Вы находитесь на странице: 1из 278

1

DOMINGO GÓMEZ OREA

RECUPERACIÓN
DE
ESPACIOS DEGRADADOS

2
3
PRESENTACIÓN

La gestión ambiental opera sobre tres líneas de acción: la preventiva, la


correctora y la curativa; las dos primeras disponen en la actualidad de instrumentos
consolidados y plenamente aceptados por la sociedad, entre los que destacan la
Evaluación de Impacto Ambiental para la línea preventiva y los Sistemas
Normalizados de Gestión Ambiental (ISO 14000, EMAS...) para la correctora. Pero la
tercera, la que se orienta a recuperar lo ya degradado, apenas se ha iniciado de
forma tímida, puntual y dirigida principalmente a los factores ambientales: aire,
agua, suelo, vegetación, fauna, paisaje, etc., enfoque que cuenta con una
considerable bibliografía especializada, mientras resulta insuficiente la dedicada a
analizar, tipificar y recuperar espacios degradados.

El enfoque por espacios se justifica porque la degradación ambiental es el


resultado de la confluencia de factores ambientales y sociales sobre zonas geo-
graficas concretas y se entiende como un problema multidimensional proyectado
sobre un espacio integrador.

La historia del hombre sobre la tierra puede seguirse por la estela de espacios
degradados que ha dejado a su paso, de tal manera que el objetivo de la gestión
ambiental, que no es otro que mantener una elevada calidad ambiental, queda
incompleto sin esta área de acción curativa. Se trata de uno de los gran-des desafíos
de la gestión ambiental hacia el futuro, que requiere valentía para afrontarla y
recursos humanos, tecnológicos y económicos para ejecutarla. La creciente
sensibilidad ambiental de la sociedad no ignora este hecho y por ello surge un
interesante «yacimiento de empleo» para la sociedad y un «nicho de mercado» para
las diversas profesiones cuya colaboración requiere la condición multidimensional
del problema.

Mas allá de la reflexión anterior, la actividad curativa y su repercusión en la


calidad ambiental, se convierte en motivo de prestigio para las zonas donde se
4
produce, y por ello en factor de localización que alentara la localización de
actividades económicas de vanguardia: aquellas que a partir de poca materia prima
generan mucho valor añadido utilizando alta tecnología y mano de obra muy
cualificada.

A analizar, tipificar y exponer las formas de tratamiento de los espacios


degradados se dedica este libro, que entiende la recuperación en un sentido amplio:
desde la simple mejora a la restauración, pasando por la rehabilitación para usos y
aprovechamientos muy diversos; lejos de generalizar la idea de devolver un terreno
a su estado original, el libro adopta un enfoque mas rea-lista: sustituir una situación
insatisfactoria por otra que no lo es, con independencia de lo que originariamente
fue; por ello la obra utiliza de forma equivalente los términos tratamiento y
recuperación.

Para planificar tal tratamiento, el libro adopta un enfoque metodológico


inspirado en la ordenación del territorio que basa la recuperación de un espacio en
la búsqueda, primero, de las actividades que, respondiendo a demandas y
expectativas sociales, mejor se conforman con sus características naturales y con las
oportunidades de localización que ofrece, luego en el acondicionamiento que tales
actividades requieren, y por fin en la gestión que su practica comporta; en este
sentido, la recuperación no es otra cosa que el citado acondicionamiento y la gestión
del espacio recuperado se confunde con la que corresponde a tales actividades.

El libro combina de forma equilibrada los contenidos conceptual,


metodológico y técnico a lo largo de tres partes: la primera trata el concepto de
espacio degradado y la metodología general para planificar y proyectar su
tratamiento, incluyendo los tres aspectos básicos de cualquier recuperación: la
implantación de una cubierta vegetal estable, el acondicionamiento del soporte
físico y la expresión externa del conjunto en un paisaje de calidad; la segunda parte
presenta las peculiaridades de degradación y tratamiento de espacios
paradigmáticos, como son los agrícolas marginales abandonados y erosionados, los
afectados por actividades mineras, los vertederos colmatados, los asociados a obra
civil, los ferrocarriles abandonados y vías pecuarias en declive, los afectados por
agricultura intensiva bajo plástico, los suelos contaminados, los cursos de agua

5
desnaturalizados, etc.; la tercera parte, por fin, expone ejemplos significativos donde
se han aplicado con éxito las metodologías y técnicas agrícolas expuestas.

El libro es de utilidad para aquellas empresas cuyas actividades generen


espacios degradados: mineras, constructoras, agrícolas, etc., para los profesionales
cuya formación les avala para afrontar y proyectar el tratamiento y para las
empresas de consultoría e ingeniería que incluyan la recuperación en su campo de
actividad, etc. asimismo es útil como libro de apoyo y de consulta para numerosas
carreras universitarias o cursos postgrado.

AGRADECIMIENTOS

El contenido del libro se inicio hace varios afijos con el material didáctico
preparado para los cursos de especialización en la materia que imparto en la
Universidad Politécnica de Madrid, los cuales se han ido perfeccionando con la
experiencia adquirida en numerosos proyectos y trabajos de recuperación
culminados con éxito; pero no habrá visto la luz sin las ayudas que aquí quiero
agradecer: Gabriel Gasco Guerrero preparo diversos materiales cuando era becario,
Mari Cruz Díaz Álvarez y Eduardo Sobrino contribuyeron a la idea de enseñar y
publicar en la materia, mi hija Maite preparo el caso de La Grajera y elaboro
primeras versiones de algunos capítulos, Mauricio redactó el capítulo
correspondiente a sellado de vertederos, Marta González del Tanago y Diego García
de Jalón han desarrollado el tema correspondiente a recuperación de ríos, Alejandro
y Susana redactaron el capitulo destinado a Barajas a partir de un proyecto
desarrollado por ellos; Paco Ayala reviso algunos capítulos; a Teresa, por fin le pido
perd6n por mi impaciencia cuando me hace detener el coche para hacer fotos,
muchas de las cuales ilustran el libro, y le agradezco la paciencia que ha derrochado
durante el tiempo en que estuve obsesionado con su redacción.

Domingo Gómez Orea


Catedrático. Universidad Politécnica de Madrid

6
AL LECTOR

Una soleada mañana visitaba yo una cantera y en aquel circo descomunal,


duro, desolado, apabullante, descubrí, en un huequecito, a los pequeños lagartos de
García Lorca.

El lagarto está llorando.

Me imagine el cataclismo de las explosiones con las tierras, las hierbas y los
bichos por el aire.

La lagarta está llorando.

Eran una pareja unida y dichosa.

El lagarto y la lagarta
Con delantalitos blancos.

Tan arregladitos, cada cosa en su sitio. Deliciosos.

Han perdido sin querer


Su anillo de desposados.

Casi los veo dando volteretas en el aire, perdiendo todo, hasta su anillito de
boda.

¡Ay, su anillito de plomo,


¡Ay, su anillito plomado!

Lo más que tenían.

Un cielo grande y sin gente


Monta en su globo a los pájaros.
El sol, capitán redondo,
Lleva chaleco de raso.

7
La armonía queda en el cielo.

¡Miradlos que viejos son!


¡Que viejos son los lagartos!
Ay como lloran y lloran,
¡Ay! iAy!, como están llorando.

Las lágrimas de los lagartos conmueven a quienes piensan que las cosas deben
volver a su sitio, o que ese sitio debe ser habitable de nuevo.

Una de esas personas es Domingo Gómez Orea, a quien no hay que presentar
pues lleva muchos anos demostrando su sentimiento y sensibilidad hacia el
territorio. El ha plasmado, en el fatigoso oficio de escribir, mucho conocimiento y
experiencia sobre ese espacio grandísimo que es la escena que rodea a pueblos y
ciudades, y que resulta invisible para la mayoría.

En este libro nos descubre que, frente a tantos bellos paisajes dignos de
conservación, hay espacios degradados, menos hermosos pero que, como el malo de
la película, no menos interesantes y piden a gritos su reinserción.

A su esfuerzo y buen hacer debemos estar agradecidos.

Teresa Villarino Valdivielso

8
PRÓLOGO

Los problemas planteados por el inevitable impacto del ser humano sobre su
entorno natural se han hecho patentes con creciente visibilidad en la transición
entre los siglos XX y XXI. En los primeros tiempos de la Revolución Industrial
primaban los elementos productivos y «desarrollistas», y se hacía poco o ningún
caso de los problemas de explotación humana —las minas de carbón empleaba
menores sin rubor alguno— y aun menos de las cuestiones que hoy englobamos bajo
el adjetivo ambiental.

A mediados del siglo XX comienzan a darse las primeras señales de alerta, y la


reunión de la ONU sobre Desarrollo y Medio Ambiente de Estocolmo, en 1972,
señala el pistoletazo de salida de una nueva política tendente a atajar los abusos.
Aunque, como dijo Indira Gandhi en aquella reunión de Suecia, «la mayor
contaminación sigue siendo el hambre», significando así una idea que, no por
acertada, resulta menos criticable: queremos desarrollo a toda costa, que ya
tendremos tiempo después de preocuparnos de los danos paralelos —colaterales,
dirían algunos hoy—. Entre ellos, y sobre todo, los ambientales, por supuesto.

¿Donde esta el fallo de este tipo de planteamientos? Si no hubiese otra forma


de desarrollo diferente de la que hemos utilizado los países que hoy podemos
llamarnos ricos, probablemente Indira Gandhi tendría razón. Lo que hicimos —mal o
bien no es la cuestión— los países hoy ricos pueden y deben hacerlo los países en
desarrollo.

Pero probablemente si hay otras formas de desarrollo más ambientalmente


aceptables que la tradicional. Uno de los principales avances de las ciencias
ambientales que eclosionaron en la segunda mitad del siglo XX fue analizar lo que a
partir de la reunión de Rio de Janeiro de 1992 —veinte años después de la de
Estocolmo, nada menos... el medio ambiente no ha sido nunca percibido como algo

9
urgente, obviamente— se ha venido llamando desarrollo sostenible. O, quizá mejor
dicho, desarrollo ambientalmente viable.

Con todo, que nadie se llame a engaño: no existen soluciones milagrosas. El


mundo gira en torno a una actividad económica dominada por el mercado, el
capitalismo, las grandes corporaciones de ámbito mundial, el liberalismo... Todo ello
configura un panorama regido por leyes bastante implacables, en las que el
altruismo no tiene cabida. Por generosidad —social, ambiental o de cualquier otro
tipo— el mercado no va nunca a adoptar soluciones onerosas; solo lo hará si esas
soluciones le son propicias en lo económico.

Por fortuna, existen algunas soluciones de ese tipo. Y también es posible


modular parcialmente la actividad económica mediante la acción coercitiva de las
normas —cuanto mas globales, mejor— tendentes a corregir situaciones degradadas
y a evitar futuras actuaciones de impacto inasumible. Pero todo ello comporta
resistencias por parte del mercado que dificultan a menudo la aplicación incluso de
normas universalmente aplaudidas y aprobadas.

Un ejemplo ya clásico es el del famoso Protocolo de Kyoto, que intenta limitar


las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo como método para
paliar, aunque solo sea en parte, el temido cambio climático. La norma, que quizá ya
era de por si bastante conservadora respecto a lo que hubiésemos realmente
necesitado, ni siquiera ha sido aprobada por los norteamericanos, que son los
principales emisores de este tipo de gases, ni por Rusia ni por Japón. Y no afecta a
China, porque es un país pobre, aunque todos saben que en un par de decenios
China será el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, entre otras
cosas porque dispone de casi un tercio de las reservas mundiales de carbón.

A pesar de las dificultades, caben pues dos vías al menos para que el mensaje
—realista pero en cierto modo tremebundo— de Indira Gandhi, pueda ser
contrarrestado: por una parte, medidas preventivas o correctoras que permitan que
la economía de mercado gane con ellas, o bien soluciones impuestas por ley, a través
de acuerdos internacionales lo mas amplios posible.

Queda un tercer campo de acción, que es la investigación.

10
Muchos expertos han confluido en la búsqueda de soluciones concretas, pero
también han trabajado en la creación de nuevas ideas, de soluciones imaginativas
que pudieran aportar nuevas actitudes capaces de hacer compatibles —o, al menos,
mas compatibles que hasta ahora— el famoso binomio-divorcio desarrollo y medio
ambiente. La investigación en el campo ambiental ha tornado muy diversos
derroteros, algunos muy básicos —esencialmente científico— y otros de carácter
aplicado, es decir, mas bien técnicos.

En este libro, Domingo Gómez Orea, que es precisamente uno de los


científicos españoles que más tiempo lleva trabajando en ambos campos —la
investigación pura y las técnicas capaces de aportar soluciones practicas—, aborda
una cuestión de enorme importancia y que parte de un conocimiento previo del
problema para aportar ideas novedosas en el enfoque de las posibles soluciones.

Los espacios degradados son, por así decirlo, la ultima etapa del impacto
ambiental del ser humano sobre su entorno. Los elementos constitutivos de un
territorio, por ejemplo, la vegetación, o el agua, pueden verse afectados de manera
destructiva por la actividad humana hasta tal punto que su degradación muestra una
situación totalmente diferente a la que había antes de la actividad agresora.

Pero en los distintos enfoques de recuperación hasta ahora plantea-dos


siempre se ha aislado cada uno de los elemento de los demás, de tal modo que el
conjunto del espacio degradado podía ser visto como una suma de cada elemento,
pero nunca de manera global.

Quizá en eso radique la aportación esencial de esta obra, que es al tiempo un


avance en la investigación de nuevas soluciones y una herramienta práctica para
trabajar sobre el terreno: la consideración del espacio degradado como un conjunto
unitario, un ente global con entidad propia diferente de la de cada uno de sus
elementos constitutivos tornados por separado.

¿En que radica la originalidad de semejante propuesta? Sin necesidad de ser


un especialista en la cuestión, parece obvio que en la Naturaleza las cosas no son
s61o la suma de sus componentes. En temas ambientales, los problemas que se
plantean tienen múltiples dimensiones y no deberán ser abordados desde
perspectivas estrictamente sectoriales, y por tanto parciales. Por ejemplo, la

11
degradación de la calidad de un rio no es solo un problema aguas abajo —por
ejemplo, de contaminación— sino que afecta a la flora y la fauna de las márgenes, a
la actividad económica que pudiera existir en su entorno, al propio régimen
hidrológico, al aprovechamiento turístico y de ocio del lugar, al paisaje mismo, y a
muchas otras cuestiones que, interrelacionándose con diversa ponderación, hay que
considerar como un todo y no como una simple suma de componentes.

Los nuevos aportes —teóricos y prácticos, como los que aborda el libro de
Gómez Orea— para una mejor gestión ambiental deben configurar un panorama
científico capaz de hacer cada vez mas posible lo que hace tres o cuatro decenios
parecía la cuadratura del circulo: el desarrollo económico ambientalmente viable.

Que no es un concepto abstracto, ampuloso, para pronunciar en conferencias


especializadas y quedar bien ante otros expertos, sino que, muy al contrario, tiene
que ver directamente con las vías pecuarias en declive o las antiguas líneas de
ferrocarril abandonadas, las minas a cielo abierto ya clausuradas, los cultivos
intensivos que se practican bajo un autentico mar de plástico, la agricultura
languideciente, las empresas de consultoría e ingeniería que carecen de
herramientas eficaces para resolver problemas... El desarrollo ambientalmente
viable ha de ser posible si en él incluimos actitudes y actividades concretas,
soluciones apropiadas a problemas tangibles, estudios positivos que conduzcan a
imaginativos enfoques de las alternativas.

No es poco decir. Y libros como este, en un campo tan concreto como el que
aborda, suponen una inestimable aportación teórico - practica que incluso puede
servir para mejorar la formación universitaria de los que en el futuro habrán de
comenzar a solventar los muchos problemas que nos acompañaron al desarrollo
industrial en estos dos últimos siglos.

Manuel Toharia

Director del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe Presidente de la Asociación


Española de Periodismo Científico

12
PRIMERA PARTE
CONCEPTO, TIPOS Y BASES
METODOLOGÍAS PARA EL TRATAMIENTO
DE LOS ESPACIOS DEGRADADOS

13
I
CONCEPTO Y TIPOS DE ESPACIOS DEGRADADOS

CONCEPTO DE ESPACIO DEGRADADO


El concepto de degradation1 es relativo como relativa es la valoración —más o
menos satisfactoria o ideal— de un estado o situación determinado a la que tal
concepto se asocia en esta obra. Se refiere a una situación que se considera total o
parcialmente indeseable con respecto a otra que se considera satisfactoria, y ello en
las circunstancias económicas, sociales y ambientales —de desarrollo en suma— en
que se inscribe.

Calificar de degradado a un espacio requiere precaución y flexibilidad, porque


tal calificación admite grados y es indisociable del punto de vista que se adopte; por
ejemplo, un espartizal o atochar, es una seudoestepa de gramíneas (esparto, Stipa
tenacissima) ecológicamente situada en la ultima etapa

_____________
1 Existe todo un elenco de términos para designar un espacio en estado ambientalmente insatisfactorio: dañado,
degradado, contaminado, devastado, alterado, arruinado, estropeado. Derrelicto, asolado, abandonado...El diccionario
de la Real Academia de la Lengua asocia el termino degradación/degradar a la idea de humillar, rebajar, envilecer.

14
regresiva de una serie cuyo clímax es el encinar, y es, por tanto, un espacio
ecológicamente degradado; para el hidrólogo el atochar ideal, con una reducida
densidad de plantas, supone un estado indeseable, porque no protege contra la
erosión o la torrencialita; para el paisajista el atochar no presenta relevancia visual:
es grisáceo, mon6tono, sin contrastes cromáticos en ninguna estación; el cazador
también lo percibirá como insatisfactorio porque la dureza de sus hojas las hace
inapetecibles para los roedores e impide la presencia de los insectos capaces de
proporcionar las proteínas que necesitan las aves de interés cinegético en el
momento critico de su mas rápido crecimiento; sin embargo, la degradación no
existe para quien aprovecha el esparto como materia prima para la fabricación de
diferentes productos, ni para la sociedad que se beneficia de la riqueza generada;
este usuario procura eliminar la competencia de otras especies para mantenerlo
limpio y en expansión buscando mejorar su productividad; por ello, la penetraci6n
de especies distintas, que ecológicamente se interpreta positiva en cuanto
incrementa la diversidad, constituye una degradación para quien aprovecha su
producción.

Una aproximación frívola a un vertedero controlado de residuos urbanos,


podrá considerarlo espacio degradado, ya que, por muy bien diseñado y gestionado
que este, es inevitable la presencia de elementos que se perciben como negativos:
olores, desechos, etc.; sin embargo, se trata de un espacio que cumple una función
para la sociedad de la que deriva un impacto ambiental positivo puesto que la
situación es mejor que la que había si no existiera tal vertedero, por mas que en su
interior o en sus proximidades pueda no resultar grato a un observador frívolo o
desinformado; en este caso cabe hablar de degradaciones parciales asociadas a un
diseño o gestión deficiente, pero no es calificable como tal el espacio en si mismo. El
conservacionista vera degradación en un área destinada al esparcimiento y recreo al
aire libre, pero no la entenderá así quien la utiliza para su asueto, a no ser que este
mal gestionada, sucia o abandonada, por ejemplo. Una estepa cerealista solo se
convertirá en espacio degradado cuando haya perdido su función productiva, por
ejemplo cuando se deje de cultivar.

Las reflexiones realizadas justifican el carácter relativo del concepto de


degradación, concepto que, en síntesis:

15
•Se asocia a puntos de vista o dimensiones del valor: ecológico, paisajístico,
científico cultural, productivo o funcional, y puede ser, por tanto, integral o sectorial.
• Admite grados de intensidad, pudiendo tener carácter intenso o extenso y
ser objeto de mejoras relativas, sectoriales o integrales.

•Se puede referir a la totalidad o a parte de un espacio determinado.

Todo lo anterior sugiere relacionar el calificativo degradado, aplicado a un


espacio, con dos importantes conceptos en la gestión ambiental:

1. El valor de conservaci6n del espacio como sistema, es decir del con-junto de las
dimensiones que conforman su valor: ecológica, paisajística, científica, cultural,
funcional y productiva.

2. La función que cumple para la sociedad.

Figura 1.1. Un atochar solo puede considerar.se espacio degradado cuando pierde su función productiva.
16
En el sentido apuntado, calificar a un espacio como degradado exigirá una
doble condición:

1. En relación con el valor:

• Valor negativo del espacio para todas las dimensiones que conforman tal
concepto: ecológica, paisajística, científico-cultural, funcional o productiva.

• Valor inferior al que podría tener en una situación más o menos ideal.

2. En relación con la función que cumple para la sociedad.

• Carencia de una función que justifique el estado parcialmente degradado.

• Practica negligente o insatisfactoria de dicha función, cuando existe, o localización


inadecuada de la actividad gestionada en el entorno en que se ubica.

La escasez de valor podrá venir indicada, por ejemplo, por la ausencia de


vegetación donde podría haberla o el mal estado de esta, por la evidencia de
procesos erosivos activos con cárcavas, barrancos, deslizamientos, etc., por el
envilecimiento del suelo, por la presencia de residuos, suciedad, elementos extraños
y contaminaciones de diverso tipo, por la incoherencia paisajística e intrusi6n visual,
por el uso inadecuado del suelo, por superposición y desorden de actividades, por
colmatación del terreno, etc., o por la acumulación o yuxtaposición de varias de
estas circunstancias.

17
18
La función (la ausencia o practica insatisfactoria de esta), también puede ser
muy variable: ecológica (denunciada por la presencia de indicadores como
biodiversidad, integridad, evolución, rareza, representación, tamaño, etc.),
productiva (capacidad de fijación de energía solar o de bienes con precio de
mercado), cientificocultural (determinada por el papel que puede cumplir un espacio
para la ciencia, la cultura o el aprendizaje), paisajística (excelencia plástica, olfativa,
sonora, táctil... complejidad de la estructura o textura), territorial (pieza coherente,
junto a otras, de un sistema territorial en el que se inscribe estructural y
funcionalmente), conservadora (estabilidad del terreno, protección contra riesgo de
erosión, recarga de acuíferos, control de inundaciones, etc.) o combinación de las
anteriores.

Por su parte, la carencia de una gesti6n que vele por el espacio al que se
aplica, propicia la degradación, al menos en zonas de carácter antrópico porque la
falta de vigilancia y cuidados suele llevar a utilizaciones inadecuadas; en cambio
dejado a su evolución natural, libre de las injerencias humanas, la acción de la
naturaleza tiende a reequilibrar las degradaciones integrando el espacio en el
ecosistema natural.

Que el estado de un espacio que cumple una función sea insatisfactorio desde
alguno de los puntos de vista citados (ecológico, paisajístico, etc.), indica solo
19
degradación sectorial y solo puede justificar un tratamiento para la mejora de tal
punto de vista; es el caso, por ejemplo, de una pantalla anti ruidos dura y geométrica
que podría sugerir la adecuación de su aspecto visual, de un vertedero con detritus
dispersos en su entorno que demanda limpieza, de una zona de agricultura intensiva
que puede aconsejar medidas de diversificación o que rompan su monotonía
ecológica y paisajística, pero no son espacios degradados en si mismos, aunque
siempre admitan mejoras parciales respecto de alguno de los elementos que lo
forman.

La oportunidad del tratamiento dependerá de las circunstancias económicas y


sociales en un lugar dado, las cuales, en última instancia, son las que determinan el
nivel de calidad ambiental que se desea y el grado de sacrificio económico que la
sociedad esta dispuesta a hacer para obtenerla.

Por ultimo, el tratamiento puede afectar a todas o a alguna de las dimensiones


del valor, a parte o a la totalidad del espacio degradado y plantear unos objetivos de
mayor o menor intensidad o de simple mejora.

RAZONES GENERICAS QUE JUSTIFICAN EL TRATAMIENTO O RECUPERACIÓN O


DE MEJORA

La gestión ambiental, cuyo objetivo consiste en lograr un medio ambiente de


calidad, opera en tres direcciones complementarias: prevención, corrección y
curación de las degradaciones ambientales; la sociedad actual dispone y utiliza
diversos instrumentos para las dos primeras: prevención y corrección o mejora del
comportamiento de aquellos que las producen, tal como la Evaluaci6n de Impacto
Ambiental o los Sistemas Normalizados de Gestión Ambiental; pero los esfuerzos son
mucho mas limitados y tímidos, cuando no inexistentes, para la curación, es decir
para recuperar aquellos espacios que sufrieron la degradación en tiempos mas o
menos remotos, antes de que la sensibilidad ambiental se hiciera presente en la
sociedad; solo la minería y los suelos contaminados tienen prevista la recuperación
gracias a la Ley de Minas y a la Ley de Residuos solidos, respectivamente. Y, sin
embargo, sin esta ultima línea de acción, la gestión ambiental será incompleta y el
objetivo de conseguir la máxima calidad ambiental, imposible de conseguir.

20
La argumentación anterior justifica el enfoque curativo que supone la
recuperación; pero a ella se añaden otras mas concretas cual son las siguientes:

• Imagen: un espacio degradado ofrece una imagen deplorable de los tres


tipos de agentes implicados en la degradación: los causantes directos, las
autoridades responsables y la población afectada, que propicia la desconfianza.

• Calidad de la gestión: un espacio degradado denuncia desidia o


insensibilidad por la calidad en general y la ambiental en particular, desanimando a
posibles inversores.

• Factor de localización de actividades económicas de vanguardia: un espacio


ambientalmente valioso atrae la localización de aquellas actividades que con poca
cantidad de materia prima y utilizando mano de obra muy cualificada obtienen un
elevado valor añadido.

• Yacimiento de empleo, directo... e indirecto: por las razones señaladas en los


puntos anteriores.

• Componente de la calidad de vida para la población: la calidad ambiental es


un componente importante de la calidad de vida.

• Compensación de impactos imposibles de evitar o mitigar en ciertos


proyectos.

Aunque no es lo común, en algunos casos podría ocurrir que la actuación


tuviese justificación económica directa, es decir, que produjese ingresos capa-ces de
recuperar la inversión en un plazo razonable, incluso de producir beneficios, pero
esta idea no debe primar sobre las antes esbozadas cuyos beneficios, aunque
indirectos, intangibles o de carácter social, parecen suficientes para justificar la
inversión sin recurrir a los argumentos económicos.

ESPACIOS DEGRADADOS PARADIGMATICOS

Existen ciertos espacios que pueden ser considerados paradigma de


degradación integral, dignos, por tanto, de algún tipo de tratamiento, cuyo simple
enunciado ayuda a entender y concretar el concepto de degradación; la relación

21
adjunta, sin animo de ser exhaustiva, ordena los que parecen mas importantes en
función de las causas determinantes de su degradación.

• Espacios sobreexplotados:

— Espacios agrícolas marginales abandonados.


— Espacios deforestados y/o erosionados.

• Espacios agotados:

— Espacios mineros explotados.


— Vertederos colmatados.

• Espacios afectados por las obras de grandes infraestructuras:

— Espacios alterados por obra civil para transporte (autopistas, líneas de


AVE), hidráulicas, etc.
— Espacios ubicados bajo líneas eléctricas de alto voltaje.
— Espacios en parques eólicos.

• Espacios históricos abandonados o en declive:

— Ferrocarriles sin uso.


— Vías pecuarias sobre las que ya no se practica la trashumancia.
— Núcleos rurales, eras, huertas, etc., abandonados o en declive.
— Espacios urbanos e industriales abandonados o en declive.

• Espacios degradados por la forma en que se ordenan, transforman y utilizan:

— Espacios degradados por actividades turísticas y/o recreativas.


— Espacios ocupados por agricultura intensiva bajo plástico.
— Espacios periurbanos.
— Cursos de agua desnaturalizados.
— Espacios afectados por deposición espontanea de residuos.
— Explotaciones mineras que no incorporan la recuperación ambiental a su
gestión.

• Espacios afectados por la contaminación:

— Suelos contaminados.
22
— Espacios marinos o litorales afectados por vertidos intencionados o
accidentales de barcos que transportan hidrocarburos u otros sustancias
con carácter contaminante.

En los puntos siguientes se hace una aproximación genérica a los espacios


relacionados.

ESPACIOS SOBREXPLOTADOS

Son aquellos cuya degradación estriba en una utilización o aprovechamiento-


tos demasiado intensos, ignorantes de un criterio ecol6gico de sostenibilidad tan
importante como el respeto a las tasas de renovación de los recursos natura-les
renovables. Se incluyen aquí dos tipos: los agrícolas marginales abandonados y los
deforestados y/o erosionados.

Espacios agrícolas marginales abandonados

La agricultura, «arte de producir con la naturaleza», ha progresado


extraordinariamente en las ultimas décadas, hasta tal punto que en la actualidad, en
los países desarrollados, menos de cinco personas activas trabajando en la
producción agrícola, son capaces de producir alimentos para unas cien.

Esto es el resultado de los progresos en mejora genética de las especies


cultivadas, en tecnología, en mecanización, del uso mis eficaz e intensivo de
fertilizantes y productos fitosanitarios y de la adaptación de las estructuras agrícolas
a tales progresos. En síntesis, de una mayor y mejor utilización de los «inputs»
productivos, que produjo en las décadas de los sesenta y setenta la Llamada
revolución verde.

El éxito productivo en los países desarrollados ha sido tal que ha generado


excedentes en la Unión Europea (UE) o en los Estados Unidos de América, por
ejemplo, y llevado a un exceso de tierras y de hombres para cultivarlas en el medio
rural. Si a ello se añade la tendencia a la liberalización intencional de la economía, y
en particular del sector agrario, en un panorama de globalización, se puede afirmar
que muchas tierras cultivadas desde antiguo, y otras que lo han sido en momentos
de penuria económica, no son ya necesarias y están avocadas a procesos de

23
abandono o reconversión para otros usos, por ejemplo forestales, bioenergética o
naturales.

El abandono y reconversión de tierras de cultivo ha sido uno de los pilares de


la Política Agrícola Común (PAC), en la UE, que lo ha financiado; pero ese destino
probable podría venir también impuesto por las menos explicitas, aunque no menos
reales, leyes de la economía: en un contexto mundial globalizado, muchas
explotaciones, y dentro de ellas el cultivo de muchas parcelas, ha dejado de ser
competitivo y surge el abandono; si este no se produce es, probablemente, porque
esta frenado por las subvenciones expresas o enmascaradas que practican los
gobiernos. Por otra parte, la PAC prevé medidas de acompañamiento que incluyen
acciones agroambientales y de reforestaci6n de tierras agrícolas, las cuales, además
de una concesión a la creciente sensibilidad ambiental de la sociedad, son una
respuesta al problema de los excedentes.

24
Ante el panorama de abandono de cultivos, entra en escena el concepto de
«marginalidad» del terreno, que viene determinado por el grado de dificultad para
su explotación; se trata, pues, de una medida del rechazo o, a la inversa, de la
atracción para el cultivo. En este sentido, el grado de marginalidad de un terreno
actualmente cultivado, representara la probabilidad de abandono de la actividad
agraria sobre el.

Tradicionalmente la marginalidad de las tierras se ha asociado a malas


condiciones de suelo y clima para la producción primaria; pero la voluntad del
agricultor para cultivar una parcela depende también de las condiciones socio-
económicas del momento y de las circunstancias del territorio en que se ubica. En
España, como en otras partes del mundo, se han cultivado zonas cuya vocación era
forestal, incluso natural, bajo el acicate del autoconsumo o de una demanda
prácticamente ilimitada de alimentos.

Por otra parte el desarrollo tecnológico de la agricultura, antes citado, y la


capitalización de las explotaciones, han reducido la importancia de los factores
naturales (suelo, agua y clima) en la producción, mientras los cambios
socioeconómicos y territoriales provocan la entrada en escena de elementos no
considerados hasta el momento como factores de marginalidad.

A los factores endógenos de marginalidad de un terreno, asociados a las


características de la región o comarca en que se ubica: sociales, territoriales y
económicas, se añaden las circunstancias exógenas: nacionales, comunitarias y
mundiales, en que se inscriben. La tabla 1.1 muestra los factores endógenos,
organizados en forma de árbol con tres niveles: factores, subfactores e indicadores o
medidas, utilizados para definir la marginalidad de las tierras en la comarca española
de Tierra de Campos.

El concepto de marginalidad es aplicable a diferentes unidades territoriales: a


parcelas, a explotaciones, a comarcas y a regiones; las parcelas de cultivo tienden a
agruparse en áreas continuas, cartografíales, según su grado de marginalidad, el cual
representa la probabilidad de abandono del cultivo; este no es sino un eslabón mas
del proceso de declive del mundo rural mas profundo, que va acompañado de otras
manifestaciones, como debilidad demográfica, en términos de densidad y de

25
estructura de la población por edades y sexo, abandono de núcleos habitados,
deterioro del paisaje, perdida de identidad, de cultura rural, etc.

Además de los factores citados, que pueden considerarse directa o


indirectamente objetivables, la percepción de la marginalidad, y su influencia en el
abandono del cultivo, obedece a motivaciones subjetivas dependientes estricta-

26
mente de cada agricultor, por lo que el análisis factorial debe ser complementado
con una investigación de las opiniones de aquellos.

Determinar el grado de marginalidad de las diferentes tierras de una región o


comarca y su asociación al rechazo del cultivo será de gran ayuda para adaptar las
medidas de acompañamiento de la PAC y, en general, las de desarrollo rural, a las
particulares características del medio: mientras en las zonas de mas alto grado de
marginalidad parece razonable apoyar el retorno a la naturalización y los
aprovechamientos que ello comporta (caza, pesca, recolección de plantas de
extracto, de hogos y setas, etc.), en las que tal grado es bajo, es preferible orientar
los esfuerzos hacia las medidas estructurales y de gestión que proporcionen
competitividad a las explotaciones agrícolas.

En cualquier caso las tierras marginales no deben abandonarse a su suerte, a


una evolución espontanea, ello supondría probables efectos erosivos y otros no
menos negativos, sino que conviene buscarles algún tipo de uso y aprovechamiento
que reemplace al original. La creciente preocupación ambiental de la sociedad, la
demanda de actividades relacionadas con el esparcimiento y recreo al aire libre, la
perspectiva bioenergética en el horizonte, la función de sumidero de contaminación
que ejerce el medio rural, etc., orientan el trata-miento de algunos de ellos: creación
de ecosistemas primigenios, de paisajes de calidad, caza y pesca, aprovechamiento
forestal, turismo rural, producción de especies bioenergéticas, sumidero de
contaminaciones, etc.

Uno de los destinos característicos de las tierras donde se abandona el cultivo,


es la reforestación, propiciada desde la Unión Europea, a partir del Reglamento
2.080, que ha establecido un régimen de ayudas para la reforestación de
explotaciones agrarias en declive y posterior conservación y gestión del bosque. Para
dar coherencia técnica y territorial a las actuaciones que se subvencionan, la
legislación en la materia prevé ciertos instrumentos de planificación forestal
(Programas Regionales y Programas de Zona), que son los responsables de garantizar
la convergencia entre los intereses de los propietarios y los de una estructura
forestal correcta así como de evitar un abandono indiscriminado de la actividad
agrícola. En este sentido la revisión del concepto de marginalidad y su plasmación
territorial, constituye una información inapreciable para la redacción de los citados

27
planes, concentrando el esfuerzo forestal precisamente en las tierras de mayor
grado de marginalidad, es decir, en aquellas más proclives al abandono.

ESPACIOS DEGRADADOS Y/O EROSIONADOS

En España importantes procesos históricos han producido grandes extensiones


de terreno deforestado; desde los poderosos derechos de la Mesta en favor de los
pastos para la ganadería frente a los bosques2, hasta los frecuentes episodios en que
la penuria de alimentos obligaba al cultivo en terrenos con vocación forestal. Desde
las necesidades de la construcción naval hasta el déficit de la Hacienda Publica que
culmino con la Desamortización de Mendizábal, en el siglo pasado, y la consiguiente
roturación de inmensas propiedades boscosas al pasar de las «manos muertas» a la
explotación particular.

El desarrollo de la minería y de la siderurgia supuso también un fuerte embate


a nuestros bosques, tanto por la enorme cantidad de madera necesaria para
construir los entibados de las minas como por la utilización del carbón vegetal en los
procesos químicos de reducción aplicados a la extracción del hierro de los minerales
que lo contienen.

El carboneo con los fines señalados y para la calefacción de las viviendas ha


perdurado como factor de deforestación o de degradación, al menos, de
importantes espacios boscosos.

La construcción del ferrocarril a partir de finales del pasado siglo supuso un


embate fuerte sobre los robledales, fundamentalmente, para fabricación de
traviesas.

Y a todo ello se añaden las deforestaciones asociadas a los episodios guerreros


de mayor o menor intensidad, que con demasiada frecuencia han aso-lado España.

Así nos encontramos en la actualidad con inmensos espacios desarbolados, a


pesar de ser España el país con mayor superficie forestal de la UE.

__________
2 Platón ya descubrió la desertificación por sobrepastoreo y cl mismo problema señalaba Alonso de Herrera en la
España del siglo xvi.

28
29
Los terrenos que carecen de una cubierta vegetal protectora y tradicional-
mente sobre pastoreados son propicios a la acción de los agentes erosivos,
principalmente, aunque no exclusivamente, el agua, en un clima caracterizado por la
irregularidad, en tiempo y espacio, de las lluvias y por su carácter torrencial, los
espacios erosionados se pueden reconocer por una serie de síntomas, tal como los
enumerados por la División de Recursos Forestales de la FAO, tabla I.2: regueros,
barrancos, pedregosidad excesiva, descalce de raíces, acumulación de residuos
orgánicos o sedimentos aguas arriba de los troncos de los arboles, de las piedras o
de las tapias, etc., sedimentación en zanjas o en zonas de escasa pendiente,
deslizamientos u ondulaciones características en laderas, etc., todas ellas
visualmente reconocibles sobre el terreno o sobre fotografía aérea. Estos síntomas
pueden valorarse tal como se recoge en el cuadro adjunto elaborado por la Oficina
de Manejo del Suelo de USA, obteniéndose así unos Índices cuya representación
cartográfica delimita los estados erosivos del suelo.

Los terrenos de mayor erosión, al igual que las tierras agrícolas marginales,
requieren tratamiento, si bien en este caso este queda más restringido que en
aquellas, limitándose casi con exclusividad a un tratamiento de tipo forestal asociado
a alguna sistematización del terreno.

ESPACIOS AGOSTADOS

Se refiere a aquellos espacios que han perdido su función por agotamiento de


los recursos o las capacidades de que dispongan; se incluyen dos tipos: los espacios
mineros y los vertederos colmatados.

Espacios afectados por actividades mineros

Las actividades mineras: energética, metálica, rocas industriales u


ornamentales, cameras, graveras, etc., subterráneas o de superficie, degradan pro-
fundamente y durante largo tiempo las zonas a las que afectan, por la gran cantidad
de materiales que deben mover, por los depósitos de residuos que producen:
estériles, materiales de lavado, tierras sobrantes, etc. y por los agentes
contaminantes de muy diverso tipo que emiten.

La restauración o rehabilitación del espacio afectado resulta difícil, cara y poco


eficaz, cuando no se prevé desde las fases previas a la explotación, y en la propia
30
fase de explotación, de tal manera que, mas allá del proyecto de restauración del
espacio afectado previsto en la legislación, hay que incorporar sensibilidad y
compromiso ambiental al desafío de la explotación y a la gestión de esta.

La degradación esta muy relacionada con el método de extracción utilizado: el


método de transferencia consiste en arrancar estéril de un hueco hasta el
afloramiento de la capa de mineral y verterlo al hueco de la fase anterior (auto
relleno): se trata de «un hueco que avanza», quedando en el exterior únicamente el
estéril del primer hueco; por ello la recuperación es relativamente sencilla: s61o se

31
necesita remodelar los materiales superficiales y extender la capa de tierra vegetal
que debió retirarse al iniciar la explotación, para plantar encima o dejar que
penetren las especies del entorno.

EL método de corta consiste en perforar el terreno hasta alcanzar la beta de mineral


y seguir el rumbo de este; así se produce un hueco tridimensional en forma de cono
invertido con paredes escalonadas, por las que se extrae el mineral y los estériles,
que no admite el autorelleno; la recuperación de estas explotaciones es difícil debido
al gran hueco que se produce, y a la presencia de los depósitos exteriores de
estériles. El método de cantera consiste en el arranque de material, que se
aprovecha casi en su totalidad en laderas de gran altura y fuertes pendientes,
aspectos ambos que dificultan el remodelado, el primero por la dificultad de
disponer de material de relleno suficiente y el segundo porque quedan al

32
descubierto grandes frentes de roca de difícil colonización.

Las graveras consisten en la extracción de materiales granulares, arenas,


gravas y cantos, en los aluviales de los ríos; los huecos excavados son poco
profundos y generalmente dan lugar a zonas inundadas; las escombreras o
acumulaciones de estériles no suponen, por norma general, un problema grave en
este tipo de explotaciones, ya que el volumen de materiales de desecho no suele ser
grande; su recuperación resulta relativamente sencilla porque admite destinos
variados una vez finalizada la actividad; así las zonas inundadas, cuya lamina de agua
ofrece numerosas alternativas de uso, son capaces de soportar una fauna de gran
interés, sobre todo cuando quedan enclavadas en zonas áridas o semiáridas; no
obstante la opción de devolver la zona a su situación inicial resulta dificultada por la
carencia frecuente de los elementos adecuados para el relleno.

Esta idea ambientalmente agresiva de la minería resulta compensada por los


singulares espacios mineros que, pasado el tiempo, han adquirido valor por si
mismos o con alguna ayuda; es notable el caso, por ejemplo, de Las Medulas (León)
donde una antigua mina de oro romana es Patrimonio Cultural desde 1931 y
Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) desde 1997.

El Parque de la Naturaleza de Cavársenos (Cantabria) ofrece hoy una


oportunidad cultural y científica a sus numerosos visitantes gracias a una cuidadosa
rehabilitación de la antigua mina de hierro donde pueden observarse animales de los
cinco continentes en un hábitat naturalizado; Fernández Rubio (2003) cita varios
casos de espacios mineros ambientalmente modélicos: el Parque das Mangabeiras
emplazado sobre una antigua mina de hierro, que revaloriza el área urbana de la
ciudad de Belo Horizonte (Minas Gerais, Brasil) cuyos habitantes lo han adoptado
como símbolo de la ciudad; la Tara Mine: «una mina verde en una isla esmeralda»,
próximo a la capital de Irlanda, donde se ha conseguido superar el recelo de la
población y lograr la coexistencia armónica de la explotación minera en un escenario
densamente poblado y famoso por su ganadería y su agricultura; la Mina Emma en
Puerto llano, Ciudad Real, que extrae hulla a cielo abierto, pone al descubierto
importantes yacimientos paleontol6gicos que protege y valoriza mientras recupera
el espacio explotado a través de actividades agrícolas y ganaderas,
fundamentalmente; la mina de carbón a cielo abierto de Rother Valley (Inglaterra),

33
una vez explotada y después de consulta publica, se ha convertido en un espacio que
alberga cuatro lagos, diferentes tipos de hábitats que soportan importantes
comunidades animales y un eficiente sistema de control de avenidas.

VERTEDEROS COLMATADOS

Se trata de vertederos de todo tipo de materiales (escombreras de estériles,


productos orgánicos de origen urbano o animal, peligrosos, etc.) que han agotado su
capacidad y, por tanto, su vida útil. Es precisamente la perdida de su función quien
les otorga la condici6n de degradados, y esta la que les convierte en ámbito digno de
recuperación. Los objetivos de tal tratamiento se pueden concretar en los siguientes:

• Supresión de la proliferaci6n de vectores sanitarios.

• Reducción de la generación de lixiviados.

• Protección hidrológica.

• Limitación del potencial de incendios.

• Control de gases.

• Estabilización física del vertido.

• Recuperación paisajística.

• Control y vigilancia postclausura.

El carácter de este tipo de instalaciones ha propiciado la regulación legal de su


tratamiento a través de la Directiva 1999/31 CEE, traspuesta al ordenamiento
jurídico español por el Real Decreto 1481/2001.

El elemento central de la recuperación del emplazamiento es el sellado del


vertedero que además de aislar la masa de vertidos proporciona la superficie apta
para la posterior revegetación que, a su vez, será el soporte para la penetración de
las comunidades faunísticas que corresponda.

Aunque diferentes en su origen y función, también se incluyen aquí las


acumulaciones de materiales sobrantes de la construcción de obras publicas
34
(caballeros), como carreteras o ferrocarriles, que pueden alcanzar volúmenes
considerables por la tendencia a reducir pendientes mediante túneles y afectar a
superficies grandes y muy visibles, así como los residuos procedentes de la minería u
otras actividades que los generan.

35
ESPACIOS AFECTADOS POR OBRAS DE GRANDES INFRAESTRUCTURAS

Se refiere a los espacios que las grandes obras publicas: autopistas, Líneas de
AVE, embalses, etc., transforman directamente o a través de los materiales que
extraen de otros lugares o los sobrantes que depositan; asimismo se incluyen aquí
los espacios ubicados bajo Líneas eléctricas de alto voltaje o los que forman parte de
parques eólicos.

ESPACIOS ALTERADOS POR OBRA CIVIL DE INFRAESTRUCTURA DE


TRANSPORTE, HIDRAULICA, ETC.

Las autopistas, autovías y carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, embalses,


etc., además del espacio directamente ocupado, dejan su impronta en un entorno
más o menos amplio de su traza; además, la construcción de estas infraestructuras
afecta a las zonas de extracción de materiales para la obra (prestamos), a los lugares
donde se acumulan los materiales sobrantes (caballeros) y a los espacios destinados
al almacenamiento de elementos de construcción, talleres de maquinaria y otras
construcciones auxiliares de la obra, como plantas de fabricación de hormigón o
asfalto. En suma se originan espacios claramente degradados que requieren
tratamientos de recuperación.

Las obras se suelen iniciar con una operación de retirada de la vegetaci6n, a la


que se denomina desbroce y despeje, y continúa con el movimiento de tierras, que
altera profundamente el perfil edáfico del suelo preexistente. En esta situación
cualquier tratamiento de reintroducción vegetal tropieza con unas pésimas
condiciones del suelo; por ello resulta una medida elemental retirar y conservar este
suelo orgánico, el originario de cabecera, para después utilizarlo como sustrato
edáfico que favorece la instalación de la vegetación, máximo si va cargado de
propágalos de la vegetación natural. A las dificultades edáficas se añade el hecho de
que la proximidad al tráfico supone unos aportes de contaminación procedente de
los escapes de los vehículos y de los cuidados de mantenimiento, e incluso efectos
traumáticos que dificultan la implantación y permanencia de la vegetación.

36
Los elementos principales y mas difíciles de tratar son los taludes, primero los
desmontes y luego los terraplenes, generalmente desnudos, en pendiente,
desprovistos de todo tipo de materia orgánica y donde no se han iniciado ninguno de
los complejos procesos edáficos que proporcionan a los suelos su carácter de
despensa y soporte para las plantas; menos desfavorables son las medianas que
separan las dos calzadas en autopistas y autovías, los situados en los nudos de
enlace, en los puentes u otras intersecciones, por sus menores pendientes y porque
su posición les permite acumular parte del agua que cae a la calzada.

La integración ambiental de estas obras requiere generalmente un trata-


miento de revegetación que, además de proporcionar estabilidad superficial a los
materiales, en el caso de las vías de comunicación, contribuye a mejorar su
funcionalidad en cuanto evita deslumbramientos y orienta al conductor.

ESPACIOS BAJO LINEAS DE ALTA TENSION

Tres condiciones están en la base de la degradación del suelo bajo este tipo de
infraestructura energética: el riesgo de incendio (que genera pasillos deforestados
en zonas boscosas), la presencia de campos magn6ticos y la intrusión visual de unos
37
elementos: torres soporte y cables, que suelen cruzar el espacio en línea recta. Las
torres son artefactos metálicos muy conspicuos en el paisaje, diseñados bajo
criterios de eficacia y mínimo coste, sin concesiones a la estética ni a su integración
en una cuenca visual que, según tramos, resulta generalmente amplia. Pero estos
espacios no pueden ser objeto de tratamiento integral mientras permanezca la
infraestructura que los determina; en el fondo son espacios que, aunque se estimen
ambientalmente insatisfactorios, cumplen realmente una función, y solo podrán ser
tratados cuando se abandonen. No obstante pueden admitir mejoras parciales, por
ejemplo en el diseño de las torres o en la desviación de ciertos tramos ubicados en
lugares más sensibles.

Espacios en parques eólicos

La degradación de estos espacios se asocia a la presencia de elementos


extraños incorporados al paisaje tradicional, cual son los aerogeneradores, cuya
38
apreciación es muy variable según el sujeto que los perciba; ciertas personas
consideran a estas maquinas elementos de diseño ligero y elegante, evolucionado,
contrariamente a lo que ocurre con las torres que soportan las líneas de alta tensión
carentes de una mínima sensibilidad estética en su diseño y en su integración.

La percepción del problema parece residir en la sensibilidad social por ciertos


lugares, cuyo carácter se estima significativo para la comunidad, que podrán perder
su personalidad ante la intrusión visual de los aerogeneradores.

Como en el caso de las infraestructuras energéticas, tampoco estos espacios


son objeto de tratamiento más allá de la reposición de la cubierta vegetal existente
antes de su instalación.

39
ESPACIOS HISTORICOS ABANDONADOS O EN DECLIVE

Se trata de infraestructuras o espacios cuyo uso y función histórica ha perdido


vigencia en la actualidad; se incluye las vías férreas abandonadas, las vías pecuarias
no utilizadas, los núcleos rurales en declive y los espacios urbanos o industriales en
declive, también, o abandonados.

Un espacio que ha perdido su función tiende a la degradación, porque no


justifica la dedicación de los recursos humanos y econ6micos que requiere su
gestión, y por tanto, los cuidados de su conservación; cuando el terreno es publico,
caso de las vías pecuarias, a la falta de cuidados se une el hecho de que tiende a ser
apropiado por los colindantes destinándolo a usos impropios.

Vías férreas sin uso

Numerosas líneas históricas de ferrocarril se abandonan a consecuencia de su


inviabilidad económica actual, porque atraviesan tierras generalmente de carácter
rural afectadas por el fuerte proceso de emigración que se inici6 en España a partir
del Plan de Estabilización iniciado el ano 1959 y porque el transporte por carretera
se ha impuesto en este tipo de zonas. Así quedan espacios lineales que reclaman
algún tipo de intervención.

Vías pecuarias no utilizadas por la trashumancia

Las vías pecuarias (cañadas, veredas, cordeles, coladas, descansaderos) son


corredores por donde, desde la edad media, caminaban los rebaños que practicaban
la trashumancia: desplazamiento del ganado (ovino fundamentalmente, aunque no
exclusivamente), generalmente en dirección norte-sur, en otoño hacia las zonas
bajas, en latitud y en altitud, para aprovechar los pastos de invierno, y en primavera
hacia las zonas montañosas que mantenían pastos en verano.

40
Núcleos rurales u otros espacios en declive o abandonados

Numerosos núcleos del mundo rural profundo y los espacios históricamente


asociados a ellos, como huertas o eras, están sometidos desde los años sesenta a un

41
proceso de declive y abandono a causa de la emigración rural determinada por la
concentración parcelaria, el incremento del tamaño de las explotaciones, la
mecanización del agro y las nuevas formas de vida y de transporte. La mejora de la
renta de la población urbana y la búsqueda de sus raíces rurales, esta propiciando la
recuperación del patrimonio edificado acumulado en estos asentamientos desde
tiempos remotos, si bien no siempre en las condiciones estéticas y tipológicas que
corresponderían a sus características y valores históricos.

Espacios urbanos o industriales en declive o Abandonados

La crisis económica derivada de la carestía del petróleo en la década de


los 70, el enorme desarrollo de la ciencia y la tecnología ha convertido en obsoletas
numerosas zonas industriales cuyo declive o abandono ha producido paisajes
deleznables; la UE, sensible a este problema, incluyo este tipo de zonas como una de
las categorías (zonas de objetivo 2) cuyo tratamiento se puede financiar a través de
los fondos estructurales.

Por su parte, la tendencia a la tercialización del centro de las ciudades y la


constante mejora económica, convierte en obsoletos barrios cuyo declive hace
aparecer paisajes urbanos degradados que reclaman algún tipo de intervención.

ESPACIOS DEGRADADOS POR LA FORMA EN QUE SE ORDENAN,


TRANSFORMAN Y UTILIZAN

La degradación de ciertos espacios deriva de una utilización y gestión


inadecuada de las actividades que se practican sobre ellos; los casos mas
representativas son los degradados por actividades turísticas y/o recreativas, la
agricultura intensiva bajo plástico, el entorno de las ciudades, los cursos de agua
desnaturalizados, la deposición espontanea de residuos y los espacios mineros que
no incorporan la recuperación ambiental a su gestión.

Espacios degradados por actividades turísticas O recreativas

Los efectos de la utilización lúdica del espacio proceden de dos causas


fundamentales: la construcción de infraestructuras, edificios e instalaciones
(carreteras de acceso, conducciones eléctricas o de agua, etc., viviendas de segunda
residencia, camping, campos deportivos, pistas de esquí y remontes, puertos

42
deportivos, áreas de picnic, etc.) y del propio comportamiento del usuario:
deposición de todo tipo de basuras y detritus, apelmazamiento del terreno, traumas
directos a la vegetación y a la fauna, extracción de elementos de colección
(minerales, vegetales, animales, etc.), circulación con vehículos todo terreno por
lugares inaccesibles, etc. (figuras 1.12 y 1.13).

La valoración de las degradaciones producidas por el esparcimiento y recreo al


aire libre se magnifica por el hecho de que su localización suele ser selectiva
respecto a los espacios más valiosos: zonas arboladas, con agua, paisajísticamente

43
bellas, etc.

Las degradaciones debidas a los desarrollos urbanísticos orientados al turismo


afectan fundamentalmente a las zonas litorales, pero se extiende a las interiores en
la medida en que se populariza el turismo rural y de montana; en todo caso se suele
tratar de espacios ambientalmente privilegiados y de alta fragilidad. Pero el
problema tiene mucho que ver con el carácter ilegal de muchos asentamientos
turísticos ocupando parte del dominio publico marítimo terrestre, de titularidad
44
publica, con fen6menos especulativos que llevan a la densificación y con la
insuficiente capacidad planificadora y de gestión de las corporaciones locales,
fundamentalmente, cuando no con una tolerante permisividad, muy común desde
los anos 60, por parte de las autoridades responsables; incluso hay que culpar a una
legislación que, contraviniendo el carácter publico de la franja litoral, establecido ya
por el derecho romano, permitió privatizar numerosos enclaves, hasta que la vigente
Ley de Costas ha restablecido la titularidad publica sobre la franja costera definida
como dominio publico marítimo terrestre.

La restauración en las zonas así afectadas no puede contar, en el supuesto de


que fuera deseable, con la eliminación de los elementos introducidos (edificios e
infraestructuras), porque la fuerte inversión realizada haría difícilmente viable la
actuación; por ello, el tratamiento deberá orientarse, casi con exclusividad, a
integrar lo mejor posible los elementos construidos en su entorno tratando las
zonas, directa o indirectamente, alteradas por ellos.

En cuanto a los espacios afectados por la simple utilización recreativa, el


problema es menor a condición de que se disponga de capacidad para controlar
dicha utilización dirigiéndola en una dirección adecuada: acotamiento de ciertas
zonas y épocas, comportamiento de los usuarios, recogida de basuras, tratamientos
culturales, etc.

Espacios ocupados por agricultura intensiva bajo plástico

La intensificación de la agricultura en muchas zonas, la conveniencia de


sustraerla, en la mayor medida posible, de la imprevisión inherente a las condiciones
climáticas, así como de prolongar el periodo vegetativo o de entrar en el mercado en
momentos oportunos, ha conducido a la agricultura protegida bajo plástico.

