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el salmo es llamado “Masquil”. No está claro cuál sea el significado de la palabra.

Es por eso
que la mayoría de las versiones no la traducen. Proviene de un verbo hebreo que
significa instruir, hacer sabio. Así que cuando es aplicado a los salmos, pudiera implicar una
canción que instruye, o una canción que ha sido sabiamente creada. Lo que nos recuerda el
otro aspecto que enfatizamos la semana pasada: Los salmos fueron creados para instruir:
“Bienaventurado es el hombre que […] en la instrucción del Señor está su deleite, y en
su instrucción medita de día y de noche!”.

Así que: “Para el director del coro. Masquil de los hijos de Coré” subraya los dos aspectos de
nuestro último encuentro. Los salmos son instrucción, y los salmos son canciones. Y Jesús
enseñó que fueron inspirados por Dios. Su propósito es que moldeen lo que la mente piense,
y que moldeen lo que el corazón siente. Cuando nos sumergimos en ellos, estamos
“pensando y sintiendo con Dios”. Mi oración es que esta serie de mensaje nos ayude a
lograrlo.

Una Perspectiva del Salmo 42

La manera en que me gustaría introducirnos en el Salmo 42 es mediante una perspectiva


general, para luego mostrar seis características del justo en su depresión espiritual, seis
aspectos que debemos moldear en la manera en que lidiamos con nuestras propias
temporadas de oscuridad.

Esta es la perspectiva. Externamente sus circunstancias son opresivas. El versículo 3 dice


que los enemigos “me dicen todo el día: ¿Dónde está tu Dios?”. Y el versículo 10 dice lo
mismo, solo que describe el efecto como el de una herida mortal: “Como quien quebranta mis
huesos, mis adversarios me afrentan, mientras me dicen todo el día: ¿Dónde está tu Dios?”.
Y, “¿dónde está tu Dios?” implica que algo ha salido mal también, o no estarían preguntando
“¿dónde está tu Dios?”. A ellos les parece que él salmista ha sido abandonado.

La condición interna del salmista es la depresión y la total turbación. En los versículos 5 y 11,
se describe a sí mismo como abatido, y turbado. En el versículo 3 dice: “Mis lágrimas han
sido mi alimento de día y de noche”. Así que se siente desanimado hasta el punto de llorar
día y noche. En el verso 7 dice que se siente como si se ahogara: “todas tus ondas y tus olas
han pasado sobre mí”.

En Salmos 42:7 dice: “Un abismo llama a otro”. Solamente el llamado de un abismo puede
lograr que otro abismo responda. Lo superficial no puede descender a los abismos ni penetrar
jamás a las partes más hondas, ya que lo profundo sólo responde a lo profundo. Sólo lo que
procede de lo más íntimo de nuestro ser puede lograr una respuesta íntima. Cuando
escuchamos un mensaje, lo único que conmueve nuestro interior es lo que proviene del interior
del que habla; si no sale nada de lo profundo de su ser, la ayuda que recibimos es superficial.
Debemos ver que la profundidad espiritual es crucial, pues sólo lo que brote de allí podrá tocar
lo profundo del ser de otros. Si nuestro ser interior no recibe ayuda ni beneficio, nunca brotará
nada de él. Si queremos ayudar espiritualmente a alguien, algo debe brotar de lo profundo de
nuestro ser. Si no cavamos profundo en nuestro interior, nunca podremos llegar a nadie. A
menos que nuestras palabras salgan de lo más recóndito de nuestro ser, no tocaremos lo
profundo de otros. Podemos estimular sus emociones y pensamientos; podemos hacer que
lloren, se alegren o se conmuevan, pero sólo “un abismo llama a otro”. Las expresiones
superficiales nunca tocarán lo profundo de los demás.

TENER RAÍCES PROFUNDAS

En la parábola del sembrador encontramos el principio que debemos seguir cuando predicamos
el evangelio o recibimos la palabra de Dios. Cuando el sembrador salió a sembrar, parte de la
semilla cayó junto al camino, otra en pedregales y otra entre los espinos, pero otra cayó en
buena tierra. Vemos aquí las cuatro maneras en que el hombre recibe la palabra. El Señor Jesús
nos dice que uno de esos lugares es los pedregales. Allí se ve la tierra en la superficie, pero por
debajo hay muchas piedras. La semilla que cae en esta clase de terreno, brota pronto, pero en
cuanto sale el sol, se seca porque no tiene raíz.

