(Jules A.). (Nació el 2 de agostode 1941 en Echternach). Biólogo franco-
luxemburgués. Estudió biología y química en laUniversidad de Estrasburgo, donde en 1969 cul-minó su doctorado en ciencias. Desde 1964 fueasistente de investigación del Centre national dela recherche scientifique (CNRS) en Estrasburgo ya partir de 1974 director de investigación. Luego,para realizar su postdoctorado, se trasladó a laUniversidad de Marburgo, donde trabajó juntoa Peter Karlson (1918-2001). Estudió a los insec-tos y sus hormonas, e investigó especialmenteel cambio material de la hormona de transforma-ción Ecdyson, así como el sistema defensivo delas moscas, conocido como Antiinfectiva, que essintetizado por ellas y en parte activado por unaproteína denominada Toll. Enel ser humano hay proteínassimilares, denominadas recep-tores de tipo Toll, que jueganun papel importante en la di- ferenciación que hace el sistema inmune entrelo propio y lo ajeno. En 1978 se hizo cargo de ladirección del grupo de trabajo Respuesta inmuney desarrollo en los insectos del CNRS. En 1994 se PREMIO NOBEL 2011 Los organismos animales y vegetales tienen una defensa innata, inespecífica y de corta duración, que les protege contra las infecciones. Ésta está compuesta por células y procesos biológicos, y comprender cómo funciona ycómo se activa permitirá mejorar la acción del sistema inmunológico. convirtió en director del Institutode Biología Molecular y Celulardel CNRS. De 2005 a 2008 fue,además, presidente de la Acade-mia de Ciencias francesa, de laque es miembrodesde 1992. Ac-tualmente esprofesor de laUniversidad deEstrasburgo. En 2011 se le con-cedió, junto a Bruce A. Beutlery Ralph M. Steinman, el PremioNobel de Medicina y Fisiología STEINMAN, (Ralph M.). (Nació el 14 de enero de1943 en Montreal; murió el 30 de septiembre de2011 en Nueva York). Inmunólogo canadiense de as-cendencia judía. Recibió la licenciatura en ciencias enla Universidad McGill de Montreal, y su doctorado enmedicina en 1968 en la Universidad de Harvard. Com-pletó su formación médica como residente internodel Hospital General de Massachusetts. Fue investiga-dor en biología celular de la Universidad Rockefeller.En 1973 acuñó el término de célula dendrítica mien-tras trabajaba en su postdoctorado en el laborato-rio de Zanvil A. Cohn y en la Universidad Rockefeller.Steinman recibió numerosos galardones en recono-cimiento por su dedicación a la investigación de lascélulas dendríticas a lo largo de su vida, tales comoel Premio Albert Lasker para la investigación médicabásica (2007), el premio de la Fundación Internacio-nal Gairdner (2003), y el premioWilliam B. Coley del Instituto parala investigación del cáncer (EE.UU., 1998). Por otro lado, fueelegido miembro del Instituto deMedicina de los Estados Unidosde Norteamérica en 2002 y de la Academia Nacionalde Ciencias de Estados Unidos desde 2001. En 2011compartió el Premio Nobel en fisiología o medici- PREMIO NOBEL 2011 El sistema inmunológico adquirido está conformado por una serie de células y procesos que actúan enrespuesta a diversos microorganísmos que van dejando un aprendizaje frente a futuras infecciones, las células dendríticas se encuentran en piel y mucosas e intervienen en este tipo de reacciones. na, por «su descubrimiento de lascélulas dendríticas y su papel en lainmunidad adaptativa». Al mismotiempo que la Universidad Rocke-feller anunciaba que había sido ga-lardonado conel Premio Nobelde Medicina,notificaba sudefunción el 30de septiembrede 2011. Convirtiéndose éste en elsegundo fallecido galardonado conel premio Nobel.