En algunas zonas (litoral sur-mediterráneo hasta levante) el fenómeno,


conocido con el termino internación, se inicio en la década de los sesenta y continua
su progresión en la actualidad; en otras zonas (Islas Canarias, por ejemplo), es mas
reciente, pero muy vigoroso, como método para intensificar la producción, controlar
los factores productivos, ahorrar agua, diversificar cultivos, etc.

Se trata de un modelo caracterizado por la adaptación a las condiciones de


escasez e irregularidad de las lluvias, a la mala calidad de los suelos y a los fuertes y
45
frecuentes vientos; pero al mismo tiempo a la bondad de unas temperaturas suaves
y a una insolación que aporta gran cantidad de energía. La clave de su éxito
productivo reside en la aplicación de una tecnología propia que se manifiesta en el
control del suelo: con cultivo enarenado o sobre sustratos, del agua y nutrientes:
mediante riego por goteo y fertirrigacion, y del ambiente: con invernaderos bajo
plástico, que de forma sencilla aprovechan la energía solar, reducen la
evapotranspiración y protegen del viento.

Pero este sistema tiene su contrapunto en los problemas ambientales y


territoriales que genera y en la imagen que proyecta al exterior: un paisaje, «mar de
plástico», artificial, simple, sin textura ni estructura, desprovisto de elementos
naturales que rompan su monotonía, con la red de drenaje estrangulada por
ocupación de su espacio vital, y sin ninguna concesión a todo aquello que no sea
maximizar la productividad.

A esta imagen se añaden las caries provocadas en el terreno por la extracción


de arena (a veces de dunas o lugares de interés científico, cultural o paisajístico) y
suelos orgánicos para los cultivos, así como el vertido de enormes masas de detritus
vegetales, envases de fertilizantes y fitosanitarios así como de los propios plásticos
que, por termino medio, deben renovarse cada dos anos.

El tratamiento de estos espacios debe combinar acciones preventivas y


curativas; las primeras requieren un enfoque, principalmente, de ordenación
territorial, cuya aplicación evidente en las áreas donde el fenómeno no se ha iniciado
o esta en proceso de expansión, pero también en aquellas ya colmatadas donde la
ordenación territorial resulta mas lenta y compleja pero igualmente necesaria y
posible, como posible es la reconversión de los barrios que lo requieren en las
ciudades, donde se desarrollan con éxito procesos de renovación; en uno y otro caso
la ordenación del territorio en las zonas de «invernación» pasa por trascender la
consideración agrícola de los invernaderos para entenderlos como verdaderas naves
industriales.

El plan ha de reservar los terrenos necesarios para ubicar los elementos


determinantes de la estructura del sistema, sin los cuales se resiente su
funcionalidad: reserva de suelo para ubicar los vertederos y plantas de reciclaje, de
lugares para la extracción de tierras vegetales y de arena para la practica de los
46
enarenados, dominio publico hidráulico que garantice el funcionamiento de los
cursos de agua, retranqueos de los invernaderos con respecto a los caminos,
dominio publico marítimo terrestre, lugares de carácter natural, espacios entre
invernaderos para facilitar la circulación del aire y del agua, incluso para su

embellecimiento mediante plantaciones, etc.

47
La opción curativa solo podrá actuar una vez que las previsiones de
ordenación territorial hayan liberado terrenos para ello, que no se ocupen por los
invernaderos.

ESPACIOS PERIURBANOS

Las zonas fronteras entre el campo y las ciudades, donde la ciudad deja de
serlo y el campo todavía no se manifiesta como tal, son los espacios periurbanos, en
los que conviven actividades arrojadas por la ciudad con las propias del medio rural.
La degradación se percibe por la presencia de escombros y basuras de todo tipo, el
abandono del cultivo y otros aprovechamientos primarios..., pero, sobre todo, por la
mezcla y superposición desordenada de los usos del suelo, fenómeno determinado
por las expectativas urbanísticas del suelo rustico y porque la ciudad expulsa
actividades ambientalmente incomodas (el Reglamento de Actividades Clasificadas
como Molestas, Insalubres, Nocivas o Peligrosas, da una amplia lista de actividades
cuya localización no se permite dentro de los núcleos habitados) así como aquellas
que requieren superficies grandes solo disponibles, a precios asequibles, fuera del
continuo urbano.

El problema se complica por la escasa atención que el planeamiento


urbanístico dedica al suelo rustico, como pone de manifiesto el hecho de que este
sea denominado y clasificado como «no urbanizable» en los Planes Generales,
quedando como un espacio residual, insuficientemente regulado en las ordenanzas
urbanísticas y en la gestión del espacio en general.

Pero el espacio periurbano no solo esta constituido por suelo no urbanizable,


sino que también incluye suelo urbanizable, programado o no programado; en
ambos casos en espera de convertirse en solar, lo que justifica la escasa atención
que se le dedica desde el punto de vista de la conservaci6n de sus valores
ambientales.

Dependiendo de la clasificación urbanística, y al amparo de una frecuente


negligencia en la gestión, en el espacio periurbano se encuentra una infinidad de
usos y actividades casi siempre desprovistas de un mínimo orden planificado:
vertederos incontrolados, deposición espontanea de residuos aquí y allá, depósitos
de chatarra y de otros materiales para reciclar, chabolas e infraviviendas ilegales,

48
granjas caninas, cuadras de caballos y otros animales, huertos de ocio en precario
cerrados con materiales reciclados, depósitos de butano y de otros materiales
energéticos, construcciones en ruinas y abandonadas, campos de tiro, graveras y
otras zonas de extracción abandonadas y sin recuperar, viveros y depósitos de
plantas, «Garden center», tentaderos de vaquillas, instalaciones deportivas mas o
menos formales...

Todo ello determina una situación de degradación que enturbia la primera


imagen que la ciudad ofrece a quien se acerca a ella. Un espacio periurbano bien
ordenado, paisajísticamente grato, no es sino el reflejo de un buena gestión
urbanística lo que redunda en la confianza de los inversores, actuando así
directamente como un factor de localización de actividades económicas.

El tratamiento de estos espacios es indisociable de un proceso previo de


planificación territorial que controle el suelo y los consiguientes procesos de
degradación. A partir de aquí, o inmersos en el propio plan, pueden plantearse
acciones positivas de restauración y mejora ambiental.

Se trata de organizar unas actividades en un espacio de acuerdo con tres tipos


de criterios: integración con las características bionaturales y culturales del
territorio, funcionalidad del sistema configurado y coherencia con la lógica de diseño
generalmente aceptada. Las actividades a ordenar son todas aquellas susceptibles de
localizarse sobre el espacio en cuestión, las que compiten por el suelo, los hombres y
el capital. Siendo el periurbano un espacio muy heterogéneo, dichas actividades van
desde la conservación más estricta hasta la localización de infraestructuras, pasando
por la agricultura, el uso forestal, el esparcimiento y deportes o la residencia de
distinto tipo.

El instrumento de planificación adecuado puede ser de carácter urbanístico


(Planes Generales o Normas Subsidiarias), siempre que trate el suelo rustico
conjuntamente y al mimo nivel que el urbano y el urbanizable, o Planes Especiales de
Protección previstos por la Ley del Suelo.

Asimismo pueden utilizarse instrumentos específicos de ordenación del


territorio, como Planes de Ordenación del Medio Natural, Planes de Ordenación del
Medio Físico, o similares, contempladas en la legislación autonómica sobre

49
ordenación territorial, que disponen de las competencias en esta materia. Para
ciertos espacios, aquellos con valores ambientales sobresalientes, puede también
recurrirse a la figura de los PORN (Planes de Ordenación de los Recursos Naturales),
establecidos por la Ley 4/89 de «Espacios y Especies».

CURSOS DE AGUA DESNATURALIZADOS

Los ríos y sus riberas conforman lo que ecológicamente se denomina complejo


fluvial, ecosistema en equilibro dinámico entre los procesos físicos de la cuenca
vertiente (erosión, pluviosidad...), la dinámica del cauce: el caudal y la morfología, la
vegetación y la fauna de las riberas; tal equilibrio esta determinado por la
transformación de la energía potencial de volúmenes de agua situados a mayor
altitud en la energía cinética de la corriente.

Se trata de ecosistemas ecológicamente diversos, paisajísticamente bellos en


si mismos y, en cuanto estructuras lineales que revalorizan la percepción de su
entorno, culturalmente asociados a formas de vida indisociables de ellos; también
tienen importancia funcional por su papel en la estructura y flujos territoriales de
todo tipo: control de escorrentía, recarga de acuíferos, absorción de contaminantes
por las riberas, depuración... incluso vía de transporte en ciertas ocasiones. En suma
ecosistemas dignos de conservación.

Pero estos ecosistemas son también fácilmente alterables y muy proclives a la


intervención humana directa o indirecta a través de acciones sobre la cuenca
vertiente. La mayor parte de los ríos se encuentran total o parcialmente alterados y
en un nuevo equilibrio dinámico; las transformaciones son típicas de cualquier
ecosistema: sobreexplotación, transformación física de su estructura y
contaminación; aquí se tratara específicamente el segundo de estos impactos,
englobado bajo el nombre de desnaturalización, termino que alude a las
intervenciones sobre el cauce y las riberas, principalmente la canalización y el con-
siguiente confinamiento a un espacio en el que el Río no puede desarrollar
libremente su trazado y permanece desconectado de una parte importante de su
espacio vital: la ribera (o zona cuya frecuencia de inundación es inferior a 10 años) y
la llanura de inundación o zonas externas al cauce afectadas por avenidas con
periodos de retorno superiores a 10 años.

50
La canalización se suele justificar por dos razones fundamentales: evitar la
inundación de actividades incorrectamente ubicadas sobre la llanura inundable o
incrementar el terreno disponible para localizar actividades humanas; a estas
razones se añaden otras menos frecuentes cual son eliminar líneas o focos de
insalubridad cuando las aguas están contaminadas por materiales orgánicos, o de

51
otro tipo, adaptar los cauces a una geometría favorable a las operaciones agrícolas
de las fincas colindantes, incluso hacer navegables ciertos tramos.

Los ríos así desnaturalizados se consideran espacios degradados cuya


recuperación puede estar justificada en numerosos casos.

Espacios afectados por deposición espontanea de residuos

Se trata de un tipo de degradación que afecto a muchos puntos en épocas


históricas en que los asentamientos poblacionales carecían de vertederos o
escombreras o estaban insuficientemente dotados para acoger los residuos
generados; en épocas en que un incremento de renta u otras circunstancias
propiciaba la renovación de la vivienda, unido a una escasa capacidad de vigilancia
ambiental, propicio la formación de vertederos o escombreras espontáneos
generando degradaciones de poca importancia individual pero en gran numero; en la
actualidad este problema parece, si no resuelto, si de escasa entidad, cuyo
tratamiento en los puntos afectados, solo requiere limpieza y vigilancia hacia el
futuro.

52
Explotaciones mineras que no incorporan la recuperación Ambiental a su gestión

Este problema se refiere a la negligencia en la incorporación de acciones de


recuperación al propio proceso de gestión minera, tal como exige la legislación en la
materia, con independencia del tratamiento una vez agotada la explotación.

ESPACIOS AFECTADOS POR LA CONTAMINACIÓN

La emisión de contaminantes produce espacios degradados, cuyos especie-


menes mas significativos son los suelos contaminados y las zonas litorales afectados
por vertidos de barcos intencionados o accidentales.

Suelos contaminados

Se entiende por suelo contaminado (Ley 10/1998) aquel cuya composición


química, características físicas y estructura están alteradas por la presencia de
compuestos extraños, suponiendo un riesgo para la salud humana, los ecosistemas o
las biocenosis. La contaminación de un suelo se produce cuando se le incorporan
materiales ajenos en calidad o cantidad tal que no pueden ser procesados en los
complejos procesos edáficos propios de cada tipo de suelo.

El origen de la contaminación puede ser puntual o difuso; el primer caso es


típico de los focos industriales o urbanos; el segundo se asocia a las actividades
agrarias más o menos intensivas. Pero aunque los focos sean puntuales los efectos
pueden ser lineales o areales: la emisión de contaminantes en una zona de recarga
de acuíferos afectara a una zona extensa, la emisión de gases por una chimenea
acaba depositándose en territorios extensos, la Lluvia acida se manifiesta en grandes
extensiones forestales o agrícolas, el polvo de una cementera afecta a los espacios
agrícolas de una amplia superficie, la introducción de contaminantes en el suelo o
subsuelo acaba difundiéndose en el sentido y por donde discurre el agua
subterránea y a las zonas donde aquella llega, etc. En el caso de la contaminación
agrícola, cuyo origen esta en la utilización intensiva de fertilizantes y fitosanitarios en
superficies extensas, los efectos se difunden también a espacios mas amplios.

Un caso típico de contaminación de suelos son los derrames producidos en las


operaciones de transporte y carga de combustibles y lubricantes, generalmente de

53
forma accidental o por negligencia, cuya magnitud se entenderá cuando se considera
la cantidad y ubicuidad de estas operaciones.

La preocupación por la contaminación de los suelos es común en los países


más desarrollados, quienes han procedido a la realización de inventarios y
diagnósticos de la situación en la materia y a la adopción de medidas directas
instrumentalizadas mediante planes de acción pública o indirectas a través de la
intervención de los particulares. En España, por ejemplo, se exige a los «poseedores»
de suelos contaminados, por ejemplo promotores urbanísticos, la obligatoriedad de
tratarlos en las áreas sobre las que desean intervenir como condición necesaria para
cualquier autorización.

Espacios marítimos y litorales

Las zonas costeras son espacios en que se da el efecto ecológico denominado


ecotono: fenómeno asociado a las zonas frontera entre ecosistemas diferentes; en
ellos se intensifican los procesos y no solo los naturales sino los de origen antrópico.
Así la población tiende a acumularse en las costas, al menos en la zona templada del
planeta y mucho más en la mediterránea.

Pero aquí no se trataran los aspectos asociados a la acumulación poblacional o


a los desarrollos turísticos, sino a los fenómenos relacionados con los
aprovechamientos marítimo-terrestres, de los cuales hay que diferenciar:

•los de origen terrestre: extracción de arenas marítimas para la alimentación


artificial de playas, creación de estructuras artificiales (espigones) para la formación
de ensenadas o playas, localización de puertos deportivos...;

•los que tienen su origen en el mar: limpiezas ilegales de las sentinas de los
barcos, accidentes que con demasiada frecuencia afectan a los gran-des petroleros,
los mas famosos pero no los únicos.

54
II
PLANIFICACION Y ORGANIZACIÓN DEL TRATAMIENTO DEL
UN ESPACIO DEGRADADO

Recuperar o tratar un espacio degradado significa transformar una situación


indeseable en otra que se considera satisfactoria en las circunstancias económicas,
sociales y ambientales en que se inscribe teniendo en cuenta precisa-mente todas
esas circunstancias.

55
Cualquiera que sea la orientación, el alcance, el contenido y la metodología
que se adopte, la recuperación de un espacio degradado se inicia, como en cualquier
intervención, con la generación de la idea de intervenir, sigue con una reflexión
sobre la viabilidad técnica, económica, social y ambiental de la intervención y
continua, explicita o implícitamente, con las siguientes fases típicas:

•Fase de planificación: diseño de la imagen objetivo o Plan Maestro de la


intervención.

•Fase de proyecto: elaboración de anteproyectos y de proyectos.

•Fase de construcción: ejecución de las obras proyectadas.

•Fase de gestión: explotación o funcionamiento y conservación de lo


ejecutado.

El propio proceso de desarrollo de estas fases requiere una preparación cui-


dudosa, por lo que a las anteriores, cabria añadir una nueva: La fase preparatoria,
que solo tiene carácter de preparación para abordar con eficacia, eficiencia, calidad y
rigor las enumeradas. Asimismo, el análisis de viabilidad, económico-financiera,
social, etc., podría añadir una fase a las anteriores, si bien esta puede quedar
incluida en la de planificación; pero el proceso que aquí se describe parte de que la
recuperación es viable siempre que el estilo del tratamiento y la imagen objetivo a
conseguir se adapten a las posibilidades existentes.

FASE PREPARATORIA: PLANIFICACION Y ORDENACION DEL TRATAMIENTO

La fase preparatoria puede entenderse como el proyecto del proceso para


definir toda la intervención y programar su ejecución; en ella se plantea el espacio a
tratar y las intenciones de la entidad que lo promueve, la problemática y las
oportunidades que ofrece, la filosofa con que se va a enfocar el tema, el contenido y
alcance de la intervención en función de las características y de la problemática, la
forma en que se va a trabajar, el equipo que desarrollara el trabajo, el programa y el

56
presupuesto requerido para la elaboración de los documentos que contienen el
tratamiento decidido.

La importancia de esta fase para la calidad y economía del trabajo de plani-


ficaci6n es comparable a la de un proyecto con respecto a una obra.

Las tareas que conforman esta fase se pueden estructurar en los puntos que
se enumeran a continuación y se desarrollan en el resto del capitulo:

•Definición del ámbito o ámbitos a los que afectara" el tratamiento.

•Prediagnóstico del problema.

•Definición del estilo y principios a partir de los que se definirá el tratamiento.

•Contenido y alcance del documento a elaborar.

•Elaboración de la metodología a seguir.

57
•Diseño del equipo que ha de desarrollar el trabajo.

•Programa de trabajo: cronograma de tareas y atribución de


responsabilidades a los miembros del equipo.

•Presupuesto para la elaboración del trabajo.

DEFINICION DEL AMBITO PROVISIONAL

El ámbito se refiere al espacio geográfico objeto de tratamiento; este puede


venir dado por el promotor (privado o publico) que impulsa y asume el tratamiento o
ser objeto de definición y delimitación bajo criterio técnico en el desarrollo del
propio trabajo; en uno y otro caso, los resultados del análisis pueden aconsejar la
modificación del ámbito inicialmente previsto así como una diferenciación de
subambitos cuando la extensión, complejidad y problemática del espacio degradado
lo aconseje.

Dos circunstancias fundamentales pueden sugerir la extensión a ámbitos más


amplios del primitivamente considerado:

•Que algunas o todas las causas responsables del proceso de degradación o


los efectos de este se ubiquen fuera de dicho ámbito.

Es el caso, por ejemplo, de muchos focos de contaminación cuyos agentes,


arrastrados por los vectores ambientales: aire, agua o suelo, pueden manifestar sus
efectos lejos de los puntos de emisión, o de la erosión, cuyas causas frecuentemente
se ubican en zonas externas a aquellas donde se produce el arranque y la deposición
de materiales o la dinámica de cauces asociada al proceso, etc.; así ocurre, por
ejemplo, cuando la deforestación de una cuenca hace que las aguas, libre el suelo de
la vegetación y de los horizontes capaces de retener el agua para soltarla después
lentamente, se precipitan torrencialmente y con gran energía sobre la red de
drenaje.

• Que ciertas soluciones deban ubicarse, asimismo, fuera del ámbito


considerado o tengan consecuencias externas a el; es el caso anterior donde es
preciso detener la emisión del agente contaminador para detener el problema antes
de proceder a la curación. Lo expuesto conduce a la idea de área de intervención, es

58
decir, al espacio sobre el que hay que actuar para resolver el problema, que rebasa,
en tal caso, el área donde aquel se manifiesta.

PREDIAGNOSTICO O DIAGNOSTICO PRELIMINAR

Esta tarea consiste básicamente en una primera aproximación al conocimiento


de las características y funcionamiento del espacio a tratar y a los procesos
determinantes de su degradación; incluso, con intención estratégica, se pueden
definir de forma tentativa las debilidades que le aquejan, las fortalezas de que
dispone, las oportunidades y las amenazas que aparecen en el contexto exterior.

Pero todo ello realizado con la información de que se dispone o que resulta
fácilmente accesible, y después de una primera toma de contacto con la zona y con
las personas cualificadas que se pueda consultar.

Se trata de un esbozo del diagnostico posterior destinado a orientar las tareas


consecuentes: el estilo del tratamiento, la filosofía que lo sustente, el contenido
temático, el alcance y la escala de trabajo, la metodología a seguir y el equipo
necesario para desarrollarla, así como la información y las fuentes informativas mas
adecuadas.

La elaboración de un Prediagnóstico se justifica, además, por la economía de


medios que supone avanzar por aproximaciones sucesivas, en la medida en que
permite identificar los aspectos mas relevantes en los que debe profundizar el
diagnostico detallado.

ESTILO Y ENFOQUE DEL TRATAMIENTO

El estilo se refiere a la manera de entender la problemática y de enfocar su


resolución por parte del equipo redactor. Es el reflejo de la carga de subjetividad y
voluntarismo inherente a cualquier propuesta de futuro, la cual, como una obra de
arte, inevitablemente llevara las señas de identidad del autor. No obstante, en la
medida de lo posible, el equipo ha de combinar sus preferencias con el respeto a la
normativa que afecta al espacio, a la objetividad técnica, a las posibilidades
económicas, a las expectativas sociales, a la racionalidad ambiental, a los criterios de
diseño aceptados y a las preferencias del promotor.

59
Sobre enfoque del tratamiento: alternativas estratégicas

El enfoque se refiere al carácter de la imagen final u objetivo que se adopte y a


la forma de llegar a ella; definir ambos elementos con suficiente precisión requiere
reflexionar sobre las posibilidades legales, técnicas, económicas, financieras,
sociales, ecológicas y ambientales de actuación como plataforma para orientar
después el tratamiento.

La reflexión mostrara un panorama con diversas alternativas, que se


denominan de enfoque o estratégicas. ¿Se orienta el tratamiento a conseguir la
situación inicial, prístina, la que había antes de cualquier alteración humana, a
reproducir las condiciones anteriores a la ultima degradación o hacia una simple
mejora ambiental y paisajística?, ¿se desea obtener algún aprovechamiento o uso
económico de el?, ¿Se pretende una utilización cultural o recreativa de la población
del entorno?, ¿es factible una gestión y mantenimiento esmerados o hay que buscar
prioritariamente una especie de autosuficiencia del espacio recuperado donde los
cuidados sean mínimos o nulos?... Decidir sobre estas cuestiones depende,
básicamente, de las condiciones ambientales del lugar o espacio degradado, del
carácter y requerimientos del entorno1, y del presupuesto disponible.

La selección de la alternativa a desarrollar de entre las definidas, si es que en


efecto se han identificado varias, pueden ser objeto de una evaluación Multicriterio
clasica2 o de un simple proceso informal de selección basado en reflexión personal y
discusión en grupo.

No existe una denominación precisa para los diferentes enfoques que pueden
darse a un espacio degradado, la bibliografía suele utilizar los términos incluidos en
los puntos siguientes, pero con diferentes significados y no coincidentes con las
acepciones, también diferentes, que dan los más importantes diccionarios3.

Restauración

Este termino surge como reacción a la degradación de los ecosistemas; se


utiliza con mucha frecuencia, y con significado poco preciso, para identificar estilos
de tratamiento muy diferentes a través de los cuales se pretende emular, con mayor
o menor fidelidad, la estructura, funcionamiento y dinámica del……………………………….

60
ecosistema inicial anterior a toda perturbación humana, es decir, en su estado
natural y prístino. Este enfoque, que puede denominarse restauración sensu stricto,
resulta poco menos que imposible por obvias limitaciones de conocimiento de la
realidad preexistente, de coste o simplemente de viabilidad técnica; no obstante,
existen experiencias en que se ha conseguido ensamblar comunidades enteras de
parecido asombroso a la original. Más accesible, y utilizada, es la restauración sensu

__________
1 Una prioridad frecuentemente olvidada es la seguridad y peligrosidad de algunas situaciones degradadas; son
conocidos, por ejemplo, los accidentes provocados por desplazamiento de materiales de desecho acumulados, que en
ocasiones han sido el detonante que ha alertado a los gobiernos para iniciar programas de recuperaci6n; son
conocidos los casos del Parque Nacional de Dofiana. Invadido en 1998 por lodos mincros a causa de la rotura de la
presa que los contenga; en Aberfan (Gales), en 1968, el deslizamiento de un montón de desechos de una mina de
carbón enterró el colegio y acabo con la vida de los 116 niños de esa localidad y, por tanto, con toda una generación en
ese pueblo.
2 Pueden verse modelos de evaluación Multicriterio en Gómez/ Orea, D. (2(X)2): Ordenación Territorial. Mundi-Prensa.
Madrid.
3 Diccionario de la Lengua Española, Restaurar: reparar, renovar o volver a poner una cosa en aquel estado o
estimación que antes tenia, Recuperar: volver a tomar o adquirir lo que antes se tenia, Rehabilitar, habilitar de nuevo o
restituir una persona o cosa a su antiguo estado, Restituir. Restablecer o poner una cosa en el estado que antes tenia.
Reformar. ...innovación o mejora en alguna cosa. Diccionario de María Moliner, Recuperar: poner en condiciones de
que sirva nuevamente, Rehabilitar, Destinar nuevamente una cosa a un tan o uso que tenia.
61
lato, a la que frecuentemente se denomina recuperación, que, simplemente,
persigue detener la degradación y redirigir la trayectoria del lugar dañado hacia una
formación solo parecida a la existente antes de la degradación.

Restitución

Alude a la búsqueda de una situaci6n final distinta si bien relativamente


similar a la primitiva; se diferencia de la recuperación antes citada en que fija la
atención en determinados elementos del paisaje o ecosistema y no en la totalidad.

Rehabilitación

Este enfoque pretende llevar el espacio degradado a una situación que se


considera aceptable y útil desde el punto de vista del entorno, sin pretender ninguna
aproximación al estado inicial, antes de la degradación.

Reforma

Identifica tratamientos orientados, simplemente, a facilitar la acción de la


naturaleza para que el espacio degradado vuelva a ser ocupado por una sucesión
natural. En ocasiones las acciones requeridas se limitan a detener el pro-ceso de
degradación, eliminar los contaminantes, mejorar la capacidad del suelo como
soporte vegetal o introducir propagulos o germoplasma de las especies vegetales
apropiadas.

Revegetación

Se trata de implantar una cubierta vegetal estable (autóctona o aloctona),


cuya finalidad puede ser muy variable: estabilizar terrenos en pendiente, controlar la
erosión, mejorar el aspecto visual de una obra pública o de cualquier espacio, etc.

Sustitución o reemplazo

Consiste en procurar un ecosistema o paisaje en equilibrio con las condiciones


reales del espacio degradado sin pretender eliminar los elementos de degradación;
por ejemplo implantar un ecosistema sobre un terreno contaminado sin eliminar el
agente contaminante. Se trata de una alternativa económicamente interesante, por

62
ejemplo cuando es muy costoso descontaminar un lugar para volver a la situación
primitiva.

Además de los anteriores existen cuantos enfoques intermedios se puedan


imaginar. Ninguno de ellos es, genéricamente, mejor o peor que los demás, sino que
su oportunidad esta estrictamente asociada a las circunstancias específicas de cada
caso. Tampoco son alternativos en un espacio determinado, sino complementarios,
pues el tamaño o complejidad de un espacio puede aconsejar diferentes enfoques
para diferentes zonas, cuando resulta aconsejable la segregación.

Recuperación in - situ: lodo

Por ultimo este termino se utilizara en esta obra simplemente para describir
un proceso por el que un espacio que se considera degradado pasa a otra situación,
imagen objetivo, en que el espacio ha dejado de estar degradado porque se le ha
acondicionado para cumplir una función adecuadamente gestionada, o simplemente
se le ha dotado de unas características que se consideran aceptables en las
circunstancias específicas del lugar.

Por extensión esta obra se permite la licencia de utilizar los términos trata-
miento o recuperación para identificar cualquiera de los citados enfoques. Con tales
términos se quiere aludir a las operaciones necesarias para transformar un espacio
cuyo estado se considera indeseable en otro cuyo estado se considere correcto, con
independencia de la situación inicial de dicho espacio antes de que se iniciaran los
procesos que lo han alterado. Es un concepto que recuerda al termino rescate de
tierras o «land reclamation» muy utilizado en la bibliografía en lengua inglesa para
referirse al tratamiento que se da a terrenos gene-realmente muy degradados para
«rescatarlos» o «recuperarlos» para la naturaleza, la agricultura u otro uso
razonable.

63
64
Tratamiento en general frente a estereotipos de enfoque

La mejor forma de conservar un espacio consiste en mantener activamente la


explotación de los recursos de que dispone mediante actividades que respe-ten las
tasas de renovación de los renovables, un ritmo e intensidad adecuados de uso para
los recursos no renovables, la capacidad de acogida de los ecosistemas, la
coherencia de los elementos físicos con su entorno y la capacidad de asimilación de
los vectores ambientales: agua, aire y suelo. Conservación significa utilizar el medio
de acuerdo con esos criterios; implica, por consiguiente, gestión, es decir,
explotación racional, vigilancia, intervención activa, en suma; nada mas lejos de la
conservación que la pasividad, dejar un espacio a su suerte significa degradación:
una especie de vacío gestor determina un flujo de incidencias negativas que suele
comenzar con el abandono de las actividades tradicionales, sigue con la visita
ocasional, la utilización espuria, la deposición de residuos... y termina convirtiéndose
en un simulacro de vertedero incontrolado, sin gestión y sin valores.

Por consiguiente, recuperar un espacio degradado significa, sobre todo, buscar


la utilización mas adecuada a sus características y siempre en concordancia con las
expectativas de la población circundante sobre el. Un espacio ordenado y
racionalmente utilizado es un espacio bien conservado. De ahí la consideración de la
agricultura como un factor positivo de calidad ambiental, cuando no se practique
con criterios exclusivos de maximizar la producción, caso en que se comporta como
una actividad esquilmarte y responsable de un tipo de contaminación cuyo carácter
difuso la hace particularmente insidiosa e incontrolable. Lo mismo se puede afirmar
con respecto a otras actividades generalmente consideradas como agresoras al
medio ambiente: la utilización recreativa del espacio, la repoblación forestal e
incluso ciertos tipos y formas de urbanización. El problema no esta tanto en el tipo
de utilización cuanto en la coherencia con el medio y en la forma en que se gestione.
Por eso la UE (ver, por ejemplo, V y VI Programa de Acción en materia de medio
ambiente y desarrollo sostenible) señala que los problemas ambientales no residen
en las degradaciones en que se manifiestan, sino en el comportamiento de los
agentes económicos y sociales responsables del control del uso del suelo y de la
gestión de las actividades. Esta idea lleva a la mejora del comportamiento de los
agentes implicados: sectores productivos y usuarios o consumidores, a través de
instrumentos (eco auditorias y eco etiquetado) orientados a implicarles en la calidad
65
ambiental: aquellos agentes producto-res que se acojan, con carácter voluntario, a
un sistema normalizado de gestión ambiental o a ciertas practicas en la producción,
tienen derecho a utilizar en su publicidad o en el propio producto el marchamo que
demuestra este hecho, lo que se traduce, presuntamente, en una mejor y mas fácil
comercialización de sus productos así como en una gestión mas rentable de sus
«influentes» y «efluentes».

La idea de calidad también es aplicable a los espacios, cuya imagen no hace


sino denunciar el comportamiento de las autoridades y de la población que los
habita.

Todo lo anterior parece recomendar la utilización del termino «tratamiento»


en relación con los espacios degradados, en lugar de restauración, recuperación,
rehabilitación o cualquiera de los estereotipos señalados en el punto anterior;
incluso que protección para los que se mantienen en buen estado, en cuanto esta
implica también acción. El objetivo ante un espacio degradado consiste en buscar los
usos, los aprovechamientos y las actividades mas adecuadas, dadas sus
características y su función en el contexto socioeconómico en que se encuentra. Este
espacio así ordenado, y correctamente gestionado, será ambientalmente valioso.
Debe pues plantearse el enfoque, estilo y tipo de tratamiento sin prejuicios,
entendiendo que la pasividad, en las sociedades modernas y evolucionadas, es un
factor de degradación y que lo artificial no es necesariamente peor, desde el punto
de vista ambiental, que lo natural.

Criterios que orientan el enfoque del tratamiento4

Varios criterios informaran sobre los posibles enfoques razonables y sobre el


que, de entre ellos, parece mejor; son los que se describen a continuación.

Integración

El tratamiento debe adaptarse a las limitaciones y potencialidades del medio,


al carácter (ecológico, paisajístico y territorial) del entorno y a las expectativas de la
población. Metodológicamente la integración se facilita cuando se decide el enfoque
estratégico y las soluciones tácticas a través de ciclos sucesivos de generación y
evaluación de alternativas. La integración desaconseja soluciones tecnológicas,
simples, frecuentemente estructurales y a corto plazo, para recomendar opciones en
66
las que se implique a la población afectada, por la vía de la participación activa en la
fase de diseño, y de la actuación y del comportamiento en las fases de ejecución y de
funcionamiento; esta idea comporta orientar el enfoque «hacia la demanda», es
decir hacia las pautas de comportamiento de los agentes, incluidos los consumidores
o usuarios, en lugar de «hacia la oferta», que es la practica mas común.

Funcionalidad

El tratamiento ha de considerar las interdependencias entre actividades y


espacios, y procurar la consecución de un sistema armónico que funcione
correctamente. La funcionalidad se entiende en términos de optimizar las relaciones
mutuas de las actividades previstas en el interior del espacio recuperado y de estas
con las del entorno.

Flexibilidad

Varias circunstancias aconsejan ser cautos a la hora de plantear el enfoque


estratégico y las soluciones concretas a un problema de degradación: el
desconocimiento de la situación existente antes de la degradación, la oscuridad con
que el medio o el territorio manifiesta su vocación, la rapidez con que cambia la
realidad y, por tanto, los criterios a adoptar en la toma de decisiones, la
incertidumbre sobre el comportamiento real de las soluciones y de los usuarios, etc.

Tales circunstancias llevan a la idea de flexibilidad, entendiendo por tal la


capacidad de las soluciones que se adopten para ser modificadas sin incurrir en
graves perjuicios ni en costes elevados; una soluci6n será tanto mas flexible cuanto
mas avanzado sea el momento de su ejecución en que permite introducir
modificaciones sin graves quebrantos económicos, sociales o territoriales, y cuanto
mayor sea el grado admisible de tales modificaciones. En un mundo de
circunstancias cambiantes, esta idea es de gran interés, porque las soluciones que se
adopten, aun en caso de contar con todos los elementos de juicio que intervienen en

___________
4 Se incluye a continuación una serie de reglas adaptadas de Goldsmith, 1983, que se ajustan al espíritu de esta obra:
1) Usar materiales locales: suelo, semilla, rocas, y evitar los exóticos. 2) Trabajar a favor de los deseos de los usuarios.
3) Minimizar el uso de seriales y evitar la palabra «prohibido» en carteles. 4) Utilizar voluntarios: están motivados y
despiertan simpatía en los usuarios y tienen escaso coste. 5) Utilizar maquinaria de pequeño tamaño. 6) Dar aspecto
natural a las instalaciones y evitar elementos que rompan la línea del horizonte. 7) Evitar vallas u obstáculos:
sustituirlos por facilidades de paso hacia los lugares menos frágiles. 8) Informar y explicar al público lo que se hace

67
La decisión, deben adaptarse a los requerimientos variables de una sociedad
presidida por el cambio y el conflicto.

Por otro lado, la incertidumbre inherente a todo proyecto, que necesaria-


mente ha de realizarse y explotarse con posterioridad al momento en que se
formula, desaconseja definir y cerrar estrictamente las acciones que se propongan,
de tal manera que se deje un cierto margen de maniobra a la ejecución y a la
posterior gestión. Esto, que es aplicable a cualquier tipo de proyecto, lo es
particularmente a los de recuperación o restauración, donde las indeterminaciones
son demasiado importantes: ¿cuales son las expectativas reales de la población
afectada?, ¿como van a evolucionar estas en el futuro?, ¿como se van a comportar
los usuarios con el espacio restaurado?, ¿como va a responder la vegetación y otros
elementos que se instalen, cuando se carece de suficiente experiencia en las duras
condiciones que suelen caracterizar a los espacios degradados?, ¿cual va a ser el
comportamiento de las entidades responsables?... son preguntas de dudosa
respuesta en muchas ocasiones, que aconsejan modelos de tratamiento que se van
generando, al menos en parte, mediante el procedimiento de «prueba y error»,
imposible si no continua el proceso en la fase de explotación del espacio a recuperar.

No finalista

Las reflexiones anteriores aconsejan planteamientos no finalistas, es decir, en


los que no se define una imagen final completamente cerrada, sino que queda solo
sugerida a nivel esquemático o de intenciones y admite variaciones tácticas para
alcanzar un espacio que responda a la idea reflejada en aquella imagen. Ello no
impide que ciertas partes o determinaciones del plan o proyecto deban ser rígidas:
aquellas sobre las que el planificador o proyectista tiene gran seguridad, pero las de
vocación menos evidente que adolecen de mayor incertidumbre, deberán permitir la
adaptación a circunstancias cambiantes en la fase de construcción y en la de
explotación.

Proceso evolutivo frente o proyecto rígido

Esta idea aconseja concebir los planes y proyectos de tratamiento en términos


de una tendencia evolutiva, como procesos que van evolucionando en el tiempo
adaptándose a los cambios y que solo a medio o largo plazo se vera realizado en

68
toda su plenitud. Ello implica dejar un cierto margen a la dirección de obra en la fase
de ejecución y una amplia libertad al manejo diario en la fase de conservación,
explotación o funcionamiento del espacio restaurado.

La programación por fases, tanto referidas a zonas como a tipos de


tratamiento, resulta útil para hacer operativa esta idea. En caso de espacios e
intervenciones publicas, conviene evitar urgencias políticas que obligan a consumir
el presupuesto en actuaciones rápidas e ineficaces; por ejemplo, las plantaciones
realizadas con planta joven tienen mayores probabilidades de éxito; aunque su
impacto visual sea menor en el momento de la plantación, a la larga arraigan mejor y
en breve plazo igualan y aun aventajan a las realizadas con planta mayor.

Prospectiva

El tratamiento debe considerar distintos escenarios futuros en relaci6n con las


necesidades, aspiraciones y expectativas de la población afectada o beneficiada por
el tratamiento, escenarios que no derivan tanto de las tendencias evolutivas que
pueden proyectarse, cuanto de suposiciones que la imaginación muestra como
posibles en un futuro mas o menos remoto.

Enfoque de ordenación territorial

El espacio a tratar, una vez transformado, debe ser entendido como una pieza
del sistema territorial en que se ubica; este variara con el rango geográfico, del
espacio problema, desde la nación entera para espacios muy grandes o muy
significativos, hasta el municipio, pasando por la región y la comarca5; el mas común
será el nivel municipal, característico por ejemplo, para cameras, graveras,
basureros, etc., y el comarcal.

La ordenación del territorio distribuye actividad en el espacio de acuerdo con


dos criterios básicos: integración ambiental y funcionalidad, entendida la primera
como adaptación a las características del medio, y la segunda, en términos de las
relaciones de unos espacios y funciones con otros. Se pretenden soluciones que,
simultáneamente, sean eficaces de cara a la mejora ambiental y se adapten a las
________________
5 La comarca se entiende como una región caracterizada por homogeneidad geográfica, identidad cultural e histórica,
sentido de pertenencia por parte de la poblaci6n y funcionalidad organizada en torno a una cabecera comarcal.

69
condiciones físicas, territoriales y sociales de la zona. Son estos criterios los que
deben aplicarse al tratamiento del espacio problema: detectar el tipo de actividades
que pueden ser interesantes en función de las existentes en el ámbito de referencia
y su organización interna.

Autonomía

Por ultimo, «autonomía, autogestión, autosuficiencia, autofinanciación,


auto...» son términos que ponen de manifiesto unos requerimientos de los modos
de planificación y gestión actuales. Estos propician una estrecha interacción con el
entorno frente a la desvinculación tradicional del medio, la flexibilidad para
adaptarse a la demanda cambiante frente a la rigidez, la implicación de la población,
directa o indirectamente afectada, frente a la acción por imposición, la cooperación,
vinculación y compromiso de los operarios en la gestión frente al trabajo
despersonalizado en serie, la independencia y cualificación frente a la uniformidad,
la diferenciación frente a la uniformidad, la descentralizaci6n frente a la
concentración, la subsidiariedad (plantear y ejecutar las soluciones en el nivel mas
bajo posible) frente a la intervención «desde arriba» .... Estos criterios, que son de
carácter general, son de aplicación al tratamiento de los espacios degradados,
particularmente los de autonomía en la gestión y su correlato de autofinanciaci6n
del mantenimiento, en la idea de que si resulta relativamente fácil encontrar
financiación para la restauración de un espacio degradado, es mas difícil que
permanezca el esfuerzo sostenido que requiere su conservación y mantenimiento.

El papel de la agricultura en la recuperación

La agricultura, actuando desde la noche de los tiempos, ha creado paisajes y


ecosistemas de alto valor; recuérdese la calidad ecológica de la dehesa de encinas,
alcornoques, fresnos, avellanos, algarrobos e incluso pinos, en términos de
diversidad, estabilidad, complejidad, belleza y autosuficiencia energética; la estética
de los aterrazamientos sostenidos por muros de mampostería en seco en zonas de
fuerte pendiente, la productividad y diversidad de los majadales (pastizales muy
«trabajados» por la acción del ganado ovino) y de los pastos cacuminales (de
cumbres), la textura de las zonas profusamente parceladas, la frondosidad de las
zonas de regadío, el encanto y riqueza ecológica y cultural de las huertas que, como
un dosel, tradicionalmente contorneaban los pueblos, la serenidad y grandiosidad de
70
las estepas cerealistas, el equilibrio de praderas bordeadas de setos, etc. También la
agricultura ha ideado formas de aprovechamiento adaptadas al medio, sistemas
agrosilvopastorales modelo de integración, rotaciones de cultivos, técnicas
agronómicas, etc., así como utensilios y maquinaria de muy diverso uso.

El agricultor, por otra parte, domina estas técnicas y dispone de unos


conocimientos que le capacitan altamente para las funciones de conservación y res-
tauraci6n; no en vano los factores de producción agraria (suelo, agua, vegetación,
fauna, clima, etc.) coinciden milimétricamente con los factores ambientales. Las
actividades agrarias ofrecen, además, un enorme potencial educativo y recreativo,
permitiendo practicas de ocio y cultura, sensibilización ambiental de gran interés y
demanda creciente, etc. Los cultivos tradicionales están adaptados desde tiempo
inmemorial a las circunstancias ambientales, su diversidad y su variación a lo largo
del ano, constituyendo paisajes dinámicos, de gran valor estético y concordancia con
el entorno. Y todo ello con labores de mantenimiento muy simples.

Asimismo, no conviene olvidar la función recreativa de los espacios agrícolas y


de la propia agricultura, que puede cumplir funciones de esparcimiento y recreo al
aire libre, particularmente en las zonas periurbanas. Muchos ciudadanos, que aun no
han perdido completamente sus raíces rurales, desean tener una huerta para su
recreo y un cierto autoconsumo. Son los denominados huertos de ocio que pueden
cumplir una función nada despreciable en la restauración. Se trata de pequeñas
superficies, entre 200 y 1.000 m2, por ejemplo, que los usuarios van poco a poco
adaptando a cultivos de primor, dotadas con agua para riego y una pequeña caseta
para materiales y útiles. Cuando forman parte de un polígono de huertos, pueden
disponer de ciertos servicios comunes como almacén de materiales, hogar social,
etc. Debidamente planteados y controla-dos, un polígono de huertos de ocio resulta
un paisaje grato y acogedor capaz de convertir en un vergel una escombrera.

Queda así justificado el alto interés de la agricultura en la restauración


ambiental, que puede resumirse en las siguientes funciones y ventajas:

• Utilización de especies y de t6cnicas agrarias muy contrastadas.

• Intervención de los agricultores, grandes conocedores del medio y de sus


posibilidades para el éxito de la vegetación implantada.

71
• Utilización de agrosistemas contrastados en la recuperación.

• Potencial de la actividad y las prácticas agrícolas como elemento de


educación.

• Coste reducido.

• Garantía de éxito en plantaciones y siembras.

El papel de la repoblación forestal u lo silvicultura

La implantación de un estrato arbóreo, general o limitado a ciertas zonas del


espacio problema, es difícilmente evitable en cualquier proyecto de restauración; las
comunidades arbóreas así constituidas, son una forma de adaptación a las
condiciones de oscilación hídrica y térmica sin grave quebranto del aspecto externo.
En efecto, el árbol, y numerosos arbustos, por su constitución leñosa, soportan con
cierta facilidad dichas oscilaciones; a lo que se añade la ventaja adicional en los de
hoja caduca de ser permeables a los rayos solares en invierno, mientras resguardan
de ellos, proporcionando sombra, en verano. El arbolado, por otra parte, siempre
«resulta bien» y parece elemento imprescindible alii donde la ausencia de arbolado
que, con carácter general, suele caracterizar a los espacios degradados, demanda
revegetación.

La amplia experiencia en repoblación forestal española y la no menos larga en


las técnicas de cuidado y explotación, hacen a estos conocimientos alta-mente útiles
en el tratamiento de los espacios degradados.

Colaborando con ellas, la ganadería, particularmente el ganado ovino, puede


proporcionar una conservación gratuita, que no debe despreciarse en el
planteamiento de la recuperación.

El pastoreo de las zonas tratadas tiene varios efectos de alto interés: abona el
suelo con sus deyecciones que quedan regular-mente esparcidas, siegan la hierba al
pastar contribuyendo a un empradizamiento progresivo gracias al rebrote que tal
siega estimula, controla la invasión de matorral haciendo el suelo transitable, evita
que queden restos vegetales secos en la superficie del terreno contribuyendo así a
prevenir los incendios; y, en ultima instancia, el pastoreo es perfectamente
compatible con la utilización recreativa del espacio. A todo ello se añade la función
72
didáctica y cultural que el ganado pastando supone, sobre todo en áreas
periurbanas.

El papel de la urbanización rustica del suelo rustico

La urbanización puede adoptarse como forma de tratamiento de ciertos


espacios. Esto, en términos generales, como uno de los usos del suelo entre los
muchos posibles. Pero aquí se utiliza la idea en distinto sentido: utilizar la
«urbanizaci6n rustica sobre suelo rustico» como elemento de mejora ambiental.
Parte de considerar que una casa «a escala humana» rodeada de un espacio
cuidado, parcial aunque mayoritariamente arbolado, etc. es positiva en el paisaje y
de que un conjunto de ellas, respondiendo a una uniformidad de tipologías
edificatorias y de tratamiento del espacio no construido, son capaces de formar un
espacio de gran valor ambiental y paisajístico. Los cigarrales de Toledo no dejan de
ser una especie de urbanización rustica de gran interés paisajístico y cultural. La idea
es factible en la medida en que exista una demanda residencial de este tipo, y en la
medida en que un cierto número de familias estén dispuestas a colaborar en un
proyecto, cuyas características serán del siguiente estilo:

• Urbanizaci6n rustica, es decir liberada de los requerimientos que exige la


legislación urbanística en materia de viario, servicios de agua, energía y electricidad,
recogida de basuras y dotaciones de equipamientos públicos: sanitario, asistencial,
educativos, etc. El único servicio de que dispondrían seria abastecimiento de agua y
energía.

• Parcela grande, no inferior a 5.000 m2, y capaz de asimilar los residuos de los
moradores.

• Un solo edificio por parcela, ocupando no mas del 3% del suelo en una o dos
alturas como máximo.

• Uniformidad en materiales, formas, volúmenes, colores, etc., de la


edificación.

• Uniformidad de tratamiento de los espacios no edificados, por ejemplo, 75 %


de masa arbolada en secano, con especies comunes, 15% huerto y resto jardín.

73
• Viario no asfaltado y bordeado por alineaciones y/o masas de arbolado. Con
estas condiciones el aspecto de la actuación sería una masa boscosa homogénea
entre la que solo se entreverían las edificaciones. La implicación de los residentes
garantizará la conservación, pues son los principales interesados en ello.

El patrocinio o «esponsorizacion»

El medio ambiente «vende», de hecho los instrumentos normalizados de


gestión ambiental así como el etiquetado ecológico, operan bajo esta idea que ha
dado origen a todo un campo de actividad denominado «marketing» ecológico; en
efecto tales sistemas se basan en la concesión de etiquetas o marchamos que
garantizan a los consumidores un comportamiento ambiental sano de los agentes
socioeconómicas que los poseen o que hacen esfuerzos para mejorar, influyendo así
poderosamente en las preferencias de aquellos a la hora de comprar. En este sentido
ciertas empresas, con abundantes recursos, están dispuestas a financiar proyectos
de recuperación o mejora de espacios degradados para mejorar su imagen y
valorizarse ante clientes y publico en general. Ante una situación de degradación
conviene, por tanto, detectar las empresas dispuestas a colaborar en la inversión
que exige el tratamiento de recuperación, primero, y en la conservación y
mantenimiento, después.

Las ayudas institucionales

Existen multitud de ayudas destinadas a la recuperación ambiental, que


conviene detectar antes de plantearse la intervención sobre un espacio
determinado. Destacan las previstas en diversas iniciativas y programas de la UE, que
suele financiar proyectos con carácter de piloto, a fin de que se pueda difundir la
experiencia lograda. También existen ayudas de la administración central,
auton6mica y local. Estas ayudas son muy variables en el tiempo y en el espacio, de
tal manera que resulta ocioso exponer las que existen para un sitio y momento
dados; ante un problema determinado es difícil evitar una exploración de tales
ayudas recurriendo a los centros de información de la UE que existen en todos los
países miembros y a los correspondientes organismos nacionales, autonómicos o
locales.

74
A modo de síntesis sobre enfoque y estilo del tratamiento

Las ideas básicas que definen el estilo y enfoque del tratamiento de un espacio
degradado y que determinan su éxito, se pueden sintetizar así:

• Entender el tratamiento como un proceso que se va desarrollando en el


tiempo y que solo consigue sus objetivos finales a largo plazo.

• Integrar el tratamiento que se adopte en las condiciones ambientales del


medio, aprovechando las oportunidades y obviando las limitaciones, res-petando, en
suma, la «capacidad de acogida» o «vocación natural» del territorio.

• Dar participación a la población afectada por el tratamiento y atender a sus


demandas y expectativas. Implicarla por la doble vía de la participación en el proceso
de toma de decisiones y en la gestión de las actividad-des a desarrollar en el espacio
tratado.

• Buscar una función para el conjunto del espacio y para cada una de las
subzonas en que funcionalmente se organice.

• Plantear el proceso de forma flexible, de tal manera que permita introducir


modificaciones tácticas al tratamiento en función de la experiencia que el propio
proceso proporcione y de los cambios que se produzcan en las necesidades y
expectativas de la población.

• Una vez realizada la inversión inicial, que seguramente será la más onerosa,
buscar la autosuficiencia económica promoviendo actividades que, siendo
compatibles con los objetivos a largo plazo, generen recursos económicos, y los
agentes sociales capaces de llevarlas a cabo.

• Procurar la autonomía de gestión mediante el diseño de un ente gestor con


capacidad de decisión, quien solo dará cuenta al titular del espacio en tratamiento, o
a la junta rectora, en su caso, y contara con una asesoría científica y jurídica
adecuada.

75
CONTENIDO Y ALCANZE

El contenido y el alcance o grado de profundidad del trabajo a elaborar viene


marcado por las fases antes definidas (figura II. 1), y se puede esquematizar en los
siguientes documentos:

• Plan Maestro, que muestra la imagen final del espacio a recuperar.

• Uno o mas anteproyectos y proyectos que desarrollan el plan anterior hasta


concretarlo en términos ejecutables.

• Una estructura de gestión o forma en que se va a diligenciar y administrar la


conservación y/o explotación del espacio una vez ejecutados los proyectos de
recuperación.

En cuanto a la organización documental del plan maestro y de los proyectos,


aunque similar en el fondo, suele variar en la forma; el primero puede estar
organizado según la siguiente estructura:

• Presentación.

• Oportunidad del plan y encaje legal, en su caso.

• Viabilidad.

• Estilo, metodología y equipo redactor.

• Diagnostico por temas e integrado, Análisis DAFO.

• Objetivos específicos. Imagen Objetivo.

• Actuaciones: Programas, Subprogramas, Proyectos y otras acciones.

• Cronograma de ejecución: PERT, diagrama flujos, diagrama de barras...

• Normativa general y asociada a la zonificación representada en la imagen


objetivo.

• Evaluación ambiental del plan.

76
• Pianos, informativos, interpretativos o de diagnostico y de propuestas
(imagen objetivo y otros). Los pianos pueden insertarse en el texto en el lugar que
les corresponda o disponerse en bloque.

• Presupuesto del plan. Estudio económico-financiero.

• Gestión del plan.

• Anejos informativos e interpretativos o de diagnostico.

• Fuentes documentales utilizadas.

• Bibliografía.

Mientras los anteproyectos y proyectos se organizan según la forma clásica


establecida por la legislación en materia de contratación de las administraciones
públicas:

• Memoria y anejos a la memoria.

• Pianos.

•Presupuesto.

•Pliego de condiciones.

METODOLOGIA DEL TRABAJO

Una metodología es una secuencia lógica de tareas concatenadas, es decir, un


conjunto de tareas bien diferenciadas que se ejecutan según un orden determinado,
y que permite conducir el proceso de reflexión a través del cual se da respuesta al
contenido fijado para el trabajo a realizar; mas específicamente, se refiere a la
secuencia de operaciones conducente a la elaboración del plan maestro, primero, y a
la realización de los anteproyectos y proyectos, después.

La metodología se representa mediante un diagrama de flujos, que con-tiene


las tareas a realizar y la relación temporal entre ellas; de esta forma se convierte en
el hilo conductor que permite coordinar el trabajo de los diferentes miembros que

77
intervienen en el equipo, así como integrar la percepción de los afectados por el plan
(«clientes»).

En el Capítulo III se expone la metodología genérica que esta obra propone


para planificar y proyectar el tratamiento de un espacio degradado.

EQUIPO DE TRABAJO

Una metodología sistemática desarrollada por un equipo multi e


interdisciplinar es lo que da solvencia al tratamiento previsto, lo que unido a la
importante influencia de sus costes en el coste total del trabajo, justifica la
conveniencia de dedicar atención a diseñar su estructura y funcionamiento. Tal
diseño queda definido por los siguientes elementos:

• Perfil curricular o campos de conocimiento diferentes que deberían inter-


venir, en función del espacio a tratar y de la problemática que le afecta.

• Organización, en términos de áreas o unidades de trabajo y de niveles de


responsabilidad que les corresponde.

• Funcionamiento, o papel de cada miembro en el trabajo del conjunto.

• Dedicación de cada miembro.

Los tres primeros elementos quedan representados en el esquema de la figura


11.4, mientras la dedicación de cada miembro aparece representada en la tabla de la
figura II.5.

PROGRAMA DE TRABAJO: CRONOGRAMA DE TAREAS

Un cronograma (o programa de tareas/tiempo, figura II.6) es el elemento que


permite controlar los tiempos para el equipo conjunto y para cada uno de sus
miembros. El cronograma suele adoptar la forma de un diagrama de barras o de
Gant, en el que para cada tarea se representan los paralelismos y solapamientos
temporales, el tiempo disponible para realizarla, el tiempo que se supone va a
consumir su realizaci6n y el miembro del equipo responsable. El tiempo total ha de
ser el disponible para la realización del trabajo.

78
79
80
PRESUPUESTO PARA LA ELABORACION DEL TRABAJO

El presupuesto se forma por adici6n de los honorarios profesionales o costes


del personal, los costes de los materiales utilizados y los gastos generales; los
primeros, probablemente los más importantes, se determinan de forma inmediata a
partir de la tarea anterior (figura H.7.):

81
III
METODOLOGIA GENERAL PARA DISEÑAR
EL TRATAMIENTO DE UN ESPACIO DEGRADADO
De acuerdo con el concepto de degradación y el estilo de tratamiento sugerido
en los capítulos precedentes, recuperar un espacio degradado significa, sobre todo,
buscar para cada uno de los puntos o zonas homogéneas que lo forman, la
utilización mas adecuada a sus características y siempre en concordancia con las
necesidades, demandas, aspiraciones y expectativas que la población «cliente» tiene
sobre 61.