¿Qué es la raíz? Es la parte de la planta que crece bajo la tierra. ¿Qué son las hojas? Es la parte
que crece sobre la tierra. Podemos decir que la raíz es la parte escondida de la vida, mientras
que las hojas son la vida manifestada. El problema de muchos cristianos es que aunque tienen
mucha vida, muy poca se mantiene en secreto. En otras palabras, les falta esa vida escondida.
Ustedes han sido cristianos por años, pero ¿cuánto de esa vida se mantiene en secreto y cuánto
de ella es evidente? Ustedes dan mucho énfasis al trabajo. Por supuesto, las buenas acciones
son importantes, pero aparte de esa expresión de su vida, ¿cuánto de esa vida se mantiene
escondida? Si toda la vida espiritual de uno está expuesta, entonces uno no tiene raíces. ¿Están
sus virtudes manifestadas ante los hombres, o hay algo que ellos no conocen? Si todas sus
experiencias son manifiestas, esto indica que su crecimiento es externo y que carece de
crecimiento interno. Si éste es el caso, usted es una persona que tiene hojas, pero no tiene
raíces, así que se encuentra en la superficie.

Como creyentes necesitamos aprender lo que significa el Cuerpo de Cristo, y debemos practicar
la vida del Cuerpo. Además, debemos saber que la vida que el Señor le da a cada miembro de
Su Cuerpo, es individual. Por ello, usted debe guardar en secreto esa porción personal que El le
dio; de no ser así, esa porción perderá su carácter específico, y no podrá ser útil para el Señor.
Si usted pone al descubierto aquello que se le ha dado específicamente, se marchitará.

El mensaje que el Señor Jesús dio en el monte fue extraordinario. El dijo allí: “Vosotros sois la
luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder” (Mt. 5:14). Es algo
totalmente al descubierto. Pero en otro lado dijo: “Mas cuando tú des limosna, no sepa tu
izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto … cuando ores, entra en
tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto…” (Mt. 6:3-4, 6). Esto
indica que, por un lado, si usted es cristiano, debe confesar su fe de forma pública; y por otro,
ciertas virtudes cristianas se deben guardar de la vista pública. El creyente que exhibe todas
sus virtudes y no reserva nada en lo profundo de su ser, no tiene raíces; y no podrá permanecer
firme cuando lleguen las pruebas y las tentaciones.
Hace muchos años que somos hijos de Dios; quiera el Señor abrir nuestros ojos y mostrarnos
hasta qué punto nuestras experiencias han estado escondidas de la vista pública. ¿Cuántas de
esas experiencias quedarían si se eliminara lo que ya se ha hecho público? Que el Señor se forje
en nosotros, de modo que podamos tener raíces.

(Salmo 42: 7)= Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; todas tus
ondas y tus olas han pasado sobre mí.
¿Qué significa esto de “un abismo llama a otro abismo?” Significa lo
siguiente: Cuando usted recibe una revelación de la palabra de Dios y la pone
por obra, esa revelación, ese abismo revelado en usted, lo va a preparar para
una próximo revelación. Un abismo llama a otro abismo a la voz de sus
cascadas. Una revelación nos conduce a otra superior dictada por la voz de la
cascada divina que es la palabra de Dios. Por eso hay enfermos psiquiátricos;
porque el PSIQUIS, o sea el alma, no nació para mandar, nació para
someterse al espíritu. Por eso las órdenes que Dios le dio a Adán, fueron
órdenes espirituales. Que cuando el hombre murió espiritualmente, no lo
pudo poner por obra.
Entonces, cuando yo recibo una revelación, Dios me va a dar otra revelación
que le dará plenitud a la anterior y preparará el entendimiento a la próxima.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes
pastores, y sobre todos los amigos y hermanos presentes, y en todas las iglesias,
todas las congregaciones. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Para esta ocasión, para esta noche, leemos un pasaje en el Salmo 42, versos 1 al 8,
donde nos dice el salmista:

“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,

Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;

¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?

Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,


Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?

Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;

De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,

Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.

