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José Luis Romero Estudio de Ja mentalidad burguesa in: Historia Prefacio: Luis Alberto Romero Alianza Editorial. [>=] Buenos Aires- Madrid | 930.9 Romero ant Laie HOM Exod de montalided burgvess. 1 ed * emp Buonae Ave: Alnzs, 1999 370 pz 18a 1 em. -(alianza Boel, 16) ISBN 95040-0004. 1. Thule «1. Hisria Universal © Lis Alberts Romero © Alsenaa Baoria, SA, Buono Atos, 1967, 1999, 986, 1999, Slay eieige espaol Alanan Gabor SA Madrid, D1 Word bls, 1257 Diatritclon venta [Ae Cirdab 2061120 Buenos Aires ‘evr 97276091 978:2047 814-4295 ‘Administracin y producsénedora: 2. Belgrano 85, peo 30,1082 uenos Alves ‘eine 4a-ee26 / 392-9008 Helo dapsia que aves In ey 11.723 Timposo on Argenton «Printed im Argontna PREFACIO| El texto que se leerd es la versén, apenas conregida, de un curso dictado hacia 1970 por José Luis Romero para un gru po de amigos, semanalmente reunidos en Ia casa de uno de ellos. Se encontraba entonces en la plenitud de su madurez intelectual. Poco antes habia coneluido La revoluciom bur ‘gucsa on el mundo feudal, una empresa que le demands veinte anos de trabajo, y estaba escrbjendo sus otros dos libros mayores, Latinoamérica, las cludades y las ideas, {que aparecié en 1976, y Crass» orden en el mundo feudo- Durgués, que qued6 inconcluss y fue editado luego de su muerte en febrero de 1977, Por esos afios ya habla planes- 4o los libros que escribirie en lo que crefa que le quedaba e vida ctl Sociedad y cultura en ef mundo occidental (Gos nuevos volimenes completarian el cielo histérico que, con La revolucion burguesa y Criss y orden, habia sleanzado tl siglo XVI), Teoria de la vida historia, La estructura histo= riea del mundo urbano y éste, La mentalidad burguesa, que empezaba a desarrollar como To hacfa habitualmente, expli- indolo en clases y cursos hasta que se sentia listo para cescrbie 7 8 Joxé Lula Romero En 1966 se habia algjado de la Universidad, retornando 1.esa situacin de marpinalidad que, como ha senalado Tulio Halperin Donghi, caracteriza su posicién toda en la historio- prafia argentina. Fuera de la Universidad, siguié dictando conferencias, clases y cursos. Algunos. como los de la Bilio- teca del Consejo de Mujeres, alcanzaron cierta notoriedad, Otros tuvieron como destinatarios a amigos interesados por Jos temas pero, sobre todo, cautivados por ss personalidad de macsto. En alguna medida, las caracteristicas de su piblico se tra suntan en la densidad y complejidad del texto, Pero no de- Ae us clases, onl que se ceconocta 8 ead de maesto, fala capaidad para hacer entender por culeuer auto. to y 4 aver taeenderio,conserands todo igor den fensamient que por entonees. haba akan on a0 Soe abstract, No ‘piece omni, sn embargo, vn reflexion acres de esta sacl6n, que dice mucho sobre nesta historia cultural ‘eee, Un aes =y no shoo mush en mad tea, no pul Iga a guenes mejor podian her aprowech Ao ns enetaneae. Masson, unt saan itll =e fue, quienes nos formamos en lls ietfeamos con lh tora aca" se wo faeces inerumpita En burns medida esto debe ature a deberado osturecimiento de nesta vita unierstar, povocado por lat forts moss tralmentereaconarias ques cat in interrupt, las igeron Aral 1966 Pero también debe econocere~ a qu el cima de ideas dominance entre ios exudates jvenes gradu. dos date Tos finales dei Ueata del sexcia era poco pro 2p gic pesmi Jou kat Romeo Pa El tema propuesto para el curso era vasto y ambicioso: ef desarrollo de la mentalidad burguesa, desde su constitu cidn en el siglo XI hasta su exsis en nuestro siglo, Suponia estudiar no silo toda la cultura occidental, de la que la men- talidad burguesa es su meollo, sino también considerar. en studio dels mentaida burguess 9 alguna medida, todo el mundo actual, marcado por esa cultura Naturaimente, la profundidad en el desarrollo de este vasto programa es desigual. En parte, rofleja el diferente gra- ddo de avance en la construccidn que iba haciendo de su libro Pero también testimonia su interés por ciertas coyunturas y patticularmente por el momento det cambio, del surgimien- fo de la nueva mentalidad, Como ha dicho Ruggiero Roma- no, "su idea ~que era casi una obsesion era la de sorprender el momento, el instante fugaz de una sociedad... (el de) un racimignto en el seno de uns crisis” ‘Asi. hace en este libro Un arplio desarrollo del surgimien- to de la mentalidad burguesa en el marco de la cristiano Feu- al dominante, conta ella pero también apoysndose en ella. Ouienes conocen bien Le revolucién Durguesa en el mundo {feudal reconocerin aqui sus lineas principales. planteadas, {quizd con menos sutileza y erudicion que en exe texto, pero probablemente en forma mis clara y categoria. el periodo siguiente, entre los siglos XIV y XVM, slo se plantean las grandes Wineas: la forma madura de la mentalidad Durguese def siglo XVI, vista sobre todo en relaci6n con las experiencias inicales que la constituyen, y antes que eso el proceso del “encubrimiento”, luego del franco y desembozs {do surgimiento de esa mentalidad: esta idea del encubrimien- to, una de las mis sugestivas que se desarrollan en el texto, habia sido esbozada en obras anteriores: en Maquiavelo histo rnador y La cultura occidental, y también en un sugestivo articulo: “La épera y la irealidad barroca” {La erisis de la mentalidad burguesa, a partir de la Primer Guecra Mundial, es tatada con mas detalle.Sorprenderi que se soslaye el tema de la mentalidad revolucions i ‘geese, qui2a porque sus contenidos, ampliamente desarroll- fos en EI ciclo de ia revolucion contemporinea, ée 1948, son sjenos al tema central de este estudio. Quizd también porque, frente a la habitual contraposicién mecénics entre un mundo burgués y otro proleario y socilista, presentados en térmi- nos absolutemente alternativs, preferia observar etnacimien- to de éste, en el seno de Ia propia crisis interna de la mental 10 José Luts Romero «ad burguesa, en ese momento suil del cambio en el que el sentimiento del agotamiento de una estructura y la confuss y contradictoria Disqueda de’alternativas, ain no ha plasms: 40 en una nueva mentalidad. Ta la caracteristica del discon- Formismo contemporineo, con e} que se ciera este Estudio, Junto con el anlisisespecifico dela mentalidad burguess se encontrard en este texto une preocupacion por precisa a estructura y dinimica de lo que denominaba “la vida histS- ie". Dentro de $0 visin radicalmente historiista, este com cxpto debia ser equivalente, en el campo de las ciencas sociz Jes, al de naturaleza en el dela fisico-naturales. En el centro e eve concept se encuentra Ie relacion —compleja y multi- ireccional— entze lo que denominaba orden féetio y orden potencial, estructura realy estructura ideoldgica, o mis sim plemente sociedad y cultura. En ese marco se inscribe Ja preocupacin, ampliamente documentada en este texto, por Jas telaciones ente situaciones sociales, sujetos y mentalida- ‘es, y patticularmente Ia teasmutecion de experienciascon- relat en format mentales acuadas. También es comple la relaci6n que establece entre estas mentalidades, constitu das por ideas vagas, opiniones, saberes no teorizados,acttu es y valores, y el mundo de las ideas sistematicas, de las ieologias. Nuevamente, la rolacin entre éstas y ls saci nes reales es diversa y no reducible 2 un modelo tnico: a veces Son formas de mentalidad decantadas; a veces las mol- ‘ean vigorosamente: en ocasiones explican una situacion social, © convencen de su leitimidad a sus actores; en otras se distancian, las enfrentan crticamente, proyectanotraalter- native y guian en ese sentido a accién de quienes se identi- can con ella, Esta relacién complea y cambiante de dos ordenes de fendmenos, entre los que no establece jerarquies @ priori, resulta sin duda de actualidad hoy, cuando en estos temas parece dejarse de lado el reduccionismo rigid y algo ingenuo ue dominabs dos o tres décadas ats, es menor el gusto por Jas determinaciones unilineales y, en general, desaparece la subestr ‘de los fendmenos ideolbgicos y cultural. snulo de a menu bares n one med onnent piston een ime, a alt Luis Alberto Romero Marzo de 1987 1. CUESTIONES PREVIAS 1. Las mentalidades htt ntact eet et a ment br ue escomeninte dar ecadasalgaascuesones pres, fers aos trminos don inentadad) burg ue ene! lenguje cont nen speoscteson sm eeso Une de iat grandes conguistas que Ios historidores han hecho enor utmos os sists ineorposin al cane te de los process hstarice ce fo quelamariamos a at? {ia de as eas. Prctiament se pede etalon um ec Prgms nr sein cede Sxl ates de a aparcign del Ensayo sore ls contre Y¥ de E gto de Lass HG Vota Ens don obs {sone pds ita etal ona eoucn en tanto incor yn @ una concepcidn de Ia histdria en !a que” Ios Rechos politics consituin lo toalidad dl tema odo un nuevo eau un nero hae de problemas qi aegn fntends Vote a Ge as ews, del penaientso: se lo prefiere, de la cultura. ° Como problemas de histora def cltura inlet os 2 Estudio de la mentaldad bursa a plantes en £1 siglo de Luis XIV. En el Ensayo sobre las cos: fumbres, una obra ain mis significativa y de extraordinario interes metodolégico, de incorporado al campo dela inda- facion historia, al lado de las ideas sistemsticas y de las Eorrientes esteticas ~0, dicho en los tgrminos de ET siglo de Luis X1V, 1a estética de Racine 0 de Corneille, el pensamiento filosifico de Montaigne 9 Mentesquieu~ lo que él tlamaba las “costumbres”, Ineluia all lo que hoy seguimos lamando “costumbres™, es decir formas concretas de vida: pero junto con ella, todo ese haz de ideas correntes, de ideas operat was, que funcionan efectivamiente en una sociedad, que no than sido nunca expuestas de manera expresa y sstemitied {que no han sido nunca ordenadas ni han sido motivo de un ‘atado, pero que sin embargo noteen el sistema de pensi? Tientoy rigen el sistema de la conducta del grupo socal. 