Esta idea sugiere aplicar un enfoque de ordenación territorial que entiende el


espacio problema como un sistema territorial que, a su vez, es una pieza
(subsistema) de un sistema territorial superior, y su tratamiento marcado por la idea
de «integración», es decir de adaptación al medio, en los siguientes términos (figura
III.l):

• ¿Cuales son las actividades que darán sentido al espacio recuperado


justificando una gestión activa?

• ¿Cual es la localización de dichas actividades mas acorde con la «lectura» o


vocación natural de cada uno de los puntos del espacio?

• ¿Cual es el comportamiento que deben seguir dichas actividades en relación


con su entorno?

82
De acuerdo con el enfoque descrito, este capitulo desarrolla en detalle la
metodología a la que aludía el punto 7 del anterior, la cual se concreta en:

• Un diagrama de flujos, que refleja las tareas a formalizar y el orden en que se


van sucediendo en el tiempo (figura III.3).

• Un texto explicativo.

Por otro lado hay que señalar que la aplicación de la metodología viene
precedida de la fase preparatoria descrita en el capitulo anterior.

Aunque se exponen de forma secuencial, el proceso de elaboración de las


tareas definidas en el diagrama de flujos, tiene carácter cíclico desarrollándose en un
continuo ir y venir en torno al problema de degradación a tratar, sus causas, los
agentes implicados y las soluciones posibles, tal como muestra la figura III.2.

83
Por otra parte el desarrollo de todo este proceso ha de ir incorporando las
opiniones y expectativas de los agentes implicados y de la población.

DIAGNOSTICO DEL PROBLEMA O PROCESO DE DEGRADACION

Dado un espacio que se considera degradado, y cuya delimitación se había


realizado con carácter provisional en la fase preparatoria, la primera tarea a realizar
consiste en entender los procesos que determinan la degradación y en la

identificación de los agentes implicados en ellos. Este diagnostico se formaliza a


través de los atributos que caracterizan un problema y que son los siguientes (figura
III.4):
84
• Formas en que se manifiesta la degradación sobre el medio.

• Identificación de las causas responsables del proceso o procesos de


degradación.

• Efectos o repercusiones en el territorio, en las actividades humanas y en las


personas.

• Agentes implicados en las causas y en los efectos.

• Localización de la manifestación, de las causas y de los efectos.

• Magnitud del problema: de la manifestación en principio, pero también de


las causas y de los efectos.

• Valoración de la gravedad del problema.

• Evolución previsible del problema si no se interviene y tendencias de todo


tipo.

• Relaciones con otros problemas y espacios.

• Percepción y sensibilidad de los agentes, de las autoridades implicadas y de


la población afectada sobre el fenómeno y espacio analizado.

• Nivel de responsabilidad al que debe ser resuelto el problema.

• Objetivo final del tratamiento.

Por ejemplo, si se trata de un espacio deteriorado por una cantera de caliza


abandonada y no restaurada, el diagnostico de la degradación podría caracterizarse
sintéticamente como sigue:

• Manifestación de las degradaciones: «caries» en el terreno, presencia de


restos de materiales extraídos, de maquinaria abandonada, de edificios e
instalaciones desmantelados, modificación del curso de un arroyo, deterioro de los
caminos por donde se extrajo el material, etc.

85
• Proceso de degradación: extracción, clasificación y tratamiento de los
materiales extraídos y transporte de los mismos; abandono de la explotación sin
recuperar el espacio afectado.

• Causas de la degradación: carencia de sensibilidad ambiental en el


planteamiento, diseño y gestión de la extracción, incumplimiento de la legislación en
materia de evaluación de impacto ambiental y de la específicamente minera sobre
restauración del espacio afectado, etc.

• Efectos: imagen deplorable de la zona y del entorno en que se ubica,


disuasión de localización de actividades de vanguardia, turísticas, recreativas, etc. en
el entorno, incorporación de sales a un arroyo, reducción de la calidad del agua,
contribución a la salinizaci6n de las tierras regadas con dichas aguas...

• Agentes: propietario de la cantera, ayuntamiento del termino municipal en


que se ubica, confederación hidrográfica, órgano sustantivo que autoriza la

explotación, órgano ambiental responsable de la Evaluación de Impacto Ambiental.

86
• Localización: ver piano.

• Magnitud: afecta a una superficie de 5 hectáreas sobre un total de 1.000 que


tiene el término municipal, pero ubicadas en la proximidad del casco urbano.

• Gravedad: media.

• Evolución: ciertas partes se integran progresiva y lentamente en su entorno,


en otras se dan procesos erosivos que se autoalimentan evolucionando a peor.

• Relaciones: el espacio contribuye a desvalorizar el término municipal,


transmite una imagen de gestión municipal negligente y disuade la localización de
actividades económicas de vanguardia.

• Percepción: el ayuntamiento es sensible al problema debido a la presi6n


social de la población que lo percibe como grave.

• Nivel de responsabilidad al que debe ser tratado: propietario o gestor de la


explotación; subsidiariamente, en caso de que aquel haya desaparecido, es al
ayuntamiento a quien corresponde la responsabilidad del tratamiento.

• Objetivo del tratamiento: aprovechar el «hueco» para localizar algún equipo


municipal, integrar el resto en el entorno circundante, y todo ello con un enfoque
finalista, ya que el tamaño reducido aconseja actuar de una sola vez para conseguir
la imagen objetivo.

En la medida de lo posible conviene expresar cartográficamente los elementos


analizados que sean susceptibles de representación espacial sobre el piano antes
indicado.

DELIMITACIÓN DEFINITIVA DEL AREA PROBLEMA Y DEL AREA DE INTERVENCIÓN

Hecho el diagnostico al que se refería el punto anterior, conviene revisar la


delimitación del ámbito realizada en la fase preparatoria a la luz del cono-cimiento
que tal diagnostico proporciona y teniendo en cuenta tanto el área de extensión en
que se manifiesta el problema cuanto aquellas otras donde se ubican sus causas o
que resultan alteradas por sus efectos. Estas últimas pueden ser externas al área

87
problema lo que exigirá definir el área de intervención, es decir, el espacio sobre el
que hay que actuar para resolver el problema.

La delimitación se hace sobre un piano a escala adecuada, la cual puede variar


desde la de plan, 1/10.000 o 1/25.000 dependiendo de la extensión y complejidad
del espacio a tratar, a la de proyecto, 1/1.000 o mayor. El primero de estos pianos,
que tendrá carácter de básico, incluirá aquellos elementos definitorios de la
estructura: limites físicos, límites administrativos en su caso, accesos y otros que se
consideren importantes y/o invariantes en el proceso; sobre este piano básico se
volcara la información sectorial relevante y la elaborada así como la imagen final del
espacio a tratar.

DEFINICION DEL ESTILO, ENFOQUE Y OBJETIVO FINAL DEL TRATAMIENTO

Esta tarea se inscribe en las reflexiones hechas sobre este concepto en el


capítulo anterior, dentro de la fase preparatoria, por lo que aquí solo se expone
sucintamente la forma de realizarla. Consiste en reflexionar, a partir del diagnostico
realizado, sobre las posibilidades de actuación contando con que ello va a requerir
inversiones en obras, gastos de mantenimiento y una gestión adecuada. El proceso
de reflexión puede ser de carácter informal o formalizado a través de un proceso
iterativo de generación y evaluación de alternativas que concluye con una idea,
tentativa aunque todo lo posible que permitan las circunstancias, de la imagen
objetivo que se desea alcanzar y del enfoque u orientación que se va a dar al
tratamiento para llegar a ella.

Técnicamente la selección de una alternativa de enfoque se puede realizar


mediante análisis Multicriterio en el que las alternativas posibles se comparan entre
si en función de criterios de diverso tipo: económicos, sociales, ambientales, de
gestión, etc.

ANÁLISIS INTERNO DEL ESPACIO ALTERADO

Esta tarea consiste en estudiar y representar sobre el piano base todas las
características intrínsecas al espacio afectado por la degradación que se consideran

88
relevantes para definir, planificar y proyectar su tratamiento; en principio incluirá los
siguientes grupos:

1. Medio físico, es decir, las características naturales tal como se encuentran


en el momento en que se hace el estudio.

2. Oportunidades de localización.

3. Infraestructuras existentes.

Estado legal del suelo, es decir, las afecciones normativas a que esta so-
metido.

elementos y procesos del medio físico

Se estudiaran aquellos aspectos que la problemática y las posibilidades


definidas en el punto anterior convierten en relevantes. Por ejemplo si, como suele
ocurrir, se pretende introducir una cubierta vegetal estable, convendrá estudiar el
clima del lugar en cuanto factor determinante de las posibilidades vegetativas de
distintos tipos de plantas, pero también en cuanto condicionante de las actividades
que se puedan plantear sobre el espacio una vez restaurado o como inductor de
alguna de ellas. La relación adjunta da una idea orientativa de los factores a
considerar y la figura III.5 ilustra las fuertes interacciones entre ellos, si bien los que
realmente se estudien deberán ser objeto de reflexión en cada caso particular.

• Factores climáticos: índices bioclimáticos y/o de aptitud climática,


microclimas especiales, confort climático, recursos energéticos: insolación,
velocidad, régimen y dirección dominante de vientos, etc.

89
• Materiales (litología y recursos minerales y culturales si los hubiere), formas
(morfología del terreno, pendientes, etc.) y procesos del medio inerte responsables
de las formas del terreno (vulcanismo, sismicidad, diapirismo, movimientos de
ladera, hundimientos, avenidas, expansividad, erosionabilidad y estados erosivos,
sedimentación, recarga y vulnerabilidad a la contaminación de los acuíferos
subterráneos, condiciones constructivas de los terrenos, patrimonio geol6gico,
recursos culturales, etc.).

• Agua, considerada como recurso, como soporte de vida y como receptor de


efluentes. Localización, régimen, cantidad, calidad ecológica y para diferentes usos,
capacidad de autodepuraci6n, etc., y ello para ríos, lagos, embalses, fuentes,
manantiales, etc., áreas de recarga, vulnerabilidad a la contaminación, etc.

• Suelo, entendido como recurso: aptitud para la agricultura: tipos de suelos,


clases agrologicas, capacidad de retención de agua, como receptor de efluentes de
diferente naturaleza: materia orgánica, minerales, etc., y como soporte de vida: el
90
suelo es un sistema en el que interaccionan materiales orgánicos e inorgánicos,
agua, vegetales, animales superiores y multitud de microorganismos, todos ellos
depositarios de una importante reserva genética. También es útil conocer el estado
de contaminación del suelo, es decir, la presencia o ausencia de sustancias
contaminantes.

• Vegetación: unidades de vegetación actual y potencial, elementos vegetales


singulares.

• Fauna: hábitats faunísticos, puntos de paso de migraciones, elementos


singulares desde el punto de vista de las comunidades de fauna, etc.

• Paisaje: unidades de paisaje, potencial de vistas, elementos paisajísticos


sobresalientes, incidencia visual, etc.

• Recursos científico-culturales: yacimientos paleontológicos, lugares o


monumentos histórico-artísticos, yacimientos arqueológicos, etc.

Oportunidades de localización

Se entiende por oportunidades de localización del espacio problema a las


ventajas que se desprenden de su posición relativa, es decir aquellas actividades que
vienen sugeridas por su posición en relación con otras áreas; es el caso, por ejemplo,
de proximidad a una ciudad grande, a un eje de desarrollo, a un área turística o de
una situación fronteriza entre países.

Infraestructuras existentes

Inventario y cartografía de las infraestructuras existentes en el espacio


problema, así como limitaciones que imponen al tratamiento y uso posterior y
posibilidades de utilización; las mas características tienen que ver con el viario:
accesos, caminos, sendas, etc. y con el agua: embalses, conducciones, etc., pero
también con la energía o equipamientos de todo tipo.

Afecciones normativas del suelo

Estudio y representación del sistema de intervención existente sobre el


espacio a tratar, es decir, de las repercusiones impuestas por las disposiciones
legales y administrativas; este análisis puede ser complementado con un estudio
91
sobre la capacidad de las instituciones para controlar y hacer cumplir dichas
disposiciones. Sin ánimo de exhaustividad, las afecciones mas comunes son las
siguientes:

• Espacios naturales protegidos por la legislación internacional, nacional,


regional o local.

• Protecciones derivadas de la legislación sobre patrimonio histórico-artístico:


parajes pintorescos, monumentos histórico-artísticos, jardines, etc.).

• PIG: puntos de interés geológico, yacimientos paleontológicos y arqueo-


Lógicos.

• Reservas, refugios de caza, cotos, etc., de caza y pesca.

• Catálogos de protección incluidos en el planeamiento urbanístico.

• Montes públicos de distinto tipo y otros espacios de uso o aprovecha-miento


limitado por la legislación de montes (protección hidráulico forestal, peligro de
incendios, etc.).

• Otros espacios públicos: Patrimonio Nacional, Diputaciones, Ayuntamientos,


etc.

• Vías pecuarias y descansaderos del ganado.

• Dominio publico hidráulico, dominio publico marítimo terrestre, zonas de


previsión de danos por avenidas, perímetros de repoblación obligatoria, de
protección de acuíferos, de sondeos de abastecimiento de agua, áreas de
investigación de aguas subterráneas, etc.

• Derechos mineros, reservas del estado, concesiones de explotaciones,


autorizaciones de explotación y aprovechamiento, etc.

• Servidumbres de paso de energía eléctrica, gaseoductos, oleoductos,


derivadas de grandes obras públicas, etc.

• Servidumbres derivadas de las instalaciones nucleares.

92
• Zonas condicionadas por instalaciones para la defensa nacional, polígonos de
tiro, etc.

• Gasificación urbanística del suelo.

• Repercusiones derivadas de la planificación sectorial: agricultura, turismo,


etc.

• Programas y proyectos previstos y que puedan afectar al espacio bajo


estudio.

• Concesiones administrativas, etc.

SINTESIS DE LA INFORMACION DEL MEDIO FISICO:


DEFINICION DE UNIDADES AMBIENTALES

Para manejar cómodamente la información temática relevante y hacer una


aproximación sistémica y sintética al medio físico, conviene recurrir al concepto de
unidad ambiental. Por tal se entiende una porción del territorio relativamente
homogénea (la homogeneidad es un concepto relativo que debe ser ajustado al nivel
de detalle o escala del trabajo) respecto a los factores del medio físico y a las
afecciones existentes, que se consideran como la manifestación externa de un
ecosistema que subyace.

Identificación de las unidades ambientales

La tarea consiste en identificar y cartografiar, a la escala de trabajo adoptada,


las unidades ambientales que se estiman pertinentes en el espacio a tratar para
adoptarlas como unidades básicas sobre las que se realizara la «lectura» del medio
físico, es decir la vocación o capacidad de acogida del suelo para las actividades
potenciales que se definen en una tarea posterior.

La escala de representación dependen del tamaño del espacio a tratar, pero


en esta fase de elaboración del plan maestro o imagen objetivo, la escala
corresponde a nivel de plan, porque no necesita detalles y debe ser desarrollada
después al nivel de proyecto; por ello la escala no suele ser superior a 1/10.000,

93
frecuentemente se utiliza la 1/5.000, y en ocasiones se puede llegar a 1/25.000 en
espacios de gran extensión.

Las unidades ambientales se pueden detectar por superposición de los


factores del medio físico con mayor carga informativa (geomorfología, vegetación y
usos del suelo) una vez cartografiados o, de forma empírica, por observación y
comprensi6n del espacio objeto de estudio. Se trata, en síntesis, de definir unas
zonas homogéneas de tamaño adecuado a la escala de trabajo y a la complejidad del
espacio, cada una con un ambiente propio y diferenciado del resto, que faciliten la
reflexión sobre las posibilidades de tratamiento de cada una de ellas.

Sintéticamente conviene definirlas atendiendo a la base geomorfológica y al


recubrimiento vegetal o uso del suelo actual, tal como muestran los ejemplos
siguientes:

• Talud en calizas erosionado desprovisto de vegetación con orientación


solana.

• Talud en calizas recubierto de vegetación herbácea y arbustiva con


orientación umbría.

• Ribazos de separación entre parcelas abandonadas de cultivo cubiertos por


matorral degradado.

• Acumulaciones de tierras inertes sobrantes de antiguos movimientos de


tierra.

• Tierras de cultivo abandonadas sobre terrazas medias de río. Escombrera de


inertes.

• Vaguada con humedad edáfica cubierta de vegetación herbácea y arbolado


residual.

• Zona con suelos contaminados por escapes de hidrocarburos.

• Etcétera.

94
Valoración de las unidades ambientales: el patrimonio ambiental del espacio

Se entiende por valor los méritos de una unidad ambiental, que aconsejan
conservarla o, lo que es lo mismo, evitar su alteración. La expresión grafica de este
valor muestra donde se concentra el patrimonio natural del espacio a recuperar a
conservar, en su caso, derivando, en la medida de lo posible, las actividades mas
agresivas hacia las zonas menos valiosas. Si a este plano se añade otro que muestre
el ecosistema climático o la vegetación potencial, se tendrá una idea excelente de la
diferencia entre la situación actual y la que corresponderá a un estado ecológico
clímax al que tenderá la evolución natural a largo plazo.

Dimensiones de valor

Cada unidad ambiental es la resultante de un conjunto de características y


procesos de muy diversa índole, por lo que su valor puede considerarse como la
resultante de varias dimensiones. La experiencia ha consolidado las siguientes:
ecológica, científico/cultural, paisajística y productiva; a ellos se puede añadir la
dimensión «funcional» que valora los méritos de una unidad desde el punto de vista
de su aportación a la funcionalidad del sistema conjunto, por ejemplo, en términos
de control de la erosión, producción de agua, retención de contaminantes, etc.

En este sentido el valor total de cada unidad resulta de la consideración


conjunta de las cuatro dimensiones enunciadas, de su agregación, en suma.

Criterios Y escalas de valor

Las dimensiones de valor enumeradas son básicamente de carácter cualitativo,


excepto el caso de la productividad que se puede medir en una escala de
proporcionalidad. Por ello, para la valoración es preciso aplicar criterios de valor
ampliamente aceptados y contrastados, así como utilizar escalas jerárquicas que
proporcionan simples rangos de valor. Los más importantes de dichos criterios son
los siguientes:

•Grado de evolución ecológica.

•Diversidad.

•Naturalidad.

95
• Rareza.

• Representatividad.

• Significación para la región.

• Singularidad.

• Carácter endémico.

• Complejidad.

Tabla y mapa de valoración

Aplicando los criterios citados a las unidades ambientales se puede


confeccionar una tabla con el formato de la Figura III. 6. donde se disponen, a titulo
de ejemplo, algunos valores atribuidos a las diferentes dimensiones de valor que
forman cada una de las unidades. La tabla de valoración esta referida espacialmente
a las unidades ambientales, por lo que es posible representar sobre un piano a
escala de forma inmediata el valor del territorio para cada una de las dimensiones o
para el valor de conservación total.

96
Conviene completar la valoración descrita, que se refiere a la situación actual,
con otra valoración relativa a:

• Valoración de la situación primigenia, antes de la intervención humana.

• Estado evolutivo (regresivo o progresivo) en que se encuentra la unidad y,


por consiguiente, sus valores.

• Nivel de calidad demandado por la sociedad y grado de sacrificio que esta


dispuesta a realizar para alcanzarlo.

ANALISIS DEL ENTORNO

En esta tarea se analiza el entorno en el que se inscribe el espacio problema


desde cuatro puntos de vista: social, ecológico, paisajístico y territorial o de usos del
suelo; con ello se pretenden tres objetivos:

• Detectar las posibles demandas, necesidades, aspiraciones o expectativas de


la población sobre el espacio a restaurar.

• Conocer las características ecológicas, paisajísticas y usos del suelo en el


entorno o área de influencia del espacio, para adoptarlas como refrenda obligada en
el diseño. Diseño de la imagen final del espacio a tratar.

• Entender los efectos mutuos e intercambios de todo tipo (materiales,


energía, animales o personas) que se producen o pueden producir entre ambos
sistemas.

Como entorno se considera aquí el territorio con el que el espacio a tratar


tiene algún tipo de interacción, tanto en términos de entradas (particularmente
«influentes» o recursos procedentes del medio físico) cuanto de salidas, y entendido
como un sistema constituido por un soporte físico-natural, una población que
practica actividades de producción, consumo y relación social, unos asentamientos
poblacionales, unos canales de relación entre ellos y unas instituciones.

ACTIVIDADES POTENCIALES

Con toda la información anterior, muy particularmente con el estilo y enfoque


del tratamiento definido en la tarea 3, es posible identificar las actividades, usos del

97
suelo y aprovechamientos que potencialmente se podrán plantear sobre el espacio a
recuperar, así como las relaciones entre ellas.

A continuación se da una relación orientativa de las posibles actividades a que


se puede destinar, total o parcialmente, un espacio degradado; dichas actividades no
son siempre alternativas sino que muchas de ellas se pueden aplicar de forma
complementaria e incluso superpuesta a distintos ámbitos del espacio a tratar según
las funciones que se desea de ellos.

• Conservación y regeneración de la naturaleza:

— Restauraci6n de los ecosistemas primigenios o generación de otros nuevos.


— Creando de nuevos paisajes.
— Actividades científico-culturales.
— Repoblación forestal: bosque protector.
— Hábitat especial para fauna.

• Esparcimiento y deportes al aire libre:

— Senderismo y contemplación.
— Instalaciones deportivas formalizadas.
— Escalada.
— Caza fotográfica.
— Recreo concentrado: áreas dotadas con diferentes equipos.
— Baño.
— Actividades náuticas.
— Pesca.
— Caza.
— Motocross, trial, etc.
— Circulación con vehículos todo terreno.
— Campos de golf.
— Tentadero de vaquillas.
— Cuadras de caballos.
— Picaderos.

—Circuitos gimnásticos, de bicicletas, etc.

98
— Deportes mas o menos formalizados: canchas de tenis, fútbol, balón bolea,
etc., juego de petanca, campos de golf, etc.

• Actividades didácticas o culturales:

— Aulas de la naturaleza.
— Centros de interpretación de la naturaleza.
— Granjas escuela.
— Jardín botánico.
— Arboreto.
— Jardines temáticos: de aromáticas, de frutos silvestres, etc.
— Parque zoológico.
— Auditorio para espectáculos al aire libre.

• Actividades agrarias:

— Repoblación forestal: bosque productor.


— Agricultura extensiva.
— Ganadería extensiva.
— Agricultura intensiva de regadío.
— Agricultura intensiva en invernadero.
— Viveros de distinto tipo.
— Introducción de cultivos alternativos: plantas de extractos (aromáticas,
medicinales, cosméticas o culinarias), cultivos energéticos, etc.
— Huertos familiares.
— Piscicultura.
— Granjas de distintas especies.
— Polígonos ganaderos.
— Edificaciones agrícolas o ganaderas.

• Urbanización:

— Parques, jardines, paisajismo.


— Edificios institucionales.
— Vivienda aislada.
— Camping.
— Urbanización rustica, no sometida a las previsiones de la Ley del Suelo.
99
— Urbanizaciones de media o alta densidad.

• Actividades industriales:

— Industria ligera aislada.

—Industria pesada aislada.

—Polígono industrial.

—Otras.

•infraestructuras y servicios:

—Centros de jardinería.

— Depuradoras.
— Aparcamiento de vehículos.
— Vertedero de escombros y residuos solidos urbanos.
— Plantas de compostaje.
— Vertedero de residuos industriales.
— Acumulación y recuperación de chatarra.
— Cementerios.

ANALISIS DE LAS RELACIONES ENTRE LAS ACTIVIDADES POTENCIALES

Esta tarea consiste en determinar las relaciones entre las actividades para
determinar como pueden o deben distribuirse en el espacio.

El primer problema a solventar se refiere a la posibilidad de coexistencia de


dichas actividades en el tiempo y en el espacio, la cual se puede expresar en
términos de compatibilidad (repoblaci6n forestal con caza, por ejemplo),
incompatibilidad (urbanización con conservación de ecosistemas) y situaciones
intermedias como disfuncionalidad (caza con recreo extensivo al aire libre); incluso
sinergia o reforzamiento entre unas y otras actividades (equipamiento turístico en
medio rural con la caza o la pesca, por ejemplo).

100
Se facilita el análisis de la relación entre pares de actividades cruzándolas
entre si en una matriz de doble entrada, cuyas celdas se formalizan con una serie de
símbolos expresivos de la relación. Esta matriz puede formalizarse teniendo o no en
cuenta la variable tiempo; la figura III.7 muestra un ejemplo de tal relación para
actividades de esparcimiento y recreo al aire libre en los siguientes términos:
101
• Complementariedad o sinergia: dos actividades se refuerzan cuando se
practican en el mismo espacio y al mismo tiempo. Por ejemplo, senderismo y caza
fotográfica.

• Compatibilidad: dos actividades se pueden practicar en el mismo espacio y al


mismo tiempo sin merma para el ejercicio de ninguna de ellas. Por ejemplo,
senderismo y acampada.

• Incompatible en el tiempo: las actividades pueden practicarse en el mismo


lugar, pero no al mismo tiempo. Por ejemplo, la caza y el senderismo.

• Incompatible en el tiempo y en el espacio: dos actividades no se pueden


practicar al mismo tiempo y en el mismo lugar. Por ejemplo caza fotográfica y
deporte formalizado en equipos.

• Disfuncional: el ejercicio de una actividad disminuye la calidad de los


factores que determinan la otra. Por ejemplo la pesca y el baño en un rio.

DETERMINACION DE LA CAPACIDAD DE ACOGIDA DEL ESPACIO

Se entiende la capacidad de acogida como la mejor forma en que puede


utilizarse una unidad ambiental teniendo en cuenta al mismo tiempo su potencial de
uso y su fragilidad ante este. Expresa la relación entre el territorio (de las unidades
ambientales que lo forman) y las actividades que se pueden desarrollar sobre el en
términos, por ejemplo, de vocacionalidad, compatibilidad e incompatibilidad.

La capacidad de acogida se establece para cada una de las unidades


ambientales establecidas en el análisis interno del sitio con respecto a cada una de
las actividades potenciales identificadas en los puntos anteriores. Se determina
sobre tablas o matrices de capacidad de acogida, cuyas entradas son las unidades
ambientales del área de estudio y las actividades potenciales que, en principio, se
quiere introducir. Las casillas de cruce se rellenan con unos códigos numéricos o
símbolos expresivos del grado de idoneidad entre la unidad ambiental y la actividad
correspondiente. La figura III.8 muestra un ejemplo de tabla de capacidad de acogida
extraída de la ordenación de un espacio degradado, cuyo formato puede aplicarse a
cualquier otro tipo de espacio y actividades.
102
La atribución de los símbolos, expresivos de los grados de capacidad de
acogida, se hace teniendo en cuenta dos puntos de vista:

• El de la actividad, para estimar en que medida la unidad correspondiente


cubre los requisitos que implica su localización y funcionamiento.

• El del medio/territorio, en el sentido de considerar los efectos (benéficos o


perjudiciales) que la actividad o uso del suelo puede producir a la unidad ambiental
correspondiente en el caso de que se localice sobre ella.

Una unidad ambiental tendrá una elevada capacidad de acogida para una
actividad, cuando sea favorable desde ambos puntos de vista a la vez: el de la
actividad y el del territorio, en cuyo caso se asignara el símbolo que representa una
capacidad de acogida alta o de un uso vocacional.

Los niveles de capacidad de acogida suelen ser tres, cuatro o cinco,


dependiendo del grado de confianza o de la finura del análisis, y se expresan según
una escala semántica del tipo muy alto, alto, medio, bajo y muy bajo o, con mas
expresividad, vocacional, compatible con o sin limitaciones e incompatible, por
ejemplo.

La matriz de capacidad de acogida asociada al piano de unidades ambientales,


proporciona una idea precisa sobre los usos razonables del suelo en cada unidad
ambiental lo que, unido a la relación entre actividades, constituye una excelente
base departida para diseñar la imagen objetivo a alcanzar con el tratamiento del
espacio degradado.

RESTRICCIONES

Se trata aquí de poner de manifiesto las limitaciones y condiciones que


imponen las afecciones normativas del suelo, identificadas en una tarea anterior, así
como las impuestas por el promotor, en su caso; asimismo conviene explicitar los
criterios de diseño, si los hubiere.

103
DISEÑO: MODULO, IMAGEN OBJETIVO FINAL O PLAN MARESTRO DEL
ESPACIO RECUPERADO

Esta tarea, la más creativa del proceso, consiste en definir y representar


gráficamente en planos a escala o fotografía, la imagen final que tendrá el espacio
una vez recuperado.

104
Alternativas de referencia

Con carácter previo al diseño de la imagen objetivo y como forma de


aproximarse a el puede resultar conveniente elaborar algunas alternativas de
referencia.

En principio hay dos referencias extremas:

• La tendencial, es decir, aquella a la que conduce la situación actual si no se


interviene. Generalmente será indeseable en la mayor parte de los puntos del
espacio a tratar, pero no necesariamente en todo el.

• La optima, entendiendo por tal la que mas se aproxime a las condiciones ideales de
ecología y paisaje, aunque podrían entenderse como ideales otras situaciones
diferentes a la naturalidad prístina. Se trata de una alternativa no limitada por
restricciones de medios, recursos y voluntades.

Entre estas alternativas se situara la que se puede denominar de compromiso o de


concertación, es decir la mas viable en las circunstancias que concurren en el caso, la
cual se formara con elementos de las anteriores y con otros derivados de la voluntad
política, del consenso entre los agentes implicados en el problema, de la
participación ciudadana y de la disponibilidad de recursos. Se trata, en principio, de
la alternativa con más posibilidades de ser adoptada como imagen objetivo a un
cierto horizonte temporal y como etapa intermedia en una progresión hacia el
óptimo.

Análisis DAFO

El análisis DAFO (acróstico de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y


Oportunidades) es una forma de disponer el conocimiento adquirido en las tareas
previas a la fase de diseño que puede tener utilidad en la identificación de la imagen
objetivo de compromiso; este análisis se concreta en una matriz cuyas entradas por
filas estén ocupadas por las fortalezas y debilidades que concurren en el espacio

105
problema y cuyas entradas por columnas corresponden a oportunidades y amenazas
del entorno en que se ubica.

Componentes de la imagen objetivo

La imagen objetivo queda constituida por tres componentes complementarias


que pueden interpretarse como subsistemas del espacio recuperado: zonas o
categorías de ordenación, redes y elementos o equipos auxiliares.

Zonas o categorías de ordenación

Se trata de componentes areales, identificados mediante criterios diversos,


cada una de las cuales será objeto de un tratamiento y utilización homogéneos. A
ellas se asociara, de un lado, las actuaciones (de conservación, mejora, recuperación
propiamente dicha o puesta en valor de recursos ociosos) para llevar la situación
actual a la prevista, y, de otro, las normas reguladoras de la forma en que deban
utilizarse. Resulta práctico nominar las categorías de ordenación por el uso propio o
característico, que es el que se les asigna con carácter prioritario, aunque sobre la
unidad puedan darse otros usos y actividades compatibles, complementarios o
sinérgicos con el propio, siempre que cuenten con capacidad de acogida suficiente.

106
A titulo de ejemplo se señalan en la figura III.9 las categorías de ordenación
definidas en la recuperación de los Cerros de La Cantería (Madrid). También puede
verse en el Capítulo IV la zonificación y las redes definidas en la recuperación de las
fincas La Grajera y La Barranca en Logroño.

Zona natural: espacios ocupados por la vegetación climática de la zona y por


formaciones naturalizadas o adaptadas ecológicamente a las características de los
espacios a ocupar.

Zona agrícola: implantación de actividades agrarias concebidas como un espacio


productivo, como un área de paseo y recreo y como un espacio dedicado a la
educación y formación ambiental.

Zona recreativo-deportiva: ubicada en las zonas mas altas de la meseta de los cerros
aprovechando el potencial de vistas como elemento destacable para actividades de
ocio y esparcimiento.

Zona educativa: aquí se sitúa un edificio donde se localizan los servicios de gestión y
administración además de salas de exposiciones y otras actividades de divulgación y
formación ambiental tipo «aula de la naturaleza». Zonas tampón: se conciben como
áreas de segregación de los distintos ámbitos y del conjunto del recinto con el
exterior.

Aparcamientos: los aparcamientos se conciben como zonas de predominio del


arbolado, a base de plátanos, olmos y acacias fundamentalmente. Accesos y viario
interior: planteados en tres niveles jerárquicos.

Redes

Son estructuras lineales que forman una red y dan funcionalidad a la


zonificación y, mas concretamente, al uso del espacio recuperado; las mas
características son los accesos y el viario interno o red de caminos y sendas para ser
recorridos por los usuarios, la red de agua, para riego o potable, y la red de energía
eléctrica o de iluminación.

Elementos o equipamientos

107
Están formados por dotaciones auxiliares que facilitan y hacen atractiva la
utilización del espacio; los más importantes son la señalización y «cartelera» de
carácter informativo, el mobiliario, los puntos de acceso, fuentes, cortavientos,
cerramientos y otros de carácter mas o menos funcional o decorativa

La elaboración de cada uno de los elementos de las propuestas puede hacerse


mediante un proceso en el que explícitamente se generan y evalúan alternativas de
forma iterativa, o bien mediante un proceso de reflexión en el que las propuestas se
van depurando continuamente hasta que el planificador queda satisfecho; en este
segundo caso, no es que no haya una sucesión iterativa de generación y evaluación
de alternativas, sino que estas alternan en ciclos muy breves y no son explicitas.

Método para establecer la zonificación

Existen dos enfoques básicos para establecer las categorías de ordenación.


Uno de carácter empírico y otro sistemático.

El primero es un método directo basado en la experiencia con que cuenta el


equipo de trabajo; este sigue un proceso que se puede esquematizar en tres pasos:

• Definición previa y tentativa de las categorías de ordenación que, en principio,


parecen adecuadas al tipo y ámbito del espacio a tratar; para ello recurre a la
experiencia de casos similares.

• Observación del piano de unidades ambientales asociado a la tabla de capacidad


de acogida; un análisis de la distribución de usos y actividades prioritarios,
compatibles e incompatibles, informara sobre la oportunidad y conveniencia de
respetar estas vocaciones intrínsecas, teniendo en cuenta las expectativas de la
población sobre cada actividad, la localización y accesibilidad actual, las tendencias
de ocupación del suelo, la pro-piedad, la viabilidad de una gestión eficaz, etc.

• Con todo ello decide las categorías de ordenación definitivas y las representa
cartográficamente, obteniendo así el modelo de tratamiento del espacio bajo
estudio.

El método descrito es el que se recomienda aquí. No obstante a continuación


se expone, con carácter ilustrativo, el denominado modelo sistemático, extraído de

108
la teoría sobre ordenación del territorio, cuya aplicación solo es recomendable en
casos muy especiales.

El método sistemático obtiene las categorías de ordenación a través de un


proceso formalizado de optimización de los usos del suelo y actividades, que puede
seguirse sobre la figura III. 10. En el se parte, como en el caso anterior, del mapa de
unidades ambientales asociado a la matriz de capacidad de acogida, y se atribuye a
cada unidad ambiental el uso del suelo vocacional, es decir aquel para el que resulta
mas idónea; sobre ella se aceptan otros usos que se consideran complementarios o
compatibles con el vocacional y para los que la unidad presenta una capacidad
suficiente.

109
Sin embargo, este criterio general no siempre se puede aplicar directa-mente,
sino que se abren varias posibilidades sucesivas. La primera encrucijada se presenta
ante aquellas unidades que muestran un grado máximo de capacidad de acogida
para varias actividades; cuando esto ocurre, que suele ser frecuente, aparece la
primera dicotomía del esquema: unidades con capacidad de acogida máxima para
una sola actividad y unidades con capacidad de acogida máxima para dos o mas
actividades.

En el primer caso se asignan las unidades a dicha actividad. No obstante, surge


aquí de nuevo una posible bifurcación: puede ocurrir que exista una demanda
cuantificada de la superficie necesaria para tal actividad o que tal demanda no se
conozca. En este último caso se atribuye a cada unidad la actividad para la que tiene
mayor capacidad de acogida y, por supuesto, las que son compatibles con ella.
Cuando la demanda esta cuantificada, se abren tres opciones:

• Que este equilibrada con la superficie de las unidades que disponen de la máxima
capacidad de acogida para la actividad, en cuyo caso se asigna a esta.

• Que falte superficie: se tomara la necesaria de las unidades que muestren un rango
inferior de capacidad de acogida.

• Que sobre superficie: el exceso se atribuirá a la actividad con un rango inferior de


capacidad de acogida.

Volviendo a la primera bifurcación del esquema, aparece el segundo caso:


unidades de integración que tienen capacidad de acogida máxima para dos o más
actividades. El primer problema a solventar se refiere a la posibilidad de coexistencia
de dichas actividades en el tiempo y en espacio, en función de sus requerimientos y
relaciones, expresadas en términos de compatibilidad o incompatibilidad; remitimos
al lector al análisis realizado en el punto 5 de este tema.

Definida la compatibilidad entre actividades, se abren dos posibilidades. Las


unidades ambientales que tienen capacidad de acogida máxima para varias
actividades compatibles, quedaran adscritas a ellas, pudiendo definir directamente
una categoría de ordenación. Pero se plantea un conflicto en aquellas unidades
donde las actividades capaces no son compatibles; tal conflicto puede resolverse por
una de las dos vías opcionales siguientes:
110
• Estableciendo una escala de prioridad entre las actividades, de acuerdo con una
determinada estrategia política (tendencial, conservacionista, desarrollista, de
compromiso, etc.). En este caso se atribuye la unidad a la actividad de mayor rango,
acompañada, con carácter subsidiario, por aquellas otras que, siendo compatibles
con la principal, disponen de una capacidad de acogida inferior, siempre que esta se
considere suficiente.

• Atribuyendo coeficientes de ponderación a las actividades en función, como antes,


de unos determinados escenarios voluntaristas. Al multiplicar los rangos de
capacidad de acogida por los pesos atribuidos a las actividades, se obtienen unos
índices, a los que se denomina de conveniencia, expresivos del grado de idoneidad
entre una unidad ambiental y una actividad: a cada una de aquellas se asocia la
actividad para la que presenta mayor índice de conveniencia, quedando como
subsidiarias los usos compatibles que tengan un índice inferior superando un
determinado umbral.

En este último caso también cabe la posibilidad de que se conozca o no la


demanda de superficie para cada actividad, debiendo procederse como se explico
antes para una sola actividad vocacional.

Abundando en lo dicho, una unidad puede adscribirse a una actividad para la


que no tiene la capacidad de acogida mas alta, aunque si suficiente (por encima de
un cierto umbral), en beneficio de otra u otras actividades que cumplen objetivos
preferidos por la estrategia política definida a través de las prioridades o de los
pesos.

La atribución de pesos a las actividades potenciales en el espacio objeto de


tratamiento, se inscribe en la temática de ponderación de objetivos (y de elementos
cualitativos valorables a través de escalas de preferencia). Tales pesos deben reflejar
la contribución relativa de las actividades al escenario que se pretenda, siendo
aplicables para su determinación diversas técnicas de investigación social.

Obviamente diferentes estrategias darán origen a distintas prioridades o


sistemas de pesos relativos entre las actividades y, por consiguiente, a distintas
alternativas de categorías de ordenación y tratamiento del espacio; a distintos

111
modelos en suma, que pueden ser evaluados en función de otros criterios no
incluidos en el proceso de optimización descrito.

Dicho proceso, aunque puede ser formalizado manualmente, se facilita con el


concurso de alguno de los GIS (Sistemas de Información Geográfica) presentes en el
mercado.

Uniendo las unidades ambientales a las que se ha asociado una actividad o


grupo de actividades comunes, tendremos cartografiado un primer esbozo de las
categorías de ordenación; añadiendo a ella otros criterios adicionales se pueden ya
decidir definitivamente las categorías que se propongan.

El diseño del modelo de tratamiento y ordenación, exige un gran esfuerzo de


creatividad por parte del equipo planificador, el cual ha de hacer un ejercicio de
imaginación, para lo que cuenta con unas bases de partida que facilitan y orientan el
«lapsus» creativa cual es la información elaborada en los puntos anteriores.

Los redes

Se diseñan una vez definida la zonificación para dar operatividad a la


utilización de las zonas; el método para ello tiene carácter técnico, objetivo por
tanto, por lo que resulta relativamente fácil encontrar el modelo adecuado; en
efecto, los accesos externos al espacio recuperado o el viario interior, se diseñan
teniendo en cuenta las formas previstas del terreno, las pendientes, la geotecnia, la
humedad, etc. del suelo y las previsiones sobre intensidad de uso de cada zona o
punto, es decir de las demandas de accesibilidad. Igualmente el diseño de la red de
agua, de electricidad o de iluminación, en su caso, se realiza aplicando criterios
técnicos a la satisfacción de la correspondiente demanda.

Los elementos o equipamientos

Se prevén como dotaciones auxiliares, una vez definidas la zonificación y las


redes, teniendo en cuenta para ello las demandas y expectativas derivadas de la
utilización prevista del espacio. Son, por ejemplo, mobiliario (bancos, papeleras,
etc.), puntos de agua o fuentes, carteles informativos, etc.

112
ACCIONES PARA ALCANZAR LA IMAGEN OBJETIVO

De acuerdo con el enfoque de ordenación territorial adoptado, las acciones


para alcanzar la imagen objetivo se pueden agrupar en tres clases:

• De intervención o acción positiva, que se materializan a través de los


correspondientes proyectos.

• De regulación y control sobre la forma en que se utiliza el espacio en su conjunto y


cada uno de los elementos que forman la imagen objetivo, que se materializan a
través de normas o estatutos de utilización y funcionamiento del espacio
recuperado.

• De gestión, que se materializa a través de una entidad gestora, un sistema y unos


indicadores de gestión.

Una primera intervención resulta inaplazable: actuar sobre las causas que
ocasionan el proceso de degradación para detenerlo, en caso de que sigan
operando. Solo entonces podrá iniciarse el proceso de restauración propiamente
dicha de forma positiva.

A cada categoría de ordenación, según el uso previsto, corresponderán


operaciones diferentes para llevar la situación actual a la prevista.

En el caso particular de que se pretenda la implantación de una cubierta


vegetal ecológicamente compatible, sobre un terreno estable y modelado de forma
coherente con el paisaje circundante, que controle la erosión, estabilice las formas,
consolide el suelo, favorezca el aprovechamiento de los recursos hídricos, integre los
terrenos en su entorno no degradado y restaure los procesos edáficos y ecológicos,
las operaciones se pueden desarrollar sobre los siguientes pasos:

•Sistematización del terreno (morfología) para darle unas formas coherentes con
el entorno o, particularmente, adecuadas al uso que se pretenda hacer de el.

•Tratamiento del suelo: incorporación de tierras vegetales, fertilización,


enmiendas, acondicionamiento para recibir plantaciones o siembras, etc.

•Ejecución de las instalaciones e infraestructuras necesarias: caminos, tuberías


para riego o abastecimiento, electricidad, energía, etc.
113
• Elección de las especies a implantar y formas o técnicas que se emplearan
para ello y preparación de la planta.

• Instalación de la vegetación.

• Conservación y mantenimiento.

Todas estas operaciones se integran en el proyecto ejecutable constituido por


los documentos típicos de todo proyecto: memoria explicativa de la transformación
y anejos, pianos a escala de las actuaciones, presupuesto y pliego de condiciones
técnicas.

La unidad ambiental como unidad de tratamiento

Como se ha visto, el piano de unidades ambientales y la valoración de estas


son dos elementos básicos en el diseño de la imagen objetivo; frecuentemente las
categorías de ordenación que configuran dicha imagen, pueden coincidir con las
unidades ambientales, en cuyo caso estas se convierten en unidades de tratamiento,
es decir, que requieren una intervención similar en todos sus pun-tos para llevarlas a
la situación definida por la imagen objetivo; cuando esto no ocurre, las unidades de
tratamiento serán solo parte de la unidad ambiental correspondiente.

PROGRAMACION DE LAS ACTUACIONES

El carácter del plan maestro sugerirá el orden en que conviene realizar las
operaciones o los diferentes proyectos que permitirán materializarlo. La
programación se hará utilizando los sistemas clásicos de programación, como los
diagramas de barras, PERT, CPM, etc.; la utilización de uno u otro dependerán de la
complejidad del espacio y del tratamiento previsto; normalmente es suficiente un
diagrama de barras que relaciona las operaciones a realizar y el tiempo en el que
deben ser realizadas.

114
EVALUACION DE IMPACTO AMBIENTAL

Aunque en principio a toda acción de recuperación de un espacio degradado


se deberá suponer un impacto ambiental positivo, esto puede no ser cierto para
ciertos aspectos, como por ejemplo la previsión de categorías que supongan
actividades sometidas por ley a evaluación de impacto ambiental (caso, por ejemplo,
de un campo de golf) o la utilización de especies vegetales que puedan compartir
con las existentes o resultar inadecuadas por cualquier otra circunstancia.

El momento adecuado para realizar la EIA es precisamente sobre el plan


maestro previsto, de tal forma que puedan incorporar las medidas preventivas,
correctoras o compensatorias en la fase de redacción de los proyectos.

PRESUPUESTO Y FINANCIACION

El Plan Maestro debe ir acompañado de un presupuesto estimado, que luego


se concretara en la fase de proyecto.

Asimismo hay que prever quien ha de financiar la intervención y, en su caso, la


conservación y el mantenimiento.

Puede complementarse esta tarea con un análisis económico financiero de la


inversión mediante la determinación de los índices clásicos de rentabilidad
económica (Relación Beneficio/Coste, TIR: Tasa Interna de rendimiento, VAN: Valor
Añadido Neto, Tiempo de Recuperación del Capital, etc.) a partir de las corrientes de
ingresos y gastos esperadas. Cuando esto no sea posible, porque no se esperan
ingresos monetarios o porque no son conocidos, es conveniente relacionar los

115
beneficios tangibles sin precio de mercado e intangibles, y en general todos los
beneficios sociales directos e indirectos esperados, capaces de justificar la inversión.

ELABORACION DE ANTEPROYECTOS

Un anteproyecto es un documento en el que se contienen las soluciones


técnicas a desarrollar después en el proyecto ejecutable; se puede realizar uno o
varios anteproyectos, en este caso convienen no olvidar el carácter unitario de la
transformación, por lo que deberán ser concebidos de forma coordinada a través de
un director común.

Uno o varios, el o los anteproyectos son instrumentos para la materialización


del plan maestro, por lo que se conciben como desarrollo de aquel.

ELABORACION DE PROYECTOS

El o los proyectos se elaboran a partir del o los anteproyectos y a nivel


ejecutable, es decir, con carácter contractual lo que supone que debe tener un grado
de concreción completamente detallado: definir sin ningún genero de dudas que es
lo que se ha de hacer, como se va a ejecutar, con que materiales y cuanto se abonara
por ello.

Por proyecto se entiende «un conjunto de tareas o actividades bien


diferenciables que se ejecutan según un orden determinado».

Como cualquier proyecto, y de acuerdo con la Ley de Contratos de las


Administraciones Publicas, el proyecto de recuperación queda formado por los
siguientes documentos:

• Memoria, que recogerá los requerimientos a satisfacer y las soluciones adoptadas;


ira acompañada de una serie de anejos en los que se incluyen datos de partida,
cálculos, justificación de las soluciones, etc.

• Pianos, de conjunto y de detalle, en los que las obras han de quedar perfectamente
localizada y definida.

116
• Pliego de condiciones, donde se establecen las condiciones a cumplir por los
materiales utilizados y a las que ha de someterse la ejecución de las obras.

• Presupuesto, que incluirá los precios unitarios, los precios descompuestos de las
unidades de obra, las mediciones con los detalles precisos para su valoración y los
presupuestos parciales y totales.

• Programa de desarrollo de los trabajos, en tiempo y coste optimo, si bien con


carácter indicativa

Para ciertos proyectos se puede refundir o incluso suprimir alguno de los


documentos citados, siempre que el resultado sea suficiente para definir, valorar y
ejecutar las actuaciones previstas.

Además los proyectos, a partir de un cierto volumen, deben ir acompañados


de un Estudio de Seguridad y Salud, que estará formado por el mismo tipo de
documentos del proyecto, y que establece las condiciones en que debe ser
ejecutado para que se garantice la seguridad y la salud de los trabajadores que lo
realizan.

La memoria

Esta formada por la memoria propiamente dicha y los anejos a la memoria. La


primera es el documento en el que se describe el proyecto. Debe recoger claramente
las motivaciones, condicionantes y criterios del promotor del proyecto, las
alternativas evaluadas y la justificación por la cual se llega a la adopción de una de
ellas. Posteriormente se hará referencia al programa de ejecución y puesta en
marcha, al presupuesto, y a la evaluación económica del proyecto. En la memoria
propiamente dicha no debe aparecer ningún cálculo, sino únicamente los resultados
alcanzados.

Los anejos a la memoria recogen la información de todo tipo: legal,


administrativa, geográfica, estadística, etc. que resulte pertinente para la toma de
decisiones sobre el proyecto así como las consideraciones, razonamientos, cálculos y
determinaciones que justifican las soluciones adoptadas, incluido el estudio
económico financiero de la actuación.

117
Los planos

Los planos constituyen el documento en el que se describe gráficamente el


proyecto, y deben tener un contenido y detalle tal que solo con ellos pueda
ejecutarse el proyecto; por tanto han de ser claros, suficientes en número, contenido
e información ofrecida, para que puedan ser interpretados sin dudas por un técnico
con formación similar a la del proyectista. Los planos reflejan la situación actual y la
futura, así como todas las actuaciones necesarias para lograr dicha situación. Las
funciones de los pianos se resumen básicamente en las siguientes:

• Reflejar los antecedentes y condicionantes del proyecto.

• Definir todos los elementos que integran las actuaciones a ejecutar.

• Reflejar de tal manera las unidades de obra que puedan ser medidas.

• Deben permitir planificar la ejecución de las actuaciones a realizar.

• Controlar la ejecución de las actuaciones.

A continuación se enumeran una serie de pianos cuya inclusión es muy común


en los proyectos de restauración:

• Plano de situación. Se trata de un mapa topográfico que recoge una visión


general del estado actual del espacio a transformar. La escala utilizada depende del
grado de detalle que sea necesario adoptar.

• Planos de información temática. Son pianos descriptivos del medio que


aportan información sobre geología, hidrogeología, suelos, vegetación, paisaje, etc.
La escala utilizada depende mucho de la información disponible, aunque siempre es
recomendable homogeneizar la escala de los pianos.

• Plano de Conjunto o Plano Maestro. Recoge las zonas del territorio en las
que se realizaran las diferentes actuaciones que se plantean en el proyecto. La escala
utilizada depende en gran medida del grado de detalle necesario.

118
• Plano de sistematización del terreno. Son pianos que reflejan el estado
topográfico final del espacio, y los movimientos de tierras que son necesarios llevar a
cabo.

• Plano de siembras y plantaciones. Recoge las diferentes siembras o


plantaciones que son necesarios realizar para alcanzar la situación futura objeto de
la ejecución del proyecto de restauración.

• Planos de infraestructuras. Son pianos descriptivos de las diferentes


infraestructuras necesarias para alcanzar la imagen final: instalación de riego,
instalación de alumbrado, viales de acceso, etc.

• Plano de actuaciones complementarias. Refleja diversas acciones que se van


a llevar a cabo al margen de la principal: barreras visuales, pantallas acústicas,
fuentes, carteles informativos, etc.

EL pliego de condiciones

El pliego de condiciones consiste en una serie de clausulas que señalan de


forma pormenorizada los derechos, responsabilidades y garantías entre las
diferentes partes que intervienen en el desarrollo del proyecto. Establece, sin ningún
tipo de ambigüedades, las características de las actuaciones a realizar: descripción y
cronología de las operaciones necesarias, materiales a emplear, maquinaria,
instalaciones, etc.

Las diferentes clausulas que componen el pliego de condiciones se agrupan


generalmente en dos títulos:

• Pliego de condiciones técnicas particulares.

• Pliego de condiciones administrativas.

A titulo de ejemplo seguidamente se describe el contenido del pliego de


condiciones de un proyecto de revegetación del área afectada por la construcción de
una infraestructura lineal.

119
Pliego de condiciones técnicas
Capitulo I. Objetivos del proyecto.

Articulo 1. Alcance del Pliego.


Artículo 2. Contradicciones y omisiones en el Proyecto.
Articulo 3. Documentos complementarios. Normativa aplicable.
Articulo 4. Documentos contractuales.
Articulo 5. Aclaración previa.
Articulo 6. Obras que comprende en Proyecto.

Capitulo II. Descripción de las obras proyectadas.

Artículo 7. Localización de las obras. Artículo 8. Unidades de Obra Proyectadas.

Capitulo III. Condiciones que deben cumplir los materiales.

Artículo 9. Condiciones generales para todos los materiales.


Artículo 9.1. Procedencia.
Artículo 9.2. Examen y aceptación.
Artículo 9.3. Transporte y acopio.
Artículo 9.4. Inspección.
Artículo 9.5. Sustituciones.
Artículo 10. Condiciones específicas.
Artículo 10.1. Plantas.
Articulo 10.2. Semilla.
Articulo 10.3. Mallas anti erosión.
Articulo 10.4. Agua.
Artículo 10.5. Otros materiales.

Capitulo IV. Ejecución y control de las obras.

Artículo 11. Condiciones Generales.


Articulo 12. Equipo.
Artículo 13. Replanteo.
Artículo 14. Preparación del suelo.
Artículo 15. Plantación.
Artículo 16. Épocas de plantación.

120
Articulo 17. Hidrosiembra.
Articulo 18. Épocas de siembra.
Articulo 19. Cuidados culturales.
Articulo 20. Binas.
Articulo 21. Marras.

Capitulo V. Medición y abono de las obras.

Articulo 22. Normas Generales.


Articulo 23. Medidas correctoras.
Articulo 24. Materiales en depósito.
Articulo 25. Otros gastos no incluidos en los precios.
Articulo 26. Partidas alzadas.

Pliego de condiciones administrativas particulares


Articulo 27. Disposiciones.
Articulo 28. Mediciones y Valoraciones.
Articulo 29. Responsabilidad de la Medición.
Articulo 30. Forma de efectuar las mediciones.
Articulo 31. Unidades de obra no previstas.
Articulo 32. Materiales sustituidos.
Articulo 33. Precios contradictorios.
Articulo 34. Obra aceptable e incompleta.
Articulo 35. Precios unitarios.
Articulo 36. Programa de trabajo.
Articulo 37. Iniciación y replanteo de las obras.
Articulo 38. Ensayos y reconocimiento durante la ejecución de las obras.
Articulo 39. Facilidades para la inspección.
Articulo 40. Representantes de la Propiedad y de la Contrata.
Articulo 41. Instalaciones Auxiliares provisionales.
Articulo 42. Conservación de las obras realizadas.
Articulo 43. Restitución de servicio.
Articulo 44. Recepciones provisionales y definitiva.
Articulo 45. Accidentes de trabajo.
121
Articulo 46. Plazo de ejecución.
Articulo 47. Obligaciones sociales.
Articulo 48. Advertencias sobre la correspondencia oficial.
Articulo 49. Gastos de vigilancia y análisis de materiales a pie de obra.
Articulo 50. Gastos de replanteo y liquidación.
Articulo 51. Obligaciones no previstas en este Pliego.
Articulo 52. Danos y perjuicios.
Articulo 53. Rescisión de Contrato.
Articulo 54. Documentos legales complementarios.
Articulo 55. Condición final.

El presupuesto

EI presupuesto es el documento donde se detalla justificadamente el coste de


la obra, a partir de mediciones, precios unitarios, pálidas presupuestarias y unidades
de obra.

A la hora de elaborar el presupuesto de las obras contempladas en un


proyecto, es necesario desglosarlas en las denominadas unidades de obra o de
ejecución. Una unidad de obra es cada una de las partes distintas de que se
compone una actuación. Estas unidades son invariables en cuanto a su composición,
aunque no así en su cuantía. Por ejemplo: «m2 excavación del terreno a una
profundidad de 0,3-0,4 m retirando raíces y piedras y nivelando la superficie
(manual)». Esta unidad de obra es invariable en cuanto a su composición, puesto que
no se acepta realizar la excavación con maquinaria específica o que la profundidad
sea de 0,7 m, pero es variable en cuanto a su medición, es decir; puede ser necesario
ejecutar 3 m2 6 5 m2.