¿Por qué te abates, oh alma mía,

Y te turbas dentro de mí?

Espera en Dios; porque aún he de alabarle,

Salvación mía y Dios mío.

Dios mío, mi alma está abatida en mí;

Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,

Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.

Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;

Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.

Pero de día mandará Jehová su misericordia,

Y de noche su cántico estará conmigo,

Y mi oración al Dios de mi vida.

Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?

¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?

Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan,

Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?

¿Por qué te abates, oh alma mía,

Y por qué te turbas dentro de mí?

Espera en Dios; porque aún he de alabarle,


Salvación mía y Dios mío.”

Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla en esta
ocasión.
Creo que la experiencia de un "abismo llama a otro abismo", es lo que permite que
el proceso de maduración suceda durante las penosas pruebas de fe. En tiempos de
sufrimiento, es común preguntar, ¿Dios, por qué permites que me pase esto? Pero de
lo que me he venido a dar cuenta, es que el sufrimiento es realmente parte del
proceso de crecimiento. Ah, algunos podrían decir, los sufrimientos son el resultado
de nuestras malas decisiones o se deben a juicios de Dios, y esto es verdad. Pero no
todos los sufrimientos pueden ser fácilmente considerados de esta manera. Esta es
la razón por la cual Romanos 5:3 dice: "Y no sólo en esto, sino también en nuestros
sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia..."

Una vez, años atrás, cuando estaba haciéndole a Dios la típica pregunta "por qué", el
Señor me hablo en el Salmo 42:7. Y esto es lo que quiero compartir contigo ahora,
porque esta sencilla revelación es como la viga principal para mí, a través de esta
penosa prueba de fe.
El Señor me explicó que hay una profundidad, que es producida por los sufrimientos.
¿Alguna vez haz conocido a una persona superficial- alguien sin profundidad? Cuando
atraviesas momentos duros, lo último que quieres es a una persona superficial para
que ponga sus brazos alrededor tuyo y trate de animarte, porque sabes que no hay
profundidad para experimentar. Sus palabras son sólo palabras. Pero es diferente
cuando alguien que sufrió la pena y la pérdida (aún cuando no se trate del mismo
dolor y pérdida que tu estás experimentando) te conduela y te da palabras de
esperanza. Porque detrás de esas palabras hay una profundidad de experiencia. Su
consuelo viene a ser la experiencia de un "abismo llama a otro abismo".

Existen también las amistades profundas que surgen de sufrimientos comunes.


Cualquier persona que ha pasado por un profundo sufrimiento siente una unión
especial con aquellos que han estado en una situación similar. Piensa en aquellos
que vivieron el Holocausto, o los que han soportado una guerra. Esos profundos
sufrimientos producen profundas amistades.

Pero me di cuenta de algo que no había entendido antes. ¡Dios es un Dios de


profundidades! El ha sufrido más de lo que nos es posible imaginar. Desde el
momento de la caída del hombre, ha sido testigo del rechazo de los hombre hacia El,
y como si esto no fuera suficiente, El ha visto el resultado de ese rechazo, en las
vidas de las personas; dolor, agonía, enfermedades, relaciones rotas, guerras,
muerte. Y por encima de todo, El ha llevado en sí mismo todos nuestros
sufrimientos. Isaías 53:3-5 nos dice:

"(Jesús) Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el
sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado, y no lo estimamos.
Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero
nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue
traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él
recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados."

Jesús, voluntariamente, entró en intenso sufrimiento para mi bien (la palabra


"insoportable" viene del Latín "por la cruz"). Así el sufrimiento por el cual yo estoy
pasando ahora, no puede ser comparado con la gran profundidad del sufrimiento que
Dios, ha experimentado.

Y conforme Dios entra en relación conmigo, un "Abismo llama a otro Abismo". En


otras palabras, la profundidad del corazón de Dios llama a la profundidad de mi
corazón, y viceversa. Las profundidades no pueden llamar a lo superficial. Y por
tanto, ¿he de sorprenderme, de que Dios permita el sufrimiento para hacerme
madurar, para hacerme más profundo? Y ¿he de sorprenderme, que en este tiempo
de sufrimiento, pueda descubrir a Dios de maneras que nunca lo había hecho antes?

