EL DILEMA, LA DESAZÓN Y LA CONCLUSIÓN.

Sus ojos se cerraban y abrían con muy poca fuerza.

Llora.
-Fui yo la que les di mi vida para crear la suya, fui yo quien los moldee a imagen
y semejanza de mis ideales.-
Respira.
Sus sentidos poco a poco desaparecían en una nube de amor y odio.
Tanto había hecho y su fin era este, no lo merecía.
Nadie entendía, ya le había ganado pero su rival no se rindió y apareció
nuevamente años después, esta vez decidido a llevarla.
-Fui yo quien crio a 3 y termino de criar a 1, fui yo quien lloro y rio con ellos sin
importar mi estado.-
Al final de cuentas eso era. -¿Nací para esto?-
-¿Llegué llorando y me voy llorando? No hay derecho que deba irme sufriendo.-
-No debe ser así-
Solloza, la consume…
-Pero… ¿lo hice bien o no? ¿Podrán solos?-
¿Pero? ¿Cómo me despido? ¿Que se supone que les debo decir?
-Me preparé para quedarme no para irme.-
Qué razón más alejada esta, pero tan cercan cuando uno menos lo quiere admitir.
Respira.
Habla.
-Pero yo no me perderé en el tiempo, mi sello está estampado con firma de
fidelidad en ella, ella, gran mujer que me llevara siempre y cuando se mire a ella
misma me verá a mí.-
Se enorgullece.
-Ellos llevarán mi marca y mi llanto, no se olvidaran de mí, mis sueños y
esperanzas están ellos, sus recuerdos fueron forjados con mis manos, su ser
abrazado con mi ser y entrelazados con fuertes cadenas.-
-Pero mi alegría de ver el resultado no es en vano, ellos seguirán por mí, ellos
lloraran por mí, ellos serán mis extensiones.-
-Cuando ya me haya ido ellos seguirán aprendiendo, no estaré más ahí, no
ayudaré, entenderán el despojo y la desazón de la vida, me iré y no volveré pero
el amor nunca se acallará, mi legado seguirá.-
Sus ojos llorosos entre un sentimiento de tristeza y alegría vieron por última vez la
injusticia y el odio injustificado.
Apretó fuerte, sonrió, suspiró.
Silencio fue la moneda corriente en ese momento.
No se escuchó más su aspiración en la sala, su voz no rebotó más en las lisas y
blancas paredes, el sonido se volvió neutro.
Y levemente se dibujó una sonrisa de despedida.
Había logrado su cometido.