Una vez definidas las unidades de obras, el siguiente paso es su medición.


Consiste en cuantificar la cantidad a realizar de cada una de las unidades de obra y
expresarla en la correspondiente unidad de medida: m lineal, m2, m3, unidad, etc.

A continuación se determina el coste de cada unidad de obra identificada en el


proyecto. Para ello, es necesario describir cada uno de los componentes de la unidad

122
y su precio unitario. La justificación del coste vendrá reflejada en el anejo a la
memoria «Justificación de Precios». Este anejo se estructura en tres bloques:

• Precios básicos.
• Precios auxiliares.
• Precios de las unidades de obra.

Los precios básicos se agrupan en tres capítulos:

• El coste de la mano de obra. Se determina el coste de la hora efectiva-mente


trabajada por cada una de las diferentes categorías de mano de obra empleadas en
la ejecución de una unidad de obra.

• El coste de la maquinaria. Para cada maquina empleada en la ejecución de


una unidad de obra se determinara su coste horario efectivo. En este coste se
incluye el mantenimiento, la amortización, el transporte, la instalación, la mano de
obra necesaria para su funcionamiento, los combustibles, lubricantes, etc.

• El coste de los materiales a pie de obra. Se determina el coste de todos los


materiales utilizados en la ejecución de una unidad de obra. En este coste se incluye
el precio del material en almacén, el transporte hasta la obra, la carga y descarga,
almacenamiento en obra, mermas, etc.

Los precios auxiliares. Constituyen el coste de aquellos materiales elaborados


en la propia obra y que forman parte de las unidades de obra: morteros,
hormigones, encofrados, etc.

Los precios de las unidades de obra o precios descompuestos. Es el precio de


la unidad de obra desglosado en todos los elementos que lo forman: mano de obra,
maquinaria, materiales, auxiliares.

Una vez que el precio de las diferentes unidades de obra ha quedado


suficientemente justificado, se procede a describir la estructura que debe tener el
presupuesto de un proyecto de restauración. El presupuesto es un documento que
se estructura en cuatro grandes bloques:

• Mediciones.
• Cuadro de precios numero 1 y numero 2.
123
• Presupuestos parciales.
• Presupuesto general.

Mediciones.

Como quedo explicado anteriormente, se entiende por medición el acto


mediante el cual se calculan las dimensiones de cada unidad de obra y se determina
su cuantificación en diversas unidades de medida (m lineal, m2, m\ unidad, etc.).

Cuadro de precios numero I. En este apartado se indica el precio en letra y en


cifras de cada una de las unidades de obra que se han identificado en la ejecución de
las actuaciones contempladas en el proyecto. La justificación de estos precios se
recoge en el anejo «Justificación de precios» como quedo descrito anteriormente.

Cuadro de precios numero 2. En este apartado se indica el precio en cifras de


cada una de las unidades de obra contempladas en el anterior cuadro de precios. La
diferencia esencial entre estos dos cuadros radica en que en el numero 2, las
unidades de obra deben venir desglosadas, con el fin de liquidar adecuadamente, en
caso de rescisión del contrato, las posibles unidades de obra que no estén
completamente ejecutadas. Si alguna unidad de obra no admite descomposición, se
indicara «sin descomposición».

Presupuestos parciales.

Las unidades de obra identificadas podrán agruparse por conceptos diversos


en capítulos (por ejemplo: movimiento de tierras; instalación de riego; plantaciones,
etc.). El presupuesto de cada uno de estos capítulos por separado constituye los
presupuestos parciales.

Presupuesto general.

Es la suma del presupuesto parcial de todos los capítulos identificados.

La cifra resultante del presupuesto general incrementada en un porcentaje


(normalmente el 8 %) en concepto de costes indirectos es lo que conoce como
presupuesto de ejecución material. Es la suma de todos los productos binarios
resultantes de multiplicar el precio de cada unidad de obra por el número de las

124
mismas. Es el precio que le costará al promotor del proyecto si contratase
directamente la mano de obra, adquiriese los materiales, etc.

Normalmente la ejecución de un proyecto se lleva a cabo mediante una


empresa constructora, que tendrá que obtener un beneficio por ello. Como con-
secuencia de esto se elabora el presupuesto de ejecución por contrata.

El presupuesto de ejecución por contrata resulta de aplicar al presupuesto de


ejecución material un porcentaje en concepto de gastos generales y beneficio
industrial.

Existen diversas fuentes que contienen los precios unitarios, como son los
publicados por el Colegio Oficial de Arquitectos, diversas revistas especializa-das en
el sector de la construcción (Erne Dos, Constructo, etc.), «Cuadro de Precios de la
Ingeniería Agronómica y Alimentaria», elaborados por la Fundación para la
promoción de la ingeniería agronómica del Colegio Oficial de Ingenie-ros Agrónomos
de Levante, Cuadro de Precios publicados por el Colegio de Arquitectos Técnicos de
Guadalajara, etc.

La elaboración de presupuestos se simplifica con la llegada al mercado de


programas informáticos como Quick Pres, Menfis, Presto, etc. Son programas con
una base de datos periódicamente actualizable en la que se recogen los precios
unitarios y descompuestos de un gran número de unidades de obra. Asimismo, la
base de datos es personalizable, pudiendo incluir un número ilimitado de precios
que el usuario necesite en el desarrollo de su actividad profesional.

125
EI programa de ejecución y puesta en marcha

En este programa se describirán las actuaciones a realizar, la duración pre-


vista de cada una de ellas y la secuencia temporal en que van a desarrollarse.

La elaboración del programa de ejecución y puesta en marcha de un proyecto


se apoya en diversas técnicas de programación (PERT, CPM, etc.), pudiendo
resumirse en un diagrama de barras o de Gannt (figura III. 11). Asimismo es posible
la utilización de programas infbrmaticos2 que simplifican en gran medida dicha tarea.

Otros documentos

Además de los señalados el proyecto podrá ir acompañado, según casos


previstos en la legislación, por un Proyecto de Seguridad y Salud. Asimismo cuando
el proyecto quede sometido al procedimiento de evaluación de impacto ambiental,
habrá que hacer el correspondiente estudio de impacto que será la base técnica
sobre la que se apoye el desarrollo del proceso.

EJECUCION DE LAS OBRAS

Las obras se realizaran directamente por el promotor o responsable de la


recuperación o por contrato con una empresa constructora, donde el proyecto es la
parte central de tal contrato; como en todo proyecto requerirá la intervención de
una dirección facultativa.

GESTION

La gestión se refiere a las diligencias relativas a la conservación, manejo y


explotación del espacio una vez recuperado; el diseño de la gestión es parte
sustancial del plan maestro, y se apoya e inspira en las ideas de flexibilidad, de
evolución en el tiempo, de autonomía liberada de imposiciones y urgencias políticas,
de búsqueda de la autofinanciación y de consecución de los objetivos finales
representados en la imagen objetivo a través de un proceso de desarrollo a medio o
largo plazo.

_____________
2 Uno de los programas mas utilizados es Microsoft Project

126
La gestión se puede concretar en tres tipos de propuestas: la entidad ges-tora,
el sistema de gestión y el presupuesto para la gesti6n.

Entidad gestora

La entidad responsable de la gestión del espacio recuperado puede ser el


propio titular que ha tornado la iniciativa de la recuperación o un ente creado
específicamente para el caso, funcionalmente dependiente de aquel. En ambos
casos, se trata de definir una organización, simple, ágil y eficaz, capaz de manejar el
espacio recuperado para conducir su evolución en la dirección de la imagen objetivo.
Incremental la solvencia de la gestión disponer de una asesoría científico-técnica.

Su gestión no ha de encerrarse en los límites del espacio recuperado, sino que


debe proyectarse hacia afuera, tanto para informar de los resultados obtenidos
como para hacer partícipe de ellos al entorno social e implicarlo en su continuidad.

Sus funciones más importantes se pueden concretar en las siguientes:

• Seguimiento y control de la forma en que evoluciona el espacio tratado y cada una


de las partes que lo constituyen, así como del comportamiento de los usuarios en
caso de existir. En función de ello propondrá las modificaciones y adaptaciones
adecuadas. Para la realización del seguimiento conviene contar con una serie de
indicadores, controles e instrucciones para seguir la evolución y comprobar en que
se aproxima o aleja de lo previsto; asimismo se pueden definir señales de alerta que
denuncien las separaciones inaceptables de los previsto y las medidas a adoptar en
tal caso, según un proceso de adaptación continúa. Por fin conviene hacer una
evaluación «ex post» que sintetice lo conseguido.

• Coordinar a todos los agentes que operan en el espacio recuperado o


practican las actividades previstas en su diseño: culturales, deportivas, comerciales,
etc.

• Exigir a las instituciones públicas para que cumplan los compromisos que el
plan maestro les haya podido atribuir o les correspondan por otras razones.

• Explorar la posible existencia de patrocinadores («exponsors») después-tos a


colaborar econ6micamente a cambio de mejorar su imagen.

127
• Animar a ciertos agentes públicos o privados a practicar actividades,
complementarias a las previstas en el propio diseño de la recuperación y
compatibles con la filosofía en que se baso, capaces de generar ingresos; por
ejemplo explotación de instalaciones culturales, aparcamientos, venta de algún
producto, alquiler de bicicletas, de caballos, «chiringuitos», etc., en caso de que se
prevea gran afluencia de publico.

• Identificar y valorar los efectos de la gestión en su entorno.

• Implantar, en su caso, sistemas normalizados de gestión, particularmente los


relativos al aseguramiento de la calidad del espacio y de los servicios que presta y a
la gestión ambiental.

•Elaborar informes sobre su actividad en relación con todas las funciones


enunciadas a las autoridades responsables y al público en general.

Sistema de gestión

Se refiere al funcionamiento del ente gestor, expresado en términos de flujos


de decisiones, flujos de información y normas de funcionamiento. El ente gestor
puede operar por gestión directa, mediante concesiones o por contratación de
ciertos servicios. Ver figura III. 12. La diversificación y mantenimiento financiero de
las distintas actividades e instalaciones a implantar puede, y en algunos casos debe,
realizarse mediante concesiones a particulares o convenios con instituciones
culturales o administrativas (Universidad, etc.). Espacios deportivos, áreas
recreativas, granjas-escuela, aulas de la naturaleza, viveros, picaderos, quioscos y
chiringuitos, huertos de ocio, etc., pueden ser objeto de convenios, concesiones y/o
colaboraciones.

En otras ocasiones el ente gestor puede ofrecer superficie para la


investigación científica, difusión cultural, producción vegetal, etc., bien buscando los
organismos o empresas interesadas o desarrollando estas actividades por propia
iniciativa (producción de planta autóctona para restauración de obras públicas o con
destino ornamental, por ejemplo).

128
En el esquema esbozado en la figura, los flujos de decisiones van de arriba
hacia abajo, es decir, desde el promotor o titular del espacio al gestor directo que
tiene un papel subordinado respecto de aquel, y de este a las unidades de gestión
concesionadas, contratadas o concertadas; los flujos de información se dirigen en
sentido contrario; por su parte, las asesorías informan directamente al responsable
de la gestión directa, al titular y a las contratas o concesiones a través de aquel.

La aplicación de este esquema a cada caso particular ha de desarrollar, a su


vez, la estructura interna de cada grupo, y concretar el tipo de decisiones y de
información que fluyen entre ellos, lo que puede quedar representado por medio de
flechas.

129
Presupuesto para la gestión

Los órganos para la gestión requieren su propio presupuesto; asimismo hay


que prever los locales y materiales necesarios para su funcionamiento. Todo ello
debe quedar reflejado en el presupuesto de gestión. Por ejemplo, la instala-ci6n de
una cubierta vegetal estable requiere una dedicación relativamente intensa al menos
durante dos afijos, de coste no despreciable. Tales costes se incluirán en el plan
maestro, a nivel de estimación, y en los proyectos con carácter contractual, es decir,
completamente detallados.

130
IV
UN TRATAMIENTO COMUN:
LA IMPLANTACION DE UNA CUBIERTA VEGETAL

La creación de una cubierta vegetal, en la totalidad o en parte de su superficie,


es un tratamiento generalmente inevitable en la recuperación de cualquier espacio
degradado, cuyo éxito dependerá del acierto con que se proyecte y de los cuidados
que se le dediquen en el proceso de evolución y desarrollo que se inicia con las
operaciones de implantación de las especies seleccionadas.

Normalmente la revegetación se realiza en un medio desfavorable: suelos


esqueléticos sometidos a erosión activa, fuertes pendientes, acidez, salinidad,
presencia de residuos de muy diferente naturaleza, contaminación por metales
pesados o hidrocarburos, aire y aguas contaminados, etc., condiciones que hacen
indispensable la intervenci6n humana tanto si se desea reconstruir la vegetación
potencial, una etapa de la sucesión ecológica1 o simplemente una cobertura vegetal
aloctona, destinada a conseguir fines específicos.

Tal intervención requiere aplicar técnicas especificas proyectadas a partir de


un buen conocimiento de la biología de las plantas a introducir, del manejo que
requieren y del medio en el que se van a instalar y de su interacción con el; y todo
ello formando parte de un plan cuidadoso en términos espaciales y temporales.

Este capitulo se complementa con el capítulo VI destinado a la reforestación,


pues esta no es otra cosa, fundamentalmente, que la revegetación de superficies
extensas con unas técnicas y objetivos concretos, y, en principio, dentro de una
estrategia forestal de ámbito superior.

_______________
1: Sucesión ecológica: etapas por las que pasa un ecosistema en su evolución natural hacia su estado clímax definido
por el estadio terminal de la evolución. Si la evolución es interna al ecosistema, natural, la sucesión se denomina
autógena y alógena cuando hay intervención externa.
131
OBJETIVOS

La revegetación pretende establecer una comunidad vegetal estable (auto-


suficiente en la medida de lo posible) de la que se esperan funciones muy diversas y
complementarias, de importancia variable según los casos, tal como incrementar la
biodiversidad, estabilizar y proteger el suelo, aportar funcionalidad a ciertas
infraestructuras como carreteras, integrar un espacio en el paisaje circundante,
enmascarar los elementos discordantes o realzar otros, proporcionar alimento y
refugio a comunidades de fauna que, antes o después, adoptaran como hábitat la
masa formada, recrear o contribuir a que la naturaleza recree el ecosistema natural
que corresponde a la estación ecológica, etc. A continuación se comentan estos
aspectos.

Conseguir uno masa vegetal estable

La estabilidad de una masa vegetal depende estrictamente de su adaptación a


las condiciones ecológicas del lugar, por ello la forma obvia de conseguirla consiste
en fomentar la colonización natural a partir de las especies existentes en el ámbito
circundante, cuando ello es técnicamente posible y cuando los plazos en que se
desea percibir los resultados sean suficientemente dilatados; ambas circunstancias:
posibilidad técnica y plazo, suelen hacer imprescindible el recurso a la implantación
directa de la cubierta que se desea o de las etapas iniciales de su evolución
ecológica, de tal manera que se estimule la aparición y sucesión de los diferentes
estadios —sucesión ecológica— cada vez mas evolucionados que, en ausencia de
influencia humana, conducen a la vegetación climacica2 (ver figura IV. 1). Por otro
lado, el sistema es mas estable cuanto mas diversificado es, es decir, cuantos más
nichos se ocupan.

La sucesión se aprecia mediante análisis diacrónicos, realizados a intervalos


mas o menos regulares de tiempo, de una misma superficie o de superficies
diferentes pero similares condiciones ecol6gicas y con distinta edad. Las etapas
iniciales son lentas y difíciles, los individuos que las forman se regeneran con
dificultad, después los procesos se aceleran, y se favorece toda la evolución
___________
2 Vegetación climática: la que corresponde al máximo nivel evolutivo), es decir, de madurez o situación clímax del
ecosistema, que corresponde con su máxima diversidad y estabilidad; se trata de una situación en que el ecosistema
utiliza la mayor parte de la energía que capta del sol para mantener su estructura y funciones, es decir, para
permanecer.
132
introduciendo especies de elevado poder edificador, próximas al clímax. En las
etapas iniciales de la sucesión vegetal la instalación de especies herbáceas, que
protegen el suelo e invierten el proceso degradativo, crean las condiciones
adecuadas para la implantación de matas y arbustos leñosos, situación desde la que
facilita finalmente la reintroducción de las especies arbóreas dominantes.

Las estirpes nativas o autóctonas han superado un largo proceso de selección


y adaptación natural, lo que les proporciona ventajas de radicación, integración en el
paisaje, facilidad de mantenimiento y resistencia a enfermedades y plagas. Las
especies dominantes de tales estirpes (las que definen y caracterizan el paisaje
vegetal) será el muestrario sobre el que elegir aquellas cuya reproducción e
instalación resulta técnicamente mas fácil.

La valoración positiva de las especies nativas no implica rechazo de las


exóticas, que las pueden sustituir con ventaja en relación con el plazo, la este-tica o
las funciones que se demanda a la cubierta vegetal, o cuando hay que salvar
obstáculos como los siguientes, que se dan con cierta frecuencia:

133
• La dificultad de identificar la vegetación originaria o climática cuando el
terreno esta muy degradado, no quedan vestigios de aquella vegetación y el entorno
no la denuncia con evidencia.

• El deterioro edafológico y ciertos efectos microclimáticos que imposibiliten o


suponen una implantación extremadamente lenta.

• La insuficiente disponibilidad de planta en viveros para uso masivo, y ello en


términos cuantitativos y cualitativos en relación con la identidad genética y
procedencia del material vegetal.

En tales circunstancias es preciso recurrir a otro tipo de especies, cuya


elección depende de los factores que se describen en el punto siguiente.

Criterio prioritario: minimizar el mantenimiento

Debe procurarse que la plantación tienda por si misma a formar sistemas


capaces de auto mantenerse y que, a ser posible, puedan progresar hacia
estructuras mas complejas de forma natural. Se pretende que sean sistemas,
progresivos o estables, persistentes a pesar de las perturbaciones. Los tratamientos
de tipo «ajardinado» son sistemas inestables que se mantienen de forma artificial
gracias a costosos aportes periódicos de riegos, abonados, fitosanitarios, etc.
Necesitan, por tanto, un alto coste de mantenimiento que hay que evitar. La
utilización de especies adecuadas a las condiciones ambientales reducirá, e incluso
hará innecesarias este tipo de acciones.

FUNCIONES PRIORITARIAS

La implantación de una cubierta vegetal estable cumple muy variadas e


importantes funciones de las cuales destacan las que se describen a continuación.

Función ecológico: incrementar la biodiversidad

Se suele aceptar el principio de diversidad a la hora de proyectar una


comunidad vegetal; por ello se prefieren comunidades mixtas, heterogéneas en
cuanto a especies y estratificada en altura con presencia de arboles, arbustos,
hierbas... imitando la naturaleza, frente a formaciones monoespecíficas; este
enfoque no solo favorece la biodiversidad sino que supone una superior resistencia

134
al fuego, a las enfermedades y a los parásitos, un mejor efecto estético, una mayor
incitación a la colonización por animales y una mas favorable utilización recreativa. Si
las especies están bien elegidas, se benefician mutua-mente y poco a poco la masa
va evolucionando en el sentido de optimizar las sinergias propias de los ecosistemas
naturales: algunas plantas se benefician del sol o de la sombra o de las capacidades
de otras; así especies heliófilas y de crecimiento rápido, como muchas pináceas,
pueden proteger a otras de carácter mas delicado en las etapas juveniles, como las
quercineas, las leguminosas fijan nitrógeno atmosférico que enriquece el suelo y del
que sacaran provecho el resto de especies, etc.

Asimismo, la masa vegetal diversa y multiestratificada invitará a la penetración


de comunidades animales que encontraran en ella alimento y refugio. La fauna, a su
vez, favorecerá la viabilidad de la masa vegetal y contribuirá a que el conjunto
evolucione hacia un ecosistema maduro, cuya homeostasis favorecerá su estabilidad
y permanencia.

La aplicación de este principio encuentra dos tipos de dificultades: primero el


insuficiente conocimiento técnico del catalogo de plantas posible, lo que fomenta la
selección entre un abanico cerrado de especies, así como del funcionamiento de los
ecosistemas, y segundo la disponibilidad de planta en vivero, que se limita a un
reducido numero de especies en relación con las posibles; este ultimo aspecto puede
aconsejar la previsión de viveros específicos cuando la superficie a vegetar sea
suficientemente grande.

Función estético: mejorar el paisaje

La solución paisajística de una revegetación ha de considerar que el paisaje es


una experiencia subjetiva cuya interpretación varía con el perceptor y con el tiempo
en la medida en que cambian los gustos y las modas del momento. El diseño puede
orientarse en dos direcciones:

• Hacia el contraste con el entorno, que busca una composición nueva y


diferente del paisaje circundante.

• Hacia la integración en el entorno, es decir una recreación del paisaje


circundante.

135
En la actualidad parece dominar la segunda opción, lo que se consigue
combinando especies que aparecen en el medio natural próximo y distribuyéndolas
según las pautas que lo caracterizan. Genéricamente tal distribución responde a tres
esquemas:

• Regular: cuando adopta alguna clase de simetría o regla de formación; suele


ser el empleado en el caso de reforestaci6n de tierras agrícolas y tiene la ventaja de
que facilita la mecanización de las operaciones de conservación y mantenimiento.

• Semirregular: consiste en una adaptación del anterior a las irregularidades


del terreno, como afloramientos rocosos u otros obstáculos.

• Irregular: no responde a ninguna regla de distribución geométrica aun-que si


a diferentes criterios como la profundidad del suelo, microclimas favorables,
estructura y textura del paisaje, visibilidad, etc.

El diseño ha de considerar ciertos aspectos que limitan o matizan la solución


estética, como la funcionalidad o un mantenimiento simple. Si, por ejemplo, en un
desmonte se buscan elementos vegetales que puedan contribuir a la estabilización
superficial del talud, las especies deberían ser leñosas resistentes, estoloníferas o
que generen fácilmente brotes de raíz.

La consecución del resultado estético pretendido de la plantación se pro-longa


en el tiempo que las plantas necesitan para alcanzar el aspecto propio del estado
maduro, adulto, que es el que se considera en el diseño; solo entonces podrá
juzgarse la calidad de este.

Función estabilizadora y protectora del suelo

El entramado que forman las raíces en un terreno actúa como una especie de
armazón que le aporta coherencia a los materiales y los sujeta contribuyendo a su
estabilidad; esta función ha concitado numerosas innovaciones, que engrosan el
amplio campo de la denominada bioingeniería, particularmente en el campo de la
integración ambiental de las grandes obras civiles: autopistas, ferrocarriles, etc. (ver
capitulo IX).

Por otro lado, una cubierta vegetal evita o reduce la degradación erosiva (y no
erosiva) del suelo. Desde el punto de vista de la erosión, la vegetación actúa a través
136
del sistema radicular, que contribuye a inmovilizar los materiales del suelo, del
sistema aéreo que protege al suelo de la acción directa de la lluvia o el viento, cuya
energía cinética reduce considerablemente, y del obstáculo que supone la presencia
de una masa vegetal a la escorrentía superficial.

Asimismo, una cubierta vegetal estable contribuye a crear un microclima en


las proximidades del suelo que favorece su evolución edáfica, reduce la insolación y
las variaciones de temperatura y humedad bruscas, incrementa el contenido en
materia orgánica por la descomposición de sus tejidos, fomenta la presencia y
actividad de la microflora y microfauna del suelo, equilibra el contenido nutricional
del suelo... y todo ello se traduce en una mejora de la estructura, de la humectación,
de la permeabilidad, penetrabilidad, capacidad de oxidación y estabilización de los
nutrientes naturales.

Tales efectos dependen de la velocidad de crecimiento y del tipo de raíces,


cobertura de tallos y ramas, densidad del follaje, etc., así como de la capacidad de
multiplicación de las especies, lo que asegura su persistencia en el tiempo, y para
hacer lo mas corto posible el intervalo de tiempo necesario para alcanzar la
cobertura adecuada que frene los efectos erosivos e inicie el proceso edafogeneico3
que permita la penetración espontanea o la introducción de especies mas
evolucionadas en la sucesión climática.

Función hidrológico

Una cubierta vegetal estable y sana favorece la infiltración de la lluvia, la


recarga de los acuíferos subterráneos, por tanto, disminuye la escorrentía y
contribuye a que las aguas presenten indicadores elevados de calidad para
diferentes utilizaciones.

Otros funciones

Además de las anteriores, la masa vegetal podrá ser utilizada como solaz y
recreo para una población cuya tendencia a la urbanización le hace apetecer los
espacios naturales o naturalizados; en ella se podrá pasear, recolectar plantas
____________
Edafogénesis: proceso de formaci6n de suelo a partir de la acción combinada de la vegetación, fauna, microfauna y
agentes meteorológicos sobre los materiales del terreno

137
aromáticas, medicinales o cosméticas, hongos y setas, tal vez cazar, etc.

También se pueden crear masas verdes o parte de ellas para formar pantallas
que aíslen o enmascaren algún espacio o elemento del mismo por razones estéticas,
sonoras, etc., incluso funcionales como ocurre en las carreteras donde ciertas
barreras lineales de vegetación oriental al conductor sobre la dirección de la
carretera, evitan deslumbramientos o interrumpen corrientes de aire que pueden,
en ciertos puntos, amenazar la estabilidad de los vehículos.

Asimismo se utilizan plantas vivas o partes de ellas como material de


construcción en combinación con otros materiales clásicos, como piedra, hormigón,
madera, telas metálicas, mallas de plástico, geotextiles, emulsión asfáltica, mantas
orgánicas, etc., a obras de muy diversa naturaleza; esta combinación de materiales
vivos e inertes ha dado origen a lo que viene denominándose biotecnología, campo
en el que se han desarrollado numerosas técnicas muy especializadas e ingeniosas.

Se trata de aspectos generalmente complementarios que también deben ser


previstos en el proyecto de revegetación. Poniendo así en practica el principio de
multifuncionalidad de los ecosistemas.

ELECCION DE LAS ESPECIES

La elección de las especies a utilizar en una revegetación es una decisión


trascendental en la que intervienen tres aspectos fundamentales y
complementarios: los factores ambientales (clima, suelo, relaciones con otras
especies, etc.), los objetivos que se persiguen con la revegetación y las condiciones
de conservación y mantenimiento que presumiblemente se van a proporcionar a la
vegetación implantada (figura IV.2).

Factores ambientales en la elección de especies

Numerosas condiciones del entorno deben ser consideradas para optar por
unas u otras especies a implantar en el espacio objeto de recuperación, destacan los
que se señalan a continuación:

138
Factores fitogeográficos

Son factores relativos a la localización geográfica o estación ecológica: latitud y


altitud; las especies autóctonas no ofrecen duda en cuanto a su capacidad de
supervivencia, pero si otras de exigencias similares que, aun pudiendo vegetar,
podrán encontrarse con problemas de tipo corologico4 (de reproducción).

Factores climáticos

Son los que mas pesan en la elección de las especies, especialmente el


régimen termino y pluviométrico, que son los factores clave porque determinan los
procesos de respiración, fotosíntesis, transpiración, absorción de agua del suelo y en
general la vida vegetal; pero sin olvidar otros de carácter limitante, incluso critico en
ciertos casos, como el régimen de vientos, las fechas de las heladas mas temprana y
mas tardía o el periodo entre heladas, etc., los cuales condicionan la fisiología
vegetal y la supervivencia de las especies.

Temperatura y humedad están muy relacionadas; todas las especies viven


mejor sin limitaciones hídricas aunque sin exceso, pero no todas se comportan igual.
_______________
4 Corologia: criterio de clasificación botánica basado en el análisis de las partes fértiles de las plantas.
139
Se denomina xerófila a las especies que tienen la facultad de extraer con más
energía el agua del suelo de tal manera que son capaces de aguantar periodos
prolongados de sequía sin grave quebranto. Son hidrófilas las especies que necesitan
vivir en suelos muy húmedos y tienen escasa capacidad para resistir periodos de
sequia. Entre estos extremos se distinguen las meso xerófilas, mesófitas y meso
hidrófilas. A lo largo de un gradiente de disponibilidad hídrica, en la zona mas seca
serán las especies xerófilas las mejor adaptadas y las que obtengan mayores
crecimientos relativos, mientras las hidrófilas morirán o permanecerán en estado
latente.

En la zona húmeda, con abundante agua en el suelo, las especies hidrófilas


tendrán mayores crecimientos relativos que las xerófilas, aunque estas últimas
crecerán mejor que cuando se encuentran en condiciones séricas siempre que el
grado de humedad no sea tan excesivo que dan sus raíces. En la España de clima
árido y semiárido merecen especial consideraci6n las especies xerófilas, que
proporcionan mejores resultados con recursos hídricos limitados.

Los vientos fuertes y cálidos son especialmente definidos para la vegetación


arbórea si el suelo no es lo suficientemente profundo para que se desarrolle el
sistema radicular; por contra esta vegetación es una excelente protección contra
estos vientos desecantes y erosivos. Por su parte, las heladas tardías o tempranas
pueden llevar al fracaso de una plantación.

La consideración conjunta de precipitaciones y temperaturas se sintetiza a


través de índices bioclimáticos que cuantifican la capacidad de un clima para
producir biomasa vegetal, y permite dividir España en dos regiones clara-mente
diferenciadas desde el punto de vista de su comportamiento para la vegetación:

• Región Eurosiberiana: Pirineo, Galicia, Cornisa Cantábrica, donde las abundantes


precipitaciones unidas a suaves temperaturas durante el periodo vegetativo y la
ausencia de periodos secos favorecen el estable-cimiento y desarrollo de vegetación
arbórea formando importantes masas boscosas.

• Región Mediterránea: resto de la Península, donde las precipitaciones escasas e


irregulares y las altas temperaturas durante el periodo vegetativo afectan
negativamente al rendimiento fotosintético y dificultan el establecimiento vegetal.

140
• La climatología también tiene efectos indirectos sobre la vegetación, como puede
ser el elevado riesgo de incendios que provoca la sequia estival en la zona
mediterránea, agravado cuando sigue a un periodo húmedo responsable de la
producción de masa vegetal herbácea que actúa como combustible. Esto hace que
no sea conveniente revegetar con especies pirrófitas como ciertos pinos y jaras sino
con típicas especies mediterráneas del genero Quercus, como puede ser el
alcornoque cuya evolución en abundancia de fuegos bajos le ha permitido adaptarse
mediante una cubierta de corcho que lo aísla y protege del fuego.

Factores microclimáticos

Aunque tienen menor peso que la climatología general, las condiciones


microclimáticos pueden llegar a modificar la sucesión altitudinal, favoreciendo la
implantación de ciertas especies y evitando otras. Uno de los principales efectos se
debe a la orientación de superficies inclinadas que determina la cantidad de energía
solar que reciben, así la solana, orientación sur, es favorecida frente a la norte,
umbría: en aquella se utilizara vegetación más termófila y que prevenga al suelo de
excesivos recalentamiento y evaporación. La vegetación a reintroducir considerara
estas diferencias y las aprovechara para incrementar la biodiversidad y la variedad
paisajística.

Las inversiones termicas5 también pueden alterar la sucesión climática


vegetal6 o llevar al fracaso plantaciones elegidas solo a partir del clima general.

Factores edáficos

La naturaleza del suelo o sustrato edáfico tiene mucha menor importancia que el
clima para las especies forestales, porque suelen presentar una plasticidad edáfica
que les permite adaptarse a diferentes tipos de suelos. Además, el suelo puede ser
modificado y alterado con cierta facilidad, lo que no ocurre con el clima.
______________
5: Inversión térmica: fenómeno meteorológico caracterizado porque las temperaturas, en contra de lo habitual, sean
más bajas en las capas de aire en contacto con la superficie terrestre que en las superiores. Se suele producir cuando,
en ausencia de nubes, el suelo pierde rápidamente temperatura y enfría al aire en contacto con el.
6: Por ejemplo el robledal de roble melojo (Quercus pyrenaica), de la «silla de Felipe II» en El Escorial, en situación
inferior a la que fitogeográficamente le corresponde, o el caso de la sabina (Juniperus turiphera), en los Monegros,
donde se encuentra esta especie en las partes bajas, cuando debería estar en las mas altas, a consecuencia de que en
ellos la temperatura es menor.
141
La capacidad de retención de agua es la característica del suelo más relevante,
la cual, en cierto modo, reduce los efectos climáticos adversos. Los suelos con
elevada capacidad de retención de agua pueden transferir humedad de los periodos
Lluviosos a los secos, capacidad que depende fundamentalmente de la textura,
estructura, contenido en materia orgánica y profundidad del suelo, como se señala a
continuaci6n, y puede ser modificada por las labores de preparación del terreno.

• Textura: se refiere a los porcentajes relativos de partículas de diferentes tamaños


presentes en el suelo (arena, limo, arcilla...); la textura franca es la mas equilibrada e
idónea para los vegetales.

• Estructura: indica el estado de agregacion de las particulas entre si para formar


otras de mayor tamaño con formas características: la estructura del suelo afecta a la
capacidad de almacenar agua en el suelo

• Contenido en materia orgánica: esta no solo es fuente de nutrientes y fertilidad del


suelo, sino que favorece la agregacion de particulas dando coherencia y estructura al
suelo mejora su capacidad de retener humedad. La presencia de vegetación influye
positivamente en el incremento de materia orgánica en el suelo.

• Profundidad del suelo: es también determinante de la capacidad de


almacenamiento de agua y, en unión de la pluviometría y de la escorrentía,
determina las especies idóneas para la construcción vegetal. Puede llegar a limitante
de la vegetación arbórea cuando los procesos erosivos han reducido demasiado el
espesor del suelo.

La fertilidad del suelo es otro factor a considerar y, particularmente, las


carencias detectadas a través de datos analíticos que deban ser corregidas mediante
aportación de enmiendas o fertilizantes; en este sentido, los niveles de nitrógeno, de
fosforo asimilable y de calcio no deben estar por debajo de 40, 12 y 50 ppm
respectivamente. Asimismo hay que prestar atención al contenido en materia
orgánica y a la relación C/N, que no debe ser superior a 25.

Por ultimo, es importante considerar la cantidad de micronutrientes, cuyos


niveles normales y extremos, deficiencias y dosis correctoras, vienen expresados en
la tabla adjunta.

142
Es probable que en la revegetación solo se haga una única aportación de
fertilizantes, por lo que conviene que sea completa. Algunos problemas de fertilidad
se resuelven en gran medida utilizando las especies adecuadas, desde el punto de
vista de sus exigencias nutritivas o de su capacidad para resolver ciertas carencias,
cual es el caso, por ejemplo, de las leguminosas capaces de fijar el nitrógeno
atmosférico gracias a su simbiosis con bacterias del genero Rhizobium.

El pH del suelo influye considerablemente en las disponibilidades de


elementos nutritivos. Algunas especies vegetales prefieren valores elevados o
básicos, otras bajos o ácidos y otras, por fin, son indiferentes, capaces de prosperar
en ambas situaciones; la zona intermedia de pH suele ser la mas adecuada para la
vegetación, que no tolera valores inferiores a 4 o superiores a 9, valores raros en la
naturaleza pero que se dan en suelos degradados (suelos ácidos y alcalinos) en cuyo
caso es preciso corregir el desequilibrio previamente a la plantación. Un pH
excesivamente bajo provoca problemas de absorción de P, K, S, Ca, Mg y Mb,
mientras que pH elevados crean problemas de absorción de Fe y Mn.

La caliza activa también es importante, así un elevado contenido de CO, Ca


determina un pH básico y descarta a las especies calcifugas o acidofilas que sufren
clorosis férrica en estos suelos porque se bloquea la absorción de hierro.

La salinidad puede ser un factor altamente limitante ya que excluye a la mayoría de


las especies, incluso todas, si el nivel de sales es suficientemente alto. El cloruro
sódico (CINa) es la sal mas frecuente, pero suele estar acompañado de otras como
S04Na2, S04Mg, S04Ca, Cl2Mg, C1K,... La presencia de un tipo u otro de salinidad y
del nivel que alcanza, determina la elección de especies.

Las especies que pueden vivir en sustratos con abundancia de sales se denominan
halófilas, y suelen presentar también tolerancia al yeso o sulfato cálcico hidratado
143
(gipsofilas). La mayor parte de estas especies lo son de forma facultativa, es decir,
pueden crecer en ausencia de yeso y sales pero en tal caso se reduce su
competitividad.

Presencia de contaminantes

Las plantas son muy sensibles a los contaminantes del aire, del agua y del
suelo, aunque existen grandes diferencias de tolerancia entre las diferentes
especies.

Los contaminantes aéreos más usuales son S02, NO2, CO y los compuestos de
flúor. El primero de estos, el S02, producido por la actividad de los altos hornos,
centrales térmicas, etc., es el principal responsable de la lluvia acida, entendiendo
como tal aquella que posee un pH al agua menor de 5,6; su formación es un
fenómeno complejo del que es parte importante el acido sulfúrico (H2S04) que se
forma por reacción de aquel con el agua atmosférica.

Concentraciones elevadas de S02 (alrededor de 130 mg/m3) puede producir


danos en las coníferas que se traducen en necrosis apicales de color naranja o bien
amarilleamiento desde el ápice hasta la base. Concentraciones de tan solo 50 mg/m3
de forma continuada también pueden provocar danos en especies sensibles.

Otro tipo de contaminación es la causada por los metales pesados,


principalmente en el suelo aunque también pueden ser arrastrados por la lluvia
desde suspensiones presentes en la atm6sfera. Suelen acumularse en las raíces de
las plantas y producen alteraciones en los cloroplastos y mitocondrias que alteran la
función fotosintética, amarilleando las plantas. Ciertas plantas son capaces de crecer
en suelos con elevadas concentraciones de iones pesados (Zn, Pb, Ni, Cr, Cu, Co...), a
los cuales retienen y acumulan de forma selectiva; así, algunas especies del genero
Alyssum son capaces de retener níquel, y ciertos biotipos de Agrostis stolonifera
pueden retener magnesio y níquel.

Factores fisiográficos

Dentro de este grupo de factores tienen importancia la altitud, la orientación y


la pendiente, porque determinan el clima y, muy especialmente, el microclima, de

144
tal forma que deben considerarse para matizar la información del observatorio
climatológico disponible.

La temperatura disminuye, por termino medio, 6° C por cada 1.000 m de


incremento de altitud; esta variación determina los pisos de vegetación o
bioclimáticos, es decir, los diferentes espacios termoclimáticos que se suceden
cuando se asciende en altura (cliserie) los cuales se corresponden con fotocinesis o
asociaciones vegetales especificas. Además de la temperatura, con la altura
disminuyen las presiones parciales de oxígeno y anhídrido carbónico, y todo ello
influye considerablemente en la fisiología de los vegetales; por ello, a la hora de
elegir las especies, no se deben rebasar los limites altitudinales, ni superior ni
inferior, de ninguna de ellas. El efecto de la altitud en la temperatura es comparable
al de la latitud; en Europa se considera que elevarse 100 m en altura equivale a
descender un grado de latitud. La altitud también influye en las radiaciones
ultravioleta, que aumentan según se eleva la cota, y en las precipitaciones, que se
incrementan, en términos generales, un 8% por cada 100 m de elevación en altitud.
La orientación y la pendiente, además de influir sobre la cantidad de radiación que
recibe el terreno, lo hacen sobre la capacidad de retención de agua del suelo, la
escorrentía y, en definitiva, sobre la erosión. Sobre la orientación es difícil actuar
pero no sobre la pendiente que puede ser reducida mediante obra civil.

Factores fitosociológicos (vegetación climácica)

El estudio y conocimiento de la flora del terreno a revegetar es necesario por


dos razones principales: la información acerca de las condiciones ecología-cas que
muestran las especies, en especial las denominadas «especies indicado-ras», y el
estado de degradación de la vegetación o etapa serial en relación con la vegetación
clímax o potencial. Esta ultima es la comunidad vegetal estable que existiría en un
área dada a gracias a la sucesión geobotánica progresiva si el hombre no interviene.
El conjunto de etapas seriates7 (ver tabla adjunta) que componen la evolución de la
vegetación en un lugar determinado hasta llegar a la clímax se denomina serie de
vegetación; esta se denomina climatófila si culmina en el clímax y edatófila, si lo
hace en una comunidad permanente estable.

_______________
7 Etapa serial: cada uno de los estadios por los que pasa la evolución ecol6gica hacia el clímax.
145
Para la elección de la especie a partir de factores fitosodologicos o florísticos
suelen utilizarse las tablas de regresión climática de L. Ceballos y las tablas de juicio
biológicas (ambas muy utilizadas por su simplicidad) y ecológicas sobre
repoblaciones de Rivas Martínez (ver figuras IV.3 y IV.4).

Presencia de predadores, plagas Y enfermedades

La existencia de animales que se alimentan de las plantas existentes puede ser


un factor negativo muy serio a considerar en la revegetación. Los depredadores
pueden ser herbívoros silvestres (conejos, liebres, jabalíes, ciervos, gamos, etc.),
ganado ovinos y caprinos en condiciones de sobrepastoreo, etc.; estas últimas son
las que frenan la progresiva evolución vegetal de la vegetación hacia situaciones
próximas al clímax, sobre todo en zonas semiáridas y de baja productividad.

La viabilidad de unas u otras especias dependerá de la posibilidad de controlar


al depredador o de protegerse de el. En el caso de plagas y enfermedades de difícil
control puede ser inevitable descartar algunas especies que según el resto de los
factores resulten recomendables.

Son típicos los casos de Castañea sativa a causa de la tinta (enfermedad


causada por un hongo ficomicetes que provoca el amarilleo de las hojas y puede
ocasionar la muerte del árbol) y de Ulmus minor debido a la grafiosis (enfermedad
causada por hongos, de transmisión asociada a insectos, de origen no muy conocido,
que afecta a poblaciones de olmos europeas, asiáticas y americanas).
146
Competencia con otros especies

Las plantas utilizadas en revegetación pueden encontrar una fuerte


competencia por parte de las especies ya existentes o por otras de más rápido
crecimiento también introducidas por siembra; por ello suelen sembrarse las
especies herbáceas, mientras que las arb6reas se trasplantan con uno o más anos de
edad.

Actualmente no se elimina la vegetación competidora a la hora de reintroducir


especies arbóreas ya que su mantenimiento evita el movimiento y eliminación de
suelo vegetal y reduce la erosión. Este hecho es muy evidente en el caso de las
especies del genero Quercus (encinas, alcornoques, etc.), que precisan de
sombreamiento en las etapas juveniles para conseguir un crecimiento adecuado y un
desarrollo armónico.

Actividad y comportamiento antrópico

A menudo ciertas actividades o comportamientos humanos pueden resultar


perjudiciales para las especies vegetales implantadas; ya se vieron los efectos de la
contaminación y los vertidos tóxicos; pero tal vez los dos aspectos mas interesantes
son el vandalismo y la desidia en la conservación, uno y otro van de ser considerados
a la hora de seleccionar las especies y, sobre todo, las pre-visiones de evolución.

Paralelamente el uso antrópico que se pretende también determina el tipo de


especies a utilizar; así las frondosas de hoja caduca son útiles porque dan sombra en
verano y permiten el paso del sol en invierno, mientras muestran una variedad

147
cromática y de aspecto que las hace paisajísticamente mas atractivas que las
coníferas de hoja perenne

148
149
Factores económicos

Son de dos tipos, directos e indirectos; los primeros se refieren a los costes
(semilla, planta, labores preparatorias, mano de obra, mantenimiento, amortización
de las inversiones, etc.); los. indirectos se refieren a aspectos relaciona-dos con el
plazo que debe transcurrir hasta que las operaciones produzcan los beneficios
económicos y ambientales esperados: recuperación del suelo, espesura necesaria de
vegetación para frenar la erosión, así como a los posibles efectos inducidos por la
revegetación: revalorización de los terrenos, o se comporte como factor de
localización de actividades económicas.

Factores estratégicos

Son los derivados de las razones estratégicas o de oportunidad que aconsejen


disponer de determinados productos con el objeto de equilibrar la balanza
comercial, contribuir a la defensa nacional, como en el caso de algunas maderas de
interés militar, etc.

Especies mas utilizados en la Península Ibérica

De lo dicho hasta ahora se desprende que la elección de la especie o especies


para recuperar una zona degradada debe considerar primero las autóctonas y
después aquellas aloctona que los factores determinantes de la elección señalen
como favorables. Existen en el mercado diferentes gufas" muy especializadas que
orientan sobre las especies mas adecuadas desde el punto de vista de las
condiciones biogeográficas: climáticas, de altitud, edáficas, etc., de aspecto: porte,
floración, etc., de funcionalidad: control de la erosión, reforestación, jardinería, etc.,
y otras. A ellas se remite al lector ante una situación determinada, aquí solo se
señalan algunas sugerencias que en ningún caso pueden sustituir a la consulta de
alguna de las citadas gufas.

Especies arbustivos

Su utilización es recomendable cuando exista el estrato herbáceo precedente


de la evolución ecológica; ambos estratos crearan las condiciones edáficas
adecuadas para la introducción de las especies arbóreas; las del genero Pinus
cumplen una función pionera porque, a su vez, crean las condiciones que favorecen

150
la entrada de las especies frondosas, mas nobles, y les proporciona la sombra que
precisan en las etapas juveniles.

Las especies arbustivas mas útiles son las leguminosas leñosas no pinchudas
de los géneros Cistitis, Genista, Adenocarpus, Retama, Teline, Spartium, Psoralea,
Medicago, Colutea, etc., porque disponen de un sistema radicular profundo,
abundante biomasa aérea y con poder nutritivo para herbívoros, facilidad de
multiplicación en vivero, frugalidad y, tal vez la mas importante, la facultad de fijar
nitrógeno atmosférico en los nódulos que forman por asociación simbiótica con
bacterias del genero Rhizobium, enriqueciendo el suelo con este nutriente.

También resultan útiles en revegetación, según las condiciones, otras especies


arbustivas de los géneros Pistacita, Rosmarinas, Lavandula, Nerium, Juni-perus, etc.

Pero no son generalmente convenientes por su tendencia común a la mono-


especificidad, las ericáceas (brezos), cistáceas (jaras y jaguarzos) ni las leguminosas
pinchudas (tojos y aliagas); además de dicha tendencia a la monoespecificidad, los
brezales mantienen e incrementan la acidez del suelo, mientras los jarales, tojales y
aliagares son pirófitos activos (incrementan el riesgo de incendio) a la vez que
resultan favorecidos por el fuego porque estimula la germinación de sus semillas y
ayuda a reducir la competencia.

Especies arbóreas

Datos históricos, evidencias actuales de vegetación potencial y análisis


paleopórinicos, permiten asegurar la presencia de bosques climácicos del genero
Quercus coexistiendo en mayor o menor medida con coníferas en la mayor parte de
la Península Ibérica. Ello aconseja la conveniencia de orientar la revegetación hacia
estos tipos en la medida en que la profundidad, fertilidad y demás características
ambientales lo permitan. En todo caso, se tendera" a crear masas mixtas, porque la
biodiversidad y estabilidad del ecosistema que suponen compensan la dificultad y
encarecimiento de la plantación respecto a una plantación monoespecíficas; en ellas
al menos una parte de las especies pertenecerán a la vegetación potencial.

Una alternativa conveniente de mezcla utiliza una especie de pleno sol y


rápido crecimiento, generalmente del genero Pinus, y otra que en los estadios
iniciales de crecimiento resulte perjudicada por el exceso de radiación, como ocurre
151
con las especies del genero Quercus. Este último género es relativamente exigente a
las condiciones edáficas, exigencia que ha contribuido a un injustificado desprestigio
de este genero en revegetación, porque se han producido fracasos solo achacables a
su utilización en suelos excesivamente degradados. Algunas alternativas interesantes
en la España Mediterránea son pino y encina, pino resinero y alcornoque,
alcornoque y encina, quejigo y alcornoque, etc.

Algunas especies para casos especiales

Las características especiales de ciertas zonas aconsejan utilizar especies


adaptadas a ellas, algunas se han ido mencionando antes, ahora se añaden las
siguientes:

• En zonas de elevado riesgo de incendio, con prolongada sequía estival, evitar en lo


posible especies pirófitas como los pinos (Pinus) y ciertas jaras (Cistus).

En suelos de escasa fertilidad ya se ha visto el interés de utilizar leguminosas


por su capacidad de fijar nitrógeno atmosférico e incorporarlo a suelo. Incluso
algunas especies, como ocurre con el genero Lupinus, son capaces de asimilar
fosforo en combinaciones no accesibles por otras plantas.

La especie Medicago sativa tiene interés en suelos poco profundos por-que es


perenne y tiene un sistema radicular muy potente.

Los distintos tipos de altramuces {Lupinus) son útiles en revegetación de


suelos con pH acido y pobreza nutritiva, incluso en condiciones frías en que es
especialmente aconsejable la especie Lupinus hispanicus.

Especies indiferentes al pH del suelo son la encina (Quercus ilex) y el romero


(Rosmarinus officinalis), esta ultima además muy resistente a la sequia.

Toleran alta salinidad del suelo ciertas especies de los géneros Salicornia,
Limonium, Atriplex y Tamarix.

Retienen de forma selectiva un metal pesado, como el níquel, algunas


especies del genero Alyssum; hay casos de doble tolerancia como ciertos biotipos de
Agrostis stolonifera para magnesio y níquel.

152
Especies de crecimiento rápido o semiárido son los arces (genero Acer),
mientras si se desean especies de crecimiento lento se puede recurrir a la sabina
negra (Juniperus phoenica). El genero Quercus es de crecimiento lento, pero, dentro
de 61, sus especies se ordenan de mayor a menor rapidez de la siguiente forma:
Quercus suber, Q. faginea, Q. pyrenaica, Q. ilex rotundifolia, Q. coccifera.

En condiciones séricas se puede recurrir a jaras, tomillos, romero, botoneras,


etc. Mayores disponibilidades hídricas permiten utilizar especies más exigentes
como adelfa, chopo, sauces, tarais, fresnos, robles, encinas, serbales, mostajos, etc.

Las condiciones de luz también pueden ser limitantes como en el caso del arce
(Acer pseudoplatanus) o del saladillo (Atriplex glauca) que son especies de plena luz
que se ven perjudicadas por la sombra. Sin embargo la encina (Quercus rotundifolia),
el tilo (Tilia platyphyllos) o el haya (Fagus sylvatica) son especies de media sombra o
de sombra que se ven favorecidas por una cierta cubierta.

OPERACIONES QUE COMPORTA REVEGETACION

Las operaciones necesarias para conseguir una masa vegetal estable dependen
del tipo de terreno que se pretende revegetar y del estado en que se encuentra, del
clima general de la zona en que se ubica, del microclima o clima local, de la
exposición, de la topografía y pendientes del terreno, de la litología y carácter del
terreno, de la estructura, textura y fertilidad del suelo, de las especies a implantar,
del grado de cobertura y protección que se desea conseguir, de la posibilidad de
contar con agua para proporcionar riegos de apoyo, de la disponibilidad de recursos
económicos, del tipo de uso o aprovechamiento que se pretenda del espacio
recuperado, de los cuidados de mantenimiento que se puedan proporcionar una vez
implantada la vegetación y de otros que responden a la casuística particular.

Sean cualesquiera las condiciones de partida, el éxito de la revegetación


requiere la realización cuidadosa de una serie de operaciones que se pueden
sintetizar en el siguiente orden:

1. Retirada de aquellos elementos que se consideran perjudiciales o


inadecuados.
2. Sistematización del relieve.
153
3. Preparación del soporte edáfico para recibir la vegetaci6n.
4. Implantación de la vegetación.
5. Obras complementarias.
6. Conservación/mantenimiento de la cubierta vegetal implantada.
7. Gestión.

Retirada de los elementos perjudiciales

En aquellos casos en que el espacio ha sido degradado por la acción de obra


civil es frecuente la presencia de restos muy diversos: hormigones, asfaltos, trozos
de materiales prefabricados, de casetas de obra, etc. o de instalaciones que es
preciso retirar como paso previo a cualquier intervención; lo mismo ocurre cuando el
espacio a recuperar ha sido objeto de deposición espontanea o incontrolada de
residuos extraños.

En el caso de que exista algún tipo de contaminación, en principio, había que


eliminarla o tratarla de algún modo, aunque ello no es siempre obligado porque
podrán implantarse especies tolerantes o resistentes a los contaminantes presentes,
incluso con capacidad para extraerlos; es el caso, por ejemplo, de ciertas crucíferas
para los metales pesados o de las numerosas especies que se utilizan en el campo de
la biorremediación.

Sistematización del relieve

Sistematizar el relieve significa remodelar el existente para darle coherencia y


adecuarlo a unas pautas determinadas; dichas pautas vienen generalmente
marcadas por las características del entorno en que se ubica el espacio a recuperar, -
por la necesidad de crear unas condiciones favorables para soportar una cubierta
vegetal estable9 y por la contribución del relieve a facilitar las funciones, objetivos y
usos antrópicos que se prevean. Específicamente con la remodelación del relieve se
pretenden los objetivos complementarios siguientes:

• Adecuar el espacio a la estructura del paisaje circundante, por semejanza o por


contraste.
__________
9 En general, se considera que pendientes superiores a 20 grades son de muy difícil revegetación y exigen sistematizar
el relieve en el sentido de reducirlas.
154
• Favorecer el aprovechamiento de las aguas pluviales y de la escorrentía por la
vegetación.
• Facilitar el drenaje del terreno en zonas con tendencia al encharcamiento o la
anegación.
• Estabilizar el terreno evitando o minimizando tanto la erosión superficial como
los movimientos de masa.
• Favorecer el enraizamiento de la vegetación que se implante y su desarrollo.
• Contribuir al mejor cumplimiento de las funciones que se pretendan, como
aislamiento del exterior, enmascaramiento de ciertos elementos, protección de
vistas o contra el ruido, reducción u orientación de las corrientes de vientos
dominantes, etc.
• Favorecer la práctica de los usos antrópicos que se pretendan con la
recuperación del espacio: tránsito de personas si se desea estimular el senderismo,
creaci6n de pendientes o taludes artificiales para ciertas actividades, etc.

Pero la alteración del equilibrio hídrico que supone la sistematización puede


generar problemas de estabilidad en el terreno que deben ser previstos.

Operaciones características de sistematización

Cada caso requiere su propia y especifica preparación, pero generalmente la


sistematización del relieve se realiza mediante los tipos de operaciones siguientes:

Desbroce

Consiste en extraer la masa vegetal existente en el terreno con el fin de


eliminar o reducir la competencia con la vegetación que se pretende introducir.
Excepto en el caso de que se desee implantar una vegetación muy específica,
conviene evitar o reducir esta operación al mínimo por razones obvias,
particularmente si la vegetación existente es natural o autóctona. El desbroce puede
ser a hecho, cuando afecta a toda la superficie de la zona a desbrozar, enfajas,
cuando se hace sobre bandas alternas, o por casillas, si se realiza sobre áreas
regulares (casillas) aisladas, puede ejecutarse de forma manual con herramientas
adecuadas, o mecanizada, que, a su vez, admite la siguiente diferenciación:

• Roza con trituradora: sistema muy drástico realizado con un implemento


rotatorio que golpea y corta la vegetación.
155
• Decapado: consiste en extraer una capa de suelo con la vegetación que lo
cubre mediante una pala cortante portada en su frente por un tractor oruga. No
resulta recomendable por sus efectos devastadores sobre la vegetación natural, en
todo caso se hará de forma selectiva o en bandas. Asimismo estas tierras decapadas
van cargadas de semillas y otros elementos capaces de reproducir nuevas plantas
por lo que conviene reutilizarlos en otros lugares donde se considere oportuno
introducir esta vegetación.

Movimiento de tierras

Como su propio nombre indica consiste en desplazar las tierras de unos


lugares a otros con la maquinaria apropiada hasta conseguir el relieve final pre-
tendido, que no será otro que el que permita conseguir con mayor garantía de 6xito
los objetivos señalados.