7 Sobre esta distineion ha hecho observaciones sumamente interesantes Ortega y Gasset! En Jdéasy creencids safiala que, {a lado de las ideas sstematicas, hay’ un enorme caudal de ideas no susceptible del andissriguroio’ que se hace, por tjemplo, con el pensamiento de Kant o Descartes. Por 10 ‘generalyson éstas relativamente mas simples, pero se refieren 4 problemas inmediatos, que constituyen el patrimonio de "todos. Son ideas, opiniones, ereencias, marcadas con ese Fu te signa social que es el consens0. Son operativa, vigentes actian. Son ideas sobre las cuales ningin grupo social tiene lina conciencia perfectamente clara, ero son las que secre amente se_ponen en Funcioiamiento cuando se toma wna decisibn o se dice: “eto es bueno, esto es malo" o “esto es tolerable, esto. intolerable", ic_No es fieil de detectar todo este caudal de ideas. Quien Guisiere hacerlo necestara la formidable capacidad de trans- formarse en testigo de aquello mismo de lo que es actor. Si lograra sortear esa enorme dificultad, descubriria que esas ideas estin operando de mil maneras; que en la vida cada uno Se maneja con una enorme cantidad de prejuiios, que acta Segin opiniones de le que ha decidido no hablar, ni someter- las a juieio, o inclusive que estén consagradas por un cierto matizearismatico que las hace indscutiles. En cualquier sociedad, ya se trate de una aldea de ls Poli nesia 0 de uma sociedad evolucionada, hay ceras ideas dels" ‘Que, por una especie de consenso técito, no se admite la posi Diidaé que sean sometidas a juicio. Junto a ells hay algu- pas menos arraigadas, y otras que finalmente son ocasions Tes: son ideas de una época, de un tiempo, de un periodo, y ‘que conjuntamente conforman una red muy complicada. Si Fhcigramos un andlisis espectral de nuestro sistema de ideas escubririamos que en las éltesintelectuales hay un conjun- to de eas sistemticas, aprendidas académicamente, exami nnables haste sus ultimas consecuencias, que consttuyen el fustento intelectual de ess dies pero que no provocan adhe- fon o rechazo. Al lado de ellas hay un vasto caudal de ideas Wividas,asumides, operantes. que son para el historiador un tema apationante y, ademds, excusable "Ne podriamos trazat ahora un evadro completo de lo que se ha hecho despuss de Voltaire. Piénsese apenas en el Discur to sobre ls cienclasy lz artes, de Rousseau, 0 e) Exquema de tar euadro histOrico de los progresos del espirtu humano. de ‘Condoreet, 0 en tantas obras del siglo XIx, come £1 porvenir de la ciencia, de Renan, obras en las que se intente taer 2a {uz el eonjunto de ideas que subyace en la vida colectiva Lo hecho es mucho, y hay ya forma parte del andlisis histé co cotrente; ha implicado un singular enriquecimiento del ‘campo dela historia Fue en el siglo XVit cuando comenzé el interés por el arte Antiguo. estimulado por ejemplo por los descubrimientos de Pompeys y Hereulano. Por entonces escribe Winckelmann la Historia del arte entre lo antiguas, en la que por primera ver se empieza a ordenar aguello que se conocia de la creacién fstetice antigua. Algo similar ocurre con Tirabosehi, autor de le primera historia de la literatura Esto comienza a provocat tune singular dicotomnia en el campo de Ia historia. Hasta el ‘Siglo Xvi ésta se habia limitado alos hechos politicos, como Jos habian contado Tito Livio 0 Técto, los cronistas medie- vales y aun Maguiavelo o Guicciardini. En el siglo XV sin Corpora todo el campo de ta ereacin humane: la historia de Jas artes, de la literatura, dela flosofia y, en general del pen samiento, Y también aquello que descubre Voltaire: la histo de it ideas dfusss, de ls costumbres. A partir de enton tes hay dos campos en el andlsis de Ia historia: I tradicional historia politic y la neva historia dela ereacion, pero diva {ados entre sf, repidos por sus propias leyes,presentados en Capvtules aparte. Hay que legar al fin del siglo XDx para que sartezca el deseo de incorporate] nuevo mundo dels cultura sys conoeldo y tradicional de la historia politica. Entonees, ine rabazones que se desevbren dan resultados sensacionales ty pronto se convierten en conceptos, como el de “e silo de Pericles” o "el Renacimiento" , que resultan de poner en con facto fenémenos politicos bien conocidos —la democracie Sfeniense 0 las signorestalianas~ con hechos artistic sua frente bien conocidos: es Pericles quien encomienda a Fidias Itemplo. de Atenes 0 quien estimula el teatro ateniense as crucles signori son a la vez mecenas de los artistas mis sonocidos. ‘Se uataba de una fusién superficial y tles conceptos re sulteron pronto insostenibles. unque sigan igiendo nuestra soncepeign de 1a historia. En los dlkimos trinta 0 cuenta Shot se ha hecho un esfuer20 inmenso para robustecer plazando el sistema original de motivaciones por otro iera- ional, que toca con lo carismético y que culmina cuando casi exprosamente— son retiradas de la discusién.jAqui. come en el caso del tabii del incesto, la irracionalidad y la fucrea de Ia actitud alcanzan su grado maximo. 2. Mundo burgueés y mentalidad burguesa El segundo concepto biisico con que nos manejaremos, cl de mentalidad burguesa y, previamente, mundo burgués. también exige algunas precisiones preliminares, teniendo en ‘venta no s6lo las connotaciones tan diversas con que se usa corrientemente el término burgués sino también algunos pro- Flemas bisicos de periodizacin histérica. Si partimos de fa 18 José Laie Romero fnocién general de que 1 mundo burgués es el drea geografi ‘ca de Europa (y quizi del mundo europeizado),tal como s “va configurando desde la evolucién burguesa dei siglo XI. no, ‘s56lo modificamos la-nocién tradicional de Edad Media sic’ -que suprimimos'el hiato del-Reniacimiento ¥ establecemos 12 «Comtinvidad-de-un ptoceso, desde el siglo XI haste la Revolu: Gin Industrial del Xvi con ciertos ajustes, hasta nuestros! “aias.*He aqui, sucintamente planteado, e] marco temporal de nuestro estudio. Seiialemos en primer lugar las principales etapa del desa- srolio del mundo burgués. El Imperio Romano haba sido un ‘typico mundo urbano. montado sobre un conjunto de ciuds- des, y toda su estructura econémica, social y politica estaba fundada sobre la dependencia del mundo rural respecto de Jos centros urbanos. El mecanismo de ls romanizacién consis- tid en construir, con soldados 0 veteranos convertidos en colonos, centros urbanes donde se imitabs ls vida de Js me- ‘r6pali y se moléeaban las opiniones. Con las invasiones ger rmiinicas este mundo se quiebra. Las ciudades se convierten ‘en puntos pelizrosos y la gente comienza a dispersarse, En el curso de Ios siglos las ciudades se utrvinaron’ unas fueron devastadas, otras reducidas deliberadamente, a] amurailarse tun estrecho recinta interno, y la gente se dispersd. A la in- versa de lo que ocurre en nuestro mundo contemporineo, un éxodo urbane implicé ls creacién —0 mejor recreacion- de un mundo rural, que adquiere finalmente un principio de organizacién econémica, social y politics en lo que llama: ‘mos el régimen feudal. En este mundo rural subsisten Jos ves- tigios de antiguas ciudades, sedes de condes 0 arzobispos, ‘transformadas en enclaves amuraliados, junto a jos cuales surgen otros similares: el castillo del seiiorio, la abadia 0 el monasterio, Europa Occidental era, hacia e} siglo X v X1, un ‘mundo rural con un conjunto de recintos amurallados entre Jos cuales las ciudades hab(an perdido sus atributas funcions- les especiticos, ‘~ EifGiglo x1 constituye una cesura fundamental pues, sin perjuicio de que subsista el mundo ruralShari empezado & SUI {bir las cittdades. E1 éxodo rural, el desarrollo demogrifico, Ii ‘studio de a memtidad burguess 9 reactivacion mercantil y el apoyo frecuente de os poderes existentes, todo hace que entre los sielos{XIV'se funder |iGmUMETab les zeiudades Algunas surgen ‘prembditadTmeTieY "Por lr GECiSM™pOUti’de un seior que la autorza opr ‘mueve, o de tin grupo dF burgueses que se nstala en algo que? pafoce tierra de nadie (Otras surgen espontneamente, 0 el ado de un rio, en ui cruce de camino’. Otras cece ale? ak series y otras, finalmente, son antiguas? adas y repobladas? Por uno v otro camino, fen dos silos Europa Occidental volvid a ser, mucho mis que en le époce romans, un mundo de ciudades. ‘Era tambidn un mundo de burguetesPobl ests cvdades) ‘white que adopt6 un.sénero.dé.vida.dstnto.deltraicional?” Cad ndoné los éampos, dejo la gleba,dej6 de serait ‘colons. 5 acogié za ciudad y se transforinb de prosto en ung hombre del burgh Burgie® Desde que acepts esa nueva situacién, casi fisiea, la alteracién en Tas condiciones de su vida fue fan sustancial que merece ser designado con vz nom bre especial. RGAUIETE Hberades =e, movimiento, de"matr ‘mi Por eMaruTor ques GANTT ‘Surgueses de"cads cifdad NDesaroll actividades AURVaS COD Aigicio, servicios,-profesiones.JEt résinen Ge iberiades las condiciones gara que gan” UmTGe You capacidadgpane? ‘defarotar la riquezat una ‘riqueed ia.