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Síndrome clínico producido por un daño cardiaco que dificulta el transporte de la sangre
desde el territorio venoso hacia el arterial con disminución del gasto cardiaco y/o
aumento de la presión venosa. La consecuencia es un daño multiorgánico.
Disfunción Ventricular
Sistólicas:
Disminución de la contractilidad del miocardio (capacidad intrínseca de producir fuerza
y acortamiento). Por daño secundario:
• Sobrecarga de presión (estenosis aórtica, HTA): dificultad al vaciamiento.
• Sobrecarga de volumen (insuficiencia aórtica): exceso de llene.
O por daño original que puede ser isquémico (IAM), inflamatorio, infeccioso,
inmunológico, químico (alcohol, quimioterapia) o genético:
• Miocarditis y miocardiopatías primarias
• Cardiopatía coronaria
Diastólicas:
• Disminución del lusitropismo: disminución de la velocidad de relajación y de la
distensibilidad.
-Relajación lenta e incompleta del sarcómero por alteración de la Titina o
isquemia del miocardio.
-Alteración de la constitución de la pared ventricular: hipertrofia, tejido fibrosos,
infiltración.
• Lesión del pericardio: constrictiva o con derrame que dificulta la expansión.
• Lesión extracardíaca : masas intratorácicas, derrames pleurales, presión
espiratoria positiva excesiva en ventilación mecánica.
Otras causas que disminuyen el llene ventricular y no se consideran como disfunción son
la estenosis de la válvula aurículo ventricular y la taquicardia exagerada que disminuye el
tiempo de diástole.
Fisiopatología de la disfunción ventricular
-Proceso intrínseco del sarcómero (contractilidad) que se inicia con la entrada de una
pequeña cantidad de ión calcio a la célula por los canales L de calcio del sarcolema
durante la despolarización celular, lo que hace que en el retículo sarcoplásmico se libere
calcio hacia el citosol, que al unirse a troponina C en el miofilamento delgado, activa la
formación de los puentes y su recambio.
2. Hemodinamia Ventricular
Loop σ-volumen
La curva inferior comienza en el punto “a” en que se abre la válvula mitral y comienza el
llene ventricular (primero rápido, luego lento y finalmente rápido nuevamente por la
contracción auricular) con aumento de la presión y del radio de la cavidad ventricular
desarrollándose así un incremento del estrés (σ) diastólico de la pared de acuerdo a la
ley de Laplace, σ = P × R/2h. En forma rigurosa se define precarga ventricular como el
estrés parietal al final de la diástole (punto “b” en la figura). Corresponde a la fuerza que
distiende el miocardio al final de la diástole en forma análoga a la definición de precarga
que distiende el sarcómero antes de la contracción.
La forma de la curva de llene ventricular (“a” – “b”) depende de la magnitud de sangre
que entra al ventrículo por el retorno venoso y la contracción auricular y de la capacidad
del ventrículo de relajarse y distenderse o “lusitropismo”. El proceso de relajación que
permite el llene precoz y rápido del ventrículo es función de la velocidad con que el
retículo sarcoplásmico retira el ión calcio del citosol, la velocidad con que se deprende
el ión calcio de la troponina (afinidad de la troponina por el ión calcio) y de la magnitud
en que los filamentos contráctiles se disocian después de la remoción del ión calcio
(depende del contenido de ATP celular). La distensión de la pared ventricular también
depende de la característica elástica de la proteína titin que une el filamento de miosina
a la banda Z, del espesor de la pared ventricular, de la densidad y tipo de tejido colágeno
de la matriz extracelular y del pericardio. Cuando por alteración de uno o más de estos
factores la distensibilidad de la pared ventricular disminuye (se vuelve más rígida) la curva
de lusitropismo asciende (mayor estrés para un determinado volumen ventricular) y se
habla de lusitropismo negativo. En este caso el llene ventricular disminuye y por ende el
volumen de fin de diástole y con ello la precarga y el volumen expulsivo. Por el contrario,
si la distensibilidad de la pared ventricular aumenta la curva de lusitropismo desciende
(menor estrés para un determinado volumen ventricular) y se habla de lusitropismo
positivo. En este caso el llene ventricular aumenta y por ende el volumen de fin de
diástole, la precarga y el volumen expulsivo (ley de Starling).