Construcción de obras complementarios

Tal es el caso de muros de contención de los que existen numerosos tipos: de


hormigón, de fabrica, de mampostería, de escollera, de tierra armada, de gaviones,
etc. (ver capitulo IX), encachados, instalaciones para el drenaje exterior del terreno,
avenamientos internos, etc.

Estereotipos del relieve sistematizado

El relieve final resultante puede adoptar tantas formas como el natural (llano,
suavemente ondulado, etc.) y otras de aspecto claramente intervenido o artificial;
las mas características de este ultimo son las que se mencionan a continuación.

Aterrazamientos

Esta sistematización consiste en construir terrazas, es decir, a modo de


escalones pianos y subhorizontales en la dirección de las curvas de nivel separados
por ribazos o por muros de contención; se ha utilizado tradicionalmente en el ámbito
agrícola para posibilitar el cultivo en terrenos con pendiente elevada y mejorar el
aprovechamiento de las precipitaciones; así se han generado magníficos paisajes,
hoy día en declive y con riesgo de degradación por el abandono que sufren estas
formas ancestrales de cultivo de difícil mecanización y gran consumo de mano de
obra. También se ha utilizado en el ámbito forestal, en este caso con el fin de
156
optimizar el aprovechamiento del agua: las precipitaciones que caen directamente
sobre la terraza mas la escorrentía del ribazo y de la faja superior, función que se
refuerza dándoles una ligera pendiente transversal hacia el interior
(contrapendiente) y fisurando las capas inferiores del terreno con un implemento
subsolador.

Actualmente se tiende a utilizar menos esta forma de sistematización, porque


destruye o deteriora una parte considerable de la vegetación; porque altera
profundamente el perfil del suelo dejando en superficie los horizontes menos
evolucionados y enterrando los superiores que son los mas ricos en materia orgánica
y nutrientes, aunque esto puede limitarse plantando al borde de la terraza, sobre el
limite del terraplén, donde se ha acumulado la tierra vegetal; y porque supone una
impronta muy negativa, aunque reversible, en el paisaje que se agrava por la alta
incidencia visual de las zonas alteradas y por el elevado coste de ejecución.

Por estas razones frecuentemente se sustituyen por intervenciones menos


agresivas, como son terrazas mas estrechas, gradas o banquetas, e incluso por
ahoyados generosos realizados con «retrotraía» en terrenos con fuertes pendientes
o retroexcavadora convencional en pendientes mas suaves.

Gradas o banquetas

Son terrazas estrechas, las gradas entre 0,7 y 1,5 m y las banquetas entre 1,5 y
2,5 m; pueden ser continuas o discontinuas en tramos más o menos largos
alternando los huecos de una con la realización de las contiguas; se suelen realizar
con un arado de vertedera.

Abancala miento

Son adaptaciones similares a las terrazas pero de superficie irregular y


protegidos por muros de contención.

Rellanos o casillas

Explanaciones de superficie reducida e irregular que pueden complementarse,


en terrenos de gran pendiente y suelo muy somero o muy inestable, con muretes de
sostenimiento en forma de U o media luna de piedra de seco.

157
Barreras de sedimentos

Son obstáculos construidos con haces de ramas de arboles o arbustos, balas


de paja, etc. colocados en aquellos lugares donde se concentra la escorrentía de
micro-cuencas y dispuestos perpendicularmente a la dirección de desagüe, que se
convierten en trampas de sedimentos contribuyendo a evitar la erosión y a crear
unas condiciones de pendiente y edáficas favorables para soportar cualquier tipo de
vegetación. Los citados obstáculos se anclan al terreno por medio de estacas y, con
el fin de incrementar su resistencia mecánica pueden ir reforzados con tela metálica
o geotextil.

Acaballonado con desfonde

Consiste en la formación de caballones siguiendo las curvas de nivel y con una


penetración considerable en el suelo. Se realiza con un tractor de cadenas de
potencia elevada, superior a 100 CV, arrastrando un arado de vertedera de gran
tamaño.

Asurcado por curvas de nivel

Se trata de una variante del anterior en la que los caballones son menores y no
se realiza desfonde.

Relieves funcionales

Todos los descritos hasta ahora cumplen una función básicamente hídrica,
pero existen otras funciones cual son el aislamiento del ruido para lo que se usan a
modo de grandes caballones o montones alargados de tierra que luego se plantan y
que protegen no solo del ruido sino también de las vistas.

Apoyado especial con retroexcavadora o araña

Consiste no solo en preparar el terreno para la plantación, sino de darle un


forma externa que favorezca la captación de la escorrentía y de la lluvia directa y
favorecer su penetración hasta la zona radicular.

Zanjas rellenas con material edáfico favorable

158
Construcción de zanjas siguiendo curvas de nivel que se rellenan con material
edáfico que favorezca la retención y penetración del agua.

Alcorques

Consiste en un breve asurcado en forma mas o menos circular realizado con la


propia tierra con el fin de favorecer la permanencia del agua de lluvia que cae
directamente sobre el, la captación de la de escorrentía y la penetración de ambas
hacia la zona radicular.

Muretes

Generalmente construidos de piedra en seco y reducida altura, no superior a


los 30-35 cm, dispuestos según curvas de nivel, capaces de disminuir la escorrentía y
aumentar la infiltración.

Diques o represas

Construidos sobre las vaguadas retienen el agua y facilitan la infiltraci6n,


recargando acuíferos que puede ser aprovechada en otras zonas, y
complementariamente se pueden comportar como elementos reguladores de la
cuenca.

Preparación del soporte edáfico para recibir la vegetación

El suelo es un complejo y delicado sistema, formado por la acción continuada


(génesis edafológica) de los elementos atmosféricos, climáticos y bióticos, incluido el
hombre, sobre la parte superior de la corteza terrestre. La edafología es la ciencia
que se ocupa de su estudio. Desde el punto de vista de la revegetación, el suelo se
comporta como «despensa y soporte» de las plantas, valor de uso basado en las
características que lo hacen mas o menos apto para soportar una cubierta vegetal
estable: pen-dientes, profundidad, drenaje, capacidad de retención de agua,
disponibilidad de nutrientes, facilidad de laboreo, pedregosidad, etc. son las
características determinantes10 de tal capacidad. A ellas se añade el contenido del
______________
10 Existen varias clasificaciones del suelo; destacan la Gasificación Mundial de Suelos del Ser-vicio de Conservación de
Suelos del Departamento de Agricultura de los EE.UU. de América (USDA) y el sistema de clasificación del suelo de la
FAO. En España la capacidad de uso utiliza el concepto de Clases Agrologicas del USDA. que son agrupaciones de suelos
con limitaciones similares para el cultivo que se identifican mediante códigos de I a VIII, de los cuales las clases I y II no
presentan limitaciones para el cultivo, las clases V, VI y VII tienen fuertes limitaciones para el cultivo y se les atribuye
vocación forestal, y las clases III y IV son de vocación intermedia entre agrícola y forestal.
159
suelo en contaminantes (metales pesados, productos fitosanitarios, hidrocarburos,
salinidad, etc.) que es capaz de retener; se denomina carga critica a la cantidad
de contaminantes que puede admitir un suelo sin que se produzcan efectos
nocivos para el sistema y su capacidad de uso primario. Todos lo factores que
determinan la citada capacidad del suelo para acoger a los propagulos (semillas,
plantas o partes de estas) de las especies vegetales que se desea implantar, son
susceptibles de modificación mediante técnicas adecuadas; en el punto anterior,
sistematización del relieve, se trato la modificación de las pendientes, ahora se
trataran los demás. En síntesis con la preparación del suelo se pretende:

Mejorar la función «soporte» del suelo, es decir, facilitar la penetración de las raíces
y, con ello, la fijación de la planta en el suelo (el suelo como «soporte»).
Mejorar la función «despensa», es decir, la estructura del suelo para favorecer la
vida microbiana, la retención de humedad, las relaciones suelo-planta-agua,
incrementar la aireación y la capacidad de campo, la cantidad y liberación de
nutrientes, etc.

Corrección de las degradaciones del suelo

La elección de las especies vegetales a introducir habrá considerado la


posibilidad de introducir aquellas capaces de prosperar en las condiciones en que se
encuentra el suelo o bien la necesidad de hacer tratamientos previos de corrección
de las degradaciones edáficas; en relación con este aspecto se remite al lector al
capítulo V donde se tratan la degradaciones mas frecuentes de los suelo y la forma
de tratarlas.

Una precaución altamente aconsejable: la recogida y conservación del suelo


vegetal. Un suelo favorable a la revegetación es un recurso de valor inapreciable que
se forma a través de un largo, lento y complejo proceso evolutivo; la localización de
las actividades humanas, con excepción de la agricultura convencional, es
incompatible con la normal existencia del suelo, de tal manera que ante cualquier
intervención: localización de minería, infraestructuras de transporte, urbanización,
vertederos, etc., interesa retirar la capa de tierra vegetal de la superficie a ocupar y
guardarla para su posterior reutilización en la revegetación de los espacios afectados
por estas actividades o en otros ajenos a ella.

Una buena planificación en el acopio, mantenimiento y reinstalación del suelo,


sobre un sustrato y topografía favorable, permite alcanzar unas condiciones edáficas
y un potencial de germinación de las especies que contenía el suelo similares a las
160
existentes antes de la intervención. Este enfoque, sencillo, barato y natural, no
precisa siembras ni plantaciones y no plantea los problemas de compatibilidad
asociados a la implantación de especies foráneas.
Por otro lado, esta tierra vegetal conservada y reinstalada, se comporta muy
favorablemente ante la opción de siembra, y en este sentido se ha demostrado que
en las zonas donde se aporto antes de sembrar el grado de evolución supera en
varias décadas al de aquellas donde no se hizo.

No obstante, la conservaci6n hasta su instalación produce efectos negativos


que parecen inevitables: perdidas de fertilidad, empeoramiento de las propiedades
físicas, disminución de la actividad biológica del suelo, etc., que se pueden prever o
minimizar cuando se conocen los perfiles y las propiedades físicas y químicas de los
horizontes del suelo. Una precaución elemental aconseja reinstalar la tierra vegetal
extraída lo antes posible. Otra se refiere a extraer la capa superficial cuando el suelo
este seco y evitar su mezcla con otros horizontes, idea que se corrobora cuando se
considera que mas del 90% de las semillas viables se concentran en los primeros 2
cm superficiales. Por otra parte se ha demostrado que un almacenaje superior a 1
ano reduce en más del 50% la capacidad de germinación de las semillas que contiene
el suelo.

El acopio temporal de los materiales edáficos ha de hacerse sobre terreno


llano, con ligera pendiente y disponerlo por tongadas y en forma de artesa con talud
1:1 y altura no superior a 1,5 metros, aunque algunos autores admiten hasta 3; la
anchura, por su parte, será la menor posible, porque así se reducen los efectos
perniciosos del acopio. Pueden mejorarse las propiedades del suelo disponiendo
entre las tongadas capas de abono orgánico y sembrando una mezcla de gramíneas y
leguminosas que refuerzan la estructura, mantienen la fertilidad y protegen contra la
erosión; pero ello teniendo en cuenta que este tratamiento favorece la penetración
de especies rurales y la consiguiente competencia.

Un aspecto critico a considerar: las relaciones planta-suelo-agua

El desarrollo de las plantas esta muy relacionado con el contenido de


humedad del suelo ya que el agua es el vehículo en el que, generalmente disueltos,
se encuentran los nutrientes, de ahí la importancia de determinar la cantidad de
agua necesaria en el suelo para asegurar un desarrollo adecuado de las plantas. Esta
cantidad lleva al concepto de agua útil que se define como el agua del suelo que
puede ser absorbida a un ritmo tal que permite el crecimiento normal de las plantas.

161
El agua útil es la diferencia entre la Capacidad de Campo (Cc) y el Coeficiente
de Marchitamiento o Punto de Marchitez (Cm): AU = Cc - Cm. La Capacidad de
Campo (Cc) es el porcentaje gravimétrico de agua que tiene un suelo sometido a
drenaje libre durante 48 horas después de una lluvia o riego intenso, o lo que es lo
mismo: la cantidad máxima de agua que retiene un suelo una vez finalizado el
drenaje interno. Técnicamente se mide por la máxima cantidad de agua que se
puede extraer de un suelo a una succión de -33 kPa en la membrana de Richards.
Este contenido van a con la textura del suelo; es menor en los ligeros, arenosos, y
aumenta con el contenido en arcilla, es decir, con la cantidad de elementos finos, tal
como muestra la tabla adjunta para diferentes texturas del suelo.

El Coeficiente de Marchitamiento (Cm) es el contenido de humedad existente


en el suelo cuando la planta se marchita, fenómeno que se produce cuando el
potencial del agua en la planta es tan bajo que la turgencia de los tejidos no puede
recuperarse. Técnicamente corresponde a la cantidad de agua que quedaría en una
muestra de suelo sometida a una succión matricial de -1.500 kPa en la membrana de
Richards. La tabla adjunta indica el coeficiente de marchitamiento para diferentes
tipos de suelo.

Ambos parámetros, Capacidad de Campo y Punto de Marchitez, como se ha


dicho, se determinan experimentalmente haciendo uso de la membrana de Richards.
Otra forma de estimarlos consiste en combinar en una expresión matemática los
factores de los que dependen: textura, materia orgánica y densidad aparente del
suelo. La expresión siguiente:

162
permite conocer la humedad del suelo a distintos valores de succión matricial
sustituyendo en ella los valores que proporciona la tabla adjunta. La humedad a -33
y -1.500 kPa, proporciona los valores de Cc y Cm, que definen el concepto de agua
útil: entre estos valores conviene mantener el contenido de agua en el suelo.

Este concepto se utiliza para determinar la cantidad de agua necesaria en un


riego, cantidad que estará referida a la profundidad de las raíces, al nivel de
agotamiento permisible por el suelo y a la eficiencia del riego, esta ultima para
compensar las inevitables perdidas. Por su parte, la frecuencia de riego se obtendrá
considerando las necesidades de agua a partir del balance de humedad del suelo.

Es muy difícil fijar unos valores del Nivel de Agotamiento Permisible (NAP)
aplicable a todas las situaciones, ya que varia con el tipo de vegetaci6n, con la tasa
de evapotranspiración y con el factor de ahorro de agua que se quiera establecer. En
la siguiente tabla (Doorenbos el al., 1988) se pueden ver los valores recomendados
de NAP, de carácter orientativo, para ciertos cultivos; para las especies silvestres no
existen valores pero se pueden estimar por refrenda a los citados cultivos

El balance de humedad medio se determina por diferencia entre el volumen


de las precipitaciones y la evapotranspiración en el período de tiempo considerado,
generalmente mes a mes.

Los riegos de auxilio: una forma de evitar el estrés hídrico

El riego es en términos generales una garantía del éxito de una plantación;


pero no conviene regar de forma permanente, sino proporcionar riegos de socorro,
incluso conviene permitir déficits hídricos ligeros para facilitar el desarrollo potente
de las raíces en busca de agua.
163
164
Para determinar la dosis de riego se considera reserva máxima o capacidad de
retención máxima, la capacidad de campo; el nivel mínimo de reserva debe ser
superior al nivel de agotamiento permisible. La dosis de riego se calculo con la
expresión:

Esta dosis se refiere a la cantidad de agua que necesita la planta en cada riego,
la cual habrá que incrementar en función de la eficiencia del riego (Ea), para obtener
la denominada Dosis Bruta de riego.

La eficiencia de aplicación varía entre el 55 % y el 90%. En la siguiente tabla se


pueden ver los valores de la eficiencia de riego para distintos sistemas de riego.

165
El método de riego más empleado en la revegetación actual es el goteo, que
permite pequeños aportes hídricos en la zona radicular, con el consiguiente ahorro
de agua y mano de obra. Su principal inconveniente es el elevado coste de
instalación, pero puede abaratarse utilizando goteros de pequeño caudal que
permiten largas longitudes de ramales con escaso diámetro. Un inconveniente a
tener en cuenta es la dilatación que sufren los ramales en la época cálida, lo que
puede desplazar los goteros hasta no coincidir con el lugar donde se encuentra la
planta a regar. Se evita este problema enterrando las tuberías o utilizando micro
tubos adosados al ramal de riego en lugar del gotero insertado en el ramal. La
utilización de goteros autocompensantes y reguladores de presión en cabeza,
permiten regar terrenos con altas diferencias de cota.

El agua a utilizar no solo ha de cumplir los requisitos exigidos por la


vegetación, sino otras derivadas del funcionamiento de los goteros, como evitar
incrustaciones en las tuberías o taponamientos en los goteros, lo que frecuente-
mente exige utilizar desarenadores y filtros.

Adaptaciones del suelo para aprovechar el agua

La humedad del suelo tiene carácter crítico para el éxito de cualquier siembra
o plantación en su fase inicial, y determinante para el desarrollo posterior de las
plantas. La humedad de un suelo será la resultante de los aportes (precipitaciones y
riegos), de las perdidas por evapotranspiración y de la capacidad de retención y de
166
infiltraci6n del suelo. La cantidad de agua suministrada por la precipitación, así como
las perdidas por evapotranspiración, dependen del clima y no se pueden modificar,
de tal manera que la garantía de una siembra o plantación depende de la acción
antrópica, que puede operar en dos sentidos: aplicar agua de forma artificial: riego
(ya mencionado en el punto anterior) o aprovechar al máximo las precipitaciones;
esta ultima actuación se orienta en las direcciones siguientes:

• Reducir la escorrentía, para evitar pérdidas y conseguir que el agua


permanezca más tiempo sobre el terreno.

• Aumentar la capacidad de infiltración.

• Aumentar la capacidad de retención de humedad del suelo.

• Reducir la evaporación.

El suelo debe tener siempre la humedad suficiente para que la planta pueda
crecer y desarrollarse, pero no superar niveles que podrán provocar inestabilidad de
la tierra en pendiente o asfixia radicular. En caso de humedad excesiva, es preciso
modificar la pendiente para evitar la infiltración y acumulación excesiva de agua o
realizar obras de avenamiento y drenaje que mejoren la circulación en el suelo.

Disminuir lo escorrentía

Las pendientes acusadas pueden originar fuertes perdidas de agua por


escorrentía, asociadas a perdidas de suelo por erosión con la consiguiente influencia
sobre el éxito de la revegetación. La escorrentía se puede disminuir de varias formas:

• Aumentando la permeabilidad del suelo, tal como se menciona en el


siguiente apartado.

• Implantando protecciones superficiales: estaquillado, elaboración de


entramados vegetales, extendido de mallas metálicas o de entramados, etc.

• Reduciendo la pendiente del suelo y, por lo tanto, la velocidad del agua,


mediante remodelación del terreno, tal como se expuso en el punto relativo a
167
remodelación del relieve, uno de cuyos objetivos consiste justa-mente en reducir la
escorrentía.

Aumentar la capacidad de infiltración

La infiltración se refiere a la penetración del agua en el terreno; cuando es


favorable se reduce la escorrentía y, con ella, el riesgo de erosión, incluso si la
capacidad de campo lo permite, también aumenta la reserva de agua en el suelo. No
obstante conviene prever que una excesiva infiltración puede cargar el suelo de agua
y su peso ocasionar movimientos de masa en laderas. La capacidad de infiltración se
puede mejorar actuando sobre los siguientes factores:

• Contenido de materia orgánica: la materia orgánica es determinante de


numerosas características físicas y químicas del suelo, tal como de la incorporación
de nutrientes, de la capacidad de retención de humedad, de la fertilidad química del
suelo, de la aireación, el drenaje y la estabilidad estructural, y, por tanto, de la
reducción de la escorrentía superficial. Los suelos degradados suelen adolecer de
una escasa proporción de materia orgánica, la cual se puede aportar de diversas
formas: abono orgánico, residuos, turbas, mulch de paja o heno, etc.

• Compacidad del terreno: el pisoteo de los animales y la circulación de la


maquinaria, compactan la superficie del suelo y por tanto disminuye la tasa de
infiltración. Así aumenta la densidad aparente y por tanto se reduce el movimiento
del aire y agua y se limita el desarrollo de las raíces. Cuando la densidad del suelo
supera 1,5 g/cm3 en los suelos de tex-turas finas, o 1,7 g/cm3 en suelos de texturas
gruesas, el grado de compactación se considera elevado y habrá problemas de
infiltración. El suelo se puede descompactar con un escarificado o subsolado, que
remueve el suelo hasta la profundidad deseada y se facilita la aireación.

• Textura: la proporción de arena, limo y arcilla influye en la infiltración;


las texturas gruesas la favorecen, mientras las arcillas la reducen.

• Estructura: una buena estructura, es decir un buen agrupamiento de las


partículas de suelo, mejoran la infiltración.

• Romper capas impermeables: la presencia de costras impermeables en


superficie o la denomina «suela de labor» dificultan extraordinariamente la

168
infiltración y es preciso romper esta costra con algún implemento como subsolador u
otro.

Aumentar la capacidad de retención de humedad del suelo

La capacidad del suelo para retener la humedad depende de su textura


(proporción de arena, limo y arcilla), contenido en materia orgánica, densidad
aparente y profundidad del suelo. Los mejores tratamientos para mejorar la
capacidad de retención de agua consisten en aumentar la cantidad de materia
orgánica y mejorar las propiedades físicas del suelo mediante la des compactación.
En los casos en que la profundidad del suelo se considere insuficiente para soportar
la vegetación que se desea implantar puede ser necesario aportar tierra vegetal
procedente de otra zona.

169
Reducir lo evaporación del suelo

Para este fin se pueden utilizar diferentes tipos de cubierta que confinen la
humedad o rompan la capilaridad del suelo; es el caso del mulch o cubierta de
diferentes tipos: paja, corteza de pino, etc., que se extiende sobre la superficie,
recubrimientos con grava, arena o piedras sueltas, colocación de láminas de plástico,
etc.

Retentores de humedad

Son sustancias que tienen la propiedad de acumular agua y soltarla después


lentamente, por ejemplo la espuma de urea-formaldehido que almacena hasta un
80% de su peso en agua que luego libera poco a poco. Los hidrogeles retienen al
máximo el agua de lluvia, actúan de forma similar a una esponja, se componen de
poloacrilatos o poliacrilamidas y se mezclan con la tierra, en pequeñas proporciones,
en el momento de la plantación. El principal inconveniente de estos productos es su
elevado precio.

Labores preparatorias del suelo

Son las operaciones orientadas a mejorar la estructura del suelo, incrementar


la porosidad y, por tanto, la aireación y la penetración y acumulación de agua,
romper capas duras o impermeables que pueda haber en superficie
(encostramiento) o bajo ella como es el caso de la existencia de costra caliza o de la
típica «suela de labor» o capa de suelo endurecido que se produce en el nivel al que
penetran los arados en suelos cultivados, enterrar residuos, incorporar enmiendas,
abonos y fitosanitarios, etc. Las labores preparatorias se pueden dividir en dos tipos
principales:

• Preparación de fondo o principal: consiste en las operaciones que


trabajan el suelo hasta una profundidad siempre superior a 15 cm, con o sin volteo;
como tales labores principales se consideran el subsolado, el desfonde, el alzado, el
laboreo con arado de vertedera o de discos y otros menos usuales.

• Preparación de superficie o complementarias: se limitan a los primeros


15 cm del suelo y no voltean el suelo; su objetivo es completar el efecto de la labor

170
principal y se practican con implementos tales como grada, fresadora, arado
cultivador, rodillo, etc.

A continuación se describen las características, funciones y condiciones de


aplicación de cada una de las labores citadas.

Subsolado

Consiste en una labor profunda, 50 o mas cm, que se ejecuta con un tractor de
cadenas de gran potencia (superior a 120 CV) provisto de uno, dos o tres brazos
subsoladores que rompen el terreno sin mezclar los perfiles del suelo. Tiene por
objeto incrementar la permeabilidad del terreno figurándolo todo lo posible y
romper, en su caso, costras impermeables de calizas o arcillas que puedan existir.
Para que cumpla los efectos pretendidos, esta labor debe realizarse con terreno seco
porque en tales condiciones se facilita la figuración interna. El subsolado puede ser
lineal cuando se efectúa en una sola dirección, y pleno o cruzado, cuando se dan dos
labores cruzadas perpendicularmente. El escarificado es una operación similar al
subsolado pero más ligero y con implemento menos profundo y más cortante.

Desfonde

Se trata de una labor profunda (>35 cm) que se realiza con el arado de
desfonde o vertedera de gran tamaño, que fragmenta y voltea el suelo a la vez. Se
realiza con el suelo en estado plástico o con tempero, evitando la posibilidad de
generar erosión. El volteo hace aflorar a la superficie horizontes inferiores que en
contacto con el aire puede ocasionar un fuerte empobrecimiento en materia
orgánica. En cambio resulta muy titil en terrenos pesados con ciertas dificultades de
drenaje y tendencia a la anegación.

Alzado

Es una operación típica de la agricultura, que consiste en levantar los restos


del cultivo precedente; se realiza con arado de vertedera o de discos, que remueven
los 30 cm superiores.

A la labor con vertedera se le critica por la mezcla de capas u horizontes


edáficos que origina y porque facilita la oxidación de la materia orgánica profunda al
sacarla a la superficie y ponerla en contacto con el aire; sin embargo, tiene la virtud
171
de enterrar profundamente las semillas de malas hierbas reduciendo sus
posibilidades de emergencia.

Laboreo plano

Es una operación que remueve todo el terreno en el que se desea implantar la


vegetación; para realizarla se utiliza un tractor de unos 60 CV, provisto de un arado
de vertedera, que invierte los horizontes del terreno, o de discos que no produce
dicho efecto.

Labores complementarios

Complementa la acción de las labores principales en superficie para conseguir


que el suelo este a punto para la siembra o la plantación. Con ellas se reducen el
tamaño de los agregados del suelo, se mulle la capa superficial, se eliminan las malas
hierbas, se rompe la capilaridad, se estimula la meteorización y la consiguiente
liberación de nutrientes, etc. Fundamentalmente se realiza con vertedera, «chisel»,
arado cultivador, grada de discos o de rejas, bina-dora, rodillos, etc.

No laboreo

De manera alternativa a la preparación mecánica del suelo, existe la


posibilidad de utilizar herbicidas no residuales (productos químicos, de escasa
persistencia en el terreno, que se incorporan para combatir el desarrollo de especies
vegetales indeseadas), con baja peligrosidad para la fauna, en lo que se conoce como
técnica de «no laboreo». Estos herbicidas ejercerían un control de las malas hierbas
y reducirían el consumo hídrico de estas, así como el riesgo de incendios. Frente a las
labores mecánicas esta opción reduce la erosión y es mucho mas barato, pero en
cambio adolece de un cierto riesgo de contaminación.

Sin embargo, no siempre es aconsejable esta actuación mas reducida, y serán


las características y estado del terreno, unidos a los requerimientos de la vegetación
a implantar, quienes aconsejen unas u otra forma de intervención.

Materiales utilizados en la preparación del suelo

Para mejorar la capacidad del suelo en cuanto «despensa y soporte» de las


plantas» se utilizan multitud de productos, convencionales unos, innovadores otros,

172
pero todos capaces de mejorar sus propiedad físicas, químicas y biológicas:
capacidad de retención de agua, estabilidad, fertilidad y en general los procesos
microbiológicos que en definitiva son el motor de la dinámica y funciones del suelo.
Destacan los que se mencionan en los puntos que sigue.

Enmiendas

Las enmiendas son productos que se añaden al suelo para corregir o mejorar
sus características físicas y químicas. Tal vez la más importante y característica de las
enmiendas sea la orgánica que estimula la vida microbiana del suelo, mejora su
estructura y su capacidad tampón y aporta nutrientes una vez mineralizada. Los
productos orgánicos que se utilizan son estiércol, purines de cerdo, compost de
diversa procedencia, lodos de depuradoras, residuos vegetan más o menos
fermentados, plantas enterradas en verde, etc.

Otra enmienda clásica es la orientada a corregir el pH acido del suelo, las


cuales utilizan materiales tradicionales: caliza, dolomía, yeso, etc., y nuevos, como
espuma de azucareras, ciertas cenizas procedentes de centrales térmicas, arcillas
fosfáticas estipules producidas en la industria de extracción y fabricación de
fertilizantes y otros muchos materiales no convencionales a cuya utilización debe
preceder un proceso de experimentación y calibración de su poder neutralizante.

Mulch

Es cualquier material orgánico o inorgánico que se aplica como cubierta


protectora a la superficie del suelo donde cumple funciones tan importantes como
reducir la evaporación conservando la humedad del suelo, controlar la erosión
porque reduce el efecto de arrastre del viento, absorber el impacto directo de las
gotas de agua y disminuir la escorrentía, aumentar la capacidad de infiltración,
regular las temperaturas extremas en la superficie del suelo evitando el riesgo de
heladas, proteger las semillas que se le incorporan, incluso algunos tipos introducen
microorganismos en el suelo que favorecen la vida microbiana. Por ello se utilizan en
situaciones edáficas y topográficas difíciles.

En general se recomienda la utilización del mulch cuando la dificultad de las


condiciones ambientales hace inviable la utilización de técnicas más tradicionales. En
particular resulta esencial su empleo cuando no se puede efectuar una adecuada
173
cama de siembra, cuando la siembra tenga que realizarse fuera de la estación
idónea, cuando las condiciones ambientales sean extremas, cuando exista riesgo de
desplazamiento de las semillas o cuando el suelo sea altamente erosionable.

Muchos y diversos materiales se pueden utilizar como mulch en función de los


requisitos que se le exijan y de la disponibilidad: restos vegetales de fibra larga
(pajas) o corta (materiales celulósicos); la primera mezclada con emulsión asfáltica
produce un crecimiento inicial de la vegetación es espectacular, que se reduce
fuertemente después; en cambio los mulches de fibra corta y emulsión asfáltica
producen un menor efecto inicial pero mas constante. También se utiliza la celulosa,
hojarasca, paja, heno, molidos de soja, cascarilla de arroz, cascaras de cacahuete,
orujo de uva, trozos o tiras de papel, zuros de maíz, aserrín, virutas de madera,
cortezas de arboles, lana de madera, fibra de algodón, turba, mantillo, etc. Entre los
inorgánicos destaca grava o gravilla, fibra de vidrio, arcillas expandidas, lava de roca,
bentonita, piedra basáltica, emulsiones bituminosas, geotextiles, etc.

Otro tipo de mulch utilizado en revegetación de taludes y otras zonas difíciles


es la espuma de urea formaldehido, que provoca la rápida aparición de la vegetación
y tiene una elevada capacidad para retener agua (hasta el 80 % de su peso) que
suelta luego poco a poco, pero con el inconveniente de su coste elevado y la
necesidad de utilizar maquinas especiales para situarla en emplazamientos difíciles.
También se puede considerar mulch, aunque con características propias, las
cubiertas de plástico negro, que mantienen la humedad y aumentan la temperatura
del suelo y evitan el crecimiento de especies no deseadas en lugares concreto.

La selección de uno u otro tipo de mulch depende de los requisitos que con-
curran en cada caso (uso del suelo, características climáticas y atmosféricas,
topografía del terreno, disponibilidad de los materiales, coste, etc.). En general se
recomienda que los materiales utilizados como mulches protectores sean
biodegradables y químicamente inertes, para no dañar a las semillas ni a las
plántulas.

Estabilizadores

Un estabilizador es cualquier material, orgánico o inorgánico, que se aplica en


seco con riego posterior o en solución acuosa y produce efectos aglomerantes sobre

174
las particulas dispersas de suelo al provocar encalles coloidales; así aumenta la
estabilidad de los agregados de suelo en pH muy variable, mejora la eficiencia del
uso del agua y reduce la erosión; existen estabilizadores de extracción natural entre
los que destacan los alginatos o extractos acuosos de algas marinas, y sintéticos
derivados de plásticos, de resinas y emulsiones bituminosas. Se utilizan en siembra o
plantación convencional y sobre todo en Hidrosiembra porque liga las semillas al
mulch y ambos a la superficie del suelo sin crear una película impermeable. Tal
aglomeración de las particulas se consigue, generalmente, provocando la formación
de encalles coloidales de naturaleza orgánica, que mejoran la estructura, aumentan
la capacidad de retención de agua y porosidad del suelo y proporcionan un medio
biológico mas adecuado.

Para que un producto pueda ser calificado como estabilizador debe reunir las
siguientes características principales:
• Capacidad para formar una película firme, elástica y permeable que
facilite la aglomeración y fijación de las particulas del suelo.
• Solubilidad adecuada para formar una mezcla homogénea que permita
la distribución homogénea de semillas y mulch en el suelo.
• Carácter biodegradable, de tal manera que permitan el uso de
fertilizantes minerales, reduciendo el peligro de reacciones alcalinas y favoreciendo
la formación de humus.
• Vida media suficientemente larga para operar con eficacia hasta que la
vegetación haya arraigado.
Los estabilizadores se fabrican a partir de productos naturales de origen
vegetal como extractos acuosos de algas (alginatos) u otras plantas, derivados del
almidón, mucilagos, caucho, resinas, etc. o por síntesis química: plásticos sintéticos,
polímeros acrílicos y vinilos de plástico Líquido, acetatos de polivinilo, resinas,
estireno butadieno, emulsiones bituminosas, etc.
Fertilizantes
Son productos que aportan nutrientes al suelo; en general se tiende a utilizar
abonos minerales de asimilación lenta tipo N-P-K para que su eficacia se prolongue
en el tiempo. También se aplican micronutrientes: Fe, Cu, Z, etc. La aplicación de
abonos nitrogenados a las mezclas de gramíneas y leguminosas tiende a estimular el
crecimiento de las primeras en detrimento de las segundas, pero resulta
175
imprescindible para conseguir un precoz desarrollo y prevenir la erosión en la fase
de establecimiento. El fosforo se muestra especialmente importante en los primeros
estadios del establecimiento de la vegetación, y su importancia relativa con respecto
al nitrógeno se acrecienta en las siembras mixtas de gramíneas y leguminosas. Su
presencia en el suelo regulariza el desarrollo de las plantas, da consistencia a los
tejidos y desarrolla y fortalece el sistema radicular. La deficiencia en potasio
asimilable provoca efectos que se complican por la interacción con otros elementos.
Mientras un cierto nivel de potasio puede ser suficiente cuando los niveles de
fosforo y nitrógeno sean bajos, puede dejar de serlo cuando estos aumenten. Se
puede decir que, aunque el potasio no sea limitante, su concentración tiene efecto
regulador sobre la absorción de otros nutrientes. Su presencia es tanto mas
necesaria cuanto mayor sea la proporción de gramíneas presentes, utilizándose para
corregir los efectos de un exceso de nitrógeno.
Los suelos arcillosos con pH elevado son propicios a presentar deficiencias en
fosforo, mientras que los suelos arenosos pueden presentar deficiencias en potasio.
Fungicidas Y repelentes
Se incorporan fungicidas selectivos para facilitar la germinación, así como
productos repelentes para evitar la apetencia de las semillas para pájaros, hormigas,
roedores, etc. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, al ser productos químicos,
pueden presentar cierto grado de toxicidad transferible a otros elementos de la
cadena trófica una vez ingeridos por aves y otros animales.
Retenedores de humedad
Son productos de diversos materiales (cerámicas porosas, polímeros acrílicos,
etc.) que tienen la propiedad de absorber gran cantidad de agua que luego sueltan
poco a poco favoreciendo el contenido en humedad del suelo y, por tanto, el
enraizamiento de las plantas; su mayor utilidad esta en los climas secos y con
precipitaciones irregulares.
Herbicidas, fitosanitarios, etc.
Son productos que no se suelen utilizar en revegetación por su precio y
porque el concepto de mala hierba es muy ajeno a la introducción de una cubierta
vegetal y porque en estas se busca la autopermanencia.
IMPLANTACION DE VEGETACION
Existen dos grandes enfoques u opciones estratégicas para implantar una
cubierta vegetal, compleja y funcional, en cualquier espacio:
176
• La colonización espontanea de las especies existentes en el entorno
facilitando la penetración de germoplasma, por ejemplo, incorporando tierras
portadoras de semillas o de propágalos; incluso el pastoreo de ganado puede
aportar semillas incorporadas en sus propias deyecciones.
• La instalación artificial mediante las t6cnicas clásicas de siembra y la
plantación.
A estos se añaden otros menos importantes o frecuentes, como la instalación
de porciones de tallos: esquejes, rizomas o bulbos, incluso hojas o partes de ellas,
que colocadas debidamente en el suelo, generan primero raíces y después todos los
órganos de la planta de la que proceden.
La elección entre uno u otro método depende de las circunstancias
particulares de cada caso y, muy especialmente, del plazo en que se desee conseguir
una cubierta estable; a su vez, la elección entre siembra y plantación depende
principalmente de la especie elegida; en general se suele emplear la siembra para las
especies herbáceas y la plantación para las arbóreas y arbustivas, regla que admite
muchas excepciones como, ocurre con las cuercineas (encinas y robles,
principalmente) que pueden establecerse por ambos métodos o las repoblaciones
del género Pinus que aunque se realizan generalmente por plantación, admiten
también la siembra. En la formación de masas mixtas es frecuente utilizar ambas
técnicas: la plantación para las especies de «pleno sol», y la siembra para las que
precisan de un cierto sombreamiento, aunque sea solo en las etapas juveniles.
En cuanto al proceso de formación de la masa vegetal estable, y en función
principalmente del estado de degradación del suelo, del plazo deseado y de las
posibilidades económicas, se puede proceder de una sola vez o por fases; en este
caso el proceso se suele desarrollar como sigue:
• Colonización primaria: consiste en el asentamiento de especies
herbáceas, de carácter anual, bianual o perenne, principalmente de las familias
Leguminosas y Gramíneas, las cuales generaran las condiciones mínimas de
estructura, fertilidad y vida microbiana del suelo que favorecerá la posterior
implantación de vegetación leñosa.
• Colonización secundaria: el sustrato edáfico creado por la anterior
permitirá la penetración de la vegetación arbustiva, fundamentalmente de las
familias Leguminosas y Labiadas, incluso plántulas de especies arbóreas, que, a su
vez, favorecen la evolución del suelo y la vida microbiana.

177
• Colonización terciaria: si las condiciones lo permiten, penetraran
especies arbóreas, principalmente coníferas y frondosas, y el conjunto puede
evolucionar hasta un ecosistema climácico.
La intervención en cada una de estas fases puede ser más o menos enérgica y
proceder por la colonización espontanea, por siembra, por plantación o por
cualquier otro de los sistemas citados.
Siembra
Con respecto a la plantación, y cuando es posible, la siembra posee
importantes ventajas, las más importantes de las cuales son las siguientes:
• Desarrollo espontaneo del sistema radicular y mayor profundidad de la
raíz en los momentos iniciales.
• Ejecución más económica.
• Rapidez de la operación, que permite actuar sobre una superficie mayor
cuando la época de siembra es corta.
• Trabajo más fácil y menos esforzado.
• Equipo más ligero.
• Posibilidad de acceso a zonas difíciles.
Pero adolece de ciertos inconvenientes tales como los siguientes:
• Necesidades de grandes cantidades de semilla que no siempre es fácil
conseguir.
• Posibilidad de ataques de herbívoros a las semillas y a las plántulas.
• Dificultad de germinación si las lluvias son insuficientes, como ocurre en
el clima mediterráneo.
• Menor control sobre la densidad conseguida y la ubicación de cada planta.
• Necesidad de aclarado, con el consiguiente coste.
• Riesgo de arrastre de las semillas en zonas no completamente lianas.
• Menor resistencia de las plantas recién germinadas a la competencia. Según
las características del terreno se recurre a diferentes técnicas de siembra, tal como

178
se describe en los puntos que siguen. En general, cualquiera de ellas pasa por las
siguientes operaciones:
• Preparación del soporte edáfico: camas de siembra.
• Aportación de la semilla de forma manual o mecanizada.
• Tapado de la semilla con tierra, mantillo u otros materiales.
• Riego, en caso de que se haya previsto.
• Señalamiento de la zona sembrada.
• Cerramiento, en su caso.
Terrenos llanos o con bojos pendientes
En terrenos llanos o en pendiente poco acusada se utiliza la siembra
convencional que consiste en situar las semillas en el suelo, en condiciones
favorables para su germinación. Pueden utilizarse diversos métodos para ello:
• Siembra manual o a voleo: consistente en arrojar semilla a voleo sobre
el suelo; se aplica poco en la actualidad por el elevado coste de la mano de obra y su
lentitud, salvo en áreas de reducidas dimensiones. Una variante es la siembra por
puntos, en que se realizan de forma manual en el suelo casillas de 0,40 x 4 m donde
se deposita la semilla. Según la profundidad, las casillas pueden ser someras (10 cm)
o picadas (30 cm). Este método por puntos suele emplearse en la siembra de
especies del genero Quercus.
• Siembra con máquina sembradora: generalmente transportada, delante
o detrás, por un tractor, que generalmente siembran en líneas, pero también es
posible hacerlo de forma irregular, como en la siembra a voleo.
• Siembra con helicóptero: esparce la semilla, que queda al descubierto,
sobre grandes superficies.
Tras la siembra, la semilla puede quedar sobre la superficie del suelo,
presionada contra el o enterrada y en intimo contacto con el suelo, formas que
influyen notablemente en la posterior germinación.
La siembra a voleo o por helicóptero, sin labor posterior de enterrado, deja la
semilla en la superficie, expuesta a la desecación o depredación por animales y por
tanto con grave riesgo de fallos en la germinaci6n. Si se aplasta contra el suelo
mediante un rulo, sin realizar enterrado, se consigue mayor germinación ya que
179
pierden menos humedad. La utilización de una sembradora de brazos permite
colocar las semillas a una profundidad determinada pero constante para una mezcla
heterogénea de semillas, de especies diferentes, con tamaño y características
fisiológicas distintas, que requerirían diferente profundidad.
Terrenos en pendiente acusada
En pendientes fuertes, caso típico de taludes de obras públicas, de minería,
etc., donde las semillas tienden a ser desplazadas, o de difícil acceso, es muy útil la
técnica de Hidrosiembra para implantar una cubierta herbácea integrada
fundamentalmente por gramíneas y leguminosas, aunque puede también incorporar
semillas de arbustos o incluso de arboles.
Esta técnica consiste en proyectar a presión sobre la superficie del terreno una
suspensión homogénea de agua, semillas y otros aditivos opcionales, con lo que se
consigue evitar que las semillas sean arrastradas antes de germinar. La superficie
debe estar lisa, lo menos compacta y seca posible, sin muestras o regueros de
erosión, cuya presencia exigía eliminarlos con algún implemento adecuado como
una grada de púas largas.
Se realiza con hidrosembradora, que consiste en una cisterna (de capacidad
entre 5.000 y 12.000 litros) montada sobre un camión, en cuyo tanque se mezclan
mulch, fertilizantes, estabilizadores, fijadores, etc., y un conjunto de semillas
mediante un agitador mecánico con varias paletas en el interior del depósito. Una
bomba de alta presión conectada a un cañón distribuidor giratorio, situado en la
parte superior de la hidrosembradora, permite proyectar la mezcla sobre el talud o
superficie a sembrar de forma homogénea.
El mulch encargado de proporcionar una
cubierta o capa protectora a la semilla puede ir
incorporado a la mezcla lanzada, lo mas común,
o añadirlo inmediatamente después de realizada
la Hidrosiembra; la cantidad de mulch que se
suele incorporar es del orden de 150 g/m2y se
añade también un producto estabilizador (5
g/m2). Para facilitar la nacencia y la instalación
definitiva, conviene efectuar la siembra en
otoño, cuando el suelo tiene ya humedad, pero siempre que no se prevean lluvias
inmediatas (al menos en las 48 horas siguientes) que arrastraran las semillas.

180
Los componentes básicos de la mezcla que se suele utilizar en la Hidrosiembra
y sus características, son los siguientes:
Agua
Sirven todas las aguas validas para el riego, evitando las salobres. El contenido
en cloruros y sulfates será siempre inferior al 1 %, y su pH igual o superior a 6, pero
próximo a la neutralidad.
Semillas
Se utiliza una mezcla adecuada de semillas herbáceas (gramíneas y
leguminosas) a la que en ocasiones se le incorporan semillas de las especies leñosas,
arbustivas o arbóreas, presentes en el entorno. La adversidad del medio en que se
suele utilizar recomienda elegir especies vegetales con determinadas cualidades
especificas tal como rapidez de germinación, poder tapiz ante, enraizamiento
vigoroso, periodo vegetativo prolongado, alta producción de semillas, escasa
necesidad de mantenimiento y resistencia a plagas y enfermedades principalmente;
en cuanto al «diseño de las mezclas» debe tener en cuenta la adaptación a las
condiciones climáticas y edáficas, rusticidad, capacidad de colonizar suelos hostiles,
coexistencia de plantas con distintos sistemas radicales (someros y profundos),
especies con distinta exigencia en luz, existencia en el mercado, etc.
Aunque varia según una causa particular, la tabla adjunta muestra los
componentes mas usuales en las mezclas de semillas para hidrosiembras en la región
mediterránea, así como el porcentaje en que intervienen.

181
Otros
Además, en la mezcla que se introduce en el tanque se incorporan una larga
serie de productos con carácter de mulch, estabilizadores, repelentes, fungicidas;
fertilizantes, etc. Por ejemplo, una mezcla tipo a utilizar en la Hidrosiembra de un
metro cuadrado de terreno podría ser la siguiente:

Plantación
La plantación es, en general, más compleja que la siembra y su éxito depende
de una cuidadosa programación de las distintas fases por las que pasa. Se realiza con
especies arbustivas y arbóreas, procedentes por lo general de viveros, de especies
pioneras o intermedias en la sucesión vegetal que de forma natural tardarían mucho
tiempo en instalarse.
Como en la siembra, el éxito de la plantación depende de la elección de
especies, que debe estar en armonía con las características de la zona y las

182
comunidades vegetales existentes, así como de la preparación del terreno, de los
métodos de implantación y de los cuidados posteriores. Además de los factores
determinantes de la selección de especies que se describieron en un punto anterior,
conviene recordar algunas de las características de las plantas a instalar como son:
• Capacidad de integración en el paisaje.
• Resistencia a plagas y enfermedades.
• Poder de penetración de las raíces.
• Capacidad para captar agua.
• Demanda de elementos nutrientes.
• Facilidad de obtención en vivero y disponibilidad en el mercado. Además
de favorecer la biodiversidad, la mezcla de especies arbóreas y arbustivas multiplica
las posibilidades de acierto en la restauración pues en unos casos se crean
microclimas favorables para las especies sensibles a la luz y, en otros, las especies
pioneras, de crecimiento rápido, crean rápidamente una cubierta vegetal que
protege a las mas frágiles y de crecimiento mas lento.
Como se ha dicho, las especies vegetales que se utilizan en esta técnica suelen
proceder de viveros, donde el tiempo de permanencia y la forma de cultivo
condicionan el método de implantación posterior. En general, la planta se sirve «a
raíz desnuda» o «en cepellón», que puede venir protegido por sacos de plástico o
yute, envolturas de yeso, escayola o madera en caso de plantas de gran tamaño. Se
impone de forma creciente, por sus óptimos resultados, la producción de planta en
envases o pequeños contenedores construidos con diversos materiales, que permite
mantener integro el sistema radical y la tierra que lo rodea durante todo el proceso
de cultivo, transporte y plantación.
Algunas normas básicas a observar a la hora de realizar la plantación son las
siguientes:
• Comprobar que las plantas están sanas y poseen el tamaño adecuado.
• Mantener las raíces húmedas y frescas para evitar la desecación hasta el
momento del trasplante, pero sin llegar a congelarse.
• En ocasiones conviene podar las raíces previamente a la plantación para
evitar que se retuerzan.

183
• Las plantas deben colocarse tan profundo como lo permita el sistema
radicular y el método de plantación (ver cuadro a continuación).
• Las raíces se deben colocar rectas hacia abajo, y no hacia arriba o hacia los
lados.
• El hoyo de plantación debe ser rellenado correctamente, sin dejar bolsas de
aire, para que las raíces estén en último contacto con el terreno y la humedad del
mismo, aumentando así sus posibilidades de sobrevivir.
• Evitar densidades excesivas, que producen competencia y desperdicio de
plantas.
Época de plantación
Debe tenerse especial precaución con las bajas temperaturas, evitando
siempre las heladas fuertes. Si las plantas se reciben en la obra en una de estas
épocas deberán depositarse hasta que cesen las heladas.
Las plantaciones realizadas en otoño presentan ventajas en los climas de
largas sequias estivales y de inviernos suaves, ya que al llegar el verano la planta ha
emitido ya raíces nuevas y esta en mejores condiciones de soportar el calor y la falta
de agua. En lugares de inviernos crudos es más aconsejable realizar las plantaciones
en los meses de febrero o marzo. Sin embargo, existen algunas excepciones a estas
normas de carácter general:
• Los vegetales de climas cálidos como palmeras, cactáceas, yucas, etc. deben
plantarse en verano.
• Los esquejes arraigan mejor cuando el suelo empieza a estar caldeado, de
finales de abril en adelante, o durante los meses de septiembre y octubre.
• Los vegetales cultivados en bolsa o contenedor pueden plantarse en
cualquier momento, incluido el verano, pero siempre fuera de la época de heladas.
La plantación a raíz desnuda de árboles y arbustos de hoja caediza ha de
hacerse, como norma general, dentro de la época de reposo vegetativo. Sin
embargo, se presenta con alguna frecuencia la necesidad de plantarlos cuando su
foliación ha comenzado, en cuyo caso han de tomarse las siguientes precauciones
adicionales:
• Podar intensamente la parte aérea para facilitar la tarea del sistema radical,
pero conservando de forma natural el árbol o arbusto.

184
• Eliminar las hojas ya abiertas, cuidando de no suprimir las yemas que
pudieran existir en el punto de inserción.
• Utilizar estimulantes de enraizamiento y rellenar el hoyo con tierra vegetal.
• Acollar o aporcar la base de los arboles y arbustos, hasta una altura de 40 cm
para los primeros, y de 20 cm para los últimos.
• Regar las plantas con mayor frecuencia.
Operaciones que comporta la plantación
Una vez sistematizado el terreno y preparado el soporte edáfico, la plantación,
con las lógicas variaciones de cada caso particular, se desarrolla a través de las
siguientes operaciones características:
• Replanteo de hoyos y señalamiento en el terreno mediante jalones u otro
sistema.
• Apertura de hoyos, que puede se manual mecanizada.
• Mejora de la tierra extraída: fertilización, aportación retentores de
humedad, etc.
• Plantación: manual, plantadoras (vertedera doble, discos aporcadores y
rodillos compactadores), entre vertederas (dos vertederas: una abre la zanja, se
deposita la planta y la otra la tapa).
• Aportación riego de arraigo.
• Instalación de tutores adecuados al tamaño de la planta, en su caso.
• Instalación de protectores: sombra, viento, animales.
Técnicos de plantación
La plantación puede realizarse de distintas formas, que pueden agruparse
según dos tipos de criterios, la forma de preparación de la planta y el nivel de
mecanización; así se llega a la siguiente clasificación:

1. Según el estado o preparación de la planta:


• Plantación a raíz desnuda.
• Plantación en envase recuperable o no recuperable.
185
2. Según el nivel de mecanización:
• Plantación a mano con ahoyado manual con azada, pico, zapapico, barrón o
plantamon.
• Plantación mecanizada mediante hoyadora helicoidal, pico mecánico,
retroexcavadora, entre vertederas, maquina plantadora, etc.

La utilización de contenedores aumenta la eficacia de la operación pero


resulta más costoso. Los envases deben ser del tipo denominado contenedor
forestal, con estrías longitudinales y una abertura final de forma que se evite la
formación de arrollamientos en las raíces que pueden acarrear problemas.
Precisamente estos problemas han hecho caer en desuso los envases no
recuperables como las bolsas de polietileno o los alveolos de pulpa endurecida tipo
«paper-pot».
La plantación se realiza en hoyos o en zanjas y en alineaciones o formando
bosquetes. El tamaño de los hoyos o zanjas depende de la extensión del sistema
radical o de las dimensiones del cepellón de tierra que lo acompaña. Con carácter
orientativo pueden definirse las siguientes dimensiones según las especies utilizadas:

La plantación a raíz desnuda puede realizarse, como norma general, con las
resinosas de una savia y con los arboles y arbustos de hoja caediza que no presentan
dificultades para su posterior enraizamiento. Previamente se procederá a eliminar
las raíces dañadas en la operación de arranque o por otras causas, cuidando de
conservar el mayor numero de raicillas. Además, para favorecer la emisión de estas e
impedir la desecación del sistema radical, es conveniente la inmersión en un baño
que contenga hormonas de enraizamiento inmediatamente antes de la plantación.

186
El trasplante con cepellón es obligado para todas las coníferas de algún
desarrollo, así como para arboles y arbustos de hoja persistente. El cepellón puede
estar sujeto de forma conveniente para evitar que se agriete o desprenda.
Una vez que se ha colocado la planta en el interior del hoyo debe retirarse la
envoltura del cepellón si este no es degradable, cuidando que el cepellón no se
desmorone.
Los arboles y arbustos deben centrarse, colocarse rectos y orientarse
adecuadamente dentro de los hoyos y zanjas antes de proceder a su llenado con
capas de tierra que se irán compactando por tongadas. Si se añaden abonos o
aditivos al suelo, se mezclaran con la tierra de relleno.
Para asegurar el arraigo, cada planta debe regarse abundantemente después
de la plantación, de forma que el agua atraviese el cepellón y no se pierda por la
tierra que le rodea. El máximo aprovechamiento del agua se consigue realizando un
alcorque alrededor de cada planta.
La inmovilidad de los arboles es indispensable para evitar que el viento los
derribe o incline, perdiéndose el contacto de las raíces con la tierra. Se colocan para
ello tutores que se ligan a la planta a la altura de las primeras ramificaciones.
Deberán colocarse en tierra firme, una vez abierto el hoyo y antes de efectuar la
plantación, de forma que se interpongan entre el árbol y los vientos dominantes. La
ligadura no deberá producir heridas corticales por lo que se rodeara de la protección
adecuada.
Cuando las plantas son de gran tamaño, especialmente coníferas, la colocación
de tutores puede ser insuficiente y a veces imposible. Entonces se recurre a la
colocación de «vientos» que son cuerdas o cables que sujetan al tronco a piquetes
hincados en el suelo. Cada planta se fijara a la altura adecuada con tres vientos que
deben tensarse periódicamente para mantener la verticalidad del árbol.
Las técnicas y maquinaria utilizadas en cada método de plantación se
describen a continuación:
Ahoyado manual
Este sistema suele emplearse poco, excepto en pequeñas superficies o
terrenos poco accesibles. Para abrir los agujeros se utiliza el plantamón o el barrón.
El rendimiento con este método oscila entre 800 y 1.500 plantas al día, dependiendo
en gran medida de la experiencia y capacidad del operario. En cualquier caso es
mucho menos eficaz que los sistemas mecanizados. Sin embargo, es preciso tener en
187
cuenta la normativa vigente en cada Comunidad Autónoma para beneficiarse de las
ayudas que dan prioridad al trabajo realizado manualmente.

