformables, aún de
oficio, cuando varíen los supuestos que motivaron su imposición o rechazo.

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3. Salvo lo dispuesto respecto del embargo y de la ministración provisional de
posesión, corresponde al Ministerio Público y al imputado solicitar al Juez la
reforma, revocatoria o sustitución de las medidas de carácter personal, quien
resolverá en el plazo de tres días, previa audiencia con citación de las partes.
Sustitución o acumulación.
La infracción de una medida impuesta por el Juez, determinará, de oficio o a
solicitud de la parte legitimada, la sustitución o la acumulación con otra medida
mas grave, teniendo en consideración la entidad, los motivos y las
circunstancias de la trasgresión, así como la entidad del delito imputado.
Impugnación.
a) Los autos que impongan, desestimen, reformen, sustituyan o acumulen
las medidas previstas en esta Sección son impugnables por el Ministerio
Público y el imputado.
b) El actor civil y el tercero civil sólo podrán recurrir respecto de las medidas
patrimoniales que afecten su derecho en orden a la reparación civil.

6.1. Intervención de los sujetos procesales.


En el procedimiento de imposición de una medida prevista en esta sección
seguido ante el Juez de la Investigación Preparatoria y en el procedimiento
recursal, los demás sujetos procesales podrán intervenir presentando
informes escritos o formulando cualquier requerimiento, luego de iniciado el
trámite. Esta intervención procederá siempre que no peligre la finalidad de
la medida.

7. LA DETENCIÓN
Puede darse por mandato judicial en cuyo caso se denomina detención
preliminar o sin mandato por la policía cuando el sujeto es sorprendido en
flagrante delito o a través del arresto ciudadano por cualquier persona, en
estado de flagrancia delictiva. El plazo límite es de veinticuatro horas, pero
puede ser convalidado por el Juez hasta por siete días, salvo el caso de los

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delitos exceptuados. En caso que el fiscal solicite la prisión preventiva, el
imputado permanece detenido hasta que se realice la audiencia.2
Con Gimeno Sendra podríamos definir la detención como “Toda privación de la
libertad, distinta a la prisión provisional, que pueda ocasionarse en función de
un procedimiento penal. ”Se trata de una medida cautelar de orden personal
para la cual deben concurrir tanto el funusbonijuris como el periculum in mora.
Se diferencia de la prisión provisional en dos aspectos:
a) Puede ser adoptada por persona o autoridad distinta a la jurisdiccional, de tal
suerte que podrá ser acordada por la policía e inclusiva por los particulares,
excepto la llamada detención preliminar judicial prevista en el artículo 261º.
b) Es provisionalísima y no solo provisional como las demás medidas de
coerción procesal, en atención al breve plazo de duración que el Código
establece (24 horas y 15 días, tratándose de los delitos de terrorismo, espionaje
y tráfico ilícito de drogas).3

7.1. En qué casos una persona puede ser detenida


Según la Constitución peruana, una persona puede detenida en dos casos:

a) Por mandato escrito y motivado de un Juez; y,


b) Por las autoridades policiales en caso de flagrante delito.

En el primer caso, se detiene al presunto autor de un delito luego de que lo


cometió (es decir, no hay flagrante delito). El Juez dicta esta medida luego
de comprobar los requisitos para detener a una persona ( en el marco de
una investigación o un proceso judicial originado por una denuncia penal).
Si bien el Juez dicta la orden de detención, ella es ejecutada la Policía
Nacional.

2
Calderón Sumarriva, Ana. Águila Cuadros, Guido. Balotario Desarrollado para el examen del
CNM.EGACAL.Lima.2009.
3
Calderón Sumarriva, Ana Cecilia. Análisis Integral del Nuevo Código Procesal Penal.Ed.San
Marcos E.I.R.L.Lima.2009.

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En el segundo caso, la Policía Nacional del Perú puede detener sin
mandato judicial a quien sorprenda en flagrante delito.

7.2. ¿Qué es flagrante delito?


Hay delito flagrante cuando:

a) El delincuente es descubierto cometiendo el delito.


b) El delincuente acaba de cometer el delito y es descubierto.
c) El delincuente ha huido y ha sido identificado durante o
inmediatamente después de que cometió el delito, sea por la víctima
o por otra persona que haya visto el hecho, o por medio audiovisual o
equipos que hayan registrado su imagen, y es encontrado dentro de
las 24 horas de cometido el delito.
d) El delincuente es encontrado dentro de las 24 horas después de
cometido el delito con objetos procedentes del delito o que hayan
sido empleados para cometer el delito, o con señales (por ejemplo,
en su ropa) que indiquen su probable autoría y participación en el
hecho delictuoso.

7.3. ¿Qué es la detención policial?


Ocurre cuando una persona es privada de su libertad por la policía por
haber sido sorprendida en flagrante delito y sin contar con un mandato
judicial.

Si el policía detiene a una persona sin que haya delito flagrante, la


detención es ilegal, pudiendo ser denunciada, según sea el caso, por abuso
de autoridad y secuestro.

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7.4. Plazo de 24 horas en la detención policial
La detención preventiva policial se puede realizar hasta por 24 horas o el
término de la distancia si es un delito común y hasta por 15 días en los
delitos de terrorismo, tráfico ilícito de drogas y espionaje. La policía debe
dar cuenta al Ministerio Público y al Juez Penal.

7.4.1. Jurisprudencia
La detención preliminar policial del beneficiario tuvo lugar con fecha 28
de septiembre del 2008, a las 20 horas con 45 minutos, computándose a
partir de ese momento en forma inexorable el plazo de 24 horas, para
que la señora Fiscal encargada del caso ponga a disposición del juzgado
al detenido con independencia a la comunicación oportuna o tardía por la
policía nacional de la noticia criminal, la fiscal demandada presentó su
requerimiento de prisión preventiva antes del vencimiento de las 24 horas
de la detención efectiva por la Policía Nacional, luego mediante
resolución judicial se fijó audiencia de prisión preventiva para el día
siguiente o sea, dentro del plazo de 48 horas del requerimiento fiscal
como lo exige el artículo 271.1 del NCPP, por tanto, la autoridad judicial
también ha cumplido con la tramitación pertinente.

7.5. El Arresto Ciudadano:


En base al art.260 NCPP puede realizarlo cualquier persona en caso de
flagrancia delictiva. Se debe entregar inmediatamente al arrestado y el
cuerpo del delito a la Policía más cercana.

Es la privación de la libertad practicada por cualquier ciudadano sobre un


delincuente cuando es sorprendido en flagrante delito. Esto es permitido
por la Constitución, que reconoce el derecho de los ciudadanos de
retener a quienes están cometiendo un delito, cuando la autoridad
competente no está presente, pero debiendo entregar inmediatamente al

17
arrestado y las cosas que son el cuerpo del delito a la Policía más
cercana.4

Se entiende por entrega inmediata el tiempo que toma dirigirse a la


dependencia policial más cercana o al policía que se encuentre por las
inmediaciones del lugar. En ningún caso el arresto autoriza a encerrar o
mantener privada de su libertad en un lugar público o privado hasta su
entrega a la autoridad policial a la persona (No me queda claro, pues
para llevarse a cabo la entrega del delincuente a la policía, este debe ser
privado de su libertad). La Policía redactará un acta donde se haga
constar la entrega y las demás circunstancias de la intervención.

No debe olvidarse que el arresto ciudadano, al igual que la detención


policial, sólo pueden ser llevados a cabo en casos de flagrante delito. Es
importante resaltar que el personal del Serenazgo, al igual que cualquier
ciudadano que arreste a una persona en flagrancia delictiva, debe
ponerla de inmediato a disposición de la policía más cercana. Quien
practique indebidamente el arresto es susceptible de ser denunciado,
según sea el caso, por coacción y secuestro.

7.5.1. Presupuestos Materiales:

1. Que se trate de un delito flagrante: Que se presencie


directamente, que se está produciendo o se acaba de producir una
conducta delictiva.
2. Que se entregue inmediatamente y junto con los objetos
vinculados con el delito, a la autoridad policial más cercana: Se
entiende por entregar inmediatamente el tiempo que demanda
dirigirse a la dependencia policial más cercano o al Policía que se

4
La detención policial y arresto ciudadano, José Antonio Caro John

18
halle por las inmediaciones del lugar, no es necesario esperar las 24
horas o los 15 días.
3. Que la Policía Nacional elabore un acta donde conste la entrega
y la constatación de la intervención: En ningún caso, el arresto
autoriza a encerrar o mantener privado de su libertad al arrestado en
un lugar público o privado, hasta su entrega a la autoridad Policial.
Debe recordarse que es un arresto más no una detención, por lo que
no se autoriza a mantener privada de su libertad.

7.5.2. Características

1. El arresto ciudadano es una facultad con justificación social y no una


obligación. No es una detención; sino una facultad de cualquier
persona para restringir la libertad de otra persona que se encuentre
en flagrante delito. Solamente la Policía debe detener. Esta facultad
forma parte del derecho y del deber de la ciudadanía de participar en
la lucha contra el delito, sobre todo en sociedades afligidas por las
carencias institucionales responsables y el debilitamiento de los
principios de solidaridad[6]
2. La entrega inmediata a la autoridad policial más cercana, por lo que
no equivale a una detención o encarcelamiento; en consecuencia es
un acto transitorio de privación de la libertad.
3. Requiere flagrancia.
4. La práctica es particular.

7.5.3. El Serenazgo

La aprobación de la ley mencionada del arresto ciudadano, permitirá a


los efectivos del serenazgo detener a un delincuente encontrado en
flagrante y llevarlos a la dependencia policial, ello en función al apoyo de

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las labores de la Policía Nacional en su lucha contra la inseguridad
ciudadana basándose en el principio de legalidad y de acuerdo al Código
Penal.

Cuando actúe como sereno, es funcionario y debe invocar la norma que


le permite arrestar.

No hay problema para que los serenos arresten, siempre que cumplan
los requisitos.

La defensoría recordó que los efectivos del serenazgo pueden intervenir


ante la comisión de un delito flagrante, pero no al amparo de la ley de
Arresto Ciudadano; sino en el marco de la legítima defensa prevista en el
numeral 3 del artículo 20° del Código Penal que autoriza a intervenir
frente a una agresión ilegítima par la defensa de bienes jurídicos propios
o de terceros.