En el punto “b” comienza la contracción del miocardio con rápido desarrollo de estrés
sistólico que aumenta rápidamente la presión ventricular lo cual cierra la válvula mitral y
termina el llene ventricular. El estrés sistólico aumenta pero sin expulsión de sangre
porque el aumento de la presión intraventricular, (consecutivo al aumento del estrés
parietal), no es aún suficiente para sobrepasar la presión en la raíz aórtica y abrir las velos
semilunares de la válvula aórtica (contracción isovolúmica). Cuando el estrés
desarrollado produce una presión ventricular superior a la aórtica se abre la válvula
aórtica (punto “c”) y se inicia la eyección de sangre (contracción expulsiva) y el volumen
ventricular disminuye hasta el punto “d” que representa el máximo acortamiento que la
pared ventricular puede efectuar de acuerdo a la dificultad de salida de la sangre del
ventrículo izquierdo. Esta dificultad de salida, o impedancia aórtica, aumenta con el
incremento de la presión arterial y la rigidez de la pared aórtica y por lo tanto varía
durante la eyección. Durante la expulsión, si bien la presión intraventricular sigue
aumentando, el estrés disminuye porque el radio (R) del ventrículo disminuye más rápido
de lo que aumenta la presión (P) y porque el espesor (h) de la pared aumenta (se
engruesa la pared ventricular), y ambos efectos disminuyen el estrés. El estrés parietal
desarrollado durante la expulsión (“c”- “d”,) se denomina Postcarga ventricular y es una
expresión de la dificultad al vaciamiento ventricular (impedancia de salida del ventrículo).
Como la magnitud de la postcarga varía durante la eyección generalmente se elige el
valor inicial (punto “c) o el valor final (punto “d”).
La línea que une estos puntos, es una recta y su pendiente (dσ / dvolumen) representa el
cambio de estrés inducido por cada cambio de volumen de fin de sístole. Corresponde
a la capacidad contráctil y es independiente de la postcarga puesto que la línea se
obtiene en base a diferentes postcargas. Además, es independiente de la precarga o
volumen de fin de diástole desde la cual se inicia la contracción. Por estos motivos la
pendiente de la curva-volumen de fin de sístole es considerada un buen índice de la
contractilidad o capacidad intrínseca del ventrículo. Si se administra una droga que
aumenta la capacidad contractil, la curva se desplazará hacia la izquierda ya rriba (efecto
inotropo positivo).
El acortamiento parte ahora desde un volumen de fin de diástole mayor es decir con
mayor precarga y gracias a la ley de Starling, que aumenta la velocidad de acortamiento
del miocardio, el acortamiento continúa hasta la nueva línea de contractilidad y
compensa el menor achicamiento del ventrículo con un vaciamiento desde un volumen
de fin de diástole mayor con lo cual el volumen expulsivo puede mantenerse en un valor
cercano a lo normal. Nótese como un aumento de la precarga al compensar el
volumen expulsivo encubre la disminución de la contractilidad. Este proceso se
repite en el tiempo a medida que va disminuyendo la contractilidad con la consecuente
dilatación progresiva del ventrículo. La cronicidad del proceso se facilita por el aumento
de la volemia consecuente a la retención hidrosalina, lo que aumenta aún más la
precarga, y a una vasoconstricción arteriolar periférica consecuente a una hiperactividad
simpática lo que aumenta la postcarga. La dilatación ventricular crónica se produce en
base a la multiplicación en serie de los sarcómeros (hipertrofia en serie con elongación
de la fibra cardiaca o hipertrofia excéntrica) y no por sobredistención de estos más allá
de su longitud máxima que produzca desacoplamiento de los filamentos de actina y
miosina. Debido a que la hipertrofia en serie evita el sobrestiramiento de los sarcómeros
se atenúa parcialmente el incremento de la presión ventricular diastólica, Sin embargo,
con el tiempo, la necrosis de los cardiomiocitos con el concomitante desarrollo de tejido
colágeno de reemplazo, sigue disminuyendo la distensibilidad de la pared ventricular
(mayor rigidez) con efecto lusitrópico negativo y disfunción diastólica cada vez mayor
(remodelación).