Ahora, no estoy diciendo que deberíamos tener complejo de mártir. Jesús no fue un
mártir. La cruz no fue el final, sino simplemente la camino a la resurrección. De la
misma manera, se que Dios me liberará. Hay una victoria al final de la prueba. Pero
aún sabiendo esto, no quiero acortar el proceso de la obra de Dios en mi vida.
Aunque, igual que el salmista, a menudo, clamo," ¡No te tardes, Dios mío!"
(ver Salmo 40:17), también, se que estos tiempos son demasiado preciosos (no el
sufrimientos propiamente dicho, sino la relación que experimento con el Señor en
medio del sufrimiento). Al final de mi prueba, diré: "¡no querré pasar por esto nunca
mas!" Pero al mismo tiempo, diré también, "¡no quites esta prueba de mi, porque
ahora soy lo que soy, por lo que he pasado con Dios!" (ver 1Corintios 15:10).

Por esto, creo que 1Pedro 1:6-7 dice:

"Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido
que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque perecedero, se acrisola al
fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser
acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor
cuando Jesucristo se revele."

Hay un "oro" que está siendo refinado por mi fe, durante esta prueba - el oro del
alma que llevaré conmigo a la eternidad, una profundidad que determinará mi vida
para siempre. Pero no únicamente tengo la profundidad de mi madurez, edificada en
mi carácter, también experimento las profundidades en Dios, que nunca podría
haber experimentado de otra manera. Y así, por esta razón, digo:

"En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!"


Las Cascadas que Sanan - 9/13
“Dios mío, mi alma está abatida en mí;
Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,
Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
Pero de día mandará Jehová su misericordia,
Y de noche su cántico estará conmigo,
Y mi oración al Dios de mi vida.”
-Salmo 42:6-8
En tiempos de tristeza o angustia, en tiempos de desilusión o desanimo, puede
parecer que fueron las “olas” de Dios que nos han hecho daño. Puede tornarse
difícil para buscar a Dios por causa del dolor. Pero debemos hacer como este
Salmista dice. Su alma esta “abatida” pero empieza este salmo diciendo: “Como el
ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma
mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.” (1-2) En medio de su dolor, el
clama por Dios. Él sabe que solo Dios puede sanar sus heridas.

El Salmista se obliga a sí mismo a recordar las misericordias de Dios en el pasado:


como hizo a Israel pasar el rio Jordán y como entrego la tierra de los hermonitas a
Israel, cumpliendo Su promesa. Se acuerda del monte Mizar, un monte pequeño
donde las aguas que corren de los montes de Hermon se convierten en el rio
Jordán que da vida a todo el desierto de Israel. El Salmista adolorido se esfuerza
para acordarse de la dulzura de Dios en su provisión y su fidelidad.

De la misma manera debemos esforzarnos a recordar la bondad de Dios en


nuestra salvación y las bendiciones que nos ha dado. El recordar las misericordias
de Dios nos ayuda a mantener nuestra fe en Él.

“Un abismo llama a otra a la voz de tus cascadas.” El vacio que a veces sentimos
en medio de pruebas nos llama a la voz de las aguas de Dios. Así es como
primero conocimos a Dios y así es como seguimos conociendo más de Él. El vacio
de nuestro corazón demanda la única potencia que puede satisfacer, las cascadas
del Espíritu de Dios. Él es gozo y dicha. Por medio de Él tenemos ríos de agua
viva. Solo las aguas de Dios pueden limpiar y curar nuestras heridas. Él nos ama
con el amor de un padre. Podemos estar seguros que Él mandara Su misericordia.
Podemos estar seguros que Él nos dará cantico nuevo.

No te enojes con Dios. Sumérgete en Sus cascadas y veras que ese abismo por
cual has pasado termina más cerca de Dios de lo que estabas antes, y con más
gozo también.
Ahora, un abismo llama a otro; por ejemplo esto, si hay un abismo aquí
llamando, tiene que haber un abismo que responda a ese clamor

QUE EL MUNDO TIEMBLE ANTE EL POCISIONAMIENTO DE LOS “JOSIAS”.