Deberes: -No solo para los ciudadanos- Por ello se debe respetarse los
derechos fundamentales de las personas, se debe evitarse la apropiación
de los objetos incautados. debe evitar detener indebidamente –con
prudencia – sin acciones violentas, no se debe faltar ni atentar contra la
dignidad, el cuerpo y la salud y debe usarse la fuerza suficiente de ser el
caso.

El ciudadano debe tomar al individuo, sujetarlo y llamar inmediatamente


a la autoridad policial competente. Su fin no es sustituir a la Policía
Nacional, sino colaborar.

7.6. Deberes del policía.

La Policía Nacional cuando tenga conocimiento de un arresto ciudadano


debe:

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1. Comunicar el delito que se le atribuye al arrestado.
2. Comunicar inmediatamente el Ministerio Público.
3. En caso de delitos de terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas,
informar al Juez de la investigación Preparatoria.
4. Advertir al arrestado que le asiste los derechos previstos en el artículo
71. De esa diligencia se levantará un acta.

7.7. Ventajas y desventajas

Veamos, cuales son las ventajas de esta figura:

a) Combate a la delincuencia ante la insuficiencia de efectivos


policiales, de este modo frena el índice de criminalidad,
mayormente crímenes de poca monta.
b) Es una herramienta útil en caso de serenazgo, (…).
c) Posibilita que los delincuentes sean identificados,
desapareciendo la cifra negra de la delincuencia, pues sería
procesado.
d) La ley en los otros distritos judiciales donde se ha aplicado el
Nuevo Código Procesal no ha tenido problemas en su aplicación,
ni nadie se ha quejado del mismo.
e) Se podría conservar los medios o efectos del delito cometido
hasta que el delincuente sea puesto a disposición de las
autoridades competentes.
f) La norma del arresto ciudadano indica que se debe entregar
inmediatamente al arrestado y las cosas que constituyan el
cuerpo del delito a la Policía más cercana.
g) Considerando los pro y los contra de una situación delictiva, si un
ciudadano se considera apto o capaz de hacer un arresto
ciudadano podría hacerlo.

21
h) Esta figura del arresto ciudadano es útil si se usa
adecuadamente.

Es de gran importancia para aquellos lugares donde no existe


Comisarías y las autoridades policiales se ven impedidas de actuar
inmediatamente cuando se perpetra un delito.

Las desventajas de esta figura de arresto ciudadano sería:

a) Pondría en peligro la vida de los ciudadanos, en el sentido que si


el delincuente tiene un arma escondida o posee una mayor
fuerza física podría ser asesinado o lesionado.
b) No es un secreto que los efectivos policiales en sus días de
franco tienen que buscar otro tipo de ingresos como el cuidado
de bancos, entre estos también trabajan juntos con los
serenazgos en los municipios, por lo que si la ley faculta el
arresto ciudadano, solo bastaría que estén presentes los serenos
al momento de producirse los hechos delictivos.
c) La eficacia de esta ley se vería con el transcurso del tiempo,
pues si existe temor de arrestar a un delincuente, este no sería
identificado y no sería procesado, manteniendo la cifra negra de
la criminalidad.
d) Como el ciudadano común no tiene conocimientos básicos de
criminalisticas, podría contaminar o perder la evidencia e incluso
se le podría involucrar en este delito.
e) Es evidente que si la policía carece de logística así como de
recursos humanos, que se puede decir de los ciudadanos
comunes, pues si no tiene un celular para comunicarse con la
comisaría más cercana así como si no posee un vehículo o no
tiene para el pasaje en bus para trasladar al detenido ante la

22
autoridad competente, esta parte de la ley seria inaplicable en la
realidad.
f) Se tiene que tener en consideración que un efectivo policial tiene
una preparación especial para enfrentar a la delincuencia como
el manejo de armas y la defensa personal, habilidades que un
ciudadano común no la posee.
g) Si esta figura es usada de modo inadecuado, como por ejemplo
en los casos de venganza por ejemplo, en el caso de un vecino
que le tiene odio a otro y le arresta “sembrando pruebas”,
entonces se convertiría en un acto arbitrario.

7.8. La Detención Preliminar Judicial:


Esta medida se dispone a solicitud del Fiscal cuando:
a) Existan razones plausibles de que una persona ha cometido delito
sancionado con pena superior de 4años y exista posibilidad de fuga;
Jaime Coaguila Valdivia
b) El sorprendido en flagrante delito logre evitar su detención;
c) La fuga del detenido de un centro de detención preliminar.
Las requisitorias tendrán una duración de seis meses y en el caso de los
delitos de Terrorismo, Espionaje y TID no caducarán.

8. PLAZO DE LA DETENCIÓN.
1. La detención policial de oficio o la detención preliminar sólo durará un plazo
de veinticuatro horas, a cuyo término el Fiscal decidirá si ordena la libertad del
detenido o si, comunicando al Juez de la Investigación Preparatoria la
continuación de las investigaciones, solicita la prisión preventiva u otra medida
alternativa.
2. La detención policial de oficio o la detención preliminar podrá durar hasta un
plazo no mayor de quince días naturales en los delitos de terrorismo, espionaje
y tráfico ilícito de drogas.

23
El Juez Penal, en estos casos, está especialmente facultado para adoptar las
siguientes medidas:
a) Constituirse, a requerimiento del detenido, al lugar donde se encuentra
el detenido y averiguar los motivos de la privación de la libertad, el
avance de las investigaciones y el estado de su salud. En caso de
advertir la afectación indebida del derecho de defensa o de
irregularidades que perjudiquen gravemente el éxito de las
investigaciones, pondrá tales irregularidades en conocimiento del Fiscal
del caso, sin perjuicio de comunicar lo ocurrido al Fiscal Superior
competente. El Fiscal dictará las medidas de corrección que
correspondan, con conocimiento del Juez que intervino.
b) Disponer el inmediato reconocimiento médico legal del detenido, en el
término de la distancia, siempre y cuando el Fiscal no lo hubiera
ordenado, sin perjuicio de autorizar en cualquier momento su
reconocimiento por médico particular. El detenido tiene derecho, por sí
sólo, por su Abogado o por cualquiera de sus familiares, a que se le
examine por médico legista o particulares, sin que la Policía o el
Ministerio Público puedan limitar este derecho.
c) Autorizar el traslado del detenido de un lugar a otro de la República
después de efectuado los reconocimientos médicos, previo pedido
fundamentado del Fiscal, cuando la medida sea estrictamente
necesaria para el éxito de la investigación o la seguridad del detenido.
La duración de dicho traslado no podrá exceder del plazo señalado en
el primer párrafo de este artículo y deberá ser puesto en conocimiento
del Fiscal y del Juez del lugar de destino.
3. Al requerir el Fiscal en los casos señalados en los incisos anteriores la prisión
preventiva del imputado, la detención preliminar se mantiene hasta la
realización de la audiencia en el plazo de cuarenta y ocho horas.

24
9. DETENCIÓN PRELIMINAR INCOMUNICADA.
1. Detenida una persona por los delitos de terrorismo, espionaje y tráfico
ilícito de drogas, o por un delito sancionado con pena superior a los seis
años, el Fiscal podrá solicitar al Juez de la Investigación Preparatoria que
decrete su incomunicación, siempre que resulte indispensable para el
esclarecimiento de los hechos investigados y por un plazo no mayor de
diez días, siempre que no exceda el de la duración de la detención. El
Juez deberá pronunciarse inmediatamente y sin trámite alguno sobre la
misma, mediante resolución motivada.
2. La incomunicación no impide las conferencias en privado entre el abogado
defensor y el detenido, las que no requieren autorización previa ni podrán
ser prohibidas.

10. CONVALIDACIÓN DE LA DETENCIÓN.


1. Vencido el plazo de detención preliminar, el Fiscal, salvo los delitos de
terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas, si considera que subsisten
las razones que determinaron la detención, lo pondrá a disposición del
Juez de la Investigación Preparatoria requiriendo auto de convalidación de
la detención. En caso contrario, dispondrá la inmediata libertad del
detenido.
2. El Juez, ese mismo día, realizará la audiencia con asistencia del Fiscal,
del imputado y de su defensor, y luego de escuchar a los asistentes,
teniendo a la vista las actuaciones proporcionadas por el Ministerio
Público, decidirá en ese mismo acto mediante resolución motivada lo que
corresponda.
3. La detención convalidada tendrá un plazo de duración de siete días
naturales, a cuyo vencimiento se pondrá al detenido a disposición del Juez
de la Investigación Preliminar para determinar si dicta mandato de prisión
preventiva o comparecencia, simple o restrictiva.

25
4. En los supuestos de detención por los delitos de terrorismo, espionaje y
tráfico ilícito de drogas, vencido el plazo de quince días establecido en la
Constitución, el Fiscal solicitará de ser el caso la medida de prisión
preventiva u otra alternativa prevista en este Código.

11. RECURSO DE APELACIÓN.


a) Contra el auto previsto en el numeral 1) del artículo 261°, y los que
decretan la incomunicación y la convalidación de la detención procede
recurso de apelación. El plazo para apelar es de un día. La apelación no
suspende la ejecución del auto impugnado.
b) El Juez elevará los actuados inmediatamente a la Sala Penal, la que
resolverá previa vista de la causa que la señalará dentro de las cuarenta y
ocho horas de recibidos los autos. La decisión se expedirá el día de la
vista o al día siguiente, bajo responsabilidad.

12. DIFERENCIA ENTRE DETENCIÓN PRELIMINAR Y PRISIÓN


PREVENTIVA
“La prisión preventiva es una medida coercitiva personal, estrictamente
jurisdiccional, que se adopta a instancia del Ministerio Público y en el seno de
un proceso penal debidamente incoado, siempre que resulte absolutamente
imprescindible, que persigue conjugar un peligro de fuga o un riesgo de
ocultación o destrucción de las fuentes de prueba, está sometida a
comparación con la detención, y prevista para un período de tiempo más lato,
a requisitos más exigentes cuyo eje es la probabilidad positiva de la
responsabilidad del imputado, la comisión del delito por él, tanto desde la
intensidad de la imputación necesaria para dietario cuando desde la propia
configuración y valoración de los peligros que la justifican sometida con más
rigurosidad formal y material a los principios de necesidad y de motivación”.