Las células dendríticas son las principales células
presentadoras de antígenos en la respuesta inmune. Por lo tanto consideramos que es importante estudiar de qué manera intervienen estas células en el equilibrio que el sistema inmune y como estas desarrollan su actividad frente a infecciones virales persistentes como la infección por el HIV o el HCV. Las células dendríticas (CD) constituyen cerca del 1% de las células mononucleares de la sangre y pueden ser divididas en dos subpoblaciones principales que difieren en el fenotipo y función: CD mieloides (MCD) y CD plasmocitoides (PCD). Estas células son los centinelas naturales del sistema inmune, siendo las encargadas de iniciar la respuesta inmune frente a la presencia de células alteradas del huésped y/o a la invasión de patógenos. Al ser las principales células presentadoras de antígenos (APC) son importantes tanto en la estimulación, activación como en la regulación de la respuesta de los linfocitos T1. Si las CD resultan infectadas, provocan varios cambios fenotípicos y funcionales de los cuales, en forma coordinada, mejoran su capacidad para interactuar con los linfocitos T, promover su expansión clonal y diferenciación. Sin embargo, los virus patógenos pueden utilizar a las células dendríticas para subvertir la respuesta inmune, logrando establecer la infección en el huésped Además las CD penetran en la corriente sanguínea de dos formas: como CD inmaduras (CDi) o bien como CD maduras (CDm) .Las CDi incluyen a las células de Langerhans, a las CD de la zona marginal esplénica y a las CD intersticiales que se encuentran dentro de los tejidos linfoides En este punto queremos resaltar que estas células involucradas en la captura de antígenos tanto exógenos como endógenos, contienen baja a moderada expresión de moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad de clase II (MCH II) y de moléculas coestimuladoras (CD40, CD80 y CD86) y son capaces de inducir y mantener la tolerancia, ya que continuamente presentan antígenos propios a los linfocitos T. Por otra parte existen dos clases de estímulos para que estas células se transformen en formas inmunológicamente maduras (CDm). Uno de ellos involucra el reconocimiento de los patógenos por parte de sus receptores (como el toll like receptor, TLR) Cuando las CDm han madurado a consecuencia del contacto con patógenos, resultan habilitadas (licensed ) para la presentación antigénica y la estimulación de los linfocitos T naïve, lo que da lugar a su diferenciación en células efectoras. En cambio, cuando la maduración se ha producido sólo por la presencia de citoquinas inflamatorias en un medio libre de gérmenes, las CDm no habilitadas (unlicensed) podrían colaborar en la inducción de la proliferación de los linfocitos T CD4+ naïve incapaces de diferenciarse a células efectoras. Tanto las CDm habilitadas como las no habilitadas regulan la expresión de moléculas coestimuladoras y de MHC II
En 1974, Ralph Steinman descubrió un tipo celular cuya morfología le llevó
adenominarlas como "células dendríticas" por poseer numerosas prolongaciones de sucitoplasma (1). Steinman demostró que dichas células, inicialmente localizadas en tejidosexpuestos al medio ambiente externo (piel y otros epitelios), eran capaces de promover respuestas inmunes frente a sustancias extrañas, lo que avaló su papel esencial en lageneración de la respuesta inmunitaria. Sus trabajos, combinados con la identificaciónde receptores celulares que detectan estructuras típicas de microorganismospatogénicos (denominados Receptores de Patrones Moleculares Asociados a patógenoso PAMP), a la que contribuyeron los Drs. Beutler y Hoffmann, indujeron una auténticaavalancha de estudios que han permitido establecer que las células dendríticas son lasresponsables de determinar si un organismo genera, o no, respuestas inmunitarias frentea un microorganismo, así como el tipo de inmunidad a desencadenar (2). Unaconsecuencia inmediata del relevante papel fisiológico de las células dendríticas ha sidosu priorización como diana celular para el desarrollo de estrategias de manipulación dela respuesta inmunitaria. Pero, ¿cuál es la particularidad que tienen las células dendríticas