Diciembre, 2016
En Venezuela, se ha ido despertando, levantando y posicionando una
generación como el rey Josías. Una generación que conoce las demandas de
YHVH, Sus mandamientos, que entiende cómo funciona el Reino de
YahShua y como debe conducirse el pueblo del Señor. Por causa de la
revelación que tendrán de la verdad, enfrentarán a los falsos sacerdotes,
falsos profetas y ministros que se han escondido detrás del sistema religioso
para impedir el establecimiento del reino en los territorios. Se integrarán a
esta generación independientemente de su edad, aquellos que estén
dispuestos a quebrantar sus voluntades para unirse al propósito divino y que
hayan guardado la pureza en sus corazones.
Es una generación que por causa de vivir en intimidad con el Padre celestial,
entiende la profundidad de Su amor y disfruta de la seguridad de Su
aceptación. Ellos no serán frenados por causa de las marcas de orfandad que
azotaron las generaciones anteriores.
Tiene celo en su corazón por lo santo, por lo puro y arremeterán con fuerza y
violencia en contra de todo lo falso, en contra de todo sistema religioso,
idolátrico, farisaico contrario al corazón del Padre. ¡No serán gobernados
por el miedo, su bandera será el amor!. Es una generación marcada por la
valentía, la fuerza, el dinamismo, que sabe vivir sin aflicción en medio del
padecimiento, que le ha perdido el miedo a la muerte, que está dispuesta a
entregar su vida por la verdad y la justicia.
Se revelarán en contra del sistema satánico, humano y religioso que ha
mantenido esclavizada a las generaciones pasadas. Enfrentarán al espíritu del
falso profeta, sabrán discernir el espíritu de engaño del anticristo, le quitarán
la máscara al mover jezabelico y apoliónico. Esta generación será como
caballos que correrán por encima de los escombros, rugirán como el león y
sus adversarios les temerán.
Sabrán reconocer y sujetarse a las autoridades que estén alineadas y
sometidas al Mesías, pero ignorarán y pasarán por encima de aquellos que
aunque tienen dones ministeriales, han perdido su autoridad territorial por ser
desobedientes al Espíritu.
Muchos de ellos, serán camuflajeados para que puedan ocupar posiciones de
gobierno, lugares estratégicos desde donde puedan tomar decisiones que
repercutan en el levantamiento y desarrollo del país. Algunos, son como
Moisés, han sido elegidos por el Señor pero viven en medio de los “egipcios”
como si fueran uno de ellos. No han sido parte del sistema religioso, no
califican dentro de los parámetros establecidos por el mundo. Otros, serán
como José, serán posicionados por causa de su sabiduría, inteligencia y la
gracia del Señor a lugares prominentes en donde podrán ejercer autoridad
para gobernar y establecer el diseño del Señor estratégicamente.
Los “Josías” estarán activos en todos los sectores de nuestra sociedad, no
estarán enclaustrados en las cuatro paredes de los templos por causa del
sistema religioso. Ellos serán posicionados en las arte, en la ciencia, en el
deporte, en la tecnología, la industria, en el sector empresarial, en la política.
Ocuparán cargos como jueces, magistrados, legisladores, gobernantes. Serán
notorios y públicos en nuestra sociedad. Se levantará en contra el sistema de
perversidad e injusticia establecido por políticos y gobernantes corruptos.
Acabarán con abominaciones que han destruido a muchos sectores de la
nación venezolana. De ellos, se levantará un nuevo liderazgo político, que no
ha tomado de la sabia de árboles muertos y sentenciados a ser cortados.
Algunos en esta generación, no llegarán a su vejes, nacieron para dar la vida
en esta temporada. De sus acciones, dependerá el cumplimiento de lo que
sido profetizado sobre Venezuela. ¡Gran responsabilidad ha sido otorgada a
una generación joven, que será recordada y amada por las generaciones
futuras!
Esta generación debe prepararse y estar consciente que será rechazada por el
sistema religioso que se ha implantado por siglos, pero debido a esto
sucederán dos cosas:

 Muchos al ver la unción y la gloria que rodeará a esta generación


despertaran del sistema religioso en el que han estado sumergido y se
unirán a la dinámica del Espíritu.
 y los millones que No habían aceptado el evangelio por causa del
sistema religioso y su mal testimonio, aceptarán al Señor y entrarán al
reino. Las ovejas perdidas de la casa de Israel volverán a casa por causa
del levantamiento de esta generación.

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