26
Capitulo II
LEGISLACIÓN COMPARADA
En este caso hemos visto por conveniente hacer comparación con la legislación
procesal penal de Republica Dominicana y además se tiene en cuenta la forma
en la cual se puede ver la legislación procesal penal Chileno, pues teniendo en
cuenta la forma como se formó nuestra propio Nuevo Código Procesal penal se
va a mostrar las diferenticas y señalamientos similares entre los mismos.

Luego de dos intentos fallidos de reforma del sistema de Administración de


Justicia Penal, el primero en 1991 con la promulgación del Código Procesal
Penal del que sólo entraron en vigencia algunas normas tales como las
referidas al Principio de Oportunidad, a las medidas de coerción, etc….. y el
segundo en 1995 cuando el Proyecto elaborado por la Comisión Revisora que
fue nombrada para adecuar las normas del Código a la Constitución de 1994
fue aprobado en dos oportunidades por el Congreso, pero fue observado por el
Poder Ejecutivo y finalmente dejado en el olvido; después de varios años se
retomó el tema de la reforma procesal penal y luego de encargar a una
Comisión el estudio pertinente, el 29 de julio del 2004 se promulgó el nuevo
Código Procesal Penal.

Varias razones justifican que nuestro país cuente con un nuevo Código
Procesal Penal:

i. Desde un punto de vista del derecho comparado casi todos los países de
nuestra región contaban desde hacía algunos años con códigos de
proceso penal modernos; es el caso de Argentina, Bolivia, Colombia,
Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Paraguay y Venezuela.
ii. La necesidad ineludible de adecuar la legislación a los estándares
mínimos que establecen los Tratados Internacionales de Derechos
Humanos (Declaración Universal de los Derechos Humanos, Convención
Americana de Derechos Humanos y Pacto Internacional de Derechos

27
Civiles y Políticos) y a las normas contenidas en la Constitución Política
del Estado que otorgan la titularidad de la persecución penal al Ministerio
Público.
iii. La imperiosa la necesidad de organizar toda la normatividad procesal en
un cuerpo único y sistemático, bajo la lógica de un mismo modelo de
persecución penal.

En ese orden de ideas la estructura del nuevo proceso penal se edifica sobre la
base del modelo acusatorio de proceso penal cuyas grandes líneas
rectoras son: separación de funciones de investigación y de juzgamiento;
la libertad del imputado es la regla durante el proceso. El proceso se desarrolla
conforme a los principios de contradicción, igualdad de armas y respeto
escrupuloso del derecho de defensa; además bajo la vigencia de las garantías
de oralidad que permite que los juicios se realicen con inmediación y publicidad,
dando lugar a un mayor acercamiento y control de la sociedad hacia los
encargados de impartir justicia en su nombre.

Con la promulgación de este Código vía Decreto Legislativo número 957


promulgado el 28 de Julio último empieza la constitucionalización del proceso
penal peruano, estamos ante la inminente posibilidad de desterrar el
procedimiento SUMARIO inquisitivo, burocrático, despersonalizado, que no
permite luchar contra la criminalidad organizada y que ha fomentado la
impunidad, uno de los fenómenos más aborrecidos de la sociedad actual.
Asimismo podremos a poner fin a la nefasta situación de entrampamiento
surgida como consecuencia de la confusión de roles vigente en el anterior
Código de Procedimientos Penales, situación que se grafica en el hecho que ni
el Fiscal, ni el Juez cumplen su rol constitucional: El Fiscal que debe investigar
no investiga, pero acusa en base a elementos de convicción que él no ha
logrado y el Juez que debe juzgar, no juzga, pero condena. Por eso no
podemos posponer una reforma cuyas bases fueron sentadas hace más de

28
veinte años en la Constitución de 1979. Hoy podemos decir, que no hay deuda
que no se pague, ni plazo que no se cumpla; al fin tenemos un Código Procesal

Penal, en el que están ordenadas de manera coherente, lógica y sistemática


todas las normas procesales. En el nuevo modelo El Fiscal de la Nación debe
asumir una actitud de liderazgo que guíe la actividad de los Fiscales y de la
Policía Nacional del Perú que interviene en investigación del delito. En breve
tenemos que contar con un Ministerio Público fuerte y protagonista, responsable
de llevar adelante la investigación de los delitos, acusar a los presuntos
responsables y ejercer facultades discrecionales relevantes para mantener la
carga de trabajo del sistema en volúmenes razonables. Para ello es necesario
adecuar su arquitectura institucional a los nuevos requerimientos y, realizar los
esfuerzos sistemáticos de fortalecimiento presupuestario, material y de recursos
humanos, así como establecer los mecanismos de cooperación
interinstitucional. El Ministerio Público no podía continuar siendo Mesa de
Partes de la Policía Nacional. De igual manera el Poder Judicial tiene que
asumir lo esencial de su función, ser garante de la vigencia plena de los
derechos fundamentales de la persona y realizar la etapa procesal del
juzgamiento; el reto está lanzado y la ciudadanía está vigilante, de nosotros
depende hacer realidad la plena vigencia del nuevo código.

13. LAS MEDIDAS DE COERCIÓN EN REPÚBLICA DOMINICANA

En la República Dominicana antes del año Dos Mil Cuatro (2004) se daba la
particularidad en nuestro sistema legislativo, que la única medida que existía
era la prisión preventiva, sin embargo, esta complicada situación cambió y el
legislador dominicano, puso a disposición de los jueces más opciones de
medidas coerción menos gravosas que la prisión preventiva, pero que de igual

29
forma garantizan la comparecencia del imputado a todas las etapas del proceso
penal.5

Según el Código Procesal Penal y la doctrina podemos señalar que estas


medidas habilitadas para que el juez aplique a un ciudadano señalado por la
policía y el ministerio público son:

 La presentación de una garantía económica suficiente;


 La prohibición de salir sin autorización del país, de la localidad en la cual
reside o del ámbito territorial que fije el juez;
 La obligación de someterse al cuidado o vigilancia de una persona o
institución determinada, que informa regularmente al juez;
 La obligación de presentarse periódicamente ante el juez o ante la
autoridad que él designe;
 La colocación de localizadores electrónicos, sin que pueda mediar
violencia o lesión a la dignidad o integridad física del imputado;
 El arresto domiciliario, en su propio domicilio o en custodia de otra
persona, sin vigilancia alguna o con la que el juez disponga;
 La prisión preventiva.

En las infracciones de acción privada no se puede ordenar la prisión preventiva


ni el arresto domiciliario ni la colocación de localizadores electrónicos.

Es importante aclarar que la medida de coerción no es una condena, porque el


imputado aún no ha sido juzgado, sino que más bien, después de la una
evaluación de un juzgador, este puede restringir sus libertades a los fines de
asegurar que comparecerá a todas las etapas del proceso penal al cual será
sometido por los hechos que se le acusa.

5
Código Procesal Penal de la Republica Dominica
http://enj.org/portal/biblioteca/penal/medidas_cautelares_proceso_penal/13.pdf

30
13.1. Las teorías de las penas que adoptan el código penal dominicano
y el proyecto de código penal

El estado frente a un delito tiene como reacción la pena y las medidas de


seguridad. Desde tiempos remotos siempre se ha discutido a cerca del
fin de la pena, es por ello que desde que surgió la pena hasta el día de
hoy se ha contado básicamente con tres principales teorías que tratan de
explicar los fines de la pena.

• TEORÍAS ABSOLUTAS DE LA PENA: Se pueden definir estas


teorías como aquellas que sostienen que la pena halla su justificación en
si misma, sin que pueda ser considerada como un medio para fines
ulteriores. Absoluta porque en esta teoría el sentido de la pena es
independiente del su efecto social. Esta teoría se explica a través de la
teoría de la justa retribución.

La teoría de la retribución desarrollada por Kant y Engel concibe al delito


como la negación del derecho y la pena como la negación de la
negación, como anulación del delito, como restablecimiento del derecho,
entiende que la superación del delito es el castigo. Esta concesión
observa que la pena no tiene una finalidad social útil, si no, que sostiene
que dicho sentido radica en que la culpabilidad del autor sea
compensada mediante la imposición de un mal penal. El mal de la pena
está justificado por el mal del delito, es concebido como un mal que debe
sufrir el delincuente para compensar el mal causado con su
comportamiento.

• TEORÍAS RELATIVAS DE LAS PENA: Con esta teoría lo que se


busca es un carácter preventivo, como un medio para la obtención de
ulteriores objetivos, como un instrumento de motivación, un remedio para
impedir el delito. Se divide en dos sub-teorías: teorías de la prevención

31
especial desarrollada por LISZT, el positivismo criminológico italiano, el
correccionalismo y la escuela de la defensa social. Según este punto de
vista preventivo-especial, el fin de la pena es disuadir el autor de futuros
hechos punibles, es decir, evitar las reincidencias (versión moderna de la
teoría) y solo es indispensable aquella pena que se necesite para
lograrlo, se pronunciara readaptar al autor mediante tratamientos de
resocialización.

Así la necesidad de prevención especial es la que legitima la pena,


según Von Lizst; solo la pena necesaria es justa" se habla de relativa
porque su finalidad está referida a la evitación del delito. La prevención
especial no quiere retribuir el hecho pasado, no mira el pasado si no que
ve la justificación de la pena en que debe prevenir nuevos delitos del
autor.

• TEORÍA DE LA PREVENCIÓN GENERAL: tiene origen científico


en Fuerbach, concibe la pena como una amenaza que por medio de las
leyes se dirige a toda la colectividad con el fin de limitar el peligro
derivado de la delincuencia. Esta concepción coactiva formulada en
abstracto se materializa en la sentencia, cuando el juez refuerza la
prevención general al condenar al autor debido a que por esta acto está
anunciando a los demás lo que le ocurrirá si realizan una conducta
parecida, si no se cumplen las penas que establece la sentencia el fin
intimidatorio se ve afectado. Esta teoría se identifica como el aspecto
intimidatorio de las penas, ya que su justificación estará dada por su fin
de evitar la comisión de hechos punibles respecto de otros potenciales
autores. Para esta teoría la conminación penal debe intimidar y la
ejecución penal debe confirmar la seriedad de la a menaza. Para su
autor FUERBACH, la ejecución de la pena tiene lugar para que…la
amenaza de la ley sea una verdadera amenaza.