¥ no raiz, como ef caraceristico de los sehores. Todo eso aparece muy ripi? jdamente en las chidades y cualquiera de elas, hacia el sgio™ "Xi, tiene ya definidos todos esos elementos. Las chidades crecen sostenidamente hasta el siglo Xn", ‘cuando acaba el boom demogrifico, y luego Ia mayoria deci ra. Una ciudad como Colonia construye en ese lapso cuatro ‘muros y llega a abarcar unas 400 hectéreas, Este muro sélo se ‘erridé en 1885, de modo que entre laculminacion del ere mmiento inicial y’ el momento en que egan fos efectos de Ia Revolueién Indusirial, Cofonia, como buena parte de las ci daces europeas, no gener ningin suburbio © -Esraquell primera etapa, el mundo burgués no era com, pacto, no cubria grandes areas. Era estrictamente un mundo} ‘irbano, un mundo de civdades que se comunicaban entre a sox Las Romero ‘por encima de las relaciones que cada ciudad tenia con su , Tepid, y también cone! Sra politica en que estas inseta ‘Algunis veces ea elacioes a institvlonaizara? como en i Hansa germinica, pero aun sn esta istitucroalizacin la vida de los negocios y de la cultura, la vida infelectual, sé ‘maniiestaentones por unos conducts extras PO" 108 que ta gente va de una ciudad a otal Son la aun mat y 58 sucuates, son los puerts de importacién y exports on Tos predicadores que patan de un monasteri a oy ean una eidena./Hay una innumerable cantidad de vines quel, trean un encadenamiento en fa vida urbana y qd® CONS {yen el mundo urbang en ung suerte de superestructura. Sobre 1a tase de le extabiidad morecina, dl cardeter © pao, el mundo rurl'el mando urban se convierte ¢ el pols txeador, ene! cenizo de los cambios y tuansformaciones! “Todo eso Ie da a la ciudad un papel hegeménic® indiscuti- do: en cierto sentido, toga fa eultura moderna & cultura ‘de cldades.!| EL pape activo y creador se manifesta en ts expansion ceuropes det siglo XV y XVI, Esl mundo burgués¥uzbano el ‘qe colonize América, Fandango ciudades cn su Btopio mo- ‘iio. eh mim ayomamienn 9, hes pose, va iam ‘a, etablece colonia oTacorias en Afric ia India. Esta Curiost repeicén, cuya manifetaciin simbali® son los rombresrepeidos doen eas fodas las chudades AME cca; pero donde no hay nombres esti el intento d¢ repetir la sstictura con todos Tos elementos. Porque ta ciudad era vista como lo activo, la civilzacion, el fermento OPerativO, apt precsarente para difundr las formas de vids ¥ 15 eas que Is burguesia habia venido elaborando. De e8¢ modo, Goa, Hong Kong o México son Europa, sin penvieio de que funcionen mecanismos de aculsuracion y erasudeclrtas formas de la mentalidad china o aateea, Con la exPansin im pili y colonials del glo XX la influencis det mundo burgues, nacido en Europa Occidental, se extiend® por (odo el mundo, excepto en algunas pocas insulas de resistencia cul- tural y solo en I segunda muted de nuestro siglo Se destro Tan movimiento como 1 Revoluctin Cultural china que Esto dob neta urguest a pregunta se desarrollo teenolico modern requet inde- fectblemente de os supuestos dela cultura occidental, que ‘sla cultura de la burgue Sia creaion de un mundo urbanointerado por uns red de cludades puede ser consierada Ia primera gran creacién sl mundo bargués, juno con ella se encuente la elaboracin 4e un modelo de eolacion entre exe mundo rbano y al mun- Ao rural. La rovolcion burguss det siglo XI cred el primer modelo de un mundo urbano impostado sobre uno rural, Yoluntaviaments, pota mandar sobre, diigo, neutralize fo y someterlo/Est articulacisn entre los dos mundos se manifiesta, de ditintas maneras, en todos los nivees, seria Innposble rei a una simple formula, Sila miramos des- dele perspectiva de las mentalidedes, podria exprsarse como Ja relacign entre la mentalidad urbana y progresista fas mentaliddes rurale, que sulen ser adicionalises. AgUt tsconde el problems, vigente hoy, de la oposiesén entre la deecha y elprogressm. En Europa todaslasideologiasde de- tocha apelan, en lima instancia. alos modos de vila ya igs sistemas de ideas propio dels reas rurale a concep- cin pateralsa y seo a iea de una sociedad dual, de ‘amainns yaar Ta ea. dn. eae ie eee magnanimo, porque ls cosas abundan para €l. St se 2m Zan fos elementos que ceiteradamente constituyen Ia menta- lidad de derecha, todos corresponden al pate, al modelo ieolegico propio de las clases rrales, a una remota y at da perpetuacion del poer sforial Los mods del proge- sismo, en toda sus formas ~moderados,radicale, socal, tas~, todos son hijos dela mentaldad urbana. Es la mental dad de un grupo que, desde que se consituye,aprende a vive, proyectando y no vegstando. A diferencia de los habit “del mundo i "es la que tansformalawidaten-un proyect. iagen dinimica de a realidad? En rigor, fodo el mundo urbano puede ser Visto como una’ 1 reacién, mejor una invencion: como forma ‘structure social, como concepeidn dela vida, Todo To que ‘ocurre en Ia ciudad esd enomtado sobre un piacipio de sols 2 José Las Romero ‘icacién, antinatural: desde el pavimento de las calles ls pos bilidad de encerrarse entre evatro paredes o, mas en general, la voluntad-de un grupo de vivir de upa certs manera dentro de ose recinto por él creado. Perolo especifico de la inven: .ci6n burguesa no es ciudad fisia, gimilar a la ciudad anti, "gua, sino fel tipo de pensamiento que informa la creacibn-y Vue, juego, se crea en la ciudad! Es un pensamiento proyecti vo,"de raie judeocrstiana y diferente del clisic, griego 0 romano. Probablemente las sociedades basadas en la explo tacién de esclavos tengan una cierta incapacidad para pensar cn cambiar la realidad: por ejemplo las religiones clisicas soslayan © toman poco en cuenta el problema del destino después de la muerte, el epicurefsmo domina el pensamiento tico mientras que los pensadores politicos o los historado: res tlenen tendencias a inclu el davenir en Vsiones ciclics, en las que los procesos,lleados a un certo punto, recomien- zan, Frente a esta concepcin, que informa la vida dela civ dad y la sociedad antigua, las religiones orientale, salvacio nists, que fuerzan Ia trascendencia, siempre fueron minor tarias. Lo propio del burgués es gozar de fa vida, aleanzar It sloria y la fortuna,'como el romano, pero modificando todo €! orden social ~pues a propia ereacion de la ciudad es una treacion artifcis~,alterando las formas de convivencia legango a modifcar los objetivos de! hombre. En ese sent do, Ja mentalidad burguesa sacs su esquema progresista de Ja Hines dinimica de la tradiién biblicscristiana, en donde hay proyeccin de le vida hacia algo, peo Te da ua funds smentacion distinta, ‘Asi como él mundo urbano constituye una malls trama- dda perg sutil, separada del mundo rural, la mentalidad bur uesa ermaneci6 inicialmente aislada, sin contaminar ni 4 los campesinos ni a las clases seflorales, Pero progresiva- mente fue avanzando. En el siglo XV Moligre muestra en EI burgués gentilhombre ol contraste entre un burgués que aspira a sor un sefor y un mundo de aistbcratas que sienten ‘gran desprecio por él pero que respetan su dinero: el valor dinero compite con el valor nobleza,y ese tema es largamen: ‘te desarollado por el teatso del siglo xvi: Beaumarchais Esto de In mentaida buzzes: 2 Goldoni, Marivaux. Progresivimente las viejas clases aisto- criticas te aburguesan yen 1830 Francia tiene un “rey bute fués”, Pero en el siglo XIX, y sobre todo en el XX, la menta> lidad burguess conquista las clases populares que, por si: vbicaciGn en Is estructura social yeconémica, no. debe- rian compartir esa mentalidad. Me atrev a decir que la men talidaé burguesa, en este mundo burgués, ha terminado por ser la mentalided universal. ‘Sin embargo, & lo largo de este desarrollo, a mentalidad bvrguess ha estado siempre hostigada, primeio por Js mens talidad serial, nostagica y srstocratzante, y luego por ef tn stem dopo. Atombrotament sabre a base de ura sigorosaadieon experienc eomo ls romana, se ha prod {idols impostacin autoritaria de un esque de penal {o que enue a pensar contre o que cen ls ventas Ys to hn ado foto de une larga ypaciente labor pedanées, Devadsaeabo por lesan ‘La apriion de In burguesia es dei lresutado de i revcoton burgess Ge los ils Xt I~ implica par ik protagonists el desallo de una eri de expaiencias oct fee nieve nda Esa expeenels enen une funcion Asociados dl abadsvelaionente veda e weal, 5 pari eels se labor Una see de mecanismos en vit A is canes 4 encuente um nuevo pinlpo de explain causa eabsaldad natu Ta constitucion dela nueve sociedad borguess, apoyada en ona economia monetatia de rend estima elem Estudio ge a mentaded bureues 6 mo prictico del mercader, el artesano o el minero, el de aque- los que, operando sobre ia realidad, inventan toda una serie de mecanismos précticos ~como la contabilidad— para enten- Gerse con ef mundo" inmediato, como si fuera una realidad ‘itima, sin preguntarse qué hay detras o mis allé de ella, y - mitdndose a establecer mecanismos que funcionan. He aqui inicio de la constitucién de esta nueva actitud; existen ‘tr 0s testimonios, imprecisos, aparentemente insignifiantes, como por ejemplo las investigaciones de Roger Bacon, Pedro Peregrino y los franciscenos de Oxford en el siglo Xm. Ellos, como todos los otros que tentan que entenderse con la natv- raleza inmediata, de manera empiric, empiezan a pensar 1 mundo en el contexto de la causalidad natural, como si no operaran las fuerzas sobrenaturales. De la experiencia al establecimiento de un sistema explicativo basado en la causa? lida natural, y de all ala reinezpretacion del conocimiento scumulado: he ahi et camino por el que se forma este nvevo ‘marco explicativo del realidad, pricticamente, de manera pre- via a cualquier teorizacin sobre sus fundamentos iltimos. Di lamos, pues que lo que consiguié la experiencia burguesa fue delimitar una realidad operativa, quella que se.comports de tune cierta manera cuando se actia sobre ell, ma alé de lo ‘que pueda ocurrr cuando se ls trasciende.” Aw, la primera conquista dela mentalidad burguess con’ siste en esta delimitacién de Te realidad, absteniéndose de- {todo analisis més profundo que el que sina para expicar co: ‘mo se comportaba, y en consecuencia, como hay que com- portase frente a ella. esta conquista denominaremos tiv fo de la profanidad. La secularizacion de la realidad, o la afi imacién Ge la profanidad de Ja realidad, no significa que le realidad sea un orden mecénico, como lo habia sido para los ‘mecanicistas griegos o latinos, en una Lines que eaparece en el siglo vin con el sporte de los materialist. La afimacion, de que la realidad es sagrada y no profana no implies fa nega i6n de Ia realidad-sobrenatual sino que funciona como 2c0- famiento de un sector, de un nivel, que Uamariamos la reali ‘dad operativa. Esta es la gran conquista de Jz burguesta y esto es, nada mis o nada menos, to que implica ls profenidad. 