Sintomatología
Remodelación Ventricular
1. Hipertrofia Ventricular
2. Déficit Energético
3. Cambios moleculares
5. Fibrosis miocárdica
(etapas)
Dificultad del llene del ventrículo con aumento de la presión de fin de diástile.
• Activación SRAA
El sistema SRA circulante tiene más importancia en la regulación del tono vasomotor y se
activa con el aumento de la secreción de renina por el riñón. El riñón aumenta la
producción de renina en las células yuxtaglomerulares cuando disminuye su perfusión o
llega menos ión sodio a la mácula densa o cuando aumenta la actividad simpática. La
renina hidroliza, en la sangre, el polipéptido angiotensinógeno producido en el hígado,
convirtiéndolo en angiotensina I, la cual es inactiva, y que a su v ez es hidrolizada por la
enzima convertidora de angiotensina (ECA), (producida en el endotelio de la circulación
pulmonar), en angiotensina II (AT2) circulante la cual es activa. El sistema tisular del SRA
tiene más importancia como señal proliferativa. La activación ocurre por la acción de una
ECA tisular sobre AT1 y por la acción de una quimasa sobre AT1.
La angiotensina 2 actúa a través de dos receptores (RAT1 y RAT2) que median respuestas
opuestas . Los RAT1 median la vasoconstricción, la hipertrofia del miocardio y aumentan
levemente la contractilidad miocárdica. Los RAT2 median la vasodilatación y la inhibición
de la hipertrofia. La activación de los RAT1 en la membrana celular del cardiomiocito, por
el exceso de AT2, inician la señal de hipertrofia patológica del miocardio. Además AT2
produce vasoconstricción arteriolar por activación de RAT1 en el músculo liso arteriolar
aumentando la presión arterial y la postcarga ventricular con mayor limitación del
volumen expulsivo y estimulación de la remodelación ventricular. Además, AT2 estimula
la liberación de aldosterona en la zona glomerulosa de la glándula suprarrenal.
Aldosterona induce retención de sodio, con lo cual aumenta la volemia, la precarga
ventricular y por ende produce dilatación ventricular lo que, por ley de Starling, permitiría
sostener el volumen expulsivo.
• Activación de la liberación arginina-vasopresina
ANP es producido por distensión aguda de las aurículas y BNP es producido por
distensión crónica de aurículas y ventrículos. CNP es producido en el endotelio vascular.
ANP y BNP actúan a través de guanilciclasa y PKG induciendo vasodilatación arteriolar
con lo que disminuye la postcarga, inducen natriuresis que disminuye la precarga,
inhiben la hipertrofia y aumentan la distensibilidad miocárdica por fosforilación de Titina.
Por detrás del ventrículo izquierdo se encuentra la circulación pulmonar que contiene
alrededor de 1/3 del volumen sanguíneo vascular (1.7 L). Los otros dos tercios de la
volemia están contenidos en la circulación sistémica (3.3 L). Normalmente ambos
ventrículos tienen el mismo volumen expulsivo y se dice que existe una isodinamia
ventricular.
Aumento de la
Incremento de la contractilidad > en
Ejercicio
act. simpática uno de los ventriculos
(remodelación)
Hipertensión y
congestión Heterodinamia
Disnea de
vascular durante el
esfuerzo
pulmonar ejercicio
-Aumento de la rigidez del tejido pulmonar producido por la congestión, que estimula
los receptores J e induce disnea.
-La hipertensión en los capilares con dilatación de ellos en las paredes del alvéolo
produce edema de estas estructuras que disminuye la superficie alveolar lo que
sumado a extravasación de líquido a la cavidad alveolar (edema alveolar y aumento de
grosor) dificulta el intercambio gaseoso que se puede manifestar en hipoxemia y cianosis
central.