32
• TEORÍAS MIXTAS O DE LA UNIÓN: El conflicto que presentan
las teorías absolutas y relativas ha permitido desarrollar las teorías
mixtas o de la unión la cual procura articular una síntesis entre la doctrina
en pugna para esta teoría supone una combinación de los fines
preventivos y distributivos e intenta desarrollar un sistema que recoja los
efectos más positivos de cada una de las concepciones absolutas y
retributivas. Esta teoría le asigna al derecho penal la función de
protección a la sociedad.

13.2. Teoría que adopta el actual código penal dominicano

Teoría Absolutas: Teoría Retributiva: El actual Código Penal Dominicano


que data del año 1884, registra tanto la teoría retributiva como la teoría
absoluta de las penas, veamos, cuando el Código Penal en el artículo 295
señala: "el que voluntariamente mata a otro se hace reo de homicidio" y el
296 dispone "que el homicidio cometido con premeditación o asechanza se
califica asesinato". Ambos artículos invocan la teoría retributiva de la pena;
en virtud de que una de las exigencias de la teoría de la retribución es que
la medida de la pena depende de la gravedad del hecho realizado y el
grado de culpabilidad de autor, estableciéndose un criterio de
proporcionalidad entre el delito y la pena. Otra de las exigencias de esta
teoría es que se le exige al individuo la realización de una conducta, de un
comportamiento contrario a la norma, más la existencia de culpabilidad en
el autor del mismo y que dicha conducta se fundamenta en el libre albedrío.

Otro artículo que contempla esta teoría es el 379 del Código Penal
Dominicano que reza así: articulo 379. "el que con fraude sustrae una cosa
que no le pertenece se hace reo de robo". Este artículo también tiene sus
circunstancias que hacen merecedor al autor en casos de agravantes.
Características propias de las teorías retributivas.

33
Teoría Relativa: Teoría de la Prevención Especial: también el Código Penal
verifica esta teoría, cuando al disponer que en los crímenes y delitos contra
las propiedades en especial el de robo, en ciertos casos indica que se
pondrán por sentencia la privación de ciertos derechos, tal es el caso del
articulo 401 numeral 4 párrafo 2do. El legislador hace hincapié en que la
pena se hará efectiva por sentencia, como forma de anunciarle al autor de
que no vuelva a delinquir

En tal sentido en uno de los párrafos del artículo 227 del Código Procesal
Penal se establece que: “En cualquier caso, el juez puede prescindir de
toda medida de coerción, cuando la promesa del imputado de someterse al
procedimiento sea suficiente para descartar el peligro de fuga”.

Con dicho planteamiento queda comprobado que el único fin de la


aplicación de una medida de coerción en nuestro sistema de justicia penal,
es garantizar que el imputado no se ausente del juicio que se celebrará en
su contra.

14. LA DETENCIÓN EN EL CÓDIGO PROCESAL PENAL CHILENO


El sistema procesal penal que entró en vigor el año 2000, fue proyectado para
buscar una adecuación de las normas internas, con las que se contenían en
ciertos tratados internacionales que Chile había suscrito y ratificado y que,
directa o indirectamente, concernían al desenvolvimiento del proceso penal. De
esto, quedó constancia en el “Mensaje” del Ejecutivo acompañado al proyecto
original, que años más tarde se transformaría en la Ley Nº 19.696, portadora
del texto original del Código Procesal Penal (= CPP.)

El centro de la atención en los tiempos de la reforma, estuvo en la adopción del


juicio oral. Esto, tanto por el efecto escénico que produce, como por sus
virtudes en cuanto vehículo capaz de maximizar ciertas garantías,
determinantes a la hora de calificar un proceso como “debido”. Pero

34
evidentemente hubo otros cambios tan importantes como el señalado. De
enorme trascendencia fue la creación del ministerio público investigador, junto
con un órgano jurisdiccional contralor de la adecuada realización de los
derechos del imputado y los demás intervinientes: el juez de garantía. El
abandono de la figura del juez instructor, sustituido en sus funciones globales
por los sujetos procesales indicados, generó la posibilidad de un eficaz control
de las actividades investigativa y cautelar.

No es un secreto que los actos de investigación y la imposición de medidas


cautelares siempre estuvieron sometidos a exigencias constitucionales y
legales, obligatorias para el órgano instructor y para la policía. Tampoco lo es
que el control efectivo del cumplimiento de tales exigencias estaba
desmejorado, por la reunión en la persona del juez instructor de las facultades
de decretar diligencias intrusivas y medidas cautelares, y de verificar la
concurrencia de los requisitos establecidos para ellas.

Con la reforma del año 2000 debutó en Chile el control de la legalidad de la


detención por el juez de garantía y el tribunal de juicio oral en lo penal. Así,
nuestro proceso penal se hizo de una herramienta de verificación efectiva a
posteriori, de que la aplicación de la medida cautelar había operado dentro de
los márgenes que el derecho permitía. Las características generales de la
institución son su ámbito propiamente procesal penal –a diferencia de la acción
constitucional de amparo, que pretende el resguardo de la libertad personal
frente a cualquier afectación jurídicamente indebida– y el tener como exigencia
ineludible que el detenido sea puesto ante el juez.

A lo largo de estos años, el control de la legalidad de la detención ha provocado


desazón en algunos sectores del Estado y de la opinión pública. Esto se ha
traducido en varias reformas legales, que se han sucedido desde 2001 hasta la
fecha. El objeto de ellas ha sido, en un comienzo, restringir las hipótesis de
ilegalidad de la detención y, luego, limitar los efectos de la declaración de

35
ilegalidad. Resulta perturbador pensar que, lo que ha motivado semejante
marcha atrás, no ha sido el exceso de celo –el llamado garantismo– del
legislador del Código Procesal Penal de 2000, sino el hecho que, por primera
vez, la detención haya sido sometida a un escrutinio fino y constante, tendiente
a velar por el cumplimiento de su estatuto jurídico, el cual no varió
significativamente con el cambio de procedimiento penal.

En el control de la detención el juez debe resolver si esta medida cautelar ha


sido legal o ilegal. Por eso consideramos que, en primer lugar, resulta de interés
precisar qué debe entenderse por detención ilegal, formulando un concepto
para el proceso penal. Como consecuencia de este examen se propondrá,
además, una sistematización general y abierta de las hipótesis de detención
ilegal. Las pretensiones concluyen aquí. No se trata en este trabajo ni de los
efectos de la declaración de ilegalidad, ni de los medios para reclamarla
jurisdiccionalmente.

14.1. La detención tomada en sentido amplio6.


En un sentido amplio, con el término “detención”, se suele significar la
privación de libertad que sufre una persona, ya en el contexto de un
proceso penal o fuera de éste, por diversos motivos. El fundamento de tal
concepción radica, esencialmente, en permitir el disfrute del estatuto de
derechos del detenido, por parte de toda persona privada de libertad. Para
aquélla, el acento se debe poner en la situación de hecho de privación de
libertad, siendo irrelevantes las denominaciones puntuales con que las
nombre el ordenamiento jurídico7.

6
Para referencias acerca del tema en España, véase: González Ayala, María Dolores, Las garantías
constitucionales de la detención (Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1999), pp. 50-
62.
7
Gimeno Sendra, Vicente, Derecho Procesal Penal (2ª edición, Madrid, COLEX, 2004), pp. 508 y 540.
Llama detenciones “especiales” o “atípicas” a las que no se encuentran reguladas en la Ley de
Enjuiciamiento Criminal española, ni participan con plenitud de la naturaleza de las medidas cautelares.
Les confiere relevancia al momento de determinar la procedencia del “Habeas Corpus”. Gimeno Sendra,

36
Dentro del contexto del proceso penal chileno, bajo el alero de la detención
así entendida, podrían quedar captadas figuras como la conducción a la
unidad policial más cercana para fines de identificación (artículo 85 CPP.),
la conducción al recinto policial para efectuar una citación (artículo 134
inciso 3º CPP.), el arresto de testigos legalmente citados al juicio (artículos
299 y 33 CPP.) o la conducción de personas mediante la fuerza pública
ante el fiscal (artículos 23 y 190 inciso 2º CPP.).

Fuera del proceso penal, podría pensarse en casos adicionales. Por


ejemplo, la conducción a un cuartel policial, dispuesta en los artículos 27 y
28, relacionados con el artículo 53 de la Ley Nº 19.925, de alcoholes.

En definitiva, la idea es hacer extensivo el concepto de detención a toda


gama de privaciones de libertad, ya sea que éstas tengan nombre y
regulación legal o, por el contrario, sean inespecíficas. Lo fundamental aquí
es posibilitar el control, tanto de la existencia de fundamento jurídico para
llevarlas a cabo, como de la observancia de los procedimientos
correspondientes.

Esta manera de concebir la detención es compatible, también, con las


necesidades que debe cubrir el sistema de derecho internacional de los
derechos humanos. En virtud de las disposiciones de los instrumentos
internacionales respectivos, en materia de libertad personal, generalmente
los organismos que les están vinculados, han dirigido su atención a las
lesiones de ella más irregulares o distantes de la juridicidad, siendo
irrelevante que la privación del derecho se produzca en un proceso penal o
en otro contexto, y si quien la practica es un policía u otro funcionario, o un
particular. Normalmente, sí, los casos que han sido conocidos por dichos

Vicente - Moreno Catena, Víctor - Cortés Domínguez, Valentín, Derecho procesal penal (3ª edición,
Madrid, COLEX, 1999), p. 485; Horvitz, María Inés - López, Julián, Derecho procesal penal chileno
(Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2002), I, p. 362; Arias Vicencio, Cristián, El control
jurisdiccional de la detención, en Revista de Estudios de la Justicia, 6 (2005), p. 230. Cfr. Nogueira Alcalá,
Humberto, Derechos fundamentales y garantías constitucionales (Santiago, Librotecnia, 2008), II, p. 411.

37
organismos tienen como sujetos activos de la supuesta afectación ilícita a
agentes del Estado.

Se advierte que, para esta concepción, no es determinante que la privación


de libertad se vincule con la consecución de algún fin del procedimiento
penal, ni que ella recaiga en la persona del imputado ni, tampoco, que
exista necesariamente un proceso penal.