Ahoyadura helicoidal
Se trata de una ahoyadora accionada por la toma de fuerza de un tractor de
unos 75 CV, que excava un hoyo de 1 a 1,3 m de profundidad. Es un método muy
adecuado para las plantaciones en parques y jardines, así como las choperas.
Pico mecánico
Se utiliza en zonas con pendiente acusada y va conectado a un compresor, lo
cual dificulta su utilizaci6n en zonas agrestes. Efectúa una remoción del suelo y
después, con ayuda de una azada, crea una banqueta dotada con una microcuenca.
El rendimiento es de unas 18 a 36 banquetas por jornal.
Retroexcavadora
Esta maquina es cada vez mas utilizada, bien en su vertiente normal o en otra
dotada con extremidades extensibles para su anclaje en pendientes acusadas.
Realiza el hoyo mediante un cazo de 40-50 cm a base de remover el suelo. La labor
se termina mediante el uso de azada. El rendimiento es de 40-60 hoyos a la hora.
Retroaraña
Esta interesante maquina es, básicamente, una retroexcavadora con brazo
telescópico que posee dos ruedas y dos patas hidráulicas regulables en longitud
(recorrido máximo de 60 cm) que le permiten desplazarse por terrenos difíciles
utilizando su cazo como punto de apoyo; estacionada en un lugar, desbroza si es
necesario, excava, remueve y deposita la tierra en el propio hoyo cuya superficie y
profundidad medias es de 80 cm2 y de 50 a 60 cm respectivamente. Su potencia no
excede de 60 caballos y la longitud de su brazo telescópico con cazo es del orden de
los 8 m.
Maquina plantadora.
Es un implemento arrastrado por tractor (de 60 CV si se trata de una
monoplaza o de mayor potencia si es biplaza). Consta de una doble vertedera que
abre un surco, una guía que conduce la planta depositada por el operario hasta su
posición correcta en el surco, dos discos aporcadores que cubren con tierra las raíces
y dos rodillos compactadores que aprietan la tierra sobre el cepellón. Es muy

188
adecuada para terrenos llanos o con pendiente ligera, pero requiere una preparación
previa del suelo. Se aplica, en general, a la reforestación de suelos agrícolas
marginales. Su rendimiento es de 400 a 600 plantas por hora.

Entre vertederas
Se trata de una técnica que efectúa la plantación mediante una vertedera
doble reversible accionada por un tractor. Se depositan las plantas sobre el caballón
de la primera vertedera, siendo cubierto el sistema radicular por la tierra aportada
por la segunda vertedera. Es un método rápido, sencillo y que no precisa equipos
especiales. Tiene el inconveniente de que las plantas quedan inclinadas y han de
enderezarse de forma manual. El rendimiento de este método es,
aproximadamente, de tres horas por ha.
Por ultimo, conviene señalar que constantemente surgen maquinas y
complementos para la plantación, a medida que las condiciones socioeconómicas de
la agricultura y las demandas de la sociedad hacen prever un aumento de la
reforestación.
Otras técnicas de implantación vegetal
Existen muchas otras posibilidades de implantar una cubierta vegetal, cuya
utilidad depende de la casuística particular, como por ejemplo:
• Extendido de tierras vegetales de zonas similares a la que se quiere
revegetar cargadas con propágalos: semillas o partes de plantas que disponen de la
capacidad para reproducir nuevos ejemplares de la planta adulta de la que
proceden. En caso de obras publicas, minera, etc., estas tierras pueden ser las
extraídas previamente a la ocupación de los terrenos que han sido adecuadamente
conservadas durante el tiempo que dura la obra hasta su utilización en los terrenos
afectados por ella.
• Plantación de esquejes: fragmentos de tallos, raíces u hojas con
capacidad reproductora.
• Implantación de tepes o «alfombras» de especies herbáceas extraídas
por decapado de superficies cubiertas por ellas.
• Pastoreo con ganado que haya pastado antes en terrenos cuya
vegetación se desea introducir y cuyas semillas, de las que se alimenta, atraviesan el
tubo digestivo y llegan al suelo con las deyecciones.
189
• Las técnicas denominadas de bioingeniería, que utilizan material vegetal
combinado con elementos estructurales inertes, como madera, hormigón, tierra
compactada, mallas de metal o de plástico, geotextiles, etc., que soportan las
mayores cargas de la obra. Se trata en general de disponer vegetación, por técnicas
mas o menos convencionales, sobre los huecos que deja la estructura de material
inerte que actúa como elemento resistente; así se pueden vegetar encachados de
piedra dispuestos sobre taludes de tal forma que dejen huecos, celosas que llevan
los huecos incorporados a las propias piezas que la forman, escolleras, mallas
metálicas o de plástico que soportan las tierras y sobre las que se siembra,
plantaciones sobre muros de contención escalonados sobre taludes, etc. Existen
numerosas marcas comerciales de sistemas de bioingeniería para la revegetación de
terrenos difíciles, particularmente taludes de obras publicas: gunitado en verde,
geogreen, etc., todas ellas encaminadas a crear una cubierta verde con fines
estéticos y funcionales en cuanto a la estabilizacion de taludes; algunas de ellas se
describen en el capitulo relativo a infraestructuras lineales. Asimismo, se pueden
incluir como bioingeniería las técnicas que se mencionan en los puntos siguientes:
Estaquillado: trozos leñosos que se clavan en el suelo como si de una estaca se
tratase y que tienen la capacidad de enraizar y reproducir una nueva planta; son
aptos para la utilización de esta técnica los chopos, olmos, sauces, abedules, incluso
olivos y otros.
Fajinas: consisten en zanjas poco profundas en las que se depositan haces o
manojos de tallos de plantas con capacidad reproductora: sauces, chopos, olmos,
alisos, abedules, etc.
Las fajinas se pueden construir siguiendo curvas de nivel o en forma de espina
de pescado, actuando en este caso como elemento drenante que contribuye a evitar
que el talud se cargue de agua con el consiguiente riesgo de desplazamiento.
Entramados de matorral: consiste en situar sobre la superficie a plantar ramas
entrelazadas de las especies adecuadas: sauce, chopo, olmo, alisos, etc. que se
anclan con estacas y luego se cubren con tierra para favorecer su enraizamiento.
Escalones de matorral: colocación de capas de ramas de especies leñosas:
sauce, chopo, olmo, aliso, etc., en escalones que siguen curvas de nivel y en sentido
transversal a cada escalón construido; en cada escalón se dispone una capa del
material vegetal y luego se cubre.
Tepes: mantas de césped cultivadas y producidas en vivero de tamaño muy
variable, desde centímetros a varios metros cuadrados, y espesor de unos 60 mm. Se
trata de un método muy caro que se emplea para cubrir zonas pequeñas en áreas
criticas (de elevada pendiente y sometidas a fuertes procesos de erosión) y muy
190
visibles, para producir un rápido efecto. Presentan la ventaja de que se pueden
plantar en cualquier época del ano, aunque es mejor en primavera o principios de
otoño, debiéndose evitar los días de más calor del verano y los meses fríos del
invierno.
Adquisición Y TIPOS DEL MARTERIAL
VEGETAL
El material vegetal a implantar
puede proceder de viveros reconocidos
o, cuando se trate de superficies
considerables, de viveros específicos mas
o menos provisionales, utilizando
siempre semilla de calidad.
Etiquetado
Tiene gran importancia utilizar
planta procedente de viveros cuyas
condiciones de clima y suelo sean
similares a los de la zona a revegetar. En
todo caso es obligatorio utilizar planta o
semilla procedentes de viveros
certificados y acreditados. La planta vendrá etiquetada según el siguiente código:
• Etiqueta blanca: material no identificado.
• Etiqueta amarilla: material identificado.
• Etiqueta verde: material selecto.
• Etiqueta azul: material controlado.

También es de utilidad que el vivero informe sobre la edad de la planta y los


repicados que se le han practicado, información que se proporciona mediante una
f6rmula del tipo a/b/c, donde:
• A: n° de savias en el semillero.
• B: n° de savias en el primer trasplante.
• C: n° de savias en el segundo trasplante.
191
Para que la planta sea considerada apta para el trasplante deberá estar
completamente sana, sin deformaciones ni bifurcaciones en el tallo y sin
enrollamientos en las raíces; además, deberá tener equilibradas sus partes aérea y
radicular.
Plantas micorrizadas
También es importante tener en cuenta la utilización o no de micorrizas; la
micorrizacion consiste en la unión simbiótica entre las hifas de un hongo y la raíz de
una planta superior. La planta suministra al hongo el carbono procedente de la
fotosíntesis y un nicho ecológico protegido de los fenómenos de antagonismo
microbiano que tienen lugar en la rizosfera, mientras el hongo ayuda a la planta con
ciertos nutrientes minerales, como los iones fosfato, que las hifas del hongo
traslocan hacia la raíz.
La mayoría de las plantas verdes desarrolladas en el medio natural tiene
micorrizas, las cuales contribuyen, a veces de forma necesaria, a su desarrollo
normal. En España entre las especies verdes leñosas que suelen tener hongos
micorrizogenos destacan las de los géneros Abies, Acer, Betula, Castanea, Corylus,
Fagus, Eucaliptus, Pinus, Populus y Quercus.
Las plantas micorrizadas presentan, frente a las que no lo están, una serie de
ventajas que son patentes desde el primer momento, resultando tanto mas
imprescindibles cuanto mas criticas sean las zonas de instalación; las mas notables
son:
• Mayor desarrollo radicular en el primer ano y, en general, una mayor
altura.
• Menor numero de marras en la revegetación.
• Mayor resistencia frente a ciertos agentes bióticos de deterioro del
suelo.
• Mayor resistencia frente a ciertos agentes abi6ticos de deterioro.
Esto sucede siempre que exista un alto grado de micorrizacion de las raíces
con el hongo óptimo en cada caso, lo que aconseja la utilización de plántulas
micorrizadas procedentes de viveros especializados.
La revegetación con planta micorrizadas exige disponer de suficiente planta
de, al menos, una savia. En la actualidad existe suficiente tecnología para producir
planta de calidad con elevado grado de micorrizacion y con los hongos adecuados
192
para cada situación. La planta micorrizadas se puede obtener a raíz desnuda o en
contenedores de diversos formatos. Los hongos a utilizar deberán ser
ecopatologicamente activos, adaptables al medio y compatibles con la semilla así
como capaces de resistir el arranque, almacenado, transporte y replantación de las
plantas verdes micorrizadas. Para algunas especies se pueden obtener plantas
micorrizadas, conseguidas previamente por reproducción vegetativa, principalmente
por macro propagación, técnica que permite la producción de gran cantidad de
plantas en un corto tiempo con caracteres genotípicos previamente seleccionados.
Resulta de gran importancia el conocimiento de las especies que de forma
natural micorrizan a los vegetales leñosos, ya que el éxito de una revegetación
depende también de la utilización de las especies que aparecen de forma natural en
el lugar de implantación.
Atendiendo a su estructura y a su morfología, las micorrizas se clasifican en los
dos grandes grupos siguientes:
• Endotroficas: siendo las mas extendidas las del tipo vesiculo arbuscular.
• Ectotr6ficas: el hongo forma un manto de hifas que tapizan la raíz.
La legislación española sobre estos temas clasifica las especies que pueden ser
micorrizadas con uno u otro tipo de hongos. A tal efecto existen dos Ordenes
Ministeriales:
• Orden 3070, de 21 de enero de 1989, BOE de 8 de febrero.
• Orden 3080, de 21 de enero de 1989, BOE de 8 de febrero.
La necesidad de micorrizacion es más acusada en tierras agrícolas que han
estado desarboladas durante largos periodos, en este caso es aconsejable la
inoculación sobre las plantas en el propio vivero.
El potencial de un suelo para que se produzca la micorrizacion en el viene
determinado por la cantidad de esporas de hongos que contiene, por la intensidad
de infección de las raíces que están presentes, así como por las características
ambientales.
Actualmente se comercializan plantas micorrizadas en algunos viveros, que
inoculan mediante técnicas sencillas, como el aporte de tierra con esporas a los
contenedores forestales. Para la micorrizacion deben utilizarse especies, e incluso
razas locales de estas, a ser posible con comportamiento conocido.

193
Elementos complementarios o las plantaciones
Numerosos elementos conforman al final un área revegetada, entre ellos se
destacan los que se mencionan a continuación:
• Cerramientos, que protegen de la penetración de animales o de
personas.
• Cortavientos.
• Tutores.
• Protectores, tubos polivalentes: sombra, humedad, protección
herbívoros: roedores, jabalíes, rumiantes, etc.
• Muretes protectores del suelo y de contención de agua: mampostería,
terraplenes, encachados, etc.
• Instalación de riego: balsas de almacenamiento de agua y tratamiento
en su caso, red de riego, elementos emisores de agua, etc. (inundación, surcos a
nivel, infiltración subterránea, aspersión, goteo, etc.).
• Pantallas de enmascaramiento.
• Elementos embellecedores: esculturas, etc.
• Carteles informativos.
• Accesos y elementos para control de visitantes.
• Mobiliario: bancos, papeleras, etc.
• Elementos culturales y deportivos.
• Otros.

REVEGETACION EN MEDIOS PARTICULARMENTE DIFICILES

Revegetación de canteras
Las canteras son explotaciones mineras de materiales destinadas a la provisión
de rocas ornamentales, áridas para la construcción, etc. Utilizan el denominado
método minero denominado de cantera que consiste en el arranque de material en
laderas de gran altura y fuertes pendientes, aprovechándolo casi en su totalidad de
tal manera que queda escasa cantidad de estériles; esto supone una dificultad para
la restauración al no disponer de materiales para rellenar el hueco lo que obliga a
dejar al descubierto grandes frentes de roca de difícil y problemático remodelado.
Por este motivo es conveniente prever dicha recuperación en la planificación y en el
desafío de la explotación.

194
A pesar de la exigencia legal de la recuperación desde hace varias décadas, la
realidad es que raramente los promotores han cumplido esta obligación, y ello por lo
costoso que resulta y por una cierta permisividad administrativa que solo desde
época reciente exige su cumplimiento mediante métodos expeditivos, por ejemplo la
vinculación de las autorizaciones de explotación o licencia de obra al deposito de una
fianza con la que responder a aquella exigencia.
Situación de partida
En una cantera cuya explotación esta finalizada, se pueden diferenciar, con
carácter general dos zonas:
• Zona de extracción, caracterizada por la presencia de paredes verticales
elevadas, en el fondo de las cuales pueden aparecer lagunas y charcas originadas por
el agua de lluvia o la emergencia de agua subterránea.
• Zona de acumulación de escombros, depósitos más o menos
voluminosos e irregulares de materiales rechazados. Suele ocupar un área mayor
que la zona de extracción y no disponen de suelo edáfico desarrollado, a veces ni
siquiera de elementos finos que facilitasen su formación, lo que dificulta la
recolonización vegetal; por ello normalmente se requiere la aportación de
materiales externos con granulometría fina, incluso de suelos vegetales capaces de
aportar una base que permita el desarrollo de la vegetación a implantar.
Recuperación de la fisonomía
Dotar a una cantera de un aspecto integrado en el entorno en que se ubica
exige una intervención generalmente costosa, debido, entre otras cosas, al elevado
número de horas de maquinaria pesada que requiere. Básicamente la intervención
consiste en la fragmentación, mediante medios mecánicos o explosivos, de los
materiales de tamaño medio (0,2-0,5 m3) y grande (0,6-1 m3) existentes y en su
realojamiento de forma organizada en la zona de extracción y en el área de
escombreras. Posteriormente estos materiales han de ser cubiertos con otros finos
que, a su vez, pueden sustentar una capa de tierra vegetal, destinados a generar un
futuro suelo donde se asiente la vegetación.
Las paredes verticales del área de extracción son los lugares menos asequibles
y más costosos de transformar, para ello se puede actuar de la siguiente manera:
• Fomentar la formación de grietas que serán una vía de penetración de la
vegetación del entorno.

195
• Acumular materiales y tierra vegetal o materiales finos sobre la base de
la pared vertical para crear una especie de «glacis» que luego será fácil y
espontáneamente colonizado por la vegetación natural del entorno.
• Utilizar, cuando los haya, los escalones de extracción como base para la
acumulación de tierra vegetal, que, como antes, servirá de soporte a la
recolonización natural.
• Cubrir las paredes con una red metálica que, a modo de bolsa, encierre
materiales de grano medio y fino.
• Aplicar tratamientos para el envejecimiento de la roca, integrándose así,
al menos visualmente, en su entorno.
Las zonas encharcadas del interior de la cantera o los alrededores suelen
reunir condiciones favorables para el asentamiento de una flora y fauna de interés
ambiental; en consecuencia, tanto si han llegado a este estadio de evolución o
adaptación ecológica, como si no lo han hecho, conviene conservarlas evitando su
transformación.
La idea expuesta tiene una excepción: el caso de que las aguas estén
contaminadas, por ejemplo, por lixiviación de rocas próximas con contenidos
minerales; en este caso puede extraerse el agua por bombeo, o rellenarse la zona
encharcada con materiales finos. Si se trata de aguas subterráneas toxicas y se trata
de evitar su filtración se recurre a la impermeabilización del vaso mediante relleno
con materiales impermeables e incluso puede cementarse la zona manantial.
Cuando el agua no sea toxica se protege el entorno de la laguna o charca,
eliminándose los escombros de los alrededores.
Recolonización vegetal
Previamente a la revegetación del entorno han de analizarse las condiciones
climáticas, microclimáticos y edáficas, así como los ecosistemas y el paisaje del
entorno, para seleccionar las posibles especies colonizadoras y excluir las que no
sean afines a sus características físicas; en general se seleccionaran especies
resistentes, preparadas para soportar condiciones áridas. En la revegetación se suele
recomendar la actuación en las tres etapas señaladas en el punto 4: colonización
primaria, secundaria y terciaria.
Dentro de las especies herbáceas mas utilizadas en la Península Ibérica para

196
revegetación de cameras se encuentran:

Entre las especies de arboles y arbustos que se han utilizado para revegetar
estos medios destacan:

Las lagunas y charcas que se encuentran en el entorno de las cameras,


producidas por la explotación de una forma directa o indirecta, también tienen que
ser revegetadas en algunos casos y suelen emplearse especies ripiaras como:
• Thypha angustifolia.
• Iris pseudacorus.
• Juncus acutus.
• Scirpus holoschaenus.

Mantenimiento de la revegetación
Principalmente se realiza en las etapas de revegetación primaria y secundaria
y se orienta a dar estabilidad a la vegetaci6n implantada y de fomentar su desarrollo
y evolución ecológica mediante la consecución de un banco de semillas que asegure
año tras año la germinaci6n de la vegetación herbácea y la penetración progresiva
de las especies leñosas.
En las condiciones de clima mediterráneo, seco por tanto, las labores mas
frecuentes de mantenimiento y desarrollo consisten en proporcionar riegos de
apoyo durante las épocas de sequía, fertilizar al final del primer ano, resembrar las
especies que hayan resultado menos competitivas, controlar las agresiones
producidas por la fauna silvestre mediante cercados que eviten la penetraci6n,
197
protectores individuales u otras medidas, reponer las marras el segundo ano, es
decir, las plantas leñosas que no han conseguido instalarse de forma adecuada,
sembrar semillas de plantas leñosas que hayan arraigado en numero insuficiente,
controlar las condiciones del suelo, a través de análisis fisicoquímico y estudio de la
evolución de su estructura, y actuar en consecuencia.
Estos aspectos se valoraran cada año, incidiendo en mayor medida sobre
aquellos mas desajustados, y siempre con el objetivo de potenciar a largo plazo la
diversidad biológica y la regeneración del ecosistema mas parecido al natural.
Revegetación en medios áridos
Las áreas áridas y semiáridas se caracterizan por la escasez e irregularidad de
las precipitaciones, lo que opera como factor limitante de un cubierta vegetal
estable. Ocupan grandes extensiones en numerosas zonas del planeta, se
encuentran sometidas a crecientes procesos de desertificación y deterioro de las
condiciones naturales de sus ecosistemas. Generalmente se acepta en el mundo
entero la necesidad de adoptar medidas globales de conservación y mejora del suelo
y de aprovechamiento del agua, que permitan la restauración vegetal y su efecto
derivado de freno a la erosión y a los efectos de las inundaciones estacionales.
Ello requiere, generalmente, construir obras complejas con dos finalidades
fundamentales: evitar las pérdidas de suelo y aprovechar el agua de escorrentía,
favoreciendo su penetración en el suelo o incluso su almacenamiento en aljibes,
balsas, charcas, etc. Las importantes inversiones necesarias suponen que estas
acciones sean realizadas por servicios de la administración del estado o de
instituciones internacionales.
Pasos necesarios para el restablecimiento vegetal
La vegetación herbácea solo garantiza la protección del suelo con pendientes
inferiores al 30%; para pendientes superiores es necesario recurrir a vegetación
arbustiva y arbórea, la cual suele implantarse en la actualidad mediante trasplante
de plántulas obtenidas en viveros, en lugar de la siembra tradicional, las cuales
suelen venir en cepellón o en contenedores de tipo forestal.
Para evitar que queden rodales demasiado grandes de suelo desnudo,
desprotegido por tanto, se suele admitir una cantidad máxima de marras, de la cual
da una idea la tabla adjunta, aunque existen numerosos casos particulares en que las
cifras que proporciona la tabla deben ser
reajustadas. La causa de estos fallos suele
ser la falta de humedad en la zona
198
radical, que impide el desarrollo de la planta, pudiendo llegar a provocar su muerte.
Debido al importe económico que suponen, así como al retraso que ocasionan y sus
consecuencias (arrastre de tierras, erosión, inundaciones...) hay que minimizar estas
marras procurando los aportes hídricos suficientes.
Como se ha señalado, el factor limitante en estas zonas es la pluviometría, por
lo que hay que prestarle una especial atención; la pluviometría es en general baja y
concentrada en aguaceros de mucha intensidad y poca duración, con poca
infiltración y mucha escorrentía.
Asimismo, en zonas de altitud elevada o de montana hay que tener en cuenta
el efecto estacional de las temperaturas. Son elevadas en verano, provocando
grandes evaporaciones en las superficies en contacto con la atmosfera y elevadas
transpiraciones en las plantas. En invierno suelen ser bajas, con el consiguiente
par6n en el crecimiento vegetativo. Como consecuencia, la producción vegetal se
concentra en pocos meses del ano, en que no suelen producirse suficientes
precipitaciones para un adecuado crecimiento de las plantas. Es necesario el
aprovechamiento al máximo de estas precipitaciones, recogiendo escorrentías,
evitando avenidas y posibles inundaciones, para lo cual es preciso tener las cuencas
protegidas con la necesaria cubierta vegetal que regula el ciclo hidrológico, aumenta
la capacidad biológica del suelo y, al mismo tiempo, impide su destrucción.
Para potenciar el adecuado crecimiento de las repoblaciones previstas hay que
prestar atención a los siguientes aspectos:
• Preparación del suelo: se trata de adecuar el sustrato para facilitar las
labores de plantación, aumentar la profundidad del mismo, así como incrementar la
capacidad de retención de agua y la velocidad de infiltración. Los trabajos de este
tipo cobran mayor importancia a medida que aumenta la pendiente natural del
terreno y disminuye la profundidad de la capa fértil. Los más usuales son:
— Preparación de fajas sobre las que se plantar.
— Subsolados lineales o cruzados.
— Acaballonados.
— Formación de banquetas, con relleno artificial de tierras.
— Construcción de terrazas.
• Corrección de problemas debidos a la torrencialita: los torrentes son
ocasionados por las escasas pero fuertes lluvias y constituyen vías preferenciales del
agua, generalmente siguiendo las máximas pendientes. Esto acelera la perdida de
suelo y dificulta la infiltración de las precipitaciones en los terrenos. Su corrección
consiste en la regularización de los mismos y el control del flujo de sus aguas,
199
evitando que la excesiva energía de estas erosione sus cauces y transporte los
materiales sueltos así obtenidos. Al mismo tiempo se consigue una mejor utilización
de las mismas para el riego, bien mediante el aumento de infiltración en el terreno,
bien mediante la posibilidad de utilizar represas para regar zonas colindantes.
Es especialmente importante la corrección de los torrentes en las zonas
superiores de las cuencas, disminuyendo la pendiente del cauce mediante la
construcción de diques transversales al eje que no solo reducen la velocidad del agua
y laminan el caudal sino que hacen de trampa de sedimentos.
Para su ejecución pueden utilizarse materiales existentes in situ, o bien
gaviones metálicos debido a la comodidad de su instalación y su precio
relativamente poco elevado. La altura de estas construcciones va a depender de la
pendiente de la cuenca, pero suele oscilar alrededor de los 2 o 3m. Como la presión
que produce el agua no es muy elevada, no son necesarios muros de gran resistencia
y precio. La formación de sucesivas represas a lo largo del cauce permite disponer de
reservas hídricas a la vez que favorece la sedimentación y el aterramiento de la zona,
consiguiendo una disminución de la pendiente de los torrentes y de la erosión que
provocan.
• Corrección del déficit hídrico: suele ser el aprovechamiento de la escorrentía
el método más empleado, ya que las escasas precipitaciones de estas zonas se
concentran en grandes aguaceros. Además, el suelo desnudo y las grandes
pendientes dificultan la retención de agua. Se deben, pues, centrar los esfuerzos en
restaurar el suelo de forma que se faciliten la infiltración y la retención. A
continuación se muestran los valores medios del aumento de infiltración debido a la
cubierta vegetal:
También la construcción de
diques o represas, al ir
reteniendo el agua y facilitan
la infiltración, recargando
acuíferos, que puede ser
aprovechada en otras zonas.
El agua embalsada puede
utilizarse en menores cotas por gravedad, pero en muchos casos es imprescindible
bombearla hasta un depósito o una red de riego, lo que encarece la operación.
MANTENIMIENTO DE LA REVEGETACION

200
Contrariamente a la obra civil, las operaciones de instalación de una masa
vegetal no se pueden considerar finalizadas cuando acaba la obra, sino que deben
pasar varios anos hasta que arraiga profundamente y es capaz de mantenerse sin
intervención exterior. Por ello, una vez concluida, la vegetación implantada necesita
una serie de cuidados para conducirla a su establecimiento pleno, que se realiza
fundamentalmente en los primeros anos o en las etapas de revegetación primaria y
secundaria, si se ha procedido por fases; en suma, se trata de dar estabilidad a la
vegetación implantada y de fomentar su desarrollo y evolución ecológica.
Como todos los pasos anteriores, los cuidados necesarios dependen del tipo
de planta, de las condiciones ambientales, de las técnicas disponibles, etc. Los más
frecuentes son los siguientes:

Reposición de marras o resiembra


Las marras son las plantas muertas o que no se han desarrollado según las
condiciones exigidas, y son muy frecuentes en las condiciones de clima
mediterráneo; también hay fallos de germinación, de enraizamiento o de
competencia en el caso de siembra. Se trata de reponer, generalmente de forma
manual, las marras habidas durante los dos anos siguientes a la realización de la
plantación; asimismo habrá que resembrar aquellas especies que hayan arraigado en
niñero que se considera insuficiente.

Protección contra herbívoros


La depredación por herbívoros es una de las principales causas en el fracaso
de las revegetaciones, siendo los momentos más peligrosos la siembra, la
germinación y las etapas juveniles de las plantas. Los herbívoros pueden ser
domésticos o silvestres. Dentro de los primeros, son especialmente dañinos el
ganado ovino y el caprino. En los silvestres la lista es muy amplia, siendo los más
peligrosos los conejos y otros de gran tamaño como ciervos, gamos, corzos, jabalíes,
etc. Las aves también pueden ocasionar danos a tener en cuenta.
Las medidas de protección deben estar en función del tamaño de la parcela, la
fauna local, su densidad, las disponibilidades de alimentos en épocas críticas, y las
especies utilizadas en la revegetación. Debe actuarse desde el primer momento, es
decir, la protección se realizara simultáneamente con la siembra o plantación. Los
métodos mas utilizados son el vallado de la parcela o de cada planta individual para
201
el control de herbívoros, y el empleo de repelentes para el de aves y pequeños
roedores.
Escardas y rozas
Son operaciones encaminadas a la eliminación de malas hierbas y vegetación
no deseada que pueden competir con las especies recién establecidas. Puede
realizarse a mano o bien mecánicamente mediante una desbrozadora. No se realiza
habitualmente, ya que se trata de recuperar la vegetación zonal, más que de
eliminarla para instaurar otras especies. Además, esta operación puede favorecer los
procesos erosivos.
Siegas
En ocasiones conviene proceder a la siega de la vegetación herbácea para
evitar riesgo de incendios o el «ahogamiento» de las plantitas de especies arbóreas
que sufren una competencia, por el agua, nutrientes, incluso de la luz, rápida e
intensa en momentos críticos.
Recalce
Consiste en depositar tierra alrededor del cuello de la planta con una doble
finalidad: evitar que las raíces más superficiales queden al descubierto, y proteger la
zona inferior del tronco que es la más sensible a heladas. Esta operación también
recibe el nombre de aporcado.
Podas
No son una operación común ya que se pretende llegar a una vegetación lo
mas «natural» posible, además de precisar muchos recursos y mano de obra.
Quedan limitadas a casos concretos como desequilibrios acusados o competencia
excesiva entre especies.
Aclareos
Cuando la vegetación arbórea crece y la siembra o plantación ha tenido éxito
se hace notar la excesiva densidad de plantas arbóreas y hay que proceder a la
extracción de una proporción de ellas para obtener la densidad que se considera
adecuada.
Riegos
La elección de las especies adecuadas para la zona se hace en función de la
pluviometría, como ya se ha visto, de forma que no necesiten mas humedad que la
202
disponible. Sin embargo, en ocasiones es conveniente dar algún riego de apoyo en
las primeras etapas para el correcto arraigo y desarrollo de las especies, según las
condiciones climatológicas del momento. En ocasiones puede añadirse al agua de
riego algún tipo de fertilizante o producto fitosanitario. Es una operación costosa y
debe limitarse en lo posible, procurando la adaptación del microrelieve del terreno
para que las plantas se beneficien al máximo de la pluviosidad disponible, en
cantidad y en régimen. Incluso conviene que las plantas sufran «un poco de sed» o
estrés hídrico limitado, con el fin de que desarrolle todo su potencial de autodefensa
generando un sistema radicular potente, denso y profundo, capaz de explotar el
mayor volumen posible de suelo, y de que se desarrollen de forma equilibrada con
las condiciones en las que han de vivir.
Fertilización
Se suele fertilizar una unica vez antes o en el momento de la plantación, y no
se suele fertilizar después. No obstante, en ocasiones se fertiliza de nuevo al finalizar
el primer año.
Tratamientos fitosanitarios
Pueden tener carácter preventivo o curativo, pero si la planta ha sido
correctamente utilizada generalmente solo son necesarios en casos excepcionales.

REINTRODUCCION DE LA FAUNA AUTOCTONA


La revegetación de un espacio degradado, se complementa con el estable-
cimiento de una fauna adecuada, ambos aspectos se refuerzan para conseguir
estabilidad. La nueva fauna que se asiente en el lugar procederá de poblaciones que
hayan permanecido en el, de poblaciones cercanas o lejanas que se hayan podido
trasladar al lugar, caso de las aves, o bien podrá tratarse de ejemplares introducidos
intencionada y directamente. Se trata de lograr una comunidad animal adaptada a
las circunstancias del espacio ya restaurado. Objetivos prefijados pueden ser la
recuperación de una especie en particular o el control de alguna que se encuentre
en abundancia excesiva.
Las medidas, incluidas en la restauración del lugar, para eliminar impactos que
directa o indirectamente afecten a la fauna, serán las primeras acciones destinadas a
favorecerla. Como ejemplos de ello cabe señalar:
• La eliminación de vertidos que permite el establecimiento de especies
piscícolas exigentes en calidad de las aguas.
203
• El control de vertederos y basureros que impide la proliferación de
roedores y carroñeros.
• La disminución del uso de fitosanitarios no selectivos, que favorece a las
poblaciones de insectos que son alimento de una variada avifauna.
Se favorecerá también la colonización faunística al incrementar la diversidad y
el numero de hábitats: zonas con agua, muros de piedra, troncos caídos, arboles
viejos, etc., elementos que procederán de los preexistentes o se crearan a propósito.
El número de animales que puede albergar una zona restaurada depende de
factores tales como la superficie, la proximidad a otras zonas naturales, la diversidad
de la vegetación y el grado de impacto humano.
Medidas de recuperación de la fauna
Una vez proyectada la restauración del suelo y de la vegetación ha de preverse
cual será el estado de la fauna y compararlo con el estado deseable en el espacio
recuperado —ese estado deseable se mide a través de la capacidad de carga del
territorio: numero de individuos que puede o debe albergar un espacio y que esta
determinada por los hábitats que existen—. Puede suceder que la fauna sea capaz
de instalarse por si sola o que precise de medidas para impulsar su establecimiento.
Por lo tanto, las situaciones posibles son:
Caso en que la fauna pueda instalarse por si solo
Tras la restauración, la fauna puede ser escasa pero tener capacidad para ir
instalándose con el tiempo al disponer de recursos alimenticios suficientes, hábitats
adecuados, ausencia de impactos notables y disponer de efectivos —numero de
individuos— suficiente para reproducirse. En este caso, no es necesario adoptar
medidas de reintroducción, pero si' eliminar todo aquello que pueda impedirla:
afluencia excesiva de personas, ruidos, caza, etc.
Caso en que lo fauna no sea capaz de establecerse por si sola
Esto ocurre, por ejemplo, cuando faltan hábitats adecuados, comida suficiente
o actividades que la impidan o limiten. En estos casos se plantean las siguientes
soluciones:
1. Eliminar o corregir impactos. Es decir, todo aquello que impida o
dificulte la vida animal: atropellos en carreteras, caza incontrolada, presencia de
plagas, tendidos eléctricos con riesgo de electrocución, presencia de individuos,

204
fumigaciones, uso de venenos; competencia excesiva de una especie desfavorable ya
existente en el lugar, por ejemplo, ratas, o de otras en densidad excesiva, por
ejemplo, estorninos o palomas, con las que resulta demasiado difícil conseguir un
equilibrio.
2. Aportar recursos alimenticios, mediante siembras y plantaciones de
especies productoras de alimentos o aportando directamente comida
suplementaria, por ejemplo para los animales carroñeros como los buitres o para
herbívoros, con carácter permanente o en determinadas épocas desfavorables como
grandes heladas, nevadas, que impidan a los animales conseguir alimentos por las
vías habituales.
3. Crear hábitats adecuados. Es la medida mas importante, una vez
solucionados los impactos negativos. Por una parte, la restauración general incide en
el aumento de los hábitats (para tener refugios, sitios donde permanecer,
alimentarse o reproducirse) pero estos no suelen ser suficientes porque un espacio
restaurado es en principio un espacio nuevo y joven que no aporta suficientes
hábitats. Según las especies que se desee establecer habrá que instalar unos hábitats
u otros. Por ejemplo, para estimular la avifauna se pueden instalar cajas anidaderas,
para las especies que crían en los huecos de los arboles, soportes artificiales, nidales
en postes eléctricos (útiles para el cernícalo primilla, nidales, islas ratifícales, etc.
Para las poblaciones piscícolas se pueden instalar estructuras en el cauce
(pequeñitos azudes, deflectores, piedras aisladas y estructuras vegetales en las
orillas) con el fin de incrementar la diversidad y el numero de hábitats, establecer
una secuencia de rápidos y remansos en el cauce o frezaderos nuevos o restaurados.
Para mamíferos acuáticos se dotan arrecifes artificiales, etc.
4. Introducir especies. Las especies a introducir pueden haber sido criadas
en cautividad (por ejemplo, animales heridos y curados) o se importan desde otro
lugar. Para ello están los centres de recuperación de animales salvajes, las
piscifactorías que crían reproductores o ejemplares para la repoblación de los ríos,
los parques zoológicos, etc. Al seleccionar los ejemplares a introducir se buscan las
poblaciones genéticamente más cercanas. Ejemplos de reintroducción de especies
son:
• Los quebrantahuesos reintroducidos en el Parque Natural de Cazorla en
1996. En los anos ochenta quedaba un solo ejemplar, por ello el Parque se repobló
con ejemplares descendientes de aves criadas en cautividad en Austria.
• Las tortugas moras criadas en cautividad y soltadas en la Reserva
Integral de la especie en Murcia.
205
• Las cigüeñas blancas criadas en cautividad (para evitar que migren a
África, donde la mortalidad de las aves es grande y conseguir que se conviertan en
sedentarias) y luego soltadas en los Aiguamolls de l'Emporda (Gerona).
Las repoblaciones con especies y variedades autóctonas que existían
antiguamente en la zona, suelen tener más éxito que las realizadas con especies o
variedades no autóctonas.
Otras son claramente desfavorables, como ha sucedido con la suelta de
conejos en medios insulares y que han proliferado excesivamente dañando la
vegetación y también con la suelta de ejemplares aislados de peces —cuya
intencionalidad era mas bien deportiva o como medio de deshacerse de ellos mas
que para repoblar un espacio— como el pez sol, el black-bass o el pez gato, que son
especies aloctona grandes depredadoras de puestas de peces y alevines de especies
autóctonas.
Repoblaciones controvertidas son las que se efectúan en muchos salmoneros,
bien porque no se actúa contra la causa que impide el normal desarrollo de la
especie o bien porque se utiliza una variedad de la especie que no es la adecuada
(caso de los ríos salmoneros donde se repuebla con trucha arcoíris en vez de con
trucha común). También es controvertido el caso de las repoblaciones en ríos
españoles con el cangrejo serial. El cangrejo americano infecto al cangrejo autóctono
de afanomicosis y casi lo hizo desaparecer, lo que llevo a repoblar con cangrejo
serial, menos agresivo que el americano pero que tampoco es autóctono; sin
embargo, ahora parece que el cangrejo señal también sufre la afanomicosis y que es
posible realizar con éxito repoblaciones de cangrejo autóctono.
El ganado como instrumento de recuperación
El ganado, al ser una fauna fácilmente controlable y que admite el traslado en
caso de resultar perjudicial, puede utilizarse como una medida para conservar
ciertos ecosistemas o para favorecer a ciertas especies silvestres. Así, la introducción
del ganado en las márgenes de las zonas húmedas impide la proliferación de plantas
que cierren la parte libre —donde esta la lamina de agua, lo que favorece a la
avifauna acuática (patos, fochas, etc.)—, ciertas especies son capaces de controlar
especies indeseadas, etc.
La introducción del ganado también favorece a especies ligadas a el, como es
el caso de la garcilla boyera o de la lavandera boyera (ambas asociadas al ganado
vacuno pastante), que se introducen al mismo tiempo que este tipo de ganado.

206
V
TRATflMIENTO DEL SOPOfRTE FISICO: SUELOS
DEGRADADOS Y SUELOS CONTAMINADOS
En este capítulo se hace una aproximaci6n al diagnostico y tratamiento de
diferentes tipos de suelos degradados, desde los que han adquirido esta condición
por un aprovechamiento excesivo o mal ejecutado, generalmente agrario: agrícola,
forestal o ganadero, hasta los contaminados por fugas, derrames o vertidos
generalmente de procedencia, directa o indirectamente, industrial. En la exposición
de todos ellos se sigue un esquema similar: planteamiento del problema y los
elementos determinantes del diagnostico como base de partida para exponer el
enfoque y las técnicas disponibles para su tratamiento.
Es común que los espacios degradados lleven asociado un suelo en malas
condiciones o inexistente, decapado; esta carencia se suple de tres formas:
aportando un nuevo suelo, normalmente a un coste tal que puede hacer inviable el
proyecto, practicando una corrección edáfica siempre que sea posible o adaptando
los objetivos del tratamiento (entre ellos la elección de especies vegetales a
introducir) a la situación existente, en cuyo caso los resultados pueden ser pobres.
En todo caso se trata de un recurso que se puede guardar, operación que resulta
completamente recomendable cuando una obra o intervención va a ocupar
irreversiblemente un suelo.
De la importancia de este vector ambiental dan idea los enunciados de la Carta
Europea de Suelos elaborada por el Consejo de Europa. Pero una utilización histórica
negligente cuando no abusiva, que sigue en la actualidad, ha degradado o destruido
grandes superficies de este recurso y llevado a la desertificación de muchas zonas lo
que, unido a su papel fundamental para la vida, ha propiciado la preocupación de los
países por su conservación, la cual se ha realizado con fortuna variable; destaca la
Unión Europea que dedica grandes esfuerzos directamente a la conservación del
suelo e indirectamente a través de la lucha contra la desertificación.
Carta europea de suelos (Consejo de Europa)
1. El suelo es uno de los bienes más preciosos de la humanidad. Permite la
vida de los vegetales, animales y del hombre sobre la superficie de la tierra.
2. El suelo es un recurso limitado que se destruye fácilmente.
207
3. La sociedad industrial utiliza el suelo con fines tanto agrícolas como
industriales y otros. La política de ordenación del territorio debe concebirse en
función de las propiedades de los suelos y de las necesidades de la sociedad actual y
futura.
4. Los agricultores y los forestales deben adoptar medidas adecuadas para
preservar la calidad del suelo.
5. El suelo debe ser protegido de la erosión.
6. El suelo debe ser protegido contra la contaminación.
7. Las aglomeraciones urbanas deben organizarse de modo que provoquen
el menor número de efectos negativos sobre las zonas limítrofes.
8. En la realización de obras publicas y en la concesión de planes de
transformación deben valorarse las repercusiones sobre las tierras circundantes y
deben tomarse las medidas adecuadas.
9. Es indispensable la elaboración de un inventario de los recursos de
suelos.
10. Son necesarios un mayor esfuerzo de investigación científica y una
colaboración interdisciplinaria para asegurar la utilización racional y la conservación
de los suelos.
11. La conservación de los suelos debe ser objeto de una instrucción a todos
los niveles y de una información publica cada vez mayor.
12. Los gobiernos y las autoridades administrativas deberán planificar y
ordenar racionalmente los recursos del suelo.
EL SUELO
El suelo es un complejo y delicado sistema constituido por partículas minerales
en diferente estado de transformación, agua, sustancias químicas disueltas, materia
orgánica mas o menos descompuesta y organismos vivos, que se ha formado por la
acción lenta pero continuada (génesis edafológica) de los elementos atmosféricos,
climáticos y bióticos, incluido el hombre, sobre la parte superior de la corteza
terrestre a lo largo del tiempo. Cinco factores genéticos determinan la formación del
suelo:

208
• El clima, particularmente el régimen de lluvias, y el consiguiente
contenido de humedad en el suelo, y el régimen de temperatura, que condiciona los
procesos de meteorización y las reacciones químicas del suelo.
• La roca madre, o material originario del suelo, que determina su
permeabilidad y el suministro paulatino de nutrientes; diferentes tipos de roca
madre pueden conducir a suelos similares, aspecto importante en la revegetación
que debe atender mas al tipo de suelo preexistente que a las características de los
materiales presentes en el momento de la intervención.
• Las formas del terreno y los procesos que han llevado a ella,
particularmente los de erosión y sedimentación, son determinantes en la formación
y evolución del suelo.
• Los seres vivos, particularmente la vegetación, que determina
poderosamente la evolución del suelo, y naturalmente la acción antrópica; desde el
punto de vista de la fertilidad, existen dos tipos de vegetación: mejorante y
degradante según el saldo positivo o negativo entre los nutrientes que aporta y
extrae, respectivamente.
• El tiempo, los procesos formadores del suelo operan en el llamado
«tiempo geológico», es decir, largo, si bien pueden acelerarse mediante intervención
del hombre; en contraste el tiempo de destrucción es muy corto. En todo caso se
trata de un ente en constante evolución cuyas características se modifican con el
transcurso del tiempo.
Las tres funciones básicas del suelo
El suelo cumple tres importantes funciones muy relacionadas pero diferentes:
recurso natural, soporte de vida y receptor de efluentes.
Recurso natural. El suelo es el factor de productividad primaria por excelencia,
valor de uso basado en las características que lo hacen mas o menos atractivo para la
actividad agraria: pendientes, profundidad del perfil, drenaje, capacidad de
retención de agua, disponibilidad de nutrientes, facilidad de laboreo, pedregosidad,
etc. Tal valor de uso se determina a través de las denominadas clases agrologicas o
sectores del terreno con el mismo tipo de limitaciones para la explotación primaria.
En cuanto recurso natural al suelo se le suele atribuir las condiciones de no
renovable y social.

209
Soporte de vida. El suelo es un sistema complejo en el que interaccionan
materiales orgánicos e inorgánicos, agua, vegetales, animales superiores y multitud
de microorganismos en evolución, cambio y regulación continuos.
Receptor de efluentes. El suelo ejerce un papel tampón, es decir,
amortiguador, en cuanto se comporta como filtro y elemento transformador entre la
atmosfera y la capa freática, que permite retener y procesar los contaminantes que
lleguen a el, evitando su paso directo al agua, a los ecosistemas o al hombre; incluso
para ciertos efluentes cuyo tratamiento en origen es económicamente inviable (caso
de purines de cerdo, por ejemplo) se aprovecha esta capacidad procesadora como
método de eliminación de dicho efluente.
Las tres propiedades básicas del suelo
El cumplimiento de las funciones del suelo depende de sus propiedades:
físicas, químicas y biológicas, cuyo conocimiento, particularmente de los aspectos
susceptibles de modificación antrópica, constituye la plataforma indispensable para
definir la forma de tratamiento que le haga capaz de soportar una cubierta vegetal.
Propiedades físicas
Las principales características físicas de un suelo son la textura, la estructura y
la morfología, la densidad, la porosidad, la consistencia, la temperatura y el color.
Lo textura
Se refiere a la proporción relativa de las particulas de diferente tamaño que
forman el suelo; la textura
determina la capacidad de
absorción y retención de agua, la
cantidad de aire que contiene el
suelo, su capacidad portante y
parcialmente su fertilidad. Existen
diferentes escalas texturales entre
las que destaca la del USDA
(Servicio de Conservación de
Suelos de USA), que establece las
clases que aparecen en la figura V.
1, donde se representa un
diagrama triangular que permiten
determinar la textura de un suelo
según el porcentaje de arcilla, limo
210
y arena.
La estructura
Se refiere a la forma en que se unen y ordenan las particulas existentes en el
suelo formando agregados o unidades estructurales cuya estabilidad depende,
fundamentalmente, de la cantidad y estado en que se encuentran los coloides del
suelo. Cada modelo de unión de particulas genera un sistema poroso particular en
cuanto a cantidad, forma, tamaño, continuidad, estabilidad y permanencia de los
poros, y determina la permeabilidad del perfil y la velocidad de infiltración del agua a
través del suelo, factores que influyen en el riesgo de erosión. Puede modificarse por
compactación y por la presencia de sodio en el complejo de cambio. La materia
orgánica ejerce una influencia positiva sobre la estructura, favoreciendo la formación
de complejos arcillo-húmicos.

Los conceptos de estructura y textura considerados conjuntamente permiten


extraer ciertas conclusiones útiles para orientar el tratamiento del suelo:
• Los suelos pobres en arcilla y en materia orgánica tienen, en general, una
estructura débil de grano suelto; si son arenosos, la permeabilidad será elevada y
escasa la capacidad de retención de agua; si son limosos, ocurrirá lo contrario.
• Los suelos ricos en arcilla y pobres en materia orgánica son, en general,
asfixiantes en condiciones de humedad y de masivos en seco, a menos que el
laboreo o un denso entramado de raíces le proporcione cierta grumosidad.
• Los suelos ricos en materia orgánica y con un contenido de arcilla superior en
unas cuatro veces al de humus tienen, en general, una estructura grumosa estable,
sobre todo si son calizos; en ellos aparece bien equilibrado el binomio permeabilidad
capacidad de retención de agua porque entre los grumos existen poros grandes que
aseguran la primera y en el interior del grumo quedan poros pequeños que retienen
agua.
La morfología se refiere a las formas que adopta el terreno en función de los
procesos, fundamentalmente erosión, que operan sobre el; asimismo se manifiesta
en la composición, espesor y color de los horizontes que forman el perfil del suelo.
El resto de propiedades físicas están estrechamente relacionadas con las
anteriores: así, la densidad se vincula a la compactación del suelo, la porosidad a la
aireación y disponibilidad de agua, la consistencia a la traficabilidad del suelo y a las
fuerzas que pueden ser aplicadas sobre el mismo, la temperatura determina la vida
211
microbiana y todos los complejos procesos que operan en el suelo, el color, por fin,
esta ligado a la permeabilidad, temperatura, contenido en materia orgánica, óxidos
de hierro y manganeso así como a procesos de calcinación y de erosión.
Propiedades químicos
El comportamiento químico de un suelo esta íntimamente ligado al contenido
y tipo de arcilla y de materia orgánica/humus que contiene. Tal vez la propiedad
principal sea la capacidad de intercambio catiónico o cantidad de cationes
intercambiables, de sodio, potasio, calcio, magnesio e hidrogeno por kilo de suelo
seco, cuya importancia estriba en la acción del suelo como un intercambiador de
iones con la disolución acuosa que se mueve a través de su perfil; en este sentido, el
poder tampón o «capacidad de amortiguamiento» del suelo es directamente
proporcional a la capacidad de intercambio catiónico.
La reacción del suelo, acidez o alcalinidad, se mide por el valor del pH, uno de
los mejores indicadores de muchas otras propiedades, y especialmente del tipo y
características de la vegetación que sustenta. En general, se puede decir, que la
mayoría de los minerales son más solubles en suelos ácidos que en suelos alcalinos o
neutros. La lluvia o el riego favorecen la acidez del suelo porque movilizan las
reservas de calcio, magnesio, sodio y potasio, que son reemplazadas por hidrogeno y
aluminio. Valores elevados (alcalinos) de pH producen insolubilización de
micronutrientes, generando importantes problemas carenciales en la vegetación,
sobre todo de fosforo en suelos calizos.
Propiedades biológicas
El suelo es un ente vivo que se forma y evoluciona gracias a la acción conjunta
de poblaciones formadas por multitud de organismos muy diferentes y equilibradas,
entre si y con el suelo: pH, humedad, contenido de materia orgánica, etc.; de todo
este conjunto equilibrado dependen las funciones del suelo antes descritas. Los
organismos del suelo se pueden clasificar de la siguiente forma:
1. Fauna:
• Macrofauna: gusanos de tierra, insectos, arácnidos, miriápodos.
• Microfauna: protozoos, nematodos.
2. Organismos vegetales:
• Macroorganismos: algas, hongos (micomicetos, actinomicetos), bacterias
(heterótrofas, autótrofas, semiautotrofas).
• Microorganismos: de descomposición, de asimilación, asociada.

212
La fauna cumple funciones mecánicas (formación de agregados estables, de
poros, etc.), químicas (evita la lixiviación de elementos nutritivos, hace de
intermediario entre el suelo y la planta para la asimilación de potasio, fosforo y
magnesio y liberan, gracias a su sistema enzimático, minerales inmovilizados en el
suelo) y biológicas (selección y estimulación de cierta flora microbiana en el suelo).
Otras funciones específicas de diferentes organismos son las siguientes:
• Los hongos, como las bacterias heterótrofas, humifican la materia orgánica
facilitando así su posterior mineralización.
• Las bacterias autótrofas obtienen su energía transformando compuestos
complejos a materia mineral; así, las bacterias nitrosas producen acido nitroso y
nítrico a partir del amoniaco, las nítricas transforman el ácido nitroso en nítrico y en
nitratos, las desnitrificadoras liberan nitrógeno gaseoso en medio aerobio a partir de
nitratos y las reorganizadoras evitan el lixiviado del nitrógeno transformando los
nitritos en nitrógeno orgánico, no soluble; las bacterias semiautotrofas (Rhizobium)
fijan el nitrógeno del aire y son fuente de carbono orgánico.
• Los microorganismos vegetales facilitan el enraizamiento de las plantas
(microorganismos de descomposición) y participan activamente en la nutrición y en
la protección de las plantas (microorganismos asociados a la rizosfera).
En síntesis se puede afirmar que la actividad biológica del suelo consiste,
básicamente, en transformar la materia orgánica y en facilitar la nutrición de la
planta.
DEGRADACIÓN DEL SUELO
Como cualquier otro recurso natural, numerosos tipos de usos, de
aprovechamientos y de comportamientos, pueden afectar negativamente a las
propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo (figura V.2) reduciendo su
funcionalidad, particularmente, la productividad y la capacidad de autorregulación u
homeostasis del sistema edáfico; tres razones fundamentales son causa directa de
degradación: la sobreexplotación, la contaminación y la ocupación, operando de
forma aislada o conjunta, en este ultimo caso, reforzándose mutuamente (sinergia
positiva) u ocultando sus efectos; en síntesis resultan cuatro tipos de degradación:
• Física: alteración o destrucción de la estructura y/o la morfología del suelo.
• Química: procesos de carácter químico que repercuten en la capacidad del
suelo para realizar sus funciones; destacan la acidificación, la salinización, la
sodificacion y la contaminación.
213
• Biológica: reducción de la actividad biológica y de la diversidad de organismos
presentes en el suelo a causa de las degradaciones anteriores y de otras como la
perdida de materia orgánica y la aplicación de productos tóxicos para la fauna y la
flora.
• Destrucción del suelo: ocupación por actividades incompatibles con su
permanencia cual son la expansión de las ciudades, la minería, la localización de
infraestructuras de todo tipo: transportes, hidráulicas, etc.
DEGRADACIÓN FISICA DEL SUELO
Como se ha dicho, se refiere a la alteración o destrucción de la estructura y/o
la morfología del suelo; ambas determinan factores de productividad y de
degradación, tan importantes como la infiltración, el flujo y almacenamiento de
agua, la capacidad de aireación, la difusión de calor, la facilidad a la penetración de
las raíces, la resistencia a la compactación y a la erosión. El deterioro de la estructura
puede producir sellado y encostramiento, compactación y cambios en las
propiedades físicas, como porosidad, permeabilidad o resistencia mecánica; el
cambio en la morfología se debe fundamentalmente a la erosión y se manifiesta en
la composición, espesor y color de los horizontes que forman el perfil del suelo.
Por su importancia se analizan aquí tres manifestaciones típicas de
degradación: el sellado y encostramiento, la compactación y la erosión.
Sellado u encostramiento
El sellado del suelo consiste en la formación de una capa superficial densa e
impermeable, de pocos milímetros de espesor, conocida generalmente como
«sello», de naturaleza húmeda, que al secarse cambia sus propiedades físicas y
químicas dando lugar a la formación de una costra superficial. La causa reside en la
destrucción de la estructura del suelo por dos razones sucesivas:
• Rotura mecánica de los agregados del suelo debido a impactos de las
gotas de lluvia, laboreo, etc., que separan las particulas y comprimen los primeros
milímetros de la capa superficial de suelo.

• Esta separación mecánica de las particulas de suelo (arena, limo y


arcilla) suele ir acompañada por una dispersión química asociada a los altos
contenidos de sodio intercambiable.

214
215
En la costra se distinguen dos zonas distintas de escasos milímetros de
espesor: un sello superior muy fino situado sobre una zona de taponamiento de
poros. El proceso de encostramiento depende de la textura o distribución del
tamaño de las particulas, del contenido en materia orgánica, del porcentaje de sodio
intercambiable, del contenido en arcillas y de la intensidad y duración de la lluvia. Se
ve favorecido, en la medida en que la lluvia es mas intensa y su duración mayor, por
altos contenidos de sodio intercambiable, por alto contenido de arcilla y por un
contenido bajo en materia orgánica. La compactación mecánica y el secado lento son
procesos adicionales que favorecen en la formación de la costra y su resistencia.

Compactación
Diversas causas pueden alterar la estructura del suelo por compactación, la
cual se manifiesta a través de la permeabilidad, la densidad aparente y la porosidad
del suelo, parámetros que se adoptan como indicadores de este tipo de degradación.

Permeabilidad
La permeabilidad, Ks, es un indicador fundamental de la ruptura de la
estructura del suelo: a mayor degradación menor permeabilidad, y con ello
reducción de la capacidad de drenaje y falta de aireación; valores de permeabilidad
inferiores a 0,125 cm/h pueden ocasionar problemas graves.

Densidad aparente
La densidad aparente
crece con la degradación
estructural. A los diferentes
grupos texturales corresponden
las densidades aparentes
máximas y mínimas que
aparecen en la tabla adjunta; a
partir de los valores máximos,
hay una disminución de la
porosidad y aireación del suelo que afectan al normal crecimiento radicular.

216
Índice de porosidad
El índice de porosidad se define por el cociente: e - volumen total de
poros/volumen de solidos. A mayor compactación corresponde menor valor del
índice de poros. El cuadro adjunto muestra los valores aconsejables para los distintos
tipos de suelo.