6 José Las Romero Esta comprensén de ia realidad como profana y no sage dal mediante in esfucrao intelectual consistente én suprimit fn causalidad sobrenatual y manera operativamente; como tin eampo en el que funcionan casas naturales, esté expres As en una formidable polémica dltpo lossico: la donor nada Querella de los Universales, én elsgio xm y xm, que es” In pineray defnitiva crisis de la Ec0165568 Es esta una de fas grandes coyunturas de la historia del pensamiento. Esta polemica comen2s conmoviendo a la Universidad de Paris, Erigind grandes ceiogas en la montana de Santa Genoveva, feasiond la etss Francscana (e indrectemente la Fundacion de la Universidad de Oxford) y.setransmitié a todo ef am bienteuniverstario, cadémico y tcolégic europe Tos "realists" sostvieron la imagen tradicional, escole-? tica, de la reaidad, en la que realidad eirealidad se interpe fetraban.Sostenfan que los universes defini, expresaban fealdades: Uniertela. suit reali Paradojicamente, este fealsma es exactamente To contrario de to que hoy supon: fviamos, porque negaba la realidad de fo sensible y atenién dose al esquema platénico, plotiniano y erstiano, sostenia uefa nica y verdadera realidad ea la inteliiie ia pete a por la mente, la que Se expres en conceptos. Ese ge. ro la especie lo que constituye la realidad, y noe! individu. jLa petcepcion de que: por el contraio, eaidad debi set sélo algo que retvieca ala realidad sensible, cognoscible por Jos sentigos,controlados a su vez por un aparato metodols fico ¥ epistemolsgico, fue propia de quienes se lamaron a3 frismos nominalstas. Sostuvieron que los conceptos eran pa Tabras vacas, formas intelectuales que implicaban un cierto gzado de abstraccién pero que no pertenesfan al nivel de To Gue constitu efectivamente la realidad: To que la constituye {on los individuos y no elgénevoo la especie. La implicacion ts sencilla: si se niega que el concepto es real, toda Ia dog tice eisiana se dosmorona, porgue todo el dogma ef de tradiein platiea o plotniana {La ortodoxiacristiana se enfenta con la tesis nominal, ala que juagaherstica, y en el sigo XH el Pape la condena (uizh fa fate central de esta controversia sea lt polémica en sia do mentaladburguesa 6s te San Bernardo y Abelardo, que se titula profesor de flloso. fia y no de teologia, y empieza también a apolar a los textos de Aristételes. San Bernardo desencadena una verdadera cru. zada contea él To hace condenar en el Concilo de Soissons En uno de los panfletos que eserbe, desentendigndose por un momento de la argumentacién autoritaria y atrapado por la pasién, por el sentimiento dramitico que desatan las afirma tones de Abelardo, San Bernardo dice esta fase reveladora: “porque parece que Abelard quisiera ver las cosas como son, y'no a través de una broma”. En la concepcién realista hay’ {oda una teoria filosfica, apoyada en la idea de interpenetra” ‘én de-realided e irealidad. En Ia realidad propiaments dicha opera el fendmeno, pero las eausas éel fendmeno no son contingentes y mecinicas sino que estin en un plano més* siko, que e2 el de la voluntad divina, Para San Bernardo, ef intento de conocer las cosas, de atravesar la bruma, implica querer penetrar la voluntad dvina, y esto es sacilego. "Igno- tos gon Tos caminos de la Providencia™, ge afi. Son consti tutivamente sagrados, por el hecho de que la divinidad es ony nisciente, mientras que el hombre no puede afirmar la idea dde que posee los instrumentos necesarios para conocer Iti ‘mersidad del saber de Dios, la infinitud del saber divino. La bruma es el reconocimiento de la existencia de un mundo de causalidad, es de esencias slo cognoscibles por su Crea dor. Al hombre no le ha sido otorgado esto: en ls Commedia de Dante estén agrupados, en un circuo, todos los que han ‘esafiado a Dios querienda conocer. Querer conocer significa afirmar que ef horabre tiene instrumentos posbles como para hhomologar la capucidad de conocimiento de Dios. Esto es Prometeo, el peor pecado, la conmocién de todo el orden e lo absoluto, La afirmscién de que se puede acotar un pedazo de la realidad y establecer como se comporta, inde- Pendientemente de toda otra consideracin, es sacrlega. Asi Se lo descubre en el momento en qve se dice: “conozco la Fealidad porque conozec este objeto, y este otro junto 2 l,y puedo, a partir de ertos datos dela experiencia, ear 8 generalizaciones". Esa posibilidad es la que implica un cnlrentamiento total com lt concepetdn tradicional. 6 José Luis Romero studo de a enaida barevors a un re deb concep gested os atoms, Dems Tey Chadgo. aebe lo Sasso nor de meet Cee ee eee a tbe Sruttayende ite tala gu enmenab a leguaEurop a evs de des sx ison ade oe oer deFobdoy Cadoh ture pa Steen me ante Aull yiga 1s atlune nodes none tesa Bader Tice ane « Mtv, sore tag for hones ere pea, todo el saber musulmén, que en fran parte era el grigo. ISeuoes capone y comnts foto's erase ap mosiutlini nde onoon dept no tn marae er Yr eta ents bacaes to Atty {oie enti aentc.o pct, oe ost matt Some gua ner tee encsiad emf we Ameer Cae se tude tel pgs ad be ees AT hsbre y egal ain, on Palen et Since 9 sobre thee on Tae ues le ed de hse cals Se hbotans acs de adactees ues ener {20 ee i apc Incr e. gesaumient oxetone todo ex ad Socom Ese en odoenteeh 1 ncates. Sper de Boban pss pour pier Sstouot dl seis, qe cna moto Valu aap te De ou lee noma. ques norms en ae wale niin urge ors dun concen tmpice de nanos conte el fndanente Droste een, Toot conecnfenta, dette emotes en ctoto ts rominaltey no reas Es importante descubric I sineroni entre cambios de d= cnt turd, Enpomentson gus constuyen a bur festa base sen is oer, done dena Sco plemica En ss iments ape at sepals Stundon als banned pinta pana lotoy Cs. bus nce seas deseperes pre sadly se ae esclunes'9 ens ue Benn la eps tie Ese paca gut pose ptr spunta hala open Bibs coe Sp 9 ee an] eh « soa Lals Romero época de Piero della Francesca. Esta idea del espacio, y del cuerpo con su volumen puesto en él, como para que el expec fador tenga una sensacion tdci, es ~en esta dinension~ la reepsion de [a realidad como realidad sensible. No es casa Tidad que sunja en el seno de las burguestas,y en el momento fon que se dscute el problema de los universes. ‘Todo esto acurre en Los sigios XO y Xi. En las universida des en que se ensefa preferentemente Derecho, como Bolo ina y Roma, donde la discusin filosofica es menor, apace Otro elemento novedoso: la resurreccién del derecho romano. Un derecho que atiende a los problemas reales, donde la tie- rra.estierta y la hipoteea esta, corresponde a las nuevas si: tuaciones sociales de la burguesia urbana. La discusin te6r tase da sobre todo en lat univesidades que eran preferente mente teol6picas, y particularmente en lade Paris. Lo que © discute, en el fondo, es la aparicida de una nueva imagen de la realidad; cuando lo ilsofos quieren encuadrarls en térmi- nos filosoficos, la nueva imagen dela realidad ya ests impues fa, como lo testimonia por ejemplo la pintura: de las image nes de Giotto se dice ~segin recoge Vasari~ que parecen ha blac. El mismo Vasari recuerda, en elacin con el fresco de la Capilla Sixtina, ung frase de Dante; "los muertos y los vi vos parecian vives". Esto no podria haber sido dicho jamés e una tabla bizantine o de un crucifijo roménico, pues no era la intencign de los autores transmit la imagen de la cea fad, Lo que hay aqui, como en Roger Bacon y sus experi fr sntos,e8 una nuova imagen de la realidad, que hemos deno- inado profana, y que enmarca todas ls manifestaciones de la mentalidad burgues. ‘Lo. que caracleriza esta nueva actitud mental es haber coperado la disociacion entee realidad e irealidad. Se supone ‘que aquélla —Ia realidad. on el sentido romano del témino, sto 5, la realidad sensible es la operatva, la que requiere ‘Una nueva actitud cognoseitiva, la que arastra y determina tina nueva forma de comportamiento, lo unico que interesa Ge manera inmediata, sin perjuicio de adnitir una cietairea- Tidad, que la mentalidad burguesa munca desdeha del todo. Se trata simplemente de desglosar la realidad natural o sensi- Estdlo de ts mentaiad burguese ° ble como realidad copnoscible, y separar Ia ieealidad, o si se prefiere la realidad sobrenatural, admitiendo que no es cog: rnoseble por las mismas vas que la realidad natural. Esta act tud, que por ef momento no se define bien, culmina con lo {queen el siglo XVII se va a llamar agnosticism ‘Las vias de conocimiento de la realidad natural van a enc rrilarse en lo que se lamar el peneamiento cientifico, y luego Ja flosofia natural, que std lacorriente Fundamental da filo sofia moderna. Filosofia dela naturalezay del conocimiento son los tipicos problemas de la filosofie modema, del racio- nalismo, de Descartes, Leibniz, Spinoza; son los tipieos pro- blemas de los empiristas ingleses, de Hume. Son los proble- ‘mas que plantea la relacién entre el objeto de conocimiento, esto es, la realidad natural, y el individo como sujeto de co: rocimiento, y su posibildad de conocer, Ya sea por via del conocimiento cientifico o por la via de la filosofia, se acota tun campo de la realidad sensible y natural, de In que se dice ‘que es cognoseblea través de estos insteumentos. De la realidad sobrenatural lo que s dice es que hay que separara. Esto es obsesivo: una cosa es la Iuviay otra fa vo- Tuntad de Dios. Una es tema de conocimiento ciemifico, que se elabora progresivamente y en el cual se confia la otra, no cognoscible por la ciencia, se reserva a le fe. Llegado cierto ‘momento, puede darse und especie de transposicin, de pro- fanacién de la fe, de seculaizacién bajo la forma de intui- cin. Hasta el sglo XVI el conocimiento cientifico y la filo: sofia natural admitieron sélo de manera indirect csi como una concesion al pasado, la existencia de un conocimiento por [a via de la fe indirectamente un conocimiento por via Inevicional, Hay que esperar el Romanticismo para que se signe ala intuicién un valor fundamental ‘Sin embargo, en el marco de la mentalidad burguesa la in- twicién cumple una pequeta funcién. La idea de su validez i unida 4 To que hoy llamamos la elaboracion de la hipote- Sis de trabajo, pero también hay una intuicidn que eorespon- de a la existencia de algunas categorias fundamentales del conocimiento, Cuando Kant dice que el conocimiento sensi bie, empirico,sélo tiene validez cuando se arma dentro de lat 10 Jove Luis Romero estructuras espacio-emporales, en realidad esti admitiendo ‘que hay una percepeion de lo tempo-espacial que no es el resultado del conocimiento empirico, 0 sea de tipo de cono: cimiento que va a nutri I clencia y la filosoffa natural. El tiempo y el espacto se perciben antes de todo conocimiento. No pudiendo ser encuadrado dentro de la fe (alternatva, ii cial y excluyente, al conosimiento cientifico) tezminard res pondiendo a esa operacién mental que, desde el Romanticis- mo en adelante, se conoceré como intuicon. El propio Des cartes, cuando debe buscar un apoyo a su teorfa del conoci- ‘miento, en el momento de fo que lama Tas ideas claras y dis Uintas, reconoce una operacién mental que no es cientifico: experimental, ni siquera logieg; ali la mente funciona reali zando una operacién que es mis © menos lo que vs a lamar se la intuicién. De ese modo, el legado de la percepein de las formas tra dicionales de la irealidad, tal como se daba en la escolistica [por una parte y en la mystica por otra,ha quedado de alguna Tranera en este pensimiento centific y filosfico moderno, ‘como una especie de segunda lines que permite resolver a not problemas insolubles para quienes elaboran los principios del pensamiento experimentil y cientifico. De manera conte sada 0 no, este tipo de conocimiento, que en cierto modo es resabio de la fe, funciona en fa retaguardia aun en el momen: to mis maduro del pensamiento filosofico modero. Los a priori de Kant estan antes del conocimiento; resltan set de haturaleza distinta de las formas de conocs: que elabora la Ciencia ola filosofia natural. De algin modo, este pensamien- to es homélogo del escolistico: seculariza su estructura cog: roscitiva, cambia los principis y ajusta todo aquello que con Jos mueves principios no funciona, pero no lo niega. Puede tencontrarse su perduracién en Descartes ~como ha probado Gilson y en todo el idealismo poskantiano hasta Hegel Cuando se extrema el pensamiento, quedan al descubier to las incongruencias de esta secularizacion y se exige Tevar los fundamentos @ términos de coherencia total. Hay que es ‘perar el siglo XVI para que se haga un reajuste de Ia total ‘Bad del pensamiento cienific, y se rechacen metodicamente Lstudio de 1s metals burgess n los elementos supérstites de ess tradicién. Quien hace ete examen de uns manera exhaustive y pone los resultados en términos comprensibles y resueltos en formulas es D’Alem bert;en el Discurso Preliminar de la Enciclopedia termina por encontrar un principio de coherencia y un rechazo funds- mental, decisive, categorico, de todas los elementos tradici. nales del conocimiento de’la Escolistica. Para esta nueva mentalidad, que D’Alembert expresa acabadamente, el pro- blema consiste en delimitar el campo de lo cognossble por vias empiricoacionales, denomindndolo realidad. Se trata de ls realidad sensible, natural y se exchuyen totalmente todas las penetraciones de irealidad que la palabra tenia antes, Inclusive empieza a descubrirse que hay zona intermedias cn esta realidad sensible, rigurosamente definida y apta para l conocimiento experimental que se elabora, y la ireaided, en el sentido de lo sobrenatural. Hay un campo de la realidad natural que todavia no se conace, pero que es potencialmen: te cognoscible y que opera. Tal ce el caso, durante mucho tiempo, de los dtomas, reales pero aiin no cogaoscibles. Hay tambin otras formas de realidad intermedia, En el igo XVII Ia tradicion alquimica esta vigente en forma notable, pero no se relaciona tanto con la existencia de una realidad sobrena- tural sino con la posibilidad de una forma sobrenstural pare loanzar ef conocimiento de la realided natural. Hay muchos, fentonces y después, convencidos de la eficacia de lot méto- dos cientificos y de la filosofia natural para conocer ciertas s de Ia realidad natural, y que admiten que hay otras 20- ras que no se conecen de esa manera, en las cuales pueden utilizarse los métodos sobrenaturalet, sin postular por ello (que se refieran @ una realidad sobrenatural. E] Renacimiento esti leno de esos problemas y es, en el fondo, a antigua his foria de Fausto. Leibniz, un flésofo de lat mateméticas, es sin embargo para cierto tipo de problemas un panteist, co ro lo habia sido en el sig XV1 Giordano Bruno y lo seré en el xv Goethe CCon la gran irrupeién romantica del siglo XIX se retorna al tema del pantefsmo. Cabe entances preguntarse: ull et It imagen de la realidad? Qué vigencia tiene esa imagen que ha n Jo Luis Romero claborado tan cuidadosamente el conocimiento cientifico y {a filosofia natural, sien al siglo x0 se replantea el problema del pantefsmo? {Qué cosa es esa realidad, si se firma que (oda ella esta impregnada de Dios? Ha habido, por une parte, un esfuerzo por definir una realidad natural concebida come producto de procesos mecénicos, que conduce al mecanicis- mo y a la concepcién de Comte. Pero simulténeamente ha habido una perpetuacion de la concepei6n organicista. La Na turaleza escrito con mayiscula~ es algo orginico, que ha asumido la idea de Dios y la conserva, De esta naturleza or Binica, en la que cada parte cumple una funci6n, se dird que ¢s sabia, apotegm: é En sintesi limita a definir la realidad como realidad operative, cuyo comportamiento puede preverse on términos adecuados para Ia accidn. Operativamente, la pregunta acerca de qué hay de t1is de eso no tiene relevancia. Quienes quieren ir mis alk adoptan la tesisdefsta un demiurgo que crea ija las reglas| y tuego abandona la creacién-— 0 la panteista, de tradicion Iedieval, que Uega hasta el romanticismo bajo la forma de lorganicisma: lo sageado estd en todo; el orpanismo encierra en st lo sagrado, 2, Le imagen de la naturalea La ishagen de que la realidad es, ante todo, realidad sensi- Ble y natural y no realidad infitrada de sobrenaturalidad es plenamente asumida por la burguesta; a tal punto su manera Ae vive y de pensar esta compenctrada de esta imagen, que la sdopta como una teotis, casi como una ideologia. Esto es 10 (que indica la palabra realmo que comienza a usarse: el pro- Désito vehemente de afirmar la existencia dela realidad y el sosteniniento y defens, casi militants, de ls valores ipl Gitos en est tipo de realidad Le aparicion de esta pala, con ea acepcién,supone que ha fabido una toma de position a favor de esta concepcion ato de la menalida burgess a de ta realiad Creer en el ream es creer en la preponde- ranci den tipo de relida, rinsed con io sen, y no {Inde Io sobrenatral en ls principio, en fos ies ite mits, en ios simboios,o en cualquier cosa que entrane tn cierto nivel de abstaceiin Et realamo es, pues a ten: densa que se resse a coneride reldad a aquelo que tie tm certo nivel de bstaccidn, yen conecuenea entra mis én ol tertoro de lp mental que one de lo vel. La reales srundo de ls hechos, dels fendmenos, de fo comprobable fenaménicamente, ei dri desis experimentalmen Exe concepto' de realmo debe eelaconase con aque otro de enmascaramiento, propio de una expe de dsr dela mentalidad burgess entre Ia eclosion ini, hac siglo x1, y ls maduraion fina, ene! Xvi. En el desarrollo de la mentalidad burgueta hay une sere de aks bjs ace. ca del nel de realism ques ests dispuest a toler. En Giertos momentos pares aeeptse I verdad desods. De pronto el hombre se aru, y en forma delarada © m0, em piesa a cuidarse de no mostrar fas timasconseevencias de Serf tipo de reslismo, y comenea a ence cris asec tos Llegado a un cero punto, et cenificn die’ "desde ‘qui no a8 mises posible que soa obra de Dios” El evo: Sionimo, par ejemplo, caece de una explcacion sobre el Comienso Ge iz naturies, em aut formas ince. AU, encuentra ninguna declaracién de caricter formal © docirnario sino un pequefio conjunto de disposiciones sin ulares, asi del tipo de: “el que tenga vacas no pod munca pasar delante de la cata de fulano.., Se trata de documentos fe compromiso, pata resolver cosas concretas, detcis de los cuales est Ia voluntad contractual el deseo de resolver los pro- biemas que dificultan la vida solidaria, En ninguna parte se fscriben cosas como “nos comprometemos a vivir trabajan- fo", porque exo era implicito. porque por eso se constituy® la sociedad. La’carta contiens fundamentalmente las prohi Diciones, los limites a la violacién del pacto estableeido de ‘manera espontinea. "A partic de estas experiencias bésicas hay una vighrosa claboracion. En el cotidiano eecicio de ls prictcas espon- taineas la idea se va redondeando progeesivamente, se va obje tivando primero y luego se va afitando te6ricamente. En este punto a experiencia primaria esté en condiciones de confluir Provechosamente com tradiciones