El concepto amplio de detención se ve acotado, en primer lugar, mediante


la exclusión de tal ámbito, de la prisión preventiva. Tradicionalmente, esta
medida cautelar ha tenido una denominación específica, que se
corresponde con un perfil conceptual bien definido y un tratamiento
normativo propio. Actualmente, en el contexto del ordenamiento jurídico
chileno habría que situar, junto a ella, la internación provisional del
enajenado mental (artículo 464 CPP.) y la internación provisoria del menor
(artículo 32 Ley Nº 20084). También quedarían excluidas del ámbito de la
detención en sentido amplio, las demás medidas cautelares personales que
se sujeten a requisitos análogos a la prisión preventiva y puedan
considerarse privaciones de libertad; así el llamado “arresto domiciliario” del
artículo 155 letra a) CPP., y la medida dispuesta en el artículo 155 b) CPP.,
en tanto esta última se emplee como mecanismo de privación de libertad
durante cierto tiempo –por ejemplo, si la sujeción a vigilancia es, en los
hechos, un internamiento en un establecimiento de salud–.

Se excluye asimismo de esta concepción, el cumplimiento de la pena


privativa de libertad, que es consecuencia de la responsabilidad penal
declarada mediante una sentencia condenatoria firme.

14.2. Código de Procesal Chileno:


Párrafo 3º Detención

38
Artículo 125.- Procedencia de la detención. Ninguna persona podrá ser
detenida sino por orden de funcionario público expresamente facultado por
la ley y después que dicha orden le fuere intimada en forma legal, a menos
que fuere sorprendida en delito flagrante y, en este caso, para el único
objeto de ser conducida ante la autoridad que correspondiere.

Artículo 126.- Presentación voluntaria del imputado. El imputado contra


quien se hubiere emitido orden de detención por cualquier autoridad
competente podrá ocurrir siempre ante el juez que correspondiere a solicitar
un pronunciamiento sobre su procedencia o la de cualquier otra medida
cautelar.

Artículo 127.- Detención judicial. Salvo en los casos contemplados en el


artículo 124, el tribunal, a solicitud del ministerio público, podrá ordenar la
detención del imputado para ser conducido a su presencia, sin previa
citación, cuando de otra manera la comparecencia pudiera verse demorada
o dificultada.

Además, podrá decretarse la detención del imputado por un hecho al


que la ley asigne una pena privativa de libertad de crimen.

Tratándose de hechos a los que la ley asigne las penas de crimen o


simple delito, el juez podrá considerar como razón suficiente para ordenar la
detención la circunstancia de que el imputado haya concurrido
voluntariamente ante el fiscal o la policía, y reconocido voluntariamente su
participación en ellos.

También se decretará la detención del imputado cuya presencia en una


audiencia judicial fuere condición de ésta y que, legalmente citado, no
compareciere sin causa justificada.

La resolución que denegare la orden de detención será susceptible del


recurso de apelación por el Ministerio Público.

39
Artículo 128.- Detención por cualquier tribunal. Todo tribunal, aunque no
ejerza jurisdicción en lo criminal, podrá dictar órdenes de detención contra
las personas que, dentro de la sala de su despacho, cometieren algún
crimen o simple delito, conformándose a las disposiciones de este Título.

Artículo 129.- Detención en caso de flagrancia. Cualquier persona podrá


detener a quien sorprendiere en delito flagrante, debiendo entregar
inmediatamente al aprehendido a la policía, al ministerio público o a la
autoridad judicial más próxima.

Los agentes policiales estarán obligados a detener a quienes


sorprendieren in fraganti en la comisión de un delito. En el mismo acto, la
policía podrá proceder al registro de las vestimentas, equipaje o vehículo de
la persona detenida, debiendo cumplir con lo señalado en el inciso segundo
del artículo 89 de este Código.

No obstará a la detención la circunstancia de que la persecución penal


requiriere instancia particular previa, si el delito flagrante fuere de aquellos

previstos y sancionados en los artículos 361 a 366 quater del Código Penal.

La policía deberá, asimismo, detener al sentenciado a penas privativas


de libertad que hubiere quebrantado su condena, al que se fugare estando
detenido, al que tuviere orden de detención pendiente, a quien fuere
sorprendido en violación flagrante de las medidas cautelares personales
que se le hubieren impuesto, al que fuere sorprendido infringiendo las
condiciones impuestas en virtud de las letras a), b), c) y d) del artículo 17 ter
de la ley Nº 18.216 y al que violare la condición del artículo 238, letra b),
que le hubiere sido impuesta para la protección de otras personas.

Sin perjuicio de lo señalado en el inciso anterior, el tribunal que


correspondiere deberá, en caso de quebrantamiento de condena y tan

40
pronto tenga conocimiento del mismo, despachar la respectiva orden de
detención en contra del condenado.

En los casos de que trata este artículo, la policía podrá ingresar a un


lugar cerrado, mueble o inmueble, cuando se encontrare en actual
persecución del individuo a quien debiere detener, para practicar la
respectiva detención. En este caso, la policía podrá registrar el lugar e
incautar los objetos y documentos vinculados al caso que dio origen a la
persecución, dando aviso de inmediato al fiscal, quien los conservará. Lo
anterior procederá sin perjuicio de lo establecido en el artículo 215.

Artículo 130.- Situación de flagrancia. Se entenderá que se encuentra en


situación de flagrancia:

a) El que actualmente se encontrare cometiendo el delito;

b) El que acabare de cometerlo;

c) El que huyere del lugar de comisión del delito y fuere designado por el
ofendido u otra persona como autor o cómplice;

d) El que, en un tiempo inmediato a la perpetración de un delito, fuere


encontrado con objetos procedentes de aquél o con señales, en sí mismo o
en sus vestidos, que permitieren sospechar su participación en él, o con las
armas o instrumentos que hubieren sido empleados para cometerlo, y

e) El que las víctimas de un delito que reclamen auxilio, o testigos


presenciales, señalaren como autor o cómplice de un delito que se hubiere
cometido en un tiempo inmediato.

f) El que aparezca en un registro audiovisual cometiendo un crimen o


simple delito al cual la policía tenga acceso en un tiempo inmediato.

Para los efectos de lo establecido en las letras d), e) y f) se entenderá


por tiempo inmediato todo aquel que transcurra entre la comisión del hecho

41
y la captura del imputado, siempre que no hubieren transcurrido más de
doce horas.

Artículo 131.- Plazos de la detención. Cuando la detención se practicare


en cumplimiento de una orden judicial, los agentes policiales que la hubiere
realizado o el encargado del recinto de detención conducirán
inmediatamente al detenido a presencia del juez que hubiere expedido la
orden. Si ello no fuere posible por no ser hora de despacho, el detenido
podrá permanecer en el recinto policial o de detención hasta el momento de
la primera audiencia judicial, por un período que en caso alguno excederá
las veinticuatro horas.

Cuando la detención se practicare en virtud de los artículos 129 y 130, el


agente policial que la hubiere realizado o el encargado del recinto de
detención deberán informar de ella al ministerio público dentro de un plazo
máximo de doce horas. El fiscal podrá dejar sin efecto la detención u
ordenar que el detenido sea conducido ante el juez dentro de un plazo
máximo de veinticuatro horas, contado desde que la detención se hubiere
practicado. Si el fiscal nada manifestare, la policía deberá presentar el
detenido ante la autoridad judicial en el plazo indicado.

Cuando el fiscal ordene poner al detenido a disposición del juez, deberá,


en el mismo acto, dar conocimiento de esta situación al abogado de
confianza de aquél o a la Defensoría Penal Pública.

Para los efectos de poner a disposición del juez al detenido, las policías
cumplirán con su obligación legal dejándolo bajo la custodia de
Gendarmería del respectivo tribunal.

Artículo 132. Comparecencia judicial. A la primera audiencia judicial del


detenido deberá concurrir el fiscal o el abogado asistente del fiscal. La
ausencia de éstos dará lugar a la liberación del detenido. No obstante lo

42
anterior, el juez podrá suspender la audiencia por un plazo breve y
perentorio no superior a dos horas, con el fin de permitir la concurrencia del
fiscal o su abogado asistente. Transcurrido este plazo sin que concurriere
ninguno de ellos, se procederá a la liberación del detenido.

En todo caso, el juez deberá comunicar la ausencia del fiscal o de su


abogado asistente al fiscal regional respectivo a la mayor brevedad, con el
objeto de determinar la eventual responsabilidad disciplinaria que
correspondiere.

En la audiencia, el fiscal o el abogado asistente del fiscal actuando


expresamente facultado por éste, procederá directamente a formalizar la
investigación y a solicitar las medidas cautelares que procedieren, siempre
que contare con los antecedentes necesarios y que se encontrare presente
el defensor del imputado. En el caso de que no pudiere procederse de la
manera indicada, el fiscal o el abogado asistente del fiscal actuando en la
forma señalada, podrá solicitar una ampliación del plazo de detención hasta
por tres días, con el fin de preparar su presentación. El juez accederá a la
ampliación del plazo de detención cuando estimare que los antecedentes
justifican esa medida.

En todo caso, la declaración de ilegalidad de la detención no impedirá


que el fiscal o el abogado asistente del fiscal pueda formalizar la
investigación y solicitar las medidas cautelares que sean procedentes, de
conformidad con lo dispuesto en el inciso anterior, pero no podrá solicitar la
ampliación de la detención. La declaración de ilegalidad de la detención no
producirá efecto de cosa juzgada en relación con las solicitudes de
exclusión de prueba que se hagan oportunamente, de conformidad con lo
previsto en el artículo 276.

43
Artículo 132 bis.- Apelación de la resolución que declara la ilegalidad de
la detención. Tratándose de los delitos establecidos en los artículos 141,
142, 361, 362, 365 bis, 390, 391, 433, 436 y 440 del Código Penal, en las
leyes N°17.798 y N°20.000 que tengan penas de crimen o simple delito, y
de los delitos de castración, mutilaciones y lesiones contra miembros de
Carabineros, de la Policía de Investigaciones y de Gendarmería de Chile,
en el ejercicio de sus funciones, la resolución que declare la ilegalidad de la
detención será apelable por el fiscal o el abogado asistente del fiscal en el
solo efecto devolutivo. En los demás casos no será apelable.

Artículo 133.- Ingreso de personas detenidas. Los encargados de los


establecimientos penitenciarios no podrán aceptar el ingreso de personas
sino en virtud de órdenes judiciales.