Erosión
La erosión se refiere al desplazamiento de particulas, o masas, de suelo,
proceso que comporta tres acciones consecutivas: extracción, transporte y
sedimentación de los materiales. Puede ser geológica, que se produce a velocidad
lenta, y consiste en el desplazamiento de materiales litológicos por la acción de los
factores climáticos en largos periodos de tiempo, y edáfica, mas rápida y
generalmente originada de forma directa o indirecta por la actividad humana que
crea las condiciones necesarias para el desplazamiento mecánico de materiales del
perfil edáficos como materia orgánica componentes texturales finos, etc.,
responsables de la fertilidad del suelo. El primer tipo de erosión es un fenómeno
natural que modela el paisaje y forma ricos suelos sedimentarios, por ejemplo, las
vegas de los ríos. El segundo, en cambio, se interpreta como un proceso negativo
responsable de la perdida del espesor de suelo fértil que limita su utilización como
despensa y soporte de las plantas.
Los agentes directos causantes de la erosión son el agua y el aire, dando
origen a la erosión hídrica y eólica respectivamente; la primera se produce cuando el
suelo es incapaz de absorber toda el agua caída de manera que el exceso corre por la
superficie desplazando materiales en forma de laminas (erosión laminar)
homogéneas sobre toda la superficie o en surcos (erosión en surcos) que pueden
progresar a cárcavas y posteriormente a barrancos. Así mismo la acción del agua
217
puede producir movimientos de masas, menos extensos pero mas intensos:
deslizamientos, derrumbes, desplomes, reptaciones, solifluxiones, formaciones de
terracetas... Por su parte, la erosión eólica generalmente es laminar al desplazar el
viento los materiales finos en un frente muy amplio hasta varios kilómetros y puede
favorecer los efectos de la erosión hídrica en la medida en que la destrucción
mecánica de la estructura superficial deja al suelo en condiciones más vulnerables.
La erosión laminar no se observa a simple vista pero se detecta a través de
ciertos síntomas como la destrucción del horizonte A lo que se manifiesta en la
existencia de encostramiento, en el contenido visible de materiales mas gruesos en
superficie, etc., en el aclaramiento del color de la superficie del suelo con respecto al
resto del horizonte superficial, en la orientación de los agregados del suelo en
microsurcos que siguen la dirección predominante del agua de escorrentía o del
viento, etc. La erosión en surcos es más fácil de observar, particularmente
inmediatamente después de actuar un meteoro (lluvia o aire), y antes de ser borrado
por el laboreo, a través de síntomas evidentes como reducción del espesor y de la
situación de los horizontes edáficos, descabalgamiento de las raíces, cambios de
color en grandes superficies, etc.
A igualdad de régimen de precipitaciones y de velocidad del viento, los
factores determinantes de la erosión más importantes son los siguientes:
Climáticos. Régimen de temperaturas1 de lluvias y de vientos. La acción de la
lluvia aumenta cuando crece la pendiente del terreno y la velocidad del viento.
Topográficos. A mayor Angulo y longitud de pendiente aumenta la erosión; un
salto significativo se produce a partir de una pendiente del 5-10% en relación con
pendientes más suaves. Se considera que en terrenos con cultivos resulta inevitable
la formación de cárcavas cuando la pendiente supera el 18%, cuando esta es del
orden del 4 6 5%, la erosión será laminar e intensa y cuando es menor de estos
valores se inicia la erosión laminar con arrastre de elementos finos.
Edáficos. La naturaleza del suelo y, sobre todo, el horizonte superficial influye
en la vulnerabilidad a la erosión la cual viene determinada por las siguientes
variables:

____________
1: Es significativo el fenómeno que se produce cuando un aumento brusco de temperatura origina grandes masas de
evaporación que al ascender se enfrían rápidamente y dan lugar a procesos tormentosos estivales caracterizados por
un tamaño de gota grande y por tanto con gran energía cinética que caen sobre suelos secos y desnudos de
vegetación, en las tierras cultivadas, produciendo desmenuzamiento, desestructuración y arrastre del suelo.

218
Textura. La erosionabilidad decrece desde los suelos arenosos a los limosos y
arcillosos; más del 30-35% de arcilla favorece la formación de agregados estables
que dan coherencia y resistencia al suelo.
Estructura. A mayor estabilidad de los agregados menor erosionabilidad.
Perfil del suelo. El horizonte A suele ser mas frágil frente a los inferiores,
generalmente, mas compactos.
Contenido en materia orgánica. A mayor cantidad de materia orgánica
corresponden agregados de suelo más estables. Un contenido en materia orgánica
inferior al 2% se considera fácilmente erosionable.
Composición química. La presencia de cationes divalentes, como el calcio,
favorece la estabilidad de los coloides frente a los cationes monovalentes (sodio).
Pedregosidad superficial. Las piedras proporcionan una protección directa
contra la erosión e indirecta porque el agua fluye lentamente por sus bordes
facilitando la infiltración.
Cubierta vegetal. La cubierta vegetal en el suelo actúa de tres formas
complementarias: evita el impacto directo de las gotas de lluvia sobre el suelo y
disipa su energía, reduce la escorrentía, incrementa el contenido en materia
orgánica y mejora la estructura. Se acepta que las perdidas en un suelo cubierto de
vegetación son menos del 5% de las que habría en uno desnudo, mientras la erosión
aumenta rápidamente en suelos en pendientes con menos del 70% de cubierta
vegetal.
Existen diversos métodos para evaluar la erosión hídrica, entre los que
destacan la Ecuación Universal de Perdida de Suelo y el desarrollado por el Programa
Corine de la UE; este marca las siguientes tolerancias para los suelos agrícolas:
• 4-6Tm/ha.año en suelos arenosos poco profundos.
• 6-8 Tm/ ha.año en suelos arenosos y arcillosos.
• 12,5 Tm/ ha.año en suelos arcillosos, profundos y fértiles. Tasas
superiores a estos valores exigen adoptar medidas.
El caso de los suelos jóvenes
Este tipo de suelos se asocia, aquí, a los producidos por las grandes obras
públicas y particularmente a los taludes (desmontes y terraplenes) por su interés

219
desde el punto de vista de la recuperación. A ellos se asocian los problemas que se
mencionan a continuación:
Erosión hídrica. Aunque afecta a desmontes y terraplenes, suele ser mas grave
en los segundos porque están constituidos por material de aporte no cohesionado.
Se trata de erosión generalmente laminar o en regueros siguiendo la línea de
máxima pendiente que arrastra las partículas mas finas (limos y arcillas) quedando
en la superficie arenas gruesas o gravillas prácticamente estériles. En ocasiones los
surcos se hacen profundos y su acción remontante puede formar cárcavas que
amenazan la estabilidad del talud.
Exposición. Las pendientes que frecuentemente se utilizan en los taludes son
proclives a la manifestación del efecto solana umbría, particularmente en los tramos
con dirección E-O; el fenómeno tiene gran transcendencia en la germinación de
semillas, en el crecimiento y en los mecanismos reproductores de las plantas.
Afloramiento de rocas. En muchas ocasiones los taludes quedan en roca total
o parcial y de carácter homogéneo o de diferente naturaleza y consistencia; en estos
casos no existe prácticamente suelo.
Catena inversa a la natural. En los taludes naturales los suelos mejores y más
desarrollados se encuentran en la base decreciendo su espesor útil y su valor edáfico
hacia la cima, mientras en los taludes que forman las obras públicas ocurre
generalmente al revés.
Deslizamientos y caída de derrubios. La discontinuidad generada entre los
materiales no cohesivos del terraplén puede producir deslizamientos que afectan al
suelo vegetal y dificulta tanto la evolución del suelo como el arraigo de la
vegetación.
Escasez o ausencia de materia orgánica. La superficie de los taludes suele
quedar desprovista de materia orgánica y, por lo tanto, la actividad microbiana
pueda resultar prácticamente nula.
Contaminación. El tráfico emite monóxido de carbono, dióxido de azufre,
monóxido y dióxido de nitrógeno, etileno, plomo, hollín, etc. que acaban en los
suelos y las plantas cercanas y, al final, son arrastrados por el agua de lluvia
provocando acidificación.
En las circunstancias descritas de este tipo de suelos la recuperación resulta
particularmente difícil y requiere con cierta frecuencia utilizar las denominadas
técnicas de bioingeniería.
220
La recuperación de los suelos físicamente degradados
En el capitulo IV, destinado a la revegetación, se describieron varias técnicas
que aquí solo se enumeran:
• Sistematización, acondicionamiento o remodelación paisajística del
terreno en su entorno.
• Operaciones orientadas al aprovechamiento del agua y a evitar la
erosión.
• Laboreo de fondo o principal.
• Laboreo de superficie o complementario.
• Aportación de enmiendas, particularmente, las orgánicas y las calizas,
así como la adición de mulch, de estabilizadores, de fertilizantes, de fungicidas, de
repelentes, de retentores de humedad, de herbicidas y fitosanitarios, etc.

Complementariamente se pueden realizar operaciones orientadas a conservar


el suelo recuperado, y el que se encuentre en buenas condiciones, utilizando para
ello técnicas de conservación del suelo tal como las siguientes:
• Mantener o mejorar la fertilidad de tal forma que se facilite la presencia
de una buena cobertura vegetal y una densa masa de raíces que le protejan de la
erosión.
• Aplicar técnicas de no laboreo o laboreo mínimo y cuando sea necesario
practicarlo siguiendo las curvas de nivel.
• Acondicionar el relieve mediante zanjas de derivación, de absorción, de
drenaje, de cintura para captar y evacuar aguas de escorrentía evitando así el riesgo
de erosión.
• Construir cortavientos y disponer otros elementos de tal forma que
contribuyan a evitar la erosión eólica y a proteger la vegetación.
• Otras.

DEGRADACIÓN QUIMICA DEL SUELO


La degradación química se refiere a los procesos de carácter químico que
llevan a una disminución de la capacidad del suelo para realizar las funciones que le
son propias. Los más importantes son los siguientes:
• Salinización o incremento de sales en el suelo, cuyas causas
fundamentales son el empleo de aguas salinas en el riego y el uso continuado de

221
agroquímicos. Puede traer asociado un riesgo de toxicidad por cloro, boro, arsénico,
etc.
• Sodificacion o aumento del contenido de sodio en el complejo de
cambio del suelo.
• Acidificación o reducción del pH del suelo a causa de riego, lluvias
acidas, fertilizantes acidificadores, etc.
• Contaminación o incorporación al suelo de sustancias químicas,
orgánicas o inorgánicas, originadas en la actividad humana; a este tema se dedica un
epígrafe posterior especifico.

Salinización u sodificacion o alcalinización


La salinización se refiere a una alta concentración de sales solubles en el suelo,
con presencia de carbonatos y bicarbonatos solubles así como de sales insolubles; el
pH es superior a 7, si bien, normalmente, inferior a 8,5, lo que acarrea la reducción
de la solubilidad del hierro y del manganeso y la consiguiente aparición de clorosis
en las plantas, fenómeno ligado a la solubilidad de tales elementos; asimismo, la
disponibilidad de fosforo esta asociada a los rangos de pH. Además los suelos
salinos, para ser calificados como tales, deben cumplir las siguientes condiciones:
• Contenido en sodio inferior al 50% de la suma de todos los cationes de
Ca + Mg + Na + K.
• Cantidad de sodio en el complejo de cambio inferior al 15%.
• Elevada conductividad eléctrica y, por lo tanto, una elevada presión
osmótica.

La clasificación tradicional de los suelos salinos (ver tabla adjunta) se basa en


la medida de la concentración de sales en la solución del suelo, extracto de
saturación, y en el porcentaje de sodio intercambiable.

La sodificacion o alcalinización de un suelo, por su parte, consiste en el exceso


de sodio absorbido por el complejo de cambio; los suelos alcalinos tienen menor
concentración de sales solubles que los suelos salinos y para ser calificados como
222
tales deben, además, tener un pH superior a 8,5 y un contenido en sodio
intercambiable del complejo de cambio superior al 15%.
Existen además suelos salinos-sódicos los cuales tienen una conductividad
mayor de 4 mmho/cm y un PSI > 15%. El pH no llega a 8,5 debido a la abundancia de
sales que al mismo tiempo impiden la dispersión de los coloides.
Indicadores de salinidad. Diagnostico
Los indicadores más comúnmente utilizados para diagnosticar una
degradación por salinidad del suelo son los siguientes:
• Conductividad eléctrica. El alto contenido salino confiere una alta
conductividad eléctrica a las soluciones del suelo, de tal forma que el incremento de
esta indica la presencia de un proceso de salinización. A partir de 4 mmho/cm de
conductividad, en el extracto de saturación a 25 °C, puede haber problemas
importantes de salinización.
• Sales solubles totales. A partir del 0,15% de sales en el suelo se
considera que existe cierta salinidad y que es muy elevada cuando tal contenido se
acerca al 0,65%.
• Cambio de color del suelo. Costras de color blanco o amarillento claro
en la superficie pueden ser indicadores de elevados contenidos de sales.
• Porcentaje de saturación de bases. Los suelos salinos presentan un
porcentaje que varia entre el 70-90%.
Indicadores de alcalinización o sodificacion. Diagnostico
Por su parte, los principales indicadores de sodificacion son los siguientes:
Porcentaje de sodio intercambiable (PSI). El aumento de sodio intercambiable indica
sodificacion, y a partir del 15% se atribuye al suelo la condición de alcalino. La
presencia elevada de Na+ y el bajo contenido de Ca 2+ y Mg 2+, provoca la
dispersión de los coloides arcillosos y húmicos y una fuerte inestabilidad estructural.
Relación de adsorción de sodio (SAR). El incremento de este parámetro indica
un proceso de sodificacion.
Infiltración. La sodificacion hace descender la capacidad de infiltración del
suelo.

223
Color del suelo. La dispersión de la materia orgánica provocada por el exceso
de sodio intercambiable, produce un cambio de color en la superficie que se
manifiesta en la aparición de manchas negras.
Conductividad eléctrica. La conductividad eléctrica del extracto de saturación
es inferior a 4 mmho/cm.
CQUSQS que provocan la formación de los suelos salinos y alcalinos
Los cationes y aniones que constituyen la mayoría de las sales solubles son
Na+, Ca2+, Mg2+, CI" y SO2, acompañados en cantidades menores por K+, CO2 y NO;
Las sales mas frecuentes en un suelo salino son NaCl, Na2S04, MgS04, NaHCO, y
Na,C03.
La formación y acumulación de sales se debe a diversos procesos geoquímicos
que se dan en la parte superficial de la corteza terrestre; la meteorización de las
rocas es fuente de cationes de sales solubles: Na+, Ca2+, Mg2+, y K+ , de HCO; y, en
menor proporción, de CI", S042, NO; y BO; Con la excepción del CO32 y del HCO" ,
los aniones suelen proceder, en ultimo termino, de la actividad volcánica; la
atmosfera también es fuente de CO;2, HCO; y NO;. Por otro lado, los materiales
procedentes de la meteorización de los continentes, incluidas las sales, se han ido
acumulando y transformando desde tiempos remotos en los océanos; a la vez se
produce intercambio de sales entre el océano y los continentes que se manifiesta en
la presencia de rocas sedimentarias de origen marino en los continentes y en la
existencia de formaciones deltaicas; a ello se añade la acumulación en los
continentes de las llamadas sales cíclicas, las transportadas por el viento a partir de
los aerosoles creados por la rotura de las olas, las cuales pueden suponer cantidades
entre 20 y 500 kg/ha y ano según la distancia a las costas y la naturaleza de los
vientos.
La alta movilidad de las sales hace muy raro que permanezcan asociadas a los
materiales de los que proceden, de tal manera que el origen de la salinidad de los
suelos hay que buscarlo en los factores que determinan tal movilidad y su
acumulación: climáticos, topográficos, hidrológicos y antrópicos.
El papel del clima en la acumulación de sales es tan importante que las
grandes zonas de suelos salinos2 corresponden con regiones climáticas subtropicales
y templadas cálidas donde el clima es árido o semiárido, es decir, donde la
pluviometría es escasa, o mal distribuida cuando es elevada, y las temperaturas altas
en los periodos secos. Como resultado, las sales del suelo no se disuelven, se

224
acumulan. Las zonas áridas con una capa freática a 2-3 m de profundidad y una
evapotranspiración anual de 1.500 a 3.000 mm, son las mas favorables a la
_____________
2: Las principales zonas de suelos salinos son: Asia Central, Irán, Arabia, none de África, Chile, Perú, etc. En Espana
existen zonas salinas en el Valle del Ebro, Delta del Ebro, Marismas del Guadalquivir, Murcia, etc.
Concentración de sales solubles, cuya acumulación en las capas superiores del suelo
se da, obviamente, cuando el lavado es poco intenso; en cambio la acumulación de
sales no se da en climas lluviosos.
Topográficamente, la acumulación de sales esta ligada a la acumulación de
agua (de escorrentía o freática) en zonas deprimidas; así, los suelos salinos se
presentan en llanuras aluviales, fondos de valles, terrazas, deltas...; desde el punto
de vista hidrológico es necesaria la presencia de una capa freática alta que alcance
en su zona capilar, la superficie del suelo, condición que ha de combinarse con una
evapotranspiración elevada que permita la concentración de sales.
Pero el motivo mas frecuente de la salinización de los suelos suele ser la
utilización de agua de mala calidad o el mal uso del riego. La FAO estima que esta es
la causa del origen de más del 60% de los suelos salinos en el mundo.
Efectos de lo salinización y la alcalinización
La destrucción de la materia orgánica del suelo, es uno de los primeros efectos
de la salinización, lo que trae consigo degradación de la estructura, y el consiguiente
bajo poder de retención de agua, y perdida de fertilidad. En general se trata de
suelos impermeables y de difícil laboreo.
El alto contenido en sodio de los suelos alcalinos produce dispersión de los
coloides arcillosos y húmicos provocando la destrucción de los agregados del suelo y
el taponamiento de poros que puede traer consigo la asfixia radicular. Esto implica la
formación de horizontes sus superficiales muy pesados, generalmente con
estructura prismática y muy baja permeabilidad, quedando en la superficie
horizontes arenosos, con elementos gruesos, estructuras débiles y baja fertilidad.
Además el alto pH bloquea diversos elementos como P, Fe y la mayoría de los
oligoelementos. Asimismo, se reduce la solubilidad y el acceso de compuestos de
hierro, manganeso, boro, fosfato de calcio y magnesio.
Todo ello supone condiciones desfavorables al crecimiento de las plantas
llegando a producir incluso parada vegetativa, secado de hojas y, en ciertos casos, la
muerte; por esta razón la cubierta vegetal de los suelos salinos es débil o muy
especializada por la colonización de especies halófilas (salicornias, por ejemplo). Este
efecto tiene tres causas:
225
• Sequia fisiológica: reducción del potencial osmótico del agua del suelo y
por consiguiente de la asimilabilidad para las plantas.
• Reducción del potencial del agua intracelular y, por ello, de su capacidad
para intervenir en procesos metabólicos.
• Efectos específicos causados por iones acumulados en el protoplasma
y/o membranas celulares; destacan dos tipos de efectos: nutritivos, cuando la
acumulación de un ion altera las concentraciones relativas de otros iones en la
planta (por ejemplo, contenidos altos de Na pueden restringir la absorción e inducir
deficiencias de K, Ca, Mg) y tóxicos, cuando los daños causados se asocian al
contenido de un ion con independencia de los restantes (por ejemplo, el Na es toxico
en bajas cantidades para los cítricos).
Recuperación de suelos salinos
El tratamiento de este tipo de suelos para que puedan soportar una cubierta
vegetal estable se relaciona con la humedad y se orienta hacia el lavado de sales, es
decir, a su arrastre hacia horizontes profundos, situados debajo de la zona radicular,
utilizando para ello agua con un contenido menor en sales que la solución del suelo.
Esta idea se concreta en tres puntos:
1. Mantener siempre húmedo el suelo de tal manera que se evite el
ascenso de las sales por capilaridad.
2. Aumentar la percolación actuando sobre la estructura del suelo con
laboreos, estercolados o enterrados en verde, incluso con la utilización de
acondicionadores del suelo.
3. Aplicar de manera uniforme y bien dosificada el agua de riego, en su
caso.
Esta operación debe completarse con un buen drenaje del terreno para evitar
que las sales vuelvan a ascender por capilaridad.
Recuperación de suelos alcalinizados
Además de las recomendaciones realizadas en el apartado anterior, en el caso
de la sodificacion es aconsejable agregar calcio al suelo para sustituir al sodio en el
complejo de cambio. Generalmente el producto utilizado es yeso (CaS042H, 02),
aunque también se recurre en ocasiones al cloruro cálcico y otros productos.

226
A continuación, se expone un ejemplo explicativo del cálculo de la cantidad de
yeso que hay que añadir a un suelo para disminuir el PSI. Supongamos que el PSI del
suelo es del 16%, que la capacidad de intercambio catiónico (T) es de 28 meq/100
gramos, que la densidad del suelo es de 1,25 Tm/m3 y que su profundidad es de 15
cm. Si se desea reducir el PSI hasta el 10%, los cálculos a realizar son los siguientes:
1. ° Calcular el peso molecular del yeso. Pm CaS04 ■ 2H20 = 172 gramos.
Por tanto, 1 meq de yeso = 86 mg. 2, ° PSI actual = 16% = (VNa+/T) • 100
PSI deseado = 10% = (VNa+/T) • 100 3. ° Por cada 100 gramos de suelo habrá
que desplazar X meq de Na+ = (VNa* - VNa+) = (16 • T/100) - (10 • T/100) = (6 x
28)/100 = = 1,68 meq/100 g de suelo. 4. ° Luego la cantidad de CaS04 • 2H20 por
hectárea de suelo necesaria es: CaS04 • 2H, 0 tm/ha = [(1,60 meq x 0,086
g/meq)/100 tm de suelo] x 1,25 tm suelo/m3 x 10.000 m2 x 0,15 m = 2,71 tm de
CaS04 • 2H, 0 por hectárea de suelo.

Acidificación
La acidez del suelo se evalúa por la concentración de protones (H+) en la
solución del suelo y se expresa mediante el parámetro pH (-log H*) que per-mite
clasificarla según la siguiente escala:

En cualquier caso, la condición de acidez de un suelo se relaciona con el uso al


que se desea destinarlo, tal como muestra la variación de pH óptimo según
diferentes especies que muestra la tabla adjunta.
Indicadores de la acidez
EI mas obvio y utilizado indicador de acidez es el pH de la solución del suelo,
pero existen otros entre los que destacan:

227
• Porcentaje de saturación de
bases (V). A menor porcentaje de
saturación corresponde mayor
acidificación; la tabla adjunta muestra la
relación entre el pH y V en suelos
normales de la zona templada:
• Concentración de aluminio. El contenido de Al indica incremento de
acidez, y su exceso, al igual que el exceso de manganeso, puede producir toxicidad
en la vegetación.

• Presencia de especies vegetales adaptadas a la acidez. Se trata de


especies indicadoras de suelos ácidos, por ejemplo, el mastuerzo, el tojo, la asclepia,
la cola de caballo, etc.

Causas de la Acidez

La acidificación de un suelo puede deberse a causas muy diferentes entre las


que destacan las que se mencionan a continuación:

• Acción de la lluvia: en los climas lluviosos hay una tendencia a la


acidificación de los suelos, por dos motivos: porque el agua de lluvia incrementa la
Lixiviación de los cationes de calcio y de magnesio tanto en formas libres como de
carbonatos o bicarbonatos, y porque una mayor cantidad de vegetación en los
climas húmedos supone un descenso del con-tenido de CO, en la atmósfera del
suelo.

• Actividad biológica de los seres vivos del suelo: la respiración de los


seres vivos libera C02 que aumenta la acidez.
• Humificación de la materia orgánica: libera ácidos orgánicos.
• Fertilizantes de anión ácido: es el caso del (NH4) N03, y (NH4)9S04.
• La extracción de bases de la solución del suelo por las raíces: liberación
de protones.
• Las rocas acidas en superficie. Disolución de elementos acidificantes.
• Adición de ciertos contaminantes químicos.

Efecto de la acidez

228
El pH juega un papel importante en numerosos procesos edáficos:
podsolizacion, eluviacion de la arcilla, etc., y en la estabilidad estructural: un pH
entre 7 y 8, en que la saturation por Ca y Mg suele ser alta, supone la mayor
estabilidad. Asimismo el pH permite interpretar la disponibilidad de diversos
elementos nutritivos: el fosforo; P, se inmoviliza en compuestos insolubles a pH bajo
y a pH por encima de la neutralidad; la disponibilidad del K, así como de Fe, Mn, Cu,
Zn y B disminuye con el aumento del pH; lo contrario sucede con el Mo. Un pH por
debajo de 6 ralentiza la nitrificación así como la descomposición y la humificación de
la materia orgánica. Por otra parte, el pH esta relacionado con la toxicidad a ciertos
elementos, así a pH inferior a 5 puede existir toxicidad por Al y Mn. De hecho parece
ser uno de los factores determinantes del escaso rendimiento de los cultivos en
suelos muy ácidos. Por ultimo, conviene señalar que a la acidez se asocian problemas
de carencia de calcio como alimento de las plantas y microorganismos, de exceso de
aluminio en la solución del suelo, de humificación y mineralización, de dificultad en
la fijación del nitrógeno por un descenso de la actividad de los microorganismos, etc.

El intervalo de pH al que una especie vegetal es susceptible de producir un


rendimiento máximo es normalmente amplio (2 o 3 unidades). En la tabla adjunta
aparece el pH óptimo de algunas especies.

Corrección de la acidez: el encalado del suelo

Una norma de general aplicación consiste en utilizar las especies vegetales


adaptadas al pH del suelo cuando su acidez no es muy acentuada. Cuando esta es
elevada hay que corregirla. La principal practica correctora es el encalado, que se
basa en la aportación de CaCO, al suelo el cual, en presencia del acido carbónico, se
convierte en bicarbonato cálcico, soluble, y disociable en Ca2+ y OH~, lo que supone
incremento del contenido de calcio en el complejo de cambio y disminución de la
acidez.

El encalado hace aumentar las bacterias fijadoras de nitr6geno y las de


asimilación, con lo cual el suelo se enriquece de forma considerable y aumenta la

229
nutrición de las plantas. Pero el encalado tiene un inconveniente: los compuestos de
boro y manganeso se hacen menos asimilables.

Los productos mas utilizados en el encalado son la cal viva (riqueza en calcio
del 55 al 95% de CaO), la cal apagada (riqueza esta" entre 50 y 72%), la cal
magnésica, margas molidas, escorias, subproductos de la industria como espumas de
azucarería, etc.

230
Cuatro condiciones determinan la efectividad de un encalado:

• Enterramiento: hasta una profundidad tal que pueda ser utilizado de


forma directa por la zona radicular y no se pierda por lixiviación.
• Mezcla: la actividad del encalado se incrementa con su mezcla intima
con el suelo.
• Época: aunque se puede realizar en cualquier época del ano,
generalmente se emplea en verano, después de la recolección en los suelos
cultivados.
• Compatibilidad: el producto utilizado no se debe mezclar con
estercolados ni con otros productos utilizables como enmienda caliza.
• Dosis: depende sobre todo del pH del suelo, pero también del tipo y
condiciones de este.
Como en el caso de los fertilizantes, el encalado puede ser corrector o de
fondo y de mantenimiento.

Encalado de fondo

Se realiza de forma progresiva, a un ritmo tal que incremente una unidad de


pH, aproximadamente, por cada encalado. En suelos con una cantidad razonable de
materia orgánica se suele alcanzar un pH cercano a 6 o 6,5. Si el suelo es arcilloso o
limoso el pH suele ser de 7 a 7,5. La tabla adjunta (Gross) muestra las cantidades
orientativas para un buen encalado.

Encalado de mantenimiento

A titulo orientativo, se recomienda aportar, cada tres anos en suelos francos y


arenosos y cada cinco anos en suelos arcillosos, las cantidades que señala la tabla
adjunta para distintos tipos de suelos (según Gross).

231
DEGRADACIÓN BIOLÓGICA

Dos grandes tipos de procesos producen la degradación biológica de los


suelos: la reducción del contenido de materia orgánica y la toxicidad producida por
contaminantes; los efectos del primero se manifiestan en la perdida de nutrientes
para los organismos del suelo, por tanto, en la reducción del numero y actividad de
estos (actividad biológica), y en un descenso del contenido en CO, La toxicidad se
produce por la aplicación al suelo de productos que pueden dañar la fauna y flora,
incluso ocasionar su desaparición, con la consiguiente ralentización de los procesos
de edafizacion y de nutrición de las plantas; generalmente se produce por la
incorporación de metales pesados: cobre, mercurio, plomo, manganeso y zinc, por
encima de ciertos umbrales, cuyas principales fuentes son la meteorización de la
roca madre, la aplicación de agroquímicos, los lodos de depuradora y los vertidos
industriales, y de productos orgánicos de muy diferente naturaleza. A este tema se
destina el punto siguiente.

De acuerdo con lo anterior, los indicadores más claros de la degradación


biológica del suelo serán:

• La cantidad de materia orgánica, que representa el potencial de


actividad biológica de un suelo3.

• La cantidad de organismos, que se interpreta como una media de la


actividad biológica del suelo.

• La cantidad de C02, que indica la actividad biológica.

La forma de solucionar el bajo contenido en materia orgánica de un suelo


consiste en realizar enmiendas orgánicas, es decir, en añadir al suelo materia
orgánica en cualquiera de sus diferentes formas: estiércoles, compost, enterrados
verdes, etc.

SUELOS CONTAMINARDOS
232
El suelo actúa como filtro y almacén de muchas sustancias evitando que
lleguen a las aguas subterráneas, capacidad que no es ilimitada, lo que lleva a la idea
de los suelos contaminados; por tal se entiende, de acuerdo con la Ley 10/1998 de
residuos, aquel que tiene alteradas su composición química, características físicas o
actividad biológica debido a la presencia de compuestos extraños, y ello suponiendo
un riesgo para la salud humana, la vida animal y el medio ambiente.
Los contaminantes
que llegan al suelo
proceden (ver tablas
adjuntas), generalmente,
de la atmosfera, de los
productos fertilizantes y
fitosanitarios que utiliza la
agricultura, de vertidos de
residuos urbanos e
industriales, etc. Como se
dijo, son los metales
pesados y los compuestos
orgánicos los dos tipos más
importantes de
contaminantes del suelo,
por lo que se detallan a
continuación.
LA contaminación
por metales pesados
La mayoría de los
suelos contiene metales
pesados procedentes de los
propios materiales de los
que proceden. Más allá de
estos existen fuentes
antrópicas relacionadas
con la actividad agrícola e
industrial; en la primera se
utilizan fertilizantes,
enmiendas y pesticidas que
frecuentemente contienen
233
metales pesados, ya sea como impurezas o como constituyentes activos.

_________
3 En Espana, para asegurar una buena fertilidad del suelo, se aconsejan contenidos en materia orgánica superiores a
1,5% en suelos cultivados en secano y al 2% en regadío
La utilización de enmiendas orgánicas de orígenes diversos, como son los
lodos de depuradora, también es una fuente de metales pesados. En la tabla
siguiente se puede ver el contenido en metales pesados de distintas enmiendas.

Dependiendo de la forma en que lleguen al suelo, su dispersión será rápida o


lenta y abarcara una zona más amplia o más pequeña, de ahí la importancia de
localizar las zonas de vertido donde las características geológicas e hidrológicas
aconsejen, y evitar cualquier vertido incontrolado.

Los principales elementos de vertidos de industrias a controlar son Ag, As, Au,
Cd, Co, Cr, Cu, Hg, Mn, Mo, Ni, Pb, Sb, Se, Sn, Tl, U, V, W y Zn. También hay que
vigilar el exceso de los elementos que se añaden con las fertilizaciones de los cultivos
como N, P, K, Ca, Mg, S, Bo, Fe, Mn...

Lo contaminación por compuestos orgánicos

La contaminación por productos orgánicos se caracteriza por su gran


complejidad, que se debe a la enorme variedad de compuestos orgánicos naturales y
de síntesis existentes y su muy diferente comportamiento en el suelo. La principal
diferencia con los compuestos inorgánicos es que pueden ser degradados por los

234
organismos del suelo hasta el nivel de C02 o ser incorporados a la materia orgánica
del suelo; sin embargo, en muchos casos persisten durante largos períodos, creando
condiciones toxicas para los seres vivos e incluso alcanzar los acuíferos sin haber sido
degradados.

La movilidad de los compuestos orgánicos en el suelo esta relacionada con su


solubilidad en agua, a mayor solubilidad mayor movilidad; otros reaccionan con la
fracción solida del suelo, fundamentalmente con la materia orgánica, quedando
adsorbidos en ella de forma transitoria 0 permanente; en todo se caso se produce un
retardo de su movimiento en el suelo y, por tanto, un aumento del tiempo en el cual
puede ser atacado por los microorganismos.

La medida de la movilidad en el suelo de los compuestos orgánicos se puede


medir a través del coeficiente de partición octanol/agua (Koc):

Koc = Co/Ca

Donde: Co es la concentración del compuesto en octanol y Ca la concentración


del compuesto en la fase acuosa. A mayor Koc, menor será la solubilidad en agua, y
por tanto menor será su movilidad.

Recuperación de suelos contaminados. Antecedentes

La preocupación social por la contaminación de este vector ambiental ha ido


retrasada con respecto a la contaminación de los otros dos vectores: aire y agua, de
tal manera que, en general y en Espana en particular, la acción en materia de
prevención, corrección y curación de la contaminación de suelos data de fechas muy
cercanas. Sin embargo tres razones fundamentales han llevado a la sociedad la
conciencia sobre este problema: el riesgo que supone para la salud de las personas y
para el funcionamiento de los ecosistemas, la estrecha relación entre el suelo y las
aguas subterráneas y el creciente empleo de estas, incluido el abastecimiento
urbano y las condiciones que introduce para la implantación de determinadas
actividades con la consiguiente perdida de valor económico de los suelos afectados.

En Espana hasta 1989, en que aparece el Plan Nacional de Residuos


Industriales cuyo programa P6 se refiere a la identificación, control y recuperación
de espacios afectados por residuos tóxicos y peligrosos, no se manifiesta

235
explícitamente la preocupación por la contaminación industrial de los suelos; no
obstante existía una rica tradición en materia de diagnostico y conservación de
suelos realizada desde el mundo de la agronomía y la agricultura. En 1991, el
Ministerio de Obras Publicas y Urbanismo, responsable entonces de la política
ambiental, convoca un concurso para elaborar el Inventario Nacional de Suelos
Contaminados para cuya realización se analizaron 72.000 actividades industriales, de
las que 18.142 resultaron ser potencialmente contaminantes; en 1992/93, se
inventariaron 4.532 emplazamientos, relacionados con tales actividades, a los que se
suponía la posibilidad de que estuvieran contaminados, en 278 de ellos se estudio la
existencia real de riesgo para las personas, fauna, flora o ambiente y se
caracterizaron según una serie de parámetros relevantes. Posteriormente en los
anos 1994/95 se amplio el estudio con el inventario de 370 nuevos emplazamientos
y la caracterización de 120 de ellos. Luego se ordenaron los emplazamientos
caracterizados en función del riesgo que implicaban y se emprendieron acciones en
61 de ellos: aquellos cuya caracterización recomendaba actuar a corto plazo.

En 1994 se planteo la necesidad de adoptar una serie de medidas urgentes


derivadas de los objetivos marcados por la UE en la materia, las cuales se plasmaron
en dos planes nacionales aprobados en 1995.

El Plan Nacional de Residuos Peligrosos, en el que se apuesta por la


minimización de residuos, mediante instrumentos económicos orientados a
incentivar la sustitución de los procesos de fabricación mas contaminantes por otros
con tecnología mas limpia y la construcción de depósitos de seguridad donde se
confinen aquellos que no se pueden evitar.

El Plan Nacional de Recuperación de Suelos Contaminados, que define las


líneas prioritarias de actuación en este campo y establece la forma de financiar la
descontaminación de suelos degradados por actividades industriales. Este plan prevé
que, en el futuro, cada Comunidad Autónoma se encargue de inventariar y
caracterizar los emplazamientos, contando para ello con la colaboración de la
Administración Central. En síntesis los objetivos del plan son los siguientes:

• Caracterizar 1.650 emplazamientos y recuperar 275 suelos contaminados (38


millones de m3 de suelo y más de 9 millones de m3 de aguas subterráneas).

236
• Crear una normativa con estándares de calidad de los suelos según el uso
posterior al que están destinados.

• Homogeneizar las técnicas de estudio en cuanto a toma de muestras y


análisis.

• Señalar en el registro de la propiedad los terrenos incluidos en el inventario


o aquellos de los que exista expediente de posible contaminación.

Marco legal de la recuperación: la Ley 10/1998 de residuos

La recuperación de suelos contaminados esta prevista en la Ley 10/1998 de


Residuos; su artículo 27 señala:

1. Las Comunidades Autónomas declararen y harén un inventario de los


suelos contaminados debido a la presencia de componentes de carácter peligroso de
origen humano, evaluando los riesgos para la salud humana o el medio ambiente, de
acuerdo con los criterios y estándares que, en función de la naturaleza de los suelos y
de los usos, se determinen por el Gobierno previa consulta a las Comunidades
Autónomas.

A partir del inventario, las Comunidades Autónomas elaboraren una lista de


prioridades de actuación, en atención al riesgo que suponga la contaminación del
suelo para la salud humana y el medio ambiente. Igualmente, las Comunidades
Autónomas declararen que un suelo ha dejado de estar contaminado tras la
comprobación de que se han realizado de forma adecuada las operaciones de
limpieza y recuperación del mismo.

2. La declaración de un suelo como contaminado obligará a realizar las


actuaciones necesarias para proceder a su limpieza y recuperación, en la forma y
plazos en que determinen las respectivas Comunidades Autónomas.

Estarán obligados a realizar las operaciones de limpieza y recuperación


reguladas en el párrafo anterior, previo requerimiento de las Comunidades
Autónomas, los causantes de la contaminación, que cuando sean varios responderán
de estas obligaciones de forma solidaria y, subsidiariamente, por este orden, los
poseedores de los suelos contaminados y los propietarios no poseedores, todo ello sin
perjuicio de lo establecido en el articulo 36.3.
237
En todo caso, si las operaciones de limpieza y recuperación de suelos
contaminados fueran a realizarse con financiación publica, solo se podrán recibir
ayudas previo compromiso) de que las posibles plusvalías que adquieran los suelos
revertirán en la cuantía subvencionada en favor de la Administración publica que
haya financiado las citadas ayudas.

3. La declaración de un suelo como contaminado podrá ser objeto de nota


marginal en el Registro de la Propiedad, a iniciativa de la respectiva Comunidad
Autónoma. Esta nota marginal se cancelará cuando la Comunidad Autónoma
correspondiente declare que el suelo ha dejado de tener tal consideración.

4. El Gobierno aprobará y publicará una lista de actividades potencialmente


contaminantes de suelos. Los propietarios de las fincas en las que se haya realizado
alguna de estas actividades estarán obligados, con motivo de su transmisión, a
declararlo en escritura pública. Este hecho será objeto de nota marginal en el
Registro de la Propiedad. Los titulares de estas actividades deberán remitir
periódicamente a la Comunidad Autónoma correspondiente informes de situación, en
los que figuren los datos relativos a los criterios que sirvan de base para la
declaración de suelos contaminados de acuerdo con el apartado 1. Las Comunidades
Autónomas establecerán los criterios que permitan definir la periodicidad para la
elaboración de los informes de situación del suelo.

5. La transmisión del titulo del que trae su causa la posesión, o el mero


abandono de la posesión, no eximen de las obligaciones previstas en este Titulo.

6. Lo establecido en este Titulo no será de aplicación al acreedor que en


ejecución forzosa de su crédito devenga propietario de un suelo contaminado,
siempre que lo enajene en el plazo de un año a partir de la fecha en que accedió a la
propiedad.

Y sigue el:

Articulo 28: Reparación en vía convencional de los danos al medio ambiente


por suelos contaminados.

Las actuaciones para proceder a la limpieza y recuperación de los suelos


declarados como contaminados podrán llevarse a cabo mediante acuerdos

238
voluntarios suscritos entre los obligados a realizar dichas operaciones y autorizados
por las Comunidades Autónomas o mediante convenios de colaboración entre
aquellos y las Administraciones Publicas competentes. En todo caso, los castes de
limpieza y recuperación de los suelos contaminados correrían a cargo del obligado,
en cada caso, a realizar dichas operaciones.

Los convenios de colaboración podrán concretar incentivos económicos que


puedan servir de ayuda para financiar los costes de limpieza y recuperación de suelos
contaminados.

A titulo de ejemplo se citan a continuación las acciones de la comunidad


autónoma de Madrid en la materia:

• 1997-1998: Inventario de Suelos Potencialmente Contaminados

• 2001-2006: Plan Regional de Actuaciones en Materia de Suelos Contaminados en la


Comunidad de Madrid. Define la política preventiva y correctiva de los suelos de la
Comunidad. Asimismo describe los programas de actuación a desarrollar entre el
2001 y el 2006.

• Decreto 326/1999, por el que se regula el régimen jurídico de los suelos


contaminados de la Comunidad de Madrid; por este decreto se crea, además, el
Inventario de los Suelos Contaminados de la Comunidad de Madrid.

• Inversiones del Plan Regional de Actuaciones en Materia de Suelos Contaminados


en la Comunidad de Madrid (2001-2006). Cronograma con las inversiones en los
distintos programas y actuaciones del Plan.

Etapas características por las que pasa la recuperación de un suelo


contaminado

Un proyecto de recuperación de suelos contaminados se desarrolla,


esquemáticamente, según las cinco etapas que se mencionan a continuación:

• Caracterización del emplazamiento y de los contaminantes presentes.

• Análisis de riesgos.

• Determinación del tratamiento. Estudio de viabilidad. Ensayos.

239
• Medidas de recuperación y control de la eficacia del tratamiento.

• Control final.

Este proceso se puede interpretar como una particularización al caso de suelos


contaminados de las fases y tareas expuestas en los capítulos II y III para la
recuperación de cualquier espacio degradado, con la particularidad de que aquí se
trata de un problema estrictamente técnico en el que la opinión publica del entorno
queda implícita en la propia exigencia legal de la descontaminación; en efecto, las
dos primeras fases corresponden al diagnostico de la degradación, la tercera al
enfoque y estilo del tratamiento, la cuarta al proyecto y la quinta a la gestión.

Caracterización del emplazamiento y de los contaminantes presentes

El objetivo de esta tarea consiste en estudiar el emplazamiento problema y


detectar la existencia de contaminantes en el, analizar los tipos, concentración y
dispersión de las sustancias previsiblemente existentes y definir el grado de
afectación al medio. De acuerdo con ello el estudio de caracterización debe
responder al menos al siguiente contenido y objetivos:

• Estudio preliminar: datos históricos sobre las actividades (agrícolas,


ganaderas, industriales) y posibles accidentes que hayan podido alterar el suelo.

• Estudio geológico e hidrogeológico del emplazamiento: suficiente para


interpretar la distribución espacial de la contaminación y el comportamiento de los
flujos hídricos, que son los responsables en gran medida de la dispersión de los
contaminantes; para ello ha de analizar la naturaleza, estructura y permeabilidad del
suelo, la localización de los niveles freáticos y las formas y cantidad de la escorrentía.

• Estudio de las características físicas, químicas y biológicas del suelo:


textura, estructura, humedad, oxigeno disuelto, pH, temperatura, conductividad,
disponibilidad de nutrientes, así como disponibilidad de microorganismos activos en
el caso de la biorremediación.

• Estudio químico analítico: se refiere a la búsqueda de contaminantes


basada en la toma de muestras; la cuantificación vendrá orientada por las
actividades realizadas sobre el espacio en estudio, por el análisis histórico y por el
tipo de riesgo sobre el vector ambiental afectado. Se trata, pues, de la
240
determinación cualitativa y cuantitativa de los contaminantes existentes. Incluso
puede resultar útil conocer la presión de vapor, la densidad, el grado de solubilidad,
etc.

• Evaluación de la dispersión de los contaminantes.


• Estimación del volumen de suelo a tratar.
• Estándares de calidad pretendidos en el emplazamiento y posibles
tratamientos alternativas.
• Discusión de resultados y elaboración de informe.

Análisis de riesgos

Se trata con esta tarea de valorar de una forma objetiva, dentro de lo posible,
la amenaza o el riesgo derivado de la contaminación presente y de su posible
dispersión por transporte físico, para la salud y calidad de vida de la población, para
los ecosistemas, para las actividades socioeconómicas y para el uso al que se va a
destinar el emplazamiento.

La evaluación de riesgos sobre la salud humana puede considerarse como una


aplicación practica del principio toxicológico dosis de reacción, según el cual, a
medida que la exposición a un producto aumenta, la proporción de población
expuesta que puede sufrir una reacción toxica aumenta también. Es preciso, por
tanto, establecer un nivel de tolerancia que marque la concentración de
contaminantes que podría permitirse después de la limpieza y rehabilitación. Al
proceso por el que se
reduce la contaminación de
un emplazamiento hasta
límites de riesgo aceptables
se denomina gestión del
riesgo. Su determinación
certera es importante por
múltiples razones, de las
que no es la menor evitar
los frecuentes
sobredimensionados. Un

241
procedimiento riguroso para tal determinación es el representado en el diagrama de
flujos que muestra la figura V.3, el cual se puede seguir fácilmente

Determinación del tratamiento, estudio de viabilidad y ensayos

Las dos tareas anteriores permitirán determinar el enfoque, estilo y tipo de


tratamiento que se presume mas adecuado al caso, revisando para ello las opciones
disponibles y sus implicaciones tecnológicas, económicas y de gestión; en ocasiones
resulta aconsejable, incluso necesario, realizar un estudio de viabilidad,
particularmente si el tratamiento se realiza en el mismo emplazamiento (in situ), en
términos de viabilidad técnica según los objetivos de calidad perseguida y viabilidad
económica, al menos; para determinar el coste y la duración aproximada del
tratamiento se suelen realizar ensayos piloto en los puntos mas conflictivos del
emplazamiento.

Medidas de recuperación y control de su eficacia

Corresponde esta fase a la elaboración del proyecto del tratamiento contando


para ello con la caracterización y los resultados de los ensayos piloto realizados, en
su caso; con ello se procede al montaje, la puesta en marcha y la explotación de la
instalación.

Cuestión importante es fijar los objetivos de limpieza a los que se quiere llegar,
los cuales se eligen de acuerdo a estándares predefinidos, si existen, y atendiendo a
la futura utilización del emplazamiento.

Para una correcta optimización se deben, además, controlar las condiciones de


recuperación o degradación y los parámetros que afectan directamente en el
funcionamiento del sistema aplicado

Control final y rehabilitación del emplazamiento

Consiste en analizar los resultados obtenidos en función de los objetivos


perseguidos y los alcanzados. Incluso resulta conveniente proponer mejoras o
modificaciones orientadas para la optimización del sistema.

El tratamiento se da por finalizado cuando se alcanzan los valores de


contaminación marcados como objetivos y se demuestra que son estables. Pero la

242
operación no se puede considerar finalizada mientras no se adopten dos decisiones
fundamentales:

• Que se hace con la instalación que se monto, en su caso, para la


descontaminación.

• Tratamiento de acabado del emplazamiento, es decir, recuperación del


espacio en función del entorno y del destino previsto.

Enfoques del tratamiento

Cuatro grandes categorías de enfoque se plantean ante el saneamiento y


recuperación de un espacio contaminado; son las siguientes:

Confinamiento

Aislamiento del medio contaminado: residuos y/o suelo contaminado,


evitando la entrada de aguas superficiales y subterráneas, la salida de lixiviados, de
polvo y de gases así como cualquier posibilidad de contacto directo. Medidas
destinadas a conseguirlo son el sellado en general (ver capitulo correspondiente a
sellado de vertederos), la instalación de barreras, los sistemas de recogida de aguas y
lixiviados, etc.

Tratamiento «in-situ»

Es aquel que se realiza en el propio espacio contaminado, sin extraer el suelo,


mediante muy diversas tecnologías en continuo desarrollo; en general resulta
competitivo respecto a otros enfoques en términos de coste y permite el uso del
espacio durante su recuperación, sin embargo requiere un periodo de tiempo
relativamente largo.

Excavación y tratamiento en el lugar o fuera del lugar

El tratamiento en el sitio («on-site») del suelo contaminado se realiza en el


mismo lugar, pero extrayéndolo del terreno, que una vez recuperado se repone. Se
trata de una operación costosa realizada con unidades que requieren mucho espacio
y un volumen grande de suelo a tratar para conseguir una cierta rentabilidad. El
tratamiento fuera del lugar («off-site») se realiza en un lugar fuera del
emplazamiento, en instalaciones centralizadas autorizadas; su viabilidad depende de
243
la distancia a la que se encuentra la planta de tratamiento ya que hay que trasladar
grandes volúmenes de suelo.

Excavación y vertido controlado

Consiste en extraer el suelo contaminado o parte de el y transportarlo a un


vertedero que lo acepte. Presenta como ventaja la fiabilidad y la rapidez, y como
inconveniente el coste ligado a los grandes volúmenes a transportar. Una práctica
frecuente consiste en utilizar un tratamiento diferenciado por zonas, por ejemplo,
retirar el suelo de las partes mas contaminadas y usar otros tratamientos para el
resto del emplazamiento. No hay limitación en cuanto a la naturaleza de los
contaminantes, pero hay que tener en cuenta determinados factores cual son:

• La salud y la seguridad de los trabajadores, en caso de agentes muy tóxicos,


explosivos o radiactivos.

• La posibilidad de migración de los contaminantes, en la idea de que si fuesen


escasas conviene recurrir al confinamiento.

• La comparación económica del tratamiento una vez excavado el suelo, con


tratamientos alternativos de tipo in situ, es decir, sin extracción.

El coste puede hacer inviable este tratamiento, dependiendo del volumen a


tratar, de la profundidad de la excavación y del precio del vertido controlado.

Los enfoques citados se hacen operativos a través de diversas tecnologías las


mas importantes de las cuales se describen a continuación agrupadas por su
carácter: térmica, fisicoquímica o biológica, y su campo de aplicación según los
enfoques antes descritos.

Tecnologías térmicas

Están basadas en la aplicación de calor y son aplicables al tratamiento de


suelos excavados. Existen dos tipos:

Incineración en horno rotativo

244
Se aplica a los suelos contaminados con materiales orgánicos, los cuales se
queman junto con la materia orgánica del terreno; queda, por tanto, un suelo
biológicamente inerte e irreversiblemente alterado en su estructura.

Desorción térmico

Se aplica para eliminar contaminantes orgánicos volátiles (punto de ebullición


menor de 430° C) de suelos y de lodos de perforaciones petrolíferas. La diferencia
con el método anterior consiste en que se utilizan temperaturas mas bajas y, en
lugar de aire, un gas inerte que transporta los compuestos orgánicos gasificados a
diferentes unidades de tratamiento según su concentración: a una unidad de
condensación para su recuperación, a una unidad de combustión para su destrucción
o a una unidad de adsorción en carbono activo para su eliminación. Los suelos
obtenidos son biológicamente inertes pero conservan su estructura.

Tecnologías fisicoquímicas

Combinan tratamientos de carácter físico y químico y tienen aplicación muy


variable. Existen los siguientes tipos principales:

Extracción

Método utilizado para el tratamiento de suelos contaminados con sustancias


orgánicas y que han sido excavados. El proceso consiste en añadir agua al suelo para
obtener un fango que posteriormente se mezcla con un disolvente encargado de
atrapar las particulas de contaminante, mezcla que luego se centrifuga para separar
las fases solida y liquida; esta se calienta y decanta para separar el agua del
disolvente; el agua se trata para reutilizar o devolver limpia al medio y el disolvente
se trata también para separarlo de la fracción orgánica extraída y reutilizarlo; la
fracción orgánica se incinera. En cuanto a la fase solida, no contiene orgánicos, es
inerte y sus condiciones geotécnicas han cambiado considerablemente.

Lavado del suelo excavado

Tecnología muy eficaz para la eliminación de metales de suelos contaminados.


Consiste en introducir el suelo en un tanque con la solución lavadora, que se

245
compone de agua y alguna sustancia acida, básica o detergente, según sea la
naturaleza del contaminante. La mezcla se decanta y se procede al tratamiento de
recuperación del medio de lavado para ser reutilizado.

Lavado «in situ»

Técnica aplicable solamente a contaminantes solubles, en suelos permeables y


donde no exista la posibilidad de que se produzcan migraciones descontroladas del
agua cargada con los contaminantes. El lavado consiste en inyectar agua limpia en el
suelo contaminado, a través de una serie de pozos, que se carga con los
contaminantes disueltos y se extrae por otra serie de pozos para proceder después a
su tratamiento; una vez limpia el agua se puede volver a inyectar.

Solidificación/estabilización

Consiste en incorporar los contaminantes a materias solidas con baja


permeabilidad, creando una especie de mortero mezclando el suelo contaminado
con cemento y agua. Los elementos de fijación pueden ser físicos o químicos:
cemento, puzolanas o silicatos, termoplásticos y polímeros orgánicos, siendo los mas
utilizados los que tienen afinidad por las moléculas orgánicas, como puzolanas,
cemento y asfalto, debido a su amplio espectro de utilización y su menor coste.
Como resultado se obtiene una masa estabilizada con baja o nula lixiviación. Esta
tecnología es adecuada tanto en formas de tratamiento in-situ como on-site.

Vitrificación

Este método, inicialmente desarrollado para la eliminación de residuos


radiactivos, actualmente se utiliza para eliminar contaminantes de muy diversa
naturaleza, tanto orgánica como inorgánica. Consiste en instalar dos electro-dos,
uno en cada extremo de la zona contaminada, y fragmentos de grafito y vidrio entre
el los a lo largo de dicha zona para hacer pasar una corriente eléctrica de alta
intensidad cuyo calor provoca la fusión del grafito y del vidrio. A medida que avanza,
los componentes gaseosos se mezclan con la masa fundida, los componentes
orgánicos se destruyen por pirolisis, emitiendo gases que se recogen y tratan en la

246
superficie, y los componentes inorgánicos quedan incorporados a la masa fundida. Al
eliminar la corriente se produce la solidificación y vitrificación de la masa.

La aplicación del método depende de la conductividad eléctrica del medio; si


fuese baja debe ser mejorada mediante adición de grafito, vidrio, arena, etc. Resulta
muy difícil en zonas saturadas de agua, caso que requerirá la evaporación de esta.

Arrastre «in-situ» con aire (Las técnicas de arrastre con aire o vapor se
denominan «flushing»)

Esta técnica consiste en forzar un flujo de aire, por presión o por vacío, a
través del suelo contaminado para arrastrar los contaminantes orgánicos volátiles
del suelo. El aire limpio se inyecta en la zona contaminada a través de pozos de
inyección y se recoge cargado de contaminantes a través de pozos de recogida que
nunca llegan al nivel freático; además se instalan pozos de control para medir la
presión del aire en el suelo. La distancia y disposición de estos respecto a los de
inyección debe ser minuciosamente calculada. Los volátiles extraídos se procesan en
un separador gas líquido y los vapores obtenidos se tratan en filtros de carbón
activo, convertidores catalíticos o cámaras de combustión.

Arrastre con vapor

Técnica que elimina derivados petrolíferos e hidrocarburos dorados del suelo


inyectando vapor y aire en el a una temperatura capaz de volatilizar los
contaminantes y arrastrarlos hacia la superficie donde se recogen en una campana;
los vapores extraídos se enfrían, condensan y posteriormente se incineran.

Electromigración

Se trata de una forma de recuperación in-situ desarrollada para la eliminación


de metales pesados, y otros iones, del suelo y de las aguas subterráneas. Se trata de
provocar la migración de los contaminantes hacia unos electrodos colocados en el
suelo entre los que circula una corriente eléctrica; los electrodos están asociados a
unos recipientes que contienen una solución química a las que se incorporaran los
contaminantes. Esta técnica es útil para crear barreras electrocinéticas alrededor de
vertederos o espacios industriales cuya contaminación podría extenderse a otras
zonas.