intelectuales. En el siglo XI 02 Jos Las Romero se produce lo'que se ha lamado "recepcién del Derecho to: ‘mano”. Efectivamente, hay una especie de despertar de este Aerecho, del que se ocupan todas las universidades, tanto Pa ris como Bologne. El derecho romano comienza a ser ussdo en forma amplia, como respaldo de la concepeién burguesa 4que se venta desaerollando esponténeamente, Alli te encut dra Ta tesis Gel individuo y también la tesis contractual dela sociedad civil, Pero por otra parte, el derecho pablico rome no habia incorporado experiencissy stuaciones de a convul si historia del siglo .c.; por entonces, a patir de los gran es conflicios militares que se producen én cada una de las crisis dinistics, se empieza 8 admitir un principio de cones eracién popular de! Emperador. Asi, en el derecho pablico también aparece una concepcion profana del poder. De ese modo, en el momento en que la experiencia espon- tinea empieza 2 robustecerse, se descubre que hay un form: dabie aparato tebrico que le da respaldo en su enfrentemien: {0 con las ideas tradicionales. En primer lugar, el conflict se da en ef Seno de las ciudades. Pero pronto la monarquia dee ccubre que el derecho romano, ademés de desarollar y haber asegurado a fondo cuiles son los derechos de loz individuot 'y solles son Yas Seamus be una sockebab cornrattud yes BO Origen profano del poder, le da todos los elementos pare Ia Tucha contra la clase seforal, contra las aistocraiae, poraue todo el derecho romano tiende & robustecer un poder fuer: te, que es el poder imperial. La monarquia se transforma en este campo en aliada de la nuevs burguesia impone ciertos elementos, y2 con el sello del poder monérquico. Respecto de la sociedad, se sigue admitiendo que existen privilegiados Y no privlegiados, Pero alos ojos dela Corona son todos sib ditos, con lo cual el sistema de la sociedad dual queda toca do, aun cuando haya que esperar a Revolucion Francesa para que caiga. La potesiad del rey no puede admit in roto 4 Ia sociedad dual. Admite en cambio que, independiente: ‘mente de que en Ia sociedad haya dos grupos, prvilegiados y no privlegiados, con respecto al rey existen ciertos deberes ue ponen a todo el mundo en la misma situacién, De entre sus sibditos, a burguesia tiene une importancia Estudlo de le mentalided bareuess 103 fundamental para Ia monarquia, Rica y no privilesiada, se transforma en el sostén del fitco real, de modo que la mona {quia se convierte répidamente en su sostenedora natural; a sostenerla la consageay, con ella, Ia concepcion de la socie fad que esta elaborando la burguesis a partir de sus experien- cia y de las tradiciones que recibe. Una de las cosas que el derecho romano sugire es que cada individuo tiene ciertos derechos; comienza a desarrolarse asi toda la linea del dere: cho natural, o del derecho de gontes, definido por los profe sores de Bologna y transformado en verdades que aparecen consustanciadas con una forma de organizacién soci. En directa relacién con esto se encuentra la elaboracion de la teoria del contrato y del origen contractual del poder. Naturaimente, las situaciones de hecho y las experiencias al mentan el apartamiento de la viejas teoriasy I formulacion de otras nuevas, Lat sucesiones dindsticas permit(an, de un modo u otro, mantener la ficcin del poder divino a través 4e Ia sucesion en la sangre, EI hijo hereds al padre y conserva tl carisma sagrado, Esto funciona aun cuando haya discon huidades evidentes. Pero no funciona en absoluto en el caso de los Sforza, los Malatesta, los Gonzaga 0 cualquiera de los ‘tgnoh wdhianos, Frente di proceso por 81 que esos Su rihan adguirido poder sobre la ciudad, el principio del con- fentimiento empieza & quedar a la visa. Si n0 es seRor por derecho divino, en cambio ha habido una asamble2 que lo proclamé, a la romana, o bien hubo una reunion en la Cate Gral, en Is que los vecinos se juntaron y votaron, 0 algo equi valente, Cuanda se admite que ese consenso manifestado de ‘manera institucional equivale al derecho divino, st ha admit: 4o la tess del contrato. Es necesario lepar a fines del siglo XVu cuando Locke, acueiado por la necesidad de leitimar ls Gecision del Parlamento de coronar a Marfa y Guillermo, for ‘mule esto en términos filossticos en el Segundo Tratado det Gobiemo Civil. Son los mismos téeminos que luego extreme 14 Rousseau en El Contrato Social, ‘Se trata de la complejaelaboracion de ideas que vienen del derecho romano y de lt fosotia natural, por las cuales se le da validez te6rice y fundamento institucional 2 algo que 108 Jos Lats Romero! constitufa una experiencia bisica, como era la idea de la so Giedad conformada por individuos,agutinados en virtud de} tn contrato, que delegaban el poder en uno de ellos, en vit tud de sus propiasatribuciones, porque ellos eran la fuente e la soberania | Latesis de contrato resueve el problema de la legitimidad Jel poder pero deja pendiente el problema de la soberania, Sin duda, el pueblo es la fuente de soberania. {La enajena! total o parcialmente? ;Puede reivindicarla? Esto diviita | opinién inglesa en ronjs y whigs. Los primeros afirman que tuando el pueblo, en un acto de consentimiento, enajena la soberania, pierde el derecho de reivindcarla, Quienes, como Locke, dicen: el pueblo es la fuente de soberanta y. en con. Secuencia, nunca pierde el derecho de reivingicata, firman’ el derecho a a evolucion y el principio de la monarqu tada, Esta esa curstion que quiere resolver Montesquieu con el principio de la division de poderes. Toda esta discusion ‘mueve el pensamiento politico desde el siglo XV pero en el fondo se encuentra esta experiencia bisica: le so. ‘iedad se consttuye sobre la base de individuos aslados, que se unen entre sien virtud de un contrato ibeemente estable’ ido, y que delegan en uno de ellos el ejerccio del poder’ sobre fa base de un principio profano. Quedaban dos proble mas pendientes que slo se reolverfan en el siglo XIX, al ca lor de nuevas experiencias sociales: el del igualitarismo polit co y el del régimen politico democratico ¥ representativo, Un proceso similar caracteriza la configuracion de la con cepeién burguesa de la vida econémica. Para entender euil fra Ta concepeisn propia de la mentalidad cristiano feudal en este campo es necesario hacer un esfuerza imaginativa:! fen una sociedad dual, que tiene tan asumid la nocion de privilegio y en lt que existe un consenso s6lidamente acepta ‘do acerca de ls funcién o los deberes de cada uno, la peculia ridad, realidad e hstoricidad de la vida econémica se oscure ce. Hay quienes tienen la tierea, dominan alos campesinos y viven del trabajo de estos campesinos sobre Ta terra, pero esto no se percibe como: una funcién econémica. La idea de privilegio es tan fuerte que esa funcion economia, es perebi- Esto de mentaliad barguese tos a casi como uns funcién normal, como un derecho fundado en la naturaleza misma, Esto implica, mis alld de que en el forden Fictco los actos econémicos existan y tengan lugar, un rechazo de la actividad econdmmica metédica, sistemtica, que {queda palmario en el momento en que aparece, frente 2 las formas de produecién natural a economia de mercado. La pecularidad del acto economico no se percbe hasta {que no se recbe el impacto de la economfa de mercado. En Tonces, la percepeién se manifiesta en primer término en un rechazo brutal: la economia de mercado es pecaminosa y ese ‘ardcter aparece simbolizado en la idea de usura, que com- prende todas las actividades donde interviene el dinero. Esa 2s [a respuesta de una mentalidad que ha unido la actividad ‘econémica a servicio personal, ala obtencin de bienes me- ‘dante mecanismos de fuerza y con destino al uso y n0 al intereambio. ‘Cuando fuera de esta sociedad dual se forma una insula 4de economia de mercado, ésta comienza a operar sobre aguéla, Hay primero una sustraccién de mano de obra: los servos huyen a las ciudades. Hay luego competencia y con Flicto entre Ios ricosen tiers y los ricos en dinero yal lar 2, aquellos aspiran a este tipo de riqueza, con lo cual comien an 9 traar de transformay su sistema de producci6n, organi- 2indolo para el mercado, Esta experiencia se desarrolla con més intensidad en el fmbito de las ciudades, donde se crea el mercado. Antes de {que esto se conviertaen una idea abstract, tiene una existe ia material y concreta: casi todas las eiudades emplezan por tstablecer la plaza del mercado, o por ubicar en la Plaza Ma yor, junto con la Iglesia y el Ayuntamiento, esto que no tiene lin eificio perdurable y destacado, pero que a os ojos de {dos es el alma de Ia ciudad. En torno de se desarrolla un ‘onjunto de experiencias primaria, fundacionaes, dela vida econdmicd, que luego decantan, se objetivan, se expresan en ‘érminos abstractos.y terminan configurando una tectia ccondmica, La primera experiencia consste en dessubrir que el ascen- so econémico implica el ascenso social. Quien tiene mis. si oe sox Luis Romero multéneamente ocupa una posicién mis alta en la sociedad, de una manera inimaginable en la sociedad dual y fundads en cl privilegio. En la ciudad, el especticulo de ls nueva riquezz fe asombroso, tanto por la rapidez de su adquisicion ~mu- cchos recuetdan el modesto origen de los grandes magnates, ‘ode sus padres como por los métodos en cierta forms inu sitados de adquitrla: no es la guerra afortunada, como hizo ‘el Mio Cid, sino una empresa, igualmente riesgos, pero de indole mercantil.Pese 2 que los nuevos ricos procuran incor porarse a las antiguas clases privilegiadas, doptando. sus for mas de vide 0 emparentndose, y haciendo pasar por vieja a Ta nueva riqueza, el trinsto es demasiado reciente como para que los supuestos de la sociedad dual y privilegiada que- Sen en pie