Artículo 134.- Citación, registro y detención en casos de flagrancia.


Quien fuere sorprendido por la policía in fraganti cometiendo un hecho de
los señalados en el artículo 124, será citado a la presencia del fiscal, previa
comprobación de su domicilio.

La policía podrá registrar las vestimentas, el equipaje o el vehículo de la


persona que será citada.

Asimismo, podrá conducir al imputado al recinto policial, para efectuar


allí la citación.

No obstante lo anterior, el imputado podrá ser detenido si hubiere


cometido alguna de las faltas contempladas en el Código Penal, en los
artículos 494, N°s. 4 y 5, y 19, exceptuando en este último caso los hechos
descritos en los artículos 189 y 233; 494 bis, 495 N° 21, y 496, Nos. 3, 5 y
26.

44
En todos los casos señalados en el inciso anterior, el agente policial
deberá informar al fiscal, de inmediato, de la detención, para los efectos de
lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 131. El fiscal comunicará su
decisión al defensor en el momento que la adopte.

El procedimiento indicado en el inciso primero podrá ser utilizado


asimismo cuando, tratándose de un simple delito y no siendo posible
conducir al imputado inmediatamente ante el juez, el funcionario a cargo del
recinto policial considerare que existen suficientes garantías de su oportuna
comparecencia.

Artículo 135.- Información al detenido. El funcionario público a cargo del


procedimiento de detención deberá informar al afectado acerca del motivo
de la detención, al momento de practicarla.

Asimismo, le informará acerca de los derechos establecidos en los


artículos 93, letras a), b) y g), y 94, letras f) y g), de este Código. Con todo,
si, por las circunstancias que rodearen la detención, no fuere posible
proporcionar inmediatamente al detenido la información prevista en este
inciso, ella le será entregada por el encargado de la unidad policial a la cual
fuere conducido. Se dejará constancia en el libro de guardia del recinto
policial del hecho de haberse proporcionado la información, de la forma en
que ello se hubiere realizado, del funcionario que la hubiere entregado y de
las personas que lo hubieren presenciado.

La información de derechos prevista en el inciso anterior podrá


efectuarse verbalmente, o bien por escrito, si el detenido manifestare saber
leer y encontrarse en condiciones de hacerlo. En este último caso, se le
entregará al detenido un documento que contenga una descripción clara de
esos derechos, cuyo texto y formato determinará el ministerio público.

45
En los casos comprendidos en el artículo 138, la información prevista en
los incisos precedentes será entregada al afectado en el lugar en que la
detención se hiciere efectiva, sin perjuicio de la constancia respectiva en el
libro de guardia.

Artículo 136.- Fiscalización del cumplimiento del deber de información. El


fiscal y, en su caso, el juez, deberán cerciorarse del cumplimiento de lo
previsto en el artículo precedente. Si comprobaren que ello no hubiere
ocurrido, informarán de sus derechos al detenido y remitirán oficio, con los
antecedentes respectivos, a la autoridad competente, con el objeto de que
aplique las sanciones disciplinarias correspondientes o inicie las
investigaciones penales que procedieren.

Artículo 137. Difusión de derechos. En todo recinto policial, de los


juzgados de garantía, de los tribunales de juicio oral en lo penal, del
Ministerio Público y de la Defensoría Penal Pública, deberá exhibirse en
lugar destacado y claramente visible al público, un cartel en el cual se
consignen los derechos de las víctimas y aquéllos que les asisten a las
personas que son detenidas. Asimismo, en todo recinto de detención
policial y casa de detención deberá exhibirse un cartel en el cual se
consignen los derechos de los detenidos. El texto y formato de estos
carteles serán determinados por el Ministerio de Justicia.

Artículo 138.- Detención en la residencia del imputado. La detención del


que se encontrare en los casos previstos en el párrafo segundo del número
6º del artículo 10 del Código Penal se hará efectiva en su residencia. Si el
detenido tuviere su residencia fuera de la ciudad donde funcionare el
tribunal competente, la detención se hará efectiva en la residencia que
aquél señalare dentro de la ciudad en que se encontrare el tribunal.

46
15. Análisis de la Legislación comparación de Republica Dominicana y
Chilena con el Nuevo Código Procesal Penal Peruano.
Ahora si bien es cierto nuestra Legislación procesal penal comienza su vida
en el año al igual que la de Republica Dominicana es de apreciarse que la
forma la cual se llevan a cabo ambas vienen a ser una forma casi relativa y
similar con sutiles diferencias entre las cuales se aprecian los diferentes
términos en cada uno de los articulados

Por otra parte también se puede dilucidar que a en la legislación chilena se


tiene un poco más especificada la forma en cómo se dan las diferentes
medidas coercitivas siendo estas mejor señalas en cuanto a la definición y
especificaciones en torno a esta, lo que de alguna forma no se aprecia en
nuestro marco normativo; sin embargo también es preciso mencionar que
en el Código Procesal penal Chileno no se cuenta con una parte especial
para la denominación de Coerción penal sino que lo trata desde el punto de
vista genérico de Detención lo que también hace la diferencia en nuestro
Nuevo Código Procesal Penal.

47
Capitulo III
JURISPRUDENCIA DE LAS MEDIDAS DE COERCIÓN PENAL

Para el presente trabajo se ha tomado en cuenta el expediente. N.° 02583-


2012-PHC/TC, desarrollado en HUAURA, el cual presenta lo necesario en
cuanto al tema que se viene desarrollando, resuelto por el Tribunal
Constitucional.

16. SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DEL EXPEDIENTE N.°


02583-2012-PHC/TC
En Lima, a los 22 días del mes de noviembre de 2012 la Sala Primera del
Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara
Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia.

ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don David Euselio León
Flores, a favor de don Pablo Mauro Mayo Vásquez, contra la sentencia expedida por la
Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Huaura, de fojas 239, su
fecha 21 de mayo de 2012, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES
Con fecha 12 de setiembre de 2011 don David Euselio León Flores interpone
demanda de hábeas corpus a favor de don Pablo Mauro Mayo Vásquez y la dirige
contra el juez del Juzgado Mixto de la Provincia de Carlos Fermín Fitzcarrald, don Ivo
Melgarejo Quiñonez, y los vocales integrantes de la Primera Sala Penal Liquidadora de
la Corte Superior de Justicia de Áncash, señores Rodríguez Ramírez, Robles Tinoco
y Lovatón Bailón, solicitando que se deje sin efecto el mandato de detención dictado en
contra del beneficiario y se disponga que el Juez emplazado emita una nueva
resolución que contenga una medida menos gravosa. Se alega la afectación al derecho
a la motivación de las resoluciones judiciales.

48
Al respecto afirma que se dictó mandato de detención en contra del favorecido sin que
hubieran concurrido los requisitos establecidos en el artículo 135º del Código Procesal
Penal (D.L. N.º 638), medida que fue confirmada por la Sala Superior demandada sin
una suficiente motivación. Refiere que en cuanto a los suficientes elementos
probatorios que vinculen al beneficiario se hace una narración genérica y vacía al
señalar que los regidores son cómplices por no fiscalizar los hechos denunciados, a la
vez que cuando se argumenta en cuanto a la exoneración de las licitaciones no se
fundamenta sobre su supuesta irregularidad. Señala que en cuanto al peligro de fuga el
juez demandado ha expresado que la penalidad a imponerse en el caso es grave; que
la pena a imponerse al favorecido no supera los dos años de privación de su libertad y
que la Sala Superior alude como suficiencia probatoria a la condición
de exregidor municipal del actor y a una norma legal, constituyendo todo ello una
motivación insuficiente. Agrega que en cuanto al peligro procesal se argumentó que es
el imputado quien tiene que acreditar que no va eludir a la justicia, cuando del
expediente penal se evidencia que se acredita arraigo domiciliario.

Realizada la investigación, el demandante ratifica los términos de la demanda


interpuesta a favor de don Pablo Mauro Mayo Vásquez. De otro lado, los vocales
emplazados señalan que el demandante confunde lo que constituye un recurso de
apelación con un recurso de queja contra el mandato de detención en donde sí se
cuestiona la motivación conforme a la norma legal. Agregan que se confirmó la medida
de detención ya que el caso se encuadraba en los alcances del artículo 135º del
Código Procesal Penal. El juez del Juzgado Mixto demandado señala que el auto de
apertura de instrucción debe ser analizado teniendo en cuenta la gravedad y la
complejidad de los delitos imputados, por lo que no puede pedirse el mismo grado de
exhaustividad en la descripción de los hechos que se exige a la sentencia.

El Juzgado de Investigación Preparatoria Transitorio de Huaura, con fecha 15


de marzo de 2012, declaró infundada la demanda por considerar que tratándose de un
proceso penal en etapa inicial, obviamente, no existe una sentencia firme, en tanto las
resoluciones cuestionadas fueron motivadas adecuadamente en cuanto a la medida de
coerción personal.

49
La Sala Superior confirmó la apelada por similares fundamentos, agregando
que a efectos de la imposición de la medida la sanción a imponerse debe ser superior
a un año de privación de la libertad.

FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio
El objeto de la demanda es que se declare la nulidad de la Resolución de fecha 23
de mayo de 2011 y de su confirmatoria por Resolución de fecha 10 de agosto de
2011, en el extremo que decretan y confirman el mandato de detención provisional
en contra del favorecido, en el proceso que se le sigue por los delitos de peculado
y otros (Expediente N.º 2011-24-P – Incidente N.º 00538-2011).

A tal efecto se alega la presunta afectación del derecho a la motivación de las


resoluciones judiciales en conexidad con el derecho a la libertad individual del
beneficiario, por lo que se solicita que se declare la nulidad de la medida
cuestionada y que en su lugar el juzgador imponga la medida de sujeción al
proceso que corresponda conforme al caso y a la normativa de la materia.