247
Tecnologías mecánicas

Se incluyen aquí un conjunto de técnicas orientadas al confinamiento de


residuos o suelos contaminados en su lugar original, de las cuales se hace una breve
descripción, pero se remite al lector al capitulo VIII destinado a clausura y sellado de
vertederos. Aunque consiguen eliminar el problema o gran parte del, no separan el
contaminante del suelo, y se recomienda en los siguientes casos:

• Grandes cantidades de residuos cuya excavación y traslado a un deposito de


seguridad no sea viable;

• Residuos que presenten un riesgo por contacto directo, dispersión


atmosférica o lixiviación;

• Suelos contaminados para los que no exista tratamiento in-situ con garantías
de éxito.

Y ello con el fin de:

• evitar la dispersión de los contaminantes a través del suelo y subsuelo;

• reducir el riesgo para la salud humana y los ecosistemas;

• restringir la filtración de agua a través del residuo hacia el suelo (lixiviación) y


los acuíferos;

• controlar la emisión de polvo fugitivo y gases, procedentes de los residuos, a


la atmosfera.

El diseño del sellado es particular para cada caso, ya que depende del tipo de
suelo, del contaminante y de las características hidrogeológicas del emplazamiento,
así como de los usos del mismo; a ello se añade la consideración de la durabilidad a
largo plazo, la cual viene determinada por ciertos factores a estudiar, tales como:

• Temperaturas extremas, incluyendo la posibilidad de heladas;


• Alteración de la cubierta superficial por la acción de las raíces de las plantas
y por los animales;
• Inestabilidad sísmica;
• Circulación de vehículos por encima;

248
• Erosionabilidad extrema por agua o viento y periodos cíclicos de aridez y
lluvias;
• Alteraciones y asentamientos de los residuos, derivadas de su volatilidad, e
• Inestabilidad mecánica del emplazamiento.

Los elementos más importantes del sellado son los siguientes:

Capa de cubrición superficial y de protección

Las capas de cubrición superficial y de protección son la primera barrera ante


los agentes erosivos, por lo que será de suma importancia su diseño en función de
los factores climáticos; el acabado externo puede ser una cubierta vegetal, una
cubierta pavimentada o guijo/gravilla extendido sobre la superficie.

Copa de drenaje

Se instala para evacuar el exceso de agua que atraviesa la capa superficial de


protección; por otro lado evitara la entrada de raíces y animales constituyendo una
protección para la barrera impermeable que se situara bajo ella. Su colocación es
opcional, dependiendo directamente de la pluviometría. Los materiales utilizados
fundamentalmente son arena, grava y geotextil, solos o combinados.

Barrera impermeable

Es barrera vertical de separación entre el residuo y el medio que le rodea,


evitando cualquier filtración de aguas de lluvia y escorrentías superficiales que
lixivien el residuo, objeto de cubrición y sellado. La pantalla debe estar emporada en
los materiales que constituyen la base impermeable del acuífero, y en caso de
acuíferos de gran espesor o de que se pretenda controlar la migración de gases o
fases orgánicas en flotación sobre el nivel freático, se pueden construir pantallas
parcialmente penetrantes o colgadas. Los materiales más utilizados son la arcilla
compactada, las geomembranas y las mantas de bentonita, en capas simples o
combinadas.

Capo de circulación y recogida de gases

Esta capa se utiliza en la cubrición de residuos orgánicos cuya fermentación


pueda generar grandes cantidades de gases que sea preciso recoger y conducir para
249
su tratamiento posterior. Los materiales que se utilizan son los mismos que los
constituyentes de capas Drenantes.

Elementos para seguimiento y control

Si siempre es importante seguir y controlar la obra realizada, en este caso lo es


especialmente por los riesgos que entraña la alteración de su integridad y el largo
plazo previsto: en la mayoría de los casos más de veinte anos. Los elementos más
importantes en el establecimiento de un plan de control son los siguientes:

• Pozos de control de las aguas subterráneas;

• Toma de muestras en la zona no saturada;


• Control taquimétrico de la estabilidad;
• Control de emisiones y malos olores.

Tecnologías biológicas: biorremediación

En la ultima década del siglo pasado se acuño el termino biorremediación para


nombrar el proceso de degradación (biodegradacion5) o ruptura de ciertos
contaminantes químicos mediante plantas, microorganismos (hongos, bacterias6 y
levaduras7) generando compuestos inocuos o menos agresivos para el entorno. La
biorremediación es, pues, un proceso de descontaminación y detoxificacion de los
contaminantes químicos presentes en un ambiente determinado llevada a cabo por
los seres vivos8. Este tipo de procesos se dan usualmente en la naturaleza, operando
en régimen aerobio (en medio oxidante) o anaerobio (en medio reductor), en el
suelo y en el agua, pero con una velocidad tan baja que resulta generalmente
obligado acelerarla cuando se desea utilizar en la recuperación de un medio
contaminado.
____________
5 El termino biodegradación (descomposición orgánica) se refiere a los procesos de digestión, asimilación y
metabolización de un compuesto orgánico llevado a cabo por bacterias, hongos, protozoos y otros organismos.
6 Ciertas bacterias son capaces de recoger en su pared metales pesados, otras pueden eliminar el azufre de ciertos
hidrocarburos sin afectar sus propiedades energéticas, es decir, sin degradarlo; otras, y algunos hongos, producen
melanina que impide el ingreso de los metales pesados (sus cationes) al interior de la célula, de tal manera que pueden
ser usadas como filtro en el que aquellos quedan retenidos sobre la melanina de donde luego pueden ser recuperados.
7 Se ha comprobado la participación e importancia de levaduras dentro del proceso de biodegradación que
normalmente se atribuía a las bacterias.
8 También se define la biorremediación como «el uso de organismos vivos, componentes celulares y enzimas libres,
para realizar la mineralización completa (hasta CO, y agua), parcial o la humificación de compuestos orgánicos
contaminantes»; definición que incluye la acción de elementos no vivos.

250
Se aplica tanto in-situ como a suelos excavados para degradar un elevado
numero de contaminantes químicos, generalmente de carácter orgánico:
fitosanitarios agrícolas, petróleo y sus derivados, aceites y ciertos compuestos
orgánicos halogenados, pero también se puede utilizar en descontaminación de
metales pesados

Enfoques de la biorremediación

Aunque generalmente el término biorremediacion se asocia a la acción de


microorganismos, principalmente bacterias, en realidad existen dos vertientes: la
fitorremediación y la remediación microbiana.

La fitorremediación se refiere al uso de plantas: arbóreas, arbustivas,


herbáceas y algas, actuando solas o en simbiosis con bacterias, cuyos procesos
metabólicos les permiten almacenar y eliminar substancias toxicas, principalmente
metales pesados, presentes en el suelo. Para ello se pueden hacer las oportunas
plantaciones en los suelos contaminados o bien hacer pasar el agua cargada de
contaminantes, a modo de filtro, a través de las raíces de distintas especies de
plantas. Se conoce la existencia de plantas con capacidad de extracción de metales
pesados, pero hay poca experiencia al respecto; en particular se citan numerosas
crucíferas y, en general, las forrajeras cuya elevada capacidad de producir biomasa
les permite extraer todo tipo de minerales del suelo.

La remediación microbiana utiliza microorganismos y opera con dos tipos de


enfoques: la bioestimulación y el bioaumento; la primera se refiere al uso de cepas
nativas y consiste en favorecer su crecimiento y actividad metabólica mediante la
adici6n de nutrientes escasos, fundamentalmente nitrógeno y fosforo, la aportación
de enmiendas favorecedoras de la actividad microbiana como la materia orgánica o
la realización de labores que estimulen los procesos vitales, particularmente el
acceso al oxígeno (bioventeo). EI bioaumento consiste en la adición de
microorganismos aloctonos, cuya eficacia en la degradación del contaminante este
probada, los cuales pueden ser naturales o modificados genéticamente.

En general se estima preferible el enfoque de bioestimulación, porque el


proceso de selección sufrido a lo largo de mucho tiempo por los microorganismos
autóctonos les ha adaptado a las condiciones del lugar, frente a cepas aloctonas

251
diseñados o preparados comerciales de supuesta aplicación más o menos general.
Pero en ocasiones el bioaumento, es decir, la inoculación de bacterias procedentes
de una fuente externa al lugar resulta útil, incluso necesaria, por ejemplo cuando las
poblaciones nativas son escasas o no disponen de un metabolismo adecuado al
contaminante, situación frecuente en suelo de muy baja fertilidad, con escaso
contenido en materia orgánica y poca capacidad de retención de agua, tal como
desiertos, tierras semiáridas o terrenos sumamente contaminados. La selección de
los microorganismos, en este caso del bioaumento, atiende a diversos criterios cual
son: estabilidad genética, rápido crecimiento, alta producción de enzimas, capacidad
para competir con otros microorganismos indígenas, carácter no patógeno, habilidad
para degradar un amplio espectro de contaminantes y no producir sustancias
metabólicas toxicas.

Factores determinantes de la biorremediación

La eficacia del proceso metabólico responsable de la biodegradación de un


contaminante en el suelo depende de determinadas condiciones entre las que
destacan las que se mencionan a continuación.

La biodegradabilidad de los contaminantes presentes, aspecto que depende


de su estructura molecular, en particular de la halogenación, de la existencia de
ramificaciones en sus cadenas moleculares, de la solubilidad en agua que determina
la disponibilidad del contaminante y de la carga atómica.

La existencia en el medio de poblaciones de microorganismos autóctonos


capaces de utilizar, con la eficacia requerida en un proceso de recuperación, los
contaminantes existentes como fuente nutricional y de energía.

La presencia de una cantidad suficiente en el medio de aceptadores de


electrones (oxigeno, nitratos, sulfatos) que enzimáticamente oxiden el carbono
procedente de los contaminantes.

La disponibilidad de nutrientes inorgánicos, principalmente fosforo y


nitrógeno, que contribuyan a un vigoroso crecimiento microbiano. Se considera
necesario mantener las concentraciones de nutrimentos inorgánicos en los rangos
aproximados de 100 ppm N, >10 ppm P, y >1 ppm K. El empleo de fertilizantes
agrícolas comunes frecuentemente cumple con esta necesidad.
252
El pH del suelo adecuado, parámetro que afecta a la solubilidad del fosforo, al
transporte de metales pesados y al crecimiento de la mayor parte de los
microorganismos; se suele considerar optimo un pH comprendido entre 6 y 8. No
obstante un pH acido, entre 4 y 5, también es apto siempre que se utilicen
microorganismos nativos; esta misma condición puede hacer que funcionen los
procesos de degradación en suelos salinos.

La temperatura del suelo, cuyo intervalo para el crecimiento de las especies


bacterianas se sitúa entre 15 y 40° C, si bien el más favorable parece ser el
comprendido entre 30 y 35° C aproximadamente; por encima de 40° C existe riesgo
de desnaturalizaci6n de las enzimas decreciendo la degradación y por debajo de 0° C
esta se inhibe.

La humedad del suelo determina la movilidad de los compuestos orgánicos y


de los nutrientes. El defecto de humedad hace imposible el proceso de degradación
y el exceso reduce la concentración de oxigeno en el suelo e inhibe el crecimiento
microbiano. La conveniencia de mantener condiciones aerobias se justifica porque
las tasas de biodegradación en condiciones anoxicas son del orden de 50 a 100 veces
menores; se facilita la aireación con una estructura del suelo bien desarrollada; en
ocasiones puede ser necesario incorporar un sistema de drenaje o airear el suelo con
frecuencia con la maquinaria adecuada

La textura y estructura del suelo, esta ultima muy relacionada con el contenido
en materia orgánica, factor este de gran relevancia en todo proceso edáfico, y en
general las propiedades físicas del suelo. Los suelos de estructura franca son los que
ofrecen las mejores condiciones para la degradación, mientras los muy arcillosos
resultan problemáticos. Para mejorar el drenaje y las condiciones de humedad, así
como las propiedades físicas del suelo, se pueden incorporar ciertos materiales
como arena, paja, cascara de arroz o de nuez, etc.

Por ultimo la concentración de contaminantes informara sobre la energía de la


acción antrópica necesaria y del tiempo requerido para completar el proceso de
limpieza.

Técnicas más utilizadas

253
Según el problema concreto a resolver, la biorremediación se hace operativa a
través de una serie de técnicas que facilitan el proceso, de las cuales se describen
brevemente a continuación las más usuales.

Land farming (granjeo)

Es el método ex-situ más antiguo y sobre el que se han hecho numerosas


experiencias que han llevado al desarrollo posterior de técnicas más evolucionadas.
Consiste en tratar el suelo, previamente excavado, en grandes superficies abiertas
donde se voltean y airean; con el fin de evitar la contaminación del suelo primitivo se
suelen aislar las pilas de material contaminado mediante una base impermeable, por
ejemplo membrana de geotextil; los lixiviados producidos se recogen y se pueden
usar para rehumedecer el suelo en tratamiento, conservando así los nutrimentos y
bacterias presentes en ellos. Es una técnica que se utilizo ampliamente en los inicios
de la biorremediación para recuperar suelos afectados por residuos petrolíferos sin
comprender los procesos que operaban. Luego la investigación permitió conocer
científicamente el proceso y descubrir la importancia de los siguientes factores en el
funcionamiento de la biodegradación:

• Mantener el suelo húmedo, del orden del 50 al 75% de la capacidad de


campo del material a tratar, de tal manera que se garantice el contenido de
humedad en las células bacterianas.

• Mantener el suelo en condiciones aerobias, ya que la transformación de


los hidrocarburos en condiciones anaerobias es muy lenta o inexistente, utilizando
para ello maquinaria agrícola.

• Incorporar al suelo nutrientes inorgánicos indispensables para el


crecimiento microbiano ya que los contaminantes son muy pobres en ellos, por
ejemplo los hidrocarburos, apenas son solo hidrogeno y carbón y no contienen otros
elementos esenciales para la alimentación de las células bacterianas, como
nitrógeno, fosforo, potasio y numerosos micro elementos; los mas importantes
suelen ser el nitrógeno y el f6sforo.

Biopilas

254
Se trata de una evolución directa del caso anterior, por tanto «ex situ», que
consiste en formar pilas de dimensión variable con una mezcla de suelo
contaminado, previamente excavado, y materia orgánica (compost) y que luego se
airean por volteo o introduciendo tubos perforados en ella.

Es aplicable a la mayoría de los compuestos orgánicos en condiciones no


saturadas, si bien los hidrocarburos deben ser no halogenados y su concentración en
el suelo no superar 50.000 ppm.

Para que resulte eficaz requiere una densidad microbiana superior a 1.000
CFU/gramo de suelo, pH del suelo 6ptimo, entre 6 y 8, humedad entre 40 y 85% de
la capacidad de campo, temperatura entre 10 y 45° C, textura con baja proporción
de arcilla, baja presencia de metales pesados, menor de 2.500 ppm y proporción
normal de nutrientes C, N y P: 100:10:1. Incluso en estas condiciones la duración del
proceso es relativamente alta, de meses a años, pero el coste resulta bajo.

Biodegradación «in-situ»

Utiliza bacterias, del suelo o de origen externo, para degradar los compuestos
orgánicos presentes en el medio. El método consiste en potenciar la biodegradación
natural mediante el aporte, a través de pozos de inyección, de nutrientes, oxigeno e
incluso inoculando cultivos de bacterias, al tiempo que se modifican la humedad, la
temperatura y el pH. Los nutrientes se suministran mediante una corriente de agua y
el oxigeno a través de una corriente de aire o disuelto en el agua junto con los
nutrientes.

Biodegradación en reactor

Utiliza reactores biológicos anexos al emplazamiento en los que se desarrolla


biomasa bacteriana a partir del suelo contaminado como alimento a tratar. Opera
introduciendo el suelo, añadiendo agua hasta obtener un fango con un 50% en peso
de agua e incorporando los microorganismos, bien al comienzo o durante el proceso,
para obtener una concentración de biomasa adecuada. El tiempo de retención en el
reactor depende de la naturaleza de los contaminantes. Una vez terminado el
tratamiento se deshidrata el suelo y se recupera el agua utilizada.

255
Tratamiento biológico de fangos

Como en el caso anterior se trata de utilizar el suelo contaminado como


fuente de alimento y energía para los microorganismos. Consiste en aplicar la técnica
de fangos activados, utilizadas en tratamiento de aguas, a la descontaminación de
suelos. Una vez excavados estos, se les añade agua hasta conseguir una masa
semilíquida que se somete a aireación forzada y se le incorporan nutrientes.
Finalmente los lodos resultantes se sedimentan y secan para su reposición al
emplazamiento o su deposición en vertedero.

Inyección forzado de aire (Bioventing)

Es una técnica de biorrecuperación in situ que consiste en forzar la ventilación


del suelo por inyección de aire a presión en la zona no saturada a través de pozos de
inyección. Con ello se favorece la volatilización de la fase volátil de los
contaminantes y se estimula la actividad bacteriana responsable de la
biodegradación. Es una técnica muy adecuada para tratar compuestos de alta
volatilidad (presión de vapor mayor de 10 mm de Hg a 20° C); así mismo resultan
más fácilmente degradables los compuestos de cadena lineal que los aromáticos.

La ventilación funciona mejor en suelos con bajo contenido en arcilla, buena


permeabilidad y de textura y estructura homogénea, para evitar «caminos
preferentes» en la circulación del aire.

En cuanto a las condiciones optimas del suelo parecen ser las siguientes: pH
entre 6 y 8, humedad entre 12 y 30% en peso, potencial redox mayor de 50 mV,
temperatura entre 0 y 40° C, relación de los nutrientes N y el P del suelo del orden
del O y no debe existir contaminante libre flotando sobre el nivel freático. En estas
condiciones el proceso se realiza en un tiempo relativamente corto (algunos meses),
si bien el coste es relativamente alto. El principal problema puede ser la solubilidad
de los que determina su biodisponibilidad.

Atenuación Natural

Permite degradar in situ hidrocarburos de suelos y aguas subterráneas a muy


bajo coste utilizando para ello los procesos naturales: dilución, dispersión,
volatilización, adsorción, biodegradación y reacciones químicas que se producen en

256
el suelo o en el agua. Para que esta opción, que no es una verdadera técnica, resulte
viable y eficaz requiere que existan en el suelo suficiente cantidad de
microorganismos capaces de utilizar los contaminantes presentes. No debe existir
producto libre en flotación sobre el nivel freático. La cantidad de oxigeno disuelto en
el agua ha de ser superior a 0,5 mg/1, en condiciones aerobias, el potencial redox
debe estar situado entre -400 y 800 mV y la concentración de los compuestos
utilizados como aceptadores de electrones en condiciones anaerobias debe ser
superior a 0,21 mg/1 para nitratos y para sulfatos y la de Fe-,+ para que pueda ser
reducido a Fe2+ debe ser superior a 21,8 mg/1. En ocasiones puede ocurrir que se
generen subproductos persistentes o más tóxicos que los iniciales, durante y
después de la atenuación natural.

Etapas en la aplicación de un sistema de biorremediación

Las etapas por las que pasa un proceso de biorremediación son las
establecidas con carácter general para el tratamiento de un suelo contaminado a las
que se añaden ciertos aspectos relacionados con la existencia de microorganismos
en el suelo capaces de degradar el contaminante en cuestión y de las condiciones
adecuadas para su actividad; se pueden, por tanto, concretar en las siguientes:

• Caracterización del emplazamiento y de los contaminantes presentes. Ha de


incluir un diagnostico sobre la existencia en el suelo de aceptadores de electrones
(como oxigeno, nitratos o sulfatos) y de nutrientes en cantidad suficiente y en la
proporción adecuada.

• Análisis de riesgos.

• Estimación del potencial de los microorganismos del sitio para descomponer


los contaminantes. El estudio se puede limitar a detectar la existencia de bacterias u
otros microorganismo en estado activo, o mas a fondo, a determinar las condiciones
optimas de biorremediación y el tiempo requerido para sanear el sitio; en todo caso
se trata, generalmente, de ensayos en laboratorio, aunque también se suele hacer
uso de la experiencia y conocimiento empírico de que se dispone, si bien este dista
mucho de ser completo, lo que puede Llevar a importantes fallos.

• Determinación del tratamiento. Estudio de viabilidad. Ensayos.

257
• Medidas de recuperación y control de la eficacia del tratamiento.

• Control final.

A modo de síntesis: ventajas e inconvenientes de la biorremediación

La biorremediación se ha convertido en una nueva alternativa viable para


atacar de manera directa la contaminación de aguas y suelos por fertilizantes,
fitosanitarios, derrames de hidrocarburos, etc., de forma exclusiva o
complementaria a otras. Pero no es una panacea, no es igualmente eficaz para todos
los contaminantes, ni para concentraciones altas o toxicas de ciertos productos, de
tal manera que solo en ocasiones conviene recurrir a ella. A continuación se
sintetizan las ventajas e inconvenientes más importantes.

Ventajas

• Es un proceso natural, sencillo y efectivo, que normalmente no requiere el


uso de agentes químicos, como disolventes o detergentes, y no tiene efectos
colaterales adversos.

• Usualmente es menos costosa que cualquier otra tecnología alternativa,


particularmente en el caso de tratamiento in-situ porque evitan excavar y trasladar
el suelo; por ejemplo, cuesta menos de la mitad que el tratamiento químico, la
incineración o el relleno industrial.

• Transforma los contaminantes a productos no peligrosos o los destruye


completamente, hasta convertirlos en CO, y agua, en lugar de transferirlos a un
vector diferente o a otra localidad, como ocurre en el caso de la volatilización o los
vertederos industriales.

• Puede ser compatible con la actividad del emplazamiento, que no queda


interrumpida, ni necesita instalaciones grandes o complicadas.

• No es agresiva con el medio edáfico, ya que, generalmente, se utilizan


bacterias autóctonas; únicamente pueden resultar levemente alteradas la acidez y la
salinidad del suelo por la presencia del C02 y de la mineralización de determinados
compuestos.

258
Inconvenientes

• No es funcional ante grandes concentraciones; en tal caso requiere eliminar


previamente el grueso del contaminante.

• En ocasiones se presentan dificultades para conseguir la concentración


deseada de nutrientes, sin defecto ni exceso, caso este último que podría conducir a
la proliferación de organismos no degradadores y no deseables.

• Actualmente la biorremediación solo se puede aplicar a áreas relativamente


pequeñas y suele requerir tiempos superiores a los razonables.

• Por ultimo conviene señalar que con frecuencia se genera optimismo a partir
del éxito conseguido en ensayos de laboratorio, que luego la realidad de aplicación
en áreas extensas desmiente.

Una tecnologia especial: la inyeccion de surfactantes en el tratamiento de


suelos contaminados

Esta tecnologia se conoce como CESAR (Chemically Enhanced Solubilization


Aquifer Restauration, que podría traducirse por Recuperación de un Acuífero
Mediante Solubilization Forzada Químicamente) y consiste en facilitar la extracción
de contaminantes del subsuelo y de las aguas subterráneas mediante la adición de
sustancias surfactantes. El tipo de contaminantes susceptibles de ser eliminado con
esta tecnología son los orgánicos: aceites, grasas, hidrocarburos y derivados, etc.

La tecnología CESAR es la que ofrece mejores expectativas de limpieza, tiempo


de aplicación e impacto en el entorno. Se fundamenta en la afinidad de las
substancias orgánicas por los surfactantes: cuando se pone en contacto una
molécula de cada uno se forma una micela cuya fácil solubilidad en agua favorece su
eliminación. Para llevarla a cabo con éxito hay que tomar ciertas precauciones:

• Elegir adecuadamente el surfactante en términos de biodegradabilidad


(debe ser biodegradable) y de migración en el suelo.

• La heterogeneidad del suelo hace que se creen caminos preferentes en la


distribución del agua y las soluciones surfactantes, de tal manera que la limpieza

259
tiende a concentrarse en tales caminos. Para evitar esto se usan bloqueadores
parciales de los caminos preferentes, los cuales deben ser biodegradables.

• Necesita un sistema de pozos de inyección de agua y solución de limpieza y


otro sistema de pozos de recuperación de la mezcla surfactante agua contaminante.

• Finalmente se necesita disponer, en superficie, de un sistema de


limpieza del fluido extraído, que debe cumplir tres funciones: reducir los
contaminantes hasta valores admisibles de calidad del agua, separar, para su posible
reinyección, el exceso de surfactante y controlar la cantidad y calidad del agua para
su reinyección.

El caso de la recuperación de suelos contaminados por hidrocarburos (HC)

El origen mas común de la contaminación por hidrocarburos son las fugas


crónicas de pequeña intensidad pero activas durante largos periodos de tiempo
(filtraciones de gasolineras, oleoductos, almacenes, etc.), derrames en operaciones
de carga o descarga u otras y accidentes, y afecta, fundamentalmente, a los vectores
suelo y aguas (subterráneas o superficiales) con ciertas características derivadas de
las peculiaridades de estos productos, cual son:

• Solubilidad en agua muy baja, sus moléculas no se disocian en iones y se


consideran de elevada estabilidad.

• Si permanecen en las capas superficiales sufren fenómenos de oxidación


originando compuestos volátiles que amplían el radio de acción del contaminante y
son precursores de oxidantes fotoquímicos, capaces, a su vez, de oxidar
hidrocarburos y formar ozono.

• Son fácilmente adsorbidos por los materiales del suelo.

• Los compuestos aromáticos presentes en ellos se consideran cancerígenos.

• Son inflamables y explosivos.

• Alteran procesos bioquímicos como la fotosíntesis.

Todo ello, unido a la perdida de valor de los emplazamientos contaminados,


recomienda la recuperación de estos a pesar de su alto coste; por otro lado la

260
prevención resulta recomendable por las mismas razones y por la perdida económica
que supone el escape de los productos.

Diagnostico

El proceso de recuperación exige identificar los productos existentes y su


distribución espacial en el terreno para dividirlo en clases que luego se caracterizan y
cuantifican. Para realizar tal diagnostico resultan de gran utilidad ciertas técnicas,
sencillas y baratas; desarrollados para la prospección de hidrocarburos: los métodos
de análisis geoquímicos en superficie, de petróleo o gas, cuyo objetivo consiste en
detectar o propiedades anómalas del terreno o concentraciones de diversas
sustancias que, dispersas en suelo y subsuelo, pueden servir como indicadores de la
presencia de hidrocarburos. Según el serial que dichas sustancias proporcionan en
superficie, los métodos se dividen en:

• Directos: buscan concentraciones de gases, sobre todo sustancias de


bajo peso molecular.

• Indirectos: localizan propiedades (ambiente reductor, cambio de


coloración del suelo), o sustancias (carbonatos que se disocian a temperaturas
anormalmente bajas, elevadas concentraciones de radón o particulas) que pudieran
estar vinculadas con una acumulación de H.

El método directo característico es el «Headspace», que determina la


concentración de HC gaseosos que quedan ocluidos en las muestras solidas
previamente extraídas del terreno en estudio. El análisis cromatográfico permite
realizar mapas de isoconcentración para cada tipo de hidrocarburo y se estima la
forma en que esta acumulado: gas seco, gas condensado o petróleo.

De los métodos indirectos se describen varios a continuación:

Radiométricas: Emanometría y Track Etch

Son dos métodos con el mismo fundamento: la formación de un ambiente


reductor por la presencia de los HC. Si existiera una corriente de agua que
transportara el ion Uranillo, U022*, este precipitara en tal ambiente reductor,
formando Uranio, que, dado su carácter radiactivo, se desintegraría dando lugar al
gas Radon que emite particulas radiactivas. Es el aumento en la concentración de
261
dichas particulas, en un determinado estrato del suelo, quien denuncia la presencia
de los HC. La diferencia entre ellos estriba en que la Emanometría solamente
necesita un Emanómetro, aparato capaz de convertir los choques de las particulas
radiactivas en impulsos eléctricos contabilízales, lo que supone una medición
inmediata, mientras el Track Etch requiere emplear varios detectores con una
película adosada que, tras veinte días de campo, habrá que revelar y visualizar a
través de un microscopio.

Carbonatos cte. Duchscherer (C de D)

La presencia de HC da lugar a reacciones de intercambio isotópico (12CH, +


13CCJ2- <-» 13CH4 + 12CO^). Al quedar los carbonatos enriquecidos en el isotopo
mas ligero, se precisa menor energía para descomponerlos; el objetivo es hallar la
perdida de masa verificada entre los 500 y 600° C (rango térmico en el que ningún
otro carbonato se disocia) que se atribuye a los C de D, vinculados con HC.

Eh-PH

Consiste en vincular los valores del potencial Eh, que en caso de presencia de
HC será un potencial reductor, con los valores del PH, para establecer los dominios
geoquímicos predominantes y los compuestos estables, y así validar el resto de
técnicas geoquímicas.

Conclusión

De los métodos citados, Eh-PH, radiométricos y Headspace son los más


indicados para detectar áreas anómalas, en fases de reconocimiento previo.
Headspace muy útil para identificar compuestos considerados an6malos. El método
de los Carbonatos podría ser empleado en etapas posteriores como método de
validación de los anteriores. En cuanto a costes económicos. Heads-pace es el más
caro, seguido por Carbonatos, Track Etch, Eh-PH y la Emanometría, este ultimo el
más económico.

Técnicas de recuperación

De los enfoques referidos en el punto anterior de este mismo capitulo, son


aplicables a la eliminación de hidrocarburos la incineración, el lavado ex-situ e in-situ

262
y la extracción. Ahora se concretan ciertas técnicas específicas para la contaminación
por hidrocarburos.

Entre las técnicas ex-situ destaca la Aireación/Volatilización Pasiva. Consiste


en eliminar los contaminantes por volatilización, extendiendo los suelos en capas de
20 cm. Es una técnica barata pero que no elimina el contaminante sino que lo
transfiere a la atmosfera.

Entre las técnicas in-situ destacan:

• Puesta en Contacto, consiste en facilitar el contacto entre los agentes de


limpieza y los contaminantes.

• Kerfing, realización de una cavidad paralela o perpendicular a un pozo o


sondeo, para que actúe como canal de recogida o como barrera para facilitar las
tareas de recuperaci6n.

• Fracturación Hidráulica, consiste en aprovechar las fracturas ya existentes


rellenándolas de un material granulado para aumentar el flujo hidráulico en el
subsuelo.

• Zanjas de Intercepción, se disponen de manera que cada sector se pueda


tratar de forma independiente.

• Stripping, trata de movilizar y recuperar en superficie los contaminantes que


se volatilizan en el suelo. Para ello se provoca una depresión en el subsuelo capaz de
generar un flujo de aire y vapor contaminante hacia un pozo donde se recoge. Se
puede complementar la depresión con la entrada de un flujo de aire o vapor de agua
que faciliten la volatilización de los compuestos.

Desde hace tiempo se viene aplicando con éxito a la limpieza de suelos


contaminados por hidrocarburos las técnicas de biorremediación descritas en el
epígrafe anterior. La existencia de bacterias que utilizaban el crudo y derivados como
fuente de alimento y de energía oxidándolos hasta dióxido de carbono y agua y
liberando energía, era conocida por la industria petrolera desde antiguo: comenzó a
experimentar en este campo en los anos cincuenta y acelero las investigaciones
desde que proliferaron derrames mayores y accidentes, sobre todo de barcos. Ello
ha proporcionado una evidencia: los dos procesos principales que remueven la
263
mayoría del hidrocarburo contaminado son la evaporación y la biodegradación. Las
fracciones mas ligeras de hidrocarburos se evaporan y el resto es colonizado por las
bacterias que pueden biodegradar entre el 40% y el 90% del petróleo, dependiendo
de su composición y de la mezcla de bacterias utilizada; algunos tipos de
hidrocarburos son muy resistentes, especialmente los poli aromáticos (HPAs), los
cuales solo son oxidados parcialmente pero se incorporan al material húmico del
suelo.

A las anteriores se añaden las técnicas de recuperación de hidrocarburos en


fase libre, es decir, las orientadas a extraer los hidrocarburos de corrientes de agua y
acuíferos subterráneos, de las cuales se mencionan brevemente las siguientes:

• Extracción conjunta de agua y fluidos. Se utilizan fundamentalmente bombas


neumáticas que proporcionan altos rendimientos. Hay que considerar la posibilidad
de que se formen emulsiones y batidos del producto de difícil separación.

• Extracción única de producto. El tipo de bombas utilizado (Skimmer) permite


extraer hidrocarburos pero no agua, gracias a que se hace pasar el producto a través
de una membrana hidrofobia oleofilica, tal cual se encuentra en el subsuelo,
evitando la formación de emulsiones. En suelos permeables los rendimientos son
muy altos.

• Bombeo dual aguaproducto. Consiste en bombear agua con objeto de


formar un cono de depresi6n en cuyo interior se produce un enriquecimiento del
producto, que se extraerá mediante bombas especiales para hidrocarburos. Tiene el
inconveniente de que se pueden extraer grandes cantidades de agua.

• Extracciones mejoradas. Se refiere a modificaciones de las técnicas


anteriores como el aumento de la temperatura, la adición de tensioactivos y la
hidrofracturacion, orientadas a mejorar su eficacia y su eficiencia.

264
VI
EL PAISAJE EN LA RECUPERACION DE ESPACIOS
DEGRADADOS

El paisaje

La manifestación externa del medio y su percepción subjetiva por quien lo


observa determinan el concepto de paisaje; este carácter subjetivo, y polisémico,
judaicamente indeterminado, hacen difícil su inserción practica en la gestión
ambiental. Y ello a pesar de la importancia teórica que se le da a este factor
ambiental en el mundo y particularmente en la Unión Europea; en esta,
institucionalmente, se afirma que

«Es un factor de identidad cultural, un factor de calidad de vida y un factor de


mejora y profundización en la democracia».

La Convención Europea sobre el Paisaje, firmada por Espana (2-10-2000),


señala que los Estados Miembros del Consejo de Europa reconocen que el paisaje es

«en todas las Partes, un elemento importante de la calidad de vida de las


poblaciones, tanto en los medios urbanos como rurales, en los territorios degradados
como en los de gran calidad, en los espacios singulares como en los cotidianos;
estiman que el paisaje participa de manera importante en el interés general, en el
aspecto cultural, ecológico, ambiental y social, y que constituye un recurso favorable
para la actividad económica, con cuya protección, gestión y ordenación adecuadas se
puede contribuir a la creación de empleo», y añade la Convención que «se aplica a
todo el territorio de las Partes y trata de los espacios naturales, rurales, urbanos y
periurbanos. Incluye los espacios terrestres, las aguas interiores y marítimas.
Concierne tanto a los paisajes que pueden ser considerados notables, como a los
paisajes cotidianos y a los paisajes degradados».

En las aproximaciones al concepto del paisaje existen dos posturas distintas:


una idealista, considera que el paisaje no es otra cosa que la reacción intima y
265
sentimental de cada persona ante un entorno cualquiera, «el paisaje es un estado de
animo»; otra racionalista, que reconociendo la importancia de lo sentimental y
afectivo, considera que el paisaje tiene entidad física y puede ser analizado siguiendo
un método específico mas o menos objetivo.

La antes aludida Convención Europea del Paisaje dice que es «cualquier parte
del territorio, tal como es percibida por las poblaciones, cuyo carácter resulta de la
acción de factores naturales y/o humanos y de sus interrelaciones».

La forma en que se percibe, siente e interpreta el entorno, es una operación


compleja e inmediata, la mayor parte de la cual se realiza por la vista, pero es
complementada por el olfato y el oído del observador; y es a través de la suma de la
percepción de todos ellos, de forma casi simultanea, como este hace una valoración
estética.

En síntesis se puede afirmar que el paisaje puede entenderse como la


expresión externa y polisensorialmente perceptible del medio, un compuesto
formado por la forma en que externamente se manifiesta la agregacion de los
caracteres físicos del medio físico, los rasgos físicos del medio biótico y la huella
física de la transformación humana.

LOS COMPONENTES DEL PAISAJE Y DE SU PERCEPCION

El estudio del paisaje cuenta con el apoyo de muy diversas ciencias, como las
geográficas y biogeográficas, que aportan información sobre morfología, cobertura
vegetal, pendiente, exposición, etc.; psicológicas y sociológicas, que explican
aspectos relacionados con la percepción; matemáticas que permiten diseñar
modelos simbólicos de expresión y valoración y que algunos critican pues alegan, sin
fundamento, que con ello se pretende obviar la subjetividad que es una
característica intrínseca de la valoración.

Los componentes territoriales mas utilizados en la caracterización y en la


valoración del paisaje son los siguientes:

• Caracteres permanentes:
- Posición relativa.
- Geomorfología.
- Rasgos físicos sobresalientes, hitos y puntos culminantes.
266
- Presencia de agua en sus múltiples formas: cursos superficiales, laminas,
turgencias...
- Exposición.
- Pendiente.
- Singularidades biofísicas.
• Caracteres temporales:
- Singularidades asociadas a elementos climáticos.
- Aspectos visuales de la vegetación: color, textura, densidad...
- Aspectos visuales de la fauna.
- Sonidos y ruidos.
• Caracteres extra:
- Manifestaciones percibidas por todos los sentidos.
- Intrusiones.
- Contraste natural-artificial con el entorno.
• Elementos antrópicos:
- Accesibilidad.
- Presencia de vías de comunicación.
- Elementos singulares de paisaje.
- Elementos culturales, históricos, arqueológicos...
• Intervisibilidad:
- Potencial de vistas.
- Extensión de la cuenca visual.
• Otros.

Una primera reflexión para caracterizar y valorar el paisaje (y para definir la


intervención ante un espacio degradado, en su caso) consiste en detectar primero
los aspectos más relevantes en su configuración y en su percepción, para definir
despues las posibilidades de intervenir sobre ellos. Esta idea se puede hacer
operativa sobre los componentes anteriores o, mas directamente, tratando de
entender el mecanismo perceptivo del observador a través de aquellos aspectos que
lo definen con más claridad:

1. Los elementos formales.


2. Las propiedades de las superficies.
3. Los elementos compositivos.

Entre los elementos formales destacan la forma y la Línea


267
La forma es la figura o frontera exterior de un objeto, definida por su con-
torno y el espacio que lo rodea. Sus características determinan en cada caso la
dominancia sobre su entorno circundante. Así, las formas regulares, compactas,
verticales, escarpadas, tienden a ser dominantes en paisajes de características
contrarias. Existen formas bidimensionales, como las láminas de agua y otras
tridimensionales, volumétricas, consecuencia de la topógrafa del terreno o de la
presencia de los objetos. Las características básicas de la forma son la geometría, la
complejidad y la orientación, mientras la distancia, la iluminación y la atmosfera
determinan su percepción.

La línea es el camino, real o imaginario, que sigue la visual cuando algún


componente esta alineado en una secuencia unidireccional o se perciben bruscas
diferencias en forma, color o textura. Puede ser el borde de la silueta de un objeto
contra su fondo escénico (línea de horizonte), bandas formadas por líneas paralelas
que dividen un área en dos, o bien límites de zonas de distinto color o textura. Las
líneas verticales y escarpadas que interrumpen el horizonte tienden a dominar sobre
las líneas suaves horizontales.

Como características de una línea en el paisaje se pueden citar su fuerza,


entendida como continuidad, su longitud, su complejidad determinada por la
variedad de direcciones que sigue y su orientación sobre el terreno.

Las propiedades de las superficies vienen determinadas por el color y la


textura. El color es la principal propiedad visual de una superficie y se refiere a la
impresión que los rayos de luz reflejados por un cuerpo producen en el ojo humano.
Mediante el color, el observador es capaz de diferenciar elementos que de otro
modo serian imposibles de distinguir. La textura es la manifestación visual de la
relación entre luz y sombra, motivada por las variaciones existentes en la superficie
de un objeto. Esta propiedad de los objetos puede extenderse al paisaje, en el que la
textura se manifiesta no solo sobre los objetos individualizados, sino también sobre
las superficies compuestas por la agregacion de pequeñas formas o mezclas de color
que constituyen un modelo continúo de superficie. En la composición escénica, cada
una de estas partes no aparece como un objeto diferenciado, sino integrado en una
superficie extensa. Así, a la vista de una ladera cubierta por un pinar, el observador

268
establece una superficie continua cuya textura estará motivada por la alternancia
repetitiva de las copas de los arboles, .que pierden su entidad como individuos.

En el paisaje natural, la vegetación es una gran creadora de textura a través de


sus formas, variedad de tonalidades y, sobre todo, de su densidad y disposición
espacial o regularidad. Piénsese, por ejemplo, en lo radicalmente distinto que puede
ser un paisaje en el que se observa una masa forestal densa, de otro dominado por
una dehesa formada por arboles espaciados con «ordenada» irregularidad, o de otro
en el que la nota verde del arbolado o del matorral se distribuye en grupos
irregulares tanto en forma como en espacio, o de aquel otro en el que predominan
las alineaciones de arbolado, como ocurre en los cultivos agrícolas y forestales. Y
todo ello contando además con la variedad de formas y colores que aparecen en el
reino vegetal.

Los elementos compositivos son la escala y el espacio o escena

La escala es la relación entre el tamaño de un objeto y el entorno que le rodea.


Se aprecia a través de la comparación subconsciente con otros objetos de los
alrededores, con cuyas dimensiones esta familiarizado el observador, o con la propia
figura humana. Los objetos grandes, de aspecto pesado y compacto, situados en un
espacio reducido, dominan sobre los pequeños y ligeros en lugares más extensos. La
apreciación de la escala se modifica por la distancia de observación, por la situación
del objeto respecto a la superficie de terreno predominante y su encajamiento en
ellas (en una hondonada, en un cerro), por el Angulo de visión y por las
circunstancias atmosféricas.

La escena es el espacio y conjunto de características de un paisaje


determinadas por la disposición tridimensional de los objetos y los vacíos. Estas
características se pueden matizar en tres vertientes: en primer lugar, la composición
escénica o distribución de los objetos para formar el paisaje dando distintos tipos de
escena: panorámica (sin limites para la visión, predominando los elementos
horizontales y el cielo dominando la escena), encajada (definida por barreras
visuales), focal (líneas que convergen hacia un punto que domina la escena), o
dominada por una componente singular (árbol aislado, cascada, forma prominente,
o espesura).

269
Otro aspecto significativo es la posición espacial o situación topográfica de los
objetos en el paisaje, que afecta a su prominencia o visibilidad sobre la llanura, en el
fondo del valle, a media ladera, en la línea de cumbre, a pie de ladera, etc.

Por ultimo, es importante destacar el papel del fondo contra el que se ve un


objeto: el propio terreno o la vegetación que lo cubre, otros objetos distintos o
similares al observado, el agua, el cielo, etc. En general, los objetos vistos contra el
cielo, o el agua, destacan más que si se ven sobre el terreno, por lo que serán
dominantes en el paisaje, así como aquellos situados en posiciones prominentes o
vulnerables del paisaje.

Las variaciones en la percepción de la escena dependen de las diversas


posiciones del observador y de la distancia de observación, que modifica la
importancia relativa de los objetos y altera la percepción de la profundidad de
campo.

EL PAISAJE EN LA RECUPERACION DE AREAS DEGRADADAS

Conseguir un paisaje de calidad es un objetivo consustancial al tratamiento de


recuperación de cualquier espacio degradado. Sin olvidar que la mayor parte de la
percepción se realiza por la vista, hay que considerar que tal percepción es
polisensorial, por lo que el objetivo citado exige completar la búsqueda de la
armonía visual con la posibilidad de disfrute de las manifestaciones sonoras y
olfativas, incluso con el logro de una atmosfera de misterio, de unión con la
naturaleza, u otras sensaciones que se perciben, por una especie de osmosis, a
través de todas las potencias corporales. Utilizar especies en la revegetación cuya
estructura favorezca el sonido de la fronda, favorecer la penetración de aves
canoras, o de animales que se puedan identificar por los ruidos que producen,
plantación de especies aromáticas o evocadoras de misterio etc., son elementos que
completan la percepción visual con la de otros sentidos.

No obstante, el paisaje suele ser para los técnicos ambientales «el invisible», y
ello a pesar de que la imagen o expresión externa de cualquier intervención y, en
particular, de un espacio recuperado, es tal vez el mejor indicador del éxito del
tratamiento, y su calidad plástica, olfativa, sonora, etc., como se ha dicho, un
objetivo asociado a los demás.

270
Mas allá de la armonía interna y calidad perceptual del espacio recuperado,
esta la integración paisajística en el medio en que se inscribe, la cual puede
orientarse en dos direcciones:

— Semejanza, o búsqueda de una apariencia similar al entorno.


— Contraste, que pretende introducir diferencias conspicuas pero armoniosas
con el entorno.

En todo caso, la prevención o consideración del paisaje en la ejecución de


cualquier intervención sobre el medio facilitara su posterior integración mediante
tratamientos específicos.

Los cambios que el hombre introduce en el paisaje no suponen siempre una


merma de sus cualidades, pero si alteran la expresión visual de la escena o su
funci6n como testimonio de una evolución conjunta, ya que ese paisaje, en estado
de equilibrio dinámico, no es otra cosa que la resultante de la interacción del
hombre con el medio. Esta idea dinámica del paisaje puede sugerir que los cambios
que se producen en el son asumibles, afirmación valida mientras la modificación
introducida por el hombre era tan paulatina que se absorbía fácilmente y una
generación apenas lo notaba; pero la asombrosa capacidad transformadora del
hombre actual, frecuentemente, introduce discordancias absurdas.

La recuperación paisajística pasa, en ocasiones, por la recomposición de los


elementos más característicos de la escena, otras opera a través de nuevas formas,
materiales, colores y texturas, pero en muchas otras solo es posible eliminar los
elementos más impactantes para conseguir un escenario aceptable.

DETERIOROS CARACTERISTICOS DEL PAISAJE

La mayor parte de los paisajes tienen contenido cultural; en ocasiones el


declive de actividades tradicionales trae aparejado el deterioro del paisaje. Por
ejemplo, una agricultura de primor, ordenada y cuidada, crea un paisaje de calidad.
El valor de la escena va ligado al uso tradicional y su abandono supone la perdida del
paisaje que creo.

271
En la actualidad la actividad humana, con su enorme capacidad
transformadora, manifiesta una fuerte tendencia a la agresión, a degradar aquello
sobre lo que interviene, con una intensidad dependiente del valor preexistente y de
la energía de la acción. Las causas directas mas características son:

• Alteración de la morfología general, o de formas significativas del


relieve.

• Pérdida o cambios en la vegetación.

• Modificación de la naturalidad, introducción de formas geométricas,


como sustitución de líneas naturales por rectas, etc.

• Cambios de estructura, textura y color.

• Introducción de elementos extraños a la pauta que caracteriza la


escena.

• Intrusión visual de elementos.

• Desaparición de la armonía.

• Abandono o deterioro de los usos que definen el paisaje.

• Cambio en los elementos dominantes.

• Acumulación de residuos, suciedad o contaminación.

• Valor testimonial, significado o singularidad del paisaje.

La gravedad de los efectos dependerá fundamentalmente de:

• La fragilidad del paisaje, es decir, de la capacidad de respuesta para


absorber la alteración.

• La posibilidad o frecuencia de observación.

• El temario y la posición con respecto a la cuenca visual o conjunto de


puntos desde donde puede verse la alteración.

A continuación se describen ejemplos de los casos mas generalizados. La


primera, y mas general modificación, es la ruptura del ritmo, la armonía, el equilibrio
272
históricamente configurado por la interacción de procesos naturales y humanos de
forma lenta y progresiva, o su «función testimoniales La supresión de un camino
tradicional, serpenteante, por otro lineal mas ancho y llano, marca una gran rotura
en la escena, También se produce un efecto negativo cuando se cambia un paisaje
agrícola de vega, por otro de carácter industrial

Otra grave modificación es la derivada de los grandes movimientos de tierra,


desde las viejas, y nuevas, roturaciones para implantar cultivos a la explanación para
carreteras o urbanizaciones.

Las grandes obras civiles, estructuras, edificaciones, etc., frecuentemente


dominan el entorno, y esta desproporción hace muy difícil su integración.

La presión recreativa puede alterar la belleza de un paisaje por congestión.

El declive o abandono de la explotación, o el cambio de uso, determina, a su


vez, el declive del paisaje cuando era aquella su razón de ser.

La introducción de elementos que interrumpen la visual dominante, u


obstaculizan la vista de otros componentes significativos del paisaje, son frecuentes.

En otros casos se produce la perdida del «potencial de vistas» o su calidad.

Las actuaciones descontextualizadas por discordancias de tamaño, color,


forma, escala, tipología o uso, también son causa muy frecuente de degradación
visual.

La falta de funcionalidad entre «piezas» del territorio, no es excepción.

La incongruencia formal que se produce por la alteración de uso, formas,


líneas o del cromatismo, difícilmente admiten corrección y es preferible aceptar el
cambio que introducen, no necesariamente negativo.

La dominancia visual: ocupación de la cuenca, en términos del piano visual


invadido, o dominancia del elemento introducido sobre los existentes, es otro
motivo frecuente de inserci6n negativa.

La diferencia de escala: sustitución de elementos con dominancia horizontal


por otros de escala vertical, o al revés.

273
Destrucción, deterioro u ocultación de «singularidades paisajísticas», u
ocupación de su ámbito, son otro motivo de degradaci6n

TRATAMIENTO

El enfoque de recuperación: cambiar una situación insatisfactoria por otra que


no lo sea, adoptada en esta obra, tiene una aplicación muy clara al paisaje, respecto
del cual, el término restauración es inaplicable porque, una vez alterado, es
prácticamente imposible volver a la estructura, funcionalidad y atributos originales.
En ocasiones se podrá recuperar alguna característica específica del paisaje
primitivo, pero generalmente es preferible dirigir las aspiraciones hacia la creación
de uno nuevo de la mejor calidad posible. Dependiendo del tipo y la gravedad de la
degradación, el tratamiento puede enfocarse de varias formas:

• Eliminación o reubicación de los elementos degradantes.

• Restitución o mejora de los atributos de calidad.

• Integración de los nuevos componentes más relevantes.

• Potenciaci6n de los elementos más valiosos.

• Ocultación de los elementos negativos.

• Camuflaje de los que no se pueden ocultar.

• Cambio de los puntos focales de atracción visual.

Eliminación o reubicación de los elementos degradantes

Eliminar o cambiar la ubicación de cualquier elemento incoherente en la


armonía de un paisaje o que suponga un obstáculo a su contemplación, es una
norma de carácter general, cuya aplicación no siempre es posible. Se trata de la
solución más eficaz pero más difícil.

Restitución o mejora de los atributos de calidad

Esta idea exige identificar, de la forma más objetiva posible, los atributos más
significativos y valiosos que caracterizaban el paisaje para intentar restablecerlos. La
274
distribución y ordenación de tales atributos permite crear composiciones con
grandes cualidades estéticas; se trata, en suma, de recomponer la armonía
(agregacion ordenada y coherente de las partes), y de proporcionar variedad, fuerza,
personalidad o unicidad al nuevo paisaje. Por ejemplo, la armonía viene determinada
por la coherencia entre el molino, el prado, las casas y el bosque, y puede ser
descompuesta cuando se cambian proporciones, formas, escalas, colores, etc.

El tratamiento procurara restablecer los elementos visuales que configuraban


el carácter del paisaje considerado globalmente o a través de sus componentes
físicos, biológicos y antrópicos; unos tienen relación con las propiedades de las
superficies: color y textura, otros con los aspectos formales: forma y línea, y otros
compositivos: escala y carácter espacial. La importancia relativa de cada uno de ellos
depende del tipo de paisaje, del temario de la cuenca visual, de la forma en que se
percibe y del grado de contraste con que se manifiesta.

El interés de estos elementos radica en su posible utilización para evaluar las


cualidades estéticas en términos objetivos y, por tanto, para el tratamiento de
recuperación. En la apreciación de ese paisaje se debe considerar como.

Surge cada uno de esos elementos en el paisaje, que peso tiene su presencia,
su distribución en la escena, gamas y características en las que se da, pautas en las
que se presenta, etc.

La variación de uno o más elementos produce un contraste visual. Si este llega


a ser significativo se establece una dominancia visual que alterara la escena para el
observador y cambiara su valor.

En consecuencia, la recuperación ha de identificar los elementos que


determinan la calidad visual y buscar la forma en que pueden restituirse, o
semejarse lo más posible. No es suficiente restituir el color si no se asemeja la escala.

Integración de los nuevos componentes

Este enfoque pretende conseguir que los elementos degradantes se inserten


en el paisaje, buscando la similitud con el inicial o creando uno nuevo. Por ejemplo,
en la foto que sigue, se aprecia un inevitable talud cuya morfología inicial es
imposible reconstruir, pero puede ser objeto de un tratamiento vegetal que le de

275
aspecto verde y, si la especie seleccionada es el pino, además se integrara bien en el
entorno ya que este genero es el existente. En otras ocasiones pueden ser los
materiales los que permitan la integración.

La palabra «integración» puede servir para tranquilizar muchas conciencias, y


no se debe adoptar sin reflexión. Por ejemplo, una nave agraria de gran volumen, si
se sitúa cercana a un asentamiento rural, obstaculizara y degradara la visión de ese
núcleo, por mucho que se intente disimular o integrar la edificación con colores o
materiales del lugar, ya que lo que se ha perdido es la escala.

Potenciación de los elementos más valiosos

Se trata de hacer, cuando lo merezca, del elemento distorsionante un


elemento relevante, modificando su función sensorial y hasta la cultural. No. hay que
olvidar que existen obras fruto de la mano del hombre que, se pongan donde se
pongan, siempre mejoran el marco.

Este enfoque, muy adecuado para zonas humanizadas, precisa que la calidad
del elemento potenciador sea alta y destaque por su diseño, por la composición o
por los materiales utilizados.

Puede suceder que la actuación ponga en evidencia valores estéticos, que no


eran evidentes, al tiempo que deteriora otros. En este caso deben explotarse al
máximo los primeros.

Ocultación de los elementos negativos

Este enfoque pretende reducir las cuencas visuales mediante pantallas que
impidan la observación directa de los elementos discordantes o no integrados.
También se pueden ejecutar actuaciones más drásticas como enterrar parte o todas
las instalaciones, lo que sucede en líneas de distribución eléctrica, con lo que la
afección se hace nula.

La ocultación con vegetación, elemento dinámico, debe proyectarse con un


preciso conocimiento de las especies y su evolución futura para que no suceda.
276
En otros casos se tratara de cambiar alguna ubicación, como pueden ser las
actuaciones que, situadas sobre la línea de horizonte, siempre se ven. Es
conveniente situar lo que no deba verse en umbría, que tiene menos iluminación y
durante menos horas, o sobre un trasfondo diverso, o modificando el diseño para
que se asemeje al entorno, en colores, materiales, incluso adecuando los acabados.

La ocultación ha de tener sumo cuidado de no ocultar, al tiempo que lo


negativa), singularidades o partes notables y conspicuas del paisaje.

Camuflaje

Consiste en modificar las características del elemento impactante de tal forma


que le haga parecer lo que no es, o se disimule su aspecto. Podría decirse que se
asemeja a los trampantojos: dibujos que se plasman en las fachadas ciegas de
grandes edificios y cambian su apariencia dura por escenas que parecen reales,
propias de su entorno.

Esta solución busca un «mimetismo» o enmascaramiento de las


construcciones, o elementos nuevos, con el medio. En este caso no seria adecuado
hablar de una armonía ya que este concepto no es aplicable a elementos uniformes.

En ocasiones, la pintura, de ese elemento discordante, con los colores que


predominan en la zona, enmascara su presencia. Es el caso del cambio del
metalizado de las torres de tendidos aéreos, por el color del trasfondo o por uno que
no brille.

Otras veces se trata de construir con materiales de la zona, o diseñar los


elementos de más incidencia visual según diseño de la tipología del lugar.

Cambio de los puntos focales de atracción visual

Se trata de una especie de engaño a la percepción que pretende motivar a los


observadores para que orienten sus miradas a los puntos focales, o a los elementos
del paisaje más valiosos, y desviarlos de los deterioros. Se materializa este enfoque
situando elementos llamativos, o atractivos a la vista, en zonas diferentes a las
afectadas por una alteración con el fin de que esta pase desapercibida.

277
Hasta aquí la versión impresa…en la digital se presenta los casos particulares a
los que se aplica el libro.

278

Вам также может понравиться