que las hace tanatractivas como agentes terapéuticos? Aunque es un tema controvertido, las células dendríticas pueden considerarse como un tipo de macrófagos muy especializados (3,4). Como éstos, las células dendríticas están dotadas de un gran arsenal de receptores (Receptores de PAMP) para la detección de agentes patogénicos exógenos (virus, bacterias, hongos...), así como de alteraciones en metabolitos endógenos (ácido úrico, por ejemplo). Pero mientras los macrófagos actúan de manera inmediata frente a estas alteraciones de la homeostasis tisular eliminando el agente patogénico (en la denominada respuesta inmunitaria innata), las células dendríticas actúan de forma más "sibilina" y "reflexiva" para permitir la generación de una respuesta inmunitaria selectiva y con "memoria" (respuesta inmunitaria adaptativa). Así, una vez detectada la alteración tisular o la presencia de agentes exógenos potencialmente dañinos, las células dendríticas abandonan el tejido afectado y migran hacia el nódulo linfático más próximo, donde transfieren a los linfocitos T tanto la información antigénica del patógeno como la correspondiente al tejido afectado, en un proceso denominado de "presentación antigénica". Ello posibilita una respuesta inmunitaria localizada y altamente específica, por cuanto se ajusta a las particularidades del patógeno. Este particular "ciclo vital" de las células dendríticas (migrando desde los tejidos, donde ejecutan labores de vigilancia, a los nódulos linfáticos, donde actúan como transmisores de información) hace de ellas el nexo de unión entre el sistema inmunitario innato, que detecta y combate patógenos con gran rapidez pero poca especificidad, y el sistema adaptativo, que es más lento en su iniciación pero que garantiza especificidad y "memoria" para combatir de forma eficaz los sucesivos encuentros con ese mismo patógeno (5). En términos militares, las células dendríticas actuarían pues como vigías (detectando el patógeno en los tejidos), mensajeros (trasladando la información desde el tejido a los centros de mando-órganos linfoides), y mariscales de campo (coordinando la actividad del resto de células del sistema inmunitario y seleccionando las que deben actuar). En consecuencia, las células dendríticas son las mediadoras esenciales para que la vacunación frente a enfermedades como la viruela o la varicela sea efectiva, y prevenga la enfermedad cuando entramos en contacto con estos virus. Los avances en el conocimiento del "ciclo vital" de las células dendríticas en la última década han hecho que, en animales de experimentación, sea posible modificar la respuesta inmune casi a voluntad, encendiéndola (induciendo la generación de una respuesta inmunitaria) o apagándola (generando tolerancia) mediante su manipulación (6). Estos resultados han promovido su aplicabilidad clínica para generar vacunas e inmunoterapias más efectivas, lo que explica los numerosos ensayos clínicos actualmente en marcha para desarrollar y optimizar protocolos de vacunación para el tratamiento de enfermedades como el SIDA y el cáncer. Los resultados de laboratorio indican que, en efecto, las células dendríticas pueden emplearse para promover respuestas contra patógenos, e incluso, frente a células tumorales (Figura 1). Sin embargo, en el caso del cáncer, los resultados clínicos obtenidos hasta la fecha con estas aproximaciones no han sido tan positivos como los resultados de laboratorio anticipaban. Pero la escasa eficacia de las vacunas anti-tumorales basadas en células dendríticas no pone en entredicho su papel crítico, sino que realza aún más su función. Y ello es así por cuanto las teorías actuales plantean que son las células tumorales las que, en último caso, alteran el correcto funcionamiento de las células dendríticas, impidiendo que puedan llevar a cabo su función de manera beneficiosa para el organismo. Irónicamente, es este fenómeno el que puede haber impedido que Steinman recogiese el Premio Nobel en persona: las células de su tumor pancreático han acabado "engañando" a las propias células dendríticas del investigador, que habían sido "re-educadas" en el laboratorio para combatir el tumor que sufría desde hacía cuatro años.