2. Sobre la afectación del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales


contenido en el inciso 5 del artículo 139º de la Constitución, en
conexidad con el derecho a la libertad personal del favorecido
2.1 Argumentos del demandante

En los hechos de la demanda se denuncia que los emplazados afectaron el


derecho a la motivación de las resoluciones judiciales al dictar la medida de
coerción que restringe el derecho a la libertad personal del beneficiario
indicándose que la medida fue decretada sin que concurran los requisitos
establecidos en el artículo 135º del Código Procesal Penal (D.L. N.º 638). Se
precisa que en cuanto a los suficientes elementos probatorios que vinculen al
beneficiario se hace una narración vacía que argumenta que los regidores son
cómplices por no fiscalizar los hechos denunciados y que cuando aluden a la
exoneración en las licitaciones no fundamentan sobre su supuesta
irregularidad. Agrega que en lo que concierne al peligro de fuga del favorecido

50
se ha fundamentado que la penalidad a imponerse en el caso es grave y que
respecto al peligro procesal, se indicó que es el imputado quien tiene que
acreditar que no va eludir a la justicia. Finalmente el recurrente refiere que la
pena a imponerse al favorecido no supera los dos años de privación de su
libertad.
2.2 Argumentos de la parte demandada
Los jueces emplazados señalan que: i) el auto de apertura de instrucción debe
ser analizado teniendo en cuenta la gravedad y la complejidad de los delitos
imputados, y que por ello no puede exigírsele el mismo grado de exhaustividad
en la descripción de los hechos que requiere la sentencia; ii) el demandante
confunde lo que constituye un recurso de apelación con un recurso de queja
contra el mandato de detención en donde sí se cuestiona la motivación
conforme a la norma legal, y iii) la medida de detención fue confirmada ya que
el caso se encuadraba en los alcances del artículo 135º del Código Procesal
Penal.
2.3 Consideraciones del Tribunal Constitucional
Analizados los hechos de la demanda se observa que el presente hábeas
corpus reparador se encuentra dirigido contra el mandato judicial -confirmado-
que decretó la detención provisional del favorecido y del cual se cuestiona su
constitucionalidad toda vez que se considera que aquel afecta el derecho a la
motivación de las resoluciones judiciales. Entonces, si el presente proceso
constitucional tiene por objeto declarar la nulidad de las resoluciones que
decretaron el mandato de detención del actor resulta impertinente que los
emplazados aludan a la exigencia de motivación propia del auto de apertura de
instrucción, lo cual no es tema de la demanda. En el mismo sentido, resulta
inoportuno realizar referencias en cuanto a un presunto pedido de nulidad de la
medida de detención que hubiera solicitado el favorecido (lo que no se acredita
de los autos), cuando lo que se denuncia es la inconstitucionalidad de la
aludida medida señalando su falta de motivaciónconforme a la norma
legal, advirtiéndose al respecto que de los actuados corren las resoluciones
que la decretaron y confirmaron (fojas 38 y 3, respectivamente).

51
La Constitución establece expresamente en su artículo 200º, inciso 1, que
el hábeas corpus procede cuando se vulnera o amenaza la libertad individual o
los derechos constitucionales conexos a ella. En tal sentido, en la medida en
que la denunciada afectación del derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales, que se habría configurado con la emisión del mandato de detención
confirmado por el superior en grado, guarda incidencia directa en el agravio del
derecho a la libertad personal del favorecido, este Tribunal tiene
competencia ratione materiae para que a través del presente proceso
constitucional examine la controversia planteada en el caso de autos.

El artículo 139.º, inciso 3, de la Constitución Política del Perú establece los


principios y derechos de la función jurisdiccional y la observancia del debido
proceso y de la tutela jurisdiccional; en consecuencia, cuando el órgano
jurisdiccional imparte justicia, está obligado a observar los principios, derechos
y garantías que la Norma Suprema establece como límites del ejercicio de las
funciones asignadas. En este sentido, la necesidad de que las resoluciones
judiciales sean motivadas es un principio que informa el ejercicio de la función
jurisdiccional y, al mismo tiempo, es un derecho fundamental de los
justiciables. Mediante la debida motivación, por un lado, se garantiza que la
impartición de justicia se lleve a cabo de conformidad con la Constitución y las
leyes (artículo 138º de la Constitución) y, por otro, que los justiciables puedan
ejercer de manera efectiva su derecho de defensa.

Esta exigencia de motivación de las resoluciones judiciales guarda


concordancia con el principio de interdicción o prohibición de la arbitrariedad,
el cualtiene un doble significado: a) en un sentido clásico y genérico, la
arbitrariedad aparece como el reverso de la justicia y el derecho; y, b) en un
sentido moderno y concreto, la arbitrariedad aparece como lo carente de
fundamentación objetiva, como lo incongruente y contradictorio con la realidad
que ha de servir de base a toda decisión. Es decir, como aquello desprendido o
ajeno a toda razón de explicarlo [Cfr. STC 0090-2004-AA/TC, fundamento 12].

52
Al respecto se debe indicar que este Tribunal viene señalando en su
jurisprudencia que “[l]a Constitución no garantiza una determinada extensión
de la motivación, por lo que su contenido esencial se respeta siempre que
exista fundamentación jurídica, congruencia entre lo pedido y lo resuelto y, por
sí misma, exprese una suficiente justificación de la decisión adoptada, aun si
esta es breve o concisa, o se presenta el supuesto de motivación por remisión.
Tampoco garantiza que, de manera pormenorizada, todas las alegaciones que
las partes puedan formular dentro del proceso sean objeto de un
pronunciamiento expreso y detallado (…)” [véase, entre otras, la sentencia
recaída en el Expediente N.° 1230-2002-HC/TC, fundamento 11]. Esto es así en
tanto hay grados de motivación, pues la motivación ausente resulta
inconstitucional, sin embargo la fundamentación jurídica que presente una
suficiente justificación que sustente lo resuelto no resulta inconstitucional, lo
que debe ser apreciado en el caso en particular [Cfr. STC 02004-2010-
PHC/TC, fundamento 5].

En cuanto al caso de autos, el artículo 135º del Código Procesal Penal (D.L.
N.º 638, aplicable al caso) establece que para el dictado de la medida cautelar
de detención es necesaria la concurrencia simultánea de tres
presupuestos: a) que existan suficientes elementos probatorios de la comisión
de un delito que vincule al imputado como autor o partícipe del mismo; b) que
la sanción a imponerse o la suma de ellas sea superior a un año de pena
privativa de libertad; y, c) que existan suficientes elementos probatorios para
concluir que el imputado intenta eludir la acción de la justicia o perturbar la
actividad probatoria. Al respecto, el Tribunal Constitucional ha señalado en la
sentencia recaída en el Expediente N.° 1091-2002-HC/TC, caso Vicente
Ignacio Silva Checa, que la justicia constitucional no es la competente para
determinar la configuración de cada presupuesto legal que legitima la adopción
de la detención judicial preventiva, lo cual es tarea que le compete a la justicia
penal ordinaria; sin embargo, sí es su atribución verificar si estos presupuestos
concurren de manera simultánea y que su imposición sea acorde a los fines y
el carácter subsidiario y proporcional de dicha institución, lo que debe estar
motivado en la resolución judicial que lo decreta.

53
La motivación respecto a los suficientes elementos probatorios de la comisión
de un delito que vincule al imputado implica que el Juez explicite la relación
indiciaria de aquel o aquellos medios probatorios que relacionen de manera
preliminar al procesado con el hecho imputado. La motivación en cuanto a la
pena probable a imponerse concierne a la argumentación de que aquella será
superior a un año de pena privativa de la libertad, lo cual importa al delito
imputado y de la pena prevista por el Código Penal.

El peligro procesal está representado por el peligro de fuga del procesado y el


peligro de obstaculización del proceso por parte del procesado. El primer
supuesto del peligro procesal (el de fuga) está determinado a partir del análisis
de una serie de circunstancias que pueden tener lugar antes o durante el
desarrollo del proceso penal y que se encuentran relacionadas, entre otros, con
el arraigo domiciliario, familiar y laboral del actor en la localidad del órgano
judicial que lo procesa, aspectos que crean juicio de convicción al juzgador en
cuanto a la sujeción del actor al proceso. El segundo supuesto del peligro
procesal (el de la obstaculización del proceso) se encuentra vinculado a la
injerencia del procesado en libertad ambulatoria respecto del resultado del
proceso, pudiendo ello manifestarse con la influencia directa del actor en la
alteración, ocultamiento o desaparición de los medios probatorios, en la
conducta de las partes o peritos del caso que incida en el juzgador a efectos de
un equívoco resultado del proceso e incluso que de manera indirecta o externa
el procesado en libertad pueda perturbar el resultado del proceso penal,
aspectos concernientes a la obstaculización del proceso que el juzgador debe
apreciar en cada caso en concreto ya que de contar con indicios fundados de
su concurrencia deberá ser merecedor de una especial motivación que la
justifique, en tanto la justicia constitucional no determina ni valora los
elementos que dan lugar al peligro procesal del caso, sino que verifica que su
motivación resulte mínimamente suficiente a efectos de la concurrencia de los
presupuestos procesales que validan la imposición de medida cautelar de la
libertad personal. En lo que al caso de autos respecta, debe tenerse en cuenta
que la ausencia de motivación en referencia a la obstaculización del proceso o

54
de la eventual sustracción del actor al proceso convierten a la imposición de la
medida cautelar de la libertad personal (llámese prisión preventiva o mandato
de detención provisional) en arbitraria y, por tanto, vulneratoria de lo
establecido por la Constitución (artículo 139º, numeral 3).

En el presente caso, examinados los pronunciamientos judiciales cuestionados


(fojas 38 y 3) este Colegiado advierte que a efectos de imponer la medida de
detención provisional el Juzgado demandado ha argumentado lo siguiente:

(…) en autos existen suficientes elementos probatorios que vinculan a los denunciados
(…) Pablo Mauro Mayo Vasquez (…), tal como puede acreditarse con todos los
actuados a nivel preliminar, los cuales corroboran que el
procesado Wilder Carlos Fitzcarrad Bravo y su hermano (…) idean y planean construir
sendas empresas constructoras o de proveedores de bienes y servicios, a nombre de
terceras personas, que vendrían a ser sus parientes consanguíneos, afines y
amistades (…), para favorecerlos en contrataciones, adquisiciones y toda actividad
financiera que realiza la Municipalidad Provincial de Carlos Fermín Fitzcarrald (…) y los
regidores del segundo periodo de su gestión, por su complicidad quienes no
fiscalizaron tales hechos, quienes incluso versaron sus votos a favor de algunas
adquisiciones ilegales, como las exoneraciones favoreciendo a las empresas afines al
régimen, y además se aumentaron ilegalmente sus ingresos por productividad, cuando
se encontraba rotundamente prohibido por ley (…). [R]especto a la prognosis de la
pena conforme se puede colegir de la lectura de los tipos penales imputados (…)
PECULADO (…) cuya penalidad a imponerse es no menor a DOS años ni mayor de
OCHO años (…), NEGOCIACION INCOMPATIBLE (…) sancionado con pena no
menor de CUATRO ni mayor de SEIS AÑOS (…), por otro lado el delito de COLUSION
ILEGAL (…) cuya pena a imponerse oscila en no menor de DOS ni mayor de QUINCE
AÑOS (…). De la revisión de los autos se puede determinar que no existe medios de
prueba que sustente de manera fehaciente que los imputados (…) Pablo Mauro
Mayo Vasquez (…) no intentar[á] eludir la acción de la justicia o perturbar la actividad
probatoria (…), toda vez que en autos no se encuentra debidamente acreditado sus
domicilios exactos (…) y del mismo modo no han cumplido con adjuntar medio de
prueba que acredite que los mismos cuenten con OFICIO U OCUPACION
CONOCIDOS (…), por ende se puede concluir que los imputados no cuentan con
ARRAIGO EN ESTA LOCALIDAD, es decir no cuentan con DOMICILIO, NI TRABAJO,
conocidos (…).