en las ciudades. Poco a poco, la vieja imagen de la sociedad va dejando paso & una imagen nueva, en la que la s0- jedad aparece claramente dividida en ticos y pobres y en la {ue las divsiones no son eternas y absolutas sino que estan rujeta alos avatars de a Fortuna La segunda experiencia es el descubrimiento de los meca: nismos de la economia de mercado, En una economia este bie como la regida por el mundo rural, en la que la oferte y Je demanda no cambisban mayormente, era posible pensar que exist una felacion definida entre los bienes, una pauta de equivalenca, que los tatadistas definian como el “justo precio". En la economia urbana se intercambian productos fhuevos, euyo precio nadie puede preciser, como la pimienta (Quien ia tiene le asigna un valor y reclama ese precio; mis stun, puede recurrit a resttingir la oferta para aumentar la pecesdad de se producto. Quien a compra. a sven ofece jo que eree conveniente, y recurre a su vez al no comprar. EE regateo, que constituye la vida de la plaza, en el que jue gan la astuca, a habilidad y la malicia, termina en un acuer- 0, una transaccion. De esa experiencia primaria va surgiendo luna nueva idea acerea del precio: és refieja un equilibrio, ccambiante e inestable, entre quienes venden, y pueden no vender, y quienes compran, y también pueden no hacerlo (Oferta, demanda y precio son las bases de fo que, en una for ‘molacién un poco mis abstracta pero siempre adherida a las Esti de mead barges 10 pictcascotdianas, va a empezar amare ts leyes dl Inereado. re tticera experiencia tene que ver con la moneda y sus aos eeresed bees y servos qb sintercarbian 2 el wom IG" ulvano se expiesan en moneda: pro pronto tm eeato eetron en moneda ls prestaciones ue Ios ca area Gobiana us sees, go eaicionsimente se bone can creducior 0 en tabao. Necestados de ditto, 1s mete desptarony estimularon fa conmutacion de eos sr See ee node a moneda fas expresando la progeesia [OeE taimcton de lv relacones, no solo entre compre See Pender sometdos una replaabstzacta. sino sort nose y campesinos en is ge los atiguos sz et aa te cant ebjetvarse. Por ota pate, moneés cei tca ar percha como e verdadero elemento ins soryetas economia’ Jean Ge Meun deca; "el dinero nos $e ee Mssque pare astro” y apregiba que fs naturale SURED saucsse consti en que ctculren. La cirulacion de 1, nel ao selocstad,combonzs a ser perefbida como uno sees tiememtos propos dea nseveeconomts erent We eemeds fenomene novedor sobre el ue exits poco satel Rmtndo, ca lps a otrsexperenis sorprendentes TOg\Sie woreda y dversiad origina na actvidsd sing La emotes promt quienes tienen en [amano mcho ‘ite demubren gus ese es ona metencia ual ls ors, pel cise en toro della una oferta y ne demands: que 41SiMjnon qu nica un nogocio necesian dinero y extn di a Ofer por esto, En el conteto traconal, ene aoe ck tema so pci “usta totale inam- aoe eee Sp sero nsrumento vir 0 preci. Deal le wei uci, como wu. La fuerza de esta conden fue sarasota aren 9 combatta en termine ios saat Bdeicn~ipeusve de Tos propos elesiseos= mat Fer J bir semido, poco 2 poco fue abriendosecaino one eae aear Ta poesion de dinero da lgar 3 us just ‘Euucton, qe noe: una sine “inter” Unrate expeienci inculad con la moneds fuel nnat Ios bores y extrac lg del metic 81 108 José Lis Romero de un particular, podia ser condenado por monedero fal. Si se trataba del propio Rey, no habie quien lo condenara, Las necesidades erecientes empujaron los reyes al fécil re curso de la manipulacion monetaria, que desencadend en el siglo XIV los procesos de desvalorzacién de la moneda y de Ja inflacin. Mas alli de las condenas, esto también es fuente de ensenanza. Se descubre que, a mis del fisco, hay otros po: tenciales beneficiarios: quienes percien ingresos en monedas fuertes, porque estin en el negocto del gran comercio interte fiona, y pagan salaros en moneda débil. Hay, por otra part, Auienes descubren que su actividad es imposible sin una mo- eda estable y reconccida: la moneda empieza a valer tanto or" si contenido inteinseco como por la autoridad que la fespalda. Todas estas experiencias son las que empiezan a ddecantar en una teoria de la moneda, cuyas primeras formu laciones, con un cierto grado de abstiaccion, aparecen ya en el siglo Xv. Le cuarta gran experiencia es la del atesoramiento. Las pe quefas emprests individuales, del mercader 0 el artesano, propias de las etapas inicales de la evolucign burguess van Gejando lugar a otras mais vastas, que requieren de rvucho mds dinero pasa inicianse. Comerciantesenmiquecidos, 0 seo re que desean probar Ia aventura econémica, allegan fondos, al tiempo que se desarolian las primeras formas de empresas comerciales. con distintos socios captalistas. La experiencia cotidiana de la ganancia y la reinversién, de la diversficacion Ge las inversones y de la formacién de companias va abrien do camino a la idea de que fa riqueza v acurmula, y que esto {s propio de la economia mercantil, No siempre es riqueza toma el camino de nuevos negocios. Los giros dela rueda de Ja Fortuna imagen romana que resurge vigorosamente en esta 6poca~ son an ripidos que susctan el deseo de atenuar- Jos, sacando las ganancias del negocio resgoso, comprando tivras 0, simplemente, guardando el dinero en tinas, Ast ‘como fa riqueza se acum, a forma mis visible y caracteris- tica de esta acumulacin, claramente lighda a ia experiencia cotidana de la ciudad, e& el atesoramiento del dinero, Esta ‘dea va'a dominar el pensamiento econémico durante mucho vedio de mena bargesa 109 tiempo, y s6lo en el sgho Xvi se descubriré qué la riqueza no etd en el dinero sino en las coma. La quinca experiencia tiene que ver con a incidencia del poder politico en la economia. Antes de que los reyes deseu- brieran que Ia economia urbana constitura la fuente mds segura de su: ingresor, los seiores ya habian conocido las ventajas de Ia expoliacion de los comerciantes: uno de los recursos predilectos de fos sefiores, desde el siglo Xi, es el o- bro de peajes e impuestor de todo tipo al comercio. Desde el principio fue claro que la riqueza mucble estaba inevitable mente sometida al fsco expoliador. Pero pronto se descubrié {que quien tenia ol poder podia favorecer I actividad mercan- UL Lo supo el comerciante o el artesano que queria excluit al extranjero competidor; también el mercader que, en Orien- te, se aseguraba mediante regal a ls reyezuelos locals el surinisto de las especias, 0 que pagaba bien caro alos jefes musulmanes el derecho de partieiparenel negocio, Tambigi 6 entendieron los comercintes, asociados en gildas 0 hanses, gue obtenian de un rey 0 un conde el derecho a cometciar fn una ruta con exclusvidad. Cuando Tos burguesesalcanza: ron el gobierno de las ciudades supieron utilizar el poder politico para asegurat sus negocis, para dominar y explocar 2 los campesinos de los alrededores, para doblegar a ciudades !mpetidoras, como hicieron los lorentinos con los de Siena, Luego, sometidas las ciudades al poder real, supieron aprove char ese poder potenciado para ampliar, a su sornbra, el radio de sus negocios. Asi, la idea de que toda actividad iuerativa suponia un cierto privilegio, y que quien contara con el po: er podia asegurarse ese privilegi atanca de las mas tempra nas experiancias de estos grupos. Todo esto constituyé la. prictica espontinea de Ia vida evondmica urbana, de la actividad de quienes ~i se lo pre guntaran— segu‘an creyendo quizés en los valores del justo precio y de la usura. Poco a poco esta prictica fue dando lugar a una nueva teoria, Cuando [a economia urbana se incorpora al marco de las monarquias nacionales, esta précti- a, sin muchos cambios, recibe un nombre y una formulacién objetiva: el mercantilismo, Mis que una doctrina pura, es un 0 sox Las Romer conjunto ¢e prineipios a menudo contradictorios, que refle jan las experiencias de Ia nueva economia, mezcladas con mu ‘has ideas précticas propias de ia vija estructura. Las leyes del mercado, de ls oferta y Ia demands, aparecen mezcladas con los prineipios del privilegio y el monopolio. La teoria de Ta moneds estable et rlatvizada por lat necesidades dom: nantes del isco. El principio de la circulacion dela riqueza se combina con la prictica del atesoramiento y Ta idea de que tun Estado es fuerte cuanto mas metilico acumule. El princi pio de ls ganancia individual a menudo resolta contradietorio ton los enterios de grandeza del Estado y fa nacién. Final mente, la ides de que el mercado tiene sus propiasleyes ~al ‘modo que le tiene la naturaleza~ no termina de separarse de quella otra segin la cua los reyes ~como un Deus ex mach nna pueden y deben regularlo. Solo en el siglo XVI, con los Fisidcrats, Adam Smith y, en general, el liberalism, el pen- samiento econémico sleanaa a expresarse en términa® ti claros y descubiertos coma, en otra esfera, lo hace el pensa- miento cientifieo 6. Etica,religiin y metafisica Como ya sefalamos, la irrupeién de la mentalidad burgue- so 6 fat de un evolcin casi ino un ent proceso en el que la concepeién tradicional perdura e influye ‘de mil maneras. Las formas nuevas que la mentalidad burgue- introduce son primero formas simples, espontineas, que ‘yan acumulando ciertas experiencias, que terminan por fy formas de conducts y de opinion, y que s6lo 2 la larg se 12 cionalizan y transforman en doetfina, de manera que aquelle pperduracion de ideas originales suele ser considerable, Con el tiempo, la dtica adquiere en el pensamiento filos fico modemno una autonomfa que no tenta en a concepcién cistiano feudal, y esto yz constituye una ruptura. En la con- cepcién tradicional, los problemas éticos estén totalmente incluidos dentro de la ereenciareligiosa, al punto que podria I reside en el Decilogo. El solo