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SINDROME DE ABSTINENCIA

El síndrome de abstinencia, consiste en un conjunto de síntomas físicos y


psicológicos que surgen cuando una persona deja de consumir abruptamente
una sustancia de la que antes ha abusado. También puede aparecer si el adicto
disminuye la cantidad de sustancia que solía consumir.

Lo más común es que se produzca si existe una adicción al alcohol, drogas,


ciertos psicofármacos o tabaco. Sin embargo, también puede ocurrir con algunos
alimentos (como el azúcar o el café) o adicciones sin sustancia como al juego
patológico.

El síndrome de abstinencia es un indicador importante de que existe


dependencia a algo. Éste aparece de manera más intensa si las dosis
consumidas eran altas. Al igual que si el individuo estuvo abusando de la
sustancia por un tiempo más prolongado.

Los síntomas del síndrome de abstinencia son muy variables. Dependen de la


sustancia que se ha abandonado y, normalmente, suelen corresponder a las
sensaciones contrarias que esa sustancia aportaba. Por ejemplo, si el alcohol es
relajante, en la fase de abstinencia el alcohólico se sentirá nervioso y tenso.

Esto ocurre por problemas en el funcionamiento de nuestro sistema nervioso, ya


que se acostumbra a los efectos de la droga para funcionar con normalidad.

Los síntomas pueden empeorar si se abusó de la droga para intentar paliar otras
enfermedades, infecciones, malnutrición, dolor, problemas de sueño, etc. De
esta forma, la abstinencia puede ser aún más desagradable, lo que aumenta la
probabilidad de volver a consumir la droga.

En cuanto al diagnóstico, no es raro que este síndrome se confunda con diversas


enfermedades o trastornos mentales. Por eso es importante recabar información
para saber si el paciente tomaba alguna sustancia y ha interrumpido su consumo
bruscamente.

Existen algunos fármacos para tratar el síndrome de abstinencia. Sin embargo,


en la mayoría de sustancias, el adicto debe pasar por esta fase sin sustancias
para poder superar su problema de adicción.

CONSECUENCIAS DEL ALCOHOL EN LA GESTANTE


Las mujeres embarazadas tienen prohibido el consumo de bebidas alcohólicas,
porque pueden ocasionar serios e irreversibles daños en el feto.

“Beber alcohol estando embarazada puede traer consecuencias negativas. Cada


año, son varios los bebés que nacen con alguna malformación como
consecuencia de la ingesta de alcohol de la madre, a pesar de que son muchas
las mujeres que están conscientes de los graves problemas generados por el
consumo de bebidas alcohólicas en el embarazo, algunas no le toman el peso o
no saben que el consumir una dosis mínima, puede traer secuelas irreparables
para el bebé”, asegura el especialista.

Por esta razón se recomienda a las embarazadas, y a aquellas mujeres que se


encuentran en periodo de lactancia, no consumir nada de alcohol, incluido el
vino, la cerveza y otros tragos más suaves. De la misma forma, es fundamental
que aquellas que tengan en sus planes quedar embarazadas, dejen de consumir
alcohol antes de concebir una nueva vida.

Síndrome Alcohólico Fetal

Especialistas estadounidenses detectaron el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF),


que se caracteriza por un crecimiento lento, rostro anormal, problemas en el
sistema nervioso central del bebé y alteraciones conductuales.

Hay que tener claro que cuando una mujer embarazada consume alcohol, pasa
directamente al feto por medio de la placenta; el feto no tiene la misma capacidad
que un adulto para descomponer el alcohol, por lo que el proceso es más lento,
llegando a producir, en algunos casos, los llamados Trastornos del Espectro
Alcohólico Fetal (FASD), una de las causas de retraso mental.

“En general, nuestro principal problema es la paciente alcohólica, ya que al


suspender la ingesta de alcohol desarrollan un síndrome de privación, el cual se
caracteriza por irritabilidad, alucinaciones y síntomas autonómicos”.

La principal intervención en estos casos es el manejo multidisciplinario con


psicólogos, neurólogo, gineco-obstetra y psiquiatra, para instaurar las terapias
psicológicas y medicamentosas antes del inicio del síndrome de privación.

@ “Además, la mujer embarazada es una paciente más susceptible para


poder interrumpir el consumo perjudicial de alcohol o la ingesta de
drogas, pues tiene en consideración la vida del bebé por nacer. Aquí
también es muy importante el manejo multidisciplinario, puesto que hay
una serie de variables que deben ser intervenidas para lograr una terapia
exitosa”, explica el especialista. Peggyta_espinoza

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