55
A su turno, la Sala Superior emplazada confirma la medida restrictiva de la
libertad personal argumentando:

[C]orre el recurso de apelación interpuesto por el inculpado Pablo Mauro Mayo


Vásquez que refiere: “La resolución número 16 (auto de apertura de instrucción con
mandato de detención) es una simple repetición de una pericia contable en la que
desordenadamente se analiza hecho por hecho, pero sin distinguir la actividad
concreta de cada imputado. En ese sentido, todos son involucrados con todos, en una
mezcolanza absurda y sin sentido en la que es imposible encontrar un solo delito que
se me impute directa y concretamente (…). Como se puede advertir ni siquiera el
suscrito es mencionado concretamente en ninguno de los veintinueve hechos
investigados, los cuales si mencionan expresamente a personas distintas como los
involucrados (…). Señala (…) que los regidores somos cómplices por no fiscalizar los
hechos denunciados (…). Luego señala la resolución que hemos sido cómplices por
haber exonerado licitaciones (…). No sabemos dónde está lo irregular de la
exoneración (…) no ha precisado los suficientes elementos probatorios que acrediten
que efectivamente dicho dinero se cobró. No ha precisado el Juez que artículo de la
Ley 29142 es la que ha sido infringida (…). Tampoco ha precisado qué delito se estaría
cometiendo (…).[N]o tiene antecedentes penales (…), es uno de los comerciantes más
antiguos de esta localidad (…). Además era obvio pensar que por el mismo hecho de
haber sido ex Regidor tenía arraigo domiciliario (…), siempre he acudido a las
citaciones policiales (…).[N]o existe peligro de perturbación de los medios probatorios
puesto que (…) ya no soy regidor como para que se “presuma” que pudiera influenciar
alterando u ocultando los medios probatorios.

[R]especto a los procesados que tienen la condición de ex–regidores de la


Municipalidad (…) debemos indicar que el artículo once de la Ley No. 27972 (….)
prescribe claramente lo siguiente: “Los regidores son responsables, individualmente,
por actos violatorios de la ley practicados en el ejercicio de sus funciones y,
solidariamente, por acuerdos adoptados contra la ley, a menos que salven
expresamente su voto, dejando constancia de ello en actas” (…). Respecto a la pena
probable (que la sanción a imponerse sea superior a un años de pena privativa de la
libertad) (…), cumpliéndose con el segundo requisito (…).[E]l peligro procesal (…) ha
podido establecer que existe peligro de que los imputados rehúyan el juzgamiento o
perturben la actividad probatoria, considerando para ello, que del examen de estos
autos, se advierte la existencia entre los procesados de vínculos amicales, familiares
(…), sumado a ello que éstos no han acreditado su ARRAIGO (…), si bien los
procesados han adjuntado sus respectivos certificados domiciliarios, ello no constituye
un factor determinante para demostrar que no va a perturbar la actividad probatoria, ni

56
eludir la acción de la justicia; pues, existen circunstancias que dan gravedad a los
hechos y que vincula a los encausados (…).

Se desprende de la motivación anteriormente descrita que los órganos


judiciales emplazados no han cumplido con la exigencia constitucional de la
motivación de las resoluciones judiciales, adecuada a las condiciones legales
de la materia, toda vez que no se expresó en sus fundamentos una suficiente
motivación en cuanto a la concurrencia de los presupuestos legales de la
suficiencia probatoria y del peligro procesal que terminan por invalidar el
mandato de detención provisional decretado en contra del beneficiario. En
efecto, si bien es cierto que los pronunciamientos cuestionados contienen una
adecuada motivación en cuanto al presupuesto de la prognosis de la pena y
que el Juzgado emplazado efectuó una motivación adecuada respecto al
peligro procesal, también lo es que al ser apelada la medida no se motiva el
presupuesto de los suficientes elementos probatorios que vinculan al
procesado con el hecho imputado y de qué manera el citado certificado
domiciliario no enerva el peligro procesal, pues el aludir a la complicidad de los
regidores en no fiscalizar hechos, a presuntas exoneraciones con favoritismo,
al aumento ilegal de ingresos de los regidores y a la responsabilidad de los
regidores prevista en la Ley Orgánica de Municipalidades, no constituye una
argumentación que motive la vinculación entre el procesado y los medios
probatorios criminosos; asimismo, el aludir a los vínculos amicales o
familiares entre procesados y de la gravedad de los hechos tampoco
constituye per se una representación del peligro procesal; por consiguientes, la
imposición de la medida coercitiva de la libertad personal decretada en contra
de don Pablo Mauro Mayo Vásquez (fojas 38 y 3) resulta violatoria a la
exigencia constitucional de la motivación de las resoluciones judiciales.
3. Efectos de la Sentencia
En el presente caso, corresponde que se declare la nulidad de la Resolución de
fecha 23 de mayo de 2011, y de su confirmatoria por Resolución de fecha 10 de
agosto de 2011, en el extremo que decretan y confirman el mandato de detención
provisional en contra del favorecido, lo que no implica su excarcelación sino que el
Juez penal competente, en el día de notificada la presente sentencia

57
constitucional, dicte la resolución de la medida de coerción procesal que
corresponda al caso, ello es, si a la fecha, no se hubiera dictado la sentencia
penal; valoración de los medios probatorios penales y apreciación de los tres
presupuestos procesales de la medida de coerción personal que concierne realizar
al juzgador penal a efectos de dictar la sujeción del actor al proceso penal que
pueda corresponder al caso en concreto.
Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente caso se violó el derecho
a la motivación de las resoluciones judiciales reconocido en el inciso 5 del artículo
139° de la Constitución, en conexidad con el derecho a la libertad personal del
favorecido de autos; en consecuencia, la demanda debe ser desestimada.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere
la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda al haberse acreditado la vulneración del derecho a
la motivación de las resoluciones judiciales en conexidad con el derecho a la
libertad individual de don Pablo Mauro Mayo Vásquez.
2. En consecuencia, NULA la Resolución de fecha 23 de mayo de 2011, y de su
confirmatoria por Resolución de fecha 10 de agosto de 2011, en el extremo que
decretan y confirman el mandato de detención provisional en contra de don Pablo
Mauro Mayo Vásquez; y, en consecuencia, dispone que el Juez penal competente,
en el día de notificada la presente sentencia constitucional, dicte la resolución de la
medida de coerción procesal que corresponda al caso, ello es, si a la fecha no se
hubiera dictado la sentencia penal.

58
Capitulo IV
ANÁLISIS CRÍTICO GRUPAL

59
CONCLUSIONES

PRIMERA: Las medidas de coerción son consideradas medidas que tienden a


asegurar los fines del proceso en su especialidad toman el nombre “MEDIDAS
DE COERCIÓN PROCESAL” a razón de que por dichas medidas se emplea la
fuerza pública (violencia) para lograr garantizar los fines del proceso penal, ello
sin embargo dentro del marco de la Constitución y respetando los derechos
fundamentales de la persona.

SEGUNDA: La restricción a la libertad de la persona ha de adoptarse a través


de un procedimiento previamente determinado, en el que se respeten los
derechos que la propia Constitución consagra.

TERCERA: Conforme se ha observado en el presente trabajo, la respuesta que


en los últimos años ha ofrecido el legislador y el juez peruano al problema de la
criminalidad y, por tanto, el tratamiento que ha realizado de la prisión preventiva
o provisional y otras medidas restrictivas de la libertad, se ha caracterizado por
alejarse de las funciones que estas medidas deben atender.

CUARTA: Concluimos que las medidas de coerción son muy importantes para
el derecho penal y es posible analizar que las medidas de coerción y el
procedimiento cautelar desde la perspectiva unitaria del concepto de proceso,
siempre y cuando éste se asuma a partir de la perspectiva garantista ofrecida
por la Constitución Nacional, la cual debe ser el marco adecuado para su
regulación dentro de un procedimiento acusatorio en lo penal.

QUINTA: Los ciudadanos estamos expuestos a la violencia generada por la


delincuencia. Es importante que sepamos cuáles son nuestros derechos para
poder hacerlos valer correctamente. Esto incluye poder arrestar a un
delincuente que es sorprendido en flagrante delito.

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SEXTO: Para que exista detención judicial, debemos tener en cuenta ciertos
requisitos señalados en la norma, a fin de que el Juez pueda dar mandato de
detención, por lo que tenemos el hecho de que deben existir suficientes
elementos probatorios de la comisión de un delito que vincule al imputado como
autor o partícipe del mismo, que el imputado en razón de sus antecedentes y
otras circunstancias, tratase de eludir la acción de la justicia o perturbar la
actividad probatoria.

SÉPTIMA: Para que exista detención judicial, debemos tener en cuenta ciertos
requisitos señalados en la norma, a fin de que el Juez pueda dar mandato de
detención, por lo que tenemos el hecho de que deben existir suficientes
elementos probatorios de la comisión de un delito que vincule al imputado como
autor o partícipe del mismo, que el imputado en razón de sus antecedentes y
otras circunstancias, tratase de eludir la acción de la justicia o perturbar la
actividad probatoria.

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BIBLIOGRAFÍA

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63
ANEXOS

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