Estuo de a mental busguese un ecto de que sa lang haya apreido una discitina desig Bee'atar ee problem signin una ers: el problems de it nord ha bevlezado.y pores aparece una diepina ‘Apes Is een En concpeton tole, ae a9 Sila dtsnolo de una Ge as eas, funda en iets spec. {os del persamiento telopiea; no es un sector que mereze2 Ui examen particular, porgue no exist por mismo. &5 aplemente"uradervagtn del problema cnt, proble- Sage Diony de lo que Ela exableci para la tenes ‘Como problema, den extn en of pensimint gez0 y cnel romano, Fue el eins el qu no puto sseaie Zn eampe espeifice, orgie el penamiento relgs0 s470- nv ann tors del conduet otaimete pits E primer ‘algo de se ca npc e 9 carter dogma: a en Ba ‘une explictacion Gel Desiogo este el pied anew far del pensansemo seo, de a conducta sia, Alededor de Ol econaruye un ein on el que entra uns cinta pret. pcysts sempre en textoe el Libro de JOD cietorSaos. Foden repose sobre una verdad rveada firma vl Ber stea ean conunto de norms cuya fomulacign es feneal'y se refieren a problems cerns dela condusta Me fare, Pero enste in ida a serie de aspect que no Tafren problemas eterno. Por semplo, fo de no rob fit cv un expenon que po iene si sin eno un Bectapimen de propiedad: en una orzaizacin d& tipo Stone tiene menor sentio queen aquela donde ext seidamente constuid la propiedad pried OO cone. {outa menos generalesy mis prictcos que eno maar ge jure por el nombre de Dios en vano. pero todo ie sen un fondo Sop "pant de eso, supone qut estos principos morales. aque uenen un fundamento dogttce, también tienen vr SEE univer no son istics, no dependen de determine Ge ipo de sociedad sino que won elemos, La norma e nm then er objeto de conversa de ep an se Huu"gue pions, por demplo, que no s deb rar sino en GRE Steshsancasy queen ots crcnstanis exo poarit wo Ls norma es dogmatic, mutable yahiste. iy José Las Romero Junto a esos elementos, que la ética cristiana saca de la octrina religiosa, hay cierios ragos que provienen de for mas tipias de la sociedad feudal, como normas referidas ls Jealtad y la obediencia, que configuran una ética pritia, La Atica de la lealtad es propia de la caballetia heroica,cuyas actitudes e ideales, de origen germénico, son diferentes y hasta opuestos a los cristianos. Pero, segin se fundamenta, sa conducta esté al servicio de la fe; el acto heroieo, con Io que tiene de crueldad y maldad, se justficaen tanto se reali- 22 en defensa de la fe. El cabaieto es un héroe al que todo le esté permitido, poraue lo hace para serve y justiticar laf, Asi, en la Cancion de Rolando, uro de los principales suet 4 proezas de esta indole ese! obispo Turpin, quien se com: porta como cualquier guerrero, pero antes de entrar en bata Ta bendice a los caballeros, En esta bendicién esti implicito l principio bisico: la defensa de fa fe justifica una conducta hetoica y no cristina, Con respecto ala obediencia, esta Ve tud corresponde a las clases bajas, para un ler, ext0 eau vale en cuinto a mérto alo que para un cabalero es la muer. te en defensa de Ia fe. Estas son las formas reales que toman los principio éticos cuando se ajustan a la sociedad feudal, y que revelan su historieidad real, mis alld de su pretension ae inmutabilidad, El componente cristiano feudal de esta ética tiene una doble raiz,judia y erstana,o sea el Antiguo y et Nuevo Tes: tamento, El Nuevo Testameato coincide con una de las varias lineas de pensamiento que hay en el Viejo, la del Libro de Jatas, ta de fos Profetas y ol Devteronomio, pero ao con et pensainiento de lo que se lama la religisn del Templo, es de cir la religin levitica, La diferencia tiene bastante importan cia, pues si existen dos corsientes puede optarse por una otra, sin negar el fundamento dogmdtico y le inetabilidad de Ia norma. Es decir que se puede hacer una revoluciin con- tra una corriente, optando por la otra pero encontrando apo: yo en los mismos principios. Si alguien se enfrenta con alge no de los principios del Decdlogo en nombre de otro sistema de valores, se comporta como un pagano porque desafia los fundamentos de la ética cristiana con principios que son aie Exton de a mentaidad burgess us nos a ella. Es el caso, por ejemplo, de contradeci el principio de no desear la mujer del projimo en nombre de la teo ariega del amor. Pero sien cambio s elige de la ética judeo tristiana una de las ideas existentes, pero que no es de ls pre- feridas por la ortodoxia, se puede produci un enfrentamien- to similar sin negar los fundamentos. Esto es lo que hicieron Jos hetejes del gio X1 0 Xt: toman el texto del Nuevo Testa mento, toman las palabras de Cristo en los momentos de prédica mas sublime o idealist y las echan contra la Iglesia feudal. Nadie podia acusarlos de paganismo. ‘Asi, cuando recuerdan que Cristo afirma que el sibado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sibado, cextén planteando una lucha contra fa moral del Templo. Esta Corresponde a una de lat grandes tradiciones que coexisten tn [a Biblia: la deja ortodoxia ritualista, en la que los fun amentos de la religion son los ritos, o formal. Contra esta linea contra los Tariteos y el ritualismo— se Tevantan los Profetas primero y Cristo después: ef hombre fel, simple, no ha sido hecho para los ritos;éstos deben servi para robus tecer y formalizar la fe del creyente, pero no bastan, pues lo verdaderamente importante es la fe y la bondad del corazén, la virtud, etc. Esta polémica entee la moral del Templo, que Iuego es un poco la moral burgues, y la corriente espiritua- lista reaparece cada cierto tiempo en la Iglesia, desde San Francisco en adelante, con la misma caracteristca: se da la batalla contra la ortodoxia fundindose en determinados tex tos brblicos En sintesi, las cortientes que se fundan en ef pensamien: to doctrinaria cristiano y en los desarollos de la Escolistica presentan una moral esencialmente dogmética, apoyada en Fundamentos absolutes y con normas eternas e inamovibles. Por otra parte, a parti de las formas de vida propias de la sociedad sefiorial, se desartolla una moral prictica: dela lea tad para las clases superiores y de la obediencia paral infe ores. Queda, finalmente, tf virtalidad, la potencilidad., de un seavivamiento religoso de tipo espiritual, poyado en la linea proféticacrstana, que es antiformalista Este es el contexto en el que'aparece Ia mentalidad bur- na Joxé Lats Romero fuesa, que hace aportes singulares en el campo de Ia ética Las formas de vida propias de le burguesia urbana requieren de un sistema de normas nuevo; algunas son normas judi fas, que se establecen por via contractual: Ia fe del deudor fe uns norma moral que se establece en funcion del tipo de actividad predominante en las civdades, y fuera de lo que se Iegisle, queda una norma moral que funciona en virtud del consenso. Lo mismo ocurre con las normas referentes a Is vida de la fariia burguesa, que no tienen respaldo en la Gicién hebreo-ristiana, ni en la cristiano feudal, ni tampoco fen Te romana, puesto que la familia romana no era una f lia cristana En sintess, la sociedad y las formas de vida urbana re quieren de todo un sistema de normas que no tienen funda Tento eterno, inmutable y divino, sino que salen de la com viveneia, Se telacionan con la vide familar, con la actividad ‘comercial, con las actividades erdticas, todo lo eval ada fen Ta ciudad una forma singular. Se vinculan también con las relaciones de persona # persona, en un ambiente cerrado co ‘mo ef el urban, con las formas de comtesia y de respeto mu: tuo. Por otra parte, aparecen una serie de exigencias nacidas de Tas peculiaridades de una sociedad que empieza ase fuer semente individualista; el respeto a la intimidad, a la vida privada Extas normas no encuentran fill respaldo en la tradicion cristiano feudal, Fuera de la clase senoral la familia tiene tun significado muy peculiar, que dificilmente engarza con el {que et propio de la sociedad burguesa. Los campesinos de ori+ ‘gen seril que Ilegan a integra la burguesia, para constitu su familia han debido, primero, ganar su liberi. Y esa nueve fa imilia-burguess elabora una nueva moral, que ge las rele cones recfprocas, a vida erética, ln privacidad de cada une de sus miembros, las relaciones de padres e jos, lo concer niente al pudor, ete. Todo eso signifies la creacién de una ‘moral nueva, constituida simultineamente con Ia sociedad bburguesa, que se codifica con un nombre revelador: Ia urba- nidad. Las roglas de la urbanidad son las de la sociedad ur- bana, donde hay cosas que no se pueden hacer, que no son studio de is mentliad burgess us i pecado ni delito pero que costitoyen una wolacin de as Titcajusta de cass norma consttuye una mere mor No peconpcen un onigensarado:elaboradas en a conver No Ffandamentamene en el consentimientoy son histias GAL [bsduts Enconsecuenca, som mutables. Estamos 2 ra aeclar que e detec en un tresfondo de norma ae fue son saadas pero que no bastan pare resolver fs Stem de la convivenci. Este conunte de norms, vate Eyes tegn ls ditt coletivadesy nacida dl consents mnt conforman wna moral ce fundamento soe, qve ne rere en i palabra revelads 0 e principio civno 0 en B Seekatniento de la comnida. Lo que es ineral para sh gross an'un memento, puede no $10 part OT BPS. @ para exe mismo en otro moment® a Stcontont de esta mora! seularizata hist, nec da del vinculo 9 que no conace mis fundarento qu le Seino Gel grupo soca, specie la debidad dest fandoment ste todo al sr medida conf soles del fun ersbre rtgion. Una comunidedacepta que, paella, una samet enviable yes eapaz de sacionar de dstintasmane nore In tanspeds El fundamento desta nora eselcon re a auitono que hace que 1000s consent de

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